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¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
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Re: ¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
sugoi, las cosas se ponen candentes, Shion tuvo su merecido pero ya quiero saber que más hará. estoy ansiosa por el siguiente capítulo.
¡Esa Mujer!(+18)-capitulo 30(Tu me cambiaste.)/21/03/17
Capítulo 30--. Tu me cambiaste.
Después de que sakura le contará todo a Ayame de lo que pasó con la rubia pero excluyendo lo del comentario mal intencionado que la hiso sentirse mal, la castaña se sorprendió por el comportamiento tan vil de Shion que, a pesar de saber cómo era ella con algunos empleados, se había quedado corta con las palabras e insultos con los que había insultado a la pelirosa.
Llegó a pensar que más bien eran -sapos y culebras- los que le salían de su boca.
La pelirosa ya había buscado su bolsa en su oficina, como también se despidió de Naruto y Nagato quien le había preguntado cómo se sentía -por lo que había sucedido- ella siendo amable y agradecida por la preocupación le había dicho que estaba mejor para después irse a descansar a su depa, ya que no estaba de muy buenos ánimos.
Ya estaba dirigiéndose al primer piso en el elevador, salió cuando las puertas se abrieron.
-¡adiós kotetzu-san!—le dijo al hombre con un ademan de manos en el pasillo.
El mismo estaba hablando con unos empleados de la empresa, y que correspondió el saludo enseguida.
Siguió su camino por un pasillo de la planta baja que daba al estacionamiento subterráneo donde estaba su cacharro. Escuchó un sonido proviniendo de su bolso, siendo su móvil que de inmediato lo tomó siendo un mensaje de su amiga anko.
“Desgraciada, ¿dónde te metiste? ¡Te estuve esperando con naruto-kun y no apareciste!”.
-¡vaya! ya lo trata con cariño…no cabe duda. ¡No cambias amiga mía!—soltó una risita y comenzó a responder el mensaje, mientras doblaba a una esquina para comenzar a bajar por las escaleras que daban al estacionamiento… Dos minutos después, ya estaba en el lugar dirigiéndose a donde había dejado su cacharro.
-Creo que a pesar de todo, hoy fue un buen día…—susurró para sí, mientras buscaba las llaves de su auto—oka-san me matará si ve el cacharro todo descuidado…Es que con tanto trabajo y ahora con lo del local en remodelación no he podido hacerle un arreglo—musitó.
Caminó hasta la última fila de coches que estaban en la parte izquierda ya que el suyo estaba de último. Sonrió con nostalgia.
-oto-san me regañaría y me aconsejaría que ahorrara para el coche que tanto he queri…do…---balbuceó y se interrumpió de golpe junto a sus pasos.
Ya que al llegar a donde estaba estacionado el cacharro, se había encontrado con una escena ¡horrenda! para ella, que además, la dejó estática y aterrada -dejando caer su bolso al pavimento.
-pe-pero… ¿quie-en hizo e-esto…?--su voz era un hilo ya que sus ojos se comenzaron a cristalizar, sus piernas temblaron—no puede s-ser…esto…—se llevó una mano a su boca dejando caer un hilo de lágrimas por sus ojos.
Se agachó para recoger su bolso mientras miraba temerosa por todo el lugar para divisar si podía encontrar al culpable de semejante atrocidad, pero no había ni un alma. Tragó grueso.
-es mej-or ir por ayuda…no quiero encontrarla aquí…pue-de estar ar-armada.
Con pasos torpes y asustadizos caminó lo más rápido que pudo; aunque sin dejar de mirar para los lados y hacia atrás para llegar de nuevo al edificio algo traumáda.
De sus ojos salía lágrimas del miedo, escuchándose así sus sollozos que hacían eco en el lugar. Al llegar casi de carrera al pasillo donde aún se encontraba kotetzu que, al verla, se sorprendió por el estado en que llego: Estaba pálida y temblaba.
-¡señorita sakura!, ¿se encuentra bien…?—la tomó de los hombros para que lo viera--¿Por qué viene así?... ¡pareciera que hubiera visto un fantasma!—le miraba preocupado ya que la pelirosa sollozaba y temblaba.
-Lla-llame a naruto…por favor—decía, entrecortada para sacar su móvil con torpeza por los nervios. Marcó el número del rubio y se lo pasó al pelinegro—dígale que v-venga…por favor.
El vigilante asintió aun extrañado y se colocó en la oreja el aparato, mientras ella se secaba las lágrimas. Esperó un segundos para luego hablar--… ¿bueno, Namikase-san?
-¿Quién habla?.... ¿por qué tiene el teléfono de sakura…?—se escuchó del otro lado. Naruto quien se sorprendió, y a la vez se molestó que un hombre lo haya llamado del móvil de su novia.
-Soy kotetzu hagane, el encargado de seguridad de la empresa…—naruto abrió los ojos al escucharlo—se trata de la señorita sakura.
-¡¿Qué sucede?!...¡¿le pasó algo?!—estaba preocupado.
Apenas había salido de un problemón para que a la pobre le pasara otra cosa; de repente se imaginó muchas cosas que le pudieron haber pasado a su novia. No era su día la verdad.
-La verdad, no lo sé…—naruto frunció el ceño al oír eso.
Kotetzu quien estaba frente a la pelirosa, la miró; ella se mordía las uñas, nerviosa, y miraba por el pasillo un poco paranóica.
-ella llegó aquí toda nerviosa y pálida cuando venia del estacionamiento, es mejor que venga. ¡La veo muy asustada!
Naruto se pasó una mano por su cabellera; caminando de un lado a otro en su oficina al escuchar eso, le dijo en tono serio que lo esperaran ahí.
El pelinegro colgó la llamada—el señor Namikase dijo que ya venía, señorita sakura—le entregó el móvil.
Ella le agradeció con un gesto en la mirada. Y antes de que el hombre dijera algo, sakura
señaló el lugar por donde llegó.
-Me p-podría acompañar…es que quiero que vea algo—Trataba de calmarse. Suspiró, y sus piernas seguían temblando un poco.
El pelinegro la miró con duda, pero asintió, ya que su deber es velar por la seguridad del lugar. Ambos caminaron con sigilo hacia el lugar; primero él y después ella; como prevención, kotetzu puso su mano al arma que tenía en su traje…
----
Naruto quien se encontraba en su oficina todavía con Nagato; estaba asustado por la llamada que recibió hace unos segundos. Nagato lo miró preocupado--¿Qué pasó?, ¿Qué te dijo?
-Me llamó el guardia de seguridad de la empresa…—lo miro, mientras se guardaba el móvil en el bolsillo derecho de su pantalón—me dijo que sakura llegó hasta él toda nerviosa y pálida. Parece que fue del estacionamiento donde estaba ella que llegó en ese estado—caminó apurado hacia la puerta, y Nagato lo siguió diciendo:
-¿A dónde vas…?—pregunto mientras salía detrás del rubio de la oficina.
-Voy a ver que le pasó…no podría perdonarme que le pasara algo otra vez.
Llegó al elevador e iba a presionar el botón plateado incrustado en la pared, pero éste abre las puertas y de él salen Ayame y otro empleado quienes conversaban, pero al ver la cara del rubio y el cómo entraron los dos hombres -casi como un rayo- se miraron como preguntándose qué pasaba.
Las puertas se cerraron y ellos bajaron a la planta baja del edificio…
----
En el hospital central de la ciudad de Osaka, el personal médico hacia su turno con buenos ánimos ya que solo estaban tratando a algunos que otros pacientes con heridas de accidentes, y no tan graves; otros estaba de visita para consultas médicas.
En una habitación del edificio estaban dos enfermeras, una le atendía la herida a un paciente, cambiando el vendaje de la pierna ya que se había lesionado la tibia con una motocicleta, la otra le acomodaba la almohada y la sabana de la cama.
-oye, mebuki-san, ¿cómo le va a tu hija en konoha…?—le pregunto curiosa la enfermera que acomodaba la almohada al paciente. Mebuki la miro y le sonrió para decir:
-esta mañana la llamé…me dijo que iba a entrar a la junta para la nueva campaña que se realizara—decía, dándole la última vuelta al vendaje—le ha ido bastante bien, me ha dicho que los empleados son muy amables con ella.
-¡qué bueno! me alegro que la pequeña sakura sea tan inteligente al igual que sus hermanos—le regalo una sonrisa, mientras mebuki se levantaba al terminar lo que hacía y recibiendo unas gracias del paciente, quien se acomodó en la cama con ayuda de la otra enfermera.
-bueno…de pequeña…no tiene nada, jeje—sonrió con nostalgia—mis hijos están hechos unos hombres al igual que ella…pero para mí siempre serán mis niños—decía mientras con sus manos tomaba una bandeja con los utensilios médicos usados—…Kizashi…estaría orgulloso de ellos…si los viera ahora.
Su compañera se le acercó y le puso una mano en su hombro y le sonrió nostálgica, mebuki la miro y sonrió igual—él estaría muy feliz de verlos todos unos adultos mebuki-san, fuertes e inteligentes como él—le decía de manera amigable su compañera de años de trabajo.
-si, es cierto…se parecen tanto a él—decía afligida pero dirigió la mirada al paciente quien estaba escuchando la conversación algo curioso, y las miraba un poco interesado, para luego ver a su compañera quien se dio cuenta, decidió cambiar de tema sonando su garganta—este…¿ya le pusiste el antibiótico en la vía…?—pregunto a su compañera.
-ahorita lo hago…—comenzó a preparar el medicamento con una jeringa.
-¿Cómo te sientes ahora?, ¿ya no te molesta?—le pregunto acercándose al paciente quien le sonrió un poco…
-------
Sakura se encontraba apoyada en uno de los autos -en el gran estacionamiento- con sus dos manos tapaba su rostro, mientras kotetzu hablaba por su radio de seguridad para comunicar a los demás vigilantes del lugar lo que había ocurrido.
En eso escuchan unos pasos y fijan su vista en las escaleras; vieron a naruto y nagato entrar apresurados hacia ellos.
Sakura al verlo más cerca, corre hacia naruto y lo abraza.
-¡¿Qué sucede sakura-chan?!...¿qué pasó…?—dijo un poco agitado el ojiazul, abrazando a la chica quien lloraba en sus brazos.
Nagato quien había llegado hasta donde kotetzu, se quedó en piedra al ver la escena. Naruto se dio cuenta.
-¡Es!… ¡es mi cacharro!—decía ahora mirando al rubio, con lágrimas en los ojos—naruto… ¡el cacharro de mi padre!--. Naruto la abrazó mientras ella seguía llorando.
Pero todavía no sabía que le había pasado al carro como para que ella reaccionara así. La apartó con cuidado -dándole un beso en la frente- ella respiraba entre cortada y con sus mejillas sonrosadas, el rubio le tomó la mano y caminaron unos pasos más para llegar hasta donde estaban Nagato y kotetzu. Naruto puso los ojos como platos al ver como estaba el pobre vehículo.
Estaba todo destrozado, absolutamente todos los vidrios estaban vueltos en pequeños cristales, el capo medio hundido al igual que el techo y maletera; debido a golpes, según pensó él, siguió la vista a las ruedas que estaban pinchadas y ni se diga de la tapicería que estaba rayada. Todo, absolutamente todo el vehículo estaba en malas condiciones. Pero eso no era lo que más le llamó la atención, sino algunas letras que estaban escritas en el coche y en la pared detrás del objeto. Naruto soltó la mano de sakura -que ya había dejado se llorar- e intrigado caminó un poco más cerca para divisar mejor lo que decía.
-¡pero qué diablos…!--siseó.
En la pintura del vehículo con letras en blanco hechas al parecer por aerosol, decía: “disfruta tu regalito sakurita, esto es para que te quede claro que conmigo no se juega”.
Naruto apretó sus puños— ¡desgraciada loca!—susurró entre dientes. Adivinando al responsable.
Luego fijó su vista a la pared y sorprendido quedó estupefacto por lo que decía: “no dejare que seas feliz con naruto. PD: alégrate de que te hice un favor con esa chatarra que te dejo tu padre. Era inservible, como tú”.
Ahora si comprendía el estado de ánimo con que estaba la ojijade y el porqué de la reacción cuando lo llamó kotetzu.
¿Cómo demonios se atrevió la hueca de Shion a volver a agredir a sakura?, ya lo hizo físicamente -que por suerte no resultó lesionada con gravedad- pero tal parecer que no la dejó satisfecha su venganza, porque, ahora lo hiso emocionalmente.
¡Esa mujer tiene que pagar! La pelirosa al ver como naruto apretaba los puños, se le acercó a un lado.
-Naruto…--dijo con voz baja la pelirosa. Él quien la estaba viendo por el rabillo del ojo, se giró y la miro anonadado por todo eso—lo siento, yo…esto es mi culpa—comenzó a llorar, pero de la rabia que sentía.
Naruto se le acercó y la tomó del rostro con ambas manos, y le susurró dulcemente:
-No tienes por qué disculparte sakura-chan…no eres la culpable. ¡Esa mujer es una desquiciada maniática que lo hace para verte mal!—la abrazó y ella no dijo más, sólo correspondió el gesto muy acongojada.
Kotetzu se les acercó carraspeando la garganta.
-Namikase-san ya le dije a Izumo que revisara las cintas de seguridad de las cámaras del lugar, para hallar al culpable de todo esto—dijo el moreno con su radio en manos, mirando con preocupación la escena.
Nagato se les unió también y mirço con cara de preocupación a su primo, ya que sabe que al susodicho nunca le pasan cosas como estas.
-No hace falta que lo haga…yo sé quién es la culpable de esto—dijo separándose del abrazo con la pelirosa, que estaba triste—es mejor que contactes a la policía, diles que vengan para que revisen el lugar...hay que demandarla.
-¡No, naruto!...no quiero más escándalos, por favor…—sakura lo miro suplicante ante la mirada de los demás. Pero naruto sólo suspiró, y aun teniéndola al frente, le dijo en tono suave:
-Lo siento, sakura-chan, pero esta vez Shion Yank se ha sobrepasado de los límites de respeto que alguna vez le tuve…será demandada por daños materiales y morales a tu persona…quiero que esté lo más lejos de ti en cuanto sea posible—le acaricio una mejilla—…no quiero que te pase nada.
-pero…
-Es verdad, sakura-san…lo mejor es ponerle un alto con la autoridad a esa mujer—inquirió Nagato por primera vez hablando y ganando la atención de todos—si fue capaz de hacer todas esa cosas que hizo hoy, y esto…—señaló la escena, sakura bajó la mirada—no me imagino lo que pueda planear contra ti…o naruto—ella se estremeció, sabía que tenían razón pero su terquedad no la ayudaba.
-Es verdad…lo mejor es ir con la ley—dijo kotetzu apoyando al pelirrojo y también a su jefe.
Sakura se mantuvo callada unos segundos; luego suspiró pensando mejor las cosas, dijo, resignada:
-Está bien, dejare que la autoridad intervenga. Pero, porque se metió con lo más preciado…que tengo…mi familia—susurró, melancólica lo último, y mirando lo que quedaba del pobre carro que pagó por los problemas de ella y la rabia vengativa de la rubia.
Naruto comprendió que Shion había dado en un punto muy delicado y aún más débil en ella, que era su padre, el cacharro era lo único que le había quedado a sakura de su padre; además de sus recuerdos. Pero el vehículo siempre lo había tenido su familia, y, en parte las disparatadas amenazas que le escribió, una persona no estaría muy bien después de algo como eso y sakura no era la excepción. Siendo fuerte y orgullosa, también tenía sus puntos delicados y vulnerables como cualquiera y más si se trataba del tema de su familia. Naruto la abrazó y le dio un beso en los labios para tranquilizarla.
Ella le sonrió con tristeza—…gracias por estar conmigo.
-No digas nada. Siempre lo estaré—le tocó la punta de la nariz con su dedo índice y le sonrió—tú me has cambiado sakura Haruno…me has metido en muchos problemas cuando en mi vida no pasaba nada de eso—ella bajó la mirada triste y enrojeció de vergüenza. Él siguió—…problemas que…han puesto mi mundo de cabeza, que me han dejado perder el control cuando yo siempre lo tengo, problemas que me hacen actuar a través de mis impulsos sin pensar en lo que hago…pero que a pesar de todo ello…me han ayudado a cambiar mi forma de pensar en muchas cosas, en abrirme más y dejar de ser tan adicto a lo perfecto…a que todo debe salir bien…cuando en verdad es imposible no equivocarse, gracias a esos problemas que han ocurrido, he sentido que estoy cambiando en ello…y sé que todo esto tiene una recompensa. Porque, por ello me di cuenta que… ¡me estoy enamorando de ti!—ella levantó el rostro y lo miro sorprendida, con un enorme sonrojo— ¡me gustas demasiado sakura-chan!...tú me has cambiado de una manera tan increíble que…que me gusta, me gusta lo que haces, lo que provocas en mi…tú…me haces perder la razón por completo. ¡Estoy loco por ti sakura-chan!--. Vociferó. Sonriente.
-N-naruto…--no sabía que decir, había quedado corta de palabras por la confesión del rubio; esas hermosas palabras la habían dejado muda y mucho conmocionada.
Pero era cierto, todos esos problemas, enfados, torpezas, celos, eran el indicio de algo nuevo que les estaba ocurriendo y que sin darse cuenta, los unían cada día. Eso que estaban sintiendo cuando se miraban o rosaban, era el hermoso sentimiento del Amor, que poco a poco fue floreciendo en ellos y que llegó hasta el punto en donde ninguno de los dos pudo ocultarlo.
Ella lo rodeo por el cuello y le plantó un beso de felicidad. No les importó que los vieran, sólo que ellos dos estaban ahí, confesándose, queriéndose. Sin embargo ya estaban solos. Nagato y kotetzu decidieron dejarlos solos cuando comenzaron a hablar muy cerca; decidieron que era inoportuno estar como lámparas, dejándoles privacidad.
Al separarse se dieron cuenta de ello, por lo que ella lo miró feliz—tú también me cambiaste la vida…tu llegaste a mi vida cuando más necesitaba un consuelo—el rubio sonrió y pegó su frente a la de ella, cerrando ambos los ojos—te confieso que al principio el naruto amargado me caía pesado…jeje, pero, al conocerte mejor, ¡me di cuenta que eres una persona maravillosa, naruto!…eres mi ángel--acarició sus mejillas parecidas a las de un felino--…y no me arrepiento de conocerte…porque contigo he estado aprendiendo que no todo lo que vemos y creemos es lo que realmente es, sino que debemos conocer, experimentar, para darnos cuenta de lo que realmente tenemos al frente. ¡Porque tú, Naruto Namikase Uzumaki…eres mi Ángel, mi nuevo y único amor que tanto quiero!--. Lo abrazó.
-¡Vaya!....sí que me dejaste sorprendido—dijo con ternura y a la vez divertido, haciéndola reír por recordar el cómo se trataban cuando apenas el rubio había llegado a la ciudad. Le dio un beso corto—…lo de tu ángel, digamos que, soy el que te protegerá siempre que lo necesites, seré tu guardián, el que cuide de ti, tú haces que mis sentidos se alteren cuando te tengo tan cerca, me gusta todo de ti—le acarició una mejilla a una sakura conmovida--. No dejare que nada te pase sakura-chan, quiero que esto que estamos comenzando, dure mucho, muchisi…sisi…simo—le decía dándole uno, dos, tres besitos y riendo como bobos enamorados.
-¿Sabes?, si mi madre viera al pobre cacharro…—hizo un puchero al mirar el mencionado en un rincón—se moriría de tristeza…tanto que lo había cuidado. ¡Hasta de mi lo cuidaba cuando apenas empezaba a aprender a conducir! Será mejor llevarlo a un taller para…
-¡Tranquila!, yo me encargare de ello—se apresuró y sacó su móvil para comenzar a teclear la pantalla—cargaré con los gastos de su restauración.
-¿eeh?, ¡No, cómo crees!—dijo, alterada y mirándolo. Él la miro con serenidad—no quiero que hagas eso, yo me encargare de pagarlo. Además es mí…
-Es tu coche, sí. Pero soy tu jefe. Por ello quiero restituir el daño que sufriste en el trabajo—comenzó a caminar con ella después que buscara el bolso que lo había dejado en el capo de un vehículo cerca, donde estuvo recostada anteriormente— ¡y no quiero Peros o un No como respuesta!—dijo mirándola de reojo cuando notó que iba a protestar—mejor dejemos que la policía se encargue. Vayamos a comer…
-¡Es cierto!—dijo deteniendo de golpe sus pasos bajo la mirada confusa del rubio--¡no tengo vehículo para venir a la empresa!—se dio un golpecito en la frente con la mano que sostenía su bolso.
El rubio sonrió de lado, pasó un brazo por los hombros de ella y le dijo al oído burlón:
-No te preocupes por eso, nena…te puedes venir e ir conmigo mientras te reparan el coche.
Después de todo, soy tu guapo y ardiente jefe, ¿no…?—ella lo miro sonrojada. Naruto soltó una risita para darle un empujoncito y seguir con los pasos para salir del lugar—y no quiero negaciones…así estaremos más juntos sakura-chan.
Ella le dio un golpecito con su codo en las costillas e hizo reír al rubio por sus ideas brillantes, pero locas, que ha tenido últimamente.
La verdad es que el heredero principal de los Namikase Uzumaki está cambiando su personalidad, su forma de ser; abriendo más sus sentimientos. Todo por una simple chica que siendo así, una simple y común chica; le ha devuelto el color y brillo a su vida, que a pesar de no ser tan mala, le dio el toque de dulzura y alegría que tanto necesitaba para ablandar el frío y seco corazón del rubio, haciéndolo más libre y divertido, como alguna vez fue de niño.
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-haa… ¡que dolor de espalda tengo!—se quejó mebuki dando un bostezo--¿a qué hora llega yeki…?—pregunto a su compañera de turno; estaban en un cuarto del hospital donde descansaban por rato.
-creo que en media hora, mebuki-san—se levantó del mueble que estaba en el lugar para acercase le a la rubia quien estaba buscando algunos instrumentos médicos en uno de los cajones del lugar, se le veía un poco cansada—oye, porque mejor no te vas a descansar a tu casa, te ves muy agotada después de todo el día ayudando a yoko-sama en la operación de la mañana.
-no yudi, me encuentro bien. Además sólo falta media hora para terminar mi turno, no pasa nada—le sonrió mientras colocaba algunos catéter, agujas, algunos algodones en una bandeja ante la mirada de preocupación de su amiga—no te preocupes que no es nada para mí.
-¡vamos mujer, sé que te haces la fuerte pero mírate!—la señaló con una cara de preocupación, mebuki sólo rodó los ojos por la insistencia—te ves demacrada, cansada y creo que no comiste. Deberías irte y así descansar…mañana tu turno es nocturno, podrás dormir todo el día que reste, ¡anda! yo te cubro los 30 minutos que te quedan—le picó el ojo, sonriente, quitándole de las manos la bandeja con insumos médicos, a una mebuki con cara de es trasnocho quien suspiró con una pequeña sonrisa agradecida y contenta por la preocupación de su amiga.
-no hay nada para obligarte a rendirte, ¿verdad?—la miro llevándose una negación y sonrisa de la chica. Suspiró resignada—no tengo a mi hija aquí…pero te tengo a ti jeje. Bueno, me iré para que puedas ser feliz, pero antes…—ahora ella le quito la bandeja de sus manos— ¡esto lo llevaré yo!…jeje, no me mires así.
-Bueno, vamos…--decía comenzando a salir junto a la rubia del cuarto de descanso para dirigirse a la recepción para dejarle el trabajo a otra compañera.
Mebuki se la pasaba trabajando muy duro para mantener su hogar, a pesar de tener 43 años, es una mujer fuerte, entusiasta y nunca se rinde, pero ya es hora de que se tome un buen descanso. Eso es lo que sus hijos le dicen, pero ella por ser una madre responsable no quiere dejar que sus retoños carguen con todo, se niega a hacerlo.
Sai teniendo un trabajo estable, le insiste para que ella deje el trabajo, encargándose así él de los gastos que no le son tan pesados. Los estudios de Yuukimaro, algunas veces los paga él pero mebuki diciendo que como es su hijo y el más chico, debe terminar de criarlo e incluso sakura le había transferido a su cuenta para ayudarle al pequeño, es su hermano y lo hace encantada; muchas cosas más motivan a la rubia a continuar con su trabajo, ya que ama ayudar a los demás.
Luego de dejar los insumos, se despidió de algunas compañeras para recoger sus cosas e irse a descansar después de un largo día, muy agotador la verdad.
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Naruto junto a Sakura y Nagato decidieron despejar la mente de tantos problemas producidos en la empresa, para ir a celebrar el éxito de la junta a unos de los mejores restaurantes de konoha, -Ichiraku- donde preparan los mejores platillos de carnes y pescado. Los tres habían pedido una exquisita carne roja, onigiri (bola de arroz) y una deliciosa ensalada, y, por supuesto un exquisito vino blanco.
Ya estaban terminando el almuerzo entre charlas animadas, risas y unas que otras críticas de la reunión. Los 3 se la estaban pasando muy bien, sakura por su parte tuvo que ir al tocador al terminar su comida, dejando a los dos hombres en la mesa.
-¡Oye!...fue buena idea no hacer escandalo con el incidente en la empresa—decía el pelirrojo mirando a su primo, quien daba un sorbo de vino. Ya habían terminado la comida—si la prensa se hubiera enterado, regarían el chisme por todo Japón…y no me imagino la cara del tío si…
-¡Ni lo digas!—hizo una mueca el rubio—…oto-san se decepcionaría más de lo que esta—dijo indiferente y encogiéndose de hombros. Su primo lo miro comprensivo y suspiró—. Ya la empresa tiene la reputación en la boca de la prensa…con lo del robo de dinero, que no es la primera vez que sucede…—miro a los ojos azul eléctrico de su primo.
-Si, es verdad. ¡La prensa no da crédito!—dijo con molestia—…pero a un así, hay que hacer las cosas a la ligera y sin llamar la más mínima atención…cambiando de tema, naruto…—se acercó más a su primo que estaba al frente suyo—¿qué…piensas hacer cuando…hinata se entere que la dejaste…por sakura…?
El rubio frunció el ceño—…te aclaro, no la deje por sakura…mi relación con hinata estaba tensa antes de venirme a konoha. Cuando viaje a Tokio hablare con ella, le diré que me equivoqué…no estoy listo para casarme, no con ella—se encogió de hombros ante la mirada llena de sorpresa del pelirrojo—…todos cometemos errores, las cosas no siempre son como parecen, Nagato. Además, ella no me ha vuelto a llamar desde que discutimos por teléfono cuando terminamos. Dudo mucho que en verdad quisiera arreglar las cosas, total, ya no hay nada más que hacer.
-¿En serio…?— lo miro asombrado— ¿acaso hinata se está rindiendo?.... ¡la verdad, todo el mundo está loco!—negaba con la cabeza recordando también a la rubia loca en la empresa, todo es nuevo para él al igual que el comportamiento de su querido primo. Naruto se encogió de hombros sin darle importancia, a lo que Nagato mira a un lado y ve a sakura salir del baño. Lo miró de nuevo—…lo que si te digo, es que espero que hayas echo bien tu elección naruto…sakura es una gran persona…y lo sé por lo que hizo—le regalo una sonrisa fraternal a su primo que le respondió en complicidad.
--FLASH BACK---
Cuando naruto y sakura salieron del estacionamiento, llegaron hasta donde estaban Nagato y kotetzu, quien ya había llamado a un oficial para poner la queja de lo sucedido hace unos minutos atrás. Sakura les había comentado que sería buena idea hacer las cosas en secreto de todo el personal de la empresa para no levantar sospechas de lo ocurrido y para no meter en más problemas la reputación de la empresa.
-¡Es una excelente idea!—espeto Nagato asintiendo y mirando al rubio quien estaba al lado de ella, con una brillante sonrisa. Ella estaba sonriente y agradecida—sería mejor hacerlo de esa manera.
-Hablare con el oficial para que se hagan los tramites de todo…—el rubio tomó su móvil para marcar.
Se alejó un poco pero mirando hacia ellos, estaban en el vestíbulo del piso principal. Vio como sakura sonreía mientras hablaba con Nagato, era una excelente idea la que se le había ocurrido a la chica; naruto cada día se sorprendía y admiraba por su personalidad, tan fuerte y valiente pero a la vez delicada. Él no dejará que nadie le haga daño, de eso está seguro.
---FIN DEL FLASK BACK----
-¡Ya volví!—espetó la pelirosa sonriéndoles encantadoramente y tomando asiento a un lado del rubio—espero no haberlos interrumpido.
-¡No, para nada sakura-san!--el pelirrojo le sonrió—más bien estaba esperando a que llegaras para no tener que dejar a naruto solo.
-Solo dime sakura…—le sonrió amable— ¿acaso te aburrió? —dijo sarcástica y mirando a naruto divertida, él arqueo una ceja con media sonrisa—digo, por el naruto serio y razonable…¡ejem!…—miro a Nagato soltando una risita que hizo negar divertido al chico y soltar una carcajada.
-¿La verdad? ¡Es la responsable de tu cambio primo!—se burló pero cuando vio a su rubio primo serio, borró la sonrisa— ¡vamos!...no me mires así, ¿acaso no digo la verdad?
El rubio negó dando otro sorbo al poco vino que le quedaba en la copa para no reír, no quería darles el gusto de reír a ese par de burlones, pensaba acomplejado. Sakura los miro divertida.
-bueno ya me voy chicos…fue un placer compartir el almuerzo contigo sakura—le regaló otra sonrisa y le tomó una mano para besar con educación los nudillos, ella se sonrojó por el gesto y le sonrió— ¡estamos hablando naruto!—le estrechó la mano al chico para luego levantarse e irse.
Los otros dos lo siguieron con la mirada. Hasta que naruto de reojo, la posó en la chica pelirosa a su lado.
-Ya estamos solos—susurró el rubio en tono suave y mirando a la pelirosa quien le sonrió. Ella se acomodó un poco para estar frente a él y mirarlo mejor.
-Tu primo es muy amigable—dijo mirando la mano del rubio que había alcanzado la suya—pensé que iba hacer como tú cuando llegaste a konoha.— el arqueo una ceja entre extrañado y divertido.
-¿Y cómo es eso…?—entrelazo su mano con la de ella mientras la miraba curioso.
-Bueno, mm, pues…—puso su otra mano en su mentón en forma pensativa. Sonrió y en tono sarcástico pero divertido dijo para molestarlo—engreído, estirado, amargado, serio, fri…
-¡¿Acaso yo era todo eso?!—la miro sorprendido y un poco sonrojado por la vergüenza de haber sido todo eso. Ella asintió, soltando una risita y con un leve sonrojo— ¡vaya...sí que te caía pesado entonces! jeje.
-¡Ni que lo digas!—se carcajeo por el mohín que hizo el rubio. Él solo se acercó más a ella y con la otra mano, le tomó una mejilla para acariciarla—…eres tan tierno—le susurró ella y muy cerca de los labios de naruto.
-Y tú fascinante…—al decir esto, cortaron la poca distancia que tenían.
Era un roce suave y cariñoso; naruto llevó su otra mano a la otra mejilla de ella las cuales estaban teñidas de un lindo rosa, para así besarla mejor. Si no fuera por la maldita mesa y el bendito lugar donde estaban, ¡se la comería a besos! como ya lo ha hecho, pensaba el rubio.
...
Lo que ellos no sabían era que unas de las tantas personas en el lugar los estaban viendo con cara de asombro y diversión. Teniendo en su mano un móvil con pantalla plana, a su lado estaba su compañero que también los veía asombrado.
-¡Whoo!... ¡esto es bomba!---decía mientras tomaba foto a la parejita dándose besos— ¡voy a obtener una buena gratificación por esta nota! jejeje—miraba lo capturado por su aparato.
-¡Oye. Tu solamente no los estás viendo idiota! —decía el otro sacando también su aparato y tomando una foto, ahora viéndose tomados de la mano y sonrientes--¡Quién diría que el hijo mayor de los Namikase Uzumaki y famosísimo empresario le está pegando los cuernos a su prometida! jajaja—reía en complicidad con su compañero—bueno, esto saldrá en primera plana. ¿No crees, sebas?.
-Si, es cierto, ¿qué cara pondrá el chico cuando la vea…?—ahora disimulaban que conversaban ya que la pareja se levantaba para irse después de pagar la cuenta—he escuchado que la prometida del chico no es una santa…¡es una casanova!. Digo que tiene su derecho en hacer lo mismo él, ¿no?...además, la chica no está naada mal—decía con la mirada en la pareja que salían del local…
-¡Si, si como digas!—movía una mano restándole importancia, mientras miraba las imágenes que había capturado— ¡esto es billetes, bro, billetes! jajaja. Y solo fue suerte.—ambos estaban felices por la suerte de capturar algo como eso, ya que sólo estaban descansando en su día de descanso. Sin contar que no habían otros paparazzi por la zona y robarles el chisme.
Mañana saldrá una noticia en todo konohagakure, y quien sabe, en todo Japón, sobre el heredero varón Namikase. Y quien sabe que líos les traíga, ¿será a ambos o solo al rubio? Sólo esperemos que no cause problemas en la relación de ellos…aunque, es algo inevitable.
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¿Qué tal?, ¡volvíii!! "HURRA" jeje disculpen mi ausencia pero he estado muuy ocupada tanto en la uni como en otras cosas. Espero y les haya gustado. Ya las cosas se pondrán muy buenas... Besos!
CerezoIntenso- Chunnin
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Re: ¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
Holaaaaaaaaaa, gwnial capítulo tan tierno, aunque shion esta demente. Espero con ansias el siguiente
¡Esa Mujer!(+18)-capitulo 31 (Esa Mirada)/30/04/17
Capítulo 31
Ya era viernes en Japón con una hermosa mañana donde los rayos del sol colaban las praderas, ciudades y pequeños pueblos de la gran región, como muchas veces haciendo que el paisaje de la naturaleza inundara de majestuosidad en ella, haciéndola lucir incomparable por sus exquisitas variedades de áreas verdes.
En la empresa de konoha…
Todo era tranquilidad y armonía. Los trabajadores con excelentes ánimos hacían lo suyo; unos sumergidos en papeles y otros laborando en las diferentes áreas de la empresa.
El director por su parte estaba muy concentrado firmando varios papeles que le habían llegado para algunas propuestas sobre la campaña que se realizaría el día miércoles para dar a conocer la nueva imagen de la producción, la cual será dirigida por primera vez por él, como su líder.
Siempre estuvo trabajando en diferentes campañas e incluso en conferencias con su padre. Pero esta vez sería diferente, ya que Naruto sería el representante y líder de ésta, cosa que lo hacía estar emocionado.
Volviendo a la actualidad… nuestro rubio estaba tan concentrado en lo suyo que no escucho que tocaron la puerta, por lo que tampoco se percató que ésta fue abierta, dejando ver así a…
¿?:.. ¿Naruto…?
El rubio enseguida llevó su vista a esa persona y de la impresión, se levantó de golpe- ¡oto-san!...—sonrió sorprendido, se dirigió al rubio mayor que estaba entrando a su oficina-- ¿Qué haces aquí?...no dijiste nada que vendrías.
-Hola naruto—saludo el rubio mayor y sonriendo paternal a su hijo que llegando a él, le toca un hombro—¡veo que te va de maravilla!.
-Bueno, si…—se tocó la nuca sonriendo— ¡ven, toma asiento!—lo guió hasta uno de los muebles de cuero color negro del lugar, al sentarse uno al lado del otro, naruto le sonrió algo emocionado por su visita— ¿cómo estás?... ¿oka-san, ino…?
-¡Bueno, todos bien hijo!—le respondió con una sonrisa para luego mirar la oficina—extrañándote pero conscientes de que haces lo que puedes…estoy aquí de pasada porque dentro de un rato debo irme a New York, a firmar un convenio con una empresa de perfumes—su tono era profesional. Naruto lo miraba atento y asentía orgulloso de su padre—vengo porque quería hablar algo serio contigo, naruto…
De repente, su tono era muy serio al igual que su mirada. Naruto arqueó una ceja, extrañado, y llevó su mirada a un objeto que sacaba su padre de un portafolio en negro, siendo un periódico.
-…sabes…que siempre estoy al tanto de lo que sucede en Japón…por lo que esta mañana al leer lo que decía esto…—le pasó el periódico ante la mirada confusa del rubio menor, pero aun así, lo toma, algo dudoso—me sorprendí mucho, naruto… ¡Quiero que me confirmes…si es cierto lo que dice!
Naruto lo miro con duda, pero minato sólo le hizo señas para que lo viera. Por lo que naruto se encoge de hombros y toma el objeto entre sus manos; a los segundos de ver la portada, es decir, la parte principal de las noticias, palideció, abriendo desmesuradamente los ojos por lo que estos vieron, su corazón latía con rapidez. “¡¡MALDICIÓN!!”, pensó con gran furia y sorpresa.
-Y bien, ¿qué opinas al respecto naruto…?—su padre le sacó de la lectura.
Naruto al levantar un poco la vista, nervioso, lo vio con un semblante serio. “Estoy en problemas”, pensó intrigado.
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Por otro lado… la pelirosa salía del elevador llevando consigo unos papeles en mano -había ido a buscarlos en la oficina de yuki- ya que necesitaban la firma de naruto para poder enviarlos a la empresa central, en Tokio.
Sakura iba con una gran sonrisa en su rostro; vestía vaqueros azul oscuro y la chaqueta del uniforme (también usan estos aparte de las faldas) a juego con una blusa roja de tirantes y unas sandalias de tacón de aguija del mismo color; su cabello lo sostenía en una coleta alta, y con un toque de lápiz labial rojo en sus delicados labios con un maquillaje discreto en su rostro.
Ella se acercó a Ayame quien estaba anotando unas cosas, mientras hablaba por el teléfono de la empresa.
-Sí, muy bien, yo le daré su recado. ¡Gracias por llamar!—colgó la castaña para luego mirar con preocupación a su amiga, que la vio confundida— ¡sakura, menos mal y te veo!
-¿Qué sucede Ayame?, ¿por qué tienes esa cara…?—la pelirosa dejó los papeles en la barra de la recepción para luego recostarse y mirar a su amiga, curiosa y divertida—¿acaso…sasori se aburrió de esperarte y…tiene novia nueva?—bromeó.
-¡ay, no digas tonterías…!—le dio un golpecito en el brazo. Ambas rieron por el comentario. Pero a los seungos la castaña se recompuso y dijo en tono bajo— ¿a que no adivinas quien está de visita en la empresa…?
-… No tengo ni idea—dijo, sin llegar a tener una idea.— Con tal y no sea la idiota de Shion—hizo una mueca al igual que la otra.
Con respecto a la rubia, ella había dejado la carta de renuncia en su oficina -al rato de la discusión con su jefe- por lo que no se preocupó en aparecer y menos por lo que le hizo al pobre coche de la pelirosa; sin embargo como se había acordado, la demandarían por los daños ocasionados, e igualmente realizando un par de trámites precisos -gracias a la influencia que poseía naruto- le mandaron a su casa una orden de alejamiento hacía la pelirosa, -que la recibió rompiéndola en pedacitos. Diciendo que no se quedaría así. Sólo que para sí misma.
Sakura había propuesto no sacar a la luz lo sucedido para no poner la reputación de la empresa en boca de la prensa. Y fue una buena idea porque nadie se había enterado de lo sucedido, sólo yuki, Ayame y los socios que eran los más allegados -y quienes se habían preocupado por sakura-, incluso Kankuro quedo estático por lo que la rubia había hecho. <
-dime… ¿quién llego…?—dijo sakura, muerta de la curiosidad.
-…El mismísimo… ¡Minato Namikase!, ¿Qué te parece?, ¡es tan guapo!…—le dijo sonriendo y mirando a su amiga.
Que había parpadeado: dirigiendo la pequeña información. Para luego abrir los ojos de la sorpresa, por la noticia.
-…llegó hace como veinte minutos y por lo que vi…no iba con un buen humor—colocó un dedo en su mentón, pensativa.
-¡Oh Kamii!...—chilló, alterada y nerviosa—…el, el padre de naruto… ¡oh dios!—volvió a repetir ahora caminando de un lado a otro y con una mano en su frente, y la otra en su cadera.
Ayame que la miró con curiosidad pero a la vez confundida, salió de su puesto para tomarla de los hombros y verla. Tenía la cara de preocupación.
-¿Por qué te pones así sakura?, ¿acaso es por algo que hizo naruto-san…?—la ojijade negó con la cabeza con el ceño fruncido— ¿entonces?...no entiendo porqué estas tan nerviosa.
-¡No! Es sólo que…es raro que venga así como así, naruto no me dijo que vendría… ¡seguro vino a ver cómo le iba!—. Mintió lo último. Se dirigió a tomar sus papeles—debo entregarle esto a naruto, ¡nos vemos Ayame…!.
Se despidió rápido para seguir su camino al pasillo derecho -donde estaba su oficina compartida con la de su jefe y novio. Ayame la vio, confundida, pero volvió a su puesto diciendo que a veces la pelirosa es rara.
Sakura por su parte estaba que no cabía de lo sorprendida y nerviosa que estaba.--¡seguro se enteró de lo que ha pasado en la empresa!… ¡seguro mandará a naruto devuelta a Tokio!—susurró en tono preocupado. Temerosa. Tragó saliva—no puedo permitir eso, todo es mi culpa…—estaba nerviosa de lo que estuvieran hablando esos dos en la oficina.
Minutos antes...
-Y bien, ¿qué opinas al respecto naruto…?—su padre le sacó de la lectura.
Naruto al levantar nervioso la vista, lo vio con un semblante serio. Suspiró y comenzó a darle ojeadas al periódico. Frunció su entrecejo.
-¡No sé quién o porqué publicaron esta tontería!...—enfatizó serio o más bien molesto, con gatitas en su frente. “¡No quería que esto pasará!…se me fue de las manos, ¡demonios!”, pensó más molesto y algo preocupado.
-¿Crees que este bien que publiquen como primicia, “el hijo mayor y empresario de las empresas, The Namikase’s, le está poniendo los cuernos a su novia y prometida”…?—minato se le quedo viendo con seriedad. Mientras naruto sólo ojeaba más molesto por la nota que habían escrito de la noticia.—…¡y sobretodo que está en primera plana naruto. Todo Japón está enterado de la noticia!
-Oto-san esto...—fue interrumpido.
-Naruto, quiero que sepas que si no te sentías a gusto con hinata, tenías que habérselo dicho y no dejar que algo así—señaló el objeto con molestia—pasara…¡la verdad estoy muy sorprendido por esto, naruto!.
Naruto lo miro indignado, suspiró pasándose una mano por el cabello, irritado—esto que dice es mentira, yo no…
-¡Estoy sorprendido de tu actitud naruto! Nunca había pasado esto… ¡tu siempre cuidas tu imagen!—lo miro preocupado.
Naruto por su parte se levantó molesto, dejando de golpe a un lado el periódico para frotarse ambas manos por el rostro, estresado.
Minato lo siguió con la mirada—… ¿qué ha sucedido contigo? Primero cortas así de la nada con la pobre hinata, segundo esto… ¿que sigue, llevar a la quiebra la empresa?—minato estaba decepcionado de su hijo.
-¡Nada de esto es verdad, ¿sí?!...—estaba frustrado, estresado.
Minato se sorprendió por el tono de su voz pero guardó silencio… De pronto el lugar se notaba algo tenso por la situación.
-primero que nada, ¡Jamás!, escucha bien, jamás llevaría a la empresa a la quiebra, ¿si…?—lo miro con seriedad y ofendo. Con sus dedos enumeraba—…segundo, ¡yo no corte con hinata así como así! Ella sabe ¡muy bien! porqué lo hice… Si no lo hice antes era porque quería darme un tiempo solo…para saber si estaba bien seguir con la relación, pero ya vez que no. Sabes muy bien como es de caprichosa…—dijo en tono más calmado y con algo de molestia.
-… ¿Esperaste a estar lejos para no darle la cara?—minato se levantó para mirarlo. Naruto frunció el ceño indignado por lo que dijo.
-¡Sabes muy bien que no soy así!—lo miro indiferente—…tu muy bien sabes que esto no estaba en mis planes, ¡yo no estuve de acuerdo con ese estúpido plan, oka-san y tú lo planearon muy bien y decidieron ocultármelo!—minato se tensó al recordarlo y bajó la mirada, avergonzado. Naruto bufó con enojo—. Sabes que sería incapaz de hacer algo quedañara a la empresa o a la familia, por eso acepté casarme con ella…al principio me resigné porque creí que hinata sería una buena esposa pero me di cuenta de que estaba equivocado. Oto-san…tu sabes cómo era mi relación con ella—naruto se relajó un poco al desahogarse con su padre. Tenía que hacerlo. Tenía que decirle lo que en verdad sentía, lo que debió decirle hace mucho.
Minato estaba avergonzado porque sabía que naruto tenía toda la razón; él y kushina no pensaron bien en cómo de verdad se sentía su hijo, sólo velaron por su bien y el de la familia, pero la verdad, sólo fue un gran error…y uno que su hijo estaba pagando con creses.
-…naruto…yo, no sé qué decirte…bueno si…—el rubio joven lo miro extrañado por el tono con el que habló su padre; era suave pero también avergonzado—…quiero pedirte perdón si esa decisión que tomamos tu madre y yo, te, causó daño, si fue una de las causantes de tu infelicidad…de tu actitud naruto…¡sé que ya es un poco tarde para hacerlo pero quiero que sepas que yo no estuve de acuerdo con todo esto!—. Naruto lo miro asombrado y más confundido aún. Minato quien estaba a su frente le sonrió, nervioso y desganado—yo intenté convencer a tu madre en que primero teníamos que decírtelo, pero…
--Flash Back—
En el despacho de minato se encontraban tanto él y kushina, como también en compañía de otro hombre.
Estaban conversando sobre algunos planes que tenían para sus hijos, pero el rubio no estaba muy convencido de ellos.
-cariño, ¿Por qué mejor no le informamos a naruto?, él debería estar de acuerdo en esto…no creo que sea buena idea sorprenderlo, sabes cómo es su actitud últimamente…no quiero que se enfade—alegaba preocupado, mirando a su esposa quien estaba caminando de un lado a otro en el lugar. El otro hombre quien estaba sentado los vea con aire serio.
-bueno…viéndolo así, naruto se molestaría… Creo que…--fue interrumpida por el hombre quien se levantó de uno de los muebles que estaban en el lugar, mientras se acercaba a minato el cual estaba parado en un lado de su escritorio.
-creo que sería una grandísima pena si naruto se entera, minato—su mirada denotaba serenidad pero a la vez fingiendo preocupación—sería mejor no decirle del compromiso con hina-chan, además, como ustedes dicen…mi hija está muy enamorada de él, tampoco quiero que se desilusione…la pobre no sabría qué hacer si naruto la dejara por enterarse de que queremos comprometerlos.
-bueno es verdad, hinata está enamorada…pero también está el hecho de que si naruto no quiere dar ese paso…
-minato, amor, creo que Hiashi-san tiene razón…nuestro hijo y hina-chan están muy enamorados, ¡no creo que sea mala idea darles esa sorpresa!—decía convencida, acercándose al rubio quien suspiró, algo estresado. Hiashi sólo sonrió complacido de lograr convencer a la mujer— sería excelente unirlos en matrimonio, eso traería una excelente descendencia, ¿no crees?—le dio un beso en la mejilla.
-¡muy cierto, nuestros nietos serían perfectos!—sonreía Hiashi, mirándolos—ambos son un buen partido, nada se perderá, al contrario.
“Y un buen partido para mi clan jaja, no dejare pasar esta oportunidad, ¡oh claro que no!”, pensaba perspicaz y con malicia, mientras les sonreía al futuro pase a su fama.
-¡Los Hyuga y los Namikase Uzumaki emparejando jeje, algo perfecto!.
Kushina sonrió convencida de lo que dijo, mientras él sonreía más amplio al escuchar los planes que tenía para darles la sorpresa a sus hijos.
Minato sólo suspiró, no muy convencido de los planes secretos para el futuro de su hijo. Uno que podría no gustarle e incluso afectarlo para mal, pero no podía hacer nada ya que estaba en desventaja, sólo dejar ver qué sucederá.
“Solo espero no estar equivocándome”. Pensó preocupado por su hijo.
--Fin del Flash Back—
-sé que tu madre es muy terca, naruto, pero entiéndela. Ella sólo vela por ti, tu bienestar, felicidad, o bueno, la que ella cree que debes tener….— le tocó un hombro. Naruto estaba muy sorprendido por lo que le había contado su padre—ella sólo quiere que tú y tu hermana tengan lo mejor, lo que se merecen.
-¡¿Y crees que ocultándome las cosas?! ¡¿Qué decidiendo por mí, me hace feliz…?!
Se alejó un poco de su padre. Se sentía molesto y decepcionado. Ahora era él quien lo estaba.
Minato sólo bajó la mirada entristecida
-… ¿estás de acuerdo que merezco que alguien decida lo que cree que es mi bienestar y que me hace feliz?, cuando en realidad es todo lo contrario oto-san… ¡ustedes no sabían el cómo me sentía cuando estaba con hinata, oka-san siempre pensó que estábamos bien y que nada ocurría, pero no era cierto!...y no sabía que Hiashi-san también estaba involucrado en esto.
Naruto estando serio lo miraba acercándosele de nuevo, hasta quedar al frente suyo.
“¡Siempre de metido!… ¡nunca me gusto que interviniera en mi relación con hinata!”.
-lo siento, hijo… ¡sé que te decepcionamos pero no fue mi intención!—. Lo abrazó como impulso.
Se sentía culpable por decepcionarlo, herirlo, por no hacer lo correcto y pensar que ocultando las cosas y hacerlas a su manera era lo mejor que pudo hacer en aquel momento.
Naruto por su lado se tensó, algo sorprendido por el abrazo, pero no lo apartó; más bien se relajó y poco a poco fue cediendo también. Lo necesitaba.
-perdona mis estúpidas decisiones hijo, nunca pensé en que te harían daño…también perdóname por no escucharte cuando lo necesitabas.
-. No te preocupes oto-san, no te guardo rencor ni nada—sonrió con sinceridad al separarse—al fin de cuentas ambos son mis padres, se equivocaron como cualquier padre o madre con sus hijos lo hacen…de igual forma yo también lo hice--se encoje de hombros con desgana.
En la mirada de ambos se reflejaba honestidad acompañada del cariño de un padre y un hijo, respectivamente; ahora se sentían más relajados y entrando de nuevo en confianza.
… La tensión en el ambiente ya se estaba esfumando.
-… ¿dijiste que estas sorprendido de mi actitud…?
Minato asintió sintiendo curiosidad al recordarlo. Naruto sonrió con desgana.
-¿sabes?, creo que fue buena idea haberme venido para acá…estar lejos de todo y conocer cosas nuevas—. Mientras hablaba guardó cada mano en cada bolsillo de su pantalón. Caminó siendo rodeado de serenidad para detenerse y mirar por el ventanal, minato lo siguió, aún curioso—…he estado reflexionando…me he sentido diferente últimamente…me siento más…--buscaba la palabra correcta—espontáneo. Positivamente me ha ayudado en todo.
Minato al recordar porqué estaba allí, preguntó curioso--… ¿Quién es esa mujer naruto?—soltó.
Se colocó en la misma posición que naruto y lo miró de reojo. El tono de voz con el que ambos hablaban era calmado. —por lo que se ven en esas fotos…parece más que una amiga. ¿Acaso es una aventura?…o, ¿quién es para que cambiaras así?... ¿tiene que ver en tu cambio?—aunque empleando el mismo tono fue claramente una orden.
El rubio menor lo miro de reojo, “siempre directo al grano… debo admitir que eso también lo heredé de ti”, pensó, volviendo su vista al su frente y soltando un suspiro. Sonrió al recordarla—ella… Esa mujer fue el motivo…el impulso que produjo mi cambio oto-san—minato se posicionó de lado para arquear una ceja, mirándolo con asombro—ella es…
De repente la puerta se abrió… una chica de rosada y larga cabellera atada en una coleta y con cara de preocupación se apresió al momento. Por lo que ambos hombres guardaron silencio para girarse y ver a la chica quien cerraba detrás de sí.
Naruto sonrió -siendo minato testigo de ello- por lo que miró a la chica con curiosidad; preguntándose ‘¿quién era esa joven?’. Él no estaba enfadado, era que estaba sorprendido por el tan repentino cambio de actitud que tenía su hijo, ya que lo conocía de toda la vida del mismo y aunque su actitud era tomada como ‘sensata y profesional’ -al entrar en ese ámbito-, en lo personal, se le hacía sorpresivo ese cambio y más por semejante noticia -aunque la prensa siempre se aprovecha de la situación. Pero también estaba avergonzado por su propia actitud, ya que sabía que estaba haciendo mal con las decisiones que tomaba y que por desgracia y sin intención, dañaban a su hijo.
-¡lo siento!, no quise interrumpir—se disculpó sakura, ‘con una voz angelical y dulce’, pensó minato quien se le acercó al igual que su hijo; por lo que la ojijade se sonrojó de golpe. Al notar lo guapo que era el padre de naruto. “Es cierto, es muy guapo”. Le dio la razón a su amiga.
-¡No interrumpes nada, sakura-chan!—le sonrió encantado al verla, sin poder ocultarlo.
Minato sólo pudo expresar la sorpresa en su rostro teniendo un significado de ‘no lo creo’. No cabía tanto asombro en él del actuar de su hijo.
-mira, ven, te presento a Minato, mi padre—le señaló al susodicho y este le sonrió, a lo que ella le extiende la mano como saludo y minato se la recibe.
-¡Mucho gusto señor Namikase!—hizo una reverencia que le pareció muy educada al señor. Ella le regaló una sonrisa tímida y nerviosa a minato—soy Sakura Haruno, asistente de naruto--. Informó, tomándole aun la mano.
Teniendo un leve sonrojo, parpadeó, más sorprendida por el parecido que tenían ambos hombres -los dos vestían trajes. Naruto uno de color azul marino con camisa azul cielo, sin corbata, mientras que el mayor lucía un traje color gris y con corbata. Además de compartir un físico -atractivo- muy parecido también compartían la misma estatura, observó sakura.
Minato la miro con interés pasando su mirada de abajo hacia arriba, quedando más curioso en su cabello y ojos; eso la hizo incomodar. Le sonrió divertido— ¡es un gusto, sakura!—le soltó la mano. Naruto se colocó al lado de ella y miro a su padre— ¿ella es…esa mujer naruto?—sonrió viéndole asentir con seguridad.
-Sakura es mi novia, oto-san—espeto seguro de sí. Pasándole un brazo por la cintura de ella y haciendo que la misma lo mirara sorprendida y a la vez nerviosa, por la directa confesión del rubio sobre su relación. Naruto -omitiendo sus nervios- sólo la apretó contra él, transmitiéndole seguridad.
El rubio mayor hizo una pose de estar pensando algo y, su mirada azulada iba de sakura a naruto. La pelirosa estaba sonrojada y nerviosa por lo que tragó grueso: esperando la respuesta.
-…dices que eres Haruno, ¿no?...
Ella ofuscada, asintió. No sabía a qué venia ello; él rubio iba hablar cuando minato se le adelanta con cara de recordar algo.
-¡ha!... ¡ya recuerdo de donde he escuchado ese apellido! jejeje—miró a la ojijade, asombrado—ese color de cabello y esos ojos, ¡como olvidarlos!—señaló lo mencionado con una radiante sonrisa. Narusaku lo miraron con gotitas en su sien, no entendiendo lo que decía; minato al darse cuenta, dijo en confianza— ¡Kizashi sí que hace a sus hijos como se debe! jajaja—reía el rubio recordando al difunto, sólo que él no lo sabía.
Sakura al escuchar -repentinamente- el nombre de su padre sintió su corazón latir con rapidez, lo miró sorprendida.
-¿Us-usted conoció a mi padre…?—dijo en voz baja, ya que la había agarrado desprevenida.
Naruto se sorprendió ahora sabiendo el nombre del padre de su novia, por lo que dándole una mirada notó como ella miraba con interés a su padre, esperando la respuesta, por lo que él hizo lo mismo.
-¡Si! Kizashi y yo somos buenos amigos…aunque tengo tiempo que no sé nada de ese monstruo, ¡sin ofender!—hizo una seña con su mano de ‘déjame terminar’ por la mirada que tenían los dos de estar aun confundidos--lo digo por su forma de trabajar y entablar amistades.— sonrió— ¡es un gran hombre!
Sakura sólo pudo bajar la mirada con una sonrisa nostálgica y sintiendo una pequeña opresión en su pecho. Naruto sintió el cambio de desanimo en el cuerpo de sakura, al aun tenerla de la cintura.
-…aún recuerdo cuando nos conocimos…
--Flash Back—
Minato se encontraba en su gran oficina, en la empresa central de Tokio. Se encontraba firmando algunos papeles cuando entra su asistente diciendo ‘que alguien lo busca’. El rubio le contesta ‘que deje entrar a quien lo solicita’… Al segundo ve entrar a un hombre alto, piel ligeramente morena, un poco robusto y de una cabellera rosa algo canosa, vestido de traje y con un maletín en manos.
-¡Namikase-san, un placer!…Kizashi Haruno—sonrió el hombre estirando su mano al llegar frente al escritorio. Minato se levantó con una pequeña sonrisa y le respondió con un apretón de manos, amistoso.
-¡El gusto es mío señor Haruno!... por favor, tome asiento—le señaló con amabilidad una de las sillas cerca de él. Kizashi le obedeció—…me imagino que viene por lo de la distribución que se publicó hace dos días, ¿verdad?
-Es correcto, mi jefe me pidió que formalizara un pequeño contrato…me pidió que fuera amable jeje ¡aunque esa orden está de más!—lo mira sonriendo—he sabido que usted es un buen negociador.
-¡hombre! lo mismo digo—sonrió mirándolo, divertido—nos llevaremos muy bien señor Haruno—el pelirosa asintió con una pequeña sonrisa.
--Fin del Flas Back--
Sonrió al recordarlo, fue hace algunos años atrás. Recordaba haber sido muy gratificante esa conversación; le trajo muchos recuerdos de otros encuentros de negocios con el Haruno.
-¡oye, espera!... ¿por qué dijiste que si conocí a tu padre…?
Hasta ahora dándose cuenta de lo que había dicho la pelirosa; eso sonaba en tiempo pasado, algo no le concordó por lo que minato se dio cuenta de que sakura tenía la mirada triste.
Miró a naruto quien lo veía algo entristecido. Frunció el ceño, confundido--¿Qué sucede…?
-…Es que…el padre de sakura-chan…murió hace 8 años, oto-san.
Minato sorprendido al escucharle miró a la chica quien soltando un pequeño suspiro -entrecortado- se abrazó del rubio. Minato los miro triste, comprendiendo.
-¡Vaya!...no sabía nada al respecto...nunca me enteré—todavía estaba en shock por la noticia—…recuerdo haberlo visto por última vez…hace como…unos 9 o 10 años.
Sakura se apartó del abrazo del rubio y se limpió unas pequeñas lágrimas que corrían por sus mejillas, regalándole una pequeña sonrisa -nostálgica- a minato. Este le correspondió igualmente el gesto.
-… ¿sabes?, eres igualita a él, sakura—se le acercó, algo compasivo, ante la mirada llena de sorpresa de ella, pero manteniéndose en su sitio—si tú fuiste la que cambio la actitud de mi hijo…—lo miro divertido y luego a ella.
Naruto sólo rodó los ojos. Sakura miraba atenta a minato tratando de entrar más en confianza, aunque no podía dejar de sentirse un poco nerviosa.
-…no tengo problemas en dejar que entablen una relación…ambos son adultos y saben lo que hacen—. Anunció con tranquilidad.
La cara de naruto estaba tanto sorprendida como confundida. Primero, porque llegó regañándolo, segundo, por conocer desde hace años al padre de sakura -que lo dejó descolocado. Y, tercero, el que aprobaba su relación con sakura así sin más.
“La verdad…oto-san es una caja de sorpresas”, pensó, sin salir de la sorpresa el Namikase menor.
Y pues sakura, no sabía si reír de felicidad o llorar por lo mismo -y por recordar a su padre- estaba confundida pero no en el plano negativo.
En un movimiento rápido minato la abrazó -asiéndola sobresaltar de la sorpresa- pero aun así correspondiéndole.— ¡me alegro en volverte a ver sakura!…al igual que tu padre, que fue un gran amigo para mí, de verdad me contenta verte otra vez.
-…g-gracias, minato-san…—logró decir la pelirosa quien roja de la pena pero contenta al separarse del abrazo. No sabía el porqué de lo de volverla a ver pero igualmente estaba feliz.
Minato le acarició una mejilla sonriéndole. Naruto que había apreciado la escena estaba medio celoso de su padre, pero alegre por su actitud. “Al menos oto-san no me dio la espalda”, pensó naruto, sintiéndose feliz.
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En las bellas calles de Tokio se encontraban las personas activas, unas caminando para llegar a su destino, otras en bicicletas, autos lujosos se veían transitar por el asfalto al igual que motos.
Una bella peliazul con una sonrisa y de buenos ánimos como es de costumbre lucia con su mejor pinta de marca junto a unos lentes para el sol, su lujoso camaro descapotable color plata. Las personas en la calle la miraban con envidia y otros asombrados por tantos lujos que se ven en la ciudad.
Ella como de costumbre salía a trabajar en las tiendas pertenecientes a su padre, aunque próximamente pertenecerán a ella…y a su hermana -por desgracia, recordaba. Siendo por ahora la contadora y encargada de algunas—¡¡que hermoso día!!—eufórica, sonrió al parar en una esquina, ya que el semáforo estaba en rojo.
Miro a algunas personas caminar y andar en bicicleta por la acera pavimentada e igual que algunos puestos de comercio distribuyendo sus productos como: revistas, periódicos y otros artículos de índole informático.
Su vista se detuvo en un grupo de tres chicas -quienes murmuraban exageradamente alto- mientras reian y miraban con claro asombro al parecer una revista, observó hinata. A los segundos viéndoles retirarse con sus parloteos le dejaron a la vista uno de los puestos libre el cual llamó su atención. Debido a la poca distancia podía observar con claridad los periódicos colgando en una especie de cuerda dejándolos a la vista del quien pasara.
Achicó los ojos tratando de fijarse en algo que, llamando su atención, frunce el ceño.
-creo que…estoy viendo mal…—. Musitó, para quitarse las gafas de sol— ¡no! no puede ser…
Sin pensarlo dos veces se bajó del coche, dejándolo en la calle y en plena avenida para dirigirse a zancadas -sin perder su caminar “elegante o presumido”- hasta uno de los locales.
Tomó sin previo aviso un periódico y leyó algo que, al parecer, confirmaba sus sospechas traumáticas desde hace tiempo. Eso no le gustó.
-… ¡con que esas tenemos, ¿he naruto-kun?! ...—susurró entre dientes, con la cara llena de furia.
Su día comenzó mal…aunque no del todo.
Pagó el periódico para dirigirse hasta su coche, ya que varios conductores estaban molestos por ser tan imprudente; con molestia los fulminó con la mirada. Para luego de montarse colocarse sus lentes y arrancar a su nuevo destino.
-… ¡veremos que piensa tú querida oka-san!—. Se vengaría, ¡oh, claro que sí! Hinata no se quedaría de brazos cruzados con semejante prueba… Prueba que le ayudará en sus planes, pensó con rencor y celos.
En la empresa...
-Jaja sí, me imagino como debió crecer ese chico…la verdad es que cuando lo vi me pareció un chiquillo inteligente—le decía minato a sakura y naruto quienes estaban sentados en los muebles.
Platicaban desde hace un buen rato del cómo se habían conocido los padres de ambos.
En la oficina había cambiado el ambiente de tensiones, decepciones y reclamos a uno de risas y tranquilidad; porque así se sentían naruto y sakura al tener de su lado al rubio mayor, como también a su primo y mejor amigo, recordaba naruto.
-Bueno si, Sai-nii desde pequeño tuvo muy buenas calificaciones—sonrió al recordar a su hermano—desde que Sai-nii era niño, oto-san le había estado enseñado muchas cosas.
-Recuerdo cuando habíamos venido todos juntos, hace como…—minato puso una mano en su mentó, meditando, luego dijo—unos 22 años jeje ¡aún recuerdo algo de eso!
-¿Dices que tú, oka-san, ino-chan y yo estuvimos aquí…en konoha?—naruto se sorprendió al ver que su padre asintió confirmándole. Él no recordaba mucho de los viajes que tuvo cuando niño con sus padres.
Ciertamente…eran muchos los viajes que hiceron cuando eso.
-Aún recuerdo cuando nos vimos en la plaza esa…la que está en todo el centro de la ciudad—el rubio y la ojijade les prestaban mucha atención, ya que sentían curiosidad—nosotros veníamos del parque que esta por ahí cerca…
---FLASK BACK---
En una hermosa tarde con una puesta de sol maravillosa estaba la bella capital de konoha, donde la gente caminaba con tranquilidad paseando a sus hijos o mascotas por las calles, como también unos que otros carros transitaban por la avenida.
En un parque se podían ver a niños corriendo y jugando con emoción en los variados juegos infantiles del lugar, al igual que algunas personas leyendo o tomando aire fresco, ya que es un sitio muy tranquilo para descansar.
Cerca de la salida del lugar se podían divisar a dos adultos y dos niños junto a ellos; uno era un hombre joven y rubio y a su lado estaba una linda mujer de cabello rojo, en los brazos del rubio estaba una linda niña rubia que yacía dormida en ellos -se le veía muy cómoda. El otro infante era un niño quien tomaba de la mano a su madre. Tal parece haber heredado también el ser rubio como su padre, pero con la diferencia de poseer tres marcas en cada mejilla de su inocente y delicado rostro, notándose un azul cielo en sus ojos -que compartía de ambos progenitores.
Podía apreciarse su ropa un poco sucia -siendo el único de su familia- pero notándose así, que había tenido un buen día de juegos en el parque. Era un niño muy activo por lo que sabía cómo darle buen uso a esa condición.
Estos eran la familia Namikase Uzumaki, quienes habían viajado a konoha por motivos de trabajo del rubio mayor, Minato Namikase; habían pasado un grandioso día en familia disfrutando de lo bonito que tenía la ciudad. Al ya haberse retirado un poco del lugar caminaron hasta una plaza que estaba en el centro de la ciudad; tenía enormes árboles donde se podían divisar algunos animalitos, tales como algunas ardillas y perezas. También bancas, donde algunas personas estaban sentadas leyendo o platicando, otras lanzaban maíz a las aves o caminaban por las aceras del lugar. Al fondo de ésta se podía ver una enorme iglesia de atractiva estructura ornamental: dándole un aspecto antiguo pero a la vez llamativo.
-Oka-san, estoy cansado… ¡vamos a casa!—decía con un puchero el pequeño rubio, siendo Naruto el cual tenía unos 7 años.
-Naru-chan, cariño, yo también lo estoy…pero quiero conocer más—dijo kushina desordenando un poco la cabellera de su hijo—esto es muy bonito, ¿o no amor?—miro a su esposo quien le sonrió.
-¡Es cierto naruto-chan!…miremos un poco más y nos vamos, ¿qué dices campeón?—le regaló una sonrisa a su hijo.
Pero éste con el ceño arrugadito sólo se soltó de la mano de su madre, se cruzó de brazos y detuvo sus pasos, negándose a la idea de su padre.
-¡No quiero!… ¡tengo hambreee’ ttebayo…!—. Alegó haciendo un berrinche.
Pero sus padres lo ignoraron y sólo siguieron caminando -acostumbrados a ese tipo de escenas ‘berrichudas’ de naruto. Caminaron así hasta divisar mejor la enorme iglesia frente a ellos, pero notando que no estaba tan lejos de donde estaban antes.
-¡whoo! ¡Sí que es enorme y bonita!—espeto asombrada kushina mirando la construcción, viendo que salían algunas personas del lugar y otras entraban.
-Sí, es muy bonita…—afirmó minato mirando también, mientras cambiaba de posición a la rubia entre sus brazos.
Contemplando la entrada de la estructura vieron asomarse -o saliendo del lugar- una cabellera rosa algo opaca pero llamativa siendo un hombre joven -de unos 27 años- quien iba con una mujer rubia, joven también y dos niños junto a ellos.
Minato al reconocer al pelirosa, sonrió y le susurró a su mujer-- ¡vaya! pero mira quien está ahí.
Kushina miro curiosa a donde miraba su esposo. Cuando reconoció al hombre también sonrió.
Por otro lado, el pelirosa quien bajaba los escalones con su esposa e hijos logró mirar a las personas que estaban parados afuera. Al estar frente a la familia Namikase Uzumaki, el pelirosa les sonríe y dice con alegría:
-¡vaya pero si esta Minato Namikase, el rayo amarillo! jeje—sorprendido—…y también la señora Namikase, kushina-san, ¿como está?—dijo haciendo una reverencia.
La mujer rubia quien estaba con éste los miraba, curiosa, ya que no conocía a esas personas.
-¡Kizashi, amigo, cuánto tiempo!—dijo feliz minato, que no se esperaba verlo.
-Hola Kizashi-san, yo muy bien, me imagino que ellos son tu familia…—espeto mirando con una sonrisa a la rubia siendo mebuki y a los dos niños. Kizashi asintió y dijo:
-Sí, ella es mi esposa, mebuki Haruno…y ellos mis hijos—decía para que la rubia con una sonrisa curiosa le extendiera la mano a los adultos…
Cerca de ahí…
Naruto quien se había quedado un poco atrás de sus padres, estaba con mal genio—¡huum! ¡Quiero irme!… ¡quiero irme a casa!—aun cruzado de brazos miraba a los enormes arboles del lugar con aburrimiento--…quiero comer un delicioso platillo…de esos que…me hace koharu-san’ ttebayo.
Mientras hablaba se tocaba la panza -que le gruñía- dando a entender que debía alimentarla. Bufó enojado, dándole una patada a una piedrecilla en el lugar. La cual no supo a dónde llegó a parar.
-¡oto-san es malo! …después que me hizo correr por un rato en el parque no quiere llevarme a casa, ¡todo por oka-san!—enojado comenzó a caminar sin saber muy bien a dónde, estaba en el centro de la gran plaza.
Cruzado de brazos se detuvo a uno de los árboles más grande del lugar; notó que cerca del mismo estaba una pequeña ardilla comiéndose al parecer un bocadillo de pan, pensó el rubio,
-olvidándose por completo de su enojo. Curioso, se arrodilló mirando el animalito.
-…tú también tienes hambre…—sonrió con inocencia.
Trató de agarrarla pero la ardilla fue astuta y logró subirse al árbol. Naruto calló de rodillas en la tierra que había en el lugar. Frunció el ceño. Repentinamente recordando su enojo, miro por donde se había ido la estúpida y tonta ardilla, pensó.
En eso…escuchó que alguien se paraba detrás de él, curioso se giró, para que su cara se tornara azul del miedo, que acompañaba con varias gotitas de sudor frío en su frente.
-Con que molestando a los animales del lugar—dijo un hombre no tan alto siendo regordete.
Su aspecto era de un mendigo poseyendo una larga, canosa y mugrienta barba que, a naruto le provocó un miedo al verlo tan cerca. Y más por el tono de su voz: era intimidante.
-¿Dónde están tus padres, niño?...no me gusta que molesten a los animales—alzó un poco su voz teniendo un semblante de evidente enojo.
Algo que no entendía el pequeño, que murmuró, confundido.--… ¿y éste…?--. Naruto de un salto se alejó un poco del viejo y mal oliente vagabundo al ver que lo veía muy enojado.
Estaba asustado de que el hombre le hiciera algo.
-¡mocoso busca una pelota, pero a los animales de aquí no los Toques!—arguyó el hombre, asustándolo.
-¡¡HAA!!—Gritó el rubio con miedo por lo que optó en correr, mirando a donde estaban sus padres—¡ese l-loco me!… ¡asu-sto! ¡ah!… ¡ah!—balbuceaba tomando aire después de correr por su vida, según él.
Miró adelante y, para su milagro vio a sus padres como a unos 10 pasos de donde estaba--. ¡Jhm!
Más enojado no podía estar; estaba cansado, tenía hambre -aunque verdaderamente ya había merendado pero como era un glotón, se quejaba por más-…todo un capricho echo en miniatura, y encima, por el susto que acabó de pasar. Le iba a decir a su padre y su madre que se ¡largaran de esa ciudad! Quería estar en Tokio, ¡donde le gusta estar!
-¡ya verán…!—caminó a zancadas en dirección a sus progenitores; con un semblante muy enojado y las manos en forma de jarras, casi pareciendo un papá muy enojado y apunto de reprender a sus hijos, discutió malhumorado—¡oto-san, oka-san, vámonos!… ¡me quiero ir, no me gusta este lugar!...y tengo ham…bre—balbuceo lo último al haber llegado a donde ellos, y poniendo su vista -ya no enojada- en unos grandes y hermosos ojos verdes esmeralda. Quedando tontamente hinotizado. Su corazón se aceleró sin saber porqué cuando miro a la niña que estaba frente a él, a unos 5 pasos de distancia.
-¡oh, naruto!, cariño ellos son la familia Haruno…Kizashi, mebuki, el pequeño sai y la niña es sakura—dijo su madre, señalando a cada integrante de esa familia quienes le sonrieron.
Pero naruto ni siquiera les prestó a tención, ya que sólo quedó embobado mirando únicamente a la linda niña pelirosa de unos 5 años quien tomaba de la mano a su madre con timidez y un pequeño sonrojo.
“…Sakura…”, pensó el rubio sin dejarla de mirar. Tan linda con ese cabello, esos hermosos ojos y con una ancha frente pero que la hacía ver encantadoramente tierna.
Kushina al ver que no reaccionaba le dio un coscorrón--¡aauch!...—se quejó, sobando su cabeza y haciendo reír a los demás.
Naruto al escuchar la risa inocente y angelical de sakura sólo se sonrojó de golpe al ver la hermosa sonrisa de la niña. Ella se sonrojó por tener de nuevo la mirada del pequeño rubio en ella y reaccionó escondiéndose detrás de su madre, aunque asomando un poco su rostro, curiosa.
-mu-mu-cho gusto—habló por fin aunque balbuceando. Avergonzado por lo que hizo su oka-san.
-Bueno, tenemos que irnos… ¡fue un placer verlos!—se despidió Kizashi, sonriéndoles—¡ha, y fue un placer conocerte naruto!—dijo pasándole por un lado alborotándole los dorados cabellos a naruto.
Él por su parte sólo se quedó viendo a la niña que se iba con sus padres, pero de repente, ella volteó su rostro, naruto avergonzado, miro de golpe a sus padres quienes comenzaban a entrar a la iglesia.
-¡Oigan espérenme’ ttebayo…!—cuando los alcanzó les dijo enojado— ¡¿por qué me pegaste oka-san?!
-¡Estabas como un baboso mirando a esa pobre niña!… ¡la estabas acosando con la mirada Naru-chan!—espeto perspicaz su mama mirándolo con los ojos entrecerrados y haciendo que naruto se sonrojara y se tornara nervioso.
-jajaja ¡es cierto naruto, la pobre estaba roja!—se burlaba minato mientras bajada a la pequeña ino quien ya se estaba despertando de su siesta— ¡saliste igual a tu abuelo!—negaba con la cabeza divertido, y recibiendo un coscorrón cortesía de kushina.
-¡no e-sscier-to!’ ttebayo….—se defendió naruto fingiendo estar enojado pero sólo hizo reír a sus padres. Y él inflo sus mejillas algo rojas...
---Fin del Flash Back---
-Jajaja ¡naruto haciendo berrinches por tener hambre!—reía sakura— ¡no lo puedo creer! Jajaja
Naruto estaba sonrojado por recordar ese momento que pasó. Minato sólo sonreía al verlos.
Sakura se tapó la boca con una mano, estando ruborizada-…bueno yo recuerdo algo de eso…—inquirió, parando de reír por la mirada avergonzada que le dio naruto. Ahora compredía las palabras de minato sobre lo feliz que estaba en volverla a ver.
Naruto estaba muy apenado por lo que les estaba contando su padre que a pesar de pasar hace años, recordaba muy bien ese día y ahora, dudaba mucho olvidarlo; fue un día lleno de aventuras.
Minato se levantó por lo que narusaku lo imitaron.
-Bueno muchachos…debo irme—miro su reloj de mano, suspiró y los miró con una pequeña sonrisa—me agrado conversar contigo, sakura, lamento lo de tu padre de verdad—le regaló una sonrisa algo paternal que para sakura, fue reconfortarle.
No estaba muy segura. Lo dudó, pero tomó valor y se le acercó -con una sonrisa tímida- para abrazarlo, sorprendiéndolo pero correspondiendo al gesto. Naruto sonrió mirándolo.
-… ¡bueno debo volar algo lejos! jeje…ha, naruto se me había olvidado—se tocó la nuca, con tanta información y sorpresa recibida se le olvidó a lo que iba. Naruto lo miro atento—con respecto a la reunión que te hablé en suna…ya no será dentro de un mes hijo, será el viernes de la próxima semana—informó, tomando el portafolio del mueble, naruto suspiró.
No era ninguna reunión la de suna, sino una pequeña velada o fiesta y la verdad, no le gustaba mucho la idea ya que no es amante a fiestas.
-…bueno, ahora si me tengo que ir.
-Te acompaño…—dijo caminando con su padre hasta la puerta la cual abrió. Lo vio despedirse de su novia para salir y él detrás lo siguió. Al llegar al elevador, presionó el botón y esperó.
-Naruto…—su padre lo miro de reojo esperando a que se abrieran las plateadas puertas del elevador—sólo espero que hayas tomado la decisión correcta…no quiero que juegues con los sentimientos de esa chica, ella es una buena persona--Naruto lo miro de reojo con tranquilidad por los consejos de su padre—debes hablarle a hinata…ella merece una explicación y lo sabes…¡ha! y prepárate para la llamada que recibas de tu madre… ¡suerte!—le dijo para entrar al elevador, le regaló una sonrisa sincera y paternal a naruto.
-¡Claro, oto-san!…no debes preocuparte—. Respondió, sonriendo con tranquilidad.
Pero, ciertamente, por dentro estaba preocupado por cual fuere la reacción de kushina por la noticia, y encima tenía que hablar con hinata. Pero una cosa si era segura, y era que Naruto Uzumaki cuando toma una decisión, no se retracta de ello, y menos si eso mismo le da felicidad.
Porque sakura…es su Felicidad.
-oto-san, perdona por la discusión de ahora…—. Minato asintió con una pequeña sonrisa, el rubio menor sonrió. Se despidió de su padre para que las puertas se cerraran por fin.
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Orochimaru estaba en otra reunión de negocios con algunos socios importantes. La mayoría comerciantes. Todavía se encontraba en Francia. Estaba contento de que cada negociación que realizaba le salía como quiere y obviamente obtiene más dinero para llenar sus cuentas bancarias -que mantenía bien escondidas. Estaba preparando un plan que, según él, será perfecto para volver a entrar en el sistema de la empresa The Namikase’s, y eso era un motivo que debía celebrarlo.
Compartiendo wisky y uno que otro tabaco con los socios, un guarura del hombre dio aparición y le dijo algo al oído. El ojiamarillo frunce el ceño y con molestia se levanta de su asiento.
-¡colegas, disculpen por ausentarme, vuelvo en un momento!—. Habló en tono serio y confianzudo. Aunque mirando a los presentes con referida neutralidad quienes asintieron y siguieron con los negocios.
Orochimaru cuando por fin sale de la sala de donde estaba, el alto hombre junto a él le entrega un móvil que orochimaru lo recibe con molestia; contestando con voz sebera--¡¿me puedes explicar que sucede?!... ¡no quiero escuchar que fallaron…!—. Abvirtió.
Caminó por un pasillo algo oscuro de una gran casa, que pertenecía a uno de los socios; su guarura se quedó en la esquina del pasillo cuando el ojiamarillo le hizo señas de que lo dejara solo.
HOMBRE: jefe…yo bueno…la misión no salió como usted quería—informó acobardado el hombre al teléfono, síntomas del miedo. Orochimaru frunció el ceño.
OROCHIMARU: ¿qué sucedió…?—cuestiono entre dientes.
Dio unos dos pasos más, aumentando el agarre firme a un bastón color marrón con una herradura dorada como base, la cual estaba echa de oro puro y que tenía la figura de una serpiente entallada en negro. El hombre tragó grueso.
HOMBRE: vera…etto bueno cuando ya estaba todo listo…la-a policía—hizo una pausa—la policía apareció y bueno...nos cacho y tuvimos que ocultarnos…
Orochimaru no quería escuchar más--¡¡SON UNOS INUTILES, IMNCOMPETENTES!!—gritó furioso y apretando con enojo el bastón en su mano-- ¡¡sabes que no me gustan que mis misiones sean incompletas o que no lo se hagan como quiero!!... ¿sabes cuál es la consecuencia verdad?—su tono era de un desquiciado y maniático psicópata. El hombre comenzó a temblar con el teléfono en la oreja— ¡gracias por tu servicio!…—informó con cínica tranquilidad.
-¡no, espere, lord orochi…
El hombre trancó la llamada sin prestarle atención a las suplicas. Se giró y caminó con un aura perversa en él hasta su guarura, quien recibió el móvil.
-¡kisame, encárgate de lo de siempre!—le ordenó al mencionado.
Éste siendo alto de aspecto robusto y vistiendo un traje negro, ocultando su mirada tras unas gafas negras. Mostró una sonrisa tan sádica en su rostro pareciendo claramente satisfecho con la orden. Típicamente acostumbrado a su trabajo.
“¡¡Malditos incompetentes!! Si no hacen las cosas como quiero… ¡no los quiero ver más!… ¡¡y eso es bajo tierra!!”, pensó con mucho enojo. Tendría que considerar mejor las elecciones de los enviados que haga para sus asuntos más privados. Eso de los imprevistos sin terminar o fallas en los mismos no le gustaba, y menos si los que lo hacían eran unos inútiles a quienes les pagaba para nada.
“Lo bueno es que el asunto no era de mera importancia”.
Él tiene pensado dejarle el trabajito -sobre el asunto de los Namikase- a un grupo de secuaces que, según él, son perfectos y especialistas en esos asuntos de espionaje encubierto, “para ese entonces…no habrá error alguno, no esta vez”.
Con dichos pensamientos, satisfecho, se volvió al lugar con sus socios y seguir con los necios. Mientras kisame se quedaba en la puerta para proseguir con la orden de su jefe.
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Sakura estaba en la oficina mirando por el ventanal: la avenida, calles y edificios de konoha apreciándose en el mismo.
Después de que naruto saliera con minato de la oficina -alegremente- se sintió más tranquila; aunque cuando su suegro, porque eso era -se sonrojó al pensarlo ya que era nuevo reconocerlo-, le contó que conoció a su padre y hablarle de los buenos amigos que eran, le había hecho bien a su estado emocional con respecto a esa tema.
La muerte de Kizashi fue un duro golpe para ella, y aún lo es, aun a pesar de haber sucedido hace varios años ya, pero como su padre hubiese querido, tiene que ser fuerte ante eso y mucho más. Y con naruto de su lado…está segura de lograrlo.
-…me alegro que oto-san…haya hecho buenos amigos—sonrió nostálgica.
Cuando minato les contó a ella y a naruto sobre el recuerdo de cuando se encontraron en la plaza de la ciudad, algo en ella le hizo recordar ese día: y es que eran, precisamente, esos profundos ojos azules que la habían mirado con inocente curiosidad esa vez
-jeje ahora recuerdo donde había visto esos ojos…esa mirada…—se mordió el labio. Dio un suspiro recordando algo que paso también ese mismo día…
--FLASH BACK—
-Jajaja… ¡la cara que tenías cuando te miro ese niño…!—reía sai, pellizcándole los cachetes a sakura quien estaba roja— ¡parecías un tomate como ahora, neechaan! jajaja
Sakura lo empujó haciendo que Sai riera más.
Era más grande que ella con unos 9 años. La molestaba mucho pero ella no se dejaba y, tener 5 años, no era un obstáculo en ella.
-d-deja-me… ¡yo no es-estaba roja, niisan baka!—lo miro desafiante pero sin poder ocultar lo colorada que estaba.
Sai la soltó para ver como ella le sacaba la lengua, para salir corriendo a su recamara.
-¡Claro que si lo estabas, feíta!—seguía burlón y reía con ganas, al ver que su tierna pero escandalosa hermanita le mostraba el tercer dedo de una de sus pequeñas manos.
Ellos se la pasaban peleando y jugando como cualquier hermano y hermana.
-¡eres una grosera!… ¡ya verás cuando te atrape…!—alegço eufórico, subiendo las escaleras para ir a la habitación de la pelirosa la cual de un portazo, cerró y gritó asustada aunque riendo a la vez.
--FIN DEL BLASH BACK—
Sakura con una sonrisa volvió a la realidad al escuchar una puerta cerrarse, siendo naruto quien volvía— ¡hola sakura-chan!—sonrió acercándosele--… ¿Qué haces…?.
-Nada, sólo recordando…—dijo, correspondiendo al abrazo del rubio quien la había rodeado con sus brazos—…¿sabes?...ahora recuerdo porqué se me hacía conocida tu mirada…
Se miraron de manera tierna y con un sonrojo en sus mejillas.
Esa mirada, de ambos, que los hechizo al primer momento que la vieron, sintiéndose atrapados, enredados, sin poder escapar de ese hermoso mirar tan intenso y fuerte que les hacía poner la piel de gallina.
-…me encanta mirarte, naruto-kun—susurró con dulzura, perdida en la azulada mirada de naruto.
-Yo, también comprendo porqué se me hacía conocida tu mirada, ¿sabes?, ahora que recordé todo eso…estoy feliz…porque sé que te conocí primero, nena…—le susurró, mirándola con intensidad y perdido en el verde intenso que poseía ella.
Pareciera como mirar un profundo y hermoso lago verdoso que, si te enfocas en él, sientes perderte mágicamente en lo más profundo de ellos.
En lo mágico que se sentía así, mirándole y atrapándola con sus fuertes brazos varoniles; así de perdido se sentía naruto. Recordar y comprender que en verdad conoció a sakura hace años, se dio cuenta que era obra del destino reencontrarse y ahora estar juntos.
-… ¡me encanta mirarte!... y también el que me mires...como ahora…—sonrió. Contemplándola.
Se acercó más y la besó con ternura, apretándola de la cintura como no queriendo que se fuera de su lado.
Ella por su parte le rodeó el cuello besando con ansias esos labios -que la hacían suspirar y derretirse desde lo más profundo de su alma. Ambos compartiendo ese sentimiento que crece cada día, minuto, segundo…ese sentimiento que inunda cada poro de su piel y les hace desear más del otro. Sabiendo que es tan real como ese dulce beso.
Todo eso sienten ellos cuando están cerca; ella feliz desde el fondo de su alma compartiendo ese nuevo sentimiento de amor por naruto -y que crece cada vez que la besa, acaricia. Experimentando sensaciones nuevas en ella.
Y él…él con cada beso, caricia, cada palabra bonita de ella lo hace que la desee más, y le llene el alma: que habia estado careciendo desde mucho antes de verdadera alegría y felicidad, quedando solitaria; para ahora darle luz.
Porque ella, es esa luz que su alma perdida había estado anhelando.
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Orochimaru había terminado de negociar con los socios en la gran casona.
Ahora se encontraba en la Suite-Presidencial de uno de los mejores hoteles, al centro de la ciudad de Paris; después de una refrescante ducha que le relajó en absoluto -del disgusto que paso por la bendita llama que recibió hace horas-, estaba más que tranquilo y, en parte, gracias a una sexy modelo que se consiguió en la estadía del lugar, que además engatusó prometiéndole una buena noche de fantasía la cual aceptó. Pero por el porte adinerado y arrogante del misterioso hombre; ahora estaba en su gran cama -tipo matrimonial- la cual compartía con la chica.
-mm…espérame, preciosa, necesito hacer una llamada muy importante—le decía a la pelirroja quien le daba besos por la pálida pero ancha espalda—…no te vayas, vuelvo un minuto.
-no me iré a ningún lado, guapo—le pico un ojo color castaño y con una radiante sonrisa.
No se arrepentía de aceptarle la invitación, pensaba con ansias.
El pelinegro sonrió con arrogancia y se levantó de la cama, dejando así ver su formado cuerpo y su largo cabello cubriendo su ancha y algo musculosa espalda. A pesar de no ser tan joven, se notaba que se mantenía y cuidaba muy bien, como también sabía cómo complacer a las mujeres en la cama. Y esa chica era una de ellas.
Caminó -como dios lo trajo al mundo- ante la interesada mirada de la modelo, hasta llegar al baño, pero antes tomó su yukata para taparse e ingresar al cuarto de baño.
-…muy bien, es hora de hacer algo para entretener mis caprichos—con una sonrisa maliciosa, tomó su móvil el cual había tomado para hacer una llamada. Tecleó y se lo llevó a la oreja para a los segundos decir— ¿ya tienes listo lo que te pedí?...muy bien, quiero que sólo sea un susto, ¿he?—sonrió arrogante.
Mientras se miraba al enorme espejo del lujoso baño. Como le fascinaba dar órdenes, pensaba.
-¡quiero el reporte en cuanto acaben!...¡adiós!—colgó—…como moriría por ver la cara que pondrá kukuku…¡bueno! mejor voy a seguir con mi sesión de relajación—guardó su móvil en uno de los bolsillos de la yukata color azul marino y salió del baño encontrando a la sexy modelo esperándolo, muy relajada en su cama--¿me extrañaste…?
Sonrió complacido al verla asentir y hacer un puchero.
El Sannin, el hombre y delincuente más buscado por las autoridades ha puesto el ojo a otra nueva presa, y como dijo él: <
¿Quién sabe quién podrá ser o mejor dicho, el que será su nueva víctima?... Su nuevo entretenimiento o pasatiempo.
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Después de horas de trabajo en la empresa de konoha, sakura le había comentado a su novio-jefe sobre la inversión que hizo en un local, o mejor dicho, en un restaurant que quedaba cerca de la residencia para que la acompañara y lo conociera. Ya estaban terminando de remoderarlo para comenzar a ponerlo a funcionar.
El rubio con gusto había aceptado a su petición. Ya se encontraban camino al dichoso lugar en el Mustang del rubio.
-Naruto… ¿en serio crees que no te va afectar esta noticia en tu imagen…?—le pregunto preocupada sakura, mirándolo de igual forma, se encontraba en el asiento del copiloto.
-Tranquila sakura-chan…yo tengo la conciencia tranquila, tu debes estar igual…no debes preocuparte—respondió con parsimonia, mirando al frente.
Ella sólo suspiró y miro por la ventana las bellas calles de konoha al medio día.
-…sólo tengo que hablar con hinata--susurró--…tengo que aclarar que esto no es ningún engaño—alego con voz suave y acariciándole una de las manos que estaban en el regazo de ella. Sakura que escuchándole lo miro aún preocupada—…no quiero ponerte a ti en boca de la prensa. Pero debes de estar tranquila.
Debía transmitirle seguridad en sus palabras, a pesar de sentirse igual o peor que ella -inquieto- pero no podía dar marcha atrás. Ya no a su decisión.
-…juntos saldremos de esto—le regaló una sonrisa tierna.
Cuando naruto le había mostrado el periódico en la oficina -donde salían ellos dos besándose y haciéndose ojitos en el restaurante la tarde pasada-, casi le da un patatús a la pobre. Y no es para menos que publiquen en primera plana:
“El hijo y heredero principal de los Namikase Uzumaki, Naruto N. U, estaba muy meloso con una linda chica que al parecer es la que le brinda caricias al joven empresario mientras está lejos de su prometida, la joven Hinata Hyuga. Esta fuente fue tomada en uno de los mejores restaurant de la zona y al parecer, no les importaba demostrase cuanto se quieran a la vista de todos.”
Sakura cuando leyó semejante mentira y disparate casi llora -si no fuera porque naruto le dijo que no dejara que los chismes irrumpieran en su relación cuando ella más que nadie sabe que todo eso es mentira. Ella más tranquila entendía que era cierto pero no comprendía la maldad y ambición de las personas en querer destruir las vidas de las personas, por unos cuantos billetes, como también se sintió rara e incluso comprendía a naruto de la presión que vive por estar rodeado de los medios.
Por un momento recordó lo que le dijo yuki: <
Después de varios minutos…ya estaban entrando al local.
Éste era grande y muy bonito. Las paredes eran adornadas de piso a mitad por ladrillos, y la otra parte que seguía de la misma hasta el techo, era lisa de color crema, el techo todo liso del mismo color y adornado por varias lámparas, muy bonitas, que hacían juego con el lugar, el piso era de cerámica del color de los ladrillos, tenía enormes ventanales que daban a la vista un hermoso jardín de pura vegetación y montañas.
Todavía no habían mesas por lo que estaban remodelando algunas cosas, como la cocina que también era espaciosa. Había una barra donde se podía colocar un mini-bar de pedidos.
Naruto miro sorprendido y curioso el lugar, era agradable, pensó.
-¿Qué te parece…?—la dulce voz de sakura lo sacó de su asombro por lo que la miro curioso; ella estaba recostada en la barra, a unos 5 pasos de donde estaba.
-¡Todo es increíble sakura-chan!… ¡tienes buen gusto!—le sonrió y siguió echándole el ojo al lugar.
Algunos hombres estaban terminando de pintar o taladrar las paredes.
-¿?: hola, sakura-san…no sabía que venias—le dijo una linda joven que salía de la cocina.
-¡Hola, sasame-san…!—saludó sakura con una sonrisa, para luego abrazarla--¿cómo va todo por aquí?
-¡todo excelente…!—le regaló una sonrisa.
Sasame Fuma es una linda chica de unos 23 años, cabello naranja oscuro, piel blanca y ojos negros. Medio alta y linda figura. Es amiga de sakura, konan y anko. Estudiaron juntas cuando la pelirosa vivió en konoha.
-konan-san esta por ahí…creo que regando las plantas—sonrió.
-¡Qué bueno!—. En eso sakura escucha que alguien viene y gira su rostro a un lado, al igual que sasame, viendo a konan con un paño en las manos secando estas--¡vaya pero si aquí estas…!.
-¡¡sakuraa!!...—eufórica corre y la abraza de la emoción -que casi se caen al piso. Ambas rieron como las amigas que son.
Naruto quien ya había ojeado bastante, se acerca curioso por ver la escena.
-¿Cómo estás?... ¡bueno hermosa como siempre! jeje ¡Oye que has sabido de anko, esa tonta no me ha escrito desde hace días…!—puso un puchero y sakura negó sin saber de su amiga.
-Buenas…—saludó con educación el rubio, haciendo que las tres voltearan.
Konan y sasame se sonrojaron por lo guapo que era naruto. Sakura quien notándolo y comprendiendo esas reacciones -que perfectamente sentía por su masculina y arrebatadora presencia-, le sonrió acercándose a él y pasando una mano por la cadera del mismo.
-¿Qué hacen…?—el rubio pasó un brazo por los hombros de ella.
-Naruto, ellas son konan y sasame, mis amigas… ¡chicas él es Naruto Namikase, mi novio!
Les reveló a ambas quienes se sorprendieron. Naruto les regaló una educada sonrisa -de esas roba suspiros, contrastando con todo él- e hiso que casi les cayera las babas al piso.
-m-mucho gusto—saludó konan, apenada, pero un poco molesta porque SU amiga no le haya contado que el tal naruto ahora era su novio. Sonrió nerviosa y miro a sakura que soltó una risita por la cara que tenía la chica—soy konan--ruborizada, logró decir. “Es más guapo en persona”, pensó la chica.
-¡Soy sasame fuma, naruto-san!—estrechó amistosa su mano pero no logrando ocultar un leve sonrojo, mirándolo.
-¡Un gusto conocerlas chicas!—dijo naruto mirándolas a ambas, ellas le sonrieron igual.
Por unos segundos…sakura lo miró por lo que éste también lo hizo, tomándola de la mano para entrelazarla con la suya -sin apartar sus miradas- sus amigas los miraban sorprendidas por el aura de amor que los rodeaba -se veían muy enamorados- pensó konan. Muy contenta por su amiga.
-Ha, este…sakura-san, debo terminar de arreglar algo en la cocina—dijo sintiéndose algo incomoda la pelinaranjo, para no ser mal terceo, konan la miro comprendiendo.
Sakura las miró comprendiendo también, les sonrió y les dijo divertida--. Chicas dejen de ser penos…
-¿?: Sakura…
La ojijade fue interrumpida por alguien que, al escuchar su voz, se sorprendió -sintiendo repentinamente un escalofrío en su piel- su corazón latió con rápidez, pero porque no quería que fuera esa persona que se estaba imaginando.
Sakura se giró al igual que naruto -todavía estaban semi-abrazados y de espalda- las dos chicas también miraron a quien había entrado en el local; konan al reconocer a la persona quedo estupefacta, que al segundo, miró a sakura. Esta al ver a esa persona, sintió sorpresa pero a la vez enojo.
Naruto frunció el ceño, teniendo el cuerpo tenso.
-¿?: Sakura, necesito hablar contigo…—espetó con un semblante serio y sin apartar su vista de ella.
Naruto dio un paso adelante y con la madíbula apretada de enojo, dijo--¿qué-haces-aquí?...
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HELLOOO!! por fin volvíiii después un tiempito de descanso (que mentirosa soy) en realidad he estado MUY ocupadaa, en muchas cosas... Espero y les haya gustado el capii, ¿quien será la persona que los interrumpio y que hizo que nuestro rubio cambiara tan de pronto de semblante?
Esta semana prometo subir el siguiente... Saludos.
CerezoIntenso- Chunnin
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¡Esa Mujer!-Capítulo 32 (21-06-17) Un Corazón Arrepentido.
Capítulo 32.
En el capítulo anterior…
-¿?: Sakura…
La ojijade fue interrumpida por alguien que, al escuchar su voz, se sorprendió -sintiendo repentinamente un escalofrío en su piel. Se giró al igual que naruto -todavía estaban semiabrazados. Las dos chicas también miraron a quien había entrado en el local; konan al reconocer a la persona, quedo estupefacta, que al segundo, miro a sakura.
Naruto frunció el ceño, comenzando a molestarse.
-¿?: Sakura, necesito hablar contigo…—espeto con un semblante serio y sin apartar su vista de ella.
Naruto dio un paso adelante y con la mandíbula apretada por el enojo, dijo--¿qué haces aquí?...
Actualmente…
Sasuke, quien estaba parado al frente de ellos con seriedad, ignoró la pregunta del rubio -quien frunció aún más el ceño con aparente enojo. Sakura al verlo suspiró y se situó al lado de su novio, quien la miro de reojo.
-…quiero hablar contigo sakura, ¿será que me permites un minuto…?
-¡No! ¡Ella no puede darte ningún minuto ahora ni tampoco después!--declaró.
Naruto había respondido por ella. Estaba mirándolo de manera indiferente, molesto de tan solo verlo -y como por instinto- reaccionó tomándola de la cintura, haciendo que el ojinegro se enojara, devolviéndole la misma mirada pero aún así conteniéndose.
Sakura quien sorprendida por tal reacción posesiva de naruto: no se lo esperó; tuvo que reconocer para sí que aún así le gustó, sintiendo su corazón bombardear su pecho lo miro, enternecida, por saber que la quería proteger de nuevo de sasuke.
Pero haciéndole un gesto para que la soltara, le susurró con suavidad:
-tranquilo, naruto…—le sonrió, tomando su mano para luego mirar, ahora con seriedad al Uchiha—si me tienes que decir algo, lo puedes hacer delante de naruto…no quiero ocultarle cosas...además, ¿cómo sabias que estaba aquí…?—cuestionó sin cambiar su semblante ante la mirada fastidiada del ojinegro.
Naruto dio un apretón a su mano -sintiéndose contento por su respuesta- pero sin apartar su penetrante vista de sasuke, que si fuera un verdadero blanco y los ojos de naruto un arma de fuego disparando un proyectil, en estos momentos el chico sería sólo un frío cadáver. Konan y sasame estaban algo incomodas mirando y escuchando, aunque la última estaba un poco nerviosa -incluso algunos de los trabajadores que estaban remodelando el lugar, con cara curiosa, se estaban entreteniendo con lo que pasaba.
-ya escuchaste, sasuke, lo que le tengas que decir a MI novia, lo puedes hacer en mi presencia—lo desafiaba con la mirada y presumido en sus palabras.
Sasuke al escucharlo decir ‘mi novia’, como también el que estuvieran tomados de mano le sorprendió y sintió algo de rabia.
-sakura, necesito decirte algo…pero es algo personal—alegó con parsimonia, mirándola con seriedad.
Sakura dudosa lo observó bien por unos segundos: notó además de que su cuerpo estaba tan tenso como naruto a su lado, debido a la situación, también notó algo más en esa oscura mirada, le pareció percibir algo de… ¿tristeza?.
Se mordió el labio, frunció el ceño para soltar un suspiro. Soltó al ojiazul quien la miro extrañado.
-…está bien, vamos afuera un momento…—decretó ante la mirada atónita y confundida del rubio. Sakura miro a naruto quien tenía el ceño levemente fruncido. No le había gustado esa respuesta—…naruto, espérame aquí…vuelvo enseguida.
-… ¿estás, estás segura de que quieres ir…?—. Vaciló un poco, aunque no pudiendo evitar ocultarlo, tomándole una de sus manos.
Ella asintió con una pequeña sonrisa, estando segura de su decisión. Naruto suspiró resignado y, con delicadeza, la tomó del rostro para inclinarse y darle un casto beso en los labios, aunque manteniendo unidos sus labios a los de ella por unos segundos, ante la mirada enojada del azabache quien al verlo hizo una mueca de disgusto con su boca -pero sin poder ocultar en su mirada, tristeza. Comenzó a salir para esperarla afuera. No quería ver más.
-…te espero, sakura-chan—. Al separase de ella susurró de una manera tan dulce que a ella le provocó volver a besarle, pero debía salir.
-confía en mí…--le sonrió, acariciando una de sus mejillas adornadas por esas marcas zorrunas, él asintió con una sonrisa--¡chicas! Les pido un favor…no aburran a naruto porque es muy fácil que lo haga por sí sólo…--. Bromeó, riendo y mirando burlona a sus amigas quienes le sonrieron.
-¡hee, no digas eso…!—se quejó, avergonzado el rubio, viéndola salir riendo del local.
Suspiró algo intranquilo, “¿Cómo se atrevió el idiota ese a venir a buscarla?, cuando ella muy bien le dijo que no lo quería ver”, pensó enojado por la presencia tan repentina del Uchiha, “confío en ti sakurara-chan…pero no en él…no en él.”
-¡oye, tranquilo!...él no hará nada para volverla a lastimar….—escuchó decir a su espalda, se giró para ver a konan con una pequeña sonrisa la cual le correspondió, algo inseguro todavía—sé que no lo haría, sasuke podrá ser un idiota cuando quiere. Pero sé que perder a sakura le hizo aprender la lección—espeto, con tranquilidad y transmitiéndole al ojiazul, algo de confianza por sus palabras.
Ella de alguna manera detalló el estado de ánimo del uchiha -al no dejar de observarlo desde que llegó- y sabía que su intuición era cierta. Naruto asintió con una pequeña sonrisa--¡ven! te muestro el lugar.
-¡Claro, vamos…!—aceptó la idea de la ojiambar.
La vio asentir complacida para girarse a un pasillo del lugar. Sasame se había retirado a la cocina a terminar de arreglar algunas cosas. Naruto comenzó a seguir a la chica, pero antes miró a la salida, algo curioso e intrigado por saber de qué quería hablar el ojinegro con su novia. Debía confiar en ella y dejar que solucionara sus problemas con sasuke. No era su asunto y tampoco podía meter las narices aunque quisiera. Pero claramente no podía dejar su estado de intranquilidad.
-…sólo espero y no haga nada que lo comprometa…porque no responderé…al igual que la primera vez…—susurró para sí.
Estaba muy seguro de partirle toditos los huesos a sasuke si llega hacer algo que sakura no quiere: de lastimarla. Porque, sabiendo como la trató la vez esa en que lo vio en el pasillo de la residencia… Frunció el ceño al recordarlo, para a los segundos parpadear y continuar con los pasos, al escuchar que konan lo llamaba.
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Sasuke estaba esperando a sakura recostado en su Ranger, estaba con los brazos cruzados y el ceño arrugado. Vestía jeans oscuros, franela color gris, algo suelta pero haciendo ver sus bien trabajados brazos y unos tenis negros.
Se estaba sintiendo extraño.
Tuvo que salir del local para no seguir viendo como ese imbécil besaba a sakura, a la culpable de su ahora estado… ¿deprimente? Frunció el ceño.
Y lo peor era que ella le correspondía al beso -sin ninguna duda, pensó.
Se sentía enojado y con rabia. Pero ciertamente con él mismo, porque sabía que todo lo que estaba pasando, era sólo por su culpa. Había meditado bien las cosas con respecto a sakura; como odiaba haberla lastimado. Se había sentido -y aún lo hacía- el cobarde, la escoria más imbécil de todas por herir a la única mujer que lo quiso con sinceridad y devoción.
Había llegado a konoha para buscarla y hablar con ella, para arreglar de alguna manera las cosas. Quería, o quiso tener una esperanza.
Pero al ver esa escena, hace unos segundos -y lo que había visto y leido en la mañana temprano- lo habían dejado descolocado; que por algún motivo sintió que su corazón se rompió. Sabía que ya era tarde para otra oportunidad, tarde para corresponder a ese amor que ella le había ofrecido desde hace años -pero que nunca lo tomó en cuenta. No como debió hacerlo. Todo por ser un idiota inmaduro.
“Ahora sé que…perdí lo que nunca…valore”, pensó con tristeza.
-¿qué es lo que me quieres decir, sasuke…?--. La voz de sakura lo sacó de sus reproches mentales.
Se enderezó al verla parada frente a él aunque a una distancia prudente. Por unos segundos la observó con detallesa: seguía igual que siempre. Era tan hermosa. Y aun así con la seriedad en su rostro y cruzada de brazos, no dejaba de serlo.
Su corazón se aceleró. Era un idiota al haber hecho lo que hizo para perderla.
-te escucho--. Musitó ella.
-…bueno…sakura, yo…
¡No sabía cómo empezar! Él: un hombre tan elocuente, capaz de persuadir y cautivar a los demás con sus palabras, pero que irónicamente no hallaba las correctas en ese momento.
Necesitaba que lo aconsejaran en estos momentos.
Quería decirle tantas cosas. Quería que supiera que estaba muy arrepentido de todo el daño, de todo el sufrimiento que le hizo pasar cuando la ignoraba o cuando le era indiferente, en ciertas ocasiones. Simplemente quería pedirle perdón.
Pero le era emarañado hacerlo.
Sakura se cruzó de brazos arqueando una ceja, extrañada por su comportamiento titubeante.
Sasuke soltó un pequeño suspiro para tranquilizarse, ya que se estaba sintiendo nervioso -algo extraño en él. La miro estaba vez con seriedad, ahora iba hablar con la verdad.
-quiero pedirte perdón…quiero que me perdones por todo lo que te hice, sakura. Sé que no lo merezco pero…si lo haces, no me sentiré tan…odiado por mi mismo—soltó de golpe.
La pelirosa se quedó shockeada por lo que escuchó. Nunca pensó que sasuke llegara a buscarla ¡para pedirle perdón!...más bien se esperó otra escenita de celos -ya que eso es lo que él siempre hacía. Lo miró extrañada y dudosa, pero al ver su semblante de seriedad, supo que iba en serio. No estaba mintiendo aunque a ella le costaba dirigir esas palabras tan…inusuales de él.
Se veía triste y arrepentido, algo raro en él, pensó.
-…sasuke… ¿viniste hasta aquí para decirme eso?...—él asintió al momento—bueno…la verdad me dejaste algo… ¡sorprendida!…. ¡No sabía que te sintieras arrepentido!—. Soltó con ironía lo último, aún cruzada de brazos.
Sasuke enarcó una ceja y suspiró incómodo--¡te estoy diciendo la verdad, sakura, sabes que no suelo estar pidiendo perdón todo el tiempo!— alegó, encogiéndose de hombros.
Sakura lo sabía, sabía que de cierto modo estaba apartando su orgullo para venir hasta ella y decirle eso. Lo miró ahora con una mano en la cintura y la otra en su mentón -de manera pensativa.
-respóndeme una cosa primero… ¿Cómo supiste que estaba aquí?
Ahora estaba con ambas manos en la cadera y una mirada acusadora. Sasuke la miro con una gotita en su sien, algo incómodo
-… ¿y bien, me dirás o qué...?—estaba perdiendo la paciencia que comenzó a adquirir.
-la verdad…yo no sabía que estabas aquí, fue más bien con ayuda de alguien.
Sakura asintió, confirmándolo. Ella sabía que sasuke no sabía de la existencia del local, pero, ahora estaba curiosa y un poco enojada por saber el nombre del ‘Chismoso’ quien le dijo de su paradero. Lo miro como esperando a que siguiera, mientras él sonaba su garganta teniendo el ceño fruncido.
-itachi…me ayudó a encontrarte…sabes cómo es de astuto con los contactos, y pues…logró dar con el número de una de tus amigas…sasame, creo…
Sakura se asombró por lo que dijo: mataría a la pelinaranjo cuando la tuviera al frente.
¡Eso haría!, se dijo mentalmente.
Como también se sorprendió al nombrar al hermano de éste. Itachi Uchiha.
-…no quería aparecerme de nuevo en la residencia y encontrarme a la bola de idiotas de tus primos, o incluso a…él, a ese hombre, sakura.
-¡pues hiciste muuy bien en no buscarme allá!, ¡además!, ¿por qué ¡demonios! buscaste encontrarme con ayuda de sasame…o de una de mis amigas?, ¡no entiendo porqué itachi-san se prestó para esto!… ¿está confabulando contigo ahora?, ¿acaso él no sabe lo que sucedió…?—soltó con sarcasmo y con disguso.
Pensaba que, al menos, itachi era más sensato que su hermano.
Sasuke abrió la boca para defenderse, pero ella prosiguió--¿sabes?, ahora que acabas de mencionar a naruto, quiero que sepas una cosa…él ahora es mi novio, sasuke, no sé cómo paso, pero…gracias a naruto he podido salir adelante, él ahora es por quien estoy feliz, me tendió la mano cuando ¡más! necesitaba una…y no me abandonó—. Susurró casi pareciéndole un reproche.
Sonrió nostálgica, al recordar las veces en que naruto la consoló. Sasuke por su lado la miraba un poco sorprendido por lo que le dijo, aunque se podría decir, que lo estaba esperando. Por dentro se sentía mal -inútil- porque sabía que él era culpable.
-sakura, de verdad quiero que me perdones…y no me iré sin que me escuches…quiero que me dejes explicarte todo—se acercó a ella pero sakura esta vez, optó por retroceder, mirándolo dudosa. Él comprendió que era mejor guardar un poco de distancia. Prosiguió—con respecto a…la mujer que viste en mi departamento…ella es Karin y la conoc…
-sasuke, ahórrate tus explicaciones, no me interesa saber lo que sucedió contigo y esa…esa Karin…no quiero escuchar otra de tus mentiras—alegó con molestia e indiferencia.
La verdad era que no le importaba en absoluto saber sobre el tema. Ya era pasado -como había dicho muchas veces.
-¡no! sakura, quiero que me escuches, ¡quiero que lo sepas porque eso te mereces después de todo!…esta vez no te mentiré—sakura sólo se encogió de hombros sin dejar de mirarlo, cruzada de brazos—… ¿recuerdas la conferencia que tuve hace ya más de un año en kirigakure…?
Ella asintió -prestando atención. No quería ser una persona despreciable como lo fue él. Al menos le daría el derecho de palabra para ver que mentira inventará.
-…yo estuve…
--Flash Back—
Después de que sasuke terminara la conferencia que se estaba realizando en unos de los grandes salones de fiesta, que tenía la ciudad de kirigakure, estaba tomando un poco de agua cerca del pequeño escenario, donde algunos que otros ayudantes retiraban los micrófonos, cables, etc.
Miró a un lado: donde se encontraba su mejor amigo y colega, sugetsu; estaba hablando con varios reporteros. Habían viajado a algunos estados del país para dar a conocer de su nuevo lanzamiento de pinturas de arte que se realizaría el próximo mes.
Estaba tan concentrado en sus pensamientos que no se percató de que una linda chica se situó a su lado.
-hola, Uchiha-san…—saludó muy amable, una linda pelirroja de ojos del mismo color junto a unos lentes, piel blanca y que vestía al parecer el uniforme de una de las empresas de los diarios de tokio, teniendo sus instrumentos en mano.
Sasuke al notarla, se quedó mirándola -con interés- de arriba abajo. Su primera impresión fue: ‘hola bombón’.
Ella sonrió--¿sería tan amable de concederme una entrevista personal…?—. Casi grita de la emoción al verlo asentir sin ningún problema…
Después de una media hora de plática con la <
-¿entonces tus fans saben que no tienes novia?… ¿estás soltero entonces…?—sonrió la chica complacida al recibir un ‘Si, claro que lo estoy’, sin titubear del chico.
Terminó la entrevista y se despidió del guapísimo artista, pero, no sin antes dejarle muy bien escrito y en un papel con la pluma de marca de él, su número de teléfono. Se retiró, algo coqueta.
-…Sasuke, ¿en serio no pasaras de esa chica esta vez?...—lo miro con picardía su amigo sugetsu quien estaba a su lado: mirando cómo se retiraban la manada de reporteros y junto a ellos, la chica llamada Karin--¡todavía vive el Gran Uchiha!... ¡oye!, pero, ¿Por qué negaste que tienes novia…?—le reprochó.
-¡soy el Uchiha después de todo!... ¡vamos, idiota, no me mires así! Sakura no se enterará…—sonrió como todo un casanova.
El peliblanco sólo negaba con la cabeza y suspirando por lo idiota que es su amigo.
--Fin Del Flash Back--
¡¡PLASS!!
Se escuchó una fuerte bofetada siendo la mano de sakura que aterrizó en unas de las mejillas del chico.
Sasuke se tocó el lugar algo adolorido y mirándola descolocado, ya que ese acto fue desprevenido para él. Pero aún asi, sonrió, divertido--…te dolió, ¿he…?
-¿de que estas hablando…?—inquirió indiferente. Con semblante serio.
-que te dolió que te dijera todo eso, que negara que tenía novia cuando conocí a Karin…eso quiere decir que…
-¿crees que te dejé mi mano marcada en tu mejilla porque me dolió el que me hayas dicho que me negaste esa vez y quien sabe cuántas veces más…?
Él sólo asintió -sin borrar la estúpida sonrisa de su rostro. Sakura se cruzó de brazos con una vena palpándole en la frente.
-¡eres un idiota, Uchiha Sasuke!... ¡no puedo mentir en decirte que ahora no me sorprende el que me negaras!—. Bufó, irónica, negando con la cabeza--lo que YO puedo sentir por ti en estos momentos sería odio, rencor, nauseas...pero, ¿sabes?, yo no soy ese tipo de personas…no soy rencorosa ni mucho menos podría odiar a alguien que al menos formó parte importante en mi vida, ¡porque sí!, tú fuiste parte de mi vida sasuke…¡fuiste! y no te equivoques pensando que en verdad me dolió…¡es sólo que sentí rabia de lo idiota que eres!-
-. Bramó con el ceño fruncido.
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-¡oye! está muy bonito todo—afirmó naruto.
Se encontraba mirando el bonito jardín trasero del restaurant, estaba rodeado de un pasto verdoso que a simple vista estaba bien cuidado; flores de colores por los bordes del lugar-dando un aspecto esplendido y colorido. Sonrió a la chica que estaba a su lado, regando un pequeño nido de lirios azules.
-… ¿entonces, también eres amiga de sakura-chan…?.
-¡Sí!, ¿acaso ya conociste a anko…?—. Curioseó. Mirándolo y recibiendo una afirmación de cabeza—jeje ¡qué bueno!...saku, ella y yo ¡somos las mejores amigas!...estudiamos juntas desde el instituto, aunque en la uni tomamos caminos separados.
-Ya veo. Pero aún mantienen contacto… Me alegro que ella tenga a tan buenas amigas en su vida…konan, ¿verdad?--la vio asentir--¿te puedo hacer una pregunta…?.
La ojiambar le sonrió asintiendo de nuevo y dejando de regar las bellas flores para mirarlo con interés. Naruto acarició uno de los lirios, evitando su mirada por unos segundos, y que descubriera su ligero sonrojo, estando un poco avergonzado por lo que iba a decir. Tomando un suspiro volvió su mirada a ella -quien lo veía curiosa.
-…este, ¿desde cuándo se conocen…sakura-chan y sasuke…?—cuestionó un poco incomodo por ser tan directo, y por su deseo de indagar en la vida de sakura.
No es que no le quisiera preguntar a ella misma, era que no quería tocar el tema del Uchiha
-por ser tan pronto y hacerle resurgir lo vivido. Pero su curiosidad tenía hambre y debía alimetarla, aunque sea un poco.
Konan quien sorprendida por la pregunta lo miraba, se sentía un poco incomoda, o mejor decirlo, intimidada. Estaba tan serio ahora, nada como segundos antes de pura sonrisa amigable. Pero notó la curiosidad en su mirada, que ella pensó que sería algo normal el que la tuviera, ya que era el novio de sakura.
Aunque raro le pareció el que fuera a ¡ella! a quien le preguntara sobre la misma sakura.
Sonó su garganta. Contestó con sinceridad—: desde que estuvimos en el instituto ella siempre se interesó por él. Sakura daba todo para ser aceptada por sasuke, pero el muy idiota no la pelaba--frunció el ceño--…recuerdo cuando ella me contaba a mí y a anko de sus planes para conquistarlo--suspiró--sakura se las ingeniaba para llamar su atención…pero no funcionaban porque él nunca la tomaba en cuenta. Sólo la veía como una fastidiosa, una ‘hermanita’, o eso decía él—agregó konan. Bajó la mirada, triste al recordar eso—nosotras teníamos que consolarla por cada rechazo suyo. Pero la necia no se rendia--sonrió con tristeza. Recordando.
Naruto al oír lo que le estaba contando sintió que su sangre se hervia en todo su cuerpo. Por un momento le entraron ganas de ahorcar al Uchiha.
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Sasuke estaba muy asombrado por la actitud de sakura, estuvo casi seguro que si le había dolido su confesión, pero con todo lo que le dijo, la verdad, se quedó corto de pensamientos.
Y pensar que ella lo pudo odiar—sakura, yo no…
-mis padres me enseñaron, que cuando de verdad quieres olvidar algo y seguir adelante…no debes tomarlo a pecho, sino que debes olvidar y perdonar…—sasuke bajo la mirada, avergonzado, sakura sonrió con amargura—aún recuerdo cuando estudiábamos en el mismo instituto, cuando yo formaba parte de tu grupito de fans grils jeje…--sasuke la miro con tristeza y sintiéndose inútil, mientras ella recordaba con una sonrisa, desganada.
--Flash Back—
-¡¡KYYAA!!
Se escuchó gritar en coro a una estampida de chicas revoltosas que formaban un circulo en la entrada del gimnasio del instituto privado Konoha-School, donde al centro de ellas, estaba el chico más popular y guapo del mismo.
Una pelirosa de unos 13 años -quien molesta- veía un poco alejada del lugar a esas locas acosando al que sería “SU” futuro novio y esposo, pensaba con emoción.
Teniendo cara de adquirir un fabuloso plan, o bueno, otros de sus tantos para poder tener a sasuke-kun en sus manos, sonrió para sus adentros.
-¡vamos konan-chan, debo poner en marcha mi plan si quiero que sasuke-kun me pille de una vez!—con voz eufórica y emocionada, arrastro la pelirosa a su amiga ojiambar, quien también tenía su edad la cual tenía gotitas en su sien de lo fastidiada que estaba por escuchar lo mismo una y otra vez.
-¡tonta! eso no funcionará... ¡mejor olvídate del emo-idiota!—le gritó su amiga anko quien las veía pasar por el pasillo, donde estaban los casilleros de los alumnos.
Sakura sólo la ignoró y continuó arrastrando a la pobre konan que miraba con depresión a su amiga anko -quien hizo una mueca de fastidio para comenzar a seguirlas.
--Fin del Flash Back--
-Recuerdo que esas dos no paraban de regañarme cada vez que se me ocurrían tonterías para hacer que te fijaras en mí—. Sonrió nostálgica.
Recordando todas las locuras que su mentecita, algo ocurrente, inventaba para llamar la atención del chico popular y guapo de su escuela. Ella misma no se daba por vencida cada vez que era rechazada por él, porqué ella decía que su objetivo era ese: ser aceptada por sasuke uchiha.
Algo que jamás pasó en ese tiempo, pero aun así no se rindió.
Sasuke al recordar todo ello, se avergonzó algo disgustado consigo mismo.
-…también recuerdo haber sido muy insistente jeje, ahora me doy cuenta que sólo era una niña tonta, una caprichosa, que no hacía más que humillarse así misma…
--Flash Back--
Sakura se encontraba sentada en las gradas del gran campo de deporte del instituto, vestía su uniforme escolar y estaba acompañada de su otra amiga, Tenten. Ambas con 14 años; estaban viendo a los chicos de su salón jugando un partido de futbol amistoso.
-Y dale con la misma cantaleta… ¡¿Qué no te cansas de lo mismo, sakura?!—la castaña felpeaba a su compañera y amiga—ya es hora de que dejes de estar humillándote, ese tarado ni señas te da en pelarte, sólo te ve como un fastidio… ¡ya te lo ha dicho!
Sakura sólo rodó los ojos por las reprimendas de su amiga.
Todos hacían lo mismo pero ella no se inmutaba porque no quería rendirse, se decía siempre, que debía hacer conquistar a sasuke-kun como sea. Sentía que en algún momento él debía ceder, ¿no?
-sabes que no soy tan fácil en rendirme ten-chan… ¡además!, tu no sabes que un día de estos sasuke-kun quiera pedirme que sea su novia—la castaña suspiró irritada, y se puso mejor a mirar el partido de futbol--… ¡mira, allá esta kiba-kun…!—mirándola de reojo, señaló a un chico en la cancha que vestía el uniforme deportivo con el numero 4 en su espalda.
-¡eh, ¿Dónde?! ¿Dónde está…?!
Tenten miraba por todo el lugar con ansias e interés. Al momento escuchó la risita de la pelirosa y ladeó su rostro a un lado para fijarse que la veía con picardía a lo que sonroja avergonzada -al darse cuenta que cayó en su trampa.
-¡¡no te burles, idiota!!...volví a caer en tu trampa, que cruel eres…--dijo con depresión, escuhando ahora una carcajada de su amiga y un ‘Gracias’, sarcástico de su parte.
Estuvieron conversando unos 15 minutos sobre los exámenes finales que se acercaban y sobre qué harían en vacaciones.
-¡vayamos con las chicas… de seguro ya están en la cafería!—opinó tenten levantándose y estirándose, mientras sakura asintió levantándose también.
Cuando estaban llegando a la salida del campo se encontraron con algunos de los chicos saliendo también del lugar; en eso sakura visualiza al azabache junto con sus dos mejores amigos quienes conversaban y avanzaban hacia su dirección.
-¡ahí viene sasuke-kun, voy a saludarlo…!
Se acercó a los tres chicos con una encantadora sonrisa y un pequeño sonrojo junto a tenten, quien miraba con disimulo a un guapo castaño salir del lugar con sus amigos. Ya que habían terminado el amistoso.
-¡hola sasuke-kun, estuviste estupendo en el partido!—felicitó con emoción al chico quien la mira con algo de fastidio.
Los dos chicos que estaban en cada lado acompañándolo la saludaron amablemente siendo yuugo y sugetsu que, al ver la intención de la pelirosa, decidieron mejor esperarlo fuera del lugar.
Tenten algo dudosa se alejó un poco; dándoles privacidad.
-entonces, sasuke-kun… ¿q-quieres ir a tomar algo conmigo después que termine el modulo de historia?...—. Su voz era tierna y dulce, teniendo ojitos de cachorro encontrándose parada al frente del chico.
-estoy muy cansado, sakura—espeto con voz seria al igual que su mirada.
Comenzó a avanzar dejándola algo triste. Pero ella con algo de voluntad se le colocó al frente bloqueando su paso.
Sasuke suspiró irritado por la insistencia de la chica--¿y ahora qué quieres?, no entiendes que no me interesa salir contigo, sakura...—. Aclaró de manera fría, sorprendiéndola.
Ella abrió la boca para hablar pero sasuke -algo rápido pero sin pensar- habló para cortarla.
-¡eres una fastidiosa!... ¡ten algo de dignidad hacia ti y no te humilles más!
Fue tanto su enojo que no midió el tono de su voz, siendo escuchado por los que pasaban a su lado -quienes la miraron con lastima y otros con burla. Sasuke siguió su camino como si nada hasta donde sus compañeros, quienes lo miraron con reproche.
Pero dejando a sakura muy afligida y al borde de las lágrimas, por lo que tenten muy preocupada al verla, se le acercó -pero antes de lograrlo- la ojijade salió del lugar corriendo, con lágrimas de humillación en sus ojos.
--Fin del Flash Back—
Sasuke recordó ese día, sintió que su corazón se estrijó al recordar algo que también pasó ese mismo día…
--Flash Back—
-jaja si, es una tonta, no sé en qué cabeza no cabe que cuando alguien no te quiere… ¡No te quiere y ya! Jajaja.
Escuchó sasuke parado en una esquina de los vestidores de hombres del instituto. Habia escuchado una conversación de un grupo de chicos quienes se estaban vistiendo después de una sección de basket. Estaban hablando sobre la humillación que le había hecho el uchiha a la pobre pelirosa que, ante los ojos de los que estuvieron en el lugar, ella se había salido muy triste del lugar, con lágrimas en sus ojos.
Sasuke -con su cara seria y gotitas en su sien- se giró para cerrar su casillero, sintió ganas de partirle la quijada a todos esos babosos que sólo hablaban de lo boba que era la chica -en dejarse humillar cuantas veces habían perdido la cuenta.
Le sorprendió escuchar que la había hecho llorar, sintió removerse algo en su pecho pero no supo qué. Por lo que decidió tomar su mochila y salir del lugar para tomar aire.
Por un momento recordó las palabras de su amigo sugetsu: “eres un idiota sasuke, ¡¿Cómo se te ocurre humillarla de nuevo?! ¡Que no te cansas!”.
Y de su amigo yuugo: “sasuke-san, ella es una buena chica…lo que le hizo estuvo mal”.
-¡tsk!...no sé porqué me siento mal después que le dije todo eso…y encima esos idiotas recordándomelo también, desde que comenzó a fastidiarme se lo he dejado claro…al igual que las demás… pero no entiendo—suspiró, sintiéndose estresado mientras caminaba por uno de los pasillos del instiuto, que daba a la cafetería— ¡tambien esos dos no dejan de molestar con sus regaños!, ¡tsk!...como si fueran mis padres…pero…igualmente…no sé porqué me siento raro…
--Fin del Flash Back--
-sakura…en serio, quiero que me perdones. No fue mi intención hacerte sufrir desde entonces…nunca pensé que verdaderamente te hacía daño.
Se le acercó sintiéndose culpable por humillarla, rechazarla y hacerse el indiferente con ella en ese tiempo; pero más imbécil se estaba sintiendo al verla en ese momento con lágrimas en sus mejillas -sintiendo su corazón hacerse añicos.
-no quiero que sufras más y que llores, quiero verte feliz…
-no te preocupes, sasuke…eso ya es del pasado, es sólo que al recordarlo me dio algo de nostalgia y rabia…era una fastidiosa y boba que sólo le gustaba dejarse humillar por las tontas e inmaduras ideas que inventaba.
Sus ojos de cierto modo tenían la tristeza marcada, pero realmente estaba tranquila.
Se limpió las lágrimas ahora con una pequeña sonrisa—no te preocupes, no me siento tan mal después de todo…ahora sé que debí tomarme más en cuenta…sólo era una niña después de todo.
-sakura, no eres ninguna fastidiosa, ponte en mi lugar…todos los días me aguantaba a toda la masa de chicas que no me dejaban respirar, no niego el que me gustaba pero hasta cierto límite…y tú me seguías y me repetías que querías una cita conmigo...—bajó la mirada sintiéndose la peor escoria—ahora veo que debí darte esa oportunidad, debí aceptarte una cita, ¡sakura lo siento, por favor!
De impulso le tomó una mano con suavidad, haciendo que lo mirar fijamente -sintiéndose incomoda y dudosa- pero esta vez no se alejó de su contacto.
-…con el corazón en la mano te…te pido perdón por todo el daño que te he hecho…sé que he cometido muchos errores pero del que más me he arrepentido…es de éste.
Ella bajó la mirada, sintiendo su labio inferior temblar y el como su corazón brincó al escucharle. Sasuke recordó nostálgico, algo que su hermano le había dicho hace unas semanas atrás.
-…ahora entiendo las palabras de itachi…
--Flash Back--
-¡sasuke, deja de estarte reprochando y sintiéndote más culpable de lo que eres!—lo miró con seriedad y a la vez con preocupación—te dije que andar de mujeriego te iba a salir muy caro, ¡¡no sé cuándo o por qué paso por tu estúpida cabeza que engañar y mentirle a sakura te haría más hombre!!… ¡no se dé quien sacaste eso sasuke! ¡Aprecio mucho a sakura como para aceptar semejante tontería tuya!
Estaba enojado con su hermano -por ser tan imbécil y dejar ir a sakura quien siempre estuvo apoyándolo. Todo por unas piernas fáciles.
Frunció el ceño. Pero tampoco podía dejar ahogar en el alcohol a su hermano meno. No podía dejarlo sumido en el estado de dolor; no cuando él debe de protegerlo y apoyarlo. Después de todo es su sangre, pero esta vez haría bien las cosas, como se deben hacer.
Soltó un suspiro.-- está bien, te ayudare… ¡pero quiero que te quede claro!…no seré tu paño de lágrimas cuando verdaderamente sientas que perdiste a alguien tan valioso como lo es ella…aunque, creo que ya lo debes de estar asimilando, ¿o no ototo…?—le tocó el hombro: como compadeciéndolo; ante la mirada ida del uchiha menor por sus palabras.
--Fin del Flash Back—
-…ahora sé lo que se siente perder a alguien tan valioso, tan especial ¡por unos malditos caprichos!…ahora sé lo que se siente haberte perdido…s-sakura…estoy…a-aprendiendo la lección de la vida.
La pelirosa alzó la mirada para sorprenderse por lo que vio: El Gran Sasuke Uchiha, el caprichoso, vanidoso y orgulloso, ¡estaba llorando!
Sasuke estaba derramando lágrimas de arrepentimiento, dolor y culpa por haber hecho todo lo que hizo.
Sakura se tensó. No sabía qué decir. Nunca antes había visto al azabache llorar, y la verdad, sintió un poco de alegría en su corazón porque en verdad se dio cuenta de que sasuke si estaba arrepentido, y eso, ella lo sabía, porque lo conocía muy bien.
-¡perdóname, te lo pido!…ahora soy yo el que te insiste sakura…es…extraño al ver lo irónica que es la vida.
-sasuke…yo…como te dije, no te guardo rencor…—se alejo un poco, ante la mirada decaída del uchiha—no mentiré en decirte que olvidaré como por arte de magia de todo lo que me hiciste, pero…sé que con el tiempo…lo podre superar…porque tengo personas importantes que me ayudaran.
Lo había dicho pensando en su familia, amigos, y en especial. Su naruto.
-…quiero que sepas, que sí, que me alegro de que hayas aprendido tu lección, en no jugar con los sentimientos de alguien.
El azabache la miro sonrojado de vergüenza y sonrió con tristeza.
-…me dolió mucho enterarme de aquella manera…el cómo me habías engañado todo este tiempo, pero por algo pasan las cosas como dicen, ¿no…?—se encogió de hombros, sin apartarle su mirada. El ojinegro se secó las lágrimas, mirándola, avergonzado—ahora sé que las cosas debieron suceder así para poder aprender de las pruebas, de los indicios que nos muestra la vida…ahora me siento muy feliz a lado de naruto, con él he aprendido muchas cosas y, una de ellas es que no debes dejar de luchar por lo que tu corazón quiere…por lo que te hace de verdad feliz.
-siéndote de nuevo sincero…te veo mejor desde la última vez que nos vimos.
Recordando en la residencia: cuando ella en ese tiempo se recuperaba de la ruptura y estaba más sensible.
-no seré hipócrita si te digo que me alegro de que estés con él, o que me alegro de que él te haga feliz…pero, si te seré sincero…en decirte que…deseo que seas feliz, sakura, no quiero aferrarte a algo que no tendrá futuro… A alguien como yo que…sólo te hará daño.
-no te culpes tanto, sasuke-kun…—se acercó a él, haciendo contacto con uno de sus hombros.
Esto bajo la mirada asombrada del muchacho quien se ruborizó. Su corazón dio un vuelco de alegría por escucharla usar el ‘kun’ de nuevo en nombre. Debía admitir -al menos para sí- que lo había extrañado.
-yo tampoco quiero ser hipócrita…si no te digo que me encanto verte llorar.
El sonrojo en las mejillas de sasuke aumentó haciendo que sakura sonriera, sincera.
-porque la verdad, es que me sorprendí. ¡Nunca te vi llorar! ¡Desde que te conozco no te he visto hacerlo, sasuke-kun! jeje… Bueno al menos sé que tienes corazón y que estas arrepentido—dijo burlona e inevitablemente haciendo reír a un avergonzado sasuke.
Extrañaba ese lado burlesco de ella, pensaba él.
-ehm…sí, bueno…—se toco la nuca con gotitas en su frente—aunque no lo creas, si lo estoy… no soy un hueso tan fácil de roer…--sonrió con sarcasmo, haciendo que ella negara divertida con la cabeza--…entonces… ¿me perdonas…?.
Sakura se cruzo de brazos arqueando una de sus rosadas cejas -con seriedad y aire pensativo.
El azabache la miraba divertido aunque algo nervioso, pero en el fondo sabiendo la respuesta.
Ella sonrió un poco y asintió divertida, al ver que el cuerpo del azabache se relajaba por su respuesta.
-¡te perdono Uchiha!, pero sólo porque me pareció divertido verte llorar jajaja… ¡fue épico!, ¡como me hubiera gustado tener una cámara para grabar ese momento!—siguió la burla ante el muy avergonzado sasuke, que la miraba sonrojado y con una venita en su frente.
Muy pocas eran las personas que lo hacían sentirse como ahora, y sakura, era una.
De repente…sasuke recordó que había traído algo para ella, así que se disculpó un momento para ir a su camioneta que estaba estacionada a unos pasos de ellos.
Sakura estando ahora curiosa lo seguía con la mirada -sintiéndose más relajada por la conversación con su ex.
“Después de todo, no fue tan malo que viniera”, pensó contranquilidad; viéndolo ahora cerrar la puerta de la camioneta, cargando una especie de cuadro pequeño, pensó interesada con vista en el objeto.
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Naruto estaba muy sorprendido de todo lo que le había contado konan sobre las ‘brillantes ideas’, como le decía sakura para conquistar al Uchiha.
A él no le cabía en la cabeza pensar en que sakura se había rebajado demasiado para llamar la atención de ese idiota energúmeno; se sorprendió cuando konan le contó -algo decaída- que sakura fue capaz de alejarse de ella y de anko, porque éstas, no querían que sakura siguiera con esa absurda idea de su conquista. Y que por ello, se habían distanciado un poco.
Pero aún así su amistad fue más fuerte que el orgullo de las tres, ya que ninguna podía vivir sin la otra.
El rubio pensó -celoso y con molestia- que ese sasuke era muy suertudo y dichoso por haber tenido toda la atención de la chica en ese tiempo, pero también un maldito inepto por rechazarla y humillarla; cuando ella sólo quería ser aceptada por él.
¿Qué le costaba al muy idiota?
Sintió que el corazón se le rompía al escuchar las veces que sus amigas consolaron por los rechazos o humillaciones que recibía la ojijade por parte del Uchiha: sintió querer ahorcarlo, estrangularlo y reventarlo a golpes por lo poco hombre que fue e incluso recordó el momento que vivió en la residencia; cuando lo vio por primera vez.
La ojiambar le había agradecido mucho el gesto de haber defendido a su amiga esa vez y él, como todo caballero y sintiéndose responsable, prometió volverlo hacer. Cosa que le hizo recordar que en ese preciso momento, su novia estaba hablando con ese idiota -a unos cuantos pasos de ellos.
Por lo que estaba poniéndose inquieto en saber qué tanto hablaban:
-¿Por qué se habrán tardado tanto…?—se cuestiono para sí.
Pero fue escuchado por konan quien voltió a verlo con una pequeña sonrisa.
Ya estaban dentro del local, donde estaban anteriormente; él se encontraba recostado en la barra echa en pieda y cerámica del mini-bar, mientras konan estaba al frente de él, o sea, dentro del sitio, limpiando un poco.
-no te preocupes…de seguro sakura le está sacando en cara toooda la lista de imperfecciones que tiene ese baka…además, ¡tiene la ayuda de sus puños! jeje—sonó gracioso lo que dijo, que le sacó una sonrisa al rubio por ya saberlo, y haciendo que ella se sonrojara—ehm…y, ¿qué tal saku en su trabajo?... ¿te es eficiente o sólo te saca canas verdes…?—cuestionó divertida y para hacer que se distrajera.
Ya que lo notaba algo tenso y mirando a la puerta de salida.
-¿eh?...a si, sakura-chan es muy inteligente… ¡es increíble todo lo que hace!—le sonrió, para volver a mirar con desesperación a la puerta de salida; aunque lo que había dicho sí era cierto.
Konan tenía una gotita en su sien -estaba algo incomoda en verlo mirar su reloj y luego a la salida.
-¡que barbaro…!—suspiró cruzada de brazos, dijo—si quieres, puedes ir a ver que tanto hablan…de seguro ya se están despidiendo, mientras, yo iré a ayudar a sasame.
Naruto la miró entre apenado pero agradecido, y ella le sonrió para terminar lo que hacia, y caminar por el pasillo que daba a la cocina.
El rubio devolvió su vista a un lado: a donde estaba la puerta de salida.
-claro que iré…ya se han tardado mucho…—musitó para sí. Algo ansioso. Suspiró, pasándose una mano por el rostro -un poco estresado por tanta información que recibió su cerebro.
No le gustó para nada la actitud de su novia cuando era otra de las tantas enamoradas de sasuke que, según konan, era proclamado ‘El Rey de los Don Juan’, claro que sólo por las amigas su pelirosa. Eso le sacó una risa burlona al rubio -pensando que la peliazul es muy divertida.
Pero también se sintió mal por sakura, en saber el mal de amores que sufrió, y ahora, comprendiendo a anko al confesarle que la pelirosa había sufrido mucho por amor.
Concordaba con ella, pero ya no sufriría más, porque él hará que eso no vuelva a suceder.
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Sasuke le había entregado el cuadro de una hermosa flor de margarita -pintada con detalles amarillos y algunos toques rosas en sus delicados pétalos- la había pintado aquella vez que estuvo inspirado. Inspirado en esa hermosa flor frente a él: tan delicada, tan inocente y frágil. Pero que a la vez es tan fuerte, valiente y sobre todo, con un corazón puro que lo había hecho recapacitar y darle una lección por los errores que cometió en el pasado, e incluso en el presente.
Pero, sabiendo que al final logró perdonarlo sin guardar rencor alguno.
Sasuke se sentía más tranquilo de que al menos sakura ya no estuviera enojada con él.
También le había comentado -algo incomodo para él- sabiendo que no era de su incumbencia pero no queriendo que ella volviera a salir lastimada. Le comentó sobre la noticia que había salido esa mañana en la prensa. Él había revisado el periódico como cada mañana y al ver esa noticia había quedado un tanto sorprendido y enojado con el Namikase. Tuvo que viajar desde Osaka esa mañana para hablar con ella.
Sakura sólo le comentó que no tenía de qué preocuparse, porque sólo era un mal entendido.
-sakura, ya me tengo que ir, espero y no te haya molestado que viniera—sonrió, mirándola frente a él teniendo el pequeño cuadro en manos—espero y no te deshagas de él…me inspire pintándolo.
-¡cómo crees!, ¡está muy bonito, sasuke-kun. Gracias!—sonrió agradecida y mirando la hermosa pintura en sus manos—no te preocupes, la tendré como recuerdo del día en que ¡vi llorar al grandioso sasuke uchiha!—se burló de nuevo,
Sasuke sólo se encogió de hombros con una sonrisa de lado.
-antes de irme… ¿te puedo pedir algo?
Extrañada lo miraba aunque asintió. Sasuke se acercó un poco más a ella, estando ahora un poco sonrojado, dijo con voz suave y titubeante--¿te, te puedo dar…un abrazo?
Sakura sorprendida por la petición soltó una risita, haciéndolo avergonzar más. Sabía que estaba nervioso pero ella muy sincera de haberlo perdonado, se acercó acortando más la distancia y lo abrazó -poniéndole tenso. Pero al segundo, correspondiendo agradecido al gesto sincero de ella.
Y, lo que ellos no sabían es que -un ansioso naruto- salía en ese preciso momento y que, al ver esa escena, sintió como si un balde de agua helada se le sumbaba encima y a la vez ser atravesado por una daga en su corazón.
¡Se estaba muriendo de celos de tan sólo mirar la escena!
Sasuke al separarse y estando de cara frente a la entrada del establecimiento, lo notó con un semblante indiferente -que no dejaba de observarlos. Sonrió de lado.
-gracias por todo sasuke-kun…fue muy…
Naruto quien no aguantó, se les acercó diciendo:--¿todo bien, sakura-chan…?—interrumpió haciéndola sobresaltar, porque se encontraba detrás de ella.
Sakura volteó y le regalo una linda sonrisa.
-me preocupé por ti…pensé que te habían secuestrado—lo murmuró mirando de manera neutral al Uchiha, quien ahora tenía un semblante serio.
Sakura miraba a ambos chicos con gotitas en su sien, sintiendo que el aire ahora se estaba tensando de nuevo entre ellos.
-¡oh, no! jeje Sólo me estaba despidiendo de sasuke-kun…ya se iba—. Lo miró con una pequeña sonrisa que naruto percató y que se sorprendio a la vez, al escucharle el apelitivo de cariño en el chico
Estando a su lado la tomó de la cintura de manera posesiva -abrazándola de nuevo a su lado- y sin despegar su mirada azulada del azabache. Sasuke algo incomodo, sonó su garganta. Miró a la pelirosa y le sonrió.
-sí, ya me voy…—se les acercó y miro con seriedad al rubio quien le devolvió la misma mirada—pero antes quiero presentarme como se debe…soy sasuke—con tranquilidad, le extendió la mano al rubio quien atónito por lo que oía, lo miró con el ceño fruncido.
Pensando que se estaba burlando de él.
Sakura incomoda y algo enojada al ver que naruto no tenía intensión de responderle, le dio un codazo haciéndolo reaccionar -y quien gruñó por lo bajo- para extender la suya, diciendo su nombre con educación, pero sin ocultar su semblante de seriedad.
-disculpa por lo sucedido anteriormente…espero y no la hagas sufrir, como yo lo hice—. Esto lo susurró un poco cerca y sin ser oído por la chica, que los miraba algo nerviosa.--¡adiós, sakura…!.
El rubio quien lo veía con el ceño fruncido caminar y luego montarse en la camioneta, le había susurrado y sin titubiar: <
Sakura lo sacó del mundo en donde se encontraba, al sentir que tomaba su mano con suavidad. Él ladeó su rostro sonriéndole y relajándose. Cuando vio partir la ranyer color plata del uchiha, se giró por completo, mirándole, tomó un mechón para llevarlo detrás de su oreja y dijo con suavidad:
-¿Cómo te fue princesa?...—. Pero ella sólo se abrazó a él, y obviamente, gustoso le respondió con un apretón más fuerte.
-estuvo muy interesante la plática…me siento más tranquila la verdad—le sonrió, acariciando las marcas zorrunas de él—me pidió perdón, estaba muy arrepentido…y bueno—se encogió de hombros—lo perdoné, espero y no te enojes conmigo por…vernos abrazados.
-no te preocupes, sakura-chan. Confió en ti, además, me alegro de que no guardes rencor en ese tierno y bello corazón…y que ahora me pertenece.
Le señaló el lugar del mencionado. Ella se sonrojó encantada al escucharlo.
-sabes que sólo me importa el que estés bien, quiero verte sonreír siempre.
Llevó ambas manos al rostro de ella, se inclinó a su rostro con sutileza y la besó con ternura haciendo que sakura suspirara y pasara sus manos alrededor de su cuello -perdida en el tacto de sus labios- dejando caer “sin querer”, el pequeño cuadro al suelo.
Naruto la abrazó de la cintura. Mordió su labio inferior con suavidad para luego saborear el dulce néctar de su lengua, que ahora jugaba con la suya. Ambos rendidos y perdidos con esa caricia, haciéndolos delirar… Así continuaron por unos segundos más.
Mientras ellos demostraban con reciprocidad y visible ternura ese nuevo sentimiento, las amigas de sakura no se habían perdido de las escenas que pasaron cuando el rubio había salido del local. Por lo que konan junto a sasame miraban desde la puerta a esos dos tiernos enamorados. Konan estaba muy feliz por su amiga; al principio, pensó, que sakura estaba yendo muy rápido con una nueva relación -ya que no confiaba en el chico y en ningun otro.
Claro está por lo sucedido.
Pero después de haber platicado un rato con naruto, se le había esfumado la duda y desconfianza que tenia -o en parte de la que había comenzado a adquirir.
Ahora podía decir que, de cierto modo, confiaba en él; gracias a las reacciones y palabras del mismo: llenas de preocupación y enojo hacia sasuke.
Al contarle sobre la vida y pequeños problemas que tuvo su amiga en el pasado, pudo detallar que naruto en verdad la quería. Sentía que su amiga iba por buen camino con naruto.
“Es una buena persona…espero y no me esté equivocando por lo que pienso de él ahora…sólo espero y te haga muy feliz, saku”. Pensaba contenta por su amiga del alma.
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En la ferretería Shinobi’s…
El día estaba transcurriendo de maravilla, las ventas y compras de los clientes habían agotado como de costumbre a los empleados del lugar, pero a su vez, dejándolos muy satisfechos de su labor.
Y es que tal es el nivel de comercio que esta ferretería tiene en la ciudad, que incluso es una de las mejores en todo el estado. Por tener mercancía de calidad, buenos precios y ni se diga de las atenciones que se les brindan a los clientes -que hacen una excelente elección al comprar en ella.
En estos momentos, uno que otros empleados atendían con energía y entusiasmo a clientes que ingresaban en el local, el jefe del sitio: Kakashi Hakate; tenía un excelente día. Para empezar, el ver a su bella novia todas las mañanas y compartir el resto del día lo alegraba mucho, y estaba más que encantado con la chica.
Por otro lado, el que le llegara mercancía importada de gran calidad le entusiasmaba, ya que sabía que las ventas que realizara con estas, le favorecerán en mantenerse como uno de los mejores en el rubro del mercado; y otro, eran las buenas ventas que llevaban toda la semana.
Sin embargo, algo lo molestaba en esos momentos, y era el hecho de que no había podido leer la prensa del dia.
¡El bendito viejo que pasa todos los días a dejarle una -casualmente- hoy no fue y por eso le molestaba un poco!
-¡no entiendo por que tazuna-san, no hizo la entrega de siempre!—se quejó por 6ta vez en el día.
El peliplata aún no entendía porqué el señor tazuna -que desde que abrió su ferretería le servia como mensajero- no le había dejado el periódico, e incluso unos documentos que según él, le llegaban también.
No es que sea paranoico pero siempre le gusta estar al tanto de todo. Y como la computadora que tenía en el local, estaba en mantenimiento…
-el lunes cuando pase…bueno, si es que lo hace, como hoy fue el caso, le pondré una queja—suspiró, para seguir tomando nota de los balances de cuentas semanales.
Yahiko, quien estaba al frente del mostrador mirándolo y escuchándolo todo el día quejándose del tema, se puso un poco nervioso.
-seguro se le olvidó pasar por aquí…--. Kakashi lo miro arqueando una ceja y dejando de escribir— ¡o, o también, se enfermó y no laboró hoy tío!, ¡ya sabes como son los viejos! jeje—se rascó la nuca, riendo con nerviosismo.
El mayor sólo volvió a suspirar: diciéndole que ha estado muy raro en el día; para luego retirarse al pequeño despacho que tenía para hacer mejor su labor, sin interrupciones.
El pelinaranjo sólo asintió más tranquilo y comenzando a relajarse. Cuando lo vio entrar suspiró.
-¡uusff!...no puedo dejar que el tío vea la prensa…no con esa barbaridad de nota que publicaron, ¡le daría un papatus!—sin que nadie lo siguiera, comenzó a caminar al último pasillo que tiene el lugar—o incluso, podría ocurrir un homicidio…—tragó grueso.
La verdad es que el señor tazuna si entragó la prensa e incluso los documentos que dijo el peliplata, sólo que éste ¡nunca! se enteró de la verdad -y tampoco lo hará, pensó.
¡Gracias a kami! fue yahiko el que recibió el correo. Cuando éste revisó la prensa -curioso por el chisme que le había dicho el viejo de algo sobre el empresario de la prestigiosa empresa Namisake- yahiko casi muere de un infarto al descubir esa bendita noticia que ronda en todo japon… A su bella prima la difamaron por ser la “AMANTE” de naruto, siendo esto así el rubio le está pegando el cuerno a “SU PROMETIDA”, ¡con ella!
Yahiko se molestó mucho por eso, lo bueno es que en las fotos que publicaron, no salía el rostro de sakura, sólo un poco de su perfil pero lo que la delataba era ese exótico y nada común cabello rosa -que a la vista de conocidos- la podrían reconocer muy fácil y aún más por la relación que entabla con el Namikase; de seguro los que publicaron eso no sabían de ella porque no salía su nombre o algún dato que la delatara.
Por ese lado estaba tranquilo, pero aun así tendría que confirmarlo. Tuvo que esconder muy bien el objeto para que su tío nunca lo descubriera y se enterara de ello.
-Si kakashi se entera, naruto no saldría vivo de la residencia…bueno, solo en una ambulancia. Lo bueno es que escondí muy bien el periódico—dijo para sí, mirando a una de tantas cajas llenas de lijas para frizar paredes, que estaban en un rincón del estante. Pero bien atrás—ahí no creo que que alguien revise, tendré que pensar en cómo darle los documentos al tío sin levantar sospechas…cuando tenga la oportunidad le pediré una explicación a cerezo. Espero y esto sea mentira…y que la tía mebuki o sai no se enteren—susurró frunciendo el ceño, para darse la vuelta y volver al mostrador.
Pero antes de salir del pasillo, lo intercepta uno de los empleados -asuntándolo- diciendo que lo necesita para buscar en el almacen de mercancía, unos cauchos que estaban apartados para un cliente.
Yahiko con el corazón en la boca por el susto, lo acompañó para ayudarlo.
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Después de que sucediera la conversación con el muy arrepentido Uchiha, sakura se había despedido de sus amigas. Había regañado a sasame por dar información de ella sin consultarle primero, pero también la había perdonado -la pobre tampoco sabia sobre el tema del rompimiento con sasuke- cosa que a sasame le impresionó y se disculpó con su amiga ojijade, quedando las cosas arregladasentre ellas; la pelinaranjo se había graduado en gastronomía hace un par de meses.
Ella anteriormente estaba trabajando en un restaurant cerca de su casa pero no le iba muy bien, ya que la paga no era la mejor. Para su suerte, ahora se encargaría de trabajar en el establecimiento de su amiga -como la chef- junto con la ayuda de otros dos ayudantes y dependiendo de cómo surjan las cosas, se le asignara un buen sueldo.
Konan por su parte se iba a encargar de la caja, como también ayudaría en tomar los pedidos a los clientes.
Naruto también se había despedido de las chicas, diciendo que fue un gusto conocerlas; a konan también le había agradado el conocerlo por lo que sakura se había alegrado mucho.
La bella pareja de novios se encontraban en carretera para regresar a terminar de laborar en el día.
Sakura, estaba en el asiento del copiloto del mustang de su novio quien conducía de manera serena, aunque con un semblante un poco serio, o bueno, el que siempre tiene.
-naruto, ¿qué harás mañana por la noche…?—pregunto en tono dulce mirando por la ventana, recostada con una mano en la puerta.
Había recordado -gracias a su amiga peliazul- que mañana saldrían a bailar con sus primos y sus amigas; así que se le hizo una gran idea invitar a su novio a que disfrutaran un buen rato juntos, y que mejor que hacerlo que con sus amistades y, que él ya conocía y simpatizaba; aunque también puede que no sea del agrado para él, tal idea.
Naruto la miró de reojo sin dejar de conducir por la avenida de la ciudad, que en esos momentos daba acceso a la velocidad en la vía.
-mañana saldré con las chicas y mis primos… ¿quieres…quieres ir también?—. Ahora lo miro con una sonrisa, algo ansiosa por la respuesta.
-sakura-chan, no es por rechazarte la invitación pero…no me gustan mucho las fiestas o ese tipo de cosas—se encogio de hombros con mirada de disculpa, pero a la vez con seriedad.
Ella torció los labios y suspiró decepcionada, mirando al frente.
¿Cómo podía lograr que aceptara? Se decía mentalmente, ya tenía un presentimiento que esa sería su respuesta.
“El aburrido naruto”, arrugó el ceño al pensarlo.
-no me agrada el mezclar salida, alcohol y borrachera…--reiteró con suavidad.
Ella abrió la boca para decir algo, pero la cerró al segundo, mirándolo ofendida. El rubio mientras seguía conduciendo. Pasó una mano al hombro de ella y con suavidad dijo:--pero no te preocupes, ve tú y disfruta con ellos. ¡Podemos salir a otro lugar después!
-naruto, aunque lo quieras o no… ¡Es un rechazo!—hizo un puchero--…Eres muy aburrido, deberías distraerte un poco—dijo con desgana—además, mis primos salen pero no se emborrachan.
El rubio sólo se encogió de hombros, sin dejar de mirar al frente.
Sakura con decepción dejó de verlo para ahora mirar el objeto que llevaba en su regazo, sonrió y lo tomó con sus manos para contemplarlo mejor… Era el bonito cuadro de la flor de margarita que sasuke le había regalado: como muestra de su arrepentimiento y gratitud.
-jeje es muy bonito, siempre supe que ese bobo tenía talento—sonrió mirándolo embelesada por los bellos colores con los que estaba echo.
Para ella transmitía espontaneidad y dulzura a la vez.
Y pensar que el azabache lo hizo pesando en ella, recordó.
Naruto miro de reojo -con mucho recelo- el objeto; frunció el ceño al ver que la pelirosa estaba encantada viéndolo y tocándolo, mientras él aparcaba en una esquina al ver la lucesita roja del semáforo.
-mm, entonces, sasuke te lo regaló…—susurró, mirando caminar a algunos peatones de esquina en esquina para luego verla con seriedad.
Sakura asintió con una linda sonrisa -que le hizo tornar sus labios en una línea fina- sin poder evitar sentirse molesto por el detalle.
-¿Qué haras con él?... ¿lo regalaras al igual que lo hiciste con los demás presentes?
Sakura lo miro atónita. Naruto estaba loco si pensaba que ella iba a desechar semejante obra de arte, reprochó para sí.
-¡no, para nada! Lo guardare en mi cuarto…como le dije a sasuke, esta linda flor—con tranquilidad levantó el cuandro, a nivel de su rostro. Naruto arqueó una ceja—va hacer el recuerdo en que por fin pude dar un gran paso al presente y dejar atrás el pasado…dejar todo lo malo, para comenzar algo nuevo…—ahora lo miro sonrojada y con una encantadora sonrisa
-que hizo que el corazón del ojiazul diera un vuelco, y sonriera acariciándole una mejilla.
Al mismo tiempo en que esto pasaba...
Algunos carros estaban esperando también en el sitio; de repente una moto color negra con dibujos de llamas rojas con los bordes amarillos, se detiene en el lado izquierdo, o mejor dicho, del lado del conductor de un auto negro-grisaceo -siendo el de naruto.
En ella montaban dos sujetos vestidos completamente de negro. Uno de éstos comenzó a buscar algo entre sus piernas mientras el que manejaba la moto, giró su cabeza -la cual estaba protegida por un casco de igual color que su vestimenta- para tratar de mirar dentro del lujoso vehiculo. Ya que la moto era un poco alta.
-¡oiga señor…!—llamo de un grito al rubio quien tenía una tierna conversación con su novia pelirosa--¡¡Namikasee!!—volvió a gritar, para ver por fin que naruto se giraba, algo molesto para encarar al fastidioso que le interrumpió su bella plática--¿es usted naruto namikase…?.
Naruto al no saber de quien se trataba lo escruto con la mirada -dudosa y desconfiada. El motociclista sólo sonrió bajo el casco negro que tenía puesto, el cual subió un poco el lente para mirarlo. El rubio notó unos ojos oscuros. A los segundos respondió con seriedad.
-¿Quién eres?, y lo más importante. ¿Cómo sabes mi nombre?
-digamos que, ¡solo quería un autógrafo!, ¡no!, mejor una foto…—contestó burlon ahora el encapuchado de atrás, naruto lo miro de igual manera—un pajarito me sopló que lo podía encontrar por estos rumbos…jajaja no sabíamos dónde lo podíamos encontrar, ¡ya que la ciudad es muy grande!—mintió, y seguía con la burla ante la mirada confusa del rubio.
¡No sabia de que hablaban!
-naruto, ¿Qué sucede…?—dijo sakura con voz asustadiza y extrañada, al notar a los dos extraños, tocándole su mano derecha que estaba en la palanca del auto.
El rubio la miró tratando de transmitirle tranquilida pero sakura tenía un mal presentimiento.
-¡Y al parecer tenemos mucha suerte! jaja—se reía con malicia uno de los sujetos.
Y a pesar de no mostrar su rostro, naruto por alguna extraña razón, sintió un escolofrio recorrerle de repente.
Todo paso muy rápido… el encauchado que había buscado de entre sus piernas un objeto, lo sacó y lo apuntó a la vista desconcertada y estupefacta del rubio. Era un arma 9 mm color negra con silenciador. El conductor de la moto comenzó a acelerar el motor aún estando en el mismo lugar, provocando así algo de ruido y llamando la atención de algunos de los conductores en el lugar -que se asustaron al ver la escena.
-¡esto es para que vayas con más cuidado, niño rico!, ¡¡un gusto conocerte…!!
Sakura al asomar su rostro palideció y gritó horrorizada al ver el arma del encapucado apuntando a un naruto shockeado, que ni se movia.
-¡¡esperaa!!...¡¡vámonos, vámonos!!—gritó el acomañante del encapuchado, al notar que el rubio no estaba solo. Maldiéndose al no percartse de ese detalle.
Su amigo le gritó que si estaba loco, pero él sólo señalo al vehiculo.
-¡¡no esta solo idiota!! ¡No hay que dejar testigos!... ¡Y recuerda que sólo es un susto!—.
Su amigo al darse cuenta de la presencia femenina lo miro asintiendo, por lo que guardó su arma; el semáforo -después de una eternidad- por fin cambio a luz verde.
-¡¡nos vemos, chico!!—arranco a todo dar, dejando al pobre naruto desconcertado sin poder asimilar lo sucedido.
-¡¡oh, dios mio!! ¡¡oh, dios mio!!—era lo que decía sakura, muy alterada, al darse cuenta de que casi eran emboscados por esos dos extraños sujetos.
Naruto al volver en sí, sólo miro al frente, viéndose perder a los sujetos por una calle, sintiendo su cuerpo temblar de la adrenalina que acumulaba en esos momentos, le dio un fuerte golpe al volante, diciendo:
-¡¡joder…!!
.
...
Última edición por CerezoIntenso el Jue Ago 17, 2017 12:21 pm, editado 1 vez
CerezoIntenso- Chunnin
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Re: ¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
ohhhh por dios esta poniedo bueno jajaja espero conti
¡Esa Mujer!(+18)-capitulo 33(¡Ya es sábado!)/16/08/17
Capítulo 33.
En la bella ciudad de Osaka…
Todo era actividad de aquí para allá. Los ciudadanos muy activos laboraban el día con entusiasmo, algo común en esta ciudad.
En un local ni muy grande ni muy pequeño aunque viéndose remodelado, ubicado en un centro comercial al centro de la ciudad, entraban y salían algunas personas con aparatos electrónicos en sus manos, algunos eran pantallas de computadoras, neveras, equipos de sonidos, etc. Dentro de este, estaban los encargados atendiendo a varios clientes.
Sai era uno de los encargados que se encontraba revisando el software de un dispositivo móvil de un cliente; el pelinegro se encargaba de revisar los aparatos electrónicos que llegaban por mantenimiento, reparación e incluso instalación de programas Windows.
Sai era graduado en ingeniería en computación, ama lo que hace y teniendo ya cuatro años en su trabajo, estaba más que satisfecho con su labor. Él junto a shino, kim -quien era la novia del chico- y otros compañeros más; trabajaban y mantenían el local que hoy por hoy les da buenos frutos. Siendo esta una sociedad mercantil -algo pequeña- donde todos son fundadores y socios. Teniendo todos el mismo derecho y obligación por igual.
-¿Cómo vas con eso…?—pregunto el chico de gafas oscuras, parado a un lado desde hace un par de minutos y sin ser notado por sai, quien se sobresaltó ya que tenía la vista clavada y llena de concentración en el aparato móvil, que ahora, estaba desarmado.
-… ¡no me asustes así!—lo miro aturdido y con el ceño levemente fruncido, mientras el pelinegro se encogía de hombros disculpándose—estoy esperando a que se cargue por completo el nuevo programa…para poder instalárselo—ahora lo miro tomando asiento frente a él.
Se encontraban en el puesto de sai, ya que el local consiste en varios puestos o cabinas, donde cada empleado atendía a un cliente por turno.
-qué bueno. Pero, ¿Por qué te quedaste como estatua, mirando las piezas…?—señaló con tranquilidad lo mencionado.
Las piezas estaban regadas por toda la mesa metálica.
Sai algo inquieto, se rascó la cabeza.
-bueno…--mostró su típica sonrisa—es que estas piezas son originales, además de ser caras y algo escazas… ¡qué suerte tiene el dueño!...yo estuve buscando las mismas hace un par de meses pero aquí en la ciudad no llegaban, ya sabes, por el accidente que sufrió mi teléfono—puso un puchero y observaba las piezas con asombro.
Shino tenía una gotita detrás de su cabeza.
-mhm…sí, es cierto—decía, mientras tomaba una y la observaba—oye, ¿Cuándo retiras el coche que compraste…?
-¡ah, sí!, mañana por la mañana tengo que ir a firmar algunos papeles que faltaron…—desvió la vista a su computadora de mesa, que mostraba una ventana la cual informaba la carga completa del sistema. Tecleó un poco para dejar que ahora, se instalara el nuevo software en el móvil. Prosiguió—cuando termine todos los trámites, ¡podré llevarme el auto!!—dijo con emoción.
Su amigo lo felicitó por ello, ya que desde hace un buen tiempo, sai había estado ahorrando para comprarse un coche y ahora, con lo de la remodelación que habían realizado en el local y el dinero que obtenían por su labor, había podido comprarlo.
-¡solo espero en ver la cara de la feíta cuando lo vea! Jeje…me va a envidiar.
-…apropósito, ¿sakura-san se quedara a vivir por un tiempo en konohagakure…?—curioso, preguntó por la hermana de su amigo, ya que tenía tiempo que no la veía.
Mientras dejaba la pieza en su lugar, desvió por unos segundos su vista a su computadora.
-…Yo diría, indefinidamente—se encoge de hombros, mirándolo algo desanimado—creo que es mejor que sakura este allá, por lo que nos ha contado a mí y a mamá, le va muy bien—sonrió con sinceridad por su hermana—…es mejor que no esté por acá.
-lo dices por…--no quiso nombrar a cierta persona por lo que sai lo miró estando serio, confirmando lo que pensaba—…entiendo.
-no quiero ver que ese idiota la está rondando, no después de lo que hizo…y pensar que había cambiado—bufó con enojo, al recordar al azabache.
Sai había tenido algunos problemas en el pasado con el chico, algunos por su hermana y otros, por cosas de fútbol y cosas de hombres.
-no dejare que ningún otro hombre se atreva a lastimar a mi feíta…la quiero mucho como para verla llorar otra vez—dijo con determinación.
Shino sólo asintió dándole la razón… Después de esa conversación -algo intima entre amigo- continuaron con lo suyo cada uno.
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Después del suceso en plena vía pública naruto y sakura habían retomado su ruta a la empresa con los nervios de punta, y cómo no -con semejante susto que pasaron- no todos los días dos desconocidos te interrumpen -en plena avenida y dentro de tu vehículo- teniendo una bella conversación -desconectándote de todo lo que te rodea- para volver a conectarte de impulso al ver que estas siendo apuntado con un arma en la cara.
¡Fue una cosa de pánico y horror!
Algunos de los conductores que estaban también en el lugar les habían informado que rara vez sucedían esas cosas, los vecindarios eran tranquilos. Seguramente los vieron con mucho lujo y fueron el blanco de ataque, opinó uno de los conductores en el lugar.
Sakura había tenido un ataque de pánico al momento en que los sujetos se dieron a la fuga, no había parado de llorar y temblar de lo asustada que estaba, por lo que a naruto se le había ocurrido ir a la residencia para que ella se tranquilizara -cosa que ocurrió.
Ambos estuvieron juntos un rato en el depa del rubio para luego volver a la empresa.
Ya más calmados.
Sakura le había comentado al ojiazul que fue algo extraño el como esos dos sujetos habían aparecido de la nada, armados, ¿y apuntándolo?
Se le habían ocurrido dos teorías: Una era que a lo mejor alguien le quiso jugar una broma muy pesada. Y la otra era, que en verdad, alguien le quiso hacer daño mandando a esos dos extraños -porque estaba el hecho de que habían llegado preguntando justamente por él- como si lo conocieran. Cosa que la desconcertaba y angustiaba.
Naruto por su lado también se quedó pensando en ello ya que nunca le había pasado algo similar, y bueno, a la pelirosa menos.
Pero como él mismo dijo: “es algo absurdo que alguien me quisiera hacer daño”.
Está claro que es alguien exitoso con una gran herencia y reconocimiento en todo el país debido a sus apellidos, se sabe eso; pero no para tener a algún enemigo, porque, según él, no había tenido problemas con alguien o al menos eso recordaba.
Bueno sólo con algunos empleados en la empresa de Tokio. Confeso. Pero nada grave para que se extendiera a una venganza. Por lo tanto decidió descartar tal idea: De que alguien le quería hacer daño -cosa que a sakura no le había gustado- pero aun así naruto logró convencerla de que se olvidara de lo sucedido y que no se lo comentara a nadie para no alarmarlos o preocuparlos. De seguro eran unos locos que querían robarle el coche; sin embargo decidió andar con cuidado y con más precaución en las calles.
Ya por la noche de ese mismo día…
Yahiko logró conversar con su prima sobre la horrorosa noticia que había leído en la prensa -la cual le mostró, teniendo una cara llena de preocupación y de enojo al mismo tiempo.
Sakura se había tornado nerviosa y pálida por no reparar en ese detalle.
En el que sus primos o ¡incluso su tío! se enteraran de la espantosa primicia. Se preocupó tanto por la idea de que kakashi se enterara, que lloró de lo frustrada que se sentía al ser víctima ‘del destruye vidas’, como le había puesto ella al paparazzi que sin su consentimiento, la había interceptado con naruto ese momento.
Pero yahiko le había confesado que no tenía de que preocuparse porque se había asegurado que kakashi no estuviera al tanto de las noticias del día, cosa que la tranquilizó -por lo menos hasta ahora- y le agradeció un mundo porque no quería que se creara un problemón; como por otro lado no estaba tan preocupada de que su madre o su hermano sai leyeran la noticia, ya que ellos no sabían de la relación que tiene con naruto.
Pero conociendo a kakashi, era mejor ocultarlo todo.
Anko era otra que se había enterado -ella misma trabaja en ese mundo. Le había pedido -con mucha preocupación- mil disculpas a la ojijade ya que la noticia había sido publicada en el diario de la empresa donde trabaja, por lo que los sujetos que los habían fotografiado trabajaban también allí; fue tanta la impresión de las fotos que el jefe había hecho un buen negocio en venderlas a los diarios de la capital. Fue así como se dio a conocer. Anko no podía intervenir en su publicación, porque, primero: ya la habían publicado, segundo: si reclamaba, podían sospechar que ella conocía a la chica la cual tenían una Gran Incógnita “?” de su identidad, y tercero: jamás pondría a su amiga del alma en boca de esos locos.
No quería que la relación que sakura tiene con naruto se malinterpretara frente a todos, la perjudicara y terminaran.
No cuando apenas estaba comenzando -y sabiendo lo ilusionada que estaba su amiga con esa relación.
Sakura le había agradecido mucho por ello y le había confesado que se preocupó mucho, pero también por naruto, ya que lo ponía en mal evidencia en cuanto a su reputación -siendo tan condenadamente reservado- por como aún no se daba a conocer públicamente del rompimiento con su ahora ex novia.
La había puesto intranquila.
Cuando kiba llegó del trabajo -con muy mala cara por cierto- se llevó la sorpresa -otra más en el día- de que éste le había comentado, muy enojado, que casi toda la empresa estaba enterada de la dichosa noticia de que ¡ELLA! según el puto periódico -palabras del castaño- era la amante de naruto. Y, encima la tomaron como una cualquiera que le sube la calentura al Namikase cuando no está con su novia, o bueno, esas fueron las vulgares palabras con las que lo molestó ¡¡el muy maldito hijo de puta de Hidan!! Quien le fue con el chisme a kiba para hacerlo enojar -no le caía bien- y como conocía a sakura como la prima de él, y asistente del jefe, que mejor que fastidiarle la vida.
Kiba había reaccionado dándole un buen putazo dejándole un moretón, y quien se enojó y casi lo mete en un problema al casi armar una riña en plena cafetería, sino fuera por Lee, Sasori y giro quienes intervinieron.
Sakura se había sorprendido y daba gracias el que naruto no haya estado en la empresa cuando eso.
Pero kiba no se quedó así, había salido muy enojado al departamento del rubio quien al recibirlo fue emboscado con brusquedad -casi arrojado al suelo- sino fuera por la intromisión de yahiko y sakura que se lo impidieron, diciendo que las cosas no se solucionaban a los golpes, como lo hacia él.
Naruto había hablado con ambos chicos.
Se había disculpado por el mal rato que estaban pasando: uno que él lamentaba y a la vez le hacía enojarse consigo, por ser el claro causante. Sabía que ellos también estaban preocupados por sakura -como él lo estaba- no quería que ella quedara mal parada ante la prensa.
Pero como le había dicho a ella, les dijo a ambos también: no tenían de que preocuparse porque todo era totalmente falso.
Como también les había asegurado de que ya no estaba comprometido con Hinata.
Pero como kiba era un necio -por herencia- estaba dudoso aún, el rubio no tuvo más remedio que, revelar que ahora era novio de sakura. Ambos pensaban contarles al igual que a kakashi sobre el tema, pero viendo la situación, no tuvo más remedio y, sakura comprendió eso.
Los chicos no muy sorprendidos -más bien esperando que al menos se decidieran en confesarlo- ya que se imaginaban que esos dos, se traían algo, estaban algo contentos por su prima porque se veía muy alegre y con un lindo brillo en sus hermosos ojos jades. Kiba no tuvo más remedio que disculparse, diciendo que de ahora en adelante esperaba que no la hiciera entristecer porque ponía su confianza en él.
Naruto se lo había prometido de corazón y muy seguro de su palabra.
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Francia, 7:22 pm.
En la hermosísima ciudad de Paris, donde se impone la moda, famosa por sus fascinantes creaciones de exquisitos y refinados vinos, y variedades de recetas culinarias que hacen fantasear el paladar gustosamente. Pero sobre todo, Paris es conocida principalmente como la Ville Luminere "ciudad de la luz", poseyendo los destinos turísticos más populares en el mundo dándole igualmente uno de los primeros lugares en economía.
El lugar perfecto para disfrutar unos días de descanso, pero sobre todo para realizar negocios.
Orochimaru se encontraba en uno de los mejores restaurantes de la zona -Naturalia- el cual era visitado por personas importantes de la ciudad e incluso del país, todo el lugar era adornado con lujos desde lámparas en forma de araña de un tono dorado, grandes ventanales que dejaban ver las hermosas calles de la avenida, mesas junto a sus sillas, hechas de madera fina y cojines rojos que hacían juego con las lámparas esparcidas por todo el lugar.
También un puesto de bar donde preparaban los mejores cócteles o tragos de diferentes sabores y licores; el lugar tenía un segundo piso con terraza que también dejaba al descubierto el hermoso cielo estrellado de la noche, pero teniendo un techo fino para proteger del sol o lluvia.
El ojiamarillo terminaba de degustar un delicioso platillo llamado ‘Coq au Vin’ -Pollo al vino tinto-, acompañado con arroz al vapor y un delicioso vino blanco.
Después de terminar sus asuntos de negocios el día anterior, había pensado en pasar otros días más en esa bella ciudad.
En la tarde de ese día había conversado con uno de sus secuaces, Gato. Un magnate en el ámbito del contrabando, que había viajado a la ciudad para hacer una entrega a unos colegas y como supo que el pelinegro estaba en la zona, aprovecho en visitarlo. Le había comentado que dentro de poco, el equipo de rastreo -en hacer los trabajos sucios y que estaba a su encargo- iba a estar a su disposición para cualquier trabajo que necesitare, ya que estos se encontraban en Honkong, encargándose de unos asuntos.
Orochimaru le había agradecido el ofrecimiento, diciendo que lo tomara en cuenta aunque por ahora no los necesitaba.
Al terminar su cena llamó a kisame, su guarura fiel. Para que pagara la cuenta, con su tarjeta claro, y mientras lo hacía tomó su móvil para hacer una llamada. Se levantó con parsimonia y caminó hasta el balcón de la gran terraza del restaurant -había escogido cenar allí. Kakuzo, su otro guardaespaldas, lo siguió detrás.
-¡kabuto-kun que alegría escucharte, hombre!—saludó eufórico, mientras miraba la bella luna en el cielo de parís—ku ku ku ¡excelente, muchacho, excelente! Ku ku—sonrió.
Miró a un lado y vio a la hermosa chica que había visto cuando estaba cenando. Era rubia y alta con una figura esbelta -tal como le gustaban.
Se había estado preguntando: “¿cómo una mujer tan bella podría estar sola?”
Porque literalmente lo estaba.
La chica se percató de su atrevida mirada. Le sonrió como un lobo a una presa la cual la hizo intimidarse y sonrojarse.
Ya le había puesto el ojo a la presa de la noche, se saboreó los labios.
-¿Cómo va todo en konoha?—.
Kakuzo quien estaba a su espalda, miraba de reojo a la chica y disimulaba mirarlo.
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En Konoha.
Kabuto quien había tenido una rica cena con su mujer y su pequeña hermana, ahora estaba en el despacho de su mansión contestando la llamada de su jefe y colega.
-como dices tú, lord orochimaru, ¡excelente cada día! Ku ku… ¿Qué me dices de los planes?, me imagino que ya pusiste en marcha el primero, ¿no?—decía, mientras se servía un poco de sake en un vaso de vidrio con hielo.
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Francia; Paris.
-ku ku, siempre indagador, ¿eh, kabuto-kun?—sonrió mirando a kisame que llegaba de pagar la cuenta—pues digamos que sí, ya lo puse a andar…—suspiró, aunque pareció más a un pequeño gruñido—no salió como me lo esperaba. Pero el resultado fue el mismo…un susto era lo que quería.
Se giró para tomar la tarjeta dorada que el peliazul -kisame- le entregó.
Ambos guardaespaldas, se alejaron un poco ante la seña que el hombre les hizo.
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-¿Y lo dices así como si nada?, Ku ku ku—estaba sorprendido por lo relajado en cómo se lo estaba contando, sabiendo como era de prepotente el hombre—con mucho respeto lord orochimaru, pero ¡vaya que esos días en tierras extranjeras te están haciendo muy bien!
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-¡sí, de eso no dudes! ku ku…no quiero que mi día termine como los otros.
Recordó el día anterior, cuando le dieron la noticia del trabajo fallido y que por cierto, ya se había encargado del incompetente que falló. Miro sobre su hombro derecho -buscando con la mirada de nuevo a la preciosa rubia- viéndola salir del tocador.
-pronto volveré a Japón para continuar con los planes pendientes…por ahora…tengo algo que hacer. ¡Estamos en contacto, kabuto-kun!—después de escuchar la despedida del peliblanco, colgó.
Se encaminó a la mesa donde estaba la hermosa rubia de ojos violeta la cual, algo cohibida y sorprendida por la mirada misteriosa del hombre, se sonrojó.
Poseído por sus experiencias en seducción, sonrió y con su mejor tono acentuando el propio francés, le habló con suavidad—bojour belle, ¿ne vous dérange pas si occupé cette chaise pour accompagner une si belle dame?--. Sonrió como vitoria al verla asentir con una tímida sonrisa.
Orochimaru, un hombre ambicioso, codicioso, malévolo y con una mirada llena de misterio es capaz de envolver a la paloma más prudente y sensata a los oscuros deseos que lo llevan a su satisfacción.
Las mujeres.
Pero sobre todo las más jóvenes: siendo su debilidad el dejarse llevar por la exquisita belleza joven y natural.
Toda aquella hembra que cruce por su vista la apetece con ansiedad y no para hasta obtenerla "todo lo que quiero lo consiguió, y será mío", siempre se repite con soberbia.
Y hoy esa chica, será la presa de la noche… de SU noche.
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Konoha. Sábado por la mañana.
Todos se habían levantado con buenos ánimos a realizar las labores de limpieza como siempre lo hacían. Limpiando y sacando todo lo negativo e incluso, las perezas que habían estado rondando toda la semana anterior. En realidad, ese era el caso de yahiko a quien lo tuvieron que sacar de tirón de su cama, y que para decepción de él, estaba teniendo un lindo sueño con una linda peliazul. Pero al recordar que ya era sábado, no dudó en desaparecer cualquier rastro de pereza por lo que andaba con una Enorme sonrisa y un brillo curioso en sus ojos cafés -y que los demás notaron a sabiendas de la causa.
A la hora del desayuno hicieron lo mismo.
Cada uno se turnaba para ayudar en lo que pudiera, a kakashi se le había ocurrido invitar a naruto para que compartiera el desayuno con ellos, claro que el consentimiento de su joven sobrina que, no dudó en afirmar la fantástica idea. Así todos habían tenido un rico desayuno, muy animado entre chistes, risas, uno que otras anécdotas sobre la empresa y hasta de la campaña que ya se aproximaba. Al igual que revelándole al mayor -kakashi- sobre la relación de ambos y, que al saberlo por fin, se alegró mucho por ellos.
Como también ocultando el tema sobre la noticia, ya que ninguno quería que kakashi lo supiera. Era lo mejor.
Ya por la tarde sakura y naruto se habían puesto de acuerdo para salir a caminar y así ejercitarse un rato.
Juntos se fueron a dar la trotada a la avenida de la zona la cual quedaba cerca de la plaza; a una media hora, donde estaba la gran iglesia en la que se encontraba yamato, que en esos momentos no se encontraba, ya que se había ido a un pequeño pueblo a las afueras de la ciudad para celebrar un bautizo.
Recorrieron el lugar con emoción y curiosidad, ya que les traía recuerdos de lo contado por minato.
A sakura se le había ocurrido llevar de paseo a akamaru con ellos, y el can no podría estar más que encantado de que por fin saliera un poco.
Kiba lo paseaba de vez en cuando.
Sin embargo, no todo fue encantador en el paseo. O ese fue el caso del pobre de naruto.
Sí.
Cuando casi le es mordida una pompa por el enorme can, eso sino fuera porque el mismo se distrajo con un gato y lo comenzó a corretear por toda la plaza llevándose a unas dos personas por el camino.
Naruto estaba muy disgustado con el animal, trataba de llevarse bien con él e incluso de hacer una tregua con algunas golosinas que compraba en el camino y que también, casi le arrancaba una mano al darle de comer, pero el condenado de akamaru era muy inteligente o ingenioso por así decirlo.
Naruto había pensado con disgusto: “ese kiba lo tiene bien adiestrado. Es igual a él”.
Sakura se había disculpado unas tantas veces con las personas arrolladas por el tornado blanco, pero sobre todo con naruto,
A él solo tuvo que besarlo o contemplarlo para que se tranquilizara. Aunque él tampoco pudo negar que se había divertido.
Ya se encontraban de regreso después de casi dos horas de recorrido. Risas, sustos y hasta celos… Celos del rubio por su novia la cual era alagada y piropeada por uno que otro -¡Idiota o Imbécil, según él!- en el camino, diciendo la hermosa mujer que es, hasta algunos eran unos atrevidos, según el rubio -quisiera ser ese perro para que me acariciaras así-, eso le decían a la pobre chica que se sonrojaba por ello, aunque más de vergüenza, al ver la semejante cara que les lanzaba naruto a cuanto chico que pasaba.
Como queriendo matarlos con la mirada.
Hasta llegó a besarla como queriendo decir que es ‘Solo Suya’ a la vista de un par de babosos. Estos mismo se llevaron un gruñido de akamaru el cual contribuyó con un rubio muy satisfecho, o eso alardeó el mismo.
Y bueno, sakura tampoco se quedó muy atrás.
Naruto también era otro que recibía piropos y miradas descaradas de mujeres que les pasaban por un lado, una le había pasado rosándolo y olfateándolo en el acto -poniéndolo un poco incómodo. Eso enfureció a la pelirosa que lo tuvo que tomar de manera posesiva del brazo y enterrar con la mirada a las féminas con las -¡¡hormonas a flote!!-, cosa que le pareció chistosa y a la vez tierna a naruto, al oírla decirlo.
Hasta akamaru recibió caricias y cumplidos bonitos.
-¡uff!, creo que necesitare un buen descanso después de esto—se quejó naruto.
Parando el caminado en la entrada de la residencia, se flexionó un poco para tomar sus rodillas y respirar un poco agitado. Llevaba puesto un pantalón deportivo color negro, franela naranja algo suelta aunque se ceñía -apeteciblemente ante la vista- su ancha espalda y brazos, junto a unas botas negras de deporte.
-le diste toda el agua a akamaru y no me dejaste, sakura-chan, ¡eres mala conmigo!—la miro estando a su frente, haciendo un tierno puchero.
Estaba algo sudado y tenía el rostro colorado debido a la agitada caminada al igual que sakura, aunque a ella se le notaba más por su piel clara.
-¡vamos, no me eches la culpa!—se defendió, cruzada de brazos y sintiendo los tirones de la cadena de akamaru, que con entusiasmo quería entrar al lugar al ver que habían llegado a su lindo hogar.
Vestía una licra a la rodilla color negra la cual le quedaba muy bien entallada a su cintura y piernas, una blusa de tirantes deportiva color rojo y botas blancas con detalles rojos. Su cabello lo llevaba amarrado en dos trenzas, haciéndola ver como una adolescente.
Eso le había comentado el rubio algo divertido.
-¡tú tienes la culpa!… ¡te pusiste a comprarle golosinas y el pobre estaba muerto de seb!
Comenzó a entrar al estacionamiento junto al enorme can que con su legua a fuera y jadeando, movía la colita al ver a algunas personas conocidas y que lo saludaban. Naruto la contempló minar de espalda por unos segundos, para luego seguirla soltando un suspiro, mientras saludaban al portero en la entrada.
-si no lo complacía, seguiría asiéndome la guerra…—la miro de reojo a su lado, notando que rodaba los ojos soltando un suspiro—pareciera que kiba lo hubiera entrenado para vigilarme…que obstinado—torció la boca.
Cuando estaban subiendo las escaleras para entrar al edificio, akamaru logró zafarse de las manos de la pelirosa, la cual soltó un gruñido tomando su mano y viéndolo correr adentro. Ambos detuvieron el paso.
-¿estás bien?...déjame ver—con suavidad, le tomó la mano con la que tenía hace segundos la cadena de akamaru. Estaba algo roja—no fue nada, vamos para que te pongas hielo y no te arda—le dio un tierno beso en la mano ante la mirada conmovida de sakura quien sonrió y asintió.
Caminaron tomados de la mano hasta adentro. Sakura miro de reojo a la recepcionista la cual puso mala cara al ver que naruto ni pelotas le paro. Por lo que solo pensó que estaba interesada en naruto y como la veía con él, le comenzó a caer mal.
Sin tomarle mucha importancia siguieron hasta llegar al elevador, donde akamaru no había aguantado a su espera, y solo opto por subir las escaleras de emergencia hasta el 4to piso.
-¡es igual a su dueño! Jaja ¡no cabe duda!
-jaja si, kiba-kun es muy obstinado, la verdad…aunque alguien por ahí también—negó divertida y naruto solo rodó los ojos.
Cuando se abrieron las puertas del elevador, de él salieron dos chicos los cuales saludaron a la pelirosa con una encantadora sonrisa.
-¡hola chicos!—saludo amable, con una sonrisa.
Naruto sólo tiró de su mano para que entrara al elevador con él.
-¡oye, no dejaste que me despidiera!—lo miro algo enojada por lo descortés de su parte.
Pero haciéndose el sordo naruto solo apretó el botón metálico con el número 4 enmarcado en el mismo. Se giró y la miro de brazos cruzados. Sakura arqueó una ceja, extrañada.
-tienes que curarte la mano, por si ya se te olvidó…—utilizó ese pretexto para cambiar de tema. Ella sólo entrecerró los ojos dudosa y cruzada de brazos--¡está bien!, no me gusta cómo te miran otros hombres, sakura-chan… ¡sólo tienen la testosterona subida a la cabeza al ver a una mujer como tú!—dijo con seriedad, todavía estaba al frente de ella.
La puerta del elevador por fin se cerró.
-Y según tú… ¿cómo soy…?—. Su voz sonó melosa por lo que naruto sonrió de lado y comenzó a acercársele—sólo soy una mujer como cualquier otra, no sé porque te pones así—retrocedió, un poco nerviosa ante la mirada intensa que le daba naruto.
La acorraló contra la pared metálica del elevador y su cuerpo, posando sus manos a los lados de su cabeza e inclinándose un poco, le susurró al oído:
-para mí no eres cualquier mujer, eres la mujer perfecta para mí. La que necesito…y quiero—sonrió, mirándola muy cerca, ella colocó sus manos en el pecho de él. El rostro de sakura se tornó más rojo en esos momentos—eso…eres para mí, nena—tomó una de las trenzas de ella, que descansaban sobre sus hombros, y con suavidad la tiró a su espalda.
-n-naru-to…no hagas es-eso aquí—balbuceaba y se mordía el labio, al sentir como los deliciosos labios de naruto, besaban su cuello.
Sakura sentía su corazón latir a un ritmo frenético, por lo que colocó sus manos en los fuertes brazos del rubio, que aún se posaban a los lados de su cabeza. Naruto la besó en la boca con suavidad para luego hacerlo con intensidad, pegándola con una mano a su cuerpo, rodeándola con la otra de su cadera—ah…n-naruto estoy m-mojada, sudada…ahora no—gimoteó cuando el rubio no la soltaba, teniéndola presa entre sus brazos y mordiéndole el lóbulo de la oreja.
-mmm…que rico suena eso—ronroneó sensual.
Pasando su nariz al cuello y mejilla sonrosada, como una tierna caricia, haciéndola derretirse en esos momentos. Sakura sin entender el comentario de doble sentido que había dicho naruto, sólo escucho en ese momento, al ascensor hacer el “Pin” en señal de llegar al piso. Por lo que naruto se apartó de un movimiento rápido de ella, haciendo que soltara una risita.
Sonrió divertido también. Ambos salieron tomados de la mano como si no hubiera pasado nada -sakura agradecía en su mente el que nadie estuviera por ahí.
-…te burlas de mí, ¿eh?...
-para nada, amor—sin soltar su mano, se abrazó a él por el brazo.
Naruto le dio un beso en la cabellera. Giraron al pasillo y vieron la puerta entre abierta del departamento de la pelirosa.
-¡ese akamaru es un veloz! Jeje
-¡un veloz y gruñón…!
Se detuvieron al llegar a la puerta del departamento N#15. Sakura se colocó al frente de él con una linda sonrisa.
-me la pase muy bien contigo—le acarició con ternura una mejilla.
Le sonrió. Se inclinó un poco para besarla pero sakura le rodeó del cuello y lo besó primero.
Él solo sonrió y correspondió con ternura el delicado beso que compartían.
-te quiero tanto—susurró sobre sus labios, pegando su frente a la de ella y sin soltarse ninguno de los dos. Luego se separaron—es mejor que vayas y te coloques algo en la mano, sakura-chan…--le dio un último beso en la frente. Le abrió un poco la puerta para que entrara, se despidió y luego se fue a su departamento.
“Esa mujer me tiene loco”, pensó, con una bobalicona sonrisa.
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La noche cayó en la bella ciudad de konoha. En un bar o discoteca al este de la ciudad, Hot City, el ambiente era fabuloso, muy movido. Se respiraba a coco, menta, frutilla, un sin fin de olores que desprendían de los deliciosos tragos, el olor a licor mezclado con la adrenalina del lugar. Eran la perfecta combinación que hacía mover los cuerpos de las personas presentes, al compás de la música que retumbaba en los oídos pero ayudando a desconectar de la realidad, y estimulando a una dimensión llena de diversión, tranquilidad y relajación.
El lugar era iluminado por las luces de colores provenientes del DJ en el lugar, que bailaban de un lugar a otro, iluminando unos que otros rostros de las personas en la pista de baile.
Kiba se encontraba pidiendo algunos tragos en la barra junto a yahiko y anko. Los chicos iban vestidos con camisas, kiba llevaba una de color verde agua junto a unos Jeans negros y zapatos del mismo color. Yahiko una de color morado y Jeans negros al igual que los zapatos. Anko por su parte, llevaba un vestido tipo coctel color lila que le llegaba a mitad del muslo y le dejaba ver un poco sus generosos pechos junto a unas sandalias de tacón, en negras, su corto cabello lo llevaba suelto con una bonita pinza que le recogía un poco el cabello de un lado de su rostro, y un maquillaje discreto pero con los labios algo rojos.
Ya llevaban rato en el lugar, siendo apenas las 9pm, sakura estaba junto a konan, sentadas en un rincón del lugar pero cerca de la barra, habían mesas por todo el lugar, que era grande por cierto, con pequeños y cuadrados muebles de cuero en color blanco, la barra era grande y se podían ver muchas botellas de diferentes licores y a 3 chicos que lo atendían.
La ojiambar vestía una bonita blusa de tirantes en color amarillo suave junto a unos jeans blancos, y sandalias amarillas; el cabello lo llevaba suelto e iba discretamente maquillada.
Sakura vestía un bonito vestido de cóctel color rosa pálido, el cual le llegaba cinco dedos antes de la rodilla, le hacía ver fabulosa su bonita cintura y haciéndole contraste con su blanca piel; como dejaba al descubierto sus largas y torneadas piernas por la falda, algo acampanada del mismo, con un discreto escote en la espalda y por delante era ajustado y todo tapado hasta el cuello; hacía juego con unas sandalias de tacón negras y su larga melena rosada la llevaba suelta, cayéndole como cascada en su espalda, solo llevaba algo de rímel en las pestañas, y sus labios de un suave rosa.
Se veía fabulosa.
Estaban esperando a que los chicos les trajeran su segunda ronda de tragos. Como también esperaban a que llegaran los demás con los que habían planeado verse.
-oye, ¿Por qué no vino naruto?—le pregunto konan, alzando un poco la voz debido a la música. Sakura que estaba a su lado, giró su rostro y con desgana dijo:
-hable con él antes de venirme—se encogió de hombros—…pero no quiso ¡es un amargado…!
-jeje no te enojes, saku, debes de comprender que naruto es un hombre reservado, o bueno, eso se le nota—la mira con una sonrisa. Sakura se volvió a encoger de hombros y le sonrió un poco--¡mira, por fin vienen!—señaló con una mano a los tres chicos que se dirigían hacia ellas, con los tragos en mano.
Mientras kiba les entregaban sus bebidas, sakura comenzó a recordar la conversación que tuvo hace un par de horas con su novio…
---Flash Back---
-sakura-chan, ya te había dicho que ve tú y diviértete…
Le recodaba un naruto, algo irritado, a la pelirosa que había ido a su departamento a tratar de convencerle en salir un rato a divertirse, eran las 6:20pm. Se encontraban en la cocina; sakura sentada en uno de los taburetes y naruto acomodando algunas cosas, dándole la espalda.
-…creo que mi primo Nagato vendrá, no lo sé…
-naruto, te lo pido… ¡vamos, prometo que no te aburrirás!
Naruto giró su rostro: tenía el ceño algo fruncido. Ella lo miraba con ojitos de cachorro, poniendo un puchero muy adorable. Pero a naruto lo estaba irritando más; no estaba de muy buenos ánimos.
Sakura era algo insistente.
Se acercó a ella con un semblante algo serio.
-¡no quiero que te quedes entre estas cuatro paredes solo!—miro el lugar con desespero y naruto sólo rodó los ojos, apretando los labios--…deja de ser tan amargado. ¡Te pondrás viejo!, ¡di que siii, anda, y no…
-¡te digo que NO, sakura!—. Arguyó naruto, enfatizando el “no” con claro enojo.
Su insistencia fue el detonante a su ya desbordada impaciencia.
Sakura al escucharlo, parpadeó sorprendida para al segundo sonrojarse de vergüenza. No quería que se molestara o enojara con ella, solo quería convencerlo para que se divirtiera, le quería hacer un favor. Pero ya vio que fue mala idea.
Naruto reaccionó ante su mismo tono -algo alto- con el que la interrumpió, y verle el rostro entristecido, se sintió mal.
-lo siento sakura-chan, no fue mi intención hablarte así…--quiso tomar una de sus manos que reposaban sobre la barra.
Pero ella se alejó y se levantó de inmediato. Estaba aturdida y sentía que sus ojos picaban.
Absorta mirando el resplandeciente suelo.
-no quise gritarte, pero, es que no dejabas de insistirme… ¡eres terca como una mula!—sonrió bromeándole.
Pero sakura sin llegar a dirigirle la mirada sólo se mordió el labio, sintiendo un nudo en el estómago.
-sakura-ch…
-no te preocupes…aun no aprendo a dejar de ser insistente—se encogió de hombros.
Naruto sintió que su corazón se estrujó al escucharla. Estaba triste y claramente avergonzada; por lo que se le acercó preocupado.
-no te molestare con el tema, a fin de cuentas me has dicho que no te gustan esas cosas—hizo una mueca indiferente.
Naruto solo la abrazó fuerte contra él, dejando un beso en la cabellera. En silencio ella le correspondió el abrazo, ocultando su rostro entre su pecho.
-discúlpame, no fue mi intención que te sintieras mal—le dio un beso en la frente, la miro con arrepentimiento—ve y diviértete, ya después salimos los dos…—le pico un ojo.
Sakura solo curveó los labios, aunque las comisuras no llegaron hasta las orejas. No podía enojarse con naruto porque a fin de cuentas ella tuvo la culpa, aunque estaba algo decepcionada.
-está bien…me divertiré por los dos—sonrió para volverlo abrazar.
---Fin Del Flash Back---
Sakura salió de sus pensamientos al ser apretada por unos brazos que la estaban asfixiando.
Cuando pudo respirar con normalidad pudo notar que era una linda chica la que la había abrazado y que estaba parada frente a ella. Era tenten. Estaba hermosa como siempre, sonrió, se levantó y le devolvió el abrazo provocándole una risita a la castaña, que la abrazó también.
-¡oye, en que estabas pensando!... ¡llegue hace dos minutos y no me notaste!—hizo un puchero adorable.
Sakura le sonrió divertida y la miro de arriba abajo, ambas eran del mismo tamaño.
La castaña vestía una linda blusa blanca y encima una cazadora de cuero del color marrón pardo, Jeans color crema y sandalias de tacón a juego con la cazadora. Su delicado rostro estaba maquillado con discreción. Tenten la miro extrañada.
-oye, ¿por qué me miras así?, ¡¿acaso te gusto?!—Bromeó--¡¡NOO!! ¡Anko te pego sus malas mañas!—se tocó la cabeza con una cara de terror y dramatismo.
-jajaja ¡¡cómo crees!! ¡Estas más guapísima desde la última vez que nos vimos!--sonrió divertida, mientras la castaña le devolvió el cumplido--¡gracias!. Oye, ¿con quién viniste?—pregunto curiosa.
Tenten suspiró, con mala cara se giró y señaló a un rincón del lugar: después de la pista de baile, cerca del pasillo que daba a los baños, donde estaba un hombre alto, vestido de negro y con porte de seriedad que miraba hacia ella. Era su guardaespaldas.
-¡el idiota de mi hermano no quiso que viniera sola!—se quejó mal humorada.
La pelirosa solo negó divertida y comprendiéndola.
Kabuto a veces exageraba, pensó.
Luego miro a su alrededor y pudo notar a más gente en la mesa donde estaba con sus amigos. Notó que su amiga anko estaba con un chico, conversando, se imaginó, y con ellos estaban dos chicos más los cuales ni si quiera había visto. Giró su rostro a la derecha; vio a su primo yahiko conversando muy animadamente con konan. Sonrió al verlos juntos, siempre le gustó la idea de que anduvieran.
El lugar estaba lleno de gente que iban y venían con bebidas en manos y otras bailaban al ritmo de la estupenda música.
-¡ahí viene kiba…!—dijo con voz eufórica la castaña, mirando al frente ya que todavía estaba parada junto a sakura.
Esta miro a donde dijo su amiga, y no solo diviso a su primo, sino, que también venía acompañado por otros de sus amigos. Se trataban de Sasori, el cual vestía muy guapo también y, lo que la sorprendió fue, el verlo con su amiga Ayame la cual se vea muy contenta. Y junto a ellos estaba rock lee.
-¡gracias, kiba!—le agradeció con un lindo sonrojo al entregarle un rico trago de margarita y recibir un ‘de nada’ de su parte, con una sonrisa coqueta y que no pasó desapercibida por sakura quien soltó una carcajada.
-¿Cuál es el chiste?—pregunto curioso kiba al ver que tenten le daba un manotazo, algo avergonzada.
Sakura solo negó divertida y él se encogió de hombros. Ayame al ver a su amiga corrió y la abrazó, mientras Sasori y lee llegaban con ellos.
-¡sakura!, ¡qué bueno que viniste!—sonrió contenta de verla--¡estás muy hermosa! jeje.
-¡lo mismo digo!, ¡ya llego sábado y por nada del mundo me perdería ver que hoy cupido reina en el lugar! jajaja—eso lo digo con un tono de voz alta, que fue escuchado por varios de los presentes, quienes la miraron con disimulo e hizo que se sonrojaran. Como le gustaba hacerlos avergonzar—jajaja ¡es la verdad!—Ayame se sonrojó y, miro de reojo al pelirrojo que ahora llegaba a su lado, junto a Lee.
-hola sakura, un gusto verte—Sasori la saludó con un abrazo el cual fue correspondido.
-¡hola, hermosa flor!—saludó energético lee, quien la abrazó algo fuerte e hizo que sus amigos se rieran por la cara que puso la pelirosa.
Estaba más roja que blanca por el apretón.
Después de eso tomaron asiento; pasaron un rato entre tragos y pláticas triviales. Sakura había presentado a Ayame con sus amigas las cuales con gusto la recibieron en el grupo de amigas, mientras Sasori, kiba y yahiko se habían levantado a buscar más tragos para las damas. Tenten, konan y hasta Ayame estaban que no podían con la risa por las historias locas que les estaba contando lee, el condenado estaba entre ellas -como dicen: bendito sea entre las mujeres- era muy energético el chico y muy divertido; sakura también reía pero de vez en cuando, ya que estaba algo distraída.
Anko se había unido a la conversación cuando los chicos que estaban con ella, se habían ido a buscar más alcohol a la barra.
-¡oye, anko!, ¿ese chico es tu nuevo ligue?—tenten pregunto divertida para dar un trago a su bebida. Mientras las demás e incluso lee, desviaron su mirada a la peli violeta. Esta arqueo una ceja para contestar con seriedad.
-¿mi lige?...jajaja ¡naa, solo lo traje de compañía pero nada más!—decía divertida—aunque… ¡puede que con ese bombón estrene mi nuevo colchón! jeje—dijo en complicidad y mirándolas con malicia. Las chicas solo negaron indignadas pero divertidas por la mentecita pervertida de su amiga--¿Y tú konan, ya ligaste con yahiko-kun?, ¡los dos están muy contentos hoy!
-eh…bueno… ¡solo hablamos, eso todo!
Estaba roja ante la mirada divertida de sus amigas. No le gustaba ser el centro de atención y menos en cosas de chicos, es muy reservada. Anko bufó y soltó una carcajada que hizo reír a las demás, e incluso a la misma konan.
-¡eres una desgraciada muy cruel…!
-jajaja ¡oigan, porque no dejamos de avergonzar a la pobre de konan, que está más roja que un tomate! jaja ¡para competir como siempre! ¡¿Qué les parece?!—tenten animó en tono alto por la música, mirándolas con emoción, ya que tenía tiempo sin hacerlo.
-¡me parece estupendo!...pero yo solo seré el árbitro porque ¡esta noche es de ligar para mí!—inquirió anko, con superioridad.
Konan pasó; ya que no quería emborracharse y menos estando yahiko con ella. Ayame al saber de lo que hablan -gracias a konan- sólo negó ante la idea, no le gustaba tomar de más.
-¡Yo quiero competir!, ¡amo competir y sentir el poder de la juventud!—lee gritó con emoción, el cual tenía estrellas en sus negros ojos.
Tente lo miro con una gota al estilo anime, para comenzar a reír junto a las chicas. Les pareció divertido.
-¡no lee, es mejor dejar que las chicas compitan! ¡Sólo seremos espectadores! jeje—alegó konan. Mirándolo con pena ya que había escuchado de kiba y Sasori que el pelinegro se vuelve loquito cuando se les suben las copas.
Es mejor no arriesgarse, pensó.
Lee solo puso un puchero y siguió bebiendo de su bebida de vodka.
Tenten miro a la única que no había opinado y que estaba a su lado, con una cara algo distraída--sakura… ¡sakura, despierta!—le gritó en todo el oído, seguido de un manotazo en un brazo a la pobre, que brincó y la miro aturdida--¡¿cuál es el propósito de tu cara, mujer?! ¡estas distraída!
-e-estaba pensando algo pero… ¿qué sucede?—pregunto, mirándola extrañada.
Tenten arqueó una ceja pero luego sonríe para decir:
-le estaba diciendo a las chicas de que tenemos tiempo que no competimos… ¿Qué te parece si tú y yo lo hacemos?, ¡¿te animas?!—volvió a preguntar ansiosa y sonriente, pero borra la sonrisa al ver que estaba de nuevo distraída.
Sakura estaba pensando en naruto. Después de ver al guardaespaldas de su amiga, se había quedado pensando en el susto que pasaron ayer en la avenida; cuando venían de regreso del local. Estaba algo preocupada por el rubio, se preguntaba si de verdad sólo lo querían robar -como había comentado el mismo naruto- o si, de verdad le querían hacer daño. Estaba preocupada. Como también estaba un poco desanimada del que él no haya querido aceptar salir con ella y sus amigos; sabía que no le gustaban eso lugares como ya se lo había comentado e incluso casi comienza una discusión con él. Por lo que se rindió y supo que mejor era no insistir le más.
Pero tampoco podía estar toda la noche tristona o aburrida en solo pensar en eso, cuando ella al principio estaba muy animada en salir con sus amigas. Sacudió y echó a la basura todos esos pensamientos negativos de su mente, sabía que naruto estaba mejor en el depa.
Sakura salió de la realidad al sentir otro manotazo de la castaña.
-ah…si, ¡si claro!—dijo sin saber por qué, ya que ni recordaba de lo que hablaba tenten.
Debía estar ahí, con sus amigas, divirtiéndose. Era lo mejor. Sonrió nerviosa.
-¡muy bien!... ¡kiba tráenos una botella de tequila con dos vasos, por fa!—pidió tenten mirando al chico, quien venía con yahiko y Sasori de la barra.
Sakura al reaccionar la miró incrédula. “¡Mierda por estar distraída ahora tengo que beberme una botella con tenten!”, pensó, algo indecisa.
-¿Qué piensan hacer con esa botella?--pregunto yahiko, mirándolas curioso y sentándose a un lado de konan quien le sonrió.
-¡que más!, ¡lavarnos el cabello, idiota!—soltó divertida anko, mirándolo de igual forma. Y haciendo reír a todos al mirar el puchero algo chistoso y avergonzado del pelinaranjo.
-¡sakura y yo competiremos para ver quién es más guerrera! juju—con voz eufórica, tenten respondía a la pregunta, sonreía y tomaba otro sorbo de su margarita.
Kiba que aún no había ido por la botella y que estaba preguntándole algo a Sasori -que ya se estaba sentado junto a Ayame- se quedó sorprendido por lo que dijo tenten, por lo que miro a la pelirosa y frunció el ceño.
-¿Qué crees que haces? ¡Ni loco dejo que hagas eso!—sentenció mirándola con seriedad.
Tenten quien estaba a un lado de ella, solo bufó divertida y sakura sonrió mirándolos, ya no se echaría para atrás.
-¿Qué es lo gracioso…?
-no te preocupes, kiba-kun, se lo que hago, es sábado por eso ¡hoy quiero divertirme!, ¡además ustedes están aquí!—le pico un ojo, divertida. Si beber un poco le haría olvidarse -por lo menos un rato- de sus pensamientos… haría que valga la pena.
Konan y anko alegaron a su favor, mientras kiba sólo se iba a la barra refunfuñando.
****
Después de un buen rato…
Todos estaban animados en el lugar, o mejor dicho, animados mirando como unas sonrojadas por el alcohol, sakura y tenten tomaban cada una y en shops llenos de tequila.
-¡vamos, otro, otro!
Emocionada, Ayame, aplaudía y animaba a la pelirosa en continuar con el reto la cual ya no podía más. Llevaban casi la botella completa y estaban como si nada -o eso aparentaban. El guardaespaldas miraba la escena con un semblante neutral, no se sabía detallar bien si esa era su expresión, porque traía gafas negras.
-¡tú puedes tenten, vamos!—animaba un alegre y colorado rock lee, que las veía tragar el octavo vaso.--¡tú también, hermosa flor!... ¡eres la mejor!—aporreaba a la pelirosa quien le sonrió divertida.
-jajaja ¡lee decídete!, ¿por quién le vas?... ¡o es a sakura o tente! jajaja—se burlaba yahiko.
Al pelinegro ya le estaba pegando mucha algarabía -o más bien el alcohol. Kiba quien tenía el ceño medio fruncido miraba la escena, la verdad, no le gustaba el hecho que su prima bebiera como loca, pero viendo el cómo se estaba divirtiendo, no podía hacer más que mirar y estar pendiente.
-¡uno más!, ¡uno más!—animaba anko, viendo a tenten tomar de un trago el último vaso que le brindaba la botella. Como también viendo a sakura, quien tomó el vaso con lentitud, miro con detenimiento el líquido transparente y, de un solo trago, lo vació en su boca, soltando luego una carcajada--¡eeeh, es un empate…!
-¡estupendo!—dijo tenten. Levantando su puño para ser chocado con el de su amiga ojijade, como acto amistoso entre ambas--¡eso fue fantástico! jajaja.
-¡¡las dos tienen el poder de la juventud en la sangre!!—gritó lee, mirándolas y haciendo que los demás rieran por su frasecita, no dejaba de repetirla en toda la noche.
Más tarde…
Todos se estaba divirtiendo como nunca.
Yahiko había sacado a bailar a konan, que ahora no dejaban de hacerlo e incluso sus amigas presenciaron uno que otro besito entre ellos, por lo que resumieron: Hay Reconciliación.
Sasori estaba bailando con Ayame, anko con su ligue, digo, con su acompañante y que no dejaba de coquetearle; sakura había bailado con kiba, Sasori. Tenten se tuvo que llevar a un kiba malhumorado a la pista para que dejara de sermonear a la pelirosa en que dejara de beber tanto, pero ese humor se le esfumó en cuanto notó que la castaña movía muy bien las caderas -haciéndole activarse en la pista de baile.
Sakura le agradeció en llevárselo y distraerlo, y vaya que lo estaba haciendo, se dijo al verlos bailar.
Sakura se había quedado sentada en compañía de Lee; ambos platicaban trivialidades, se llevaban muy bien. Había tenido varias invitaciones a bailar y que fueron rechazadas, por algunos chicos, muy guapos por cierto, pero como ella es tan desconfiada no quiso aceptar. Rock lee la había invitado también, aunque ella estaba un poco mareada para hacerlo.
-lee, disculpa, pero tengo que ir al baño—se levantó despacio, sintiendo que sus piernas le temblaban un poco. Lo miro y le sonrió para tomar su bolso de lado y colgárselo—¡ahora vuelvo!
-¿quieres te que acompañe hasta la puerta?, te ves un poco mal—dijo con amabilidad levantándose, no quería que le sucediera algo.
Pero sakura negó sin borrar su sonrisa y se encaminó al baño.
Sentía que cada paso que daba el suelo se agitaba de un lado a otro y alrededor de ella. Por un momento se detuvo. Miro el largo camino que tenía que recorrer para llegar al pasillo del baño. Había mucha gente en la pista de baile, por lo que decidió -con la cordura que le quedaba- el rodear la pista con todo y su bululú bailarín teniendo el paso algo tambaleante -que parecía más bien un pato- pasó cerca de algunas mesas que se esparcían en el lugar ocupadas por algunas personas bebiendo y riendo.
Se sentía muy bien al ver que llevaba medio camino ganado. Pero, pasó lo que siempre le sucede a una persona con alcohol en el cuerpo y en ese estado…se tropezó.
No supo cómo, pero sus pies se enredaron con quién sabe qué. Cayó de rodillas sosteniéndose con sus manos en el suelo y, en vez de quejarse, lo que hizo fue reírse de lo torpe que era, el alcohol le estaba haciendo efecto en la sangre. Sintió como alguien la ayudo por un brazo a levantarse siendo un chico que estaba sentado por el lugar.
Sin llegar a sentir una pizca de vergüenza, le agradeció con una sonrisa muy chistosa y siguió con calma y como toda una dama en tacones hacia su destino.
Después del largo recorrido -que le pareció como recorrer una jungla: con tantos orangutanes achispados (personas) por el camino- llegó al baño el cual estaba solo para su suerte. Dejó salir un suspiro al entrar a una de las cabinas para hacer lo suyo. Le dolía con pesadez la cabeza.
Cuando ya estaba lavando sus manos en uno de los grifos, se miró al espejo: su vista se distorsionaba doble, aunque sí que se podía distinguir. Su larga melena rosada estaba algo alborotada pero no perdía su encanto, sus mejillas estaban sonrosadas, causa del efecto que hacía el alcohol en su sangre; sus ojos que eran grandes y brillantes, estaban algo adormecidos y sentía que los parpados le pesaban un poco. Y ni se diga de sus piernas que en algún momento pensó que le iban a fallar, bueno, por desgracia si pasó.
Soltó una risita al verse de esa manera; no pensaba emborracharse de nuevo aunque la última vez, lo necesitaba y valió la pena. Tampoco es que se quejara en que no se estaba divirtiendo esta vez. Frunció la frente al sentir una punzada en su cabeza; eso le hizo recordar que la muy bendita le estaba doliendo desde hace rato, por eso había decidido en levantarse y estar fuera del espantoso ruido de la música por un rato.
Con las manos aún mojadas, se las palpó un poco en sus mejillas para ver si se le quitaba ese odioso rojo que se tornaba en ellas, a sabiendas de que eso era inútil. Tenía ganas de irse y tirarse en su cama y arroparse hasta la cabeza, pero había recordado que su precioso cacharro estaba en el taller y, claramente, no quería molestar a Sasori y mucho menos a
kiba en que la llevaran a su casa; no recordando que este le había estado sermoneando un buen rato. Torció los labios.
-estúpido pulgoso--susurró soltando una risita parecida al chillido de un ratón.
"Pulgoso". Así le decían a su primo, cosa que le molesta. Solo yahiko era el que lo molestaba con ello.
Volviendo a lo repasar lo del coche…ah, sí, no podía irse porque se había venido con kiba en su Porsche, el cual cuidaba muy bien. Por lo que descarto la idea en perdérselo prestado.
Suspiró desanimada. Todo gracias a la hueca de Shion.
-… ¡rubia falsa y oxigenada!—gruñó con molestia.
Rendida ante la idea de esperarse hasta que uno de sus amigos se le antojara largarse se giró para salir, pero al segundo…una idea pasó por su cabeza, por lo que se recostó al muro que sostenía al lavamanos, para no caerse.
-sé a quién--hipó--le diré que me busque…—con algo de torpeza comenzó a buscar su móvil del bolsito de lado del color negro que llevaba.
Comenzó a buscar en su lista de contactos y al conseguirlo, sonrió para sus adentros para luego pegarse el móvil en la oreja. Se situó en una de las paredes para luego bajar deslizándose y sentarse apoyando su espalda a esta -como llevaba vestido y a pesar de estar sola, se cruzó las piernas para mejor comodidad- para su suerte el piso estaba muy limpió.
Frunció el ceño al no escuchar nada. Por lo que mirando el móvil, soltó una carcajada que se escuchó el eco en el lugar, al darse cuenta de que lo había tomado al revés para ponerlo ahora como era en su oreja de nuevo.
Qué bueno que nadie había entrado al baño en esos momentos.
Una voz entre sorprendida y soñolienta se escuchó al otro lado de la línea.
-¡naruto-kumm, holaaa!—saludó en tono extraño pero animado.
Sakura había tenía la idea de que el rubio la fuera a buscar.
Grandiosa idea sakura.
-sakura-chan, ¿qué sucede?, ¿por qué me llamas a esta hora…?—aun con voz soñolienta, el rubio se extrañó de que sakura lo llamara, miro rápido la hora, las 3:26 am. Frunció el ceño al escucharla reí y balbucear algo--… ¿Dónde estás, sakura…?—ahora se escuchó serio aunque preocupado.
-¡en un baño de la discou!, ¡naruto-kumm!, ¿por qué no viniste a bailar?—hablaba arrastrando las palabras, mientras reía al mismo tiempo--¡le he pasado de maravilla!, pero tuo no vinisste, ¡eress mmuy cruel conmmigo!¿No me quieres ya…?—gimoteó haciendo un puchero y tratando de levantarse.
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Naruto estaba preocupado escuchando las cosas que decía la pelirosa, hasta balbuceaba tonterías como: este maldito vestido, estúpida música, parezco de patocilandia. Y una chorradas de palabrotas que no la había oído decir delante de él.
-sakura-chan, dime ¿dónde estás? y te voy a buscar…
Pero no le respondía, solo la escuchaba reí; volviéndole a preguntar que si la quería, una y otra vez.
Comenzó a enojarse. Se pasó una mano por el rostro, algo irritado.
Había estado realizando algunas cosas afuera con su primo Nagato después de que ella se había ido de su departamento; sakura le había tratado de convencer en ir con ella y sus primos. No era que le gustara la idea de rechazarla, sino que no le gustaban esos tipos de fiestas y mucho menos cuando hay que lidiar con peleas entre borrachos; se había acostado muy cansado por todo el día y más, al haber tenido tremenda caminata con sakura y akamaru. Le había pegado un poco por tener un par de meses sin ejercitarse.
Cuando sakura lo llamó despertándolo, se había asustado, pero al recordar que estaba con kiba y yahiko, se tranquilizó.
Pero al escucharla hablar de esa manera había comprobado que no estaba del todo en sus cinco sentidos. Ahora se encontraba en la orilla de la cama.
-sakura, dime ¡¿Dónde demonios estas?!...¿en qué lugar de la ciudad te encuentras?—volvió a preguntar, esta vez en un tono muy serio. Se levantó gruñendo para dirigirse a su armario.
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-¡¡uuy que palabrota!! jajaja ¿sabes?--hipó-- te llamé para que me buscaras ¡poorrrque tengo unn dolorrr de cabeza,! erg, ¡pero ya cambie de opinión!—reía sintiéndose tan alegre.
Por fin se puso de pie después de varios intentos fallidos, ya que sus piernas eran unas tercas, según ella; viendo doble comenzó a caminar a la salida.
-¡sakura, maldición!... ¡¿en qué lugar de la ciudad estás?! ¡me desconciertas!—gruñó enojado.
Ya no aguantaba más.
Tenía que ir por ella; tenía el mal presentimiento de que ninguno de los tarados de sus primos estaba con ella en ese momento. Como había podido, tenía puesto ya un pantalón negro sin abrochar, aunque un poco torcido, comenzó a buscarse una camisa en la fila que tenia de manera ordena, en su armario.
-¡aff!, con que yo te desconcierto… ¡ya volvió el naruto amargado!, ¡jumm! sabes que ese no me agrada, ¿verdad…?—se había quedado recostada en la pared, casi llegando a la puerta de salida.
Suspiró con los ojos cerrados, al escuchar otro gruñido de su parte. Casi parecía un perro rabioso, soltó una risita.
-estoy, mm, al este de la ciudad, en hot city, ¿contento, baka?... ¡es mejor que no vengas porque me la estoy pasaaando de lujo! jajaja… ¡ah,! y hay muchos chicos para bailar, ¡¡adiós bakaaa!!—colgó, sin dejarle terminar otra clara maldición.
Sonrió para sus adentros al hacerlo enojar, como le gustaba verlo celoso. Era tan sexy. Se mordió el labio; sabía que no sabría encontrar el lugar, por cómo es nuevo en el estado, pensó risueña y con astucia… Aunque, pensándolo mejor, puede que si la encuentre.
Y si de verdad lo hizo enojar con lo que le dijo: eso de los chicos para bailar. Claramente era mentira porque no había aceptado bailar con ninguno. Tragó saliva, sacudió su cabeza la cual por algún milagro, ya no le dolía; descartó esa boba idea sobre naruto.
-a naruto no le gustan estos lugares…como para que…me venga a buscar…ya se olvidara—hizo un puchero, algo triste, mirándose al espejo.
Se volvió a girar con visa a la salida para luego comenzar a salir del lugar que, al hacerlo, pudo ver a sus amigas Konan y Ayame que venían por ella.
-¡sakura, por kami, pensé que te había pasado algo!—soltó preocupada la castaña ayudándola a caminar.
-¡nos hubieras dicho que querías ir al baño y una de nosotras te hubiéramos acompañado!--reprendió konan--¡mírate, estas jodidamente prendida! jajaja, ay, saku.
-¡vamos chicas!, no me regañen también--hizo un mohín--¡bastante tengo con el que me echó ese idiota!—alegó a su defensa con una mueca indiferente.
Sus amigas solo se miraron entre ellas y pensando que se refería a kiba. Entre risas por las loqueras que hablaban llegaron a la mesa donde estaban solo yahiko, anko con su acompañante, y lee, quien le palpó a sakura uno de los pequeños muebles a su lado para que tomara asiento.
Ella con una sonrisa lo hizo--¿me extrañaste?
-¡no sabes cuánto, hermosa flor!—sonrió.
Yahiko los miro con una gotita en su sien para luego mirar a konan, y decir algo preocupado:
-¿crees que este bien…?—susurró al oído de la chica, que le sonrió y asintió al mismo tiempo, e hizo que se levantaran para seguir bailando.
Pero yahiko antes se giró hacia lee y le dijo:--¡oye, rock lee!, ¡te la encargo…!
Lee solo asintió haciéndole una seña con su pulgar levantado, mientras sakura conversaba con Ayame y bebían otro poco más; la castaña también tenía las mejillas algo sonrosadas por el alcohol, aunque estaba en sus cabales.
Siguieron conversando los tres entre risas.
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Después de que sakura le colgara a naruto, este se había puesto muy enojado.
¿Por qué demonios sakura bebía?, ¿cómo se les ocurren al idiota de kiba y al tarado de yahiko dejarla sola?, se preguntaba naruto; porque era obvio que no estaban con ella, sino no hubieran dejado que ella lo llamara. No tendría necesidad.
No le gustaba el hecho de que sakura estuviera bebiendo, de que se le pasaran las copas -porque eso era más que obvio- jamás la escuchó decir malas palabras delante de él. Sólo aquella vez que insultó a sasuke. Y encima estaba súperenojado. No. Enfadadísimo: cuando ella le había dicho que habían muchos hombres en ese lugar para bailar con ella.
Oh, no.
Eso le hizo entrar en un desconcierto para luego cabrearse. Sakura sí que sabía cómo hacerlo enojar. Y no sabía si lo hizo, burlonamente, para molestarlo -estando ella en ese estado- o simplemente se lo confesó, porque era tan cierto como el hecho de que logró su cometido.
Había salido muy rápido del departamento para dirigirse al lugar que ella le había dicho; aunque no sabía si le había tomado el pelo y le inventó la dirección. Pero sabía que mentirosa no era, menos sabiendo que no se razonaba del todo -estando ebrio- para inventarse acertadamente una dirección.
No sabía a quién demonios preguntarle por esa dirección; viendo la hora en su móvil: 3:45am.
-¡mierda! ahora que lo recuerdo…--susurró.
Tenía una aplicación móvil donde te ayuda a ubicar cualquier dirección de la ciudad; gracias a la idea de Kankuro la había descargado. Comenzó a teclear el móvil para conectar la misma en la barra del mando electrónico del vehículo; unos segundos después logró lo que buscaba.
Miró nuevamente la hora: 3:56am. Ya se le había pasado el bendito sueño.
-ay, sakura, ¿qué haré contigo?-- frunció el ceño teniendo los labios apretados.
Pisó el pedal para dirigirse al este de la ciudad. Serían unos 20 minutos de carretera, calculó.
Suspiró para tranquilizarse porque se estaba impacientando.
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Buenas, Buenas!! he vuelto \o/ espero y les haya gustado. Esta semana subiré el siguiente...
¿Qué pasara con sakura?
¿Qué hará naruto?.... pero sobre todo
¿Cómo encontrará naruto a sakura cuando llegue al club?
En la bella ciudad de Osaka…
Todo era actividad de aquí para allá. Los ciudadanos muy activos laboraban el día con entusiasmo, algo común en esta ciudad.
En un local ni muy grande ni muy pequeño aunque viéndose remodelado, ubicado en un centro comercial al centro de la ciudad, entraban y salían algunas personas con aparatos electrónicos en sus manos, algunos eran pantallas de computadoras, neveras, equipos de sonidos, etc. Dentro de este, estaban los encargados atendiendo a varios clientes.
Sai era uno de los encargados que se encontraba revisando el software de un dispositivo móvil de un cliente; el pelinegro se encargaba de revisar los aparatos electrónicos que llegaban por mantenimiento, reparación e incluso instalación de programas Windows.
Sai era graduado en ingeniería en computación, ama lo que hace y teniendo ya cuatro años en su trabajo, estaba más que satisfecho con su labor. Él junto a shino, kim -quien era la novia del chico- y otros compañeros más; trabajaban y mantenían el local que hoy por hoy les da buenos frutos. Siendo esta una sociedad mercantil -algo pequeña- donde todos son fundadores y socios. Teniendo todos el mismo derecho y obligación por igual.
-¿Cómo vas con eso…?—pregunto el chico de gafas oscuras, parado a un lado desde hace un par de minutos y sin ser notado por sai, quien se sobresaltó ya que tenía la vista clavada y llena de concentración en el aparato móvil, que ahora, estaba desarmado.
-… ¡no me asustes así!—lo miro aturdido y con el ceño levemente fruncido, mientras el pelinegro se encogía de hombros disculpándose—estoy esperando a que se cargue por completo el nuevo programa…para poder instalárselo—ahora lo miro tomando asiento frente a él.
Se encontraban en el puesto de sai, ya que el local consiste en varios puestos o cabinas, donde cada empleado atendía a un cliente por turno.
-qué bueno. Pero, ¿Por qué te quedaste como estatua, mirando las piezas…?—señaló con tranquilidad lo mencionado.
Las piezas estaban regadas por toda la mesa metálica.
Sai algo inquieto, se rascó la cabeza.
-bueno…--mostró su típica sonrisa—es que estas piezas son originales, además de ser caras y algo escazas… ¡qué suerte tiene el dueño!...yo estuve buscando las mismas hace un par de meses pero aquí en la ciudad no llegaban, ya sabes, por el accidente que sufrió mi teléfono—puso un puchero y observaba las piezas con asombro.
Shino tenía una gotita detrás de su cabeza.
-mhm…sí, es cierto—decía, mientras tomaba una y la observaba—oye, ¿Cuándo retiras el coche que compraste…?
-¡ah, sí!, mañana por la mañana tengo que ir a firmar algunos papeles que faltaron…—desvió la vista a su computadora de mesa, que mostraba una ventana la cual informaba la carga completa del sistema. Tecleó un poco para dejar que ahora, se instalara el nuevo software en el móvil. Prosiguió—cuando termine todos los trámites, ¡podré llevarme el auto!!—dijo con emoción.
Su amigo lo felicitó por ello, ya que desde hace un buen tiempo, sai había estado ahorrando para comprarse un coche y ahora, con lo de la remodelación que habían realizado en el local y el dinero que obtenían por su labor, había podido comprarlo.
-¡solo espero en ver la cara de la feíta cuando lo vea! Jeje…me va a envidiar.
-…apropósito, ¿sakura-san se quedara a vivir por un tiempo en konohagakure…?—curioso, preguntó por la hermana de su amigo, ya que tenía tiempo que no la veía.
Mientras dejaba la pieza en su lugar, desvió por unos segundos su vista a su computadora.
-…Yo diría, indefinidamente—se encoge de hombros, mirándolo algo desanimado—creo que es mejor que sakura este allá, por lo que nos ha contado a mí y a mamá, le va muy bien—sonrió con sinceridad por su hermana—…es mejor que no esté por acá.
-lo dices por…--no quiso nombrar a cierta persona por lo que sai lo miró estando serio, confirmando lo que pensaba—…entiendo.
-no quiero ver que ese idiota la está rondando, no después de lo que hizo…y pensar que había cambiado—bufó con enojo, al recordar al azabache.
Sai había tenido algunos problemas en el pasado con el chico, algunos por su hermana y otros, por cosas de fútbol y cosas de hombres.
-no dejare que ningún otro hombre se atreva a lastimar a mi feíta…la quiero mucho como para verla llorar otra vez—dijo con determinación.
Shino sólo asintió dándole la razón… Después de esa conversación -algo intima entre amigo- continuaron con lo suyo cada uno.
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Después del suceso en plena vía pública naruto y sakura habían retomado su ruta a la empresa con los nervios de punta, y cómo no -con semejante susto que pasaron- no todos los días dos desconocidos te interrumpen -en plena avenida y dentro de tu vehículo- teniendo una bella conversación -desconectándote de todo lo que te rodea- para volver a conectarte de impulso al ver que estas siendo apuntado con un arma en la cara.
¡Fue una cosa de pánico y horror!
Algunos de los conductores que estaban también en el lugar les habían informado que rara vez sucedían esas cosas, los vecindarios eran tranquilos. Seguramente los vieron con mucho lujo y fueron el blanco de ataque, opinó uno de los conductores en el lugar.
Sakura había tenido un ataque de pánico al momento en que los sujetos se dieron a la fuga, no había parado de llorar y temblar de lo asustada que estaba, por lo que a naruto se le había ocurrido ir a la residencia para que ella se tranquilizara -cosa que ocurrió.
Ambos estuvieron juntos un rato en el depa del rubio para luego volver a la empresa.
Ya más calmados.
Sakura le había comentado al ojiazul que fue algo extraño el como esos dos sujetos habían aparecido de la nada, armados, ¿y apuntándolo?
Se le habían ocurrido dos teorías: Una era que a lo mejor alguien le quiso jugar una broma muy pesada. Y la otra era, que en verdad, alguien le quiso hacer daño mandando a esos dos extraños -porque estaba el hecho de que habían llegado preguntando justamente por él- como si lo conocieran. Cosa que la desconcertaba y angustiaba.
Naruto por su lado también se quedó pensando en ello ya que nunca le había pasado algo similar, y bueno, a la pelirosa menos.
Pero como él mismo dijo: “es algo absurdo que alguien me quisiera hacer daño”.
Está claro que es alguien exitoso con una gran herencia y reconocimiento en todo el país debido a sus apellidos, se sabe eso; pero no para tener a algún enemigo, porque, según él, no había tenido problemas con alguien o al menos eso recordaba.
Bueno sólo con algunos empleados en la empresa de Tokio. Confeso. Pero nada grave para que se extendiera a una venganza. Por lo tanto decidió descartar tal idea: De que alguien le quería hacer daño -cosa que a sakura no le había gustado- pero aun así naruto logró convencerla de que se olvidara de lo sucedido y que no se lo comentara a nadie para no alarmarlos o preocuparlos. De seguro eran unos locos que querían robarle el coche; sin embargo decidió andar con cuidado y con más precaución en las calles.
Ya por la noche de ese mismo día…
Yahiko logró conversar con su prima sobre la horrorosa noticia que había leído en la prensa -la cual le mostró, teniendo una cara llena de preocupación y de enojo al mismo tiempo.
Sakura se había tornado nerviosa y pálida por no reparar en ese detalle.
En el que sus primos o ¡incluso su tío! se enteraran de la espantosa primicia. Se preocupó tanto por la idea de que kakashi se enterara, que lloró de lo frustrada que se sentía al ser víctima ‘del destruye vidas’, como le había puesto ella al paparazzi que sin su consentimiento, la había interceptado con naruto ese momento.
Pero yahiko le había confesado que no tenía de que preocuparse porque se había asegurado que kakashi no estuviera al tanto de las noticias del día, cosa que la tranquilizó -por lo menos hasta ahora- y le agradeció un mundo porque no quería que se creara un problemón; como por otro lado no estaba tan preocupada de que su madre o su hermano sai leyeran la noticia, ya que ellos no sabían de la relación que tiene con naruto.
Pero conociendo a kakashi, era mejor ocultarlo todo.
Anko era otra que se había enterado -ella misma trabaja en ese mundo. Le había pedido -con mucha preocupación- mil disculpas a la ojijade ya que la noticia había sido publicada en el diario de la empresa donde trabaja, por lo que los sujetos que los habían fotografiado trabajaban también allí; fue tanta la impresión de las fotos que el jefe había hecho un buen negocio en venderlas a los diarios de la capital. Fue así como se dio a conocer. Anko no podía intervenir en su publicación, porque, primero: ya la habían publicado, segundo: si reclamaba, podían sospechar que ella conocía a la chica la cual tenían una Gran Incógnita “?” de su identidad, y tercero: jamás pondría a su amiga del alma en boca de esos locos.
No quería que la relación que sakura tiene con naruto se malinterpretara frente a todos, la perjudicara y terminaran.
No cuando apenas estaba comenzando -y sabiendo lo ilusionada que estaba su amiga con esa relación.
Sakura le había agradecido mucho por ello y le había confesado que se preocupó mucho, pero también por naruto, ya que lo ponía en mal evidencia en cuanto a su reputación -siendo tan condenadamente reservado- por como aún no se daba a conocer públicamente del rompimiento con su ahora ex novia.
La había puesto intranquila.
Cuando kiba llegó del trabajo -con muy mala cara por cierto- se llevó la sorpresa -otra más en el día- de que éste le había comentado, muy enojado, que casi toda la empresa estaba enterada de la dichosa noticia de que ¡ELLA! según el puto periódico -palabras del castaño- era la amante de naruto. Y, encima la tomaron como una cualquiera que le sube la calentura al Namikase cuando no está con su novia, o bueno, esas fueron las vulgares palabras con las que lo molestó ¡¡el muy maldito hijo de puta de Hidan!! Quien le fue con el chisme a kiba para hacerlo enojar -no le caía bien- y como conocía a sakura como la prima de él, y asistente del jefe, que mejor que fastidiarle la vida.
Kiba había reaccionado dándole un buen putazo dejándole un moretón, y quien se enojó y casi lo mete en un problema al casi armar una riña en plena cafetería, sino fuera por Lee, Sasori y giro quienes intervinieron.
Sakura se había sorprendido y daba gracias el que naruto no haya estado en la empresa cuando eso.
Pero kiba no se quedó así, había salido muy enojado al departamento del rubio quien al recibirlo fue emboscado con brusquedad -casi arrojado al suelo- sino fuera por la intromisión de yahiko y sakura que se lo impidieron, diciendo que las cosas no se solucionaban a los golpes, como lo hacia él.
Naruto había hablado con ambos chicos.
Se había disculpado por el mal rato que estaban pasando: uno que él lamentaba y a la vez le hacía enojarse consigo, por ser el claro causante. Sabía que ellos también estaban preocupados por sakura -como él lo estaba- no quería que ella quedara mal parada ante la prensa.
Pero como le había dicho a ella, les dijo a ambos también: no tenían de que preocuparse porque todo era totalmente falso.
Como también les había asegurado de que ya no estaba comprometido con Hinata.
Pero como kiba era un necio -por herencia- estaba dudoso aún, el rubio no tuvo más remedio que, revelar que ahora era novio de sakura. Ambos pensaban contarles al igual que a kakashi sobre el tema, pero viendo la situación, no tuvo más remedio y, sakura comprendió eso.
Los chicos no muy sorprendidos -más bien esperando que al menos se decidieran en confesarlo- ya que se imaginaban que esos dos, se traían algo, estaban algo contentos por su prima porque se veía muy alegre y con un lindo brillo en sus hermosos ojos jades. Kiba no tuvo más remedio que disculparse, diciendo que de ahora en adelante esperaba que no la hiciera entristecer porque ponía su confianza en él.
Naruto se lo había prometido de corazón y muy seguro de su palabra.
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Francia, 7:22 pm.
En la hermosísima ciudad de Paris, donde se impone la moda, famosa por sus fascinantes creaciones de exquisitos y refinados vinos, y variedades de recetas culinarias que hacen fantasear el paladar gustosamente. Pero sobre todo, Paris es conocida principalmente como la Ville Luminere "ciudad de la luz", poseyendo los destinos turísticos más populares en el mundo dándole igualmente uno de los primeros lugares en economía.
El lugar perfecto para disfrutar unos días de descanso, pero sobre todo para realizar negocios.
Orochimaru se encontraba en uno de los mejores restaurantes de la zona -Naturalia- el cual era visitado por personas importantes de la ciudad e incluso del país, todo el lugar era adornado con lujos desde lámparas en forma de araña de un tono dorado, grandes ventanales que dejaban ver las hermosas calles de la avenida, mesas junto a sus sillas, hechas de madera fina y cojines rojos que hacían juego con las lámparas esparcidas por todo el lugar.
También un puesto de bar donde preparaban los mejores cócteles o tragos de diferentes sabores y licores; el lugar tenía un segundo piso con terraza que también dejaba al descubierto el hermoso cielo estrellado de la noche, pero teniendo un techo fino para proteger del sol o lluvia.
El ojiamarillo terminaba de degustar un delicioso platillo llamado ‘Coq au Vin’ -Pollo al vino tinto-, acompañado con arroz al vapor y un delicioso vino blanco.
Después de terminar sus asuntos de negocios el día anterior, había pensado en pasar otros días más en esa bella ciudad.
En la tarde de ese día había conversado con uno de sus secuaces, Gato. Un magnate en el ámbito del contrabando, que había viajado a la ciudad para hacer una entrega a unos colegas y como supo que el pelinegro estaba en la zona, aprovecho en visitarlo. Le había comentado que dentro de poco, el equipo de rastreo -en hacer los trabajos sucios y que estaba a su encargo- iba a estar a su disposición para cualquier trabajo que necesitare, ya que estos se encontraban en Honkong, encargándose de unos asuntos.
Orochimaru le había agradecido el ofrecimiento, diciendo que lo tomara en cuenta aunque por ahora no los necesitaba.
Al terminar su cena llamó a kisame, su guarura fiel. Para que pagara la cuenta, con su tarjeta claro, y mientras lo hacía tomó su móvil para hacer una llamada. Se levantó con parsimonia y caminó hasta el balcón de la gran terraza del restaurant -había escogido cenar allí. Kakuzo, su otro guardaespaldas, lo siguió detrás.
-¡kabuto-kun que alegría escucharte, hombre!—saludó eufórico, mientras miraba la bella luna en el cielo de parís—ku ku ku ¡excelente, muchacho, excelente! Ku ku—sonrió.
Miró a un lado y vio a la hermosa chica que había visto cuando estaba cenando. Era rubia y alta con una figura esbelta -tal como le gustaban.
Se había estado preguntando: “¿cómo una mujer tan bella podría estar sola?”
Porque literalmente lo estaba.
La chica se percató de su atrevida mirada. Le sonrió como un lobo a una presa la cual la hizo intimidarse y sonrojarse.
Ya le había puesto el ojo a la presa de la noche, se saboreó los labios.
-¿Cómo va todo en konoha?—.
Kakuzo quien estaba a su espalda, miraba de reojo a la chica y disimulaba mirarlo.
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En Konoha.
Kabuto quien había tenido una rica cena con su mujer y su pequeña hermana, ahora estaba en el despacho de su mansión contestando la llamada de su jefe y colega.
-como dices tú, lord orochimaru, ¡excelente cada día! Ku ku… ¿Qué me dices de los planes?, me imagino que ya pusiste en marcha el primero, ¿no?—decía, mientras se servía un poco de sake en un vaso de vidrio con hielo.
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Francia; Paris.
-ku ku, siempre indagador, ¿eh, kabuto-kun?—sonrió mirando a kisame que llegaba de pagar la cuenta—pues digamos que sí, ya lo puse a andar…—suspiró, aunque pareció más a un pequeño gruñido—no salió como me lo esperaba. Pero el resultado fue el mismo…un susto era lo que quería.
Se giró para tomar la tarjeta dorada que el peliazul -kisame- le entregó.
Ambos guardaespaldas, se alejaron un poco ante la seña que el hombre les hizo.
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-¿Y lo dices así como si nada?, Ku ku ku—estaba sorprendido por lo relajado en cómo se lo estaba contando, sabiendo como era de prepotente el hombre—con mucho respeto lord orochimaru, pero ¡vaya que esos días en tierras extranjeras te están haciendo muy bien!
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-¡sí, de eso no dudes! ku ku…no quiero que mi día termine como los otros.
Recordó el día anterior, cuando le dieron la noticia del trabajo fallido y que por cierto, ya se había encargado del incompetente que falló. Miro sobre su hombro derecho -buscando con la mirada de nuevo a la preciosa rubia- viéndola salir del tocador.
-pronto volveré a Japón para continuar con los planes pendientes…por ahora…tengo algo que hacer. ¡Estamos en contacto, kabuto-kun!—después de escuchar la despedida del peliblanco, colgó.
Se encaminó a la mesa donde estaba la hermosa rubia de ojos violeta la cual, algo cohibida y sorprendida por la mirada misteriosa del hombre, se sonrojó.
Poseído por sus experiencias en seducción, sonrió y con su mejor tono acentuando el propio francés, le habló con suavidad—bojour belle, ¿ne vous dérange pas si occupé cette chaise pour accompagner une si belle dame?--. Sonrió como vitoria al verla asentir con una tímida sonrisa.
Orochimaru, un hombre ambicioso, codicioso, malévolo y con una mirada llena de misterio es capaz de envolver a la paloma más prudente y sensata a los oscuros deseos que lo llevan a su satisfacción.
Las mujeres.
Pero sobre todo las más jóvenes: siendo su debilidad el dejarse llevar por la exquisita belleza joven y natural.
Toda aquella hembra que cruce por su vista la apetece con ansiedad y no para hasta obtenerla "todo lo que quiero lo consiguió, y será mío", siempre se repite con soberbia.
Y hoy esa chica, será la presa de la noche… de SU noche.
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Konoha. Sábado por la mañana.
Todos se habían levantado con buenos ánimos a realizar las labores de limpieza como siempre lo hacían. Limpiando y sacando todo lo negativo e incluso, las perezas que habían estado rondando toda la semana anterior. En realidad, ese era el caso de yahiko a quien lo tuvieron que sacar de tirón de su cama, y que para decepción de él, estaba teniendo un lindo sueño con una linda peliazul. Pero al recordar que ya era sábado, no dudó en desaparecer cualquier rastro de pereza por lo que andaba con una Enorme sonrisa y un brillo curioso en sus ojos cafés -y que los demás notaron a sabiendas de la causa.
A la hora del desayuno hicieron lo mismo.
Cada uno se turnaba para ayudar en lo que pudiera, a kakashi se le había ocurrido invitar a naruto para que compartiera el desayuno con ellos, claro que el consentimiento de su joven sobrina que, no dudó en afirmar la fantástica idea. Así todos habían tenido un rico desayuno, muy animado entre chistes, risas, uno que otras anécdotas sobre la empresa y hasta de la campaña que ya se aproximaba. Al igual que revelándole al mayor -kakashi- sobre la relación de ambos y, que al saberlo por fin, se alegró mucho por ellos.
Como también ocultando el tema sobre la noticia, ya que ninguno quería que kakashi lo supiera. Era lo mejor.
Ya por la tarde sakura y naruto se habían puesto de acuerdo para salir a caminar y así ejercitarse un rato.
Juntos se fueron a dar la trotada a la avenida de la zona la cual quedaba cerca de la plaza; a una media hora, donde estaba la gran iglesia en la que se encontraba yamato, que en esos momentos no se encontraba, ya que se había ido a un pequeño pueblo a las afueras de la ciudad para celebrar un bautizo.
Recorrieron el lugar con emoción y curiosidad, ya que les traía recuerdos de lo contado por minato.
A sakura se le había ocurrido llevar de paseo a akamaru con ellos, y el can no podría estar más que encantado de que por fin saliera un poco.
Kiba lo paseaba de vez en cuando.
Sin embargo, no todo fue encantador en el paseo. O ese fue el caso del pobre de naruto.
Sí.
Cuando casi le es mordida una pompa por el enorme can, eso sino fuera porque el mismo se distrajo con un gato y lo comenzó a corretear por toda la plaza llevándose a unas dos personas por el camino.
Naruto estaba muy disgustado con el animal, trataba de llevarse bien con él e incluso de hacer una tregua con algunas golosinas que compraba en el camino y que también, casi le arrancaba una mano al darle de comer, pero el condenado de akamaru era muy inteligente o ingenioso por así decirlo.
Naruto había pensado con disgusto: “ese kiba lo tiene bien adiestrado. Es igual a él”.
Sakura se había disculpado unas tantas veces con las personas arrolladas por el tornado blanco, pero sobre todo con naruto,
A él solo tuvo que besarlo o contemplarlo para que se tranquilizara. Aunque él tampoco pudo negar que se había divertido.
Ya se encontraban de regreso después de casi dos horas de recorrido. Risas, sustos y hasta celos… Celos del rubio por su novia la cual era alagada y piropeada por uno que otro -¡Idiota o Imbécil, según él!- en el camino, diciendo la hermosa mujer que es, hasta algunos eran unos atrevidos, según el rubio -quisiera ser ese perro para que me acariciaras así-, eso le decían a la pobre chica que se sonrojaba por ello, aunque más de vergüenza, al ver la semejante cara que les lanzaba naruto a cuanto chico que pasaba.
Como queriendo matarlos con la mirada.
Hasta llegó a besarla como queriendo decir que es ‘Solo Suya’ a la vista de un par de babosos. Estos mismo se llevaron un gruñido de akamaru el cual contribuyó con un rubio muy satisfecho, o eso alardeó el mismo.
Y bueno, sakura tampoco se quedó muy atrás.
Naruto también era otro que recibía piropos y miradas descaradas de mujeres que les pasaban por un lado, una le había pasado rosándolo y olfateándolo en el acto -poniéndolo un poco incómodo. Eso enfureció a la pelirosa que lo tuvo que tomar de manera posesiva del brazo y enterrar con la mirada a las féminas con las -¡¡hormonas a flote!!-, cosa que le pareció chistosa y a la vez tierna a naruto, al oírla decirlo.
Hasta akamaru recibió caricias y cumplidos bonitos.
-¡uff!, creo que necesitare un buen descanso después de esto—se quejó naruto.
Parando el caminado en la entrada de la residencia, se flexionó un poco para tomar sus rodillas y respirar un poco agitado. Llevaba puesto un pantalón deportivo color negro, franela naranja algo suelta aunque se ceñía -apeteciblemente ante la vista- su ancha espalda y brazos, junto a unas botas negras de deporte.
-le diste toda el agua a akamaru y no me dejaste, sakura-chan, ¡eres mala conmigo!—la miro estando a su frente, haciendo un tierno puchero.
Estaba algo sudado y tenía el rostro colorado debido a la agitada caminada al igual que sakura, aunque a ella se le notaba más por su piel clara.
-¡vamos, no me eches la culpa!—se defendió, cruzada de brazos y sintiendo los tirones de la cadena de akamaru, que con entusiasmo quería entrar al lugar al ver que habían llegado a su lindo hogar.
Vestía una licra a la rodilla color negra la cual le quedaba muy bien entallada a su cintura y piernas, una blusa de tirantes deportiva color rojo y botas blancas con detalles rojos. Su cabello lo llevaba amarrado en dos trenzas, haciéndola ver como una adolescente.
Eso le había comentado el rubio algo divertido.
-¡tú tienes la culpa!… ¡te pusiste a comprarle golosinas y el pobre estaba muerto de seb!
Comenzó a entrar al estacionamiento junto al enorme can que con su legua a fuera y jadeando, movía la colita al ver a algunas personas conocidas y que lo saludaban. Naruto la contempló minar de espalda por unos segundos, para luego seguirla soltando un suspiro, mientras saludaban al portero en la entrada.
-si no lo complacía, seguiría asiéndome la guerra…—la miro de reojo a su lado, notando que rodaba los ojos soltando un suspiro—pareciera que kiba lo hubiera entrenado para vigilarme…que obstinado—torció la boca.
Cuando estaban subiendo las escaleras para entrar al edificio, akamaru logró zafarse de las manos de la pelirosa, la cual soltó un gruñido tomando su mano y viéndolo correr adentro. Ambos detuvieron el paso.
-¿estás bien?...déjame ver—con suavidad, le tomó la mano con la que tenía hace segundos la cadena de akamaru. Estaba algo roja—no fue nada, vamos para que te pongas hielo y no te arda—le dio un tierno beso en la mano ante la mirada conmovida de sakura quien sonrió y asintió.
Caminaron tomados de la mano hasta adentro. Sakura miro de reojo a la recepcionista la cual puso mala cara al ver que naruto ni pelotas le paro. Por lo que solo pensó que estaba interesada en naruto y como la veía con él, le comenzó a caer mal.
Sin tomarle mucha importancia siguieron hasta llegar al elevador, donde akamaru no había aguantado a su espera, y solo opto por subir las escaleras de emergencia hasta el 4to piso.
-¡es igual a su dueño! Jaja ¡no cabe duda!
-jaja si, kiba-kun es muy obstinado, la verdad…aunque alguien por ahí también—negó divertida y naruto solo rodó los ojos.
Cuando se abrieron las puertas del elevador, de él salieron dos chicos los cuales saludaron a la pelirosa con una encantadora sonrisa.
-¡hola chicos!—saludo amable, con una sonrisa.
Naruto sólo tiró de su mano para que entrara al elevador con él.
-¡oye, no dejaste que me despidiera!—lo miro algo enojada por lo descortés de su parte.
Pero haciéndose el sordo naruto solo apretó el botón metálico con el número 4 enmarcado en el mismo. Se giró y la miro de brazos cruzados. Sakura arqueó una ceja, extrañada.
-tienes que curarte la mano, por si ya se te olvidó…—utilizó ese pretexto para cambiar de tema. Ella sólo entrecerró los ojos dudosa y cruzada de brazos--¡está bien!, no me gusta cómo te miran otros hombres, sakura-chan… ¡sólo tienen la testosterona subida a la cabeza al ver a una mujer como tú!—dijo con seriedad, todavía estaba al frente de ella.
La puerta del elevador por fin se cerró.
-Y según tú… ¿cómo soy…?—. Su voz sonó melosa por lo que naruto sonrió de lado y comenzó a acercársele—sólo soy una mujer como cualquier otra, no sé porque te pones así—retrocedió, un poco nerviosa ante la mirada intensa que le daba naruto.
La acorraló contra la pared metálica del elevador y su cuerpo, posando sus manos a los lados de su cabeza e inclinándose un poco, le susurró al oído:
-para mí no eres cualquier mujer, eres la mujer perfecta para mí. La que necesito…y quiero—sonrió, mirándola muy cerca, ella colocó sus manos en el pecho de él. El rostro de sakura se tornó más rojo en esos momentos—eso…eres para mí, nena—tomó una de las trenzas de ella, que descansaban sobre sus hombros, y con suavidad la tiró a su espalda.
-n-naru-to…no hagas es-eso aquí—balbuceaba y se mordía el labio, al sentir como los deliciosos labios de naruto, besaban su cuello.
Sakura sentía su corazón latir a un ritmo frenético, por lo que colocó sus manos en los fuertes brazos del rubio, que aún se posaban a los lados de su cabeza. Naruto la besó en la boca con suavidad para luego hacerlo con intensidad, pegándola con una mano a su cuerpo, rodeándola con la otra de su cadera—ah…n-naruto estoy m-mojada, sudada…ahora no—gimoteó cuando el rubio no la soltaba, teniéndola presa entre sus brazos y mordiéndole el lóbulo de la oreja.
-mmm…que rico suena eso—ronroneó sensual.
Pasando su nariz al cuello y mejilla sonrosada, como una tierna caricia, haciéndola derretirse en esos momentos. Sakura sin entender el comentario de doble sentido que había dicho naruto, sólo escucho en ese momento, al ascensor hacer el “Pin” en señal de llegar al piso. Por lo que naruto se apartó de un movimiento rápido de ella, haciendo que soltara una risita.
Sonrió divertido también. Ambos salieron tomados de la mano como si no hubiera pasado nada -sakura agradecía en su mente el que nadie estuviera por ahí.
-…te burlas de mí, ¿eh?...
-para nada, amor—sin soltar su mano, se abrazó a él por el brazo.
Naruto le dio un beso en la cabellera. Giraron al pasillo y vieron la puerta entre abierta del departamento de la pelirosa.
-¡ese akamaru es un veloz! Jeje
-¡un veloz y gruñón…!
Se detuvieron al llegar a la puerta del departamento N#15. Sakura se colocó al frente de él con una linda sonrisa.
-me la pase muy bien contigo—le acarició con ternura una mejilla.
Le sonrió. Se inclinó un poco para besarla pero sakura le rodeó del cuello y lo besó primero.
Él solo sonrió y correspondió con ternura el delicado beso que compartían.
-te quiero tanto—susurró sobre sus labios, pegando su frente a la de ella y sin soltarse ninguno de los dos. Luego se separaron—es mejor que vayas y te coloques algo en la mano, sakura-chan…--le dio un último beso en la frente. Le abrió un poco la puerta para que entrara, se despidió y luego se fue a su departamento.
“Esa mujer me tiene loco”, pensó, con una bobalicona sonrisa.
****
La noche cayó en la bella ciudad de konoha. En un bar o discoteca al este de la ciudad, Hot City, el ambiente era fabuloso, muy movido. Se respiraba a coco, menta, frutilla, un sin fin de olores que desprendían de los deliciosos tragos, el olor a licor mezclado con la adrenalina del lugar. Eran la perfecta combinación que hacía mover los cuerpos de las personas presentes, al compás de la música que retumbaba en los oídos pero ayudando a desconectar de la realidad, y estimulando a una dimensión llena de diversión, tranquilidad y relajación.
El lugar era iluminado por las luces de colores provenientes del DJ en el lugar, que bailaban de un lugar a otro, iluminando unos que otros rostros de las personas en la pista de baile.
Kiba se encontraba pidiendo algunos tragos en la barra junto a yahiko y anko. Los chicos iban vestidos con camisas, kiba llevaba una de color verde agua junto a unos Jeans negros y zapatos del mismo color. Yahiko una de color morado y Jeans negros al igual que los zapatos. Anko por su parte, llevaba un vestido tipo coctel color lila que le llegaba a mitad del muslo y le dejaba ver un poco sus generosos pechos junto a unas sandalias de tacón, en negras, su corto cabello lo llevaba suelto con una bonita pinza que le recogía un poco el cabello de un lado de su rostro, y un maquillaje discreto pero con los labios algo rojos.
Ya llevaban rato en el lugar, siendo apenas las 9pm, sakura estaba junto a konan, sentadas en un rincón del lugar pero cerca de la barra, habían mesas por todo el lugar, que era grande por cierto, con pequeños y cuadrados muebles de cuero en color blanco, la barra era grande y se podían ver muchas botellas de diferentes licores y a 3 chicos que lo atendían.
La ojiambar vestía una bonita blusa de tirantes en color amarillo suave junto a unos jeans blancos, y sandalias amarillas; el cabello lo llevaba suelto e iba discretamente maquillada.
Sakura vestía un bonito vestido de cóctel color rosa pálido, el cual le llegaba cinco dedos antes de la rodilla, le hacía ver fabulosa su bonita cintura y haciéndole contraste con su blanca piel; como dejaba al descubierto sus largas y torneadas piernas por la falda, algo acampanada del mismo, con un discreto escote en la espalda y por delante era ajustado y todo tapado hasta el cuello; hacía juego con unas sandalias de tacón negras y su larga melena rosada la llevaba suelta, cayéndole como cascada en su espalda, solo llevaba algo de rímel en las pestañas, y sus labios de un suave rosa.
Se veía fabulosa.
Estaban esperando a que los chicos les trajeran su segunda ronda de tragos. Como también esperaban a que llegaran los demás con los que habían planeado verse.
-oye, ¿Por qué no vino naruto?—le pregunto konan, alzando un poco la voz debido a la música. Sakura que estaba a su lado, giró su rostro y con desgana dijo:
-hable con él antes de venirme—se encogió de hombros—…pero no quiso ¡es un amargado…!
-jeje no te enojes, saku, debes de comprender que naruto es un hombre reservado, o bueno, eso se le nota—la mira con una sonrisa. Sakura se volvió a encoger de hombros y le sonrió un poco--¡mira, por fin vienen!—señaló con una mano a los tres chicos que se dirigían hacia ellas, con los tragos en mano.
Mientras kiba les entregaban sus bebidas, sakura comenzó a recordar la conversación que tuvo hace un par de horas con su novio…
---Flash Back---
-sakura-chan, ya te había dicho que ve tú y diviértete…
Le recodaba un naruto, algo irritado, a la pelirosa que había ido a su departamento a tratar de convencerle en salir un rato a divertirse, eran las 6:20pm. Se encontraban en la cocina; sakura sentada en uno de los taburetes y naruto acomodando algunas cosas, dándole la espalda.
-…creo que mi primo Nagato vendrá, no lo sé…
-naruto, te lo pido… ¡vamos, prometo que no te aburrirás!
Naruto giró su rostro: tenía el ceño algo fruncido. Ella lo miraba con ojitos de cachorro, poniendo un puchero muy adorable. Pero a naruto lo estaba irritando más; no estaba de muy buenos ánimos.
Sakura era algo insistente.
Se acercó a ella con un semblante algo serio.
-¡no quiero que te quedes entre estas cuatro paredes solo!—miro el lugar con desespero y naruto sólo rodó los ojos, apretando los labios--…deja de ser tan amargado. ¡Te pondrás viejo!, ¡di que siii, anda, y no…
-¡te digo que NO, sakura!—. Arguyó naruto, enfatizando el “no” con claro enojo.
Su insistencia fue el detonante a su ya desbordada impaciencia.
Sakura al escucharlo, parpadeó sorprendida para al segundo sonrojarse de vergüenza. No quería que se molestara o enojara con ella, solo quería convencerlo para que se divirtiera, le quería hacer un favor. Pero ya vio que fue mala idea.
Naruto reaccionó ante su mismo tono -algo alto- con el que la interrumpió, y verle el rostro entristecido, se sintió mal.
-lo siento sakura-chan, no fue mi intención hablarte así…--quiso tomar una de sus manos que reposaban sobre la barra.
Pero ella se alejó y se levantó de inmediato. Estaba aturdida y sentía que sus ojos picaban.
Absorta mirando el resplandeciente suelo.
-no quise gritarte, pero, es que no dejabas de insistirme… ¡eres terca como una mula!—sonrió bromeándole.
Pero sakura sin llegar a dirigirle la mirada sólo se mordió el labio, sintiendo un nudo en el estómago.
-sakura-ch…
-no te preocupes…aun no aprendo a dejar de ser insistente—se encogió de hombros.
Naruto sintió que su corazón se estrujó al escucharla. Estaba triste y claramente avergonzada; por lo que se le acercó preocupado.
-no te molestare con el tema, a fin de cuentas me has dicho que no te gustan esas cosas—hizo una mueca indiferente.
Naruto solo la abrazó fuerte contra él, dejando un beso en la cabellera. En silencio ella le correspondió el abrazo, ocultando su rostro entre su pecho.
-discúlpame, no fue mi intención que te sintieras mal—le dio un beso en la frente, la miro con arrepentimiento—ve y diviértete, ya después salimos los dos…—le pico un ojo.
Sakura solo curveó los labios, aunque las comisuras no llegaron hasta las orejas. No podía enojarse con naruto porque a fin de cuentas ella tuvo la culpa, aunque estaba algo decepcionada.
-está bien…me divertiré por los dos—sonrió para volverlo abrazar.
---Fin Del Flash Back---
Sakura salió de sus pensamientos al ser apretada por unos brazos que la estaban asfixiando.
Cuando pudo respirar con normalidad pudo notar que era una linda chica la que la había abrazado y que estaba parada frente a ella. Era tenten. Estaba hermosa como siempre, sonrió, se levantó y le devolvió el abrazo provocándole una risita a la castaña, que la abrazó también.
-¡oye, en que estabas pensando!... ¡llegue hace dos minutos y no me notaste!—hizo un puchero adorable.
Sakura le sonrió divertida y la miro de arriba abajo, ambas eran del mismo tamaño.
La castaña vestía una linda blusa blanca y encima una cazadora de cuero del color marrón pardo, Jeans color crema y sandalias de tacón a juego con la cazadora. Su delicado rostro estaba maquillado con discreción. Tenten la miro extrañada.
-oye, ¿por qué me miras así?, ¡¿acaso te gusto?!—Bromeó--¡¡NOO!! ¡Anko te pego sus malas mañas!—se tocó la cabeza con una cara de terror y dramatismo.
-jajaja ¡¡cómo crees!! ¡Estas más guapísima desde la última vez que nos vimos!--sonrió divertida, mientras la castaña le devolvió el cumplido--¡gracias!. Oye, ¿con quién viniste?—pregunto curiosa.
Tenten suspiró, con mala cara se giró y señaló a un rincón del lugar: después de la pista de baile, cerca del pasillo que daba a los baños, donde estaba un hombre alto, vestido de negro y con porte de seriedad que miraba hacia ella. Era su guardaespaldas.
-¡el idiota de mi hermano no quiso que viniera sola!—se quejó mal humorada.
La pelirosa solo negó divertida y comprendiéndola.
Kabuto a veces exageraba, pensó.
Luego miro a su alrededor y pudo notar a más gente en la mesa donde estaba con sus amigos. Notó que su amiga anko estaba con un chico, conversando, se imaginó, y con ellos estaban dos chicos más los cuales ni si quiera había visto. Giró su rostro a la derecha; vio a su primo yahiko conversando muy animadamente con konan. Sonrió al verlos juntos, siempre le gustó la idea de que anduvieran.
El lugar estaba lleno de gente que iban y venían con bebidas en manos y otras bailaban al ritmo de la estupenda música.
-¡ahí viene kiba…!—dijo con voz eufórica la castaña, mirando al frente ya que todavía estaba parada junto a sakura.
Esta miro a donde dijo su amiga, y no solo diviso a su primo, sino, que también venía acompañado por otros de sus amigos. Se trataban de Sasori, el cual vestía muy guapo también y, lo que la sorprendió fue, el verlo con su amiga Ayame la cual se vea muy contenta. Y junto a ellos estaba rock lee.
-¡gracias, kiba!—le agradeció con un lindo sonrojo al entregarle un rico trago de margarita y recibir un ‘de nada’ de su parte, con una sonrisa coqueta y que no pasó desapercibida por sakura quien soltó una carcajada.
-¿Cuál es el chiste?—pregunto curioso kiba al ver que tenten le daba un manotazo, algo avergonzada.
Sakura solo negó divertida y él se encogió de hombros. Ayame al ver a su amiga corrió y la abrazó, mientras Sasori y lee llegaban con ellos.
-¡sakura!, ¡qué bueno que viniste!—sonrió contenta de verla--¡estás muy hermosa! jeje.
-¡lo mismo digo!, ¡ya llego sábado y por nada del mundo me perdería ver que hoy cupido reina en el lugar! jajaja—eso lo digo con un tono de voz alta, que fue escuchado por varios de los presentes, quienes la miraron con disimulo e hizo que se sonrojaran. Como le gustaba hacerlos avergonzar—jajaja ¡es la verdad!—Ayame se sonrojó y, miro de reojo al pelirrojo que ahora llegaba a su lado, junto a Lee.
-hola sakura, un gusto verte—Sasori la saludó con un abrazo el cual fue correspondido.
-¡hola, hermosa flor!—saludó energético lee, quien la abrazó algo fuerte e hizo que sus amigos se rieran por la cara que puso la pelirosa.
Estaba más roja que blanca por el apretón.
Después de eso tomaron asiento; pasaron un rato entre tragos y pláticas triviales. Sakura había presentado a Ayame con sus amigas las cuales con gusto la recibieron en el grupo de amigas, mientras Sasori, kiba y yahiko se habían levantado a buscar más tragos para las damas. Tenten, konan y hasta Ayame estaban que no podían con la risa por las historias locas que les estaba contando lee, el condenado estaba entre ellas -como dicen: bendito sea entre las mujeres- era muy energético el chico y muy divertido; sakura también reía pero de vez en cuando, ya que estaba algo distraída.
Anko se había unido a la conversación cuando los chicos que estaban con ella, se habían ido a buscar más alcohol a la barra.
-¡oye, anko!, ¿ese chico es tu nuevo ligue?—tenten pregunto divertida para dar un trago a su bebida. Mientras las demás e incluso lee, desviaron su mirada a la peli violeta. Esta arqueo una ceja para contestar con seriedad.
-¿mi lige?...jajaja ¡naa, solo lo traje de compañía pero nada más!—decía divertida—aunque… ¡puede que con ese bombón estrene mi nuevo colchón! jeje—dijo en complicidad y mirándolas con malicia. Las chicas solo negaron indignadas pero divertidas por la mentecita pervertida de su amiga--¿Y tú konan, ya ligaste con yahiko-kun?, ¡los dos están muy contentos hoy!
-eh…bueno… ¡solo hablamos, eso todo!
Estaba roja ante la mirada divertida de sus amigas. No le gustaba ser el centro de atención y menos en cosas de chicos, es muy reservada. Anko bufó y soltó una carcajada que hizo reír a las demás, e incluso a la misma konan.
-¡eres una desgraciada muy cruel…!
-jajaja ¡oigan, porque no dejamos de avergonzar a la pobre de konan, que está más roja que un tomate! jaja ¡para competir como siempre! ¡¿Qué les parece?!—tenten animó en tono alto por la música, mirándolas con emoción, ya que tenía tiempo sin hacerlo.
-¡me parece estupendo!...pero yo solo seré el árbitro porque ¡esta noche es de ligar para mí!—inquirió anko, con superioridad.
Konan pasó; ya que no quería emborracharse y menos estando yahiko con ella. Ayame al saber de lo que hablan -gracias a konan- sólo negó ante la idea, no le gustaba tomar de más.
-¡Yo quiero competir!, ¡amo competir y sentir el poder de la juventud!—lee gritó con emoción, el cual tenía estrellas en sus negros ojos.
Tente lo miro con una gota al estilo anime, para comenzar a reír junto a las chicas. Les pareció divertido.
-¡no lee, es mejor dejar que las chicas compitan! ¡Sólo seremos espectadores! jeje—alegó konan. Mirándolo con pena ya que había escuchado de kiba y Sasori que el pelinegro se vuelve loquito cuando se les suben las copas.
Es mejor no arriesgarse, pensó.
Lee solo puso un puchero y siguió bebiendo de su bebida de vodka.
Tenten miro a la única que no había opinado y que estaba a su lado, con una cara algo distraída--sakura… ¡sakura, despierta!—le gritó en todo el oído, seguido de un manotazo en un brazo a la pobre, que brincó y la miro aturdida--¡¿cuál es el propósito de tu cara, mujer?! ¡estas distraída!
-e-estaba pensando algo pero… ¿qué sucede?—pregunto, mirándola extrañada.
Tenten arqueó una ceja pero luego sonríe para decir:
-le estaba diciendo a las chicas de que tenemos tiempo que no competimos… ¿Qué te parece si tú y yo lo hacemos?, ¡¿te animas?!—volvió a preguntar ansiosa y sonriente, pero borra la sonrisa al ver que estaba de nuevo distraída.
Sakura estaba pensando en naruto. Después de ver al guardaespaldas de su amiga, se había quedado pensando en el susto que pasaron ayer en la avenida; cuando venían de regreso del local. Estaba algo preocupada por el rubio, se preguntaba si de verdad sólo lo querían robar -como había comentado el mismo naruto- o si, de verdad le querían hacer daño. Estaba preocupada. Como también estaba un poco desanimada del que él no haya querido aceptar salir con ella y sus amigos; sabía que no le gustaban eso lugares como ya se lo había comentado e incluso casi comienza una discusión con él. Por lo que se rindió y supo que mejor era no insistir le más.
Pero tampoco podía estar toda la noche tristona o aburrida en solo pensar en eso, cuando ella al principio estaba muy animada en salir con sus amigas. Sacudió y echó a la basura todos esos pensamientos negativos de su mente, sabía que naruto estaba mejor en el depa.
Sakura salió de la realidad al sentir otro manotazo de la castaña.
-ah…si, ¡si claro!—dijo sin saber por qué, ya que ni recordaba de lo que hablaba tenten.
Debía estar ahí, con sus amigas, divirtiéndose. Era lo mejor. Sonrió nerviosa.
-¡muy bien!... ¡kiba tráenos una botella de tequila con dos vasos, por fa!—pidió tenten mirando al chico, quien venía con yahiko y Sasori de la barra.
Sakura al reaccionar la miró incrédula. “¡Mierda por estar distraída ahora tengo que beberme una botella con tenten!”, pensó, algo indecisa.
-¿Qué piensan hacer con esa botella?--pregunto yahiko, mirándolas curioso y sentándose a un lado de konan quien le sonrió.
-¡que más!, ¡lavarnos el cabello, idiota!—soltó divertida anko, mirándolo de igual forma. Y haciendo reír a todos al mirar el puchero algo chistoso y avergonzado del pelinaranjo.
-¡sakura y yo competiremos para ver quién es más guerrera! juju—con voz eufórica, tenten respondía a la pregunta, sonreía y tomaba otro sorbo de su margarita.
Kiba que aún no había ido por la botella y que estaba preguntándole algo a Sasori -que ya se estaba sentado junto a Ayame- se quedó sorprendido por lo que dijo tenten, por lo que miro a la pelirosa y frunció el ceño.
-¿Qué crees que haces? ¡Ni loco dejo que hagas eso!—sentenció mirándola con seriedad.
Tenten quien estaba a un lado de ella, solo bufó divertida y sakura sonrió mirándolos, ya no se echaría para atrás.
-¿Qué es lo gracioso…?
-no te preocupes, kiba-kun, se lo que hago, es sábado por eso ¡hoy quiero divertirme!, ¡además ustedes están aquí!—le pico un ojo, divertida. Si beber un poco le haría olvidarse -por lo menos un rato- de sus pensamientos… haría que valga la pena.
Konan y anko alegaron a su favor, mientras kiba sólo se iba a la barra refunfuñando.
****
Después de un buen rato…
Todos estaban animados en el lugar, o mejor dicho, animados mirando como unas sonrojadas por el alcohol, sakura y tenten tomaban cada una y en shops llenos de tequila.
-¡vamos, otro, otro!
Emocionada, Ayame, aplaudía y animaba a la pelirosa en continuar con el reto la cual ya no podía más. Llevaban casi la botella completa y estaban como si nada -o eso aparentaban. El guardaespaldas miraba la escena con un semblante neutral, no se sabía detallar bien si esa era su expresión, porque traía gafas negras.
-¡tú puedes tenten, vamos!—animaba un alegre y colorado rock lee, que las veía tragar el octavo vaso.--¡tú también, hermosa flor!... ¡eres la mejor!—aporreaba a la pelirosa quien le sonrió divertida.
-jajaja ¡lee decídete!, ¿por quién le vas?... ¡o es a sakura o tente! jajaja—se burlaba yahiko.
Al pelinegro ya le estaba pegando mucha algarabía -o más bien el alcohol. Kiba quien tenía el ceño medio fruncido miraba la escena, la verdad, no le gustaba el hecho que su prima bebiera como loca, pero viendo el cómo se estaba divirtiendo, no podía hacer más que mirar y estar pendiente.
-¡uno más!, ¡uno más!—animaba anko, viendo a tenten tomar de un trago el último vaso que le brindaba la botella. Como también viendo a sakura, quien tomó el vaso con lentitud, miro con detenimiento el líquido transparente y, de un solo trago, lo vació en su boca, soltando luego una carcajada--¡eeeh, es un empate…!
-¡estupendo!—dijo tenten. Levantando su puño para ser chocado con el de su amiga ojijade, como acto amistoso entre ambas--¡eso fue fantástico! jajaja.
-¡¡las dos tienen el poder de la juventud en la sangre!!—gritó lee, mirándolas y haciendo que los demás rieran por su frasecita, no dejaba de repetirla en toda la noche.
Más tarde…
Todos se estaba divirtiendo como nunca.
Yahiko había sacado a bailar a konan, que ahora no dejaban de hacerlo e incluso sus amigas presenciaron uno que otro besito entre ellos, por lo que resumieron: Hay Reconciliación.
Sasori estaba bailando con Ayame, anko con su ligue, digo, con su acompañante y que no dejaba de coquetearle; sakura había bailado con kiba, Sasori. Tenten se tuvo que llevar a un kiba malhumorado a la pista para que dejara de sermonear a la pelirosa en que dejara de beber tanto, pero ese humor se le esfumó en cuanto notó que la castaña movía muy bien las caderas -haciéndole activarse en la pista de baile.
Sakura le agradeció en llevárselo y distraerlo, y vaya que lo estaba haciendo, se dijo al verlos bailar.
Sakura se había quedado sentada en compañía de Lee; ambos platicaban trivialidades, se llevaban muy bien. Había tenido varias invitaciones a bailar y que fueron rechazadas, por algunos chicos, muy guapos por cierto, pero como ella es tan desconfiada no quiso aceptar. Rock lee la había invitado también, aunque ella estaba un poco mareada para hacerlo.
-lee, disculpa, pero tengo que ir al baño—se levantó despacio, sintiendo que sus piernas le temblaban un poco. Lo miro y le sonrió para tomar su bolso de lado y colgárselo—¡ahora vuelvo!
-¿quieres te que acompañe hasta la puerta?, te ves un poco mal—dijo con amabilidad levantándose, no quería que le sucediera algo.
Pero sakura negó sin borrar su sonrisa y se encaminó al baño.
Sentía que cada paso que daba el suelo se agitaba de un lado a otro y alrededor de ella. Por un momento se detuvo. Miro el largo camino que tenía que recorrer para llegar al pasillo del baño. Había mucha gente en la pista de baile, por lo que decidió -con la cordura que le quedaba- el rodear la pista con todo y su bululú bailarín teniendo el paso algo tambaleante -que parecía más bien un pato- pasó cerca de algunas mesas que se esparcían en el lugar ocupadas por algunas personas bebiendo y riendo.
Se sentía muy bien al ver que llevaba medio camino ganado. Pero, pasó lo que siempre le sucede a una persona con alcohol en el cuerpo y en ese estado…se tropezó.
No supo cómo, pero sus pies se enredaron con quién sabe qué. Cayó de rodillas sosteniéndose con sus manos en el suelo y, en vez de quejarse, lo que hizo fue reírse de lo torpe que era, el alcohol le estaba haciendo efecto en la sangre. Sintió como alguien la ayudo por un brazo a levantarse siendo un chico que estaba sentado por el lugar.
Sin llegar a sentir una pizca de vergüenza, le agradeció con una sonrisa muy chistosa y siguió con calma y como toda una dama en tacones hacia su destino.
Después del largo recorrido -que le pareció como recorrer una jungla: con tantos orangutanes achispados (personas) por el camino- llegó al baño el cual estaba solo para su suerte. Dejó salir un suspiro al entrar a una de las cabinas para hacer lo suyo. Le dolía con pesadez la cabeza.
Cuando ya estaba lavando sus manos en uno de los grifos, se miró al espejo: su vista se distorsionaba doble, aunque sí que se podía distinguir. Su larga melena rosada estaba algo alborotada pero no perdía su encanto, sus mejillas estaban sonrosadas, causa del efecto que hacía el alcohol en su sangre; sus ojos que eran grandes y brillantes, estaban algo adormecidos y sentía que los parpados le pesaban un poco. Y ni se diga de sus piernas que en algún momento pensó que le iban a fallar, bueno, por desgracia si pasó.
Soltó una risita al verse de esa manera; no pensaba emborracharse de nuevo aunque la última vez, lo necesitaba y valió la pena. Tampoco es que se quejara en que no se estaba divirtiendo esta vez. Frunció la frente al sentir una punzada en su cabeza; eso le hizo recordar que la muy bendita le estaba doliendo desde hace rato, por eso había decidido en levantarse y estar fuera del espantoso ruido de la música por un rato.
Con las manos aún mojadas, se las palpó un poco en sus mejillas para ver si se le quitaba ese odioso rojo que se tornaba en ellas, a sabiendas de que eso era inútil. Tenía ganas de irse y tirarse en su cama y arroparse hasta la cabeza, pero había recordado que su precioso cacharro estaba en el taller y, claramente, no quería molestar a Sasori y mucho menos a
kiba en que la llevaran a su casa; no recordando que este le había estado sermoneando un buen rato. Torció los labios.
-estúpido pulgoso--susurró soltando una risita parecida al chillido de un ratón.
"Pulgoso". Así le decían a su primo, cosa que le molesta. Solo yahiko era el que lo molestaba con ello.
Volviendo a lo repasar lo del coche…ah, sí, no podía irse porque se había venido con kiba en su Porsche, el cual cuidaba muy bien. Por lo que descarto la idea en perdérselo prestado.
Suspiró desanimada. Todo gracias a la hueca de Shion.
-… ¡rubia falsa y oxigenada!—gruñó con molestia.
Rendida ante la idea de esperarse hasta que uno de sus amigos se le antojara largarse se giró para salir, pero al segundo…una idea pasó por su cabeza, por lo que se recostó al muro que sostenía al lavamanos, para no caerse.
-sé a quién--hipó--le diré que me busque…—con algo de torpeza comenzó a buscar su móvil del bolsito de lado del color negro que llevaba.
Comenzó a buscar en su lista de contactos y al conseguirlo, sonrió para sus adentros para luego pegarse el móvil en la oreja. Se situó en una de las paredes para luego bajar deslizándose y sentarse apoyando su espalda a esta -como llevaba vestido y a pesar de estar sola, se cruzó las piernas para mejor comodidad- para su suerte el piso estaba muy limpió.
Frunció el ceño al no escuchar nada. Por lo que mirando el móvil, soltó una carcajada que se escuchó el eco en el lugar, al darse cuenta de que lo había tomado al revés para ponerlo ahora como era en su oreja de nuevo.
Qué bueno que nadie había entrado al baño en esos momentos.
Una voz entre sorprendida y soñolienta se escuchó al otro lado de la línea.
-¡naruto-kumm, holaaa!—saludó en tono extraño pero animado.
Sakura había tenía la idea de que el rubio la fuera a buscar.
Grandiosa idea sakura.
-sakura-chan, ¿qué sucede?, ¿por qué me llamas a esta hora…?—aun con voz soñolienta, el rubio se extrañó de que sakura lo llamara, miro rápido la hora, las 3:26 am. Frunció el ceño al escucharla reí y balbucear algo--… ¿Dónde estás, sakura…?—ahora se escuchó serio aunque preocupado.
-¡en un baño de la discou!, ¡naruto-kumm!, ¿por qué no viniste a bailar?—hablaba arrastrando las palabras, mientras reía al mismo tiempo--¡le he pasado de maravilla!, pero tuo no vinisste, ¡eress mmuy cruel conmmigo!¿No me quieres ya…?—gimoteó haciendo un puchero y tratando de levantarse.
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Naruto estaba preocupado escuchando las cosas que decía la pelirosa, hasta balbuceaba tonterías como: este maldito vestido, estúpida música, parezco de patocilandia. Y una chorradas de palabrotas que no la había oído decir delante de él.
-sakura-chan, dime ¿dónde estás? y te voy a buscar…
Pero no le respondía, solo la escuchaba reí; volviéndole a preguntar que si la quería, una y otra vez.
Comenzó a enojarse. Se pasó una mano por el rostro, algo irritado.
Había estado realizando algunas cosas afuera con su primo Nagato después de que ella se había ido de su departamento; sakura le había tratado de convencer en ir con ella y sus primos. No era que le gustara la idea de rechazarla, sino que no le gustaban esos tipos de fiestas y mucho menos cuando hay que lidiar con peleas entre borrachos; se había acostado muy cansado por todo el día y más, al haber tenido tremenda caminata con sakura y akamaru. Le había pegado un poco por tener un par de meses sin ejercitarse.
Cuando sakura lo llamó despertándolo, se había asustado, pero al recordar que estaba con kiba y yahiko, se tranquilizó.
Pero al escucharla hablar de esa manera había comprobado que no estaba del todo en sus cinco sentidos. Ahora se encontraba en la orilla de la cama.
-sakura, dime ¡¿Dónde demonios estas?!...¿en qué lugar de la ciudad te encuentras?—volvió a preguntar, esta vez en un tono muy serio. Se levantó gruñendo para dirigirse a su armario.
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-¡¡uuy que palabrota!! jajaja ¿sabes?--hipó-- te llamé para que me buscaras ¡poorrrque tengo unn dolorrr de cabeza,! erg, ¡pero ya cambie de opinión!—reía sintiéndose tan alegre.
Por fin se puso de pie después de varios intentos fallidos, ya que sus piernas eran unas tercas, según ella; viendo doble comenzó a caminar a la salida.
-¡sakura, maldición!... ¡¿en qué lugar de la ciudad estás?! ¡me desconciertas!—gruñó enojado.
Ya no aguantaba más.
Tenía que ir por ella; tenía el mal presentimiento de que ninguno de los tarados de sus primos estaba con ella en ese momento. Como había podido, tenía puesto ya un pantalón negro sin abrochar, aunque un poco torcido, comenzó a buscarse una camisa en la fila que tenia de manera ordena, en su armario.
-¡aff!, con que yo te desconcierto… ¡ya volvió el naruto amargado!, ¡jumm! sabes que ese no me agrada, ¿verdad…?—se había quedado recostada en la pared, casi llegando a la puerta de salida.
Suspiró con los ojos cerrados, al escuchar otro gruñido de su parte. Casi parecía un perro rabioso, soltó una risita.
-estoy, mm, al este de la ciudad, en hot city, ¿contento, baka?... ¡es mejor que no vengas porque me la estoy pasaaando de lujo! jajaja… ¡ah,! y hay muchos chicos para bailar, ¡¡adiós bakaaa!!—colgó, sin dejarle terminar otra clara maldición.
Sonrió para sus adentros al hacerlo enojar, como le gustaba verlo celoso. Era tan sexy. Se mordió el labio; sabía que no sabría encontrar el lugar, por cómo es nuevo en el estado, pensó risueña y con astucia… Aunque, pensándolo mejor, puede que si la encuentre.
Y si de verdad lo hizo enojar con lo que le dijo: eso de los chicos para bailar. Claramente era mentira porque no había aceptado bailar con ninguno. Tragó saliva, sacudió su cabeza la cual por algún milagro, ya no le dolía; descartó esa boba idea sobre naruto.
-a naruto no le gustan estos lugares…como para que…me venga a buscar…ya se olvidara—hizo un puchero, algo triste, mirándose al espejo.
Se volvió a girar con visa a la salida para luego comenzar a salir del lugar que, al hacerlo, pudo ver a sus amigas Konan y Ayame que venían por ella.
-¡sakura, por kami, pensé que te había pasado algo!—soltó preocupada la castaña ayudándola a caminar.
-¡nos hubieras dicho que querías ir al baño y una de nosotras te hubiéramos acompañado!--reprendió konan--¡mírate, estas jodidamente prendida! jajaja, ay, saku.
-¡vamos chicas!, no me regañen también--hizo un mohín--¡bastante tengo con el que me echó ese idiota!—alegó a su defensa con una mueca indiferente.
Sus amigas solo se miraron entre ellas y pensando que se refería a kiba. Entre risas por las loqueras que hablaban llegaron a la mesa donde estaban solo yahiko, anko con su acompañante, y lee, quien le palpó a sakura uno de los pequeños muebles a su lado para que tomara asiento.
Ella con una sonrisa lo hizo--¿me extrañaste?
-¡no sabes cuánto, hermosa flor!—sonrió.
Yahiko los miro con una gotita en su sien para luego mirar a konan, y decir algo preocupado:
-¿crees que este bien…?—susurró al oído de la chica, que le sonrió y asintió al mismo tiempo, e hizo que se levantaran para seguir bailando.
Pero yahiko antes se giró hacia lee y le dijo:--¡oye, rock lee!, ¡te la encargo…!
Lee solo asintió haciéndole una seña con su pulgar levantado, mientras sakura conversaba con Ayame y bebían otro poco más; la castaña también tenía las mejillas algo sonrosadas por el alcohol, aunque estaba en sus cabales.
Siguieron conversando los tres entre risas.
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Después de que sakura le colgara a naruto, este se había puesto muy enojado.
¿Por qué demonios sakura bebía?, ¿cómo se les ocurren al idiota de kiba y al tarado de yahiko dejarla sola?, se preguntaba naruto; porque era obvio que no estaban con ella, sino no hubieran dejado que ella lo llamara. No tendría necesidad.
No le gustaba el hecho de que sakura estuviera bebiendo, de que se le pasaran las copas -porque eso era más que obvio- jamás la escuchó decir malas palabras delante de él. Sólo aquella vez que insultó a sasuke. Y encima estaba súperenojado. No. Enfadadísimo: cuando ella le había dicho que habían muchos hombres en ese lugar para bailar con ella.
Oh, no.
Eso le hizo entrar en un desconcierto para luego cabrearse. Sakura sí que sabía cómo hacerlo enojar. Y no sabía si lo hizo, burlonamente, para molestarlo -estando ella en ese estado- o simplemente se lo confesó, porque era tan cierto como el hecho de que logró su cometido.
Había salido muy rápido del departamento para dirigirse al lugar que ella le había dicho; aunque no sabía si le había tomado el pelo y le inventó la dirección. Pero sabía que mentirosa no era, menos sabiendo que no se razonaba del todo -estando ebrio- para inventarse acertadamente una dirección.
No sabía a quién demonios preguntarle por esa dirección; viendo la hora en su móvil: 3:45am.
-¡mierda! ahora que lo recuerdo…--susurró.
Tenía una aplicación móvil donde te ayuda a ubicar cualquier dirección de la ciudad; gracias a la idea de Kankuro la había descargado. Comenzó a teclear el móvil para conectar la misma en la barra del mando electrónico del vehículo; unos segundos después logró lo que buscaba.
Miró nuevamente la hora: 3:56am. Ya se le había pasado el bendito sueño.
-ay, sakura, ¿qué haré contigo?-- frunció el ceño teniendo los labios apretados.
Pisó el pedal para dirigirse al este de la ciudad. Serían unos 20 minutos de carretera, calculó.
Suspiró para tranquilizarse porque se estaba impacientando.
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Buenas, Buenas!! he vuelto \o/ espero y les haya gustado. Esta semana subiré el siguiente...
¿Qué pasara con sakura?
¿Qué hará naruto?.... pero sobre todo
¿Cómo encontrará naruto a sakura cuando llegue al club?
CerezoIntenso- Chunnin
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Edad : 28
Venezuela
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Re: ¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
Hola Cerezo, me le leído ya como 15 capítulos de tu fic créeme que me gustado bastante, es bueno ver la dedicación que le has metido al fic, ya 33 capítulos y contando cuando me lea los que me faltan no dudes que volveré a comentar jaja. Saludos y cuídate.
NaruSannin- Genin
- Mensajes : 172
Edad : 28
Perdido en los pensamientos de mi vida
0
Re: ¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
Hola cere como estas.....
pues esta bueno el cap....
pero yo pense que a la final naruto se arrepentiria y a la final iria a la discoteca......que error.....pero me dio un poco de gracia sakuraa hahahahhaha....
al parecer aparecio el naruto amargado -.-
pues esta bueno el cap....
pero yo pense que a la final naruto se arrepentiria y a la final iria a la discoteca......que error.....pero me dio un poco de gracia sakuraa hahahahhaha....
al parecer aparecio el naruto amargado -.-
¡Esa Mujer!(+18)-capitulo 34(Primera Parte: Algo inesperado)/16/09/17
Los chicos estaban muy animados en la pista a pesar de la hora. El lugar aún continuaba lleno, todos bailaban, excepto yahiko y konan quienes estaban sentados en los taburetes de la barra: hablando con uno de los chicos de la barra, quien era amigo del pelinaranjo.
Kiba estaba más que contento con tenten, quienes bailaban y se daban miraditas por aquí y por allá. Algo estaba pasando ahí. Mientras el guarura de la chica los vigilaba, pero sentado por el lugar; se había preguntado si esa chica no se cansaba porque había estado con mucha energía toda la noche para su gusto, por lo que decidió en tomar algo también, pero aun así sin dejar de hacer su trabajo.
Anko estaba sentada hablando con su chico y algunas veces se daban besitos y hasta manitas atrevidas se veían por ahí.
Ayame y Sasori estaban en la pista, se notaba que ambos hacían buena química porque estaban de maravilla juntos.
Sakura por su parte, estaba con el codo apoyado en la mesa, y su mano, apoyaba su mentón, sentía que los parpados se le cerraban; lee al notar ello, se levantó y se estiró para luego con una sonrisa decirle:
-¡oye, sakura-san!, ¿qué te parece si bailamos?—le tendió una mano esperando su respuesta.
Ella lo miro dudosa, pensando: en que sí se había divertido, pero casi no había bailado, y el chico ya la había invitado una vez. Si lo rechazaba de nuevo se sentiría como una mal amiga.
En ese mismo momento pensó que naruto también rechazó su invitación. Frunció la frente. Sintiéndose muy segura de lo que decidió, tomó la mano de Lee quien la miro encantado -ella le correspondió con una sonrisa algo rara. Y se dejó guiar con pasos torpes hasta la pista, para comenzar a bailar.
-¡qué bien bailas…!--. Apremió él.
Sakura no sabía si era una broma de su parte porque no sabía si de verdad estaba bailando. Sentía su cuerpo como una gelatina. Miro al chico de cabello extraño quien se movía muy cómico y la hacía reír.
-¡eres increíble lee! jaja ¡eh, eh!—se movía al ritmo rápido de la música.
Después de unos diez minutos bailando y moviéndose como si fueran dos pulgas con sobredosis de azúcar, o bueno, rock lee, éste había buscado unos tragos de vodka con jugo de naranja para cada uno, mientras bebían y bailaban alegremente -pero muy animados por el alcohol- olvidando por completo los problemas de sus mentes. Sus amigos estaban alegres y se divertían viéndoles bailar.
Kiba al verlos casi fue a rescatarla, aun sabiendo el que no lo necesitaba; Sasori quien estaba cerca bailando con Ayame, le había aconsejado a kiba el que ellos -sakura y lee- se estaban divirtiendo. Y era cierto, para que interrumpir, se dijo después resignado.
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Naruto aparcó su coche en el estacionamiento trasero; por fin había llegado al bendito club.
Después de unos quince minutos de camino, gracias a la hora el transito carecía en el autopista y era de libre acceso el conducirlo, había podido pisar el acelerador sin ningún problema pero sin dejar de ser prudente; aunque eso no reducía su enojo.
Nunca, pero nunca, en su aún corta pero madura vida había hecho algo como eso, y lo decía por su hermana ino: algunas veces él le había servido de alcahuete en cuanto a escapes.
Ella al igual que sakura también es muy bien portada aunque de toque rebelde, es estruendosa y basta decir que con su libertino espíritu ama salir con sus amigos a divertirse, pero ino sabía cómo controlarse; y no es que sakura no lo hiciera -porque tenía entendido por ella el que no siempre bebía. Pero sabiendo que estaba tomada, no le gustaba la idea de dejar pasar por alto su situación, porque también estaba el hecho en que sakura, no era una chica cualquiera: era su novia y es muy importante para él.
Sakura no sabía el límite de alcohol que debía consumir, era todo.
Se bajó del coche metiendo su móvil en un bolsillo, llaves y billetera en el otro, se había puesto una camisa blanca de lino como las que siempre vestía, un pantalón negro de franela y zapatos del mismo color; su cabello estaba revuelto y algo húmedo ya que había tomado una ducha rápida. Se veía muy seductor: como siempre. Miró el lugar: había poca iluminación ya que el aparcamiento era amplio, estaba abarrotado de autos, algunas personas estaban esparcidas por ahí, fumando o haciendo quien sabe entre la oscuridad.
Torció la boca cuando una chica -con pinta de ser compañía por rato- paso por su lado diciéndole algo insinuante que, para su gusto, pareció indignante. Siguió con paso firme hasta la entrada principal donde pudo notar a dos hombres altos y robustos custodiando la misma.
La música del DJ en la pista era un tanto lenta, sensual y relajada, las luces bailaban de un lado a otro reflejando el lugar y a las personas en el lugar. Sakura bailaba con mucha calma, tenía las manos alrededor del cuello de Lee y la cabeza recostada en su hombro izquierdo, mientras éste tenía una mano en la cintura de ella y la otra en la mitad de su espalda. Ambos meciéndose al ritmo medio lento de la música; de repente, comenzó a subir el ritmo. Ellos se despegaron y se miraron divertidos.
Lee le tomó una mano y le dio una vuelta…y así continuaron la bailada entre risas burlonas y halagos del chico en cuento al baile.
Naruto entró al lugar, estaba algo oscuro pero no lo suficiente para impedirle divisar todo el terreno; caminó a zancadas hasta el centro donde comenzó a mirar a su alrededor para ver si su buena suerte le ayudaba a encontrar a algún conocido. De lado izquierdo se encontraba lo que parecía la pista de baile, habían muchas personas bailando por el lugar, del lado derecho divisó lo que era la barra de pedidos: donde la clientela esperaba su pedido; mesas y sillones estaban esparcidos por todo el sitio.
"Bingo" dijo por lo bajo al localizar a alguien conocido.
Caminando con total calma pasó por un lado de un grupo de chicas quienes al notarlo lo siguieron con la mirada, cuchicheando entre ellas; naruto se dirigía a la barra para hablar con yahiko quien estaba dando un sorbo a su vaso con cerveza, mientras rodeaba por los hombros a una chica.
Cuando estuvo detrás de él, le tomó un hombro haciendo que yahiko soltara un respingo, haciendo que konan lo mirare extrañada para luego desviar su vista atrás; gracias a la iluminación del sitio vio a naruto con una cara muy seria. Abrió los ojos muy sorprendida.
-¡naruto!, ¿qué haces aquí…?—preguntó girándose y haciendo que yahiko hiciera lo mismo.
Este al mirarlo se sorprendió también.
-¿naruto?, ¿qué haces por aquí…?—También cuestionó, muy extrañado. Naruto sólo soltó un suspiro sonoroso, con voz calmada y mirada neutral dijo:
-¿Dónde está sakura?...—tenía sus manos metidas en los bolsillos pareciendo que estaba tranquilo, pero viendo el semblante de su cara, parecía todo lo contrario.
La pareja se miraron entre sí con gotitas en su sien, miraron de nuevo al rubio quien se estaba impacientando por no recibir respuesta.
Habló konan:--¡debe estar en la mesa de allá…!—señaló a su derecha una mesa, pero estaba prácticamente vacía.
Los únicos que habían estado en ella eran anko y su amigo, pero por lo que se veía, se largaron a quien sabe dónde. Naruto se giró para mirar por el lugar: como si sus ojos se trataren de un par de escáneres; sin embargo no localizaba su objetivo.
Konan se extrañó en verlo ahí. A estas horas, pensaba. Pero luego reaccionó al recordar lo que sakura había dicho cuando la vio salir del baño…
--Flash Back—
-¡ash!, ¡estúpida llamada!... ¡es un idiota…!—masculló sakura caminando junto a konan y Ayame, haciendo que la primera le preguntara de lo que estaba hablando--¡ese, ese idiota, que es un amargado! ¡iissf…!
--Fin del Flash Back—
Konan ahora sí que lo entendía: sakura había llamado a naruto; porque eso era lo más seguro, se dijo ella. Y naruto de seguro se preocupó al escucharla que vino por ella, reiteró para sí.
La peliazul lo miró con preocupación: estaba mirando por todo el lugar con mucha seriedad para ver si la encontraba.
“Sakura hiciste que naruto viniera…y si te encuentra en el estado en el que estas… ¡Se va a enojar más!”, pensó angustiada por su amiga, había imaginado que sakura estaba insultando a kiba por sus sermones, pero ya comprobó que se equivocó. Acercándose al rubio dijo con voz algo nerviosa--déjame ayudarte a buscarla ¡de seguro esta con los chicos…!
-¡no hace falta que lo hagas!...ya la vi…—soltó en seco y susurrando lo último, mirando a un punto fijo: donde algunas parejas se habían retirado de la pista y dejaban ver a kiba y tenten bailando, Sasori y Ayame y, un poco más alejados de ellos y de otras personas -otorgándole una estupenda vista- estaban sakura y un chico quien tomaba con mucha confianza la cintura de su novia, su sakura. Frunció el ceño.
“Quién demonios es ese”, se dijo él.
Konan se colocó a su lado al verlo entrar en tensión apretando un puño; miro hacía donde él veía y se tensó al verlos también. Yahiko extrañado por el comportamiento de ambos se levantó del taburete y, le dijo en tono amistoso al rubio:
-¡oye, naruto, tómate un trago para que te relajes!, de seguro saku está bailando con rock lee, hace rato los vi en eso jeje… ¡sí que se están divirtiendo!—reía un poco, pero se quejó al segundo, al sentir un pellizco de su ahora novia quien lo fulminó con la mirada por su impertinente comentario, y él sin entender por qué.
Yahiko sólo se acercó a ellos y miró a la pista, viendo así a una sakura bailando muy cachondo con un Lee muy animado por sus movimientos: la tomaba de la cintura con ambas manos y ella, quien le daba la espalda, movía de manera sensual las caderas. Ambos se veían muy activos en la pista. Yahiko frunció el ceño al verla bailar de esa forma, el alcohol la estaba volviendo loca que no se media en lo que hacía.
-…voy por ella…—avisó en tono firme naruto, mirando a konan y yahiko con seriedad.
Pero cuando iba a dar siquiera un paso, el pelinaranjo lo detiene haciendo que él frunciera el ceño. Por lo que yahiko dijo con la voz seria:
-no harás un espectáculo, naruto…--estaba al frente de él, el cuál suspiró con una venita en su sien: lo vio pasarse una mano por su cabellera rubia denotándose inquieto.
Konan estaba preocupada e incómoda viéndoles.
-no te preocupes, no haré un escándalo…solo la llevare a su casa, o, ¿quieres que siga bailándole de esa forma a tu amigo?—arqueó una ceja, con su mismo semblante y tono de voz.
Yahiko solo suspiró sabiendo que tenía razón, por lo que haciéndose a un lado para que naruto se dirigiera a la pista, lo vio caminar aparentando tranquilidad.
En el rostro de naruto se apreciaba una mirada muy seria. “Me llamas en el estado de ebriedad, despertándome y preocupándome…para después arrepentirte de que viniera a buscarte, y así bailar con muchos chicos…y de esa forma, ¿eh?...veamos qué piensas cuando me veas, sakura”.
Estaba enojado y celoso al verla bailar de esa manera, porque a él, no le gustaba que hiciera eso con otro hombre y menos sabiendo que cualquier Idiota se podría aprovechar de su situación. Naruto siguió a paso firme y con un semblante serio hasta donde estaba su novia.
Yahiko y konan quienes se habían quedado mirando el cómo naruto se dirigía a paso disgustado a la pista, estaban algo preocupados. Yahiko sabía que naruto le había dicho la verdad: de que él no haría un espectáculo o algo parecido; pero no podía dejar de estar preocupado. Aunque si estaba muy extrañado de que el rubio llegara a esas horas y con esa actitud. “Cubito de hielo”, pensó dándole nombre a ello. Fue algo inesperado el que llegara allí. Sospechando algo, se giró para mirar con perspicacia a konan, que estaba a su lado la cual lo miro extrañada.
-es raro que naruto llegara así como así y con esa actitud, ¿no crees?…mm es raro, ¿Qué pasaría…?--se tocó el mentón.
Konan se tornó un poco nerviosa. No quería que supiera que sakura lo había llamado, ya que después se enojarían con ella, por lo que habló tratando de disimular, opinó en tono tranquilo—he…bueno yo no lo sé…jeje
Yahiko quien la miraba se cruzó de brazos teniendo ahora el ceño levemente fruncido.
Konan suspiró rendida: no podía ocultarle la verdad, de alguna manera se iba a saber la verdad, ¿no?.
-¡sakura llamó a naruto cuando la fui a buscar con ayame al baño!—soltó de golpe.
Miro a su novio el cual tenía los ojos como platos, sorprendido, para luego verlo inhalar mucho aire y, ante su mirada -muy confundida e incrédula- soltar una enorme carcajada la cual hizo que algunas de las personas cerca del lugar donde estaban, los miraran de manera extraña.
-¡¿estas idiota o qué?!...¡no entiendo porque te causa risa lo que te dije, yahiko!—la peliazul le jaló una oreja haciéndolo parar con la risa. Cuando el muy menso es idiota, lo es, se dijo--¡te acabo de decir que sakura en SU estado, cometió el error de llamarlo, idiota!, ¡quién sabe lo que suceda ahora!—dijo toda alterada y aun templándolo de su oreja. Yahiko la miro con gotitas en su sien--¡no quiero ni imaginarme lo que pasara…!
-jeje si, ¡p-pero s-suéltame que me duele, ¡auch!…!—se quejó sobándose la oreja, algo roja.
Konan lo miro cruzada de brazos y molesta--¡eres igual a saku!.. ¡No puedo creer que ella lo haya llamado! jajaja ¡esa saku sí que es bomba cuando se divierte!—se burlaba, pero al ver la cara muy seria de su novia, se puso serio—ehm, saku no debió hacerlo--simuló--… aunque recordando la mirada y actitud de naruto…se veía muy enojado.
-si…solo espero que esta locura no cause problemas… ¡que inesperado es todo esto…!--miraba con preocupación al rubio que caminaba hacia donde se encontraba su amiga.
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A unos ocho pasos para llegar a donde estaba bailando sakura, que por lo que veía, se estaba divirtiendo mucho -MUCHO- para su gusto, naruto detuvo el paso y, aun con el ceño fruncido y los labios apretados soltó un suspiro. Sentía que irremediablemente un ardor punzante se acrecentaba en lo hondo de su cuerpo -precisamente en su corazón- pero por el enojo que se estaba apoderando de él; debía controlarse porque no debía hacer una tontera o, al menos, una escenita que le dejara un disgusto.
Retomó su caminada pero antes de dar un segundo paso, naruto sintió que alguien lo detuvo por uno de sus brazos, impidiendo que continuara; sabiendo que la molestia se enmarcaba en su rostro -sin darle importancia- giró éste para ver quien lo había detenido, se relajó al ver que era kiba.
-¡naruto! ¡¿Qué haces aquí?!—pregunto el castaño en tono alto por la música.
Naruto se giró completamente y se situó frente a él; notó que al lado del castaño estaba una linda chica, siendo tenten quien lo miraba curiosa e interesada por su enigmática presencia -notándolo por como lo inspeccionaba de arriba abajo. Supuso que sería una amiga de kiba ya que no la conocía. Miró de nuevo a kiba y divisó seriedad con algo de extrañez en su rostro, que era iluminado por las variadas y coloridas luces de la pista que bailaban de un lado a otro.
-… ¡vengo por sakura!...—respondió en tono alto, igualmente por el bullicio de la música, teniendo su mismo semblante.
Kiba al escucharlo ladeó un poco el rostro frunciendo el ceño, algo sorprendido.
-¿Quién es él...?--le pregunto ten ten a kiba, quien la volteó a mirar por unos segundos.
-es el novio de sakura--respondió él viéndola dirigir de nuevo la mirada a naruto. Al igual que ella, kiba lo miró notándole serio, más de lo que se acostumbraba a verlo, pensó.-- ey, naruto, ella es tenten, una amiga.
-...un placer. Naruto Namikase--saludó luego de unos segundos. Estrechándole la mano cordialmente.
-el placer es mío--dijo ella. Sonrojándose un poco al contemplar la preciosa sonrisa de dientes blancos que ocultaba tras sus misteriosos rasgos.
-por fin aceptaste su invitación--habló kiba--pero ¿no crees que ya es algo tarde en aparecer por acá…?--soltó sarcástico, mirando su reloj de mano. Naruto arqueó una ceja mirándolo acercársele—pensé que no te gustaban estos lugares, naruto.
-no me gustan--afirmó--...y si vine fue porque tu prima me llamó diciendo una chorrada de loqueras por teléfono—le informó en tono enojado a un kiba que no pudo ocultar su asombro—…al principio pensé que ella estaba con ustedes--continuó--pero luego cuando empezó a hablar cosas incoherentes, y otras que para nada van acorde a ella--frunció el ceño al recordarla maldecir en balbuceos--me preocupó y decidí venir a buscarla…también había dicho que le dolía la cabeza—se encogió de hombros e hizo una mueca de molestia, al escuchar el ruido de la música a niveles dañinos para el sentido auditivo, o más bien para el suyo propio.
Ten ten no sabía muy bien de qué estaban hablando, pero lo que sí era que se trataba de su amiga; sakura sí que tenía a un bombón como novio, pensaba la castaña observando al rubio conversar con kiba.
Y este por su parte, estaba muy sorprendido por lo que le había contado naruto.
¿Sakura llamó a naruto para que la viniera a buscar y, encima había dicho cosas sin sentido?... ¡Vaya! esto sí que lo sorprendió. Kiba no se lo esperaba.
-por lo que veo te sorprendió lo que dije--acertó naruto mirándolo--pensé que ella te lo había dicho.
-¡no lo hizo!...no entiendo, ¿Cuándo sucedió?, si yo estuve pendiente de ella toda la…noche—susurró lo último. Pasmado.
Se quiso dar una bofetada a sí mismo en ese momento: al recordar que estuvo bailando con tenten, toooda la noche por cierto. “¡Maldición, me distraje!”, se reprochó enojado consigo mismo por no vigilarla. Sabiendo que cuando sakura toma esa cantidad de alcohol -que francamente, es muy escasa la oportunidad- pierde un poco el sentido, o el control de sus acciones.
-Si hubiera estado atento, eso no hubiera pasado--murmuró para sí.
Sonriendo incomodo miró a naruto frente a él: que se mantenía serio. Por un segundo desvió la mirada a un lado y quedó estupefacto por lo que sus ojos vieron; deseando que naruto no descubriera su reacción: de sorpresa. Miró de nuevo a naruto quien ahora lo miraba extrañado—eh, este, viniste por saku, entonces…
-sí, y ya me cansé de estar aquí parado en medio de todo este gentío--miro a las personas que estaban a un lado bailando: casi queriendo aparearse como animales. Torció la boca--¡Iré por ella!—avisó señalando con una mano hacia atrás: refiriéndose a sakura la cual estaba a su espalda y un poco alejada.
Naruto arqueó una ceja, extrañado, al ver la cara que tenía kiba y que, precisamente miraba a "esa" dirección; sintiendo hormiguearle la curiosidad, se giró con parsimonia. Pero para su tranquilidad, hubiese hecho caso omiso a su curiosidad porque sus ojos al ver, lo que kiba también estaba viendo igualmente ten ten -que permanecía a allí- hizo que su cuerpo adquiriera tensión, e incluso, sintió que su corazón no se estremecía en punzadas ardorosas de enojo... sino que ahora se helaba del ¡enfado!.
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En el baño de damas del lugar -que por cierto estaba solo- se escuchaban ruidos provenientes de una de las cabinas, donde estaba una pareja dando rienda suelta a la pasión del frenesí entre ellos, sin tener ningún problema -habían cerrado la puerta del lugar para darse más comodidad-; muy astutos. Gemidos y más gemidos de ambos se hacían presente en el sitio: Como lo era el sonido de la tapa del retrete, producto de los movimientos salvajes de los cuerpos desnudos de los presentes amantes. Ropas esparcidas por el piso se podía apreciar, siendo anko y su compañero de fiesta, los responsables de tal escenario erótico.
Ambos perdidos en su mundo y, sin llegar a imaginar -o siquiera pensar- en lo que ocurría fuera de su encierro.
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A unos cuantos pasos de ellos estaban sakura y rock lee aun bailando.
Pero eso no era lo que estaba molestando mucho más al rubio en esos momentos, y hasta al mismo kiba. Era la forma en como esos dos bailaban. Sakura ahora le daba la cara a Lee, tenía una mano alrededor de su cuello y la otra, la tenía sujeta a uno de los brazos del chico -que estaban posados relajadamente y con confianza en su cintura- ella estaba algo inclinada hacia atrás, y lee hacia delante y muy cerca de su rostro; ambos con una sonrisa en su rostro y denotándose que se divertían mientras conversaban. Se movían al ritmo de la música electrónica que ahora invadía el lugar, alrededor de ellos también había otras personas bailando.
Kiba al ver que naruto se había dado la vuelta -dándole la espalda- se preocupó un poco de que hiciera algo que después se pudiera arrepentir, sabía que él -naruto- quería mucho a sakura, a pesar de no escucharlo de boca del mismo; naruto está muy enamorado de ella, porque eso lo había notado kiba: cuando le había reclamado por lo de la noticia en el periódico, y que aún lo tenía de malas; como también sabiendo lo que se siente cuando un hombre esta celoso de que toquen lo que es tuyo: siendo el caso de naruto, en ese momento.
-¡pero qué...!--parpadeó mirándoles--¡joder!, me la llevaré de aquí…--con la mandíbula contraída del enojo comenzó a caminar a zancadas hacia ellos. Esta vez no se detendría; ya había visto mucho. Sakura ya disfrutó mucho, pensó.
Kiba había tratado de detenerlo -pidiéndole calma- pero naruto continuó su camino. Sabiendo que no había más remedio que seguirlo, le pidió a ten ten que avisara a yahiko sobre lo que podía suceder. Suspirando se fue atrás naruto.
Yahiko y konan quienes aún miraban por donde se había perdido el rubio, divisaron a la castaña: quien les avisó lo molesto que estaba el novio de su amiga; los tres, un poco nerviosos fijaron de nuevo la vista a donde se aglomeraban las personas en la pista.
-jaja ¡mi hermosa florr, bailass muy bien!
-¡tú también, lee-kun!, ¡bailas fenomenal! Jaja—. Ambos bailaban y reían.
Sakura estaba feliz por estar pasándosela de lo mejor. Para ella fue lo mejor haber aceptado la invitación del chico a bailar, había podido olvidar sus preocupaciones, sus decepciones, y hasta a todo el mundo. Sin embargo, lo que no sabía era que a su espalda, estaba su novio con una cara que parecía un tímpano de hielo: estaba escuchándola reír, despreocupada, y al mismo tiempo el ser alagada y devolver el cumplido a Lee.
Repentinamente, sakura sintió que algo rozó su hombro derecho. Llevó la mano derecha que tenía en el brazo de lee para sacudir el lugar -suponiendo que alguien pasó rozándole la piel con el cabello. Estando animada siguió bailando, soltando una risa repentina y ayudada por el alcohol.
Naruto quien al ver el relajo que tenía sakura hizo que una venita en su sien apareciera, cabreándolo, sintiéndose indignado al ser ignorado. Se acercó más a ella para esta vez tomándole el delicado hombro y sin quitar su mano, haciendo un poco de presión aunque sin llegar a ser dañoso.
Sakura algo extrañada se tocó el lugar sintiendo con su mano que otra -al parecerle más grande que la suya- le sujetaba completamente el hombro con firmeza, ladeó su rostro mirando el lugar. Frunció el ceño dejando de bailar.
-¿Qué sucede--hipó--bella florr?—preguntó lee.
Al ver que ya no bailaban la miró, extrañado, pero al segundo notó a un hombre detrás de sakura: alto, de contextura delgada y de rostro aparentemente desconocido como para poder divisarlo al no ser iluminado por las luces -y por el alcohol que había consumido-, y que para su aún desconcertada confusión le tomaba de un hombro a la chica. Entrecerró los ojos, desconfiado, teniendo las mejillas rojas, le habló al desconocido:
-¡eyy, tu…! ¿Quiee eress…?—cuestionó sin evitar que un hipo se le escapara; pero logrando tener una cara seria.
Pero ciertamente daba risa mirarlo, aunque si fueran otras circunstancias, para naruto lo sería, pero este lo miraba con una ceja arqueada poseyendo su mismo semblante; sin prestarle atención miro como sakura se giraba -algo tambaleante y queriendo descubrir el culpable de arruinarle el divertido momento.
Toda la pista de baile era iluminada sólo por las lucecillas de colores que bailaban de un lugar a otro, se podía distinguir a las personas bailar, pero, debido a que igualmente estaba un poco oscuro, no se podían distinguir muy bien los rostros. Cuando sakura le dio por fin la cara, dejó escapar el aire en un suspiro bajo; no sabía por qué estaba sorprendida. Negó con la cabeza y frunció el ceño, mirando al suelo -se sentía desorientada. Su corazón de alguna manera se aceleró, sin tampoco saber por qué.
Kiba apareció de pronto y se colocó a un lado de naruto, quien no le quitaba sus ojos de intensa mirada a ella.
Está preciosa, pensaba naruto. Pero no podía dejar de estar enojado al verla como estaba, en ese estado: desorientado y casi cayéndose al suelo al verla hacer traspié.
Sakura levantó la mirada para observar con detenimiento la figura masculina que estaba al frente de sus ojos: tan impecable a la vez que elegante; recordándole a alguien en especial aunque sabiendo que de solo pensarlo, era imposible. Entrecerró los ojos tratando de reconocer, o, al menos distinguir mejor el rostro del hombre. No era por la carencia de luz que lo hacía, y tampoco sabía si estaba alucinando o imaginando lo que veía -su vista estaba distorsionada y un poco borrosa.
"Seguro estoy así por las tantas vueltas que de lee al bailar", supuso.
Lee recordando que habían sido interrumpidos y al ver que naruto no le contestó a su pregunta, se colocó a un lado de la pelirosa para volver a hablar:--¿Quién eres forastero?, ¡no vez que esta hermosa flor y yo estábamos bailando…!
-¡lee, cállate, quieres…!—le advirtió kiba mirándolo con seriedad, por lo que lee lo miro extrañado.
Sakura quien dudosa miró a su primo:-¡oye, kiba-kun, creo que estoy alucinando porque me parece ver a naruto en estos momentos aunque eso no puede ser porque él no sabe dónde estoy y tampoco le gustan estos lugares!—. Habló rápido y arrastrando las palabras.
No quería reconocer lo que su subconsciente estaba pensando, inquietándola: para ella naruto estaba durmiendo en su cama de su departamento y bien lejos de ella, y no precisamente aquí, parado y frente a ella; había olvidado por completo el hecho de que ella le había hablado por teléfono diciéndole dónde estaba.
-sakura, naruto está aquí, porque tú lo llamaste y le dijiste que te viniera a buscar…--le recordó kiba, que estaba al frente de ella al igual que naruto quien estaba muy molesto, escuchándola.
Sakura, que se había cruzado de brazos se carcajeó ante la mirada incrédula de ambos chicos y de un rock lee confundido por lo que pasaba. No entendía qué pasaba sólo que estaba mareado y que ya no bailaba.
-¡vamos, déjate de bromas!—vaciló--¡naruto no vendría hasta aquí solo por mí!...—se encogió de hombros para señalar al rubio—él, sólo es otro de tus amigos y quieres presentarlo, ¿no?.
-soy muy real, sakura…—por fin habló naruto, y en un tono tan grave y calmado que hizo que la mirada de sakura lo contemplara.
Ella reconoció esa voz al segundo -tan inconfundiblemente varonil-, haciéndola ponerse más roja, en esos momentos, que por el mismo alcohol en toda la noche.
-vine por ti cuando me llamaste, dijiste que no te encontrabas bien, que te dolía la cabeza. Pero parece que estás todo lo contrario, sakura--. Reprochó en el mismo tono.
“Mierda”, fue lo primero que pensó, sorprendida y pasmada donde estaba--n-n-naruto…--balbuceó acercándosele un poco para mirarlo mejor al rosto.
Una lucecilla posó sobre su maravillosa figura y en lo alto de la misma: reflejando un tono verde en su cabellera rubia e iluminando de alguna manera, su rostro.
Sakura sintió que la ebriedad se le estaba esfumando para palidecer, al reconocer esos ojos azules -que en esa oscuridad podían verse más claros, pareciendo dos pedazos de hielo, fríos-, así como su mirada puesta en ella. Abrió los ojos MUY sorprendida al verlo ahí, al frente de ella, tan guapo como siempre y con su magnífica presencia cautivándola. Sin poder resistirlo bajó su mirada, sintiéndose intimidada por la intensa de él. Retrocedió un poco sintiendo su corazón salir disparado de su pecho.
-p-pensé que no v-vendrías, naruto…--volvió a balbucear. “¡Mierda, naruto, naruto vino...y está muy enojado!”, preocupada lo miró sintiendo gotitas resbalarle por su sien.
Ahora sí que estaba recordando todo, vaya forma.
-oh, sakura. Nunca olvidaría que me hiciste esa llamada—habló en tono calmado pareciendo estar tranquilo.
Pero no era cierto. Sakura sabía que él estaba muy enojado, porque así era él. Tragó saliva.
Kiba quien los escuchaba y los miraba se sentía algo incómodo -muy incómodo-, se sabía mal tercio entre ellos; y lee sentía que aun todo le daba vueltas.
Naruto suspiró; debía reconocer que tampoco quería parecer un monstruo malvado: por la forma en como sakura lo contemplaba; estaba algo asustada, por lo que olvidando todo -incluso de la presencia de lee- dio unos pasos con lentitud para acercarse a ella, notándole nerviosismo aunque no retrocedió.
-ven, vamos. Te llevare a casa ahora, te ves muy cansada—su tono fue suave a la vez que tierno. Sin esperar respuesta, con una mano la tomó de la cintura para acercarla a él con suavidad. Sonrió de lado viéndola parpadear, la abrazó a su lado para que no se tambaleara.
Sakura sin apenas quejarse se dejó hacer, comenzando a caminar a su lado un poco cabizbaja de la pena que sentía. Nunca se esperó sentirse avergonzada y tan culpable, como una mala niña al ser reprendida en público y menos ser llevada a casa en contra de su voluntad. Bueno, en realidad sí se lo buscó y debía asumir que era lo correcto después de todo: dejar que naruto la llevara a casa.
Kiba quien sorprendido vio como sakura había cedido sin ningún 'Pero’ en ser llevada por naruto, se retiró a la barra de pedidos donde seguramente esperaban los chicos, y seguramente lee, que no lo vio después de que naruto a su manera, reprendiera a sakura.
Pero, lo cierto era que lee se había ido, pero no a donde estaban sus amigos, sino que al ver que naruto -para él el desconocido- se llevaba a su pareja de la noche y lejos de sus brazos, se enojó. No dejaría que eso sucediera por lo que los siguió y con un movimiento rápido, les bloqueó el paso a los dos. Apartando a algunas personas de su camino.
-¡¿A dónde crees que te llevas a sakura-san?! ¡extraño hombre...!—alegó en tono alto por la música.
Estaba parado frente a ellos con sus dos manos extendidas en el aire -como en señal de alto. Naruto lo miro con el ceño fruncido y sakura con gotitas en su sien.
-¡ven, hermosa flor!, ¡sigamos bailando!—se le acercó tomándola de un brazo para halarla hacia él, ante un naruto muy sorprendido por lo que estaba haciendo el pelinegro.
No sabía en lo que se estaba metiendo el muy menso. Lee no estaba del todo en sus cabales; sakura estaba en medio de ambos chicos con una mano estirada hacia lee, que aún se la tenía sujeta y trataba de acercarla más a él, mientras ella se abrazaba con la otra de la cadera de naruto quien estaba sorprendido.
-¿Qué haces lee…?—le pregunto sakura mirándolo con el ceño fruncido. No sabía que rayos le sucedía.
Lee la miro con una sonrisa encantado, y que duró unos segundos, miró con mala cara al rubio
-quien ahora sí que estaba enfadado-, lee se dio la vuelta y comenzó a llevarse a sakura con él, haciéndose el sordo de las quejas que le decía ella, logrando apartarla de naruto. Pero en un movimiento rápido, naruto tomó del otro brazo a la pelirosa para halarla hacia él -lee se tambaleó.
Sakura se tropezó con las sandalias de tacón que montaban sus ahora torpes pies, pero para su suerte naruto la sujetó a tiempo, haciendo que aterrizara en su pecho rodeada por sus brazos: protectoramente; sakura con el rostro en el pecho de él, inhaló el lugar sin poder siquiera evitarlo: limpio, soberbio e hipnótico era su embriagador aroma. Delicioso, se dijo para sí, abrazándolo muy sonrojada, sintiendo lo firme y a la vez tenso que estaban sus músculos.
Naruto desprendía un olor exquisito, tan perturbardor como lo era su presencia tan varonil y persuasiva, a hombre: un hombre que en esos momentos está peleando por lo que es suyo.
El rubio la tomó del rostro con suavidad y la miro poseyendo un semblante de seriedad, dijo con voz pasiva:
-¿estás bien?—.
Sakura sólo asintió sintiéndose aturdida tanto por sus pensamientos como por lo que estaba pasando a su al rededor. A los segundos recordó que lee estaba algo loco. El alcohol se le había subido al cerebro.
-¡¡EEYY, IDIOTA!!—gritó, lee.
Parado a unos pasos de ellos tambaleándose y notándose lo ebrio que estaba, captando la atención de algunas de las personas a su alrededor. Naruto llevo su vista muy enojada hacia él.
“¿Cómo se le ocurre a sakura bailar con él así?, en ese estado”, pensó naruto.
-¡¿Quién te crees que eres para quitarme a mi bella flor?!—señaló a sakura, que ahora lo miraba enojada y soltándose del rubio.
Naruto arqueó una ceja al escuchar: ‘Mi bella flor’, sakura lo miro nerviosa e incómoda, notando que una vena se le marcaba en el cuello, escuchándole suspirar, estando tenso y claramente irritado por lo que pasaba.
Naruto sólo pensaba que nunca se imaginó que, una escena como esta, le tuviera que tocar -pero siempre hay una primera vez.
-¡lee, ya no quiero bailar, sí, ya me voy!…—informó sakura tratando de calmarlo.
Pero lee no quería eso, sólo se les acerco con intensión de volverla a tomar del brazo para llevársela, así sea a rastras. Pero naruto fue rápido y colocó a la pelirosa de tras de él.
-¡ahora sí que no te dejare volverlo hacer! ¡Es mejor que la dejes tranquila, ella ya se va conmigo, amigo! —avisó naruto, poniendo una mano en el hombro del pelinegro, pero éste como el alcohol no lo dejaba pensar, se alejó con los ojos entrecerrados, mirándolo.— Sakura es mi novia por lo tanto se irá conmigo, ¿ok?.
-¡nada de eso!, ¡ella no ira con un extraño como tú a ningún lado, no mientras yo esté aquí!—se paró en una posición muy chistosa: simulando comenzar una de pelea.
Sakura al verlo se dio un golpe en la frente, gimió fastidiada.
-naruto, vamos. Déjalo que se canse…-- Tomándolo del brazo para llamar su atención.
Naruto dudoso miro de nuevo a lee, quien ahora tenía la posición de la gruya y se tambaleaba. Ambos comenzaron a caminar hacia la barra, donde estaban sus amigos.
-está loco...—sakura susurró caminando a un lado del rubio, quien la rodeaba con un brazo en su cintura.
-con que ese es el enamorado que tienes en la empresa...vaya loco—le susurró él en un oído. En tono disgustoso.
Sakura lo miró confundida sin saber de qué hablaba, mientras él negaba con la cabeza. Cuando estaban saliendo por fin de la pista de baile, divisando la barra -por alguna extraña razón, más bien, instinto- naruto miro sobre su hombro izquierdo: logrando con rapidez y firmeza tomar entre sus brazos a sakura para apartarse del camino.
Lee pasó largo a largo y cayendo sentado en el suelo ante la mirada de los que lo habían visto correr hacia naruto y sakura con la intención de empujarlos.
Sakura confundida por la acción de naruto, lo miro sintiéndose aturdida, pero vio que él miraba sobre su hombro -el de él ya que naruto estaba de espalda a la barra y sakura de frente a él-; curiosa, se soltó de sus brazos.
-¡pero que…!--miro con incredulidad a un lee que se trataba de levantar del suelo. No sabía qué rayos pasaba.
-estuvo a punto de empujarnos, sino reacciono a tiempo los que estuvieran en su lugar seriamos nosotros—naruto respondió a su duda interna, mirando a lee levantándose, y que ahora lo miraba con mucha rabia.
-¡eres un…!
Alguien impidió que lee volviera a lanzarse a naruto -que ahora se acercaba a él mirándolo con una cara de pocos amigos. Estaba muy molesto por la actitud del pelinegro.
-¡suueeltame, que no ves que no dejare que se lleve a la florr!—se removía como un preso entre las manos de la autoridad.
Yahiko y sasori lo tenían apresado por ambos brazos mientras las chicas -en la barra- estaban a un lado de sakura quien estaba muy avergonzada con naruto por todo lo que estaba pasando, como también estaba furiosa con rock lee por comportarse de esa manera. Quería que la tierra se la tragara en esos momentos. Kiba se colocó a un lado de naruto, mirando a lee como lo hacía él: con enojo.
-¡demonios, lee, cálmate!, ¡no sé por qué demonios le dieron tanto alcohol!—recriminaba kiba mirando a los chicos.
-¡lo que no entiendo es porqué dejaste a sakura con ese sujeto!—naruto ahora reprochaba a kiba con seriedad.
Lee aun no dejaba de quejarse, quería que lo soltaran para y que “proteger a sakura del hombre extraño”, que claramente era naruto. Lee no lo reconocía por ello no sabía que era el mismo naruto jefe de la empresa donde trabaja. Su jefe. En cambio, naruto sí que lo conocía, sabía que perfectamente trabaja en su empresa, al igual que sabía -por boca de kankuro al escuchar en los pasillos de la misma- que lee es un enamorado de su novia. Naruto miro a un lado viendo a donde estaba sakura, que hablaba con sus amigas y miraba de mala manera hacía donde lee.
-¡vooy a partirle la cara a esse…!—gritó de nuevo lee; casi todos en el lugar eran espectadores de la escena que se estaba dando en esos momentos, aunque otros continuaban en lo suyo.
El guardaespaldas estaba a un lado de tenten, protegiéndola de quién sabe qué, pero atento a cualquier cosa.
-¡ya basta, lee! ¡Compórtate carajo!—lo riñó sasori. Sujetándolo con fuerza al igual que yahiko.
El condenado de lee era muy fuerte, pensaba este.
Sakura harta de toda la gritadera y quejas del pelinegro se decidió ir hasta él para ponerlo en su lugar.
-¡hola, precios…
-¡LEE! ¡ya basta, sí! ¡Mira lo que hiciste, compórtate como un hombre!—lo felpeó con enojo.
Este sintiéndose mal, bajó la mirada y dejó de quejarse milagrosamente; todos se quedaron mirando la escena, algunos se rieron por parecerles chistosa la misma. Pero sakura -omitiendo las risitas que escuchaba- se cruzó de brazos mirándolo con una ceja arqueada.
-sakura, es mejor que nos vayamos para que descanses—naruto le propuso en un susurro, estando tras ella.
Sakura se giró suavizando su semblante: sintiéndose muy apenada por lo que estaba pasando—lo siento, naru…yo no quería que pasaras por esto, yo…
-no te preocupes, vamos—la interrumpió.
Tomándola de la mano la ayudó a buscar su bolso donde sus amigas para que también se despidiera, estas los miraban entre curiosas y con un poco de preocupación.
Lee al ver que “el extraño hombre” se le había vuelto a acercar a sakura y que ahora se la llevaba de "su lado" -por impulso sintió fuerza- logró zafarse del agarre de yahiko y sasori que se habían distraído. Dirigiéndose a zancadas -aunque un poco tambaleante- a naruto que estaba de espalda y caminando con sakura en dirección a la barra. Para suerte de lee logró empujarlo: haciendo que se inclinara hacia delante con sakura, ya que la tenía abrazada. Pero la fuerza que usó lee no fue suficiente ya que ninguno cayó al suelo.
-¡ssiemte el poder de la juventuud!—vociferó un lee con pose de la gruya.
Naruto se giró muy molesto y dispuesto a esfumarle ese poder: de-yo-no-se-qué que tenía.
Todos quedaron incrédulos y con ojos como platos por lo que vieron, escuchándose el murmullo de las personas, aunque la música aún se mantenía sonando algunas que otras personas apreciaban interesadas lo que sucedía en la pequeña trifulca, otros sólo continuaban bailando y bebiendo.
Sakura muy preocupada miro como naruto se acercaba a lee que aún tenía esa posición. Gritó con angustia al ver como lee se lanzaba al rubio para golpearlo pero naruto fue más rápido y con un sólo puñetazo en la mandíbula, lo mandó al piso quejándose y sobándose. Kiba y sasori lo apartaron al ver que iba a golpearlo de nuevo. Ya había tenido bastante para su estado.
Sakura corrió hacia ellos. Konan creyó que iría hasta donde naruto, pero se equivocó al verla dirigirse a paso firme -aunque un poco torpe por los tacones que a un llevaba- hacía lee, que yacía sentado en el suelo.
-¡¡lee, te dije que te comportaras!! ¡creí que eras mi amigo!... ¡¡eres un desastre!!. ¡¿Cómo puedes dejar que el alcohol te haga esto?!—tenía las dos manos en su cintura, lo reprendía nuevamente frente a todos, poseyéndola el enojo.
Aunque él estaba aturdido y medio tonto por el golpe, y en su estado, ya era de imaginarse.
Naruto notando lo alteada que estaba sakura sólo le informó a kiba que ya era suficiente. Se iría y se llevaría a sakura con él. No debía preocuparse, él mismo haría que sakura llegase a casa sana y salva. Kiba asintió sin llegar a oponerse: era lo mejor, se dijo; viendo a un lado el cómo rock lee era levantado por yahiko y sasori mientras su prima continuaba con la reprimenda, moviendo las manos alterada.
-¡no quiero que me vuelv!...¡haaa!—sakura gritó del susto al ser levantada, sin previo aviso, por un naruto muy enojado hasta la médula.
Este la había tomado de la cintura -sin su consentimiento- para levantarla sin problema debido a lo liviana que era, y colgársela en un hombro: como si fuese un saco de papas; sujetándola con un brazo de los muslos y con la otra mano aplastó la falda del vestido evitando exponer más piel de sus piernas.
-n-naru…¿q-que…haces?...ouhg—sentía que el estómago se le revolvía a cada paso que él daba; viéndose de cara al suelo se sujetó fuerte de la cintura del rubio con miedo a caerse.
-te llevo a casa, ya fue suficiente…—dictaminó con seriedad.
Se medio giró por unos segundos estando en la entrada del club -para él su salida- y vio a los chicos haciéndole señas con la mano: despidiéndose.
-espero y esto no le cause problemas a saku…--susurró konan viendo como naruto, con sakura en brazos, salían por fin del lugar.
-problemas ya tiene…--inquirió yahiko al escucharla, sentándose a su lado. Viendo llegar a una anko un poco airada y desaliñada con su amigo en un lado, comenzó a contarle todo lo que se habían perdido de lo sucedido hace segundos, y que por suerte no los habían sacado del lugar...
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Kiba estaba más que contento con tenten, quienes bailaban y se daban miraditas por aquí y por allá. Algo estaba pasando ahí. Mientras el guarura de la chica los vigilaba, pero sentado por el lugar; se había preguntado si esa chica no se cansaba porque había estado con mucha energía toda la noche para su gusto, por lo que decidió en tomar algo también, pero aun así sin dejar de hacer su trabajo.
Anko estaba sentada hablando con su chico y algunas veces se daban besitos y hasta manitas atrevidas se veían por ahí.
Ayame y Sasori estaban en la pista, se notaba que ambos hacían buena química porque estaban de maravilla juntos.
Sakura por su parte, estaba con el codo apoyado en la mesa, y su mano, apoyaba su mentón, sentía que los parpados se le cerraban; lee al notar ello, se levantó y se estiró para luego con una sonrisa decirle:
-¡oye, sakura-san!, ¿qué te parece si bailamos?—le tendió una mano esperando su respuesta.
Ella lo miro dudosa, pensando: en que sí se había divertido, pero casi no había bailado, y el chico ya la había invitado una vez. Si lo rechazaba de nuevo se sentiría como una mal amiga.
En ese mismo momento pensó que naruto también rechazó su invitación. Frunció la frente. Sintiéndose muy segura de lo que decidió, tomó la mano de Lee quien la miro encantado -ella le correspondió con una sonrisa algo rara. Y se dejó guiar con pasos torpes hasta la pista, para comenzar a bailar.
-¡qué bien bailas…!--. Apremió él.
Sakura no sabía si era una broma de su parte porque no sabía si de verdad estaba bailando. Sentía su cuerpo como una gelatina. Miro al chico de cabello extraño quien se movía muy cómico y la hacía reír.
-¡eres increíble lee! jaja ¡eh, eh!—se movía al ritmo rápido de la música.
Después de unos diez minutos bailando y moviéndose como si fueran dos pulgas con sobredosis de azúcar, o bueno, rock lee, éste había buscado unos tragos de vodka con jugo de naranja para cada uno, mientras bebían y bailaban alegremente -pero muy animados por el alcohol- olvidando por completo los problemas de sus mentes. Sus amigos estaban alegres y se divertían viéndoles bailar.
Kiba al verlos casi fue a rescatarla, aun sabiendo el que no lo necesitaba; Sasori quien estaba cerca bailando con Ayame, le había aconsejado a kiba el que ellos -sakura y lee- se estaban divirtiendo. Y era cierto, para que interrumpir, se dijo después resignado.
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Naruto aparcó su coche en el estacionamiento trasero; por fin había llegado al bendito club.
Después de unos quince minutos de camino, gracias a la hora el transito carecía en el autopista y era de libre acceso el conducirlo, había podido pisar el acelerador sin ningún problema pero sin dejar de ser prudente; aunque eso no reducía su enojo.
Nunca, pero nunca, en su aún corta pero madura vida había hecho algo como eso, y lo decía por su hermana ino: algunas veces él le había servido de alcahuete en cuanto a escapes.
Ella al igual que sakura también es muy bien portada aunque de toque rebelde, es estruendosa y basta decir que con su libertino espíritu ama salir con sus amigos a divertirse, pero ino sabía cómo controlarse; y no es que sakura no lo hiciera -porque tenía entendido por ella el que no siempre bebía. Pero sabiendo que estaba tomada, no le gustaba la idea de dejar pasar por alto su situación, porque también estaba el hecho en que sakura, no era una chica cualquiera: era su novia y es muy importante para él.
Sakura no sabía el límite de alcohol que debía consumir, era todo.
Se bajó del coche metiendo su móvil en un bolsillo, llaves y billetera en el otro, se había puesto una camisa blanca de lino como las que siempre vestía, un pantalón negro de franela y zapatos del mismo color; su cabello estaba revuelto y algo húmedo ya que había tomado una ducha rápida. Se veía muy seductor: como siempre. Miró el lugar: había poca iluminación ya que el aparcamiento era amplio, estaba abarrotado de autos, algunas personas estaban esparcidas por ahí, fumando o haciendo quien sabe entre la oscuridad.
Torció la boca cuando una chica -con pinta de ser compañía por rato- paso por su lado diciéndole algo insinuante que, para su gusto, pareció indignante. Siguió con paso firme hasta la entrada principal donde pudo notar a dos hombres altos y robustos custodiando la misma.
La música del DJ en la pista era un tanto lenta, sensual y relajada, las luces bailaban de un lado a otro reflejando el lugar y a las personas en el lugar. Sakura bailaba con mucha calma, tenía las manos alrededor del cuello de Lee y la cabeza recostada en su hombro izquierdo, mientras éste tenía una mano en la cintura de ella y la otra en la mitad de su espalda. Ambos meciéndose al ritmo medio lento de la música; de repente, comenzó a subir el ritmo. Ellos se despegaron y se miraron divertidos.
Lee le tomó una mano y le dio una vuelta…y así continuaron la bailada entre risas burlonas y halagos del chico en cuento al baile.
Naruto entró al lugar, estaba algo oscuro pero no lo suficiente para impedirle divisar todo el terreno; caminó a zancadas hasta el centro donde comenzó a mirar a su alrededor para ver si su buena suerte le ayudaba a encontrar a algún conocido. De lado izquierdo se encontraba lo que parecía la pista de baile, habían muchas personas bailando por el lugar, del lado derecho divisó lo que era la barra de pedidos: donde la clientela esperaba su pedido; mesas y sillones estaban esparcidos por todo el sitio.
"Bingo" dijo por lo bajo al localizar a alguien conocido.
Caminando con total calma pasó por un lado de un grupo de chicas quienes al notarlo lo siguieron con la mirada, cuchicheando entre ellas; naruto se dirigía a la barra para hablar con yahiko quien estaba dando un sorbo a su vaso con cerveza, mientras rodeaba por los hombros a una chica.
Cuando estuvo detrás de él, le tomó un hombro haciendo que yahiko soltara un respingo, haciendo que konan lo mirare extrañada para luego desviar su vista atrás; gracias a la iluminación del sitio vio a naruto con una cara muy seria. Abrió los ojos muy sorprendida.
-¡naruto!, ¿qué haces aquí…?—preguntó girándose y haciendo que yahiko hiciera lo mismo.
Este al mirarlo se sorprendió también.
-¿naruto?, ¿qué haces por aquí…?—También cuestionó, muy extrañado. Naruto sólo soltó un suspiro sonoroso, con voz calmada y mirada neutral dijo:
-¿Dónde está sakura?...—tenía sus manos metidas en los bolsillos pareciendo que estaba tranquilo, pero viendo el semblante de su cara, parecía todo lo contrario.
La pareja se miraron entre sí con gotitas en su sien, miraron de nuevo al rubio quien se estaba impacientando por no recibir respuesta.
Habló konan:--¡debe estar en la mesa de allá…!—señaló a su derecha una mesa, pero estaba prácticamente vacía.
Los únicos que habían estado en ella eran anko y su amigo, pero por lo que se veía, se largaron a quien sabe dónde. Naruto se giró para mirar por el lugar: como si sus ojos se trataren de un par de escáneres; sin embargo no localizaba su objetivo.
Konan se extrañó en verlo ahí. A estas horas, pensaba. Pero luego reaccionó al recordar lo que sakura había dicho cuando la vio salir del baño…
--Flash Back—
-¡ash!, ¡estúpida llamada!... ¡es un idiota…!—masculló sakura caminando junto a konan y Ayame, haciendo que la primera le preguntara de lo que estaba hablando--¡ese, ese idiota, que es un amargado! ¡iissf…!
--Fin del Flash Back—
Konan ahora sí que lo entendía: sakura había llamado a naruto; porque eso era lo más seguro, se dijo ella. Y naruto de seguro se preocupó al escucharla que vino por ella, reiteró para sí.
La peliazul lo miró con preocupación: estaba mirando por todo el lugar con mucha seriedad para ver si la encontraba.
“Sakura hiciste que naruto viniera…y si te encuentra en el estado en el que estas… ¡Se va a enojar más!”, pensó angustiada por su amiga, había imaginado que sakura estaba insultando a kiba por sus sermones, pero ya comprobó que se equivocó. Acercándose al rubio dijo con voz algo nerviosa--déjame ayudarte a buscarla ¡de seguro esta con los chicos…!
-¡no hace falta que lo hagas!...ya la vi…—soltó en seco y susurrando lo último, mirando a un punto fijo: donde algunas parejas se habían retirado de la pista y dejaban ver a kiba y tenten bailando, Sasori y Ayame y, un poco más alejados de ellos y de otras personas -otorgándole una estupenda vista- estaban sakura y un chico quien tomaba con mucha confianza la cintura de su novia, su sakura. Frunció el ceño.
“Quién demonios es ese”, se dijo él.
Konan se colocó a su lado al verlo entrar en tensión apretando un puño; miro hacía donde él veía y se tensó al verlos también. Yahiko extrañado por el comportamiento de ambos se levantó del taburete y, le dijo en tono amistoso al rubio:
-¡oye, naruto, tómate un trago para que te relajes!, de seguro saku está bailando con rock lee, hace rato los vi en eso jeje… ¡sí que se están divirtiendo!—reía un poco, pero se quejó al segundo, al sentir un pellizco de su ahora novia quien lo fulminó con la mirada por su impertinente comentario, y él sin entender por qué.
Yahiko sólo se acercó a ellos y miró a la pista, viendo así a una sakura bailando muy cachondo con un Lee muy animado por sus movimientos: la tomaba de la cintura con ambas manos y ella, quien le daba la espalda, movía de manera sensual las caderas. Ambos se veían muy activos en la pista. Yahiko frunció el ceño al verla bailar de esa forma, el alcohol la estaba volviendo loca que no se media en lo que hacía.
-…voy por ella…—avisó en tono firme naruto, mirando a konan y yahiko con seriedad.
Pero cuando iba a dar siquiera un paso, el pelinaranjo lo detiene haciendo que él frunciera el ceño. Por lo que yahiko dijo con la voz seria:
-no harás un espectáculo, naruto…--estaba al frente de él, el cuál suspiró con una venita en su sien: lo vio pasarse una mano por su cabellera rubia denotándose inquieto.
Konan estaba preocupada e incómoda viéndoles.
-no te preocupes, no haré un escándalo…solo la llevare a su casa, o, ¿quieres que siga bailándole de esa forma a tu amigo?—arqueó una ceja, con su mismo semblante y tono de voz.
Yahiko solo suspiró sabiendo que tenía razón, por lo que haciéndose a un lado para que naruto se dirigiera a la pista, lo vio caminar aparentando tranquilidad.
En el rostro de naruto se apreciaba una mirada muy seria. “Me llamas en el estado de ebriedad, despertándome y preocupándome…para después arrepentirte de que viniera a buscarte, y así bailar con muchos chicos…y de esa forma, ¿eh?...veamos qué piensas cuando me veas, sakura”.
Estaba enojado y celoso al verla bailar de esa manera, porque a él, no le gustaba que hiciera eso con otro hombre y menos sabiendo que cualquier Idiota se podría aprovechar de su situación. Naruto siguió a paso firme y con un semblante serio hasta donde estaba su novia.
Yahiko y konan quienes se habían quedado mirando el cómo naruto se dirigía a paso disgustado a la pista, estaban algo preocupados. Yahiko sabía que naruto le había dicho la verdad: de que él no haría un espectáculo o algo parecido; pero no podía dejar de estar preocupado. Aunque si estaba muy extrañado de que el rubio llegara a esas horas y con esa actitud. “Cubito de hielo”, pensó dándole nombre a ello. Fue algo inesperado el que llegara allí. Sospechando algo, se giró para mirar con perspicacia a konan, que estaba a su lado la cual lo miro extrañada.
-es raro que naruto llegara así como así y con esa actitud, ¿no crees?…mm es raro, ¿Qué pasaría…?--se tocó el mentón.
Konan se tornó un poco nerviosa. No quería que supiera que sakura lo había llamado, ya que después se enojarían con ella, por lo que habló tratando de disimular, opinó en tono tranquilo—he…bueno yo no lo sé…jeje
Yahiko quien la miraba se cruzó de brazos teniendo ahora el ceño levemente fruncido.
Konan suspiró rendida: no podía ocultarle la verdad, de alguna manera se iba a saber la verdad, ¿no?.
-¡sakura llamó a naruto cuando la fui a buscar con ayame al baño!—soltó de golpe.
Miro a su novio el cual tenía los ojos como platos, sorprendido, para luego verlo inhalar mucho aire y, ante su mirada -muy confundida e incrédula- soltar una enorme carcajada la cual hizo que algunas de las personas cerca del lugar donde estaban, los miraran de manera extraña.
-¡¿estas idiota o qué?!...¡no entiendo porque te causa risa lo que te dije, yahiko!—la peliazul le jaló una oreja haciéndolo parar con la risa. Cuando el muy menso es idiota, lo es, se dijo--¡te acabo de decir que sakura en SU estado, cometió el error de llamarlo, idiota!, ¡quién sabe lo que suceda ahora!—dijo toda alterada y aun templándolo de su oreja. Yahiko la miro con gotitas en su sien--¡no quiero ni imaginarme lo que pasara…!
-jeje si, ¡p-pero s-suéltame que me duele, ¡auch!…!—se quejó sobándose la oreja, algo roja.
Konan lo miro cruzada de brazos y molesta--¡eres igual a saku!.. ¡No puedo creer que ella lo haya llamado! jajaja ¡esa saku sí que es bomba cuando se divierte!—se burlaba, pero al ver la cara muy seria de su novia, se puso serio—ehm, saku no debió hacerlo--simuló--… aunque recordando la mirada y actitud de naruto…se veía muy enojado.
-si…solo espero que esta locura no cause problemas… ¡que inesperado es todo esto…!--miraba con preocupación al rubio que caminaba hacia donde se encontraba su amiga.
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A unos ocho pasos para llegar a donde estaba bailando sakura, que por lo que veía, se estaba divirtiendo mucho -MUCHO- para su gusto, naruto detuvo el paso y, aun con el ceño fruncido y los labios apretados soltó un suspiro. Sentía que irremediablemente un ardor punzante se acrecentaba en lo hondo de su cuerpo -precisamente en su corazón- pero por el enojo que se estaba apoderando de él; debía controlarse porque no debía hacer una tontera o, al menos, una escenita que le dejara un disgusto.
Retomó su caminada pero antes de dar un segundo paso, naruto sintió que alguien lo detuvo por uno de sus brazos, impidiendo que continuara; sabiendo que la molestia se enmarcaba en su rostro -sin darle importancia- giró éste para ver quien lo había detenido, se relajó al ver que era kiba.
-¡naruto! ¡¿Qué haces aquí?!—pregunto el castaño en tono alto por la música.
Naruto se giró completamente y se situó frente a él; notó que al lado del castaño estaba una linda chica, siendo tenten quien lo miraba curiosa e interesada por su enigmática presencia -notándolo por como lo inspeccionaba de arriba abajo. Supuso que sería una amiga de kiba ya que no la conocía. Miró de nuevo a kiba y divisó seriedad con algo de extrañez en su rostro, que era iluminado por las variadas y coloridas luces de la pista que bailaban de un lado a otro.
-… ¡vengo por sakura!...—respondió en tono alto, igualmente por el bullicio de la música, teniendo su mismo semblante.
Kiba al escucharlo ladeó un poco el rostro frunciendo el ceño, algo sorprendido.
-¿Quién es él...?--le pregunto ten ten a kiba, quien la volteó a mirar por unos segundos.
-es el novio de sakura--respondió él viéndola dirigir de nuevo la mirada a naruto. Al igual que ella, kiba lo miró notándole serio, más de lo que se acostumbraba a verlo, pensó.-- ey, naruto, ella es tenten, una amiga.
-...un placer. Naruto Namikase--saludó luego de unos segundos. Estrechándole la mano cordialmente.
-el placer es mío--dijo ella. Sonrojándose un poco al contemplar la preciosa sonrisa de dientes blancos que ocultaba tras sus misteriosos rasgos.
-por fin aceptaste su invitación--habló kiba--pero ¿no crees que ya es algo tarde en aparecer por acá…?--soltó sarcástico, mirando su reloj de mano. Naruto arqueó una ceja mirándolo acercársele—pensé que no te gustaban estos lugares, naruto.
-no me gustan--afirmó--...y si vine fue porque tu prima me llamó diciendo una chorrada de loqueras por teléfono—le informó en tono enojado a un kiba que no pudo ocultar su asombro—…al principio pensé que ella estaba con ustedes--continuó--pero luego cuando empezó a hablar cosas incoherentes, y otras que para nada van acorde a ella--frunció el ceño al recordarla maldecir en balbuceos--me preocupó y decidí venir a buscarla…también había dicho que le dolía la cabeza—se encogió de hombros e hizo una mueca de molestia, al escuchar el ruido de la música a niveles dañinos para el sentido auditivo, o más bien para el suyo propio.
Ten ten no sabía muy bien de qué estaban hablando, pero lo que sí era que se trataba de su amiga; sakura sí que tenía a un bombón como novio, pensaba la castaña observando al rubio conversar con kiba.
Y este por su parte, estaba muy sorprendido por lo que le había contado naruto.
¿Sakura llamó a naruto para que la viniera a buscar y, encima había dicho cosas sin sentido?... ¡Vaya! esto sí que lo sorprendió. Kiba no se lo esperaba.
-por lo que veo te sorprendió lo que dije--acertó naruto mirándolo--pensé que ella te lo había dicho.
-¡no lo hizo!...no entiendo, ¿Cuándo sucedió?, si yo estuve pendiente de ella toda la…noche—susurró lo último. Pasmado.
Se quiso dar una bofetada a sí mismo en ese momento: al recordar que estuvo bailando con tenten, toooda la noche por cierto. “¡Maldición, me distraje!”, se reprochó enojado consigo mismo por no vigilarla. Sabiendo que cuando sakura toma esa cantidad de alcohol -que francamente, es muy escasa la oportunidad- pierde un poco el sentido, o el control de sus acciones.
-Si hubiera estado atento, eso no hubiera pasado--murmuró para sí.
Sonriendo incomodo miró a naruto frente a él: que se mantenía serio. Por un segundo desvió la mirada a un lado y quedó estupefacto por lo que sus ojos vieron; deseando que naruto no descubriera su reacción: de sorpresa. Miró de nuevo a naruto quien ahora lo miraba extrañado—eh, este, viniste por saku, entonces…
-sí, y ya me cansé de estar aquí parado en medio de todo este gentío--miro a las personas que estaban a un lado bailando: casi queriendo aparearse como animales. Torció la boca--¡Iré por ella!—avisó señalando con una mano hacia atrás: refiriéndose a sakura la cual estaba a su espalda y un poco alejada.
Naruto arqueó una ceja, extrañado, al ver la cara que tenía kiba y que, precisamente miraba a "esa" dirección; sintiendo hormiguearle la curiosidad, se giró con parsimonia. Pero para su tranquilidad, hubiese hecho caso omiso a su curiosidad porque sus ojos al ver, lo que kiba también estaba viendo igualmente ten ten -que permanecía a allí- hizo que su cuerpo adquiriera tensión, e incluso, sintió que su corazón no se estremecía en punzadas ardorosas de enojo... sino que ahora se helaba del ¡enfado!.
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En el baño de damas del lugar -que por cierto estaba solo- se escuchaban ruidos provenientes de una de las cabinas, donde estaba una pareja dando rienda suelta a la pasión del frenesí entre ellos, sin tener ningún problema -habían cerrado la puerta del lugar para darse más comodidad-; muy astutos. Gemidos y más gemidos de ambos se hacían presente en el sitio: Como lo era el sonido de la tapa del retrete, producto de los movimientos salvajes de los cuerpos desnudos de los presentes amantes. Ropas esparcidas por el piso se podía apreciar, siendo anko y su compañero de fiesta, los responsables de tal escenario erótico.
Ambos perdidos en su mundo y, sin llegar a imaginar -o siquiera pensar- en lo que ocurría fuera de su encierro.
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A unos cuantos pasos de ellos estaban sakura y rock lee aun bailando.
Pero eso no era lo que estaba molestando mucho más al rubio en esos momentos, y hasta al mismo kiba. Era la forma en como esos dos bailaban. Sakura ahora le daba la cara a Lee, tenía una mano alrededor de su cuello y la otra, la tenía sujeta a uno de los brazos del chico -que estaban posados relajadamente y con confianza en su cintura- ella estaba algo inclinada hacia atrás, y lee hacia delante y muy cerca de su rostro; ambos con una sonrisa en su rostro y denotándose que se divertían mientras conversaban. Se movían al ritmo de la música electrónica que ahora invadía el lugar, alrededor de ellos también había otras personas bailando.
Kiba al ver que naruto se había dado la vuelta -dándole la espalda- se preocupó un poco de que hiciera algo que después se pudiera arrepentir, sabía que él -naruto- quería mucho a sakura, a pesar de no escucharlo de boca del mismo; naruto está muy enamorado de ella, porque eso lo había notado kiba: cuando le había reclamado por lo de la noticia en el periódico, y que aún lo tenía de malas; como también sabiendo lo que se siente cuando un hombre esta celoso de que toquen lo que es tuyo: siendo el caso de naruto, en ese momento.
-¡pero qué...!--parpadeó mirándoles--¡joder!, me la llevaré de aquí…--con la mandíbula contraída del enojo comenzó a caminar a zancadas hacia ellos. Esta vez no se detendría; ya había visto mucho. Sakura ya disfrutó mucho, pensó.
Kiba había tratado de detenerlo -pidiéndole calma- pero naruto continuó su camino. Sabiendo que no había más remedio que seguirlo, le pidió a ten ten que avisara a yahiko sobre lo que podía suceder. Suspirando se fue atrás naruto.
Yahiko y konan quienes aún miraban por donde se había perdido el rubio, divisaron a la castaña: quien les avisó lo molesto que estaba el novio de su amiga; los tres, un poco nerviosos fijaron de nuevo la vista a donde se aglomeraban las personas en la pista.
-jaja ¡mi hermosa florr, bailass muy bien!
-¡tú también, lee-kun!, ¡bailas fenomenal! Jaja—. Ambos bailaban y reían.
Sakura estaba feliz por estar pasándosela de lo mejor. Para ella fue lo mejor haber aceptado la invitación del chico a bailar, había podido olvidar sus preocupaciones, sus decepciones, y hasta a todo el mundo. Sin embargo, lo que no sabía era que a su espalda, estaba su novio con una cara que parecía un tímpano de hielo: estaba escuchándola reír, despreocupada, y al mismo tiempo el ser alagada y devolver el cumplido a Lee.
Repentinamente, sakura sintió que algo rozó su hombro derecho. Llevó la mano derecha que tenía en el brazo de lee para sacudir el lugar -suponiendo que alguien pasó rozándole la piel con el cabello. Estando animada siguió bailando, soltando una risa repentina y ayudada por el alcohol.
Naruto quien al ver el relajo que tenía sakura hizo que una venita en su sien apareciera, cabreándolo, sintiéndose indignado al ser ignorado. Se acercó más a ella para esta vez tomándole el delicado hombro y sin quitar su mano, haciendo un poco de presión aunque sin llegar a ser dañoso.
Sakura algo extrañada se tocó el lugar sintiendo con su mano que otra -al parecerle más grande que la suya- le sujetaba completamente el hombro con firmeza, ladeó su rostro mirando el lugar. Frunció el ceño dejando de bailar.
-¿Qué sucede--hipó--bella florr?—preguntó lee.
Al ver que ya no bailaban la miró, extrañado, pero al segundo notó a un hombre detrás de sakura: alto, de contextura delgada y de rostro aparentemente desconocido como para poder divisarlo al no ser iluminado por las luces -y por el alcohol que había consumido-, y que para su aún desconcertada confusión le tomaba de un hombro a la chica. Entrecerró los ojos, desconfiado, teniendo las mejillas rojas, le habló al desconocido:
-¡eyy, tu…! ¿Quiee eress…?—cuestionó sin evitar que un hipo se le escapara; pero logrando tener una cara seria.
Pero ciertamente daba risa mirarlo, aunque si fueran otras circunstancias, para naruto lo sería, pero este lo miraba con una ceja arqueada poseyendo su mismo semblante; sin prestarle atención miro como sakura se giraba -algo tambaleante y queriendo descubrir el culpable de arruinarle el divertido momento.
Toda la pista de baile era iluminada sólo por las lucecillas de colores que bailaban de un lugar a otro, se podía distinguir a las personas bailar, pero, debido a que igualmente estaba un poco oscuro, no se podían distinguir muy bien los rostros. Cuando sakura le dio por fin la cara, dejó escapar el aire en un suspiro bajo; no sabía por qué estaba sorprendida. Negó con la cabeza y frunció el ceño, mirando al suelo -se sentía desorientada. Su corazón de alguna manera se aceleró, sin tampoco saber por qué.
Kiba apareció de pronto y se colocó a un lado de naruto, quien no le quitaba sus ojos de intensa mirada a ella.
Está preciosa, pensaba naruto. Pero no podía dejar de estar enojado al verla como estaba, en ese estado: desorientado y casi cayéndose al suelo al verla hacer traspié.
Sakura levantó la mirada para observar con detenimiento la figura masculina que estaba al frente de sus ojos: tan impecable a la vez que elegante; recordándole a alguien en especial aunque sabiendo que de solo pensarlo, era imposible. Entrecerró los ojos tratando de reconocer, o, al menos distinguir mejor el rostro del hombre. No era por la carencia de luz que lo hacía, y tampoco sabía si estaba alucinando o imaginando lo que veía -su vista estaba distorsionada y un poco borrosa.
"Seguro estoy así por las tantas vueltas que de lee al bailar", supuso.
Lee recordando que habían sido interrumpidos y al ver que naruto no le contestó a su pregunta, se colocó a un lado de la pelirosa para volver a hablar:--¿Quién eres forastero?, ¡no vez que esta hermosa flor y yo estábamos bailando…!
-¡lee, cállate, quieres…!—le advirtió kiba mirándolo con seriedad, por lo que lee lo miro extrañado.
Sakura quien dudosa miró a su primo:-¡oye, kiba-kun, creo que estoy alucinando porque me parece ver a naruto en estos momentos aunque eso no puede ser porque él no sabe dónde estoy y tampoco le gustan estos lugares!—. Habló rápido y arrastrando las palabras.
No quería reconocer lo que su subconsciente estaba pensando, inquietándola: para ella naruto estaba durmiendo en su cama de su departamento y bien lejos de ella, y no precisamente aquí, parado y frente a ella; había olvidado por completo el hecho de que ella le había hablado por teléfono diciéndole dónde estaba.
-sakura, naruto está aquí, porque tú lo llamaste y le dijiste que te viniera a buscar…--le recordó kiba, que estaba al frente de ella al igual que naruto quien estaba muy molesto, escuchándola.
Sakura, que se había cruzado de brazos se carcajeó ante la mirada incrédula de ambos chicos y de un rock lee confundido por lo que pasaba. No entendía qué pasaba sólo que estaba mareado y que ya no bailaba.
-¡vamos, déjate de bromas!—vaciló--¡naruto no vendría hasta aquí solo por mí!...—se encogió de hombros para señalar al rubio—él, sólo es otro de tus amigos y quieres presentarlo, ¿no?.
-soy muy real, sakura…—por fin habló naruto, y en un tono tan grave y calmado que hizo que la mirada de sakura lo contemplara.
Ella reconoció esa voz al segundo -tan inconfundiblemente varonil-, haciéndola ponerse más roja, en esos momentos, que por el mismo alcohol en toda la noche.
-vine por ti cuando me llamaste, dijiste que no te encontrabas bien, que te dolía la cabeza. Pero parece que estás todo lo contrario, sakura--. Reprochó en el mismo tono.
“Mierda”, fue lo primero que pensó, sorprendida y pasmada donde estaba--n-n-naruto…--balbuceó acercándosele un poco para mirarlo mejor al rosto.
Una lucecilla posó sobre su maravillosa figura y en lo alto de la misma: reflejando un tono verde en su cabellera rubia e iluminando de alguna manera, su rostro.
Sakura sintió que la ebriedad se le estaba esfumando para palidecer, al reconocer esos ojos azules -que en esa oscuridad podían verse más claros, pareciendo dos pedazos de hielo, fríos-, así como su mirada puesta en ella. Abrió los ojos MUY sorprendida al verlo ahí, al frente de ella, tan guapo como siempre y con su magnífica presencia cautivándola. Sin poder resistirlo bajó su mirada, sintiéndose intimidada por la intensa de él. Retrocedió un poco sintiendo su corazón salir disparado de su pecho.
-p-pensé que no v-vendrías, naruto…--volvió a balbucear. “¡Mierda, naruto, naruto vino...y está muy enojado!”, preocupada lo miró sintiendo gotitas resbalarle por su sien.
Ahora sí que estaba recordando todo, vaya forma.
-oh, sakura. Nunca olvidaría que me hiciste esa llamada—habló en tono calmado pareciendo estar tranquilo.
Pero no era cierto. Sakura sabía que él estaba muy enojado, porque así era él. Tragó saliva.
Kiba quien los escuchaba y los miraba se sentía algo incómodo -muy incómodo-, se sabía mal tercio entre ellos; y lee sentía que aun todo le daba vueltas.
Naruto suspiró; debía reconocer que tampoco quería parecer un monstruo malvado: por la forma en como sakura lo contemplaba; estaba algo asustada, por lo que olvidando todo -incluso de la presencia de lee- dio unos pasos con lentitud para acercarse a ella, notándole nerviosismo aunque no retrocedió.
-ven, vamos. Te llevare a casa ahora, te ves muy cansada—su tono fue suave a la vez que tierno. Sin esperar respuesta, con una mano la tomó de la cintura para acercarla a él con suavidad. Sonrió de lado viéndola parpadear, la abrazó a su lado para que no se tambaleara.
Sakura sin apenas quejarse se dejó hacer, comenzando a caminar a su lado un poco cabizbaja de la pena que sentía. Nunca se esperó sentirse avergonzada y tan culpable, como una mala niña al ser reprendida en público y menos ser llevada a casa en contra de su voluntad. Bueno, en realidad sí se lo buscó y debía asumir que era lo correcto después de todo: dejar que naruto la llevara a casa.
Kiba quien sorprendido vio como sakura había cedido sin ningún 'Pero’ en ser llevada por naruto, se retiró a la barra de pedidos donde seguramente esperaban los chicos, y seguramente lee, que no lo vio después de que naruto a su manera, reprendiera a sakura.
Pero, lo cierto era que lee se había ido, pero no a donde estaban sus amigos, sino que al ver que naruto -para él el desconocido- se llevaba a su pareja de la noche y lejos de sus brazos, se enojó. No dejaría que eso sucediera por lo que los siguió y con un movimiento rápido, les bloqueó el paso a los dos. Apartando a algunas personas de su camino.
-¡¿A dónde crees que te llevas a sakura-san?! ¡extraño hombre...!—alegó en tono alto por la música.
Estaba parado frente a ellos con sus dos manos extendidas en el aire -como en señal de alto. Naruto lo miro con el ceño fruncido y sakura con gotitas en su sien.
-¡ven, hermosa flor!, ¡sigamos bailando!—se le acercó tomándola de un brazo para halarla hacia él, ante un naruto muy sorprendido por lo que estaba haciendo el pelinegro.
No sabía en lo que se estaba metiendo el muy menso. Lee no estaba del todo en sus cabales; sakura estaba en medio de ambos chicos con una mano estirada hacia lee, que aún se la tenía sujeta y trataba de acercarla más a él, mientras ella se abrazaba con la otra de la cadera de naruto quien estaba sorprendido.
-¿Qué haces lee…?—le pregunto sakura mirándolo con el ceño fruncido. No sabía que rayos le sucedía.
Lee la miro con una sonrisa encantado, y que duró unos segundos, miró con mala cara al rubio
-quien ahora sí que estaba enfadado-, lee se dio la vuelta y comenzó a llevarse a sakura con él, haciéndose el sordo de las quejas que le decía ella, logrando apartarla de naruto. Pero en un movimiento rápido, naruto tomó del otro brazo a la pelirosa para halarla hacia él -lee se tambaleó.
Sakura se tropezó con las sandalias de tacón que montaban sus ahora torpes pies, pero para su suerte naruto la sujetó a tiempo, haciendo que aterrizara en su pecho rodeada por sus brazos: protectoramente; sakura con el rostro en el pecho de él, inhaló el lugar sin poder siquiera evitarlo: limpio, soberbio e hipnótico era su embriagador aroma. Delicioso, se dijo para sí, abrazándolo muy sonrojada, sintiendo lo firme y a la vez tenso que estaban sus músculos.
Naruto desprendía un olor exquisito, tan perturbardor como lo era su presencia tan varonil y persuasiva, a hombre: un hombre que en esos momentos está peleando por lo que es suyo.
El rubio la tomó del rostro con suavidad y la miro poseyendo un semblante de seriedad, dijo con voz pasiva:
-¿estás bien?—.
Sakura sólo asintió sintiéndose aturdida tanto por sus pensamientos como por lo que estaba pasando a su al rededor. A los segundos recordó que lee estaba algo loco. El alcohol se le había subido al cerebro.
-¡¡EEYY, IDIOTA!!—gritó, lee.
Parado a unos pasos de ellos tambaleándose y notándose lo ebrio que estaba, captando la atención de algunas de las personas a su alrededor. Naruto llevo su vista muy enojada hacia él.
“¿Cómo se le ocurre a sakura bailar con él así?, en ese estado”, pensó naruto.
-¡¿Quién te crees que eres para quitarme a mi bella flor?!—señaló a sakura, que ahora lo miraba enojada y soltándose del rubio.
Naruto arqueó una ceja al escuchar: ‘Mi bella flor’, sakura lo miro nerviosa e incómoda, notando que una vena se le marcaba en el cuello, escuchándole suspirar, estando tenso y claramente irritado por lo que pasaba.
Naruto sólo pensaba que nunca se imaginó que, una escena como esta, le tuviera que tocar -pero siempre hay una primera vez.
-¡lee, ya no quiero bailar, sí, ya me voy!…—informó sakura tratando de calmarlo.
Pero lee no quería eso, sólo se les acerco con intensión de volverla a tomar del brazo para llevársela, así sea a rastras. Pero naruto fue rápido y colocó a la pelirosa de tras de él.
-¡ahora sí que no te dejare volverlo hacer! ¡Es mejor que la dejes tranquila, ella ya se va conmigo, amigo! —avisó naruto, poniendo una mano en el hombro del pelinegro, pero éste como el alcohol no lo dejaba pensar, se alejó con los ojos entrecerrados, mirándolo.— Sakura es mi novia por lo tanto se irá conmigo, ¿ok?.
-¡nada de eso!, ¡ella no ira con un extraño como tú a ningún lado, no mientras yo esté aquí!—se paró en una posición muy chistosa: simulando comenzar una de pelea.
Sakura al verlo se dio un golpe en la frente, gimió fastidiada.
-naruto, vamos. Déjalo que se canse…-- Tomándolo del brazo para llamar su atención.
Naruto dudoso miro de nuevo a lee, quien ahora tenía la posición de la gruya y se tambaleaba. Ambos comenzaron a caminar hacia la barra, donde estaban sus amigos.
-está loco...—sakura susurró caminando a un lado del rubio, quien la rodeaba con un brazo en su cintura.
-con que ese es el enamorado que tienes en la empresa...vaya loco—le susurró él en un oído. En tono disgustoso.
Sakura lo miró confundida sin saber de qué hablaba, mientras él negaba con la cabeza. Cuando estaban saliendo por fin de la pista de baile, divisando la barra -por alguna extraña razón, más bien, instinto- naruto miro sobre su hombro izquierdo: logrando con rapidez y firmeza tomar entre sus brazos a sakura para apartarse del camino.
Lee pasó largo a largo y cayendo sentado en el suelo ante la mirada de los que lo habían visto correr hacia naruto y sakura con la intención de empujarlos.
Sakura confundida por la acción de naruto, lo miro sintiéndose aturdida, pero vio que él miraba sobre su hombro -el de él ya que naruto estaba de espalda a la barra y sakura de frente a él-; curiosa, se soltó de sus brazos.
-¡pero que…!--miro con incredulidad a un lee que se trataba de levantar del suelo. No sabía qué rayos pasaba.
-estuvo a punto de empujarnos, sino reacciono a tiempo los que estuvieran en su lugar seriamos nosotros—naruto respondió a su duda interna, mirando a lee levantándose, y que ahora lo miraba con mucha rabia.
-¡eres un…!
Alguien impidió que lee volviera a lanzarse a naruto -que ahora se acercaba a él mirándolo con una cara de pocos amigos. Estaba muy molesto por la actitud del pelinegro.
-¡suueeltame, que no ves que no dejare que se lleve a la florr!—se removía como un preso entre las manos de la autoridad.
Yahiko y sasori lo tenían apresado por ambos brazos mientras las chicas -en la barra- estaban a un lado de sakura quien estaba muy avergonzada con naruto por todo lo que estaba pasando, como también estaba furiosa con rock lee por comportarse de esa manera. Quería que la tierra se la tragara en esos momentos. Kiba se colocó a un lado de naruto, mirando a lee como lo hacía él: con enojo.
-¡demonios, lee, cálmate!, ¡no sé por qué demonios le dieron tanto alcohol!—recriminaba kiba mirando a los chicos.
-¡lo que no entiendo es porqué dejaste a sakura con ese sujeto!—naruto ahora reprochaba a kiba con seriedad.
Lee aun no dejaba de quejarse, quería que lo soltaran para y que “proteger a sakura del hombre extraño”, que claramente era naruto. Lee no lo reconocía por ello no sabía que era el mismo naruto jefe de la empresa donde trabaja. Su jefe. En cambio, naruto sí que lo conocía, sabía que perfectamente trabaja en su empresa, al igual que sabía -por boca de kankuro al escuchar en los pasillos de la misma- que lee es un enamorado de su novia. Naruto miro a un lado viendo a donde estaba sakura, que hablaba con sus amigas y miraba de mala manera hacía donde lee.
-¡vooy a partirle la cara a esse…!—gritó de nuevo lee; casi todos en el lugar eran espectadores de la escena que se estaba dando en esos momentos, aunque otros continuaban en lo suyo.
El guardaespaldas estaba a un lado de tenten, protegiéndola de quién sabe qué, pero atento a cualquier cosa.
-¡ya basta, lee! ¡Compórtate carajo!—lo riñó sasori. Sujetándolo con fuerza al igual que yahiko.
El condenado de lee era muy fuerte, pensaba este.
Sakura harta de toda la gritadera y quejas del pelinegro se decidió ir hasta él para ponerlo en su lugar.
-¡hola, precios…
-¡LEE! ¡ya basta, sí! ¡Mira lo que hiciste, compórtate como un hombre!—lo felpeó con enojo.
Este sintiéndose mal, bajó la mirada y dejó de quejarse milagrosamente; todos se quedaron mirando la escena, algunos se rieron por parecerles chistosa la misma. Pero sakura -omitiendo las risitas que escuchaba- se cruzó de brazos mirándolo con una ceja arqueada.
-sakura, es mejor que nos vayamos para que descanses—naruto le propuso en un susurro, estando tras ella.
Sakura se giró suavizando su semblante: sintiéndose muy apenada por lo que estaba pasando—lo siento, naru…yo no quería que pasaras por esto, yo…
-no te preocupes, vamos—la interrumpió.
Tomándola de la mano la ayudó a buscar su bolso donde sus amigas para que también se despidiera, estas los miraban entre curiosas y con un poco de preocupación.
Lee al ver que “el extraño hombre” se le había vuelto a acercar a sakura y que ahora se la llevaba de "su lado" -por impulso sintió fuerza- logró zafarse del agarre de yahiko y sasori que se habían distraído. Dirigiéndose a zancadas -aunque un poco tambaleante- a naruto que estaba de espalda y caminando con sakura en dirección a la barra. Para suerte de lee logró empujarlo: haciendo que se inclinara hacia delante con sakura, ya que la tenía abrazada. Pero la fuerza que usó lee no fue suficiente ya que ninguno cayó al suelo.
-¡ssiemte el poder de la juventuud!—vociferó un lee con pose de la gruya.
Naruto se giró muy molesto y dispuesto a esfumarle ese poder: de-yo-no-se-qué que tenía.
Todos quedaron incrédulos y con ojos como platos por lo que vieron, escuchándose el murmullo de las personas, aunque la música aún se mantenía sonando algunas que otras personas apreciaban interesadas lo que sucedía en la pequeña trifulca, otros sólo continuaban bailando y bebiendo.
Sakura muy preocupada miro como naruto se acercaba a lee que aún tenía esa posición. Gritó con angustia al ver como lee se lanzaba al rubio para golpearlo pero naruto fue más rápido y con un sólo puñetazo en la mandíbula, lo mandó al piso quejándose y sobándose. Kiba y sasori lo apartaron al ver que iba a golpearlo de nuevo. Ya había tenido bastante para su estado.
Sakura corrió hacia ellos. Konan creyó que iría hasta donde naruto, pero se equivocó al verla dirigirse a paso firme -aunque un poco torpe por los tacones que a un llevaba- hacía lee, que yacía sentado en el suelo.
-¡¡lee, te dije que te comportaras!! ¡creí que eras mi amigo!... ¡¡eres un desastre!!. ¡¿Cómo puedes dejar que el alcohol te haga esto?!—tenía las dos manos en su cintura, lo reprendía nuevamente frente a todos, poseyéndola el enojo.
Aunque él estaba aturdido y medio tonto por el golpe, y en su estado, ya era de imaginarse.
Naruto notando lo alteada que estaba sakura sólo le informó a kiba que ya era suficiente. Se iría y se llevaría a sakura con él. No debía preocuparse, él mismo haría que sakura llegase a casa sana y salva. Kiba asintió sin llegar a oponerse: era lo mejor, se dijo; viendo a un lado el cómo rock lee era levantado por yahiko y sasori mientras su prima continuaba con la reprimenda, moviendo las manos alterada.
-¡no quiero que me vuelv!...¡haaa!—sakura gritó del susto al ser levantada, sin previo aviso, por un naruto muy enojado hasta la médula.
Este la había tomado de la cintura -sin su consentimiento- para levantarla sin problema debido a lo liviana que era, y colgársela en un hombro: como si fuese un saco de papas; sujetándola con un brazo de los muslos y con la otra mano aplastó la falda del vestido evitando exponer más piel de sus piernas.
-n-naru…¿q-que…haces?...ouhg—sentía que el estómago se le revolvía a cada paso que él daba; viéndose de cara al suelo se sujetó fuerte de la cintura del rubio con miedo a caerse.
-te llevo a casa, ya fue suficiente…—dictaminó con seriedad.
Se medio giró por unos segundos estando en la entrada del club -para él su salida- y vio a los chicos haciéndole señas con la mano: despidiéndose.
-espero y esto no le cause problemas a saku…--susurró konan viendo como naruto, con sakura en brazos, salían por fin del lugar.
-problemas ya tiene…--inquirió yahiko al escucharla, sentándose a su lado. Viendo llegar a una anko un poco airada y desaliñada con su amigo en un lado, comenzó a contarle todo lo que se habían perdido de lo sucedido hace segundos, y que por suerte no los habían sacado del lugar...
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CerezoIntenso- Chunnin
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Re: ¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
**** (CONTINUACIÓN)
Sentía los parpados pesados. La luz del sol que entraba por un rincón de entre la persiana que obstruía el ventanal reflejaba un cálido rayo del mismo en el lugar; dando a entender que el día en konoha ya había llegado. Se removió con cansancio y flojera sobre la rica cama acolchada donde yacía tumbada, pensaba adormilada.
Abrió los ojos y parpadeó dos veces para mirar al techo, blanco, como estaba su mente en esos momentos.
¿Qué hora serán?
Se preguntaba en su mente, ladeó su rostro aún somnoliento para observar el lugar en donde se encontraba. Había pensado que era su habitación. Pero al darse cuenta que no lo era, se levantó de golpe, sin evitar sentir una punzada de dolor en su cabeza. Frunció el ceño llevando una mano al lugar para sobar un poco su cabellera. Miro con detenimiento y curiosidad el lugar al darse cuenta de que no era su habitación.
Tampoco era la de sus primos o de su tío, recordó extrañada. Pero sí que era la de un hombre, reconoció.
Angustia y sorpresa. Eso fue lo que sintió al reparar que estaba en otro sitio que no conocía; dejó a un lado la cobija blanca y suave que la mantenía arropada y que aún estaba tibia, para luego darse cuenta que no llevaba su pijama, o el vestido con el que había salido la noche anterior. Asustada. Por instinto se tocó la suave y algodonada franela color naranja que vestía y miro dentro de ella; dio un suspiro, “que alivio”, pensó más tranquila de que al menos llevaba puesto el sujetador color piel y sus bragas.
-¿Dónde estoy…?—se preguntó sakura.
Se acomodó en la orilla de la cama para ver que en una mesita de noche una pastilla de ibuprofeno y un vaso con zumo de naranja. Tomó el vaso para dar un sorbo. Saboreando lo fresco que estaba dio otro sorbo, para luego tomarse la pastilla -que de seguro era para ella, supuso. Dejando el vaso de nuevo en la mesita se levantó con lentitud, ya que sentía que todo le daba vueltas.
-¿Qué paso?, aún no recuerdo bien…--murmuraba para sí mirando la gran habitación donde se encontraba.
Poseída por la curiosidad comenzó a darle el ojo a cada rincón, miro por el gran ventanal de la habitación la bella vista de la avenida de konoha, siendo bloqueada por la persiana de madera que hacia juego con el gran armario que estaba aún lado. Sin dejar la curiosidad se acercó al mismo y lo abrió: su respiración fue invadida por el delicioso aroma a limpio y algo de suavizante, su vista apreciaba muchas camisas que estaban colgadas en gancho y en medio de dos cómodas de madera, estaban ordenadas por color, corbatas muy bien acomodadas en pequeños cubículos de una de las cómodas, pantalones habían en la otra, zapatos tanto casuales como deportivos, claramente de marca, observó; habían más gavetas, seguramente guardaba más vestimenta.
Muy elegante, pensó ante lo soberbio que era el armario -bien equipado.
Siguió con la inspección -como si se tratara de toda una detective-; a sakura se le estaba haciendo conocido algunas cosas. Miro hacia una mesita que estaba frente a la cama y cerca de una puerta, en ella había algunas cosas, precisamente un reloj, billetera. Pero ciertamente lo que llamó su atención fueron unos retratos familiares que estaban ahí, tomó uno para verlo. Abriendo los ojos de golpe. Su impresión fue tal que casi lo deja caer al suelo: al reconocer al dueño absoluto de todo su alrededor.
-¡n-naruto!--parpadeó--¡estoy en el departamento de naruto, en, en su habitación!—shockeada por recordar lo que había pasado; dejó el retrato donde salían kushina, minato, ino y naruto, en la mesita donde estaba. Su corazón latía muy apresurado.-- ¡Oh, por dios!, ¡¿Qué demonios hago en el depa de naruto?!
Comenzó a caminar de un lado a otro con desesperación. A los segundos se detuvo de golpe, se miró la franela que vestía: era de manga corta, le quedaba algo grande y le llegaba un poco más arriba de la mitad del muslo. Ciertamente no tapaba lo suficiente. Miro unos segundos a la cama, que estaba algo desordenada. Una idea se cruzó por su mente; avergonzándola.
-será que…y si nosotros… ¡no!, no lo creo… ¿o, si?—confundida desvió la vista a la esquina, notando una segunda puerta, y que estaba medio abierta; curiosa por saber lo que había dentro, la terminó de abrir, divisó un gran y limpio baño.
Las paredes eran de un color azul cielo mientras el piso estaba compuesto por cerámica de un azul más intenso, a un lado habían lavamanos gemelos sostenidos por un largo y medio ancho muro que era cubierto por la misma cerámica del piso, un espejo mural en la pared les acompañaba.
Era parecido al que tienen en su departamento, sólo que un poco más grande, repuso luego.
Pudo ver que cerca del espejo había dos cajones repletos de geles corporales, champo y jabones; el techo era liso y de color blanco al igual que todo el departamento. Miro a un lado y al fondo: una preciosa tina hecha de una reluciente y blanca porcelana, en forma ovalada y rodeada de un muro azulado de cerámica, dos escalones sobresalían del mismo, en ella podían caber unas cinco personas, tras esta se apreciaba una cortina de seda blanca con el fondo de una ventana corrediza, y de compañía estaba la ducha, siendo resguardada por paredes cristalinas.
Soltando un suspiro se volvió para pararse sobre la alfombra con piel de durazno color blanco, llevó su mirada al espejo, mirando su reflejo—espantosa—reprochó.
Mirando con una mueca lo que parecía ‘El resultado de la juerga de anoche’: su abundante y larga cabellera rosa estaba despeinada, en sus ojos podía apreciar las bolsitas debajo de sus ojos, pero lo peor era que tenía el maquillaje corrido. Se sintió enferma al verse tan destruida. Miro a un lado, a donde estaban los productos de higiene.
-…no creo que…se moleste si lo uso…un poco--. Tomó el único cepillo de dientes que había, junto a la crema dental.
Después de salir del baño menos desaliñada, según ella, se había hecho una coleta baja con una liga que tenía en su bolso de lado. Y que había encontrado junto a su vestido, estuvieron al otro lado de la cama, en un pequeño mueble. Estando parada frente a la puerta de salida se miró de nuevo la franela que vestía de color naranja con un círculo rojo en el centro, y que le cubría hasta mitad de sus muslos.
-qué vergüenza con naruto…espero y no este molesto conmigo…--debatiéndose en si era correcto o no, y con mucha vergüenza de que naruto la viera el cómo iba vestida, salió de la habitación.
Toda la sala estaba tranquila, no se escuchaba ruido; pensó que si naruto habría salido y dejado sola en su departamento. Pero rápidamente borró esa idea al escuchar un ruido provenir de la cocina; curiosa, aunque avergonzada, caminó con sigilo hasta allí; sin llegar a imaginarlo se encontró con la maravillosamente ancha y tentadora espalda desnuda de naruto quien estaba cocinando, o bueno, eso parecía.
Sakura que estaba parada en la entrada de la cocina lo miraba de pies a cabeza. Naruto sólo vestía un short negro y que marcaba sus estrechas caderas como su lujurioso trasero; embobada de la fabulosa vista se mordió el labio, inconscientemente. “Es tan guapo”, pensaba en el sitio y sintiéndose un poco acalorada. Por lo que decidió dar unos pasos halando al mismo tiempo y hacia abajo la franela para ver si podía taparle más sus largas y blancas piernas. Aunque no daba resultado. Maldijo por lo bajo.
Naruto dejó lo que hacía para girarse al escuchar un ruido a su espalda, viendo que era sakura -se había tropezado al llegar a la barra-; por lo que al verla enderezarse se sorprendió y caminó hacia ella la cual se estaba acomodando la franela, apenada.
-¿estás bien…?—antes de llegar a ella notó que sakura lo miró quedándose estática donde estaba, poseyendo un sonrojo muy intenso. Ladeó el rostro, extrañado.
Naruto que estaba de ella a unos tres pasos de distancia, arqueó una ceja mirándola. Pero al segundo notando -por fin- el cómo le quedaba puesto a ella, su franela. Sin poder evitarlo la escrutó con la mirada de arriba abajo. Se veía realmente sexy, y con ese sonrojo, endemoniadamente preciosa, se dijo él. Contemplando esas maravillosas piernas estando tentadoras a su vista.
Un calor lo estaba envolviendo al momento, sabiendo que se estaba sintiendo caliente donde estaba. De repente volvió a la realidad al escuchar a sakura carraspear su garganta, viéndola muy avergonzada.
-eh, p-ponte cómoda, ahorita te sirvo el desayuno…ya vuelvo…—murmuró ahora avergonzado. Pero no se movió, no lograba dejar de mirarla -haciéndola sentirse incómoda- notando que desviaba la mirada a un lado, muy roja, y abrazándose con los brazos.
El rubio carraspeó la garganta para esta vez y con pasos torpes, comenzar a caminar a su habitación. “¡Demonios, debo controlarme!...pero es que se veía tan hermosa, sexy, tan, tan apetecible que…”, sacudió la cabeza sintiéndose acalorado. Tomó el pomo de la puerta para girarlo, con un suspiro, entró a su habitación.
Sakura después que el rubio saliera como un rayo de la cocina, se logró sentar en uno de los taburetes. Trataba de que la bendita franela le tapara un poco más la piel de sus piernas, pero viendo que no tenía remedio se rindió, apoyó un brazo en la barra y recostó una mejilla en la mano.
Recordó la mirada -claramente intensa- que tenía naruto en ella hace unos segundos: ¡Woo! Sí que la intimidó. Es como si se la hubiera querido comer con la mirada, literalmente. Y vaya que de cierto modo le daba la razón; con lo corta que le quedaba la estúpida franela, volvió a quejarse sintiendo sus mejillas calientes. A los segundos frunció el ceño, había caído en la cuenta de que ella no recordaba -el precioso detalle- de haberse puesto esa franela, tampoco recordaba el cómo había llegado al depa de naruto, y mucho menos se acordaba de haberse acostado en su cama.
¿Cómo entonces pasó todo ello? Pero lo más importante: ¡¿Cómo rayos amaneció con esa franela y no con su vestido?! Abrió los ojos de golpe y se sonrojó seguramente hasta las orejas.
“Naruto, ese pervertido de seguro me la puso. Pero ¿cómo?”, cuestionaba internamente. Ella no recordaba muy bien de lo sucedido. Recordaba que él la había ido a buscar para llevarla a SU casa, o sea, al departamento de al lado. Y no al de él.
Escuchó unos pasos acercarse. Ladeó su rostro el cual estaba rojo al ver entrar a naruto en el lugar.
-ahora sí, vamos a desayunar…--le regaló una linda sonrisa para caminar hasta la barra de la cocina, donde tenía algunos platos a medio servir.
Para suerte de sakura -o más bien para sus nervios- naruto ya no llevaba el torso desnudo, sino una franela sin mangas del color blanco. Sakura puso un puchero viéndolo servir jubo en dos vasos; en su interior quería seguir deleitándose con el naruto sin franela. Al minuto se enderezó en el taburete dejando de fantasear tontamente al ver que él se estaba sentando al frente de ella. Mirando bajo sus rosadas pestañas notó que ya estaba servido el desayuno.
-come, o los panqueques se te pondrán fríos--sakura lo miró, distraída--buen provecho…--musitó mirándola, para tomar el cuchillo y un cubierto y cortar un pedazo del panqueque.
Sakura desvió la mirada a su plato. Se veía delicioso, pensó. Eran tres panqueques puestos en fila, con miel por encima la cual se desbordaba un poco por los lados, a un lado había un vaso de zumo de naranja, y otro plato con algunos frutos cortados en pequeños trozos les acompañaba. Naruto tenía lo mismo.
Sorprendida lo miro, descubriendo el que ya lo hacía, mientras comía en silencio. Se sonrojó—i-igualmente…--dijo en un susurro. Comenzó a comer el primer bocado ante la mirada, curiosa de naruto, sin poder evitar dejó salir un gemido deleitado, encantada por lo delicioso que estaba.
Naruto solo asintió complacido con una sonrisa. Ambos siguieron degustando el desayuno.
****
Sakura después de devorar todo ya que la resaca la había dejado hambrienta., ayudó a lavar los trastes usados por ambos, mientras naruto acomodaba lo que había desordenado cuando cocinaba. El desayuno había transcurrido en total silencio, unas que otras miradas intercambiaban. Aunque sakura no pudo evitar salir de la duda que tenía, le había preguntado al rubio sobre el cómo había llegado a dormir en su cama, y sobre la franela que llevaba puesta.
Naruto -sin expresar la más mínima incomodidad- sólo le había respondido el que él había dormido en la otra habitación, y que él mismo la vistió con su franela. Según él con la luz apagada. No había visto nada.
Aunque sakura estaba incomoda, pensando si le estaba diciendo la verdad, porque de alguna manera la desnudó para vestirla con la franela. Estuvo incomoda en todo el rato que el silencio les acompañó -basta decir que sonrojada. También notó el tono con el que naruto hablaba, suponiendo que a lo mejor estaba enojado con ella, y esperaba a que le pidiera disculpas, por lo de anoche; había recordado lo que sucedió en la disco la noche anterior, bueno, algunas que otras cosas; había recordado -al menos entre fragmentos- el haber bebido una botella de tequilla con tenten, que por cierto, razonó al cómo se sentía en esos momento, por lo menos su estómago se asentó por el desayuno. También recordó haber bailado casi toda la noche con lee, luego el espectáculo que se armó por el mismo.
Sakura estaba muy apenada con el rubio, jamás se imaginó que él fuera capaz de ir hasta ese lugar por ella: sabiendo el que no es amante a ese tipo de fiestas. Se había preguntado mentalmente el por qué lo había llamado, o eso recordaba, de seguro el alcohol se mezcló con su estado de emocional, y pues, digamos que, por ello sucedió. No encontraba otra explicación.
Naruto y sakura se encontraban sentados en el mismo lugar donde estuvieron desayunando unos minutos atrás. Estaban en silencio. Un poco incómodo -o para ella. Sakura no podía mirarlo, estaba muy apenada con él e incluso, estaba roja de la vergüenza. Naruto por su parte sólo la miraba; como esperando que comenzara con una palabra, pero vio que ella sería ajena a ello; decidió hablar él.
-¿Cómo amaneces…?—empleó en tono suave. La vio enderezarse del taburete.
Sakura lo miro entre sorprendida y confundida: al estar un poco distraída.
-bien, gracias. Ya no me duele la cabeza pero siento un poco de malestar en el estómago—se encogió de hombros. Sabía que era poco de lo que se merecía, se dijo, mirándolo como con nerviosismo.
Naruto sólo asintió.
-gracias por la pastilla.
Naruto la seguía mirando sin responderle, guardando silencio. Por una milésima de segundos frunció el ceño. Sakura aun con pena desvió la mirada. Hubo un silencio algo incómodo, por unos segundos; la pelirosa seguía sintiéndose incomoda y con el corazón acelerado. Lo miro de nuevo.
-el desayuno estuvo delicioso, gracias, naruto… ¿siempre has sabido cocinar?—quiso entablar una conversación y tratar de opacar el incómodo silencio que los reinaba.
-no siempre…pero, si—respondió con tranquilidad.
Sakura arqueó una ceja preguntándose, si eso era una respuesta. A naruto se le estaba acabando la paciencia; quería hablar sobre algunas cosas con sakura pero la veía tan incómoda que no quería hacerla sentir mal. Pero, ¿qué con él?. Se la pasó toda la noche preocupado por ella, cuando la misma estuvo pasándola de maravilla. Sakura estaba harta de la situación en la que estaban.
Suspirando se armó de valor, lo miro con sinceridad y al mismo tiempo, con seriedad para decir:-naruto yo…yo, lo siento. Lo siento por todo lo que tuviste que pasar ayer. No fue mi intención el despertarte y preocuparte…yo no suelo reaccionar así, pero es que yo…--murmuró con la voz muy apenada. Siendo sincera.
Bajó la mirada a su regazo sintiendo un nudo en la garganta, quería que supiera que ni ella misma sabía el por qué lo había llamado. Pero no le creería. Seguro pensaba que lo había hecho a propósito. Pero no era así. Naruto se sorprendió al escucharla, iba a hablar cuando ella lo hizo primero.
-...no quise que te preocuparas, y sé que estás enojado por eso, yo.
-no debes disculparte, ya lo hecho, hecho esta, ¿no?—musito un tanto serio y mirándola de igual manera—sí, estoy enojado—confesó en seco ante la mirada asombrada de la ojijade—pero no por el hecho de que me hayas despertado…estoy enojado por el hecho de que hayas bebido de esa manera a sabiendas de que no te controlarías, por haber tenido que ir hasta ese lugar y, encontrarte con un hombre, que no se si te habías dado cuenta, pero te estaba poniendo mucha mano encima, sakura--frunció el ceño--. Y que para colmo, él mismo en su estado, armó tremendo alboroto porque quería dárselas del héroe en no querer dejar que te llevara conmigo…y los idiotas de tus primos te veían y no hacían nada para pararte—. Naruto era sincero en cada palabra que decía, mientras sakura estaba boquiabierta, roja y muy sorprendida por el hecho de que estaba siendo felpeada por él--…y dime, ¿qué tal te la pasaste con, rock lee?, así es como se llama, ¿no…?—preguntó, sintiéndose enojado, impaciente, celoso.
-¿eh?—. Fue lo que balbuceó sakura.
Naruto se levantó con el ceño fruncido. Y sakura lo imitó pero muy sorprendida y hasta aturdida por la pregunta de él.
-¿Por qué me preguntas eso?, ¿qué tiene que ver lee en todo esto?—movía las manos confundida.
La verdad, era que sakura no sabía a qué estaba jugando naruto.
-sabes que es lo que me enoja más de todo esto...
Naruto caminó a zancadas rodeando la barra, plantándose al frente de ella. Bajó el rostro junto con su sentenciadora y azulada mirada llena de seriedad. Sakura se tensó sintiéndose pequeña
-literalmente lo era- al verlo al frente, retrocedió un paso.
-el que tú te estabas divirtiendo con él, sakura--continuó él--. El hecho de que le dabas toda la confianza en hacer lo que quisiera contigo, en no ponerle límites…--mientras él avanzaba un paso ella retrocedía uno. Muy nerviosa por la mirada que tenía naruto: Era fría y enojada.
-l-lee es solo un amigo, y él no hacía lo que quería conmigo... ¡no entiendo por qué te pones así!—alegó enojada y con el ceño fruncido. Qué rayos le pasa, pensó.
Naruto suspiró pasándose una mano por el rostro, algo estresado.
-¡un amigo que tiene interés hacia ti!…pero ¿quieres saber qué es lo que realmente me molesta de todo esto?—con suavidad le tomó del mentón para lo viera a la cara—dime, ¿quieres saber, nena…?
Sakura aturdida, sólo asintió con nerviosismo. Nunca había visto a naruto con esa actitud, le estaba dando un poco de miedo, pero por el giro que dio la conversación.
-sakura, me molesta, no, me enoja que me hayas llamado para decirme todo esa chorradas de incoherencias por teléfono.
Ella lo miró confundida ¿Chorradas de incoherencias? ¿a qué se refería?, se preguntaba una sakura muy confundida.
-por cómo me ves creo que no te acuerdas. Bueno, te recordaré algo. Me preguntaste como diez veces que si te quería, que por qué no fui contigo, que yo era un amargado de lo último. Eso, me lo repetías y te burlabas, sakura—estaba cruzado de brazos, mirándola con seriedad.
Sakura estaba casi acorralada entre la pared cerca de la barra, sintiéndose avergonzada de lo que se estaba enterando. "Con que por eso era todo el rollo. Eso le había dicho a él cuando lo llamé". Por un momento quería soltar una carcajada pero se mordió el labio, al ver a naruto muy serio.
Este prosiguió:—y lo que más me desconcierta, es el hecho de que me dijiste que no te fuera a buscar porque te la estabas pasando de lo mejor, que habían muchos hombres que te habían invitado a bailar y, que como yo no estaba, tú, ibas a bailar con todos para no aburrirte, como yo…
-naruto, lo siento. No fue mi intención decirte todo eso, yo…--se interrumpió, al momento que naruto terminó con la distancia entre ellos, haciendo uso de la brusquedad.
Ahora sí que estaba acorralada entre la pared y él; que había azotado con sus manos la pared y que ahora posaban sobre la cabeza de ella. La miraba con el ceño fruncido. Sakura estaba sonrojada, nerviosa y sorprendida por ello.
Balbuceó:—n-no lo quise decir…
-los niños y los borrachos dicen la verdad, sakura—inclinó unos centímetros su rostro al de ella—tu dijiste que no te quería y sabes que es mentira…no sabes cuánto te quiero...ahora—su voz era suave y ronca, susurrándole muy cerca del oído y haciendo que ella sintiera escalofríos: le escuchó soltar suave un jadeo—...no sabes lo enojado que me sentí cuando te vi bailando de esa manera con tu amigo, el cómo te jaloneaba para que te fueras con él, el cómo me hiciste sentir con esa simple llamada—. Siendo basto, apartó las manos de la pared y se alejó un poco, dándole la espalda.
-naruto, en serio, discúlpame, no quise que pasaras por todo esto--sentía su corazón acelerado.
No quería pelear con él, se sentía muy mal--no fue mi intención el hacerte sentir mal con esa llamada…
Interrumpiéndola, naruto se giró, y con brusquedad la volvió a presionar entra la pared y su cuerpo. Pero esta vez le tomó el rostro con ambas manos; ella se sonrojó, posando sus manos entre escondidas en su cuerpo y la pared, detrás de sus posaderas.
-no sabes cuánto te quiero sakura, no sabes el nivel en que me…--no quiso terminar de hablar, no aguanto más.
La estaba besando, tosco, sintiendo rabia, deseo, frustración, en fin, enojo. Un mezcle emocional en ese momento. La besaba con intensidad haciendo que ella ahogara jadeos por lo rudo que era. Pero aun así compartiendo el beso. Sakura no sabía por qué naruto actuaba así: como si estuviera desesperado, pensó. Se dejó llevar y moviendo sus manos a los hombros de él, continuó compartiendo el beso.
Duraron varios minutos así, hasta que naruto decidió terminar con la ruda pero excitante sesión, mordiéndole el labio inferior, soltándola del rostro.
Habló agitado:—no…sabes cuánto te…te deseo, nena…te deseo desde que te vi, te deseo ahora y, al verte con mi franela puesta, me...--se interrumpió.
Sakura no podría estar más roja en esos momentos. Respirando agitada y sintiendo calor en todo el cuerpo, mientras naruto la miraba con intensidad haciéndola perderse en lo oscuro que estaban sus zafiros -por el deseo que sentía en esos momentos. El ambiente que, anteriormente estaba tenso, ahora era cargado de un condenado deseo que los estaba envolviendo. El rubio sin dejar de mirarla -con mucha cautela y sin el consentimiento de sakura- bajó su mano derecha para tomar con delicadeza, la pierna de ella y colgársela en su cadera, y con la otra, la sostenía de la espalda baja.
-¿q-que hac-es Naru-to?—balbuceó tensa por lo que hacía él. Éste comenzó a besarle las mejillas, comisuras de los labios.
-te deseo, sakura…sé que tú también…lo puedo sentir…al tocarte--murmuraba con voz ronca y suave. Mientras le daba besos en su cuello. Ella nerviosa, sentía su corazón latir a mil--¿o no me deseas...?
Sakura estando aturdida, sentía los latidos retumbándole en los oídos, su sangre correr a mil por sus venas: acalorándole el cuerpo. "Claro que te deseo". Lo deseaba tanto que no podía más con su cordura.
Pero no podía dejar de estar nerviosa, o sentirse avergonzada. Era su primera vez después de todo.
Sin responderle con palabras sólo lo rodeó por el cuello con sus brazos, y con un impulso, subió su otra pierna quedando entre los brazos de naruto, que la sujetaban de la cadera y ella con sus piernas enrolladas en la de él. Todo y sin dejar de mirarse el uno al otro.
Naruto sintió su corazón acelerarse de la adrenalina que sentía, sonrió para comerle los labios.
Besándose con pasión, intensidad, recargó a sakura en la pared sin despegarse de su boca; deseoso llevó sus manos a las piernas de ella para acariciarlas con suavidad, trazando un camino con sus manos hasta el comienzo de su espalda podía sentir lo tersa que era la piel, erizándola ante su tacto. Sakura jadeaba entre su cálida boca mientras acariciaba las doradas hebras con suavidad, sintiéndose perdida ante esas expertas caricias en su cuerpo.
Naruto comenzó a acariciar la suave piel de ella por debajo de su franela, aventurándose hacia territorio nuevo, escuchándole suspirar mientras también le besaba el cuello.
Después de minutos entre besos apasionados y caricias tentadoras, naruto no aguantó más, por lo que tomó equilibrio para mantenerse en pie con ella en brazos. La miró: perdido estaba en la profundidad que tenía ella en sus verdosos ojos, nublados del deseo al igual que él. Comenzó a caminar a la sala para dirigirse a su habitación.
Pero antes, paró en medio del lugar. Ella se separó de su boca al notar que naruto se detuvo, repentinamente. Pero naruto para estar seguro de lo que iba a suceder, preguntó con suavidad:--¿estas segura…de que…quieres, hacerlo?.
-…si...-su voz sonó casi inaudible por el deseo y las sensaciones que estaba sintiendo.
Naruto complacido por su respuesta, asintió. Ella muy sonrojada volvió a besarlo con suavidad.
Naruto prosiguió con sus pasos para luego, estando frente a la puerta de su habitación, tratar de encontrar la bendita perilla que no podía ver -tenía a sakura cargada y besándolo-; como también la sostenía con su otra mano; aunque más bien la tenía metida en su franela acariciando su espalda. Cuando por fin logró tomar el objeto -por muy desgraciada que le es su suerte, o la de ambos- el timbre sonó en el momento en el que abría la puerta.
Ambos se separaron y se miraron, sonrojados, agitados y, por desgracia, destruyendo la concentración apasionada del momento.
-maldición…--masculló bajando con cuidado a sakura de sus caderas. Ella estaba aturdida--¿Quién demonios es a esta hora…?—la miro frustrado.
Sudando la gota gorda. Era ya medio día.
-jeje pa-parece que siempre será así…
-¿eh?—la miro confundido, mientras se dirigía a la puerta para saber quién era el muy INSOLENTE que los había interrumpido--¿de qué hablas...?—asomó un ojo por el mirador de la puerta.
-de que siempre que estamos en un momento así, íntimo, lleno de tranquilidad, siempre nos interrumpen...
Naruto sin prestarle atención a lo que dijo abrió los ojos de golpe al ver a quien estaba tocando-
-¡mierda, Nagato! ¡Ahora que lo recuerdo, le dije que viniera hoy…!—dejó caer la frente contra la puerta sintiéndose idiota al no recordarlo.
Sakura suspiró, sintiéndose triste, frustrada pero a la vez avergonzada por ver lo que estuvo a puntito de pasar entre ellos.
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Continuará...
Gracias por sus comentarios chicos
Sentía los parpados pesados. La luz del sol que entraba por un rincón de entre la persiana que obstruía el ventanal reflejaba un cálido rayo del mismo en el lugar; dando a entender que el día en konoha ya había llegado. Se removió con cansancio y flojera sobre la rica cama acolchada donde yacía tumbada, pensaba adormilada.
Abrió los ojos y parpadeó dos veces para mirar al techo, blanco, como estaba su mente en esos momentos.
¿Qué hora serán?
Se preguntaba en su mente, ladeó su rostro aún somnoliento para observar el lugar en donde se encontraba. Había pensado que era su habitación. Pero al darse cuenta que no lo era, se levantó de golpe, sin evitar sentir una punzada de dolor en su cabeza. Frunció el ceño llevando una mano al lugar para sobar un poco su cabellera. Miro con detenimiento y curiosidad el lugar al darse cuenta de que no era su habitación.
Tampoco era la de sus primos o de su tío, recordó extrañada. Pero sí que era la de un hombre, reconoció.
Angustia y sorpresa. Eso fue lo que sintió al reparar que estaba en otro sitio que no conocía; dejó a un lado la cobija blanca y suave que la mantenía arropada y que aún estaba tibia, para luego darse cuenta que no llevaba su pijama, o el vestido con el que había salido la noche anterior. Asustada. Por instinto se tocó la suave y algodonada franela color naranja que vestía y miro dentro de ella; dio un suspiro, “que alivio”, pensó más tranquila de que al menos llevaba puesto el sujetador color piel y sus bragas.
-¿Dónde estoy…?—se preguntó sakura.
Se acomodó en la orilla de la cama para ver que en una mesita de noche una pastilla de ibuprofeno y un vaso con zumo de naranja. Tomó el vaso para dar un sorbo. Saboreando lo fresco que estaba dio otro sorbo, para luego tomarse la pastilla -que de seguro era para ella, supuso. Dejando el vaso de nuevo en la mesita se levantó con lentitud, ya que sentía que todo le daba vueltas.
-¿Qué paso?, aún no recuerdo bien…--murmuraba para sí mirando la gran habitación donde se encontraba.
Poseída por la curiosidad comenzó a darle el ojo a cada rincón, miro por el gran ventanal de la habitación la bella vista de la avenida de konoha, siendo bloqueada por la persiana de madera que hacia juego con el gran armario que estaba aún lado. Sin dejar la curiosidad se acercó al mismo y lo abrió: su respiración fue invadida por el delicioso aroma a limpio y algo de suavizante, su vista apreciaba muchas camisas que estaban colgadas en gancho y en medio de dos cómodas de madera, estaban ordenadas por color, corbatas muy bien acomodadas en pequeños cubículos de una de las cómodas, pantalones habían en la otra, zapatos tanto casuales como deportivos, claramente de marca, observó; habían más gavetas, seguramente guardaba más vestimenta.
Muy elegante, pensó ante lo soberbio que era el armario -bien equipado.
Siguió con la inspección -como si se tratara de toda una detective-; a sakura se le estaba haciendo conocido algunas cosas. Miro hacia una mesita que estaba frente a la cama y cerca de una puerta, en ella había algunas cosas, precisamente un reloj, billetera. Pero ciertamente lo que llamó su atención fueron unos retratos familiares que estaban ahí, tomó uno para verlo. Abriendo los ojos de golpe. Su impresión fue tal que casi lo deja caer al suelo: al reconocer al dueño absoluto de todo su alrededor.
-¡n-naruto!--parpadeó--¡estoy en el departamento de naruto, en, en su habitación!—shockeada por recordar lo que había pasado; dejó el retrato donde salían kushina, minato, ino y naruto, en la mesita donde estaba. Su corazón latía muy apresurado.-- ¡Oh, por dios!, ¡¿Qué demonios hago en el depa de naruto?!
Comenzó a caminar de un lado a otro con desesperación. A los segundos se detuvo de golpe, se miró la franela que vestía: era de manga corta, le quedaba algo grande y le llegaba un poco más arriba de la mitad del muslo. Ciertamente no tapaba lo suficiente. Miro unos segundos a la cama, que estaba algo desordenada. Una idea se cruzó por su mente; avergonzándola.
-será que…y si nosotros… ¡no!, no lo creo… ¿o, si?—confundida desvió la vista a la esquina, notando una segunda puerta, y que estaba medio abierta; curiosa por saber lo que había dentro, la terminó de abrir, divisó un gran y limpio baño.
Las paredes eran de un color azul cielo mientras el piso estaba compuesto por cerámica de un azul más intenso, a un lado habían lavamanos gemelos sostenidos por un largo y medio ancho muro que era cubierto por la misma cerámica del piso, un espejo mural en la pared les acompañaba.
Era parecido al que tienen en su departamento, sólo que un poco más grande, repuso luego.
Pudo ver que cerca del espejo había dos cajones repletos de geles corporales, champo y jabones; el techo era liso y de color blanco al igual que todo el departamento. Miro a un lado y al fondo: una preciosa tina hecha de una reluciente y blanca porcelana, en forma ovalada y rodeada de un muro azulado de cerámica, dos escalones sobresalían del mismo, en ella podían caber unas cinco personas, tras esta se apreciaba una cortina de seda blanca con el fondo de una ventana corrediza, y de compañía estaba la ducha, siendo resguardada por paredes cristalinas.
Soltando un suspiro se volvió para pararse sobre la alfombra con piel de durazno color blanco, llevó su mirada al espejo, mirando su reflejo—espantosa—reprochó.
Mirando con una mueca lo que parecía ‘El resultado de la juerga de anoche’: su abundante y larga cabellera rosa estaba despeinada, en sus ojos podía apreciar las bolsitas debajo de sus ojos, pero lo peor era que tenía el maquillaje corrido. Se sintió enferma al verse tan destruida. Miro a un lado, a donde estaban los productos de higiene.
-…no creo que…se moleste si lo uso…un poco--. Tomó el único cepillo de dientes que había, junto a la crema dental.
Después de salir del baño menos desaliñada, según ella, se había hecho una coleta baja con una liga que tenía en su bolso de lado. Y que había encontrado junto a su vestido, estuvieron al otro lado de la cama, en un pequeño mueble. Estando parada frente a la puerta de salida se miró de nuevo la franela que vestía de color naranja con un círculo rojo en el centro, y que le cubría hasta mitad de sus muslos.
-qué vergüenza con naruto…espero y no este molesto conmigo…--debatiéndose en si era correcto o no, y con mucha vergüenza de que naruto la viera el cómo iba vestida, salió de la habitación.
Toda la sala estaba tranquila, no se escuchaba ruido; pensó que si naruto habría salido y dejado sola en su departamento. Pero rápidamente borró esa idea al escuchar un ruido provenir de la cocina; curiosa, aunque avergonzada, caminó con sigilo hasta allí; sin llegar a imaginarlo se encontró con la maravillosamente ancha y tentadora espalda desnuda de naruto quien estaba cocinando, o bueno, eso parecía.
Sakura que estaba parada en la entrada de la cocina lo miraba de pies a cabeza. Naruto sólo vestía un short negro y que marcaba sus estrechas caderas como su lujurioso trasero; embobada de la fabulosa vista se mordió el labio, inconscientemente. “Es tan guapo”, pensaba en el sitio y sintiéndose un poco acalorada. Por lo que decidió dar unos pasos halando al mismo tiempo y hacia abajo la franela para ver si podía taparle más sus largas y blancas piernas. Aunque no daba resultado. Maldijo por lo bajo.
Naruto dejó lo que hacía para girarse al escuchar un ruido a su espalda, viendo que era sakura -se había tropezado al llegar a la barra-; por lo que al verla enderezarse se sorprendió y caminó hacia ella la cual se estaba acomodando la franela, apenada.
-¿estás bien…?—antes de llegar a ella notó que sakura lo miró quedándose estática donde estaba, poseyendo un sonrojo muy intenso. Ladeó el rostro, extrañado.
Naruto que estaba de ella a unos tres pasos de distancia, arqueó una ceja mirándola. Pero al segundo notando -por fin- el cómo le quedaba puesto a ella, su franela. Sin poder evitarlo la escrutó con la mirada de arriba abajo. Se veía realmente sexy, y con ese sonrojo, endemoniadamente preciosa, se dijo él. Contemplando esas maravillosas piernas estando tentadoras a su vista.
Un calor lo estaba envolviendo al momento, sabiendo que se estaba sintiendo caliente donde estaba. De repente volvió a la realidad al escuchar a sakura carraspear su garganta, viéndola muy avergonzada.
-eh, p-ponte cómoda, ahorita te sirvo el desayuno…ya vuelvo…—murmuró ahora avergonzado. Pero no se movió, no lograba dejar de mirarla -haciéndola sentirse incómoda- notando que desviaba la mirada a un lado, muy roja, y abrazándose con los brazos.
El rubio carraspeó la garganta para esta vez y con pasos torpes, comenzar a caminar a su habitación. “¡Demonios, debo controlarme!...pero es que se veía tan hermosa, sexy, tan, tan apetecible que…”, sacudió la cabeza sintiéndose acalorado. Tomó el pomo de la puerta para girarlo, con un suspiro, entró a su habitación.
Sakura después que el rubio saliera como un rayo de la cocina, se logró sentar en uno de los taburetes. Trataba de que la bendita franela le tapara un poco más la piel de sus piernas, pero viendo que no tenía remedio se rindió, apoyó un brazo en la barra y recostó una mejilla en la mano.
Recordó la mirada -claramente intensa- que tenía naruto en ella hace unos segundos: ¡Woo! Sí que la intimidó. Es como si se la hubiera querido comer con la mirada, literalmente. Y vaya que de cierto modo le daba la razón; con lo corta que le quedaba la estúpida franela, volvió a quejarse sintiendo sus mejillas calientes. A los segundos frunció el ceño, había caído en la cuenta de que ella no recordaba -el precioso detalle- de haberse puesto esa franela, tampoco recordaba el cómo había llegado al depa de naruto, y mucho menos se acordaba de haberse acostado en su cama.
¿Cómo entonces pasó todo ello? Pero lo más importante: ¡¿Cómo rayos amaneció con esa franela y no con su vestido?! Abrió los ojos de golpe y se sonrojó seguramente hasta las orejas.
“Naruto, ese pervertido de seguro me la puso. Pero ¿cómo?”, cuestionaba internamente. Ella no recordaba muy bien de lo sucedido. Recordaba que él la había ido a buscar para llevarla a SU casa, o sea, al departamento de al lado. Y no al de él.
Escuchó unos pasos acercarse. Ladeó su rostro el cual estaba rojo al ver entrar a naruto en el lugar.
-ahora sí, vamos a desayunar…--le regaló una linda sonrisa para caminar hasta la barra de la cocina, donde tenía algunos platos a medio servir.
Para suerte de sakura -o más bien para sus nervios- naruto ya no llevaba el torso desnudo, sino una franela sin mangas del color blanco. Sakura puso un puchero viéndolo servir jubo en dos vasos; en su interior quería seguir deleitándose con el naruto sin franela. Al minuto se enderezó en el taburete dejando de fantasear tontamente al ver que él se estaba sentando al frente de ella. Mirando bajo sus rosadas pestañas notó que ya estaba servido el desayuno.
-come, o los panqueques se te pondrán fríos--sakura lo miró, distraída--buen provecho…--musitó mirándola, para tomar el cuchillo y un cubierto y cortar un pedazo del panqueque.
Sakura desvió la mirada a su plato. Se veía delicioso, pensó. Eran tres panqueques puestos en fila, con miel por encima la cual se desbordaba un poco por los lados, a un lado había un vaso de zumo de naranja, y otro plato con algunos frutos cortados en pequeños trozos les acompañaba. Naruto tenía lo mismo.
Sorprendida lo miro, descubriendo el que ya lo hacía, mientras comía en silencio. Se sonrojó—i-igualmente…--dijo en un susurro. Comenzó a comer el primer bocado ante la mirada, curiosa de naruto, sin poder evitar dejó salir un gemido deleitado, encantada por lo delicioso que estaba.
Naruto solo asintió complacido con una sonrisa. Ambos siguieron degustando el desayuno.
****
Sakura después de devorar todo ya que la resaca la había dejado hambrienta., ayudó a lavar los trastes usados por ambos, mientras naruto acomodaba lo que había desordenado cuando cocinaba. El desayuno había transcurrido en total silencio, unas que otras miradas intercambiaban. Aunque sakura no pudo evitar salir de la duda que tenía, le había preguntado al rubio sobre el cómo había llegado a dormir en su cama, y sobre la franela que llevaba puesta.
Naruto -sin expresar la más mínima incomodidad- sólo le había respondido el que él había dormido en la otra habitación, y que él mismo la vistió con su franela. Según él con la luz apagada. No había visto nada.
Aunque sakura estaba incomoda, pensando si le estaba diciendo la verdad, porque de alguna manera la desnudó para vestirla con la franela. Estuvo incomoda en todo el rato que el silencio les acompañó -basta decir que sonrojada. También notó el tono con el que naruto hablaba, suponiendo que a lo mejor estaba enojado con ella, y esperaba a que le pidiera disculpas, por lo de anoche; había recordado lo que sucedió en la disco la noche anterior, bueno, algunas que otras cosas; había recordado -al menos entre fragmentos- el haber bebido una botella de tequilla con tenten, que por cierto, razonó al cómo se sentía en esos momento, por lo menos su estómago se asentó por el desayuno. También recordó haber bailado casi toda la noche con lee, luego el espectáculo que se armó por el mismo.
Sakura estaba muy apenada con el rubio, jamás se imaginó que él fuera capaz de ir hasta ese lugar por ella: sabiendo el que no es amante a ese tipo de fiestas. Se había preguntado mentalmente el por qué lo había llamado, o eso recordaba, de seguro el alcohol se mezcló con su estado de emocional, y pues, digamos que, por ello sucedió. No encontraba otra explicación.
Naruto y sakura se encontraban sentados en el mismo lugar donde estuvieron desayunando unos minutos atrás. Estaban en silencio. Un poco incómodo -o para ella. Sakura no podía mirarlo, estaba muy apenada con él e incluso, estaba roja de la vergüenza. Naruto por su parte sólo la miraba; como esperando que comenzara con una palabra, pero vio que ella sería ajena a ello; decidió hablar él.
-¿Cómo amaneces…?—empleó en tono suave. La vio enderezarse del taburete.
Sakura lo miro entre sorprendida y confundida: al estar un poco distraída.
-bien, gracias. Ya no me duele la cabeza pero siento un poco de malestar en el estómago—se encogió de hombros. Sabía que era poco de lo que se merecía, se dijo, mirándolo como con nerviosismo.
Naruto sólo asintió.
-gracias por la pastilla.
Naruto la seguía mirando sin responderle, guardando silencio. Por una milésima de segundos frunció el ceño. Sakura aun con pena desvió la mirada. Hubo un silencio algo incómodo, por unos segundos; la pelirosa seguía sintiéndose incomoda y con el corazón acelerado. Lo miro de nuevo.
-el desayuno estuvo delicioso, gracias, naruto… ¿siempre has sabido cocinar?—quiso entablar una conversación y tratar de opacar el incómodo silencio que los reinaba.
-no siempre…pero, si—respondió con tranquilidad.
Sakura arqueó una ceja preguntándose, si eso era una respuesta. A naruto se le estaba acabando la paciencia; quería hablar sobre algunas cosas con sakura pero la veía tan incómoda que no quería hacerla sentir mal. Pero, ¿qué con él?. Se la pasó toda la noche preocupado por ella, cuando la misma estuvo pasándola de maravilla. Sakura estaba harta de la situación en la que estaban.
Suspirando se armó de valor, lo miro con sinceridad y al mismo tiempo, con seriedad para decir:-naruto yo…yo, lo siento. Lo siento por todo lo que tuviste que pasar ayer. No fue mi intención el despertarte y preocuparte…yo no suelo reaccionar así, pero es que yo…--murmuró con la voz muy apenada. Siendo sincera.
Bajó la mirada a su regazo sintiendo un nudo en la garganta, quería que supiera que ni ella misma sabía el por qué lo había llamado. Pero no le creería. Seguro pensaba que lo había hecho a propósito. Pero no era así. Naruto se sorprendió al escucharla, iba a hablar cuando ella lo hizo primero.
-...no quise que te preocuparas, y sé que estás enojado por eso, yo.
-no debes disculparte, ya lo hecho, hecho esta, ¿no?—musito un tanto serio y mirándola de igual manera—sí, estoy enojado—confesó en seco ante la mirada asombrada de la ojijade—pero no por el hecho de que me hayas despertado…estoy enojado por el hecho de que hayas bebido de esa manera a sabiendas de que no te controlarías, por haber tenido que ir hasta ese lugar y, encontrarte con un hombre, que no se si te habías dado cuenta, pero te estaba poniendo mucha mano encima, sakura--frunció el ceño--. Y que para colmo, él mismo en su estado, armó tremendo alboroto porque quería dárselas del héroe en no querer dejar que te llevara conmigo…y los idiotas de tus primos te veían y no hacían nada para pararte—. Naruto era sincero en cada palabra que decía, mientras sakura estaba boquiabierta, roja y muy sorprendida por el hecho de que estaba siendo felpeada por él--…y dime, ¿qué tal te la pasaste con, rock lee?, así es como se llama, ¿no…?—preguntó, sintiéndose enojado, impaciente, celoso.
-¿eh?—. Fue lo que balbuceó sakura.
Naruto se levantó con el ceño fruncido. Y sakura lo imitó pero muy sorprendida y hasta aturdida por la pregunta de él.
-¿Por qué me preguntas eso?, ¿qué tiene que ver lee en todo esto?—movía las manos confundida.
La verdad, era que sakura no sabía a qué estaba jugando naruto.
-sabes que es lo que me enoja más de todo esto...
Naruto caminó a zancadas rodeando la barra, plantándose al frente de ella. Bajó el rostro junto con su sentenciadora y azulada mirada llena de seriedad. Sakura se tensó sintiéndose pequeña
-literalmente lo era- al verlo al frente, retrocedió un paso.
-el que tú te estabas divirtiendo con él, sakura--continuó él--. El hecho de que le dabas toda la confianza en hacer lo que quisiera contigo, en no ponerle límites…--mientras él avanzaba un paso ella retrocedía uno. Muy nerviosa por la mirada que tenía naruto: Era fría y enojada.
-l-lee es solo un amigo, y él no hacía lo que quería conmigo... ¡no entiendo por qué te pones así!—alegó enojada y con el ceño fruncido. Qué rayos le pasa, pensó.
Naruto suspiró pasándose una mano por el rostro, algo estresado.
-¡un amigo que tiene interés hacia ti!…pero ¿quieres saber qué es lo que realmente me molesta de todo esto?—con suavidad le tomó del mentón para lo viera a la cara—dime, ¿quieres saber, nena…?
Sakura aturdida, sólo asintió con nerviosismo. Nunca había visto a naruto con esa actitud, le estaba dando un poco de miedo, pero por el giro que dio la conversación.
-sakura, me molesta, no, me enoja que me hayas llamado para decirme todo esa chorradas de incoherencias por teléfono.
Ella lo miró confundida ¿Chorradas de incoherencias? ¿a qué se refería?, se preguntaba una sakura muy confundida.
-por cómo me ves creo que no te acuerdas. Bueno, te recordaré algo. Me preguntaste como diez veces que si te quería, que por qué no fui contigo, que yo era un amargado de lo último. Eso, me lo repetías y te burlabas, sakura—estaba cruzado de brazos, mirándola con seriedad.
Sakura estaba casi acorralada entre la pared cerca de la barra, sintiéndose avergonzada de lo que se estaba enterando. "Con que por eso era todo el rollo. Eso le había dicho a él cuando lo llamé". Por un momento quería soltar una carcajada pero se mordió el labio, al ver a naruto muy serio.
Este prosiguió:—y lo que más me desconcierta, es el hecho de que me dijiste que no te fuera a buscar porque te la estabas pasando de lo mejor, que habían muchos hombres que te habían invitado a bailar y, que como yo no estaba, tú, ibas a bailar con todos para no aburrirte, como yo…
-naruto, lo siento. No fue mi intención decirte todo eso, yo…--se interrumpió, al momento que naruto terminó con la distancia entre ellos, haciendo uso de la brusquedad.
Ahora sí que estaba acorralada entre la pared y él; que había azotado con sus manos la pared y que ahora posaban sobre la cabeza de ella. La miraba con el ceño fruncido. Sakura estaba sonrojada, nerviosa y sorprendida por ello.
Balbuceó:—n-no lo quise decir…
-los niños y los borrachos dicen la verdad, sakura—inclinó unos centímetros su rostro al de ella—tu dijiste que no te quería y sabes que es mentira…no sabes cuánto te quiero...ahora—su voz era suave y ronca, susurrándole muy cerca del oído y haciendo que ella sintiera escalofríos: le escuchó soltar suave un jadeo—...no sabes lo enojado que me sentí cuando te vi bailando de esa manera con tu amigo, el cómo te jaloneaba para que te fueras con él, el cómo me hiciste sentir con esa simple llamada—. Siendo basto, apartó las manos de la pared y se alejó un poco, dándole la espalda.
-naruto, en serio, discúlpame, no quise que pasaras por todo esto--sentía su corazón acelerado.
No quería pelear con él, se sentía muy mal--no fue mi intención el hacerte sentir mal con esa llamada…
Interrumpiéndola, naruto se giró, y con brusquedad la volvió a presionar entra la pared y su cuerpo. Pero esta vez le tomó el rostro con ambas manos; ella se sonrojó, posando sus manos entre escondidas en su cuerpo y la pared, detrás de sus posaderas.
-no sabes cuánto te quiero sakura, no sabes el nivel en que me…--no quiso terminar de hablar, no aguanto más.
La estaba besando, tosco, sintiendo rabia, deseo, frustración, en fin, enojo. Un mezcle emocional en ese momento. La besaba con intensidad haciendo que ella ahogara jadeos por lo rudo que era. Pero aun así compartiendo el beso. Sakura no sabía por qué naruto actuaba así: como si estuviera desesperado, pensó. Se dejó llevar y moviendo sus manos a los hombros de él, continuó compartiendo el beso.
Duraron varios minutos así, hasta que naruto decidió terminar con la ruda pero excitante sesión, mordiéndole el labio inferior, soltándola del rostro.
Habló agitado:—no…sabes cuánto te…te deseo, nena…te deseo desde que te vi, te deseo ahora y, al verte con mi franela puesta, me...--se interrumpió.
Sakura no podría estar más roja en esos momentos. Respirando agitada y sintiendo calor en todo el cuerpo, mientras naruto la miraba con intensidad haciéndola perderse en lo oscuro que estaban sus zafiros -por el deseo que sentía en esos momentos. El ambiente que, anteriormente estaba tenso, ahora era cargado de un condenado deseo que los estaba envolviendo. El rubio sin dejar de mirarla -con mucha cautela y sin el consentimiento de sakura- bajó su mano derecha para tomar con delicadeza, la pierna de ella y colgársela en su cadera, y con la otra, la sostenía de la espalda baja.
-¿q-que hac-es Naru-to?—balbuceó tensa por lo que hacía él. Éste comenzó a besarle las mejillas, comisuras de los labios.
-te deseo, sakura…sé que tú también…lo puedo sentir…al tocarte--murmuraba con voz ronca y suave. Mientras le daba besos en su cuello. Ella nerviosa, sentía su corazón latir a mil--¿o no me deseas...?
Sakura estando aturdida, sentía los latidos retumbándole en los oídos, su sangre correr a mil por sus venas: acalorándole el cuerpo. "Claro que te deseo". Lo deseaba tanto que no podía más con su cordura.
Pero no podía dejar de estar nerviosa, o sentirse avergonzada. Era su primera vez después de todo.
Sin responderle con palabras sólo lo rodeó por el cuello con sus brazos, y con un impulso, subió su otra pierna quedando entre los brazos de naruto, que la sujetaban de la cadera y ella con sus piernas enrolladas en la de él. Todo y sin dejar de mirarse el uno al otro.
Naruto sintió su corazón acelerarse de la adrenalina que sentía, sonrió para comerle los labios.
Besándose con pasión, intensidad, recargó a sakura en la pared sin despegarse de su boca; deseoso llevó sus manos a las piernas de ella para acariciarlas con suavidad, trazando un camino con sus manos hasta el comienzo de su espalda podía sentir lo tersa que era la piel, erizándola ante su tacto. Sakura jadeaba entre su cálida boca mientras acariciaba las doradas hebras con suavidad, sintiéndose perdida ante esas expertas caricias en su cuerpo.
Naruto comenzó a acariciar la suave piel de ella por debajo de su franela, aventurándose hacia territorio nuevo, escuchándole suspirar mientras también le besaba el cuello.
Después de minutos entre besos apasionados y caricias tentadoras, naruto no aguantó más, por lo que tomó equilibrio para mantenerse en pie con ella en brazos. La miró: perdido estaba en la profundidad que tenía ella en sus verdosos ojos, nublados del deseo al igual que él. Comenzó a caminar a la sala para dirigirse a su habitación.
Pero antes, paró en medio del lugar. Ella se separó de su boca al notar que naruto se detuvo, repentinamente. Pero naruto para estar seguro de lo que iba a suceder, preguntó con suavidad:--¿estas segura…de que…quieres, hacerlo?.
-…si...-su voz sonó casi inaudible por el deseo y las sensaciones que estaba sintiendo.
Naruto complacido por su respuesta, asintió. Ella muy sonrojada volvió a besarlo con suavidad.
Naruto prosiguió con sus pasos para luego, estando frente a la puerta de su habitación, tratar de encontrar la bendita perilla que no podía ver -tenía a sakura cargada y besándolo-; como también la sostenía con su otra mano; aunque más bien la tenía metida en su franela acariciando su espalda. Cuando por fin logró tomar el objeto -por muy desgraciada que le es su suerte, o la de ambos- el timbre sonó en el momento en el que abría la puerta.
Ambos se separaron y se miraron, sonrojados, agitados y, por desgracia, destruyendo la concentración apasionada del momento.
-maldición…--masculló bajando con cuidado a sakura de sus caderas. Ella estaba aturdida--¿Quién demonios es a esta hora…?—la miro frustrado.
Sudando la gota gorda. Era ya medio día.
-jeje pa-parece que siempre será así…
-¿eh?—la miro confundido, mientras se dirigía a la puerta para saber quién era el muy INSOLENTE que los había interrumpido--¿de qué hablas...?—asomó un ojo por el mirador de la puerta.
-de que siempre que estamos en un momento así, íntimo, lleno de tranquilidad, siempre nos interrumpen...
Naruto sin prestarle atención a lo que dijo abrió los ojos de golpe al ver a quien estaba tocando-
-¡mierda, Nagato! ¡Ahora que lo recuerdo, le dije que viniera hoy…!—dejó caer la frente contra la puerta sintiéndose idiota al no recordarlo.
Sakura suspiró, sintiéndose triste, frustrada pero a la vez avergonzada por ver lo que estuvo a puntito de pasar entre ellos.
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Continuará...
Gracias por sus comentarios chicos
CerezoIntenso- Chunnin
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Re: ¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
Hola cere.......como etsas....
hahahahahahaha estuvieron muy buenos....como me pude reir con rock lee....minimo lo despido jahhahahahahaha...
este ultimo cap. estuvo mas emocionante
miedo, confuncion, vergüenza, enojo, deseo, deseo,
dese y mas deseo fue lo que huvo jahjajjajaaja
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dese y mas deseo fue lo que huvo jahjajjajaaja
Re: ¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
Capítulo 34' II parte
Después de la frustrada, inoportuna y molesta interrupción por el pelirrojo Uzumaki, según naruto, la tensión sexual en el lugar se había esfumado para la parejita. Sakura se había ido avergonzada -y algo enojada- a cambiarse de ropa cuando naruto dejó pasar al pelirrojo al departamento.
No quería que la viera y mucho menos el rubio, con tan poca tela cubriéndola.
Naruto se había molestado por lo inoportuno que era su primo, la verdad, se estaba haciendo costumbre ello, como había dicho la ojijade; el que lo interrumpiera cuando estaba en un momento romántico con su novia, y no es para menos el que estuviera molesto cuando estuvo a punto de que su tan deseada fantasía se cumpliera: hacer suya a sakura.
Como la deseaba.
Desde el momento en que la vio por primera vez tuvo esa sensación de que alguna vez la vio o conoció en algún lugar. No supo en ese momento por qué. Pero a decir verdad, sí la había conocido: en su infancia.
Al principio: cuando era recién su estadía en konoha, esa sensación se fue convirtiendo en una locura que para él, era de seguro producto del estrés por el trabajo y de sus problemas personales. Lo hacían sentir confundido.
Pero con el paso de los días en konoha, se fue dando cuenta que esa misma locura lo hacía sentirse diferente; irónicamente a gusto; sakura para él se fue convirtiendo en alguien muy especial que fue iluminando su vida cada vez que convivía con ella, cada atención al trabajar, cada palabra, sonrisa, mirada, le hacía a su imponente corazón latir a un ritmo veloz. Por lo que su deseo de tenerla, acariciarla, besarla y hacerla sentir especial eran algo que quería, anhelaba.
No se había podido controlar en el momento en que estaban discutiendo, se había sentido enojado, celoso por lo sucedido la noche anterior y hasta excitado por el momento tenso entre ellos. Cuando la vio tan sonrojada, desprendiendo un aura de inocencia en su angelical rostro, y vestida con su franela la cual la hacía ver la cosa más hermosa y sexy que sus ojos jamás habían visto, no se logró contener; se había alegrado muchísimo el confirmar el que ella también lo hiciera: el que lo deseara. Porque eso fue lo que sintió al responderle ella con esa reacción que no necesitó ni una palabra.
Sin embargo tenía una duda, algo curiosa, pero aun así, no le tomó importancia.
Volviendo al tema…
Naruto había invitado a Nagato a su departamento por ciertos motivos; uno era que le había contado sobre el tan absurdo percance que habían pasado sakura y él -naruto- el día anterior con los dos extraños motorizados. Nagato al enterarse, se había asustado mucho ya que su primo podía correr peligro, pensó, el pelirrojo también había pensado lo mismo que sakura, que alguien podría quererle hacer daño porque era algo ilógico que llegaran preguntando justamente por él. Si según lo iban a asaltar como había sugerido el rubio. Éste le había comentado que no había que imaginarse cosas insensatas, que de seguro se trató de eso, de un robo; aunque a Nagato no lo convencía del todo, pero decidió no tocar más el tema, porque conociendo lo obstinado que era su primo rubio: dejaría las aguas calmarse.
El otro motivo era kushina, la pelirroja Uzumaki había llamado a naruto en la tarde anterior para reclamarle sobre el rompimiento con la Hyuga, cosa que había puesto muy enojado y un poco alterado al mismo. Que había intentado llamar a su madre lo que restaba del día pero sin tener resultado. Estaba muy molesta y decepcionada de él, eso le había dicho.
Naruto sintiéndose un poco conmocionado e intranquilo había optado en contarle a Nagato sobre ello, ya que era de su confianza y al que más cerca tenía. Aunque no le gustaba el contarle sus problemas a nadie, tuvo esa excepción.
También le había contado a su mejor amigo, konohamaru, éste lo había aconsejado en que no se desesperara y dejara que se calmaran las cosas. Dándole la razón al reconocer el carácter de su madre.
Naruto había decidido en no comentarle nada a sakura para no preocuparla, no quería involucrarla en sus problemas personales, porque sabiendo el que si le contaba algo, ella podría culparse a sí misma de ello, a él eso no le tranquilizaría porque el culpable de lo que le estaba pasando era él mismo. Y eso lo sabía muy bien; como también, por ese tema se había acostado inquieto y que para colmo, la llamada de sakura lo habían plantado en absoluto descontrol.
Luego de que los dos hombres se instalaran en la sala del ojiazul, Nagato le había preguntado por noticias de kushina, aunque en ese entonces, la mente de naruto sólo fantaseaba: imaginaba que en ese preciso momento, le estuviera haciendo el amor a su pelirosa, y es que de tan sólo imaginársela debajo de él, gimiendo su nombre con esa angelical y dulce voz que lo enloquecía, tocando y besando cada parte de su hermoso y delicado cuerpo lo ponía caliente, e incluso comenzaba a adquirir en aquella parte, una vigorosa y energética elevación. Pero que para en ese instante, era más que inoportuna. Todo eso pasaría en esos momentos si no fuera por lo impropio que era su primo.
Hasta unas ganas locas tuvo de mandarlo para el carajo y continuar con lo que habían quedado sakura y él. Pero pensó, muy avergonzado, que no era correcto hacer eso, se resignó luego, frustrado.
Sakura por su parte, estaba muy avergonzada de lo que estuvo a punto de pasar. No es que no hubiera querido hacer el amor con naruto, de hecho sí lo quería -no por nada había tenido sueños un poco mojados con él, siendo su secreto-; aunque el mayor que tenía era el hecho que se sentía apenada -o más bien inútil- en no saber cómo hubiera reaccionado ante él, si lo hubieran hecho, ya que no era experta en ese tema tan íntimo. Era una triste, torpe y desmañada virgen a sus 23 años, y según ella, no complacería lo suficiente a naruto.
Anko y tenten le contaban sus aventuras pasajeras y el cómo eran complacidas, pero eso era lo que a sakura no le gustaba saber -mucho menos con detalles-; konan era más reservada pero a veces le contaba uno que otro anécdota, eran el típico grupo de amigas confidenciales que comparten sus secretos.
Sin embargo su situación no la acomplejaba, sino que más bien la hacía sentirse orgullosa y plena, porque para su suerte, perdería su valiosa virtud con alguien a quien le importa su bienestar, la quiere, y además, la desea. Naruto, es el hombre indicado y eso ella lo fue descubriendo poco a poco; a medida en que convivía con él.
No sabe en qué día, lugar u hora podría pasar ese momento -y que debe ser maravilloso, como toda mujer sueña su primera vez-; cualquier momento podría ser el indicado ya que al estar a solas con naruto, por alguna razón, el ambiente que los rodea se vuelve magia y pasión. Algo que ella no había sentido antes pero que con naruto, fue naciendo asombrosamente.
Cuando se había despedido de naruto y de nagato se había puesto muy incómoda, ya que éste último estaba un poco sorprendido -o al menos trató de disimularlo- al verla tan temprano por en el lugar. "Seguramente se imaginaría que ya había consumado su relación con su primo, en algo más íntimo", pensó ella. De tan sólo imaginarlo se había tornado del color de una fresa madura, abochornada.
Naruto con una incomodidad adquirida, le había dicho que luego hablarían, despidiéndose con un tierno beso. Para cuando estaba a punto de abrir la puerta de su departamento y que compartía con sus primos y tío, se quedó estática y con el corazón en la boca. No había recordado eso, de seguro su tío estaría preocupado por ella -esperándola una larga charla "justificada" de su solitaria llegada mañanera-.
Se le había ocurrido una idea: llamar a su buena y mejor amiga, konan, para que la cubriera si llegare el caso. Konan sólo tendría que decir el que sakura se había quedado en su casa, para evitar preocupar a su tío; sabiendo que si confesaba el que había pasado lo que restaba de madrugada en el depa de su vecino -que ahora era su jefe y encima su novio-; además dándole el golpe de remate: el que durmió en SU cama y con SU ropa.
Aunque a pesar de esas pruebas no pasó nada -o casi pasó.
Aun así, evitaría el que comenzara una bronca.
No dudaría en que se llevaría un buen sermón por su comportamiento en el club -como muy bien se lo había dejado claro naruto-; sabía que fue inapropiado. También se veía ser sermoneada por no avisar a kakashi el que no llegaría a casa, preocupándolo seguramente; y por último pero no menos importante -que seguro sería lo peor de todo- que kakashi se enojara con naruto, y lo más preocupante, que los estuviera vigilando: cuando ellos dos menos se lo esperen. Ni siquiera se lo quería imaginar.
Sakura tuvo la suerte de encontrar a sus primos aun roncando en sus camas y a su tío viendo una repetición de un partido de fútbol en unos de los muebles de la sala; con perspicacia -utilizando su arma más infalible con él: los ojitos de cachorro- le había explicado las razones de la ausencia de su llegada -que era mentira obviamente. Pero una mentirita para su supervivencia: como dice yuukimaro. Ya después les pediría el favor a sus primos de callar sobre lo que había pasado, sino los obligaría -y sabía cómo hacerlo.
El resto del día había transcurrido con tranquilidad, aunque con malestar para sakura, gracias a su espléndida noche de fiesta. Pero aún así y según ella, no se arrepentía porque sí que se había divertido, y a pesar de haberle traído consecuencias, no lo haría.
****
Lunes, 10:20 am, al centro de la ciudad en la ferretería Shinobi’s c.a,
Las ventas estaban favorables para kakashi hakate. Los empleados atendían de aquí para allá el lugar con mucho empeño, ya que disfrutaban el hacer que los clientes, satisfechos, partieran agradecidos por el servicio brindado -y ellos por la compra.
El peliplata había sacado el resultado de las cuentas de balances de gastos, compras, ganancias de los rubros importados que le habían llegado la semana anterior, todo estaba en orden.
En estos momentos se encontraba platicando con un viejo amigo y cliente de la zona, estaba sentado en su silla junto a su escritorio, mientras su compañero estaba al frente de él donde eran separados por el largo mostrador constituido por un muro de concreto y adornado en ladrillos, en él estaba su computador de mesa, algunos papeles y carpetas ordenadas en un estante cerca, mercancía expuesta como muestra se apreciaba en otro estante, y claro, la caja principal del lugar; ésta era la que administraba el capital mientras las que estaban en el principio de los pasillos, eran las distribuidoras -así como un supermercado.
-me alegro que vaya todo en orden, kakashi—habló un hombre de cabello negro, con una extraña forma por cierto, ojos negros al igual que sus abundantes cejas y una brillante sonrisa. Vestía el uniforme de la empresa The Namikase’s, siendo claramente un empleado—¡como siempre siendo eficiente, ¿eh, amigo mío?
-jeje sí, gracias Gay--tocó su nuca, sonriendo--. ¿Y qué tal en la empresa?, ¿ya tienen todo listo para la presentación de la campaña?—lo miro con curiosidad.
Kakashi vestía una playera color verde manzana, jeans oscuros y unos tenis del mismo color. Dejó de ordenar los papeles que tenía en manos para prestarle atención.
-¡sí! todo va en orden, el equipo de mezclas y embotellamiento tienen casi listo los productos elegidos para su presentación, solo faltan algunos arreglos en cuanto al sellado y pan comido--mostró un pulgar--hemos tenido un proceso muy bien ordenado, el balance de la materia prima, gastos y mantenimiento de maquinaria ha permanecido en buen estado durante estos 3 meses, ¡naruto-san es un buen jefe después de todo!—sonrió a su amigo y ex compañero de clases universitarias.
Kakashi quien lo estaba escuchando cuando terminó de acomodar los papeles, lo miro con una sonrisa.
-¡se nota que es hijo de minato-san!
-sí, en eso tienes toda la razón, literalmente ese muchacho es igual a él en todo!, aunque más reservado me parece—afirmó para sí, al igual que dándole la razón a Gay—me alegro que todo vaya excelente, la verdad, es que naruto tiene mucho talento aun siendo joven, jeje y eso es porque también lo heredó de su padre, ¡el rayo amarillo!—soltó una carcajada y le siguió gay, recordando los tiempos anteriores cuando había conocido a minato.
Este siendo joven cuando había llegado por primera vez a konoha se había instalado en la misma residencia que el Hakate, claramente siendo su nuevo vecino. El peliplata al principio había pensado lo mismo que sus sobrinos -cuando con naruto-, el que minato era una persona asocial y engreída, sin embargo, cuando lo comenzó a tratar, se dio cuenta de que estuvo equivocado, minato es una persona de muy buen rato que ni cuenta se había dado el que ya eran muy buenos amigos; hasta ese entonces lo conocía. Por ello se asombró aquella vez que por primera ocasión conoció al joven naruto: es que era la copia de su padre, sólo que más joven.
Sonrió, nostálgico por aquellos tiempos—es un gran muchacho…
-cierto, ¡el muchacho tiene la llamarada del poder en la sangre!—al sonreír un brillo algo luminoso le envolvió aquella blanca dentadura. A kakashi le resbaló una gotita en su nuca mirándolo por unos segundos. Gay se inclinó un poco hacia adelante para preguntarle:—oye, ¿es cierto de lo que me entere?, ¿de qué tu encantadora sobrina y el muchacho son…están saliendo?—curioseó, juntando sus dos dedos índice, como señas de lo que habló.
Kakashi quien estaba viendo algo en su computadora de mesa desvió la mirada hacia él para responder, un poco despistado:—¿eh?, mm, ¡ah, sí, sí! Hace poco comenzaron su relación, están saliendo—volvió a mirar la pantalla.
-ya veo, el pobre de lee está algo triste por eso. Se ha enamorado como un bobo de tu sobrina, ¡es muy hermosa y encantadora!—apremió con energía al recordar a la chica de cabellos rosa.
Pero también estaba algo desanimado por su hijo. Era una de las pocas veces en las que conocía a una de las chicas que robaba la atención de su hijo, aunque por ésta vez, nada se podía hacer. Sakura ya estaba comprometida en una relación.
-¿y cómo está ella?, ya sabes con, con lo de mi gran amigo, kizashi—quiso saber el estado de ánimo de la chica por lo de su padre.
A pesar de ya haber pasado algunos años el vacío y ausencia de un ser querido siempre queda. Gay era un buen amigo de la familia, desde hace años había entablado una amistad con kakashi; y es que ambos habían estudiado en la preparatoria juntos al igual que estudiaron en la misma universidad, sólo que en diferentes carreras. En esa época, al Hakate, como ya lo saben lo apodaban “el shinobi”: por su habilidad en el deporte. Maito Gay era “la bestia verde”, porque eso era, una bestia en todo y sobre todo por su persistencia en competir -lo de verde, bueno, porque siempre usaba un traje de gimnasta. Aun eran muy buenos amigos y de vez en cuando compartían con los de su generación.
Gay extrañado, miró a su amigo y luego volvió su vista a la pantalla del computador, donde el otro no dejaba de mirar con interés.
-oye, kakashi... ¿qué vez…?—trató de acercarse más para ver que tanto leía éste.
Al parecer era: una noticia de la prensa virtual de konoha, leyó.
-es una noticia del diario de konoha, dice que encontraron el cuerpo de un hombre a las afueras de la carretera que da al valle del fin…--informaba kakashi, gay escuchaba con interés—al parecer tenía apariencia de estar dos días de muerto, y por lo que dice, espera...--con un clip centró mejor la ventana en la pantalla--esto, fue una atrocidad el cómo fue asesinado—hizo una mueca de asco al ver la imagen en la pantalla, viéndose un bulto negro siendo el cadáver que estaba suspendido en el pavimento del lugar, sintió pena por el difunto y que aún no tenían la identidad, leyó—los médicos forenses acotaron en el examen médico que fue asfixiado, mm, al encontrar en su cuerpo marcas que lo comprobaban, pero también hay un dato curioso aquí--sonó su garganta viendo de reojo a un gay muy interesado, prosiguió él también con interés en la noticia—encontraron en todo el cadáver mordeduras, que al parecer fueron hechas por un ofidio--(una serpiente)--dejando así en el cuerpo una cantidad alta de toxína la cual, según los forenses, pudo ser la principal causa de muerte.
Se recostó en la silla cruzándose de brazos, culminando con la lectura; soltó un suspiro y miro con pena a su amigo quien lo veía de igual forma—parece que aún no saben la identidad del cadáver, pero identifican que es de un hombre…
-pobre, ¡desgraciados rufianes!, son unos animales sin corazón—alegó enfadado--¿crees que, sea obra de…de ese criminal?—preguntó curioso.
-puede que sea lo más probable…—se encogió de hombros, miro sobre el hombro de gay, divisando a yahiko quien traía en manos la correspondencia,.
Éste cuando le había entregado los papeles que kakashi había estado mascullando duante la mañana del viernes que no le fueron entregados por Tazuna -el mensajero-, el mismo en el que pilló la noticia sobre sakura y naruto, yahiko se las había ingeniado para comprar por fuera una prensa y entregárselos al día siguiente junto con tales papeles; a kakashi le pareció extraño ya que no había recibido noticias sobre el señor tazuna.
Miro de nuevo a su amigo y levantándose de la silla, dijo:—el sanni, es un hombre despiadado que no teme en acabar con sus víctimas si se lo propone, y más tratándose de usar ese tipo de escenarios, pero aun así las autoridades del país no han podido dar con él o al menos con su identidad, es muy audaz, muy escurridizo--reiteró.
-sí--confirmó--. ¿Cuándo será el día en que se descubra su identidad?, lleva tantas víctimas y delitos que me atrevería a decir el que seguramente los demás delincuentes lo tendrán, así como en un pedestal--dijo haciendo una mueca de desagrado.
Sin previo aviso dio un salto por lo cauteloso que fue yahiko en aparecer a su lado, dejando la correspondencia en la barra del mostrador.
-¡oye chico, me diste un buen susto!
Yahiko se disculpó, apenado, para seguidamente retirarse a comenzar a arreglar algunos estantes.
-este chico y sus loqueras—negó con la cabeza, tomando la correspondencia y dejarla en su escritorio--oye, ¿qué me preguntaste antes de entretenernos en la noticia?, es que no te escuché, lo siento.
Gay parpadeó para luego hacer uso de su capacidad mental-
-te pregunté que cómo se encuentra tu sobrina con el asunto de su padre?--sonrió un poco.
-ah, sakura, mi pequeña flor--sonrió con ternura--...poco a poco la ausencia de Kizashi le ha dolido menos, es fuerte aunque lo extraña mucho--recordó su confesión, una noche de la primera semana en la que ella se mudó a su departamento--pero ahí va, con el apoyo familiar al igual que sus hermanos—le sonrió sincero a su amigo quien le tocó un hombro, comprendiendo. Sonó su garganta--¿entonces, te llevas los repuestos que dijiste…?—cambió de tema.
Levantó la tabla que bloqueaba la entrada al mostrador para salir. Maito gay al recordar que había ido a la ferretería no sólo a visitar a su viejo amigo, sino que a comprar unos repuestos para uno de los camiones que distribuía la mercancía de la empresa -ya que todos estaban ocupados con los preparativos para la campaña- tuvo que ofrecerse. Por lo que puso una cara chistosa al recordarlo. Comenzó a seguirlo al tercer pasillo.
-¡qué bueno que tengo a mi buen amigo kakashi para que me saque de este problemón! jeje—abrazó por los hombros y con hermandad a kakashi, quien suspiró pero sonriendo.
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Cuando sasuke volvió de konoha a Osaka estaba más tranquilo en haber arreglado las cosas con sakura. Sentía que el peso que había sentido durante todo ese tiempo en que comenzaron las mentiras de su parte, ya no estaban, y por ello estaba tranquilo. Había pasado el fin de semana con algo de inspiración -así estaba su mente, en relajación. Tuvo la idea de tomar unas vacaciones, o bueno, eso se lo había sugerido su amigo, sugetsu, quien lo había felicitado por su actitud y madura decisión con respecto al tema de su ex novia: Después de todo era su confidente de antaño.
Sasuke se había rendido. Al recordar que sakura se veía con un lindo brillo en su mirada, se dio cuenta que no podía, no debía interponerse y arruinar esa felicidad que ella tenía, se la debía. Sabiendo que a pesar de ya no tener la atención, cariño y amor de ella, se sentía agradecido por esos bonitos momentos que compartieron juntos. Aunque no lo confesara: los guardaría como un valioso tesoro en su vida; a decir verdad ahora era él quien era rechazado. Pero que gracias a eso logró comprenderla; sólo le quedaba resignarse en haberla perdido, en dejarla ir: como una hoja que el viento se lleva sin regreso.
Lastimosamente así era la vida. Tenía ahora claro el que la vida le cobró su pasado con ella.
Por otra parte, no pudo no haberse preocupado del hecho en que ese, Naruto Namikase, le estuviera mintiendo con respecto a su “exrelación” con su “exprometida”; aunque la prensa había dicho lo contrario -el que aún eran pareja-, el muy imbécil había mal puesto la reputación de sakura. Pero estaba el hecho de que por un milagro el o los idiotas que tomaron las fotografías no lograron capturar el rostro completo de ella.
Sasuke sí sabía que era sakura, más por saber que trabajaba con el Namikase.
Al principio se había puesto muy molesto, celoso el que sakura trabajara para el Namikase -algo que le era ajeno ya que no tenía por qué, sakura no era ya su asunto. Pero admitía también que por tener la fama que Naruto tiene, el respeto, el prestigio -le hacía ser aclamado por los medios- incluso por la tan afanada herencia familiar del mismo, le dio algo de envidia. Sin embargo sus dudas -o parte de éstas- desaparecieron al ver a sakura estando tranquila y hasta segura, porque eso pensó él: reflexionó en que si naruto estaba saliendo públicamente con sakura, era porque ya no había compromiso y que entre ambos había honestidad; comprendió que no debía preocuparse por ella.
No por nada un hombre con ese estatus arriesgaría su imagen.
Él sabía muy bien como era ese mundo de los medios, el cómo se vivía oculto -en secreto- para que esos charlatanes no pusieran en mal habla su reputación. Por un lado, se imaginó que eso pasaba con naruto, y que de seguro sí terminaría su relación, pero aún no la había hecho pública, de ahí los rumores de la prensa.
Lo que si no olvidaría el Uchiha era el hecho en que Sakura Haruno le había enseñado una buena lección: una donde tuvo que perderla para darse cuenta de sus errores, donde aprendió en que debes valorar lo que tienes a tu alrededor, al frente de tus ojos y no dejarlo pasar. No dejar pasar las oportunidades inesperadas que se te crucen en el camino, porque ellas, podrían dar lugar a una gran decisión, inclusive, a tomar la decisión que podría marcar tu felicidad. Así como la que estaba a punto de tomar sasuke. Éste recordaría a sakura, en lo muy hondo de sí, como algo valioso que perdió en su vida. Ahora sería su amigo, pero estaría para ella siempre que lo necesitare.
En estos momentos el azabache se encontraba en su despacho con su teléfono en la oreja, iba a realizar una llamada muy importante. Habló con parsimonia:
-…sí iré, diles que confirmé y que me esperen. Partiré mañana por la mañana—dijo con suavidad. Colgó.
Miró la pantalla de su móvil donde estaba la llamada de hace unos segundos. Se trataba de su único y hermano mayor. Itachi Uchiha. Éste le había informado hace dos días anteriores -precisamente el sábado por la tarde- que unos amigos de sus padres necesitaban con urgencia a un buen escultor para un trabajo: realizar algunas esculturas para una exposición en una de las mejores galerías de arte, en Estados Unidos, siendo los mismos los dueños.
Aunque realmente esa oferta se la había propuesto su hermano hace ya casi un mes, pero con lo testarudo que estaba con el tema de sakura, no quería irse a ningún lado.
Pero como ya se sentía liberado, emocionalmente, había tomado la decisión después de reflexionar, y viajar hasta donde sus padres y darse un nuevo aire, sería lo mejor; y donde no estuviere tan cerca de Karin que no dejaba de llamarlo y fastidiarlo.
Curveando un poco sus labios guardó su móvil en uno de los bolsillos de su pantalón, vestía un traje negro de corbata.
Regresó a su escritorio para continuar arreglando las citas pendientes que tenía.
-espero que con esta decisión logre alcanzar paz interior…y así poder inspirarme como antes solía—tomó su bolígrafo y comenzó a escribir en su agenda.
Unos días tranquilos donde tendrá mucha experiencia y aprendizaje le espera al Uchiha, y como dijo: obtener la paz interior que tanto necesita para poder olvidar el vacío que le dejó aquella bella, delicada, pero valiente flor de cerezo.
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Ya por la tarde, 3:15 pm, en la empresa de konoha naruto se encontraba en su amplia oficina trabajando. Ese día había sido algo tedioso para él. Y digo tedioso, refiriéndome al asunto de la noticia que ya estaba propagada por toda la empresa: la relación que tenía con su asistente, sakura haruno.
Cuando los vieron llegar juntos y tomados de la mano, esa mañana, algunos los miraban entre asombrados y curiosos porque al parecer estaban confirmando que era cierto.
Naruto había escuchado un murmullo de uno de los empleados diciendo:
"Con que lo tenían bien escondido, de seguro se aburrió de su prometida y la dejó porque se enamoró de sakura-san".
Al mismo tiempo escuchó que otro le respondía a éste:
"Sí, a lo mejor. ¡Pero sakura-san es muy hermosa, tiene mucha suerte el jefe!".
Naruto se había molestado mucho por esos comentarios -y que no pasaron desapercibidos de sakura-, al igual que otros comentarios más sobre ellos. Pero sakura sólo le había aconsejado a naruto que no les hiciera caso y pasara de ellos, era lo mejor. Naruto cedió pero también pensó en que después les llamaría la atención por sus impertinentes comentarios. No le gustaba que su vida privada anduviese como chisme en toda la empresa.
También estaba el asunto del “enamorado” de su novia. Rock Lee. Quien a la hora del almuerzo, se había encontrado a sakura junto con naruto -ambos estaban compartiendo merienda. Lee se había acercado a ellos, muy incómodo y muy abochornado, para pedirles disculpas por lo idiota e imprudente que fue el sábado en la noche. Les había confesado que cuando tomaba de más su cuerpo no respondía conscientemente sino que se estimulaba por el efecto del alcohol etílico.
Todos ya lo sabían: a simple vista era obvio.
Pero lee sólo quería que lo disculparan; sakura sólo le había confesado estar decepcionada, aunque al verlo tan triste y apenado no soportó en no perdonarlo, era su amigo después de todo y le había tomado cariño. Naruto por su lado le había dicho que era muy irresponsable el que bebiera de esa manera a sabiendas de lo que pasaría, pero aceptó -de buena manera- sus disculpas al verlo muy sincero en ello.
Lee se los había agradecido mucho y diciendo que no pasaría de nuevo.
Naruto sólo pensó con molestia: “ni yo creo que vuelva a pasar porque no pienso pisar otro sitio de esos”.
Lee también le había agradecido el que no tomara represarías en no despedirle, sabiendo que lo sucedido fue extralaboralmente, naruto poseía la facultad de despedirlo si quería; aunque éste sí que lo había pensado, pero sakura ya le había pedido que no lo hiciera, no toda la culpa era del chico, porque como se lo había reprochado él: ella también tenía culpa por no frenarlo, ponerle límites. Naruto con razonamiento y siendo justo descartó esa idea.
Naruto pudo notar en un lado del mentón de lee una pequeña marca amarillenta, por lo que pensó que de seguro era producto del golpe que le había dado la noche en el club, por lo que se había preguntado para sus adentros, curioso, si le pegaría duro porque a su parecer, así fue.
Esa mañana había pasado rápido. Estaba algo inquieto; terminando de revisar algunos documentos que su padre le había mandado por fax sobre unos contratos que anteriormente fueron firmados por su persona, donde ahora fueron renovados, y debían ser firmados por él y reenviárselos a Tokio.
Naruto andaba inquieto y preocupado por el asunto de su madre kushina, había seguido intentando comunicarse con ella esa mañana, pero ella no le contestaba. Sin embargo había recibido un mensaje de ella hace una media hora, donde el decía:
"Te repito, naruto, no pienso hablar contigo, no me tienes nada contenta, estoy muy enojada por tu actitud. Te desconozco, si vieras lo desecha que esta la pobre de hina con todo esto. Tengo que consolarla. Cuando vuelvas hacer el mismo, llámame. No entiendo porque haces esto”
Se había vuelto a entristecer a la vez que enojar, y por último desconcertar, por aquel mensaje. ¿Cómo era posible que su madre, la que ha velado por él, que lo vio creer por unos veinticinco años, que lo apoyaba en todo, esté ahora en su contra y sólo defienda a hinata?
Él muy bien sabía que hinata sólo estaba actuando, desde hace un tiempo ha pasado lo mismo: su madre sale a la defensa de ella, atacándolo como si él fuera el culpable de todo. Traición es como lo define él de su parte. Su propia madre lo traiciona y eso no le resulta para nada agradable. Más decepcionado no puede estar.
Mira que defender más a la ex de tu hijo, que ¿en vez de él?.
Trató de relajarse, no quería que sakura notara su estado; aunque eso a su parecer no funcionó -le pareció que ella lo notó tenso a la hora de comer.
¿Y cómo no?
Tantos problemas encima lo tenían un poco tenso. Lo que necesitaba era un buen descanso y eso, ya estaba más que solucionado. El viaje a suna no le caería tan mal después de todo, y con él, se llevaría así sea secuestrada a su novia. Y no le importaba en lo más mínimo lo que dijeran los demás.
Quería estar a solas con sakura, disfrutar momentos con ella. Últimamente está siendo un romántico y empalagoso, todo es causa de esa mujer de bellos cabellos rosa y preciosos ojos como la esmeralda, que lo tienen enamorado.
Unos días a solas con ella serían la mejor cura para sus problemas. Ya quería que llegara jueves para comenzar su terapia de color rosa.
Naruto había terminado de arreglar unos papeles en su escritorio para dejarlos en la oficina de sakura, sonriendo salía de la oficina, se le había ocurrido una idea estupenda, pensó con astucia, dirigiéndose a su escritorio y tomar el teléfono para realizar una llamada. Aún se sentía con ansiedad, la verdad, es que casi podría decirse que sufriría de abstinencia.
-------
-¡sí, naruto-san, como usted ordene…!—colgó el teléfono.
Miró a su amiga pelirosa que estaba parada al frente de ella, mirándola extrañada aunque curiosa.
-parece que el jefe va a estar muy ocupado—informó ayame. Sakura arqueó una ceja al escucharla—me llamó para decir, mejor dicho, para ordenar, que no dejara pasar a nadie a excepción de ti. Va a estar muy ocupado y no quiere interrupciones.
-¿naruto dijo eso...?—cuestionó extrañada, sabiendo que su jefe no estaba atareado de trabajo, aunque tenían encima los últimos arreglos para la campaña. Pero nada de preocupación.
La castaña solo asintió, encogiéndose de hombros.
-qué raro…si ya los últimos preparativos para el miércoles están casi listos, o, ¿será que le está haciendo retoques al proyecto de la imagen?—se preguntó para sí, frunció levemente el ceño—no lo creo, me lo hubiera dicho, digo, como llevo el control de toda su actividad, pero, mm, el proyecto está perfecto así como esta…
-de seguro quiere que todo salga magnifico, sakura--interrumpió y opinó--. Ya sabes cómo son los hombres cuando se trata de trabajo—suspiró. Sakura la miro con duda.
Después de que sakura se fuera con naruto, o bueno, después que él se la llevara del antro -el domingo por la madrugada- Ayame se había quedado muy preocupada por ella. Ese día le había preguntado que si había tenido algún problema con naruto -debido al alboroto que formó rock lee-, sakura sólo le había respondido que tuvieron una discusión, pero no llegó a ser tan “grave”. No le quería contar lo que estuvo a punto de pasar con el rubio en su departamento, hasta ahora no se lo había contado a nadie.
Aunque se sintió ansiosa por escuchar un consejo; había pensado en anko, pero se dijo que esa a lo mejor le lavaría el cerebro con sus perversiones: con sus “consejos de seducción”. No tuvo más remedio que confesárselo a konan -quien pensó que naruto terminaría con la relación debido a todo el coraje que el pobre sintió ese día o que estaría aún enojado con ella- pero por lo visto se equivocó, le había dicho. La peliazul sólo le aconsejó, como mejor amiga que es, que si ella -sakura- estaba totalmente decidida, y que si confiaba en total plenitud en naruto, que no tenía de qué preocuparse, porque seguramente él sería el hombre indicado. Que sólo se dejara llevar cuando sea el momento.
Ayame le comentó que ella se había ido con Sasori al rato de lo ocurrido, claro, que el pelirrojo la había llevado a su casa. También le informó que kiba estaba muy atento con tenten, y que no habían parado de lanzarse miraditas, eso a sakura le sacó una sonrisa -ya que sabía que a su amiga castaña le gustaba su primo desde la escuela. Se dijo así misma que luego le preguntaría a kiba sobre ten ten, como cosa suya, claro.
Sakura le había comentado a Ayame el que había amanecido en el departamento de naruto, alegando en el acto -y por segunda vez- que no había pasado nada, ya que se había puesto nerviosa por la mirada de su amiga, era entre sombro, picardía y diversión. Ayame también había escuchado sobre los rumores que se divagaban en toda la empresa de la relación de su amiga y el jefe, le había comentado que todos eran una cuerda de chismosos, haciendo reír a su amiga.
-aun no sé qué me pondré para el miércoles—espeto la castaña con un puchero en los labios. Vestía el uniforme de la empresa—aun no sé qué vestido elegir, si el verde o el negro...—colocó una mano en su mentón de manera pensativa.
Sakura que estaba algo pensativa, la mira curiosa para luego opinarle:
-¡me parece que el negro te queda estupendo, Ayame!—le picó el ojo.
Viéndola sonreírle asintió seguro. Sakura por su lado vestía el pantalón azul marino del uniforme el cual le quedaba entallado en la cintura y piernas, combinándolo con la camisa blanca manga larga junto a unas sandalias de tacón en blanco, llevaba el uniforme como tal, sólo que sin la chaqueta del mismo. Su cabello lo llevaba en una coleta alta e iba maquillada d manera sencilla: sólo máscara de pestaña y un brillo rosa suave en los labios.
-yo aún no sé ni qué me pondré, oka-san me sugirió el vestido que usé en mi graduación, pero, no lo sé—se encogió de hombros; no era vanidosa pero quería verse representable para el día de la presentación de la campaña.
Era en el primer proyecto en el que participaría, quería que saliera todo excelente.
Sakura había llamado a mebuki el día anterior por la noche, la extrañaba mucho al igual que sus hermanos.
-bueno, creo que iré a dejar estos papeles con mi jefe, siento que me está llamando telepáticamente—dijo sarcástica, tomó los papeles que había dejado en la barra de la pequeña recepción—también veré que tanto lo tiene “ocupado” como dijo.
-sí, ve, antes de que llame como un neurótico pidiendo el auxilio de su amada asistente que a la vez tiene como novia jajaja—se tapó la boca, burlona.
Sakura sólo le dio un golpecito con la carpeta donde llevaba los papeles. Ayame con un ademán de manos, dijo con burla:--¡adiós, sakurita!—eso se le pegó de anko, supuso la Haruno.
Para retirarse negando con la cabeza y escuchando la risa de su amiga. Después de caminar y girar por el pasillo que daba hasta la oficina directiva, la cual compartía con su jefe.
Tomó el pomo y lo giró para abrir la puerta. Entró y cerró detrás de sí para encontrar la oficina en un total silencio, miro hacia el escritorio de naruto, estaba ordenado, y él se encontraba parado a un lado dando la espalda y con las manos en los bolsillos de su pantalón -de franela gris que hacía juego con el saco, una camisa blanca y una corbata negra al igual que sus zapatos- naruto estaba mirando por el gran ventanal del lugar, en un curioso silencio. Sonriendo sakura comenzó a caminar hacia él.
-hola, amor, ¿qué haces...?—saludó en tono dulce, pero el rubio no la escuchó--¿naruto?...—volvió a decir, encontrándose más cerca de él.
Pareciera que estuviera como meditando porque no la escuchaba, ó, se estaba haciendo el sordo, pensó extrañada viéndole.
Naruto estaba pensando en su madre: en todo lo que le había dicho en la llamada del sábado anterior. No le gustó mucho lo que ella dijo, y menos, que insultara a sakura sin siquiera dignarse en conocerla. Se sentía un poco afligido, pero a la vez enojado porque su madre no quería escuchar lo que él pensaba: sobre el compromiso ahora inexistente con hinata, sobre su verdadera opinión acerca del tema.
Pero ella sólo lo había esquivado, diciendo, que eso sólo eran excusas inventadas. No le había dado tiempo en dejarle explicar.
Aún recordaba las palabras de su propia madre, las que hirieron su corazón: entristeciéndolo por dentro.
--Flash Back—
Naruto se encontraba en la amplia sala de su departamento.
Eran las 5pm cuando había recibido la inesperada llamada de su madre, tenía un minuto hablando con ella, y ya se estaba cabreando.
-oka-san, déjame hablar…--pedía el rubio.
Había contestado con algo de nerviosismo la llamada, no porque le temiera, sino porque no quería entrar en discusión con su madre; sin embargo era lo que estaba sucediendo, inevitablemente. Suspiró levantándose del mueble para caminar al balcón.
-entiende oka-san, yo no estaba de acuerdo con todo eso, ustedes aprovecharon que hinata me gustaba para hacer la ridiculez de comprometerla conmigo, sin mi consentimiento, y eso también porque insistías en que saliera con ella—habló con suavidad y repitiendo lo mismo por segunda vez.
Aunque estaba enojado trataba de no alterarse.
-¡no digas mentiras, naruto!, ¡tú más que bien decidiste eso y estuviste de acuerdo con ese asunto, no te obligamos a que pidieras la mano de Hinata!, ¡¡y si te insistía en que ella ES la mujer ideal para ti, es porque LO ES!!—doblegó kushina, histérica y sin querer escuchar las razones de su primogénito.
-¡sé que le pedí la mano a Hiashi-san de Hinata pero porque estaba confundido, estaba desorientado cuando me entere de la noticia!, ¡tampoco podía dejarla en ridículo!. ¡¿Crees que es grandioso enterarte, que tus padres estaban planeando en casarte sin tu consentimiento por la maldita prensa?! ¡¿Crees que es grandioso eso, oka-san?!, ¡que tus padres manipulen tu vida a su antojo!—arguyó un alterado naruto que tenía el rostro colorado de la rabia. Caminaba de un lado a otro, de nuevo en la sala del departamento.
-¡no me estés hablando así, jovencito!, ¡crees que porque estas lejos me vas hablar como se te dé la gana!—lo riñó sintiendo cólera--¡no me interesan tus razones que de seguro son mentira, le rompiste el corazón a Hinata!...¡ella vino a que la consolara porque se había enterado del engaño de su ahora exprometido!, ¡no sé en qué estas pensado naruto pero quiero que sepas que estoy en total desacuerdo en lo que estás haciendo!—su terquedad la cegaba.
-me…me estás diciendo que, ¿prefieres estar de la parte de Hinata que solo es una conocida, en vez de estar de mi lado que, soy tu hijo…?—cuestionó en tono bajo y sintiendo un nudo en la garganta. Sentía un apretón en su pecho por el silencio a la respuesta de su madre—dime, oka-san, ¿prefieres eso…?---para él estaba siendo obvia la respuesta.
Kushina cayó unos segundos para luego decir, con enojo pero a la vez con tristeza por decir lo que dijo:--sí, prefiero defenderla naruto. Ella no se merece lo que le hiciste…tú solo jugaste con ella y la pobre esta desolada--sentenció con reproche.
Naruto sintió una puñalada en el corazón: al escuchar que su madre prefería más a Hinata que a él. ¡Por dios a su hijo!... ¿Cómo pudo?, se dijo para él, dolido.
-¡No sé cómo reconfortarla!, ¡y todo por culpa de esa mujer, que de seguro es una caza fortuna que sólo te engatusó para luego quitarte todo el dinero y desprestigiarte!--continuaba con los reproches--. ¡¿Acaso no lo ves, hijo?! ¡Esa mujer sólo es una de esas busconas que sólo muestran sus dotes sexuales para luego sacar las uñas, arrebatarte todo y luego dejarte sin nada!
-¡no te permito que la insultes!, ¡sakura no es nada de lo que estás diciendo, no la conoces y no sabes que es lo que siente o piensa como para que digas que ella es esa clase de mujer!, ¡te prohíbo que la vuelvas a insultar!—demandó, estando enojado.
Naruto ahora estaba en su recamara, se sentó en la cama sintiéndose descolocado por todo. Soltó un suspiro desanimado.
-…no sé porque no permites que te explique lo que de verdad siento, oka-san, lo que verdaderamente siente mi corazón, del como he estado ciego todo este tiempo. ¡Lo que es mi verdadera felicidad!, ¡oto-san si me escuchó y me entendió, él admitió que tenía culpa de que sus decisiones causaran mi infelicidad pero luego me dijo que me apoyaría porque esta de mi lado, de mi felicidad…!
-¡tu padre lo que es, es un sinvergüenza y alcahuete que no admite que a veces las cosas se deben hacer de otra manera y no como uno quiere!—gruñó.
Kushina apartó su móvil por un momento para limpiarse las lágrimas de rabia que caían por su blanco rostro. Sabía que estaba siendo drástica y algo egoísta con su hijo. Pero ella no entendía los cambios que éste tenía con su vida; no quería que por esas mismas decisiones terminara sin nada, con el corazón roto.
Soltando un suspiro volvió a decir pero esta vez, con un nudo en su garganta:—cuando vuelvas hacer el mismo naruto, mi naru-chan--su voz se quebró--llámame, pero, mientras estés con esa absurda idea de que conozca a esa, esa mujer que te tiene lavado el cerebro, que de seguro te está haciendo cambiar de actitud…no hablare contigo hasta entonces, naruto.
-no la metas a ella en esto--recordó--…entonces… ¿así será todo?, ¿no apruebas el que este comenzando una nueva relación y que ahora si me estoy sintiendo feliz, siendo amado?, ¿no estás de acuerdo en que sea feliz…?—su voz sonó ronca debido a que estaba llorando en silencio.
Apretaba de impotencia su mano desocupada la cual yacía en su regazo.
-ya te lo dije y no lo volveré a repetir…espero y no sea muy tarde cuando te arrepientas de todo lo que estás haciendo…adiós, naruto-chan—colgó.
Naruto aún tenía pegado el móvil en su oreja, escuchando el sonido de la llamada culminada.
-…claro que no me arrepentiré…ay, oka-san, me haz lastimado…pero aun así, no podría odiarte…--. Sin poder evitarlas lágrimas de dolor y decepción eran derramadas por su varonil rostro.
--Fin del Flash Back--
Naruto volvió a la realidad al escuchar ser llamado por alguien. Sintiéndose desorientado al recordar la discusión con su madre, frunció el ceño y soltó un suspiro. Se giró para encontrarse con sakura quien lo miraba extrañada.
-¿Qué sucede naruto?, ¿en qué pensabas?—preguntó ella con suavidad estando frente a él.
-ah, nada, nada, sakura-chan…--suspiró incomodo.
Mirándola y recibiendo una linda sonrisa de su parte, sonrió dulcemente, haciendo que su estado de ánimo -algo decaído por los recuerdos- subiera un poco.
-¿Qué traes?—miro la carpeta que aun llevaba en las manos.
-ah, son las gráficas del total de producción que se ha llevado a cabo en el último mes, me las entrego Kankuro—informó mientras le pasaba la carpeta—oye, llamaste a Ayame diciendo que no querías recibir visitas porque ibas a estar muy ocupado, pero, no veo en qué…—se cruzó de brazos arqueando una ceja.
Eso de que iba a estar ocupado le olía a pretexto, pero, ¿para qué?, se dijo ella.
Naruto quien escuchándola dejó de mirar la carpeta en sus manos -que ni lograba analizar con atención- para mirarla a los ojos; ese par de reliquias que lo veían confundidos. Su corazón comenzó a latir con rapidez y, sólo atinó en sonreír de lado, mirándola con intensidad, viéndola parpadear y sonrojarse ante su enigmática vista. Sakura había logrado, en tan solo unos segundos, tener toda su concentración.
-ahora que lo dices, sí, la llamé para decirle que estaré ocupado.
La carpeta que tenía en sus manos cayó al resplandeciente suelo de cerámica, dejando algunos papeles esparcidos en el mismo. Sakura lo estaba mirando incrédula por lo que acababa de hacer.
-y precisamente, tú, me ayudaras...
En un movimiento rápido la tomó de la cintura para pegarla a él, ella se sorprendió por ello.
-¿y, y en qué te ayudare?...—balbuceó atontada al ser vista por los ojos azules del rubio que, en esos momentos, comenzaban a oscurecerse.
Ella sentía los latidos de su corazón salir disparados como rayos por todo su cuerpo. El rubio sonrió al tenerla así: presa entre sus brazos. Subiendo una mano a su nuca se inclinó un poco para hablarle al oído, en tono suave, haciéndole erizar los vellos.
-en, quitar todos mis males, borrar todas mis preocupaciones, con un simple beso.
Al decirlo la miro a los ojos, estaba sonrojada mirándole; con sutileza se acercó a su boca para besársela con suavidad, moviendo sus labios a un ritmo lento, suave, cariñoso. Tras varios segundos, se separó de ella mirándole. Naruto la soltó alejándose un poco, le regaló una sonrisa -pícara y algo más- para dirigirse a la puerta de salida ante una sakura muy confundida por su comportamiento, además de sus palabras.
No sabía qué demonios le pasaba.
-¿Qué haces, naruto…?—preguntó viendo como él se detenía en la puerta, pero en vez de abrirla lo que hizo fue pulsar el petillo de la puerta: bloqueándola. Sakura se desconcertó.
“Qué rayos está planeando naruto”, pensó alterada internamente, y sintiendo como los nervios la invadían.
¿Acaso él piensa que ellos…?
-¿Qué crees tú, sakura?....
Ahora preguntaba él en tono suave, acercándosele lentamente: como si de un jaguar se tratase, y teniendo en la mira a su jugosa presa, que va directo a ella. Sakura estaba estática en su lugar, no podía reaccionar estaba mirándolo con nerviosismo. Comenzaba a sentir esa cosquilla -ya conocida- en ese oscuro y profundo lugar de su cuerpo. Pero sin saber cómo estaba retrocediendo; jadeó sorprendida al chocar con el largo escritorio en su espalda.
-¿acaso no es obvio?...voy por ti.
Naruto la volvió tomar de la cintura con ambas manos, acercándola a él le dijo al oído en tono suave:— tú eres mi única cura para sanar las heridas que tengo ahora, sólo tu…
El rubio trazó un camino pegando su nariz en la piel de ella, desde la oreja hasta la base del cuello, dejando en el proceso pequeños besos, mientras que con una mano entre la cabellera le inclinaba la cabeza del lado contrario para tener mejor acceso a la zona, mientras que con la otra mano yacía en la espalda baja de ella, manteniéndola cerca de él.
Sakura estaba colorada, se sentida acalorada. Estaba presa entre los brazos de ese adonis, aunque un poco confundida por sus palabras. No sabía qué le preocupaba tanto a naruto. Pero como si fuera magia esa confusión desapareció de ella al sentir esas caricias de él en su cuerpo: como le encantaba que él ejerciera ese control en su cuerpo, que produjera esas sensaciones que nacían cuando él la acariciaba de esa manera, se sentía desfallecer. Como una pluma.
Sakura lo tomó de los hombros para no caerse, sentía débiles sus piernas. Habló balbuceando: —na-naruto, esto, está mal…a-aquí nos…pueden ver—mordió su labio inferior al sentir una suave mordida en su cuello.
-nadie nos interrumpirá, nena. Solo estamos tú y yo—la miro con intensidad teniendo los ojos oscurecidos, por el deseo naciente en él.
Sin dejar de verla bajó ambas manos a la cintura de ella.— Sólo quiero sentirte, quiero que me dejes hacerte sentir especial, lo mucho que eres para mí--confesó con voz aterciopelada.
Sakura antes esas bellas, sensuales y prometedoras palabras, quedó hipnotizada por su mirada. El rubio sin previo aviso la levantó de sus posaderas para hacer que ella enrollara sus piernas en su cadera.
-déjame demostrarte…cuando te deseo.
Sakura se encontraba en la misma situación que hace tan solo unas horas en el departamento del rubio, es decir, el día anterior. Sintiéndose acalorada con el pulso a mil, sintiendo esos exquisitas cosquillas adoloridas en su entrepierna.
Naruto la depositó con suma delicadeza en el escritorio, sin llegar a desapartar sus manos de ella. Ésta lo abrazó por el cuello sintiendo los tibios labios él besar los suyos.
Sabían a dulce, a gloria, eran el mismísimo manjar del cielo, se deleitaba ella. Sentía que al rozar a cada segundo esos ardientes labios, la vida se le iba en ello.
Naruto sin perder tiempo intensificó más el beso; una ardua batalla de lenguas entre ambos se producía. Apretándola aún más a él y entre sus brazos, sintiendo que sakura le acariciaba los cabellos al ritmo del beso, provocándole un gruñido gutural.
La sección de besos mojados y apasionados culminó por la falta de aire. Sakura quien jadeando lo miraba, se sentía caliente, en todas partes. Y naruto quien no dejaba de mirarla estando igual que ella, retrocedió unos pasos para quitarse el saco y tenderlo en uno de los muebles del lugar, al igual que su corbata, volviendo hacia ella desabrochando su camisa, blanca: como estaba la mente de sakura en esos momentos.
No sabía qué hacer. Se sentía nerviosa y avergonzada, pero a la vez excitada en que naruto siguiera con lo que hacía; estaba en un trance. Pero en el fondo sabía que el deseo por naruto era más fuerte que su cordura. Sólo podía seguir expectante a que continuara.
El rubio dejó caer por sus hombros la camisa al suelo, dejando ver su torso de morena piel. Pareciendo a la vista arder en cada músculo que lo componía.
“Es, oh, dios, hermoso”, sakura conmovida con la vista sentía su sangre drenar con rapidez sus venas, haciéndola sentir más acalorada donde estaba.
Naruto se le acercó y de un rápido movimiento volvió a enredarla entre sus brazos, para besarla con pasión, lujuria y deseo combinado. Sakura al principio titubeaba, con timidez comenzó a tocar los fuertes brazos que la mantenían presa a ese duro pecho. Suspirando entre besos al sentir abultado y duro la piel entre sus manos, deleitada procedió a acariciar esa masculina espalda. Le encantaba esa ancha espalda de él, pasaría una eternidad tocándola, sintiendo la suavidad de ella. Lo tenso que estaba él. Cada musculatura de ese dios griego estaba dura y ardía como el fuego.
El rubio dejó los adictivos labios de sakura que ahora estaban rojos, para pasar a su magnífico cuello. Tan blanco, como la camisa que llevaba ella la cual era su objetivo; llevó sus manos al primer botón de la prenda para desabrochar, sin dejar de besar la tersa piel de su cuello, escuchándola soltar pequeños suspiros. Cuando iba por el tercer botón sakura se dio cuenta de lo que él hacía, por lo que con un impulso, lo apartó con rapidez a la vez que tapando la provocadora vista del escote. Estaba mirándolo con el rostro colorado y la respiración agitada. El rubio quien respirando agitando la miró extrañado por esa acción.
-e-espera naruto, quiero que s-sepas q-qu…
-sssh, no digas nada—. La besó en la boca interrumpiéndola.
Sakura estaba tensa, nerviosa. Naruto lo notó, pero sólo optó por seguirla besando para relajarla, pensó que se sentiría nerviosa por tener que desnudarse delante de otro hombre. Algo lógico. A naruto no le importaba el hecho en que no fuese el primero, su pasado no le importaba, porque él ahora es su presente.
Sakura sí estaba nerviosa, pero por el hecho en que esa era su primera experiencia en el plano íntimo con un hombre: sólo intentó confesarlo a él. Naruto aún no lo sabía.
Naruto sonrió al sentirla relajarse: dejando de hacer fuerza al agarre de la camisa. Él sin dejar de besarla le apartó con cuidado las manos para seguir desabrochando los botones restantes. A los segundos separó su boca de la de ella para respirar agitado. La contempló: era hermosa.
Sakura por instinto se fue a tapar la parte expuesta de su cuerpo. Se sentía avergonzada. Pero el rubio fue más ágil y le detuvo las manos, impidiéndolo.
-no lo hagas…eres hermosa—susurró ronco, excitado y mirándola con intensidad.
Naruto llevó sus manos a la camisa para dejar más a la vista la blanca piel y los hermosos pechos de sakura. Eran pequeños, redondos y se veían apretados gracia al sostén blanco que los cubría. Naruto sólo pudo pensar en que se veían apetecibles para él. Se relamió los labios.
-n-no, me, mires así—susurró avergonzada e intimidada por la mirada tan descarada de él.
La hacía sentir como si fuera una cosa muy pequeña ante su mirar tan intenso. Y hambriento.
Naruto le regaló una sexy sonrisa de lado mostrando sus dientes. Sakura se queso derretir ahí, sobre la mesa y entre él.
-. Es imposible no hacerlo, preciosa.
Le volvió a comer los labios haciéndola jadear e inclinarse hacia atrás en el escritorio, por lo que ella tuvo que llevar ambas manos al mismo para sostenerse. Pero en el camino esparciendo algunos papeles al suelo, mientras era devorada por la bestia de cabellos rubios. Éste comenzó a sacarle por los hombros la camisa; ya estaba estorbando, demandó él; mientras deslizaba la tela por los hombros de ella también deslizaba las yemas de sus dedos por la blanca y suave piel, provocándole el que se le erizaran los vellos al igual que hacerla temblar un poco; de placer por la caricias, pensó él.
Sakura estaba muy acalorada con cada caricia del rubio, la hacían sentirse en las nubes. Sintió su camisa resbalar por sus brazos hasta yacer entre sus muñecas. Su corazón latir aún más rápido al abrir los ojos -después de que naruto la dejara respirar- para ver como éste la devoraba con la mirada. Se sonrojó aún más al verse expuesta, al ver que sus pequeños pechos tenían toda la atención de él, sintió que los nervios volvían a ella.
-más que hermosa…—balbuceo el rubio, viendo como subía y bajaba el pecho de la pelirosa a medida que respiraba.
Se acercó para besarle el cuello; con hambre besaba y mordía la piel expuesta de ella, tomándola de la cintura y avocándola más él: queriendo fundir el calor de su cuerpo en él. Sakura había cerrado los ojos disfrutando de lo que le estaba haciendo sentir naruto. Ya no se opondría, dejó sus pensamientos negativos para concentrarse en su naruto, en lo que estaba sintiendo.
Naruto del cuello paseó con su boca al hombro izquierdo de ella para acariciarlo con besos y pequeños mordiscos, pasando por el comienzo de sus pechos y luego al hombro derecho. Presionó un poco su pelvis con la de ella provocándole un pequeño gemido: quería que sintiera lo que ella le provocaba. Sakura jadeó al sentirlo duro, al sentir su excitación. Éste continuaba besando y chupando la piel del cuello de sakura, mientras subía una mano a la espalda de ella para llevarla al broche de la prenda íntima.
Le mordió el lóbulo de la oreja.
-serás, solo para mí, sakura…mía—demandó en un susurró lleno de posesividad, ahora mordiéndole un hombro y haciéndola gemir con suavidad.
Al momento de quitar el broche del sostén, sonó el teléfono que estaba en el escritorio, a un lado de ellos. Naruto sin prestarle una pizca de atención al aparato deslizó la misma mano en la espalda de ella para uno de sus hombros, al igual que el otro con la otra mano, miró a sakura: estaba igual que él, deseosa por seguir; así con ambas manos fue deslizando las tiras de la prenda por los hombros.
Pero el sonido del aparato volvió a retumbar en el lugar haciendo que ambos llevaran su vista al objeto.
Sakura por unos segundos se quedó quieta para parpadear y mirar al rubio, como diciéndole: que contestara y ya, mientras éste miraba con ganas de asesinar al aparato y al que estuviera haciendo que sonara.
Naruto de un gruñido contesto: --¿Quién habla…?—se sintió medio harto al ser interrumpido de esa manera.
Aunque seguía acariciando la piel de uno de los hombros de la pelirosa -que respiraba agitada y teniendo la misma posición, mirándole. Naruto ni pelotas paraba a lo que Ayame le estaba diciendo.
-no quiero que, nadie me interrumpa—su voz sonó rara para oídos de Ayame. Colgó.
-¿q-quien era?—preguntó balbuceando sakura.
Naruto la miró y, sin darle respuesta la besó, sin darle importancia a la llamada, abrazándola con sus brazos a él.
Estaba muy caliente, sus sentidos estaban desequilibrados.
Sakura le correspondió, rodeándolo por el cuello con ambas manos y pegándose a él. Acariciando la piel expuesta de la espalda de ella, naruto recordó en lo que había quedado y, antes de retomarlo, algo o mejor dicho, alguien tocó la puerta, interrumpiéndoles nuevamente y haciéndoles dar un respingo.
-kuso…—susurró por lo bajo, mirando la puerta con el ceño muy fruncido.
Miró a la pelirosa que estaba respirando agitada, sonrojada y estática por estar en la situación en la que estaban.
-¿Quién demonios…es ahora?—alegó con el ceño fruncido, frustrado como por enésima vez.
-n-naruto, ¿quién, te llamó?—preguntó de nuevo ella, tratando de calmarse ya que estaba nerviosa. Sintiendo que su cuerpo se entumecía por lo frustrada, mientras abrochaba su sostén.
-era Ayame, dijo algo de que alguien pasó para no sé dónde…--musito con molestia.
No le había prestado atención a la llamada, porque en ese momento nada le importaba sino el momento con sakura.
La puerta volvió a ser tocada, interrumpiendo su conversación.
-es mejor que te vistas, puede que sea Kankuro o uno de los trabajadores—. Ordenó con suavidad.
Ella asintió tomando su camisa del escritorio para ponérsela, y viéndole a él hacerlo también, quien la tomó del suelo, notándole molesto.
-te dije que no era buena idea—reprochó sakura en voz baja para no ser escuchada por quien tocaba. Naruto sólo suspiró sintiéndose más frustrado.
***
Cuando ya estaban cubiertos por las prendas, naruto se dirigió a abrir la puerta: había perdido la cuenta de las veces en que había sido tocada. Le pareció que con algo de insistencia. Miro a su espalda viendo a la Haruno recogiendo los papeles que estaban esparcidos en el suelo.
“¡Maldita sea mi suerte!...no puede ser que siempre nos interrumpan”. Se pasó una mano por la cabellera.
Pareciera que el destino se empeñara o confabulara con los demás para no dejarlo ser feliz; había tenido la grandiosa idea de pasar un rato agradable con su novia, debido a su ansiedad quiso estar a solas con sakura -por lo menos por unos minutos- retomando lo pospuesto en su departamento. También era novedad hacer ese tipo de cosas en su oficina. Nunca antes lo había llegado o pensado a hacer, pero con sakura, ciertamente, le provocaba todo.
Aunque no llegó a pensar en ser interrumpido de esta manera; no cuando ya estaba bastante caliente.
¡Demonios y más demonios!, se dijo.
Cuando sakura le regaló una sonrisa y avisando que ya había ordenado todo, procedió a abrir la puerta.
Naruto jamás se esperó, se imaginó o siquiera pensó, que algo como lo que estaba a punto de ver, cambiaría totalmente las cosas en esos momentos. Sus ojos se abrieron como platos para escuchar:
-¡naruto-kun!
La mismísima Hinata estaba parada al frente de él tras la puerta. Y para nada era su imaginación o un delirio.
-¡¿hinata?!
Sorprendido estaba. Pero quedó estupefacto al sentir como la hyuga se le colgaba del cuello -con una enorme sonrisa de labios pintados en rojo- para plantarle un inesperado beso en sus labios, como si nada hubiera pasado entre ellos.
Todo eso pasó ante una sakura que, al escuchar ese nombre y ver la escena, quedó sorprendida, enojada y basta decir que entristecida con una punzada doliente en su corazón, el cual sintió que se quebró en dos. Sin dejar rastro de la sonrisa que había tenido en su rostro.
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Regreséé!!
Sólo diré que de ahora en adelante habrá mucho drama...
Nos vemos pronto...
CerezoIntenso- Chunnin
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Re: ¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
Grandioso capitulo Cerezo como siempre a decir verdad, me dejaste un tanto intrigado ya que la cosa se pone buena jaja. Saludos y espero conti he. Cuídate mucho, adiós
NaruSannin- Genin
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Re: ¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
Capítulo 35
En el capítulo anterior…
Después de otra frustrada interrupción por unos golpes en la puerta de la oficina, el rubio con mal humor y dispuesto a golear, o bueno, a reclamarle al tan insolente por la perturbación entre sakura y él, no se había ni imaginado, o, siquiera pensado, que la persona quien estaba detrás de la puerta era Hinata Hyuga, su ex prometida. Aunque lo que lo dejó peor, estupefacto, fue el sentir los labios de la chica invadirle los suyos, sin su consentimiento.
Todo ello pasó ante una sakura sorprendida, enojada y hasta triste por presenciar la inesperada escena ante sus bellos ojos, lo cual sintió que su corazón se quebró en dos pedazos, dejando una punzada de dolor en el mismo.
Actualmente…
Naruto reaccionó al sentir que la peli-azul besaba sus labios y apretaba el agarre en su cuello, por lo que la tomó de los brazos desenredando estos de su cuello, haciendo que ella se separara para mirarlo con una sonrisa y un pequeño sonrojo.
Naruto frunció el ceño--¿Qué haces?, ¿Qué estás haciendo aquí, Hinata?—cuestionó en tono serio y a la vez notándose molesto.
Ella se apartó un poco más de él al escuchar sus preguntas. Su sonrisa se borró para mirarlo con seriedad:-- ¿C-cómo que qué hago aquí, naruto-kun?—se sintió un poco incomoda por su mirada, estando cruzada de brazos al frente de él—pues, visitando a mí-no-vi-o, y casi esposo, ¿no?—dijo con sarcasmo.
Naruto al escucharla, apretó los labios, sin dejar de mirarla con seriedad y aun con la sorpresa de “su visita”. Hinata a pesar de sentirse en confianza para con él, no podía evitar sentirse incomoda e intimida, cuando la mira con enojo: como en ese momento. Pero siempre trata de aparentarlo.
Ésta prosiguió en tono suave y haciéndose la inocente--¿a-acaso no puedo visitarte?, ¿no me digas que no me extrañaste, amor?—mirándole con ojitos de cachorro se lanzó de nuevo al cuello de él.
Sakura quien presenciaba toda la escena parada frente al escritorio, estaba como en estado de parálisis-momentánea:
Sentía que sus piernas no le respondían, no reaccionaban e incluso le temblaban. Pero también, sentía unas enormes ganas de arrancar a esa ¡ESTUPIDA! del cuello de SU novio.
Sólo pensaba que parecía un chicle -por como lo tomaba del cuello.
Aunque muy dentro de ella se estaba sintiendo entristecida, adolorida por ver que naruto no le había dicho nada: que hinata vendría a la empresa. El ver como él se dejaba hacer por la tal Hinata: aún no tenía el “privilegio” de conocerla, pero parece que ahora lo tendrá. Le ocultó el que ella legaría y para colmo estaba viéndoles ahí: ¡como si aún fueran algo! Sintiéndose ausente.
El escuchar todas las cosas que le estaba diciendo esa mujer se quedó en shock, sintiéndose indignada. Sintiendo una puntada dolorosa en su pecho.
¿Acaso era cierto que aún es su prometida?
¿Qué casi es su esposa?
¿Acaso naruto le ha mentido todo este tiempo?
Sus ojos le comenzaban a picar. Sintió ganas de llorar al escucharla, de caerle a golpes a naruto por mentiroso; sin embargo, algo no concordaba ahí, presentía que algo no andaba bien, porque estaba en duda, ya que estaban las pruebas de todo lo que él le ha dicho y ha hecho -que permitieron que ambos comenzaran una relación.
Sakura estaba confundida del hecho de que si naruto y su “exnovia” no eran nada -como le había afirmado él- entonces, a qué había llegado hinata. No le gustaba verlo siendo abrazado y besado por ella; era algo sospecha la actitud de hinata para con naruto, razonaba sakura una y otra vez.
Por alguna razón sentía que algo no andaba bien; sentía que naruto no le ha estado contado toda la verdad. “¿Acaso no confía del todo en mí?”, sakura presentía que le ha estado ocultando algo. Asustada se sintió al caer en esa cuenta: pensar que sólo ha jugado con ella.
Pero su corazón siente lo contrario: naruto sería incapaz de hacerle tal bajeza, o bueno, eso es lo que esperaba ella.
Naruto por su parte, no sólo estaba sorprendido por la presencia tan inesperada de la hyuga, sino que se estaba enojando en ver como se hacía la inocente, la que no sabía nada. La desentendida. Obviamente ella se estaba haciendo la que no pasaba nada entre ellos; hinata ignoró por completo el hecho de que él le había aclarado que ya no quería nada con ella, que no había compromiso. Hinata sólo se hizo la desentendida en esa llamada: como muchas veces lo había hecho.
Él jamás se imaginó en que al abrir la puerta se la encontraría a ella. Ciertamente prefirió a ver visto el rostro de Maito gay -a pesar de ser algo tenaz, insistente, en su labor del papeleo, el hombre le caía bien-, pero fue el rostro de hinata el que vio. Naruto reaccionó al sentirse preso por los brazos de la mujer que, de nuevo se volvían a enrollar en su cuello. La apartó con enojo. Se estaba cansando de su bendita actitud de inocente-caprichosa.
-¡basta Hinata!, ¿ahora mismo me dirás que pretendes?—cuestionó con su mismo semblante y parado al frente de ella.
Pero Hinata sólo bufo ignorándole, dejándolo con la palabra en la boca al caminar hasta entrar por completo en la oficina teniendo consigo su maleta de viaje; dejándola a un lado comenzó a darle una ojeada con curiosidad, donde se dio cuenta, por fin, de la otra presencia femenina que estaba en el lugar siendo sakura -quien la miraba aun con la sorpresa e intrigada donde estaba. La pelirosa estaba quieta, en silencio: como sintiéndose ser analizada por la mujer frente a ella -Hinata- quien la escrutaba con una mirada de pies a cabeza.
Sakura estaba detallando cada rasgo de la Hyuga: algo alta, con una hermosa piel, blanca como la nieve, unos bonitos ojos perlados los cuales estaban maquillados, al igual que su boca, de un tono rojizo, el cabello era de un tono negro-azulado el cual estaba suelto llegándole hasta la mitad de la espalda; era brillante y reluciente. Seguramente por los cosméticos de belleza carísimos que usa, pensó sakura.
Siguió inspeccionando: hinata tenía una hermosa figura, bonitas piernas aunque un poco delgadas, bonita cintura y unos bien tonificados pechos que lucían de manera despampanante el carísimo vestido entallado a su cuerpo. Era de seda de un color champan, acompañado junto a unas preciosas y altas sandalias doradas, con piedrecillas brillantes, que le adornaban y que hacia juego con un bolso de mano y accesorios.
Afligida. Pasmada. Enmudecida, se sentía sakura al ver a la chica que estaba parada a unos pasos de ella, aun mirándola.
“Es muy hermosa, tan, tan despampanante. Era algo obvio”, sakura reiteró en su mente, con encogimiento, al darse cuenta de lo hermosa y sorprendente que era Hinata. Por muy tonto que fuere se sentía cohibida por ésta. Pero más tonto era lo que pensaba en ese momento: el que ella no era nada comparada con hinata, quien parecía una modelo de revista.
Naruto sí que tenía buenos gustos. Y cómo no: es están guapo, con una familia tan prestigiosa siendo un exitoso
empresario aun estando joven.
Sakura de tan sólo pensar en las anteriores novias que pudo haber tenido él, se sentía pequeña, muy poca cosa para él, una simple chica de ciudad que no pertenece a su mundo. Aunque a la vez -y en ese momento- no podía dejar de sentir enojo al notar como hinata la miraba como si fuera un bicho raro. Sin llegar a medir su osada mirada de indiferencia en ella. Se mordió la lengua, debía contenerse ¡porque sentía unas ganas de gritarle en su cara un par de cosas!
Naruto por su parte estaba que le gritaba sus cosas a esa mujer tan caprichosa, no aguantaba a Hinata, nunca podía llegar a tener una conversación pacifica con ella porque siempre termina irritándolo. “Ya estoy cansado, es mejor que sepa todo, aunque tratare de que no arme un escándalo”, pensó decidido.
Al darse la vuelta para encarar a la hyuga, se tensó al ver como ésta y sakura se miraban fijamente, guardando celosamente silencio. Se había olvidado el que ella, sakura, también estaba ahí, “seré imbécil”, pensó para sí, por dejarse nublar ante la sorpresa que le dio la presencia de la ojiperla. Se perturbó al sentir la mirada de sakura en él -quien ya lo hacía en ella-, sakura tenía el ceño fruncido; aunque naruto pudo ver más en esa mirada enojada: podía percibir sorpresa, como también y por alguna razón -clara para él- el desánimo y tristeza. Eso lo descolocó; se sintió mal al darse cuenta que de seguro ella vio cuando Hinata lo tomó de sorpresa para besarlo, eso era más que obvio.
El ambiente se estaba cargando de tensión para los tres aunque por diferentes razones en cada uno.
-hinata…
-naruto-kun, ¿quién es ella…?—objetó con seriedad la peliazul, interrumpiéndolo.
Comenzó a caminar hasta llegar al frente de la pelirosa quien la miraba con neutralidad; tratando de no perder la compostura.
Hinata al verla en la oficina de “Su Novio” quiso saber quién era; no podía negar que era bonita, pero no tanto como ella, se decía para sí, presuntuosa; aunque le pareció raro ver el color de su cabello, no todos los días ves a una chica con un tono rosa en su cabellera, y menos conociendo el mundo de la moda. Obviamente pensó, socarrona, que era teñido. No era raro que una boba quisiera imponer la moda a su estilo, pensaba ella.
Naruto se pasó una mano por el rostro. Caminó hasta estar a un lado de ambas, sakura le lanzó una mirada la cual no denotaba ninguna expresión, y Hinata lo miro como esperando una respuesta. Naruto sintió su corazón acelerarse.
¡Estaba en un GRAN aprieto y debía tener todo bajo control, pero ya!
Suspiró impaciente, miro a la ojiperla, señalando a sakura—hinata, ella es sakura, mi asistenta. Sakura, ella es Hinata—presentó por fin, ahora mirando a la primera.
Ésta sólo la miraba tratando de mostrar serenidad, mientras la hyuga aún tenía un gesto indiferente.
¿Había escuchado bien? ¿Solo su asistente?, se preguntó la Haruno.
“Bien, ahora sí que no lo entiendo”. Oprimiendo sus deseos de ahorcar ahí mismo a naruto por ser un idiota, decidió ser afable. Estiró su mano para decir, con tono distante pero educado:--un placer, Hinata…
-naruto-kun, ¿podemos hablar un momento…?—interrumpió o mejor dicho, ignoró a la pelirosa quien se sorprendió por lo descortés que fue en dejarla con la mano extendida.
Naruto al ver semejante falta de respeto por parte de Hinata hacia sakura -y al ver que ésta bajaba su mano, apretando el puño- frunció el ceño indignado, por presenciar otro
capricho de la hyuga mimada.
Pero antes de que él le reclamara, la ojiperla dijo:— naruto-kun, ¿Por qué te tardaste tanto en abrirme?, ¿q-qué estabas haciendo…?—cuestionó algo intimidada por su mirada, pero tratando de controlarse, con los brazos cruzados, dándole la espalda a la pelirosa.
Hinata había tenido la idea, o bueno, en parte, de ir a visitarlo para tratar de remediar lo de su relación -obviamente no iba a dejar que se terminara. Eso no pasaría, se había dicho ella. Pero al llegar, comenzó a pensar que nada bueno estaba pasando con él: al naruto estar encerrado y demorando en abrirle; encima estaba con esa mujer ahí. Era celosa y no le agradaba nada esa extraña situación. Pero no podía hacer enojar a naruto, porque su plan no daría frutos, y eso tampoco quería. Debía calmarse y solo actuar, aun sabiendo que no estaba contento con su presencia, principalmente.
-hinata, ¿qué te pasa?, ¿Por qué no le diste la mano a sakura?, ella está siendo educada contigo—reprochó mirándola con enojo. Ésta lo miro con una ceja arqueada.
Sakura quien estaba detrás de ellos sólo apretaba los puños de la rabia que estaba conteniendo.
“¿Qué le pasa a esa estúpida?, ¿Cómo se atreve a ignorarme así?, ¿Quién es ella para humillarme así?”, eran unas de las tantas preguntas que se estaba haciendo la pelirosa en esos momentos.
Sakura sólo sabía que tenía ganas de gritarle que ELLA es novia de naruto, y no esa estúpida. Pero a la vez no podía: algo hacia que las palabras se atascaran en lo bajo de su garganta. Un nudo sentía allí, uno contenido por diferentes sentimientos que la estaban sucumbiendo en esos momentos, y sumando el que aún estaba asombrada por la presencia inesperada de la mujer. No podía, no quería creer en que la traición estuviera presente de nuevo en su vida.
Sakura se negaba en pensar que naruto, su naruto, la estuviera engañando. Sólo podía escuchar y ver.
-no le iba a dar mi mano a una…secretaria—musito volviendo su vista a la ojijade con mala gana, para luego mirar al rubio, frente a ella--¡a-además, este no es el caso!, no me has dicho por qué te tardaste tanto, naruto-kun,
¿acaso m-me estas ocultando algo…?
-¡eres una mal educada!, ¡¿por qué estás diciendo eso, Hinata?! ¡¿Cómo puedes ser tan prejuiciosa?!—Masculló al borde de derramar todo el enojo que estaba conteniendo por tan sólo su simple presencia--¡¿por qué te gusta humillar a las personas?!—alegó con enojo.
Recordó cuando un día había salido con ella -cuando eran novios- a un restaurant donde quedó pasmado: al ver que la chica no se había contenido y le había gritado toda histérica a un mesero que, sin querer le había vaciado la copa de vino a uno de sus vestidos favoritos, además de costosos, el pobre mesero muy apenado se había disculpado, pero ella casi hizo que lo corrieran del lugar, sino fuera por su interferencia en calmarla. Sólo había sido un accidente; desde ese día se comenzó a dar cuenta de la verdadera Hinata, no sabía ¿dónde había quedado la tierna y tímida chica que había conocido?
-hum, no es humillar, solo, solo es poner y dejar clara la distancia que hay entre nosotros y las personas de bajo nivel—interpeló con cínica tranquilidad y haciendo que naruto la viera con severidad por su inapropiada respuesta.
Ella comenzó a acercársele de nuevo estando tranquila y una pequeña sonrisa enmarcada en su rosto; algo tímida.
-vamos, amor, n-no te enojes que vine porque te extrañaba, quise dar-te esta sorpresa, así que quiero verte sonreír…a-además, tú me extrañabas también, ¿ya te acuerdas?, ¡te amo!--“si es de actuar, lo haré, pero no pienso irme sin que arreglemos todo”--. Pensaba ella.
-¡deja de estar mintie…!—fue interrumpido, de nuevo, por los labios de la hyuga quien se lanzó por tercera vez a su cuello.
Estaba harto de que ella hiciera eso, lo volvió a tomar por sorpresa, y eso no le gustaba. Hinata gimió en su boca, aferrándose más a él cuando sentía que trataba de alejarla de él.
Por fin sus pies le reaccionaron, pensó sakura; aunque sentía que aún le temblaban las rodillas. Mirando la escena frente a ella, a solo unos cuantos pasos de donde estaba; sentía que su corazón estaba más que hecho pedazos.
Pedazos que se desgarraban y dolían profundamente en ella.
¿Por qué?, ¿Por qué le pasaba esto?, se preguntaba sakura mirando dolida el como la ojiperla se aferraba para besar con pasión a su novio, su naruto, o, ¿no debería de llamarlo así?
No sabía ni qué creer ahora, estaba decepcionada, triste y enojada.
¿Cómo era posible que él la estuviera ignorando si muy bien sabía que ella aún estaba ahí? ¡Viéndoles! ¿Por qué le estaba haciendo eso?, ¿Por qué no era un hombre en ese momento y le decía toda la verdad?
Si de verdad seguía con su novia. O le explicaba de una maldita vez lo que estaba pasando.
Sakura al sentir que algo cálido resbalada por una de sus mejillas parpadeó, decidió que era mejor salir del lugar, ya no quería estar ahí, se sentía incomoda, que sobraba en el sitio. No quería seguir viendo como naruto la ignoraba y el cómo era agarrado por las asquerosas garras de esa presumida -que por muy a pesar de vestirse a la moda y de tener todo el dinero y fama del mundo, no le sirven de nada.
Hinata tiene el alma podrida en ego, como tiene la cabeza, pensaba la Haruno.
Suspiró con la respiración entre cortada, dejó la carpeta que había levantado del suelo en el escritorio. Miro de nuevo a naruto quien por fin había desecho el agarre tan desagradable de la chica; sakura por unos segundos notó que a naruto no le agradaba la presencia de la chica, pero, sólo pudo pensar -aun sintiendo dolor en su pecho- que de seguro era porque se sentía incómodo en que ella estuviera presente… si era así…lo complacería; así que con algo de voluntad, ya que ni fuerzas tenía de caminar, comenzó a dirigirse a la puerta. Apretando los puños y sin dejar de contener las lágrimas de dolor que sentía.
Su corazón se aceleró cuando escuchó que naruto la llamaba, pero a oídos sordos siguió su camino manteniendo la cabeza gacha, y para cuando llegó a la puerta la cual abrió, se quedó mirando de nuevo hacia atrás: donde estaba naruto tratando de deshacer el abrazo de Hinata, que ahora le hacia su prisionero. Sin resistirlo más con una mirada desconsolada que dejaba ver sus ya visibles mejillas mojadas y rosadas, salió de la oficina, soltando un lamento.
-¡sakura!
Desesperado.
Abatido.
Angustiado.
Así se sintió al ver la última mirada de sakura antes de salir de la oficina. Estaba muy triste y pudo ver que derramaba unas cuantas lágrimas de sus hermosos ojos; esos ojos tan preciosos que lo enloquecían. Sintió que su corazón se oprimió. No le gustaba verla llorar, o que estuviera triste, y menos si era por su culpa. Pero no quería que ella malinterpretara todo lo que estaba pasando, debía buscarla y aclarar todo esto; debía decirle la verdad. Lo que le está sucediendo, con sus sentimientos.
No quería perderla. No a ella porque no soportaría que se alejara de sí; sakura es su cura, la luz de su camino. De tan solo imaginarla odiándolo solo lo hacía sentirse desecho e iracundo. Maldijo por lo alto cuando hinata no dejaba de rodearlo con sus brazos.
-¡ya suéltame…!—con enojo logró que la ojiperla lo soltara, haciendo que ésta retrocediera por lo brusco que fue en realizar la acción--¡demonios, hinata! ¡¿qué pretendes con todo esto?!, ¡es mejor que te vayas, no te quiero aquí. Me amargaste el día!—arguyó colérico.
Se planeó caminar hacia la puerta cuando la peliazul lo detiene de un tirón de mano, haciendo que gruñera y que se irritara más de la cuenta.
-¡¿A dónde vas?! ¡¿Por qué llamaste a esa mujer, naruto-kun?!—lo encaró. Sintiendo rabia.
¿Quién era esa mujer para que naruto le gritara de esa manera…con…desesperación?, se preguntaba molesta mirándolo pasarse ambas manos por el rostro. Señal clara de estar muy enojado. Ella lo sabía pero no le importaba porque ¡quería saber la respuesta a su pregunta!
-¡¿entonces, me dirás o te piensas ir y dejarme con la palabra en la boca?!—protestó esperando su respuesta.
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Al salir de la oficina no pudo retener más los sollozos que se estaban ahogando en su garganta. Lágrimas corrían por sus mejillas. Se limpió el agua salada, pero de nada sirvió porque seguían saliendo las fastidiosas lágrimas de sus ojos. Se sentía tan triste en esos momentos. Sakura pensaba que lo único que quería era estar sola; así que con ese pensamiento comenzó a caminar rápido para salir por completo del pasillo, ya que sentía que su corazón se saldría al escuchar la voz de naruto llamándola -lo oía así como si estuviera desesperado-, o bueno, de seguro era su imaginación o estaba delirando.
Lo mejor era ir a algún lugar donde nadie la molestara. “Sí, quiero estar sola”, ahora no quería hablar con nadie.
Salió por fin del pasillo a paso rápido, dobló la esquina y comenzó a dirigirse al principal para tomar el elevador. No sabía ni para donde se dirigiría ya que ahora que lo recordaba no tenía su cacharro listo; todavía se encontraba en el taller debido a los golpes que recibió -cortesía de la oxigenada.
Gruñó de rabia, “maldita sea mi suerte”, pensó más deprimida.
Cuando pasó limpiándose el rostro susurró una maldición -por un lado del puesto de Ayame- quien se encontraba atendiendo a un cliente a través del teléfono de la recepción. Sakura ni siquiera pensó en dirigirle una mirada a la castaña, sólo pasó directo y a paso firme. Pero ayame al notar esa acción tan rara de la pelirosa sólo hizo que su curiosidad se activara, porque al colgar el teléfono, comenzó a llamarla. Pero al ver que ni pelotas le parada se preocupó, y aún más al escuchar que soltaba pequeños sollozos -los escuchaba como eco. Y con intranquilidad abandonó su puesto para correr a donde estaba su amiga, que al sentir que se dirigía hacia ella, se sobresaltó y comenzó a limpiar sus mejillas.
-¡sakura, por kami!, ¿qué sucede?, ¿por qué sales así?—se preocupó al verla al rostro y en el estado en el que estaba.
Sakura tenía los ojos algo rojos y aun bañados del agua salada que se estaban estancando en ellos, los labios le temblaban y se veía algo pálida: aquel que la viera le parecería ver a un zombi. La castaña se le acercó para tomarla por los hombros al ver que su amiga bajaba la cabeza.
-¿Qué te pasa, sakura?, ¿Por qué lloras…?
Pero sakura sólo se alejó un poco de ella, aun con la cabeza en dirección al suelo.
-ahora n-no quiero hablar…solo quiero estar sola—balbuceó enrollando sus brazos, como en un autoabrazo.
-¿qué dices? ¡ni creas que te dejare sola en el estado en el que estas!—alegó a la respuesta tan boba de su amiga. Ni loca la dejaría sola, pensaba Ayame; quien estaba inquieta porque no sabía que le pasaba a sakura como para que estuviera así, tan desecha.
Sakura suspiró, y dirigió la mirada, opaca, a su amiga que se sorprendió al mirarla: parecía perdida en el vació. Se le erizaron los vellos. Sakura con algo de esfuerzo le regaló una pequeña sonrisa -falsa, obviamente- y le dijo con voz depresiva:
-no te preocupes, Ayame…solo quiero estar sola un momento.
Y antes de alegar a sus palabras las puertas del elevador se abrieron, pero antes de que sakura entrara -y para su sorpresa- ayame la abrazó: dándole a entender que no estaba sola. A los segundos la soltó regalándole una pequeña y amistosa sonrisa. Sakura entró al ascensor y antes de que las puertas se cerraran, le dedicó una mirada de agradecimiento a su amiga.
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En la oficina directiva:
-¡¿entonces, me dirás o te piensas ir y dejarme con la palabra en la boca?!—protestó esperando su respuesta, mientras lo miraba cruzada de brazos.
-¿sabes qué…?
Miro la maleta color azul cielo de ella para dirigirse y tomarla con brusquedad, ante la mirada extrañada de la ojierla, que no sabía que haría; naruto caminó hasta ella tomándola de un brazo, basto, para dirigirse con ella hacia la salida.
-¡quiero que te vayas ahora mismo porque tengo muchas cosas que hacer!.
-¿p-pero a-a dónde me voy a ir?, si n-no conozco nada de este lugar—alegó airada, mientras era sacada fuera de la oficina por un naruto enojado hasta la médula.
Hinata estaba nerviosa, estaba metiendo la pata pero se había enojado y no se pudo contener. Tampoco quería irse porque no conocía a nadie en ese estado del país.
¡Se perdería!
Naruto no sería capaz de dejar en la calle, ¿o sí? Tragó saliva para trata de hacerle recapacitar—a-al menos deja que te e-espere en un lugar de la empresa…
-¡No!, ¡te quiero fuera de la empresa y lejos de mí en estos momentos, no pienso darte ninguna explicación ahora, quiero aclarar algunas cosas contigo pero primero debo hacer algo más importante!—mientras hablaba se acercaban al final del pasillo principal, donde se encontraba el elevador; hasta ahora se había preguntado, con enojo, el por qué se le ocurrirían a sus tátara abuelos construir tantos pasillos largos en la empresa.
Ayame quien les había escuchado algo de lo que hablaban -casi en gritos- con cara de asombro y preocupación se dio cuenta que había pasado algo muy grave, por como vio que su jefe sacaba a arrastras a la “antipática” de la chica. No le había caído para nada bien cuando llego ¡ORDENÁNDOLE! que la anunciara con su jefe de que estaba esperándolo, cosa que la molestó porque encima que ni siquiera esperó a que ella colgara el teléfono: hinata había tomado voluntariamente rumbo hacia la oficina. Ni unas gracias de cortesía. Torció la boca al recordarla.
Pero al segundo se preocupó del estado en como salió del pasillo su amiga. “Sakura se veía mal, estaba llorando, ¿qué sucedería?”, se preguntaba para sí. Al ver a su amiga en ese estado se le había acercado con preocupación, pero ella sólo le había pedido que la dejara sola y eso la desconcertaba.
No sabía que le había pasado.
Tocó el plateado botón del elevador para esperar a que se abrieran las puertas. Naruto estaba muy molesto con el teatrito que se había montado la hyuga en su oficina
¿Cómo osaba hacer esas bajezas? ¿Por qué era tan caprichosa, prejuiciosa?
Gruñó por lo bajo cuando sintió que hinata le intentó tomar de un brazo por lo que él se apartó a un lado, molesto. Ella puso un puchero pero naruto ni pelotas le paró. Las puertas del elevador se abrieron para que el Namikase tomara la maleta con una mano y con la otra, tomar con brusquedad
un brazo de la hyuga, que soltó un quejido por ello.
-¡e-eres muy brusco, naruto-kun!, ¡¿p-por qué eres si conmigo?!—se quejó algo alterada, sobando el lugar del agarre, mientras miraba con el ceño fruncido a naruto quien apretaba el botón de planta baja.
Quien ni prestarle atención a lo que decía.
-¿Por qué no me contestaste a las preguntas que te hice…?—espeto más calmada y ganando la atención del rubio, pero aun con un semblante de seriedad.
Las puestas del elevador se cerraron.
-te las contestare cuando me dé la gana…ahora no quiero hablar, hinata.
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-vamos ayame, ¿en qué pensabas…?—se preguntaba a sí misma.
Ahora que lo recordaba estaba pensando algo antes de ver salir a su jefe con esa chica del pasillo, pero no lo recordaba. Suspiró resignada, para tomar el bolígrafo y seguir anotando algunos pedidos…cuando de repente…se le viene a la mente: “hyuga”.
¿Pero de dónde se le hacía conocido ese apellido? Seguía con su examen mental, para a los segundos, abrió los ojos de golpe.
-¡no puede ser! ¡Ahora lo entiendo!…—se llevó una mano a su boca, preocupada—sakura, ¡ahí dios…! ¡Esa chica es la ex prometida de naruto-san!—se dijo con sorpresa al recordar el apellido de la chica.
Claro que lo había escuchado, si los Hyuga son unos de los mejores inversionistas del país, y lo sabe porque su padre, el ex director de la empresa de konoha, había realizado algunos convenidos con el señor Hiashi hyuga hace años.
-¿Cómo estará sakura?, ¿qué pasaría allí dentro como para que ella saliera en ese estado?
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Las puertas del elevador se abrieron. Sakura salió del lugar, airada y sollozando. Miro a su alrededor: el pasillo no estaba tan abrumado de personas, sólo unas pocas. Pero poco le importaba que la vieran; miro a un lado divisando una alta y ancha puerta de madera con un logo de una mujer con vestido. Se dirigió a esta para empujarla y entrar al lugar; siendo el baño general de damas. Ese era el lugar que se le había ocurrido para esconderse y estar sola, quería privacidad.
Y qué mejor que el baño de chicas: el lugar en el que nadie podía molestarla, o bueno, en el que naruto no se le ocurriría entrar a buscarla. Porque de ser en el que está en su despacho de seguro no la dejaría tranquila -incluso tumbaría la puerta.
Sakura maldecía el no tener a su cacharro con ella, porque si fuere así, ya estuviera bien lejos de la empresa -de la presencia de naruto.
Al entrar al baño pudo ver a dos empleadas -habían dejado de conversar para prestarle atención a su llegada. Sakura con algo de incomodidad miro a una de las cabinas, la última estaba vacía, comenzó a dirigirse a ella, sin mirar a las chicas, que la seguían con la mirada a través del espejo y, que se dirigían miradas cómplices y curiosas: preguntándose qué le pasaba; abrió la puertecilla y la cerró con el pasador. En silencio y como si estuviera en trance se sentó en la tapa del excusado.
Las chicas al escuchar un sollozo se miraron entre sí. Una de ellas susurró algo como que: era mejor dejarla sola. Su compañera asintió dándole razón. Y comenzaron a salir del baño dejando a la pelirrosa sola.
Sakura al darse cuenta de la ausencia de las chicas, y al escuchar cerrarse la puerta, no pudo evitar que un sollozo saliera de sus temblorosos labios, para luego soltar un lamento, luego otro y sin ya detener el sentimiento de tristeza que sentía en su corazón; ahora sin que nadie la interrumpiera.
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-¿A dónde iré?, sabes que no conozco nada de aquí…--recordó por segunda vez. En tono sarcástico.
El rubio rodó los ojos. Odiaba que ella tuviera la razón.
Suspiró con molestia. Metió las manos en uno de sus bolsillos para sacar las llaves de su departamento. No quería hacer lo que pensaba, pero no tenía más salida. Tampoco podía dejarla a la suerte, en la calle sin saber ubicarse: naruto no era esa clase de personas. Y por muy a pesar de ser como él es, no podía dejar que le sucediera algo. No se lo perdonaría sabiendo que tuvo culpa. Y fuera como fuera hinata sabía que no toda la culpa era de ella, porque también era suya, y odiaba el que fuera así.
Tomando un suspiro, naruto se giró para mirarla con seriedad, quien se intimidó al tener esa mirada en ella.
-toma, son de mi departamento. Quiero que me esperes allí hasta que llegue, ¿me entendiste?—cuestiono a su orden, con su mismo semblante. La hyuga asintió aunque un poco extrañada—. Te enviare la dirección por un mensaje de texto…
-¿p-pero, no me llevaras tú…?—mientras tomaba las llaves para guardarlas en su bolso, lo miraba intrigada.
Naruto bufó, colocándose de frente a las puertas, ladeó su rostro para mirarla y decir con sarcasmo: -toma un taxi, Hinata…tengo muchas cosas que hacer—. Enfatizó el muchas. Las puertas metálicas se abrieron—. No quiero que hagas un desastre, espera a que llegue en la noche, tenemos que hablar.
-está bien, naruto-kun—tomó la manilla de la maleta la cual estaba algo pesada, lo miro con una pequeña sonrisa—te esperaré.
Se acercó a naruto para darle un beso pero él la detuvo, poniendo sus manos en los hombros de ella, quien suspiró decepcionada.
-disculpa por hacerte enojar…nos vemos…
Salió del elevador dejando al rubio con una tensión en su cuerpo; de uno de los bolsillos de su saco sacó su móvil y marcó al de sakura, mientras lo llevaba a la oreja vio cómo se perdía la peliazul por el vestíbulo principal de la planta baja. Las puertas se cerraron.
Maldijo junto a un gruñido.
Sakura no contestaba, y de seguro había dejado su móvil en la oficina. Pensó para sí, sintiendo que ese sentimiento de angustia volvía a él, desesperándole. Marcó el botón que enumeraba el piso 10.
La desesperación volvió a él: recordando la mirada de sakura. Estaba triste, muy triste. Y sabía que así era; como odiaba verla así, tan frágil, tan débil y vulnerable, sabiendo lo fuerte y valiente que es. Pero más odiaba el ser el causante de ese estado en el que ella estaba. Provocado por su culpa -sin la más mínima intención. Naruto sólo quiso hacer las cosas bien: ocultar en ese momento: en la presencia de hinata, ocultar las cosas para que no se armara un escándalo por ésta; sólo quiso evitar alimentar las lenguas viperinas de los chismosos de los trabajadores en la empresa; quiso proteger a sakura en ser el blanco de esas habladurías. Había pensado en confesarle todo a hinata en ese momento: estaba cansado de su actitud, pero se frenó al recordar a sakura. Trató de que las cosas no se salieran de control. Pero de igual forma todo fracasó porque sakura, su sakura, salió lastimada y eso lo estaba carcomiendo por dentro.
Era la que menos le debía afectar la situación, o eso quería naruto. Debía encontrarla a como diera lugar, debía aclararle todo y decirle la verdad: que no había absolutamente nada con Hinata, que sólo fue un malentendido y, seguramente plan de la mujer para conquistarlo con su llegada.
-Hoy mismo la verdad sale a la luz…--susurró.
Al salir del elevador se dirigió a paso firme y poseyendo un semblante de seriedad hacia ayame que, estaba atendiendo a un cliente por el teléfono. Ésta al ver que su jefe se dirigía hacia ella -con una cara que daba miedo, pensó nerviosa- acabó con la llamada y antes de preguntarle el qué se le ofrecía, naruto se le adelantó.
-¿A dónde se fue sakura…?
-¿ah?…
Ayame se quedó confundida, había pensado que de seguro le iba a reclamar por haber dejado que la “Sta. Hyuga” pasara, sin su permiso a la oficina, pero se equivocó. Y se sorprendió a la vez del que preguntara por su amiga.
Parpadeó al ver que naruto suspiraba con notable impaciencia.
-etto, s-sakura, no sé a dónde se fue naruto-san—lo miro con pena.
Naruto se pasó una mano por el cabello. -¿Y sabes al menos a dónde pudo haber ido..?—la miro: queriendo una esperanza en su respuesta.
-bueno…--se puso una mano en su mentón de manera pensativa—ella dijo, que, quería estar sola--recordó--…no creo que se haya ido de la empresa, por como esta sin coche—le recordó.
Naruto asintió recordándolo, y dando gracias por ello para sus adentros. Se preguntaba: ¿Dónde podría estar para que no la molestaran?...estando sola.
-debe estar aquí en la empresa aunque no creo que este con
yuki-san…pero no puede estar lejos--reiteró.
-creo, saber dónde puede estar--apremió, recordando un lugar: pudiendo ser el más seguro en donde la podía encontrar. —Gracias, ayame.
Cuando se iba a dar la vuelta para comenzar a caminar de nuevo al ascensor, la voz de ayame lo detuvo.
-naruto-san…eh, disculpe por la interrupción, pero no pude hacer nada para que la señorita hyuga no pasara—se disculpó por no haberla detenido.
Así sea por los pelos quiso hacerlo -como le hubiera gustado- era una antipática, y que de seguro fue por ella que su amiga salió en ese estado, razonaba la Teuchi -creo que es su apellido- ¡de solo imaginar eso le entraban unas ganas de brincarle encima y arrancarle las extensiones que seguro tenía como cabello! Como le hubiera gustado carcajearse por ese comentario mental, pero se reprimió por la presencia y mirada de naruto en ella.
-espero y tenga suerte encontrando a sakura.
-no te preocupes, ya lo había pensado. Y gracias--apremió con tranquilidad y sinceridad para luego asentir y girarse a retomar su camino—…porque, suerte es lo que necesitaré—susurró para sí.
Estaba nuevamente frente al elevador, esperando a que se abrieran las puertas; había pensado en el único lugar en toda la empresa donde podía encontrar a sakura; daba gracias el recordar que el coche de ella todavía estuviera en el taller -sólo le faltaban algunos retoques que, él mismo le había mandado a poner sola para darle una sorpresa a ella- y así entregárselo en sólo unos tres o cuatro días. De haber tenido con ella seguramente se hubiera largado fuera de la empresa -de él para no verlo. Eso no le gustaba para nada…suspiró con ansiedad drenándole el cuerpo, para entrar al elevador y dirigirse a la segunda planta, que era donde seguro se encontraba ella.
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Horas antes, en la hermosísima ciudad de Tokio…
El día se encontraba como los anteriores, ajetreado de personas caminando, trabajando y paseando por las calles.
En un lugar en específico: la casona Namikase Uzumaki; estaba todo tranquilo, los empleados laborando y trasteando de aquí para allá con normalidad, como el aire que se respiraba.
En el patio trasero de la misma, estaba la señora de la casa, sentada en una de las sillas de metal y cojines, muy cómodos, de color amarillo junto a una mesa de vidrio y que era resguardada de los cálidos rayos del sol por una ancha sombrilla.
Kushina estaba tomando un té de frutas preparado por una de las empleadas, vestía un vestido algo holgado que le llegaba por las rodillas, de un color lila, su rojo cabello lo llevaba en una coleta. A lo lejos la podías detallar con un aspecto de tranquilidad y relajación, sin embargo, estaba algo preocupada y con unas pequeñas ojeras: delataban el que no había podido dormir bien. Tenía la mirada en la nada, pensando cosas, cosas muy tristes y dolorosas para ella. Estaba pensando en la conversación que tuvo con su hijo mayor hace dos días. Se había sentido muy mal el haberle dicho todas esas cosas, pero se sentía enojada con él: con las mentiras y las actuaciones que, según ella, naruto estaba teniendo. No le gustó el hecho de que le fuera infiel a su nuera, a hinata.
-no sé porque naruto-chan está actuando así…--susurro para sí, cerrando sus ojos y sintiendo la fresca brisa mover sus hebras rojas, y el cómo sobaba con suavidad su rostro. Los abrió de nuevo mirando más allá de todo el jardín del lugar—pero no puedo dejar de sentirme así por todo lo que le dije…tampoco me gustó escucharlo así, tan triste y decepcionado…
--Flash Back--
-me…me estás diciendo que, ¿prefieres estar de la parte de Hinata que solo es una conocida, en vez de estar de mi lado que, soy tu hijo…?—cuestionó en tono bajo y sintiendo un nudo en la garganta. Sentía un apretón en su pecho por el silencio a la respuesta de su madre—dime, oka-san, ¿prefieres eso…?---para él estaba siendo obvia la respuesta.
Kushina cayó unos segundos para luego decir, con enojo pero a la vez con tristeza por decir lo que dijo:--sí, prefiero defenderla naruto. Ella no se merece lo que le hiciste…tú solo jugaste con ella y la pobre esta desolada--sentenció con reproche.
--Fin del Flash Back--
-sé que lo tuve que haber herido, porque lo que hice y dije es traición de mi parte, por ser su madre y no apoyarlo…pero…—bajó la mirada triste y sintiendo un nudo en la garganta—quiero lo mejor…para él e ino-chan, no quiero que mis hijos sufran por haber tomado una mala decisión, que después se puedan arrepentir—decía para sí conteniendo las ganas de llorar en esos momentos.
Debía ser fuerte, como siempre lo ha sido al tomar las decisiones que, según ella, son correctas, pero sin saber o al menos recapacitar que lo que estaba haciendo era el verdadero sufrimiento hacia ellos: el no apoyarlos y estar de su lado.
-…quiero que ellos se den cuenta que lo que los padres planeamos para sus hijos es para su bien, es lo mejor, que su futuro se debe asegurar con o sin su consentimiento, es resguardar su bienestar…así como lo hicieron ellos…--recordaba la vez en la que escuchó hace unos años, sin querer, a sus padres hablar con un señor sobre un acuerdo nupcial entre ella y un chico…
--Flash Back--
Kushina Uzumaki con tan solo 17 años, era una chica hermosa aunque con un carácter intenso -de los mil demonios, según el burlista de su padre, hashirama Senju- ella era todo lo contrario a su morocha, Kira Uzumaki, ambas tenían su parecido aunque sus personalidades, curiosamente eran opuestas, ambas eran la adoración de sus padres; los Uzumaki era unas de las familias más prestigiosas en todo Japón y eso porque el clan a lo largo de los años siempre habían sido estupendos inversionistas y comerciantes debido a la unión que habían hecho con la familia Namikase, hace algunos años, eran muy respetados en ese campo.
La chica había salido de su recamara, en la misión Uzumaki, para buscar a su madre, Mito Uzumaki: una mujer hermosa y con carácter, era el ejemplo vivo de sus hijas tanto en su parecido como en su forma de ser.
Kushina bajó las escaleras preguntándole en el camino a uno de los sirvientes por su madre cosa que le fue solucionada al saber que estaba en el despacho con su padre, atendiendo junto a éste a una visita. Curiosa se encaminó al lugar. Dobló en una esquina divisando la gran puerta de madera que era el despacho de su padre: lugar donde se perdía la mitad del día encerrado; al llegar pudo escuchar las voces de sus padres y otra desconocida, de un hombre, pensó para pegar la oreja en la fría madrera.
Dentro del despacho:
-por mí no hay ningún problema—decía un hombre alto, de cabellera castaña, algo larga, vestía un traje. Se encontraba sentado en uno de los muebles de cuero del lugar siendo hashirama—sólo espero que esto funcione, como dices—dio un sorbo a una copa con whisky que tenía en una de sus manos.
-es cierto, cariño, también espero que nina-chan no lo tome de mala manera…ya sabes cómo es—rodó los ojos viendo a los dos presentes, siendo mito quien los acompañaba sentada junto a su esposo—es muy terca…--se refería a kushina.
-tranquilos, todo lo arreglaremos entre nosotros para cuando la chica cumpla su mayoría, les diremos sobre el compromiso, ¿qué dicen…?
Ahora hablaba un hombre de cabellera algo canosa y larga, vestía también un traje aparentando a simple vista ser un empresario, y quien mirándoles con una pequeña sonrisa, dijo con emoción reflejada: —mi hijo ya es mayor, sólo debe terminar sus estudios en Europa por unos meses más… ¡sería estupendo que minato y la hermosa kushina se unan en nupcias…!
-estoy de acuerdo, jiraiya-san, después de todo el joven minato es un buen chico, además de ser muy educado...
Acordemos este trato para que nuestras familias sigan unidas en la dinastía que se ha mantenido hasta ahora, y mientras lo hacemos, dejemos que mi princesa disfrute los cinco meses que le quedan antes de su cumpleaños—habló hashirama en sentencia al nuevo acuerdo entre las familias..
Era el punto final a la conversación que había retomado una hora, un acuerdo entre familias estaban planeando desde hace tiempo, los tres siguieron conversando sobre el tema.
Mientras que fuera del lugar, kushina estaba pasmada por lo que había escuchado.
¿Acaso había escuchado bien?
¡Sus padres estaban planeando casarla con un hombre que ni siquiera ha visto! Un tal Minato. Esto no le gustaba para nada, pensaba retirándose del lugar.
--Fin del Flash Back--
Ahora que lo recordaba, se había enojado por meses con sus padres por esa idea tan descabellada.
¿Cómo se les había ocurrido comprometerla a ella sin su consentimiento?
Cuando también estaba su hermana, pero no, tuvieron que elegirla a ella. Que irónico sonó ahora: era lo mismo que estaba haciendo ella con su hijo. Estaba pasando lo mismo que a ella y a minato en sus juventudes, lo bueno fue que al conocer a su amado esposo -a los días de enterarse por completo del tal acuerdo entre las familias- y que por cierto, era para reforzar los lazos entre ellas, había quedado maravillada por lo guapo que era, al principio no lo admitía y se negaba en contraer matrimonio, pero al conocer mejor a minato se dio cuenta que no era tan mala persona como había pensado. Minato en ese entonces tenía un semblante tan serio que de su parte se había ganado ser apodado: “el ogro”. Aunque realmente era todo lo contrario. Al pasar el tiempo se fueron enamorando, y hoy día se aman como unos adolescentes.
Sonrió al recordarlo. Se había imaginado que su vida sería la peor al lado de un hombre que no amaba, pero se había dado la oportunidad de conocerlo cuando supo que estaba equivocada con respecto al trato de minato: era todo un caballero. Y aún lo sigue siendo. Había tenido la idea de que si hacía lo mismo con sus hijos, tal vez y sólo tal vez pasaría lo mismo, que poco a poco y con el tiempo a ellos les agradaría la idea, como había sido con ella y su marido.
-fue maravilloso en cómo me fui enamorando de minato…--sonrió nostálgica, y sintiendo que sus ojos comenzaban a humedecerse—sé que al principio me negaba sobre esa decisión pero sé que mis padres la habían tomado pensando en mi bienestar…por eso haré que ese compromiso siga, no me rendiré hasta que Naru-chan sepa que Hinata es buena mujer, es la mujer perfecta para él…--sentenció para sí.
Pero sintiendo que de algún modo había una espinita en su pecho, que le causaba algo de dolor, aunque prefirió dejarlo pasar.
-¡oye, tía…! ¿Qué tanto piensas?—escuchó frente a ella, alzó su vista ya que estaba algo decaída para mirar cómo se acercaba su bella y joven sobrina la cual vestía un bonito traje de baño color negro, de dos piezas. Karin le sonrió cuando estuvo parada al frente--¿Qué tanto piensas?, te vi y te llamé desde la alberca pero estabas distraída…
-he, je, je nada importante, querida…--tomó su taza de té de la mesa, mientras veía que su pelirroja sobrina se secaba con una toalla para sentarse en otra silla con ella--¿Qué tal el bronceado…?
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Konoha…
“¿Por qué?, ¿Por qué a mí?, ¿Qué hice para que me pasen estas cosas?”, se preguntaba la Haruno.
Sakura sentía ese mismo dolor en estos momentos, ese que la ha perseguido, hostigado desde hace varios años provocado por sus peores miedos: el desamor, el engaño, la soledad.
“¿Por qué no puedo ser feliz en el amor una vez en mi vida?”
Siempre que confía y entrega su corazón a alguien que dice “quererla”, sale lastimada, desilusionada.
“¿Por qué se tiene que sufrir tanto en esta vida?”. Se preguntaba una y otra vez sakura quien estaba sentada encima del retrete de la última cabina, tenía abrazadas sus piernas y su cabeza estaba sumergida en ella, lloraba y sollozaba sin poderse contener.
-…no se p-orque--sorbía su nariz--…tiene que-e ser a-así…--. Dolía. Le dolía el pecho, su corazón el cual sentía como si se lo estrujaran con dureza.
Pero más le dolía el volver a revivir y sentir el ser engañada -pero esta vez no era por la persona que una vez fue su amor de infancia o por unos cuantos desamores de juventud- ahora no era así, no, sino por aquél hombre: que había llegado a su vida cuando estaba hecha pedazos para volverla a armar y llenarla de esperanza, protección, cariño… De aquellos sentimientos que ella no había sentido antes. Sentimientos que estaba experimentando y que la maravillaban: el deseo y la pasión eran los más profundos sentimientos que naruto le había hecho despertar poco a poco y muy adentro de ella.
-no quiero…creer--lloraba--…n-no quiero.
Pero todo eso desapareció en tan solo segundos. Como la pólvora en el aire: cuando se dio cuenta que nada de lo que había vivido podía ser cierto. No tenía la total probabilidad, pero, que más podía pensar si con la escenita que hizo la “prometida” de naruto, en la oficina; porque eso fue lo que escuchó de los labios de la chica -tan segura la notó en hablarle a naruto. Él y hinata aún estaban comprometidos y eso le dolía, le dolía en el alma que naruto le estuviera mintiendo; que sólo estuviera jugando con ella.
Y pensar en que minutos antes estuvo a punto de entregarse a él, creyéndole en sus palabras, perdiéndose en ese mirar tan intenso que sólo él posee. Descontrolándola. Olvidando todo lo demás.
-n-narut-o…
De un momento a otro comenzaron a reaparecer en su mente las palabras de su amiga konan: cuando le había confesado que estaba sintiendo algo por él…
“Sakura, sabes que si está comprometido no es buena idea entrar ahí…te rompería el corazón”.
Ja. Vaya que si tenía razón, pero que podía hacer, ya era muy tarde para su corazón, ahora era una boba enamorada.
También pasaron por su cabeza las palabras de kakashi: “solo te recuerdo que no quiero que salgas otra vez lastimada florecita…recuerda que naruto está comprometido. Te conozco muy bien por eso te lo digo”.
Recordó también a su hermano Sai, diciéndole que no dejaría que ningún otro hombre la lastimara. Pero lo cierto es que él nunca pudo hacer nada, porque nunca estuvo para protegerla como lo dijo; haciéndola sentirse mal, deprimida, confundida.
-co-como si fuera ta-an fácil olvidar--sonrió con tristeza--como, como lo que pasó e-ese día—susurraba.
Recostó su mentón entre sus rodillas flexionadas; recordaba esa noche, en la que por primera vez, probó los labios de naruto, el día en que la protegió de sasuke y le regaló el mejor remedio para ello: un cálido pero apasionado beso, que había hecho retumbar como loco a su pobre corazón. Sintiéndolo tan sincero.
-no puede ser que…que este fingiendo todo… ¡me niego a creer!—seguía derramando lagrimas por sus rosadas mejillas.
Por alguna razón su traicionero subconsciente le jugó chueco, haciéndole recordar unas amargas y crueles palabras: “él sólo te está usando. Cuando llegue el momento de irse, te olvidará y volverá con su novia”.
Asquerosas palabras que la intrépida de Shion le había dicho cuando tuvieron aquella fuerte y tormentosa discusión, precisamente en ese mismo lugar en donde ella se encontraba ahora…
--Flash Back--
Después de que sakura descargara su rabia de un solo puñetazo en la mandíbula de la rubia, se estaba cansando de los insultos tan bajos que le decía. Era una vulgar. Shion quien se levantaba del suelo acomodándose su ropa, miró con odio a la oji esmeralda que estaba parada y cruzada de brazos al frente suyo.
-¡ya veras que yo tampoco te tengo miedo, maldita salvaje!—gritó para abalanzarse sobre skura y tratar de tomarla por los cabellos.
Pero sakura puso sus manos como escudos para tratar de alejarla, impidiéndole acercarse a su rostro.
-¡no te, saldrás con la tuya!, ¡¿me oíste, zorra?!
Shion no paraba de ofender cuantas veces quería a sakura, quien la miraba con rabia. La rubia se alejó de la rosada para sonreír con malicia; como le quería ver la cara cuando le dijera lo que estaba pensando.
-ahora, ¿qué piensas o qué planeas para agredirme con tus palabras?… ¡pensé que tenías al menos educación en cuanto a tu modo de hablar pero veo que eres toda una vulgar!…--demandó con sarcasmo sakura, haciendo que la rubia la mirara con rabia por su comentario.
-¡callate! Jajaja--comenzó a reír repentinamente--¡me da risa lo tonta e ingenua que eres! JAJA...—se burlaba con ganas, mientras sakura la vea confundida—jaja ¡sólo eres un juguete niña!, ¿acaso no lo vez?, naruto namikase es un hombre con ¡mucho! poder, y principalmente es muy atractivo, es un imán de mujeres, ¡dudo mucho que sólo te corteje a ti cuando no está con su novia! jajaja--se carcajeaba--él sólo te está usando, sólo para satisfacerse--hablaba y no dejaba de mirarla--. Y cuando llegue el momento de irse, te olvidará y volverá con su novia.
Se carcajeó nuevamente. Sakura quien se sorprendió por lo que le estaba diciendo, por un momento esas palabras le retumbaron en su cerebro. Pero como tampoco era tan boba o despistada en creerle -a la ¡bruja que le envidiaba hasta las uñas de los pies!- sacudió su cabeza y la miró con el ceño fruncido.
-jajaja ¡ya te veré olvidada en un rincón o lamiéndole los zapatos para que no te deje…!--remataba en burla.
--Fin del Flash Back--
Maldijo en alto a esa estúpida.
Ahora esa palabras llenas de crueldad, envidia y resentimiento no podían salir de su cabeza; en algún momento llegó a pensar en que esa desquiciada pudo haber tenido razón, porque ahora, en ese preciso momento, estaba como ella lo había dicho: olvidada.
-como odio que pudo haber tenido razón esa vez…--murmuró.
Sí, aja, naruto la estuvo usando todo este tiempo, ok, suponía una parte de ella, pero, dónde queda el hecho en que si él le había estado mintiendo por qué no solo la usó y luego la botó y ya... Por qué sintió que en cada palabra, caricia, beso, naruto lo hacia con pasión: con aquella entrega, haciéndole sentir aquella conexión que nacía cuando estaban juntos. Su corazón le comenzó a bombear con rapidez y muy dentro de él, sintió algo de esperanza, de anhelo, en que ella tuviera razón; no podía dejar de pensar eso, porque si sólo estaba actuando, entonces se merecía El Oscar por la mejor actuación en engaños.
Una parte de sakura se negaba en creer que naruto le haya estado mintiendo, actuando; porque su corazón sentía que él le era sincero en cada momento que estaba con ella.
Pero, por su otra parte -en su cabeza- presentía otra cosa.
Estaba confundida y no sabía que hacer.
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El ascensor abrió sus puertas dejando ver salir de él a un naruto con cara de desespero; le había mandado con mucha duda la dirección de su departamento a hinata. Sabía que ésto de alguna forma le traería más problemas pero no tenía otra opción. Miró al frente: donde estaban los baños generales de la empresa. Presentía o mejor dicho, sabía que sakura estaba escondida allí, tenía la sensación de estar conectado con ella. Seguro ella pensaría que si se escondía en el baño de damas no la buscaría allí, no sería capaz de entrar por ella.
¡JA!
Si eso pensaba ella, pues vaya que no conocía su osadía; la encontraría fuere donde fuere, movería cielo, mar y tierra hasta encontrarla. Pero no la dejaría irse de su lado y menos la dejaría sola.
No esta vez.
Decidido con ese pensamiento se dirigió a la puerta del lugar, para empujarla y entrar con rapidez, y sin ser notado por algún empleado en los pasillos.
continuará...
Holaa qué tal... espero y les haya gustado el capitulo, pronto subire el proximo,,, de momento los dejo con la intriga jeje narusannin, gracias por comentar :3
CerezoIntenso- Chunnin
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Re: ¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
¡Wooooooow! Esto se descontrolo, esta maye ya se prendió jajaja. Grandioso el capitulo, que irónico lo del matrimonio arreglado entre Kushina y Minato, para después ellos hacer lo mismo con Naruto, ademas, esta lo de Sakura pobre, debe estar sintiéndose completamente desecha. Espero el siguiente capitulo con ganas, claro que si. Tu amigo NaruSannin se despide. Adios y cuidate.
NaruSannin- Genin
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Re: ¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
te dire que naqruto es un estupido....no quiere problemas con sakura y este le da la llame de su departamento por mi la dejo que se muera...h me vas a decir que ella no planeo eso de quedarse en la casa de naruto y si no funcionaba tendria un plan b....
pero bueno estoy molesto con naruto........
y respecto a lo de sakura, me da tristesa por ella tanto que ha pasado y le llega esta situacion -.-
pero estuvo interesante y muy bueno espero conti
pero bueno estoy molesto con naruto........
y respecto a lo de sakura, me da tristesa por ella tanto que ha pasado y le llega esta situacion -.-
pero estuvo interesante y muy bueno espero conti
Re: ¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
Holaaa por acá...
Gracias por comentar;
Narusannin: si amigo, ya se está prendiendo la mecha que pronto hará explosión jeje, sobre el matrimonio arreglado...digamos que sí, es irónico que siendo kushina y minato protagonistas de que sus vidas se vieran unidas de esa manera, pero ninguno lo hace por maldad solo con la intención que ellos, más kushina, en creer que de esa manera el futuro de sus dos hijos (naruto e ino) estará estable, pero también saben perfectamente que hacen mal con elegir por sobre sus hijos ante esa decisión tan importante. Y en cuanto a nuestra querida sakura, digamos que le ha tocado fuerte la cosa pero tranquilo, pronto dejara de llorar tanto, para solo sonreír jeje; gracias por comentar. Saludos. Y espero que sea de tu agrado el capitulo que viene...
Alexd: estoy totalmente de acuerdo contigo en cuanto a naruto. Él al igual que sakura nunca esperaron la llegada de hinata, que te cuento amigo que tendrá muuucha importancia para este giro que tendrá la historia. Sí estuvo mal, malisimo que naru le permitiera quedarse a hinata en su departamento, y te confieso que tuve duda de si hacerlo de esa manera, pero sí, será importante ese escenario ya que sakura estara cerquita de ahí, obviamente hinata no pensaba quedarse sinnada despues de la llamada de naruto diciendole que ya no hay compromiso y menos noviazgo entre ellos; por eso es importante lo que viene. Todo vendrá bueno para sakura es lo unico que te digo jeje espero y este capitulo sea de tu agrado, y por lo menos hagas las pases con naruto jeje gracias por comentar.
Sin mas les dejo el capitulo para que lo disfruten... ¡Besos y mas Besos!
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Sakura recordaba la mirada que le dio la ¡estúpida y engreída de Hinata!
Cómo se atrevió a humillarla. A tener la intrepidez de ser tan caprichosa y mal educada. Sakura recordó a kiba cuando se lo había comentado y le daba la razón -hinata es totalmente problemática. No negaba que es hermosa. Toda una ninfa de la moda. Pero eso quedaba opacado por tan solo su…modesto trato: la hacía caer en picada por Idiota. -Puf, estúpida- pobre de las personas que la rodean, tener que aguantar sus majaderías; de tan solo imaginarse a naruto aguantándose los caprichos de esa estúpida le daba algo de pena, compasión por él, aunque no quitaba el hecho de que él también tenía el suyo.
¡Y vaya que es todo un controlador!
Frunció el ceño.
¿Acaso dijo… Compasión?
¿Sentir…pena por él?
Debía ser bipolar en estos momentos, se decía ella.
¿Por qué sentiría pena y compasión por naruto si ni siquiera había visto que él rechazara a hinata, y que le aclarara el que ya no eran nada?
Bueno sólo había escuchado algunas quejas de él pero no había visto el que se negara a lo que ella le estaba reclamando. Aunque debía admitir que no le había podido ver su rostro -que estaba rojo de la rabia, solo que ella nunca lo supo- por como él estaba de espalda; sakura había estado alejada unos pasos de naruto y hinata.
-pero es un idiota…un completo idiota—entre dientes decía, mientras se mordía el labio el cual temblaba de la rabia.
¿Cómo podía tenerle devoción a él si la había ignorado,
¡Negado! Cuando la presentó a la mujer?
Sólo su asistente
Se había sentido aturdida, como si le hubieran dado con un martillo en el pecho, y, preguntándose: ¿Por qué había hecho eso?, tan solo ¿por qué?, ¿acaso ella no significa nada para él?
Mientras…fuera del cubículo en donde se encontraba sakura: en el mismo baño de damas.
El rubio entró al baño cerrando tras de sí, dirigió su vista al lugar. Tenso quedó al ver que una chica estaba parada mirándolo con extrañes e incredubilidad, mientras dejaba de usar el lavamanos.
El oji-azul llevó su mirada, ignorando la presencia de la chica -que se estaba poniendo algo nerviosa- a las cabinas para ver si podía encontrar lo que buscaba. Dio unos pasos viendo de reojo como la chica se incomodaba; de repente se escuchó un sollozo que provenía al final del sitio, entonces, ahí supo que tal sonido pertenecía a la dueña de su intranquilidad; tanto él como la chica llevaron la vista al lugar. El rubio harto de que ella no saliera del allí, la miró directo a los ojos con el ceño fruncido, haciendo que ella se sonrojara hasta las orejas; y sólo eso bastó. La mujer dio algunos pasos torpes hasta llegar a la puerta, donde desapareció, había captado la señal.
Naruto al ver que por fin la chica no estaba, se dirigió a zancadas hasta la puerta para pasarle el seguro.
“Así nadie nos interrumpirá”, pensó, molesto de que alguien más entrara y les estorbara.
No quería que esta vez alguien interrumpiera en la conversación: esa que esta vez haría salir a la luz toda la verdad, esa que dependerá en que su relación con sakura siga.
¿O se termine?
Dando un suspiro lleno de inquietud se dirigió a paso seguro hasta donde estaba su destino.
Dentro de la cabina...
Sólo quería un consejo. Como lo necesitaba. Pero esa persona no estaba para ella. Kizashi: ese hombre que para ella fue, es y será su héroe, su mejor amigo y el mejor padre del mundo. Ya no estaba. Como le dolía. Su ausencia, el espacio que había dejado en su corazón jamás serÍa llenado. No es que hiciera a menos a su madre, a ella la amaba y adoraba como a nada, al igual que a sus hermanos. Pero en esos momentos sólo quería un abrazo; sentir el calor y protección de su padre, un consejo de los que siempre le habían hecho levantar el ánimo y sentirse valiente.
Ahogo un sollozo.
> ...como le decía él…
-Flash Back--
-¿Qué ocurre mi princesa?—preguntó con ternura, un hombre adulto siendo kizashi, mientras acariciaba con suavidad la cabellera rosa de una linda niña que yacía en su regazo—estas muy callada.
Estaban en un mueble de la sala viendo televisión, aunque hace rato que se les había olvidado ello.
-oto-san, ¿qué es el amor…?—soló de repente la pelirosa.
Se acomodó para mirar a su padre quien la miro con sorpresa, para luego sonreír y acariciarle una mejilla la cual estaba pintada de un lindo rosa.
-¿el amor…?—se preguntó para sí, poniendo cara pensativa.
Vaya, no esperaba esa pregunta, pensaba para sí. Pero sabía que su pequeña tenía curiosidad. Miró a la pequeña sakura de unos 12 años quien esperaba ansiosa su respuesta. Sonrió por ello.
-el amor--comenzó diciendo--es el sentimiento más bonito que una persona experimenta desde el primer momento en que viene a este mundo, pequeña…es sentir la tranquilidad, transparencia, cariño de ver que las personas que amas están protegidas y felices a tu lado, o incluso lejos de ti, pero sabiendo que ellas son felices…¿Por qué lo preguntas, cielo?
-s-solo curiosidad…--respondió con timidez, pero con una radiante sonrisa que hizo que su padre se la devolviera de la misma forma, o mejor, una de esas que transmite sinceridad y protección: una paterna.
-entonces, si la niña ya tiene clara su curiosidad…—dijo en tono burlón y comenzando hacerle cosquillas en su pancita, escuchando así la melodiosa risa de su hija.
Como amaba escucharla, pensaba enamorado de su retoño, para luego decir, un poco serio y parando el juego:
-quiero que sepas, que no dejare que ningún mocoso venga y me quite el amor de mi hija y mucho menos que la haga llorar, porque si eso pasa...
Sakura tragó grueso al escucharle; sabía que su padre hablaba en serio.
-lo mandare a la luna por haber hecho que la luz de mis ojos derramara lágrimas ¡de estos ojos tan encantadores!—le apretó los cachetes, todo mono. Sakura sólo se sonrojó e infló las mejillas haciendo que su padre riera.
-¡oto-san, yo puedo cuidarme sola…!--se cruzó de brazos, con las mejillas infladas y rojas.
-jajaja ¡lo sé, tesoro! pero mientras yo esté aquí, no dejare que nadie, nadie te haga sentir mal, no a mi princesita valiente—sonrió con ternura. Para abrazarla con cariño, transmitiéndole ese calor de protección.
Y haciendo que la pequeña sakura se sonrojara para luego él escuchar, encantado, la risa inocente de su pequeña princesa, al retomar las cosquillas.
--Fin del Flash Back--
Como lo extrañaba y más en esos momentos, pensaba sakura.
Kizashi: él siempre había sido su héroe, su protector, siempre cuido de ella; si la estuviera viendo ahora no dudaría en que lo hubiera hecho: en rodearla con sus brazos y decirle palabras de aliento que le hicieran sentir su calor paterno. Sonrió nostalgia, dejando que lágrimas de necesidad fluyeran por su ya demacrado y pálido rostro. No sabía ni cuánto tiempo había estado ahí, llorando como boba, como una inútil, una debilucha.
Como cuando era una pequeña niña que necesitaba que velaran de ella.
Porque así se sentía en esos momentos, débil, desprotegida y sola.
Apretó el agarre de sus piernas como tratando de sentirse llena, aunque por dentro, estaba vacía.
Por un momento, sakura escuchó como sonaba la puerta. La había escuchado minutos antes, pensando que de seguro alguien había entrado. Ahora sólo pudo imaginar que esa persona ya se había ido y la había dejado sola en el lugar. Suspiró entre cortada. Al menos allí no había sido molestada, ni naruto había aparecido por ahí en buscarla.
JA.
Que ilusa era; si de seguro en estos momentos estaba de lo más feliz con su novia en su oficina, de seguro la estaba besando y abrazando como lo había hecho con ella.
Pero lo que sakura no se imaginaba, ni siquiera pensaba, era que esa ilusión se cumpliría.
Ella estaba martiriándose con sus pensamientos cuando de repente miró al suelo: su vista estaba borrosa debido a las lágrimas que se acumulaban allí. Se talló los ojos y con claridad vio unos zapatos negros. Unos muy relucientes. Y claramente eran de un hombre. Su corazón se aceleró al reconocerlos de inmediato.
“¡No puede ser!”, pensó con estupefacción.
Naruto. Naruto estaba detrás de la puertecilla de la cabina; había entrado al lugar para buscarla.
“¿Pero cómo?”, fue lo que pensó la pelirrosa sin poder salir de la sorpresa.
Cuando al momento escucho:
-sakura-chan… ¿estás ahí…?
El corazón de sakura se aceleró de sólo escuchar su gruesa y fascinante voz. Ahogó un jadeo al escuchar que el rubio tocaba la puerta.
¿Qué hacía aquí?, Por qué no se va y me deja sola, en paz, no entiende que no quiero verlo, reprochaba ella.
Sakura había pensado en que él no sería capaz de entrar al baño de chicas para buscarla, pero por lo que vio, se equivocó.
-sakura-chan, sé que estás ahí. Sal que necesitamos hablar…--insistió el rubio con una mano apoyada en la puerta. Se estaba desesperando. No se movería de ahí hasta que ella saliera.
Sakura sólo se mantenía callada, mientras se abrazaba entre sus piernas y miraba los pies del rubio; dejaría que se cansara hasta que se fuera. Pasaron varios segundos, algo largos y tormentosos para naruto, y ella no le contestaba.
Sintiéndose inquieto por el tan fastidioso silencio, dijo con voz suave: —sé que estás ahí…puedo ver tus sandalias en el suelo…vamos, sakura-chan…quiero que hablemos.
Maldijo por dentro el no percatarse de ello—n-no quiero hablar contigo—respondió. Su voz sonó ronca y baja, por lo que sonó su garganta para tratar de decir con tranquilidad: —no te quiero ver naruto…vete, déjame sola.
El rubio suspiró para tratar de calmar su inquietud. Se alejó de la puerta dejando perpleja a sakura, quien pensaba que naruto se había rendido muy rápido. Pero no fue así, él sólo recostó su espalda en el muro de los lavamanos y se cruzó de brazos.
-no iré a ningún lado hasta que salgas--sentenció.
Sakura sentía que su corazón saldría por su boca. Inquieta. Dudosa. ¡Alentada!
¿Cómo naruto era capaz de hacerla sentir de esa manera hasta en ese momento?
Sí, porque de alguna manera sentía la esperanza en que él le dijera que nada de lo que había pasado era verdadero.
¡Puf!
Mejor descartó esa ridícula idea. Resignada y también decidida, sakura comenzó a ponerse las sandalias para salir y encararlo; debía saber la verdad, necesitaba saberla de una vez por todas. Y sea cual fuere ella, no tendría otra que aceptarla.
El rubio se enderezó al ver que al fin la pelirosa salía de su escondite.
Sakura cerró la puertecilla, dándole la espalda a éste. Suspiró con pesadez. Se giró con lentitud para luego posar sus hermosos ojos -que para ese momento estaban opacos cansados de derramar tanta agua y con clara tristeza y vacío reflejados- ante la mirada estupefacta del ojiazul, que sintió que su corazón se partió en dos, de tan solo mirarlos.
-¿Qué quieres…?
-s…sakura-chan…
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En la casona Namikase U.
-oye, tía, ¿crees que le haya ido bien a Hinata-san con la visita al primo….?—preguntó curiosa la pelirroja, sentada mientras tomaba de su jugo de ciruela. Pero al ver que su tía ni pelotas le parada, frunció el ceño—tía, ¿me estas escuchando…?
La señora de la casa dirigió su mirada, algo distraída, a su sobrina al darse cuenta de que le estaba hablando.
-¿ah?, ¿qué dijiste, Karin?
Kushina le sonrió apenada a una Karin fastidiada, y quien estaba tratando de entablar una conversación con su tía, pero ésta una que otra vez se despistaba.
-lo siento es que he tenido muchas cosas en la cabeza—se encogió de hombros—pero dime, ¿qué decías?
Karin suspiró rendida. Le sonrió comprendiéndola, ya tenía una idea de lo que la ha tenido así de distraída.
-comprendo que estas preocupada por naruto-kun, tía. Te había preguntado, ¿que cómo crees que le haya ido a hinata-san con el primo naruto-kun?
Kushina suspiró después de darle un sorbo a su té, el cual ya estaba más que frío; dijo con duda: —no lo sé…tal vez bien o tal vez mal…sólo espero que sea lo primero.
-mmm, si verdad…oye, ¿y crees que haya sido buena idea el que la hayas alentado en que fuera a konoha y le diera la sorpresa a naruto-kun…?
La pelirroja la miró esta vez con seriedad y una ceja arqueada.
Karin a pesar de ser su sobrina siempre ha sido apegada a ellos, y por ello, kushina le confía uno que otros temas personales, aunque a veces es muy entrometida. Pero en este caso no lo estaba siendo.
-desde mi punto de vista…creo que no fue buena idea—lo decía por conocer a su primo. No por nada habían crecido casi juntos.
-bueno…--suspiró kushina—sé que es de mala educación meterse en los problemas ajenos pero…sabiendo cómo estaban las cosas, no podía dejar que terminaran peor de lo que ya están—se encogió de hombros. Karin asintió escuchándola--…además, viendo como estaba la pobre de hinata, no podía dejar que siguiera así: tan triste. Se ve que adora mucho a mi naruto-chan…
-je, aun le dices así, je, je hay que ver que algunas cosas no cambian—sonreía, dándole otro sorbo a su jugo. Luego dijo: —concuerdo contigo en que ella estaba muy triste cuando te vino a ver el fin de semana. Cuando me dijiste lo de su rompimiento la fui a visitar y la verdad, me entristeció en verla como estaba—la miro con algo de preocupación—aunque a veces actúa raro, o bueno, cuando estaba con naruto-kun—confesó.
Kushina arqueó una ceja sin entenderle muy bien.
-…pero de todo corazón espero y haya salido bien tu plan, tía…”No dejo de pensar en que esto fue mala idea”—pensaba ella.
Karin de alguna manera pensaba que naruto no había estado contento con su ex relación, algunas veces lo había escuchado discutir con Hinata.
¿Pero quién era ella para intervenir?
Le encantaba el chisme, pero siendo su primo: taaan cabezota. ¡Uy!, lo mejor era ignorarlo.
Kushina sonrió por los buenos deseos de su sobina: —sí, yo también espero y todo haya salido bien…como madre debo preocuparme por mi hijo, y si es de haber convencido a hinata a que luchara por él y no dejara que otra mujer se interpusiera entre ellos, y que se fuera hasta konoha y le diera una sorpresa, me confor…
-¡¿Cómo que tú le dijiste a hinata que se fuera a buscar a naruto, oka-san?!...—alejó con enojo ino, quien llegaba en ese preciso momento en el que su madre hablaba.
Kushina la miró con sorpresa y Karin estaba igual.
-¿es cierto lo que acabo de escuchar…?—se cruzó de brazos esperando su respuesta.
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Konoha: Empresa Namikase.
-¿Qué quieres…?—su tono era frío, al igual que su mirada.
Sakura se cruzó de brazos manteniendo algo de distancia.
Naruto se conmocionó por verla en el estado en el que estaba: tenía el cabello algo desaliñado -aunque más bien fue producto de lo que había pasado con anterioridad en su oficina-, su piel estaba algo pálida, podía ver que su mentón temblaba un poco, como también, su respiración era un poco dificultosa, sus ojos, literalmente, estaban rojos e hinchados dando indicio de haber estado llorando. Pero lo que lo descolocaba era el hecho de que éstos no tenían ese brillo mágico que los caracterizaba, sino que carecían de él: dejando verlos nublados de tristeza, vacío.
Naruto al reaccionar a lo que ella había dicho, frunció el ceño, aun así sin dejar su preocupación.
-¿Cómo que qué quiero?, debemos hablar, sakura-chan…
-¿hablar sobre qué…? ¿Sobre qué soy solo tu asistente?, no te preocupes que me quedó bastante claro como para que te molestes en venir a explicármelo—reprochó con la voz un poco temblorosa pero claramente fría, y el ceño fruncido.
Naruto suspiró sintiéndose inquieto, trató de acercarse a ella pero sakura retrocedió y dijo con neutralidad: --¡no te me acerques!, ¡no te quiero cerca naruto!
-no te pongas así, sakura-chan. Déjame explicarte qu...
-¡¿Qué me vas a explicar?!, ¡¿que todo fue una mentira, una actuación para que hinata no te descubriera…?!
Entrecerró los ojos apretando los puños, que ahora estaban a los lados de su cuerpo.
-¡lo que eres, es un mentiroso Naruto Namikase, un mentiroso! ¡Y yo…!...yo que te creí…--se limpió con rabia una lágrima que se desbordó por uno de sus ojos.
-¡no es cierto, nada de lo que viste era cierto!…nada de lo que ella dijo es cierto—bajó la voz, mirándola con preocupación pero sintiendo enojo por dentro. Sabía que debía hacerle entrar en razón, hacer que volviera a creer en él—por favor, déjame explicarte todo, sakura-chan.
-¿ahora te piensas inventar una historia para que te crea…?—bufó cruzada de brazos y mirando a un lado.
Pero de alguna manera quería saberla, ¿no?. Después de todo había salido para encararlo. Suspiró para tranquilizarse. Lo miró de nuevo, tratando de serenarse.
Tampoco podía ponerse como una lunática en pegar gritos sin dejar que se defendiera; por lo menos le daría sólo esa oportunidad. Naruto la miraba con preocupación y esperando una respuesta positiva de ella.
-…te escucho.
Naruto suspiró. “Bien, aquí voy”.
-…sakura-chan primero que nada, quiero que sepas que nunca quise que esto pasara, que nunca fue mi intención el que pasaras un mal momento…sé que te tuviste que sentir mal en ver a hinata llegar y el cómo se expresaba—su compostura de seriedad lo hacía ver sincero.
Sakura lo miraba con el ceño fruncido y sintiendo un revoltijo en el estómago a la mención de la chica, pero ganando su atención.
-ella no debía, no tenía ningún derecho en llegar así como lo hizo, no me gustó el cómo te trató...
-no tenía ningún derecho en humillarme, naruto--interrumpió--¡No sabes las ganas que tenía de gritárselo, de decirle sus cosas, de decirle que YO soy tu novia y no ella, que es una presumida, caprichosa, quería arrancarle los dedos por ver cómo te tocaba, como si fueras de su propiedad y hasta de…! ¿Qué es lo gracioso…?—cuestionó con las manos en la cintura y mirándolo con una ceja arqueada.
Naruto trataba de ocultar una sonrisa pero no podía, los ojos lo delataban al estarle brillando con una pizca de diversión al verla: hacer gestos de enojo, mientras le decía todo lo que sentía. Para él esos gestos le parecieron tiernos viniendo de ella.
-nada, es sólo que, hasta enojada te vez encantadora.
Naruto sonrió más amplio al ver que la había hecho sonrojar. Sakura parpadeó y con una venita en su frente gruñó, y se cruzó de brazos, mirándolo “enojada”.
-no me mires así, nena, estoy diciendo la verdad. No podría mentirte.
-¡no cambies el tema, naruto!
No entendía por qué la hacía sentirse así en estos momentos, en plena “conversación”, que parecía más bien una discusión. Y él tratando de incautarla con sus coqueterías. Se tuvo que morder los labios para contener una sonrisa: porque la verdad le pareció irónico.
“Es un idiota”, pensó molesta consigo misma.
-¡y dices no mentirme cuando no negaste nada de lo que ella te estaba reclamando!
-¡claro que no estaba mintiendo…!—naruto frunció el ceño.
Pasó una mano por su rostro, impaciente, debía hacer que le creyera, debía ser sincero.
-…si te soy sincero…yo no sabía que ella iba a venir hasta aquí, Sakura. Tanto a ti como a mí nos sorprendió su llegada y si no negué a lo que ella decía ¡era porque ni siquiera reaccioné a tiempo, hinata sólo trata de manipularme, siempre ha sido así. Se hace la inocente cuando de seguro planeó todo esto para que yo creyera que deberíamos volver! ¡No sé porque no me crees, no te he mentido en ningún momento!...yo te quiero a ti, Sakura-chan.
El corazón de la oji esmeralda latió con rapidez al escucharlo. Por un momento quiera brincarle encima y abrazarlo, pero, por otro lado, no estaba convencida del todo. Suspiró sintiéndose dudosa, mirando el techo blanco del lugar caminó cruzada de brazos hasta recostar su espalda en el muro de los lavamanos, a unos pasos de naruto quien la siguió con la mirada.
-no sé si creerte, naruto…yo…estoy confundida y—ladeó su rostro a su dirección, fijando su mirada a la azulada de él—sólo…sólo quiero que me respondas algo, y quiero que seas sincero… ¿todavía sientes algo por hinata, como para, continuar con ella y…reanudar su compromiso…?
Sakura ahora se giró a su dirección viendo como naruto se le acercaba con seriedad, haciéndola ponerse algo tensa y nerviosa.
-sakura…
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En la Casona Namikase:
Karin y kushina se levantaron de sus asientos mirando a ino con algo de sorpresa. La mayor no quería que nadie se enterara del plan que había ideado con su nuera, bueno, ex nuera, porque no quería que las cosas salieran mal, sólo quería que las cosas entre su hijo y hinata se arreglaran.
Pero al ver que su bella hija había escuchado su conversación con su sobrina Karin, estaba segura que se caerían al caño si ella le contaba a naruto.
¡O peor: a su marido!
-¡ino-chan que sorpresa!, pensé que estabas en tus clases de tutoría—musito.
Kushina la miro con una sonrisa. Ino vestía un bonito traje de baño de color azul cielo, de dos piezas y que le hacía lucir fantástica su figura.
-ayer te dije que las había terminado, oka-san—rodó los ojos. Kushina sonrió nerviosa--sólo falta que me den el certificado para empezar mi labor en la empresa.
Le sonrió a Karin quien estaba frente a ella, con una sonrisa también. Pero al recordar lo que había escuchado, ino dirigió su mirada celeste a su progenitora quien la felicitaba por su empeño.
-oye, no me cambies el tema, ¿es cierto lo que escuché: de que te inventaste un plan para que mi hermano vuelva con hinata…?.
Karin miró con intriga a su tía, como esperando su respuesta; kushina suspiró. De todo modos ino le insistiría hasta sacarle la verdad, así era su hija, razonó la mayor.
-sí, ino. Yo le propuse a hinata para que fuera a buscar a naruto, la vi tan triste que me pareció justo el que ella fuera hasta donde él y le pidiera una explicación.
-¡pero estas loca! ¡¿Por qué lo hiciste, oka-san…?!—movía las manos alterada por la afirmación de su madre, quien frunció el ceño.
-¡ey, a mí no me estés alzando la voz jovencita. Soy tu madre y merezco respeto. Y si lo hice fue porque era necesario! Sabes que tu hermano ha estado tomando decisiones impropias, y eso no es bueno para su imagen ¡Además, esta lo que le hizo a hinata, ella no se merecía ese engaño!—la regañó molesta.
Karin las miraba con gotitas en su sien, con algo de incomodidad prefirió tomar asiento y darle un largo sorbo a su jugo de ciruela.
-¡oka-san, tu sólo piensas en el prestigio, no piensas en las consecuencias que pueden causar tus decisiones! ¿Acaso no ves lo que hiciste?, ¡si naruto se llega a enterar de lo que hiciste se va a poner furioso contigo!. Y yo no creo que él haya hecho eso “del engaño”—dijo, haciendo señas de comillas con sus dedos—que yo sepa, él ya había terminado con ella cuando publicaron esa ridícula noticia. ¡Sabes que la prensa siempre se aprovecha de la situación!—recogió con rabia la toalla blanca que se le había caído de sus brazos al alterarse.
-¡oye, no todos somos así primita!—. Karin alegó con sarcasmo—pero es cierto, en eso concuerdo con ino, tía, de seguro un periodista lo pilló, y sacó la noticia haciéndola toda una polémica y…--se cayó al recibir una mirada asesina de su tía.
Kushina miró con enojo a su hija y dijo de igual manera:
-sea como hayan sucedido las cosas ya no importa, de igual forma ya lo hecho, hecho esta. Si naruto le fue infiel o no a ella, eso se arreglara hoy mismo…
-¡no entiendo por qué estas de su lado, esa bruja es una manipuladora, oka-san!
-¡deja de estar ofendiéndola ino. Tú no sabes lo que ella siente, lo que tengo que consolarla para que se tranquilice cuando tu hermano sólo la trata como se le da la gana!
-¡ay, por dios, oka-san. Ella lo está haciendo contigo, sólo te está manipulando con sus lágrimas falsas, como lo hacía con naruto! ¡¿Qué no lo ves?!... ¡es toda una actriz en eso!
Ino sólo observó cómo su madre: en silencio, la ignoraba y se volvía a sentar para darle un sorbo a su té. La rubia se mordió los labio de la rabia que estaba sintiendo por lo que había hecho su madre.
-sólo espero que naruto te pueda perdonar por esto—. Se dio la vuelta para caminar hasta la alberca.
Kushina la miraba alejarse.
Después de discutir con su madre lo que ino quería era relajarse.
-no puedo creer que oka-san sea tan ingenua y caiga en las garras de esa maldita manipuladora ¡rrg!
Giró su mirada a donde estaba su madre y viendo a su prima entrar a la casona. Suspiró negando con la cabeza, y dejando el paño en una de las sillas extendidas en el lugar.
No estaba de acuerdo con lo que había hecho su madre y tampoco quería que se metiera en un problema con su hermano. Pero ella era justa. Y si es de que su madre se enoje con ella para apoyar a su hermano, que hacía sea.
-¿Cómo le estará yendo al grandote…?—susurró antes de dar un salto a la piscina.
Dentro de la Casona.
Karin después de presenciar la discusión entre su prima y su tía decidió ir hasta su habitación para realizar una llamada.
Como odiaba estar presente cuando eso sucedía. No sólo sabía los problemas que la familia de su tía tenía sino que a veces tenía que involucrarse para evitar que las cosas se salieran de control. Había estado de acuerdo con lo que ino había dicho; puede que la prensa se haya aprovechado del momento pero también estaba de acuerdo con su tía.
Naruto ha estado actuando diferente: eso de que se deje fotografiar besando a otra mujer que no es su prometida, es decir, ex prometida, era algo extraño.
A naruto nunca le había gustado formar escándalos para llamar la atención, o bueno eso desde que comenzó su vida profesional. Era más del tipo reservado, y eso Karin lo sabía. No por nada era periodista, y su prima. Suspiró entrando a su habitación. Tomó el móvil que estaba en la mesita de noche a un lado de su cama.
-espero y esta vez sí me caiga la llamada.
Pero después de varios intentos, nada había logrado con la llamada. Caminó hasta el balcón de su habitación para intentar una última vez. Pero nada.
-rrg ¡maldito seas sasuke Uchiha, maldito seas…!—masculló con enojo.
El muy imbécil no le había contestado las llamadas de ella; desde que había ocurrido el inconveniente en el departamento de él, no habían tenido mucho contacto. Se había molestado porque el muy desgraciado no le había dicho que andaba en una relación.
Vaya tonta, se había dicho.
Pero que podía hacer; si ella misma había aceptado ser la lame botas de él sólo por ratos.
-es un imbécil…--susurró limpiando una pequeña lágrima en su mejilla.
Decidió bajar a la alberca para no deprimirse también.
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En la empresa de konoha:
-sólo…sólo quiero que me respondas algo, y quiero que seas sincero… ¿todavía sientes algo por hinata, como para continuar con ella y…reanudar su compromiso…?
Sakura ahora se giró a su dirección viendo como naruto se le acercaba con seriedad, haciéndola poner algo tensa y nerviosa. Si naruto aún sentía algo por hinata, se haría a un lado para no estorbarle, y así él podría seguir con su relación.
-sakura…no te voy a mentir….—la miró a la cara, ganándole una cabeza de altura.
Quería acariciarle esas hermosas mejillas rosadas, pensaba él.
-no te mentiré en decirte que la quiero, hinata es alguien especial para mí.
Sakura frunció el ceño. Retrocedió un paso al ver que naruto le iba a acariciar una mejilla. Sintió dolor al oírlo; no lo podía creer.
-¡pero no es de la forma en la estás pensando!—aclaró--yo…todo este tiempo he estado ciego pensando en que yo la amaba, en que podría ser feliz con ella a su lado pero…sólo estuve equivocado…—bajo la mirada por unos segundos, para luego mirarla—. Sí quiero a hinata, pero sólo como alguien especial. No te mentiré en que la aprecio porque después de todo llevaba 3 años de relación con ella…pero no la quiero lo suficiente como para reanudar mi compromiso, y casarme con ella--. Respondió a su pregunta.
Naruto la miraba con sinceridad. El corazón de la pelirosa latía con rapidez al escucharlo; no podía dejar de mirarle a los ojos.
-fui un cobarde en dejarme llevar por las decisiones de mis padres, en pensar que tal vez lograría amarla con paso del tiempo, pero, sólo me mentía a mí mismo--se encogió de hombros mirándola apesadumbrado.
Sakura arqueó una ceja sin entender lo que naruto estaba diciendo: ¿que era un cobarde? ¿Las decisiones de sus padres? No le estaba entendiendo ahora.
-todos pensaban que era feliz, que mi relación con ella era perfecta, cuando la realidad era que todo era una farsa.
-espera un momento--interrumpió ella--no estoy entendiendo lo que quieres decir, naruto…dijiste que aprecias a hinata como alguien especial para ti, ok, eso lo entiendo. Al igual que yo aprecio a sasuke--concordó--aunque…son casos distintos—reiteró.
Naruto hizo una mueca con los labios al escuchar ese nombre.
-pero tú no la quieres lo suficiente, como para continuar con los planes de boda--continuó sakura--eso…--asintió con duda—de algún modo lo pudo entender. Pero lo que no entiendo es: ¿por qué dijiste que fuiste un cobarde en cuanto a las decisiones de tus padres…?—movió las manos en señal de estar confundida.
Naruto suspiró fastidiado. No quería tocar ese tema; había pasado la noche anterior mortificado por ello; pero debía contarle la verdad a Sakura si quiera que ella volviera a confiar en él.
-sakura, mi relación, mi compromiso, todo era una farsa—soltó por fin.
Sakura abrió los ojos sorprendida por lo que acababa de escuchar.
-todo fue planeado por mis padres y el padre de hinata. Nuestro compromiso fue acordado entre ellos, sin mi consentimiento.
Naruto bajó la mirada sintiéndose abochornado por contárselo. Se sentía un cobarde por no haber afrontado a sus padres hace unos meses atrás, por dejar que ellos “hicieran lo correcto para él”.
-yo no sabía que mis padres habían estado planeando, a escondidas de mí, el casarme con hinata…—miró a los ojos hinchados de la pelirosa: que lo miraban estupefactos—. Yo ya la conocía, nuestras familias se conocían desde hace tiempo e incluso ella no me era indiferente desde entonces. Comenzamos a salir, cuando hicimos pública nuestra relación, mis padres se alegraron mucho, e incluso mi madre insinuaba que ella era perfecta para mí y que sería una gran esposa. Después de cumplir los 3 años juntos, hace un par de meses atrás, me había enterado por la prensa sobre la noticia…
--Flash Back—
Naruto se encontraba en un restaurant de la ciudad de
Tokio. Estaba terminando de pasar el rato libre que tenía de trabajo con konohamaru. Ambos después de una buena comida estaban platicando sobre algunos negocios que se realizarían con algunos socios de otros estados, y uno de ellos era, casualmente, la familia Sabaku.
-oye, naruto, ¿qué opinas sobre Gaara no Sabaku?, ¿crees que acepte la solicitud del acuerdo…?
Konohamaru estaba frente a él viéndolo mirar, con disimulo, a un par de chicas pasar junto a ellos, y quienes soltaron una risita coqueta. Le dio un largo sorbo a su copa para girar su rostro, y regalarles una sonrisa galante a las dos chicas, quienes le respondieron con una igualmente coqueta.
-gaara es inteligente, conociéndole, diría que tarde o temprano aceptara la propuesta—se encogió de hombros, mirándolo con una pequeña sonrisa—hace años que no entablamos una conversación.
-sí, verdad. Me da algo de envidia el que sea tan joven y ya sea el líder de la empresa familiar de su padre je, je.
Naruto negó con la cabeza.
-mm…deberíamos volver a la empresa, debo enviarle a minato-san algunos balances de costos—. Se levantó acomodando su saco, al igual que su amigo.
-he, cretino, deja de dártelas del Casanova, porque no quieres ver a Hanabi con una tijera y una mirada tétrica esperándote en su departamento, ¿verdad?...—su tono era divertido. Pero con algo de reprimenda.
Konohamaru quien al rodear la silla para salir le había picado el ojo a una de las chicas: ganándose una sonrisa de la misma. Al escuchar a su rubio amigo lo miro ofendido.
-cállate--. Pero por dentro moría de miedo si eso pasaba.
Naruto siguió caminando a la salía del establecimiento, mientras se reía de su amigo. Pero antes de siquiera abrir la puerta del lugar, un chico con una cámara en manos se les acercó: enfocando el aparato e iluminando con el flash el rostro de los chicos. Naruto frunció el ceño y konohamaru apretó sus parpados, ya que lo había cegado la luz.
-¡¿pero qué le pasa?!—alegó naruto.
Molesto con el hombre quien le sonrió y a la vez sacó una grabadora de su bolsillo. La acerco a él.
-oiga, Namikase-san, ¿qué puede decir sobre la gran noticia que está rondando el día de hoy en toda la ciudad?—. Su voz era entusiasta pero naruto no sabía de qué hablaba, por lo que se molestó.
Siempre era así que salía y lo pillaba un fotógrafo.
Konohamaru miró al chico con enojo y dijo de igual forma:
-¿de qué está hablando…?
-¡de la gran noticia que está en todos los medios desde esta mañana!—arqueó una ceja con una sonrisa, socarrona.
Naruto y su amigo se miraron confundidos sin entenderle.
-ja, ja ¡de su compromiso, Namikase-san, de su compromiso con hinata hyuga. Sus padres dieron a conocer la noticia esta mañana y ya es todo un acontecimiento! ¡Felicidades!—soltó con sorna.
Konohamaru casi se cae de espaldas, mientras naruto tenía los ojos bien abiertos, paralizado por lo que había escuchado.
El chico, intrépido, le siguió preguntando cosas, pero naruto ni siquiera escuchaba lo que le decía: estaba estupefacto por esa noticia. Al cabo de unos segundos apretó los puños.
Se estaba poniendo rojo de la rabia. Y, lo único que dijo en tono alto y con enojo, llamando la atención de algunas personas en el lugar, fue:
-¡¿qué diablos significa esto?!.
Para salir a zancadas con la mandíbula tensa, con konohamaru detrás, muy preocupado y dándole una mirada asesina al periodista, que se quedó dónde estaba viéndoles salir.
--Fin del Flash Back--
El rostro de Sakura era un total poema. Jamás se imaginó que algo así le había pasado a naruto.
¿Sus padres le planearon un futuro a su antojo y sin su consentimiento?
Esto la dejó más que estupefacta, logrando hacerla olvidar lo enojada y disgustada que estaba en ese momento.
Parpadeó varias veces para contener las lágrimas de una rabia ajena que estaba sintiendo.
¿Cómo era posible que sus padres le hicieran eso, a su propio hijo?, se dijo ella. Y encima enterarse por la prensa. Pobre naruto, pensó después.
-n-naruto yo…estoy sorprendida no pensé que algo así te hubiera pasado, yo…
-no te preocupes, no tienes que decir nada. Mi hermana y konohamaru, mi mejor amigo, eran los únicos que sabían además de los involucrados, y ahora tú—informó mirándola.
Ella asintió comprensiva. También recordando al amigo de naruto: el chico insistente de la video-llamada. Naruto se alejó un poco de ella para darse la vuelta y caminar por el baño pasándose las manos por el rostro con ansiedad, y soltar un enorme suspiro sintiendo que su cuerpo poco a poco se libraba de tensión. No le gustaba recordar eso. Pero debía admitir que contárselo a ella le hizo quitarse ese peso de sus hombros.
Sakura aún estaba confundida, asombrada. No sabía que pensar.
-mi relación con ella al principio iba bien--habló naruto-- habíamos comenzado en conocernos primero, luego nos hicimos novios—hablaba de espaldas a ella, a unos pasos cerca de la puerta--. Todo era increíble lo admito, pero, poco a poco me fui dando cuenta el cómo era la verdadera hinata: no paraba de quejarse de que yo prefería más el trabajo que a ella, que no le gustaba como era mi trato hacia ella, y la verdad, es que ella misma lo fue provocando... Al llegar aquí a konoha, mi relación con ella no estaba tan estable.
Se giró y la miro con semblante de seriedad. El corazón de sakura bombeaba con rapidez.
-comencé a dudar si de verdad era con ella con quien quería casarme. Comencé a pensar muchas cosas. Luego llegaste tú, con tu sonrisa, tu brillante e hipnotizante mirada--sonrió viéndola sonreírle un poco--tu forma de ser conmigo y el ver como eras con los demás me cautivaban, sakura, y admito que me enamore de ti desde el primer momento, sólo que no quise reconocerlo, haciéndome confundir con lo que sentía por hinata y lo que comenzaba a sentir por ti. Tú me haces cambiar, haces que sienta y quiera cosas que nunca había querido, por eso me convencí que no es a ella a la que quiero a mi lado, sino a ti, sakura-chan, por eso yo…
-no sigas…—lo interrumpió sakura.
Presintiendo que se le era zumbado un enorme balde lleno de culpa. Abochornada.
-por favor no lo hagas…no quiero saber que yo soy la culpable de haber hecho el que la dejaras, naruto ¡No quiero saber que por mi culpa arruine una relación…!
Sakura se tapó el rostro con ambas manos; comenzando a llorar nuevamente. Naruto se le acercó bajándole las manos con suavidad, para que lo viera; se había comenzado a tranquilizar por haberse desahogado, pero, al escuchar lo que dijo sakura, lo sorprendió y basta decir que se desconcertó. Ella estaba equivocada. No la dejaría sola, no esta vez.
-ya he pasado por algo así, y no quiero hacer lo mismo, me arrepiento de ser yo, la, la culpable de arruinarte la vida, de entrometerme en tus dudas…en ser la causa de ellas…--sollozaba con los labios temblando--sé que debiste pasar un mal momento, cuando te enteraste de esa manera, sobre tu compromiso…no sé qué decirte sobre esto, naruto…yo…yo estoy confundida y…
-sssh—. Naruto la interrumpió.
Se inclinó para acercar su frente a la de ella; cerró sus ojos sintiendo tranquilidad y haciendo que sakura se tensara y sonrojara.
-no quiero que vuelvas a decir eso, pequeña. Tú, no eres la culpable de nada. Tu muy bien sabes que no es así—aclaró.
Separó su rostro del de ella para mirarla con ternura. Pero ella no dejaba de derramar lágrimas.
-tu llegaste a mi vida para aclararlas esas dudas, no para causarlas y mucho menos para arruinar mi vida—limpió con sus pulgares los rastros de lágrimas por sus mejillas--…no quiero que dudes de que tú eres a quien yo quiero para mí. La que quiero a mi lado…
-no naruto, yo no soy buena para ti—declaró ella.
Sakura se alejó de sus brazos con todo el dolor en su pecho, mirándolo con seriedad pero a la vez con tristeza; naruto ahora la vio sintiéndose ofuscado.
-yo no soy la mujer perfecta para ti. Yo, no soy hermosa, no soy famosa, no tengo el mejor cuerpo y…--bajó la cabeza, apenada, acongojada, sollozando. Sintiendo un nudo en la garganta.
Ella no era nadie para él: era muy poca cosa.
¿Qué le podía ofrecer a naruto, si él ya lo tenía todo?
Sólo problemas y más problemas era lo que le causaba.
Como odiaba ser tan orgullosa, tan necia. Qué ironía ser ella ahora la obstinada. Pero era cierto. Era la cruda realidad.
-tu, naruto, eres un hombre increíble, guapo, exitoso, mientras que, yo soy muy… ¡soy muy poca cosa para ti naruto, yo no pertenezco a tu mundo, a tu vida. Sólo te causo problemas con mis torpezas!—sus palabras eran sinceras: como el dolor que sentía por ello.
La Haruno se dio la vuelta para taparse el rostro y afincar sus codos en el muro de los lavamanos; sentía que sus piernas temblaban. Se sentía tan ridícula en esos momentos. Mientras naruto la miró sorprendido, estupefacto, por lo que estaba escuchando.
¿Acaso estaba loca?
¿Qué no ve lo que está diciendo?
¡Por dios!
Esa mujer debería ser la reina de la Necedad.
Naruto sólo pudo pensar que sakura de alguna forma tenía, en estos momentos, problemas con su autoestima: seguramente causado por la visita de hinata.
¿Cómo podía decir que era poco cosa para él, que no era perfecta y de paso, que no era hermosa?
¡Dios!
Eso era una total infamia, si sakura muy bien sabe que es preciosa. No. Encantadora.
Ella es fascinante: como muchas veces se lo ha dicho.
Ella lo descontroló desde el momento en que la vio: tan preciosa, arriesga e inocente a la vez. Ella ejerce un control en todo él que, no es capaz de negarse a sus encantos, sus caricias, a sus gestos inocentes.
¡Cielos!
¿Qué sakura no se ha dado cuenta de lo loco que lo tiene?
¡Que es capaz de perder la cabeza por ella!
Todo ello pensaba naruto: aun sorprendido, por lo que con seguridad y decisión, caminó hasta rodearla con sus brazos por la cintura de ella, y acercar su rostro al hueco en su cuello; haciendo que sakura se tensara. Pero sin hacer el más mínimo intento por apartarlo.
-no sabes lo que dices, princesa…tu eres todo lo perfecto que una mujer quisiera tener. No te hace falta nada—apretó fuerte el abrazo, escuchándola sollozar en silencio.
Sakura sentía el cálido aliento del rubio en la piel de su cuello, causándole un estremecimiento a su cohibido corazón. Naruto dándole un tierno beso en la mejilla, con suavidad la giró para verla a la cara. Le tomó del mentón con el dedo índice para que lo viera a los ojos.
-sakura, no sé porque dijiste todo eso, no me importan los problemas que aparezcan entre nosotros pero no dejare que ellos nos separen, quiero estar contigo…porque eres tu…no sé porque dijiste que no eres hermosa si…
-¡ay, por dios naruto, está más que claro!—alegó fastidiada de todo.
Lo alejó de ella, y dando unos pasos a un lado se limpió las benditas lágrimas que ya la estaban fastidiando. Mirándolo fijamente continuó con la voz temblorosa: —está demasiado claro, yo no le llego ni a los talones a hinata….Ella es hermosa, naruto. Cuando la vi frente a mí me sentí pequeña a su lado, te vi inalcanzable para mi…--se limpió una lágrima—su familia es muy respetada y con mucho prestigio, tus padres la quieren para ti. Ella sí está a la altura de pertenecer a tu mundo, es perfecta ¡no yo!--volvió a recordarle. Apretó los puños mirando al suelo—…n-nunca de vi venir a konoha…
-¿qué estás diciendo…?—naruto la tomó con brusquedad por los hombros, haciendo que lo mirara asustada. Él tenía el ceño fruncido--¿acaso te arrepientes de conocerme?, ¿te arrepientes de todo lo que hemos pasado, sakura?
Claramente lo que ella dijo le había afectado a naruto, ya que su voz era dolida al igual que su mirada. Sakura tragó grueso sintiéndose mal; por lo que negó con rapidez.
-¿entonces, vas a dejar que todo esto, que lo sucedido hoy nos separe?—la tomó con ambas manos del rostro--¿acaso no has notado lo loco que me tienes, lo loco que estoy por ti?
Ella bajó la mirada mordiéndose el labio. Claro que lo sabía, lo podía notar y ahora lo confirmaba. Ahora podía confirmar lo que siempre supo en su corazón: que él no le había mentido: que sí la quería.
Sakura al enterarse de la verdad: sobre el compromiso arreglado entre la familia de él y la de hinata, su asombro fue tanto que casi llora por ver la mirada que tuvo naruto en ese momento: estaba dolido, avergonzado y enojado por ello; lo comprendió. Pero también sakura se sintió incomoda al escucharle hablar sobre la relación que tuvo con la ojiperla. Pero como ella había escuchado: “sólo la quería como alguien especial”. Naruto no la amaba. No amaba a hinata. Eso para su persona le hacía sentirse tranquila.
¡Era una maldita egoísta!
Y lo sabía.
Pero no podía evitarlo; aunque en estos momentos estaba confundida, aun en su necia cabeza había dudas de si estar a su lado, pero esta vez era por el hecho de que sólo le causaría problemas como los que le ha causado. Pero aun a pesar su otra parte, quería abrazarlo, besarlo y dejarse amar por él.
Sakura suspiró, volviendo su mirada a él quien aún la tomaba del rostro y la miraba con intensidad, se sonrojó.
-n-naruto, no me arrepiento de nada y nunca lo haría…es solo que…
-quiero que vengas conmigo a suna…quiero que seas mi acompañante en la velada de la familia Sabaku, el viernes,
¿qué dices?
Y antes de que ella dijera nada, la puerta fue tocada: escuchándose una voz femenina diciendo:
-¡abran la puerta que necesito entrar!.
Eso hizo que el ojiazul soltara a sakura llevando su vista, con el ceño fruncido, a la puerta. “Se habían tardado”, pensó con fastidio.
Sakura se había quedado mirándolo sorprendida, que ni siquiera prestó atención al llamado detrás de la puerta. Ella no se esperaba que él dijera eso en ese momento.
“¿Qué fuera con él a…a sunagakure?”, se repitió internamente ella.
El rubio volvió su mirada seria, a ella; suavizándola.
-no dijiste nada, sakura-chan, ¿quieres venir conmigo a suna? estaremos solos tu y yo, nadie nos interrumpirá.
Sakura abrió la boca para responder, o bueno, balbucear algo, porque aún estaba sorprendida, y con el corazón en la boca. Pero volvieron a tocar la puerta: escuchándose ahora algunas voces.
-¡¡vengan más tarde porque en este momento éste lugar está muy ocupado y no pienso salir hasta que me venga la gana!!—gruñó enojado mirando al lugar.
Luego suspiró tratando de calmarse, para mirar de nuevo a la pelirosa y sonreírle.
Después de eso: de ese sermón, no se escucharon más murmullos detrás de la puerta.
-yo…bueno yo… ¿estás seguro de que quieres que yo, que yo vaya…?—dudó un poco. Mirándolo embelesada y sonrojada.
Naruto arqueó una ceja al escucharla, y se le acercó nuevamente tomándola del rostro.
-¿crees que si no quisiera ir contigo, que si no te quisiera y no tuviera la necesidad de estar a solas contigo unos días, te estuviera diciendo esto, Sakura Haruno?—aclaró con seriedad pero a la vez divertido; viéndola en trance.
A sakura le entró un calor de repente al escuchar: “unos días a solas”, por lo que se estremeció al sentir que naruto le acarició los labios entre abiertos con uno de sus pulgares.
-está bien…--fue lo único que dijo, mirándolo con un enorme sonrojo; sus ojos tenían un encantador brillo.
Para qué se negaba, ella también quería estar a solas con él.
Sakura decidió de una vez por todas desechar su bendito orgullo y dejar que ese hombre, ese adonis de la masculinidad la amara, que le hiciera entrar en razón de que ella sí puede ser amada, puede ser feliz y a su lado, que no todo es dolor y soledad: olvidándose por completo todo lo que había pasado, de la interrupción de hinata, de su trato poco educado, de sentirse inferior e incapaz de merecer ser amada por Naruto Namikase.
Es mejor vivir el momento.
Naruto sonrió sintiéndose feliz por su respuesta. Sabía que debía convencerla de alguna forma; es tan terca, pensó para sí.
-. No sé porque piensas que no eres hermosa si eres todo lo contrario, ¿acaso no son notorios mis ataques de celos por ti cada cuanto hombre te voltea a ver?—entrecerró los ojos. Ella sonrió—no me importa que no seas famosa o que no vengas de una familia con prestigio, ¿sabes por qué…?
Sakura con el corazón acelerado negó con la cabeza, y con claro interés en sus ojos.
-porque para mí, eres más que increíble: eres inteligente, preciosa, bueno esa palabra es corta, ¡eres estupenda, sakura-chan! A mí nunca me ha interesado fijarme en una persona por su apellido--informó--mm…también, dijiste que no tienes el mejor cuerpo, ¿eh…?
Alejándose lo suficiente sólo para pasear su mirada en ella de arriba hacia abajo: como un león inspeccionando a su presa. Sonrió de lado.
-no sabes ni lo que dices--se le acercó para susurrarle al oído: --te haría el amor aquí mismo si no fuera porque es un baño público y afuera nos podrían escuchar.
Naruto se tocó la nuca avergonzado por su inapropiado comentario, pero eso era lo que pensaba. La ojijade se sonrojó hasta las orejas, dándole un lepe por su “cumplido”.
-¡aauch! Ja, ja—se sobo la cabeza, divertido, con un leve sonrojo—sakura-chan, para mi eres la chica más hermosa, sexy, encantadora. Eres tan fuerte y a la vez tan frágil: así como una princesa…una valiente.
Sakura quien lo miraba con ojos entrecerrados, los abrió de golpe, conmovida, y de ellos, repentinamente brotaron pequeñas gotas transparentes como el cristal. Pero tan sinceras como las palabras que acababa de escuchar. Sus mejillas estaban en un rojo algo excesivo, y de sus labios escapo un sollozo.
Naruto se asustó a verla--¿qué sucede? ¿No te gustó lo que dije…?
Ella sonrió y lo miró transmitiéndole en sus preciosas esmeraldas un: “Creo en Ti”. Un hermoso brillo reflejaba sus ojos -una ternura por decir eso- esas hermosas palabras que le parecieron tan familiares a sakura. Y sólo dijo con la voz quebrada pero sintiéndose muy feliz: —s-solo… ¡solo abrázame!
Y así fue.
Naruto la envolvió con fuerza en sus brazos, pero sin llegar a causarle daño. No había entendido el porqué de su reacción pero había nacido muy dentro de él el abrazarla, el transmitirle con tan solo ese simple gesto, la calidez, amor y protección que sabía tanto necesitaba. Después de segundos eternos para ellos, se separaron; y no faltó pronunciar una palabra para proceder a acariciarse, fundirse con sus labios: un hermoso y tierno beso, ese que tanto ansiaban y necesitaban. Uno que afloraba todos los sentimientos en ellos; suave, apasionado pero necesario, ambos perdiéndose en esos labios adictivos como droga, su droga. Transmitiéndoles la pasión y el deseo cariñoso de sus corazones.
Naruto no dejaría que nadie se la quitara, que ella misma se alejara de él; ambos decidieron, con el simple hecho de estar conectados con sus sentimientos, que de ahora en adelante, sólo serían ellos dos, y lucharían juntos, tomados de mano como uno solo para afrontar los obstáculos que les impidan su felicidad: que es estar juntos.
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Bae, bae...
Gracias por comentar;
Narusannin: si amigo, ya se está prendiendo la mecha que pronto hará explosión jeje, sobre el matrimonio arreglado...digamos que sí, es irónico que siendo kushina y minato protagonistas de que sus vidas se vieran unidas de esa manera, pero ninguno lo hace por maldad solo con la intención que ellos, más kushina, en creer que de esa manera el futuro de sus dos hijos (naruto e ino) estará estable, pero también saben perfectamente que hacen mal con elegir por sobre sus hijos ante esa decisión tan importante. Y en cuanto a nuestra querida sakura, digamos que le ha tocado fuerte la cosa pero tranquilo, pronto dejara de llorar tanto, para solo sonreír jeje; gracias por comentar. Saludos. Y espero que sea de tu agrado el capitulo que viene...
Alexd: estoy totalmente de acuerdo contigo en cuanto a naruto. Él al igual que sakura nunca esperaron la llegada de hinata, que te cuento amigo que tendrá muuucha importancia para este giro que tendrá la historia. Sí estuvo mal, malisimo que naru le permitiera quedarse a hinata en su departamento, y te confieso que tuve duda de si hacerlo de esa manera, pero sí, será importante ese escenario ya que sakura estara cerquita de ahí, obviamente hinata no pensaba quedarse sinnada despues de la llamada de naruto diciendole que ya no hay compromiso y menos noviazgo entre ellos; por eso es importante lo que viene. Todo vendrá bueno para sakura es lo unico que te digo jeje espero y este capitulo sea de tu agrado, y por lo menos hagas las pases con naruto jeje gracias por comentar.
Sin mas les dejo el capitulo para que lo disfruten... ¡Besos y mas Besos!
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Capítulo 36.
Sakura recordaba la mirada que le dio la ¡estúpida y engreída de Hinata!
Cómo se atrevió a humillarla. A tener la intrepidez de ser tan caprichosa y mal educada. Sakura recordó a kiba cuando se lo había comentado y le daba la razón -hinata es totalmente problemática. No negaba que es hermosa. Toda una ninfa de la moda. Pero eso quedaba opacado por tan solo su…modesto trato: la hacía caer en picada por Idiota. -Puf, estúpida- pobre de las personas que la rodean, tener que aguantar sus majaderías; de tan solo imaginarse a naruto aguantándose los caprichos de esa estúpida le daba algo de pena, compasión por él, aunque no quitaba el hecho de que él también tenía el suyo.
¡Y vaya que es todo un controlador!
Frunció el ceño.
¿Acaso dijo… Compasión?
¿Sentir…pena por él?
Debía ser bipolar en estos momentos, se decía ella.
¿Por qué sentiría pena y compasión por naruto si ni siquiera había visto que él rechazara a hinata, y que le aclarara el que ya no eran nada?
Bueno sólo había escuchado algunas quejas de él pero no había visto el que se negara a lo que ella le estaba reclamando. Aunque debía admitir que no le había podido ver su rostro -que estaba rojo de la rabia, solo que ella nunca lo supo- por como él estaba de espalda; sakura había estado alejada unos pasos de naruto y hinata.
-pero es un idiota…un completo idiota—entre dientes decía, mientras se mordía el labio el cual temblaba de la rabia.
¿Cómo podía tenerle devoción a él si la había ignorado,
¡Negado! Cuando la presentó a la mujer?
Sólo su asistente
Se había sentido aturdida, como si le hubieran dado con un martillo en el pecho, y, preguntándose: ¿Por qué había hecho eso?, tan solo ¿por qué?, ¿acaso ella no significa nada para él?
Mientras…fuera del cubículo en donde se encontraba sakura: en el mismo baño de damas.
El rubio entró al baño cerrando tras de sí, dirigió su vista al lugar. Tenso quedó al ver que una chica estaba parada mirándolo con extrañes e incredubilidad, mientras dejaba de usar el lavamanos.
El oji-azul llevó su mirada, ignorando la presencia de la chica -que se estaba poniendo algo nerviosa- a las cabinas para ver si podía encontrar lo que buscaba. Dio unos pasos viendo de reojo como la chica se incomodaba; de repente se escuchó un sollozo que provenía al final del sitio, entonces, ahí supo que tal sonido pertenecía a la dueña de su intranquilidad; tanto él como la chica llevaron la vista al lugar. El rubio harto de que ella no saliera del allí, la miró directo a los ojos con el ceño fruncido, haciendo que ella se sonrojara hasta las orejas; y sólo eso bastó. La mujer dio algunos pasos torpes hasta llegar a la puerta, donde desapareció, había captado la señal.
Naruto al ver que por fin la chica no estaba, se dirigió a zancadas hasta la puerta para pasarle el seguro.
“Así nadie nos interrumpirá”, pensó, molesto de que alguien más entrara y les estorbara.
No quería que esta vez alguien interrumpiera en la conversación: esa que esta vez haría salir a la luz toda la verdad, esa que dependerá en que su relación con sakura siga.
¿O se termine?
Dando un suspiro lleno de inquietud se dirigió a paso seguro hasta donde estaba su destino.
Dentro de la cabina...
Sólo quería un consejo. Como lo necesitaba. Pero esa persona no estaba para ella. Kizashi: ese hombre que para ella fue, es y será su héroe, su mejor amigo y el mejor padre del mundo. Ya no estaba. Como le dolía. Su ausencia, el espacio que había dejado en su corazón jamás serÍa llenado. No es que hiciera a menos a su madre, a ella la amaba y adoraba como a nada, al igual que a sus hermanos. Pero en esos momentos sólo quería un abrazo; sentir el calor y protección de su padre, un consejo de los que siempre le habían hecho levantar el ánimo y sentirse valiente.
Ahogo un sollozo.
-Flash Back--
-¿Qué ocurre mi princesa?—preguntó con ternura, un hombre adulto siendo kizashi, mientras acariciaba con suavidad la cabellera rosa de una linda niña que yacía en su regazo—estas muy callada.
Estaban en un mueble de la sala viendo televisión, aunque hace rato que se les había olvidado ello.
-oto-san, ¿qué es el amor…?—soló de repente la pelirosa.
Se acomodó para mirar a su padre quien la miro con sorpresa, para luego sonreír y acariciarle una mejilla la cual estaba pintada de un lindo rosa.
-¿el amor…?—se preguntó para sí, poniendo cara pensativa.
Vaya, no esperaba esa pregunta, pensaba para sí. Pero sabía que su pequeña tenía curiosidad. Miró a la pequeña sakura de unos 12 años quien esperaba ansiosa su respuesta. Sonrió por ello.
-el amor--comenzó diciendo--es el sentimiento más bonito que una persona experimenta desde el primer momento en que viene a este mundo, pequeña…es sentir la tranquilidad, transparencia, cariño de ver que las personas que amas están protegidas y felices a tu lado, o incluso lejos de ti, pero sabiendo que ellas son felices…¿Por qué lo preguntas, cielo?
-s-solo curiosidad…--respondió con timidez, pero con una radiante sonrisa que hizo que su padre se la devolviera de la misma forma, o mejor, una de esas que transmite sinceridad y protección: una paterna.
-entonces, si la niña ya tiene clara su curiosidad…—dijo en tono burlón y comenzando hacerle cosquillas en su pancita, escuchando así la melodiosa risa de su hija.
Como amaba escucharla, pensaba enamorado de su retoño, para luego decir, un poco serio y parando el juego:
-quiero que sepas, que no dejare que ningún mocoso venga y me quite el amor de mi hija y mucho menos que la haga llorar, porque si eso pasa...
Sakura tragó grueso al escucharle; sabía que su padre hablaba en serio.
-lo mandare a la luna por haber hecho que la luz de mis ojos derramara lágrimas ¡de estos ojos tan encantadores!—le apretó los cachetes, todo mono. Sakura sólo se sonrojó e infló las mejillas haciendo que su padre riera.
-¡oto-san, yo puedo cuidarme sola…!--se cruzó de brazos, con las mejillas infladas y rojas.
-jajaja ¡lo sé, tesoro! pero mientras yo esté aquí, no dejare que nadie, nadie te haga sentir mal, no a mi princesita valiente—sonrió con ternura. Para abrazarla con cariño, transmitiéndole ese calor de protección.
Y haciendo que la pequeña sakura se sonrojara para luego él escuchar, encantado, la risa inocente de su pequeña princesa, al retomar las cosquillas.
--Fin del Flash Back--
Como lo extrañaba y más en esos momentos, pensaba sakura.
Kizashi: él siempre había sido su héroe, su protector, siempre cuido de ella; si la estuviera viendo ahora no dudaría en que lo hubiera hecho: en rodearla con sus brazos y decirle palabras de aliento que le hicieran sentir su calor paterno. Sonrió nostalgia, dejando que lágrimas de necesidad fluyeran por su ya demacrado y pálido rostro. No sabía ni cuánto tiempo había estado ahí, llorando como boba, como una inútil, una debilucha.
Como cuando era una pequeña niña que necesitaba que velaran de ella.
Porque así se sentía en esos momentos, débil, desprotegida y sola.
Apretó el agarre de sus piernas como tratando de sentirse llena, aunque por dentro, estaba vacía.
Por un momento, sakura escuchó como sonaba la puerta. La había escuchado minutos antes, pensando que de seguro alguien había entrado. Ahora sólo pudo imaginar que esa persona ya se había ido y la había dejado sola en el lugar. Suspiró entre cortada. Al menos allí no había sido molestada, ni naruto había aparecido por ahí en buscarla.
JA.
Que ilusa era; si de seguro en estos momentos estaba de lo más feliz con su novia en su oficina, de seguro la estaba besando y abrazando como lo había hecho con ella.
Pero lo que sakura no se imaginaba, ni siquiera pensaba, era que esa ilusión se cumpliría.
Ella estaba martiriándose con sus pensamientos cuando de repente miró al suelo: su vista estaba borrosa debido a las lágrimas que se acumulaban allí. Se talló los ojos y con claridad vio unos zapatos negros. Unos muy relucientes. Y claramente eran de un hombre. Su corazón se aceleró al reconocerlos de inmediato.
“¡No puede ser!”, pensó con estupefacción.
Naruto. Naruto estaba detrás de la puertecilla de la cabina; había entrado al lugar para buscarla.
“¿Pero cómo?”, fue lo que pensó la pelirrosa sin poder salir de la sorpresa.
Cuando al momento escucho:
-sakura-chan… ¿estás ahí…?
El corazón de sakura se aceleró de sólo escuchar su gruesa y fascinante voz. Ahogó un jadeo al escuchar que el rubio tocaba la puerta.
¿Qué hacía aquí?, Por qué no se va y me deja sola, en paz, no entiende que no quiero verlo, reprochaba ella.
Sakura había pensado en que él no sería capaz de entrar al baño de chicas para buscarla, pero por lo que vio, se equivocó.
-sakura-chan, sé que estás ahí. Sal que necesitamos hablar…--insistió el rubio con una mano apoyada en la puerta. Se estaba desesperando. No se movería de ahí hasta que ella saliera.
Sakura sólo se mantenía callada, mientras se abrazaba entre sus piernas y miraba los pies del rubio; dejaría que se cansara hasta que se fuera. Pasaron varios segundos, algo largos y tormentosos para naruto, y ella no le contestaba.
Sintiéndose inquieto por el tan fastidioso silencio, dijo con voz suave: —sé que estás ahí…puedo ver tus sandalias en el suelo…vamos, sakura-chan…quiero que hablemos.
Maldijo por dentro el no percatarse de ello—n-no quiero hablar contigo—respondió. Su voz sonó ronca y baja, por lo que sonó su garganta para tratar de decir con tranquilidad: —no te quiero ver naruto…vete, déjame sola.
El rubio suspiró para tratar de calmar su inquietud. Se alejó de la puerta dejando perpleja a sakura, quien pensaba que naruto se había rendido muy rápido. Pero no fue así, él sólo recostó su espalda en el muro de los lavamanos y se cruzó de brazos.
-no iré a ningún lado hasta que salgas--sentenció.
Sakura sentía que su corazón saldría por su boca. Inquieta. Dudosa. ¡Alentada!
¿Cómo naruto era capaz de hacerla sentir de esa manera hasta en ese momento?
Sí, porque de alguna manera sentía la esperanza en que él le dijera que nada de lo que había pasado era verdadero.
¡Puf!
Mejor descartó esa ridícula idea. Resignada y también decidida, sakura comenzó a ponerse las sandalias para salir y encararlo; debía saber la verdad, necesitaba saberla de una vez por todas. Y sea cual fuere ella, no tendría otra que aceptarla.
El rubio se enderezó al ver que al fin la pelirosa salía de su escondite.
Sakura cerró la puertecilla, dándole la espalda a éste. Suspiró con pesadez. Se giró con lentitud para luego posar sus hermosos ojos -que para ese momento estaban opacos cansados de derramar tanta agua y con clara tristeza y vacío reflejados- ante la mirada estupefacta del ojiazul, que sintió que su corazón se partió en dos, de tan solo mirarlos.
-¿Qué quieres…?
-s…sakura-chan…
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En la casona Namikase U.
-oye, tía, ¿crees que le haya ido bien a Hinata-san con la visita al primo….?—preguntó curiosa la pelirroja, sentada mientras tomaba de su jugo de ciruela. Pero al ver que su tía ni pelotas le parada, frunció el ceño—tía, ¿me estas escuchando…?
La señora de la casa dirigió su mirada, algo distraída, a su sobrina al darse cuenta de que le estaba hablando.
-¿ah?, ¿qué dijiste, Karin?
Kushina le sonrió apenada a una Karin fastidiada, y quien estaba tratando de entablar una conversación con su tía, pero ésta una que otra vez se despistaba.
-lo siento es que he tenido muchas cosas en la cabeza—se encogió de hombros—pero dime, ¿qué decías?
Karin suspiró rendida. Le sonrió comprendiéndola, ya tenía una idea de lo que la ha tenido así de distraída.
-comprendo que estas preocupada por naruto-kun, tía. Te había preguntado, ¿que cómo crees que le haya ido a hinata-san con el primo naruto-kun?
Kushina suspiró después de darle un sorbo a su té, el cual ya estaba más que frío; dijo con duda: —no lo sé…tal vez bien o tal vez mal…sólo espero que sea lo primero.
-mmm, si verdad…oye, ¿y crees que haya sido buena idea el que la hayas alentado en que fuera a konoha y le diera la sorpresa a naruto-kun…?
La pelirroja la miró esta vez con seriedad y una ceja arqueada.
Karin a pesar de ser su sobrina siempre ha sido apegada a ellos, y por ello, kushina le confía uno que otros temas personales, aunque a veces es muy entrometida. Pero en este caso no lo estaba siendo.
-desde mi punto de vista…creo que no fue buena idea—lo decía por conocer a su primo. No por nada habían crecido casi juntos.
-bueno…--suspiró kushina—sé que es de mala educación meterse en los problemas ajenos pero…sabiendo cómo estaban las cosas, no podía dejar que terminaran peor de lo que ya están—se encogió de hombros. Karin asintió escuchándola--…además, viendo como estaba la pobre de hinata, no podía dejar que siguiera así: tan triste. Se ve que adora mucho a mi naruto-chan…
-je, aun le dices así, je, je hay que ver que algunas cosas no cambian—sonreía, dándole otro sorbo a su jugo. Luego dijo: —concuerdo contigo en que ella estaba muy triste cuando te vino a ver el fin de semana. Cuando me dijiste lo de su rompimiento la fui a visitar y la verdad, me entristeció en verla como estaba—la miro con algo de preocupación—aunque a veces actúa raro, o bueno, cuando estaba con naruto-kun—confesó.
Kushina arqueó una ceja sin entenderle muy bien.
-…pero de todo corazón espero y haya salido bien tu plan, tía…”No dejo de pensar en que esto fue mala idea”—pensaba ella.
Karin de alguna manera pensaba que naruto no había estado contento con su ex relación, algunas veces lo había escuchado discutir con Hinata.
¿Pero quién era ella para intervenir?
Le encantaba el chisme, pero siendo su primo: taaan cabezota. ¡Uy!, lo mejor era ignorarlo.
Kushina sonrió por los buenos deseos de su sobina: —sí, yo también espero y todo haya salido bien…como madre debo preocuparme por mi hijo, y si es de haber convencido a hinata a que luchara por él y no dejara que otra mujer se interpusiera entre ellos, y que se fuera hasta konoha y le diera una sorpresa, me confor…
-¡¿Cómo que tú le dijiste a hinata que se fuera a buscar a naruto, oka-san?!...—alejó con enojo ino, quien llegaba en ese preciso momento en el que su madre hablaba.
Kushina la miró con sorpresa y Karin estaba igual.
-¿es cierto lo que acabo de escuchar…?—se cruzó de brazos esperando su respuesta.
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Konoha: Empresa Namikase.
-¿Qué quieres…?—su tono era frío, al igual que su mirada.
Sakura se cruzó de brazos manteniendo algo de distancia.
Naruto se conmocionó por verla en el estado en el que estaba: tenía el cabello algo desaliñado -aunque más bien fue producto de lo que había pasado con anterioridad en su oficina-, su piel estaba algo pálida, podía ver que su mentón temblaba un poco, como también, su respiración era un poco dificultosa, sus ojos, literalmente, estaban rojos e hinchados dando indicio de haber estado llorando. Pero lo que lo descolocaba era el hecho de que éstos no tenían ese brillo mágico que los caracterizaba, sino que carecían de él: dejando verlos nublados de tristeza, vacío.
Naruto al reaccionar a lo que ella había dicho, frunció el ceño, aun así sin dejar su preocupación.
-¿Cómo que qué quiero?, debemos hablar, sakura-chan…
-¿hablar sobre qué…? ¿Sobre qué soy solo tu asistente?, no te preocupes que me quedó bastante claro como para que te molestes en venir a explicármelo—reprochó con la voz un poco temblorosa pero claramente fría, y el ceño fruncido.
Naruto suspiró sintiéndose inquieto, trató de acercarse a ella pero sakura retrocedió y dijo con neutralidad: --¡no te me acerques!, ¡no te quiero cerca naruto!
-no te pongas así, sakura-chan. Déjame explicarte qu...
-¡¿Qué me vas a explicar?!, ¡¿que todo fue una mentira, una actuación para que hinata no te descubriera…?!
Entrecerró los ojos apretando los puños, que ahora estaban a los lados de su cuerpo.
-¡lo que eres, es un mentiroso Naruto Namikase, un mentiroso! ¡Y yo…!...yo que te creí…--se limpió con rabia una lágrima que se desbordó por uno de sus ojos.
-¡no es cierto, nada de lo que viste era cierto!…nada de lo que ella dijo es cierto—bajó la voz, mirándola con preocupación pero sintiendo enojo por dentro. Sabía que debía hacerle entrar en razón, hacer que volviera a creer en él—por favor, déjame explicarte todo, sakura-chan.
-¿ahora te piensas inventar una historia para que te crea…?—bufó cruzada de brazos y mirando a un lado.
Pero de alguna manera quería saberla, ¿no?. Después de todo había salido para encararlo. Suspiró para tranquilizarse. Lo miró de nuevo, tratando de serenarse.
Tampoco podía ponerse como una lunática en pegar gritos sin dejar que se defendiera; por lo menos le daría sólo esa oportunidad. Naruto la miraba con preocupación y esperando una respuesta positiva de ella.
-…te escucho.
Naruto suspiró. “Bien, aquí voy”.
-…sakura-chan primero que nada, quiero que sepas que nunca quise que esto pasara, que nunca fue mi intención el que pasaras un mal momento…sé que te tuviste que sentir mal en ver a hinata llegar y el cómo se expresaba—su compostura de seriedad lo hacía ver sincero.
Sakura lo miraba con el ceño fruncido y sintiendo un revoltijo en el estómago a la mención de la chica, pero ganando su atención.
-ella no debía, no tenía ningún derecho en llegar así como lo hizo, no me gustó el cómo te trató...
-no tenía ningún derecho en humillarme, naruto--interrumpió--¡No sabes las ganas que tenía de gritárselo, de decirle sus cosas, de decirle que YO soy tu novia y no ella, que es una presumida, caprichosa, quería arrancarle los dedos por ver cómo te tocaba, como si fueras de su propiedad y hasta de…! ¿Qué es lo gracioso…?—cuestionó con las manos en la cintura y mirándolo con una ceja arqueada.
Naruto trataba de ocultar una sonrisa pero no podía, los ojos lo delataban al estarle brillando con una pizca de diversión al verla: hacer gestos de enojo, mientras le decía todo lo que sentía. Para él esos gestos le parecieron tiernos viniendo de ella.
-nada, es sólo que, hasta enojada te vez encantadora.
Naruto sonrió más amplio al ver que la había hecho sonrojar. Sakura parpadeó y con una venita en su frente gruñó, y se cruzó de brazos, mirándolo “enojada”.
-no me mires así, nena, estoy diciendo la verdad. No podría mentirte.
-¡no cambies el tema, naruto!
No entendía por qué la hacía sentirse así en estos momentos, en plena “conversación”, que parecía más bien una discusión. Y él tratando de incautarla con sus coqueterías. Se tuvo que morder los labios para contener una sonrisa: porque la verdad le pareció irónico.
“Es un idiota”, pensó molesta consigo misma.
-¡y dices no mentirme cuando no negaste nada de lo que ella te estaba reclamando!
-¡claro que no estaba mintiendo…!—naruto frunció el ceño.
Pasó una mano por su rostro, impaciente, debía hacer que le creyera, debía ser sincero.
-…si te soy sincero…yo no sabía que ella iba a venir hasta aquí, Sakura. Tanto a ti como a mí nos sorprendió su llegada y si no negué a lo que ella decía ¡era porque ni siquiera reaccioné a tiempo, hinata sólo trata de manipularme, siempre ha sido así. Se hace la inocente cuando de seguro planeó todo esto para que yo creyera que deberíamos volver! ¡No sé porque no me crees, no te he mentido en ningún momento!...yo te quiero a ti, Sakura-chan.
El corazón de la oji esmeralda latió con rapidez al escucharlo. Por un momento quiera brincarle encima y abrazarlo, pero, por otro lado, no estaba convencida del todo. Suspiró sintiéndose dudosa, mirando el techo blanco del lugar caminó cruzada de brazos hasta recostar su espalda en el muro de los lavamanos, a unos pasos de naruto quien la siguió con la mirada.
-no sé si creerte, naruto…yo…estoy confundida y—ladeó su rostro a su dirección, fijando su mirada a la azulada de él—sólo…sólo quiero que me respondas algo, y quiero que seas sincero… ¿todavía sientes algo por hinata, como para, continuar con ella y…reanudar su compromiso…?
Sakura ahora se giró a su dirección viendo como naruto se le acercaba con seriedad, haciéndola ponerse algo tensa y nerviosa.
-sakura…
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En la Casona Namikase:
Karin y kushina se levantaron de sus asientos mirando a ino con algo de sorpresa. La mayor no quería que nadie se enterara del plan que había ideado con su nuera, bueno, ex nuera, porque no quería que las cosas salieran mal, sólo quería que las cosas entre su hijo y hinata se arreglaran.
Pero al ver que su bella hija había escuchado su conversación con su sobrina Karin, estaba segura que se caerían al caño si ella le contaba a naruto.
¡O peor: a su marido!
-¡ino-chan que sorpresa!, pensé que estabas en tus clases de tutoría—musito.
Kushina la miro con una sonrisa. Ino vestía un bonito traje de baño de color azul cielo, de dos piezas y que le hacía lucir fantástica su figura.
-ayer te dije que las había terminado, oka-san—rodó los ojos. Kushina sonrió nerviosa--sólo falta que me den el certificado para empezar mi labor en la empresa.
Le sonrió a Karin quien estaba frente a ella, con una sonrisa también. Pero al recordar lo que había escuchado, ino dirigió su mirada celeste a su progenitora quien la felicitaba por su empeño.
-oye, no me cambies el tema, ¿es cierto lo que escuché: de que te inventaste un plan para que mi hermano vuelva con hinata…?.
Karin miró con intriga a su tía, como esperando su respuesta; kushina suspiró. De todo modos ino le insistiría hasta sacarle la verdad, así era su hija, razonó la mayor.
-sí, ino. Yo le propuse a hinata para que fuera a buscar a naruto, la vi tan triste que me pareció justo el que ella fuera hasta donde él y le pidiera una explicación.
-¡pero estas loca! ¡¿Por qué lo hiciste, oka-san…?!—movía las manos alterada por la afirmación de su madre, quien frunció el ceño.
-¡ey, a mí no me estés alzando la voz jovencita. Soy tu madre y merezco respeto. Y si lo hice fue porque era necesario! Sabes que tu hermano ha estado tomando decisiones impropias, y eso no es bueno para su imagen ¡Además, esta lo que le hizo a hinata, ella no se merecía ese engaño!—la regañó molesta.
Karin las miraba con gotitas en su sien, con algo de incomodidad prefirió tomar asiento y darle un largo sorbo a su jugo de ciruela.
-¡oka-san, tu sólo piensas en el prestigio, no piensas en las consecuencias que pueden causar tus decisiones! ¿Acaso no ves lo que hiciste?, ¡si naruto se llega a enterar de lo que hiciste se va a poner furioso contigo!. Y yo no creo que él haya hecho eso “del engaño”—dijo, haciendo señas de comillas con sus dedos—que yo sepa, él ya había terminado con ella cuando publicaron esa ridícula noticia. ¡Sabes que la prensa siempre se aprovecha de la situación!—recogió con rabia la toalla blanca que se le había caído de sus brazos al alterarse.
-¡oye, no todos somos así primita!—. Karin alegó con sarcasmo—pero es cierto, en eso concuerdo con ino, tía, de seguro un periodista lo pilló, y sacó la noticia haciéndola toda una polémica y…--se cayó al recibir una mirada asesina de su tía.
Kushina miró con enojo a su hija y dijo de igual manera:
-sea como hayan sucedido las cosas ya no importa, de igual forma ya lo hecho, hecho esta. Si naruto le fue infiel o no a ella, eso se arreglara hoy mismo…
-¡no entiendo por qué estas de su lado, esa bruja es una manipuladora, oka-san!
-¡deja de estar ofendiéndola ino. Tú no sabes lo que ella siente, lo que tengo que consolarla para que se tranquilice cuando tu hermano sólo la trata como se le da la gana!
-¡ay, por dios, oka-san. Ella lo está haciendo contigo, sólo te está manipulando con sus lágrimas falsas, como lo hacía con naruto! ¡¿Qué no lo ves?!... ¡es toda una actriz en eso!
Ino sólo observó cómo su madre: en silencio, la ignoraba y se volvía a sentar para darle un sorbo a su té. La rubia se mordió los labio de la rabia que estaba sintiendo por lo que había hecho su madre.
-sólo espero que naruto te pueda perdonar por esto—. Se dio la vuelta para caminar hasta la alberca.
Kushina la miraba alejarse.
Después de discutir con su madre lo que ino quería era relajarse.
-no puedo creer que oka-san sea tan ingenua y caiga en las garras de esa maldita manipuladora ¡rrg!
Giró su mirada a donde estaba su madre y viendo a su prima entrar a la casona. Suspiró negando con la cabeza, y dejando el paño en una de las sillas extendidas en el lugar.
No estaba de acuerdo con lo que había hecho su madre y tampoco quería que se metiera en un problema con su hermano. Pero ella era justa. Y si es de que su madre se enoje con ella para apoyar a su hermano, que hacía sea.
-¿Cómo le estará yendo al grandote…?—susurró antes de dar un salto a la piscina.
Dentro de la Casona.
Karin después de presenciar la discusión entre su prima y su tía decidió ir hasta su habitación para realizar una llamada.
Como odiaba estar presente cuando eso sucedía. No sólo sabía los problemas que la familia de su tía tenía sino que a veces tenía que involucrarse para evitar que las cosas se salieran de control. Había estado de acuerdo con lo que ino había dicho; puede que la prensa se haya aprovechado del momento pero también estaba de acuerdo con su tía.
Naruto ha estado actuando diferente: eso de que se deje fotografiar besando a otra mujer que no es su prometida, es decir, ex prometida, era algo extraño.
A naruto nunca le había gustado formar escándalos para llamar la atención, o bueno eso desde que comenzó su vida profesional. Era más del tipo reservado, y eso Karin lo sabía. No por nada era periodista, y su prima. Suspiró entrando a su habitación. Tomó el móvil que estaba en la mesita de noche a un lado de su cama.
-espero y esta vez sí me caiga la llamada.
Pero después de varios intentos, nada había logrado con la llamada. Caminó hasta el balcón de su habitación para intentar una última vez. Pero nada.
-rrg ¡maldito seas sasuke Uchiha, maldito seas…!—masculló con enojo.
El muy imbécil no le había contestado las llamadas de ella; desde que había ocurrido el inconveniente en el departamento de él, no habían tenido mucho contacto. Se había molestado porque el muy desgraciado no le había dicho que andaba en una relación.
Vaya tonta, se había dicho.
Pero que podía hacer; si ella misma había aceptado ser la lame botas de él sólo por ratos.
-es un imbécil…--susurró limpiando una pequeña lágrima en su mejilla.
Decidió bajar a la alberca para no deprimirse también.
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En la empresa de konoha:
-sólo…sólo quiero que me respondas algo, y quiero que seas sincero… ¿todavía sientes algo por hinata, como para continuar con ella y…reanudar su compromiso…?
Sakura ahora se giró a su dirección viendo como naruto se le acercaba con seriedad, haciéndola poner algo tensa y nerviosa. Si naruto aún sentía algo por hinata, se haría a un lado para no estorbarle, y así él podría seguir con su relación.
-sakura…no te voy a mentir….—la miró a la cara, ganándole una cabeza de altura.
Quería acariciarle esas hermosas mejillas rosadas, pensaba él.
-no te mentiré en decirte que la quiero, hinata es alguien especial para mí.
Sakura frunció el ceño. Retrocedió un paso al ver que naruto le iba a acariciar una mejilla. Sintió dolor al oírlo; no lo podía creer.
-¡pero no es de la forma en la estás pensando!—aclaró--yo…todo este tiempo he estado ciego pensando en que yo la amaba, en que podría ser feliz con ella a su lado pero…sólo estuve equivocado…—bajo la mirada por unos segundos, para luego mirarla—. Sí quiero a hinata, pero sólo como alguien especial. No te mentiré en que la aprecio porque después de todo llevaba 3 años de relación con ella…pero no la quiero lo suficiente como para reanudar mi compromiso, y casarme con ella--. Respondió a su pregunta.
Naruto la miraba con sinceridad. El corazón de la pelirosa latía con rapidez al escucharlo; no podía dejar de mirarle a los ojos.
-fui un cobarde en dejarme llevar por las decisiones de mis padres, en pensar que tal vez lograría amarla con paso del tiempo, pero, sólo me mentía a mí mismo--se encogió de hombros mirándola apesadumbrado.
Sakura arqueó una ceja sin entender lo que naruto estaba diciendo: ¿que era un cobarde? ¿Las decisiones de sus padres? No le estaba entendiendo ahora.
-todos pensaban que era feliz, que mi relación con ella era perfecta, cuando la realidad era que todo era una farsa.
-espera un momento--interrumpió ella--no estoy entendiendo lo que quieres decir, naruto…dijiste que aprecias a hinata como alguien especial para ti, ok, eso lo entiendo. Al igual que yo aprecio a sasuke--concordó--aunque…son casos distintos—reiteró.
Naruto hizo una mueca con los labios al escuchar ese nombre.
-pero tú no la quieres lo suficiente, como para continuar con los planes de boda--continuó sakura--eso…--asintió con duda—de algún modo lo pudo entender. Pero lo que no entiendo es: ¿por qué dijiste que fuiste un cobarde en cuanto a las decisiones de tus padres…?—movió las manos en señal de estar confundida.
Naruto suspiró fastidiado. No quería tocar ese tema; había pasado la noche anterior mortificado por ello; pero debía contarle la verdad a Sakura si quiera que ella volviera a confiar en él.
-sakura, mi relación, mi compromiso, todo era una farsa—soltó por fin.
Sakura abrió los ojos sorprendida por lo que acababa de escuchar.
-todo fue planeado por mis padres y el padre de hinata. Nuestro compromiso fue acordado entre ellos, sin mi consentimiento.
Naruto bajó la mirada sintiéndose abochornado por contárselo. Se sentía un cobarde por no haber afrontado a sus padres hace unos meses atrás, por dejar que ellos “hicieran lo correcto para él”.
-yo no sabía que mis padres habían estado planeando, a escondidas de mí, el casarme con hinata…—miró a los ojos hinchados de la pelirosa: que lo miraban estupefactos—. Yo ya la conocía, nuestras familias se conocían desde hace tiempo e incluso ella no me era indiferente desde entonces. Comenzamos a salir, cuando hicimos pública nuestra relación, mis padres se alegraron mucho, e incluso mi madre insinuaba que ella era perfecta para mí y que sería una gran esposa. Después de cumplir los 3 años juntos, hace un par de meses atrás, me había enterado por la prensa sobre la noticia…
--Flash Back—
Naruto se encontraba en un restaurant de la ciudad de
Tokio. Estaba terminando de pasar el rato libre que tenía de trabajo con konohamaru. Ambos después de una buena comida estaban platicando sobre algunos negocios que se realizarían con algunos socios de otros estados, y uno de ellos era, casualmente, la familia Sabaku.
-oye, naruto, ¿qué opinas sobre Gaara no Sabaku?, ¿crees que acepte la solicitud del acuerdo…?
Konohamaru estaba frente a él viéndolo mirar, con disimulo, a un par de chicas pasar junto a ellos, y quienes soltaron una risita coqueta. Le dio un largo sorbo a su copa para girar su rostro, y regalarles una sonrisa galante a las dos chicas, quienes le respondieron con una igualmente coqueta.
-gaara es inteligente, conociéndole, diría que tarde o temprano aceptara la propuesta—se encogió de hombros, mirándolo con una pequeña sonrisa—hace años que no entablamos una conversación.
-sí, verdad. Me da algo de envidia el que sea tan joven y ya sea el líder de la empresa familiar de su padre je, je.
Naruto negó con la cabeza.
-mm…deberíamos volver a la empresa, debo enviarle a minato-san algunos balances de costos—. Se levantó acomodando su saco, al igual que su amigo.
-he, cretino, deja de dártelas del Casanova, porque no quieres ver a Hanabi con una tijera y una mirada tétrica esperándote en su departamento, ¿verdad?...—su tono era divertido. Pero con algo de reprimenda.
Konohamaru quien al rodear la silla para salir le había picado el ojo a una de las chicas: ganándose una sonrisa de la misma. Al escuchar a su rubio amigo lo miro ofendido.
-cállate--. Pero por dentro moría de miedo si eso pasaba.
Naruto siguió caminando a la salía del establecimiento, mientras se reía de su amigo. Pero antes de siquiera abrir la puerta del lugar, un chico con una cámara en manos se les acercó: enfocando el aparato e iluminando con el flash el rostro de los chicos. Naruto frunció el ceño y konohamaru apretó sus parpados, ya que lo había cegado la luz.
-¡¿pero qué le pasa?!—alegó naruto.
Molesto con el hombre quien le sonrió y a la vez sacó una grabadora de su bolsillo. La acerco a él.
-oiga, Namikase-san, ¿qué puede decir sobre la gran noticia que está rondando el día de hoy en toda la ciudad?—. Su voz era entusiasta pero naruto no sabía de qué hablaba, por lo que se molestó.
Siempre era así que salía y lo pillaba un fotógrafo.
Konohamaru miró al chico con enojo y dijo de igual forma:
-¿de qué está hablando…?
-¡de la gran noticia que está en todos los medios desde esta mañana!—arqueó una ceja con una sonrisa, socarrona.
Naruto y su amigo se miraron confundidos sin entenderle.
-ja, ja ¡de su compromiso, Namikase-san, de su compromiso con hinata hyuga. Sus padres dieron a conocer la noticia esta mañana y ya es todo un acontecimiento! ¡Felicidades!—soltó con sorna.
Konohamaru casi se cae de espaldas, mientras naruto tenía los ojos bien abiertos, paralizado por lo que había escuchado.
El chico, intrépido, le siguió preguntando cosas, pero naruto ni siquiera escuchaba lo que le decía: estaba estupefacto por esa noticia. Al cabo de unos segundos apretó los puños.
Se estaba poniendo rojo de la rabia. Y, lo único que dijo en tono alto y con enojo, llamando la atención de algunas personas en el lugar, fue:
-¡¿qué diablos significa esto?!.
Para salir a zancadas con la mandíbula tensa, con konohamaru detrás, muy preocupado y dándole una mirada asesina al periodista, que se quedó dónde estaba viéndoles salir.
--Fin del Flash Back--
El rostro de Sakura era un total poema. Jamás se imaginó que algo así le había pasado a naruto.
¿Sus padres le planearon un futuro a su antojo y sin su consentimiento?
Esto la dejó más que estupefacta, logrando hacerla olvidar lo enojada y disgustada que estaba en ese momento.
Parpadeó varias veces para contener las lágrimas de una rabia ajena que estaba sintiendo.
¿Cómo era posible que sus padres le hicieran eso, a su propio hijo?, se dijo ella. Y encima enterarse por la prensa. Pobre naruto, pensó después.
-n-naruto yo…estoy sorprendida no pensé que algo así te hubiera pasado, yo…
-no te preocupes, no tienes que decir nada. Mi hermana y konohamaru, mi mejor amigo, eran los únicos que sabían además de los involucrados, y ahora tú—informó mirándola.
Ella asintió comprensiva. También recordando al amigo de naruto: el chico insistente de la video-llamada. Naruto se alejó un poco de ella para darse la vuelta y caminar por el baño pasándose las manos por el rostro con ansiedad, y soltar un enorme suspiro sintiendo que su cuerpo poco a poco se libraba de tensión. No le gustaba recordar eso. Pero debía admitir que contárselo a ella le hizo quitarse ese peso de sus hombros.
Sakura aún estaba confundida, asombrada. No sabía que pensar.
-mi relación con ella al principio iba bien--habló naruto-- habíamos comenzado en conocernos primero, luego nos hicimos novios—hablaba de espaldas a ella, a unos pasos cerca de la puerta--. Todo era increíble lo admito, pero, poco a poco me fui dando cuenta el cómo era la verdadera hinata: no paraba de quejarse de que yo prefería más el trabajo que a ella, que no le gustaba como era mi trato hacia ella, y la verdad, es que ella misma lo fue provocando... Al llegar aquí a konoha, mi relación con ella no estaba tan estable.
Se giró y la miro con semblante de seriedad. El corazón de sakura bombeaba con rapidez.
-comencé a dudar si de verdad era con ella con quien quería casarme. Comencé a pensar muchas cosas. Luego llegaste tú, con tu sonrisa, tu brillante e hipnotizante mirada--sonrió viéndola sonreírle un poco--tu forma de ser conmigo y el ver como eras con los demás me cautivaban, sakura, y admito que me enamore de ti desde el primer momento, sólo que no quise reconocerlo, haciéndome confundir con lo que sentía por hinata y lo que comenzaba a sentir por ti. Tú me haces cambiar, haces que sienta y quiera cosas que nunca había querido, por eso me convencí que no es a ella a la que quiero a mi lado, sino a ti, sakura-chan, por eso yo…
-no sigas…—lo interrumpió sakura.
Presintiendo que se le era zumbado un enorme balde lleno de culpa. Abochornada.
-por favor no lo hagas…no quiero saber que yo soy la culpable de haber hecho el que la dejaras, naruto ¡No quiero saber que por mi culpa arruine una relación…!
Sakura se tapó el rostro con ambas manos; comenzando a llorar nuevamente. Naruto se le acercó bajándole las manos con suavidad, para que lo viera; se había comenzado a tranquilizar por haberse desahogado, pero, al escuchar lo que dijo sakura, lo sorprendió y basta decir que se desconcertó. Ella estaba equivocada. No la dejaría sola, no esta vez.
-ya he pasado por algo así, y no quiero hacer lo mismo, me arrepiento de ser yo, la, la culpable de arruinarte la vida, de entrometerme en tus dudas…en ser la causa de ellas…--sollozaba con los labios temblando--sé que debiste pasar un mal momento, cuando te enteraste de esa manera, sobre tu compromiso…no sé qué decirte sobre esto, naruto…yo…yo estoy confundida y…
-sssh—. Naruto la interrumpió.
Se inclinó para acercar su frente a la de ella; cerró sus ojos sintiendo tranquilidad y haciendo que sakura se tensara y sonrojara.
-no quiero que vuelvas a decir eso, pequeña. Tú, no eres la culpable de nada. Tu muy bien sabes que no es así—aclaró.
Separó su rostro del de ella para mirarla con ternura. Pero ella no dejaba de derramar lágrimas.
-tu llegaste a mi vida para aclararlas esas dudas, no para causarlas y mucho menos para arruinar mi vida—limpió con sus pulgares los rastros de lágrimas por sus mejillas--…no quiero que dudes de que tú eres a quien yo quiero para mí. La que quiero a mi lado…
-no naruto, yo no soy buena para ti—declaró ella.
Sakura se alejó de sus brazos con todo el dolor en su pecho, mirándolo con seriedad pero a la vez con tristeza; naruto ahora la vio sintiéndose ofuscado.
-yo no soy la mujer perfecta para ti. Yo, no soy hermosa, no soy famosa, no tengo el mejor cuerpo y…--bajó la cabeza, apenada, acongojada, sollozando. Sintiendo un nudo en la garganta.
Ella no era nadie para él: era muy poca cosa.
¿Qué le podía ofrecer a naruto, si él ya lo tenía todo?
Sólo problemas y más problemas era lo que le causaba.
Como odiaba ser tan orgullosa, tan necia. Qué ironía ser ella ahora la obstinada. Pero era cierto. Era la cruda realidad.
-tu, naruto, eres un hombre increíble, guapo, exitoso, mientras que, yo soy muy… ¡soy muy poca cosa para ti naruto, yo no pertenezco a tu mundo, a tu vida. Sólo te causo problemas con mis torpezas!—sus palabras eran sinceras: como el dolor que sentía por ello.
La Haruno se dio la vuelta para taparse el rostro y afincar sus codos en el muro de los lavamanos; sentía que sus piernas temblaban. Se sentía tan ridícula en esos momentos. Mientras naruto la miró sorprendido, estupefacto, por lo que estaba escuchando.
¿Acaso estaba loca?
¿Qué no ve lo que está diciendo?
¡Por dios!
Esa mujer debería ser la reina de la Necedad.
Naruto sólo pudo pensar que sakura de alguna forma tenía, en estos momentos, problemas con su autoestima: seguramente causado por la visita de hinata.
¿Cómo podía decir que era poco cosa para él, que no era perfecta y de paso, que no era hermosa?
¡Dios!
Eso era una total infamia, si sakura muy bien sabe que es preciosa. No. Encantadora.
Ella es fascinante: como muchas veces se lo ha dicho.
Ella lo descontroló desde el momento en que la vio: tan preciosa, arriesga e inocente a la vez. Ella ejerce un control en todo él que, no es capaz de negarse a sus encantos, sus caricias, a sus gestos inocentes.
¡Cielos!
¿Qué sakura no se ha dado cuenta de lo loco que lo tiene?
¡Que es capaz de perder la cabeza por ella!
Todo ello pensaba naruto: aun sorprendido, por lo que con seguridad y decisión, caminó hasta rodearla con sus brazos por la cintura de ella, y acercar su rostro al hueco en su cuello; haciendo que sakura se tensara. Pero sin hacer el más mínimo intento por apartarlo.
-no sabes lo que dices, princesa…tu eres todo lo perfecto que una mujer quisiera tener. No te hace falta nada—apretó fuerte el abrazo, escuchándola sollozar en silencio.
Sakura sentía el cálido aliento del rubio en la piel de su cuello, causándole un estremecimiento a su cohibido corazón. Naruto dándole un tierno beso en la mejilla, con suavidad la giró para verla a la cara. Le tomó del mentón con el dedo índice para que lo viera a los ojos.
-sakura, no sé porque dijiste todo eso, no me importan los problemas que aparezcan entre nosotros pero no dejare que ellos nos separen, quiero estar contigo…porque eres tu…no sé porque dijiste que no eres hermosa si…
-¡ay, por dios naruto, está más que claro!—alegó fastidiada de todo.
Lo alejó de ella, y dando unos pasos a un lado se limpió las benditas lágrimas que ya la estaban fastidiando. Mirándolo fijamente continuó con la voz temblorosa: —está demasiado claro, yo no le llego ni a los talones a hinata….Ella es hermosa, naruto. Cuando la vi frente a mí me sentí pequeña a su lado, te vi inalcanzable para mi…--se limpió una lágrima—su familia es muy respetada y con mucho prestigio, tus padres la quieren para ti. Ella sí está a la altura de pertenecer a tu mundo, es perfecta ¡no yo!--volvió a recordarle. Apretó los puños mirando al suelo—…n-nunca de vi venir a konoha…
-¿qué estás diciendo…?—naruto la tomó con brusquedad por los hombros, haciendo que lo mirara asustada. Él tenía el ceño fruncido--¿acaso te arrepientes de conocerme?, ¿te arrepientes de todo lo que hemos pasado, sakura?
Claramente lo que ella dijo le había afectado a naruto, ya que su voz era dolida al igual que su mirada. Sakura tragó grueso sintiéndose mal; por lo que negó con rapidez.
-¿entonces, vas a dejar que todo esto, que lo sucedido hoy nos separe?—la tomó con ambas manos del rostro--¿acaso no has notado lo loco que me tienes, lo loco que estoy por ti?
Ella bajó la mirada mordiéndose el labio. Claro que lo sabía, lo podía notar y ahora lo confirmaba. Ahora podía confirmar lo que siempre supo en su corazón: que él no le había mentido: que sí la quería.
Sakura al enterarse de la verdad: sobre el compromiso arreglado entre la familia de él y la de hinata, su asombro fue tanto que casi llora por ver la mirada que tuvo naruto en ese momento: estaba dolido, avergonzado y enojado por ello; lo comprendió. Pero también sakura se sintió incomoda al escucharle hablar sobre la relación que tuvo con la ojiperla. Pero como ella había escuchado: “sólo la quería como alguien especial”. Naruto no la amaba. No amaba a hinata. Eso para su persona le hacía sentirse tranquila.
¡Era una maldita egoísta!
Y lo sabía.
Pero no podía evitarlo; aunque en estos momentos estaba confundida, aun en su necia cabeza había dudas de si estar a su lado, pero esta vez era por el hecho de que sólo le causaría problemas como los que le ha causado. Pero aun a pesar su otra parte, quería abrazarlo, besarlo y dejarse amar por él.
Sakura suspiró, volviendo su mirada a él quien aún la tomaba del rostro y la miraba con intensidad, se sonrojó.
-n-naruto, no me arrepiento de nada y nunca lo haría…es solo que…
-quiero que vengas conmigo a suna…quiero que seas mi acompañante en la velada de la familia Sabaku, el viernes,
¿qué dices?
Y antes de que ella dijera nada, la puerta fue tocada: escuchándose una voz femenina diciendo:
-¡abran la puerta que necesito entrar!.
Eso hizo que el ojiazul soltara a sakura llevando su vista, con el ceño fruncido, a la puerta. “Se habían tardado”, pensó con fastidio.
Sakura se había quedado mirándolo sorprendida, que ni siquiera prestó atención al llamado detrás de la puerta. Ella no se esperaba que él dijera eso en ese momento.
“¿Qué fuera con él a…a sunagakure?”, se repitió internamente ella.
El rubio volvió su mirada seria, a ella; suavizándola.
-no dijiste nada, sakura-chan, ¿quieres venir conmigo a suna? estaremos solos tu y yo, nadie nos interrumpirá.
Sakura abrió la boca para responder, o bueno, balbucear algo, porque aún estaba sorprendida, y con el corazón en la boca. Pero volvieron a tocar la puerta: escuchándose ahora algunas voces.
-¡¡vengan más tarde porque en este momento éste lugar está muy ocupado y no pienso salir hasta que me venga la gana!!—gruñó enojado mirando al lugar.
Luego suspiró tratando de calmarse, para mirar de nuevo a la pelirosa y sonreírle.
Después de eso: de ese sermón, no se escucharon más murmullos detrás de la puerta.
-yo…bueno yo… ¿estás seguro de que quieres que yo, que yo vaya…?—dudó un poco. Mirándolo embelesada y sonrojada.
Naruto arqueó una ceja al escucharla, y se le acercó nuevamente tomándola del rostro.
-¿crees que si no quisiera ir contigo, que si no te quisiera y no tuviera la necesidad de estar a solas contigo unos días, te estuviera diciendo esto, Sakura Haruno?—aclaró con seriedad pero a la vez divertido; viéndola en trance.
A sakura le entró un calor de repente al escuchar: “unos días a solas”, por lo que se estremeció al sentir que naruto le acarició los labios entre abiertos con uno de sus pulgares.
-está bien…--fue lo único que dijo, mirándolo con un enorme sonrojo; sus ojos tenían un encantador brillo.
Para qué se negaba, ella también quería estar a solas con él.
Sakura decidió de una vez por todas desechar su bendito orgullo y dejar que ese hombre, ese adonis de la masculinidad la amara, que le hiciera entrar en razón de que ella sí puede ser amada, puede ser feliz y a su lado, que no todo es dolor y soledad: olvidándose por completo todo lo que había pasado, de la interrupción de hinata, de su trato poco educado, de sentirse inferior e incapaz de merecer ser amada por Naruto Namikase.
Es mejor vivir el momento.
Naruto sonrió sintiéndose feliz por su respuesta. Sabía que debía convencerla de alguna forma; es tan terca, pensó para sí.
-. No sé porque piensas que no eres hermosa si eres todo lo contrario, ¿acaso no son notorios mis ataques de celos por ti cada cuanto hombre te voltea a ver?—entrecerró los ojos. Ella sonrió—no me importa que no seas famosa o que no vengas de una familia con prestigio, ¿sabes por qué…?
Sakura con el corazón acelerado negó con la cabeza, y con claro interés en sus ojos.
-porque para mí, eres más que increíble: eres inteligente, preciosa, bueno esa palabra es corta, ¡eres estupenda, sakura-chan! A mí nunca me ha interesado fijarme en una persona por su apellido--informó--mm…también, dijiste que no tienes el mejor cuerpo, ¿eh…?
Alejándose lo suficiente sólo para pasear su mirada en ella de arriba hacia abajo: como un león inspeccionando a su presa. Sonrió de lado.
-no sabes ni lo que dices--se le acercó para susurrarle al oído: --te haría el amor aquí mismo si no fuera porque es un baño público y afuera nos podrían escuchar.
Naruto se tocó la nuca avergonzado por su inapropiado comentario, pero eso era lo que pensaba. La ojijade se sonrojó hasta las orejas, dándole un lepe por su “cumplido”.
-¡aauch! Ja, ja—se sobo la cabeza, divertido, con un leve sonrojo—sakura-chan, para mi eres la chica más hermosa, sexy, encantadora. Eres tan fuerte y a la vez tan frágil: así como una princesa…una valiente.
Sakura quien lo miraba con ojos entrecerrados, los abrió de golpe, conmovida, y de ellos, repentinamente brotaron pequeñas gotas transparentes como el cristal. Pero tan sinceras como las palabras que acababa de escuchar. Sus mejillas estaban en un rojo algo excesivo, y de sus labios escapo un sollozo.
Naruto se asustó a verla--¿qué sucede? ¿No te gustó lo que dije…?
Ella sonrió y lo miró transmitiéndole en sus preciosas esmeraldas un: “Creo en Ti”. Un hermoso brillo reflejaba sus ojos -una ternura por decir eso- esas hermosas palabras que le parecieron tan familiares a sakura. Y sólo dijo con la voz quebrada pero sintiéndose muy feliz: —s-solo… ¡solo abrázame!
Y así fue.
Naruto la envolvió con fuerza en sus brazos, pero sin llegar a causarle daño. No había entendido el porqué de su reacción pero había nacido muy dentro de él el abrazarla, el transmitirle con tan solo ese simple gesto, la calidez, amor y protección que sabía tanto necesitaba. Después de segundos eternos para ellos, se separaron; y no faltó pronunciar una palabra para proceder a acariciarse, fundirse con sus labios: un hermoso y tierno beso, ese que tanto ansiaban y necesitaban. Uno que afloraba todos los sentimientos en ellos; suave, apasionado pero necesario, ambos perdiéndose en esos labios adictivos como droga, su droga. Transmitiéndoles la pasión y el deseo cariñoso de sus corazones.
Naruto no dejaría que nadie se la quitara, que ella misma se alejara de él; ambos decidieron, con el simple hecho de estar conectados con sus sentimientos, que de ahora en adelante, sólo serían ellos dos, y lucharían juntos, tomados de mano como uno solo para afrontar los obstáculos que les impidan su felicidad: que es estar juntos.
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Bae, bae...
CerezoIntenso- Chunnin
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Re: ¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
hola de nuevo yo......pues bueno esta mejor este pero sigo con el mal sabor de boca.......espero conti
Re: ¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
Hola Cerezo-chan, excelente capitulo y que decir del final, muy emotivo y dejando en claro que Naruto y Sakura lucharan por su amor, esto me indica que la cosa se pondrá aun mejor, perdón por tardar en responder, un poco ocupado que andaba la verdad, te deseo feliz navidad y un hermoso 2018. Nos estamos leyendo, tu amigo NaruSannin se despide. Hasta pronto.
NaruSannin- Genin
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Re: ¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
Capítulo 37: Aclarando Verdades.
En la Ferretería Shinobi’s c. a:
Kakashi se encontraba pasando la lista de los pedidos de la semana; como había sacado cuenta de los balances ya lo podía hacer y sacar nuevo inventario. El día estaba muy tranquilo y después de la visita de su amigo Gay había podido concentrarse en su labor. El pobre hombre no había podido estar tranquilo con su presencia, o más bien, con su boca parlanchina. No es que no le agradara, porque de igual manera era su mejor amigo, pero el pelinegro era muy activo, la verdad, no sabía de dónde sacaba tanta energía.
-creo que ya termine por hoy con esto…--susurro, mirando su libreta de notas. Se encontraba sentado junto al mostrador.
Cuando iba a levantarse para acomodar algunos papeles que estaban regados en el lugar, escuchó el sonido de una llamada entrante de su móvil, por lo que dejó los papeles en la barra para contestar la llamada.
-¿si, bueno…?—sonrió--¡claro, claro, ahora mismo salgo para allá!—colgó.
Retomó lo que iba hacer antes para luego buscar a su sobrino; necesitaba que se encargara del establecimiento. Kakashi lo buscó por los pasillos pero no lo veía, suspiró.
“Ese jovencito”, pensó, negando con la cabeza y recordando en dónde podría estar.
Se dirigió a la sección de pago. Saludó con un movimiento de cabeza a su mejor empleado que pasaba con un cliente. Kakashi se paró de brazos cruzados, mirando a yahiko que se encontraba platicando con una de las cajeras, y por lo que veía le estaba haciendo ojitos.
-¡ey, yahiko, ven para acá…!—llamó en tono alto.
El pelinaranjo ladeó su rostro hacia atrás para ver a su tío de brazos cruzados y una ceja arqueada. Le sonrió a la cajera, como despedida, y se dirigió a donde su tío, con cara de no haber hecho nada.
-¿qué sucede kakashi?—preguntó haciéndose el inocente.
Pero sólo escuchó que el peliplata suspiraba y negaba con la cabeza para luego darse la vuelta.
-sígueme…--dijo mirándolo sobre su hombro y comenzar a caminar.
Yahiko se rasco la cabeza, “¿y ahora que hice?”, pensó confundido.
Se encogió de hombros para seguirlo hasta el mostrador.
Kakashi tomó las llaves de su coche y su billetera para luego pararse frente a su sobrino que lo miraba extrañado.
-¿A dónde iras…?
-iré al departamento…--informó mirándolo con tranquilidad.
Hanare quien había entrado al local, después de recibir una llamada de su madre diciendo que se sentía mal, tuvo que decirle a su novio, kakashi, que tendría que retirarse por unas horas para llevar a su madre al médico, aunque él le había dicho que no había ningún problema, que podría regresar al otro día; ella decidió regresar al ver que su madre sólo tenía una pequeña gripe. Miró a yahiko quien asentía con la cabeza y sonreía sobre algo que le estaba contando kakashi.
Sonrió al ver que el peliplata giraba su rostro, mirándola con una sonrisa y se despedía de su sobrino.
-hola cariño…--dijo ella al llegar con él. Lo abrazó y recibió un cálido beso en su mejilla, algo ruborizada--¿vas de salida?
-sí, Hana-chan, llegaron un par de visitas y pues…--se encogió de hombros, tocando su nuca—debo ir je, je—se sonrojó al ver la encantadora sonrisa de su joven novia.
Como la adoraba--¿Cómo sigue tu madre?
-oh, muy bien, sólo fue una gripe je, je—le rodeó un brazo para acompañarlo a la salida; la chica saludó a una compañera de trabajo en el camino—¡nos vemos mañana!—le besó la mejilla, y con un gesto de mano vio cómo se retiraba el peliplata del lugar para dirigirse a su coche, que por cierto era un jaguar XJ de color plata.
Él le hizo un ademán de manos para entrar en el auto. La peliverde se giró para entrar al local, se sonrojó al ver las miradas entre pícaras y divertidas de algunos compañeros de trabajo; por lo que sonrió nerviosa y se dirigió a trabajar.
Volviendo a la empresa:
Cuando naruto y sakura habían hecho las paces; el rubio aún con la duda de la extraña reacción de ella sobre lo que le había dicho, tuvo que preguntarle, por lo que se había tranquilizado y enternecido al escucharla decir que su padre también le decía así: “su princesita valiente”. Sus palabras le habían tocado en un punto sensible y más en su estado.
Él como todo caballero que es, y claro, como su novio le había susurrado al oído: “le prometo a tu padre este donde este, cuidar de su princesa, que ahora es la mía”.
Sakura, conmovida, le había agradecido tanto sus tiernas palabras; la verdad, naruto pasó de ser el Rey de la Insensibilidad, a ser un completo Romeo Empalagoso, y eso: “es la consecuencia de estar loco por una Haruno” le había informado él con una sonrisa bobalicona. Ambos habían estado tan ensimismados en su burbuja romántica: entre caricias, besos y palabras cursis, que se habían olvidado por completo del hecho que estaban todavía en el baño de damas de la empresa.
Cuando habían salido del lugar, una sakura muerta de la vergüenza, tuvo que sonreír incómoda por las miradas llenas de sorpresas que tenían unas cuatro chicas que esperaban fuera del lugar, e incluso algunos empleados que pasaban por el pasillo se habían sorprendido el verla salir del baño: tomada de mano con el Namikase, el jefe. Aunque a naruto no le había importado en lo más mínimo las miradas curiosas que recibían, ya que él con tan solo mirarlos, como diciendo: “nada se les perdió así que vuelvan a lo suyo” los había puesto incómodos y disimulaban -todo un controlador, se había dicho sakura.
Sakura sólo pudo pensar con desgana, el que ahora sí serían el chisme de la semana, de tan sólo pensar en las barbaridades que inventarán sobre ellos dos, encerrados en el baño, porque de seguro escucharían los gritos de la discusión, luego el silencio que hubo, y encima habían salido con una actitud tan reanimada y con las mejillas coloradas; así como si hubieran estado haciendo…..esto si dejará de qué hablar a los chismosos.
Pero si a naruto no le había importado, a ella mucho menos le haría cosquillas, se propuso.
Y pensar que a naruto no se le ocurriría ni siquiera dar un paso en el baño femenino, se había recordado ella. Pero la Haruno se equivocó totalmente al pensar eso. Naruto la buscaría así se hubiera escondido debajo de un puente abandonado del pueblo más pequeño de Japón, literalmente lo haría, porque para lo obstinado y controlador que es, no se rendiría; eso lo tuvo muy claro cuando él mismo le había dicho que no dejara que nadie la aleje de él. Sakura se había sentido tan feliz desde entonces.
Por otra parte naruto le había informado, sintiéndose tenso pero utilizando lo mejor que pudo la tranquilidad, el que hinata se encontraba en su departamento. Le había explicado que tuvo que darle las llaves de su departamento, ya que necesitaba hablar con ella y que mejor lugar que ese: donde no habían chismosos y no habrían
interrupciones.
“¡Pero estarán solos!”, había pensado recelosa ella.
Y, también estaba el hecho de que hinata no conocía a nadie en el sitio, le dijo él. Naruto se sorprendió el que sakura no reaccionara con enojo o que al menos le gritara algo, pero no, sólo le había dicho, soltando un gran suspiro, que lo entendía, era mejor que hablaran lejos de la empresa y no se formara otro escándalo; o uno verdadero que llamara la atención de todos.
A pesar de que la Hyuga no le había caído para nada bien tampoco era tan miserable de ponerlo en contra de ella, por mucho que quisiera hacerlo ella no era malvada, como seguramente lo era la otra. Aunque por dentro sakura estaba que estallaba de la rabia al imaginarla utilizando sus voluptuosas “armas” para coquetearle. Pero se había logrado controlar apartando esos pensamientos; confiaba en naruto.
El rubio había decidido que era mejor salir de una vez por todas de ese problema, quería contarle a hinata todo de una vez y dejarle en claro que ya no volvería con ella, por lo que en estos momentos ya estaba en camino a la residencia, estaba con sakura.
-¿Cómo crees que lo tome?...—preguntó algo seria mirando el atardecer en la avenida por la oscura ventada del Mustang--¿crees que te dejara en paz después que le cuentes todo…?
Sakura se sobresaltó al sentir que la mano desocupada del rubio -la otra la tiene en el volante- le tomaba la suya que estaba en su regazo, por lo que lo miró curiosa.
-no sé si después de hablar con ella deje de buscarme.
Naruto detuvo el auto en una calle de la avenida al ver la luz en rojo del semáforo. Giró su rostro el cual denotaba tranquilidad, le sonrió con cariño.
-pero lo que sí sé, es que no te dejare, nena. Esta vez tomare las decisiones por mi propia cuenta, sin dejar que alguien intervenga.
Sakura sonrió para luego verlo como se inclinaba hacia ella y a los segundos sentir los deliciosos labios de naruto sobre los suyos, en un suave rose. La miró a los ojos y le acaricio una mejilla.
-te quiero, sakura-chan, no lo olvides—ella asintió con una sonrisa de oreja a oreja.
Horas antes…
Hinata Hyuga, la hija de un prestigioso empresario le había pedido el favor a kotetzu de llamarle a un taxi… ¡A un guardia de seguridad!, se había dicho casi histérica. Ella no había salido de muy buen humor que digamos; cuando estuvo en el taxi dirigido hacia el departamento de naruto había recordado toda la discusión que tuvo con él en su oficina. Hinata sólo había querido llegar y darle la sorpresa de su llegada a naruto, pero vaya que no le sirvió de nada, a él no le había agradado para nada su presencia, y obviamente, en el fondo lo sabía.
La verdad es que cuando naruto le había dicho que terminaran, una parte de ella sí quería, porque no soportaba el como la trataba. Era un aburrido y amargado, además de un insensible; aunque debía admitir que ella también lo hacía enojar. Pero por otra parte, no quería terminar su relación. La primera era porque debía confesar que le gustaba. “Lo amaba”, eso según su egocentrismo. Naruto siempre le había parecido guapo. Hinata sólo se dejaba guiar por lo superficial.
Cuando comenzó a salir con naruto era alguien tímida, porque a decir verdad no lo conocía muy bien: era muy reservado en cuanto a su sentir; su familia conocía la de él desde años atrás pero ella nunca tuvo la oportunidad de conocerlo de cerca debido a la educación que naruto tuvo en el extranjero; sólo en fiestas benéficas o reuniones de celebración de negocios entre las familias eran los momentos que compartió con él, aunque siempre rodeados de algún familiar entre ellos. Hinata casi murió de la emoción que le causó enterarse que Naruto Namikase la encontraba atractiva; eso fue el golpe de suerte más grande que tuvo ya que la prensa no quitaba el lente de flashes en ella, y eso que ya era reconocida en el mundo de la moda desde que era una adolescente.
Cuando su padre le había informado sobre el compromiso que tendría con naruto -ella lo sabía desde antes, o sea, confabuló en todo, sólo que naruto y padres de él no lo sabían- se había alegrado porque de alguna manera lo quería a su lado.
De ahí el segundo punto; había alcanzado una increíble popularidad, bueno, ya era de por sí era popular en los medios, no por nada era la hija de uno de los mejores inversionistas del país. Pero cuando se hizo público su noviazgo con naruto: uno de los solteros empresarios más guapos y codiciados de la época, había tenido tanta atención por la prensa que se sentía alagada. Pero no todo era felicidad para hinata. Entonces entra el tercero punto, que era su padre quien la tenía amenazada con desheredarla si no hacia todo lo posible por hacer que naruto reanudara el compromiso, por eso estaba en konoha; además también por petición de su “adorada suegra”. A esa la tenía comiendo de su mano. Sólo debía sacar unas lagrimitas o chasquear sus dedos para que le cumpliera o le ayudase a cumplirle un capricho.
Cuando llegó a la supuesta residencia lujosa en la que ahora vivía naruto casi se le bajó la tensión al descubrir que sólo era una simple residencia privada, nada que ver con la lujosa que naruto tiene en la capital; hinata tuvo al menos la suerte de que el portero de la residencia le ayudara con la maleta, ella misma ni sabía por qué había metido tantas cosas si ni siquiera quería estarse tanto en ese lugar.
En estos momentos estaba en la sala del departamento esperándolo como una idiota.
-no sé ni para qué vine, si ni siquiera logre que me dijera un halago…gaste horas en el salón y spa para nada—hizo un puchero mientras bebía de una copa un poco de champan que sacó de la alacena, estaba sentada en el mueble largo color ceniza.
Al nomás llegar se había puesto algo ligero para estar cómoda. Y de ligero hablo de un pijama de seda, algo provocativo, de short muy corto, blusa de tirantes con escote en V en color verde y unas pantuflas del mismo color. Suspiró.
-y encima me despachó de su oficina como si fuera cualquier persona…uhm, no sé por qué se puso furioso por como trate a su secretaria, ¡y como me gritó el muy…!
Iracunda dio un sorbo a la copa, cerrando los ojos y disfrutando del frío líquido bajar por su garganta. Repentinamente una idea espantosa se le vino a la mente, una que jamás llegó a pensar cuando estuvo en la empresa.
Abrió los ojos de golpe.
-un momento...—frunció el ceño para levantarse dejando la copa en la mesita de cristal—cuando llegue a la empresa y le dije a la recepcionista que me anunciara con él, dijo que estaba ocupado…
--Flash Back—
-¡buenas! señorita, necesito que me anuncies con el director de la empresa, el señor Namikase—ordenó hinata pasándose una mano por el sedoso cabello, mientras miraba a Ayame.
Esta se encontraba revisando algunos papeles de una de las carpetas que tenía en frente. Ayame al escucharla la miró por unos segundos y asintió; le parecía conocida, se dijo viéndola discretamente mirar el lugar mientras procedía marcar a la oficina de su jefe.
-¿sabe qué?, mejor déjelo así, yo misma llego hasta su oficina—sacudió presumida parte de su azulada cabellera hacia atrás, para tomar su maleta y caminar hacia el pasillo derecho -en una de las paredes había un pequeño letrero que indicaba la oficina del director general.
-¡oiga, no puede pasar así. El señor Namikase se encuentra ocupado y no quiere que lo interrumpan!, ¡oiga, señorita!—le habló en forma de advertencia pero hinata no prestó a tención. Por lo que Ayame siguió marcando al teléfono.
-¡él no estará ocupado cuando me vea, no se preocupe!—dijo ella, moviendo las manos en forma de restarle importancia y sin mirar atrás.
Ayame la miró con el ceño fruncido y haciendo una mueca para luego escuchar la voz de su jefe al otro lado de la línea, y que por cierto, le pareció algo extraña al escucharla.
--Fin del Flash Back—
-¡naruto-kun estaba encerrado en su oficina…y se tardó en abrirme…!
Hinata comenzó a caminar de un lado a otro teniendo una mano en la cintura y la otra la movía en el aire, mientras hablaba.
-claro que estaba ocupado ¡estaba con esa mujer!—se detuvo--¡por eso se enfureció por como la traté, ahora veo porque la llamó desesperado cuando esa estúpida salió de la oficina!—dijo gruñendo de rabia--¡¿Quién es ella?!--casi chilló--¡de seguro es la zorra que sale con él en las fotos de los periódicos, esa puta es la que lo engatusó y ahora lo puso en mi contra!—gruñó, estaba roja de la rabia.
Ahora sí que entendía la actitud de naruto para con ella, ahora sí que estaba enojada. Le había parecido muy raro la forma en como naruto le habló y el cómo se enojó de sólo verla al llegar a su oficina; hinata pensaba que se iba a molestar y después se le pasaba, porque así era, pero se había equivocado. Aunque ahora todo estaba claro. Estaba encerrado con su amante en su oficina haciendo quien sabe qué cosas con esa gata.
Hinata estaba enfurecida.
Cuando naruto llegare le iba a tener que aclarar ¡quién demonios era esa estúpida! De seguro era la ramera ambiciosa que ella y kushina habían concluido, y que de seguro era la causa del cambio de naruto
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El Mustang fue estacionado en el jardín frontal de la residencia El Umbral, ya estaba anocheciendo. Ambos bajaron del coche para encaminarse al edificio. La pelirosa por unos segundos se quedó mirando a un par de coches estacionados cerca de la entrada. Saludaron al vigilante que estaba platicando con otros vecinos del edificio, y siguieron hasta llegar al ascensor. Sakura le echo un ojo a la recepcionista quien disimulaba trabajar en lo suyo, pero con claridad tenía mala cara al verla. Siempre era así cada vez que pasaba junto a naruto.
“Lástima” pensó ella, ignorándola como siempre.
-¿Qué piensas, princesa…?—susurró dulzón, abrazándola por detrás, rodeándola con sus brazos--¿en lo hermosa que eres…?
Ya estaban en el ascensor, solos. Vaya suerte.
-…no, es que me pareció ver un carro idéntico al que mi hermano Sai quiere comprarse—respondió, recordando un Mercedes de color negro que estaba estacionado a un lado del jaguar de kakashi.
Sai le había mostrado un hermoso Mercedes Benz hace año y medio, en una exposición de coches que hubo en Osaka. Le había dicho que estaba ahorrando para comprárselo; al igual que ella sai quería comprarse el carro de sus sueños. Sakura sintió erizársele los vellos del cuello cuando el rubio le dio un beso en la zona, por lo que llevó una mano a la cabellera dorada de naruto para acariciarla.
-también vi el de kakashi, creo que llegó temprano de la ferretería…..n-naruto, no hagas eso—trató de darle un codazo en las costillas por estar “propasándose” con ella, pero él se carcajeó y la soltó.
-ya, ya. No te daré más cariño—se burló protegiéndose con sus manos de sakura, que lo miraba con ojos entrecerrados—este lugar es mágico, ¿no crees…?—la miro con picardía, al igual que su sonrisa haciéndola sonrojarse y cruzarse de brazos, ignorándolo al mirar a las puertas metálicas.
-eres un pervertido…--murmuró entre dientes sintiendo las mejillas calientes.
Naruto sólo sonrió metiéndose las manos en los bolsillos de su pantalón gris, y colocándose a su lado.
-te faltó guapo y ardiente…--le susurró con suavidad al oído.
Sakura lo miró avergonzada pero a la vez indignada por sus comentarios tan inmodestos. Era un presumido. Sabía que era guapo pero aun así no le bastaba en restregárselo al oído. Odiaba que la bocona de anko le soltara sus pensamientos “secretos” con respecto a lo que pensaba de su jefe. Odiaba que ya no fueran secretos, claro está. Después de que ella le confesara todo lo que pensaba de él
-cuando se negaba en creerse buena para él, ya saben- naruto no había parado de presumir esos halagos; burlón y coqueteándole e incluso quería que se lo repitiera. Ella tampoco lo negaba, claro que era guapo y ardiente, muy ardiente, se dijo, pero obviamente no se lo repetiría.
Eres un vanidoso, le había informado ella tratando de no reírse cuando estuvieron en el baño, le causaba gracia los pucheros que él hacía.
-idiota—murmuró por lo bajo viendo como las puertas se abrían en el 6to piso para dejar entrar a dos señoras algo mayores, quienes dejaron de conversar y les sonrieron a ambos. Ellos se mantuvieron en silencio escuchando como parloteaban sobre una reunión en casa de una amiga, donde jugarían bingo, cosas de abuelas.
Las puertas se volvieron a abrir, ambos salieron despidiéndose de las mayores quienes les halagaron que hacían una linda pareja; ellos encantados les agradecieron.
-¡ves! hasta ellas piensan que soy guapo—dijo él presuntuoso.
Sakura sólo rodó los ojos.
-no dijeron eso… ¡Brad Pitt!—se burló.
Naruto bufó tomándola de la mano y entrelazando sus dedos, caminando por el pasillo de su piso.
-no, pero eso dieron a entender…--le sonrió socarrón--¡además! soy más guapo que ese...y tú eres mucho más hermosa que angelina—naruto sonrió al escucharla reír.
Como le gustaba hacerlo, se le estaba haciendo costumbre dárselas de payaso y cariñoso con ella.
Pero no le desagradaba, al contrario, le encantaba serlo. Y ciertamente eso le sorprendía.
Ambos pararon frente a la puerta con el número 15 siendo el departamento de sakura.
-sakura-chan, quiero que confíes en mí, ¿sí…?—le pidió con suavidad pero su rostro denotaba seriedad, le tomó de las manos parado frente a ella.
Sakura sonrió y asintió.
-no hace falta que lo digas, naruto, yo confío en ti—dio un apretón a sus manos y recibiendo otro de su parte—ve, para que no se te haga más tarde. Trata de que no arme un escándalo que moleste a los vecinos…—bromeó.
Le rodeó del cuello para plantarle un tierno beso en los labios, aunque a los segundos lo volvieron apasionado, que dejó con ganas de más al rubio al separarse de ella.
-…no te tardes—susurró cerca de sus labios, mirándolo con seriedad.
Naruto sonrió dándole un casto beso en la frente.
-no lo haré. Pero quiero que vengas, quiero que ella se disculpe por faltarte al respeto—le acarició una mejilla—date un baño, refréscate y vienes al departamento. ¿Quieres…?
Sakura se quedó mirándolo por unos segundos, procesando lo dicho por él. No había pensado en ello, y la verdad, no le agradaba la idea de verle la cara de estúpida a esa tarada, pero la curiosidad de verle los gestos cuando sepa todo no era tan malo ¿o sí?.
“Que mala soy”, pensó para sí.
Recapacitándolo bien era una buena idea, así le dejaría claro que ella es la novia de naruto, le dirá sus verdades para que de una vez por todas lo deje en paz.
-está bien, me daré una ducha y te alcanzo—sonrió para luego estamparle otro beso.
Pero esta vez dejando en claro que él esta es con ella, uno posesivo. Como una leona marcando su territorio, así como para que no se le olvide. Sakura le mordió el labio al separarse. Sonrió con ternura y un leve sonrojo.
-adiós.
Tomó las llaves que estaban en su bolso para abrir la puerta.
Naruto, quien se había quedado sorprendido por ese beso, parpadeó: como volviendo de su ensoñación; viéndola girar el pomo. Pero antes de dejarla entrar la jaló de un brazo, sorprendiéndola, para ahora ser él quien la bese con posesividad, entre sus brazos. Como quien dice: compitiendo por el título del control, la batuta del poder entre ellos. Reclamándole, como todo un experto por tal acción desafiante de su parte, y que lo dejó pasmado, pero que le pareció sensual viniendo de ella. Sin embargo, ambos no querían ceder, quedaron empatados, separándose jadeando después de casi minutos mágicos para los dos.
-a-aprovechado…
-l-lo mismo digo…--sonrió algo sonrojado.
Ambos no pudieron contener una carcajada, cómplices del hecho, uno muy intenso, provocador, pero apasionado y que reflejaba el amor que se sentían. Naruto se despidió, por fin, no sin antes robarle otro beso para dirigirse a su departamento.
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Sakura con una sonrisa de oreja a oreja sintiéndose en las nubes, entró por fin al departamento cerrando detrás de sí. Aun así sin borrar la bobalicona sonrisa de su rostro. Miró la sala la cual estaba vacía, ni akamaru había aparecido al escuchar la puerta, pero no le dio importancia ya que se sentía feliz. Suspiró, recordando la escena de hace unos segundos en el corredor del pasillo llevó una de sus manos para acariciar sus labios, aún rojos y pre-hinchados. Ese naruto es un apasionado y posesivo, siempre queriendo llevar el control, pero esta vez, ella lo dejó sin aliento.
Sonrió astuta.
-¡ya llegue!...—avisó con euforia, dejando su bolso en uno de los muebles, y al hacerlo se dio cuenta de que había tres maletas en un rincón del lugar. Extrañada las miró, pero no tuvo tiempo de pensar quien o quienes eran sus dueños, ya que la interrumpieron:
-¡saku, mi niña…!
-¡feíta…!
-¡onee-chan…!
Esas tres voces de distintos tonos la llamaron con emoción y una enorme sonrisa al verla parada en la mitad de la sala. Ella sólo abrió los ojos de golpe, despertando por completo de su mágico mundo donde estaba hace unos momentos, viéndolos con sorpresa, asombro, confusión y hasta emoción.
-¡ah!--gritó de alegría.
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Naruto cerró la puerta tras de sí. Tenía una sonrisa en su rostro, él al igual que sakura se sentía feliz de tenerla de nuevo a su lado. De besarla, hacerla reír, porque amaba su sonrisa: tan hermosa, cálida y brillante, así como una luz. La luz que ilumina su alma; eso es ella para él y nada lo cambiará. Había tenido miedo de perderla, de no volverla a ver, de no seguir escuchando su voz; desesperado se había puesto, pero loco se hubiera vuelto si no la hubiera encontrado.
Por muy bobo que suene, pero así era, se sentía dependiente de ella, sabía que apenas se conocían unos meses y que su relación no tenía ni un mes; pero vamos, tenía la sensación de conocerla toda la vida. Porque ambos compartían una conexión increíble, y no hablaba de deseo físico. No. Era algo que no sabía cómo explicar. Sakura tenía un No sé qué que la hacía ser como un narcótico para él, una adicción a su presencia, a su calor al abrazarla o estar cerca de ella, a su olor, a sus besos.
JA
Esos eran su droga.
Se había vuelto tan dependiente de ella, y como se lo había confesado: estaba loco por ella. Sabía que lo mismo pasaba con ella. Tan sólo con mirarla a los ojos podía descifrar sus sentimientos más profundos; esos que sólo él hacia despertar en ella. Esas preciosas y verdosas reliquias que ella poseía, él las conocía tan bien que hacían magia en su ser a cada mañana que la veía sonriente.
Ahora sólo le quedaba solucionar el asunto con hinata, y la verdad, lo quería hacer de una vez por todas. No quería lastimar a hinata pero tampoco a sakura, ya bastante lo había hecho, pero debía ser franco, decidir por sí mismo y seguir lo que su corazón siente. Así como, irónicamente, le había dicho su padre.
Naruto miró por toda la sala y no vio a la ojiperla por la zona. Se quitó el saco y lo dejó tendido en uno de los muebles cerca, se aflojó la corbata para luego dejarla junto al saco. Pensó que hinata estaría en la cocina por lo que se dirigió al lugar, masajeándose con una mano su nuca, sintiendo un poco de estrés en la zona. Pero antes de siquiera llegar a la entrada de la cocina hinata apareció frente a él, con una cara de seriedad y los brazos cruzados. El rubio la escrutó de arriba abajo, y lo que pensó fue: “si piensa que me va a convencer esta vez, está muy equivocada”.
-¡por fin llegas, naruto-kun!—espeto con el mismo semblante y posición.
-te dije que tenía cosas que hacer antes de venir…—recordó con tranquilidad pero a su vez con seriedad. Pasó por un lado de ella quien entrecerró los ojos y lo siguió con la vista hasta llegar a la despensa y tomar un vaso de jugo de naranja.
-¿y qué era “eso” importante que tenías que hacer?—cuestionó haciendo señas de comillas.
Naruto dejó el vaso en la alacena después de terminar el jugo para girarse y mirarla ahora cerca de donde estaba.
-dime…
-hinata--la interrumpió--te seré muy sincero y no quiero que armes un escándalo cuando…
-¿quién era ella, naruto-kun?, ¿quién era esa mujer que estaba en tu oficina?—ahora ella lo interrumpió. Se paró frente al él con el ceño fruncido y cruzada de brazos--¡¿y por qué diablos estabas encerrado con ella?!
Naruto sólo suspiro mirándola con seriedad.
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Sakura tenía aún el rostro lleno de sorpresa, jamás pensó en que al regresar de su trabajo después de un largo día y, encima estando en las nubes: delirando por lo sucedido hace un minuto con naruto en el pasillo, tuviera que bajar de golpe por la sorpresa que se llevó. Todavía parada en medio de la sala del departamento se encontraba ella, viendo como su madre y hermanos, con cara llena alegría por verla, corrían y la abrazaban; sacándola del estado de shock en el que se encontraba.
-¡sakura, querida! ¿cómo estás…?—con alegría de verla mebuki le sonrió al separarse de ella, al igual que Sai a su lado, Yuukimaro aun la abrazaba ya que la había extrañado mucho.
-¡te extrañe mucho, oneechan!—se separó de ella para mirarla con un puchero tierno y los bonitos ojos verdes cristalinos.
Sakura al reaccionar que su familia estaba frente a ella, parpadeó, pasando su verdosa mirada a ellos quienes aún sonreían, algo divertidos al verla en trance. Sonriendo comenzó a sentir que sus ojos se humedecían.
-¡aah, yo también los extrañe, mucho, mucho!—ahora la pelirosa era quien les devolvía el abrazo a los tres quienes entre risas y algunas lagrimitas, le correspondieron al gesto.
Kakashi quien estaba parado con los brazos cruzados y recostado de costado en el marco de la entrada a la sala-comedor tenía una amplia sonrisa al ver la conmovedora escena, y, akamaru no tardó en unírseles moviendo la colita y dando una que otra lamida a la pelirosa al verla.
-ja, ja extrañaba verlos así, alegres—kakashi caminó hasta ellos con tranquilidad pero sin borrar su sonrisa—que bueno que llegaste, florecita, ¡por poco y me sacan amenazado para ir a buscarte en la empresa!—dijo sarcástico pero divertido.
Sakura soltó una risita burlona por lo que dijo él. Mebuki lo miro con ojos entrecerrados-.
-¡no digas mentira, kakashi, sólo era que ya quería ver a mi niña!, ya eran meses que no la veían.
-es cierto, tío, la extrañamos mucho y no podíamos aguantar ni un minuto más sin verla—explicó Sai quien la abrazó por los hombros y le daba un beso en la cabellera.
Era mucho más alto que ella.
-oneechan, ¿y llegas del trabajo?—cuestionó curioso yuuki, quien la miraba de arriba abajo notando que llevaba puesto el uniforme de la empresa, mientras acariciaba al enorme can a su lado.
Sakura lo miro y asintió con una sonrisa—si, yuuki-chan, acabo de llegar de la empresa…y de tener un día largo—susurró y suspiro al recordarlo.
Mebuki se le acercó al ver que Sai se alejó para hablar con el peliplata y yuuki se distraía con el can.
-¿saku, estás bien…?—le acarició la mejilla a una sakura que la miraba extrañada.
-¿de qué hablas, oka-san?
-hija, a mí no me tienes que mentir, te conozco muy bien como para saber que algo te pasa--su mirada era un poco preocupada.
Sakura se tensó estando sorprendida por sus palabras; pero trató de ocultarlo. Por lo que la miro con ojos entrecerrados negando con la cabeza.
-además, has estado llorando y no me lo niegues--. Por alguna razón pensaba que su hija aun recordaba a sasuke.
-creeo que tengo hambre ¡vamos a preparar algo de comer!—propuso sakura tratando de cambiarle el tema a mebuki, quien la miro dudosa—oka-san, nada sucede, de verdad, solo, solo he tenido un día algo…tedioso, es todo—le guiñó un ojo para abrazarla de los hombros, mientras la rubia negaba con la cabeza y suspiraba.
Sakura había olvidado que su madre era muy intuitiva en cuento a ella y sus hermanos; tenía así como un don de descubrir cuando alguno de ellos trataba de ocultar un problema o algo que les tiene fatigado y, no era por exagerar, pero era cierto. Debía tener cuidado con ella.
-¡si, yo también tengo…!—informó con emoción el pequeño rubio para correr a la cocina seguido por el can.
-¡siempre la tienes, vago-chan…!
Kakashi reía y negaba divertido al ver y escuchar como ambos hermanos Haruno se gritaban lo mucho que “se adoraban”, mientras se dirigían a la cocina a preparar la cena. Las dos mujeres los siguieron desde atrás con una sonrisa cada una; sakura había extrañado ver esa escena.
Mebuki con la duda aún de que a sakura le pasaba algo, prefirió dejarlo así, por ahora, ya que apenas había llegado y no quería incomodarla.
En el departamento de al lado:
-¿Quién es ella naruto-kun?, ¿Quién es esa mujer que estaba en tu oficina?—se paró frente al él con el ceño fruncido y cruzada de brazos--¡¿y por qué diablos estabas encerrado con ella?!…--reclamó una hinata muy enojada.
“¡Ahora si me va a tener que explicar lo que está pasando!”, pensó ella.
Naruto sólo suspiró mirándola con seriedad.
Al parecer ella por fin se había dado cuenta de lo que pasaba. Se había extrañado del que hinata no le reclamara en su oficina de que seguro sakura era la mujer que salía con él en las fotografías de los periódicos, pero se alegraba de que se hubiera despistado sobre eso; seguro quedó aturdida por como la había tratado que ni se le pasaría por la mente esa idea. Tampoco es que estuviera contento por la actitud que había adquirido para con ella cuando sucedió toda la escenita montada por la misma, hinata se había pasado de la raya, claro está; pero se había sentido un poco mal al despacharla de la empresa con mucha frialdad, no se pudo contener, se había sentido frustrado por estar en ese momento tan presionado, que sólo estalló.
Él no era una persona que apoyara las bajezas del género machista. Sí era un hombre, con un carácter no muy pasivo sino más bien sensato, pero no de esos que agreden al feminismo.
-hinata…primero que nada te pido disculpas si te llegué hacer sentir mal por cómo te traté en la empresa—decía aún con su mismo semblante—sé que no fue la mejor actitud para resolver las cosas pero no logré contenerme—se encogió de hombros.
Hinata quien al escucharlo se comenzó a relajar, su ceño dejó de estar fruncido, estaba escuchándolo disculparse con ella por la actitud tan poco educada con que la despachó de la empresa, y eso le gustó.
-quise hacer las cosas de la mejor manera, me prometí que todo saldría bien, como siempre pasa, pero, esta vez todo salió al revés, salió mal, se me fue de las manos la situación y odio que sea así, no solía tener tantos problemas en mi vida hasta que llegué aquí, que las cosas me salieran de otra manera como ahora me pasa, pero, tampoco me puedo mentir…creo que sin yo darme cuenta me estoy acostumbrando a ello…a dejarme llevar por lo inevitable y no por la perfección—la miraba directo a los ojos, esos como si fuesen un par de preciosas perlas.
Eso último naruto lo había dicho pensando en sakura, de alguna manera aunque parezca extraño viniendo de un hombre como él: correcto, considerado y que le gusta la perfección en sus cosas, se había estado acostumbrando últimamente a los diferentes resultados de sus decisiones, que a pesar de que no habían sido irremediables le habían ayudado en su crecimiento emocional con respecto a su forma de ser; sakura había sido parte de ese crecimiento, ella había sido el problema, o mejor dicho, la solución problemática a su vida. Y le gustaba ese cambio, no podía mentirse así mismo. Estaba cansado de la monotonía en su vida.
-nunca se puede esperar a que todo salga perfecto por más que uno se esfuerce, porque sin darnos cuenta estamos cometiendo errores…errores por malas decisiones.
-jajaja ¡no lo puedo creer!—reía con burla, aunque más bien con amargura al escuchar lo que naruto había dicho, porque ella sabía a lo que se refería, sabía lo que naruto trataba de explicarle en otras palabras.
El compromiso arreglado.
Tanto ella como su familia -la de naruto- sabían que él mismo había estado actuando diferente, como si estuviera cambiando su forma de pensar, claro que para ella era algo problemático porque no le gustaba para sus planes; no le había estado agradando esa idea y menos sabiendo que él había estado con ella más frío y seco que de costumbre.
-¡no puedo creer lo que estoy escuchando!—hinata se reía mientras se giraba para caminar hasta la sala, con naruto siguiéndole los pasos, y quien la miraba extrañado por su reacción a lo que había dicho.
Naruto suspiró contrayendo paciencia.
-¡no puedo creer que estés diciendo toda esa tontería naruto-kun, si tú eras el intachable hombre que se decía que todo debía salir perfecto, pulcro, sin cometer ningún desliz, ningún error!
Hinata ahora se encontraba parada en medio de la gran sala, mirándolo, cruzada de brazos y una ceja arqueada.
-y mírate… ¡ahora eres otra persona, ja, ja no lo puedo creer, no de ti!
Su risa era amarga sintiendo un ardor en el estómago de tan sólo pensar en la responsable de ello, que seguramente era la pelirosa que había estado con él en la oficina del mismo. Hinata no tenía otra explicación a esto. Ardió por dentro queriendo ahorcar a esa “zorra” por haberlo “puesto” en su contra.
-¡de seguro fue por esa zorra que dijiste todo eso, ¿verdad?, te lavó el cerebro! ¡¿Fue por ella que cambiaste de decisión en casarnos, naruto-kun?! ¡¿Por esa mujer fue que ahora haces y dices tonterías?!—cuestiono con enojo, acercándose a él de manera acusadora; el rubio le ganaba más de una cabeza de altura.
Aunque naruto estaba mirándola con un semblante inexpresivo en su escultural rostro donde estaba, la realidad era que estaba enojado por ahora escuchar de hinata el cómo insultaba a sakura de esa manera, como lo había escuchado de su madre.
-hinata, ella se llama sakura y no es nada de lo que estás diciendo, ¡y sí! por ella yo cambie. No por la forma en la tú y mi madre se envenenan la cabeza pensando, sakura no es ninguna ambiciosa o caza fortuna como mi madre dice. Tampoco me engatusó o me lavó el cerebro para ponerme en contra de ustedes o de hacerme cambiar de decisión sobre el compromiso—aclaró él.
Ahora si se podía notar su enojo, prosiguió al ver que la de cabello azulado iba a hablar:--no veo por qué yo no pueda cambiar de actitud, antes veía hacer las cosas con disciplina y control en el trabajo porque así fui criado, la obstinación y ansiedad de que todas las cosas que hacia debían ser correctas en todo el sentido de la palabra sólo hacía que me encerrara en un mundo lleno de regularidades, monotonía. Y no miento que me gusta lo que hago al trabajar pero no me sentía feliz, ¡no llenaba mi vacío!, y no me sorprende comprobar que tú no te dieras cuenta, siempre te importó más tu aspecto que cualquier otra cosa.
Hinata estaba sorprendida al escucharlo; en pocas palabras le estaba diciendo que era una egoísta y una vanidosa.
-no me sentía feliz desde entonces…pero ahora no. Ahora soy más libre sin sentirme presionado, sin agotarme emocionalmente, y eso hace que fluyan en mí ideas, han pasado muchas cosas en estos meses que estoy en konoha que han ayudado y eso me gusta…
-¡claro y de seguro te ayuda esa, esa mujerzuela a relajarte, y seguramente es muy buena, no! ¡¿qué no te das cuenta, naruto-kun?! ¡Sólo está contigo por tu dinero, por tu posición. Sólo es otra de esas gatas, rameras, que sólo piensan en acostarse con un hombre como tú para quedarse con todo lo que tienes!
Hinata era una desquiciada hablando. Estaba tan molesta y a la vez tan dolida en saber la verdad que no estaba pensando con claridad en lo que estaba diciendo. Mientras, naruto apretaba los puños con la mandíbula tensa.
Retrocedió dos pasos.
-¡basta, hinata, no permitiré que tú también hables así. Ya me cansé de que todos digan lo que tengo que hacer y que hablen puras degradaciones de lo que piensan de mis decisiones!—había pensado en decirle a ella la verdad de una manera apaciguada, es decir, que no entendiera que hubo engaño o traición; porque consciente estaba de que era cierto.
Pero ya estaba harto de que siempre que quería llegar a un acuerdo con ella nunca pudiera lograrlo, hinata seguirá siendo ella por muy a pesar de que él use el tono pacífico en su voz. No la haría entrar en razón con esa actitud que ella tenía: estaba ciega de la rabia. Y él estaba enojado.
-¿quieres saber la verdad?, ¡bien, te la diré!. Esa mujer, que tu ofendes como una ambiciosa que me ha engatusado para quitarme todo, sakura, ella ahora es ¡Mi! novia, hinata, y nadie, escúchame bien, ¡nadie! va a cambiar eso, ¡y eso te cuenta!--con enojo la señaló con un dedo, como lo hacía con su mirada--creo que ya te respondí a lo que me habías preguntado antes, cuando estábamos en la empresa.
Hinata estaba sorprendida por lo que había escuchado, tenía la boca abierta. No cabía toda esa información en su cabeza en esos momentos.
Al mismo tiempo, en el departamento de Sakura:
Todos ya estaban sentados en la mesa de la sala-comedor degustando la cena. Mebuki había informado que ellos habían comprado pizza y gaseosas con sabor a naranja en el camino para compartirla juntos. A los minutos de que ellos comenzarán a comer había llegado yahiko de cerrar la ferretería como se lo había pedido kakashi; y más al rato llegó kiba del trabajo. Ambos se habían alegrado de ver a su tía y a sus primos en casa; tenían tiempo que no los veían aparecer por allí.
Ya eran casi las 7pm, de hecho, habían pasado casi 15 minutos.
Sakura, quien estaba encantada de la vida compartiendo la cena y la plática con su familia había olvidado por completo el que tenía que ir al departamento del rubio a resolver el asuntito ese. Sai había dado a conocer que ya tenía coche nuevo, y respondiendo a la pregunta de su hermana quien había salido de dudas sobre el Mercedes negro del estacionamiento que había visto anteriormente, cuando llegaba con naruto.
La pelirosa quien daba un sorbo a su gaseosa que tenía en un vaso de vidrio, abrió los ojos de golpe recordando algo que había olvidado por completo.
“¡Demonios! naruto me estará esperando”…rayos—susurró para sí dejando el vaso en la mesa; estaba sentada de entre kiba y yuukimaro, frente al peliplata.
-¡oye, yahiko-kun! creo que tú eres el único que falta por comprarse un coche—habló Sai, quien le daba un mordisco a su tercer pedazo de pizza que sostenía una de sus manos.
El mencionado por el moreno, que estaba sentado frente a él, rodó los ojos dando un sorbo a su gaseosa.
-ja,ja ¡Sai no tienes por qué restregarle en la cara el que no podrá conseguir nenas!—opinó kiba a su lado, mirándolo divertido, al igual que los demás--¡el desgraciado ya tiene el corazón ocupado, el menso volvió con konan!—informó para seguir con su pizza y mirar a su prima que comenzaba a levantarse de la silla, tomando sus trastes con algo de urgencia para llevarlos a la cocina.
Los demás, a excepción de kakashi, se sorprendieron de la noticia que comenzaron a preguntarle y felicitar al pobre de yahiko, parecía un tomate.
-¡me alegro por ustedes, yahiko-kun, los dos se ven muy bien juntos!—felicitó mebuki, quien estaba a su lado y kakashi al lado de ésta.
-¡qué bueno, ya decía yo que algún día los veré en el altar!
Todos soltaron una carcajada mientras yahiko se encogía de hombros pero con una sonrisa y las mejillas rojas.
Yuuki mirando que los demás estaban distraídos tomó un pedazo de pizza con anchoas la cual todavía quedaba en la caja, para dársela al velón de akamaru. Y con algo de discreción tomó otro para él— ¡mm, que delicia!
-¡espera! la feíta también falta por comprarse un coche! ¿Cuándo lo comprarás, feíta?—preguntó Sai, mirando al puesto vacío que estaba al lado de kiba y éste hacia lo mismo. Al no verla la buscó con la mirada por el lugar pero sin resultado alguno--¿A dónde se fue…?
-dijo que ya venía—respondió kakashi con tranquilidad.
Sai asintió y comenzó a preguntarle a su primo sobre la reconciliación con konan.
Mebuki quien veía a los chicos conversando entre risas, miro con curiosidad a su hermano menor y le susurró:--¿A dónde fue sakura…?
El peliplata que acababa de terminar su cena la miró—tranquila, dijo que iba a resolver un asunto importante y luego venia…pregúntaselo cuando venga—dijo luego, al escucharle preguntar sobre “ese asunto importante”. Se levantó para llevar a la cocina su plato y el de su hermana que también había terminado; ella lo siguió.
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Habían pasado casi 20 minutos desde que naruto llegó a su departamento, y raro pensó en que sakura no había llegado.
“De seguro se le olvidó”, había pensado con extrañez; aunque no muy seguro.
Veinte minutos tenía naruto discutiendo con hinata de un lado a otro en la sala del lugar. Le había aclarado toda la verdad sobre lo que en realidad pasó con él: sobre el fulano compromiso que los había unido a ambos, pero no de la manera correcta en que las propuestas de matrimonio suelen ser en las parejas. Con el consentimiento mutuo, compartiendo amor entre ellos, en querer unir sus vidas para siempre.
Desde el momento en que él se había enterado sobre esa noticia del matrimonio arreglado se había enfurecido con sus padres por haber decidido algo tan importante como ‘un Matrimonio’ sin su permiso o al menos su opinión; al principio se había negado ya que en sus planes aún no estaba casarse; pero poco a poco fue resignándose a la idea de construir una vida junto a hinata. Sabía que ella era una mujer maravillosa y sería la esposa perfecta, porque sí lo sería, pero no para él, y eso, fue lo que hizo que se diera cuenta de que iba a cometer el peor error de su vida. Se lastimaría tanto a él como lo haría con ella, condenándola a una vida amarga.
Pero eso hinata no lo entendía, porque ella se empeñaba en darle vueltas al mismo tema, o, a la misma frase que había estado repitiendo en toda la discusión: <
Ella estaba enojada, molesta y hasta decepcionada por escuchar las razones que, según naruto, le trataba de meter en la cabeza. Obviamente no se las creyó, porque ella sabía que era culpa de esa sakura, esa zorra roba novios; así le había puesto y así se quedaría. Estaba llorando de la rabia y frustración que tenía por no convencer a naruto de que estaba equivocado, que no debían romper el compromiso por dejarse llevar por una falda con piernas fáciles. Se sentía humillada. Pero debía lograrlo convencer a como diera lugar, así sea perdonándole todo lo que había pasado, una inaceptable opción para su orgullo de mujer, pero no tenía otra más que hacerlo.
-n-naruto-kun…--musito hinata con suavidad, mientras caminaba hacia él.
El rubio por su parte estaba enojado, desconcertado por todo lo que ella estaba diciendo, pero también se sentía disgustado al verla llorar; por un lado sabía que hinata se estaba haciendo la víctima, pero por el otro también sabía que de alguna forma, ella se sentía humillada. La miró parada al frente de él, se estaba limpiando las lágrimas.
-quiero…quiero decirte algo…y-yo olvidare todo.
“Debo hacerlo, así podré convencerlo de que lo amo tanto y que no puedo vivir sin él. No me dejará y nos casaremos”, pensaba muy confiada de su ingenioso plan, según ella.
-yo olvidare todo lo que d-dijiste, no quiero perderte, naruto-kun, ¡yo te amo y no podría vivir sin ti!—se lanzó para abrazarlo por la cintura y comenzando a llorar de nuevo; dejando a un naruto estupefacto por lo que acababa de oír.
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Sakura cerró la puerta de su departamento algo azorada y nerviosa. Dio gracias a kami de que tuvo la suerte de escabullirse con rapidez de la cocina hasta llegar a la puerta de la salida, y que ni siquiera supo cómo lo hizo. Pero aun así ya estaba afuera; llámenlo <
-creo que la llegada de oka-san y mis hermanos va a complicar un poco las cosas entre naruto y yo…--decía preocupada para sí.
Al recordar la actitud de sus hermanos cuando con lo de sasuke le dio un vuelco en el pecho; sabía que en algún momento eso llegaría, el que naruto los conociera, pero tenía que ser positiva si quería que naruto no se arrepintiera de estar con ella, y lo decía por sus dos hermanos.
-estaré pendiente de esos dos…sobre todo de yuuki-chan—comenzó a caminar por el pasillo. Su corazón comenzó a latir con rapidez--espero que naruto no haya tenido problemas, aclarándole la verdad—dijo para sí con el ceño fruncido.
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Naruto estaba tenso; maldijo por lo bajo. Hinata lo tenía rodeado con sus brazos y tenía el rostro pegado a su pecho, llorando desconsolada. Se maldecía internamente por la situación en la que estaba.
¿Por qué llegó hasta estos extremos?, ¿por qué no le fue sincero desde un principio?, se preguntaba él.
Naruto se sentía culpable de que en esos momentos la ojiperla estuviera sufriendo por su culpa; ella lo amaba. Siempre le hacía perder la paciencia pero lo amaba. Siempre se lo decía. Y él…bueno, él no se podía engañar, no quería sufrir aún más de lo que fue al estar callado ese tiempo en que comenzó todo con la mentira del compromiso. Naruto pensaba que la hyuga desconocía la verdadera razón de ese tema.
“Para hacer que ambas familias se unieran, reformar el prestigio con el vínculo nupcial y perfeccionar las descendencias”. Torció los labios al recordar las palabras de Hiashi la noche de la pedida de mano.
-p-por favor, naruto-kun, te amo y no te qui-quiero perder…--se limpiaba las lágrimas de falsa tristeza, mirándolo estando sonrojada.
A naruto le dio una punzada en su pecho al verla, comenzó a sentirse mal por ella. A pesar de todo lo pasado con hinata, de sus discusiones, berrinches, quejas….no podía negar sentir cariño por ella, después de todo había pasado tres años a su lado. La peli azulado se elevó un poco usando las puntas de los pies para mirarlo a los ojos, muy cerca. Lo rodeó del cuello y comenzó a acercársele a los labios; naruto estaba tenso, no se movía. Pareciera como en un trance mental.
-q-quiero que esto funcione…no te perderé. Te amo—Y lo beso. Con ganas. Como si se lo quisiera devorar y para tratar de convencerlo.
Naruto tenía los ojos abiertos, confundido, no sabía qué hacer. ¿Acaso él estaba dudando de todo lo que dijo?
Hinata comenzó a desabotonarle la camisa blanca mientras lo seguía besando; sintiendo que él participaba, sin embargo no de la misma manera. Con duda le pareció, pero no paró por ello. Debía seguir con su plan si quería que todo volviera a ser como antes.
Por otro lado, naruto se sentía más confundido en esos momentos. Pero estaba consciente de que le estaba respondiendo al beso y no sabía el porqué; a pesar de ello debía de admitir que no sentía nada. Al besarla y sentir los labios de hinata en los suyos, no pasaba nada, no sentía que su corazón se aceleraba. Sintió como ella le acariciaba la piel de su pecho; el contacto de las manos de ella con su piel, sus caricias, no le hacía despertar esa sensación que antes sintió con ella. No era lo mismo. No le hacían sentirse…cómodo. Estaba tenso. De alguna manera se sentía mal por ella, por dejar que se ilusionara con él en tener una vida juntos, si él quería lo contrario; no se sentía acorde con sus sentimientos. Cerró los ojos.
Ahora, todo era distinto. Y lo decía por sakura, con ella se sentía lleno, que nada le faltaba. Como también sabía perfectamente lo que sentía cuando la besaba, la tocaba; cuando disfrutaba del olor natural que desprendía su cabello, su piel; del efecto que ella causaba en él con sus simples besos. Lo enloquecían, lo descontrolaban, envolviéndolo en una dimensión de deseo mágico haciendo que su corazón diera vuelcos sin control. Al sentir como su cálida piel transmitía una extraña pero exquisita corriente de sensaciones en la de él haciendo erizarle hasta los poros más profundos de su piel. Era algo que jamás había sentido por una mujer. Y sabía que no podía y no había comparación a ello. Nada, era lo que en estos momentos sentía. No había magia, pasión o al menos deseo. No sentía un embriagador olor natural en hinata, ni sus besos le hacían delirar. No como lo fue mucho antes.
El rubio abrió los ojos de golpe al reaccionar a lo que estaba haciendo hinata la cual lo había comenzado a empujar con suavidad para llevarlo a la habitación sin despegarse de su boca y tocar su torso semidesnudo, ya que aún conservaba la camisa, sólo que abierta. Naruto llevó sus manos -que habían permanecido todo el tiempo a los costados de su cuerpo- a los hombros de ella para desapartarla, por fin, de él. Ella a regaña dientes lo hizo, mirándolo agitada y sonrojada.
¿Cómo era posible que él hubiera dudado de todo lo que había dicho? ¿Acaso había estado a punto de dejarse llevar por la culpa que sentía en haber hecho sufrir a hinata, y dejar que ella hiciere lo que quisiese con él?...Quiso darse contra la pared por ser un idiota, ¿Acaso estuvo a punto de engañar a sakura, de volverla hacer sufrir?. Creo que ahora se sentía peor.
-hinata, no debiste hacer esto…te estás haciendo daño. Yo no quiero seguir con esto, no quiero y no voy a reanudar nuestra relación, y mucho menos el compromiso—habló definitivo, mientras se abrochaba el pantalón el cual estaba desabrochado también -que ni supo cuando pasó.
Hinata lo miró teniendo el ceño fruncido y maldiciéndose por dentro.
-¡e-eres un imbécil, después de todo lo que vivimos en estos tres años juntos, naruto-kun!—reprochó dolida y rabiosa.
Naruto la miraba con seriedad para luego abotonarse la camisa.
-¡la prefieres a ella más que a mí, cuando yo te amo. Ella sólo está contigo por tu dinero…!
Y, antes de que siguiera el timbre sonó por fin. Naruto desvió la vista sintiéndose incómodo, recordando que de seguro era sakura; por lo que haciéndose el sordo a las palabras y berrinches de hinata, que estaba molesta por estarla ignorando, se dirigió a abrir la puerta. Al hacerlo vio como sakura entraba con urgencia hasta pararse frente a él.
Lo estaba mirando con extrañez o confusión, bueno, estaba mirando su pecho o más bien su camisa; por lo que él curioso hizo lo mismo y, abriendo los ojos asombrado vio como tenía algunas marcas de labial rojo en la camisa, la cual estaba claramente arrugada y con un botón suelto.
Tragó grueso, no se percató de ello por el apuro de abrirle. Mirñó de nuevo a la pelirosa que, lo miraba con el ceño fruncido, en un incómodo pero torturador silencio.
Sakura sintió que la pizza que había comido hace unos minutos se le revolvía en el estómago al ver a naruto. Sabía que cuando él le había informado que su ex novia estaba en su departamento esperándolo para aclarar todo, su sexto sentido de mujer le decía que algo como eso podía pasar, y vaya que no se equivocó. Lo miro con claro enojo, para luego mirar a un lado, caminó hasta situarse en bonita espaciosa sala escuchando como naruto cerraba tras su espalda.
Su corazón latía acelerado. Ahí estaba ella: la bellísima, asombrosa y despampanante, Hinata Hyuga, claro, y la ex de SU novio, porque eso era ahora. Su corazón latió con rapidez y sintió hervirle la sangre al ver como vestía, claro, y de seguro lo hizo para provocar a SU novio. Apretó el puño de una de sus manos que permanecían suspendidas a los costados, teniendo la mandíbula tensa. Hinata la miraba con odio desde algo de distancia. Naruto se paró al lado de sakura quien no dejaba de mirar a la mujer frente a ella con el ceño fruncido; naruto sintió que el silencio los inundaba a los tres y, antes de que él dijera algo, hinata se le adelantó:
-¡pero mira a quien tenemos aquí!…si es nada más y nada menos, que la secretaria, zorra, ¡roba novios!—escupió con enojo, mirándola con odio y repugnancia.
-¡qué le pasa a esta…!
Naruto la detuvo por la cintura cuando vio que iba por hinata. No quería que se peleara, no dejaría que callera en las provocaciones de hinata.
-¡suéltame, naruto, le voy a enseñar a esta tarada con quien se está metiendo!—trataba de zafarse de sus brazos, sin tener resultado. Se estaba cabreando.
-¡no caigas en sus provocaciones, sakura-chan. Hinata sólo lo hace para molestarte!—naruto dejó de mirarla para ahora ladear su cabeza -se encontraba de costado con sakura- para mirar a la ojiperla quien estaba de brazos cruzados, mirando a la pelirosa con media sonrisa maliciosa--¡hinata, basta! Te dije que ya nada va a hacer que vuelvan las cosas como antes.
-¡claro, si después de acostarte y dejar que esta vulgar zorra, roba novios—señaló a sakura quien gruño, tratando de soltarse de naruto—te lavara el cerebro para hacer cosas sin sentido!…no puedo creer que me cambiaras por una vulgar como ella, déjala para ver si es capaz de golpearme, que estoy segura que nació con la naturaleza de una total zorra ordinaria!
-¡iiissf, ahora si no la aguanto…!—gruño la pelirosa.
Sakura logró zafarse de los brazos de naruto quien recibió una linda mordida en su mano derecha -que la retenía alrededor de los hombros, cerca de su rostro, y la otra por la cintura- soltando una maldición la dejó libre, pero gran error; miró como la pelirosa apretaba su puño para estampárselo en el rostro, algo pálido de hinata, quien pensó que naruto no la soltaría. Naruto corrió para detenerla, pero no llegó a tiempo.
¡¡PLASH!!
Se escuchó en la sala; naruto vio cuando sakura le había volteado el rostro a hinata haciéndola retroceder por la fuerza del trayecto en el que se había dirigido hasta ella. La tomó de los brazos, al imaginar que ahora iba a templarle un mechón de cabello -para que aprendiera a no meterse con ella- naruto la interrumpió para alejarla de la ojiperla, quien giraba su rostro mirándolos shockeada.
-¡¡suéltame, naruto, que aún no termino con ella!!... ¡Suéltame te dio!—estaba tensa, sintiéndose cabreada.
-¡basta, sakura. Cálmate, que esta no es la forma de arreglar las cosas!—la giró para que lo viera, pero ella tenía la cabeza gacha. El ojiazul le tomó el mentón—escucha, ya todo está aclarado, sakura-chan. No tienes que ponerte agresiva. Ella sólo te está provocando.
-sí, naruto. Pero no permitiré que me insulte diciendo todo eso cuando no es cierto—reclamó en voz baja pero con enojo, e hiperventilando.
-lo sé, pero yo estoy aquí para eso—le acaricio una mejilla con ternura.
Hinata quien los miraba mientras sobaba su mejilla, dijo enojada:
-¡estás tan embrujado por esa salvaje, cualquiera, que no ves lo ciego que estas, ¡me das pena!—movía las manos alterada.
-¡basta, hinata! No quiero escucharte más, perdí mi paciencia contigo…quise ser amable y comprensivo contigo, pero obviamente no se puede porque eres tan desesperante que me irritas. ¡Quiero que agarres tus cosas y te vayas ahora mismo de aquí!—gruñó tenso, enojado, por toda esa bendita discusión que sólo empeoraba las cosas.
Era mejor marcar distancia directamente para que todo acabe de una vez. Hinata abrió la boca para reclamarle pero se mordió la lengua cuando sakura la miró con ojos inyectados de enojo. Esta comenzó a acercársele y poniéndola tensa. Naruto la detuvo por un brazo.
-tranquilo que no le haré nada, sólo quiero dejarle claro algo—dejó de mirarlo con seriedad y transmitiéndole seguridad en lo que decía.
Naruto estaría atento por si algo. Sakura ladeó su rostro para caminar hasta estar frente a la ojiperla. Se había dado cuenta que las sandalias que ella había llevado puestas eran las que le daban altura, como también calculó que sería de su estatura sólo que ahora le ganaba porque aún llevaba las suyas. Dándole superioridad en esos momentos levantó el mentón.
-mira, hinata, sé que no te caigo bien, como tampoco es mentira que tú a mí igual. Pero quiero dejarte algo claro—tenía posición de jarra y mirada determinada—no quiero verte cerca de naruto, ¿ok?. Él ya te dijo sus razones del porque rompió contigo, si tú no le crees es tú problema…él ahora es MI novio--declaró sakura.
Hinata apretó los labios, aguantándose las ganas de ahorcarla a escucharla.
-…yo sólo intento comenzar una relación con él, ya que…he pasado por muchos…--bufó moviendo la cabeza confundida por lo que decía--no tengo que darte explicaciones. Pero sólo espero y te haya quedado clara mi advertencia—se giró, pero antes de caminar, dijo con suavidad—ah, y se me olvidó decirte—la miro sobre su hombro derecho, sonrió de lado—que lástima que sólo sepas lucir ropa de marca y que seas bonita--la miró de arriba abajo--porque me parece que te falta cerebro para que seas una verdadera mujer—con ese golpe bajo que la sorprendió por el insulto, miró al rubio quien estaba parado a unos pasos de ella teniendo los rasgos inexpresivos pero pareciendo tranquilo; aunque por dentro, sakura sabía que la desconcertaba cuando estaba así. Su corazón estaba acelerado.
****
Después de lo sucedido naruto y sakura habían salido para hablar con más tranquilidad en el pasillo de su piso.
Naruto la abrazaba y posaba su mentón en su cabellera rosada, que estaba atada en una coleta, mientras ella recostaba su rostro en el pecho de él. Soltó un suspiro de tranquilidad al embriagarse con el masculino olor de él.
-pensé que volverías a golpearla o decirle tonterías—habló de repente naruto; le besó el cabello quedándose así, oliéndolo y embriagándose de él—pero me contenta que actuaras con determinación, nena…eres fascinante--le dijo al oído.
-lo sé—lo miro sonriendo socarrona y con un lindo sonrojo.
Naruto se carcajeó acariciándole el mentón, le encantaba cuando estaba juguetona.
-sólo quise que supiera lo que pienso de ella--continuó--Sabes que me molestó el cómo me trató—se encogió de hombros y sintiendo como naruto le acariciaba una mejilla—he decidido no darle tantas vueltas al asunto…quiero estar contigo, ser feliz a tu lado el tiempo que sea necesario, decidí no alejarme de ti, y si es de no dejarme de todas las mujeres del mundo que quieren tenerte—pasó los brazos por el cuello del rubio quien sonrió de lado abrazándola de la cintura y pegándola a él, interesado en sus palabras—pues que así sea, porque no te dejare en paz, Señor Namikase.
-eso me agrada, Señorita Haruno—sonrió con dulzura al igual que ella--porque, yo tampoco te dejare en paz…de lo contrario te seguiría hasta encontrarte, y luego, te tendría y no te dejaría irte nunca de mi lado--sonriendo al escucharla reír acercó su boca a la de ella para unirse ambos en un tierno y lento beso, que les hacía transmitir muchas sensaciones. Como lo dijo él: corrientes de sensaciones que los hacen delirar y querer más del otro.
Continuará...
Hola de nuevo... ¡Feliz año nuevo! se que es tardesito jeje pero aquí estoy, actualizando poco a poco, ya casi termino esta temporada por la pagina de wattpad y por aca aun faltan capitulos. Pronto dubire el otro.
¡Saludos!
CerezoIntenso- Chunnin
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Re: ¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
Capítulo 38 I Parte: La Campaña
Un martes de septiembre era hoy. La preciosa mañana había llegado, y a las afueras del estado de Konohagakure en una gran mansión resguardada por un alto muro a su alrededor, situada cerca de un lago donde sólo se siente la tranquilidad de la naturaleza del mismo y de las verdosas montañas, aunque realmente aparentando la paz y serenidad en el ambiente que la rodea; dentro de la estancia irradiaba la gala, elegancia, lujo. La estructura era alta, de dos pisos de un color gris y columnas blancas, al igual que las escaleras que daban a la entrada, por ambos lados de la misma crecían pequeños arbustos de hojas verdes. Consistía en la parte principal un vestíbulo tipo sala principal, muy bien decorada, le seguía otra sala más amplia y muy bien amoblada, cuadros exóticos en todas las paredes, jarrones lujosos, algunas que otras plantas de adorno, hermosas lámparas color cobre y lujosas. Todo el piso era de madera de chopo y paredes de un gris suave, ventanas cubiertas por cortinas de seda en blanco; luego estaba la cocina y muy espaciosa; tenía su sótano incluido.
En la sala principal se apreciaban a un lado las escaleras del tipo caracol, con pasamanos igual de cobre y tonalidades doradas, estas daban al segundo piso el cual contenía las recamaras siendo unas ocho, cada una espaciosa y amoblada con todas las comodidades que un magnate les diera. Aún y a pesar de vivir solo además de los del servicio. Fuera de la misma zona siendo el patio trasero había una alberca rectangular, mesas y toldos y a un lado un mini bar; a los alrededores arboles de pino y palmeras, e igualmente el verdoso de la hierba.
A los alrededores del espacioso jardín principal había por doquier hierba verdosa, muy bien cuidada, algunos arbustos florales les acompañaba. De lado izquierdo había un portón alto y de hierro pintado de negro siendo la entrada al enorme garaje subterráneo, donde había varios modelos de vehículos guardados. En el centro y frente del lugar al igual que de la entrada a la mansión había una fuente: al centro de la misma, había una pilastra que sostenía una estatua en forma de una gran cobra. Toda era de un color negro con toques dorados; pero lo que llamaba la atención y te dejaba sin aliento, eran los enormes ojos rojos que la misma poseía, dando un aspecto salvaje y letal, y original debido al sitio. Como también había cámaras esparcidas por todo el lugar, tanto dentro de la mansión como fuera de ella.
Algunos que otros hombres de negro se veían en la estancia vigilando a los alrededores.
Orochimaru: siendo el amo y señor del lugar, se encontraba en su sitio favorito de toda la mansión: su despacho, que se situaba en el sótano. Nadie podía entrar en el lugar, a menos que él mismo lo apruebe, sólo las del servicio de limpieza. Orochimaru había regresado de su viaje de Francia. Logró realizar algunos trámites de negocios con algunos inversionistas franceses; un éxito rotundo siempre obtenía antes los negocios, claro, siendo un profesional en ese ámbito.
En ocasiones aburría algunas reuniones, pero ésta le había valido, y lo decía por las fabulosas propuestas que surgieron: unas que le proporcionarán el doble de lo que había invertido, claro, que ganando más que los demás…gracias a su Vivacidad. Además, lo decía por lo bien que la pasó esos días, tanto el ambiente, como el trato "cariñoso” que recibió de aquellas preciosas modelos francesas que conoció. O bueno, sedujo para que cayeran en sus maliciosas redes.
Ninguna se resiste a su masculinidad voraz, eso según él.
Ninguna mujer se le ha negado o a rechazo. Porque “todo lo que quiere…lo obtiene”.
Aunque realmente solo una sí lo hizo: una perteneciente al pasado, que aún no deja de perseguir.
En este momento se encontraba sentado en la silla frente a su escritorio. Estaba hablando con kabuto. Debía retomar su "grandioso plan" si quería que lo que tenía en mente pudiera funcionar.
-sí, claro, de eso no debe quedar duda alguna—orochimaru decía al móvil en su oreja, mientras miraba y acariciaba con su mano desocupada el borde de la copa de vidrio, contenía brandy—kabuto-kun, quiero que salga muy bien todo…no quiero tener que estar interviniendo. Sabes que no me gusta ensuciarme las manos—se levantó de la silla.
Ladeó las esquinas de los labios hacia arriba, en una sonrisa.
-muy bien, ku ku ku. ¡Ya quiero ser parte de esa sociedad! ku ku y así poder hacer lo que me plazca—rodeó la mesa dándole la espalda a la misma, metiendo su mano en el pantalón del traje que vestía—muy bien…sólo haz lo que tengas en mente. ¡Y, ey! Con discreción—advirtió con seriedad con su áspera y gruesa voz—ku ku de acuerdo…—colgó él.
Guardó su móvil en uno de sus bolsillos para luego recostarse un poco en el borde de la mesa y quedarse pensando por unos minutos.
Orochimaru tenía planeado realizar algo, su retorcida mente estaba trabajando para un malicioso plan, y no dudaría en que muy pronto sacará a revelar éste, y tanto él como kabuto ansían en proceder a ejecutar. Un plan donde muchas cosas surgirán, poniendo en peligro a muchas personas, aunque para él sólo son pocas las que lo estarán.
Todo para vengarse de aquellos que se burlaron de él aquella vez: en sus días pasados.
“El Sannin”: un criminal en serie buscado por las autoridades sin saber nada sobre su verdadera identidad; orochimaru estaba detrás de ésta, el criminal más buscado en todo Japón es todo un magnate en los negocios; y a orochimaru no le importará si es de llevarse por su camino los obstáculos que le impidan realizar sus planes. No dudará en quitarlos.
Después de meditar por unos minutos orochimaru se dirigió hasta la pared situada detrás de su escritorio, deteniéndose unos segundos. Miró frente a él, a un cuadro mediano con marco dorado siendo oro, se trataba de él mismo vistiendo un traje diplomático; el cuadro había sido dibujado con mucha creatividad y espontaneidad por un pintor muy famoso de estados unidos, en una visita de negocios donde se tomó unas vacaciones en la ciudad de Boston. Le daba un aire misterioso y a la vez tentador a su rostro cincelado.
Orochimaru tomó el objeto para colocarlo en el suelo ya que no pesaba mucho, luego de colocarlo en su escritorio procedió a mirar de nuevo el lugar donde estuvo el objeto, pero, ahora, a un cuadro de metal que estaba incrustado en la pared; era una caja fuerte. Luego de unos segundos de colocar la contraseña observó cómo se abría la caja metálica. De la misma sacó un pequeño retrato. Sin previo aviso las comisuras de sus labios se extendieron hacia arriba de manera enigmática, en una sonrisa, mirándolo con un brillo hostil en la dorada mirada; como un tigre observando
su presa.
-así que pronto lograré cumplir mi objetivo—sus penetrantes ojos amarillos denotaban frialdad al contemplar la fotografía del pequeño retrato—después de todos estos años, por fin lo haré…pronto me vengaré de ti…de ese inútil…de todo lo que me hicieron pasar—acarició con suavidad el cristal que obstruía la fotografía de una hermosa mujer, joven, sonriente.
Ahora apretó los labios y frunció el entrecejo, orochimaru podía sentir como un inmenso rencor abarcaba a su oscurecida y venenosa alma. Soltó una pequeña risa.
-pero…disfrutaré mucho más cuando te vuelva a ver ese precioso y angelical rostro…y verte llorar en súplica por estar a mi lado y haberte arrepentido en elegirlo a él…--en su sonrisa poseía la burla de una venganza.
Orochimaru siguió contemplando el retrato por otro rato más. Luego dejó el retrato guardado en la caja de seguridad, donde había estado. Dejó todo como estaba para luego tomar una carpeta de uno de los cajones de su escritorio; procedió a tomar asiento.
-creo que revisaré que todo esté en orden…no quiero llevarme una sorpresita—dijo para sí.
****
El medio día llego rápido y en un aeropuerto de los Estados Unidos, o, siendo más específicos, en la ciudad de New York, las personas en su vaivén de pasos transitaban los largos vestíbulos del lugar. Algunas para abordar sus vuelos y otras bajando de ellos. Un pelinegro, alto, muy guapo, se veía con su maleta de entre la multitud de personas a su alrededor que llegaban de su vuelo, siendo Japón el lugar del mismo.
Sasuke Uchiha había tomado la decisión de darse un nuevo aire. Quería comenzar el nuevo negocio que iba a emplear por unos meses en New York, la ciudad en donde sus padres han estado viviendo por los últimos años. Ahora, sasuke caminaba directo a ellos quienes lo miraban con una enorme sonrisa, claramente marcada en sus adultos rostros pero no envejecidos. Sonrió al ver que su madre corría hacia él para abrazarlo.
-¡tesoro, por fin llegas. No sabes cuándo te extrañamos!—con emoción y cariño llenaba de besos maternos el níveo rostro del azabache quien sólo se dejó hacer. Aunque algo avergonzado--¿cómo estás?, ¿Qué tal el vuelo?—preguntó su madre.
Mikoto Uchiha. Su cabello largo, negro azulado como el de él, de baja estatura y con unos preciosos ojos oscuros como los que él le heredó. Vestía un lindo vestido algo elegante pero a la vez sencillo junto a unas sandalias de planta baja. Sasuke no pudo evitar sonreír con ternura al verla. Estaba igual de hermosa desde la última vez que la vio, se dijo.
Miró al lado y vio a un hombre alto, con facciones duras y adultas, el cabello y ojos como los de él; vestía traje sin corbata de color negro. Era su padre, Fugaku Uchiha.
"Siempre formalista”, pensó sardónico.
-todo bien, oka-san…oto-san—saludó sasuke con un apretón de manos a su padre quien sonrió, sintiéndose feliz y orgulloso de verlo. Sólo que él no lo admitiría. Era muy jactancioso para hacerlo. Sasuke lo heredó de él.
Pero Fugaku no se contuvo y lo estrechó en un abrazo, de esos de hombres, donde se palmean la espalda con un deje amistoso. Y, haciendo que sasuke se sorprendiera por no verlo venir pero correspondiendo al gesto. La señora Uchiha los miraba muy contenta.
-me da gusto verte de nuevo, sasuke—dijo con suavidad su padre. Sasuke asintió—debemos volver, nos están esperando—avisó para tomar con calma la maleta de su hijo quien lo miró sorprendido por ese gesto.
“¡Vaya! me ha impresionado…creo que después de todo los años han hecho un buen trabajo”, pensó conmovido.
Mikoto soltó una risita al ver la escena, para luego comenzar a caminar en medio de ambos hombres con una sonrisa en su rostro.
-hijo, ¿y qué tal va todo en Japón?—susurró Mikoto, tomándolo del brazo mientras salían del lugar--¿cómo esta sakura-chan…?—cuestionó con tranquilidad, mirándolo con curiosidad.
Sus ojos siempre le trasmitían calma cuando los veía, se había dicho sasuke. Pero, sasuke en estos momentos no la tenía, y sabía la razón.
-¡siempre me encantó esa hermosura para ti, tesoro…!
Su padre quien estaba a un lado de Mikoto lo miro sonriendo, con curiosidad también. Se tensó. Sabía que al llegar su madre o incluso su padre le preguntarían por ella.
Sakura, a pesar de haber sido algo testaruda con él en el pasado: cuando él fue un idiota inmaduro; había sido la personificación en simpatía para su madre que, al momento de conocerla, le había robado el corazón. De alguna manera admitió en aquel tiempo el que sakura sabía amistades. Eso cuando había vivido en konoha con sus padres; e incluso conocían a los Hakate, siendo kakashi, yamato y hasta el mismo Kizashi los amigos de su padre desde ya hace años.
Cuando sasuke había conocido a Kizashi, la verdad, le había dado miedo con el genio que el difunto tuvo. Por algún motivo pensó que de seguro se había enterado del trato que su hija recibía de su parte, aunque lo descartó al ser informado por su misma madre que, Kizashi Haruno era una especie de “Protector-anti-mocosos-holgazanes"; de ahí comprendió las miraditas siniestras, según él, que le dedicaba cuando lo veía; sasuke se sintió ofendido ya que él no se sentía “un holgazán”. Todo y sin comprender, porque ni tibieza tuvo en siquiera pensar corresponderle a sakura en ese tiempo.
La madre de sasuke se había vuelto muy amiga de mebuki desde entonces. Ambas se la pasaban cortejándolos, es decir, mebuki, la madre de sakura, insinuaba que él podría llegar a ser un excelente yerno, mientras Mikoto hacia lo mismo con sakura. Pero, la diferencia estaba en que a sakura le encantaba la idea y eso la hacía más irritante.
Mientras que a él sólo lo molestaba.
De ahí se podría sacar parte de lo que había sentido por ella cuando le insistía en que salieran. Le había molestado eso.
-¡vamos, hijo, sube!
Sasuke parpadeó distraído de sus pensamiento para mirar a su madre quien irradiaba de felicidad en su rostro, encontrándose en la parte trasera de un Audi Q7 color bronce que los estuvo esperado a la salida. Sonrió artificialmente mirándola, para luego entrar y cerrar tras él. Fugaku se encontraba en el asiento del copiloto conversando con el chofer.
-me alegra que te decidieras en venir, hijo--expresó una sonriente Mikoto.
Cuando sasuke había vuelto de vivir una temporada en Estados Unidos: debido asuntos negóciales de sus padres -ambos eran comerciantes- quiso comenzar a trabajar donde ahora vivía su amigo, Sugetsu. En Osaka. Sugetsu ahora era un escultor. Ambos montaron su propio negocio con el tiempo y, su hermano mayor, Itachi Uchiha, se les unió después. Desde entonces les había estado surtiendo muy buenos frutos a ellos y demás socios que, fueron uniéndoseles a lo que ahora llamaban: Galerías de Arte y Esplendor.
-sí…también a mi--dijo él sonriendo a Mikoto. Mientras comenzaban a dirigirse por la avenida, sasuke posaba su mirada en las preciosas calles de la cuidad.
A pesar de haber madurado con los años no podía negar que le divertía salir a tomarse unas copas, y en su tiempo: conocer una que otra chica; a fin de cuentas estaba soltero y no había formalizado hasta ahora nada. Eso cuando tenía residenciado poco tiempo en Osaka. Pero cuando sasuke la vio esa vez: en un restaurant al centro de la ciudad. Sakura había cambiado por completo, se había dicho sintiéndose hipnotizado.
Sasuke se había quedado pasmado, estupefacto en el restaurante en el que había compartido un almuerzo con sugetsu. La había visto pasar con unas amigas junto a él; sasuke pensó que no lo había visto cuando casi pasaba de él. Se encontraba sentado terminando su almuerzo, y fue tanto su asombro al verla que casi se manchó su traje favorito con vino. Ella se había vuelto hermosa, bueno, más que eso.
La verdad es que se había sentido como si le hubieran dado tres bofetadas, así como con un guante de béisbol en el rostro, o eso según Sugetsu, quien lo había escuchado balbucear como idiota. Sugetsu le había confesado que él ya la había visto algunas veces por la ciudad.
Sasuke al enterarse de la estadía de ella en Osaka también supo de la muerte de Kizashi. Se había sentido mal por ella.
No podía comparar un vacío como el que ella sentía por esa pérdida, ya que él no tenía como.
-espero y te sientas cómodo cuando te instales de nuevo en tu habitación, siempre será tuya.
Sasuke volvió su mirada de las calles para mirar a su madre, quien le hablaba sin borrar la sonrisa del rostro.
-¿me escuchaste?, pareces distraído.
-¿eh?...si te escuché, mamá--respondió él. Disimulando su despiste.
Cuando sasuke logró que sakura aceptara ser su novia, se había dicho: que el mundo daba muchas vueltas, y todo se devuelve. Sasuke se había sentido como si hubiese estado a prueba por ella, duró casi un año tratando de conquistarla; pero de cierto modo la comprendió. Sus padres se habían alegrado mucho. Enhorabuena, era lo que había alegado su madre. Su padre también se había contentado diciéndole que una mujer como ella, no encontraría en ningún lado. Su hermano, Itachi, le había felicitado y confesándole que se había tardado un poco pero que se alegraba de tener a sakura en la familia.
Pero ahora no pasaba lo mismo. Ahora las cosas serían diferentes, se dijo sasuke.
Sasuke sólo se admitía para sí que se había enamorado de ella. Sakura había cambiado de la noche a la mañana, por así decirlo.
Aunque la realidad era que él se había ido, había dejado todo para irse a territorio desconocido para terminar sus estudios y vivir junto a sus padres.
Pero tanto madurar para llegar a cometer un estúpido error que le había costado todo, o por lo menos lo que su familia había pensado que era su gran futuro: una familia con sakura. Sasuke sólo había cometido el estúpido error de marcar con la infidelidad la relación que había tenido con sakura, por mucho que pelearan y se contentarán, estaban juntos, incluso, sentía que la comenzaba amar. Eso era algo muy intenso. Algo de mucho compromiso. Pero sasuke lo sabía. No había pensado bien las cosas, no con la cabeza fría, y se dejó llevar por una estupidez tan fácilmente que, sólo hizo acabar con todo lo que había estado construyendo.
Sasuke dejó salir un suspiro mirando al frente--. Ya no puedo cambiar las cosas por mucho que quisiera--murmuró para sí.
-¿qué?, ¿me hablaste, hijo?
El azabache miró a su madre y negó con la cabeza en respuesta, la vio sonreírle para seguir tecleando con el móvil de ella en silencio. Sonrió un poco a Fugaku quien volteó por unos segundos a donde estaban él su madre.
Era cierto, ya no podía cambiar nada.
Sabía que sentirse mal o reprocharse por todo lo que había hecho o dicho ya que no solucionaba nada. Repentinamente sintió nervios del sólo pensar contarles a sus padres del rompimiento con sakura, seguramente su madre querrá saber detalles. Pero sasuke decidió no hacer, no entraría en detalles. Debía de confesarles tarde o temprano a sus padres sobre su relación, o bueno, ex relación con sakura, y sabía que se le avecinaba un buen sermón por ambos, pero no podía mentirles.
Sasuke había tenido la idea de salir del país y concentrarse en un nuevo proyecto para poder distraerse, respirar nuevo aire. Y, a su vez, tratar de olvidar lo vivido hace unos meses. Intentaría como sea sacarla de su mente. Sakura.
Sabía que sería difícil olvidarla, no después de lo que había vivido a su lado: enseñándole lo tierno y comprensivo que él puede llegar hacer. Porque eso descubrió sasuke de sí mismo: que podía llegar a ser tibio en cuanto al amor.
Tendría un largo y duro camino por recorrer durante estos meses de reflexión.
Pero nada es imposible, ¿no?, como dicen los escultores como él… “Levanta el rostro y sonríe”.
****
El día ya se estaba marchado en Japón dándole paso a la preciosa y fresca noche.
Aclarando algunas “Incógnitas”, o, espacios huecos:
Después de lo ocurrido en el departamento de naruto, es decir, en la noche anterior después de la escena: donde sakura, por fin, puso en el lugar que se merecía a Hinata Hyuga, la cosa se había puesto más tensa todavía.
Hinata había estallado de la rabia por ver como naruto defendía a sakura, en vez de ella. Le había gritado al Namikase: que se iba a arrepentir por lo que estaba haciendo, por haber jugado con ella y otras chorradas más.
A naruto no le hizo ni pizca porque él sabía muy bien que ella estaba dolida. Aunque no había podido sentirse feliz o al menos tranquilo sabiendo eso, pero tampoco podía estarse estresando o echándose la miserable culpa por todo. Siendo un hombre nativo de principios y conocido como alguien razonable, le había pedido -con toda la sinceridad que había sentido en ese momento- disculpas por todo, y volviéndole a aclarar que nunca hubo una traición de su parte.
Naruto le había recordado que él había roto con la relación desde entonces; pero hinata sintiendo rencor y aborrecimiento sólo le había informado -rechazando sus disculpas- que no quería estar un minuto más en ese lugar. No donde la “amante y roba novios” estaba presente, y que encima, era su vecina. Claro. Eso lo había reprochado en la ausencia de la pelirosa ya que había dejado que ellos terminaran de aclarar las cosas, prometiéndose a sí misma no molestarse con tontos pensamientos de naruto y hinata en escenas contenidas de besos y más. No tenía para qué darse dolores de cabeza.
Naruto por su parte, enfadado la había dejado en un hotel para luego despedirse de ella.
Él había pensado y hasta imaginado que hinata llegaría a Tokio: ‘Gritando por los aires’, que él la había engañado.
Frustrado por todo había decidido no pensar en ello ya que no podían resurgir nuevas cargas en sus hombros. Y lo había decidido por la campaña. Sólo faltaba un día para que por fin diera a conocer la próxima producción. La misma que ayudará en las bajas que ha tenido la empresa y, demostrarle a su padre que sí pudo con ello.
Sakura por su lado, no pudo negar que había querido ahorcar a la Hyuga cuando tuvo la osadía de insultarla a ese grado: tan bajo e injusto. Y claro, sumándole lo que había dicho y hecho en la oficina de naruto.
JA.
Sí que era una tarada la pobre descerebrada, se dijo con burla.
Sakura recordó el cómo le volteó el rostro de una bofetada, todo en el trayecto debido a la adrenalina y coraje del momento, sakura legó a pensar que la tumbaría -así como con la oxigenada. Además, no supo ni cómo o de dónde le salieron las palabras llenas de insulto, claro, que con un lenguaje muy considerado hacia hinata. Pero muy adentro suyo estaba satisfecha por ello. Sakura no estuvo muy de acuerdo con el que su novio llevara a hinata a un hotel para que pasara la noche. Eso lo pensó recordando el cómo lo encontró cuando entró a su departamento, sakura se había enojado mucho, aunque tuvo que controlarse. No comprendía esos celosos posesivos que sintió por él. Nunca los había sentido.
Pero naruto como siempre siendo sincero con ella le había confesado que hinata había estado llorándole en su pecho.
Aunque él tuvo que omitir lo que estuvo a punto de pasar con hinata por sentirse confundido en ese momento. Naruto se sentía mal de sólo recordarlo; él sabía que estuvo a punto de engañar a sakura.
Ahora para sakura, estaba el asunto de cómo decirle a naruto que su familia estaba ahí: en konoha, en su departamento y muy cerca de poder conocerlo. Sakura había razonado que era mejor decírselo al día siguiente, así no lo mataría de colapso nervioso: pasando de un problema a otro. Porque sakura sabía que naruto sabía manejar gestualmente el sentirse nervioso, incomodo u alterado por algo, pero también sabía que al presentarle a mebuki, sai y yuukimaro a naruto, como su novio -después de lo ocurrido con el tormentoso problema que ocurrió con sasuke- su familia no tomarían la noticia, digamos…lanzando confeti sobre ellos. O celebrando con un brindis.
Sakura al menos se esperaba una sonrisa de cada uno de ellos, y claro, que no mataran con preguntas acosadoras a naruto luego.
Al día siguiente…
Todo había marchado bien como siempre. Naruto no había sospechado que su madre y hermanos estaban instalados en el departamento de kakashi. Eso era bueno, había dicho sakura para sus adentros. Aunque en la empresa no se podía ocultar los nervios o ansias de ver llegar miércoles: para abrir con la campaña.
Todos en la empresa habían estado trabajando como unos esclavos durante los últimos dos meses en que se planeó todo. Y claro, no se podía dudar en que gracias a eso, ya todo estaba listo para la tan afanada presentación de la producción.
Se esperaba que todo saliera excelente.
Así como lo vio venir sakura, “El Grandioso” rumor sobre ellos: cuando los vieron salir juntos del baño de damas el día anterior, estaba esparcido en la empresa. Sin embargo, no como ella lo había imaginado, o sea, no todo el mundo, por así decirlo, sabia de ello. Sólo los que habían estado presentes y los vieron eran los que sabían: entre ellos se murmuraban el chisme. Y lo sabía, obviamente, porque recordaba sus rostros, o, sólo algunos. Como los de las cuatro chicas que estuvieron ahí.
Sakura estuvo de los nervios: entre disgusto y en sí de nervios incomodos, al verse observada todo el tiempo, no la habían dejado de mirar entre curiosas, disgustadas o envidiosas una que otra empleada de la empresa. Ella misma sabía las razones de esas miradas en ella.
Pero sakura se había sentido desde entonces de dos maneras: la primera era que estaba abochornada. Ella nunca había estado en cerrada en un baño con un hombre… ¡Solos!. Clara estaba su vergüenza. Y la segunda era que sentía una especie de satisfacción en ser, ella, la que había estado con naruto dentro del lugar.
Llámenlo altanería o engreimiento, pero me siento dichosa de ser La Mujer que naruto besa, acaricia y quiere delante de los demás, se había confesado para sus adentro.
Sí.
Era una presumida pero justificada.
Naruto ya no ocultaba sus arranques melosos para con ella frente a los demás.
Y aunque a sakura la sorprendiera, no se negaba a él. Se sentía fantástica a su lado.
De alguna forma, pensó sakura, que ninguno de los empleados que los habían visto había abierto la boca con otros más para evitar el castigo de llevarse un ¡Buen Sermón! por parte de naruto. Claro, sabiendo lo obstinado que era de seguro no dudaría en que él podría sancionarlos por su atrevimiento en meterse en su vida personal.
Naruto mantenía un control bien llevado con los trabajadores.
Sakura comprendió que a naruto nada le afectaba, o eso aparentaba.
O bueno, eso creyó ella hasta que había decidido en confesarle la visita de su familia en konoha.
****
Al caer la preciosa y fresca noche en Konoha. Todo era serenidad. Aunque en el departamento #16 cierta chica se encontraba terminando de arreglar la mesa para la cena… Y no cualquier cena sino una que se daría para dar a conocer su relación con naruto.
Por lo que sakura estaba algo nerviosa y ansiosa. Mirando listo el comedor el cual vestía un bonito mantel blanco y un pequeño adorno frutal al centro. Se quedó pensativa por unos segundos… ¿Cómo reaccionarían cuando sepan que naruto es su novio? Bueno, no debía darle tantas vueltas al asunto. Sólo debía esperar qué sucederá.
Sakura se sobresaltó al escuchar como su madre la llamaba desde la cocina.
-¡voy, oka-san…!—contestó. Tomó el paño con el que limpió el comedor para dirigirse con mebuki.
Sakura vestía un precioso pero sencillo vestido que ocultaba sus hombros y con cuello en V, de un color pastel, algo ajustado de arriba y suelto de la cintura para abajo el cual le llegaba hasta las rodillas. Unas sandalias de tacón corrido color blanco, su cabello llevaba un listón blanco y le caía como una rosada cascada por su espalda y hombros. Su rostro no llevaba maquillaje aunque sólo un poco de brillo rosa en sus delicados labios; acostumbraba a maquillarse sólo en ocasiones de fiestas.
Preciosa estaba, le habían dicho sus hermanos, quienes estaban sin comprender aun el motivo de la cena. Al igual que su madre quien estaba terminando la cena.
-¿qué sucede, oka-san? ¿Ya terminaste?—musitó entrando a la cocina.
-sí, hija. Sólo necesito que me pases la pimienta y quedará listo todo—anunció la rubia, mientras probaba un poco de su famoso estofado de ramen. Vestía una blusa manga corta en naranja suave, unos vaqueros azules y zapatillas.
-aquí esta…--sakura le entregó el pequeño recipiente de vidrio.
Al momento se escuchó el timbre de la sala.
-¡de seguro llego konan, iré a ver!
Sakura dándole a mebuki un pequeño beso en la mejilla y haciéndola sonreír, se retiró para ver que su amiga konan, que llegaba con yahiko y abrazaba a kiba como saludo al haberles dejado entrar. La peliazul vestía blusa y vaqueros ajustados junto a unas sandalias altas; los dos hombres vestían camisa, jean y zapatos a juego cada uno.
-¡por fin llegas!--expresó la ojiverde con una sonrisa en el rostro.
-¡jamás me perdería esta cena, saku…!—konan le pico un ojo, en complicidad.
Sakura sonrió asintiendo, igual cómplice.
Konan sabía el motivo de la cena, al igual que kakashi, yahiko y kiba. Los tres hombres habían estado de acuerdo en que se hiciera la revelación de esa manera: sobre la relación de sakura con el Namikase; convivir en familia era una muy buena idea, había dicho kakashi, sugiriendo la cena. Y donde por fin presentaría a su novia, bueno, sólo a sakura que no la conocía, y ahora a su hermana y sobrinos.
****
Después de media hora en la sala de estar, entre plática y preguntas curiosas por parte de los Haruno y hasta de yamato, quien también estaba presente, a la pobre de konan -que estaba roja como un tomate- había sido uno de los blanco en el que la curiosidad había atacado.
Kakashi había llegado a los diez minutos después de konan y yahiko, por lo que tanto sakura como los demás Haruno se habían interesado en conocer a Hanare. Una mujer muy linda y simpática, perfecta para él, pensó sakura al conocerla. Alegrándose por su tío, les deseó lo mejor en su nueva relación. Le había caído muy bien la mujer, y viceversa.
Después de eso ya se estaban acomodando en el comedor para servir la cena. En total, eran once personas las que estarían cenando, y cada uno se fue acomodando a su gusto.
Aunque aún faltaba el invitado más importante. El punto clave o la persona que, junto a sakura, comprendían el motivo de la celebración.
-oye, feíta ¿quién es ese que dijiste que vendría también a cenar…?—preguntó sai, mientras se sentaba a un lado de kiba y la miraba acomodar los platos con ayuda de las otras damas.
Pero antes de que sakura le contestara, el timbre sonó por tercera vez en la noche.
Sakura sintió que el corazón se le aceleró en el pecho al pensar que sería naruto, por lo que se disculpó con los presentes para dirigirse a abrirle.
Konan le regaló una sonrisa, y le susurro a sakura: “todo saldrá bien, tranquila”. Cuando paso por su lado.
Sakura tomando valor hizo la técnica de inhalar y exhalar mientras se encaminaba a la puerta. Cuando estuvo frente a ella, musitó para sí: —espero que todo salga bien.
Al abrir, se quedó sin aliento y embelesada por lo que vio, sonrojándose al instante con una sonrisa llena de ternura.
Naruto quien estaba parado y alejado de ella por unos tres pasos y frente al marco de la puerta, tenía una sonrisa de lado y su mirada azulada y hechizante brillaba con fascinación al mirarla de pies a cabeza. Sakura dejó que sus ojos esmeraldas admiraran al increíblemente atractivo hombre que tenía en frente: naruto vestía una camisa azul, como sus ojos color zafiro, la cual que le quedaba algo entallada en los brazos, haciéndole revelar las musculatura de los mismo, el cuello de la prenda era abierto dejándole al descubierto la piel bronceada y que hacía contraste con la prenda. Unos fabulosos pantalones de bota ajustada color marrón claro, correa de cuero negra, al igual que sus zapatos de marca italiana.
El cabello rubio lo llevaba como siempre, desordenadamente sexy. Pero, además de verse realmente guapo, se dijo sakura, embelesada, era el precioso detalle que llevaba en una mano siendo un ramo de flores de lirios entonadas de un morado maravilloso, y, en la otra, una botella de champan.
Naruto sin dejar de verla, sonrió divertido notando que ella estaba en un silencioso extraño trance viéndole, dio un paso quedando muy cerca de sakura, quien reaccionó sintiendo que dejaba de respirar el aire a su alrededor para perderse en la hipnótica fragancia de él al sentir los cálidos labios de naruto en una de sus mejillas seguramente ruborizadas, pensó avergonzada.
-que hermosa…--susurró naruto a su oído, para luego enderezarse. Naruto sintió a los segundos que ella lo abrazaba con suavidad. Correspondió sonriendo.
-tú, también te ves, bien…--alagó educada. “Está más que eso…realmente esta…esta comible”, pensó una parte de sí en su cabeza, sintiendo que su rostro entraba en calor agitó la cabeza dejando de pensar esas cosas.
Al separarse del abrazo la mirada de sakura dejó la azul tierna de él para quedarse embelesada en los preciosos lirios que él sostenía en una mano.
-así que por eso me lo preguntaste, ¿eh?—lo vio con ojos entrecerrados y suspicaces.
Ambos ladearon por unos segundos el rostro hacia donde estaba el comedor al escuchar las risas de kiba, yahiko y los demás, quienes estaban contando algunos que otros chistes alegrando a las damas que los acompañaban.
Naruto volvió a mirarla y se encogió de hombros, cerrando la puerta.
-sabes que les quiero dar buena impresión, nena—musitó.
Sonriendo le tendió el precioso ramo. Ella las tomó olisqueando y soltando un suspiro de fascinación.
-¿crees que después de hoy, salga al menos caminando hasta la puerta…?—bromeó él.
Sakura rodó los ojos y se encogió de hombros, aunque sintiendo que de nuevo la sensación de nervios volvía a ella.
Intentando ocultarlo, soltó un pequeño suspiro, y luego le sonrió; con un movimiento con la cabeza sakura le sugirió comenzar a caminar al comedor, y naruto la siguió detrás. Sin decir más. Ambos habían estado medio tensos por la inesperada situación.
Naruto no es que le aterrara conocer a la familia de sakura, a fin de cuentas ya conocía a los primos, y al tío: que es como si fuese el padre de sakura; para naruto el conocer a la familia de sakura, su ahora novia, es un paso muy importante además de formal, como la de toda relación cuando se va a un nivel avanzado. Y es que no tenían ni tres semanas de comenzar la relación -que además era secreta ante la vista del mundo, a excepción de unos que otros conocidos y muy cercanos de ambos- que ya estaban dando increíblemente ese paso tan importante.
Sakura creyó por un momento que a naruto, la idea de conocer tan pronto a su familia le resultaría inapropiado para él. Sabiendo que, apenas se estaba reponiendo en su vida al haber dado fin a un compromiso acordado por los padres del mismo, no debió parecerle magnifica la idea de ahora formalizarse de buenas a primeras con ella. Pero sakura se asombró y se alegró en saber que a naruto no le molestaba dar ese paso con ella.
No me siento presionado. Al contrario, quisiera conocerlos, le había dicho él cuando sakura le confesó muy incómoda el tener la inesperada presencia de su familia en el departamento.
Naruto sí se sorprendió primero, pero pensando que su vida había tomado un giro totalmente inesperado estando viviendo durante varios meses en konoha, sólo pensó que debía dejar de tomarse las cosas tan al pie de la letra y sólo dejar que el agua fluya por sí sola.
Aunque naruto no estaba del todo cómodo en ese momento, sólo deseaba y esperaba que lo aceptaran en la familia, porque ya nada o nadie lo detendrían en estar al lado de sakura. Ni aunque la madre de ella tuviera el carácter de los mil demonios, como le confesó sakura.
Ambos llegaron silenciosos al comedor, pero inesperadamente todos giraron el rostro -como si se tratara de una escena del exorcista- para verlos parados en la entrada: sakura con una sonrisa incómoda y las flores en mano, y naruto con un semblante sereno y la botella de champán.
Kakashi quien notando la tensión en el aire, sonó la garganta y se levantó de la silla, al igual que lo hicieron yamato, kiba, yahiko y sai. Éste miraba con interés al llegado, ya que estaba junto con su hermana.
-¡naruto, que gusto verte!—saludó con un apretón de manos el mayor y de cabello gris.
-kakashi-san…--. Naruto hizo lo mismo con una pequeña sonrisa para luego darle la botella.
-¡oh, siempre tan amable, pasa!—se disculpó para ir a la cocina.
Naruto ahora miró a yamato, quien lo abrazó para su sorpresa. Tensó dejó de estar poco a poco para responderle al gesto amigable del castaño.
-un gusto verlo de nuevo, yamato-san—anunció el rubio con educación.
-¡el placer es mío, muchacho!—sonrió yamato. Picándole un ojo a su sobrina quien sonreía al verlos.
-¡naruto, qué tal…!—saludó kiba con un apretón de manos al acercarse.
-¡naruto, que placer…!—ahora yahiko saludaba.
Akamaru quien salió como estampida de la cocina y a notar la presencia de naruto, comenzó a ladrar moviendo la cola como si le encantara verlo.
-¡parece que akamaru ya te quiere!—bromeó yahiko.
Kiba quien a un lado, le dio un lepe por su inapropiado comentario, seguido de yamato con una mirada de reprimenda, haciendo reír a los demás. Naruto sin llegar a molestarse sólo saludó al can con una caricia en el lomo, mientras sakura y konan negaban con la cabeza ante la escena de yahiko.
Naruto saludó a konan quien estaba sentada a un lado de donde estaba parado, luego saludando con educación a hanare, quiso luego se enteró que es la novia de kakashi.
Ambas mujeres se habían sonrojado por lo atractivo que era; sakura no pudo evitar sonreír irónica ante ese efecto en las de su naturaleza.
Al momento de que sai se acercaba para presentarse, salió mebuki con yuukimaro y kakashi trayendo la cena en utensilios de cocina, para dejarlos en la mesa.
-¿y este muchacho tan apuesto quien es…?—curioseó mebuki de verlo parado y conversando entre los hombres y su hija.
Mebuki se acercó a ellos, mientras sai estaba a su lado.
Sakura observó que todos tenían la vista puesta en el pobre de naruto que, la verdad, estaba asombrada y a la vez envidiaba en verlo tan relajado. ¿Cómo lo hace?...claro, si es todo un experto controlando a los demás, pensó internamente ella.
-eh…oka-san—la rubia la miro sonriendo—él es Naruto Namikase. Naruto, ella es mi madre, Mebuki Haruno—presentó, mirándoles como el rubio sonreía con gentileza y besaba los nudillos haciendo que la señora lo viera con interés y casi embobada.
-encantado de conocerla, Sra. Haruno—sonrió amable.
-…el gusto es mío, muchacho, digo, Namikase-san--musitó mirándole.
Sakura rodó los ojos, pensando que su madre también cayó en el embrujo de él.
-por favor, llámeme naruto--sonrió él.
Mebuki lo miraba curiosa, asintió sonriéndole. Por unos segundos pensó que se le hacía conocido, pero no lo recordaba. Sakura le extendió el ramo de flores que le había dado el rubio hace unos minutos atrás. Por lo que la mayor, sorprendida las miró.
-¿son para mí?
-sí, naruto te las trajo—comunicó—le dije que te gustaban los lirios, y pues…--se encogió de hombros, mirándolo de reojo.
-¡que gesto tan bonito, gracias, naruto-san!
Naruto sólo sonrió. Pensando en que sakura había exagerado cuando dijo que ella tenía un carácter de armas tomar. A él le pareció todo lo contrario.
Sai quien carraspeo su garganta hizo que sakura lo mirara arqueando una ceja. Para luego reaccionar y decir: —ha, naruto, él es mi hermano sai. Sai, él es naruto.
Naruto miró al moreno quien le extendió una mano como apretón. Pensando que por fin conocía a sai.
-un gusto, Naruto Namikase—dijo con suavidad y educación. “Vaya. Qué casualidad que conozcas a mi hermana”, pensaba, fisgón y sorprendido sai al ver al rubio al frente suyo. Ya sabía quién era debido a que siempre se informaba por las noticias. Y claro, quién no sabía quiénes eran los Namikase en el país.
Pero aun así sai estaba curioso en que conociera a sakura.
-entonces, eres un amigo de saku—mebuki dejó de mirarlo para ver a su hija, sonriendo--¡vaya, hija, ahora entiendo cuando me decías que todos pasan la lista de galanes!
Y ese comentario la hizo sonrojar y bajar la cabeza avergonzada, y haciendo reír a los demás, mientras el rubio sonreía divertido. Akamaru ladró, moviendo la colita. Mebuki se había retirado para dejar el ramo en un florero de la cocina. Para luego con ayuda de kakashi, hanare y konan comenzaran a servir la cena en los platos sobre la mesa.
-¡oye, yo soy yuukimaro. Mucho gusto, señor!—se animó el mini-rubio.
Naruto sonrió en medio de las risas a su alrededor y extendiendo su mano a su cuñadito. Sus ojos eran como los de sakura, pensó curioso.
-¡un placer, yuukimaro!—soltó divertido naruto. Yuuki asintió, sonriendo y mirándolo con una pizca de curiosidad—ya te quería conocer…
-¡bueno, me alegro conocer otro de los tantos amigos de oneechan!—se cruzó de brazos, mirando como akamaru le lamia la mano a naruto.
Pero este se incomodó por lo que había dicho, e incluso los que sabían la verdad, se miraron entre ellos con disimulo.
Sakura al escucharlo, se situó a un lado de naruto quien le
sonrió, y no pasó desapercibido por algunos.
-oka-san, yuuki-chan, sai-niisan…tengo que decirles algo—ella dijo con suavidad.
Los mencionados la miraron con interés y, a su vez, veían como naruto tomaba la mano de sakura y la entrelazaba con la de ella. Sai arqueando una ceja, había estado utilizando la lógica. Ya predecía algo como lo que iba a decir su hermana a continuación.
-verán…yo…naruto y yo…
-sakura y yo estamos saliendo—habló naruto—soy el novio de sakura, y es un placer conocerlos—aportó con suavidad, mirándolos tranquilamente.
Sakura lo miró agradecida y algo sonrojada.
-oh…--fue lo que dijo mebuki. Sorprendida por la noticia y dejando de servir.
Yuukimaro los miro sorprendidos también y, sai sólo denotaba tranquilidad en su rostro. Aunque por dentro estaba estupefacto y enojado por afirmar a sus sospechas.
El silencio reinó en el lugar, poniendo a la pareja algo incomoda, pero aun así no se habían soltado de las manos.
-bueno, creo que deberían tomar asiento para comenzar con la cena…—aporto mebuki. Tratando de eliminar la tensión en el lugar.
Ella también se había perturbado por saber que su hija andaba de novia, y estaba enojada por no habérselo dicho. Pareciéndole extraño ello ya que sakura siempre le contaba todo. Ahora, tenían una cena pendiente y no podían dejarla sin siquiera empezar, ya que era de mala educación. Ya después le pediría una explicación más detalla a sakura, pensó.
La cena transcurrió con normalidad.
Al principio, en un incómodo silencio. Pero al pasar los minutos se fue disminuyendo la tensión con los chistes que kiba y yahiko compartían haciendo que sakura les lanzara miraditas agradecidas por ello. Incluso yamato agregó en la cena sobre los planes que tenía en mente para realizar un campeonato de fútbol haciendo que los varones presentes se interesaran; aunque más Yuukimaro -le encantaba ese deporte. Kakashi había compartido sobre su relación con hanare al igual que ella quien conversaba muy animada con mebuki.
La cena consistía en un estofado de ramen para empezar.
De seco había arroz, pollo al horno y ensalada de verduras. Vino tinto y champan era con lo que degustaban el banquete. Estaba realmente delicioso todo, le habían felicitado a la Haruno mayor quien agregó que también ayudaron su hija y kibita, como le dice. Naruto le había confesado a su suegra que agregaba el ramen como uno de sus platos favoritos, el que ella o sakura preparaba, claro.
Ella se contentó al escucharlo.
Habían pasado unos quince minutos y todo estaba en armonía. Algunas que otras veces sai o yuuki le lanzaban miradas inseguras a naruto quien se había mantenido al margen durante la cena. Platicando y respondiendo sobre algunas cosas que le preguntaban de la empresa, incluso sobre la campaña de mañana. Mebuki se había enterado que naruto, era el mismo naruto hijo de Minato Namikase, de las empresas The Namikase’s. Era su copia, había dicho ella. Como también se reveló que naruto es el director general de la pequeña empresa ahí en konoha, la verdad, mebuki se había sorprendido en volverlo a ver; había cambiado mucho -en el buen sentido- y más se sorprendió
por recordar que ahora él salía con su hija.
Vaya casualidad, dijo.
Como lo había dicho sai.
-y después de que den a conocer el producto, ¿qué harán?...ya sabes, ¿qué sigue?—pregunto curioso yamato.
Los demás comían y prestaban atención.
-bueno, después de presentar el producto de la campaña se deberá publicar el mensaje junto con el mismo producto para llamar la atención de los consumidores—respondió después de beber de su champan.
-¿cómo así…?—preguntó ahora yahiko. No había entendido muy bien. Por lo que kiba rodó los ojos haciendo que konan soltara una risita burlona.
-me refiero a que se deberá publicar anuncios digitales que cautiven al consumidor. Entonces, verificando las gráficas que el mismo obtenga, se procederá a surtirlo en grandes cantidades para comenzarlo a distribuir, principalmente, a los clientes fijos o socios de la compañía en Tokio…ya luego se hará con los que contraten con el producto, en el resto del país o incluso en el extranjero—respondió con tranquilidad y profesionalismo.
Naruto estaba siendo observado por todos con interés mientras había estado hablando y aclarando la duda de yahiko; sus palabras era ricas y persuasivas. Sakura quien estaba a su lado, sólo sonrió bebiendo de su copa con vino.
-¡excelente, ya quiero verla!—expresó con una sonrisa konan.
-¡claro! Luego me darán crédito de algo por la maravilla creada. Salud—bromeó y levantó la copa kiba. Haciendo reír a los demás y brindar.
***
La cena terminó entre las pláticas que impartían entre ellos, incluso sai y yuukimaro se habían unido entre risas.
Recordando cosas del pasado. Hanare se había despedido rato después, agradeciendo por la cena y lo bien que se la había pasado. Yamato, poco después se retiró ya que tenía que madrugar. Los chicos: yahiko, kiba, konan e incluso akamaru estaban sentados en la sala, platicando. Mientras mebuki, sai, yuuki y, la pareja NaruSaku estaban parados a un lado de la puerta de salida. Ya naruto se iba a su departamento; quería despedirse antes.
-me dio mucho gusto conocerte, naruto-san. Me hubiera gustado ver de nuevo a tus padres—habló mebuki con una sonrisa en su rostro. No podía negar que se alegraba en verlo después de tantos años, y también ya que había tenido una buena amistad con los padres de él, y ahora que era su nuevo yerno, no podía desatenderlo. Es muy guapo y educado, pensaba.
-el gusto fue mío, mebuki-san. De verdad le agradezco por la cena—le volvió a besar los nudillos, como todo gesto educado. Sonriéndole—y lamento si les cayó de sorpresa la noticia de que sakura y yo estamos saliendo…la verdad, es que pasó cuando menos lo esperábamos—confesó, mirándola con sinceridad.
Mebuki asintió sonriendo—no te preocupes, muchacho. Solo espero que la cuides.
Naruto asintió teniendo un semblante serio--. Lo prometo--musito mirándola a los ojos.
Mebuki asintió complacida.
-no negaré que me sorprendió la noticia, pero si la feíta quiso seguir adelante, por mi bien—habló sai encogiéndose de hombros, y mirándolo con tranquilidad.
Aunque haya aceptado que sea su cuñado vería cómo hacer para mantenerlo vigilado. Quería mucho a su hermana como para verla de nuevo derrumbada con el corazón roto.
Naruto asintió agradecido.
-¡juum…!—yuukimaro se cruzó de brazos--¡no mentiré, no me agrada el que saku-chan tenga novio y menos uno que no conozco!
Los que estaban en los muebles llevaron su vista a ellos cuando escucharon al mini-rubio.
-pero ya que estoy aquí, no dejare de vigilarlos…!—informó sínicamente con seriedad.
Sai sonrió de lado al escucharlo. Ya tenía como vigilarlos, pensó divertido. Mebuki lo miró con el ceño fruncido, en reprobación. Sakura… Bueno, ella le dio un dulce coscorrón haciendo que sus primos rieran por lo bajo y akamaru ladrara uniéndoseles.
-¡¡aay, eso dolió…!!
-¡deja de estar diciendo tonterías, yuuki-chan. No vigilarás a nadie, si te veo haciéndolo te juro que…!
-déjalo, sakura-chan. Ya se le pasará—opinó naruto. Viendo como yuuki enojado, se retiraba a los muebles sobándose la cabeza—lo entiendo. Yo también reaccionaria así, si sucediera lo mismo que con mi hermana. “O peor”, pensó para sí.
-ese jovencito no aprende--negó con la cabeza dejando de mirarlo, para mirar a sus hijo y al rubio frente a ella--bien. Iré a recostarme porque estoy cansada. Gracias por las flores, hijo—mebuki se despidió de ellos para hacer lo mismo con sus sobrinos y entrar a la habitación de su hija.
-fue un placer, naruto. Yo también me retiro—anunció sai.
Sonriendo y estrechando la mano al rubio, quien gustoso le correspondió. El pelinegro miro a su hermana y le dio un beso en la mejilla antes de irse hasta donde estaban sus primos haciendo enojar a yuukimaro, que estaba rojo lanzándoles manotazos. Mientras konan negaba divertida al verlos.
Naruto llamó la atención de la pelirosa al tomarle una mano, por lo que ella lo miró con una sonrisa en los labios.
-parece que no nos fue tan mal…--musitó él. Acariciándole una mejilla—me alegro en conocerlos por fin, nena.
-a mi también me alegra, naruto…me alegra que todo salieran bien--musito feliz. Sakura sentía que su corazón se aceleraba por cada segundo en que estaba acerca de él--pero te pido disculpas por el berrinche que hizo yuuki-chan...es algo resentido--torció los labios.
No sabía por qué era tan celada por sus hermanos, pero debía admitir que la querían mucho.
Naruto sonrió para inclinarse un poco, y con suavidad rosarle los labios. Acelerándole el corazón y haciéndole sonrojarse. Sakura se preguntaba por qué la hacía sentirse de esa manera… Tan de maravilla.
-¡ey, ey, todavía estamos aquí, tortolitos…!—bromeó kiba al verlos en un escenario romántico entre ellos.
Sakura rió por el comentario, mientras naruto rodaba los ojos, y lanzándole una mirada de intensa molestia por la interrupción al castaño, pero sonrió al segundo. Los demás rieron al ver como yuukimaro le lanzaba una mirada matadora a yahiko y a sai quienes lo estaban molestando por haber preguntado por la hermana de Konan -había olvidado el pequeño detalle que ellos estaban presentes. Konan reía al verlos.
-princesa, ven, vamos afuera—susurró mirándola—quiero darte algo—anunció.
Naruto abrió la puerta y antes de salir, se despidió de los demás. Sakura avisó que ya regresaba, por lo que yuukimaru sintiendo que su lado perspicaz se activaba, se levantó con la intensión de espiarlos. Hora de trabajar, se dijo.
Pero sai y kiba reaccionaron apresándolo y haciéndole cosquillas para que un akamaru -dispuesto a participar- se lanzara a los tres mordiendo y lamiéndolos. Y haciendo añicos los planes del menor.
Sakura estaba curiosa por lo que naruto le había dicho. “Qué será”, pensó interesada al salir del departamento con él. Medio cerró la puerta para pararse volverse frente a él--¿qué sucede, nar…
Fue interrumpida, ahogando un jadeo al sentir como los ardientes labios de naruto habían apresado los suyos; de una manera intensa, lenta y apasionada. Correspondió a los segundos ya que la había tomado por sorpresa. Como costumbre de él. Llevó sus manos al cuello de él para enterrar sus dedos en los sedosos cabellos dorados de él; desde nomás verlo llegar había querido hacerlo. Naruto quien la tomaba de la cintura con una mano, buscó de su bolsillo derecho, con la mano del mismo lado y que tenía desocupada para sacar una pequeña caja de terciopelo, en blanco, la cual tenía un listón verde con un pequeño lazo, sin dejar de besarla con ardor.
A los segundos se separaron tomando aire, pero sin dejar de estar cerca del otro. Mirándose con ternura y un leve sonrojo estaban ambos.
-moría por hacerlo—susurro él, pegando su frente a la de ella.
Naruto dio dos pasos hacia atrás para mostrarle lo que se había sacado del bolsillo. La ojijade llevó su mirada a la pequeña caja en la mano derecha de él, por lo que curiosa lo miró de nuevo.
-¿qué es?—sonrojada, sonrió divertida e interesada en saber.
-¿por qué no lo averiguas tú…?—extendió el objeto hacia ella.
Naruto con una sonrisa de lado y curioso, vio como sakura desenredaba el lazo, con claro interés y curiosidad, para al quitar la tapa de la misma, abrir los ojos al igual que su boca: se trataba de una gargantilla con un corazón el cual tenía diminutas figuras o garabatos del color dorado, siendo oro, estaba cubierto en todo su al rededor como detrás del mismo, estaba echo de oro blanco. Este precioso, pensó conmovida. Parpadeó mirándolo sorprendida y sonrojada.
-¿te gusta?
-¡es, es precioso, naruto!—exclamó.
Sakura lo abrazó con alegría y ternura. Naruto la rodeó con sus brazos para apretarla más a él, con una sonrisa en su atractivo rostro. Su corazón daba saltos y saltos como loco sintiendo una calidez tan satisfactoria en todo su cuerpo, pero más en su alma. Sakura por su lado, estaba tan feliz en esos momentos. Sentía que en su ser albergaba un cúmulo de alegría que de solo gritar: podría estallar en millones de colores… Así como un arcoíris.
-esta precioso, de verdad, pero, no te hubieras molestado—musito al separarse, mirando de nuevo el precioso collar en la cajita de terciopelo. Realmente estaba sorprendida por el detalle. Se veía muy costoso.
Naruto frunció el ceño—lo hice porque quise, nena…además, tengo como hacerlo—le acarició una mejilla haciendo que ella lo viera, aun con el asombro en sus brillantes ojos.
Naruto estaba cautivado.
La pelirosa, en silencio sacó el collar de la cajita y miró el precioso y brillante corazón en la palma de su mano. No era ni tan grande ni tan pequeño. Era perfecto. Observándolo bien, en los bordes del mismo se apreciaba una línea que dividía el corazón en dos.
-ábrelo…--susurró el rubio adivinando su intensión. Se llevara una sorpresa, se dijo.
Ella le obedeció y, al hacerlo, se quedó sin aliento. Sintiendo como su corazón aporreaba sus costillas y su rostro ardía. Lo miro aún más maravillada. Dentro del corazón había una dedicatoria escrita en letras doradas siendo oro, perfecta y delicadamente esculpida, que decía:
“Para la Mujer más Hermosa, que se adueñó de mi Corazón”
Sakura se mordió el labio de ansia. Cielos, naruto sí que la dejó muda… Mentiría si decía que alguien le había hecho un regalo así. Tan hermoso y sincero. Tan increíblemente romántico. No sabía que él lo fuera tanto.
-es, es lo más hermoso que alguien jamás me dio…--balbuceó, acariciando con toda la ternura que podía el precioso detalle.
Naruto sonrió sintiéndose orgulloso por ello, no lo podía negar. Y no lo haría, se prometió.
Le tomó con suavidad las manos de ella al ver que temblaban; con su fascinante voz, dijo en tono dulce: -¿puedo…?
Ella sonrojada y en silencio, asintió con una sonrisa tierna.
El rubio tomó la gargantilla de sus manos para luego colocarse detrás de ella, quien se sentía nerviosa en esos momentos. Pero eran unos nervios fantásticos los que la albergaban.
Naruto con suavidad, le acomodó el cabello a un lado para extenderle el collar alrededor de su cuello con sus manos, y haciendo que ella pegara un pequeño respingo al sentir rosar los dedos de él por la piel de su cuello, provocándole esa exquisita corriente en su piel. Se mordió el labio, sintiendo alegre.
-me gusta como brilla el oro en tu piel—le susurró con voz seductora al oído. Para luego dejar un pequeño pero dulce beso en la zona.
Sakura sintió que las rodillas le temblaron.
-te queda precioso—dijo al estar frente a ella. Sakura sonrió con timidez, mientras acariciaba el corazón, mirándolo a él.
-esta precioso—susurró--¿cómo?, ¿cuándo lo compraste…?—preguntó con curiosidad. Ya que no recordaba que él haya ido a una joyería. O bueno, eso recordaba. Sakura llevaba muy bien la muy llena agenda de su jefe.
-…la verdad, no lo compre yo—las facciones de su rostro eran serenas—había tenido la idea de regalarte algo. Pensé en flores pero luego dije que serían muy comunes. Quiero darte lo mejor. Entonces, recordé que mi padre le había regalado un brazalete a mi madre cuando estuvo aquí. Dicen que unos de los mejores artesanos está aquí en konohagakure—se encogió de hombros.
Sakura escuchaba sin dejar de mirarlo, sorprendida y agradecida.
-yuki me ayudó en esto—sakura se sorprendió al escucharlo
—le había comentado sobre el tema del joyero. Me dijo que ella vivía cerca de la joyería, por lo que se ofreció. El viernes le di el encargo, ya que tardaba unos días en estar listo. Y pues, hoy me lo entregó—sonrió y se le acercó para acariciarle el cabello.
Naruto confiaba el Yuki, había sido la primera persona quien le había recibido y ayudado el primer día desde su llegada a la empresa.
Vaya, jamás imaginó a yuki en que contribuyera en algo como eso, pensó sakura. Sabía que ella los apoyaba en su relación pero verla como cómplice de naruto en hacerle un regalo. Le parecía divertido ello, admitió. Ya mañana le agradecería, pensó luego.
-quiero que lo uses mañana, princesa, quiero ver como resplandece mi corazón en tu preciosa piel--pidió, mirándola con sus azules ojos de manera intensa mientras le acariciaba una mejilla.
-está bien…--balbuceó embelesada—gracias, naruto…gracias por todo esto. Por estar aquí—lo abrazó del cuello—…aquí conmigo—le miró los labios. Muriéndose de ganas por volverlos a probar.
-no veo donde más deba estar…--besó su frente, como una tierna y abrazadora caricia.
Pero sakura quiso que lo hiciera en los labios. Pero a los segundos se tragó sus pensamientos al sentir que le besaba sus labios. Esos labios de él se han vuelto su adicción. Como la de naruto. Esa rosada boca le hace perder la cordura, envolviéndolo por completo en perderse en el dulce sabor de su cálida y exquisita esencia. Jugando, batallando con su lengua se proponía él. Esa es la centella que traspasa su alma para dejarla perdida en el deseo de resurgir por una nueva lucha más intensa.
-Mmm-. Dejó salir sakura, dejándose devorar la boca.
Mientras naruto encantado la mantenía celosamente envuelta entre sus brazos.
Continuará...
Hola por acá, espero y les guste este capitulo, pronto subiere la siguiente parte. Saludos.
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Re: ¡Esa Mujer!(+18)-Capítulo 38-La Campaña/Parte II 11/04/18
Capítulo 38-La Campaña/Parte II
La preciosa mañana se asomó en konoha, iluminando montañas, edificios, calles y vecindarios de la misma, con sus cálidos y radiantes rayos naturales.
Hoy, sería un día normal para cualquier ciudadano del Estado que anduviera laborando o descansando en su hogar; sin embargo, para ciertas personas sería uno muy importante. Hoy se celebraba la presentación de la Campaña de la producción impartida por los dirigentes de la empresa de cosméticos Namikase’s la cual será guiada por el primogénito de la familia, Naruto, siendo su primer papel protagónico como tal en una. A pesar de tener la experiencia de estar y aportar alguna que otra opinión en las anteriores realizadas en Tokio, con su padre al mando y él como sustituto, ésta sería diferente en su totalidad.
En la residencia ‘El Umbral’, precisamente en el piso cuarto, departamento número quince, los inquilinos del mismo se encontraban desayunando con mucho entusiasmo y algo de ansias. Todo debido al tema de la campaña que, a solo unas pocas horas comenzaría el fabuloso festejo.
En la sala-comedor se encontraban los caballeros del lugar degustando un riquísimo festín que la Sra. Haruno les había preparado muy temprano, siendo beicon acompañado de un omelette de huevo con vegetales junto a un batido de frutas y avena, y café también. Todos probaban cada bocado como si fuese un manjar del cielo.
Mebuki tenía muy buenos dones culinarios, y eso porque desde que era una niña junto a su fallecida hermana tsume, aprendieron de su madre: el arte de la cocina.
-¡esto esta delicioso, tía, que bueno cocinas!—alagó yahiko dando un buen trago al batido.
-¡como extrañaba tus comidas!—ahora, kiba hablaba terminando su desayuno. Él vestía un elegante traje negro de corbata y unos zapatos negros a juego. Muy apuesto se veía para la celebración.
-es cierto, mebuki…deberías de visitarnos más seguido—kakashi le guiñó un ojo. Mientras le daba un sorbo a su café negro.
Mebuki escuchando los comentarios y halagos de los caballeros sobre sus dotes culinarios sólo negó divertida y agradeció por los buenos cumplidos. Sai quien encontrándose presente con ellos en el desayuno, también lucía un elegante traje azul oscuro de corbata. No sabiendo sobre la celebración tuvo que usar uno prestado; kakashi era de su talla.
-oye, oka-san, ¿y qué tanto se tarda oneechan?
Yuuki quien estaba sentado a un lado de kakashi, miró a su progenitora, que ahora se acomodaba del lado izquierdo de yahiko para comenzar a desayunar.
-¿piensa ir a una fiesta lujosa o qué?
Sai y los demás le prestaron atención al escucharlo.
-no es sólo una fiesta lujosa, yuuki. Es una velada muy
importante para la empresa donde tu hermana trabaja. Para ella es muy importante verse bien, ya que forma parte importante de la misma—aclaró el peli plata, mirándolo con una sonrisa. Los demás comían con tranquilidad.
Yuukimaro torció los labios: --¡sí, claro!…de seguro quiere verse bien no para esa fiesta, sino más bien para su novio—corrigió para sí el rubio, para luego seguir con su desayuno, soltando un suspiro de mala gana.
Mebuki gruño lanzándole una mirada aterradora que lo hizo encogerse de hombros, mientras sai, kiba y yahiko negaban divertidos.
Es un celoso, pensaron los dos últimos.
Kakashi lo veía con gracia, diciendo para sus adentros que su sentido protector lo heredó de su padre.
-no me gusto el saber así como así que ella tenga un nuevo novio… cuando ni siquiera ustedes lo conocían, es un extraño… ¡Y quieran o no, no cambiaré de opinión!—se quejó indiferente y pinchando con un cubierto su comida. No le había caído bien esa noticia. Pero ya se encargaría de vigilar a ese naruto. Se encargaría de mantenerse al tanto del cómo trata su bella hermana. Eso haría, pensó para sí.
-¡yuuki-chan!, olvídalo y mejor comer porque si te sigues dando mala vida te podrías ahogar mientras comes—reprendió su madre, mirándolo con seriedad—además, como había dicho, sakura ya está grandecita como para a estas alturas estarle prohibiendo cosas que ella misma sabe que son buenas o malas—habló para proseguir a comer.
Mebuki sabía que tendría un dolor de cabeza con ese jovencito, pero de algún modo le haría ver que a pesar de desconfiar de naruto, por no conocerlo del todo, debía saber que no todos los hombres pagan igual.
Y eso, ella esperaba de él
Mientras eso pasaba en la sala-comedor…
En la habitación de la preciosa chica de cabellos rosa, se encontraba ella mirándose al espejo de su armario, con los ojos de par en par, notándose en ellos un brillo entre asombro, pasmo, y maravilla. Se encontraba parada frente a su closet viendo el reflejo de sí misma. Sonrió divertida, al recordar…
--Flash Back—
-¡saku, te queda estupendo!… ¡debes llevarlo!—dijo con emoción konan. Viendo como sakura se miraba, pasmada y ruborizada, al espejo del probador de una tienda de vestidos al centro de la ciudad.
Sakura se había tomado la libertad de irse de compras con sus dos amigas a la hora del almuerzo, ya que no sabía qué ponerse para el evento de mañana.
-sí, es muy lindo, y atrevido…para mi gusto—murmuró
sakura por lo bajo--pero… ¡vieron el precio. Esta carísimo…!—se quejó atónita, mirando la pequeña etiqueta que colgaba a un lado de la prenda. Ni con el sueldo que ganaba se podría comprar vestidos así.
Siendo un precioso vestido de diseño, es obvio, pensó un poco deprimida.
-jaja no te preocupes, sakurita. ¡Será un regalo de nosotras! ¿Verdad, konan?—anunció anko, mientras pasaba un brazo por los hombros a la mencionada.
-pero…
-¡nada de peros, saku! Debes llevarlo…dejaras sin aliento a naruto. ¡Ya verás!—le picó un ojo divertida.
-¡woo!, querrás decir: a todos los machos presentes!—se carcajeó anko, y haciendo que le siguiera konan negando con la cabeza. Sakura las miraba sonrojada hasta las orejas y se miraba de nuevo al espejo. Para luego sonreír divertida con ellas.
--Fin del Flash Back--
Esas dos la habían secuestrado, literalmente, para llevársela de compras, porque, según la dramática de anko, debían buscar un buen trapo para lucirlo -claro, que de buena calidad. No había logrado convencerlas en pagar parte del costoso vestido por lo que se tuvo que resignar en llevarse otro para la velada en suna, ya que tampoco tenía para ese día. Y que la tenía intrigada. Sakura había olvidado el que debía viajar al día siguiente con naruto.
La verdad era que sakura no sabía si realmente la que estaba parada y mirándola frente a ella…era ella misma. Y no era por exagerar pero sakura se admitía que se veía irreconocible. Imposible que fuese ella, pensaba maravillada pasando su verdosa mirada de arriba abajo, inspeccionándose cada detalle.
Sakura vestía un preciosísimo vestido en tono rojo vino hecho de crepé tipo seda, muy suave y ligero. En la parte superior, el escote era en forma de corazón el cual se ajustaba a la perfección a sus pechos dándole volumen, aunque sin exageración, también moldeaba con delicadeza su pequeña cintura y, a la vez dejando apreciar sus anchas caderas. Sobre cada hombro colgaba una fina tira que sostenía la prenda la cual bajaba con gracia por los lados de su fina espalda, dejando ver con claridad un atractivo y provocador escote el cual terminaba en corte ovalado, en lo bajo de su espalda. La falda o parte baja del vestido era suelto y caía con sencillez cubriendo por completo sus piernas y pies; aunque al caminar, se descubría un tentador y sensual tajo en el lateral derecho. También llevaba puestas unas fabulosas sandalias de aguja en color plata, unos pequeños aretes del mismo color adornaban sus orejas.
Su cabello estaba envuelto en un moño de trenza de pescado medio bajo, teniendo un toque de elegancia y a su vez de naturalidad, dejando algunas hebras sueltas y rizadas, al igual que un fleco de lado cubriendo parte de su frente. Su hermoso y delicado rostro estaba maquillado con mucha delicadeza. Sus ojos en forma almendrada estaban cubiertos por una capa de sombra clara, y a su vez, una neutra en tono gris suave y un poco de negro. Sus pestañas estaban alargadas perfectamente con la máscara de rímel y el delineado de los bordes de sus ojos que tenían, hacía ver su mirada verde esmeralda, muy cautivadora y hechizante. Sus pómulos se definían con maravilla por el rubor suave que los cubría, y sus delicados y carnosos labios estaban delineados con exquisitez por un rojo carmesí haciéndolos ver atrayentes.
Era otra, se decía para sí. Tenía parada mirándose su irreconocible reflejo desde hace ya unos cinco minutos, o sino más.
Sí.
Parecía una vanidosa pero no había parado de contemplar el maravilloso trabajo que su amiga konan había hecho con ella. La peliazul tuvo la idea de quedarse a dormir para ayudarle con unos toques. Pero, vaya toques, pensó sakura al verificar que no hubiera exagerado. No había salido de su habitación desde hace ya más de dos horas. La mandona de konan había exiliado a todos de la habitación para que no espiaran el resultado de su trabajo.
Toda una obra de arte, dijo ella cuando terminó.
Sakura suspiró. Acomodando un poco el fleco en su rostro.
¿Cuál sería la reacción de naruto al verla? ¿Le gustará verla así…con esa apariencia atrevida, seductora? Eso había estado preguntando ella desde el momento en que había comprado el vestido. Estaba sonrojada, incluso, su rostro le hacía juego con su vestimenta. Pero lo que la hacía sentirse encantada, principalmente, de todo lo que vestía… Era el precioso collar que colgaba Perfectamente en su cuello. Se había enamorado de él cuando lo sostuvo en su mano, y el cómo éste tenía tallado: Era la dueña del corazón de naruto. El lindo y carísimo obsequio -porque de eso sakura estaba segura- había impresionado a todos en el lugar cuando ella lo mostró en su cuello, la noche anterior. Sonrió enternecida y mordiéndose el labio de sólo imaginar el rostro de naruto cuando se lo vea puesto, ya que ese había sido su petición.
Y claro, ella siendo obediente…lo complacería.
La puerta de la habitación se abrió siendo konan que estaba envuelta en un paño; había tomado una buena ducha para refrescarse.
-jaja ¡quién diría que sakura haruno es toda una vanidosa!—bromeó mirándola y dirigiéndose a la cama donde estaba su ropa. Sakura se echó a reír—los chicos ya están terminando de desayunar. Deberías comer un poco más—dijo mientras comenzaba a vestirse.
-¡no sabía que mirarse al espejo era ser engreída, baka!—reprochó, divertida, mirándola por el espejo—ya comí, konan…oka-san me dio a probar del batido--se giró para caminar hacia ella--¿estás segura de que no quieres venir?—tomó asiento con mucha delicadeza al borde de la cama, mirándola vestirse.
-no, gracias. Ve tú, ¡y sólo fue medio vaso, saku, eso no es alimento!—reprendió. Para sonreír al verla hacer un tierno puchero, mientras se vestía un vaquero prestado de ella—prefiero terminar de ayudarle a sasame con los arreglos… ¡recuerda que hoy cenaremos en el local!—tomó el peine de la mesita de noche, a un lado de la cama.
-¡cierto, hoy por fin abriremos el restaurant!—sonrió al recordarlo.
Ella había tenido la idea de inaugurar la apertura del mismo para después que terminara la presentación, con una cena junto a algunos amigos de la empresa y su familia, claro.
Mebuki sabia del local e incluso la llevó a conocerlo cuando había sido secuestraba por sus amigas el día anterior. Mebuki se había alegrado mucho por su hija, ya tendría una buena administración en cuanto a su economía.
***
Después de media hora…
Tanto sai como kiba estaban listos en la sala esperando a que sakura saliera. Se estaban impacientando, ya que no la habían visto en lo que duró el desayuno y, la verdad, las mujeres son unas problemáticas en lo que se trate de temas de ropas, maquillajes, fiestas y bla bla, dijeron ellos.
Kakashi y yahiko se irían a la ferretería como si fuese otro miércoles por la mañana. Pero se estaban retrasando sólo para ver a la pelirosa y desearle mucha suerte. Mebuki se quedaría en el departamento arreglando algunas cosas, mientras yuukimaro iría a entretenerse con su tío y primo.
Todos habían sido invitados, por muy a pesar de ya haberse entregado las invitaciones con anticipación y, solo a socios, clientes y trabajadores; naruto podía ordenar al encargado de las entradas que los dejaran pasar a su nombre. Pero kakashi no podía dejar de trabajar, yahiko menos, y pues, mebuki y yuuki no habían traído ropa para ese evento.
-sasori me escribió—habló kiba mirándose al espejo de la sala y acomodando su corbata negra de seda—ya llegó con ayame, me dijo que los invitados ya estaban llegando.
-la feíta se ha tardado un poco, ¿no?—sai miró a su madre.
Ésta se encogió de hombros, sentada en uno de los muebles junto a yuuki y kakashi, quien leía su “Preciado” libro -Para pervertidos, ejem- Aunque estaba oyéndoles.
-¡la iré a buscar…!—se levantó yuukimaro dispuesto a sacar a su hermana de la habitación, que ni sabía por qué tanto esmero en arreglarse.
No es que no quisiera que se viera bonita, porque ya lo era, pero sabía que ella se estaba poniendo ¡Súper Bella! para ese naruto, pensaba con celos. Pero de la habitación salió konan ya arreglada, y con una enorme sonrisa en su bonito rostro.
Los que estaban en la sala llevaron sus miradas intrigadas y otras impacientes a ella.
-¡enhorabuena, mujer…!—alegó yahiko. Konan rodó los ojos.
-¿dónde está sakura?—preguntó kiba, mirándola, mientras tenía su móvil en mano.
-cálmense todos…les aviso—konan los miro con seriedad, llamando sus atenciones—no quiero que armen un escándalo por lo que están a punto de ver…--dijo divertida para girarse y asomar el rostro a la habitación.
Kiba suspiró, “por qué tanto drama?”, pensó inquietado.
-¡damas y caballeros, les presento a mi obra de arte…!—eufórica, se hizo a un lado para señalar como se asomaba por la puerta de madera parte del vestido rojo, a los segundos se dejó ver a la pelirosa de espalda, girándose hacia ellos con toda la calma que tuvo.
Tanto kiba como yahiko se tornaron rojos con la boca abierta, tapándose cada uno la nariz, mientras kakashi dejaba su entretenida lectura para parpadear, atónito y asombrado al igual que sai, y yuukimaro tenía la mandíbula desencajada y algo ruborizado. Mebuki por su parte, se sorprendió y maravilló al ver a su hija.
Sakura quien había cerrado la puerta volteándose para encontrarse con las miradas estupefactas, asombradas y lo que le sigue de los presentes, los miro extrañada y nerviosa. Ladeó el rostro a un lado, donde estaba konan sonriéndole.
-¿q-que sucede…?—se sonrojo. Para escucharla reír al ver su reacción. Miró de nuevo al frente y vio a mebuki levantarse, mirando a sus sobrinos con una venita en su frente, al ver que los ojos de estos casi abandonaban sus órbitas, les dio un lepe a cada uno para que reaccionaran y haciendo que se quejaran, avergonzados.
-¡par de pervertidos dejen de mirar a su prima de esa manera!… ¡degenerados!.
Sai y yuuki tenían gotitas en su sien. La rubia se volteó hacia ella, ahora con una sonrisa brillante y acercársele.
-¡estas hermosísima, hija. Te vez toda una mujer!—la abrazó. Sakura le correspondió en seguida. Sonriendo.
-soy una mujer, oka-san—Irónica, rodó los ojos, mirando como konan le mostraba el dedo pulgar de su mano derecha. Akamaru apareció ladrando y moviendo la cola.
Kakashi sonando su garganta, se levantó del mueble dejando a un lado el libro. Caminó hasta ella con seriedad y haciendo que ella se tensara.
-sakura…
“Oh, oh, esto será grave”, pensó sakura viéndolo.
-¡eres toda una mujer encantadora…!
Sakura sorprendida y agradecida por las palabras, correspondió al abrazo de su tío. Era como un padre para ella. Luego, con delicadeza kakashi la tomó de una mano para darle una vuelta, haciéndola reír al igual que a las damas presentes.
-¡espero y te diviertas, florecita!—sonrió acariciándole una mejilla ruborizada. Ella asintió, nerviosa. Desvió la brillante mirada a sus primos quienes les sonreían, rojos del asombro, mostrándoles un pulgar dándole la razón al peli plata.
-¡nada de eso!… ¡oneecha, tú no irás vestida así para esa fiesta!
Yuukimaro quien había reaccionado al verla, tan, tan hermosa, más que eso, pensaba. No podía dejar que cualquier “cretino o baboso” le ponga una mano encima. No mientras esté él.
-¡ese vestido es muuuy inadecuado. Es inaceptable!—se paró cruzado de brazos al frente de ella, de su tío y su madre quien la miro de reojo. Konan suspiró mirándoles.
Sakura lo sabía, por eso se había tardado en arreglarse. Cuando se el vestido y se vio al espejo sabía que la prenda
era preciosa, más por el estupendo color. Era su favorito. Pero también sabía que era muy atrevido y ella no usaba ese tipo de ropa. Era más de la reservada. Y no es que fuese una chica engreída -con un toque de retraimiento o algo por el estilo- pero sabía que si se presentaba así en la velada iba a llamar la atención. Esa idea no le agrada… ¡Para nada!
-…es…es cierto, a mí también me parece algo atrevido—murmuró ella, mirándose insegura—creo que yuuki-chan tiene razón…¡iré a cambiarme!
Konan rodó los ojos.
-¡estás loca, ni creas que harás eso, saku!—la detuvo kiba por un brazo. Se le había acercado cuando la vio decidida a entrar, seguramente por una hora más a cambiarse--¡Estas preciosa, no, hermosa, no!, ¡ah!, bueno, mejor vámonos porque se nos está haciendo tarde. Ya son las 9:15 am y la presentación comienza a las 10am ¿lo recuerdas?—expresó sarcástico.
Sakura se había sonrojado al escucharlo. Miró a los demás quienes los veían sonriendo. Yuukimaro infló las mejillas para sentarse con akamaro en el mueble; no podía hacer nada ya.
Sakura suspiró. “Vamos, sakura, ya estas metida en esto…
Además, es sólo un vestido. Apuesto a que habrán mujeres más hermosas”, pensó resignada aunque dándose ánimo.
-vámonos o llegaremos tarde…--musito ella por fin, mirando a su primo quien sonrió satisfecho. Kiba colgándose el brazo de ella en el suyo se dispuso a irse. Pero sai exclamó: que él como su hermano mayor debía escoltarla hasta la velada.
Kiba se molestó porque quería llevarla de su brazo, así sea por un rato y presumir, pero se rindió haciendo reír a los demás.
Los tres: sakura, sai y kiba, se despidieron de los demás, mientras éstos les deseaban suerte para verlos irse, por fin.
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Horas antes…
Desde la mañana temprana, al éste del centro de la ciudad, en un precioso y moderno sitio siendo el club donde se realizaría la tan esperada presentación. <
Fuera del mismo saliendo al patio había un amplio y largo techo tipo toldo de un color blanco el cual estaba sostenido por varios barrotes de hierro a cada esquina, siendo decorados en todo su alrededor por listones gruesos de un dorado dejando apreciar la claridad y frescura de la mañana; como también sostenían cornetas que transmitían el sonido de la música que provenía del salón resguardado del club. El piso era de la misma medida que el techo toldado, era de relucientes baldosas y su color asemejaba al roble claro. En todo el lugar habían esparcidas muchas mesas redondas pero algo espaciosas que estaban vestidas por manteles de damasco en blanco, y encima otro como decoración, de un dorado brillante. Las sillas también vestían sus trajes típicos con un ancho listón en su espaldar, y del mismo color a las mesas. Sobre éstas y cada una había un precioso arreglo floral de rosas blancas y amarillas como decoración junto a un pequeño letrero que indicaba a los respectivos invitados.
De vista al frente o al final del espacioso y aclarado lugar había un escenario, ni alto ni bajo donde estaba una pancarta que decía: Bienvenidos a la campaña ‘Betodi: Belleza Todos los Días’ junto a la imagen de la misma. A un lado estaba instalada una amplia pantalla junto a los monitores que la controlaban, una mesa con muestras de crema para repartirlas a los invitados y, a su alrededor rosas como decoración. A un lado había un podio que era cubierto por las mismas baldosas del suelo; tenía un micrófono que transmitía el sonido por todas las cornetas instaladas. Bajando del escenario y de lado izquierdo había una amplia mesa con el bufet siendo varios platillos exquisitos servidos como muestra.
Todo había sido arreglado por los empleados del lugar, el día anterior. Desde temprano estos estaban dándole los toques finales, como: los adornos florales, instalación de música, etc.…
La mañana de hoy era perfecta. Cálida y fresca para darle buena vibra al festejo. Siendo las 9:17am, los invitados ya estaban llenando los asientos que les correspondían.
Algunos que otros conocidos tanto a nivel profesional y laboral como partidario de naruto estaban presentes, conversando y siendo atendidos por el servicio de meceros en su vaivén de pasos por todo el lugar. La prensa también había sido invitada y tenía mesa reservada; siendo periodistas del diario de Konoha-Time, anko, yugo junto a otros compañeros de trabajo estaban tomando fotos y hacían algunas entrevistas a empresarios, ingenieros e invitados de alto rango que estaban compartiendo con los Namikase’s esa mañana.
Hoy no se trabajaba en la empresa de konoha debido a la celebración en que todos participaban, o bueno, solo la mayoría.
-¿dónde está el vejestorio de tu abuelo…?—miraba a su alrededor viendo a algunos hombres de traje y corbata esparcidos por el lugar y al igual que preciosas mujeres en vestidos. El flash se reflejó en una esquina siendo la prensa.
Estaban entrevistando a un magnate del estado de kirigakure. Se encontraban en el salón toldado cerca del escenario.
Naruto, que había estado realizando algunas llamadas en esa mañana, estaba muy tranquilo. Tanto su padre como su abuelo -que era el anfitrión- les habían dicho que lo rodeaba un aura serena y despejada de toda ansiedad o estrés. Eso era bueno para él, que se la pasaba postrado pensando en que todo saliera perfecto y estupendo. Ahora, asombrados y maravillados de ver esa imagen en él se sentían orgullosos y satisfechos de saber que naruto llegaría en ser un excelente presidente de la empresa familiar.
-estoy tranquilo porque sé que todo saldrá muy bien—musito con calma y claramente seguro.
Aunque no podía negar el que estaba algo impaciente por ver llegar a sakura. Naruto no había podido comunicarse con ella porque cuando intentaba llamarla a su móvil, la bendita contestadora era la que hablaba; por lo menos necesitaba que confirmara que llegaría, ya que le tenía una sorpresa que la dejaría muy sorprendida, de eso estaba totalmente seguro.
Naruto sólo estaba aparentando estar tranquilo; aunque él estaba sospechando que su amigo konohamaru se estaba dando cuenta. Pero naruto realmente se sentía inquieto por verla llegar; hasta llegó a pensar que ella no asistiría. “No lo creo, si ella es una de las que estaba más animada porque llegara este día”, pensó cuando se había rendido en llamarla.
El Namikase tuvo que tratarse de distraer con parte de su familia que estaba presente. Eso lo conmovió. Aunque su padre había preguntado por sakura, ya que no la había visto. Su abuelo y amigo querían conocerla por lo que lo habían estado fastidiando. Eran unos tediosos y ansiosos.
Naruto miró como su amigo tomaba una copa de champan de la bandeja de un mesero que pasaba cerca.
-Y, con respecto al viejo, está hablando con unos amigos que invitó—se encogió de hombros.
Konohamaru asintió sonriéndole, y mirando a un trío de chicas que pasaban por ahí sonriendo entre ellas. Eran ayame junto a otras empleadas de la empresa. Estaban muy bellas, eso a ojos del moreno.
-ay, cretino, no aprendes—naruto negó con la cabeza. Soltando un suspiro.
Naruto por su lado, vestía un exquisito esmoquin compuesto por chaqueta negra de algodón, camisa blanca cuello pajarita, un chaleco gris y corbata negra también de algodón. En la parte baja llevaba unos pantalones negros de crepé de algodón, como la corbata y chaqueta, y unos zapatos negros de cuero muy relucientes. Su cabello rubio le hacia contrastar beneficiosamente con el atuendo que entallaba su fabulosa espalda y fuertes brazos. Y, su rostro de facciones varoniles dándole indicio a la madurez-aunque atractiva- irradiaba calma, y a la vez, seriedad haciéndolo ver seductor y que había arrancado varios suspiros de féminas presentes con su presencia.
-pero si aquí esta nuestro jefe y líder. Naruto, ¿qué tal?—saludó un sonriente kankuro. Éste vestía una camisa en tono negro-grisáceo, con su corbata negra junto a una gabardina del mismo color la cual la llevaba abierta, era de lana suave, pantalones negros y zapatos de cuero del mismo color. Todo un empresario con porte reservado pero atractivo.
Naruto ladeó el rostro viéndolo al frente de él junto a sus otros colegas--¡kankuro, chicos, un placer verlos…!—saludó con educación y amistad a los varones llegados.
Sora y Deidara que estaban presentes, vestían trajes negros con pajaritas, mientras Dai vestía uno de lana en color gris con su corbata negra. Todos estaban realmente guapos.
Estos sonrieron, saludándolo y estrechando cada uno sus manos a él. Luego naruto les presentó a konohamaru y comenzaron a conversar entre ellos, mientras llegaban más invitados y tomaban asiento.
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Cerca de ellos entre las mesas esparcidas estaban algunos empleados de la empresa. Estaban ayame la cual vestía un precioso vestido negro, largo con escote en V y sujetado alrededor del cuello junto a unas sandalias doradas. Su cabello estaba recogido por una coleta medio alta, muy elegante para la ocasión. A su lado estaba sentado Sasori, que vestía un traje negro de pajarita. Les seguía rock lee con su también elegante traje, kumi -la secretaria de Deidara-, y otros más.
-¿a qué hora llegaran, Sasori-kun?—preguntó lee, mirando al mencionado que estaba bebiendo champan de una copa.
-le acaban de responder, están aparcando el coche en el estacionamiento—habló ayame con una sonrisa.
Lee asintió, estaba impaciente. Moría de ganas por volver a bailar siquiera un ratito con “la hermosa flor”, claro, que esta vez no probaría ni una gota de alcohol; más sabiendo que su padre, Maito Gay, estaba presente. No quería armar un espectáculo y que esta vez naruto lo despidiera. Lee ladeó el rostro a su derecha viendo a su padre, a unas dos mesas de ellos. Estaba sentado con Genma, yuki quien estaba muy bonita y formal, el esposo de esta también la acompañaba en la mesa y, otros trabajadores.
-¡oigan, salud por este día. Para que todo salga exitoso!—exclamó kumi, alzando su copa e imitándoles los presentes.
Lee sonrió alzando la que tenía, pero que contenía H2O, es decir, agua.
-¡salud…!-dijeron al unísono.
Al mismo tiempo...
Dentro del salón habían varios invitados, algunos sentados en las mesas que habían allí o conversando parados y escuchando la melodiosa música de balada que se escuchaba en todo el lugar. Era relajante.
Minato, después de haber dado varias entrevistas a la prensa estaba platicando con su padre, Jiraiya Namikase, que también lo acorralaron preguntando sobre su presencia tan inesperada, ya que había estado viviendo en Italia. Él solo había contestado que no se iba a perder el gran trabajo de su nieto. También su amigo y compadre, Iruka, que también viajó para estar presente ese día; como también para informar que a partir del lunes próximo sería el supervisor de relaciones públicas en konoha. Estaría viajando cada mes para realizar su labor.
El trío de hombres estaban ansiosos porque comenzara todo y ver el arte que crearon naruto y los demás trabajadores. Habían estado platicando con varios colegas que invitaron de todo el país e incluso de otros países. Se trataban de antiguos socios o, amistades.
Estaban al centro del lugar, donde se podía divisar el patio trasero.
-¡la verdad, es que todo está muy bonito. Incluso la comida que hasta ahora han repartido esta deliciosa!—agasajó como cumplido iruka, quien vestía esmoquin de corbata.
Bebía una copa de vino blanco y comía un trozo de pastel hecho por los chef de la casa, y que había tomado de una de las mesas en el lugar.
-cierto. ¡Está magnifica!—convino el peli blanco.
Él vestía traje negro de seda, al igual que su corbata gris, pantalones negros y unos zapatos negros italianos. Su largo cabello blanco canoso lo llevaba amarrado en una coleta baja dejando algunos más cortos y sueltos esparcidos.
-pero lo que me ha encantado de este estado, ¡son las hermosuras de las mujeres que tiene!—eufórico chocó su copa con la de los caballeros quienes lo miraban con gotitas en su sien.
Minato negó con la cabeza, poniendo los ojos en blanco e iruka sonreía nervioso, pero un poco divertido por el comentario del mayor.
-creo que te aprovechas del que no vino contigo tsunade—sonrió burlón minato. Jiraiya lo miro con recelo para seguir bebiendo de su copa—por lo que he supuesto, naruto ha sido un excelente jefe como director general de la empresa en estos meses—informó con serenidad, desviando la mirada a la entrada viendo llegar a mas invitados. Volvió a mirar a su padre e iruka. Prosiguió: —me lo soltó gay-san cuando me vio, estuvimos conversando un rato, y naruto ha sido una gran ayuda en la empresa, ha logrado mejorar como nuevos los balances que estaban en caída meses antes.
-me alegro mucho escucharlo—participó iruka. Sonrió—naruto a pesar de ser un hombre serio, juicioso y muy estricto en lo que hace, he visto que este viaje le ha asentado de maravilla. Lo veo con otro aire—desvió la mirada, al igual que los otros dos, para divisar al rubio junto a sus amigos cerca del escenario. Los tres sonrieron y asintieron—creo que se parece al naruto de antes ¿no creen?, o por lo menos su reflejo—sin dejar de mirar a su ahijado que sonreía, comentó calmado.
-¡sí! y me gusta esa actitud porque no se retrae tanto con el entorno social de afuera—dijo con felicidad por su hijo.
Aunque en parte, sabía que esa misma no sólo era por el aire de la estadía sino específicamente, por alguien. Sonrió feliz por él—sé que hoy le irá muy bien…
-hablando de eso…--jiraiya miro su reloj de mano--vamos con él, que ya será la hora de que comience la presentación—los otros dos asintieron para dejar las copas en una mesa cerca y salir a juntarse con naruto y compañía.
A fuera del club...
En el estacionamiento privado del mismo, sai había estacionado su Mercedes Benz a un lado de otros coches, muy lujosos, observaron ellos. Kiba había dejado el suyo ya que su primo estaba matando fiebre con el de él.
-al parecer los invitados no son simples invitados—murmuró sai al bajarse del coche y viendo a su espalda como se bajaba de un espectacular lamborghini rojo, una preciosa y alta morena. Llevaba un vestido largo de mangas, que bajaba entallado a su fina y delgada figura, la prenda era del tipo sirena de color amarillo.
La mujer era una modelo que contrataba con la empresa. Luego, de la parte del copiloto salió otra modelo, morena también y con un vestido largo en verde manzana. Ambas habían sido invitadas al igual que otras ya que formaban parte de la misma. Sai silbó, comiéndoselas con la mirada al igual que kiba quien ayudaba a sakura a salir del mercedes.
-¡esto sí que estará interesante…!—con emoción y casi babeando, expresó kiba.
Sakura las miró también. Por su porte le parecieron modelos. Naruto le había estado conversando sobre una que llegaría a la empresa para formar parte de la imagen del producto, aunque no se sabía aún la candidata para el puesto.
Suspiró. Negando con la cabeza--¡oigan, par de babosos. Es mejor que ni se ilusionen porque tal parece que no están a su nivel!—habló sakura, rompiéndoles la burbujita llena de ilusión de ellos.
-eso ya veremos…--susurró kiba. Picándole un ojo a su primo quien sonrió cómplice. Ya vería cómo hacer para acercárseles, pensó astuto.
Caminaron un poco hasta la entrada, donde estaban dos hombres, altos, vestidos de trajes de negro y gafas negras: eran la seguridad; y junto a estos estaba una linda chica la cual se encargaba de la lista de invitaciones.
-espero y no hayan comenzado sin nosotros…--murmuró sakura, mirando el enorme portón negro de rejas gruesas que obstruía la entrada. Sakura y kiba saludaron a la chica.
Se trataba de la misma recepcionista que había atendido la primera vez a sakura cuando iba por el puesto en la empresa. Los tres recibieron el pase para engancharlos respectivamente en sus ropas.
-¡muchas gracias, mariko!—dijo kiba sonriéndole y haciéndola sonrojarse. Para comenzar a entrar al club junto a sakura que estaba agarrada con un brazo al de su hermano, mientras que con el otro sostenía una hermosa bolsa de mano en color plata, algo brillante.
Pudieron divisar a un lado el gran toldo blanco que estaba en el patio del club, aunque no se podían ver muy bien a los que estaban ahí ya que había distancia. Bajaron por las escaleras seguidos de una pareja que llegaban iguales a ellos.
Sakura estaba muy nerviosa.
Sentía que el corazón se le aceleraba a cada paso que daba, ya que sabía que dejaba menos distancia para encontrarse
con naruto.
“¿Qué hará cuando me vea así? ¿Y si no le gusta como estoy vestida? ¿Y si me tropiezo con el vestido cuando camine hacia él?”. Era lo que se preguntaba la pelirosa. Nerviosa, ansiosa, impaciente. Pero a la vez feliz de poder contemplar el maravilloso trabajo que todos sus compañeros de trabajo habían estado haciendo en la empresa. Todo y gracias al estupendo liderazgo y paciencia de naruto. Ella estaba feliz y agradecida de estar a su lado.
Por instinto, acarició el precioso corazón de oro blanco que colgaba en su cuello. Sonrió, levantando el rostro y siguió caminando para entrar a las amplias puertas del bonito club.
***
Ya eran casi las 10 am, los invitados estaban ocupando sus lugares ansiosos de que por fin comenzara la presentación.
Pero cierta persona no aparecía aún.
-oye, ¿dónde está sakura?—le susurró Kankuro a naruto, que estaba mirando como encendían la pantalla frente a ellos.
Éste al escucharlo, lo miró como diciendo: no-tengo-ni-idea.
-no lo sé…—se encogió de hombros, desganado. El pelinegro arqueó una ceja—la he estado llamando pero su móvil está fuera de servicio.
Kankuro abrió la boca para hablar pero minato lo interrumpió:
-espero y me logren entretener con el trabajo que hayan hecho, ¿eh?—bromeó el rubio mayor, mirándolos divertido.
Kankuro sonrió y asintió, mientras naruto ponía los ojos en blanco, metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón. Miro a su derecha viendo a su mejor amigo y abuelo que traían unas copas en mano. (N/A: Tanto naruto como kankuro y minato estaban mirando al escenario, y jiraya y konohamaru estaba frente a ellos, es decir, de espalda al escenario y mirando a los invitados).
-¡ey, parece que ya todos se están preparando!—el moreno le ofreció una copa con vino blanco a su amigo rubio quien la recibió y su abuelo a Kankuro quien le agradeció. Miro a los presentes--¿Quiénes más faltan…?—miro sobre el hombro de naruto, a donde se veían los invitados en sus asientos y conversando.
Minato le estaba susurrando algo a jiraiya quien sonrió y mirando detrás de su hijo.
-creo que el gobernador vendrá. Tú le mandaste la invitación, ¿no?—kankuro miro a naruto y este asintió, con el ceño levemente fruncido—bueno, solo fal…
-¡por el amor a las mujeres!...—jiraiya exclamó, casi en un grito y haciendo que los que estaban con él lo miraran extraño por la expresión de su rostro: tenía los ojos como platos y se estaba tornando rojo--¡creo que me he vuelto a enamorar…!—eufórico sonreía como bobo, o más bien como todo un pervertido.
Konohamaru quien estaba a su lado vio que el peliblanco miraba al frente, por lo que curioso hizo lo mismo. Su expresión extrañada cambio por completo a una totalmente sorprendida y pasmada. Naruto, kankuro y minato los miraban confundidos por su reacción.
-¡y-yo también me he enamorado, y creo que de un ángel!—expresó kono con el rostro enrojecido y comenzándole a gotear un hilo rojo por una de sus fosas nasales.
-¡uno ángel muuuy sexy…!—aclaró jiraya sin dejar de ver al frente al igual que kono que asintió.
Minato curioso y atónito por la reacción de ambos, se giró, y casi dejando caer la copa de su mano, quedando estupefacto también.
-¿qué les suce…de?—balbuceó kankuro imitándoles. Ya que no sabía el porqué de sus reacciones.
Naruto al ver que su padre y kankuro estaban tensos y con cara de asombro por lo que veían, se giró con quietud y confusión para saber la razón de sus reacciones.
Se quedó pasmado y boquiabierto por lo que sus azules ojos vieron a solo unos pasos de distancia de donde ellos estaban, al centro del lugar y donde estaban los invitados, estaba nada más y nada menos que, acompañada de varios invitados, una mujer de espalda luciendo un espectacular vestido en un llamativo rojo vino, y él se decía espectacular por el cómo le hacía ver su agraciada y perfecta figura.
Naruto comenzó a enrojecer, sintiendo que su corazón quería salirse de su cuerpo. Estaba conteniendo, con mucha urgencia, una hemorragia-crónica-severa-nasal. Sus ojos estaban abiertos desmesuradamente al darse cuenta de quién era esa mujer… Era…
-¡¿sakura…?!—kankuro soltó con claro asombro en su rostro enrojecido y haciendo que jiraya y konohamaru los miraran por saber quién era el Ángel sexy según ellos, que había llegado. Pero haciendo que el último se sorprendiera de ser la sakura, sakura, novia de su amigo.
Unos minutos antes...
Kiba, sai y sakura habían entrado al lugar.
Todo estaba muy bonito, dijeron ellos al ver la decoración, al igual que los aperitivos que estaban en las mesas; vieron a algunos fotógrafos entonando los flash de sus cámaras por el lugar.
Kiba y sakura habían saludado a algunos compañeros de trabajo al adentrarse en el sitio.
La Haruno se abrazaba más a su hermano -quien sonreía divertido- por las miradas que, según ella, de entre hambrientas y depravadas le lanzaban algunos que otros hombres cuando caminaban por el lugar. Debía admitir que algunos eran guapos. Socios y amistades de naruto o el padre de éste, pensó ella. Pero aun así se sentía incomoda y avergonzada por las desmoralizadas sonrisas y miradas que conseguía al dar cada paso.
“Como odio ser el centro de atención en estos momentos”, pensaba cohibida. Caminando hacia la mesa donde estaban sus amigos. Nunca le había gustado eso; más bien le gustaba eso de pasar desapercibida.
-tranquila que no te comerán porque solo te vean—susurró burlón sai. Pero ella sólo lo miro como diciéndole: tú-cállate-o-te-mato. Sai sin dejar de sonreír, se encogió de hombros.
i]“Si pudiera borrarle esa sonrisa, lo haría. Pero debo comportarme como una dama[/i]”. Pensaba para sus adentros.
Sakura vio que se acercaban a la mesa y logró ver como ayame la saludaba con un ademán de manos y con asombro al verla.
-¡por fin llegan…!—se quejó Sasori sonriendo para luego
sonrojarse al ver a sakura.
La pelirosa quien estaba saludando a sus amigos que se levantaron al verlos, sonrió burlona al ver como lee se quedaba rojo -pareciendo un tomate- al verla. Le parecía divertido verlo tartamudear cuando le decía lo preciosa que estaba. Por un instante, a ella le pareció que alguien hubiera dicho su nombre, pero no estaba muy segura. Mirando a su amiga castaña, le dijo sonriendo:
-¡pero mira como se te ve…!—señaló el vestido que llevaba-
-¡te dije que el negro te quedaba estupendo, amaye!
Esta abrió la boca para responder pero fue interrumpida por un hombre, o más bien varios hombres que se había acercado a ellos y haciendo que los que estaban allí guardaran silencio, viéndoles. Las féminas se voltearon hacia los llegados, ya que estaban dando la espalda.
Sakura sintió que su rostro se tornó rojo -como el labial que cubría sus labios- al ver a su suegro frente a ella. Estaba muy guapo. Era como ver una copia de su novio -sólo que más adulta. Sakura miro a un lado viendo a otro hombre mayor y de cabellera blanca junto a un castaño quienes les sonreían; aunque este estaba sonrojado y mirándola con interés. Sakura ladeó unos segundos el rostro, curiosa, le parecía conocido el hombre. Kankuro estaba con ellos y fue el que había interrumpido.
-h-hola, minato-san—saludó con nervios la pelirosa al rubio quien sonrió. Estaba avergonzada de sólo ver el asombro en el rostro de minato.
-¡sakura, pero que hermosa te vez!… ¡eres todo un encanto!—alagó a la chica haciéndola enrojecer pero sonriendo por su bonito comentario, para darle un cariñoso beso en una mejilla.
“Creo que he perdido la cuenta de todos los besos que me han dado hasta ahora cuando me saludan”, pensó sakura avergonzada.
Minato rodó los ojos al escuchar como su padre sonaba su garganta--¡sakura, mira, él es Jiraiya Namikase, mi padre y abuelo de naruto. Papá, ella es sakura, la novia de naruto!—presentó el rubio.
-¡es todo un inmenso placer, sakura!—besó con educación los nudillos de ella quien sonrió aun sin bajar el sonrojo de sus mejillas--¡minato, tienes toda la razón!, ¡esta joven es todo un encanto. Ese naruto es un suertudo!—soltó divertido y asombrado en, por fin, conocer a la mujer que, según su hijo, ha estado cambiando a su nieto.
Como moría por conocer a la culpable, en el buen sentido, de las locuras intrigadas de su nieto, le había dicho al mismo naruto, que tuvo que tranquilizarse para no estresarse por la impaciencia de su abuelo. Sakura superaba todas las expectativas que él había pensado. Era una joven muy hermosa.
Sakura no sabía si en esos momentos parecía un tomate, o peor que eso. Miró con nerviosismo a los demás presentes quienes estaban escuchando aunque disimulaban en hablar entre ellos. Sai le picó un ojo como diciéndole que se relajara. La conocía muy bien. Claramente era su hermano mayor.
-¿sakura, en serio eres tú?—kankuro se acercó a ella, viéndola de pies a cabeza con asombro. Tragó grueso.
-hola, kakuro, si, ¿quién más iba a ser?—dijo burlona haciendo que él se rascara la nuca, sonrojado. Para luego saludarla con un beso en la mejilla—oye, no veo a naruto. ¿Dónde está?—lo miro interrogante al ver que su rubio no estaba con ellos.
-¡se quedó atrás…!--habló konohamaru, acercándose a ella con una sonrisa--¡hola, sakura! ¿Te acuerdas de mí?—sakura lo miro por un segundo para luego negar con la cabeza--¡soy konohamaru. El amigo de naruto. Y bueno, ahora el tuyo jeje!—soltó divertido.
Para sorpresa de la ojijade, el moreno la abrazó plantándole un beso en la mejilla -que se sumaba a la lista- y luego soltarla, con una sonrisa. Sakura estaba sonrojada, mirándolo y afirmando por qué se le hacía conocido.
-¡eres mucho más hermosa que cuando te vi ese día!--corrigió e iba a proseguir pero…
-¡no vuelvan hacerme lo que hicieron hace unos segundos…!—reprochó naruto llegando por fin. Haciendo su entrada lanzándoles una mirada llena de molestia.
Lo habían dejado atrás, botado, cuando kankuro había exclamado que era sakur: la chica que parecía un precioso ángel sexy, eso según Jiraya. Naruto se había hecho el que no escuchó ese comentario de su abuelo. Como también minato se había dado cuenta de que era ella ya que no conocía que hubiera otra chica en toda konoha con una cabellera rosada, y hasta de Japón llegó a pensar. Y, encima le habían dejado a naruto las copas con sus sobras, como si fuese una mula de carga sólo para comprobar sus sospechas. Se había enfurecido por ese hecho tan inaceptable e infantil del cuarteto de hombres.
Pero su enojo no duró mucho porque al mirar a un lado y cerca de donde estaba su mejor amigo, su rostro volvió a enrojecer sintiendo los latidos de su corazón en los oídos y un grandioso calor embargar todo su cuerpo, al verla de pies a cabeza.
Naruto no sabía cómo describir lo que estaba viendo en ese instante.
Sakura parecía una diosa.
No.
Ella era la Diosa más hermosa y perfecta que haya visto jamás, bajada de los mismísimos aposentos del Olimpo divino. Tan Hermosa. Tan Preciosa. Toda una belleza dotada en un ángel que irradiaba luz y majestuosidad al verla a sus preciosos y hechizante ojos como el jade. Pero que en estos momentos, era la mismísima Diosa Afrodita, que desprendía en toda ella…el mismísimo deseo. Pensaba un naruto descolocado.
Sakura quien lo estaba mirando sentía que esta vez sí se desmallaría de la impresión por los ojos que la veían.
Naruto se la estaba comiendo con la mirada.
Y vaya que no disimulaba el muy atrevido.
Al menos comprobó que su reacción al verla así, no fue de enojo. Se dio cuenta que él le estaba mirando la gargantilla.
Sonrió encantada, “está muy guapo”, pensó, para ver cómo le sonreía con ternura y notarle que sus ojos azules le brillaban.
Los demás se habían quedado en un silencio incomodo al verlos que no se dejaban de mirar. Kankuro sonó su garganta llamando sus atenciones.
-¡oigan!, vamos a revisar que ya hayan llegado todos los invitados—anunció kankuro, mirando al trío de caballeros quienes asintieron, comprendiendo lo que quería decir.
Minato se despidió por un rato de ellos, al igual que Jiraiya y konohamaru, quienes lanzaron a naruto una mirada picara y divertida antes de irse, y haciendo que él frunciera el ceño.
Sai y los demás se habían alejado para tomar asiento en la mesa, cerca de ahí.
Cuando el rubio vio que por fin estaban solos, se le acercó tomando y deslizando con suavidad su mano en el costado del brazo izquierdo de ella para acunarla en el codo, y haciéndola estremecer por su cálido contacto. Sakura que tenía a nivel abdominal las manos juntas cargando la bolsa plateada, apretó el agarre cuando naruto se le acercó al oído, poniéndola tensa y nerviosa para susurrarle con suavidad:
-acompáñame…—le acarició una mejilla, sonriéndole.
La tomó de una mano para llevarla hasta donde estaba su mesa. Cerca del escenario y a unas mesas más allá de sus amigos. Ella se dejó llevar caminando a su lado y mirándolo de reojo. Estaba sonrojada y feliz de verlo. Lo había extrañado desde la noche anterior.
En el camino naruto la soltó para pasar esa misma mano por su cintura y pegarla a su lado. Sakura de sorpresa jadeó por lo bajo al sentir la mano de él tocando su espalda baja, casi donde terminaba el tentador escote sintiendo que sus piernas temblaron.
-…Si no estuvieran presente los invitados en este momento…haría muchas cosas contigo aquí, nena…estas para devorarte—le confesó al oído con suavidad y volviendo su vista al frente.
Sakura quien resopló sorprendida por ese comentario tan inapropiado y pervertido de él, lo miro boquiabierta, escandalizada silenciosamente, ya que no podía hacer nada en esos momentos. Vio como las comisuras de sus labios se curveaban en una sonrisa, y sin dejar de mirar al frente como si nada.
“Engreído”, pensó atónita.
Notó que varios invitados entre hombres y mujeres se quedaban viéndoles curiosos, y saludaban a naruto al pasar
cerca.
Se decidió olvidarlo y relajar su rostro porque cualquiera pensaría que su reacción y, sumándole el rojo vivaz de su cara, no era producto de algo “bonito y decente” que él le hubiera dicho.
Todo un libro abierto, pensó abochornada.
Al llegar a la mesa siendo igual a la de los demás, sakura se fijó que había dos botellas de vino blanco en una cubeta con hielo y varias copas bien acomodadas en una bandeja.
Naruto la soltó para tomar una botella y destaparla.
-pensé que no llegarías…Te estuve llamando pero tu móvil estaba fuera de servicio—habló él agitando un poco la botella. Mirándola con seriedad aunque sin llegar a estar enojado o molesto siquiera.
-¡ah, si! Es que lo dejé en silencio cuando venía de camino. Tampoco te llamé o dejé un mensaje ya que venía entretenida con sai-nii y kiba-kun…lo siento—se encogió de hombros, mirándolo como perrito regañado. Naruto asintió.
Sakura dejó su bolsa de mano en la mesa.
-estas realmente hermosa, sakura-chan… ¡estas preciosa!
Se escuchó el “Pac” del corcho al abandonar de golpe la botella, naruto procedió a servir en dos copas. Sakura permaneció a su lado y viéndolo como vertía con mucha calma el líquido dorado y transparente en la cristalina y reluciente copa.
-¡gracias!—dijo al recibir esta— ¡tú también estas muy guapo!--sonrió,mirándolo al frente de ella.
Naruto se le acercó un poco más para acariciarle una mejilla ruborizada. Sin dejar de mirarla a los ojos, y a la vez, a sus labios rojos y tentadores, pensó hechizado.
-veo que lo trajiste…—se refirió al collar, mirándolo con una sonrisa satisfecha.
Sakura sonrió de oreja a oreja--¡tú me lo pediste, además, amo como me queda!—se acarició el presente con suavidad.
A naruto le brillaron los ojos. Sonrió más amplio. Complacido por su obediencia.
-y yo amo que tu ames como lo luces—ahora él acarició con suavidad el corazón y al mismo tiempo rosaba su piel.
Sakura tragó saliva, mirándolo embelesada--…Aun no me creo el tener a una mujer como tú a mi lado…para mí…—se alejó un poco y bebió de su copa, sin dejar de mirarla y metiendo la mano con la que había acariciado la mejilla en el bolsillo.
Sakura le imitó y viendo como tragaba con mucha calma el delicioso líquido, estaba algo avergonzada, en el buen sentido, por escuchar esas bellas palabras.
-como te dije—prosiguió él--…estas para devorarte completa, nena. Y no miento en lo que te dije si nadie estuviera aquí—dijo con suavidad, mirando con intensidad y desvelo su anatomía cubierta por el sedoso vestido.
Sakura abrió la boca para susurrar, alterada y roja--¡naruto, no digas eso aquí!…eres un—se interrumpió al verlo que dejaba en la mesa la copa que tenía para acercarse a ella y acariciarle el mentón, con las yemas de sus dedos.
-que soy un hombre enamorado y maravillado por ver a la mujer que lo vuelve loco con un espectacular y tentador vestido. Y que le queda a la perfección en ese cuerpo tan hermoso que tiene—confesó en un susurro, muy cerca de su rostro ya que a cada palabra se inclinaba un poco. Su respiración era algo dificultosa—…me tienes maravillado, sakura-chan. Eres la mujer más hermosa que jamás haya conocido, me vuelves loco con sólo escucharte hablar.
Sakura tragó en seco, mirándolo maravillada por cada palabra y apretando la copa en su mano. No sabía que decirle, porque la verdad, se le trababan en la garganta las palabras. Y que por cierto, la sintió seca.
-me alegro que estés aquí…conmigo—sonrió, acariciando con su pulgar la mejilla de ella.
-…aquí es donde tengo que estar…--respondió con suavidad y ternura.
Sakura acercó sus llamativos labios a los deliciosos de él, que pedían a gritos que lfueran acariciados por los suyos.
Llevó su otra mano a la nuca de él para acariciar con suavidad su cabello. Naruto sonriendo en el suave beso la tomó con ambas manos del rostro. Besándola con suavidad por unos segundos. Luego se alejó un poco para tomarla de la mano.
-espero y mi abuelo jiraiya y konohamaru no te hayan hecho sentir incomoda, sakura-chan—dijo con preocupación en su rostro.
Ella sonrió, negando divertida.
Continuará...
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