Every Winter

Título: Every Winter.
Autora: Akatsuna Mary.
Clasificación: Todo público.
Género: Drama.
Advertencias: Ninguna.
Serie: Naruto
Publicaciones: Mss, FF. Es y aquí.
Disclaimer: Los personajes de Naruto son obra del Mangaka Masashi Kishimoto, la historia es mía.

~~~Every Winter~~~
****Capítulo único *****
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◊◊Algunas personas están destinadas a enamorase unas de otras, pero no están destinadas a estar juntas◊◊

Nuevamente miré a la persona que se encontraba a varios metros lejos de mí. Esa era mi típica rutina, salir temprano en la mañana, llegar a la plazoleta de la ciudad y ver como él se sentaba enfrente de un lago congelado y esperaba…

¿Pero qué era lo que esperaba? ¿Un amigo? ¿Su novia? ¿Su familia? No lo sabía, puesto que él siempre se marchaba solo de allí. Cada vez que veía una pisca de infelicidad en su rostro, me sentía triste, ¿Por qué? No lo sabía, ni si quiera sé quién es, pero, aun así, me gustaba verlo desde lejos y contemplarlo en silencio.

A veces veía como el sollozaba y trataba de enmudecer sus gemidos mordiéndose su chamarra, pero era inevitable, fácilmente podían percibirse, pero yo era la única que estaba allí, la única que notaba como sufría por algo o por alguien, pero también, la única que no sabía porque.
En ciertas ocasiones, quería ir tras suyo, consolarlo, decirle que todo estaría bien, pero no podía. Me faltaba valor para encararlo y presentarme como la mujer que lo miraba desde lejos, la que se mantenía oculta esperando que algún día se fijara en ella. Era tan ilógico y contradictorio, ¿Cómo se fijaría en mi si ni si quiera sabe quién soy? Sonreí, él hizo lo mismo.

Pensé por unos momentos que era lo que podía perder, no obtuve respuesta, no perdía nada en lo absoluto, no tenía nada más que a mí misma, “¿Entonces por qué no hacerlo? “Me pregunté.



—Por miedo —susurré. Ahora lo sabía, nuevamente recordé todo, ¿Por qué tubo qué ser así? Una pequeña lágrima rodó por mi mejilla, sonreí. ¿Por qué estoy llorando? No debería hacerlo, sólo debo ser feliz, porque solamente hoy se me permite recordar.




Caminé sigilosamente hacia él, me paré delante suyo y lo examiné minuciosamente, ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Un año? ¿Dos quizás? Ni si quiera lo recuerdo y creo que es lo mejor, él también debería de olvidarlo.



—Sabes, no entiendo porque estás aquí —dije mientras miraba fijamente el cielo—. Tienes todo el derecho a no volver, —Estiré uno de mis brazos y dejé que los pequeños copos de nieve cayeran sobre mi piel o eso era lo que quería que pasara—, eres libre. Te liberé de tu carga cuando eso pasó, ¿lo recuerdas? —Nuevamente lo vi, pero él no respondió, como tampoco se molestó en verme. Sólo se quedó allí, inmóvil en el pequeño banquillo—. Eh, ¿No crees qué deberías de regresar? Está anocheciendo y no creo que sea conveniente que te quedes aquí, vas a enfermarte. —Posé mi mano en su mejilla, sé que no me escuchas y que tampoco puedes sentir ese gesto, pero quiero que sepas que yo…

—Si me necesitas, llámame —repitió aquellas misma palabras que alguna vez le dije—. No importa si estoy durmiendo, si tengo problemas o si hemos discutido. Yo estaré ahí —sonrió con melancolía. Nuevamente empecé a llorar, ¿Por qué no me olvida de una vez? ¿Qué es lo que necesita para ser feliz? ¿Acaso sufriría toda la vida por mí? Me abalancé sobre su cuerpo y traté vanamente de abrazarlo, por primera vez en la vida quería que él me escuchara, quería que supiera que no debía seguir viniendo aquí, que era tiempo de olvidar y seguir sin mí, pero no podía.

Muy bella historia, triste pero linda.