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Mensaje por arminius Dom Ene 29, 2017 2:48 am

lobo189...


no te preocupes, no me molestan los comentarios de nadie. incluso los que no estan de acuerdo con mi forma de llevar la historia. entiendo perfectamente muchos de los sentimientos que te recorren al leer y tambien la decepcion en cierta forma. sobre eso, te puedo aclarar dos puntos que considero importantes:

1-aunque estes acostumbrado a eso, naruto no es el personaje principal de esta historia. estoy seguro que quisieras que lo fuera, pero claramente no esta planteado para eso. y la razon es sencilla y directa. la pareja principal no lo comtempla. y esta historia se trata sobre la siguiente generacion de ninjas que van a tomar el control de los paises como legado de naruto. es por eso que me concentro en bolt mas que nada. pero eso no significa que no considere tambien a naruto en todo esto.


2-te ha pasado lo que a muchos de mis lectores en otros foros. como naruto siempre es el personaje bueno, es indudable que quienes no siguen sus lineamientos son los malos. en esta historia como ya les adverti hace tiempo, no hay necesariamente los tipicos "malos". solo formas de resolver el mismo dilema con otras maneras.

pensas que ya conoces el final de todo esto? creo que aun puede sorprenderte la historia. pensas que bolt es el malo del cuento? pienso que todavia no has visto el cuadro completo. lo que interesa es que bolt sea castigado por lo que le hizo a sakura? no puedo adelantarte nada, pero existen muchas formas de tener un castigo por ciertas acciones.
ahora bien, si lo que estas buscando es que naruto desprecie o castigue a su hijo negandole su herencia. debo hacerte notar que ya lo hizo hace largotiempo, lo hizo y tal vez es el motivo de todos los problemas que esta historia ha presentado. algo que trataré en el siguiente capitulo.

saludos y espero que se sientan mas tranquilos cuando lean lo que viene. aun queda algo mas por ver, algo que lo puede cambiar todo.
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Mensaje por arminius Mar Feb 14, 2017 10:33 am

nuevo capitulo, los ultimos compases de la historia comienzan a surgir. decidi no concentrarme en las complejidades de la politica de otras aldeas, para solo darles un enfoque general. la historia no estaba pensaba para ampliarse tanto y ya he estirado demasiado la situacion. espero sepan disculpar quienes esperaban mas larga la historia.

se viene el final, aun quedan algunas jugarretas mas dignas de traidores. saludos.


CAPITULO 20: DESDE LAS RAICES DEL ALMA PARTE 1


No pasó demasiado tiempo para que también fueran por él…


Boruto había escuchado que arrestaron a Kakashi-sensei días atrás. Y Por supuesto a una docena de integrantes secretos de raíz, entre los muchos que cayeron bajo sospecha. La investigación parecía estar dando palos de ciego, y que tío Sai estuviera entre los que “arrestaban”, garantizaba que las acusaciones de traición no tendrían pruebas o fundamentos para llevar juicios serios a su final. ¿Acaso Boruto quedaría fuera de las detenciones? Le parecía poco probable aun anulando las sospechas activas de Shikamaru previamente. Aunque cabía tener alguna esperanza de no ensuciar su reputación frente al pueblo aún más.


Sin embargo, cierto mediodía que Boruto regresaba de entrenarse en los bosques, se encontró de frente con 4 cazadores especiales del ANBU, esperándolo en la puerta de su departamento. Sai y Shikamaru encabezaban ese grupo. Y Boruto se dio cuenta como todos los que lo estaban esperando, tenían una extraña tensión en sus cuerpos. Tal como sucede ante una misión muy peligrosa.

-Boruto-kun….-dijo Sai sonriendo falsamente- hemos venido a ponerte bajo custodia.

Hubo un silencio incomodo, y como nadie se movía ni gesticulaba nada, Shikamaru decidió aclarar:

-Son órdenes del séptimo Hokage.


Bolt no hizo nada. El viento era suave, y el sol brillante. No cruzaban demasiadas personas por esa calle lateral de la aldea. Había tenido una mañana buena. Se levantó temprano como otros días, y estuvo tratando de volver a las extenuantes rutinas de ejercicios. Se había vuelto fuerte, y eso entre las obvias ventajas, tenía el defecto de mantenerlo con mucha energía física acumulada en cuanto no se dedicaba a entrenar diariamente. Por ello, aun cuando los ANBU se acercaron y le colocaron los grilletes en ambas muñecas, Bolt entendía que todos los que habían venido a “arrestarlo”; estaban contando con ciertos reparos ante el menor movimiento que el joven tuviera.

No se resistió, ni siquiera estaba en su mente hacerlo.

Boruto Uzumaki caminaba escoltado por ese equipo, y su mente bullía en medio de ideas nada positivas. Le dolía mucho la situación. Kakashi-sensei no le había dicho nada del plan para desactivar a la Raíz, solo le dio una simple misión que cuando llegara el momento, Boruto tendría que cumplir. La organización Raíz según Kakashi-sensei, “había llegado a la meta general esperada desde el momento de su concepción”. Era todo lo que le dijo sobre su decisión. Pero fuera cual fuera el plan, era claro que tío Sai era quien lo estaba llevando a cabo. Por ese motivo se lo veía formar parte de los carceleros, en lugar de ocupar una celda como el resto de los miembros de Raíz sospechados.


-Tienes que mantener la calma Bolt-kun….-le dijo Sai mientras caminaban por las calles hacia los cuarteles de interrogatorios- Estos movimientos son solo rutina.


El Equipo ANBU que trabajaba en la tarea, rodeaban a Shikamaru, Sai y Bolt esperando cualquier tipo de reacción por parte del muchacho. Su trabajo era estar alerta, los rumores de que ese chico se había cargado a nada menos que Sasuke Uchiha, lo hacían digno de respeto. No se podían descuidar, después de todo era el hijo del séptimo Hokage.

Pero el trayecto fue tranquilo y sin sobresaltos. Los grilletes en las muñecas de Bolt, no fueron necesarios. El muchacho no parecía tener su espíritu de pelea activo. Más bien parecía, que no le importaba en lo más mínimo adonde o con que intenciones lo estaban llevando. No era confianza, tampoco se trataba de soberbia. Era simplemente entregada y pura depresión. Se lo veía decepcionado, o tal vez derrotado.


20 minutos después, Boruto ingresó a una celda donde esperaría su propio interrogatorio. Le quitaron los grilletes y le pegaron al cuerpo sellos inhibidores para prevenir que intente escapar. La habitación además, era especial. Sellada y reforzada. Pero contra la fuerza física de Shinobi como el Uzumaki, tal vez no fuera suficiente seguridad. De ahí que debían reforzar la seguridad con sellos sobre el detenido. Shikamaru no hacia preguntas a Bolt, tampoco se lo notaba desconfiado o intrigado. Aunque el rubio no le importara demasiado, era claro que Ino Yamanaka le había lavado el cerebro con eficacia.

-Voy a la oficina de tu padre….-le dijo Shikamaru neutralmente- ¿tienes algún mensaje para él?

Entonces, Bolt elevó la vista y sonriendo débilmente con ironía le respondió:

-Dígale a mi padre que si llega a necesitarme….-hizo una pausa para puntualizar más su concepto- estoy aquí, y sigo a sus órdenes a pesar de todo.


Luego se fue a una esquina del cuarto, y se dejó caer hasta quedar sentado en el suelo. Cruzó las piernas y cerró los ojos. No parecía tener más para decir, ni tampoco ganas de hacerlo. Se lo veía deprimido y decepcionado. Tal vez no se esperaba que su padre diera órdenes para arrestarlo nuevamente. No desde quedó absuelto del asunto de Kiba Inuzuka. Ese fue el pensamiento de Shikamaru Nara, mientras se iba con Sai y los ANBU a realizar el siguiente arresto de la lista.


*********************************************


Para Naruto no era fácil el momento que estaba viviendo…

Hace años, el trabajo parecía ser su lado más bueno, mientras que la familia era la parte más complicada de llevar. Sus problemas maritales con Hinata, y la rebeldía de su hijo mayor eran asuntos difíciles de sobrellevar. Sin embargo, Naruto disfrutaba mucho estar con su círculo familiar. Cuando cenaban todos e incluso cuando Sasuke y Sakura junto Sarada se unían a esos fines de semanas felices. Todo parecía claro y limpio. Ser el Hokage, apuntar a las reuniones de líderes entre países para buscar un sistema ninja menos belicoso y más cooperativo. Tenía amistades fuertes, y la disposición de los nuevos líderes a cambiar. Había enemigos claros, los disidentes de otros países y los feudales. Y cada vez se avanzaba más, a pesar de ciertos eventos aleatorios que a veces surgían. No obstante, Naruto recibía de sus consejeros y amigos más cercanos como Gaara, las sospechas de que ciertos elementos de las villas “aliadas”, no deseaban realmente la paz definitiva tanto como el Hokage creía interpretar.

De pronto, todo comenzó a cambiar….

Tratos ocultos en Konoha, donde al parecer muchos pasaban de lado el liderazgo de Naruto. La muerte de Kiba Inuzuka, que no era precisamente un inocente Shinobi, pero tampoco se podía aplaudir a su asesino por ello. Las sospechas de Shikamaru sobre la vuelta de un grupo siniestro como era la antigua Raíz. Además, enterarse que sus dos hijos tenían un tipo de Doujutsu secreto que daba un salto de calidad al ya mítico Byakugan.

El mundo que parecía tan claro para Naruto, comenzó a dar vueltas como en las fauces de un remolino furioso.


Bolt en peligro de muerte, también Himawari por causa de los Hyuuga. Hanabi primero siendo un fastidio en el consejo de clanes, y actualmente una putita caliente que se la pasaba acosándolo en las noches del cuarto Uzumaki. Boruto sorprendiéndolo, haciendo lo que Naruto nunca pensaba que podía suceder en la vida. Seduciendo y follandose a Sakura Haruno. Complaciéndola, dominándola, sometiéndola o simplemente aprovechándose de ella. ¿Realmente importaba? Naruto todavía no podía creer que su hijo hubiera logrado tanto.

Seducir y conquistar a Sakura Haruno. Y tiempo después, combatir y derrotar a Sasuke Uchiha.


Era como si las ambiciones y los sueños de la juventud de Naruto Uzumaki, se hubiesen traspasado por sangre a su hijo Boruto. Como si el tiempo girara en un eje, pero cada vez desgastándose más y más por el paso repetitivo de las circunstancias. Sasuke había sido asesinado, y aunque la mano de Naruto fuera el ejecutor final, era claro que todo fue impulsado por un plan del joven Boruto.


Con su hijo, tal vez uno de los seres que más amaba Naruto en la vida, tenía una serie de sentimientos contradictorio. Cuestiones del corazón que hacían dudar al padre, del futuro próximo en su hijo. Lo quería, y pensaba siempre en su seguridad. Todavía tenía la esperanza que Bolt eligiera a Sarada Uchiha para compartir su vida. Porque Naruto entendía que esa niña había sufrido mucho la carga de su apellido y solo estaría totalmente protegida si lograba vincularse a la familia del Hokage. Naruto quería que su hijo fuera sincero y leal. No podía verlo como actualmente se comportaba. No podía verlo convertido en una versión más parecida a la historia negra de Sasuke. Que vinculado al niño iracundo, caprichoso y trasparente; pero esencialmente bueno que era en la infancia. Era como si Boruto Uzumaki, hubiera logrado conjugar lo peor de las actitudes en Naruto y Sasuke en la juventud. Eso lo hacía inestable y peligroso.


¿Estuvo mal no haberlo entrenado personalmente desde niño?


La razón de no haber entrenado a sus hijos era clara en el corazón del Hokage. Naruto no había querido entrenar a sus hijos apropósito. De hecho, no quiso que fueran ninja. Desgastó todo su tiempo, y gran parte del vínculo con sus amados hijos para tratar de lograr la paz en el mundo que quitara de todo peligro a su familia. No podía olvidar su cruel pasado personal. Donde tanto su padre como su madre murieron el mismo día de su nacimiento, sin siquiera poder conocerlos en persona.

¿Acaso estuvo realmente mal el no haber entrenado a sus hijos?

No tuvo más tiempo para lamentarse o reflexionar. Tenía que tomar algún tipo de acción en lo revelado sobre la organización clandestina. Había hombres y mujeres detenidos, allanamientos y requisas por toda la aldea. Alguna definición tenía que suceder. Naruto no podía correr el riesgo de presentarse frente a los demás Kage, con la carga de ser un líder con autoridad puesta en duda. Un Hokage que no tenía ni siquiera el poder de controlar el espionaje en su aldea.

Eso jamás podía surgir de parte de un embajador de la paz.

La reunión del consejo de clanes estaba a punto de comenzar. Llegaron algunos líderes, todos amigos y compañeros en tiempos del Gennin. También los más antiguos ninjas que aun conservaban la cabeza en sus familias. Gente que confiaba en su Hokage, pero que no veía traición en tratar los asuntos secretos entre familias en un carácter más oculto y personal. Era una costumbre antigua, todos los Hokage la habían sabido respetar, y Naruto debía aprender a hacerlo también. Cambiarla seria tal vez, para siguientes generaciones en medio del periodo de paz. O al menos ese era el pensamiento de gente como Tsume Inuzuka por ejemplo.


Finalmente, llegaron los consejeros ancianos. Naruto casi nunca los veía por la torre Hokage, ya que estaban poco interesados en seguir metidos en política, a diferencia de cómo lo estuvieron Utatane Koharu y Mitsukado Homura hace años. Pero aun así, para Naruto era agradable volver a verla a ella. Ya que entre los consejeros ancianos, estaba Tsunade Senju.


-Siéntate a mi lado Oba-chan…-le dijo sonriendo el rubio y la mujer le devolvió el gesto- necesito que escuches y me des consejo. Este asunto es un gran problema para mí.

-Se necesita valor y sabiduría para pedir consejos desde tu puesto –respondió la mujer calmadamente- parece que no me equivoque en confiar, que algún día serias Hokage. Te has vuelto sabio.


Los líderes se ubicaron en sus asientos. También Hanabi y demás integrantes de la comitiva. Ella se comportaba completamente normal en público. No se la veía sumisa ni esquiva. Una actitud muy diferente cuando visitaba la casa Uzumaki en los últimos meses. Pero no era tiempo de pensar en ese asunto. El Hokage tenía que atender primero lo primero, luego sería tiempo de ver lo que sucedería con ese niño que crecía en el vientre de su cuñada. Entonces Naruto comenzó a describir la información que tenia de la división de interrogatorios, y dio la palabra a Shikamaru del clan Nara para que informara sobre lo descubierto en el escuadrón de Criptología

-Nuestra mejor descifradora Shiho Kazahara, ha analizado las 214 carpetas encontradas en la residencia del principal sospechoso de liderar la organización oculta en Konoha.


Todos sabían que Hatake Kakashi había sido acusado por ello, así que no hacía falta ni nombrarlo. Incluso los líderes secretamente estuvieron buscando en el interior de sus propias familias, si las antiguas conexiones de la vieja Raíz aún seguían activas. Nadie quería quedar enfrentado al séptimo Hokage. Nadie quería quedar desprestigiado por la horrenda reputación del grupo que supo liderar Danzou Shimura.


-En el exterior de cada archivo previamente cerrado se pueden leer 200 nombres propios, 10 nombres de territorios aleatorios importantes. Y 4 sobre lugares que no aparecen en los mapas conocidos. Esas mencionadas 4 carpetas están frente a ustedes, -señalo Shikamaru mientras todos observaban una mesa en el centro con los documentos, más una quinta con el nombre del Hokage en su cubierta. Esto señores, es claro indicativo de espionaje.

Naruto tomó la palabra interrumpiendo el informe. Algunas cosas habían escuchado en la previa y quería aclaración a viva voz para que todos los demás líderes también lo supieran.

-Tengo entendido que cada carpeta tenía un sello que protegía su contenido Shikamaru. –Señaló neutralmente- ¿pudieron los Shinobi de Criptología descifrar como abrirlo? ¿Qué ha pasado con las restantes carpetas con información?

-Lamentablemente, el sello que protegía cada carpeta de archivo no es conocido por nuestros expertos. Pero debo aclarar que tampoco fue un impedimento para abrir cada carpeta y revisar su contenido.

-¿Un sello que no necesita ser vulnerado? –Consultó Chouji confundido- ¿Y para qué sirve dicho sello si se puede abrir el archivo libremente?

-Temo que es más complicado que eso –añadió Shikamaru calmo.

-¿Entonces que ha encontrado Nara-san en el interior de esos archivos? –Interrumpió curiosa Tsume- me resulta bastante complicado pensar en Kakashi como un traidor. Fue Hokage y su conducta tanto antes como después fue intachable. ¿Qué información tenían los archivos sobre todo el cuento de Raíz?

-Nada…absolutamente nada –respondió Shikamaru.

-¿Cómo que…. “nada”? –Preguntó Ino que hasta el momento se había sentido inquieta por su propia situación personal- ¿Nada sobre Raíz? ¿O nada de nada?

-Cuando digo que no encontramos nada, -aclaró Shikamaru algo incómodo- me refiero a más de 200 archivos con puros papeles en blanco. Nada adentro de las carpetas, hojas y hojas en limpio. Sin marcas, sin rastros de escritura. Lo único que pudimos detectar en ellas, es signos inequívocos de chakra.


Naruto se puso de pie. Desde adentro le surgía la tremenda frustración que no podía contener por más esfuerzo y experiencia que tuviera a cuestas. Dijo lo que todos pensaban en ese momento. Lo dijo con una voz fuerte y cargada de frustración:

-¿COMO QUE NADA? ¿COMO PUEDEN SER 214 CARPETAS EN BLANCO? ¿QUA HAY DE LOS NOMBRES AFUERA DE LA CUBIERTA? ¿TAMBIEN DESAPARECIERON POR ARTE DE MAGIA? ¿POR QUE RAZON SELLAR CARPETAS LLENAS DE PAPEL EN BLANCO?


Shikamaru no pareció especialmente impactado por el reclamo. Miró con su típica expresión de aburrimiento, y abriendo una pequeña libreta en sus manos, revisó de hoja en hoja como si buscara el detalle clave de una disertación. A continuación de pensar y leer en silencio algunos segundos, levantó la vista y respondió calmadamente:


-Luego de abrir algunas carpetas y encontrarnos con nada, el cuerpo de Criptología comenzó a tomar en serio el asunto del sello. Si bien su función no parecía ser bloquear el acceso al interior, era evidente que al abrir dichos archivos se activaba. Shiho no conoce un sello que actue de esta forma, pero tiene la teoría que la verdadera seguridad de ese sello, es borrar la información del interior en tanto sea abierto imprudentemente.

-¿Dices que el sello elimina la información del interior si no es abierto correctamente?

-Es correcto…-dijo Shikamaru ante la consulta de Tsunade, y luego pudo notar que la mujer había pensado en algo sobre el asunto por su gesto- ¿Tsunade-sama conoce el tipo de sello?

Todos miraron a la quinta Hokage. Ella parecía aturdida en su pensamiento. Era evidente que trataba de rescatar de la memoria el punto en cuestión.

-No estoy segura al completo…-anunció la mujer pausadamente- pero creo recordar que mi ex-compañero de equipo Orochimaru, portaba un diseño de sello que tenía ese efecto. En su momento Sarutobi-sensei le pidió que entregara el secreto a Konoha, un sello que protegiera información clave, borrándola en el proceso, seria invaluable para misiones de mensajes. Es el cifrado perfecto, inviolable. Pero Orochimaru en esos tiempos, desertó de la aldea. Creí que nunca volvería a ver ese sello en mi vida.

-Es un diseño complicado ciertamente….-dijo otro de los ancianos consejeros que pertenecía al clan Sarutobi, mientras revisaba algunos ejemplos del sello dibujados en los informes que tenía cada integrante de la junta en sus manos- ¿Cuántos trigramas combinados? ¿Ocho, nueve? Mucho trabajo debió llevarle a quien lo ha creado. ¿Era el Sannin Orochimaru un experto de esta magnitud? Según recuerdo, solo un clan tenía tanta capacidad con estas técnicas. El antiguo clan del remolino.

Todos sabían que se refería a los Uzumaki. Era también conocido el rumor que involucró a Danzou, Orochimaru y la antigua raíz, con los eventos que llevaron a la destrucción de esa aldea aliada. Mucha sangre había corrido por el secreto de los sellos Uzumaki, y la capacidad de sus usuarios para contener a las criaturas compuestas por chakra. No había mejor ejemplo que el actual Hokage para describir eso.


-¿La información no puede recuperarse? –Consultó Ino anticipando las preguntas mentales de varios- ¿O acaso el sello borra definitivamente la información?

-No tenemos información al respecto, -añadió Shikamaru- no conocemos la composición interna del sello y es obvio que en este punto estamos sin salida. Puedo razonar que es posible recuperar la información. El sello en la cubierta se presenta de color negro, cuando su origen era de rojo. Tengo la teoría que así como absorbió la tinta del interior, puede devolverla si se le aplica el contrasello requerido. Aun así, si acaso mi idea es la versión correcta, no tenemos forma de saber la combinación correcta, sin conocer cómo se implanta el cifrado original.

-¿Que han obtenido de los interrogatorios? –Preguntó Naruto molesto- ¿Qué ha dicho Kakashi?

-Ha declarado que nunca ha ingresado a ese cuarto de su casa. –Señaló Shikamaru lacónico- no sabe cómo las carpetas llegaron ahí. Piensa que pudieron estar desde el anterior dueño. O tal vez alguien las puede haber dejado ahí para inculparlo de algo. Y como ningún archivo tiene su nombre escrito, básicamente no tenemos nada en su contra.

-¿Qué quieres decir con eso? –consultó Chouji sin poder seguir la línea demasiado.

-Que aunque podamos presumir que existe un grupo de ninjas organizados clandestinamente a espaldas del Hokage. –Señaló Shikamaru revisando nuevamente su libreta- No tenemos pruebas físicas que vinculen a nadie realizando ninguna misión, tanto dentro como fuera de Konoha. No hay denuncia de otras aldeas, reclamos del feudal o del ejército regular de las ciudades sobre actividades ilegales. Si Raíz se ha reactivado, no ha utilizado ni sus viejos contactos, ni los viejos cuarteles y almacenes donde solía funcionar. No tenemos nada que nos indique claramente una reunión de dos o más Shinobi, en complicidad de realizar acciones ilegales.


-¿Qué hay de los nombres en las carpetas? –Dijo Naruto ofuscado- ¿Eso no significa nada? ¿Acaso no podemos tener algún registro de algunas misiones donde estuvieran juntos? ¿No han sacado nada de los interrogatorios?

Ibiki Morino ha utilizado la información que tenemos sobre presuntos movimientos de Raíz. Pero ningún ninja arrestado parece conocer de lo que hablamos. Además, no se hablan entre ellos ni parece afectarles lo que le ocurre a otro. Los Yamanaka han enviado a sus mejores penetradores de Psiquis. Pero no existe resistencia alguna por parte de los interrogados.

-¿Resistencia? –indicó Tsunade y luego miró a Ino que debía saber mucho más del tema.

-Usualmente tenemos que penetrar en la mente, forzándola. –Argumentó Ino ligeramente- un buen indicativo de culpabilidad, sería que quienes son sometidos a esos jutsu, intenten resistirse. Eso levanta ciertas barreras mentales y lleva tiempo romperlas. Pero nos daría la pista de algún asunto turbio ocurriendo. En general, la mente tiende a proteger los secretos más valiosos.

-Nada de eso ha ocurrido. –Apuntó Shikamaru- los Shinobi Yamanaka fueron altamente recomendados por la líder de su clan aquí presente. Sus antecedentes son impecables, nunca fallan en un trabajo. Y han revisado sin encontrar nada. Todo lo que sacaron de las mentes escrutadas, es el conocimiento común de la vieja Raíz. Pero no hay nada de nuevas actividades desde la muerte de Danzou a manos de Uchiha Sasuke. Cuando el viejo grupo comenzó a disolverse.


Hubo un minuto de silencio. Naruto se sentía frustrado, confundido y estafado. No había prueba física ni mental de la existencia de Raíz. Ni siquiera Shikamaru seguía con la teoría propia sobre su existencia. Simplemente estaba analizando sobre lo que tenía actualmente, y no era mucho. En realidad no era nada. Solo muchos archivos protegidos magistralmente, que no enseñaban nada. Pero Shikamaru era eficiente en su trabajo, y siempre tenía una carta bajo la manga.

-Por ahora no tenemos nada…-dijo sin dudas- pero aún tenemos una oportunidad. Resulta que no hemos abierto todas las carpetas. Cuando entendimos cómo funcionaba el sello, dejamos las más importantes cerradas por prevención. Creemos que todavía podríamos encontrar una manera de obtener esa información.

-¿Cómo lo harías? –Consultó Tsunade interesada- ese sello según recuerdo era inviolable. No se puede romper por la fuerza. Solo abrirse para quien lo sepa hacer.

-El ANBU conducido por Sai, ha puesto bajo arresto a muchos sospechosos. –Proseguía Shikamaru- pero puede que no todos sean parte activa de esa organización. Hemos concentrado la sospecha sobre los más importantes. Pero tal vez algunos de ellos puedan ayudarnos.

-¿Por ejemplo quién? –preguntó algún líder

-Uzumaki Boruto….-añadió Shikamaru- esta arrestado y sospechado de ser parte de esto. Pero una buena forma de comprobarlo, sería ponerlo bajo la elección de ayudar o entorpecerlo todo. Tenemos 4 carpetas con su nombre sin abrir. Mas la que tiene el nombre del Hokage. Si tengo razón, él puede conocer la manera de abrirlas. Los nombres tal vez refieran a eso. O por lo menos comprobar frente a frente si acaso oculta algo.


La idea ganó la mente de todos, y luego de algunos minutos de debate donde Naruto se mantuvo en silencio, quedaron convencidos que debían traer al joven Uzumaki ante ellos. Si acaso colaboraba abriendo los archivos, podían considerar ser compasivos. Era necesario saber que tenían adentro. En pocas semanas había una nueva reunión de los Kage, esta vez en el país del viento. Y Naruto no podía ir a ese encuentro temiendo que algunos de sus ninjas actuaran a sus espaldas para arruinar la paz. Algo debían hacer. No podían quedarse de brazos cruzados.


Ino mientras tanto, trataba de fingir estar tranquila. Pero comenzó a preocuparle esta nueva idea. Había recibido un mensaje días atrás, con su código y nombre clave para trabajar en raíz. Luego de eso, la misión de designar a los 5 familiares indicados para esa tarea. No existía otra indicación para ella, pero le parecía obvio que aquellos ninjas también pertenecían a la raíz en otro nivel. Así que los rastreos mentales quedarían en nada. ¿Y ahora iban por la parte de los archivos? ¿Acaso todo era parte del plan? Shikamaru parecía haber sacado esta última idea del momento. ¿Estaría Bolt preparado para ello?


*******************************************



Sarada Uchiha se sentía atrapada…


Comenzaba a sentirse nerviosa, acalorada, fuera de los cabales. Los días trascurrían y su arruinada oportunidad de asesinar a Ino Yamanaka la frustraba más y más. El asunto era aún más grave, cuando su madre retorno a la madrugada siguiente del ataque para informar con alivio que la explosión en el hospital no había cobrado la vida de nadie. Sin víctimas, sin bajas que lamentar. Sarada intentó por todos los medios no parecer interesada, pero en cierta forma hubiera sido sospechoso no estarlo mínimamente.


-¿y qué ha pasado con los del turno nocturno Ka-san? –Habría preguntado la joven en medio del desayuno junto a su madre esa mañana- según me está diciendo, las oficinas del tercer piso hicieron explosión.

-Ino era la única en el lugar –anunció la pelirosa- pero no te preocupes querida, tu tía está bien. Salió ilesa de la explosión. Fue una verdadera fortuna.


Sarada no lo podía entender. ¡¿Cómo había logrado esa maldita mujer escapar de la trampa?! Según recordaba, la dejó inconsciente y en el epicentro de lo que serían múltiples explosiones. Incluso había dejado papeles explosivos bajo ella, si acaso se movía o despertaba por cualquier motivo, activaría desde adentro la trampa explosiva. ¡Tendría que estar muerta!

Su madre no paraba de hablar con claro alivio de la situación. Y Sarada en su interior no paraba de asesinar con el pensamiento a su “tía”, tratando además de razonar las formas que la llevaron a escapar ilesa. En tanto, Sakura le conseguía la tan esperada respuesta en una mera conversación casual:

-Por suerte Ino tuvo un ángel guardián….-suspiró Sakura contenta e inocente de la situación- tu Boruto llegó a tiempo para sacarla de ahí. Fue un verdadero milagro.

Eso lo explicaba todo. Aunque pareciera increíble, esa noche Boruto tenía pensado encontrarse con su amante. Fue al turno nocturno del hospital para hacerle el amor, como tantas otras veces seguramente. Sarada no había pensado en eso. Tal vez fue casualidad, tal vez…

-Sarada te noto preocupada…-le dijo la madre mirándola fijamente y tomándole de la mano- ¿Qué sucede cariño?

Sucedía lo impensable. Ino sabía perfectamente quien le había puesto esa emboscada. Sarada luego de golpearle la cabeza, era consiente que su tía la había visto claramente antes de perder el sentido. Incluso le dijo claramente “esto es por meterte con mi Bolt”. Y la dejó para morir ahí. Sarada esperaba ser arrestada en cualquier momento, pero nada de eso había ocurrido.

El trascurso de los días no cambió la situación. Sarada se sintió muy nerviosa a la mañana siguiente del atentado, y luego aumentaba día con día la ansiedad. ¿Por qué Ino Yamanaka no había dicho nada sobre la identidad de su atacante? ¿Sería porque era hija de Sakura? ¿O tal vez porque se sentía culpable de estarse follando al prometido de la joven hija de su mejor amiga? por las razones que fuere, Sarada no podía digerir que Ino además de salvarse de su ataque, decidiera “perdonarle la vida”. Era como un insulto, como una ofensa. Era como un “no necesito delatarte para estar a salvo de ti”

Entonces, ante la preocupación de una madre que no comprendía las furias de su hija, Sarada se encerraba durante horas completas en su habitación. Aislándose, incluso de su madre, todo para preparar su siguiente y definitivo golpe. Poco a poco las ideas de asesinar en las sombras a la amante de Bolt, fueron mutando a un peligroso nuevo concepto. Matarla a cualquier precio, matarla a la vista de todos. Solo matarla, aunque se condenara eternamente al fuego del infierno.

Golpes a la puerta de su cuarto….

Sarada estaba afilando algunos kunai mientras planificaba donde y cuando clavarlos en su enemiga jurada, y los golpes a su puerta la sacaron de concentración. La voz que surgió tras ella no era esperada. No se trataba de su madre, sugiriéndole entre sollozos que comiera algo. Tampoco se trataba de Konohamaru-sensei, quien por pedido de Sakura había tratado de sacarla a entrenar y tomar aire fresco. Esa voz detrás de la puerta, era dulce y tímida en cierta forma. La muchacha que en cierta forma era tan cómplice como “rival” en los asuntos que preocupaban a Sarada sobre su futuro con Bolt.

Se trataba de Himawari Uzumaki, la hija menor del séptimo Hokage.



***************************************************


-¿Reconoces estos sellos Boruto?

La pregunta era directa, y no había forma de evitarla. Podía decir que no los conocía, pero seguramente su padre estaba registrándolo con ese maldito sexto sentido “dorado”. La más ligera variación del chakra lo delataría. Sin embargo, la postura física y los gestos de Boruto Uzumaki no tenían rebeldía alguna. Se lo veía desganado. El joven Shinobi avanzó un par de pasos, tomándose las muñecas donde previamente habían estado los grilletes. Lo liberaron en la puerta de entrada a la sala del consejo. No había dado la mínima muestra de querer escapar a ningún lado.

-Si….-señaló el joven sorprendiendo a la mayoría- este sello lo conozco y también se cómo abrirlo.


Shikamaru y Naruto eran los más sorprendidos. Aunque Ino lo estuviera en igual medida, en realidad estaba tratando de recordar con exactitud cómo se respiraba. Por lo tanto su bello rostro no denotaba igual impacto a los demás.

-¿Afirmas que eres el creador de estos sellos? –consultó algún líder ante el silencio general.

-Para nada…-respondió el rubio y Naruto no notaba ningún cambio en su chakra- pero me obligaron a estudiar sobre sellos, y a este yo lo conozco. Aunque no tenía los detalles lujosos de los últimos dos trigramas, aun así….-finalizó tranquilamente- era un diseño del clan Uzumaki.

-Criptología ha dicho que este sello no puede ser abierto por nadie, mas allá de su creador –añadió Shikamaru Nara seriamente- ¿Cómo puedes abrirlo si afirmas no ser quien lo realizado en primer lugar?

-Muy sencillo….-definió acercándose a las carpetas expuestas en una mesa central- porque soy descendiente del clan Uzumaki. Y los diseños de sellos con nuestra marca, modificados por otros o no, son vulnerables a nuestra sangre.

-¿Y qué quieres a cambio de abrir los sellos ahora mismo? –Preguntó Tsunade negociando la cuestión- podemos ofrecerte…

-No quiero nada consejera…-respondió interrumpiendo el joven- lo haré en este momento. Sin condiciones.


Adelantó un par de pasos, y mordiendo un pulgar obligó a sangrarse para derramar una sola gota sobre cada sello. A continuación realizó una secuencia de sellos a máxima velocidad que pocos pudieron seguir y finalmente apoyó su mano sobre cada carpeta una tras otra. Las marcas brillaron en rojo, luego en azul y finalmente desaparecieron. Algunos todavía esperaban una reacción negativa, pero Boruto no hizo más que retroceder y colocar las manos por detrás. Parecía dispuesto a volver a su prisión sin problemas.


-¿Eso es todo Hokage-sama? –preguntó el joven con total pasividad y frialdad. Haciendo parecer que solo el líder estaba presente en el lugar.


Todos se miraron sin todavía comprender. El chakra en el hijo de Naruto fluía a niveles bajos y constantes. No había mentido, ni intentado reaccionar, ni tampoco escapar. Muchos en esa reunión eran conscientes que de haberlo deseado, Boruto Uzumaki podría derrotar a prácticamente todos en ese recinto. Solo con uno, con el mismísimo Hokage, hubiera tenido verdaderos problemas para combatir.

-Llévenselo…..-apuntó Tsunade ante la nula respuesta de Naruto que no sabía cómo evitar lo evidente. –luego de evaluar la información se decidirá si seguimos adelante con los juicios.



Los guardias ANBU lo aprisionaron nuevamente apenas entraron al lugar, y un par de minutos después habían abandonado el recinto. Serian horas muy angustiantes para el lord Hokage. El consejo de clanes accedía a una información más increíble de lo que pudiesen esperan. Las palabras clave en las 4 carpetas que se abrieron desataron una revolución. “Granito”, “Arena dorada”, “Niebla Sangrienta” y “Rayo negro”. Hasta ese momento, Naruto Uzumaki temía que su liderazgo fuera puesto en duda por la existencia de Raíz. Pero esa situación se trasformó en la menor preocupación, al comprobar que toda la alianza estaba intervenida. El problema del espionaje no era de Konoha finalmente, sino de todo el mundo. Y tanto el líder, como las cabezas más importantes de la aldea de la hoja, lo comprendieron perfectamente.



**********************************************


En el trascurso de los 30 días siguientes, la política mundial dio un giro bastante pronunciado. El Hokage de la hoja entregó en una reunión privada a sus pares del liderazgo los informes sobre las organizaciones en cada aldea. Envuelto en su chakra dorado, Naruto obtuvo de sus colegas la pura verdad. No iban a poder ocultar una mentira, aun si quisieran. Los Kage tenían la reunión en secreto, por pedido de Naruto, y lo cierto era que tanto consejeros como ninjas en todos los rangos de cada villa, estaban implicados en la traición.

De los líderes, solo Gaara de arena conocía la existencia del grupo comandado por su hermano Kankuro, y se justificó aduciendo que conocía el espionaje que las demás villas realizaban. Acto seguido, extendió la promesa de desactivar “arena dorada” en cuanto los demás dejaran el espionaje. Hubo gritos, reproches y advertencias de guerra. Pero finalmente los Kage entendieron que sus verdaderos enemigos no estaban en esa habitación. Los rivales de su liderazgo, no eran otros que los propios ex-Kage o ninjas de su misma villa. Y actuaron tal como se esperaba de ellos. Arrestos masivos, destituciones al por mayor y la velada amenaza a sus respectivos feudales contra financiar a nadie que se opusiera a los actuales Kage de cada aldea.

Paradójicamente, Naruto consiguió con esta revelación lo que había añorado desde hacía años con sus constantes reuniones, la firma de la paz garantizada por sus colegas en el mando de los 5 países. Ahora los líderes tenían el apoyo de sus colegas, y así lograrían imponer su autoridad sobre propios y extraños. A nadie le convenía ir a la guerra contra el extranjero, cuando en su aldea podía volver a surgir otras organizaciones secretas que socavaran sus mandos.

Naruto increíblemente, había conseguido la paz tan perseguida desde siempre.

Dentro de Konoha, Sai y Shikamaru pusieron al servicio su tiempo y talento para objetivos opuestos. Si bien se suponía que debían buscar las pruebas para iniciar los juicios por espionaje, Sai y los miembros de Raíz distribuidos en los determinados departamentos, se encargaron de ir eliminando pruebas durante el proceso. Fue un trabajo sutil, porque lo poco que había estaba en los archivos encontrados en la casa de Kakashi. Pero cualquier otro cabo suelto en informes de misión o archivos de trabajos antiguos, fue rápidamente maquillado para generar normalidad aparente.


Para cuando Naruto regresó victorioso de la reunión con sus colegas Kage, prácticamente no quedaba nada que pudiera ayudar a encerrar o ejecutar a miembros ya capturados de Raíz. En pocos días, solo Kakashi y Boruto tenían algunas razones para continuar bajo custodia. Y en cuanto Naruto regresó, encontrándose con ese panorama sin pruebas, decidió cerrar el asunto a su manera. Habló personalmente con su antiguo maestro Kakashi, en soledad y sin nadie escuchando lo que se dijeron. Y días después, el peliplata se declaró culpable de mantener en su poder información clasificada, siendo ya un ninja retirado. La sanción lo obligaría a 5 años de prisión domiciliaria y eso más bien parecía una bendición, considerando que casi nunca salía de su mansión en primer lugar.


Boruto fue liberado sin levantarle cargo o sanción. No existía prueba física de su conexión con el espionaje de Raíz. Solo había aportado su conocimiento en sellos, otorgados por Kakashi. Y no se había resistido para abrir los sellos que nadie podía. Logrando entregar la valiosa información que llevó toda la política hacia la paz. El muchacho no había vuelto a sonreír o hablar. Esos días en prisión los estuvo soportando en silencio. Tenía mucho que pensar, y su trabajo había terminado. La última misión de Kakashi-sensei, había sido abrir los sellos de las carpetas que fueran presentadas en la reunión del consejo. Bolt obedeció, aun cuando no sabía lo que contenían ni si le llevaría esa información a la cárcel de por vida. Aun así cumplió el pedido de su maestro, y se despidió de su trabajo como agente de Raíz. No estaba de acuerdo con entregar a la organización a la cual pertenecía, pero tampoco cuestionaría al líder si consideraba que eso era lo correcto.


Su padre había vuelto, con la noticia de la paz instaurada y acuerdos compartidos con todos los líderes incluidos los Samurai. La década del espionaje había finalizado, los procesos y juicios en cada aldea arrojaría un sin número de suspendidos, encarcelados y hasta ejecutados. Los feudales tendrían que aceptar la nueva realidad de los países elementales.

Boruto Uzumaki, solo regresó a la oficina del Hokage por una razón después de todo el incidente. Ingresó con un documento y lo entregó en mano de Moegui que tomaba nota de algunos trámites que el Hokage realizaba. Dicho documento, no era otra cosa que un pedido formal de traslado. Boruto podía formar parte de alguna embajada en cualquiera de las aldeas aliadas. En cuanto Moegui consultó la razón de este extraño pedido para un ninja de su categoría, el joven respondió mas para su padre que para ella:


-Hace tiempo, mi padre prometió que con tal de no tenerme a su lado, podía elegir cualquier función o trabajo a realizar. –Naruto quiso decir algo, pero el joven continuó impasible- entonces elijo irme de Konoha para ser embajador. Aquí no tengo más nada por hacer.

-¿Significa que no te casaras con Sarada-chan? –dijo Naruto serio y algo preocupado por lo que sucedía ante sus ojos.

-El acuerdo se va a terminar cuando los tiempos límites se superen. –respondió Bolt sin emoción- Sarada-chan sabía perfectamente que yo no pensaba continuar con ese asunto.

-¿Se lo has dicho?

-Lo haré….-indicó intempestivo el joven Uzumaki- pero ese no es asunto del Hokage, sino el cumplir la promesa que me hizo. Yo podría elegir adonde ir, y escojo irme de Konoha. Ahora solo queda firmar el documento y dejarme ir. Eso es todo.


Naruto se puso de pie, estaba a punto de decir algo, cualquier cosa para retener a su hijo, pero no supo bien como. Se había equivocado, era consiente que tanto Shikamaru como el mismo, se habían equivocado mucho sobre considerar a Raíz como el enemigo. Gracias al grupo comandado por Kakashi, se pudo desenmascarar a todas las organizaciones extranjeras que socavaban la paz que Naruto y el resto de los Kage intentaban imponer. Ahora Naruto por causa de todo eso estaba distanciado de sus hijos, de los dos. Porque Himawari había dejado muy clara su postura con respecto a lo sucedido. Naruto lo recordaba bien, hacía más de un mes:


Flash back:


Desde que se supo que Bolt estaba arrestado, Himawari no había vuelto a hablarle a su padre. En la casa lo evitaba todo el tiempo. En la oficina no le dirigía la palabra, dejando a sus compañeros de equipo recibir las órdenes de cada misión. Himawari no estaba enojada, estaba completamente furiosa. Y Naruto supo exactamente el nivel de rechazo que había conseguido de su hija, cierta noche que intentó confrontarla. La joven había terminado de cenar sin emitir palabra alguna como de costumbre, y Naruto la persiguió por el pasillo para tratar de arreglar la situación:


-Hima-chan…..hija…..por favor tengo que explicarte lo que….-la tomó del brazo para que ella se volteara a verlo- Hima-chan…

La joven se giró rápidamente, y con el impulso le asestó a su padre una bofetada que hizo resonar toda la casa. Respiraba pesado, Naruto tenía el rostro de lado con la mejilla ardiendo, tratando de entender lo que estaba sucediendo. Himawari jamás había hecho algo parecido. Siempre fue una niña dulce y encantadora. Era increíblemente parecida a Hinata en la juventud, pero cuando su temperamento despertaba, definitivamente tenia cosas de su abuela Kushina.

-Hija… ¿Por qué?

-¡Metiste en prisión a Onii-chan! –Gruñó con el rostro colorado y lagrimitas de frustración contenida- ¡Eres un monstruo! ¡TE ODIO! –Se dio la vuelta para irse a su cuarto enojada- ¡No vuelvas a hablarme nunca más!


El portazo de su habitación finalizó la horrible charla. Naruto esa noche no pudo dormir. En la oscuridad del cuarto, mientras su esposa dormía a su lado, rememoraba el rostro de su hija; y la mirada de su hijo en medio de su arresto. Estaba definitivamente mal con las dos personas que más amaba en la tierra. Sus pasos como líder y Hokage, se ponían en duda aun teniendo el éxito conseguido.

Desde niño, había añorado ser Hokage, y ser reconocido. Pero también tenía el sueño de no estar solo. De tener familia y ser feliz. Su esposa nunca lo abandonaría. Hinata siempre lo amaría pero eso no era suficiente. Tanto Boruto como Himawari, eran las personas más importantes de la vida de Naruto. Esa paz tan soñada y buscada, era solo para ellos. Para sus vidas y las vidas de sus futuros hijos.

Algo tenía que hacer para cambiarlo. Algo tenía que hacer para evitar destruir ese desgastado vínculo con ambos hijos. Y volver a estar todos juntos y felices. A pesar de todos los errores del pasado. Algo debía hacer.


Fin del flash back



Naruto tenía el documento entre sus manos, y su hijo se retiró de la oficina. Recordaba sus propias palabras hace meses, donde le dijo con claridad que no quería tenerlo a su lado. Donde le afirmó con certeza, que jamás le enseñaría las técnicas de familia (que por derecho le pertenecían) porque simplemente no confiaba a él. Esas palabras se habían dado vuelta completamente. Raíz no era un grupo que había atentado contra los acuerdos de paz, sino aquel que por los medios necesarios, los había preservado.

-Hokage-sama….-le interrumpió el pensamiento Moegui viéndolo aturdido- ¿debo tramitar el pase de su hijo hacia alguna embajada?-ante la nula respuesta, la secretaria insistió- supongo que Sunagakure es el lugar más seguro. Kazekage-sama siempre ha considerado a Boruto-kun como un ahijado.

Naruto no le respondió, simplemente tomó el documento legal y lo hizo pedazos. Ni de broma iba a permitir que su hijo se fuera de su hogar. Todos podían cometer errores, y Naruto nunca se había considerado perfecto. Pero pocos podían admitirlos y tratar de repararlos. Era cierto que tanto Kakashi como Boruto no habían actuado legalmente. Pero tampoco sus acciones supusieron un daño a la aldea de la hoja. Naruto podía no estar de acuerdo con los métodos de su antiguo maestro, pero el resultado estaba a la vista. La paz estaba instaurada en todo el mundo Shinobi.

Y Boruto bien o mal, había aportado lo suyo para conseguir el objetivo.


Fin de la parte 1
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Mensaje por muertoun26 Jue Feb 16, 2017 4:29 pm

mmmmm, no quiero decir que el final del cap me decepciono, pero si me dejo con un sentimiento de ya nada.
Generalmente en las historias donde los personajes tienen que convertirse en un mal más grande para proteger a sus amigos, termina con que tienen un cruel pero justo castigo, a ratos casi poético. Se que no es el ultimo cap, pero ya que le has dado tantas cartas a jugar a la raíz y ninguna a los demás, es medio obvio para donde van las balas.
Repito no es un mal cap, pero la idea de que hicieron lo que quisieron y se salieron con la suya sin ningún coste no se me va.
Bueno ignora este comentario de solo un loco que analiza demasiado las cosas, conti conti.
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Mensaje por lobo189 Lun Mar 06, 2017 9:49 pm

Aquí está mi comentario aunque tarde.

Después de haber leído el capítulo yo también pienso que es como si a la Raíz, a Kakashi y a todos los demás implicados les haya salido todo bien, ya cuando comencé a leer el capítulo y llegué a la parte de las 4 carpetas algo me decía que eran las otras 4 ladeas ninja. En las demás aldeas si hubo arrestos masivos y demás, pero en Konoha no hubo casi nadie que cayera de verdad, Kakashi solo estará en arresto domiciliario durante un tiempo y encima Naruto tiene que agradecerles por lo que hicieron y de paso sentirse culpable con su hijo.

Boruto se siente deprimido, triste; etc., dice en parte por no ver a su familia, vamos que no vio a su hermana y madre solo unos meses, no es que su padre le haya prohibido no verlas jamás y además porque su padre no confía en él, como quiere que sea de su confianza si ha hecho su última misión en las mismas narices del Hokage, abriendo las carpetas y aunque diga que todo lo que ha hecho es por Konoha, le ha engañado a su padre hasta el último momento, como quiere que Naruto confíe en él, hay que ser muy…

Con lo que se refiere a Himawari creo que ayudará de alguna forma a su hermano.
Una vez dijiste que no siempre será justo para todos y que no todos se saldrán con la suya, pero a mí me parece que a Kakashi le salió todo bien, a Boruto por lo que se ve también le saldrá todo bien (en toda la historia no hubo algo que me haga simpatizar con él, algo fuerte por lo que haya pasado) y no tuvo ni tendrá un castigo o algo por el estilo que lo marque de por vida.
Shikamaru llegó a ser mi esperanza en algún momento y que descubriría todo pero acabó como acabó.

Personalmente me hubiera gustado que Naruto terminara de una buena manera, con una buena mujer, con un buen hijo y heredero, en fin con más respeto y que se hubiera hecho respetar.

Como siempre espero que hayas leído esto y no te moleste algo de lo que he escrito. Hasta el próximo capítulo, saludos.


P.D.: Quería ver al Kyubi interactuar con Naruto, con un rol más protagónico.
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Mensaje por arminius Mar Mar 21, 2017 5:01 am

bueno amigos, queda la tercera parte del capitulo 20 por venir, y luego solamente el epilogo.

algunos detalles sobre sus comentarios...

debo recordarles que fuera de mi costumbre, naruto no es el personaje principal de este fic. no forma parte de la pareja propuesta al comienzo y tampoco los argumentos van directamente con el. esa es la razon que no tendremos mas intereaccion kyuubi-naruto o cosas parecidas. en futuros proyectos puede que lo haga.

la decepcion por el capitulo anterior, espero que pueda compensarse en los siguientes.

entiendo que no sienten empatia por boruto, pero como dije especificamente al comienzo de esta historia:

"tierra de traidores no es un fic donde existan heroes y villanos"

aunque, si lo que estan buscando es castigo para boruto por sus acciones durante la historia, permitanme adelantarles que su final es muy triste. tanto que durante toda la historia estuve considerando cambiarlo. particularmente no veo malo a bolt, simplemente es un ninja actuando como ninja. que es para lo que lo entrenaron. en todo caso, es naruto el sujeto que no actua como ninja. que es un bicho raro de ese sistema de educacion antiguo. pero bolt en particular, es ninja y actua como tal. y mas aun, fue entrenado como espia. esa la razon por la que actua asi.

¿y porque se siente decepcionado y dolido bolt? algo que aclararé en su momento, en el capitulo siguiente seguramente.

saludos.



CAPITULO 20: DESDE LAS RAICES DEL ALMA, PARTE 2


Sakura había dado instrucciones específicas a las enfermeras sobre cómo actuar…

Durante mucho tiempo se había aplicado a fondo para evitar todo contacto con Boruto Uzumaki. Tenía que lograr olvidarlo. Tenía que dejar de sentir en su piel la necesidad de tenerlo cerca. No fue nada sencillo al comienzo. Su femineidad y su cuerpo se activaron como un volcán. Se sentía más joven, más fuerte y revitalizada. Era una profunda desgracia que la causa de toda esa explosión de felicidad, estuviera en manos de un joven que apenas si superaba levemente a su hija en edad. La situación problemática además, continuaba por los caminos de la identidad de ese joven.

Hace tiempo, Sakura había hablado con su única hija sobre su oportunidad de tener un amante. Le había confesado su pecado, al menos en parte, pero la niña no reaccionó nada bien ante el suceso. Tal vez aún conservaba a su padre en el altar del que pronto caería, tal vez simplemente no podía concebir a su madre como lo que también era desde siempre; simplemente una mujer. Por las razones que fueran, Sarada no aceptaba que su madre tuviera un amorío, y Sakura le prometió a su niña que ya no volvería a verlo jamás.

¡Pero era tan difícil!

Bolt podía tener actitudes muy toscas y sospechosas en la vida diaria, pero particularmente durante el sexo, era un amante extraordinario. Voraz y al acecho, consiente de su poder de seducción y bastante más avispado de lo que la edad sugería. Era evidente que había sido instruido por vaya a saber que Kunoichi para sacar partido a masculinidad. Y después del acto, Sakura había disfrutado pequeños detalles que nunca había experimentado con su marido. El cuerpo de Bolt era cálido, no frio como Sasuke después del acto amatorio. Además Bolt, solía quedarse al menos una hora extra abrazado a ella, en lugar de largarse o tumbarse de espaldas ignorándola. Le tocaba suavemente, cuando Sakura fingía estar dormida y sentía tenues caricias a sus cabellos y piel. En cierta forma, aunque se comportara como un hombre rudo, tenía cosas de niño necesitado de afecto. Sakura hace años hubiera esperado esa clase de cosas provenientes de su marido. Pero ya no, ahora conocía ese placer en manos de otro hombre.


¡¿Por qué tenía que ser justo Boruto Uzumaki?!

El novio de su hija, una calamidad. El prometido de su hija, una tragedia. El amor de la vida de su hija, un desastre. Sakura se había pasado escapando de un hombre que podía hacerla feliz. Y no era ni el principal, ni el último de los problemas a resolver.

-Sakura-sama….-le interrumpió el caminar por el pasillo una enfermera- el paciente que estaba esperando, fue enviado a su consultorio particular.

Ironía….

Durante meses había elaborado un encaramado de trámites, enfermeras y médicos para evitar a cualquier costo que Boruto fuera atendido por ella. Y ahora en la última semana, visto los acontecimientos sucedidos, era exactamente lo opuesto que deseaba ocurriera. Por eso las ordenes inversas, por eso la ansiedad recorriéndole todo el cuerpo cuando ingresó al solitario consultorio para reencontrarse con él. Boruto estaba ya sentado sobre la larga camilla esperando a su médico. Y Sakura no dudaba que específicamente, la prefería a ella por sobre cualquier otra Kunoichi del hospital.

-Boruto-san….-alcanzó a decirle Sakura en cuanto el muchacho le dirigió la mirada- yo voy a atenderle este día.

“Boruto-san” pensó el joven Uzumaki con cierta molestia. Tratando de establecer una distancia formal. Era Sakura quien se había alejado. Era ella quien decidió terminar lo que tanto bien le producía a los dos. ¿Se resistía a sus impulsos básicos? ¿Había sido solo un momento de estallido en necesidad? ¿Simple y llanamente lo había utilizado para reemplazar sexualmente a su marido? Boruto podía elegir cualquier opción, pero solo por detrás del motivo más obvio. Toda la separación, era por Sarada.


-¿Acabas de volver de misión? –consultó Sakura acercándose con cautela y observándolo por si portaba heridas.

-Hai….-respondió neutralmente el rubio tratando de parecer despreocupado- pero no vine para hacerme curar alguna herida. La misión fue un éxito. No tuve daño alguno.


La misión no fue el problema, y la pelea con los mercenarios que lo acecharon durante el todo el viaje tampoco. Los sujetos tenían nivel de Jounnin. Pero incluso para ellos, fue imposible manejar el nivel actual de Boruto. Antes de entrenar con su padre, era un Shinobi peligroso por su capacidad de matar con un golpe. Su técnica de combinar el Junken con Goken le proporcionaba tal vez el puñetazo más penetrante y devastador del mundo conocido. Con el perforaba cualquier armadura, cualquier protección, cualquier cuerpo por más fortalecido con chakra o entrenamiento que se encuentre. El año pasado, Boruto solo tenía debilidades referidas a la resistencia y velocidad si se comparaba a si mismo con los mejores.

Pero después de pasar por el infierno de pelear con Naruto Uzumaki a diario durante un año, ahora su velocidad y resistencia casi no tenían comparación. Y si enfrentara a un Kage o Shinobi de alto nivel, aun podía sorprenderlo y asesinarlo de un solo golpe. Su padre alguna vez le había sugerido un nombre para ese golpe. Le dijo que podía llamarle a esa técnica “Himitsu no ken” que significa puño secreto. Porque era imposible de ver su efecto, hasta que el impacto llegaba y era demasiado tarde. A Boruto le había gustado ese nombre, el doble golpe combinado de técnicas físicas ahora sería su puño secreto.

-¿Entonces porque ha venido aquí? –interrogó Sakura dando un paso atrás, tratando de no parecer nerviosa- sino necesita atención médica, Boruto-san no debería estar aquí.

¿Acaso había venido por ella? ¿Justo cuando todo parecía terminado? ¿A pesar de no haberla buscado durante meses? No, no podían volver a lo mismo. No podían volver a follar como animales cuando la felicidad de Sarada estaba en juego. Sakura lo deseaba, era algo imposible de negar. Pero por Kami que no volvería a caer en tentación. No volvería a caer en la locura.


-Necesito hacerme exámenes de rutina…-aclaró el joven seriamente- me han ordenado que haga un examen completo. Tengo que reforzar vacunas y también comprobar si estoy inmunizado contra enfermedades foráneas.

Sakura conocía la situación. Moegui había estado presente en la oficina del Hokage cuando padre e hijo tuvieron esa conversación final. Y la razón de haber cambiado sus planes para “recibirlo” en las visitas de hospital, no era otra que tratar de saber más sobre ese asunto. Aun no podía creer que Boruto realmente estuviera pensando en irse a vivir a otro país.

-Reforzar vacunas y comprobar la inmunización contra enfermedades es un procedimiento para trabajar fijo en las embajadas extranjeras. –apuntó Sakura como no queriendo comprender la situación- recomiendo solo los análisis Boruto-san. No importa la misión que se tenga, no será suficiente tiempo para justificar el…

-He pedido el traslado a una embajada extranjera –añadió Bolt como si nada- estos análisis son obligatorios para calificar a esos trabajos. Le agradecería que pudieran darme los resultados en pocos días Sakura-sama.


Si Sakura creía que tratándolo con distancia era lo indicado, comenzó a flaquear en el preciso momento que la respuesta de Boruto estuvo cargada de frialdad y respeto falso. Antes, cuando la nombraba así, era un símbolo claro de desprecio. La forma irritante que tenía para decirle “Sakura-sama” enfrente de otras personas. La manera grosera de dirigirse a ella en cuanto estaban solos. Y ahora simplemente le causaba dolor. Tenía información de Moegui sobre las intenciones de Bolt en mudarse de aldea. Y también suponía que Naruto no lo dejaría irse fácilmente. Pero también conocía el ánimo de ese muchacho. Tenía un valor incomparable cuando se proponía algo. Una voluntad de hierro. En definitiva, era hijo de su padre.


-No tiene caso hacer estos análisis Bolt….-dijo la mujer dejando de lado el formalismo inútil- tu padre nunca…


-Eso no tiene que importarle Sakura-sama…-interrumpió secamente el rubio- el me hizo una promesa, y su palabra se cumple. Puede enojarse y usar todo su poder si quiere. Pero mi voluntad es tan fuerte como su palabra empeñada. Es mi decisión finalmente.

Sakura sentía mucho dolor por la situación. La idea de no poder estar en la intimidad con Boruto era de por si una molestia grande. Pero si todavía se aumentaba el dolor de su hija por no ver su sueño de casamiento concretado, seria aun peor. Era un esfuerzo y sacrificio personal que valdría absolutamente nada.

Durante la próxima hora, no volvieron a tomar la palabra. Era un silencio molesto e incómodo. A Sakura le gustaba trabajar en el silencio regularmente, de hecho lo prefería por sobre los sujetos conversadores que le lanzaban indirectas y propuestas desde que enviudó. Pero justamente con Boruto Uzumaki, que no le agradaba tener ese silencio gélido.

-No puedes hacerle esto a Sarada…-le susurró mientras revisaba la espalda del joven con chakra, anotando en una libreta de tanto en tanto- no voy a permitir que lo hagas Bolt.


La amenaza era inútil. Sakura sabía que el único recurso real para negarle el traslado a un Shinobi como Bolt, era darle un análisis negativamente fraudulento. Cosa que podía sortearse fácilmente por parte del muchacho, al pedir una segunda opinión médica. Incluso aunque Sakura fuera apreciada y respetada por todos los integrantes regulares del hospital, nadie se jugaría la carrera al dar un mal análisis sobre el hijo de Hokage. Además, estaba el asunto de Ino. Después de salvarle la vida, la rubia no perjudicaría a Boruto de ninguna forma. Era un boleto seguro para salir de Konoha.

-¿Piensas recurrir a Ino Yamanaka si mis análisis no son correctos? –Consultó Sakura ante el tranquilo silencio del muchacho- ¿Qué relación tienes con ella?

-¿Relación?

-Todos se quedaron con tu milagroso “rescate”, la noche del atentado. –dijo la pelirosa mientras ahora había girado a la camilla y revisaba el pecho del joven- pero a nadie se le ocurrió preguntar por tus razones para ir a su oficina personal, a las 2:30 de la madrugada.

El joven sonrió apenas. No era que a “nadie” se le hubiese ocurrido tal pregunta, simplemente sucedió que los investigadores eran ninjas fieles a Sai. Ni por casualidad pondría en duda la honra de la esposa del líder ANBU. No si querían conservar el trabajo, o ya puestos la vida.

-Es simple…-dijo el muchacho como contando algo rutinario- fue una visita sexual. En los últimos meses nos estuvimos viendo en secreto.

-Mientes….-respondió Sakura retrocediendo y dejando su trabajo sorprendida- ella y tú no…son amantes. Ella nunca…

-Cuando decidiste terminar nuestra relación, -prosiguió sonriendo apenas Bolt- mi necesidad de descarga sexual no desapareció. Cuanto más entrené con mi padre, mi chakra y poder físico han ido en aumento. Es simple en realidad, algo tenía que hacer para mantener el control de mis actos. Y la señora Yamanaka es muy sexi, como para negarme el placer de su… “compañía”.


Intentó ser cruel, para terminar la conversación definitivamente. Como si la hubiese cambiado a modo de prenda. Como si a Bolt no le importara con quien acostarse realmente, sino el hecho en particular. Intentó parecer que cualquier mujer le era conveniente, y seguramente Sakura no buscaría saber más del asunto. O no le importaría, o sencillamente se convencería de que Boruto no era la mejor opción para Sarada en el asunto del matrimonio. Como fuera, ese comentario ocultaba la situación de Ino con Raíz, y al mismo tiempo daba por terminado el tema. Boruto suponía que Sakura no indagaría más lejos. Se equivocaba.

-Estas mintiendo….-susurró Sakura luego de acercarse y volver a su trabajo de análisis- no importa lo que ocultas, pero sé muy bien que estas mintiendo.


Ambos lo sabían, pero a Sakura no parecía importarle la razón de esa mentira. Tal vez lo que realmente la dejaba tranquila, era el presentimiento de que Boruto no se había acostado con otra mujer que no fuera ella. Era estúpido pensar así. No tenía utilidad alguna, ni era motivo de orgullo. Pero cierta sensación de tranquilidad invadía a la pelirosa al comprobar que ante los bellos ojos celestes de Boruto Uzumaki, ella seguía siendo especial. Se le notaba en la mirada. Aun se sentía atraído por ella. Y esa condenada atracción, era mutua. Mal que le pesara a la Kunoichi.

-¿Encontró consuelo de viuda en los brazos de algún hombre? –Dijo de pronto Bolt sin poder guardar silencio ante ella- ¿ya tiene un reemplazo para el capitán invierno?

-No necesito un reemplazo para quien nunca estuvo presente –respondió filosa la mujer sobre Sasuke- solo necesito que mi hija sea feliz. Esto es todo lo que me importa ahora.

-¿Y después que pasará?-siguió indagando el rubio- ¿Qué pasara con la “mujer Sakura”, en cuanto la “madre Sakura” tenga su capricho resuelto? ¿Qué seguirá después? ¿Masturbarse bajo la ducha entre lágrimas? ¿Espiar detrás de la puerta, como Sarada ocupa el lugar que usted desea ocupar?

-Basta por favor….-dijo finalmente Sakura, cuando sentía que los ojos ya comenzaban a enjugar- basta Bolt, te lo suplico. No puedo hacer lo que deseo. No podemos. Es una locura que te vayas de la aldea. Tienes que quedarte con Sarada. No la abandones por favor.


Le dolía a Boruto la situación. Quería decir algo dulce y evitar que las lágrimas de esa mujer surgieran. Hace tiempo incluso se había excitado ante el dolor de Sakura. Había deseado verla sufrir mucho. Y todo eso fue cambiando, al más puro y básico deseo sexual primero. Y a la sensación de querer protegerla, resguardarla, que sea feliz después. No podía decir que era amor. ¿Realmente podían amarse mutuamente? ¿Acaso Sakura podía amarlo como hombre? ¿Podía admitir que lo amaba más allá de estar Sarada en el medio? Por esa razón Boruto quería irse de Konoha. No tenía la posibilidad de obtener la confianza y el respeto de su padre. Ni el amor o siquiera la entrega de la mujer que deseaba. No podía tener nada de lo que anhelaba con tanta pasión. Y el peligro de que Sarada algún día se entere de esa relación clandestina siempre latente.

Por eso se retiraba de Konoha. Para proteger a Sakura. Para alejarse de Naruto con quien ya no había vuelta atrás en la relación.

-Una cena….-de pronto susurró Sakura que tenía sus ojos ocultos por el cabello rosado.

-¿Una cena?-alcanzó a pensar mientras respondía mecánicamente Bolt-¿una cena estando solos?

-Una cena en mi casa…-insistió la mujer- los tres juntos con Sarada. Para hablar bien, antes que decidas cualquier cosa. Antes que te vayas de nuestras vidas para siempre.

-Sakura-chan…-negó levemente aturdido el joven mientras ambos rostros estaban muy cerca- tengo que irme. Es lo mejor para…

-Una cena….-le susurró la mujer colocando su dedo índice en los labios del rubio para callarlo- sé que no tengo derecho a pedirte nada más. Sé que me ayudaste a proteger a mi hija. Pero por favor, te suplico que aceptes este último pedido.

“Maldita mujer” fue el primer pensamiento de Bolt mientras asentía en silencio. Sakura le dijo la fecha y hora del encuentro, y fue todo. Mientras tanto, continuaron los exámenes de rutina. Boruto sabía perfectamente que debió haberse negado. Entendía que estaba siendo manipulado por ella y que claramente debió decir “no”. Pero en cierta forma era una buena oportunidad para hablar con Sarada del asunto. De una vez y por siempre, tenía que terminar ese compromiso. No podía irse de Konoha como un cobarde. Había tomado una decisión, y aceptar las consecuencias era parte del asunto.


******************************************


El Hokage tuvo un día demasiado largo en comparación con otros…


Todo comenzó a primera hora de la mañana, cuando en el desayuno tuvo que encontrarse fuera de horario con su hija Himawari. Al parecer la niña no había salido de misión y tampoco se quedó en cama a pesar del horario. Era muy temprano, pero Hinata estaba como siempre preparando el desayuno para su marido. En cambio Himawari parecía no haber dormido muy bien desde la noche anterior.

La relación entre padre e hija estaba totalmente cortada. El rubio había realizado algunos intentos de entablar conversación en las semanas pasadas, recibiendo una desagradable frialdad como premio. Hinata le había advertido a su marido que escuchó llorar durante horas a Himawari encerrada en su habitación, la noche anterior. Seguramente ya estaba al corriente de los intentos de su hermano mayor por cambiar de aldea. Por esta razón, y sumado al disgusto contra su padre por las detenciones de Bolt, generaba un ambiente pesado en la casa Uzumaki. Naruto no sabía bien que decirle, así que hizo lo que le pareció más conveniente. Justo cuando salía de la casa para irse a la oficina, le apuntó a su hija:

-Hima-chan….-la niña apenas le miró, y en sus ojos había clara muestra de no haber dormido bien- no te preocupes, nunca voy a permitir que tu hermano se vaya de nuestra aldea. Es una promesa.

Por primera vez en meses, la pudo ver sonreír. Naruto sabía desde su infancia lo que significaba alimentar la esperanza, cuando no se tenía nada sólido para creer. Sus hijos, los dos, eran lo más valioso que tenía en la tierra. Nada le importaba más que ellos. Ni siquiera su propia vida. Y si tenía que ir contra las reglas para obligar a Bolt para quedarse en Konoha, lamentablemente lo consideraría. Ese documento del pedido de traslado nunca vería la luz. Naruto ya lo había destruido y en lo consiguiente seguiría bloqueando los trámites referidos a traslado que Boruto enviara a su oficina. Naruto quería hacer todo lo posible para dar tiempo a cambiar la intensión de su hijo.

Por supuesto, dicho plan fue negado en las primeras horas de su tarea diaria.


Al parecer, el día que Bolt se apareció por el despacho del Hokage para presentar el pedido en particular, también había presentado idéntico documento ante la administración del consejo de clanes. Por lo tanto, esa mañana le informaban al Hokage que había una reunión para discutir los asuntos civiles, y los petitorios de Shinobi que no fueran específicamente enviados a manos de Naruto.

Había muchas razones para pasar por el consejo y no por el Hokage, pero la principal era darle a cada ninja, la posibilidad de ser escuchado más allá de lo que pensara personalmente el Hokage de turno sobre ese sujeto en particular. Una idea de Shikamaru para liberar de algunos papeleos a Naruto desde hacía años. Y también una herramienta de control, sobre futuros Hokage menos democráticos que el actual.

Durante el horario del mediodía, tuvo que escuchar al consejo de clanes planear sobre el futuro de su hijo mayor. Algunos decían que las intenciones de viaje en Boruto podían ser muy beneficiosas para Konoha. Si bien era cierto que el joven podía trasmitir una poderosa herencia de Doujutsu combinado con inmenso caudal de chakra Uzumaki, si se quedaba en Konoha. También era verdad que gran parte del consejo, no veía con buenos ojos que justamente formara familia con la última usuaria del sharingan. Era como concentrar todo el poder en un solo clan, el Uzumaki. Y el antiguo recuerdo del clan del remolino, siempre estaba latente. Si se multiplicaban los integrantes de esa familia, con la herencia combinadas del sharingan, Byakugan y chakra masivo, ¿hasta dónde podían llegar? ¿No sería riesgoso el nacimiento de herederos con tres de los linajes descendientes del Rikudou Sennin?

Por estos motivos, era bien visto que Boruto viviera lejos de su familia. Y si eran inteligentes en el destino final del muchacho, tal vez podrían crear un lazo de sangre con otra aldea que garantice la paz recientemente obtenida. Las miradas secretamente optimistas, pensaban para su fuero interno que la joven Sarada Uchiha podía quedar libre del compromiso con los Uzumaki, dando su increíble herencia de sangre al servicio de otro clan. Intereses cruzados, y todos en beneficio de sus familias particulares. Mientras tanto, Naruto estaba en total desacuerdo ante la posibilidad de perder la cercanía con su hijo. Sobre todo, cuando ahora era consiente de cuanto lo necesitaba.


-Si bien Boruto ha manifestado su deseo de vivir y trabajar en otro país, -apuntó Ino colocando cierta mesura a los planes de otros- pienso que es joven y puede cambiar de parecer. Lo mejor sería que el Hokage se encargue de averiguar lo que su hijo realmente desea para el futuro.


Las conversaciones continuaron por otro rumbo, pero Naruto agradeció las palabras de Ino y sintió en ellas una gran verdad. Boruto podía tener el deseo de marcharse por todo lo sucedido, pero su padre podía cambiar esa forma de pensar. Solo necesitaban hablar, ellos dos solos. Y por fin entenderse después de tanto tiempo sin conseguirlo.

Luego de la reunión de clanes, donde quedó más que claro las intenciones del consejo por darle el visto bueno al pedido de Bolt para marcharse; Naruto tuvo que sobrellevar una pesada tarde los compromisos y revisiones por toda aldea. Estaba con bastante trabajo, pero nada comparado a los años anteriores donde todo parecía renacer en los antiguos métodos Shinobi. Ahora mismo, la política tenía un espacio más amplio y pacifista. Eventualmente, todo derivaría en un sistema menos belicoso que los anteriores. Los acuerdos internacionales entre Kage, eran la piedra basal de esa creencia a futuro.

Esa misma noche, sin haber bajado el ritmo de trabajo y apenas almorzar lo poco que pudo, Naruto tomó la misión más importante sus últimos años. No podía designar a nadie para tan difícil tarea. Era una misión nivel Kage, y además ningún otro Kage podría con tal trabajo. Tenía que confrontar a su hijo mayor, y tratar de recomponer una relación en la que Naruto admitía haber fallado desde el inicio mismo. ¿Acaso encontraría perdón en su amado hijo? ¿Merecía ser perdonado después de desconfiar tanto de su propia sangre? ¿Podría Boruto siquiera sentarse a escuchar, luego de habérsele negado las técnicas que por herencia le pertenecían? ¿Sería inútil a esta altura decir que realmente lo sentía por desconfiar de él?

Esa noche en particular, bajo las luces artificiales de una villa silenciosa, Naruto decidió terminar su jornada marchando en soledad hacia el apartamento de soltero que había designado para Bolt. Tenían mucho por aclarar, mucho por debatir, mucho que rememorar del pasado. Y Naruto entendía que debía estar armado con paciencia, para tragar recriminaciones al por mayor.

Sin casi darse cuenta, había recorrido todo el camino desde la torre Hokage hasta el mencionado apartamento. Golpeó la puerta, luego de comprobar que el chakra de Bolt se encontraba en el interior del lugar. Había tenido que rastrearlo ante las luces interiores apagadas. Era demasiado temprano para que estuviera durmiendo. Y tampoco podía estar intentando evitarlo, ya que el Hokage había tomado la prevención de desaparecer su propio chakra y así tomarlo por sorpresa. Eludiendo las excusas o evasión.

Volvió a golpear con tranquilidad, pero que claramente se pudiera escuchar desde el interior. 5 segundos después, la puerta en penumbras se abrió ligeramente, y tanto padre como hijo se encontraron en una mirada.

-¿Qué deseas?-consultó fríamente Bolt sin abrir completamente la entrada, como dejando en claro que el visitante no era bienvenido.

-Hablar…-dijo Naruto con igual frialdad- es necesario Bolt.


Se quedó mirando a su padre durante 20 segundos, pero no hubo ningún gesto de contrariedad. En sus manos traía una carpeta de los archivos tomados de la casa de Kakashi. Boruto supuso que esa carpeta era aquella que tenía el nombre del Hokage en su cubierta. ¿Qué otra carpeta se mantendría en las manos de su padre? Solo la que tenía su propio nombre podía tener cierto valor para él. Aunque no pudiera desbloquear su contenido. ¿Sería información sobre el espionaje de otras aldeas? ¿Serian datos personales sobre su padre? No se podía saber, ya que solo Kakashi había visto el contenido. Boruto tuvo un momento de duda, como si el asunto de los arrestos por espionaje no hubiera acabado. Pero luego recordó que Kakashi-sensei era el único sancionado por tal motivo, y decidió que no quería saber más del asunto. Acto seguido, apartó su posición de la puerta y la dejó abierta para permitir el acceso. El pequeño comedor estaba a oscuras, apenas la luz de la ventana que daba a la cocina iluminaba tenuemente el lugar.


**************************************


Algunas noches después…


Boruto caminaba por una solitaria calle de la aldea sin prisa. Su destino era la casa de las mujeres Uchiha, donde debía por compromiso compartir una cena y aclarar los motivos de su partida. Hace días había tenido muy claro que su partida de la aldea era lo más acertado por el bien de todos. ¿Cómo podría permanecer bajo el comando de su padre cuando le desconfiaba siempre? ¿Cómo tener una relación estable y feliz con Sarada-chan, cuando la presencia de Sakura podía ensombrecerlo todo? ¿Qué pasaría luego de casarse? ¿Acaso Sarada no optaría por seguir frecuentando a su madre, lo suficiente para que algún día se descubra el secreto?

Todas esas preguntas se mantenían latente en su mente, aunque la charla con su padre de hace algunas noches, había cambiado mucho de lo pensado anteriormente. Tal vez fueron los gritos y las recriminaciones, tal vez la sensación de que por primera vez Naruto Uzumaki lo observaba con respeto. Que lo reconocía, que le entregaba su confianza por primera vez. Su padre lo amaba, y Boruto era más consiente que nunca de ello. Pero además lo respetaba como ninja, y eso por sobre todo hacia dudar a Bolt sobre la idea inicial de marcharse.


Todo dependía de lo que sucediera esta noche. Sakura logró obtener esta reunión, pero Bolt no pensaba que una simple charla pudiera solucionar el problema de base. La raíz de la cuestión. Boruto deseaba sexualmente a la madre de su prometida, y la tentación de concretar ese deseo seguiría siempre latente. Lo único que mantenía la situación dentro de los cánones de la cordura aparente, era que Bolt no había follado a su ex-novia. El apellido Uchiha aún era noble, y deshonrar a Sarada hubiera sido impositivo de casarse a cualquier costo. Por el momento, se podía manejar la situación para un rompimiento formal y sin víctimas. Sarada Uchiha tenía que entender. Incluso Sakura debía entender que la situación no podía darse como ambas esperaban.


-¿Pero cómo….? –se preguntaba Bolt mientras golpeaba, y sentía a una persona del otro lado a punto de abrirle la puerta- ¿Cómo explicarle que no puedo casarme con ella porque su madre es…?


No tuvo tiempo para reflexionar en profundidad, cuando Sarada estaba frente a sus ojos. Apenas la pudo ver, Bolt se sorprendió ante la actitud sonriente y despreocupada de su ex–compañera. No parecía la típica chica dolida, que espera con rencor la finalización del compromiso. Tampoco había estado siguiéndolo últimamente, ni interrumpiéndolo celosa cuando se reunía las escasas veces que pudo con Himawari. Sarada parecía haber vuelto atrás en el tiempo. A ser esa chica neutral y seria ante todos, pero sonriente y amistosa con Boruto. La oscuridad de sus celos parecía haberse disipado.

El joven ingresó al pasillo, y mientras iban rumbo al comedor intercambiaron miradas y sonrisas tranquilas con su amiga. Tal vez la situación seria fácil, o demasiado complicada pensaba el muchacho. ¿Qué le habría dicho Sakura a su hija sobre la cena? ¿Acaso no le advirtió que Boruto pensaba irse de Konoha?

El comedor estaba bien iluminado, la mesa estaba puesta para tres personas, y Sakura parecía estar en la cocina alistando los detalles finales de la cena. Sarada lo invitó a sentarse, y Bolt se acomodó aun sin salir de la sorpresa que le provocaba tanta familiaridad. Casi parecía una cena para festejar un feliz acontecimiento.

Sarada estaba vestida con una yukata color azul. Bien ajustada a su cuerpo, y daba la impresión de hacerla más madura y hermosa que con su traje ninja. Tenía una hebilla en un lado, domando su cabello azabache y permitiendo una vista total de su rostro. A Boruto le preocupaba esa mirada y sonrisa en su amiga. Sus actitudes despreocupadas no eran comunes. El joven Uzumaki comenzaba a preguntarse si su hermana en lugar de “hablar” con Sarada, había usado su técnica de presión parcial sobre ella. Cambiándola, modificándola. Evaporando sus celos y actitudes belicosas. ¿Himawari se había atrevido a utilizar su terrible técnica sobre Sarada? ¿Esa técnica que había prometido no usar nunca más, después de los efectos producidos en Bolt hace años?

Era cierto que Himawari tenía más experiencia desde entonces. También que sus técnicas de presión ahora no eran permanentes. Incluso que los efectos no eran terminantes e incontrolables. Pero aun así, ¿realmente había intervenido en la mente de Sarada? Y si realmente lo hizo, ¿Qué interruptor mental había modificado en Sarada con su accionar? Porque implantar una directiva en lo profundo del inconsciente, podía generar un efecto no esperado.

Comenzó la cena, y Boruto no tenía intenciones de alargar la situación más de lo necesario.


-Sakura-sama….Sarada-chan….-les dijo a ambas mientras se sentaban alrededor de la mesa circular para comenzar a servir la comida- creo que debería decirles que…

-No Boruto-san….-le interrumpió Sakura sonriendo- mejor dejar la charla formal sobre el acuerdo para después de cenar. –Luego, comenzó a servir el arroz caliente de la vaporera y al entregar el tazón a Bolt comentó- esta noche tiene que ser especial. Hace mucho tiempo que no tenemos una cena tranquila.


A Bolt no le pareció bien la situación. Pero la sonrisa de Sarada y los siguientes temas de conversación triviales, lo tranquilizaron un poco. Era cierto que quería terminar rápido con la mala situación, pero pensándolo mejor, ¿hacia cuanto tiempo que comía algo casero y en compañía de alguien? El pescado asado y los mariscos estaban deliciosos. Y el último año había sido muy solitario para el joven Uzumaki.

Las risas se hicieron presentes, y Boruto pudo rememorar buenos tiempos. Cuando las reuniones de su familia con los Uchiha, eran momentos destacables de ciertos fines de semana. La amargura de cosas en ese pasado, se disipaba en el recuerdo. Solo quedaban los buenos momentos, y lo demás perdía cierto efecto en la memoria.

La cena era deliciosa, y la belleza de las anfitrionas con sus yukata entalladas (la de Sakura era de color rosado) pegaban perfecto al momento. Incluso Bolt se arrepintió de haber aparecido por el lugar solo con un jean negro simple y una camiseta azul. Estaba correctamente vestido, pero parecía un tanto fuera de lugar con respecto a las mujeres frente a él.

-Espero que haya sido de tu agrado la comida Boruto-san…-dijo Sakura en un momento- me esforcé mucho para que todo saliera bien.

-Esta delicioso Ka-san…-añadió Sarada contenta- tengo que aprender a cocinar como tú, si quiero ser una buena esposa.


Era la primera vez que el escabroso asunto salía a la luz. Los tres parecieron eludir con mucha astucia toda referencia a ese punto en las horas pasadas. Pero la cena casi había terminado, y era obvio que ese tema se tenía que tocar. Por más incómodo que fuera. Y hablando de “incomodidad”, Bolt comenzó a notar algo que poco a poco se desarrollaba en su entorno.

Calor….

Su cuerpo empezaba a tener cierto, calor…


Descuidadamente Boruto observó a su alrededor. El comedor era bastante abierto, las puertas que daban al traspatio estaban abiertas. La noche era fresca, de primavera tenue. El lugar no era incómodo y su ropa no era pesada como para sentir esa sensación extraña de calor corporal.

¿Sería el sake ingerido?

Había bebido muy poco, solo lo necesario para no ser descortés. Boruto había venido a una charla donde necesitaba estar muy despierto. Pero ese extraño calor, estaba comenzando a generarse en la base de su vientre. ¿Qué estaba pasando?

-¿Qué ocurre Bolt-kun? –Consultó Sarada que notaba ese gesto acalorado en su prometido- ¿te sientes mal?

-Para nada Sarada-chan….-dijo tratando de distraer su mente de esa molesta sensación el rubio- bueno, ahora que terminamos la cena, quiero hablar sobre el asunto del comp….

-¡Es hora del postre! –Volvió a interrumpirle Sakura- ya que Boruto-san parece algo agitado, mejor ayudar a la digestión con un buen helado.

-¡Qué delicia Ka-san! –Sonrió con los ojos brillantes Sarada y se puso de pie junto a su madre- ¡te ayudo a servirlo!


Bolt no pudo decir más, ambas mujeres se fueron hacia la cocina y lo dejaron solo. El muchacho gruñó, tomándose el vientre por debajo de la mesa se inclinó un poco tratando de resistir mejor la sensación. ¿Qué le estaba pasando? ¿Qué significa ese calor que iba en aumento? Ya podía sentirlo no solo en su vientre, sino expandiéndose por todo el cuerpo.

-Oh no…-pensó ante la teoría que recorrió su mente en ese momento- no puede ser.

Anko-sensei le había dicho que nunca debía cenar con una Kunoichi en su territorio. El arma más efectiva de las mujeres ninja, era la seducción y el uso de paralizantes o venenos para cumplir sus propósitos. ¿Y si Sarada o Sakura habían colocado veneno en la comida? ¿O tal vez pusieron algo en la bebida?

-¡Que idiota soy! –Se dijo mentalmente, autocastigándose- ¡¿Cómo pude ser tan descuidado?! Espero que Anko-sensei nunca sepa lo que ha pasado aquí, o me torturará hasta que desee morir.

Anko Mitarashi había sido su sensei más severa. Casi una enemiga en cuestiones de entrenamiento. Pero aun a la mala, había aprendido muchísimo sobre cómo ser un ninja capaz y vivir para disfrutar la paga por ello. Y uno de los preceptos más claros que había legado era, que jamás debía comer o beber en el territorio privado de otro ninja. Y mucho menos si ese ninja era mujer.

¿Qué podía hacer ahora?

Boruto no tenía mucho por realizar. Había comido y bebido lo suficiente como para que le afectara cualquier componente extra en la comida. Ahora solo le quedaba tratar de averiguar, que tipo de “condimento extra” había ingerido. Intentó mover sus piernas, y giró levemente los hombros para comprobar el efecto de algún tipo de paralizante. La respuesta de su cuerpo fue buena. Podía moverse con normalidad y por el tiempo que había trascurrido en esa cena ya debía estarle afectando a los músculos posiblemente.

-No es un paralizante, y este calor que siento….-se dijo Bolt- no es fiebre origen de un veneno.

Ya tendría que estar débil como para desmayarse, pero no tenía sueño sino al contrario. Se sentía agitado, energizado como si estuviera calentando para comenzar una batalla. Su cuerpo estaba más preparado para guerra que para relajarse y dormir. Tal vez su impresión de que algo estaba mal con la comida de esa noche había fallado definitivamente.

-Bolt-kun….-escuchó la voz de Sarada mientras la notaba volver al comedor- espero no haberte hecho esperar demasiado.

Algo en la voz de la joven era distinto, más profundo, más sensual. Usualmente Boruto se había preguntado cómo hubiera sido hacer el amor con Sarada. Tenía mucho de su madre, tanto física como mentalmente. Y si a Bolt le enloquecía la idea de tomar a Sakura nuevamente, por lógica en compañía de Sarada tampoco la pasaría mal. De pronto le pareció que deseaba ver el interior de esa yukata en la chica, y su mente ya no estaba equilibrada como de costumbre.

-¿Qué rayos me está pasando? –Se preguntó- vengo a romper el compromiso, y ahora estoy pensando en….

Estaba considerando “reafirmarlo” para ser preciso. Tomar a su ex-novia y destruir su ropa mientras la follaba hasta hacerla gritar como una loca. Lamerla cual helado exquisito, ese que justamente acababa de servir con total despreocupación del entorno.

-¿Quieres un poco de mi helado Bolt-kun?-susurro Sarada suavemente.

Boruto resopló acalorado, insensible al entorno y las preguntas de Sarada. No la escuchaba, pero si la observaba mover esos apetitosos labios. Dibujando figuras de palabras que los oídos de Bolt no podían captar. Sakura no regresaba. Boruto miraba con insistencia al pasillo que daba a la cocina, tratando de aguantar hasta la aparición de la pelirosa. Seguramente su presencia haría que el lívido de Bolt se mantuviera bajo control.

-Bolt-kun….-dijo Sarada acercándose y tocándole la frente para comprobar la temperatura- ¿realmente te encuentras bien? Pareces un poco….acalorado.

-No me toques….-quiso decir Boruto sin que la voz le surgiera- Por favor no me toques, mi cuerpo está….

-Tal vez necesites esto…-definió Sarada sonriendo, mientras se inclinaba para besarlo profundamente en los labios.


Su respuesta fue automática. No tenía poder para resistirse de ninguna forma. Su cuerpo ardía en la necesidad, era como fuego, como si todo su ser ardiera desde adentro. Y para colmo Sarada no se conformaba con besarlo, sino que elevó la yukata por sobre sus muslos lo suficiente para montar las piernas de Boruto y sentarse sobre él. Sarada se había decidido a besarlo profundo ¡Y vaya que estaba haciéndolo como debía! Incluso envolvió sus brazos alrededor del cuello de Bolt, impidiendo la retirada. Tal vez ese magnífico beso húmedo duró unos 20 segundos. Pero era claro que al romperse, sería el comienzo de algo más, y no su rápido final. Los siguientes minutos fueron de total dominio en la joven, Boruto no tenía poder para cortar esa fogosa unión. El fuego era increíble en todo su cuerpo.

-Vamos a mi habitación….-le susurró la Uchiha jadeante entre besos- ahora mismo.

-No podemos Sarada-chan…-respondió el muchacho cuya capacidad de pensar estaba casi extraviada- aquí no…

-Ka-san seguro se fue a dormir….-indicó la chica dejando otro corto beso húmedo y poniéndose de pie se dispuso a alejarse por el pasillo hacia su habitación- te necesito…



Luego de eso, se levantó rápidamente y lo atrajo de la mano fuera del comedor. Parecía que lo estaba llevando directo hacia su habitación, pero Boruto terminó ingresando al baño, conducido sin apenas resistencia.

-Espera aquí Bolt-kun…-le dijo Sarada depositando otro beso ansioso en sus labios- veré que Ka-san no este despierta. No quiero que nos descubra. Te avisaré para que salgas y vayas a mi habitación. ¿De acuerdo?


Lo dejó dentro del baño, y se fue rápidamente. Boruto apoyó su mano sobre la pared de azulejos y apenas podía sostenerse en pie. ¿Qué le ocurría? Estaba terriblemente excitado, de hecho no recordaba la última vez que hubiera estado tan excitado en el pasado. Su sangre literalmente parecía hervir, incluso parecía fuera de control en cuestiones de fuerza. Si Sarada y el tenían su primera vez esa noche, sería muy difícil no hacerle daño. Contenerse. Ser “sutil” en la tarea de quitar su virginidad y hacerla gozar en el proceso. ¡¿Pero que más podía hacer?! Rechazarla y huir ya no parecía una opción viable. No podía contenerse como para conseguir eso.


-Por Kami….-pensó agitado Bolt- ¿Qué me pasa? Solo estoy pensando en follarme a Sarada como si no existiera mañana. ¿Qué va a pasar si su madre nos descubre?


No tuvo demasiado por pensar, la voz de Sarada en susurros surgió desde el pasillo para invitarlo a su cuarto. Así nomas, jadeante y apenas consiente del entorno, Bolt salió del baño y se encaminó al final del pasillo donde el cuarto de su ex-novia aguardaba. Sabía que no debía ir. Una parte de él, la que estaba a punto de desaparecer ahogada en la lujuria, le gritaba que escapara del lugar. Pero su cuerpo tenía voluntad propia en ese momento. Así que simplemente deslizó la puerta indicada e ingresó a la oscuridad del cuarto. Apenas una tenue luz se escurría entre los postigones semi cerrados de la ventana lateral. Ella estaba recostada en su cama, y el yukata que había usado en la cena, tirado en el suelo frente a los pies del visitante.


-¿Bolt-kun? –gimió la chica con un susurró confundido.

Ella se movía bajo las sabanas con ansiedad. El no atendió a la interrogante, era obvio de quien se trataba y que ahora estaban a punto de cometer una locura. Otra más. De las que Boruto Uzumaki estaba acostumbrado a realizar corrientemente. Podía ser un muchacho bastante pensante en su estado natural, eso era indudable. Pero ahora su cuerpo estaba fuera de control. Su instinto más básico y animal estaba asentado en la necesidad de posesión. Había pasado casi un año desde la última vez que había sentido la tibieza de una mujer entre sus brazos. Era demasiado tiempo. Sus niveles físicos y de chakra eran muy superiores al año anterior. Era joven y eso aumentaba sus niveles de libido hasta la estratosfera. Además, teniendo en cuenta que con Sakura solían follar durante horas completas implacablemente, ahora mismo no sería menos la intensidad o lo extenso de su accionar.

Al final, su mentira sobre la excitación incontrolable herencia de los Uzumaki, terminaría por ser una cierta versión de la verdad. Hacía varios días que no entrenaba con intensidad por arreglar sus asuntos para partir de la aldea. Y ese exceso de energía se estaba manifestado a toda potencia.

-¿Bolt-kun que haces? –Dijo Sarada cuando lo vio quitarse la remera y arrodillarse sobre el colchón –no te acerques a mí.

-¿En realidad eso quieres Sarada-chan? –Sonrió el rubio con una mirada hambrienta- ¿no deseas estar conmigo?

-No…..digo...si….pero mi cuerpo se siente raro y….

Él no le permitió continuar, simplemente la tomó por el cuello y acercándose a su posición comenzó a besarla profundamente. Se subió sobre ella obligándola a recostarse mansamente. Estaba ansioso y ella extrañamente se encontraba dubitativa. Pero en el calor de los besos y las caricias todo comenzó a confundirse. Boruto sabía que estaba mal lo que hacía. Pero no podía recordar porque razón no debía realizar lo que tanto deseaba. Estaba demasiado excitado, demasiado inestable y sediento de una mujer. Y Sarada le recordaba perfectamente con su cuerpo a Sakura. Solo tenía que obtener “experiencia”. Y esa noche Boruto se encargaría de iniciarla en ese camino sin retorno.


Fin de la parte 2
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Mensaje por muertoun26 Mar Mar 21, 2017 1:18 pm

la verdad no quiero ver a Boruto sufrir sin razon, no me parece un mal personaje y la personalidad que le has dado es la del típico que cree el fin justifica los medios.
lo que si no me termina de convencer de tu fic es que la raíz es prácticamente un gary estu (o mari estu) tiene todas las respuestas, todas las preguntas y no importa nada ellos siempre salen airosos, no tiene gracias. cuando hiciste tu otro fic donde naruto estaba inválido, no caíste en eso, las respuestas no estaban a simple vista, y aunque el héroe tenía que triunfar al final, te diste el tiempo para ponerlo vulnerable(cosa que te quedó genial), en cambio la raíz es inmune, nadie puede hacerle nada, y aquellos que algo pudieron se callaron o perdieron el interés.
ni siquiera ese sentimiento de que en unas generaciones la raíz se volverá una organización corrupta que destruirá la paz esta en el fic.
bueno ese es solo mi opinion, y me disculpo si te molesto de alguna forma.
el cap esta bueno, puedo imaginar, que sakura uso un hengen para transformarse en su hija y manipular a bolt, despues de todo es obvio que la comida tenia afrodisiacos.
pero a estas alturas no tiene tanto impacto(estoy mas interesado en la raiz y kakashi), te hubiese quedado genial antes de lo de ino.
en todo caso gran cap. graccias por continuar tu fic, y espero puedas continuarlo pronto bye
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Mensaje por arminius Miér Abr 05, 2017 11:37 am

la parte final del capitulo 20. solo queda el epilogo de esta historia donde se revelan los compases finales del relato. muchas gracias a los lectores ocasionales, y mas aun a quienes dejaban sus comentarios sobre mi fic.

saludos.


CAPITULO 20: DESDE LAS RAICES DEL ALMA, PARTE 3


El sol ingresaba de lleno atraves de la habitación. Las ventana entre abierta y las cortinas, no podían ya contener la entrada de la mañana instalada. Boruto Uzumaki abrió los ojos. Sentía que había dormido durante una década. Nunca en las semanas y meses pasados, había tenido un despertar tan limpio y complaciente. Su cuerpo, parecía haberse quitado como 100 kilos de peso. ¿Qué era esa sensación? ¿Por qué esa mañana en particular era tan diferente a las otras? Simple y claro. Era la enorme e inalterable sensación de satisfacción y saciedad. Eso cambiaba las cosas esa mañana en particular.

Estaba recostado con la mirada al techo. Boca arriba su cuerpo estirado y relajado, parecía no pertenecerle. Le costaba moverlo, ¿Por qué razón le costaba acomodarse para hacer la simple acción de sentarse en la cama? La respuesta vino automática, traída por su tacto y vista. Sarada Uchiha estaba reposando su rostro sobre el pecho de su prometido. Ambos desnudos, ambos exhaustos de follar durante toda la noche. Solo la mayor experiencia y aguante, colocaban a Bolt como el único que despertaría durante esa mañana. Sarada Uchiha estaba completamente agotada. Solo destacaba una sonrisa suave surgiendo de sus labios, y la voluntad de mantener sus brazos rodeando al cuerpo amado. Sin conciencia del entorno, totalmente vulnerable.

Sarada Uchiha estaba en el cielo…

Cuando despertara muchas horas después, tendría que comenzar a entender todo lo sucedido la noche anterior. Pero ahora mismo, había tenido su primera experiencia sexual con el joven que amaba. Con el hombre que deseaba compartir sus días para siempre. Y él, aun perdido en su latente excitación, tuvo la férrea voluntad y el control para lograr que ella gozara infinitamente. Para Boruto fue todo un desafío al comienzo, pero luego de evacuado sus primeros excesos, pudo sacar partido a la terrible energía que lo desbordaba. Y si alguna vez había dudado de su “compatibilidad” con Sarada Uchiha, era más que evidente que esas interrogantes ya no estaban.


De pronto, rememorando todo lo ocurrido en la noche antes del sexo, Boruto se movió y casi dio un salto de la cama para alejarse del lugar del crimen. Desnudo como estaba, observó a la joven aun dormida que de alguna forma no se había inmutado ante los movimientos de su amante separándose de ella. Sarada solo sonrió, y tomando una almohada que seguramente era el cuerpo de Bolt en sus sueños, se aferró a ella y continúo durmiendo plácidamente. Desnuda como estaba, sudada y oliendo a gloria. Boruto solo pudo aferrarse con ambas manos a su cabeza, y lamentar lo que había hecho así como sus posteriores consecuencias. Vestirse a toda prisa, huir como si se tratara de salvar la vida. Aun cuando positivamente conocía, que de esta situación pasada no había escapatoria razonable.


Salió al pasillo apurado, y en lo último que pensaba encontrar, era lo que sucedería….

Su mente era un caos, tal vez era por la única razón que no había calculado todo lo que realmente sucedió la noche anterior. No al menos hasta el momento que vio a quien lo esperaba en el pasillo. De pie tranquilamente, apoyando su espalda contra una pared y de brazos cruzados, Sakura Uchiha le esperaba con paciencia. Era como si estuviera esperándolo ahí, desde el origen del tiempo.

Boruto finalmente, lo entendió todo…

Las piezas se deslizaron en su mente y encajaban perfecto. Todo el plan de esa mujer. La cita, las constantes interrupciones para que no hablara del rompimiento antes de la cena. La comida y el sake, seguramente con una carga de afrodisiaco químico que actuaba más efectivamente sobre los mayores caudales de chakra. No solo lo había drogado a él, también lo hizo con su propia hija para bajar sus restricciones al mínimo posible. Sarada había estado desnuda en su cuarto la noche anterior. Masturbándose avergonzada por sentir esa increíble sensación incontrolable. Por esa razón, no pudo resistirse cuando Boruto se dispuso a tomarla.

Boruto se acercó a Sakura intempestivo, apretando los dientes rabiosos de sentirse estafado. La tomó de los cabellos por detrás de su cabeza, y apretándola contra el muro le gruñó a corta distancia:

-Tú lo hiciste….-dijo apenas conteniendo las ganas de darle una bofetada- ¡tú fuiste la que vino al comedor anoche!

Sakura sentía el aliento de Bolt muy cerca. Se miraron por algunos segundos donde ambos pensaban exactamente lo mismo. ¡Que atractiva era la idea de besarse como locos! Pero los ojos verdes de la mujer bajaron con debilidad. Lo que había realizado en la noche, iba exactamente en contra de sus deseos. ¿Cómo explicarle que en realidad hubiera querido arrastrarlo a su propia habitación? ¿Cómo decirle que se disfrazó de Sarada solo para guiarlo a los brazos de su hija? ¿Cómo argumentar que hizo todo eso en contra de sus deseos como mujer, y en beneficio de ser madre?

Ambos sabían lo que sucedería a continuación. Sarada Uchiha ya no era virgen. Boruto ahora tenía la obligación de honrar el contrato de matrimonio. Sakura como madre de Sarada, tenía la potestad de denunciarlo ante el consejo de clanes. De no aceptar Bolt fijar fecha para el casamiento, podía ser obligado legalmente a ello. El asunto podía ser un lio diplomático. Boruto sabía que ya no podría lograr que lo dejaran ir a otra aldea. La pelirosa conocía mucho de diplomacia y política, no por nada había sido discípula de la quinta Hokage.

Sakura Uchiha, lo había derrotado.

-¿Cómo pudiste hacerme esto? –Le susurró Bolt aun con sus manos apoyadas en el muro rodeando a Sakura- quería irme para lograr que Sarada deje de buscarme. Para que tenga la oportunidad de conocer a alguien más. ¡De enamorarse de otro! Quería irme, -le susurró más bajo- y tal vez volver en un tiempo para que nosotros…

-No hay nosotros Bolt…-le cortó Sakura dolida y tratando de no romperse- no soy la mujer para ti. Por Kami, podría ser tu madre. Pude haber sido tu madre. ¿Por qué no lo entiendes?

Hubo silencio. Sakura apartó la vista y cerró los ojos con frustración. Sus brazos caídos a los lados marcaban que no se iba a resistir para nada. Contra el muro, podría hasta recibir golpes sin siquiera defenderse. Pero Boruto se retiró luego de algunos segundos. No quería y no podía hacerle daño. Pensándolo mejor. ¿Cómo culparla? ¿Cómo echar culpas a Sakura, por tratar de proteger la felicidad de su hija? Boruto lo hizo en su momento, y estaba dispuesto a hacer cosas aún peores por proteger a su familia. ¿Acaso no había llegado al extremo de drogar y violar a Sakura, por defender la estabilidad de la pareja en sus padres? ¿No la había chantajeado durante meses para mantenerla bajo control? ¿No se dispuso matar, robar y estafar para lograr los propósitos de la Raíz? ¿No estuvo de acuerdo con esclavizar a su tía Hanabi, solo para conseguir la seguridad de su querida Hima Nee-chan?

El joven Uzumaki sabía que había actuado de manera brutal muchas veces. Ahora no tenía derecho a quejarse por recibir el mismo trato. Eran las reglas del mundo ninja.

Boruto retrocedió, alejándose de la pelirosa. Apoyó una mano en el muro opuesto, y caminó un par de pasos para tomar cierta distancia. Ya no había vuelta atrás. Sakura le había engañado con los métodos que alguna vez dieron la victoria a Bolt en el pasado. Incluso ahora, el podía notar los detalles de cómo lo hizo. El afrodisiaco en la comida y bebida. Sabiendo que por cantidad de chakra afectaría a Bolt y Sarada principalmente. Ella era ninja-medico, debió ingerir algún antídoto previamente. Luego se las arregló para enviar a su hija para el cuarto, donde ella sentiría los efectos y trataría de saciarse a sí misma. A continuación, Sakura tomó la forma de Sarada con un henge, y regresó al comedor. Besándolo y acariciándolo con su experiencia, como nunca Sarada hubiera podido por vergüenza. Llevándolo al baño y dejándolo sin poder ver el astuto cambio sucedido. Todo para finalmente llamarlo con voz falsa al cuarto de su hija, mientras ella se encerraba en su propia habitación, completando la trampa.

-Pude haberla lastimado gravemente…-dijo Boruto molesto y deprimido- no tuve demasiado control.

-Eres incapaz de hacerle daño –declaró la pelirosa seriamente- todo ese papel de hombre rudo y violento que representaste la primera noche que estuvimos juntos, fue negado en los siguientes meses. Sé que en el fondo eres un hombre tierno y amable. Tu madre y tu hermana te aman por ello. Pudiste haberme esclavizado por siempre, pero elegiste dejarme libre.

-¿Por qué? ¿Por qué hiciste todo esto? ¿Acaso no ves que soy alguien peligroso para Sarada-chan?

-Eso no es cierto, se que puedes dividir el trabajo de tu vida privada. –Le sonrió la pelirosa tratando de ser amable y hacer las paces con su futuro yerno- No eres un ser que vive de la guerra como mi difunto marido. Pero además tienes el valor para luchar por tus deseos. De llegar hasta el límite sin dudar- luego de algunos segundos de contemplarlo finalizó- Estoy segura que serás un estupendo esposo para mi Sarada.


Boruto apretó los dientes, ese no era el problema realmente. No dudaba que Sarada y él se llevarían bien conviviendo. No por nada habían sido amigos desde casi el nacimiento. Pero algo en el interior de Boruto le decía que estaba atrapado. Así se sentía estando en Konoha, atrapado. No sabía la razón, no entendía el sentimiento. Pero quedaba claro que el instinto le alertaba de la situación. Y ahora ya no podía escapar de la aldea. Tenía que afrontar las consecuencias de la noche anterior.


Al costo que fuera…


*********************************************


Uzumaki Naruto, séptimo Hokage de la aldea escondida entre las hojas, era un hombre feliz. Estuvo sonriendo casi todo el día de trabajo desde que recibió la grandiosa noticia traída personalmente por su hijo.

Algunos días después de la cruda y difícil charla que padre e hijo tuvieron en el apartamento del joven, apareció Boruto por su oficina. El muchacho vino por propia voluntad y pidió hablar con su padre en soledad. Shizune y Moegui estaban atendiendo algunos papeleos y fueron invitadas a dejarlos solos. Ambos Uzumaki, quedaron en silencio y mirándose fijamente. El líder sentado tras su escritorio, el joven y recientemente calificado Jounnin, parado firme con sus brazos por detrás. Naruto esperó con paciencia lo que su hijo quisiera decirle, estaba dispuesto a esperar el día entero. Nunca se sintió más dolido y frustrado en su vida, como cuando supo semanas atrás, que su amado hijo podía irse lejos. Nunca sintió tanta depresión y dolor, como cuando su adorable hija le dijo que le odiaba. Que era un monstruo. Que nunca volviera a dirigirle la palabra.

Naruto sabía personalmente que no era un monstruo. No era un desalmado. Era un hombre que cometía errores. Un hombre que trataba de ser buen líder para su pueblo. Compaginando ser esposo y padre además. Todo sin experiencia, todo sin haber tenido madre o padre en su niñez. Hizo lo que pudo. Hizo lo que sentía que era mejor.

-Hokage-sama…..yo….

-No Bolt….-le interrumpió Naruto rompiendo el gesto neutral- estamos solos. No necesitas nombrarme así.


Ambos sonrieron apenas, habían recuperado la mínima familiaridad. Era un buen inicio.

-Oto-sama….-dijo el joven recomenzando la charla- quisiera agradecerle mi ascenso a Jounnin. Y estoy a disposición para cualquier designación. No tengo preferencia por un departamento de trabajo en específico.

Había dicho más de lo expuesto. Había hablado sobre el otro tema, sin siquiera mencionarlo. Naruto trataba de no sonreír abiertamente. Pero sentía latir su corazón nuevamente. Era una sensación tan cálida, que casi hubiera saltado sobre su niño para abrazarlo. ¡Qué extraña criatura era el ser humano! Estar tan feliz por algo que siempre tuvo a mano, pero recién ahora podía vislumbrar completamente.

-¿Significa que ya no piensas irte de Konoha? –interrogó el padre, siendo cauto ante la evidencia.

-Significa que tengo una prometida. –Señaló el joven como excusa- y supongo que en un par de meses tengo que casarme con ella. Así que no debería tomar un trabajo que me aleje demasiado de mi hogar. O al menos eso supongo, Oto-sama.


Ambos sonrieron. Era el comienzo renovado para ambos. Boruto había fingido ser un muchacho duro y frio. Tanto que Naruto por mucho tiempo tuvo miedo de estar presenciando el nacimiento de un nuevo Sasuke Uchiha. Era fue la razón principal de no confiar en él. Ese fue el motivo por el que Naruto consideró no enseñarle a su hijo las técnicas más poderosas de su arsenal. El modo Sennin, y el Hiraishin no jutsu. Pero desde la noche donde discutieron en el apartamento de Bolt. Que todo había quedado más claro:


Flash back: hace algunos días…

-¿Por qué te encuentras en medio de la oscuridad?-dijo el Hokage ingresando al departamento con cuidado.

-Me gusta la oscuridad, -respondió el muchacho- usando mi memoria, o mi chakra puedo saber exactamente lo que requiero, sin necesidad de luz. Además, intento no depender totalmente de mis ojos, por cualquier trabajo futuro. Estimular mi capacidad de rastrear con el chakra.

Naruto miró a su alrededor y lo que estaba presenciando, no le gustaba. Le recordaba demasiado a su propio apartamento cuando era un niño. Él había odiado la oscuridad y soledad del lugar. Se sentía débil, se sentía desvalido y solo. Por eso amaba el aspecto de su actual hogar formado con Hinata. Todo era iluminado y lleno de vida. Existían flores y un lago en el traspatio. Estaban sus hijos y su esposa. Nunca se había sentido miserable y solo en su actual hogar. Pero la oscuridad de ese pequeño apartamento era un viaje al pasado. Al más horrendo aspecto de su pasado. Cuando Naruto estaba solo con sus lágrimas. Acosado por aldeanos, temiendo por su vida.

-La soledad es mala consejera –añadió el Hokage buscando un lugar en el suelo para sentarse junto a la pequeña mesa central, pero luego decidió permanecer de pie- creo que tu madre estaría feliz si regresaras a casa. Te extraña tanto como tu hermana. ¿No has olvidado a tu hermana cierto?

-¿Es tu forma de intentar arreglar el asunto? –Interrogó sonriendo irónicamente de lado Bolt- ¿todo olvidado y volver a casa como se llama a un perro?

-Sabes bien que no pienso así.

-Tal vez, pero tampoco sueles venir a mi olvidado apartamento a menudo. –Indicó Boruto sin faltarle verdad- lo que me sugiere que el Hokage pretende algo de este simple Chunnin bajo su servicio. Algo que no puede obtener desde lo más alto de su oficina. ¿Correcto?

-Solo soy un padre esta noche, -señaló Naruto apenado- que trata de hablar en buenos términos con su hijo. Le prometí a Hima-chan que volverías a casa. Ella te quiere y necesita mucho. Sabes bien que sufre si no estás presente. Todos sufrimos.


-Mi hermana es una Kunoichi –definió Bolt tratando de quitarle emoción personal a la charla- puede que no esté de acuerdo con mi viaje al extranjero, pero con el tiempo entenderá que fue lo mejor. Yo también sufrí mucho en los primeros meses de habitar este apartamento. Pero luego recordé, que mi padre vivió solo los primeros 20 años. Y si él pudo sobrevivir, yo también lo voy a lograr. Y aquí me estás viendo, de una pieza.

-¿Y este viaje es lo mejor para quién? –Consultó Naruto comenzando a molestarse- ¿Para ti? ¿Para mí? ¿Para nuestra familia? Todo me parece una excusa tonta que evita la realidad. Solo quieres huir. ¡Y eso solo lo hacen los cobardes hijo!


Boruto volvió a sonreír, esta vez tenía una gran carga de angustia en el gesto. ¿Cómo podía ser que su padre y el fueran tan diferentes? Era cierto que físicamente se asemejaban mucho, pero la separación impuesta por los años sin convivencia, había generado un abismo entre ambos. Naruto era el Hokage y también padre de Bolt, pero el joven cada vez estaba más convencido que eran dos desconocidos prácticamente. ¿De qué otra forma podía ser acusado de cobarde? Boruto Uzumaki se consideraba a si mismo muchas cosas, pero la palabra “cobarde” ni siquiera estaba en el país donde habitaba.

De pronto, Boruto detuvo su lento caminar por medio de las penumbras. Lo que tenía que decir era definitivo, pero al mismo tiempo debía dar muchas explicaciones para detallarlo:

-¿Quieres saber porque elijo irme de Konoha? –consultó Bolt a lo que su padre solo se quedó en silencio- Porque estar cansado. Estoy muy cansado y decepcionado de que nunca puedas confiar en mí. Que pase lo que pase, nunca puedas confiar en mí.

-¿A qué te refieres? –Señaló Naruto serio- eres mi hijo. Te quiero y también confió en….

-¡NO DIGAS MENTIRAS! –estalló Boruto rabioso y dio un golpe sobre la mesada de la cocina que vibró levemente, así como todo el lugar- ¡NO TE ATREVAS A MENTIR FRENTE A MI! ¡NO NECESITO UNA MALDITA HABILIDAD SENSORIAL PARA SABER QUE MIENTES!


Y de ahí el silencio. Porque la reacción era tan violenta como inesperada. Era indudable que Boruto estaba enojado y decepcionado de su padre. Naruto conocía bastante bien que se encontraría esa situación, aunque no esperaba tanto rencor. Era obvio que existían asuntos por resolver, y finalizada la charla, tal vez encontrar un mejor acuerdo que ver a su hijo irse de la aldea. Por eso Naruto dejaba a Bolt hablar, para que descargara el veneno y luego llegar a un mejor puerto.

-Cuando era un niño, -dijo bajando los hombros con resignación el joven- te suplicaba por horas, por días completos que me entrenaras. Te perseguía, te adoraba, te admiraba. Y tú solo tenías tiempo para ser Hokage. Tenías tiempo para todos en esta aldea, con excepción de tu familia.

-No deseaba que mis hijos fueran ninja. –Admitió Naruto sin elevar la voz- temía que pudieran buscar hacerme daño atraves de ustedes. Aquí en Konoha están seguros. Pero si eran ninjas eventualmente tendría que abandonar la aldea por misiones. Tanto Hima-chan como tú, siempre han sido lo más preciado para mí.

-El abuelo Minato, y la abuela Kushina murieron la misma noche que naciste, pero confiaron en ti dejándote la responsabilidad del Kyuubi. Eras un bebé indefenso, solo en el mundo y aun así confiaron en ti. ¿Puedes decir lo mismo de como trataste a tus propios hijos?


Naruto comenzó a entender. Bolt se sentía herido por haber sido negada su herencia. Tanto Minato como Kushina, habían dejado en el actual Hokage toda su confianza. No pudieron entrenarlo ni protegerlo, pero depositaron su fe en él. En cambio, Naruto tuvo toda una vida para entrenar a sus hijos. Pero decidió negarles esa instrucción, decidió “protegerlos”. Esconderlos del mundo ninja. O en otras palabras, desconfiar de que ellos pudieran seguir por propia cuenta y éxito transitar el camino del Shinobi.

-Cuando era un niño, no elegiste confiar en mí. –Proseguía Boruto- tuve que ir a la academia para empezar de cero, como si fuera un huérfano. Luego me designaste a Konohamaru-sensei para tenerme controlado. Un buen hombre, pero no el indicado para entrenarme en mis virtudes. Tiempo después, durante los exámenes Chunnin, pasaste de mi pelea como si fuera algo sin importancia. Ni siquiera notaste que mi Byakugan se había activado por accidente y por eso recibí una paliza sin poder controlarlo. ¿Acaso lo notaste? ¿Acaso te importó como me sentía por ser humillado frente a nuestro pueblo? no confiaste en mi para ganar. Incluso te debía parecer muy conveniente que fracasara en mi intento de ascender a Chunnin.

Ahora Naruto ya no tenía palabras. Tenía el peor recuerdo de su propia infancia. Cuando estaba solo, cuando nadie esperaba nada de él. Tenía el recuerdo de nadie a su lado para entrenar. Todo lo tuvo que hacer solo, con la sutil diferencia de que nadie conocía que era hijo de un Hokage. Nadie nunca esperó la grandeza de Naruto Uzumaki. Esa presión no la tuvo nunca, esa presión si la tenía el “honorable hijo” del séptimo Hokage. Y al parecer le había afectado mucho.


-Finalmente, encontré un gran ninja que vio en mi un potencial –Apuntó Bolt continuando su relato- Hatake Kakashi-sensei me dio su tiempo. Me otorgó confianza, me dio su entrenamiento sin excusas. Por supuesto me entrenó sin piedad, tanto que creí que me volvería loco. Me enterró en mil libros y además se ocupó de adiestrarme en combate. Me enseñó a ser invisible, a pensar y a querer a esta aldea por sobre cualquier cosa. Kakashi-sensei no se atrevió a negar mi herencia. Me obligó a leer sobre el pasado de mi padre, a conocerte con defectos y virtudes. Supe lo que tenía que hacer, y me hacía sentir orgulloso poder protegerte a ti, tanto como nuestra familia. Pero sobre todo, confió en mí ciegamente. Algo que mi propio padre nunca quiso hacer.

-Kakashi no debió crear una organización que fuera ilegal –Naruto ya no sabía que decir- él estaba retirado y no debió…

-¡No te atrevas a hablar mal de Kakashi-sensei!- gruñó Bolt interrumpiendo- el solo pensaba en respaldarte. El solo quería protegerte y se encargó del trabajo que nadie quería hacer. El confiaba en ti, y luego te entregó el poder de raíz en bandeja de plata. ¡Y tú le pagaste encerrándolo! ¡Lo encerraste como me has encerrado a mí! Después del asunto de Kiba Inuzuka, juraste que confiráis en mí, y luego has vuelto a ordenar que me arrestaran. ¡Juraste que confiarías en mí! ¡Y una mañana tuve a tus perros frente a mi puerta, esperando para arrestarme! ¡PARA ARRESTARME A MÍ! ¡A TU PROPIO HIJO!

-Hice lo que tenía que hacer como…

-Pero no siempre has seguido las reglas ¿verdad?-contradijo Bolt envenenado- porque cuando el Uchiha era un renegado y asesinaba a colegas ninjas que iban a recuperarlo de Orochimaru. Cuando formó ese grupo de criminales llamado Taka. Cuando incluso trabajó para Akatsuki, ¡TU NUNCA DEJASTE DE CONFIAR EN EL! ¡ERA UN MALDITO CRIMINAL Y TU ENTREGABAS LA VIDA POR EL!-finalizó tratando de controlar su frustración- pero en mí, nunca pudiste confiar.


Naruto no pudo hacer más en esa situación pasada. En el momento que todos los ninjas sospechados por los archivos de Kakashi fueron puestos bajo arresto, Raíz parecía ser una organización ilegal que tenía por objeto minar la paz. Nadie suponía que la estaba apoyando en realidad, como finalmente sucedió. ¿Cómo podía saber el Hokage que los informes extraídos de la raíz delatarían todo el espionaje del mundo?

Pero no podía Naruto advertirle su visión particular del asunto. Era claro que su hijo se sentía herido por la falta de confianza que siempre había tenido en él. Naruto había buscado protegerlo, pero ante la duda, era cierto que siempre eligió pensar mal de Bolt. Eso era incuestionable.


-He leído toda tu historia…-dijo Boruto apoyando la espalda en una pared y solo la luz del ventanal cubría la zona central del lugar, luego de algunos segundos pareció estar más tranquilo- En detalle, lo que nadie sabe del héroe más grande de esta aldea. Tus fracasos, tus malas calificaciones, tu soledad. Supe de tus compañeros de equipo. Como te gustaba Sakura Haruno, y la fuerte amistad que tenías por Sasuke Uchiha. Fuiste fiel y confiaste en ella aunque nunca te quiso. Mantuviste tu amistad con Uchiha, aunque casi te asesina varias veces, y aun después de convertirse en desertor. Me culpas por su muerte, pero no estabas dispuesto admitir que era un bastardo y solo le interesaba su beneficio personal. Que en el pasado se orinaba en Konoha, y actualmente estaba dispuesto a seguir haciéndolo.

-Te acostaste con su esposa…-contradijo Naruto, aun tratando de entender cómo se había llegado tan lejos en el asunto Uchiha- aun cuando eras novio de Sarada-chan.

-Era mi misión, como tantas misiones de tantos ninjas en el mundo. –Respondió sin emoción Bolt- mí trabajo era evitar que ella se enrollara contigo, destruyendo a nuestra familia. Y si bien tuve que forzar la situación al inicio, te aseguro que Sakura-chan ha disfrutado más que con su esposo. Más que con nadie.

-Eso no importa, y yo nunca hubiera traicionado a tu madre…

-Pero tampoco fuiste capaz de negarle nada a Sakura desde que la conoces, ¿correcto? –Sonrió apenas Bolt irónico- ¿O lo que en realidad te enfurece de mí, es que yo si pude satisfacerla en donde sujetos como su marido y su ex-compañero fallaron? ¿Te enoja saber que nunca estuviste cercano a lo que yo he logrado? Tomar a esa mujer para mí, y derrotar al Uchiha.

-La verdad que no…-admitió Naruto- hace muchos años, que tu madre ocupa mi corazón. Cierto es que Sakura-chan ha sido especial hace años. Pero ahora es solo una amiga. Y lo que en realidad me preocupaba era que Sasuke te hiciera daño al enterarse. Además, no tenía el mejor concepto tuyo por lo que hiciste, considerando que tu novia es nada menos que Sarada-chan.

-Seguramente que te preocupaba mi moral... –añadió Bolt debatiendo sin problemas, pero se movía para encender la luz general y ya mirarse a los ojos- ya que parece que soy incapaz de lograr tu confianza. Depositas tu fe en traidores, desertores, rebeldes sin causa, o en políticos extranjeros. Pero cuando se trata de tu propia sangre, tal parece que siempre estoy en la mira. –encendió la luz y ya podían verse a lo lejos- ¿y todavía preguntas mis razones para irme de Konoha?



Naruto no tenía idea de cómo responder. Había venido preparado para una recepción hostil, pero realmente no parecía estar siquiera en el juego del debate. Su hijo había soltado varias estupideces cegado por el rencor, pero otras muchas razones eran bastante cercanas a lo real. Naruto en su fuero interno, podía admitir que el asunto de Sakura o Sasuke no le había molestado tanto como Boruto sugería. Ambos constituían ciertas “aspiraciones” de un joven Naruto que hace años no existía. Sin embargo, el actual Naruto que era Hokage y padre de dos niños, había fallado en donde Minato tuvo éxito. Era muy cierto que la excesiva protección de sus hijos había sido un error. Era solo soberbia pretender que podría cuidarlos del mundo entero. Tarde o temprano, tanto Himawari como Bolt hubieran tenido que resolver sus propios problemas. Aislarlos del mundo ninja, era negar la herencia misma que corría por su sangre. Ambos eran Uzumaki, descendientes del poderoso clan del remolino. Nietos de un Hokage y una jinchuriki, hijos de otro Hokage y una heredera del noble clan Hyuuga. ¿Realmente podrían tener otro sendero que no fuera el de ser ninjas? Si así lo fuera, era una decisión que no le correspondía tomar a Naruto.

-La confianza debe ganarse es cierto….-señaló el padre luego de un pesado minuto de silencio- y estoy dispuesto a aceptar que nunca te di la oportunidad de lograrla. Mis acusaciones y los arrestos, fueron en base a la decepción que sentía de verte comportar como lo haría un niño sin familia. Cuando sucedió el asunto de Kiba, simplemente pensé en cuanto me había esforzado, todo para que fueras a caer en la oscuridad de los Shinobi, y parecía que era justo adonde habías ido a parar.


Por primera vez desde el comienzo de la discusión, Boruto pareció ser tomado por sorpresa. Era como si escuchara algo que nunca esperaba recibir. Pero enseguida reaccionó, su gesto se volvió adusto y se recordó a si mismo que su padre había tenido mil oportunidades de confiar en él. ¿Y lo iba a empezar a hacer justo ahora? Más sonaba como una excusa ante la posible salida de Konoha, que una disculpa real.

-Aun así…-continuaba Naruto que había apoyado esa carpeta sobre la mesa del centro dejándola a disposición de Bolt- abriste los sellos y permitiste que supiéramos todo lo que ocurría en la alianza. Soy consciente que fue parte del plan de Kakashi, pero no puedo negar que el aporte que Raíz hizo, para conseguir firmar el acuerdo de paz. Además…..tanto Kakashi como tú también…me entregaron esto…-el nombre propio sobre la cubierta era el del Hokage- logré abrirla con mi sangre y las posiciones de sellos que mostraste en la reunión del consejo. Esta carpeta nadie la ha visto a excepción de quien te habla. ¿Sabes lo que contiene?


Boruto observó la carpeta sobre la mesa. Y tomándola entre sus manos se dispuso abrirla. Las hojas eran una descripción detallada de cada integrante de la organización raíz. Tanto dentro como fuera de Konoha. Había agentes de raíz en todos los países. Antiguos guerreros, políticos, Shinobi retirados, actuales ninjas de otras aldeas, civiles, pobres o personas con riqueza. Boruto desconocía al 80% de esas personas. Se había cruzado con algunos, y no tenía idea que también estaba bajo las órdenes de Kakashi. El punto era, que ni siquiera ellos lo sabían.


-Cada nombre, tiene un código y un número. –Apuntó Naruto de brazos cruzados, que observaba las reacciones de sorpresa en su hijo- no entiendo para que me fue entregada esta carpeta, ya que no me sirve para acusar a ninguno. No existe detalles de las misiones que realizaron, toda información incriminatoria se destruyó en los archivos sellados. ¿Qué significan los nombres clave y los códigos numéricos que acompañan a cada sujeto de ese archivo? ¿Puedes decírmelo?


Boruto sonrió levemente. Para luego asentir calmo, ante su propio pensamiento. Kakashi-sensei no había destruido la raíz. Todo el esfuerzo no se había perdido. Simplemente, se retiraba del comando. Había absorbido la responsabilidad de una organización que apenas asomaba la cabeza a la luz. Pero como toda raíz fuerte y duradera, era demasiado profunda y oculta para conocerla completamente. Demasiado profunda para destruirla. Y la fase final del plan estaba ante sus ojos. Boruto al fin podía entender completamente a su maestro. Hatake Kakashi había sido un Shinobi extraordinario sin dudas. Y como siempre dijo, su sensei había sido nada menos que el abuelo de Bolt. El cuarto maestro Hokage. El rayo amarillo de Konoha, Minato Namikase. Un genio.

-Este archivo, es nada menos que el espíritu de la Raíz.

-¿Qué dices?

-Kakashi-sensei siempre estuvo preocupado que a nuestro grupo le sucediera lo que al de Danzou. La antigua Raíz solo estaba conformada bajo la idea de darle todo el poder a un solo sujeto. Por lo tanto, cuando Sasuke Uchiha lo asesinó en combate, el antiguo grupo de perros no supo cómo continuar sin su amo. No era una organización al servicio de Konoha, sino para las ambiciones de Danzou Shimura.

-¿Y eso que tiene que ver con esos archivos?

-Observa…-le señaló Boruto girando a la mesa y parándose junto a su padre- cada nombre de cada agente de Raíz en esta carpeta tiene un código numérico y también una letra. Además, los nombres clave evitan que se usen nombres propios en los mensajes enviados. La mayoría de los agentes de Raíz no conocen a sus compañeros. Reciben mensajes anónimos, con su nombre clave y código particular, cumplen su misión y revierten los resultados por una serie de canales de comunicación secretos. Así, si cualquier agente fuera capturado o descubierto, no existe método de tortura que sirva para extraerle información de Raíz.

-Porque básicamente, nunca la tienen, ¿correcto? –aventuró Naruto interesado.

-Así mismo, si Kakashi-sensei no envía órdenes usando los códigos de este archivo –continuaba Boruto seriamente- simplemente raíz deja de funcionar. Las vidas de estos agentes siguen su curso y nadie nunca más hablara del tema. Este sistema se hizo para evitar la fidelidad a un solo hombre, y permitir que cada hombre o mujer sean solo fieles a la causa. Solamente a Konoha.

¿Y entonces?

-En resumen, si nadie vuelve a enviar mensajes con estos códigos y nombres clave a cualquier miembro de esta carpeta, simplemente raíz será desactivada. En otras palabras, ahora no solo eres el Hokage, sino también el líder de Raíz. Puedes hacer lo que quieras con esta información.


Naruto recibió en sus manos nuevamente el archivo. Las ramificaciones de cada hombre y mujer distribuidos por la aldea y el resto de los países alcanzaban prácticamente todas las esferas. Raíz estaba en todos lados, y nadie a excepción de Naruto, Boruto y Kakashi realmente lo sabían con certeza. Incluso ahí mismo, estaba el código y el nombre clave de su hijo:


Código de orden: S-117

Nombre clave: Relámpago dorado.


-Qué ironía…-sonrió apenas Bolt alejándose y caminando por el lugar lentamente- el hombre que pusiste en prisión tiene tanta confianza en ti, que te ha depositado el fruto de todo su esfuerzo en las manos. Y el hijo en quien nunca confías, te dice cómo usar todo ese poder aun cuando has venido a tratar de evitar que me vaya adonde deseo ir. No sé si tienes mucha suerte, o tanto Kakashi-sensei como yo, somos demasiado idiotas. Lo voy a reflexionar mientras viajo a Suna.

-¿Suna? –consultó Naruto confundido mientras apenas podía apartar la vista de la carpeta.

-Supongo que accederás a que viva cerca del tío Gaara. Es el único Kage en quien confías totalmente. Suna no es mi territorio preferido, pero el tío Gaara no va a desconfiar de mí como lo harían los demás. Trabajaré en la embajada y tomaré sol. Es lo mejor que puedo hacer por todos.

-¿Y Sarada-chan? –Preguntó el padre tratando de encontrar el argumento que detenga a su hijo- ¿Sabes el daño que le causaras al romper el compromiso?

-Será menor que lo que puedo causarle, -indicó el joven- si ella se entera que prefiero tener a su propia madre que a ella, en mi cama.


Naruto abrió la boca, pero no supo bien como ocultar la sorpresa. No tenía palabras para tamaña confesión. No podía entender lo que su hijo sentía realmente, y lamentable que no era la primera vez. ¿Cómo podía preferir un amorío cualquiera, por sobre la joven con la que había crecido desde siempre? ¿Acaso no amaba a Sarada, o simplemente nunca la había amado? ¿Realmente iba abandonarla por el simple capricho de no poder acostarse con la pelirosa? Según Naruto, Sakura podía ser muy hermosa todavía, pero los años pasarían y por edad, era como si Boruto se acostara con su madre prácticamente. Era algo bastante común que hombres mayores con ciertas posiciones de poder, desposaran a jóvenes mujeres. Pero la situación inversa era muy extraña. Sobre todo considerando que Sakura no era heredera de una dinastía, ni princesa de un país.

-Si Sarada descubre lo que hice….-definió el joven Bolt- no importara si fue por misión, gusto o deseo. Va a odiar a su madre y probablemente intente matarla. En ultima instancia, lo consiga o no, Sarada-chan se quedará sola. Se volverá un cumulo de odio por su sharingan. ¿Realmente quieres tener a otro Uchiha loco en Konoha? el ultimo casi lo destruyó todo por una venganza.


Naruto no quería ciertamente. Pero tampoco le agradaba la idea de ver exiliado a su hijo mayor por años y años. Tal vez condenado a no volver nunca. ¿Qué haría con Himawari si no podía detener a su hermano de la idea del viaje? La niña siempre había sido apegada su Onii-chan. Y él siempre la había protegido de todo mal. Seguramente debía ser muy doloroso para Boruto tener que irse, pero evidentemente pensaba pagar el precio con tal de proteger a Sakura y a la aldea. Aunque por caminos distintos, Naruto comprendió que ambos hombres Uzumaki se parecían bastante internamente. Dispuestos a lo que sea con tal de proteger a sus seres amados.

Naruto se sintió muy triste. Porque no podía moralmente detener a su hijo. Era claro que Bolt tenía sus razones para partir de la aldea. Y también cierto era, que jamás había confiado en las decisiones de su retoño anteriormente. Sin embargo había una última oportunidad de cambiar eso, era el momento de confiar. Así que tomó su archivo del control de Raíz, y aunque sabía que podía darle una orden directa como líder para obligarlo a permanecer en Konoha, pensó que ya no quería más conflictos. Como padre, sentía haberle fallado durante todo el tiempo a Bolt. Pero se prometió empezar a cambiar en ese aspecto.

Y el primer paso…..era confiar….

-Tengo que ir a casa para cenar –Agregó a su lenta salida del departamento, con la carpeta bajo el brazo- solo quiero decirte que voy a firmar la autorización de traslado el lunes a primera hora. Si mi hijo cree que esto es lo mejor para él, quiero confiar que así será.-abrió la carpeta y rebuscó algún detalle antes de volver a hablar- S-117 Relámpago dorado…tengo una misión para usted…antes de partir tendrá que presentarse el día domingo próximo al campo número 7. Tendrá un entrenamiento especial de técnicas conmigo. Esto es confidencial. Luego de ello, quedara relevado de sus deberes con Raíz en esta aldea. Eso es todo.

Y se fue….

Dejando a Boruto en una mescla de asombro y alegría. Por increíble que pareciera, era la primera vez que su padre lo había escuchado y confiado en él. Era la primera vez, donde lo había tratado como un hombre, y no como un niño a quien debe esconder del mundo conocido. Y si no entendía mal ese entrenamiento confidencial, no era otra cosa que el “Hiraishin no jutsu”. La técnica de su abuelo. Su herencia como ninja. No existía mayor muestra de confianza que eso. Por primera vez en mucho tiempo, Boruto Uzumaki tenía razones para sonreír de felicidad nuevamente.

Y aun por todas las dificultades del pasado, podía volver a renacer el orgullo que había sentido siempre por ser hijo del Hokage. Ese orgullo y esa admiración, que ahora podía volver exteriorizar por Naruto Uzumaki.

-Gracias….Oto-sama….-le dijo a su comedor vacío, porque su padre ya había abandonado el lugar.

Fin del flash back:



Actualmente era martes, y Boruto Uzumaki no se había ido de Konoha. Tuvieron un domingo pasado de entrenamiento, donde Naruto enseñó a su hijo los lineamientos básicos del dios del trueno volador. Al verlo prepararse y practicar, el Hokage tuvo la impresión que su hijo no tendría demasiados problemas para dominar la técnica. Y también supo por el rumbo de las conversaciones esporádicas, que algo había cambiado en Bolt.

Tal vez la cena en casa de las mujeres Uchiha era el detonante de esta nueva actitud…

-Bien Boruto….-le dijo el Hokage sin poder ocultar su felicidad- como Jounnin recientemente ascendido, y teniendo en cuenta tu desempeño como escolta en la reunión de líderes en el país del hierro hace meses; considero que serias muy capaz trabajar en esta oficina permanentemente.


La mirada del joven era todo un poema. Estaba tan sorprendido por las palabras de su padre que casi provoca en Naruto un ataque de risa. Pero se contuvo, la situación era seria y trataba de llevarla como tal.


-Pero….-susurró confundido Bolt- en ese viaje…..-dijo acercándose unos paso hasta quedar muy cerca del escritorio- Oto-sama dijo que debía ir a cualquier departamento de trabajo, bien lejos de su lado.

-Era cierto….-definió Naruto sonriendo apenas- porque un Hokage debe tener Shinobi de su extrema confianza como escoltas y compañeros. Ninjas tan leales, que serían capaces de sacrificarlo todo por la aldea de la hoja. Ninjas tan fieles, que darían la vida por el Hokage sin pensarlo dos veces. Incapaces de dañar a la honorable familia del líder. Dispuestos a todo con tal dar paz a nuestra villa. Y más aún…..-añadió poniéndose de pie y girando al escritorio- necesito ninjas en los pueda confiar mi vida y la de todos en esta villa. Capaces de guardar secretos, de perdonar, y también de saber pedir perdón.


Luego de eso, Naruto se paró frente a Bolt y colocó ambas manos en los hombros de su hijo. Durante estos últimos días, había rememorado su pasado y repensado muchas viejas actitudes. Había tenido nuevas esperanzas, y descartado el miedo a ser traicionado nuevamente por una de las personas más cercanas a su corazón. En cierta forma, la fe depositada en su tiempo sobre Sasuke y Sakura, había minado en Naruto su capacidad para tener confianza en las personas. Pero Bolt había luchado duro para obtener justamente eso. Y Naruto estaba seguro que su hijo no iba a decepcionarlo esta vez.

-Gra……gra….-Boruto había bajado la cabeza, su cuerpo temblaba ligeramente y algunas lágrimas se escapaban aunque deseara contenerlas con toda su fuerza- gracias…Oto-sama.


Boruto por primera vez desde la tierna infancia, se deshizo de esa mascara fría y orgullosa de ser Shinobi. Simplemente volvió a ser el hijo de su padre. El niño que lo había admirado e idolatrado siempre. Y avanzó de su posición para abrazar al Hokage y hundir su rostro en el pecho. Trataba de no llorar, era estúpido llorar por esto. ¡Pero se sentía tan feliz! ¡No podía explicar la satisfacción que le desbordaba de conseguir uno de sus sueños más dorados! Que el hombre que más admiraba lo tratara como su igual. Que confiara en él, al punto de nombrarlo su escolta. Que depositara la vida en sus manos. Y la confianza de sentirse finalmente, un digno hijo del Hokage de la paz.


Shizune no solía pasar sin golpear la puerta. Ese día tuvo un desliz. Pero la escena frente a sus ojos, le previno de ingresar a interrumpir. No solo le pareció hermoso que Boruto abrazara a su padre tal como cuando tenía 5 años. Sino que Naruto, aun haciendo todo lo posible por contenerlo, también estaba soltado algunas lágrimas de alegría. La Kunoichi sintió una tibia calidez en el corazón, y con cuidado volvió a cerrar la puerta para dejarlos solos.

Amaba a Naruto como a un hermano. Su felicidad era verlo feliz. Shizune decidió ordenar a los guardias ANBU que custodiaban la puerta, diciéndoles que nadie tenía permiso de ingresar hasta que el hijo del Hokage abandonará el lugar. Y se dedicó a otras tareas. Sin dudas serian tiempos de felicidad para Konoha. Porque tanto el Hokage como su heredero, por fin estaban en paz.


*********************************************



Los meses siguientes fueron los mejores para Naruto y su familia…

Mientras que Bolt actualmente trabajaba como escolta del Hokage, tanto el líder como Shikamaru que era su consejero más cercano; lo interiorizaban sobre los movimientos administrativos que contenía el trabajo de Hokage. Boruto se hizo el mejor y constante compañero de su padre. Lo acompañaba a las reuniones del consejo, a las visitas de los cuarteles ANBU y también a los viajes. El joven Uzumaki intentaba no mostrar mucho interés por los intentos de su padre en adoctrinarlo. Pero aunque no soñaba con ser el siguiente Hokage, tampoco quiso despreciar a Naruto con quien estaba reiniciando una buena relación. En resumen, Boruto aprendió buena parte del trabajo hecho por su padre, aunque sin intenciones de verse en un futuro realizándolo.


Por supuesto, el aburrido acto rutinario tuvo ciertas ventajas. Si bien su tiempo libre se redujo drásticamente, Bolt disfrutaba enormemente estar casi todo el tiempo acompañando a su padre. Almorzaban juntos, chalaban durante los horarios de oficina, en los viajes y mientras se trasportaban por Konoha. Y además, cuando el Hokage tomaba su tiempo para entrenar personalmente, Boruto tenía el placer de ser su compañero de práctica. Aprendió muchísimo. Mucho más de lo que esperaba obtener. Si bien los estilos de combate no eran iguales en padre e hijo, Boruto evolucionaba enfrentando a uno de los pocos sujetos en el mundo que lo superaban físicamente. Entrenar con alguien tan poderoso, tendía a extender los límites del joven poco a poco. Y particularmente le cumplían el sueño que tuvo desde niño. Ser entrenado por el séptimo Hokage.

Mientras tanto, la relación de Boruto con Sarada fue avanzando poco a poco.

Desde aquella noche de alcohol, comida y afrodisiacos. Boruto estuvo dispuesto a llevar la relación con Sarada directamente al matrimonio. En su fuero interno, sentía que no amaba a su novia. No tenía ese sentimiento asfixiante de posesión que le había inspirado Sakura en algún momento. Pero poco a poco, las citas y reuniones con Sarada fueron construyendo una relación más profunda entre los jóvenes. Además, los fines de semana familiares Uzumaki-Uchiha, se restauraron un par de meses después de los últimos “incidentes”.


Boruto no volvió a cruzar palabras en privado con Sakura. Ni siquiera la miraba. Ella mostraba ciertos destellos de interés por el joven, pero eso no significaba que volverían a ser siquiera amigos. El joven Uzumaki no podía perdonarle lo que Sakura hizo. Entendía sus razones, incluso había aceptado su derrota. Pero definitivamente no haría nada para alterar el nuevo “equilibrio” conseguido entre las familias Uzumaki y Uchiha. Nunca más arriesgaría la felicidad de todos, ni por sus propios deseos personales.

Boruto y Sarada no volvieron a hacer el amor desde la primera noche. Decidieron esperar hasta después del matrimonio. El joven prometió esperar, y su trabajo con Naruto le consumía casi todo el tiempo libre como para tener deseos acumulados.


Himawari en tanto, fue muy feliz cuando supo que su hermano seguiría viviendo en Konoha. Pero su parte negativa fue cuando su Onii-chan le reprendió duramente por haber usado su técnica para manipular a Sarada. La joven incluso soltó unas lágrimas cuando su hermano tuvo esa dura charla en privado con ella. Y aseguró que no había querido causar daño alguno.


-Sabes bien que no puedes controlar completamente el efecto de esa técnica Hima-chan. –Le dijo Bolt mientras discutían en el antiguo cuarto privado del hermano- no debiste presionar sobre el cerebro de Sarada-chan. ¿Y si le hacías algún daño?

-No quise lastimarla Onii-chan….-susurró llorosa la muchacha- solo intente que aprendiera a compartir.

-¿Compartir? –dudó el rubio confundido.

-Ella estaba celosa de nosotros Onii-chan. –Admitió Himawari- me dijo que no debía acercarme tanto a mi Onii-chan. Que tú eras solo para ella.

-Que ridículo….-señaló hastiado el joven- eres mi hermana. ¿Por qué rayos Sarada podría sentir celos de ti? Además, cuando implantas una orden en la mente de alguien. El efecto puede cambiar según como lo interpreta el subconsciente. Por eso no puedes controlarlo Nee-san.

-¡Eso no importa Onii-chan!- chilló nerviosa Himawari y se aferró al pecho de su hermano con angustia- ¡yo no quería que me separaran de ti! ¡No quería que te fueras! ¡Prometiste que siempre me protegerías! ¡¿Acaso mentías Onii-chan?!¡¿Me abandonarías si ella te lo hubiera pedido?!


Boruto abrazó a su hermana y guardó silencio. La escuchó llorar y era lo único en el mundo que no podía soportar. Desde que nació, desde que la vio en brazos de su madre que Bolt se había prometido protegerla de todo mal. Ni siquiera el salvaje mundo ninja podría tocarla. Ella era un alma pura. Himawari Uzumaki era una luz brillante. Boruto jamás la dejaría sola.


-¿Recuerdas hace un año y medio….? –le dijo Bolt sonriendo levemente- cuando estuviste saliendo con Inojin Yamanaka.

-Si….-respondió Himawari que no se separaba del abrazo.

-Antes de tu primera cita con él…-confesó el rubio abriendo cada vez su sonrisa y apartando a la hermana la miró a los ojos- tuve una seria conversación Inojin. Le dije claramente, que si llegaba a herirte de alguna forma, que si llegaba a decepcionarte o hacerte sufrir. Me aseguraría de matarlo con los métodos más crueles posibles. Tanto que haría orinarse en los pantalones a Ibiki Morino. ¿Realmente crees que te abandonaría ante el pedido de nadie? Te quiero mucho Nee-san. Nunca lo dudes por favor. Ahora deja de llorar que no me gusta verte así.


Himawari sonrió finalmente, limpiando sus lágrimas y sintiendo alivio de que su Onii-chan no estuviera enojado con ella. Que la protegiera, aun cuando ella no era precisamente alguien débil. Pasarían los años, y ese vínculo con Boruto no debía romperse jamás. Himawari podía renunciar a todos, incluso al resto de su familia, pero no veía su propia vida sin tener cerca a Boruto. No solo era su único hermano. Era mucho más para la joven.

-¿Recuerdas cuando practicabas tu técnica sobre mí? –Le señaló el rubio divertido- lograste borrar de mi mente cuestiones como moral, miedo o dudas. Mi potencial creció sin los límites establecidos de mi mente. Y aun así….nunca he dejado de quererte. Nunca he dejado de desear tu bien. ¿Entiendes?

Era cierto. Incluso fuera de los límites Boruto nunca dejaría de querer a su hermana. Era un pensamiento reconfortante en cierta medida para el joven. Aunque la chica no tuviera la misma visión sobre el asunto en particular.

-¿Y entonces….?-consultó tímidamente Himawari después de un rato-¿vas a casarte con Sarada-san? ¿Significa que nunca volverás a ver a Sakura-sama?


El rostro de Bolt se trasformó. Estaba sonriendo hasta hace un momento, y ahora no sabía si seguir junto a su hermana o salir corriendo. Era evidente que el efecto de la presión parcial iba disminuyendo año con año. Ya que Boruto comenzaba a recordar cosas como la vergüenza y el temor. Aunque ligeramente, claro está. Después de todo, estaba entrenado para evadir esas emociones tal cual el ninja típico.

-¿Desde cuándo lo sabes? –consultó con cautela.

-Desde la noche que Sakura-sama salió del cuarto para invitados, y se hundió en la habitación de Onii-chan casi toda la noche.

-¿Se lo has dicho a alguien?

-Nunca haría nada para dañar a Onii-chan. –aseguró Himawari roja como tomate y con la cabeza baja- pe…..pero…..me pregun….taba….

-¿Qué te preguntabas Nee-san?

-Si tú… ¿Amas a esa mujer?-añadió apenada la joven- ¿Aunque nadie lo acepte? ¿Aunque podría ser tu Oka-san por edad?


¿La amaba? ¿Realmente podía estar enamorado de Sakura Uchiha? Esa pregunta Boruto se la había hecho a sí mismo muchas veces. Y la respuesta era indeterminada. Escuchar una interrogante de su fuero interno en los labios de su hermana menor, era cuando menos perturbador. Boruto sin embargo, agradecía que Himawari se hubiese enterado tiempo después del primer encuentro real entre Sakura y el. Donde no fue una relación consentida, sino forzada y usada para el más puro chantaje. ¿Qué pensaría su hermana de él, si acaso supiera de la violación?

En el mundo ninja, era algo común de hecho. Una agresión sexual para las Kunoichi, no debía diferir en perspectiva de un ataque físico. Se las entrenaba para eso. Incluso se las instruía para tomar partido de aquellas situaciones. Anko-sensei era muy gráfica en su experiencia sobre la utilización de esas artes en el pasado. Y Boruto había tomado consejo de todo ello. ¿Pero qué hubiese pasado si acaso Sarada no hubiera existido en la ecuación? ¿La censura social de la aldea a esa relación de una mujer madura y un joven Shinobi, hubiera sido suficiente para haberla dejado? ¿La oposición de su padre, incluso de su madre, sería suficiente para que Boruto no volviera a estar con Sakura? la respuesta claramente, era no. si Sarada no hubiera estado en medio, Boruto y Sakura serían amantes cuando menos. Y además pareja, si la mujer aceptaba soportar las habladurías comunales. En todo caso si los problemas fueran demasiado, Bolt la hubiera llevado lejos de Konoha, para iniciar una vida nueva juntos. Pero sin dudas no hubiera renunciado a ella.


-Creo que si…-admitió ante la sorpresa de Himawari- creo que hubiera intentado una relación estable con ella de no existir Sarada-chan. Pero Sakura ama a su hija, y mi responsabilidad es casarme con mi prometida.

-Dijiste que cancelarias el contrato Onii-chan….-le indicó la hermana- no tienes que casarte si no quieres.

-Eso pensaba hacer, pero después de una noche desafortunada, le he quitado a Sarada algo que no puede devolverse. Algo que me obliga a cumplir el acuerdo, por la razón o la fuerza. Así que no hablaré más de asunto Nee-san. Espero que aceptes mi decisión.


Luego de ese día, no volvieron a tocar el tema. Pero Boruto tenía en claro, que su hermana no estaba de acuerdo con el asunto del casamiento. Tal vez la joven no estaba de acuerdo con un casamiento sin amor de por medio. Pero aun así Bolt, para no romper la nueva armonía de Konoha y de esas familias; se dispuso a cumplir con su parte del acuerdo.


********************************


Meses después, Boruto y Sarada tuvieron la ceremonia oficial de casamiento. Toda la aldea se unió en un gran festejo y muchas personalidades del extranjeros fueron invitados al agasajo. Sarada Uzumaki, era una joven muy feliz. Incluso la emoción y el prudente tiempo trascurrido, había logrado que tanto Sakura como Boruto se sintieran satisfechos con la situación. Tal como si hubieran olvidado lo que vivieron juntos. O simplemente, resignarse a entender que no era una cuestión destinada.

Boruto se prometió en el mismo altar camino al matrimonio, que pondría absolutamente todo de su parte para lograr hacer muy feliz a su esposa. Sarada y él, tuvieron una perturbadora conversación horas antes de unirse para siempre, y de aquella charla surgió un vínculo más fuerte y seguramente duradero. Sarada demostró todo el amor que sentía por su marido en esa conversación. Y Boruto supo que ahí se encontraba su oportunidad de reparar el daño causado. Solo tenía que hacerla feliz. Si lograba eso simplemente. Su familia, sus padres, la madre de Sarada y ella misma, serian felices. Todo estaba en sus manos, y desde la raíces de su alma, se juró que esta vez no fallaría en su misión de vida.

Tanto padre como hijo, nunca rompían una promesa de ese tipo.



Fin del capítulo.
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Mensaje por muertoun26 Jue Abr 20, 2017 5:09 am

la verdad me quedo con las dudas de la raíz: ¿como nacio? ¿como kakashi desarrollo tamaña organización? ¿porque tantos ninjas están dispuestos a dar su vida por algo que ya salio horriblemente mal? siento le diste mucho protagonismo, pero pero ninguna explicación o desarrollo que justifique lo que es (mas allá de que es la oscuridad que cuida la aldea...cosa se supone es trabajo de los ambus). lo de que naruto ahora tiene el control de la raíz me parece muy rápido, pero es un buen cierre, casi hermético (sigo pensando que lo mas interesante fue esta nueva raiz, es una lastima que no lo desarrollases mas)
en cuento a  Himawari  tiene cierta tendencia insestuosa pero no quiero meterme alli, asi que lo dejare como un dato raro.
bolt y sarada es algo que se veía venir, el final es bonito hasta cierto punto, siempre que sakura no habra de mas las piernas no creo les vaya mal.
la charla de naruto con su hijo fue lo mejor del cap, salieron muchas verdades a la luz y realmente hubieron momentos donde la personalidades de ambos brillaron.
gracias por el cap y espero puedas subir el siguiente pronto.
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Mensaje por arminius Vie Abr 21, 2017 3:08 am

una disculpa por no extender la historia dando detalles sobre aspectos secundarios como Raiz. lamentablemente esta historia, estaba planeada para 10 capitulos y miren que llevamos 21.

por cierto....despues del 21 llega si el epilogo. saludos.



CAPITULO 21: TRES AÑOS DESPUES…


Boruto y Sarada tenían una casa bastante espaciosa. Con tres habitaciones, cocina, comedor y un traspatio con muchas flores. A ella le gustaba tener un jardín colorido. Había agarrado el gusto a decorar la casa con floreros y cuadros, dotándola de una extensa vida a su alrededor. Y su marido se había convertido en los últimos meses, en el musculo que trasportaba todo lo que Sarada Uzumaki quisiera, hacia el sitio de la casa que deseara. Después de todo, Bolt se negaba totalmente a la idea de que su esposa embarazada de 8 meses, realizara el mínimo esfuerzo que perjudicara al niño en su vientre.

-Bolt-kun….-reía ella, cuyo cabello negro se había dejado largo hasta la cintura- no estoy incapacitada. Nuestro hijo es Uzumaki después de todo, no tengo menos fuerza, sino mucho más.


Sarada había pasado los primeros meses del embarazo con ciertos problemas. El niño en su vientre reclamaba una cantidad increíble de chakra producido por la madre. Parecía nunca saciarse. Sin dudas iba a tener el monstruoso nivel espiritual herencia de los hijos del remolino. Sarada sufrió el desgaste bastante, pero alcanzando el cuarto mes de gestación las variables se invirtieron completamente. El feto ya producía su propio chakra. Y Sarada tuvo una enorme píldora de soldado completando su poder. Desbordándola para ser precisos.

Fueron meses divertidos para los conocidos de la pareja. Noches donde los antojos de Sarada comenzaron agudizarse exponencialmente. En la medianoche de muchas jornadas, podía verse a media docena de clones de Boruto corriendo, buscando por toda la villa lo que fuera que su esposa hubiera pedido.

Luego, las pequeñas discusiones de pareja que terminaban con un Bolt recibiendo tremendos puñetazos que le hacían recorrer el firmamento de cabo a rabo. Para finalmente al regresar, reencontrarse a su llorosa esposa que alterada por los cambios hormonales, se trasformaba completamente. En el día a día, parecía una lunática peleando con el marido por cualquier cosa. Y por las noches, una bestia sexual que no parecía tener saciedad con nada que su esposo le hiciera. Esa parte hubiera sido peligrosa para cualquier otro hombre. Pero para Boruto Uzumaki, solo fue dar y recibir placer en cantidades más que aceptables.


Pero mucho antes del feliz acontecimiento del embarazo, Boruto y Sarada tuvieron los primeros dos años de casados para “enamorarse”.

Cuando tuvieron la ceremonia de casamiento tres años antes, el joven Uzumaki no estaba enamorado de su novia. Ambos lo sabían. Sarada lo había advertido y aun así quería unir su vida para siempre con él. Ella pensaba, que muchos de los problemas que tuvieron como pareja, fueron causados por su propio padre. Boruto se sentía muy avergonzado con ese concepto. Sasuke Uchiha podía haber sido muchas cosas en su vida, pero la culpa de todo lo sucedido en la separación de los novios, no era suya. Sin embargo, ella firmemente deseaba tomar parte de la responsabilidad en la situación general. Pensaba, que si no se hubiera negado a concretar físicamente el amor que sentía por su novio, muchos de los horribles eventos del pasado jamás hubieran ocurrido. Su padre influenció en ella para evitar esa unión, y ella lo culpaba por eso. Sin embargo, Boruto no iba a consentir que Sarada se pusiera culpa alguna en sus hombros. No cuando nada le correspondía de aquel veneno.


Esa tarde, el momento de la última discusión entre Sarada y Boruto antes de caminar al altar, fue cuando la joven demostró cuanto podía llegar a amar a su futuro marido. Boruto recordaba ese momento como ningún otro. Nunca tuvo tanto miedo y vergüenza como cuando su novia le dijo que conocía la verdad:

-Hace tiempo….-le dijo caminando por el cuarto donde tenían su última conversación antes de casarse- mi madre confesó que tenía un amante.

Cualquier otro hombre no hubiera tenido idea de lo que ella hablaba. Bolt lamentablemente sí.

-Me dijo que no volvería a verlo, porque me hacía daño. –aclaró la muchacha sonriendo con nostalgia- dijo que nuestro vinculo madre-hija era más importante para ella que cualquier amante. Y aunque no dijo quién era, ahora puedo saber su identidad.

-¿De qué hablas Sarada-chan?

-No eres el único que había notado que tu padre y mi madre se miraban demasiado desde hace años –proseguía la joven- ella estaba sexualmente frustrada, y luego vino tu confesión esa noche de la reunión por el contrato matrimonial. Una misión, una mujer casada de Konoha. No me atrevía a pensarlo demasiado. Estaba furiosa con esa “amante” que tuviste, y la confundí con tía Ino.


Boruto ya no decía nada. Estaba demasiado aturdido como para reaccionar. Sentía que Sarada estaba esperando el momento justo para romper con todo. Tal vez todo el esfuerzo para ocultar su amorío con Sakura, no había servido para nada. Era irónico, que Himawari tratando de calmar a Sarada con su técnica para evitar los celos, le había liberado la mente para pensar bien las cosas. Y Sarada Uchiha era muy inteligente después de todo.

-Oka-sama no dice nada…-anunció suspirando Sarada- hace mucho esfuerzo por ocultar lo que pasó. Desde aquella primera noche que pasamos juntos, pude entender porque razón ella se siente atraída hacia ti. Y no quiero…

-No tienes que culpar a tu madre…-le interrumpió Boruto serio- yo la forcé a hacerlo. Fue un chantaje para evitar que se siguiera acercando a mi padre. Lo que sucedió después, fue solo…

-Fue consentido Bolt-kun…-le dijo la muchacha sonriendo de una forma tibia- mi madre estuvo muy relajada y feliz durante meses. No conocía la razón en su momento, pero era una mujer satisfecha y feliz. No tengo intenciones de iniciar una pelea contigo o con ella. Solo quería decirte algo importante. Antes de contraer matrimonio, quería decirte… que lo sabía todo.

-¿Qué quieres que haga para repararlo?-interrogó el rubio acercándose a su prometida y tomándola por ambos brazos- sé que no tengo excusa. Pero estoy dispuesto a hacer lo que sea para…

-Silencio….-le susurró ella poniendo un dedo en los labios de Bolt- lo que ella hizo, fue renunciar a un hombre que la trataba como mi padre nunca quiso o pudo. Y lo que tú has hecho, es quedarte conmigo aun cuando podías escapar a otra aldea. Solo quiero que me prometas algo...

-¿Qué debo prometer?

-Que vas a casarte conmigo, dándome la oportunidad de que nunca tengas que volver con ella. –Respondió la joven soltando algunas lágrimas- sé que he tenido que compartirte. Sé que amas a tu familia, a tu hermana y también a mi madre en diferentes formas. Pero me casare contigo, si me prometes que harás el esfuerzo, de amarme a mí. De desearme como deseaste a Oka-sama. De protegerme como lo haces con tu padre, madre y hermana. Pero de amarme, solamente a mí.


Luego de esa conversación perturbadora y posterior promesa solemne. Boruto y Sarada se casaron. Se comprometieron a pesar de todos los secretos revelados del pasado. Bolt siempre se preguntó lo que habría sucedido sin la intervención de Himawari en la mente de Sarada. Pero al parecer, todo había salido demasiado bien para la situación inicial.

Fue pasando el tiempo. Empezaron a convivir y compartir el tiempo. Boruto tal como había prometido a su ahora esposa, puso todo de su voluntad. Ambos guardaron el secreto descubierto por la mujer. No le dijeron a Sakura, pero Sarada mantuvo cierta distancia con su madre al comienzo. Los primeros meses, ambas mujeres tuvieron que buscar el nuevo lugar en la relación. Sarada era una mujer casada. Y Sakura era la madre-en-ley de Bolt. Esa denominación tuvo que quedar bien clara, antes de volver a reencontrarse como madre e hija.

Los jóvenes esposos tuvieron esos primeros meses para acomodarse a la situación. Y poco a poco comenzaron a disfrutar mucho más que las extensas noches de sexo. Un desayuno juntos, almorzar en el campo los domingos. Ir a cenar y pasear del brazo. Sin apuro visible. Sin que nadie se entrometiera o perjudicara la situación, Boruto Uzumaki se fue enamorando profundamente de su esposa Sarada. La conocía y quería como amiga, pero vivir con ella y disfrutar cada día, lo fue conquistando completamente. Ella tenía mucho de su madre, pero definitivamente no era un reflejo de ella. Boruto la pudo amar individualmente. Más allá del deseo, más allá de todo sentimiento que alguna vez pudo sentir por Sakura.

Finalmente, cuando cumplieron su primer aniversario, realizaron un festejo donde tanto la familia de Bolt como Sakura Uchiha, se unieron y disfrutaron de la celebración. Ya no quedaban rencores. Boruto y Sarada Uzumaki, eran una pareja perfectamente constituida. Incluso la situación de Himawari, parecía encaminarse cuando retornó a su relación con Inojin Yamanaka. La joven parecía haber pasado malos meses alejada de su hermano. Pero la familia parecía estar mejor armonizada desde que la chica comenzó a salir otra vez con el joven Yamanaka.


Para el segundo año, el compromiso de Himawari e Inojin iba avanzando a buen paso. El joven Inojin era educado y amable con ella. Era respetuoso y un buen Shinobi. La familia Yamanaka eran amigos de Naruto. Y las reuniones de los fines de semana empezaron a incluir comúnmente también a Sai, Ino y su hijo.

Al comienzo del tercer año de casados, Boruto estaba completamente enloquecido por su esposa. Tres años de convivir no apagaron ningún fuego entre ellos. Muy por el contrario, hicieron al marido buscar más activamente algo que anduvo deseando con el tiempo, tener un hijo.

Algo que parecía al alcance de la mano, cuando Sarada Uzumaki quedó embarazada. Ese tercer año de matrimonio, parecía ser el inicio de una época de pura felicidad. Un hijo cambiaria sus vidas para siempre. Un hijo limpiaría el dolor del pasado.

Pero en la tierra de traidores…

La felicidad nunca dura eternamente…


*************************************


Casi nueve meses después…


Boruto Uzumaki estaba parado en una terraza imponente, encallada en lo más alto de la torre Hokage. Su padre le había relevado de sus funciones como escolta a mitad del día. Boruto se presentó esa mañana con un traje de ANBU y enmascarado. No quería que nadie le viera a los ojos. No quería tener que responder más a las preguntas dolorosas de todos los que conocía. Quería ser invisible, quería ser solo Shinobi. Solo un guardia de su padre cumpliendo el trabajo asignado. Su cuerpo estaba presente, pero la mente definitivamente no se encontraba ahí. Se sentía miserable y destruido.

Había pasado una semana desde la tragedia. Solo 7 días desde su entrada al infierno particular. Aproximadamente 170 horas desde el comienzo mismo de su destrucción. Era increíble como el mundo podía transformarse en basura de un día para el otro. Apenas podía creer que fuera real.


Un mes atrás, era un hombre feliz. No poseía un tipo de felicidad efímera, sino la completa dicha que da estar feliz a toda hora. Sus mañanas de los últimos meses eran rutina hermosa. Se levantaba de madrugada, mucho antes que su esposa abriera sus ojos hermosos y despertara definitivamente. Boruto salía temprano, buscaba en los mercados la fruta más fresca, y todos los implementos necesarios para un desayuno completo. Además compraba chocolate, crema y frutillas apetitosas. También solía adquirir algunos dulces tradicionales, como dangos. Toda una gama de opciones suculentas para cubrir las necesidades de su mujer. Volvía a su casa antes de que el sol dominara el firmamento. Preparaba dos deliciosos vasos con té y el desayuno por lo general se servía en una bandeja, directamente en el cuarto matrimonial. La veía despertar y sonreír. Llenita de su propio hijo. Con los ojos amables y una sonrisa grande como el sol. Sarada Uzumaki era toda la respuesta que Boruto necesitaba de la vida.

Era un hombre feliz. Tenía un trabajo estable junto a su padre el Hokage. Lo que le permitía estar todo el tiempo en la aldea. Tenía una esposa que amaba. Tenía una mujer esperando a su primer hijo. Su bebé, su niño. El motivo de todas sus alegrías y orgullos del futuro. Era todo dulce y lleno de vida para Boruto Uzumaki. Tenía lo que había deseado desde siempre. Respeto como Shinobi, amor como hombre, y la seguridad de su familia. Lo tenía todo, y ahora mismo en su recuerdo no le quedaba absolutamente nada.


Apoyado sobre el barandal de la torre alta, mirando hacia el abismo frente a sus ojos; se preguntó si le dolería menos dejarse caer como peso muerto hasta estrellar su cabeza contra la calle principal. Sería un gran daño, pero tal vez le ayudaría a olvidar lo que actualmente lo carcomía hasta las entrañas.

-Bolt….-le dijo su padre apareciendo en el balcón- ya te dije que el trabajo ha terminado. Vete a casa. No deberías haber vuelto a trabajar tan pronto.

No había “casa” para Boruto. Volver a ese hogar que hasta hace 8 o 9 días compartía con su esposa, no era regresar a “casa”. Allí solo había silencio y recuerdos desgarradores. Era volver al lugar donde todo estaba perdido. Donde sus habilidades y fortalezas no tenían uso alguno. Era débil y permeable. Era un montón de basura.

Su padre se acercó, con la confianza que le daba los últimos años de estrecha relación. Naruto como casi ningún otro ser, había atestiguado todas las fases de su hijo con respecto a la esposa. Cuando se casó lleno de culpas y remordimientos. Cuando aprendió a convivir. Y finalmente cuando estaba lleno de ansiedades esperando al niño por venir. Tres años donde Naruto vio madurar a su hijo mayor, y pudo tener asiento de primera fila para verlo feliz. Y ahora era una sombra de sí mismo. Una cascara vacía que no encontraba consuelo.


-Bolt….-le susurró su padre abrazándolo por detrás y tratando de trasmitirle calor- no puedo siquiera estar cerca de suponer lo que sientes. Pero debes tratar de ver la situación como cualquier misión Shinobi.

-Sarada-chan estaba bien….-respondió seriamente Boruto- ella fue al hospital y estaba bien. Nuestro hijo iba a nacer. Estaba sano, ella estaba bien.


Sarada Uzumaki había muerto en el parto. Una extraña anemia en su sistema circulatorio de chakra, fue debilitándola hasta el punto de costarle la vida en su esfuerzo dando a luz. El bebé era varón, y nació afectado por la misma extraña anemia de su madre. Ese niño, apenas pudo sobrevivir 20 horas extra. Y se fue apagando como la luz de una tenue vela. En cosa de 7 días, Boruto paso de tener una esposa y el nacimiento de un niño, a no quedarle nada.

-Hijo….-le señaló el Hokage- los médicos no pudieron hacer nada. Incluso Sakura que es la mejor. Tsunade-obachan y Shizune Onee-san también buscaron la solución durante horas. Nadie pudo hacer nada.

Boruto apretó los dientes con rabia. La sensación de dolor en su cuerpo solo aumentaba cuando el cerebro alimentaba teorías de conspiración.

-Fue asesinada Oto-sama….-declaró frio y Naruto se apartó para mirarlo directo a los ojos- ella estaba bien. La cuidé desde el primer día. Nuestro hijo estaba sano, los exámenes estaban bien en los meses anteriores. Sakura-san dijo que ella estaba perfectamente bien. Alguien tuvo que hacerle algo.


Naruto no tenía argumento contra eso. Sabía muy bien que Bolt había acompañado a su esposa durante toda la espera. Incluso cuando las contracciones le advirtieron el inminente suceso, Boruto tenía dos clones acompañándola por el mercado. Rápidamente la llevaron al hospital y no hubo ninguna complicación. Todo pareció ensombrecer durante su internación en el hospital. Pero para Naruto parecía imposible que alguien hubiera atacado a Sarada dentro de ese sitio. Muchos años pasaron desde la firma de los acuerdos de paz. No había motivos para asesinar a la esposa de un hijo del Hokage.

¿Atacar a la familia del Hokage?

Hubiera colado la sospecha, si acaso Hanabi y luego Hinata no hubiera tenido sus hijos sin problema alguno. Incluso la líder del clan Hyuuga, hacía pocos meses que esperaba a su segundo hijo. También Naruto era el padre naturalmente, los acuerdos de paz entre los Hyuuga y los Uzumaki se cumplían sin daño alguno. ¿Entonces quién podría querer la muerte del hijo de Bolt?

-No tengo idea quien pudo atacar a mi esposa. –Declaró Boruto mirando a su padre con clara hostilidad, aunque no fuera contra el Hokage precisamente- pero voy a averiguarlo, y lo asesinaré. Sea quien sea.

Naruto no pudo decirle nada más, el joven custodio dio un salto sobre la barandilla y comenzó a trasportarse por los techos. Alejándose de su padre, apartándose de todo el mundo. Quería estar solo y pensar. Sentía que algo importante había pasado por alto y por culpa de ese descuido su esposa e hijo estaban muertos. Alguien tenía que pagar. No existía un karma a quien culpar. Alguien había cometido un crimen, y Boruto solo esperaba averiguar rápidamente de quien se trataba.


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Otra vez la oscuridad….


Su casa entera estaba envuelta en penumbras. No encendía las luces porque lastimaban los ojos. Bebía casi todas noches, y casi no podía dormir. La oscuridad cuando soltero, había sido una aliada. Pero ahora mismo parecía más como si fuera su madre, acunando sus penas. Mientras tanto, algunos golpes en la puerta principal anunciaron que lo buscaban. Pero Boruto Uzumaki no tenía ganas, ni paciencia para recibir a nadie. Lo único que le interesaba realmente, era estar solo y pensar. Reconstruirse, reinventarse. Buscar la manera de tragar todo el dolor que sentía, para ir a trabajar al día siguiente y no parecer un alma en pena.

Le dolía demasiado todo, y no entendía lo ocurrido….


No podía comprender como su perfecto mundo, ahora era una tormenta perfecta. ¿De quién era la culpa? ¿Quién tenía que pagar por este dolor? Boruto sentía que su cuerpo se rompía por dentro. Que nada le haría recuperar la paz, hasta no descargar su rabia sobre quién hubiese causado ese daño.

Todo era irracional. Su padre tenía razón. ¿Qué motivo habría para intentar asesinar a su familia? En Konoha, los altos mandos del consejo de clanes no hacían más que desear el nacimiento del niño. ¿Se imaginan? ¿Un niño con sangre Uzumaki y la posibilidad de heredar el sharingan? Era algo que esperaban con ansias sin dudas. Nadie tenía razones para matar a su hijo.

-Boruto…-escuchó una voz en el interior de su casa y se puso alerta en la oscuridad del comedor- ¿Boruto, estás ahí?

Bolt estaba ahí desde luego, pero deprimido y parcialmente ebrio. Nunca había bebido tanto como en la pasada semana. Era la única forma de conciliar el sueño. Por desmayo, más que cansancio. No podía pensar con claridad, no podía trabajar con efectividad, pero al menos hacia más llevadera la situación personal. Tenía menos olor a podrido la situación de esta forma.

Esa era la voz de Sakura. La voz dentro de su casa. Seguramente estaba tan dolida como él. Seguramente buscando explicaciones en todos los rincones. Si Boruto se torturaba tratando de explicarse lo que habría salido mal. Sakura sin dudas estaría aun peor. Ella era médico, y dentro de su hospital había perdido la vida de su hija y nieto. Ella había monitoreado desde el comienzo todo el embarazo. ¿Cómo pudo salir tan mal todo?

Boruto estaba sentado en una silla del comedor, con los codos apoyados en sus propias rodillas. Solo levantando la cabeza para tomar de la botella con sake. Buscando ahogarse en el licor. Llenarse las tripas de algo más que dolor. Sakura por su parte, se acercó a él con clara pena y lentitud. Se arrodillo frente a él, y trató de mirarlo a los ojos. Ambos compartían el dolor de perder a las dos personas más importantes de sus vidas. Era desgarrador.


-Boruto no puedes continuar así….-dijo la mujer llorando- tenemos que sobrevivir a esto.

-No entiendo como entraste aquí, -señaló el rubio gravemente- la puerta estaba cerrada.

-La ventana del traspatio sigue abierta…-declaró ella apoyando ambas manos sobre la cabeza caída del hombre- no te acuerdas nunca de cerrarla por las noches. Sarada siempre me lo decía. –intentó recordar a su hija en una situación más cotidiana y feliz. Pero enseguida, retomó al presente- estuve revisando los archivos médicos. He buscado todo tipo de análisis. No pude encontrar nada.

-Es imposible que fuera algo natural…-respondió el Uzumaki- ¿alguien extraño ha entrado a su habitación desde que fue internada?

-Tengo registro de todo, -dijo Sakura tratando de controlar la voz entre sus lágrimas- Ino me ayudó a revisar todo. Nadie extraño. Solo familiares. Ni siquiera enfermeras extrañas. Esto solo ha sido un lamentable accidente.

-¿Y la autopsia?


Profanar el cuerpo de su esposa era lo último que Boruto hubiese consentido. Pero la sensación de un atentado no lo abandonaba. Y si no había podido proteger a Sarada, haría todo lo posible por vengarla. A ella y a su hijo. Por eso firmó los permisos pertinentes. Por eso todavía no la habían enterrado.

-Shizune-sempai y Tsunade-sama se hicieron cargo…-indicó Sakura- yo….no….pude…

Bolt dejó la botella en su mano izquierda, y al erguirse atrapó a la mujer frente a él. Le dio un abrazo que no significaba nada más. Solo ese dolor que ambos sentían. Los ninjas no debían llorar. Los ninjas estaban entrenados para evadir los sentimientos y el dolor. Los ninjas no debían sentirse muertos en vida, por un afecto perdido.

-Mañana debe ser el sepelio Boruto…-le susurró Sakura a su oído- ya no podemos retener el cuerpo en la morgue para investigar. No hay pruebas de nada.

Bolt aun abrazando a Sakura, pensaba que había intentado de todo para seguir su corazonada. Su esposa y su hijo debían ser enterrados al día siguiente. Y esa información le resultaba tan horrenda como definitiva. No podía soportarlo.

-Tengo que ver a Sarada-chan otra vez…

-No Boruto no….-le advirtió ella apartándose un poco y tomándolo con ambas manos del rostro- no te hagas esto. Mi hija ya no es como la recuerdas. Han pasado casi 9 días. Aun conservándola perfectamente, ya no puedes verla tan hermosa como era.

-¿Y mi hijo? –Gorjeó aturdido el hombre- ¿Quién podría desear la muerte de un bebe? Nadie absolutamente. Él no tenía nada que pudieran….-su argumento se fue apagando en la mente, hasta que decidió continuar- mi esposa era mucho más que una Kunoichi. Era más que un par de ojos y….


Su mente se detuvo. Chirriando como las ruedas de un carro que frenan abruptamente. Él bebe no era importante. No sin crecer y desarrollar su potencial. Pero en cambio Sarada, tenía algo que podía ser objeto de deseo. Tenía que ser eso. ¡ERA LA UNICA EXPLICACION!

-Sakura...-le dijo ante un gesto de seriedad- necesito ir a verla.

-No puedes Bolt…-le advirtió ella- no te hagas más daño.

-No me importa lo que pienses de mi…-le dijo ya poniéndose de pie, aun en su ebriedad- necesito verla ahora mismo. Tengo que comprobar algo.


Un par de horas después, gracias a Sakura que tenía acceso a todo el hospital como directora del mismo; ambos ingresaron a la morgue. La mujer rebuscó en los archivos, y finalmente encontró la puerta indicada donde se guardaba en el frio los cadáveres. Abrió el sitio preciso, ambos deslizaron la camilla donde el cuerpo reposaba.

-¿Estás seguro de esto Boruto? –le consultó por última vez la mujer, y al verlo asentir ambos destaparon el cuerpo frente a ellos.

Ella estaba ahí. Hubiera parecido dormida, de no ser por la bata blanca y los signos claros que continúan a la muerte. Su piel era extremadamente pálida, algunas vetas verdosas recorrían brazos y piernas. El efecto morado de la descomposición era más evidente día con día. Su rostro pétreo, inmóvil, inerte. Bolt retrocedió cubriéndose el rostro. Sabía que sería difícil, pero incluso hubiera cambiando esa sensación por una puñalada al pecho. Sin dudas eso sería menos doloroso.

-Te lo advertí Boruto….-dijo Sakura que no se había apartado, pero apenas se sostenía en pie aferrándose a la camilla con firmeza- ella no es…..ella ya no es….


Pero Boruto gruñó, se limpió el rostro para despabilar y trato de recuperar la cordura. En este momento el sake antes ingerido le brindaba un calor y una fuerza desinhibida muy necesaria. Tenía una idea siniestra en su mente, y había venido para satisfacer esa maldita obsesión. Así que hizo todo el esfuerzo para mantener el control de sus emociones. Avanzó hasta pararse junto al cuerpo, y estirando su mano abrió uno de los parpados cerrados.

Su peor pensamiento era una realidad. Ahí donde tendría que encontrar un globo ocular necrotizado, se encontraban ojos de vidrio artificial. Ante el espanto de Sakura, y el gruñido furioso de Boruto. Comprobaron que los ojos de Sarada Uzumaki, última portadora del sharingan, habían sido robados.



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-¡MATARON A MI ESPOSA! –Estalló hecho una furia Bolt, y dio un golpe tan violento en el escritorio del Hokage que las patas cedieron y toda la estructura de madera se fracturó en el medio. Apenas se sostuvo el mueble en pie- ¡ALGUIEN ASESINÓ A MI ESPOSA Y LE ROBARON SUS OJOS!


Naruto estaba sorprendido. Simplemente no podía creer lo que sus oídos le trasmitían. Sino hubiera estado Sakura presente, llorando desconsolada, seguramente hubiera pensado que su hijo había enloquecido. No existía pista alguna sobre el sentimiento que Bolt había alimentado en la oscuridad de esa última semana. Pero por fin, el más joven de los hombres Uzumaki presentes tenía pruebas de su teoría.

Hubo silencio. Shikamaru y los ANBU presentes se estremecieron hasta la medula. Boruto estaba tan descontrolado que hasta había olvidado que esa información debía ser clasificada. No le importaba nada. Ni que lo supieran los extraños presentes, ni que se enteraran en toda la aldea. A Boruto Uzumaki no le interesaba nada. Solo dar caza a los imbéciles que se habían robado la felicidad que hasta 10 u 11 días sentía. Esos ojos importaban muy poco, y cuando atrapara a los responsables de todo el dolor, no les serviría para nada.

-Shikamaru….-dijo el Hokage como única indicación.


El consejero asintió pesadamente. Dejó los archivos en sus manos sobre la mesa, y empezó a dar órdenes. Los ANBU escoltas salieron de la oficina. Luego Shikamaru ayudado por Sakura, se dedicó a colocar los sellos de silencio. Esa conversación debía ser privada. Era el primer incidente realmente grave, desde la firma de la paz en todo el mundo ninja. ¿Acaso alguna aldea extranjera estaba dispuesta a romper el equilibrio? ¿Quién sería tan estúpido para atacar a la familia del Hokage?

-Debes decirnos todo Boruto…-consultó Shikamaru cuando solo Sakura y ambos Uzumaki quedaron dentro del lugar cerrado.

-Mi esposa fue asesinada….-dijo tratando de hallar la calma que no tuvo, al ingresar al lugar hace rato- estaba sana, tuvo contracciones y la lleve al hospital. Tenía su salud intacta y su chakra en perfecto balance. 24 horas después de internada, su chakra comienza a consumirse, entra en trabajo de parto y esa extraña “enfermedad” no solo afecta a mi esposa, sino que acaba con mi hijo también.

Hubo silencio, todos miraron a Sakura que trataba de recuperar la voz. Esta parte debía ser aclarada por ella:

-Tsunade-sama…..-pareció romperse su voz, pero luego pudo continuar- y Shizune-sempai llevaron adelante la autopsia hace 5 días. No existe causa natural que explique la pérdida masiva de chakra. Tampoco había rastros de algún químico hostil. Sin embargo, existe la posibilidad de le que hayan inyectado algo. Sin ir más lejos, yo misma estoy desarrollando una versión inyectable de mi inhibidor de chakra. En resumen, el niño no debió ser afectado si fuera algo interno en Sarada. Pudo ser algún tipo de veneno nuevo tal vez. Pero definitivamente no nada natural.

-Eso ya no importa….-aclaró Bolt duramente- solo que alguien le ha quitado los ojos a mi esposa. Y yo quiero saber si el consejo o tú, tienen algo que ver con eso.


Si bien era una acusación grave, tanto Shikamaru como Naruto entendieron la situación. El sharingan era un activo valioso. De no ser Naruto el Hokage, otro sujeto con menos acercamiento emocional a la situación, probablemente hubiese pensado que era un desperdicio enterrar el último sharingan del mundo en una tumba común. Pero Naruto jamás haría eso. No le dejaría vivir la culpa de hacerle eso a la esposa de su hijo. A la hija de su más vieja amiga. ¿Y el consejo lo haría?

-El consejo de clanes ni siquiera lo ha sugerido en las reuniones. –Aclaró Shikamaru con manos en los bolsillos, captando las dudas del resto- todos los líderes entienden el dolor que todo esto ha causado. Sabían perfectamente que una petición de este tipo, seria descartada de plano por el Hokage. Y si lo llevan a votación, los amigos de Naruto inclinaríamos la balanza a favor del líder. Es impensado que alguien actuara a espaldas de todos. No con la caza de brujas que se ha generado en la cuestión de Raíz, hace algunos años. Si hasta el antiguo Hokage Hatake Kakashi, ha terminado en prisión. ¿Qué pasaría con los tontos pasaran por sobre la autoridad de Naruto sobre el asunto de Sarada? No quiero ni imaginarlo.

De mínimo, la ejecución. Era claro para todos. Pero eso no iba a detener a Boruto Uzumaki. Las palabras ya no servían para frenar al tornado que se estaba generado en el ánimo del joven custodio del Hokage. Alguien tenía que pagar, y por lógica tenían que encontrar la identidad del sujeto primero.

-No me importa lo que digas Oto-sama…-añadió Bolt cuando el silencio parecía ganar terreno- incluso si me ordenas que no haga nada. Voy a buscar bajo las piedras, voy a registrar cada archivo, cada pista. No voy a parar hasta dar con los malditos que mataron a Sarada-chan.

Naruto lo sabía perfectamente. Su hijo tenía una determinación de hierro cuando algo se le presentaba. En los últimos años de entrenamiento, Naruto había visto su ventaja disminuir día con día. Ahora mismo, no podía decir si vencía a Boruto en combate. Era cierto que Naruto tenía el modo Rikudou y otros recursos. Pero Bolt contaba con la terrible arma de sus golpes profundos. No había defensa posible frente a un ataque directo del puño fantasma. Lo rompía todo literalmente, y destruía incluso los canales de chakra que permitían cierta probabilidad de recuperación. Además, las diferencias de fuerza y velocidad ahora eran ínfimas. Sin dudas Naruto no elegiría pelear con alguien así. No a muerte por lo menos.

-Entiendo….-dijo suspirando con cansancio- Sakura, Shikamaru…por favor salgan de mi oficina. Tengo que hablar a solas con mi hijo.

Los mencionados se sorprendieron. No por ser expulsados del lugar, sino porque Naruto no había apoyado al instante a su hijo. Era cierto que Bolt supo ser muy irracional y peligroso hace años, pero ahora mismo tanto Shikamaru como Sakura, creían justificado el descontrol. Después de todo, Boruto lo había perdido todo. Esposa e hijo.

Al salir del lugar, Sakura tocó el hombro de Bolt con su mano, y le dijo en un susurro que lo ayudaría hasta el final. Dispuesta a ir incluso contra Naruto, si eso era necesario. Ahora mismo, la búsqueda de una venganza parecía más aceptable que dejarse deprimir y morir por el dolor. Boruto no era el único que había contemplado la idea del suicidio. Sakura había pasado la peor semana de su vida. Mucho peor que cuando tuvo que soportar el casamiento de su hija, con el hombre del cual se había enamorado. Mucho peor que notar cuan feliz hubiera sido en compañía de Boruto. El tiempo había pasado desde entonces, y la madre estaba feliz por su hija. Y Sakura ahora solo quería hacer trizas a los culpables de su muerte.

Para cuando abandonaron la oficina. Naruto con una seriedad mortal, se puso de pie. Fue a una gaveta oculta detrás de un cuadro, y de la caja fuerte extrajo algo que creía nunca volver a usar. Algo que había deseado desde siempre destruir. Pero por pura responsabilidad personal, no pudo. El archivo en sus manos prácticamente parecía quemarle. Iniciaba un nuevo y peligroso juego de Shinobi. Y la primera carta la debía jugar el Hokage de Konoha.

-No me vas a detener con nada…-aclaró Boruto mientras lo veía maniobrar- pienso ir hasta el final. Si me suspendes como ninja, si me expulsas de Konoha incluso, iré por mi cuenta y….


El parlamento fue cortado por el azote de una carpeta sobre la mesa lateral de la oficina. El escritorio estaba hundido por el medio y apenas se sostenía. Naruto lo hubiera destruido completamente de presionarlo más. Esa carpeta, ese archivo aún conservaba el nombre propio del Hokage. Pero tenía un agregado de su puño y letra. Una sola palabra, una que significaba poco y al mismo tiempo todo un mundo interminable.

Una sola palabra……. “Raíz”


-Como Hokage….-le dijo a su hijo que miraba la carpeta con cierta sorpresa- no puedo romper la paz que yo mismo he prodigado. Existen muchas razones, pero la principal es la cantidad de vidas que salvamos evitando nuevas guerras. Pero como padre, entiendo lo que sientes. Dudo mucho que no actuaria igual en tu lugar. No hay consuelo para lo ocurrido. No puedo mentir al decirte que mañana será un mejor día y debes olvidarlo. Una noche donde discutimos fuerte hace años, aseguraste que nunca había confiado en ti. Estos tres años, me demostraron que estaba muy equivocado en dudar. Y hoy ha llegado el momento de corregir eso.

-Esa carpeta te fue legada por Kakashi-sensei…-añadió Bolt serio- no puedo…

-Pero yo elijo darle el poder a mi hijo…-contradijo Naruto alejándose de la carpeta y permitiendo a Bolt acercarse a la mesa lateral y tomarla- no puedo controlar luz y oscuridad al mismo tiempo. Pero confió que juntos tu y yo, vamos a lograrlo. Confió en ti, Uzumaki Boruto.


No volvieron a hablar más del asunto. Boruto tomó el archivo y salió del lugar. En otras palabras, se hizo cargo de activar y conducir Raíz. Con esa poderosa organización, alcanzaría a donde fuera y a quien sea. Si los asesinos de Sarada tenían alguna oportunidad de salir ilesos, acababan de perderla completamente. Boruto Uzumaki iba tras ellos. Era una fuerza imparable que los perseguía.

El o ellos estaban muertos, solo que no lo sabían.


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Seis meses después…


Boruto estaba en su habitación terminando de arreglarse. Su kimono negro ceremonial, se veía impecable. El espejo le devolvía una imagen de seriedad y salud renovada. Habían pasado cuando menos seis meses desde el día donde se convirtió en el nuevo líder de Raíz. Y a decir verdad, había reactivado el poder de su organización secreta, solo para dar caza a los miserables que atentaron contra su difunta esposa. No tenía intenciones de mantener activo el espionaje y arriesgar un nuevo conflicto mundial.

Ellos no tuvieron oportunidad…


Una docena de agentes recibieron órdenes de moverse nuevamente. Entre los destacados, Kabuto Yakushi había provisto la información externa de Konoha, mientras que Sai y su esposa Ino se encargaron del sector interno. Sakura aportó la información del tipo médico, y el resto de los agentes sirvieron para abrirle las puertas a Bolt en todos los sectores importantes.

Estaba trascurriendo el tercer mes, cuando los 4 sujetos que formaban parte del grupo mercenario fueron capturados. Tipos contratados por un privado desconocido que nunca vieron. Un sujeto que por algún motivo había querido apropiarse del sharingan. Los capturados no supieron nada más del contratante, luego de intercambiar pago por objeto.

Boruto por su parte, agradeció con un generoso pago a sus agentes externos, dejando a Kabuto y los demás regresar a sus vidas tranquilas. El peliblanco había capturado a 3 de los 4 en la frontera norte. Y el otro nunca se fue de Konoha. Era un mercenario que tenía tapadera de comerciante. Fue delatado por sus compañeros. Entonces, los 4 del equipo pasaron al sótano más profundo de la antigua base de la división de interrogatorio y tortura.

Allí dentro, durante un mes completo pasaron por todas las maniobras para infligir dolor y tormento que Bolt y los suyos pudieron imaginar. Y para cuando no les había quedado nada por confesar, Boruto completó la tarea dando toda una semana de sana diversión a su antigua maestra. Nada menos que la terrible Anko Mitarashi. Todo lo afable y bonachona que parecía en su puesto de dangos, se invertía al rubro siniestro cuando entraba a un cuarto de interrogatorios. Y los sujetos sufrieron hasta el último instante de sus infortunadas muertes. Eso fue garantía propia de la ex-Kunoichi.


Boruto terminó de arreglarse para la boda. Su prenda ceremonial estaba lista y el también. Habían pasado seis meses desde la muerte de Sarada-chan. Tenía que poner su mejor rostro ante su hermana y familia. La joven Himawari por fin iba a unir su vida con Inojin Yamanaka. Esperaron que el tiempo pasara desde la muerte de Sarada, para confirmar la feliz fecha. Para Himawari hubiera sido impensable estar de fiesta, mientras su hermano sufría su perdida. Seis meses trascurrieron, y aunque nadie lo supiera con certeza, Boruto ya había vengado a Sarada con sus asesinos.

-¿Estás listo Bolt-kun? –Le dijo Sakura desde el pasillo- no deberías llegar tarde al matrimonio de tu hermana.

Boruto salió de su habitación, para encontrarse con Sakura Uchiha. La mujer había vivido en la misma casa de Bolt los últimos 5 meses. Ambos acordaron que era mucho mejor tener compañía. Ella cocinaba y mantenía a flote los aspectos descuidados del hombre. No habían vuelto a hablar sobre aquella vieja relación que mantuvieron hace años. Simplemente sentían que era bueno no estar solos. En cierta forma, habían construido en los últimos tiempos una buena convivencia. Solo levemente dañada con pequeños “accidentes”. Encuentros en lugares comprometedores. Visiones de desnudez o simplemente tiempo sin sentir la tibieza de una intimidad. Aunque desearan tener algún tipo de acercamiento físico. No concebían hacerlo en el medio de un luto pronunciado.

Juntos salieron vestidos formalmente para la ceremonia del templo. Sakura estaba impecablemente vestida con un yukata rosado. Se veía muy bella, ese pequeño truco aprendido de Tsunade le reportaba cada día más beneficios. Era la envidia de las señoras de su generación. Y más aún, cuando podía darse el lujo de ir tomando el brazo de uno de los hombres más apuestos de Konoha. Las miradas indiscretas y las malas lenguas, incluso les costaría admitir que podían tener una relación más cercana al parentesco mediante Sarada. Lo cual los mantenían a salvo de habladurías. Pero aun así, se veían increíblemente bien juntos. Incluso en ciertos momentos, habían recuperado la sonrisa.

Cuando Himawari los vio llegar del brazo, aun concentrada en arreglar los últimos detalles del festejo antes de ir a vestirse, se preocupó mucho. Había pasado mucho tiempo desde la relación clandestina. Pero aun así no le gustaba lo que veía. No le agradaba para nada que Boruto hubiera escogido a Sakura como paño de lágrimas ante la desgracia pasada. Himawari hubiera querido ser ella personalmente. Hubiera querido tener acceso privado a su hermano mayor, y ser ella la que tuviera esa confianza. Pero todo eso era parte del pasado. Desde que se había casado con Sarada Uchiha, que Bolt no tenía la misma cercanía por Himawari. Por eso, le pareció insoportable cuando vio a su hermano entrar del brazo con Sakura. Se veían como una pareja, aunque nadie más lo pensara así.

-Onii-chan…-sonrió Himawari acercándose a ellos- que bueno que has venido.

-No faltaría por nada del mundo Nee-san. –Le respondió el hombre- mi hermanita se va a casar. Jamás dejaría de asistir. Tengo que amenazar por última vez a tu futuro esposo.


Tanto Sakura como Himawari rieron de buena gana. Los seis meses trascurridos, más la revancha ejecutada sin que casi nadie supiera, curaron un poco el alma del Uzumaki. Por eso podía bromear, por esa razón volvía a sonreír un poco.

A lo lejos su padre y madre caminaban por los jardines del templo charlando, llevando el carrito con su tercer hijo. Minato Uzumaki dormía plácidamente en su viaje. El niño era el otro motivo por el cual Boruto había recuperado parte de su ánimo. Su pequeño hermanito ocupaba en cierta forma, la carga afectiva de aquel hijo que murió al nacer.

Himawari se disculpó con Sakura y Bolt, diciendo que debía ir a colocarse su vestido. Sakura le advirtió que no debía tomar apuro. No existía boda donde el novio no debiera esperar un poco a la novia. Mientras que Boruto le aseguró que se encargaría de que Inojin no escapara del compromiso. La joven Uzumaki volvió a sonreír, pero esta vez mas fríamente. Nadie lo notó, pero algo no le gustaba. Entonces dijo:

-Onii-chan…quisiera hablar contigo a solas. Antes de vestirme para la boda.


El hombre asintió, y se soltó de Sakura para ir tras su hermana. Posiblemente estaba nerviosa y quería algo de apoyo. Siempre había sido una joven tímida mayormente. Aunque como Kunoichi, estuviera entre las mejores. Era como dos mujeres en un cuerpo. Tímida, dulce y retraída en la vida civil. Fuerte, desinhibida y feroz como Kunoichi, o cuando se enojaba mucho. Para cuando encontraron una habitación lateral donde estuvieron solos. Los gestos alegres de Himawari mutaron gravemente. Estaba preocupada, y en cierta forma molesta también.



-No debiste traerla Onii-chan…-aseguró la joven enfrentando a su hermano- esa mujer fue tu amante mientras tenías novia. ¿Acaso has vuelto a estar con ella?

-Nunca engañé a mi esposa. Nunca me tocado a otra mujer desde el día donde me case con mi esposa. Se lo he prometido, y he cumplido. Además “esa mujer” como tú le dices, -respondió Boruto serio- ayudó a capturar a los imbéciles que mataron a Sarada-chan. Los 4 ya están bajo tierra. Ella ha sido un gran apoyo para mí. Me ha mantenido cuerdo y alimentado durante estos meses. No es poca cosa ciertamente.

-¿Estas acostándote con ella nuevamente?

-Claro que no…-aseguró el hombre- ¿Crees que tengo ánimo para pensar en eso?-le acusó haciéndola retroceder aturdida- mi esposa ha muerto hace meses. No tengo ganas ni tiempo para darle explicaciones a nadie sobre mis acciones. Estoy en esta celebración solo porque eres tu Nee-san. Entiende que por nadie más, estaría en la calle vestido ridículo como estoy.

-Tal vez has venido sin beneficio…-señaló la joven girándose y dándole la espalda, su cabello ahora era largo hasta la cintura, como lo supo tener su madre en la adolescencia- si hubieras estado estos últimos meses cerca mío como antes, sabrías que estoy dudando mucho sobre casarme.


Boruto suspiró largamente. ¿Acaso habría una mujer en el mundo que no dudara a pocos minutos de dar el sí? Las interrogantes no eran precisamente propiedad exclusiva de los novios. Pero no tenía mucho fundamento luego de varios años de noviazgo y compromiso.

-Tranquila Nee-san…-le dijo acercándose y colocando ambas manos en los hombros por detrás- respira profundo y mantén la calma. –Ella suspiró largo, y trató de hallar tranquilidad- no tengas miedo. El hombre que vas a tomar por esposo, es buen sujeto. Proviene de una familia amiga. Es también un ninja excelente y…


-¿Y si aun así no quiero casarme con él? –consultó la joven aturdida. Que deseaba desesperadamente un gesto aprobatorio de su Onii-chan.

-¿Por qué no desearías hacerlo?- respondió en cambio Boruto.

Himawari se giró rápidamente y abrazó el pecho de su hermano, hundiendo su rostro en él. Algo le angustiaba demasiado. Y Boruto no tenía idea si era específicamente el asunto del casamiento. ¿Podía estar sufriendo por otra situación?

-¿Qué sucede hermana? –Le consultó el rubio- confía en mí por favor.

Finalmente ella habló. Se sentía muy aturdida y debía descargar su angustia a como diera lugar. Era el momento de la verdad para Himawari. Tal vez la última oportunidad para ella.

-He pensado durante este tiempo….-susurró aun en el pecho de Bolt mientras seguía abrazándolo- que cuando te casaste con Sarada-san, nos alejamos demasiado. Sé que era tu esposa Onii-chan, pero prácticamente te olvidaste de mí.

-Sabes que eso no es cierto Nee-san.

-Si lo es. Pasaban meses para poder reunirnos, nunca estabas disponible para mí. Y ahora pienso, que si me caso a Inojin-kun, tendré que invertir todo mi tiempo en él. Volveremos a estar lejos para siempre.

-Nee-san...-sonrió el rubio divertido del planteo- no seas infantil. Sabes que te quiero más que a mi vida. ¿Crees que estar casada con Inojin va a lograr que deje de quererte? Yo deseo tu felicidad desde siempre. Él puede darte una linda familia. Es un muchacho amable y respetuoso. Además, siempre puedes recurrir a mí, si algo no funciona en tu matrimonio. Simplemente lo haría pedazos si te hiciera daño -bromeó divertido- Pero tú debes enfocarte en las cosas bonitas que puedes vivir.

-¿Cómo cuáles? –preguntó Himawari sin despegarse de su hermano.

-Amor, compañía, intimidad. –Enumeraba Boruto tranquilamente- siempre has sido muy dulce y protectora. Serás una excelente madre. ¿No quieres darle a tu querido hermano, un grupo de revoltosos sobrinos para consentir? Eres muy cruel Nee-san...

-¡Bolt-kun! –Se apartó nerviosa la joven y le dio un golpecito en el hombro al tonto de su hermano- ¡no digas esas cosas! Es muy vergonzoso.

-jajaja…..Nee-san estas roja como grana…..jajaja….-reía de buena gana el rubio- tal vez yo no sea el indicado para decirlo, pero estas a unas pocas horas de saber lo que es bueno. Jajajaja


Ella estaba rojísima, pero tampoco pudo contener la risa. En ese momento ingresó Hinata buscando a la novia y los vio tan divertidos juntos, que automáticamente se alegró. Sus hijos habían sido más que hermanos desde siempre, fueron compañeros y amigos. Ni el tiempo ni formar otras familias, los iba a separar completamente. Además, era bueno ver de gran ánimo a Boruto. Sobre todo después de lo ocurrido hace tiempo.

-Oka-sama míralo…..-dijo Himawari queriendo devolver el golpe pasado- Bolt-kun está intentando convencerme de que no me case con Inojin.

-¿Ah sí? –dijo Hinata entendiendo la broma- ¿Y cuál es la razón?

-Dice que huya con el lejos Oka-sama, es un pervertido que propone eso a su hermana pequeña.

-¡Ka-san eso no es cierto! –estalló haciendo puchero Boruto ante las risas de su familia- ¡La pequeña pervertida ha pensado eso por si misma! ¡Resulta ahora que no quiere casarse con Inojin, y trata de usarme como excusa!

Los tres rieron, porque Naruto que debía oficiar la ceremonia asomó la cabeza con claro gesto confuso. Su rostro lo decía todo. ¿Cómo que no había casamiento? ¿Después de organizar todo durante meses? ¿La comida, el templo, el papeleo? Los invitados extranjeros. ¡¿Qué haría para explicarle a Gaara que no había boda después de viajar tan lejos?!

El ambiente de risas fue un golpe necesario de salud para todos. Los dolores de pasado tal vez tardarían en desaparecer completamente, pero poco a poco permitirían tanto a Boruto como a todos; proseguir a un mañana mejor.


**********************************


La boda fue preciosa…

Boruto había entregado a su hermana ante la imposibilidad de su padre por cumplir esa doble función de padre y maestro de ceremonia. El Hokage hubiera usado de buena gana los clones de sombras, pero Hinata consideró que su hija deseaba hacer participar a Bolt de todo el evento. Así fue como entregó a su hermana cerca del altar, le dio la mano a Inojin, y rato después estaba sentado en un rincón del fondo junto a Sakura.

Boruto estaba feliz por su hermana ciertamente, pero todo el acto ceremonial le supo a muchos recuerdos dolorosos. Pudo verse a sí mismo en lugar de Inojin, y a Sarada ocupando el lugar de su hermana. Sin darse cuenta, su mirada nostálgica también había sido observada por Sakura a su lado. La mujer decidió tomarlo de una mano y entrelazar los dedos con él. Darle su apoyo, lo único que podía hacer en ese momento.

Durante la fiesta horas después, Boruto trató de conservar el mejor ánimo y la mejor cara frente a todos. Bailó formalmente con Himawari justo después de su esposo y del padre, para luego retirarse a un lugar más tranquilo de las luces y la música fuerte. Había mucha gente, y eso ayudó bastante a que pasara desapercibido. Nadie además, quería cruzarse con él durante demasiado tiempo. Las preguntas obvias eran molestas, y no hablar del tema en cuestión, parecía algo forzado.

Lo único que rompió la monotonía de la noche para Bolt, fue contar con la compañía de Sakura prácticamente todo el tiempo. La mujer tenía amigas en el lugar y posibilidad de más animadas compañías. Incluso algunos hombres intentaron sacarla a bailar. Sin dudas eran una de las señoras más atractivas del evento. Pero la pelirosa no tenía cabeza para esos menesteres. Solo quería acompañar a Boruto y no dejarlo solo. Quería verlo feliz, aunque ese deseo pareciera casi imposible. El rubio sin embargo, no pudo apartarse demasiado del vicio cosechado en los últimos meses. Bebió mucho, demasiado para lo recomendable. Y cuando pudo notar cuan mal estaba, decidió por su cuenta salir del festejo y tomar algo de aire fresco. Para tal vez nunca volver.

Había salido, y apenas pudo notar que junto a él estaba Sakura acompañándolo. El hombre observó a la pelirosa como si fuera un Genjutsu. A un paso de no creer su presencia, de tratar de disiparla con el restablecimiento del chakra.

-Vuelve a la fiesta…-le dijo el rubio- quiero estar solo.

-No es cierto Bolt-kun- le respondió ella dolida- no puedes estar solo, y yo tampoco quiero estarlo.

-Estoy ebrio Sakura-chan…-añadió aturdido el hombre- no quiero hacerte daño.

Esas últimas palabras indicaban más de lo evidente. No era que físicamente Sakura estuviera en peligro. Era la situación peligrosa. Ambos habían convivido durante meses, pero la lejanía con esa intimidad necesaria de su esposa, habían generado en Boruto el apetito correcto para causar daño a esa “convivencia formal”. Recordaba haber visto a Sakura en una bata liviana por la noche. Y otra vez se encontraron en la puerta del baño, y ambos tenían poca ropa. El sake podía destruir las barreras que debían mantenerse por siempre. No podían volver a intimar. No podían ni siquiera besarse. O todo se iba a convertir en una locura nuevamente.

-Lo siento Bolt-kun…-le susurró la mujer acercándose y parándose a su lado mientras le tomaba del brazo- no quiero sentirme sola. No quiero sentir que solo a tu lado puedo resistir lo que ocurrió. Durante estos años, intenté olvidar lo que pasamos juntos. Creí que la felicidad que tenías junto a mi hija, expulsaría mis deseos personales. Pero no puedo olvidar, mi cuerpo no olvida. Y ahora no se hacer.


Llena de culpas, tal cual era su costumbre de toda la vida, Sakura la había pasado mal los últimos meses en casa de Boruto. En una mescla agridulce de deseo femenino, atracción y sentimientos de cuidar y proteger a un hombre dolido; sumado a la verdad siniestra de ya no tener que rendir cuentas ante Sarada. Ellos estaban solos, ellos no tenían barreras que detuvieran lo básico del deseo.

Se pararon uno frente a la otra. Ella tuvo que elevar su vista porque Boruto la superaba en altura. Las manos de Sakura se instalaron en las mejillas del hombre. Tanto deseo básico contenido por ella, tanta necesidad de una mujer cálida por parte de él. Se miraron y ella mordió su labio inferior sin poder contener lo que sentía. Seis meses no eran suficientes para olvidar a Sarada. Pero si demasiado tiempo para contener las brutales cantidades de chakra escondidas en las venas del Uzumaki.

-Sakura-chan no…-le dijo el sin fuerza.

-Lo siento tanto Bolt-kun….-susurró suavemente ella, y lo obligó a bajar leve para acortar la distancia y posar sus labios sobre los del hombre.


El primer beso fue corto y doloroso. Casi como veneno para ambos. Y lo siguiente estuvo gobernado por la necesidad acumulada y el sake. Boruto resolvió tomarla de la cintura y empujarla contra el tronco de un árbol cercano. Si el primer beso solo fue como un soplo venenoso, lo que sucedió a continuación fueron puras inyecciones boca a boca de adrenalina y culpa. La horrible culpa de estar cometiendo un error imperdonable, y disfrutar mucho en el proceso.

-¿Qué estamos haciendo….-susurró Sakura entre los intercambios de besos- ¿Qué estamos haciendo Bolt?

-Una locura…-le respondió el hombre y aflojando un poco con pericia la yukata de la pelirosa, lo que le otorgó más flexibilidad para hacerla abrir las piernas- todo esto es una locura Sakura-chan.

Se besaban sin control, y Boruto seguía apretando a su pareja contra el árbol en la penumbra. La música fuerte en el salón de fiestas cercano, los ocultaba a la perfección de todo oído indiscreto. Más no de la mirada curiosa de alguien a lo lejos. Algunos segundos antes que Boruto activara el Hiraishin no jutsu y desapareciera junto a Sakura rumbo a su casa, un par de ojos llenos de sorpresa, lo habían presenciado todo.


*******************************************


Había pasado casi un mes desde la boda de Himawari e Inojin. Boruto seguía trabajando como escolta del Hokage, y cada tanto requería algunos de los agentes de raíz según Naruto necesitara averiguar algún asunto extranjero. Todo se manejaba con la mayor discreción, y las misiones no comprometían de ningún modo a otras aldeas. En general, los agentes de raíz estaban más utilizados para verificar los movimientos de grupos mercenarios, o de políticos en la capital del país. Boruto sin embargo, también había utilizado a los ninjas de más nivel para una investigación extra. Si bien era cierto que los mercenarios que mataron a Sarada habían sido exterminados hace tiempo, quedaba aún por resolver el asunto del contratante. Alguien o un grupo, fueron quienes le pagaron a esos sujetos por la misión. Alguien les pagó por obtener el sharingan, alguien pagó por el trabajo de asesinato. Y además, quedaba todavía por resolver el misterio de como lo hicieron. Como lograron penetrar la seguridad del hospital, inyectar lo que fuera que inyectaron en Sarada, y tener acceso a la morgue para extraer los ojos después de que Tsunade y Shizune hicieran la autopsia. Un detalle que Boruto no había pasado por alto a pesar del tiempo trascurrido.

Toda esa carga de trabajo lamentablemente, era una triste excusa…

Después de años de evitarlo, después de prometerle a su esposa que nunca más lo haría. La misma noche del casamiento de su hermana, Boruto se había emborrachado y acostado con Sakura nuevamente. La tomó entre sus brazos, y llevándosela de la fiesta aparecieron en el dormitorio del hombre para arrancarse las ropas y follar. El sentimiento salvaje del deseo, de la carne, el sudor y el placer. Tomar a Sakura, como hace muchos años lo hizo. Usarla para apartar la soledad y el dolor. Llenarse tanto de culpas, que fuese imposible mirarla a los ojos en las semanas siguientes. Y aunque se hubiera perjurado a si mismo que no cometería ese error otra vez, el convivir en la misma casa había evitado todo intento de alejamiento.

No se hablaron dos días. Se evitaban todo lo humanamente posible. Incluso comían en horarios distintos. Pero en tercera noche desde el suceso, Boruto tuvo la infortunada idea de bañarse más temprano de lo usual. Había salido del trabajo dos horas antes de lo previsto, y quiso ducharse rápidamente para conciliar el sueño. Quiso evitar a Sakura, y se la encontró desnuda en la tina llena de agua caliente del baño. Se miraron, intentaron por todos los medios que el otro no estuviera enterado del deseo que sentían, y finalmente terminaron compartiendo tanto la ducha, como la cama esa noche caliente.

Y a la mañana siguiente desayunaron juntos, para finalmente considerar que la vergüenza y la culpa no eran una barrera de tamaño suficiente; para evitar dormir juntos en la misma habitación en otras ocasiones. Entonces Sakura acusó de muy fría la noche posterior, y Boruto sugirió que se podía ahorrar en calefacción si tan solo dejaban cerrados permanentemente algunos cuartos. Como por ejemplo el de invitados, que hasta el momento había ocupado la madre de su esposa. Seguidamente, era lamentable que no pudieran solo “dormir”, cuando ambos estaban en la misma cama. La naturaleza de los Uzumaki era tener una libido tan poderosa, como la cantidad de chakra en sus cuerpos. Y Sakura ya no podía negar lo que evidentemente necesitaba y deseaba.

Para cuando trascurrió ese primer mes, dentro de la casa eran en todas las maneras una pareja. Boruto no quería admitirlo, pero la calidez estaba volviendo a su cuerpo. Ya no se sentía miserable cada segundo que trascurría en su hogar, y hasta las flores o las luces parecían recuperar un poco de ese color brillante que supieron tener. Era cruel hacer cualquier comparación, era aún peor pensar que estaba haciendo el amor con otra mujer que no era Sarada Uzumaki. Pero se sentía bien. Y eso lograba que sus ganas de levantarse todos los días para continuar su vida, aumentaran a cada momento.

Sin embargo, el amor no es un sentimiento general cuando se trata de parejas. La felicidad de dos personas, puede no significar alegría para el resto del mundo. Era cierto que tanto Boruto como Sakura habían cuidado al detalle el no delatar lo que estaba sucediendo entre ambos. Pero tanto Ino con su amiga, como Naruto con su hijo notaron los sutiles cambios positivos. Y sabiendo lo que sabían del pasado, estuvieron dispuestos a suponer lo que actualmente trascurría en el presente. Aunque claro, no pensaron ni por un momento ponerse a cuestionar esa situación. ¿Qué bien podían hacerle a Boruto o Sakura el cuestionarles la pareja? ¿Acaso no se habían preocupado mucho en los meses donde sufrieron muchísimo por la pérdida de Sarada? ¿Esa pequeña felicidad y mutua compañía, debía ser destruida por una situación de la edad o el parentesco político?


Tanto Naruto como Ino, resolvieron fingir que no se habían dado cuenta de nada. El mundo ninja había pasado por demasiada etapas de sangre y prejuicios antes de llegar a un periodo de paz. Tanto Boruto como Sakura, merecían vivir su historia privada sin más contras o culpas. Y que el destino hiciera su parte sobre el camino elegido. Sin embargo, aunque el último mes había sido de cambios positivos para Sakura por estar junto a Bolt, lamentablemente el trabajo parecía anteponerse a todo.


El Kazekage Gaara, estaba a punto de ser padre. Y su esposa atravesaba la última etapa del embarazo con dificultad. Naruto entendía que era el peor momento para dar esta orden, pero Gaara era un amigo de muchos años, y la verdad no quería tener que hacerle pasar la horrible experiencia que personalmente sufrió en calidad de abuelo. No, incluso Bolt lo entendería en ese punto. Y aunque bien pudo enviar a Sakura con Bolt en su equipo escolta, lo cierto era que su hijo actualmente era una parte vital del trabajo en la oficina del Hokage. No era un simple guardia para el líder, era más bien como su cerebro auxiliar, su compañero íntimo, su mejor amigo. Y tampoco había que olvidar, que era el líder de Raíz. Debía estar al tanto de todo y no podía desviarse del trabajo en Konoha.

Sakura y el equipo de escolta se marcharon dos días después. Boruto no se sintió muy cómodo al verla partir. Pero el trabajo era trabajo. Las obligaciones debían acatarse y la pelirosa estaría de vuelta en algunas semanas. Serian días difíciles en su casa sin esa mujer. Pero comprendía la situación del tío Gaara como tal vez nadie más.


Y por sobre todas las cosas, cabía recordar que el contratante de los mercenarios que asesinaron a Sarada, aún seguía vivo. ¿Acaso volvería a intentar robar una herencia ninja? No podían arriesgarse a repetir el descuido.



Fin del capítulo.
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Mensaje por muertoun26 Sáb Abr 22, 2017 6:16 am

la verdad asumi que esta historia terminaría en el cap anterior y en el epílogo solo pondrias que el hijo de bolt terminó en la raíz más o menos de la misma forma que el, cosa que haría sentir a bolt como idiota por no entender el deseo de su padre, o algo asi.
en cuanto al cap, esta genial, oscuro y lleno de misterios.
al principio cuando Naruto saco el archivo de la raíz pense fue el quien mando a matar asu nieto y sarada....luego la idea me pareció ridícula.
luego pensé que fue Kakashi quien lo hizo ya que un niño con dos herencias tan poderosas seria problematico... la idea no me parece tan ridícula, pero habrá que ver.
ahora de leer un poco el cap de nuevo llegue a la idea de que fue Sakura, después de todo está abandonada, sola, y loca....además de que es la única que podría acercarse lo suficiente a Sarada, además de poseer los conocimientos médicos para que la trampa sea casi invisible, además de que le daría ese toque irónico que todo tu fic a tenido.
bueno habrá que esperar.
antes de irme una pregunta....que pasara con los fics que tenias en el extinto foro NU?
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Mensaje por arminius Sáb Abr 29, 2017 1:29 am

epilogo de la historia.....hace tiempo hablaba sobre castigos e ironias.....en fin, creo que entenderan a que me refiero en este capi final.

gracias por los comentarios, y sobre tu pregunta en los fics que se perdieron...

¿te estas refiriendo a los que ya estaban terminados y que desaparecieron? o simplemente debes estar hablando del unico que estaba en proceso que era fuerzas de la naturaleza. si es ese, tengo que ver todavia si lo continuo. y si son los viejos fics, no estoy convencido que tenga que colgarlos de nuevo basandome en la cantidad de lectores que hay actualmente.

saludos y gracias. hasta otra historia.



EPILOGO: AMOR TRAICIONERO


Boruto regresaba muy de noche a su casa…


Había tenido que acompañar a su padre en largas reuniones, y los papeleos extendieron el trabajo hasta deshoras. En general le hubiera molestado tener que salir tan tarde, pero hacía una semana que Sakura no estaba en Konoha, y para fines prácticos no importaba si acaso Bolt no volvía hasta la madrugada a su hogar. De hecho, al salir de la torre Hokage, decidió irse a un bar con Shikadai para tomar algunas copas. Allí se encontraban también Chocho, para una reunión de antiguos amigos a las que unieron otros varios en la siguiente hora. Inojin no estaba presente, y cuando Bolt preguntó por su cuñado, le dijeron que estaba de misión en el país del té. Había partido esa misma mañana, y volvería en unos cuantos días seguramente. Hubo charlas triviales, y bastante licor de por medio. Boruto aun en el ambiente festivo, no pudo evitar notar como Chocho lo miraba de manera penetrante y ríspida. Trataba de disimularlo, pero no tenía mucho éxito por el momento.


A Boruto no le importó, seguramente tenía que ver con algún asunto de Sarada. O simplemente había averiguado el secreto sobre Sakura. Fuera lo que fuera, había cosas muchas peores en las misiones, que una relación consentida entre una mujer madura y un hombre. Y si Chocho o el resto de la aldea no lo entendían, por parte de Boruto solo podía desearles un bonito viaje al infierno. Él había pasado las últimas semanas luchando internamente contra sus culpas y demonios. Tan solo para resolver que ya había perdido demasiado con la muerte de su esposa e hijo. Y no estaba dispuesto a perder nada más, incluida su relación actual con Sakura. Había bebido bastante, pero no lo suficiente para perder la verticalidad. Aun así, le resultó muy difícil abrir la puerta de su casa para ingresar a las 4 de la madrugada, sin notar que no estaba solo.

Apenas pudo hacer el movimiento para buscar la llave de luz al costado de la puerta, cuando desde las sombras el sólido pinchazo de una aguja le penetró el cuello. Su mano tuvo un fallo, frente a él había una persona en la oscuridad, intentó luchar con la sensación de sueño ganándole inexorablemente, y cuando la aguja salió de su cuello totalmente vacía, pudo notar en los ojos de su hermana menor, el Byakugan y el gesto de culpa, desplegados completamente.


Su última pregunta interna, fue un simple…

“¿Por qué tú?”

Antes de desplomarse al interior del lugar…


************************************************


Abrió sus ojos con pesada dificultad…


Boruto Uzumaki estaba acostado en su propia cama. Tendido con la vista al techo, le costó relacionar la entrada a su casa, con el aparente viaje por propia cuenta a su dormitorio. Recordaba que abrió la puerta, y dando un paso a la oscuridad intentó encender la luz junto a la entrada. Luego de eso, la nada misma.

¿Qué ha pasado? se preguntó aturdido. Intentó moverse, pero tanto brazos como piernas estaban inmovilizados. Miró a su alrededor, la luz de luna por la ventana y solo un pequeño velador otorgaban algo de visión al cuarto. Definitivamente era su habitación. Pero algunas cosas no estaban dentro de la lógica. No solo no recordaba cómo había llegado a su cama, sino tampoco porque estaba atado y casi desnudo.


-Maldita sea….-se dijo- no me puedo mover, no tengo fuerza.

Su cuerpo estaba entumecido y vulnerable. Era la primera vez en mucho tiempo que se sentía así. Salvo por sus infortunados pasos en el hospital, nunca se había sentido tan débil como justo ahora. ¿Qué estaba ocurriendo?

-Onii-chan…-susurró una voz ingresando al cuarto- me alegro verte despertar al fin.


Boruto ahora entendía aún menos. Su hermana estaba ahí dentro. ¿Su propia hermana estaba ahí? ¿Estaba viéndolo atado y semi desnudo?

-¿Por qué estás aquí Nee-san? –Interrogó débilmente Bolt, que su voz apenas surgía- ¿Por qué estoy amarrado y sin ropa?


La mujer se acercó a la cama por un costado. Miraba a su hermano con mucha pena y vergüenza. Era cierto que no estaba completamente desnudo, ya que los interiores todavía cubrían la parte más privada de su anatomía, pero era un pequeño obstáculo. Y al parecer el resto de sus prendas, habían sido apartadas por ella.


-Nee-san…. ¿Qué me has hecho?

-Lo siento Onii-chan….-respondió ella aturdida- hice todo lo que pude. Lo intenté todo, durante mucho tiempo. Pero he fallado. Ya no tengo otra manera.

-¿De qué hablas Nee-san? ¡Suéltame por favor! ¡Me inyectaste con algo! ¡¿Qué me has hecho?!

-Lo siento tanto Onii-chan…-reafirmó ella y en un movimiento lento, abrió sus piernas y se montó sobre las caderas del hombre tendido- no me has dejado más alternativa. Onii-chan no Baka.

-¡¿Qué haces?!¡¿Qué estás haciendo Himawari?!


Ella sonrió, parecía autista de los reclamos. Sus manos viajaron por el pecho de Bolt y se instalaron en ambos lados del rostro. Ella sonrió, y no parecía la misma de siempre. Era una sonrisa oscura la que tenía, algo que jamás Bolt había presenciado en su hermana menor.


-Todo esto, es por culpa de Onii-chan….-dijo de manera fría y peligrosa para acto seguido, comenzar a quitarse el yukata blanco que cubría su cuerpo.


Boruto ya no podía hablar. Su propia hermana estaba desnudándose completamente ante sus ojos. Y lo que la situación sugería, era algo inexplicable para el rubio. ¿Qué estaba ocurriendo realmente? ¿Su propia hermana estaba intentando….?


-Onii-chan…Onii-chan…-dijo lentamente mientras apartaba su prenda dejando al descubierto su grandes y redondos pechos- estoy tan excitada Onii-chan.

-Ya basta…. ¡Déjame libre!

-No lo haré Onii-chan….-dijo ella girando sus caderas y frotándose contra el paquete de Bolt- oohhh….-gimió cerrando los ojos apenas y luego volvió a mirar a su prisionero llena de deseo- ha pasado demasiado tiempo. No puedo esperar más Onii-chan. Esta noche, será toda nuestra.

-¿Qué me has hecho Nee-san? ¡Reacciona por favor, no podemos hacer esto!


Ella dejó de montarlo, estaba desnuda y Bolt atestiguaba las curvilíneas formas de Himawari. Era muy parecida al recuerdo que Bolt tenía de su tía Hanabi. Sin tantos pechos como Hinata-Okasan, pero con mejores y más peligrosas formas que la supuesta tía líder Hyuuga. Himawari tenía el cabello suelto, y parecía una tigresa a punto de devorar a su víctima. Parada junto al hombre tendido, simplemente se inclinó y desoyendo las suplicas retiró los interiores del hombre, iniciando un armonioso trabajo de manos y boca sobre la virilidad de Boruto. Él se retorció, luchó con todas las fuerzas que tenía, pero las cuerdas eran inamovibles. Normalmente se hubiese liberado rápido y fácil. Las cuerdas de chakra jamás lo podrían detener, pero esa noche no tenía su poder. Su chakra estaba totalmente anulado, lo que fuera que le hubiese inyectado, era más que efectivo para mantenerlo bajo control.


-gonii…..chhaggg…..-murmuraba excitada con dificultad la mujer, mientras tomaba el gran pene de su hermano dentro de su garganta- es delicioso Onii-chan. Siempre he soñado con tenerlo Onii-chan- Repetía como hipnotizada, mientras usaba sus manos para acariciar duramente la longitud del miembro.


No importaba la resistencia a esa situación, la impotencia que le diera estar totalmente vulnerable. Incluso el sentimiento de asco por estar de esa forma con su hermana, poco a poco era irremediablemente vencido por las caricias sucias y las miradas obscenas. Su herramienta era correctamente estimulada. Se volvía dura como una roca, y los intentos de Himawari tenían éxito rotundo. Hace un mes podría no haber tenido experiencia suficiente la mujer, pero actualmente estaba casada. Ya no era una virgen sin práctica. Iba a explotar todo lo que había aprendido, para tomar el cuerpo que tanto había deseado. Aunque sea por el uso de la fuerza.

-Por favor basta…-reclamó apretando los dientes Boruto, y su cuerpo estaba traicionándolo a cada segundo- esto está….mal.


La mujer se detuvo, una línea de saliva surgía de sus labios conectada al duro elemento de Bolt. Las manos de Himawari se aferraban al pene del rubio y lo frotaban con insistencia. Ella miró a su hermano, y sus ojos estaban perdidos. Parecía drogada.

-¿”Esto está mal”, Onii-chan?-dijo autista la mujer- ¿Acaso esto es peor que lo que hicimos durante años? Estar juntos, y al mismo tiempo separados.

-¿A qué te refieres?


Himawari sonrió apenas, con cierta tristeza y resignación. Sus palabras serían muy dolorosas. Para ambos seguramente. Pero mientras hablaba, no podía contener sus ganas de calmar el deseo. Su interior estaba muy mojado, se había estado masturbando por dos horas viendo dormido a su hermano. Y ahora, estaba más que dispuesta a llegar al final. Lo deseaba, lo había deseado por años. Lo amaba desde siempre. Y esa noche, iba a concretar la fantasía que llevaba acumulando durante años. Pero primero, debía poner a punto a su hermano y prepararlo para el momento culmine. Esa noche, seria larga y placentera, no quería desperdiciar ni un segundo.

Con más rapidez y decisión, comenzó a mamarlo profundamente. Le chupaba los testículos, lamia desde la base hasta la punta con una increíble pericia. Boruto podía tener un gran control normalmente, pero la situación era demasiado especial, infinitamente más morbosa y caliente. No importa cuando vulnerado se sintiera por estar atado, no podía contener la sensación dura de la corrida por suceder. Finalmente, 5 minutos después de que Himawari concentrara toda su atención para obtener el suceso, Boruto gruñó y gritó desesperado mientras una ráfaga de su blanca esencia se disparaba sin piedad. La mujer había apartado la boca a tiempo, y atestiguaba emanar como un volcán lo que tanto deseaba. Su rostro, su cabello, sus pechos, todos cubiertos con el pegajoso liquido surgido de su ser más amado. El único hombre que siempre consideró para entregarle su cuerpo.


-Onii-chan….ah…ah…-respiraba pesado Himawari- has soltado tanto Onii-chan. Tu sabroso semen es mío al fin. Es todo mío.



Así entonces, decidió montarse sobre la virilidad de su hermano, buscando abrir el camino en su propio ser. Las rodillas sobre el colchón, a los lados del cuerpo tendido, y sus caderas bajando implacablemente para intentar la penetración. El seguía erecto, no importando si acababa de correrse. La resistencia de Bolt podía mantenerlo en el acto amatorio por noches completas. Y ahora irónicamente, le jugaba totalmente en contra.


-Onii-chan te he amado desde siempre. –admitió aturdida por las sensaciones en su interior, mientras una mano guiaba el pene de su hermano al sitio correcto- cuando descubrí que podía cambiar la mente de las personas, tuve la esperanza-el glande al fin logró ingresar- …ah….aah…ah….de cambiar la tuya.


Boruto apretó los dientes con firmeza y trató por todos los medios de no gemir. La punta de su miembro ya había penetrado dentro de su hermana. El peso propio de la mujer forzaba la situación, dejándose caer poco a poco. Lentamente, tratando de introducirse más y más.


-Tantos años oooonii…..chan…-gemía aturdida mientras centímetro a centímetro bajaba- tantos años juntos. Durmiendo en tu cuarto, viéndote dormir, soñando estar en tus brazos Onii-chan. Que me amaras con la misma fuerza que yo te amo.

Uno de los recuerdos más hermosos de Boruto junto a su hermana. Cuidar de ella, cuando eran niños. Y su hermanita teniendo sentimientos oscuros. ¿Cómo pudo pasar esto?


-Cuando nuestros ojos maduraron ah…mmmnnnn…-susurró la mujer extasiada por estar tomando la mitad del miembro en su interior- tuve la ilusión que podrían obligarnos a ser pareja, para crear una línea hereditaria de nuestros ojos.

Boruto ya no emitía palabras. Estaba demasiado ocupado tratando de combatir las sensaciones de placer que lo empezaban a consumir. Su hermana era una mujer increíblemente erótica. Nunca la había visto así. Le dolía estar viéndola de ese modo. Era su bella y tierna hermanita. La que siempre juró proteger desde niña. El ser más puro que había conocido. La única en la confiaba con su vida. Y ahora, convertida en una puta pervertida. Sometiéndolo, forzándolo, traicionándolo.

-Esa maldita Sarada-san….-le dijo Hima un minuto después sin dejar de subir y bajar con sus caderas- desgraciada, obstinada. Aun cuando le introduje en su mente que habías sido amante de su madre. La tonta no rompió su compromiso con Onii-chan. ¡Le ordené que debiera compartirte conmigo! ¡No con su madre!


Boruto no podía creerlo. Himawari no había ayudado al casamiento, sino que por el contrario había buscado perjudicarlo. Que Sakura interviniera fue una simple casualidad. Insertar una idea en la mente de alguien, no era tan fácil como aparentaba. Básicamente porque el subconsciente podía interpretar la orden de manera distinta a la original intensión. Por ese motivo, cambiar la mente de un ninja no era un resultado perfecto. Pero ahora mismo, importaba poco para la mujer. Mientras Boruto se resistía como podía, Himawari no dejaba de moverse sobre él. La situación era terrible. Porque aun mostrando claros signos de goce, el rostro de ella comenzó a quebrarse y las lágrimas se hicieron presentes. Era como si Himawari sufriera y disfrutara al mismo tiempo. Era lo peor que le podía suceder a Boruto. Ver llorar a su querida hermana, y ser violado por ella.


-Ella iba a darte un hijo Onii-chan…-dijo finalmente Himawari para romper la monotonía de los gemidos, y a Bolt se formaba un nudo en el estómago ante esas palabras- ella iba a darte un hijo…


¿Sufría por la muerte de su cuñada? ¿Sufría por la muerte de su sobrino? Las preguntas hicieron a Bolt olvidar por unos segundos el sufrimiento y la constricción en su pelvis. Sentía la necesidad salvaje de abrazar a Himawari y consolarla. No quería verla llorar. Nunca supo resistir a esa imagen. Pero lo peor estaba por llegar. El hombre no había interpretado las reales intenciones de su hermana.


-Estúpida y fértil Sarada…-añadió mostrando molestia, e incrementando el ritmo de su cabalgata- no debió quedar embarazada, no debía darte un bebe. Yo tenía que darte tu primer hijo Onii-chan. Solo yo podía ser la madre de tus hijos, mi amado Onii-chan.


Boruto estaba destrozado. Su cuerpo no le respondía, su mente estaba siendo tragada por el dolor. ¿Cómo pudo Himawari hacerle eso? ¿Cómo pudo asesinar a su esposa y al niño en su vientre? Lo había traicionado de la peor manera posible. Le había arrancado la vida. Había matado a su cuñada, y también a su sobrino. Todo por una tonta obsesión malsana.


-Siempre te he amado Onii-chan…-dijo la mujer mientras notaba como el apartaba la vista y apretaba los dientes al enterarse de todo- use mi técnica de presión parcial…para quitarte tus límites. No deseaba que desconocieras el miedo o la vergüenza. Solo quería que pudieras verme como mujer, no como hermana. Que tu amor por mí, fuera de hombre a mujer. ¡Y tú solo me quieres como hermana!

Cada vez se movía más duro. Las caderas de Himawari iban absorbiendo los impactos con más profundidad y ya su cuerpo estaba completamente hundido en la pelvis de su hermano. Lanzaba quejidos desgarrados y se pellizcaba los pezones buscando aún más daño a su cuerpo. Estaba perdida en las sensaciones, y Boruto comenzaba a extraviar la noción del tiempo. ¿Cuánto seguiría esta tortura? ¿Realmente Himawari le obligaría a correrse dentro?


-¡NOOOO! –Se dijo rabioso Bolt, y cerrando los ojos intentó ejercer control- no me voy a rendir, no voy a eyacular nunca.


Era todo muy nuevo para él. La sensación de estar totalmente bajo el control de una mujer. Hace años lo había intentado con Sakura, en una noche cualquiera del hospital. Pero la pelirosa no había sabido forzar la situación de esta manera tan caliente. ¡Era una locura! ¡Él no podía permitir a su hermana seguir esta locura! Tenía que contenerse como fuera. Sus ojos cerrados, y la mente que intentaba volar a otro lugar. Los informes de Raíz, las misiones más sangrientas. Las imágenes más horrendas que tuvo que avizorar. Recordar como tuvo que torturar a esos cretinos que mataron a Sarada. No importa lo que su hermana había sugerido, era imposible que ella se hubiese acercado a Sarada en el hospital. Ella nunca fue de visita, los clones de Bolt jamás dejaron la habitación.


-¡No es justo! Aaahhh aaahhh ¡abre los ojos Onii-chan y mírame!-decía cabalgándolo salvajemente- tienes que disfrutarlo Onii-chan. ¡Solo yo tengo que poseerte Onii-chan! ¡Abre los ojos y mírameeeee!

-Nunca…-susurró apretando los dientes Bolt y tensando su cuerpo- nunca lo haré.


Himawari al escuchar esto, dejó de moverse. Bien pudo hacer lo que estaba haciendo con su hermano totalmente convertido en una marioneta. Solo debía tocar los puntos correctos, y los ojos de su amado Onii-chan serian fríos y sin vida. Su cuerpo solo seguiría las órdenes que Himawari emitiera con su voz. Ya lo había hecho antes. Darle órdenes a personas y que actuaran sin saber lo que hacían. Y sin recordarlo después. Pero con Boruto no quería eso, quería mantenerlo despierto y ver esa hermosa sonrisa llena de placer cuando ambos alcanzaran el éxtasis. Era todo lo que la mujer deseaba. Que su hermano entendiera cuanto era amado realmente. Entonces, la Kunoichi decidió abrir el juego completamente. No importaba si Bolt se enteraba de toda la verdad. Ella deseaba que su hermano “colaborara” más activamente en el acto amatorio.


-Onii-chan…-le dijo firme y usando sus manos le obligaba a colocar el rostro de frente a ella- ¡Onii-chan abre los ojos y mírame!-el apretaba sus parpados más fuerte, intentando no escucharla y seguir concentrado en matar su excitación personal- Onii-chan si no me miras, sino me haces el amor ahora mismo, juro que la obligaré a recordarlo todo. ¡Juro que Sakura-sama se va a suicidar cuando lo recuerde todo!

Boruto abrió sus ojos. La más horrible de sus preguntas internas comenzaba a desvelarse. Durante la torturante sesión de sexo, Boruto intentó distraer la mente con la resolución de ese enigma. ¿Cómo pudieron los mercenarios llegar a su esposa? ¿Cómo pudieron burlar su vigilancia constante para así robar la vida, y luego los ojos de Sarada-chan? La más horrible respuesta, parecía estar ahí mismo. Frente a sus ojos que volvían abrirse ante la verdad desnuda.


-Ella iba darte un hijo Onii-chan…-susurró Himawari meneando su cadera con lenta cadencia, mientras se mordía los labios- tu siempre estabas con tus clones a su alrededor. Debí matarla mucho antes. Pero la muy maldita estaba pegada a Onii-chan como sanguijuela. –Seguía moviéndose y su mirada era la de una mujer desequilibrada totalmente- ella y Sakura-sama, te habían robado de mi lado. No obedeciste mis órdenes de amarme. Solo me ves como tu hermana frágil y pequeña. Entonces razoné, que solo Sakura-sama podía acercarse lo suficiente a su hija como para eliminarla.

-NOOOOOOOOOOOOOO………….AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH


El grito le salió del alma. Había estado aguantando con toda su concentración en no participar del sexo. Estaba maniatado y desnudo, estaba a merced de Himawari y entendía que no tenía oportunidad. Aun así, la fuerza que surgió de su desesperación hizo estremecer los extremos de la gran cama. Una fuerza que no era ni la milésima parte de su real poder, pero nacía fruto del dolor más profundo. De la traición más sangrienta. Su esposa e hijo fueron asesinados. Su hermana había usado a Sakura para matar a la familia de Bolt. La había usado, y la pelirosa no recordaba nada. Fue Sakura quien inyectó lo que fuera en su propia hija. Fue Sakura quien se metió en la morgue para extraer los ojos. Ese sharingan necrotizado que nadie quería en realidad. Solo fue una excusa, solo fue un engaño. Una maldita trampa de su propia hermana.


-¿COMO PUDISTE? –le gritaba a todo pulmón Boruto moviéndose inútilmente, mientras ella sonreía y lo cabalgaba más duro- ¡¿COMO FUISTE CAPAZ DE HACERME ESTO?! ¡TE ODIO! ¡TE ODIOOOO!-le gritaba desesperado Boruto mientras las lágrimas de desesperación brotaban de sus ojos vidriosos.

-Onii-chan te amo….-le dijo Himawari ausente de esa explosión- no podía permitir que te apartaran de mi lado. No podía soportarlo. Incluso hace poco, durante la ceremonia de mi matrimonio, he deseado que interrumpieras todo. Deseaba que me apoyaras en mi deseo de no casarme. No quería darle a Inojin-kun mi cuerpo. Este cuerpo es tuyo Onii-chan. Este vientre solo será fecundado por tu semilla Onii-chan. Nunca dejare que mi esposo me embarace Onii-chan.


La lucha de Boruto era estéril, al igual que sus lágrimas. Su hermana lo tenía drogado e inutilizado. No importa que en un combate real el pudiera ser más fuerte en la actualidad. En esa cama, ella era la que dominaba todo. Y su técnica de presión parcial al parecer había mejorado. Ahora podía insertar órdenes en las personas, y también hacer que olvidaran todo.

Los movimientos de Himawari eran demasiado ríspidos. Se frotaba los pechos con pasión y babeaba con mirada perdida. Estaba a punto de alcanzar el nirvana. Boruto ya no tenía control, ni resistencia posible. Su pene estaba hundido en lo más profundo del útero en su hermana menor. Duro como una piedra, incapaz de negar el impulso más básico y elemental. Su mente se extraviaba entre el dolor y el odio.

Su propia hermana. La niña de sus ojos. El ser más puro que Boruto creía haber conocido. Su propia hermana lo amaba insanamente, y había llegado al extremo de matar a Sarada y su sobrino para poseerlo. Utilizar a Sakura, con que Bolt creía haber encontrado algún nivel de compañía y consuelo. ¿Acaso también la mataría? ¿Himawari sabía que Sakura y él, ahora eran pareja?

De pronto, la sensación de una explosión. Himawari apretó su interior como una garra de acero, y las defensas de Bolt se hicieron añicos. Ambos gritaron, tan fuerte que sin los sellos de silencio se hubiera oído por toda la aldea. Ambos gritaron, pero mientras ella lo hacía por la sensación de felicidad y estar llena, él lo hizo por el dolor y la derrota. Había derramado su esencia en ella. No había vuelta atrás.

Himawari se desplomó sobre el torso de Boruto. Cubriéndolo con sus pechos y sus cabellos. Ya no quedaba nada. Ambos jadeaban, visiblemente sudados. Ambos sabían, que la noche de perversión prohibida recién daba inicio. Era demasiado obvio el exceso de energía. Después de todo, eran Uzumaki. Ambos lo eran, y el fruto de esa noche también lo seria.


-Aun estas tan duro Onii-chan…-susurró ella en su oído- siento tu semen llenándome toda. Estoy ovulando Onii-chan. No puedo darte sobrinos Onii-chan. Pasaran los años, y siempre volveré a tus brazos. Tendré solo tus hijos Onii-chan. Inojin-kun no va a saberlo. Él nunca va a impregnarme. Nunca lo permitiré. Es tu valioso semen el que debe embarazarme. Solo tendré a tus hijos Onii-chan.



Boruto sabía lo que pasaría a continuación. Estaba totalmente atrapado. Su hermana no solo iba a violarlo durante toda la noche, sino que seguramente borraría todo lo que ahora sabia de su memoria, al terminar el asunto. Himawari hace meses, había controlado a Sakura para matar a Sarada y su propio sobrino. Ella había contratado a los mercenarios, y borrados sus recuerdos. Los ojos del sharingan solo fueron una excusa. Lo que realmente siempre quiso, ahora era suyo. Podía estar casada con Inojin Yamanaka, pero estaba dispuesta a tener hijos Uzumaki. Los hijos de su propio hermano. Que ironía, había evitado algo parecido que pensaba lograr Sasuke Uchiha, y ahora estaba atrapado en el mismo perverso sistema.


-Vamos a continuar Onii-chan….-dijo la mujer levantándose y comenzando a moverse para lograr estimular el miembro clavado en su interior- tenemos que asegurar nuestra descendencia Onii-chan. Ahora realmente quiero saber, “lo que es bueno”. Quiero que me hagas el amor Onii-chan. Algún día voy a convencerte de hacérmelo sin ataduras. Lo juro Onii-chan.


Boruto estaba destrozado. Ahora era un juguete para su hermana, y al día siguiente no lo recordaría. ¿Qué iba a ocurrir cuando quedara embarazada? ¿Qué iba a ocurrir si el niño era exactamente igual a su verdadero padre? ¿Qué pasaría si Himawari consideraba que Sakura también era una amenaza para su amor enfermo? ¿Realmente desconocía la actual situación de Bolt con la madre de Sarada? El hombre solo podía rogar que no lo hubiera averiguado. Que Chocho Akimichi no se lo contará nunca. ¿Cómo prevenir a Sakura, de lo que en la mañana olvidaría completamente?



-Y si llegó a saber que Sakura-sama intenta conquistarte Onii-chan….-advirtió la mujer mirándolo como una leona a la presa más sabrosa- tendré que ayudarla a “recordar” sus crímenes. Tendré que empujarla al abismo. Pobre Onii-chan…quedaras solo. Pero no debes sufrir Onii-chan. Tu amada hermana siempre será toda tuya. Nunca te abandonará.


Eso fue todo….

Boruto supo que lo terrible no había terminado…


Su memoria seria borrada. Y Sakura en su regreso no tendría idea del riesgo que ambos corrían. Seguirían estando juntos, y eventualmente Himawari lo iba a descubrir. Iba a matar a Sakura también. La torturaría recordándole que sus manos mataron a Sarada. La obligaría al suicidio. Y Boruto no tenía forma de evitarlo. Sus recuerdos serian borrados cada vez. Himawari lo había traicionado y continuaría haciéndolo por siempre.

Durante horas, Boruto sufrió y gozó en cantidades brutales. Durante horas estuvo en su mente aquella sensación que tenía por escapar de Konoha hace años. Tal vez su instinto le estaba advirtiendo todo. Tal vez Himawari anteriormente, ya había hecho algo parecido. Boruto no podía hacer nada para detenerla. Era su esclavo ahora, era su juguete para siempre. El hombre Iba a aportar la semilla de una nueva generación de Uzumaki, aunque fuera por la fuerza. Y Boruto lo olvidaría todo, tal como aquel concepto importante que aprendió de su entrenamiento en raíz. Aquello que Kakashi le enseñó y que él nunca debió haber olvidado.

Mientras nuevamente se corría entre gritos y suplicas que no fueran escuchadas. Boruto se maldijo a si mismo por haber olvidado lo más importante del mundo. Lo que Boruto nunca debió olvidar. Aunque pasen los años, aunque pasen los líderes y el mundo cambie de sistema. Aun así, nunca debió olvidar que en la tierra de traidores…


La traición…..está en la sangre.


Fin de la historia.

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Mensaje por muertoun26 Sáb Abr 29, 2017 3:27 am

sabia había sido sakura quien mato a sarada, era la única que estaba lo suficientemente cerca....me gustaría decir que lo de himayari era innecesario (lo es de hecho) ya que ella no aparece mucho en la historia y apenas si participa, pero la frase final "La traición…..está en la sangre" le queda al dedillo, asi que solo me quedara la cara de WFT por el final.

en cuento a tus fic perdidos en NU es una lastima me hubiese gustado poder releerme los. si no es mucha molestia me los podrias enviar a mi correo electronico?
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Mensaje por arminius Sáb Abr 29, 2017 3:09 pm

muertoun26 escribió:sabia había sido sakura quien mato a sarada, era la única que estaba lo suficientemente cerca....me gustaría decir que lo de himayari era innecesario (lo es de hecho) ya que ella no aparece mucho en la historia y apenas si participa, pero la frase final "La traición…..está en la sangre" le queda al dedillo, asi que solo me quedara la cara de WFT por el final.

en cuento a tus fic perdidos en NU es una lastima me hubiese gustado poder releerme los. si no es mucha molestia me los podrias enviar a mi correo electronico?


no se si lo habras notado....pero en este foro he puesto todos los fic que tenia tambien en NU. eso significa que con solo buscar aqui, podrias leer cualquiera. tenes que buscar en la seccion de "terminados" o sino tambien en la seccion de "One-shot" donde estan todos mis trabajos.

pero respondiendo a concepto, Himawari es personaje determinante de la historia. no fue inecesario su ultimo intento, ya que como ella misma le dijo a bolt. "hizo todo lo que pudo" en lo referido a su deseo personal. (recordar que bolt, se vuelve mas salvaje y sin escrupulos en sus metodos ninja, por obra y gracia de su hermana)

himawari buscaba quitarle la moralidad a su hermano para que la vea como mujer. y el uso esa libertad para terminar enredado con sakura.

un poco el asunto tiene que ver con el inconsiente. como liberar deseos ocultos.

pero bueno, tambien dejo una buena parte de la parte final a al libre pensamiento del lector.

saludos...
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Mensaje por muertoun26 Miér Mayo 03, 2017 4:47 pm

me crees si te digo que ya los busque y solo encontre uno?
bueno no importa, al menos encontré el que quería. gracias por el dato.
a algo más, me gustaría que hicieses un fic centrado en la raíz, en especial si lo haces como aqui
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Mensaje por Xen Sáb Mayo 06, 2017 8:43 am

Woow Arminius, me has dejado sin aliento, qué decir...  esa imaginación tuya vale millones.
Desde que te sigo hace cinco años cuando leí por primera vez un fic tuyo en el viejo foro, y me di a la tarea de leer todas tus obras porque pese a uno que otro detalle de redacción con los puntos, las tramas y en sí los capítulos eran buenos, lo mejor de lo mejor visto y leído en cuanto a autores de FF respecta.

Debo admitir que te sigo desde el segundo capítulo, y puedes reclamarme todo lo que quieras por no haber posteado antes, siempre me decía, le voy a comentar, se ve desanimado, pero me podía más la flojera, poco tiempo y la falta de costumbre. Que hayas terminado el fic pese a todo, me ha hecho a mi sentirme en deuda contigo y decirte que aquí estoy, he estado siguiéndote, leyendo muy satisfecha y me has impresionado con el final.
Al igual que el otro usuario creí que el fic terminaba con la boda de Sarada y Boruto, se me hizo muy triste que tuvieras que matarla, pero lo compensó la trama oculta con Himawari.

Pienso que este es tu mejor fan fic, por lejos, la trama está trabajadisima, no hay nada forzado, todo tiene su lógica y algo importante para mí, no contiene elementos inventados como super transformaciones ni nada de eso. No digo que sean malos, de hecho, también lo leo y me sumerjo en esos mundos, irónicamente el primer fic que leí de tu autoria era de un super Naruto y supo atraparme cuando esos conceptos aún no me convencían, pero han hecho que les de una oportunidad y hoy por hoy, leo Fic de ese tipo como "Amor que trasciende el tiempo".

Es una pena que en el foro no vean el potencial de esta historia o mejor dicho, que otros usuarios no se animen a leerla porque no es Narusaku puro. A mi me gusta el boltsarada tanto como el Narusaku, iniciar su lectura no fue en absoluto un suplicio, me llamó la atención ver algo de ellos en este foro, que luego tu armaras algo tan descabellado, es de no cree por lo increíble.

De verdad espero puedas disculparme por no comentar antes, supieras cuánto se me tilda la pc en esta página cuando quiero escribir, es un coñazo, como para empezar a girar la manilla a ver si anda mejor.
Ánimo Arminuis, si hay otra gran o loca idea en tu cabeza, no te reprimas, sigue escribiendo, no tanto por los comentarios u otros, sino que para ti, y si lo quieres compartir, encantados de leerte habrán miles. Te sorprendería saber la cantidad de personas que te leen, pero no comentan, y lo digo desde mi propia experiencia. Siempre estoy leyendo este foro y rara vez me conecto, por no saber qué decir, flojera, tiempo o sencillamente porque se tilda como los mil demonios. Me guardo este fic en un PDF y a mi reserva de favoritos, espero no te moleste.

Muchas gracias por escribirla, por alimentar mis noches tras una sesión de estudio, me has entretenido tanto que si pudiera, te lo devolvería.

Y me retiro, esta cuenta ha cumplido su propósito que es comentar cuando finalizo un fic que sigo.

Saludos y un cariñoso abrazo para ti. Nuevamente gracias.
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Mensaje por Marcy Alplay Jue Sep 27, 2018 8:56 pm

@arminius
Recién hoy hace unos minutos acabo de terminar de leer tu Impresionante fanfit Tierra de Traidores y me impresionó, y de hecho como fan NaruSaku y BoruSaku me encantó, aunque no me gusta mucho el hecho que tenga un final abierto, ya que yo personalmente quería un final feliz para el BoruSaku (Boruto y Sakura), como por ejemplo un capítulo más donde se vea a Sakura regresar a Konoha y seguir su amor con Boruto , que se descubra quién fue la persona que vio besando a la distancia a Boruto y Sakura en la fiesta después de esa falsa boda, ya que himawari a parecer no sabe nada, ....... no sé porqué tengo la absurda idea de que Inoji fue, pero algo me hace querer que fuera así, ya el tampoco está en Konoha y puede ayudar a Sakura, en el caso tenga sus sopechas contra su ahora lamentable esposa, y Aparte tomando en cuenta los poderes de Ino y que ahora ella es parte de Raiz podía ayudar a Sakura y Boruto a matar a himawari. ...... Me gustaría ver algo así, en otro capítulo por FAVOR, soy Muy fan de BoruSaku , aunque por el momento solo conozco 3 fanfit en total contando el Tuyo :3
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