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¿Y dónde está el amor?-(+18)-(CAPÍTULO 11)-(24/11/14)
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NaruSaku v2.0 :: :: Fan Fic :: FF Cerrados
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¿Y dónde está el amor?-(+18)-(Capítulo 7)-(16/08/14)
A pesar de que acabo de empezar otro fic, por supuesto que no dejaré de continuar éste mismo, todo lo contrario, creo que puedo escribir ambos y mejor porque a veces no tengo inspiración para la realidad al igual con la fantasía, sin embargo, admito que se me facilita más escribir el otro pero bueno, si me demoré fue porque a pesar de que ya tenía escrito más de la mitad del capítulo la verdad no creí que fuera muy bueno y dejé pasar el tiempo para inspirarme y no dejarles cualquier cosa, he aquí el resultado.
CAPÍTULO 7
Rió. –¿El malo de mi propia historia dices?
–Tienes pinta de serlo–se encogió de hombros.
–Pues si que es estúpido–se despeinó con una mano, sosteniendo una sonrisa burlesca.
–¿Acaso es necesario decirlo?–él también se burló fingiendo desesperación. –Bien, resumiré para ti: tu falta de interés y atención a tu esposa es muy obvia–empezaba a enumerar con los dedos de su mano. –Sobre todo por... ¿en verdad nl sabías que era escritora?–interrogó y en respuesta sólo el rubio negó con la cabeza, lo miró por unos segundos con la ceja en alto y suspiró. –Bueno, como sea, otra cosa; el modo en que dejaste tu oficina seguro tiene mucho parecido a como dejaste la situación con tu esposa ¿o me equivoco?–lo miró esperando respuesta de el rubio.
–Las cosas no estuvieron tan...–vio la mirada de --no creerle nada- su compañero.–...sí así fue–completo poniendo los ojos en blanco.
–Y apuesto a que ni siquiera tienes contemplando llegar allá –volvió a beber un último trago, dejando su copa vacía.
–Hoy no–se encogió de hombros terminándose el líquido también que su acompañante le había servido.
–¿Estúpido no?–lo miró seriamente y después de unos segundos sin respuesta, continuó. –Que alguien con quien nunca has charlado te diga todo lo que intentaste ocultar y negar–se limitó a decir, mirando el pedazo de vidrio hecho en copa en sus manos. –Pero para tu suerte aún no todo esta perdido.
–¿No lo estoy?–lo miró sin ganas.
–No, aún no estás completamente jodido–se puso de pie y se llevó la botella de vino vacía. –Tu situación puede cambiar.
–¿Cómo?–cuestionó con cara de pocos amigos.
–Enamorala de nuevo.
–¿Qué?
–Lo que oíste; haz que las cosas sean mejor entre tú y ella.
–¿Y cómo voy hacer eso?–cuestionó.
–Pues no sé–le dijo desde la barra de bebidas. –Pasa tiempo con ella, hablale bonito, ¡es mujer! Yo que sé, comprale joyas–explicó limpiando su pequeño bar, miró el rostro de su rubio invitado para después proseguir. –Junto con una explicación, claro ésta–habló sacando de transe a Naruto quien no le presto mucha atención a lo último mencionado.
–¿Por qué me ayudas?–preguntó el rubio algo fastidiado. –¿Por qué de repente quieres que las cosas entre mi mujer y yo se arregle?
–Porque yo no tuve la suerte de tener a alguien que me abriera los ojos–le miró sinceramente. –Y a como están las cosas, hubiera deseado que lo hubieran hecho–bajo la mirada un poco.
–Será mejor que me vaya–fue lo único que digo Naruto ante tal revelación que lo digo incómodo mientras el de coleta se dirigía a él, dándole un fuerte apretón de manos y un par de golpes en la espalda.
–Espero y por lo menos tú logres salvar tu matrimonio, de corazón lo deseo–habló mientras lo acompañaba hacia la salida. Poco después terminó en el primer piso sin pensarlo a pesar que usó las escaleras y siendo el último piso donde se encontraba hace rato, pidió un taxi que no tardó mucho en llegar en lo que él hacía una llamada que tampoco demoró mucho. Suspiró y guardó su teléfono el su bolsillo interior e intentó relajarse en el duro asiento de atrás pero no podía; las palabras de su amigo pasaban por su cabeza logrando no dejarlo en paz con la realidad, sin embargo, lo que más lo frustraba era las palabras de Shikamaru:
FLASHBACK
–Porque para tu mala suerte amigo mío–jugó con su copa y después lo miró a los ojos. –Tienes finta de ser el malo en tu propia historia.
FIN DEL FLASHBACK
¡¿Cómo podía decir?! Eso sólo lo desconcertaba más, es decir, no estaba seguro de que pensar pero definitivamente el pensar en que la estaba lastimando no le causaba ningún placer.
FLASHBACK
–¿Y cómo voy hacer eso?–cuestionó él mismo.
–Pues no sé–pasó hasta la barra de bebidas. –Pasa tiempo con ella, hablale bonito, ¡es mujer! Yo que sé, comprale joyas.
FIN DEL FLASHBACK
Sí, claro. Sobre todo eso. Sakura odia que le compren cosas caras y más si son para motivos como esos aunque parezca sorprendente ya que antes pareciera que ni le importaba, todo lo contrario; le gustaba al parecer que la consintiera no ser materialista sino porque quería saber hasta dónde llegaba la manipulación de un hombre por un capricho y sobre todo, hasta cuando resistía. Si Naruto lo sabía, él mismo le tocó ser una víctima más hasta que bueno, cabe decir que salió victorioso, pero ¿estaba festejando la victoria? Esa pregunta lo hizo volver a la realidad y hacer desaparecer ese sentimiento tan de repente que se encarnó al recordar el pasado.
–Señor, ya llegamos–se dirigió a él, el chofer esperando acción de éste.En un parpadeo se dio cuenta y salió del auto al pagarle sin esperar el cambio. Lo había dejado en la acera cerca de su vivienda en plena lluvia lo que lo hizo considerar el volver llamar al chofer y tomar su cambio pero sólo se limitó a suspirar y continuar por sí solo, lo que lo había salvado al taxista fue que se le estaba empezando a subir el alcohol a la cabeza y eso irónicamente lo hacía mejor persona.
***
–Esta bien si me dejas aquí–divisó que ya habían llegado a la gran portón donde vivía.
–Como gustes–se estacionó fuera de la mansión Uzumaki. –Me la he pasado de maravilla con su presencia, muchas gracias por permitírmelo.
–El placer es mío, mi esposo tiene un buen amigo y fue bueno conocerlo–le sonrió.
–Permitame abrir la puerta–bajó y en un instante ya estaba dándole paso para que saliera con su apoyo.
–Es usted muy amable Sr. Itachi, gracias por llevarme–sujetaba su sombrilla que ni siquiera se molestó en abrir.
–Con gusto lo repetiría–tomó la pequeña mano y la besó gentilmente. –Hasta pronto, Sakura–subió a su auto y partió mientras era observado no sólo por ella sino por otra persona más.
–¡¿S-Sakura?!–exclamó a punto de perder el equilibrio, inclinando en una pared como apoyo hasta que volvió a retomar posición rápidamente mientras que la sorprendida de su esposa, al escuchar su voz le miró desapareciendo en ella toda esa cualquier sensación agradable para volver a la realidad.
–¿Q-qué hacía ese hombre... contigo?–preguntó mirándola caminando hacia ella con dificultad, toda la adrenalina y el alcohol estaban mezclados en su cabeza.
–¿Qué fue lo que te paso?–se acercó más rápido que él sujetándolo antes de que tropezara.
–Yo te pregunte primero–dijo en un susurro molesto mientras pasaba un brazo suyo hacia los hombros de ella –¿Qué hacía ese hombre aquí?
–¿Estas ebrio?
–No–negó con la cabeza también. –¿Quién era él?
–Naruto, te contestaré todo lo que quieras pero vamos a...–fue interrumpida por los labios de su esposo que con desesperación se acercó para acorralarla entre su cuerpo y los arbustos, ella aunque aún analizaba lo que estaba pasando posó sus manos en la nuca del rubio mientras él tomaba su cintura, más que excitante, era una situación llena desesperación, el beso lo demostraba siendo como si no hubiera un mañana, la pelirosa fue la primera en notarlo y se separó
–Espera, Naruto–respiró agitada. –¿Qué fue eso?
–Sakura–la abrazó apoyando su rostro en su cuello. –Te necesito aún y no creo poder vivir sin ti algún día–intentaba acurrucarse aún borracho. –No me imagino mis dias sin ti, Sakura por favor, dime que sólo eres mía, por favor.
–Naruto...
–Por favor, Sakura–la miró. –Te necesito.
–Naruto, siempre te he pertenecido–de miraron directamente a los ojos a pesar de que ya estaban empapados por la lluvia.
–Será mejor que entre...
–No–la jalo hacia él. –Quedate un momento más, así abrazados–la abrazó más mientras le daba ligeros besos.
–Naruto, sí que estás borracho–rió, ella también quería quedarse así con él.
–Te necesito–le repitió pausadamente, abrazándola como si fuese a caer.
–Yo también–correspondió al abrazo con un nudo en la garganta y varias lágrimas arrastrándose en sus mejillas. –No sabes cuánto.
–Dime cuánto –se separó para mirarla de nuevo, su mirada mostraba un interés infantil, producto del alcohol quizá.
–Ni yo tengo idea pero,–se acercó directamente a sus labios pero sin tocarlos. –A veces me asusta mucho esta necesidad que tengo hacia a ti.
–No pienso dejarte, Sakura–la miró decidido mientras hablaba seriamente sorprendiendo a la pelirosa quien sólo lo miraba para después la abrazó de nuevo en un tono inmaduro. –Nunca, nunca.
–¿Nunca?
–Nunca, jamás, en ninguna de mis vidas.
–Yo tampoco–sonrió dándole la razón como si de un niño se tratara.
–¿Ninguna de tus vidas?–lo miró divertida.
–Pues sí, soy muy creyente de las vidas pasadas.
–Creí que en sólo tus sueños los decías –rió obteniendo un semblante triste de repente.
–¿Qué sucede?
–No sabes cuanto añoro que despiertes–lo miró embargando su triste y angustiosa mirada directamente hacia sus ojos, tomándolo de las manos fuertemente. –Por favor, despierta.
–¿Qué?
–Me gustaría mucho escuchar todo lo que sientes por mi.
–Nada de esto es... un sueño–completó al ver que todo se desmoronaba a su alrededor hasta que poco a poco Sakura también desaparecía. –¡Sakura!–dijo consternado sujetando mas su agarre.
–Por favor, regresa... quiero escucharte decir...–y desapareció igual que su voz y la luz que quedaba, de repente todo oscureció y no sabía dónde se encontraba.
***
–Sakura, por favor, tranquilizante.
–Ino, sólo–la miró suplicante con las manos alejadas de su rostro después de estar cubriendo su rostro, sosteniendo sus lágrimas. –¿Qué voy hacer si él...? –y soltó el llanto arrojándose a los brazos de su amiga quien la consolaba.
–Eso no va a...
–No me mientas por favor, sólo haces que me sienta fatal.
–Lo siento–acariciaba su cabello. –No sé qué decir, sólo no me gusta verte así–susurró escuchando los lloriqueos de la pelirosa quien estaba destrozada.
–¿Familiares del paciente Uzumaki?
–Soy yo–respondió rápidamente, separándose de la rubia, intentando limpiarse la cara de todo rastro de que había llorado. –¿Cómo está, doctor?
–El Sr. Uzumaki a pesar que llegó con unas cuantas fracturas, se encuentra fuera de peligro–ante la noticia todos suspiraron de alivio siendo la pelirosa la única que aún no reaccionaba.
–¿Puedo ir a verlo?–dijo aun con el nudo en la garganta.
–Sígame.
-------------------------
Esta bien, lo admito , aquí si fui mala, sin embargo, me excuso de decir que la verdad ni yo lo tenía previsto que sucediera algo así y pues no es que me guste que sufran demasiado pero era demasiado pronto una reconciliación así que me disculpo por eso.
¡Saludos!
PSD: No espero que entiendan muy bien lo que paso pero ya ven, me gusta el suspenso.
CAPÍTULO 7
Rió. –¿El malo de mi propia historia dices?
–Tienes pinta de serlo–se encogió de hombros.
–Pues si que es estúpido–se despeinó con una mano, sosteniendo una sonrisa burlesca.
–¿Acaso es necesario decirlo?–él también se burló fingiendo desesperación. –Bien, resumiré para ti: tu falta de interés y atención a tu esposa es muy obvia–empezaba a enumerar con los dedos de su mano. –Sobre todo por... ¿en verdad nl sabías que era escritora?–interrogó y en respuesta sólo el rubio negó con la cabeza, lo miró por unos segundos con la ceja en alto y suspiró. –Bueno, como sea, otra cosa; el modo en que dejaste tu oficina seguro tiene mucho parecido a como dejaste la situación con tu esposa ¿o me equivoco?–lo miró esperando respuesta de el rubio.
–Las cosas no estuvieron tan...–vio la mirada de --no creerle nada- su compañero.–...sí así fue–completo poniendo los ojos en blanco.
–Y apuesto a que ni siquiera tienes contemplando llegar allá –volvió a beber un último trago, dejando su copa vacía.
–Hoy no–se encogió de hombros terminándose el líquido también que su acompañante le había servido.
–¿Estúpido no?–lo miró seriamente y después de unos segundos sin respuesta, continuó. –Que alguien con quien nunca has charlado te diga todo lo que intentaste ocultar y negar–se limitó a decir, mirando el pedazo de vidrio hecho en copa en sus manos. –Pero para tu suerte aún no todo esta perdido.
–¿No lo estoy?–lo miró sin ganas.
–No, aún no estás completamente jodido–se puso de pie y se llevó la botella de vino vacía. –Tu situación puede cambiar.
–¿Cómo?–cuestionó con cara de pocos amigos.
–Enamorala de nuevo.
–¿Qué?
–Lo que oíste; haz que las cosas sean mejor entre tú y ella.
–¿Y cómo voy hacer eso?–cuestionó.
–Pues no sé–le dijo desde la barra de bebidas. –Pasa tiempo con ella, hablale bonito, ¡es mujer! Yo que sé, comprale joyas–explicó limpiando su pequeño bar, miró el rostro de su rubio invitado para después proseguir. –Junto con una explicación, claro ésta–habló sacando de transe a Naruto quien no le presto mucha atención a lo último mencionado.
–¿Por qué me ayudas?–preguntó el rubio algo fastidiado. –¿Por qué de repente quieres que las cosas entre mi mujer y yo se arregle?
–Porque yo no tuve la suerte de tener a alguien que me abriera los ojos–le miró sinceramente. –Y a como están las cosas, hubiera deseado que lo hubieran hecho–bajo la mirada un poco.
–Será mejor que me vaya–fue lo único que digo Naruto ante tal revelación que lo digo incómodo mientras el de coleta se dirigía a él, dándole un fuerte apretón de manos y un par de golpes en la espalda.
–Espero y por lo menos tú logres salvar tu matrimonio, de corazón lo deseo–habló mientras lo acompañaba hacia la salida. Poco después terminó en el primer piso sin pensarlo a pesar que usó las escaleras y siendo el último piso donde se encontraba hace rato, pidió un taxi que no tardó mucho en llegar en lo que él hacía una llamada que tampoco demoró mucho. Suspiró y guardó su teléfono el su bolsillo interior e intentó relajarse en el duro asiento de atrás pero no podía; las palabras de su amigo pasaban por su cabeza logrando no dejarlo en paz con la realidad, sin embargo, lo que más lo frustraba era las palabras de Shikamaru:
FLASHBACK
–Porque para tu mala suerte amigo mío–jugó con su copa y después lo miró a los ojos. –Tienes finta de ser el malo en tu propia historia.
FIN DEL FLASHBACK
¡¿Cómo podía decir?! Eso sólo lo desconcertaba más, es decir, no estaba seguro de que pensar pero definitivamente el pensar en que la estaba lastimando no le causaba ningún placer.
FLASHBACK
–¿Y cómo voy hacer eso?–cuestionó él mismo.
–Pues no sé–pasó hasta la barra de bebidas. –Pasa tiempo con ella, hablale bonito, ¡es mujer! Yo que sé, comprale joyas.
FIN DEL FLASHBACK
Sí, claro. Sobre todo eso. Sakura odia que le compren cosas caras y más si son para motivos como esos aunque parezca sorprendente ya que antes pareciera que ni le importaba, todo lo contrario; le gustaba al parecer que la consintiera no ser materialista sino porque quería saber hasta dónde llegaba la manipulación de un hombre por un capricho y sobre todo, hasta cuando resistía. Si Naruto lo sabía, él mismo le tocó ser una víctima más hasta que bueno, cabe decir que salió victorioso, pero ¿estaba festejando la victoria? Esa pregunta lo hizo volver a la realidad y hacer desaparecer ese sentimiento tan de repente que se encarnó al recordar el pasado.
–Señor, ya llegamos–se dirigió a él, el chofer esperando acción de éste.En un parpadeo se dio cuenta y salió del auto al pagarle sin esperar el cambio. Lo había dejado en la acera cerca de su vivienda en plena lluvia lo que lo hizo considerar el volver llamar al chofer y tomar su cambio pero sólo se limitó a suspirar y continuar por sí solo, lo que lo había salvado al taxista fue que se le estaba empezando a subir el alcohol a la cabeza y eso irónicamente lo hacía mejor persona.
***
–Esta bien si me dejas aquí–divisó que ya habían llegado a la gran portón donde vivía.
–Como gustes–se estacionó fuera de la mansión Uzumaki. –Me la he pasado de maravilla con su presencia, muchas gracias por permitírmelo.
–El placer es mío, mi esposo tiene un buen amigo y fue bueno conocerlo–le sonrió.
–Permitame abrir la puerta–bajó y en un instante ya estaba dándole paso para que saliera con su apoyo.
–Es usted muy amable Sr. Itachi, gracias por llevarme–sujetaba su sombrilla que ni siquiera se molestó en abrir.
–Con gusto lo repetiría–tomó la pequeña mano y la besó gentilmente. –Hasta pronto, Sakura–subió a su auto y partió mientras era observado no sólo por ella sino por otra persona más.
–¡¿S-Sakura?!–exclamó a punto de perder el equilibrio, inclinando en una pared como apoyo hasta que volvió a retomar posición rápidamente mientras que la sorprendida de su esposa, al escuchar su voz le miró desapareciendo en ella toda esa cualquier sensación agradable para volver a la realidad.
–¿Q-qué hacía ese hombre... contigo?–preguntó mirándola caminando hacia ella con dificultad, toda la adrenalina y el alcohol estaban mezclados en su cabeza.
–¿Qué fue lo que te paso?–se acercó más rápido que él sujetándolo antes de que tropezara.
–Yo te pregunte primero–dijo en un susurro molesto mientras pasaba un brazo suyo hacia los hombros de ella –¿Qué hacía ese hombre aquí?
–¿Estas ebrio?
–No–negó con la cabeza también. –¿Quién era él?
–Naruto, te contestaré todo lo que quieras pero vamos a...–fue interrumpida por los labios de su esposo que con desesperación se acercó para acorralarla entre su cuerpo y los arbustos, ella aunque aún analizaba lo que estaba pasando posó sus manos en la nuca del rubio mientras él tomaba su cintura, más que excitante, era una situación llena desesperación, el beso lo demostraba siendo como si no hubiera un mañana, la pelirosa fue la primera en notarlo y se separó
–Espera, Naruto–respiró agitada. –¿Qué fue eso?
–Sakura–la abrazó apoyando su rostro en su cuello. –Te necesito aún y no creo poder vivir sin ti algún día–intentaba acurrucarse aún borracho. –No me imagino mis dias sin ti, Sakura por favor, dime que sólo eres mía, por favor.
–Naruto...
–Por favor, Sakura–la miró. –Te necesito.
–Naruto, siempre te he pertenecido–de miraron directamente a los ojos a pesar de que ya estaban empapados por la lluvia.
–Será mejor que entre...
–No–la jalo hacia él. –Quedate un momento más, así abrazados–la abrazó más mientras le daba ligeros besos.
–Naruto, sí que estás borracho–rió, ella también quería quedarse así con él.
–Te necesito–le repitió pausadamente, abrazándola como si fuese a caer.
–Yo también–correspondió al abrazo con un nudo en la garganta y varias lágrimas arrastrándose en sus mejillas. –No sabes cuánto.
–Dime cuánto –se separó para mirarla de nuevo, su mirada mostraba un interés infantil, producto del alcohol quizá.
–Ni yo tengo idea pero,–se acercó directamente a sus labios pero sin tocarlos. –A veces me asusta mucho esta necesidad que tengo hacia a ti.
–No pienso dejarte, Sakura–la miró decidido mientras hablaba seriamente sorprendiendo a la pelirosa quien sólo lo miraba para después la abrazó de nuevo en un tono inmaduro. –Nunca, nunca.
–¿Nunca?
–Nunca, jamás, en ninguna de mis vidas.
–Yo tampoco–sonrió dándole la razón como si de un niño se tratara.
–¿Ninguna de tus vidas?–lo miró divertida.
–Pues sí, soy muy creyente de las vidas pasadas.
–Creí que en sólo tus sueños los decías –rió obteniendo un semblante triste de repente.
–¿Qué sucede?
–No sabes cuanto añoro que despiertes–lo miró embargando su triste y angustiosa mirada directamente hacia sus ojos, tomándolo de las manos fuertemente. –Por favor, despierta.
–¿Qué?
–Me gustaría mucho escuchar todo lo que sientes por mi.
–Nada de esto es... un sueño–completó al ver que todo se desmoronaba a su alrededor hasta que poco a poco Sakura también desaparecía. –¡Sakura!–dijo consternado sujetando mas su agarre.
–Por favor, regresa... quiero escucharte decir...–y desapareció igual que su voz y la luz que quedaba, de repente todo oscureció y no sabía dónde se encontraba.
***
–Sakura, por favor, tranquilizante.
–Ino, sólo–la miró suplicante con las manos alejadas de su rostro después de estar cubriendo su rostro, sosteniendo sus lágrimas. –¿Qué voy hacer si él...? –y soltó el llanto arrojándose a los brazos de su amiga quien la consolaba.
–Eso no va a...
–No me mientas por favor, sólo haces que me sienta fatal.
–Lo siento–acariciaba su cabello. –No sé qué decir, sólo no me gusta verte así–susurró escuchando los lloriqueos de la pelirosa quien estaba destrozada.
–¿Familiares del paciente Uzumaki?
–Soy yo–respondió rápidamente, separándose de la rubia, intentando limpiarse la cara de todo rastro de que había llorado. –¿Cómo está, doctor?
–El Sr. Uzumaki a pesar que llegó con unas cuantas fracturas, se encuentra fuera de peligro–ante la noticia todos suspiraron de alivio siendo la pelirosa la única que aún no reaccionaba.
–¿Puedo ir a verlo?–dijo aun con el nudo en la garganta.
–Sígame.
-------------------------
Esta bien, lo admito , aquí si fui mala, sin embargo, me excuso de decir que la verdad ni yo lo tenía previsto que sucediera algo así y pues no es que me guste que sufran demasiado pero era demasiado pronto una reconciliación así que me disculpo por eso.
¡Saludos!
PSD: No espero que entiendan muy bien lo que paso pero ya ven, me gusta el suspenso.
Oni- Clan Seiryuu
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Re: ¿Y dónde está el amor?-(+18)-(CAPÍTULO 11)-(24/11/14)
Jajajaj no es que me guste que Naruto este en el hospotal,
pero tambien pienso que es muy pronto para que se
reconcilien juum Naruto la hizo sufrir mucho,ahora es
su turno de sufrir jum, pero que le habra pasado a
Naruto para que este en el hospital??, un accidente
automovilístico???
Waaa espero que pronto subas el siguiente capitulo:3
pero tambien pienso que es muy pronto para que se
reconcilien juum Naruto la hizo sufrir mucho,ahora es
su turno de sufrir jum, pero que le habra pasado a
Naruto para que este en el hospital??, un accidente
automovilístico???
Waaa espero que pronto subas el siguiente capitulo:3
mio-chan- Sannin
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Re: ¿Y dónde está el amor?-(+18)-(CAPÍTULO 11)-(24/11/14)
Eso le pasa por conducir borracho... en fin, la gente nunca aprende jajajaja.
Veo muy cercana la ¨aparente¨ reconciliación, tanto que incluso me lleva a pensar que no se dará. Supongo que Sakura no estará siempre llorando en este fanfic y sufriendo, también le tocará a ella tomar su venganza, y entonces será Naruto el que sufra (todo esto son suposiciones mías... sí, tengo imaginación (demasiada))
¡Un abracho :33!
Veo muy cercana la ¨aparente¨ reconciliación, tanto que incluso me lleva a pensar que no se dará. Supongo que Sakura no estará siempre llorando en este fanfic y sufriendo, también le tocará a ella tomar su venganza, y entonces será Naruto el que sufra (todo esto son suposiciones mías... sí, tengo imaginación (demasiada))
¡Un abracho :33!
Neyli- Novato
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¿Y dónde está el amor?-(+18)-(CAPÍTULO 8)-(26/08/14)
[size=38]¡Hey! ¿Qué tal, aldeanos NaruSaku's? Pues yo aquí, muy tranquila dejándolos morir de duda -soy consciente de ello- así que no se diga más y les presento la continuación.[/size]
[size=38]CAPÍTULO 8[/size]
[size=38]A pesar de estar hecho en ayuda a perseverar la vida, el edificio parecía triste y lleno de desesperanza, como si ninguna acción por más que se esfuerce, no sirviera de nada. En los pasillo se podía apreciar - mirando a ambos lados- la agonía de los enfermos, la preocupación de sus acompañantes y la realidad de la situación por los ojos de los doctores quien no mostraban muy buena cara. Escuchaba susurros consoladores que intentaban apaciguar los llantos debido a su conciencia en la realidad, ella también lo entendía.[/size]
[size=38]Dirigió su mirada por fin al frente, siguiendo a quien lo llevaría con su esposo... Su esposo, ¿por qué le había pasado eso? Es decir,¿se lo merecía? Ella no lo sabía pero ahora solo quería estar con él, sólo con él, que todo pasado estuviera olvidado pero que todo fuera como antes... ¿por qué tuvieron que madurar? quiso reír pero ni mentalmente podía al recordar aquella chica rebelde y directa que era y el 'acosador' maravilla que era su rubio marido.[/size]
[size=38]Y pensar que era el que quería casarse... [/size]
[size=38]FLASHBACK[/size]
[size=38]—¿Naruto, qué haces?—reaccionó después de un buen beso apasionado que de repente el rubio comenzó. Se supone que era un tranquilo paseo por el parque enlazados de las manos.[/size]
[size=38]—Te beso ¿quieres que te muestre de qué hablo? –sonrió mientras seguía acercándose a ella a pesar de que la había acorralado.[/size]
[size=38]–¿No se suponía de un simple recorrido por este parque?—también sonrió.[/size]
[size=38]—Tú lo has dicho, se suponía–miró detrás de él, esperando que hayan captado su mensaje.[/size]
[size=38]–¿A quién ves? ¿eh?—lo imitó, mirando hacia donde él lo hacía.[/size]
[size=38]—A alguien–comento con mucho orgullo.[/size]
[size=38]— Pues de quién se trata que te pone muy raro—se echó para atrás, cruzándose de brazos.[/size]
[size=38]—¿Celosa?[/size]
[size=38]—Curiosa, querido—se burló.[/size]
[size=38]—Descuida, aquí el único celoso soy yo—beso su cabeza mientras hacía fruncir el ceño a la pelirosa por la confusión que le había provocado.[/size]
[size=38]—¿Celoso?—interrogó sin modificar su expresión. —¿De quién?—el sólo bufó, cambiando su expresión a una molesta al dirigir la mirada hacia unos ya lejanos chicos que murmuraban caminando pero viendo de vez en cuando a su dirección. —¿Y ellos son?—espero respuesta.[/size]
[size=38]—Son unos imbeciles sin suerte, eso es lo que son—la acercó de nuevo, tomándola de la cintura.[/size]
[size=38]—Tranquilízate Naruto—lo tomó por las mejillas. —¿Acaso te provocaron?[/size]
[size=38]—Todo aquel te mire con malas intenciones, me provocan ganas de matar, Sakura-chan—la miró seriamente, no estaba bromeando.[/size]
[size=38]—Vaya—respondió impresionada. —Ese papel de cometer crímenes se te esta metiendo por la piel—se acercó con una sonrisa, besándolo en los labio con un corto beso. —Eso es muy atrayente.[/size]
[size=38]—Me alegra que te guste—volvió a sonreír traviesamente. —Porque no estaba dispuesto a dejarte en paz…. ni dejar a nadie vivo si te…[/size]
[size=38]—Shh—lo detuvo, poniendo un dedo en sus labios con una mirada intensa. —Empiezas a asustarme—se acercó lentamente apartando el toque de sus labios pero no la mirada hasta llegar a besarlo pero esta vez en un posesivo beso.[/size]
[size=38]—Sakura-chan—dijo en un gemido acariciando su espalda.[/size]
[size=38]—¿Sí?[/size]
[size=38]—¿Eres virgen?—se detuvo en beso, mientras el rubio aun tenia cerrados los ojos y la chica la ceja levantada.[/size]
[size=38]—¿Qué?[/size]
[size=38]—¿Qué si eres virgen?—la miró de nuevo con seriedad.[/size]
[size=38]—Tú sí que sabes arruinar un momento ¿te lo han dicho?—lo miró molesta.[/size]
[size=38]—Perdón, sólo que...—miró hacia otro lado.[/size]
[size=38]—¿Qué?[/size]
[size=38]—Quiero que seas la primera chica en mi vida—susurró dejando impresionada a la pelirosa.[/size]
[size=38]—Naruto…[/size]
[size=38]—Ya se que es muy posesivo y sé que apenas estoy a prueba pero,—suspiro. —El ver a ellos… mirándote me hizo desear más que formalicemos esto.[/size]
[size=38]—¿Realmente lo quieres verdad?[/size]
[size=38]—Sí—contestó ansioso. —Mucho, no tienes idea de cuanto quiero…[/size]
[size=38]—Esta bien.[/size]
[size=38]—¿Qué?[/size]
[size=38]—Qué está bien—el rubio guardo silencio mirándola. —Acepto.[/size]
[size=38]—¿Y… Qué aceptas?[/size]
[size=38]—Idiota—bufó. —Acepto ser tu novia ¿qué parte no entiend…?[/size]
[size=38]—¡¡¡EN VERDAD!!! ¡¡¡LO DICES EN SERIO, SAKURA-CHAN!!!—la tomó de los brazos jaloneando un poco.[/size]
[size=38]—Naruto, me lastimas.[/size]
[size=38]—Lo siento—la soltó. —Es sólo que ¡dios! fuiste difícil de conseguir y ahora cuando menos me lo espero me dices que sí y...[/size]
[size=38]—Naruto.[/size]
[size=38]—¡En verdad, Sakura-chan, esto me hace tan feliz que…![/size]
[size=38]—Naruto.[/size]
[size=38]—Ahora siento ser el chico más…[/size]
[size=38]—¡NARUTO![/size]
[size=38]—¿Sí?—la miró con expresión asustada.[/size]
[size=38]Suspiro, intentando relajarse. —Estas siendo muy dramático, soy dificil pero tampoco soy un objeto que se gane en un concurso.[/size]
[size=38]—¿Bromeas? ¡Esto es mejor que sacarse la lotería! ¡Seguro que si![/size]
[size=38]—Naruto.[/size]
[size=38]—Es decir, salgo con la chica más hermosa de toda...—la miró mientras ella lo hacía con él con algo de fastidio. —¿Lo estoy haciendo de nuevo?—asintió la pelirosa con la cabeza.[/size]
[size=38]—Perdona—se rascó la nuca con una sonrisa, —Es sólo que… ahora que somo novios, siento que las cosas serán mucho más fáciles de alcanzar.[/size]
[size=38]—¿Qué cosas?—preguntó curiosa.[/size]
[size=38]—Bueno...—sonrió nerviosamente. —Tengo metas ¿sabes? Y una de ellas era ser tu novio y ahora sólo queda casarme contigo.[/size]
[size=38]La ojos de jade lo miraba con la boca abierta mientras que éste sonreía descaradamente. —¿Qué cosas estás diciendo, Naruto?—decía sonrojada. —¡Eso nunca va a pasar![/size]
[size=38]—Si, claro—sonreía aun cortante, sin quitar rastro de alegría en su cara.[/size]
[size=38]—¿Por qué sigues sonriendo aún?—hizo un puchero, molesta. —¿Qué no me oíste?[/size]
[size=38]—Te escuche fuerte y claro.[/size]
[size=38]—¿Entonces?—cruzó los brazos por enésima vez.[/size]
[size=38]—Sakura-chan—le tomó las manos. —¿Qué no te das cuenta de que eso dijiste cuando te conté sobre mi interés de tener algo contigo?—la chica lo miró con sorpresa. —Ahora que sé que tú sientes nada por mi, te prometo que nadie ni nada impedir que pierda ese sentimiento por mi, todo lo contrario, crecerá hasta que verdaderamente me ames.[/size]
[size=38]—Naruto—susurró mirándolo a los ojos, sonriéndole después mientras analizaba lo que decía provocando un sonrojo en ella. —Eres un idiota… pero eres el idiota que siempre me convence.[/size]
[size=38]Rió. —De modo a que ¿los dos somo idiotas o eso te hace mas a ti?[/size]
[size=38]—Insisto, tú sí que sabes arruinar un momento—se alejó empezando a caminar, se paró en seco mirándolo una vez más. —Ah. Y tú eres sólo el idiota— le guiñó un ojo y se dispuso a seguir su caminata mientras dejaba a un anonadado chico rubio que poco después se percató y se fue corriendo tras de ella.[/size]
[size=38]FIN DEL FLASHBACK[/size]
[size=38]Y ahí se encontraba, mirando aquella cama que sostenía su cuerpo, aún no podía verle el rostro, simplemente no podía, sabía que no podría contener el llanto al verlo, era tan doloroso admirarlo en aquel estado que la hacía sentir culpable y la destrozaba profundamente en todo su ser. A veces se preguntaba porque siempre tenía que empeorar más las cosas, mas jodidas de lo que estaban.[/size]
[size=38]—¿Se encuentra bien, Señorita?—cuestionó al verla recargando una buena parte de su peso en un mueble mientras cerraba los ojos.[/size]
[size=38]—Es Señora para usted— esa voz… hizo que la pelirosa abriera por completo los ojos.[/size]
[size=38]—¿Sr. Uzumaki?—hasta el mismísimo doctor estaba sorprendido de aquella inesperada reacción del paciente a pesar de ser buena pero, ¿en qué momento se había recuperado?[/size]
[size=38]—Naruto—susurró la chica al verlo, el ya posaba sus ojos en ella y el que lo mirara solo hizo que se conectara con sus ojos de una maner muy distinta a lo que pudo percibir Sakura, es decir, no sabía lo que expresaban esos profundos ojos pero su mirada era muy diferente, algo muy decidido y grande pero inexplicable.[/size]
[size=38]—Señori...Señora, debe dejar esta sala ahora mismo—le informo quien aún se encontraba un poco perplejo.[/size]
[size=38]—Quedate conmigo, Sakura—la voz demandante pero suave a la vez detuvo el paso de ella y se paralizó justo cuando se disponía salir de la habitación.[/size]
[size=38]—Debo de revisarlo Sr. Uzumaki y no puedo hacerlo si ella…[/size]
[size=38]—Dejeme solo con ella—ordenó sin apartar la vista de su esposa, llamando la atención de su ojos a posar sobre él. El doctor ni siquiera se atrevió a protestar ya que pudo contemplar la fija e intensa mirada que le dirigía a la pelirosa y lo más prudente era no interferir, sudando frío se alejo, dejándolos solos y encerrados en aquella habitación.[/size]
[size=38]—¿Y… c-como te sientes?—intento romper el silencio, bajando la mirada hacia el suelo.[/size]
[size=38]—Me encuentro mejor—fue conciso sin apartar su vista de ella. —¿Y tú?... ¿Estas bien?[/size]
[size=38]—¡Por supuesto que sí!—levantó más la voz y lo miró con una ceja levantada. —Si tú estás bien, yo estoy bien, ¿qué eso no te queda…?—paro en seco de hablar aunque muy tarde si quería que no se diera cuenta de qué pensaba en voz alta, a esto, ella sólo frunció su ceño en su sonrojado rostro, mientras miraba a otro lado.[/size]
[size=38]—Sakura—musitó un par de segundos después. —Lamento todo lo que te cause.[/size]
[size=38]—Naruto—le habló sorprendida. —Yo también lo…[/size]
[size=38]—No Sakura, tú no tienes nada que lamentar— se sentaba, haciendo contacto sus pies con el frío suelo. —Nada—sakura sólo guardó silencio viendo el pensativo rostro del chico rubio de perfil. —Siempre fuí yo el que—dirigió su hacia ella. —-Hacía daño.[/size]
[size=38]—Basta Naruto.[/size]
[size=38]—Sakura escucha, yo…[/size]
[size=38]—¡No, Naruto!—lo miró suplicante con las lágrimas empapando su rostro. —¡Basta! ¡Ya no quiero escuchar más![/size]
[size=38]—Sakura—repitió una vez más su nombre, espero esta vez confundido, la chica caminó rápidamente hasta llegar hacia a él y en un movimiento rápido se hincó y la abrazo por su torso.[/size]
[size=38]—¡N-no quiero que digas más!—el chico pudo sentir que empezaba a mojarse la bata de paciente que tenía puesta.[/size]
[size=38]—Creí que querías hablar.[/size]
[size=38]—¡Y quiero hablar!—subió su mirada hacia a él, regalando una imagen tierna de la niña indefensa y tierna que parecía ser. —Pero,—se apoyó nuevamente en el abdomen del rubio con más fuerza. —N-no, no quiero hacerlo ahora.[/size]
[size=38]—Bien—le besó la cabeza con delicadeza mientras correspondía el abrazo, disfrutando de su presencia y la sensación que le proporcionaba los roces del cabello de ella junto con sus roma que lo hacían salirse de la situación, se concentró en estas y se separó del mundo.[/size]
[size=38]Ahora está sólo con ella y nadie más iba a interferir en eso…[/size]
[size=38]Y cuando decía nadie… se mucho a él.[/size]
[size=38]----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------[/size]
[size=38]Sé que me tarde varios días fuera de lo común pero mi situación no ha sido muy buena y sobre todo he estado muy ocupada y a veces sin humor -y creanme, no quieren conocer las historias de realidad que hago cuando estoy así-.[/size]
[size=38]Espero pronto subir la continuación, tanto de este como de mi otro fic.[/size]
[size=38]¡Saludos![/size]
[size=38]CAPÍTULO 8[/size]
[size=38]A pesar de estar hecho en ayuda a perseverar la vida, el edificio parecía triste y lleno de desesperanza, como si ninguna acción por más que se esfuerce, no sirviera de nada. En los pasillo se podía apreciar - mirando a ambos lados- la agonía de los enfermos, la preocupación de sus acompañantes y la realidad de la situación por los ojos de los doctores quien no mostraban muy buena cara. Escuchaba susurros consoladores que intentaban apaciguar los llantos debido a su conciencia en la realidad, ella también lo entendía.[/size]
[size=38]Dirigió su mirada por fin al frente, siguiendo a quien lo llevaría con su esposo... Su esposo, ¿por qué le había pasado eso? Es decir,¿se lo merecía? Ella no lo sabía pero ahora solo quería estar con él, sólo con él, que todo pasado estuviera olvidado pero que todo fuera como antes... ¿por qué tuvieron que madurar? quiso reír pero ni mentalmente podía al recordar aquella chica rebelde y directa que era y el 'acosador' maravilla que era su rubio marido.[/size]
[size=38]Y pensar que era el que quería casarse... [/size]
[size=38]FLASHBACK[/size]
[size=38]—¿Naruto, qué haces?—reaccionó después de un buen beso apasionado que de repente el rubio comenzó. Se supone que era un tranquilo paseo por el parque enlazados de las manos.[/size]
[size=38]—Te beso ¿quieres que te muestre de qué hablo? –sonrió mientras seguía acercándose a ella a pesar de que la había acorralado.[/size]
[size=38]–¿No se suponía de un simple recorrido por este parque?—también sonrió.[/size]
[size=38]—Tú lo has dicho, se suponía–miró detrás de él, esperando que hayan captado su mensaje.[/size]
[size=38]–¿A quién ves? ¿eh?—lo imitó, mirando hacia donde él lo hacía.[/size]
[size=38]—A alguien–comento con mucho orgullo.[/size]
[size=38]— Pues de quién se trata que te pone muy raro—se echó para atrás, cruzándose de brazos.[/size]
[size=38]—¿Celosa?[/size]
[size=38]—Curiosa, querido—se burló.[/size]
[size=38]—Descuida, aquí el único celoso soy yo—beso su cabeza mientras hacía fruncir el ceño a la pelirosa por la confusión que le había provocado.[/size]
[size=38]—¿Celoso?—interrogó sin modificar su expresión. —¿De quién?—el sólo bufó, cambiando su expresión a una molesta al dirigir la mirada hacia unos ya lejanos chicos que murmuraban caminando pero viendo de vez en cuando a su dirección. —¿Y ellos son?—espero respuesta.[/size]
[size=38]—Son unos imbeciles sin suerte, eso es lo que son—la acercó de nuevo, tomándola de la cintura.[/size]
[size=38]—Tranquilízate Naruto—lo tomó por las mejillas. —¿Acaso te provocaron?[/size]
[size=38]—Todo aquel te mire con malas intenciones, me provocan ganas de matar, Sakura-chan—la miró seriamente, no estaba bromeando.[/size]
[size=38]—Vaya—respondió impresionada. —Ese papel de cometer crímenes se te esta metiendo por la piel—se acercó con una sonrisa, besándolo en los labio con un corto beso. —Eso es muy atrayente.[/size]
[size=38]—Me alegra que te guste—volvió a sonreír traviesamente. —Porque no estaba dispuesto a dejarte en paz…. ni dejar a nadie vivo si te…[/size]
[size=38]—Shh—lo detuvo, poniendo un dedo en sus labios con una mirada intensa. —Empiezas a asustarme—se acercó lentamente apartando el toque de sus labios pero no la mirada hasta llegar a besarlo pero esta vez en un posesivo beso.[/size]
[size=38]—Sakura-chan—dijo en un gemido acariciando su espalda.[/size]
[size=38]—¿Sí?[/size]
[size=38]—¿Eres virgen?—se detuvo en beso, mientras el rubio aun tenia cerrados los ojos y la chica la ceja levantada.[/size]
[size=38]—¿Qué?[/size]
[size=38]—¿Qué si eres virgen?—la miró de nuevo con seriedad.[/size]
[size=38]—Tú sí que sabes arruinar un momento ¿te lo han dicho?—lo miró molesta.[/size]
[size=38]—Perdón, sólo que...—miró hacia otro lado.[/size]
[size=38]—¿Qué?[/size]
[size=38]—Quiero que seas la primera chica en mi vida—susurró dejando impresionada a la pelirosa.[/size]
[size=38]—Naruto…[/size]
[size=38]—Ya se que es muy posesivo y sé que apenas estoy a prueba pero,—suspiro. —El ver a ellos… mirándote me hizo desear más que formalicemos esto.[/size]
[size=38]—¿Realmente lo quieres verdad?[/size]
[size=38]—Sí—contestó ansioso. —Mucho, no tienes idea de cuanto quiero…[/size]
[size=38]—Esta bien.[/size]
[size=38]—¿Qué?[/size]
[size=38]—Qué está bien—el rubio guardo silencio mirándola. —Acepto.[/size]
[size=38]—¿Y… Qué aceptas?[/size]
[size=38]—Idiota—bufó. —Acepto ser tu novia ¿qué parte no entiend…?[/size]
[size=38]—¡¡¡EN VERDAD!!! ¡¡¡LO DICES EN SERIO, SAKURA-CHAN!!!—la tomó de los brazos jaloneando un poco.[/size]
[size=38]—Naruto, me lastimas.[/size]
[size=38]—Lo siento—la soltó. —Es sólo que ¡dios! fuiste difícil de conseguir y ahora cuando menos me lo espero me dices que sí y...[/size]
[size=38]—Naruto.[/size]
[size=38]—¡En verdad, Sakura-chan, esto me hace tan feliz que…![/size]
[size=38]—Naruto.[/size]
[size=38]—Ahora siento ser el chico más…[/size]
[size=38]—¡NARUTO![/size]
[size=38]—¿Sí?—la miró con expresión asustada.[/size]
[size=38]Suspiro, intentando relajarse. —Estas siendo muy dramático, soy dificil pero tampoco soy un objeto que se gane en un concurso.[/size]
[size=38]—¿Bromeas? ¡Esto es mejor que sacarse la lotería! ¡Seguro que si![/size]
[size=38]—Naruto.[/size]
[size=38]—Es decir, salgo con la chica más hermosa de toda...—la miró mientras ella lo hacía con él con algo de fastidio. —¿Lo estoy haciendo de nuevo?—asintió la pelirosa con la cabeza.[/size]
[size=38]—Perdona—se rascó la nuca con una sonrisa, —Es sólo que… ahora que somo novios, siento que las cosas serán mucho más fáciles de alcanzar.[/size]
[size=38]—¿Qué cosas?—preguntó curiosa.[/size]
[size=38]—Bueno...—sonrió nerviosamente. —Tengo metas ¿sabes? Y una de ellas era ser tu novio y ahora sólo queda casarme contigo.[/size]
[size=38]La ojos de jade lo miraba con la boca abierta mientras que éste sonreía descaradamente. —¿Qué cosas estás diciendo, Naruto?—decía sonrojada. —¡Eso nunca va a pasar![/size]
[size=38]—Si, claro—sonreía aun cortante, sin quitar rastro de alegría en su cara.[/size]
[size=38]—¿Por qué sigues sonriendo aún?—hizo un puchero, molesta. —¿Qué no me oíste?[/size]
[size=38]—Te escuche fuerte y claro.[/size]
[size=38]—¿Entonces?—cruzó los brazos por enésima vez.[/size]
[size=38]—Sakura-chan—le tomó las manos. —¿Qué no te das cuenta de que eso dijiste cuando te conté sobre mi interés de tener algo contigo?—la chica lo miró con sorpresa. —Ahora que sé que tú sientes nada por mi, te prometo que nadie ni nada impedir que pierda ese sentimiento por mi, todo lo contrario, crecerá hasta que verdaderamente me ames.[/size]
[size=38]—Naruto—susurró mirándolo a los ojos, sonriéndole después mientras analizaba lo que decía provocando un sonrojo en ella. —Eres un idiota… pero eres el idiota que siempre me convence.[/size]
[size=38]Rió. —De modo a que ¿los dos somo idiotas o eso te hace mas a ti?[/size]
[size=38]—Insisto, tú sí que sabes arruinar un momento—se alejó empezando a caminar, se paró en seco mirándolo una vez más. —Ah. Y tú eres sólo el idiota— le guiñó un ojo y se dispuso a seguir su caminata mientras dejaba a un anonadado chico rubio que poco después se percató y se fue corriendo tras de ella.[/size]
[size=38]FIN DEL FLASHBACK[/size]
[size=38]Y ahí se encontraba, mirando aquella cama que sostenía su cuerpo, aún no podía verle el rostro, simplemente no podía, sabía que no podría contener el llanto al verlo, era tan doloroso admirarlo en aquel estado que la hacía sentir culpable y la destrozaba profundamente en todo su ser. A veces se preguntaba porque siempre tenía que empeorar más las cosas, mas jodidas de lo que estaban.[/size]
[size=38]—¿Se encuentra bien, Señorita?—cuestionó al verla recargando una buena parte de su peso en un mueble mientras cerraba los ojos.[/size]
[size=38]—Es Señora para usted— esa voz… hizo que la pelirosa abriera por completo los ojos.[/size]
[size=38]—¿Sr. Uzumaki?—hasta el mismísimo doctor estaba sorprendido de aquella inesperada reacción del paciente a pesar de ser buena pero, ¿en qué momento se había recuperado?[/size]
[size=38]—Naruto—susurró la chica al verlo, el ya posaba sus ojos en ella y el que lo mirara solo hizo que se conectara con sus ojos de una maner muy distinta a lo que pudo percibir Sakura, es decir, no sabía lo que expresaban esos profundos ojos pero su mirada era muy diferente, algo muy decidido y grande pero inexplicable.[/size]
[size=38]—Señori...Señora, debe dejar esta sala ahora mismo—le informo quien aún se encontraba un poco perplejo.[/size]
[size=38]—Quedate conmigo, Sakura—la voz demandante pero suave a la vez detuvo el paso de ella y se paralizó justo cuando se disponía salir de la habitación.[/size]
[size=38]—Debo de revisarlo Sr. Uzumaki y no puedo hacerlo si ella…[/size]
[size=38]—Dejeme solo con ella—ordenó sin apartar la vista de su esposa, llamando la atención de su ojos a posar sobre él. El doctor ni siquiera se atrevió a protestar ya que pudo contemplar la fija e intensa mirada que le dirigía a la pelirosa y lo más prudente era no interferir, sudando frío se alejo, dejándolos solos y encerrados en aquella habitación.[/size]
[size=38]—¿Y… c-como te sientes?—intento romper el silencio, bajando la mirada hacia el suelo.[/size]
[size=38]—Me encuentro mejor—fue conciso sin apartar su vista de ella. —¿Y tú?... ¿Estas bien?[/size]
[size=38]—¡Por supuesto que sí!—levantó más la voz y lo miró con una ceja levantada. —Si tú estás bien, yo estoy bien, ¿qué eso no te queda…?—paro en seco de hablar aunque muy tarde si quería que no se diera cuenta de qué pensaba en voz alta, a esto, ella sólo frunció su ceño en su sonrojado rostro, mientras miraba a otro lado.[/size]
[size=38]—Sakura—musitó un par de segundos después. —Lamento todo lo que te cause.[/size]
[size=38]—Naruto—le habló sorprendida. —Yo también lo…[/size]
[size=38]—No Sakura, tú no tienes nada que lamentar— se sentaba, haciendo contacto sus pies con el frío suelo. —Nada—sakura sólo guardó silencio viendo el pensativo rostro del chico rubio de perfil. —Siempre fuí yo el que—dirigió su hacia ella. —-Hacía daño.[/size]
[size=38]—Basta Naruto.[/size]
[size=38]—Sakura escucha, yo…[/size]
[size=38]—¡No, Naruto!—lo miró suplicante con las lágrimas empapando su rostro. —¡Basta! ¡Ya no quiero escuchar más![/size]
[size=38]—Sakura—repitió una vez más su nombre, espero esta vez confundido, la chica caminó rápidamente hasta llegar hacia a él y en un movimiento rápido se hincó y la abrazo por su torso.[/size]
[size=38]—¡N-no quiero que digas más!—el chico pudo sentir que empezaba a mojarse la bata de paciente que tenía puesta.[/size]
[size=38]—Creí que querías hablar.[/size]
[size=38]—¡Y quiero hablar!—subió su mirada hacia a él, regalando una imagen tierna de la niña indefensa y tierna que parecía ser. —Pero,—se apoyó nuevamente en el abdomen del rubio con más fuerza. —N-no, no quiero hacerlo ahora.[/size]
[size=38]—Bien—le besó la cabeza con delicadeza mientras correspondía el abrazo, disfrutando de su presencia y la sensación que le proporcionaba los roces del cabello de ella junto con sus roma que lo hacían salirse de la situación, se concentró en estas y se separó del mundo.[/size]
[size=38]Ahora está sólo con ella y nadie más iba a interferir en eso…[/size]
[size=38]Y cuando decía nadie… se mucho a él.[/size]
[size=38]----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------[/size]
[size=38]Sé que me tarde varios días fuera de lo común pero mi situación no ha sido muy buena y sobre todo he estado muy ocupada y a veces sin humor -y creanme, no quieren conocer las historias de realidad que hago cuando estoy así-.[/size]
[size=38]Espero pronto subir la continuación, tanto de este como de mi otro fic.[/size]
[size=38]¡Saludos![/size]
Oni- Clan Seiryuu
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Re: ¿Y dónde está el amor?-(+18)-(CAPÍTULO 11)-(24/11/14)
¡Hola Oni! Me he enganchado a tu historia, sip. Aiii pobre Shikamaru, ¿Por que no habrá salido bien su matrimonio, con Temari(muajaajajjaja)? Lo siento, pero no puedo evitar comentar sobre él. Ahora pasemos a ellos.
Aiaiaiai que me ha llamado la atención una cosa, ¿¡Que cojones, con perdón pero soy un poco mal hablada, hacia Hinata de secretaria de Naruto!? ¡¡Si se supone que se conocían!! ¿Y Sakura nunca ha ido a verle? Vale, me he puesto un poco en contra del rubio así que te toca a ti, Sakura. ¿¡Como no has ido a visitarle!? Vale, que a lo mejor no podías, pero no se, seguro que tenias tiempo para una visita. Entonces esta, la hubiera reconocido. Que por cierto, ¡Ino no estaba entra las chicas de la noche que se conocieron! ¿¡De donde saleeeee!? Me desespero... Pero claro, la historia acaba de empezar poco a poco Tem(Que es como me gusta que me llamen ), poco a poco. Esto no puede ser, ahora estaré en vela toooodaa la noche.
Al principio de la historia, y sobretodo tras hacer el amor, Naruto no me caía bien, no, no, no. Pero luego, con el paso del tiempo, y tras la charla con mi Shikamaru, su accidente, y el sueño raro en el que por un momento me perdí pero luego me dije:"¡Aiba la leche! ¡Que ha tenido un accidente! ¡Y yo ilusionandome...!" me volvió a caer un poco mejor. Ahora le amo jajajaja.
No se, pero aun así, después de leerlo, creo que esto es solo la punta del iceberg.
Sin duda, espero la conti. ¡Besos majaah!
Aiaiaiai que me ha llamado la atención una cosa, ¿¡Que cojones, con perdón pero soy un poco mal hablada, hacia Hinata de secretaria de Naruto!? ¡¡Si se supone que se conocían!! ¿Y Sakura nunca ha ido a verle? Vale, me he puesto un poco en contra del rubio así que te toca a ti, Sakura. ¿¡Como no has ido a visitarle!? Vale, que a lo mejor no podías, pero no se, seguro que tenias tiempo para una visita. Entonces esta, la hubiera reconocido. Que por cierto, ¡Ino no estaba entra las chicas de la noche que se conocieron! ¿¡De donde saleeeee!? Me desespero... Pero claro, la historia acaba de empezar poco a poco Tem(Que es como me gusta que me llamen ), poco a poco. Esto no puede ser, ahora estaré en vela toooodaa la noche.
Al principio de la historia, y sobretodo tras hacer el amor, Naruto no me caía bien, no, no, no. Pero luego, con el paso del tiempo, y tras la charla con mi Shikamaru, su accidente, y el sueño raro en el que por un momento me perdí pero luego me dije:"¡Aiba la leche! ¡Que ha tenido un accidente! ¡Y yo ilusionandome...!" me volvió a caer un poco mejor. Ahora le amo jajajaja.
No se, pero aun así, después de leerlo, creo que esto es solo la punta del iceberg.
Sin duda, espero la conti. ¡Besos majaah!
Re: ¿Y dónde está el amor?-(+18)-(CAPÍTULO 11)-(24/11/14)
Esta muy bien la historia, algo diferente y curiosa, me gusta.
Espero la continuación.
Adios
Espero la continuación.
Adios
pillao13- Novato
- Mensajes : 11
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¿Y dónde está el amor?-(+18)-(CAPÍTULO 9)-(10/09/14)
CAPÍTULO 9
Pasaron los días, días en los que Naruto tomo reposo en aquel hospital mientras se recuperaba lo suficiente como para que lo dieran de alta, días en los que Sakura tomó también de costumbre ser su enfermera privada.
–¿Naruto?–cuestionó de modo a saber si no tenía inconveniente éste a que entrara, dando unos cuantos golpes a el cuarto donde reposaba.
–Adelante–al escuchar su voz -aunque algo indiferente- se dispuso a hacer acto de presencia con una bandeja de comida sin mencionar la emoción embargada en su corazón puesto que el emplear su verdadera profesión-aunque estaba más preparada y especializada- compartiendo doble lazo con su marido-paciente, bueno, ¿qué más podía pedir?
–Buen día–mencionó al entrar con una sonrisa honesta, una sonrisa que hace poco había renacido.
–Buenos días–no sé molesto en verla ya que su vista estaba enfocada en la computadora portátil que se encontraba en su torso pero acostado, una posición bastante perezosa.
–Creí que ya habías entendido–dejó en la mesa de al lado el desayuno que le había preparado, sacudió su manos y se sentó junto a él, observando lo que hacía. –Sabes perfectamente que no es necesario.
–Lo es linda–no despegaba la vista de ese maldito aparato que ya le estaba ganando molestia a la pelirosa –Debo encargarme yo mismo de la empresa, aunque sea de cerrar los tratos con las demás empresas.
–Sé que es tu especialidad pero ¿no hay nadie que se encargue de eso que no seas tú?
–Lo hay pero ya saben lo que dicen: si quieres algo bien, hazlo tú mismo–la miró por fin, era una tontería cómo, a pesar de estar recuperándose lo contemplaba espectacular y más con esos dichosos lentes que usaba para leer en la laptop ¿o era el hecho de que Sakura estaba enamorada enferma mente de él? Seguro que no.
–¿Cuánto has estado durmiendo últimamente? –la chica ojos de jade se dio cuenta del contacto que hizo con sus ojos desde hace rato.
–Pues... no lo sé –habló con un eje de duda, había muchas cosas que pensar y esa no la había contemplado pero ahora que lo reflexionaba, quizá no era bueno decir la verdad pero... –Entre tres o cuatro–no era buena mintiendo y menos con él, por supuesto que Naruto lo sabía.
–Es muy poco–se acomodó, apartando el aparato para sentarse. –Me siento bien, en verdad, aún no me ha afectado.
–Aún–recalcó quitándose los lentes y la vió con más intenciones de enfado que de aquella admiración hacia su belleza por la cual le había preguntado había estado durmiendo puesto que la chica tenía toda la razón; no le estaba afectando en nada, cada vez la contemplaba más hermosa que nunca. –¿Acaso no piensas que puedes recaer?
–Lo siento, no lo volveré hacer–solo agacho la mirada.
–Claro que no lo volverás a hacer–espero que volviera a verlo pero al no ver respuesta tomó con delicadeza su barbilla hasta que correspondieran vistas: mirando el profundo azul contra el verde destellante en viceversa. –Porque desde ahora dormirás conmigo aprovechando que eres la mi enfermera–soltó el agarre mientras dejaba perpleja a la chica por su solución. –¿Alguna objeción?–pregunto viendo su reacción.
–¿Eh? No, ¡No!–dijo nerviosa cosa que hizo reír al rubio.
–Bien–se dispuso a continuar con su trabajo, ella captó sus intenciones cuando se ponía los lentes de nuevo.
–Ni se te...–se acomodó en un movimiento rápido de rodillas en la cama e intentó alcanzar el aparato antes que él, quedando prácticamente encima del rubio. –... ocurra.
–¿Qué haces?–de distrajo por la acción de un momento a otro de su esposa, que parecía querer quitarle la computadora portátil y al no poder tomó simplemente su mano y se acostó por fin en él.
–Se supone que debes de descansar así que ni lo pienses porque...–desde ese momento no podía escuchar mucho de ella, su esencia era embriagadora. –...no lo voy a permitir y... ¿Na-Naruto? ¿Qué haces?–cuestionó nerviosa al recibir besos en su cuello de un de repente.
–Pues ya ves, entreteniendome–susurró con la voz ya ronca, apartándose de su punto para verla al rostro; su hermosa esposa estaba sorprendida, sus ojos abiertos en par dejando ver ese increíblemente exótico color y brillo junto con el ya vivía sonrojo en su cara que le encantaba y para suerte de él era muy fácil verla de tal manera ya que aparte de que su blanquecina piel sea muy delicada y fácil de colorear, la chica es muy… sonrojada, por así decirlo.
–¿E-entreteniendote?–tartamudeó cerrando los ojos y acomodándose para recibir mejor sus besos y ahora caricias.
–Sí–musitó mientras que cuando hablaba se concentraba más en las caricias y toques hacia el perfecto cuerpo de ella. –Como no quieres que trabaje pues yo tampoco quiero aburrirme.
–Eso es un v-vil chantaje–su voz empezaba a sonar relajada. –Empiezo a cambiar de..–el chico mordio un poco su cuello lo suficiente como para reemplazar sus palabras por gemidos. –Naruto–susurró,rozando sus labios. –No, podemos, aquí no...
–Doctora, por favor–le sonrió travieso y extasiado. –Se supone que esto es un chequeo, un chequeo que me hace mucha, mucha falta–los colores se subieron a la cara de Sakura al sentir como su "necesidad" se podía ya notar y aumentaba. –me atrevería decir que esto es grave, no, urgente, yo opino que me atienda de inmediato porque puedo asegurarle que si no lo hace, yo mismo me "autorecetarse" con usted–Naruto, siempre ese chico sacando las mejores situaciones -y las más excitantes- y si la idea llegaba a su cabeza, sólo tenía dos opciones: o aceptaba o hacia las cosas más difíciles, así que de vista comprobó que la puerta estuviera cerrada y se dejó llevar.
La atrapó entre sus brazos cuando le dió a entender que no se negaría más y él, muy gustoso la recibió en su acto de quedar encima sorprendiendose de la agilidad de la chica al atraer sus labios con los suyos ganando la oportunidad de dominar el primer momento, algo no muy particular en ella pero ¡demonios! muy sexy para el rubio.
Los besos subían de nivel -gracias a ella- él empezaba a despojar como podía la ropa de ella mientras que apenas la pelirosa recorría su cuerpo concentrándose más en el beso hasta que no fue suficiente, quería más, sin embargo en sensaciones parecía que el chico se adelantaba por mucho ya que la tenía y en plena semi desnudez en aquel lugar, la razón recuperaba poco a poco al ver su piel al descubierto en la que juraria que habia ropa y apesar de de estar la mayoría expuesta no podía sentir tanta vergüenza ya que el mismo cuerpo del chico la cubría proporcionando su calor y su protección, de todo menos de él.
De pronto, varios golpes se oyeron dar en la misma puerta que los ocultaba parando acciones y pensamientos de ambos.
–¿Señor Uzumaki?–preguntó el doctor. –¿Puedo pasar?–espero respuesta que no llegaba del chico.
–Naruto–le susurró la chica lo más bajo posible apresurando alguna acción de este.
–Em, no–dijo lo primero que se le ocurrió y una sonrisa esbozó su rostro. –En estos momentos me esta atendiendo mi doctora particular así procure regresar después de unas cuantas horas.
–De acuerdo–se oyó decir con un eje de duda. –Si me necesita, mandeme a llamar–y una vez que pareció alejarse la chica hablo.
–¡Naruto!–le regaño. –Creo que lo ofendiste–se separó rápidamente de él cubriéndose con una bata cerca de esta.
–No lo lamento–se acercaba a ella quien estaba dándole la espalda en lo que se amarraba dicha prenda. –Era necesario.
–¡Sí, pero no así!–le dió la cara quedando enfrente de este,ambos de pie. –Debiste de haberle dicho otra cosa.
–Bueno sí es así me disculpare luego con él pero como te dije antes no lo lamento–miro el frágil nudo que había hecho en el cordón de su bata y acercó sus manos a este. –Después de todo él fue el que le agrego más un toque de pudor a la situación y eso fue excitante, ¿no es cierto?
–Bueno...–miró hacia otro lado avergonzada mientras que el rubio aprovechaba el momento para desatar el nudo. –Espera, ¿qué haces?–reaccionó exaltada ajl sentir sus brazos sobre su cintura, sobrepasando la prenda abierta.
–Volviendo a empezar–la miró con sus ojos profundizando deseo. –Pero esta vez, yo iré encima–la chica rió.
–Siempre tan dominante–el rubio la ponía debajo suyo con mucho cuidado en la cama. –¿Es que eso no piensas cambiar?
–Hmm–se acercó de nuevo a su cuello y lo atendió. –No.
Y así fue como una vez más empezaron de nuevo pero esta vez, sin interrupciones.
***
–¿Itachi? ¡¿Itachi?! ¡oye! ¿me estas escuchando?–gruño su acompañante en el coche, el rió.
–Perdoname hermano pero no pude recordar algo–se justificó con una sonrisa.
–¿Y se puede saber qué es más importante que charlar de negocios?–habló con un sumo toque de sarcasmo. –Ya, habla y dime que es lo que te saca de orbita.
–¿Qué?, No, no sé trata de algo así.
–¿Entonces? ¿de qué se trata?
–Se podría decir que es sólo es un simple recuerdo muy agradable que pasa hace varios días.
–Pues para ser hace tiempo, sé ve que la pasaste muy bien–dijo con picardía.
–No es lo que tu piensas, Sasuke–rió de nuevo. –Es más bien una bonita y rosada persona que conocí en una inesperada circunstancia.
–¿Bonita y rosada, eh?–recalcó pensando. –¿Y cómo la conociste?
–Pues, ¿recuerdas a Naruto Uzumaki?
–¡¿Qué sí lo recuerdo?!–bufó. –Tsk, ese sujeto es con el que debemos relacionarnos pero, espera ¿él qué tiene qué ver?
–Pues él es su esposo–explicó viendo aún la mirada confusa del pelinegro. –De la chica que conocí.
–Ouh–comprendió. –Con qué ese sujeto tiene hasta suerte con las mujeres, es una pena por ti.
–Entiende que a pesar de ser atractiva , realmente no quería llegar a algo serio con ella ni mucho menos tener problemas con el Uzumaki, es más, es justo como para ti.
–¿Para mí?–interrogó.
–Sí, bueno, sé vé igual de joven que tú y… déjame decirte que, a lo que tu me has contado, se parece mucho a tu amiga de la infancia.
–¡¿Cómo se llama?!–preguntó ansioso el chico.
–Sakura, Sakura Uzumaki.
–No puede ser–musitó de sorpresa. –Es… ella. Sakura Haruno.
–Vaya, que coincidencia–sonrió.
–Sí que lo es–se recargo en su asiento.
–¿Y qué harás?
–Pues–lo miró con una gran sonrisa. –Sí de algo debes de estar seguro es que la veré pronto.
–Ajá–le resto importancia. –¿Y después?
–¿Después qué?
–Vamos, no te hagas el tonto sí se ve en tu cara que aún mueres por ella.
–Eso fue hace mucho–dijo con un eje de duda que no dejó pasar su hermano.
–Sea como sea–posó una mano en el hombro de su hermano menor. –Sabes que estamos hablando de una mujer casada ¿verdad?
–Sí, lo sé –respondió y después suspiro. –Felizmente casada.
–Bueno–se alego de él, empezando a arrancar el auto. –Eso no sabemos–aclaró con una sonrisa de complicidad.
–¿Me estás...
–Será mejor que avance esta cosa antes de que nos llegue la noche–lo interrumpió mientras dejaba pensando al joven.
"Sakura" pensó Sasuke. "¿Será acaso que te enamoraste de verdad?"
FLASHBACK
Con pasos apresurados caminaba siguiendo a cierta chica que había difícilmente localizado, después de extensas y costosas investigaciones de ella resulto irónico que estudiaran en el mismo instituto y eso en sí, era una bentida ventaja para él puesto que, por lo visto el otro día en la disco sobre como era maltratado uno de los tantos seguidores de la pelirosa le hacía desear no quierer parecer acosador para ella.
–¿Sasuke?–le preguntó una voz a espaldas de él.
¡¿Eres tú?! ¡¿él chico de...?!
–Shh–la calló oponiendo el dorso de su mano a su boca. –No necesitamos que nadie se entere quien soy yo–le quitó la mano.
–¡¿Qué se supone qué haces aquí?!–susurró la pelirroja con emoción.
–Yo estudio aquí.
–¡¿En serio?!–exclamó sorprendida.
–Shhh–le calló de nuevo.
–¡Oh, lo siento!–se ruborizó aún más. –¡Pero es que, ¿cómo es qué no te había visto?!
–Pues yo estudio una carrera de leyes, y nunca había pasado por dónde están las de medicina sin ninguna razón.
–¿Y hay una razón?–preguntó con confianza y sin pena alguna al instante.
–Sí, y justamente es bueno verte–habló y al escuchar aquellas palabras, la chica alcanzó el color de su cabello en su cara mientras un revoloteo de mariposas atacaban su estomago drogándola de fantasías en su cabeza. –Porque necesito que me hagas un favor.
–Atacaré cada palabra y orden que me pidas sin importar que tan pervert..–respondía en trance sin pensar, o bueno, pensando en voz alta hasta que fue interrumpida.
–¿Sasuke?
–¡Sakura, que gusto volver a verte!–saludo aunque algo sorprendido por su repentina aparición, aprovecho el momento de acuerdo a su plan.
–Sí, bueno–habló también algo sorprendida. –¿Y qué haces por aquí?
–Le estaba contando justamente a tu amiga...–quién era totalmente ignorada mientras estaba en lo suyo por este. –...que yo estudio en la misma unirvesidad que ustedes.
–Vaya, pues que coincidencia–habló indiferente.
–Las coincidencias no existen–aclaró con una sonrisa. –Aunque me arrepiento por el hecho de que si hubiera pasado por aquí antes constantemente, seguro ya nos hubiéramos conocido.
–El hubiera no existe–le regreso la misma sonrisa.
–Es verdad, a decir verdad nunca pasaba sin razón pero creo ya tenerla desde este momento–se acerco atrevidamente hacia a ella pero guardando distancia.
–Suerte con eso–lo esquivo para dirigirse a su amiga. –Karin, es hora de irnos, se hará tarde–la jalo y regresó de dónde había venido. –Adíos, Sasuke.
–Nos vemos luego, yo diría–contesto con un atrevimiento que ni el mismo sabía tener.
–¡Yo sí te veo pronto, Sasuke!–se despidió eufórica la pelirroja.
FIN DEL FLASHBLACK
De todas las cosas que había tenido, jamás creyó que envidiaría a su amigo de fiestas, todo lo contrario, siempre creyó que este lo envidiaba y lo envidiaria y bueno, no lo culparía por ello, por más egocéntrico que sonara, él podía vivir con ello sin ninguna molestia pero ¿qué fuera viceversa? Jamás, nunca, el sólo pensar en ello hacía que se riera al principio dejándole un sabor amargo al final, sabiendo que lo que negaba era verdad, él estaba verdaderamente celoso de él.
A pesar de que la vida le había otorgado una excelente profesión junto con una gran fortuna que crece el doble que disminuye y una gran reputación, tenía a la mujer más hermosa, inteligente y talentosa que pudiese imaginar a su lado. ¿Acaso tenía dios que demostrar su bondad en él? Es cierto que la mayoría de lo bueno que le había pasado se lo merecía pero, ¡no! Ella no tenía que ser... suya. No podía ni quería aceptarlo.
Todos estos pensamientos pasaban por la mente del chico recargado aún pasible en su asiente mirando hacia al frente y a pesar de que su hermano estaba menejando pudo darse cuenta como apretaba los puños sin cambiar ninguna facción en su cara, esto era malo y lo sabía, su hermano podía ser un caballero pero uno muy rencoroso y oscuro si las cosas no le parecían y ahora su relato lo había encendido pero no sabía de lo que era capaz puesto que toda esa decisión y furia la había visto en situaciones requeridas para bien, pero ahora ya no estaba seguro.
------------------------------------
Lamento la tardanza pero justo hoy -ahora- me dio tiempo de terminarlo, ¿Qué tal, eh?
¡Saludos!
Pasaron los días, días en los que Naruto tomo reposo en aquel hospital mientras se recuperaba lo suficiente como para que lo dieran de alta, días en los que Sakura tomó también de costumbre ser su enfermera privada.
–¿Naruto?–cuestionó de modo a saber si no tenía inconveniente éste a que entrara, dando unos cuantos golpes a el cuarto donde reposaba.
–Adelante–al escuchar su voz -aunque algo indiferente- se dispuso a hacer acto de presencia con una bandeja de comida sin mencionar la emoción embargada en su corazón puesto que el emplear su verdadera profesión-aunque estaba más preparada y especializada- compartiendo doble lazo con su marido-paciente, bueno, ¿qué más podía pedir?
–Buen día–mencionó al entrar con una sonrisa honesta, una sonrisa que hace poco había renacido.
–Buenos días–no sé molesto en verla ya que su vista estaba enfocada en la computadora portátil que se encontraba en su torso pero acostado, una posición bastante perezosa.
–Creí que ya habías entendido–dejó en la mesa de al lado el desayuno que le había preparado, sacudió su manos y se sentó junto a él, observando lo que hacía. –Sabes perfectamente que no es necesario.
–Lo es linda–no despegaba la vista de ese maldito aparato que ya le estaba ganando molestia a la pelirosa –Debo encargarme yo mismo de la empresa, aunque sea de cerrar los tratos con las demás empresas.
–Sé que es tu especialidad pero ¿no hay nadie que se encargue de eso que no seas tú?
–Lo hay pero ya saben lo que dicen: si quieres algo bien, hazlo tú mismo–la miró por fin, era una tontería cómo, a pesar de estar recuperándose lo contemplaba espectacular y más con esos dichosos lentes que usaba para leer en la laptop ¿o era el hecho de que Sakura estaba enamorada enferma mente de él? Seguro que no.
–¿Cuánto has estado durmiendo últimamente? –la chica ojos de jade se dio cuenta del contacto que hizo con sus ojos desde hace rato.
–Pues... no lo sé –habló con un eje de duda, había muchas cosas que pensar y esa no la había contemplado pero ahora que lo reflexionaba, quizá no era bueno decir la verdad pero... –Entre tres o cuatro–no era buena mintiendo y menos con él, por supuesto que Naruto lo sabía.
–Es muy poco–se acomodó, apartando el aparato para sentarse. –Me siento bien, en verdad, aún no me ha afectado.
–Aún–recalcó quitándose los lentes y la vió con más intenciones de enfado que de aquella admiración hacia su belleza por la cual le había preguntado había estado durmiendo puesto que la chica tenía toda la razón; no le estaba afectando en nada, cada vez la contemplaba más hermosa que nunca. –¿Acaso no piensas que puedes recaer?
–Lo siento, no lo volveré hacer–solo agacho la mirada.
–Claro que no lo volverás a hacer–espero que volviera a verlo pero al no ver respuesta tomó con delicadeza su barbilla hasta que correspondieran vistas: mirando el profundo azul contra el verde destellante en viceversa. –Porque desde ahora dormirás conmigo aprovechando que eres la mi enfermera–soltó el agarre mientras dejaba perpleja a la chica por su solución. –¿Alguna objeción?–pregunto viendo su reacción.
–¿Eh? No, ¡No!–dijo nerviosa cosa que hizo reír al rubio.
–Bien–se dispuso a continuar con su trabajo, ella captó sus intenciones cuando se ponía los lentes de nuevo.
–Ni se te...–se acomodó en un movimiento rápido de rodillas en la cama e intentó alcanzar el aparato antes que él, quedando prácticamente encima del rubio. –... ocurra.
–¿Qué haces?–de distrajo por la acción de un momento a otro de su esposa, que parecía querer quitarle la computadora portátil y al no poder tomó simplemente su mano y se acostó por fin en él.
–Se supone que debes de descansar así que ni lo pienses porque...–desde ese momento no podía escuchar mucho de ella, su esencia era embriagadora. –...no lo voy a permitir y... ¿Na-Naruto? ¿Qué haces?–cuestionó nerviosa al recibir besos en su cuello de un de repente.
–Pues ya ves, entreteniendome–susurró con la voz ya ronca, apartándose de su punto para verla al rostro; su hermosa esposa estaba sorprendida, sus ojos abiertos en par dejando ver ese increíblemente exótico color y brillo junto con el ya vivía sonrojo en su cara que le encantaba y para suerte de él era muy fácil verla de tal manera ya que aparte de que su blanquecina piel sea muy delicada y fácil de colorear, la chica es muy… sonrojada, por así decirlo.
–¿E-entreteniendote?–tartamudeó cerrando los ojos y acomodándose para recibir mejor sus besos y ahora caricias.
–Sí–musitó mientras que cuando hablaba se concentraba más en las caricias y toques hacia el perfecto cuerpo de ella. –Como no quieres que trabaje pues yo tampoco quiero aburrirme.
–Eso es un v-vil chantaje–su voz empezaba a sonar relajada. –Empiezo a cambiar de..–el chico mordio un poco su cuello lo suficiente como para reemplazar sus palabras por gemidos. –Naruto–susurró,rozando sus labios. –No, podemos, aquí no...
–Doctora, por favor–le sonrió travieso y extasiado. –Se supone que esto es un chequeo, un chequeo que me hace mucha, mucha falta–los colores se subieron a la cara de Sakura al sentir como su "necesidad" se podía ya notar y aumentaba. –me atrevería decir que esto es grave, no, urgente, yo opino que me atienda de inmediato porque puedo asegurarle que si no lo hace, yo mismo me "autorecetarse" con usted–Naruto, siempre ese chico sacando las mejores situaciones -y las más excitantes- y si la idea llegaba a su cabeza, sólo tenía dos opciones: o aceptaba o hacia las cosas más difíciles, así que de vista comprobó que la puerta estuviera cerrada y se dejó llevar.
La atrapó entre sus brazos cuando le dió a entender que no se negaría más y él, muy gustoso la recibió en su acto de quedar encima sorprendiendose de la agilidad de la chica al atraer sus labios con los suyos ganando la oportunidad de dominar el primer momento, algo no muy particular en ella pero ¡demonios! muy sexy para el rubio.
Los besos subían de nivel -gracias a ella- él empezaba a despojar como podía la ropa de ella mientras que apenas la pelirosa recorría su cuerpo concentrándose más en el beso hasta que no fue suficiente, quería más, sin embargo en sensaciones parecía que el chico se adelantaba por mucho ya que la tenía y en plena semi desnudez en aquel lugar, la razón recuperaba poco a poco al ver su piel al descubierto en la que juraria que habia ropa y apesar de de estar la mayoría expuesta no podía sentir tanta vergüenza ya que el mismo cuerpo del chico la cubría proporcionando su calor y su protección, de todo menos de él.
De pronto, varios golpes se oyeron dar en la misma puerta que los ocultaba parando acciones y pensamientos de ambos.
–¿Señor Uzumaki?–preguntó el doctor. –¿Puedo pasar?–espero respuesta que no llegaba del chico.
–Naruto–le susurró la chica lo más bajo posible apresurando alguna acción de este.
–Em, no–dijo lo primero que se le ocurrió y una sonrisa esbozó su rostro. –En estos momentos me esta atendiendo mi doctora particular así procure regresar después de unas cuantas horas.
–De acuerdo–se oyó decir con un eje de duda. –Si me necesita, mandeme a llamar–y una vez que pareció alejarse la chica hablo.
–¡Naruto!–le regaño. –Creo que lo ofendiste–se separó rápidamente de él cubriéndose con una bata cerca de esta.
–No lo lamento–se acercaba a ella quien estaba dándole la espalda en lo que se amarraba dicha prenda. –Era necesario.
–¡Sí, pero no así!–le dió la cara quedando enfrente de este,ambos de pie. –Debiste de haberle dicho otra cosa.
–Bueno sí es así me disculpare luego con él pero como te dije antes no lo lamento–miro el frágil nudo que había hecho en el cordón de su bata y acercó sus manos a este. –Después de todo él fue el que le agrego más un toque de pudor a la situación y eso fue excitante, ¿no es cierto?
–Bueno...–miró hacia otro lado avergonzada mientras que el rubio aprovechaba el momento para desatar el nudo. –Espera, ¿qué haces?–reaccionó exaltada ajl sentir sus brazos sobre su cintura, sobrepasando la prenda abierta.
–Volviendo a empezar–la miró con sus ojos profundizando deseo. –Pero esta vez, yo iré encima–la chica rió.
–Siempre tan dominante–el rubio la ponía debajo suyo con mucho cuidado en la cama. –¿Es que eso no piensas cambiar?
–Hmm–se acercó de nuevo a su cuello y lo atendió. –No.
Y así fue como una vez más empezaron de nuevo pero esta vez, sin interrupciones.
***
–¿Itachi? ¡¿Itachi?! ¡oye! ¿me estas escuchando?–gruño su acompañante en el coche, el rió.
–Perdoname hermano pero no pude recordar algo–se justificó con una sonrisa.
–¿Y se puede saber qué es más importante que charlar de negocios?–habló con un sumo toque de sarcasmo. –Ya, habla y dime que es lo que te saca de orbita.
–¿Qué?, No, no sé trata de algo así.
–¿Entonces? ¿de qué se trata?
–Se podría decir que es sólo es un simple recuerdo muy agradable que pasa hace varios días.
–Pues para ser hace tiempo, sé ve que la pasaste muy bien–dijo con picardía.
–No es lo que tu piensas, Sasuke–rió de nuevo. –Es más bien una bonita y rosada persona que conocí en una inesperada circunstancia.
–¿Bonita y rosada, eh?–recalcó pensando. –¿Y cómo la conociste?
–Pues, ¿recuerdas a Naruto Uzumaki?
–¡¿Qué sí lo recuerdo?!–bufó. –Tsk, ese sujeto es con el que debemos relacionarnos pero, espera ¿él qué tiene qué ver?
–Pues él es su esposo–explicó viendo aún la mirada confusa del pelinegro. –De la chica que conocí.
–Ouh–comprendió. –Con qué ese sujeto tiene hasta suerte con las mujeres, es una pena por ti.
–Entiende que a pesar de ser atractiva , realmente no quería llegar a algo serio con ella ni mucho menos tener problemas con el Uzumaki, es más, es justo como para ti.
–¿Para mí?–interrogó.
–Sí, bueno, sé vé igual de joven que tú y… déjame decirte que, a lo que tu me has contado, se parece mucho a tu amiga de la infancia.
–¡¿Cómo se llama?!–preguntó ansioso el chico.
–Sakura, Sakura Uzumaki.
–No puede ser–musitó de sorpresa. –Es… ella. Sakura Haruno.
–Vaya, que coincidencia–sonrió.
–Sí que lo es–se recargo en su asiento.
–¿Y qué harás?
–Pues–lo miró con una gran sonrisa. –Sí de algo debes de estar seguro es que la veré pronto.
–Ajá–le resto importancia. –¿Y después?
–¿Después qué?
–Vamos, no te hagas el tonto sí se ve en tu cara que aún mueres por ella.
–Eso fue hace mucho–dijo con un eje de duda que no dejó pasar su hermano.
–Sea como sea–posó una mano en el hombro de su hermano menor. –Sabes que estamos hablando de una mujer casada ¿verdad?
–Sí, lo sé –respondió y después suspiro. –Felizmente casada.
–Bueno–se alego de él, empezando a arrancar el auto. –Eso no sabemos–aclaró con una sonrisa de complicidad.
–¿Me estás...
–Será mejor que avance esta cosa antes de que nos llegue la noche–lo interrumpió mientras dejaba pensando al joven.
"Sakura" pensó Sasuke. "¿Será acaso que te enamoraste de verdad?"
FLASHBACK
Con pasos apresurados caminaba siguiendo a cierta chica que había difícilmente localizado, después de extensas y costosas investigaciones de ella resulto irónico que estudiaran en el mismo instituto y eso en sí, era una bentida ventaja para él puesto que, por lo visto el otro día en la disco sobre como era maltratado uno de los tantos seguidores de la pelirosa le hacía desear no quierer parecer acosador para ella.
–¿Sasuke?–le preguntó una voz a espaldas de él.
¡¿Eres tú?! ¡¿él chico de...?!
–Shh–la calló oponiendo el dorso de su mano a su boca. –No necesitamos que nadie se entere quien soy yo–le quitó la mano.
–¡¿Qué se supone qué haces aquí?!–susurró la pelirroja con emoción.
–Yo estudio aquí.
–¡¿En serio?!–exclamó sorprendida.
–Shhh–le calló de nuevo.
–¡Oh, lo siento!–se ruborizó aún más. –¡Pero es que, ¿cómo es qué no te había visto?!
–Pues yo estudio una carrera de leyes, y nunca había pasado por dónde están las de medicina sin ninguna razón.
–¿Y hay una razón?–preguntó con confianza y sin pena alguna al instante.
–Sí, y justamente es bueno verte–habló y al escuchar aquellas palabras, la chica alcanzó el color de su cabello en su cara mientras un revoloteo de mariposas atacaban su estomago drogándola de fantasías en su cabeza. –Porque necesito que me hagas un favor.
–Atacaré cada palabra y orden que me pidas sin importar que tan pervert..–respondía en trance sin pensar, o bueno, pensando en voz alta hasta que fue interrumpida.
–¿Sasuke?
–¡Sakura, que gusto volver a verte!–saludo aunque algo sorprendido por su repentina aparición, aprovecho el momento de acuerdo a su plan.
–Sí, bueno–habló también algo sorprendida. –¿Y qué haces por aquí?
–Le estaba contando justamente a tu amiga...–quién era totalmente ignorada mientras estaba en lo suyo por este. –...que yo estudio en la misma unirvesidad que ustedes.
–Vaya, pues que coincidencia–habló indiferente.
–Las coincidencias no existen–aclaró con una sonrisa. –Aunque me arrepiento por el hecho de que si hubiera pasado por aquí antes constantemente, seguro ya nos hubiéramos conocido.
–El hubiera no existe–le regreso la misma sonrisa.
–Es verdad, a decir verdad nunca pasaba sin razón pero creo ya tenerla desde este momento–se acerco atrevidamente hacia a ella pero guardando distancia.
–Suerte con eso–lo esquivo para dirigirse a su amiga. –Karin, es hora de irnos, se hará tarde–la jalo y regresó de dónde había venido. –Adíos, Sasuke.
–Nos vemos luego, yo diría–contesto con un atrevimiento que ni el mismo sabía tener.
–¡Yo sí te veo pronto, Sasuke!–se despidió eufórica la pelirroja.
FIN DEL FLASHBLACK
De todas las cosas que había tenido, jamás creyó que envidiaría a su amigo de fiestas, todo lo contrario, siempre creyó que este lo envidiaba y lo envidiaria y bueno, no lo culparía por ello, por más egocéntrico que sonara, él podía vivir con ello sin ninguna molestia pero ¿qué fuera viceversa? Jamás, nunca, el sólo pensar en ello hacía que se riera al principio dejándole un sabor amargo al final, sabiendo que lo que negaba era verdad, él estaba verdaderamente celoso de él.
A pesar de que la vida le había otorgado una excelente profesión junto con una gran fortuna que crece el doble que disminuye y una gran reputación, tenía a la mujer más hermosa, inteligente y talentosa que pudiese imaginar a su lado. ¿Acaso tenía dios que demostrar su bondad en él? Es cierto que la mayoría de lo bueno que le había pasado se lo merecía pero, ¡no! Ella no tenía que ser... suya. No podía ni quería aceptarlo.
Todos estos pensamientos pasaban por la mente del chico recargado aún pasible en su asiente mirando hacia al frente y a pesar de que su hermano estaba menejando pudo darse cuenta como apretaba los puños sin cambiar ninguna facción en su cara, esto era malo y lo sabía, su hermano podía ser un caballero pero uno muy rencoroso y oscuro si las cosas no le parecían y ahora su relato lo había encendido pero no sabía de lo que era capaz puesto que toda esa decisión y furia la había visto en situaciones requeridas para bien, pero ahora ya no estaba seguro.
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Lamento la tardanza pero justo hoy -ahora- me dio tiempo de terminarlo, ¿Qué tal, eh?
¡Saludos!
Oni- Clan Seiryuu
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Re: ¿Y dónde está el amor?-(+18)-(CAPÍTULO 11)-(24/11/14)
Naruto, Naruto, Naruto y su profe particular... Si es que... Que pervertidos jajajja.
¡Y ya aparece Sasuke! Como haga algo me lo cargo. (Se que lo va a hacer...) Sucio Uchiha... ¡Vete con Karin que para eso esta! ¡Para que vas con Sakura! Si es que son ganas de fastidiar por fastidiar...
Se ve que la relación esta mejorando, en comparación a como iban en un principio.
Esto va mejorando. Sasuke-Itachi... Estos hermanos emo planean algo...
Pd: Has puesto bien las comillas Oni... muajajajajaja. Siempre las comillas...
Contiiiii
¡Y ya aparece Sasuke! Como haga algo me lo cargo. (Se que lo va a hacer...) Sucio Uchiha... ¡Vete con Karin que para eso esta! ¡Para que vas con Sakura! Si es que son ganas de fastidiar por fastidiar...
Se ve que la relación esta mejorando, en comparación a como iban en un principio.
Esto va mejorando. Sasuke-Itachi... Estos hermanos emo planean algo...
Pd: Has puesto bien las comillas Oni... muajajajajaja. Siempre las comillas...
Contiiiii
Re: ¿Y dónde está el amor?-(+18)-(CAPÍTULO 11)-(24/11/14)
Ohhh que interesante se esta poniendo *---*, al parecer Naruto ya vuelve a querer a Sakura x3, y anda algooo pervertido jajaja
Y Sasuke intentara algo con Sakura???
Espero que pronto subas el siguiente capitulo:3
Y Sasuke intentara algo con Sakura???
Espero que pronto subas el siguiente capitulo:3
mio-chan- Sannin
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Re: ¿Y dónde está el amor?-(+18)-(CAPÍTULO 11)-(24/11/14)
¡NUEVA LECTORA!
me encanta tu finc
espero que el emo de sasuke no le haga nada al narusaku
espero cont. pronto
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mairys-chan- Novato
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en mi linda casa
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¿Y dónde está el amor?-(+18)-(CAPÍTULO 10)-(01/10/14)
CAPÍTULO 10
–La vida sabe amarga cuando te enfocas en las cosas negativas y...
–¿Cómo puedes justificar eso?–miraba la taza que portaba en manos. –¿Cómo?
–Pues...–lo medito por un momento hasta que se enfocó en lo que sujetaba en las manos. –Se podría decir que es como el café, amargo más sólo cuando queremos...–lo miró esperando reacción, pero no la hubo. –... Y bueno–titubeó y volvió su mirada al objeto. –Lo que quiero decir es que sí tu vida es mala es simplemente porque así la quieres y...
–¿Tú vida es mala?–interrumpió por fin prestándole atención.
–No–hablo con un eje de inseguridad. –No lo creo.
–¿Y por qué crees eso?–se inclinó entrelazando sus dedos de manera en que pudiera recargar su barbilla en aquel fuerte.
–Porque, bueno...–rió levemente. –Creo que no he tenido tan mala suerte como...
–¿Mala suerte? ¿qué es la mala suerte?–cuestionó alzando la ceja.
–Mal destino, decisiones incorrectas, bueno, es todo aquello que mal decidimos y...–miró que aún conservaba su semblante, cosa que no le dio mucha seguridad de su respuesta. –Y eso es lo que es, digo, lo que creo.
–Piensas bien–meneó la cabeza de forma afirmativa regalándole una punzada de confianza a su acompañante. –Es bueno que corrijas que es lo que piensas porque de afirmarlo me demostrarías que eres un ignorante testarudo que cree que bueno...–recupero postura para después levantarse. –... No merecería haber llegado hasta aquí, claro que ese es mi punto de vista.
–¿Y-y por qué cree eso?–preguntó consternado levantándose también. –¿Qué es lo que lo hace pensar así?
–La vida, por supuesto–aclaró. –Mira, la mala suerte no es como la haces llamar porque al decir "mala" sabemos que siempre va a haber una 'bien".
–Claramente, no puede haber una sin otra–añadió con algo de frustración.
–Es verdad, se trata de un equilibrio más sin embargo, ¿cómo puedes decir "mala suerte" a algo?–cuestionó con la mirada y este respondió con sorpresa.
–Es fácil–los nervios lo atacaban. –Bueno, es todo lo que mal te pasa o te afecta.
–¿Te han pasado esas cosas?
–Vaya que sí–rió. –A todos por supuesto, no soy la excepción.
–Nadie lo es–el concordó con él. –Todos tenemos problemas, y esos dilemas se convierten en más de ellos, muchas problemas y aquellos en más, y más, y más...
–Son muchos problemas–habló frustrado.
–Y sí que lo son, pero todo depende de la manera en que lo solucionas, o no–volvió a concentrarse en su taza, una taza de café. –Pero ese no es el punto, aquí no. El punto es que no vamos a adentrarnos en la solución, sino en la experiencia.
–¿La experiencia?–cuestionó.
–Sí, el tiempo en el que seguimos vivos, es muy corto...
–La tasa de mortalidad ha disminuido bastante, ya no es como antes–quiso corregir rápidamente cosa que le causó gracia al pelinegro.
–Es apreciable, pero no me refiero el tiempo de vida, sino el tiempo en el que hemos vivido–se guardó un silencio y después prosiguió. –El tiempo en el que hemos aprendido cosas de la vida, en el que aprovechamos todo lo que se nos da y conseguimos e incluso por el que tratamos de conseguir.
–Siempre es bueno conseguir–añadió.
–Parece que ya vas entendiendo–le sonrió hasta que dos golpecitos se escucharon en la estancia y una mujer se asomó en esta.
–Disculpe, Doctor pero su hermano insiste en comunicarse con usted, esta en la línea 24.
–Gracias Kimi, puedes dejarmelo a mi-agradeció con la mano mientras esta se retiraba y suspiro. –Esto aún se quedará pendiente.
–Estoy de acuerdo–preparó sus cosas hasta alistarse, bebiendo el último trago que quedaba en su café. –Buen café, por cierto, tengo que admitir que amargo sabe mejor.
–Es porque no has probado el que hace una verdadera mujer–se burló dejando por fin su taza.
–¿Una verdadera mujer?–también lo que decía le causaba gracia.
–Sí, una dulce y pura mujer, ella, querido amigo, es una delicia y lujo que nos da la vida.
–¿Quién lo diría? Mi amigo, estas enamorado. Vaya que creí que empezarías a comprar gatos, yo estaba dispuesto a comprarte ya uno en tu cumpleaños a decir verdad.
–Agradezco tus intenciones pero no estoy enamorado y no creo que los gatos son animales muy fieles.
–¿Y a qué se debe el hecho de tu gran inspiración del dulzor de la vida hecha mujer, "Romeo"?–dijo con burla causando gracia.
–No negaré que se trata de una mujer que conocí en específico pero puedo asegurar que no es para mi.
–Vaya decisión–admitió con admiración. –No cuestiónaré el porqué amigo pero, creo que se trata de una buena mujer y si tu no la vas a aprovechar en tu vida, ¿no crees que sería bueno presentarla en la mía?–Itachi rió.
–No amigo, se trata de alguien que ya tiene ocupado ese puesto del que todo hombre puede desear.
–Es una lastima escuchar eso–suspiró un poco de resignación. –Supongo que te dejaré con tus problemas ahora que no me interesan.
–Entendiste–le siguió hasta la puerta. –Me alegro más espero que para la próxima me expliques eso de café.
–Seguro, hasta entonces–se despidió mientras el otro pelinegro seguía su camino y este se encerraba en su despacho; sentado en su respectivo lugar, cogiendo el teléfono mientras marcaba un botón en específico.
–Que necesitas, Sasuke–suspiró cansado, dándose un ligero masaje en el puente de la nariz.
–Quiero entrar a la organización–acotó.
–También me da gusto que me hablaras, por cierto, ¿cómo has estado?–jugó.
–Quiero entrar a la organización que estas organizando, Itachi, ¿cuándo es la inauguración?
–Las parábolas hermano, cuidas las parábolas, ¿de qué me hablas?
–¡De la organización!–alzó la voz frustrado. –¡La qué es una buena causa, la que me ofreciste!
–¡Ah, sí!–fingió sorpresa. –¿y eso? No me digas, quieres salvar tu alma.
–¿Cuándo es la inaguración?–sonaba fastidiado, rodando los ojos por enésima vez.
–Es el... hum, no recuerdo...
–¡Itachi, es en serio!–el mencionado intentaba no reírse.
–¿Qué? O espera, la señal... no esta–figió mala frecuencia. –Estoy pasando por un tunel asfdfg no te asdg escucho...
–Idiota, es un teléfono fijo...–e Itachi corto la llamada divertido y meneando la cabeza.
***
–Estoy bien, Sakura, no exageres.
–El doctor dijo que aún debes de tomar reposo–de nuevo jaloneo las maletas que llevaba en las manos. –Vamos, déjame llevarlas.
–¿Bromeas?–rió. –Esto pesa el doble de tu cuerpo–alejo lo que portaba en las manos de ella. –En serio, me encuentro bien, mejor que antes, diría yo y no lo estuviera el doctor no me hubiera dado de alta ¿no lo crees?
–Corrección: Sólo te dio la comodidad de ir a descansar en tu casa porque lo convencí y lo insultaste–no paraba de insistir.
–Oh vamos, Sakura–sonrió al recordar. –Eso es agua pasada, ni siquiera creo que lo haya notado.
–El simple hecho de...–se puse de puntitas ya que había suspendido más fuera de alcanze las dichoso objeto que quería portar. –...que no pienses lo que vas a decir, hace demasiado toscas tus palabras aunque no tengas la intención, Naruto.
–Bueno–lo alejaba más de la chica. –por lo menos soy sincero–dichas palabras pararon los movimientos de la joven, acto que extraño al chico. –¿Qué?
–¿Con qué muy sincero? ¿eh?–se llevó las manos a la cintura molesta.
–Pues sí–habló inseguro.
–¡Entonces eso del ser flacucha es lo que tu piensas, EH!–le golpeó el hombro lo suficiente fuerte como para casi perdiera el equilibrio.
–Yo jamás dije que fueras una debilucha–sonrió divertido. –Sólo mira mi brazo–lo señaló mostrándose adolorido. –¡Sólo mira! ¡Debería demandarte por violencia familiar!
–¡Déjate de estupideces!–intentó no reírse. –¡Dije debilucha! No flacucha–golpeó una vez más su hombro pero río más el propietario y no precisamente por la acción de esta. –¡Quise decir que, dije flacucha, no debilucha! ¡y deja de reírte!
–Lo que digas...–decía entre carcajadas.
–Eres un tonto–se alejó de él con caminata rápida mientras él seguía riendo más, antes de alejarse lo suficiente regreso e inesperadamente le arrebato las maletas con éxito gracias a guardia baja que le ocasionó la situación sin antes dejarle claro: –Y no soy débil–aclaró ahora si con prisa alejándose y hasta cuando se disponía a doblaje esquina levantó los brazos con todo y carga con mucho orgullo, el rubio volvió a reír y decidió seguirla más rápido.
Y así, estuvieron, comportándose como todo unos tortolitos enamorados pubertos con las hormonas alborotadas -aclarando esto porque a veces, después de cualquier alegato, los besos se intensifican y las manos revoloteaban, olvidando todo a su alrededor- como ese momento en el que la pelirosa era perseguida por él en aquel hospital, llamando la atención de todos que, viéndolo de manera positiva era bastante alegre y cómica la escena que regalaban pero cuestionando los amargados, una falta de respeto e inmadurez de parte de ellos más quedándose con las ganas de protestar ya que hablaban del magnate hombre de negocios con una imaginable buena reputación -quizá parte de lo que los enmudecian era era el hecho de verlo hacer eso- y ni se diga de la joven que era la "víctima" que además de ser elogiada de una magnífica carrera en medicina, es influyente en las relaciones artísticas, entre otras modalidades como el ser una ex-famosa modelo que bueno, hacían a su pensar que sin duda, se trataba de una mujer perfecta y aún sin conocerla del todo. Y ahí estaban, mostrándole a los presentes que se equivocaban o bien, demostrando -cada pensar de cada individuo- lo único seguro es que ambos irradiaban felicidad, una felicidad nueva porque, algo había cambiado, sí, porque de eso se trataba, de cambiar.
–No, Naruto, basta–pedía e intentaba alejar su agarre pero dadas las circunstancias era bastante difícil.
–Fuí muy claro, Sakura–tomó una de sus muñecas con fuerza. –Y yo no retracto lo que digo.
–¡No, no!, no, lo siento, en verdad–le costaba hablar. –Prometo no hacerlo de nuevo, en verdad, yo...
–Claro que no lo harás, de eso yo me encargo...
Y así era...
–¡Ya, ya, por...!–reía muy alto. –¡Tú ganas, tu ganas!
–¿Volverás a hacerlo?–disminuyó más las cosquillas.
–¡No, no! ¡pero ya para!–rogó entre risas.
–Bien–paró, dejando respirar a la chica quien aún seguía sonriendo.
–¿Aprendiste la lección?–le tomó de sus mejillas.
–Hum sí.
–¿Qué fue ese "Hum"?–acercó sus manos, lista para comenzar a volver a torturarla con cosquillas.
–Nada–se puso un cojín como defensa volviendo a reír
–Más te vale, aunque ¿sabes?–hizo una breve pausa. –Creo que...quizás cambie de opinión respecto a algo.
–¿Quieres aceptar que el ramen sabe horrible y huele feo?–habló rápidamente en tono de broma ganándose una mirada matadora de su esposo.
–¿Con qué aún quieres más, EH?–se acercó ágilmente hasta quedar encima de ella.
–No, no–sonrió empezando a jugar con su cabello. –Mejor cuéntame qué querías decir.
–Pues...–esquivo su mirada como si lo que quisiera decir se hallara alrededor de él.
–¿Sí?–ella seguía enrollando en su dedo sus salvajes mechones rubios.
–Es algo... emm... no encuentro las palabras...
–Tardese todo lo que quiera Sr. Uzumaki, después de todo no creo poder salir de aquí sin autorización suya.
–Esta en lo correcto, Sr. Uzumaki–la vista que le regalaba ella no ayudaba mucho en concentrar sus ideas, su belleza era la culpable. –Y creo que demoramos mucho en esto.
–Es bueno que me lo informe ya que así tendré oportunidad de comunicarme con mi esposo–lo miró inexpresivamente a los ojos.
–Informele que llegará tarde, muy tarde–se acercó aún más a ella, capturando su fragancia única e irresistible.
–¿Es necesario?–cerro los ojos, concentrándose en sentir las corrientes en su cuerpo que su marido provocaba cuando estaba cerca, tan cerca.
–Sí, que lo es–su voz empezaba a tomar gravedad.
–Esto no es posible...–se acomodó para darle paso más accesible.
–...debería recibir un aumento por esto.
–Lo que recibirás es un...
–Srs. Uzumaki, tienen visitas fam...–llegó lo más rápido que pudo para tomarse con vil escena. –¡Oh, mil disculpas!–se cubrió la cara con vergüenza y exageración. –¡No fue mi intención amm... interrumpirlos.
–Descuida, Chiyo–se sentó en aquel sofá, alejando al rubio de ella. –¿De quien se trata?
–¿Em?–intentó olvidarse del tema anterior. –E-es el hermano del Señor, el joven Mema.
–¿Joven? ¿qué te tiene de joven?–refuñó el rubio.
–Lo tiene todo–susurró para ella misma sonrojada.
–¿Decías algo, Chiyo?
–¡No, no! ¡Nada!–agitó las manos en negación. –¿Em? ¿Qué desea que haga con él? Digo, ¿qué quiere que le informe?
–Pues–la miró extrañada. –Pasalo a la.estancia y dile que en un momento lo recibimos mientras atiendelo, por favor.
–¡S-sí, Señora, lo que usted diga!–decía totalmente roja. –¡Con permiso!–hizó un veloz ademán y después salió.
–¿Qué rayos pasa por su cabeza?–musitó extrañado.
–No lo sé, pero bueno-suspiró concentrándose en él. –Supongo que ya no sigues enojado con tu hermano ¿verdad?
–Yo jamás he dicho eso–esquivo su mirada, frunciendo el ceño.
–Pues pareciera que sí–cruzó los brazos en señal que difícilmente lo iba a creer–¿Entonces, por qué parece que es así?
–No sé qué es lo que hace que pienses así–decía seguro pero ella sabía que no era así.
–Pues no lo sé, quizás sea el hecho de cómo te comportas con él–estiró sus dedos para empezar a enumerar. –La reacción que tienes cuando se trata de él y que nunca muestres afecto hacia él...
–De acuerdo, es suficiente–la interrumpió poniéndose de pie y dándole la espalda pasando una mano por su cabeza.
–Vamos, ¿qué pasa, EH?–lo siguió hasta abrazarlo por la espalda.
–Nada, vayamos a recibirlo–se giró besándole la cabeza y separándose de ella para adelantarse a recibir su inesperada visita mientras la joven respiraba con tranquilidad no creyéndole nada.
***
FLASHBACK
–Me gusta creer que estamos vivos, pero es una lástima que sólo lo hagamos unos cuantos años si tenemos suerte...
–¡Saito, la comida esta preparada!–exclamó su madre.
–¡Ya voy!–el chico cerró su libro -no sin antes poner su separador en las página que no concluía de leer del todo- llevándolo entre manos dirigiéndose al comedor.
–¿Qué? ¿Aún no terminas ese libro?–preguntó la rubia sirviendo una porción de la comida en un plato.
–No, pero ya estoy llegando al final ¡deberías leerlo mamá, está genial! Pero es una pena de que Roger descubra su verdad, "su cruel realidad".
–Pues Sakura me encargó que cuando lo terminaraa le avisara para que te regale el siguiente libro de esa dichosa saga–ambos se dispusieron a sentarse.
–¡¿En verdad?! ¡WOOW! ¡Con más razón ahora puedo terminarlo sin piedad!–rió al ver que su madre lo miraba raro. –A lo que me refiero es que me la estaba llevando lenta porque después no tendría nada que leer pero ahora ¡mañana mismo lo terminaré!
–Sí, sí, como sea, pero mientras a comer–tomó la cuchara y la llenó de aquel líquido que había en el plato y cuando estaba a punto de dirigirlo a su boca, paró tal acto. –¿Y ahora qué pasa?
–Pues, yo me preguntaba si... bueno–titubió señalando la sopa. –¿Esto lo hiciste tú?
–Claro, que esperabas–levantó la ceja y lo miró intentando descubrir a qué se refería. –¿Por qué lo preguntas?
–Nada importante sólo que–apreció el líquido espeso con una mueca de asco. –¿Esto se come?
–¡Por supuesto que se come! ¡Sí yo misma lo hice!–exclamó molesta.
–Demuéstralo–la reto sabiendo que no se negaría.
–Ahorita te voy a mostrar...–tomó de nuevo todo el caldo que pudo en su cuchara y con orgullo lo llevo a su boca más no duró ni un segundo dentro de esta. –¡Puaj!–escupió como pudo los restos que dejaban un nada soportable sabor en su boca. –¡Esto...!–escupió limpiándose con una servilleta mientras su hijo se divertía viéndola. –¡...no... significa nada!
–Claro Mamá –y para suerte de ellos, el teléfono empezó a sonar. –Yo contesto–digo a ser más que obvio que él debía de hacerlo a menos que por maldad, quisiera envenenar indirectamente a quien se atreviera a interrumpir su escena favorita cuando cocina -o eso intenta- la rubia. –¿Diga?–sólo los ruidos que hacia Saito al comer se escuchaban, su madre guardó un fúnebre silencio, raro para el chico, quién por curiosidad, le prestó atención; estaba paralizada, balbuceaba un poco mientras respiraba exaltada, tenía una expresión aterrada.
–¿Mamá?–le trajo de nuevo al presente. –¿Qué tienes?–preguntó sin esperar a que terminara la llamada. –¿Qué pasa?
–¡No, nada!–contestó, más no se refirió a quién le hablaba. –Estoy bien, estamos perfectamente bien–le dio la espalda a su acompañante quién sólo la miraba extrañado. –No, no, ¡no ahora! ¡no nos importa...!–su voz, a pesar de ser exaltada, disminuía conforme se alejaba, encerrandose en alguna habitación de la casa dejando al joven confundido quien dada a su curiosidad, se dirigió a su alcoba y sigilosamente descolgó el teléfono...
–¡Qué no entiendes!–se escuchaba la desesperación de su madre. –¡Nosotros no te necesitamos en nuestra vida!–Quizás ya no en tu vida, pero...
–¡Pero mucho menos en la vida de él!–nunca había escuchado hablar así a su mamá, siempre tan divertida y comunicativa pero hoy no, en ese momento se mostraba todo lo contrario, una faceta que no conocía se apreciaba al hablar con aquella voz grave.
–Ino–se escuchó un suspiro. –Es también mi hijo.
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Lamento la continuación pero ya saben, sino es por falta de tiempo es por falta de inspiración, pero bueno, intentaré apresurarme con todas mis historias aunque les pediré un poquito más de paciencia puesto que me inscribí en el concurso de escritores actual.
¡Saludos!
–La vida sabe amarga cuando te enfocas en las cosas negativas y...
–¿Cómo puedes justificar eso?–miraba la taza que portaba en manos. –¿Cómo?
–Pues...–lo medito por un momento hasta que se enfocó en lo que sujetaba en las manos. –Se podría decir que es como el café, amargo más sólo cuando queremos...–lo miró esperando reacción, pero no la hubo. –... Y bueno–titubeó y volvió su mirada al objeto. –Lo que quiero decir es que sí tu vida es mala es simplemente porque así la quieres y...
–¿Tú vida es mala?–interrumpió por fin prestándole atención.
–No–hablo con un eje de inseguridad. –No lo creo.
–¿Y por qué crees eso?–se inclinó entrelazando sus dedos de manera en que pudiera recargar su barbilla en aquel fuerte.
–Porque, bueno...–rió levemente. –Creo que no he tenido tan mala suerte como...
–¿Mala suerte? ¿qué es la mala suerte?–cuestionó alzando la ceja.
–Mal destino, decisiones incorrectas, bueno, es todo aquello que mal decidimos y...–miró que aún conservaba su semblante, cosa que no le dio mucha seguridad de su respuesta. –Y eso es lo que es, digo, lo que creo.
–Piensas bien–meneó la cabeza de forma afirmativa regalándole una punzada de confianza a su acompañante. –Es bueno que corrijas que es lo que piensas porque de afirmarlo me demostrarías que eres un ignorante testarudo que cree que bueno...–recupero postura para después levantarse. –... No merecería haber llegado hasta aquí, claro que ese es mi punto de vista.
–¿Y-y por qué cree eso?–preguntó consternado levantándose también. –¿Qué es lo que lo hace pensar así?
–La vida, por supuesto–aclaró. –Mira, la mala suerte no es como la haces llamar porque al decir "mala" sabemos que siempre va a haber una 'bien".
–Claramente, no puede haber una sin otra–añadió con algo de frustración.
–Es verdad, se trata de un equilibrio más sin embargo, ¿cómo puedes decir "mala suerte" a algo?–cuestionó con la mirada y este respondió con sorpresa.
–Es fácil–los nervios lo atacaban. –Bueno, es todo lo que mal te pasa o te afecta.
–¿Te han pasado esas cosas?
–Vaya que sí–rió. –A todos por supuesto, no soy la excepción.
–Nadie lo es–el concordó con él. –Todos tenemos problemas, y esos dilemas se convierten en más de ellos, muchas problemas y aquellos en más, y más, y más...
–Son muchos problemas–habló frustrado.
–Y sí que lo son, pero todo depende de la manera en que lo solucionas, o no–volvió a concentrarse en su taza, una taza de café. –Pero ese no es el punto, aquí no. El punto es que no vamos a adentrarnos en la solución, sino en la experiencia.
–¿La experiencia?–cuestionó.
–Sí, el tiempo en el que seguimos vivos, es muy corto...
–La tasa de mortalidad ha disminuido bastante, ya no es como antes–quiso corregir rápidamente cosa que le causó gracia al pelinegro.
–Es apreciable, pero no me refiero el tiempo de vida, sino el tiempo en el que hemos vivido–se guardó un silencio y después prosiguió. –El tiempo en el que hemos aprendido cosas de la vida, en el que aprovechamos todo lo que se nos da y conseguimos e incluso por el que tratamos de conseguir.
–Siempre es bueno conseguir–añadió.
–Parece que ya vas entendiendo–le sonrió hasta que dos golpecitos se escucharon en la estancia y una mujer se asomó en esta.
–Disculpe, Doctor pero su hermano insiste en comunicarse con usted, esta en la línea 24.
–Gracias Kimi, puedes dejarmelo a mi-agradeció con la mano mientras esta se retiraba y suspiro. –Esto aún se quedará pendiente.
–Estoy de acuerdo–preparó sus cosas hasta alistarse, bebiendo el último trago que quedaba en su café. –Buen café, por cierto, tengo que admitir que amargo sabe mejor.
–Es porque no has probado el que hace una verdadera mujer–se burló dejando por fin su taza.
–¿Una verdadera mujer?–también lo que decía le causaba gracia.
–Sí, una dulce y pura mujer, ella, querido amigo, es una delicia y lujo que nos da la vida.
–¿Quién lo diría? Mi amigo, estas enamorado. Vaya que creí que empezarías a comprar gatos, yo estaba dispuesto a comprarte ya uno en tu cumpleaños a decir verdad.
–Agradezco tus intenciones pero no estoy enamorado y no creo que los gatos son animales muy fieles.
–¿Y a qué se debe el hecho de tu gran inspiración del dulzor de la vida hecha mujer, "Romeo"?–dijo con burla causando gracia.
–No negaré que se trata de una mujer que conocí en específico pero puedo asegurar que no es para mi.
–Vaya decisión–admitió con admiración. –No cuestiónaré el porqué amigo pero, creo que se trata de una buena mujer y si tu no la vas a aprovechar en tu vida, ¿no crees que sería bueno presentarla en la mía?–Itachi rió.
–No amigo, se trata de alguien que ya tiene ocupado ese puesto del que todo hombre puede desear.
–Es una lastima escuchar eso–suspiró un poco de resignación. –Supongo que te dejaré con tus problemas ahora que no me interesan.
–Entendiste–le siguió hasta la puerta. –Me alegro más espero que para la próxima me expliques eso de café.
–Seguro, hasta entonces–se despidió mientras el otro pelinegro seguía su camino y este se encerraba en su despacho; sentado en su respectivo lugar, cogiendo el teléfono mientras marcaba un botón en específico.
–Que necesitas, Sasuke–suspiró cansado, dándose un ligero masaje en el puente de la nariz.
–Quiero entrar a la organización–acotó.
–También me da gusto que me hablaras, por cierto, ¿cómo has estado?–jugó.
–Quiero entrar a la organización que estas organizando, Itachi, ¿cuándo es la inauguración?
–Las parábolas hermano, cuidas las parábolas, ¿de qué me hablas?
–¡De la organización!–alzó la voz frustrado. –¡La qué es una buena causa, la que me ofreciste!
–¡Ah, sí!–fingió sorpresa. –¿y eso? No me digas, quieres salvar tu alma.
–¿Cuándo es la inaguración?–sonaba fastidiado, rodando los ojos por enésima vez.
–Es el... hum, no recuerdo...
–¡Itachi, es en serio!–el mencionado intentaba no reírse.
–¿Qué? O espera, la señal... no esta–figió mala frecuencia. –Estoy pasando por un tunel asfdfg no te asdg escucho...
–Idiota, es un teléfono fijo...–e Itachi corto la llamada divertido y meneando la cabeza.
***
–Estoy bien, Sakura, no exageres.
–El doctor dijo que aún debes de tomar reposo–de nuevo jaloneo las maletas que llevaba en las manos. –Vamos, déjame llevarlas.
–¿Bromeas?–rió. –Esto pesa el doble de tu cuerpo–alejo lo que portaba en las manos de ella. –En serio, me encuentro bien, mejor que antes, diría yo y no lo estuviera el doctor no me hubiera dado de alta ¿no lo crees?
–Corrección: Sólo te dio la comodidad de ir a descansar en tu casa porque lo convencí y lo insultaste–no paraba de insistir.
–Oh vamos, Sakura–sonrió al recordar. –Eso es agua pasada, ni siquiera creo que lo haya notado.
–El simple hecho de...–se puse de puntitas ya que había suspendido más fuera de alcanze las dichoso objeto que quería portar. –...que no pienses lo que vas a decir, hace demasiado toscas tus palabras aunque no tengas la intención, Naruto.
–Bueno–lo alejaba más de la chica. –por lo menos soy sincero–dichas palabras pararon los movimientos de la joven, acto que extraño al chico. –¿Qué?
–¿Con qué muy sincero? ¿eh?–se llevó las manos a la cintura molesta.
–Pues sí–habló inseguro.
–¡Entonces eso del ser flacucha es lo que tu piensas, EH!–le golpeó el hombro lo suficiente fuerte como para casi perdiera el equilibrio.
–Yo jamás dije que fueras una debilucha–sonrió divertido. –Sólo mira mi brazo–lo señaló mostrándose adolorido. –¡Sólo mira! ¡Debería demandarte por violencia familiar!
–¡Déjate de estupideces!–intentó no reírse. –¡Dije debilucha! No flacucha–golpeó una vez más su hombro pero río más el propietario y no precisamente por la acción de esta. –¡Quise decir que, dije flacucha, no debilucha! ¡y deja de reírte!
–Lo que digas...–decía entre carcajadas.
–Eres un tonto–se alejó de él con caminata rápida mientras él seguía riendo más, antes de alejarse lo suficiente regreso e inesperadamente le arrebato las maletas con éxito gracias a guardia baja que le ocasionó la situación sin antes dejarle claro: –Y no soy débil–aclaró ahora si con prisa alejándose y hasta cuando se disponía a doblaje esquina levantó los brazos con todo y carga con mucho orgullo, el rubio volvió a reír y decidió seguirla más rápido.
Y así, estuvieron, comportándose como todo unos tortolitos enamorados pubertos con las hormonas alborotadas -aclarando esto porque a veces, después de cualquier alegato, los besos se intensifican y las manos revoloteaban, olvidando todo a su alrededor- como ese momento en el que la pelirosa era perseguida por él en aquel hospital, llamando la atención de todos que, viéndolo de manera positiva era bastante alegre y cómica la escena que regalaban pero cuestionando los amargados, una falta de respeto e inmadurez de parte de ellos más quedándose con las ganas de protestar ya que hablaban del magnate hombre de negocios con una imaginable buena reputación -quizá parte de lo que los enmudecian era era el hecho de verlo hacer eso- y ni se diga de la joven que era la "víctima" que además de ser elogiada de una magnífica carrera en medicina, es influyente en las relaciones artísticas, entre otras modalidades como el ser una ex-famosa modelo que bueno, hacían a su pensar que sin duda, se trataba de una mujer perfecta y aún sin conocerla del todo. Y ahí estaban, mostrándole a los presentes que se equivocaban o bien, demostrando -cada pensar de cada individuo- lo único seguro es que ambos irradiaban felicidad, una felicidad nueva porque, algo había cambiado, sí, porque de eso se trataba, de cambiar.
–No, Naruto, basta–pedía e intentaba alejar su agarre pero dadas las circunstancias era bastante difícil.
–Fuí muy claro, Sakura–tomó una de sus muñecas con fuerza. –Y yo no retracto lo que digo.
–¡No, no!, no, lo siento, en verdad–le costaba hablar. –Prometo no hacerlo de nuevo, en verdad, yo...
–Claro que no lo harás, de eso yo me encargo...
Y así era...
–¡Ya, ya, por...!–reía muy alto. –¡Tú ganas, tu ganas!
–¿Volverás a hacerlo?–disminuyó más las cosquillas.
–¡No, no! ¡pero ya para!–rogó entre risas.
–Bien–paró, dejando respirar a la chica quien aún seguía sonriendo.
–¿Aprendiste la lección?–le tomó de sus mejillas.
–Hum sí.
–¿Qué fue ese "Hum"?–acercó sus manos, lista para comenzar a volver a torturarla con cosquillas.
–Nada–se puso un cojín como defensa volviendo a reír
–Más te vale, aunque ¿sabes?–hizo una breve pausa. –Creo que...quizás cambie de opinión respecto a algo.
–¿Quieres aceptar que el ramen sabe horrible y huele feo?–habló rápidamente en tono de broma ganándose una mirada matadora de su esposo.
–¿Con qué aún quieres más, EH?–se acercó ágilmente hasta quedar encima de ella.
–No, no–sonrió empezando a jugar con su cabello. –Mejor cuéntame qué querías decir.
–Pues...–esquivo su mirada como si lo que quisiera decir se hallara alrededor de él.
–¿Sí?–ella seguía enrollando en su dedo sus salvajes mechones rubios.
–Es algo... emm... no encuentro las palabras...
–Tardese todo lo que quiera Sr. Uzumaki, después de todo no creo poder salir de aquí sin autorización suya.
–Esta en lo correcto, Sr. Uzumaki–la vista que le regalaba ella no ayudaba mucho en concentrar sus ideas, su belleza era la culpable. –Y creo que demoramos mucho en esto.
–Es bueno que me lo informe ya que así tendré oportunidad de comunicarme con mi esposo–lo miró inexpresivamente a los ojos.
–Informele que llegará tarde, muy tarde–se acercó aún más a ella, capturando su fragancia única e irresistible.
–¿Es necesario?–cerro los ojos, concentrándose en sentir las corrientes en su cuerpo que su marido provocaba cuando estaba cerca, tan cerca.
–Sí, que lo es–su voz empezaba a tomar gravedad.
–Esto no es posible...–se acomodó para darle paso más accesible.
–...debería recibir un aumento por esto.
–Lo que recibirás es un...
–Srs. Uzumaki, tienen visitas fam...–llegó lo más rápido que pudo para tomarse con vil escena. –¡Oh, mil disculpas!–se cubrió la cara con vergüenza y exageración. –¡No fue mi intención amm... interrumpirlos.
–Descuida, Chiyo–se sentó en aquel sofá, alejando al rubio de ella. –¿De quien se trata?
–¿Em?–intentó olvidarse del tema anterior. –E-es el hermano del Señor, el joven Mema.
–¿Joven? ¿qué te tiene de joven?–refuñó el rubio.
–Lo tiene todo–susurró para ella misma sonrojada.
–¿Decías algo, Chiyo?
–¡No, no! ¡Nada!–agitó las manos en negación. –¿Em? ¿Qué desea que haga con él? Digo, ¿qué quiere que le informe?
–Pues–la miró extrañada. –Pasalo a la.estancia y dile que en un momento lo recibimos mientras atiendelo, por favor.
–¡S-sí, Señora, lo que usted diga!–decía totalmente roja. –¡Con permiso!–hizó un veloz ademán y después salió.
–¿Qué rayos pasa por su cabeza?–musitó extrañado.
–No lo sé, pero bueno-suspiró concentrándose en él. –Supongo que ya no sigues enojado con tu hermano ¿verdad?
–Yo jamás he dicho eso–esquivo su mirada, frunciendo el ceño.
–Pues pareciera que sí–cruzó los brazos en señal que difícilmente lo iba a creer–¿Entonces, por qué parece que es así?
–No sé qué es lo que hace que pienses así–decía seguro pero ella sabía que no era así.
–Pues no lo sé, quizás sea el hecho de cómo te comportas con él–estiró sus dedos para empezar a enumerar. –La reacción que tienes cuando se trata de él y que nunca muestres afecto hacia él...
–De acuerdo, es suficiente–la interrumpió poniéndose de pie y dándole la espalda pasando una mano por su cabeza.
–Vamos, ¿qué pasa, EH?–lo siguió hasta abrazarlo por la espalda.
–Nada, vayamos a recibirlo–se giró besándole la cabeza y separándose de ella para adelantarse a recibir su inesperada visita mientras la joven respiraba con tranquilidad no creyéndole nada.
***
FLASHBACK
–Me gusta creer que estamos vivos, pero es una lástima que sólo lo hagamos unos cuantos años si tenemos suerte...
–¡Saito, la comida esta preparada!–exclamó su madre.
–¡Ya voy!–el chico cerró su libro -no sin antes poner su separador en las página que no concluía de leer del todo- llevándolo entre manos dirigiéndose al comedor.
–¿Qué? ¿Aún no terminas ese libro?–preguntó la rubia sirviendo una porción de la comida en un plato.
–No, pero ya estoy llegando al final ¡deberías leerlo mamá, está genial! Pero es una pena de que Roger descubra su verdad, "su cruel realidad".
–Pues Sakura me encargó que cuando lo terminaraa le avisara para que te regale el siguiente libro de esa dichosa saga–ambos se dispusieron a sentarse.
–¡¿En verdad?! ¡WOOW! ¡Con más razón ahora puedo terminarlo sin piedad!–rió al ver que su madre lo miraba raro. –A lo que me refiero es que me la estaba llevando lenta porque después no tendría nada que leer pero ahora ¡mañana mismo lo terminaré!
–Sí, sí, como sea, pero mientras a comer–tomó la cuchara y la llenó de aquel líquido que había en el plato y cuando estaba a punto de dirigirlo a su boca, paró tal acto. –¿Y ahora qué pasa?
–Pues, yo me preguntaba si... bueno–titubió señalando la sopa. –¿Esto lo hiciste tú?
–Claro, que esperabas–levantó la ceja y lo miró intentando descubrir a qué se refería. –¿Por qué lo preguntas?
–Nada importante sólo que–apreció el líquido espeso con una mueca de asco. –¿Esto se come?
–¡Por supuesto que se come! ¡Sí yo misma lo hice!–exclamó molesta.
–Demuéstralo–la reto sabiendo que no se negaría.
–Ahorita te voy a mostrar...–tomó de nuevo todo el caldo que pudo en su cuchara y con orgullo lo llevo a su boca más no duró ni un segundo dentro de esta. –¡Puaj!–escupió como pudo los restos que dejaban un nada soportable sabor en su boca. –¡Esto...!–escupió limpiándose con una servilleta mientras su hijo se divertía viéndola. –¡...no... significa nada!
–Claro Mamá –y para suerte de ellos, el teléfono empezó a sonar. –Yo contesto–digo a ser más que obvio que él debía de hacerlo a menos que por maldad, quisiera envenenar indirectamente a quien se atreviera a interrumpir su escena favorita cuando cocina -o eso intenta- la rubia. –¿Diga?–sólo los ruidos que hacia Saito al comer se escuchaban, su madre guardó un fúnebre silencio, raro para el chico, quién por curiosidad, le prestó atención; estaba paralizada, balbuceaba un poco mientras respiraba exaltada, tenía una expresión aterrada.
–¿Mamá?–le trajo de nuevo al presente. –¿Qué tienes?–preguntó sin esperar a que terminara la llamada. –¿Qué pasa?
–¡No, nada!–contestó, más no se refirió a quién le hablaba. –Estoy bien, estamos perfectamente bien–le dio la espalda a su acompañante quién sólo la miraba extrañado. –No, no, ¡no ahora! ¡no nos importa...!–su voz, a pesar de ser exaltada, disminuía conforme se alejaba, encerrandose en alguna habitación de la casa dejando al joven confundido quien dada a su curiosidad, se dirigió a su alcoba y sigilosamente descolgó el teléfono...
–¡Qué no entiendes!–se escuchaba la desesperación de su madre. –¡Nosotros no te necesitamos en nuestra vida!–Quizás ya no en tu vida, pero...
–¡Pero mucho menos en la vida de él!–nunca había escuchado hablar así a su mamá, siempre tan divertida y comunicativa pero hoy no, en ese momento se mostraba todo lo contrario, una faceta que no conocía se apreciaba al hablar con aquella voz grave.
–Ino–se escuchó un suspiro. –Es también mi hijo.
--------------------------
Lamento la continuación pero ya saben, sino es por falta de tiempo es por falta de inspiración, pero bueno, intentaré apresurarme con todas mis historias aunque les pediré un poquito más de paciencia puesto que me inscribí en el concurso de escritores actual.
¡Saludos!
Oni- Clan Seiryuu
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Re: ¿Y dónde está el amor?-(+18)-(CAPÍTULO 11)-(24/11/14)
Omg! Llevaba un tiempo esperando conti *.*
Es uno de mis fic favoritos actualmente del foro
Me gusto mucho el capi, tomate tu tiempo para subir conti, pero no lo abandones TT.
Cuidate ¡Adios!
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pillao13- Novato
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Re: ¿Y dónde está el amor?-(+18)-(CAPÍTULO 11)-(24/11/14)
¡Holiwiiii Oniiii!
Ai mi madre. Que capitulazo, tiene de todo. ¿Menma y Naruto ocultan algo? ¿Itachi se me ha enamorao' de Sakura? ¿Intentara quitársela a Naruto? ¿Naruto y Sakura seguirán igual de bien durante tanto tiempo?
Reconozco que es FlashBack de Ino me ha dejao' patidifusa jajajaj. ¿Que habrá hecho Sai para que Ino le odie de esa manera? Uhhh aqui hay tema...
Por cierto, no puedo resistirme a hacerme la ultima pregunta...
¿¿Cuales serán las consecuencias que tendrá todo lo que ha pasado para Naruto y Sakura?? *Señala consecuencias en negro y suelta una risa maléfica *
¡Ahora voy a estar en un sin vivir! Pu** vida tete jajajajajjajajaj.
Me despido, muchos besos y ánimo que entiendo tu tardanza.
PD: Tu también escribes genial, ¿eh?
Ai mi madre. Que capitulazo, tiene de todo. ¿Menma y Naruto ocultan algo? ¿Itachi se me ha enamorao' de Sakura? ¿Intentara quitársela a Naruto? ¿Naruto y Sakura seguirán igual de bien durante tanto tiempo?
Reconozco que es FlashBack de Ino me ha dejao' patidifusa jajajaj. ¿Que habrá hecho Sai para que Ino le odie de esa manera? Uhhh aqui hay tema...
Por cierto, no puedo resistirme a hacerme la ultima pregunta...
¿¿Cuales serán las consecuencias que tendrá todo lo que ha pasado para Naruto y Sakura?? *Señala consecuencias en negro y suelta una risa maléfica *
¡Ahora voy a estar en un sin vivir! Pu** vida tete jajajajajjajajaj.
Me despido, muchos besos y ánimo que entiendo tu tardanza.
PD: Tu también escribes genial, ¿eh?
¿Y dónde está el amor?-(+18)-(CAPÍTULO 11)-(24/11/14)
CAPÍTULO 11
FLASH BACK
–¡Vamos nena! ¡No seas amargada, ven, tómate otra copa!–rodeó con un brazo, los hombros de ella bruscamente, en forma de posesión.
–Bueno–balbuceó con una sonrisa nerviosa. –Pero sólo una más y ya.
–Ino, si no quieres hacerlo…
–¡Ella va hacerlo!–interrumpió con autoridad, intimidando a quién era su supuesta pareja de baile. –¡Todo el mundo quiere verle hacer! ¿VERDAD, AMIGOS?–la gente empezó a exclamar su nombre a modo de petición, con ayuda del chico, ella subió al escenario confundida y mareada.
–¡Mueve esas caderas, rubia!
–¡Sí, queremos verte bailar! Sí es por dinero, yo te pago $5 dolares–el público rió con aquel comentario.
–¿Qué está pa-pasando?, ¿de qué habla?–asustada, cuestionaba la chica, quien temía; que se estuviera hablando de lo que no mencionaba que hacía en las noches.
–Vamos muñeca–le sonrió perversamente mientras acariciaba lentamente su pierna expuesta por el vestido bañado en diamantina que, junto con el morado, resaltaba sus curvas. –Todo el mundo sabe quién eres tú en realidad y, ¡vamos, no me mires así! Era algo de lo que tarde o temprano se iban a enterar, y que mejor que de una vez ¿no?
–¡QUÉ BAILE!, ¡QUE BAILE!–gritos, silbidos y objetos lanzados; el disturbio poco a poco empezaba a salirse de control…
–¡¿Qué esperas?! Será mejor que empieces antes que las cosas se torne más agresivas–la pobre chica sólo miraba a creador de aquel escandaloso escenario, esperanzada de que sólo se tratara de una broma, una cruel broma. –Oye–la jalo del brazo para que esos ojos perdidos lo vieran y le prestará atención, haciendo que se inclinara hacia él. –Tú más que nadie, sabe como se ponen los clientes disgustados ¿no?–ella lo miró con temor al recordar. –Sí, como aquella vez en la que yo te salvé de uno de ellos, así que más te vale que empieces a mover tu trasero como lo haces todas las noches o de lo contrario, creeme que yo no podré hacer nada contra toda esta multitud enfurecida–soltó su agarre con brusquedad, haciendo caer a la chica de tal manera que, abrió sus ojos después de apretar con fuerza sus parpados, no quería abrirlos pero tampoco quería correr el riesgo de que algunos de los objetos lanzados, cayeran en su cara, por su descuido, así que no tuvo más opción que abrirlos, ver a lo que alguna vez pensaba que era su peor pesadilla, convertida en su realidad.
Si tan sólo…
Sí tan sólo, no hubiera tenido que contarle a Thosiro quién era la chica que salvo en ese bar.
Sí tan sólo, no la hubieran agredido en ese momento.
Sí tan sólo, hubiera complacido aquel hombre quién le pidió algo más, algo que ella, no quería dar.
Sí tan sólo, hubiera conseguido otro empleo.
Sí tan sólo, no hubiera tenido la necesidad de maldito dinero.
Sí tan sólo, sí tan sólo… el hubiera existiera.
Su mundo se consumía en un instante, todo lo que creyó que estaba bien se evapora de sus pensamientos para ser llenados en un sólo momento, uno que no procesaba todavía, lentamente, meneó las caderas y subió las manos con nerviosos movimientos, cerró los ojos impidiendo que las lágrimas no empezaran, mas, fueron muchas que no pudo contener. Con ritmo, escuchaba los asquerosos gritos y aplausos de la gente pidiendo más, de un de repente mojaron su ropa de diversas sustancias dando la señal que no estaban satisfechos… querían más, como todos.
Sabía lo cruel que eran las personas, en toda su vida, siempre lo demostraban pero ahora, estaba perpleja sobre sus inexistentes límites. Poco a poco, pasaba sus manos por el frío cierre, ajustado en el lado izquierdo del vestido, con mucho cuidado lo bajaba hasta acabar en el final, poco a poco, la gran y lujosa tela abandona su piel, descubriéndose con esfuerzo, y la prenda no era el único problema.
El ruido empezó a ascender hasta aturdir sus oídos, lo que escuchaba ya no era la música, sino todos los aullidos; sí, aullidos, nunca lo olvidara…
Con el rubor y lágrimas empapando su rostro, la chica cayó de rodillas en la mesa de bebidas tapizada de billetes y uno que otro papeles con propuestas vulgares. Las manos en cruz cubrían parte de su cuerpo, mientras juntaba sus piernas en posición de feto, sólo que sentada. Las manos de aquellos más descarados querían tocarla haciéndola temblar y escabullirse en un rincón lo más lejos de ellos. Morir, Ella quería morir en ese momento pero la vida buena, como nada en este mundo…
FIN DEL FLASH BACK
–¿Máma?–preguntó con preocupación, moviendola un su brazo una vez más.
–¿Eh?–lo miró por fin. –¿Qué… qué pasa Saito?–bostezo a media respuesta, tallandose los ojos.
–Eso es lo que yo quisiera saber, has estado muy extraña durante estos días ¿qué pasa?
–No, no pasa nada–formó una sonrisa con delicadeza. –No tienes de qué preocuparte.
–¿Y tú si?–la cuestionó mirándola fijamente mientras fruncia el ceño levemente.
–No, claro que no–mintió. Acarició su cabellera mientras ambos sonreían con discreción.
***
–¿Sr. Shikamaru?–la voz de su nuevo socio le hizo buscar al susodicho con la mirada –Disculpe si lo retrazo, pero me gustaría hablar con usted en privado.
El chico, asintió con extrañes, invitándolo, de nuevo, a pasar al despacho en donde se había llevado la junta hace unos instantes. Siguiéndole, el presentable joven, que sí; apenas le ganaba por unos cuantos años, entró con fina habilidad cuando le invitó con un ademán, se sentó; dejando su costoso maletín en la mesa de junta, Shikamaru tomó asiento,de tal manera que quedaran enfrente.
–Ahora bien, ¿de qué quiere hablarme?–preguntó con tranquilidad el hombre de coleta; un hombre que jamás combina sus emociones con los prejuicios.
–Sólo quería confirmar la participación de la compañía al evento comentado–apoyó su mentón en el fuerte de las manos enlazadas.
–Eso ya esta hablado, debería saber nosotros somos tomamos en serio en lo que nos comprometemos–afirmó con una seriedad más llamativa.
–Veo que siguen a pie su lema–sonrío, enderezando su posición. –El lema del "gran Uzumaki".
–Le repito que somos gente seria–se irradiaba tensión en el lugar causada por el mismo Shikamaru, más, su compañero; parecía no notarlo. –Ydígame, ¿dónde se encuentra él?
–Mejor.
–¿Sigue en reposo?
–¿Tiene alguna otra pregunta importante? Tengo el tiempo organizado–se pusó de pie, y con las manos en los bolsillo, abrió la puerta de nuevo para él, su colega sólo sonrío, entendiendo su punto.
–Sí, creo que es todo por ahora –se acercó a donde estaba él, tomando sus pertenencias. –Gracias por su tiempo, Sr. Shikamaru –le extendió su mano, en señal de despedida.
–No tiene por qué dármelas, Sr. Uchiha –correspondió, apretó la suya.
–Sasuke, llámame por mi nombre solamente –sonrió aún más al no ver cambio ninguno en el chico. –Oh, perdona, olvidaba el lema del trabajo en este lugar – soltó su mano y caminó unos cuantos pasos afuera, no sin antes parar y verle a los ojos que sabía que lo estaban persiguiendo. –Pero, ¿sabes? A veces es necesario romper las reglas para lograr lo cometido, ¿no es así Shikamaru?
Su sonrisa, se convirtió en una mirada de complicidad, que se rompió cuando el pelinegro continuó con su camino, dejando a su ex-compañero perplejo, aún con el efecto de aquella vez, le hizo recordar…
***
–¿Sakura?
–¿Eh?
–¿Qué pasa? Estas muy distraída.
–Oh, no es nada, es sólo que... –guardo un momento de silencio y suspiró. –Siento que, algo está mal.
–Y ¿por qué crees eso? –tomó asiento junto a ella en aquel sofá, rodeando su cintura con sus fuertes brazos, haciendo contacto con su mejilla por medio de sus labios.
–No lo sé, lo siento pero, no lo puedo explicara –el rubio notó su frustración; la mirada abajo con el ceño fruncido se lo indicaba.
–Pues… Estos días han sido maravillosos –guió su vista hacía la de él con un ligero movimiento obligado, tomando delicadamente de su mentón.
–Naruto, eres hermoso –lo abrazó repentinamente con fuerza.
–¿Y eso a qué ha venido? –cuestionó, ahora en el papel de confundido. –Es decir, sé que lo soy, indudablemente pero... –un suspiró grande de la chica, lo hizo parar. –¿Sakura?
–Naruto –sollozó, y poco después, subió su mirada, haciendo un profundo contacto; mostrando el empezar de las lágrimas en sus bellos ojos, dejando más que cautivado, angustiado. french folk
–Sólo...
–Sólo –vaciló anonadado.
–Siempre… siempre recuerda que, yo te amo y que, jamás podré dejar de hacerlo.
–Pero, ¿por qué…
–Nunca lo olvides, ¿sí?, no importa nada, sólo… necesito que me lo asegures –volvió a escabullirse en el cuerpo del chico, engarruñádose, lo más que podía. –Por favor, necesito oírlo decir de tí.
–Debes de estar tranquila –besó su cabello con dulzura y le dio la calidez que quería sentir. –Jamás dejaría que lo hicieras…
***
La seriedad que cubría su rostro, sólo era una máscara para ocultar lo emocionado que se sentía en ese momento, las cosas se ponían de todo rosa para él,y no dejaría que cambiara de color, no dejaría que nada se interpusiera entre Sakura y él.
Después de bajar de su Lamborghini, se dirigió pensando aún en ella, y no pudo evitar sonreír. ¿Quién iba a pensar que, después de tanto tiempo, se volverían a encontrar? En circunstancias no muy favorables pero, esto no le quitaba ningún interés por la famosa Sakura Haruno,la chica más misteriosa y difícil que había conocido.
Se repetía una y otra vez, mientras entraba a su departamento, ¿cómo es que Naruto logró convencerla? “Las cosas cambiaron” era con lo único que podía calmar su ansiedad pero, ahora que la sabía de ella, no iba a dejarla en paz. Ella sería suya, como siempre tuvo que ser.
La luz de su hogar, revelaban el gótico lugar; moderno y lujoso, quiso el que fuera así. Fue directamente a su habitación, donde nadie lo esperaba, más, no era tema para deprimirse.
Como si de un adolescente se tratara, después de dejar sus cosas en su respectivo lugar, tomó con fuerza; su corbata puesta y, jalandola fuera de él, mas, no lanzándole, desabotono con agilidad su camisa de vestir hasta dejar al descubierto su torso bien ejercitado, logro que hizo, gracias a cierta motivación pelirosa. En zancadas, se dirigió al cajón sin bajar de su cama que imprevistamente se había sentado, al empezar a desnudarse. Abrió el primer cajón y buscando debajo de una tabla que indicaba una vista falsa del fondo de éste, consiguió ver de nuevo su elegante y preciosa caja, la cual, no medía más de 12 centímetros.
Teniéndola en manos, se acostó de nuevo en su colchón, tarareando lo que parecía una canción muy tranquila, como si de música clásica se tratara, suspiraba con esfuerzo y divertido al mismo tiempo, jugando un poco con aquel objeto que lo posó en pecho que subía y bajaba, haciéndole perder de vista una vez que lo hacía.
Recuperó de un instante, la postura correcta sentarse y con fuerza, alejó la tapa de la caja, revelando su adentrado tesoro; aquella pequeña parte que le había arrebatado a cierta joven que lo tenía loco, enfermizamente obsesionado, sería la palabra adecuada: un mechón de color extrañamente rosa de cabello.
Con timidez, lo tocó, cerrando sus ojos al tacto; lo acarició con el dorso de su mano, una y otra vez, de arriba hacia abajo y invertidamente, pasando sus dedos entre aquellos cabellos, apreciando la suavidad y aún que, seguía la esencia impregnada en aquel objeto que había recibido aquel día, él se había encargado de que fuera así. Fue un día, en el que decidió experimentar, había salido mal, indudablemente había sido un mal día, pero eso era pasado, y el sólo imaginar cómo se sentiría tenerla entre sus brazos, completamente suya y sin nada que lo detuviera a amarla y sentirla, era demasiado excitante, y lo mejor es que pronto, ya no se tendría que conformar con un humilde recuerdo de la pelirosa.
Con la sangre caliente, y cierta zona pulsante, dejó todo como estaba. Acostándose de nuevo en aquella cama suave y con sábanas de seda, todo perfecto y preparado para ella, para ambos. Sabía que aún así, tendría que cambiarse a un lugar más amplio, lo suficiente como para la vida activamente sexual, pero sobre todo, reproductiva, que tendrían, pero, definitivamente aquí crearían al primero.
----------------------------
Capítulo de trama ¿no? Bueno, esto deja muy en claro que pronto, se vendran muchas cosas, ¿se mantendrán juntos, a pesar de todo?
¡Saludos!
FLASH BACK
–¡Vamos nena! ¡No seas amargada, ven, tómate otra copa!–rodeó con un brazo, los hombros de ella bruscamente, en forma de posesión.
–Bueno–balbuceó con una sonrisa nerviosa. –Pero sólo una más y ya.
–Ino, si no quieres hacerlo…
–¡Ella va hacerlo!–interrumpió con autoridad, intimidando a quién era su supuesta pareja de baile. –¡Todo el mundo quiere verle hacer! ¿VERDAD, AMIGOS?–la gente empezó a exclamar su nombre a modo de petición, con ayuda del chico, ella subió al escenario confundida y mareada.
–¡Mueve esas caderas, rubia!
–¡Sí, queremos verte bailar! Sí es por dinero, yo te pago $5 dolares–el público rió con aquel comentario.
–¿Qué está pa-pasando?, ¿de qué habla?–asustada, cuestionaba la chica, quien temía; que se estuviera hablando de lo que no mencionaba que hacía en las noches.
–Vamos muñeca–le sonrió perversamente mientras acariciaba lentamente su pierna expuesta por el vestido bañado en diamantina que, junto con el morado, resaltaba sus curvas. –Todo el mundo sabe quién eres tú en realidad y, ¡vamos, no me mires así! Era algo de lo que tarde o temprano se iban a enterar, y que mejor que de una vez ¿no?
–¡QUÉ BAILE!, ¡QUE BAILE!–gritos, silbidos y objetos lanzados; el disturbio poco a poco empezaba a salirse de control…
–¡¿Qué esperas?! Será mejor que empieces antes que las cosas se torne más agresivas–la pobre chica sólo miraba a creador de aquel escandaloso escenario, esperanzada de que sólo se tratara de una broma, una cruel broma. –Oye–la jalo del brazo para que esos ojos perdidos lo vieran y le prestará atención, haciendo que se inclinara hacia él. –Tú más que nadie, sabe como se ponen los clientes disgustados ¿no?–ella lo miró con temor al recordar. –Sí, como aquella vez en la que yo te salvé de uno de ellos, así que más te vale que empieces a mover tu trasero como lo haces todas las noches o de lo contrario, creeme que yo no podré hacer nada contra toda esta multitud enfurecida–soltó su agarre con brusquedad, haciendo caer a la chica de tal manera que, abrió sus ojos después de apretar con fuerza sus parpados, no quería abrirlos pero tampoco quería correr el riesgo de que algunos de los objetos lanzados, cayeran en su cara, por su descuido, así que no tuvo más opción que abrirlos, ver a lo que alguna vez pensaba que era su peor pesadilla, convertida en su realidad.
Si tan sólo…
Sí tan sólo, no hubiera tenido que contarle a Thosiro quién era la chica que salvo en ese bar.
Sí tan sólo, no la hubieran agredido en ese momento.
Sí tan sólo, hubiera complacido aquel hombre quién le pidió algo más, algo que ella, no quería dar.
Sí tan sólo, hubiera conseguido otro empleo.
Sí tan sólo, no hubiera tenido la necesidad de maldito dinero.
Sí tan sólo, sí tan sólo… el hubiera existiera.
Su mundo se consumía en un instante, todo lo que creyó que estaba bien se evapora de sus pensamientos para ser llenados en un sólo momento, uno que no procesaba todavía, lentamente, meneó las caderas y subió las manos con nerviosos movimientos, cerró los ojos impidiendo que las lágrimas no empezaran, mas, fueron muchas que no pudo contener. Con ritmo, escuchaba los asquerosos gritos y aplausos de la gente pidiendo más, de un de repente mojaron su ropa de diversas sustancias dando la señal que no estaban satisfechos… querían más, como todos.
Sabía lo cruel que eran las personas, en toda su vida, siempre lo demostraban pero ahora, estaba perpleja sobre sus inexistentes límites. Poco a poco, pasaba sus manos por el frío cierre, ajustado en el lado izquierdo del vestido, con mucho cuidado lo bajaba hasta acabar en el final, poco a poco, la gran y lujosa tela abandona su piel, descubriéndose con esfuerzo, y la prenda no era el único problema.
El ruido empezó a ascender hasta aturdir sus oídos, lo que escuchaba ya no era la música, sino todos los aullidos; sí, aullidos, nunca lo olvidara…
Con el rubor y lágrimas empapando su rostro, la chica cayó de rodillas en la mesa de bebidas tapizada de billetes y uno que otro papeles con propuestas vulgares. Las manos en cruz cubrían parte de su cuerpo, mientras juntaba sus piernas en posición de feto, sólo que sentada. Las manos de aquellos más descarados querían tocarla haciéndola temblar y escabullirse en un rincón lo más lejos de ellos. Morir, Ella quería morir en ese momento pero la vida buena, como nada en este mundo…
FIN DEL FLASH BACK
–¿Máma?–preguntó con preocupación, moviendola un su brazo una vez más.
–¿Eh?–lo miró por fin. –¿Qué… qué pasa Saito?–bostezo a media respuesta, tallandose los ojos.
–Eso es lo que yo quisiera saber, has estado muy extraña durante estos días ¿qué pasa?
–No, no pasa nada–formó una sonrisa con delicadeza. –No tienes de qué preocuparte.
–¿Y tú si?–la cuestionó mirándola fijamente mientras fruncia el ceño levemente.
–No, claro que no–mintió. Acarició su cabellera mientras ambos sonreían con discreción.
***
–¿Sr. Shikamaru?–la voz de su nuevo socio le hizo buscar al susodicho con la mirada –Disculpe si lo retrazo, pero me gustaría hablar con usted en privado.
El chico, asintió con extrañes, invitándolo, de nuevo, a pasar al despacho en donde se había llevado la junta hace unos instantes. Siguiéndole, el presentable joven, que sí; apenas le ganaba por unos cuantos años, entró con fina habilidad cuando le invitó con un ademán, se sentó; dejando su costoso maletín en la mesa de junta, Shikamaru tomó asiento,de tal manera que quedaran enfrente.
–Ahora bien, ¿de qué quiere hablarme?–preguntó con tranquilidad el hombre de coleta; un hombre que jamás combina sus emociones con los prejuicios.
–Sólo quería confirmar la participación de la compañía al evento comentado–apoyó su mentón en el fuerte de las manos enlazadas.
–Eso ya esta hablado, debería saber nosotros somos tomamos en serio en lo que nos comprometemos–afirmó con una seriedad más llamativa.
–Veo que siguen a pie su lema–sonrío, enderezando su posición. –El lema del "gran Uzumaki".
–Le repito que somos gente seria–se irradiaba tensión en el lugar causada por el mismo Shikamaru, más, su compañero; parecía no notarlo. –Ydígame, ¿dónde se encuentra él?
–Mejor.
–¿Sigue en reposo?
–¿Tiene alguna otra pregunta importante? Tengo el tiempo organizado–se pusó de pie, y con las manos en los bolsillo, abrió la puerta de nuevo para él, su colega sólo sonrío, entendiendo su punto.
–Sí, creo que es todo por ahora –se acercó a donde estaba él, tomando sus pertenencias. –Gracias por su tiempo, Sr. Shikamaru –le extendió su mano, en señal de despedida.
–No tiene por qué dármelas, Sr. Uchiha –correspondió, apretó la suya.
–Sasuke, llámame por mi nombre solamente –sonrió aún más al no ver cambio ninguno en el chico. –Oh, perdona, olvidaba el lema del trabajo en este lugar – soltó su mano y caminó unos cuantos pasos afuera, no sin antes parar y verle a los ojos que sabía que lo estaban persiguiendo. –Pero, ¿sabes? A veces es necesario romper las reglas para lograr lo cometido, ¿no es así Shikamaru?
Su sonrisa, se convirtió en una mirada de complicidad, que se rompió cuando el pelinegro continuó con su camino, dejando a su ex-compañero perplejo, aún con el efecto de aquella vez, le hizo recordar…
***
–¿Sakura?
–¿Eh?
–¿Qué pasa? Estas muy distraída.
–Oh, no es nada, es sólo que... –guardo un momento de silencio y suspiró. –Siento que, algo está mal.
–Y ¿por qué crees eso? –tomó asiento junto a ella en aquel sofá, rodeando su cintura con sus fuertes brazos, haciendo contacto con su mejilla por medio de sus labios.
–No lo sé, lo siento pero, no lo puedo explicara –el rubio notó su frustración; la mirada abajo con el ceño fruncido se lo indicaba.
–Pues… Estos días han sido maravillosos –guió su vista hacía la de él con un ligero movimiento obligado, tomando delicadamente de su mentón.
–Naruto, eres hermoso –lo abrazó repentinamente con fuerza.
–¿Y eso a qué ha venido? –cuestionó, ahora en el papel de confundido. –Es decir, sé que lo soy, indudablemente pero... –un suspiró grande de la chica, lo hizo parar. –¿Sakura?
–Naruto –sollozó, y poco después, subió su mirada, haciendo un profundo contacto; mostrando el empezar de las lágrimas en sus bellos ojos, dejando más que cautivado, angustiado. french folk
–Sólo...
–Sólo –vaciló anonadado.
–Siempre… siempre recuerda que, yo te amo y que, jamás podré dejar de hacerlo.
–Pero, ¿por qué…
–Nunca lo olvides, ¿sí?, no importa nada, sólo… necesito que me lo asegures –volvió a escabullirse en el cuerpo del chico, engarruñádose, lo más que podía. –Por favor, necesito oírlo decir de tí.
–Debes de estar tranquila –besó su cabello con dulzura y le dio la calidez que quería sentir. –Jamás dejaría que lo hicieras…
***
La seriedad que cubría su rostro, sólo era una máscara para ocultar lo emocionado que se sentía en ese momento, las cosas se ponían de todo rosa para él,y no dejaría que cambiara de color, no dejaría que nada se interpusiera entre Sakura y él.
Después de bajar de su Lamborghini, se dirigió pensando aún en ella, y no pudo evitar sonreír. ¿Quién iba a pensar que, después de tanto tiempo, se volverían a encontrar? En circunstancias no muy favorables pero, esto no le quitaba ningún interés por la famosa Sakura Haruno,la chica más misteriosa y difícil que había conocido.
Se repetía una y otra vez, mientras entraba a su departamento, ¿cómo es que Naruto logró convencerla? “Las cosas cambiaron” era con lo único que podía calmar su ansiedad pero, ahora que la sabía de ella, no iba a dejarla en paz. Ella sería suya, como siempre tuvo que ser.
La luz de su hogar, revelaban el gótico lugar; moderno y lujoso, quiso el que fuera así. Fue directamente a su habitación, donde nadie lo esperaba, más, no era tema para deprimirse.
Como si de un adolescente se tratara, después de dejar sus cosas en su respectivo lugar, tomó con fuerza; su corbata puesta y, jalandola fuera de él, mas, no lanzándole, desabotono con agilidad su camisa de vestir hasta dejar al descubierto su torso bien ejercitado, logro que hizo, gracias a cierta motivación pelirosa. En zancadas, se dirigió al cajón sin bajar de su cama que imprevistamente se había sentado, al empezar a desnudarse. Abrió el primer cajón y buscando debajo de una tabla que indicaba una vista falsa del fondo de éste, consiguió ver de nuevo su elegante y preciosa caja, la cual, no medía más de 12 centímetros.
Teniéndola en manos, se acostó de nuevo en su colchón, tarareando lo que parecía una canción muy tranquila, como si de música clásica se tratara, suspiraba con esfuerzo y divertido al mismo tiempo, jugando un poco con aquel objeto que lo posó en pecho que subía y bajaba, haciéndole perder de vista una vez que lo hacía.
Recuperó de un instante, la postura correcta sentarse y con fuerza, alejó la tapa de la caja, revelando su adentrado tesoro; aquella pequeña parte que le había arrebatado a cierta joven que lo tenía loco, enfermizamente obsesionado, sería la palabra adecuada: un mechón de color extrañamente rosa de cabello.
Con timidez, lo tocó, cerrando sus ojos al tacto; lo acarició con el dorso de su mano, una y otra vez, de arriba hacia abajo y invertidamente, pasando sus dedos entre aquellos cabellos, apreciando la suavidad y aún que, seguía la esencia impregnada en aquel objeto que había recibido aquel día, él se había encargado de que fuera así. Fue un día, en el que decidió experimentar, había salido mal, indudablemente había sido un mal día, pero eso era pasado, y el sólo imaginar cómo se sentiría tenerla entre sus brazos, completamente suya y sin nada que lo detuviera a amarla y sentirla, era demasiado excitante, y lo mejor es que pronto, ya no se tendría que conformar con un humilde recuerdo de la pelirosa.
Con la sangre caliente, y cierta zona pulsante, dejó todo como estaba. Acostándose de nuevo en aquella cama suave y con sábanas de seda, todo perfecto y preparado para ella, para ambos. Sabía que aún así, tendría que cambiarse a un lugar más amplio, lo suficiente como para la vida activamente sexual, pero sobre todo, reproductiva, que tendrían, pero, definitivamente aquí crearían al primero.
----------------------------
Capítulo de trama ¿no? Bueno, esto deja muy en claro que pronto, se vendran muchas cosas, ¿se mantendrán juntos, a pesar de todo?
¡Saludos!
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