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Harry Potter [TE] [29-06-14]
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Harry Potter [TE] [29-06-14]
-Final real del libro Las Reliquias de la muerte el capitulo 36 de dicho libro... y comienzo del 37 de mi Fanfic-
Harry coloco la varita rota sobre el escritorio del director, y la toco muy poco con la punta de la
varita más antigua, y dijo – Reparo.
Y su varita de arreglo, chispas rojas salieron de la punta. Harry sabía que había tenido éxito. Tomó
la varita de acebo y pluma de fénix sintiendo un calor en sus dedos, como si la varita y su mano se
regocijaran con el reencuentro.
- Voy a poner la varita más antigua – le dijo a Dumbledore, quien miraba con gran afecto y
admiración - de regreso de donde vino, puede quedarse ahí, si muero de muerte natural como
Ignotus, su poder se perderá ¿cierto?; el antiguo dueño jamás habría sido vencido y sería el fin de
ella
Dumbledore asintió sonriendo a Harry.
- ¿Estás seguro? – Dijo Ron en cuya voz había un dejo de anhelo mientras veía a la varita más
antigua.
- Creo que Harry tiene razón – dijo Hermione lentamente
- La varita da más problemas de lo que en realidad vale – dijo Harry – Y a decir verdad – dijo
mientras daba la espalda a los retratos, pensando solamente en su cama que le esperaba en la
torre de Gryfindor y preguntándose si Kreacher le llevaría un sándwich ahí, - He tenido
demasiados problemas para toda la vida.
Hermione puso su brazo alrededor de Harry, y sin soltar la mano de Ron, salieron de la oficina del
director.
Se dirigieron a la torre de Gryfindor, donde la señora Gorda lloraba a mares.
- ¡Oh muchacho! El castillo… todo destrozado, ¡menos mal ya todo a terminado!
- Harry necesita descansar –Dijo Hermione – ¿Nos abres?
- Oh por supuesto, debe haber sido espantoso, ¡el peor día del mundo mágico!, y aún así aquí
estas.
- ¿Nos abrirías de una vez? –Dijo Ron.
- ¡Oh si, si!, ni en estos momentos se dan el tiempo de hablar –Dijo con desprecio.
El gran cuadro se abrió silenciando de a poco la voz de la Señora Gorda. Harry subió directamente
a su habitación, donde todo estaba aún intacto, a excepción del polvo sobre las camas y muebles
que se debió haber desprendido del techo y alrededores con los temblores del castillo.
Harry despolvoreo el cubre cama para tenderse sobre él, pensó en todo lo que atormentaba su
mente y los recuerdos que lo mantendrían despierto quizás toda su vida. Pero no ese momento, el
cansancio le ganó al ahora héroe, en un sueño placentero que le hizo recordar las vidas que tuvo
el orgullo de conocer, no fue una pesadilla, pero fue el mismo sentimiento que tuvo cuando vio a
Sirius, sus padres y a Lupin con la piedra de la resurrección.
Una vez despierto, Harry vio por la sucia ventana junto a su cama el sol del mediodía, habría
dormido unas 4 horas. Se acercó a ésta tomando sus lentes del mueble donde las dejó, y pudo ver
el verde pasto que volvió a crecer, donde después de la gran guerra quizás se rasgó, como "por
arte de magia". Aunque el castillo aún estaba en las mismas destrozadas condiciones, nada había
sido arreglado aún, y pudo ver a lo lejos a Grawp ayudando a Hagrid levantar grandes trozos de
madera nueva hacia donde yacían los restos de su hogar. Divisó en el cielo lechuzas por todos
lados, algunas volaban de felicidad otras, la mayoría, volaban lejos donde no podía verlas por
culpa del sol. Pensó en todas las familias tratando de saber de sus seres queridos.
Bajó las escaleras hasta la sala común donde vio la espalda del gran sillón, y dos cabezas sobre él.
La cabeza de Ron descansaba sobre la de Hermione y la de esta sobre el hombro del chico. Ron
dormía y roncaba, mientras que ella leía un libro que descansaba en las piernas de él.
- ¿Pudiste dormir? –Preguntó Harry asomándose por un lado.
- Harry –Hermione se asustó, pero intento no seguir moviéndose para no despertar a Ron –Si algo
pude dormir, pero no mucho.
Harry se sentó en el sillón continuo y sonrió –No me digas que estudias para los Éxtasis –Ambos
rieron como si no lo hubieran hecho en gran tiempo.
- Creo que ni yo estaría haciendo algo como eso en estos momento –Dijo terminando de reír –es
solo un libro que encontré cuando te fuiste a dormir, lo deje aquí junto a mí al quedarme dormida
–Abrazó el libro como si fuese algo irrecuperable –Debe ser de algún Gryfindor, es solo un libro de
ficción.
Harry vio las arqueadas cejas de su amiga que sentían pena otra vez – ¿A quién crees que
pertenezca? , ¿Crees que quizás…
- No te hagas eso Harry –Lo interrumpió Ron, quien había hablado con los ojos aun cerrados, no se
percataron cuando dejó de roncar.
Hermione se levantaba lentamente mientras Ron le sacaba el libro de sus manos y lo hojeaba –Es
de una chica que estaba con nosotros en adivinación Harry. La vi abajo con el profesor Flitwick
antes de salir del Gran salón.
-Oh –Exclamó Harry avergonzado por su negativo pensamiento –Creo que deberíamos volver
ahora.
- No te preocupes compañero, saben que estamos aquí, Seamus vino antes y le dijimos que
necesitabas estar solo –Dijo Ron levantándose del sillón –El debió decirle a los demás, digo,
porque nadie subió en todo este rato. Pero aun así creo que debemos ir.
- Aun necesitaran ayuda, quizás para ordenar todo el desastre –Dijo Hermione parándose también.
- Claro, no podemos dejárselo todo a los elfos –Dijo Ron mientras codeaba el brazo de Hermione.
- Muy tierno Ronald, muy tierno, pero no exageres –Le dijo conteniendo una risa, pero no una
mueca.
El trio bajo por las mismas escaleras de mármol viendo todos los retratos que volvían a su lugar en
los pasillos, muchos los saludaban y otros hasta aplaudían al ver a Harry – ¡Que horrible guerra,
quedaste destrozado chico! –Le hablaba uno de los retratos a Ron.
- Cállate quieres, es solo suciedad.
Hermione y Harry se contenían de reírse mientras la chica tomaba nuevamente la mano de Ron
como consolando el comentario.
Al llegar a la Gran entrada del Castillo se toparon primero con la profesora McGonagall, la cual era
quien retenía la atención de todos en el lugar, muchos se acercaban le preguntaban cosas, ella les
respondía, lo que los hacia irse corriendo como obedeciendo a su orden.
- Potter –Dijo McGonagall al verlo –Señorita Granger Señor Weasley, ¿Descansaron los tres?
- Si gracias, ¿Hay algo profesora en lo que podamos ayudar? –Dijo Harry mirando un tanto
impresionado. El jardín, que hasta hace unos momentos no había más que pedazos enormes de
piedras, manchas de sangre y hasta cuerpos sin vida, ahora estaba limpio y desierto como en un
primer día en Hogwarts.
- No, no se preocupen, el resto del profesorado y yo estamos tratando de reordenar lo que más
importe ahora, tratamos de que se reagrupen los que van a tomar primero el expreso Hogwarts, y
bueno, los cuerpos que también debemos llevar a sus familias. Creo que deben estar con los suyos
ahora señores, ya han hecho suficiente.
Más que pensar en Lupin o Tonks en este momento, Harry quiso por fin ver a Ginny, y estar con la
familia que más quería.
- Y señorita Granger, debemos hablar más tarde lo de sus padres.
- Si profesora –Hermione contestó obedientemente sin decir ni una palabra
Ron lidero entre los tres devuelta al castillo –Alguien deshará el hechizo Hermione, no te
preocupes –La trataba de animar y Hermione solo contesto asintiendo con la cabeza.
Llegaron a una sala donde estaban todos los Weasleys, la señora Weasley reposaba mientras Percy
la abrazaba, Ginny sentada sobre el marco de la ventana con Fleur, Bill alado parado, el señor
Weasley descansaba sus brazos sobre sus rodillas sentado en el suelo junto a George, quien
dormía a lo largo sobre una manta en el piso de piedra, era como si su padre hiciera aún la guardia
del día.
El abrir de la puerta los hizo a todos levantar la cabeza, Ginny saltó corriendo mientras sus manos
llegaban a las mejillas de Harry. Se miraron un momento antes de que Harry hablara.
- Estoy bien –Le decía Harry.
- Si lo sé –Respondía ella mientras apoyaba su frente en su pecho, Harry la envolvió en un cálido
abrazo mientras veía a la señora Weasley sonreír a punto de llorar, su cara demacrada como si no
hubiese hecho nada más que llorar en días.
Ron miró a George dormido y se retorció en el suelo de pronto para que esta vez su padre lo
consolara, fue un llanto silencioso, Bill llegó a la altura de ambos y sobajeo la espalda de su
hermano menor; Hermione en cambio miraba la escena nerviosa de sus movimientos, pero
finalmente se dirigió hacia Fleur, y ambas chicas se miraron, como si se saludaran con la mirada y
se quedaron juntas mirando a Ron y al suelo un par de veces.
La señora Weasley se acercó a Harry dándole un tierno cariño en su enredado cabello –Estamos
tan felices de que estés bien Harry –Harry no podía responder aunque quisiera a estas palabras.
Ginny se sujetó fuertemente del brazo de Harry y se dirigieron al exterior los 3 con Percy,
mientras los demás se quedaron un momento más en la sala.
La señora Weasley y Percy tomaron otro camino, quizás para ayudar a algún profesor pensó Harry,
Percy estaría entusiasmado de poder ayudar más. En cambio Harry y Ginny se sentaron un
momento en las afueras observando la nada escuchando a lo lejos pisadas de Grawp.
- ¿Qué aran ahora en Hogwarts? –Preguntó Ginny –Digo, después de reordenar todo el sistema.
- No lo sé –Contestó honestamente Harry –Supongo que tendremos unas largas vacaciones antes
de volver –Harry no lo dijo felizmente, pero le dio una sonrisa animándola a conversar.
- ¿Harry?
- Dime…
- ¿No hay ningún otro mal mágico por el cual debas sacrificarte haciendo que corramos peligro de
muerte otra vez verdad? –Preguntó Ginny quien se veía muy seria ante tal sarcástica pregunta.
- Nop, creo que no hay más –Respondió sonriendo Harry.
- ¿No hay nada más por lo cual quieras protegerme teniéndome lejos verdad?
Harry la miró y vio un poco de angustia en sus ojos, quería decirle muchas cosas, no sabía si era o
no el momento –No, no hay nada por lo cual quiera tenerte lejos.
- Bien entonces –Se puso frente a Harry, y esperó que él reaccionara.
Harry solo se detuvo un momento para mirar sus rostro, estaba seria, y entonces se acercó
lentamente, pensando que quizás ella no necesitaba todas las explicaciones que el trataba en su
cabeza de poner en palabras para expresarlas, ella era una chica madura que probablemente
entendía ya todo, eso le gustaba a Harry de ella, sin mencionar todo lo demás.
Ginny cerró sus ojos y Harry también los suyos, primero se encontraron sus narices lo que los
orientó el resto del camino. La besó fuertemente mientras a la altura de sus muslos sus dedos
jugaban, Ginny alzó sus brazos para impregnarse en el cabello de Harry. Fueron al menos otros 3
pequeños besos antes de separarse.
- Creo que necesitas lavar tu cabello –Rio fuertemente, Harry la miró y esta se detuvo rápidamente
y su expresión cambió avergonzada, sin quitar sus brazos alrededor de Harry miró hacia un lado
ocultando una lagrima que caía.
- No está mal que rías Ginny –Dijo Harry inclinando la cabeza para no perder sus ojos –Ya todo
terminó. Y no debemos llorar por siempre la pérdida de Fred, o de Lupin o de Tonks, o de nuestros
amigos –Harry se sorprendió de sus palabras, pues él mismo no pensaba eso, sentía que sufriría
sus muertes, tanto como la de Sirius, para siempre.
- No lo aré, lo prometo –Dijo limpiando su rostro –Pero si lloraré a mi hermano unos días más ¿de
acuerdo?
- De acuerdo –Sentenció Harry. Estaba más que bien lo que prometía. La volvió a abrazar muy
fuerte y vio que Ginny dejó que cayera la siguiente lágrima sobre el pecho de Harry.
Más tarde Harry se encontró solo recorriendo el castillo, o lo que quedaba de él, llegó hasta casi el
final, donde antes se encontraba el firme puente que Neville y Seamus destruyeron, ahora sólo se
veía el principio y a unos 5 metros se aflojaban unas tablas que miraban balanceantes el abismo. A
unos 3 metros del pobre fin del puente el pelirrojo amigo miraba el horizonte.
Harry se acercó pateando una enorme piedra del camino que solo se movió medio metro, el lugar
estaba desolado y tan silencioso que se escuchaban ruidos de dentro del castillo, donde imaginaba
había bastante movimiento, llegó hasta su amigo y lo imitó apoyando sus codos sobre la madera
aun resistente del puente y miró el horizonte también.
- Creo que nos iremos en un momento –Dijo esperando que no lo ignorara. Se demoró un
momento, unos segundos en el que Harry pensó que lo incomodaba con su presencia, pero al fin
contestó.
- Es… extraño –Dijo Ron sin quitarle la vista a los lejanos arboles –Es como si empezara una nueva
parte de nuestras vidas ¿No?
- Si, algo así
- Una vida mejor.
- Eso espero –Harry contestó – ¿Estas bien compañero? –Dijo mirándolo.
- No te preocupes –Ron dijo sonriendo –Algo de esto me hace permanecer positivo, supongo que
no hay nada peor que nos pueda pasar ahora ¿no es así?, realmente será una mejor vida.
- Pues yo a veces siento que la mía no podría ser mejor –Dijo volviendo la vista al horizonte.
Ron soltó una pequeña risa – ¿Crees que esto es lo mejor de la vida?
- Digo… creo que ahora estoy feliz, de tenerlos a ustedes vivos, de que Tom Riddle finalmente se
haya ido, que con esto vengara la muerte de mis padres de alguna forma, la de todos, que Ginny…–
Tosió fuertemente interrumpiéndose tratando de camuflar su última palabra, y miró a Ron de
reojo.
- Descuida –Le quitó también la vista a Harry y dijo riendo otra vez –Ya te dije que lo único que
quería era que no sufriera. Pues bien… ahora si puedo confiar en que estarán bien ¿no?
- ¿Qué tal con Hermione?
- Es raro, creo que siempre disfrute pelear con ella –Ambos soltaron pequeñas risas –Pero ahora,
creo que entendí que me enamoraba de la sonrisa que tenía cuando la pelea terminaba.
- O simplemente te gustaba llevarle la contraria.
- Bueno, bueno, no puedes decir que no es divertido.
- Lo que tú digas –Dijo Harry sonriendo
- Mira eso –Dijo Ron apuntando una de las torres. Unas 7 lechuzas llegaban al mismo tiempo
turnándose para entrar.
A Harry lo golpeo el recuerdo de Hedwig, cuando llegaba ansioso por el agradecimiento de su
buen trabajo, o cuando lo mordía. Súbitamente el grito de Hermione lo hizo detenerse de mirar su
mano – ¡Harry, Ron! –Gritaba la chica mirando sus pies al caminar entre escombros.
- Hermione –Le contestaba Harry girando hacia ella.
- Aquí estaban, tu madre me pidió que los viniera a buscar, comeremos algo antes de irnos.
- ¿Tan pronto? –Preguntaba Ron, mirando el alrededor, como pensando que podían hacer algo
más quedándose en el castillo.
- Hay que hacer muchos preparativos Ron, al llegar a tu casa… –Hermione se detuvo un momento
frunciendo el ceño como si estuviera esperando el pinchazo de una aguja.
- Si, si, es cierto –Decía Ron evitando la incomodidad –Vamos entonces.
Ron avanzo y Hermione miro a Harry antes de moverse, él se limitó a encoger los hombros y seguir
a su amigo, y los tres se adentraron al castillo.
Después de que los elfos les dieran una gran cena a los Weasleys y a Harry (habiéndoles pedido
solo unos cuantos sándwiches), prepararon sus pocas cosas para salir de una vez del castillo.
- ¿Los elfos se quedaran aquí también en Hogwarts? –Preguntaba Hermione.
- Yo creo que ahora más que nunca los necesitaran para dejar todo como nuevo, no creo que le
dejen todo el trabajo al pobre Filch –Le decía Bill limpiando su boca con una servilleta.
- Eso me recuerda –Decía Harry.
- ¿Qué pasa? –Preguntaba Ron parándose junto con el resto.
- Debo hacer algo antes de irme –Todos salieron de la sala, y Ron y Hermione esperaron a Harry–
Kreacher te necesito –Le dijo al viento casi gritando. En tan solo 3 segundos apareció sobre la
mesa donde habían comido, se le veía feliz al ser llamado.
- Diga señor Potter –Dijo Kreacher haciendo una especie de reverencia.
- Kreacher, me iré un tiempo a la casa de los Weasleys, y quería preguntarte algo –Dijo Harry
yendo directo al punto.
- ¿Preguntarme algo señor?
- Si, quería saber, si querías ser un elfo libre, así como Dobby –Finalizo Harry mirando su reacción.
Hermione soltó un pequeño grito de emoción mientras tapaba su boca con sus manos.
- ¿Libre Señor? –Dijo el elfo extrañado. Harry sabía que a los elfos normales no les gustaba mucho
esto, menos si tenían amos buenos que los cuidaran, pero si Kreacher era como Dobby merecía la
pena intentarlo –Kreacher está feliz de cumplir sus órdenes señor, ¿qué seria del viejo Kreacher sin
un amo a estas alturas?
- Bueno, puede que tengas razón, pero quiero que sepas que puedes pedirme lo que sea que
quieras Kreacher –Dijo bajando a la altura de los ojos del elfo como si fuera un niño pequeño.
-¿Lo que sea Señor?
- Claro –Dijo Harry esperando lo siguiente.
- Bueno señor, yo le pediría que dejara a Kreacher quedarse aquí, con el resto de los elfos en el
castillo mientras el señor no lo necesite –Dijo mirando la mesa debajo de sus pies y luego a Harry.
- ¡Pues claro! –Dijo aliviado Harry –Puedes quedarte aquí.
- ¿Y puede Kreacher ir y volver a la mansión Black?, sus posesiones aún están allá, también la
señora.
- No veo porque no, mientras no consigas cosas robadas no veo el problema.
- Gracias Señor –Dijo dando otra reverencia –Kreacher volverá ahora con los otros elfos.
- Gracias a ti Kreacher, nos vemos pronto.
- Saluda de nuestra parte a Winky –Le gritó Hermione antes de que desapareciera –Eso fue muy
noble Harry.
- Si pues, creo que no me sentía bien teniendo un elfo a mi merced, pero bueno, creo que él estará
bien aquí y yo no tendré que ordenarle jamás nada, a menos que sea de vida o muerte.
- Si pues esperemos que no lo necesites nunca –Dijo Ron golpeando su espalda.
- Vamos chicos –Dijo Hermione apurándolos a salir.
Cuando llegaron al final donde el resto de la familia los esperaba, Harry se acercó para buscar a
Ginny dentro de los carruajes cuando se dio cuenta que sus dos amigos se habían quedado atrás.
Todos parecían un tanto perturbados y giró para ver a Ron y Hermione caminando lentamente y
recordó –No se preocupen –Les gritó confiadamente –Son bastante tranquilos y amables –Harry se
devolvió unos pasos y acarició el lomo de uno de los Thestrals, el cual devolvió su cuello
acercándose más a Harry.
- Demonios –exclamó Ron.
El sentimiento de Harry le sabía agridulce, por una parte el hecho de que todos ahora pudieran ver
a los Thestrals, y por otro lado lo que el dulce animal realmente representaba, el prejuicio de la
muerte.
Harry subió con sus dos amigos al carruaje que los llevó al expreso de Hogwarts. Los 3 chicos con
Ginny se fueron en un vagón solos durmiendo el resto del camino hasta que llegaron nuevamente
a King's Cross.
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Harry coloco la varita rota sobre el escritorio del director, y la toco muy poco con la punta de la
varita más antigua, y dijo – Reparo.
Y su varita de arreglo, chispas rojas salieron de la punta. Harry sabía que había tenido éxito. Tomó
la varita de acebo y pluma de fénix sintiendo un calor en sus dedos, como si la varita y su mano se
regocijaran con el reencuentro.
- Voy a poner la varita más antigua – le dijo a Dumbledore, quien miraba con gran afecto y
admiración - de regreso de donde vino, puede quedarse ahí, si muero de muerte natural como
Ignotus, su poder se perderá ¿cierto?; el antiguo dueño jamás habría sido vencido y sería el fin de
ella
Dumbledore asintió sonriendo a Harry.
- ¿Estás seguro? – Dijo Ron en cuya voz había un dejo de anhelo mientras veía a la varita más
antigua.
- Creo que Harry tiene razón – dijo Hermione lentamente
- La varita da más problemas de lo que en realidad vale – dijo Harry – Y a decir verdad – dijo
mientras daba la espalda a los retratos, pensando solamente en su cama que le esperaba en la
torre de Gryfindor y preguntándose si Kreacher le llevaría un sándwich ahí, - He tenido
demasiados problemas para toda la vida.
Hermione puso su brazo alrededor de Harry, y sin soltar la mano de Ron, salieron de la oficina del
director.
Se dirigieron a la torre de Gryfindor, donde la señora Gorda lloraba a mares.
- ¡Oh muchacho! El castillo… todo destrozado, ¡menos mal ya todo a terminado!
- Harry necesita descansar –Dijo Hermione – ¿Nos abres?
- Oh por supuesto, debe haber sido espantoso, ¡el peor día del mundo mágico!, y aún así aquí
estas.
- ¿Nos abrirías de una vez? –Dijo Ron.
- ¡Oh si, si!, ni en estos momentos se dan el tiempo de hablar –Dijo con desprecio.
El gran cuadro se abrió silenciando de a poco la voz de la Señora Gorda. Harry subió directamente
a su habitación, donde todo estaba aún intacto, a excepción del polvo sobre las camas y muebles
que se debió haber desprendido del techo y alrededores con los temblores del castillo.
Harry despolvoreo el cubre cama para tenderse sobre él, pensó en todo lo que atormentaba su
mente y los recuerdos que lo mantendrían despierto quizás toda su vida. Pero no ese momento, el
cansancio le ganó al ahora héroe, en un sueño placentero que le hizo recordar las vidas que tuvo
el orgullo de conocer, no fue una pesadilla, pero fue el mismo sentimiento que tuvo cuando vio a
Sirius, sus padres y a Lupin con la piedra de la resurrección.
Una vez despierto, Harry vio por la sucia ventana junto a su cama el sol del mediodía, habría
dormido unas 4 horas. Se acercó a ésta tomando sus lentes del mueble donde las dejó, y pudo ver
el verde pasto que volvió a crecer, donde después de la gran guerra quizás se rasgó, como "por
arte de magia". Aunque el castillo aún estaba en las mismas destrozadas condiciones, nada había
sido arreglado aún, y pudo ver a lo lejos a Grawp ayudando a Hagrid levantar grandes trozos de
madera nueva hacia donde yacían los restos de su hogar. Divisó en el cielo lechuzas por todos
lados, algunas volaban de felicidad otras, la mayoría, volaban lejos donde no podía verlas por
culpa del sol. Pensó en todas las familias tratando de saber de sus seres queridos.
Bajó las escaleras hasta la sala común donde vio la espalda del gran sillón, y dos cabezas sobre él.
La cabeza de Ron descansaba sobre la de Hermione y la de esta sobre el hombro del chico. Ron
dormía y roncaba, mientras que ella leía un libro que descansaba en las piernas de él.
- ¿Pudiste dormir? –Preguntó Harry asomándose por un lado.
- Harry –Hermione se asustó, pero intento no seguir moviéndose para no despertar a Ron –Si algo
pude dormir, pero no mucho.
Harry se sentó en el sillón continuo y sonrió –No me digas que estudias para los Éxtasis –Ambos
rieron como si no lo hubieran hecho en gran tiempo.
- Creo que ni yo estaría haciendo algo como eso en estos momento –Dijo terminando de reír –es
solo un libro que encontré cuando te fuiste a dormir, lo deje aquí junto a mí al quedarme dormida
–Abrazó el libro como si fuese algo irrecuperable –Debe ser de algún Gryfindor, es solo un libro de
ficción.
Harry vio las arqueadas cejas de su amiga que sentían pena otra vez – ¿A quién crees que
pertenezca? , ¿Crees que quizás…
- No te hagas eso Harry –Lo interrumpió Ron, quien había hablado con los ojos aun cerrados, no se
percataron cuando dejó de roncar.
Hermione se levantaba lentamente mientras Ron le sacaba el libro de sus manos y lo hojeaba –Es
de una chica que estaba con nosotros en adivinación Harry. La vi abajo con el profesor Flitwick
antes de salir del Gran salón.
-Oh –Exclamó Harry avergonzado por su negativo pensamiento –Creo que deberíamos volver
ahora.
- No te preocupes compañero, saben que estamos aquí, Seamus vino antes y le dijimos que
necesitabas estar solo –Dijo Ron levantándose del sillón –El debió decirle a los demás, digo,
porque nadie subió en todo este rato. Pero aun así creo que debemos ir.
- Aun necesitaran ayuda, quizás para ordenar todo el desastre –Dijo Hermione parándose también.
- Claro, no podemos dejárselo todo a los elfos –Dijo Ron mientras codeaba el brazo de Hermione.
- Muy tierno Ronald, muy tierno, pero no exageres –Le dijo conteniendo una risa, pero no una
mueca.
El trio bajo por las mismas escaleras de mármol viendo todos los retratos que volvían a su lugar en
los pasillos, muchos los saludaban y otros hasta aplaudían al ver a Harry – ¡Que horrible guerra,
quedaste destrozado chico! –Le hablaba uno de los retratos a Ron.
- Cállate quieres, es solo suciedad.
Hermione y Harry se contenían de reírse mientras la chica tomaba nuevamente la mano de Ron
como consolando el comentario.
Al llegar a la Gran entrada del Castillo se toparon primero con la profesora McGonagall, la cual era
quien retenía la atención de todos en el lugar, muchos se acercaban le preguntaban cosas, ella les
respondía, lo que los hacia irse corriendo como obedeciendo a su orden.
- Potter –Dijo McGonagall al verlo –Señorita Granger Señor Weasley, ¿Descansaron los tres?
- Si gracias, ¿Hay algo profesora en lo que podamos ayudar? –Dijo Harry mirando un tanto
impresionado. El jardín, que hasta hace unos momentos no había más que pedazos enormes de
piedras, manchas de sangre y hasta cuerpos sin vida, ahora estaba limpio y desierto como en un
primer día en Hogwarts.
- No, no se preocupen, el resto del profesorado y yo estamos tratando de reordenar lo que más
importe ahora, tratamos de que se reagrupen los que van a tomar primero el expreso Hogwarts, y
bueno, los cuerpos que también debemos llevar a sus familias. Creo que deben estar con los suyos
ahora señores, ya han hecho suficiente.
Más que pensar en Lupin o Tonks en este momento, Harry quiso por fin ver a Ginny, y estar con la
familia que más quería.
- Y señorita Granger, debemos hablar más tarde lo de sus padres.
- Si profesora –Hermione contestó obedientemente sin decir ni una palabra
Ron lidero entre los tres devuelta al castillo –Alguien deshará el hechizo Hermione, no te
preocupes –La trataba de animar y Hermione solo contesto asintiendo con la cabeza.
Llegaron a una sala donde estaban todos los Weasleys, la señora Weasley reposaba mientras Percy
la abrazaba, Ginny sentada sobre el marco de la ventana con Fleur, Bill alado parado, el señor
Weasley descansaba sus brazos sobre sus rodillas sentado en el suelo junto a George, quien
dormía a lo largo sobre una manta en el piso de piedra, era como si su padre hiciera aún la guardia
del día.
El abrir de la puerta los hizo a todos levantar la cabeza, Ginny saltó corriendo mientras sus manos
llegaban a las mejillas de Harry. Se miraron un momento antes de que Harry hablara.
- Estoy bien –Le decía Harry.
- Si lo sé –Respondía ella mientras apoyaba su frente en su pecho, Harry la envolvió en un cálido
abrazo mientras veía a la señora Weasley sonreír a punto de llorar, su cara demacrada como si no
hubiese hecho nada más que llorar en días.
Ron miró a George dormido y se retorció en el suelo de pronto para que esta vez su padre lo
consolara, fue un llanto silencioso, Bill llegó a la altura de ambos y sobajeo la espalda de su
hermano menor; Hermione en cambio miraba la escena nerviosa de sus movimientos, pero
finalmente se dirigió hacia Fleur, y ambas chicas se miraron, como si se saludaran con la mirada y
se quedaron juntas mirando a Ron y al suelo un par de veces.
La señora Weasley se acercó a Harry dándole un tierno cariño en su enredado cabello –Estamos
tan felices de que estés bien Harry –Harry no podía responder aunque quisiera a estas palabras.
Ginny se sujetó fuertemente del brazo de Harry y se dirigieron al exterior los 3 con Percy,
mientras los demás se quedaron un momento más en la sala.
La señora Weasley y Percy tomaron otro camino, quizás para ayudar a algún profesor pensó Harry,
Percy estaría entusiasmado de poder ayudar más. En cambio Harry y Ginny se sentaron un
momento en las afueras observando la nada escuchando a lo lejos pisadas de Grawp.
- ¿Qué aran ahora en Hogwarts? –Preguntó Ginny –Digo, después de reordenar todo el sistema.
- No lo sé –Contestó honestamente Harry –Supongo que tendremos unas largas vacaciones antes
de volver –Harry no lo dijo felizmente, pero le dio una sonrisa animándola a conversar.
- ¿Harry?
- Dime…
- ¿No hay ningún otro mal mágico por el cual debas sacrificarte haciendo que corramos peligro de
muerte otra vez verdad? –Preguntó Ginny quien se veía muy seria ante tal sarcástica pregunta.
- Nop, creo que no hay más –Respondió sonriendo Harry.
- ¿No hay nada más por lo cual quieras protegerme teniéndome lejos verdad?
Harry la miró y vio un poco de angustia en sus ojos, quería decirle muchas cosas, no sabía si era o
no el momento –No, no hay nada por lo cual quiera tenerte lejos.
- Bien entonces –Se puso frente a Harry, y esperó que él reaccionara.
Harry solo se detuvo un momento para mirar sus rostro, estaba seria, y entonces se acercó
lentamente, pensando que quizás ella no necesitaba todas las explicaciones que el trataba en su
cabeza de poner en palabras para expresarlas, ella era una chica madura que probablemente
entendía ya todo, eso le gustaba a Harry de ella, sin mencionar todo lo demás.
Ginny cerró sus ojos y Harry también los suyos, primero se encontraron sus narices lo que los
orientó el resto del camino. La besó fuertemente mientras a la altura de sus muslos sus dedos
jugaban, Ginny alzó sus brazos para impregnarse en el cabello de Harry. Fueron al menos otros 3
pequeños besos antes de separarse.
- Creo que necesitas lavar tu cabello –Rio fuertemente, Harry la miró y esta se detuvo rápidamente
y su expresión cambió avergonzada, sin quitar sus brazos alrededor de Harry miró hacia un lado
ocultando una lagrima que caía.
- No está mal que rías Ginny –Dijo Harry inclinando la cabeza para no perder sus ojos –Ya todo
terminó. Y no debemos llorar por siempre la pérdida de Fred, o de Lupin o de Tonks, o de nuestros
amigos –Harry se sorprendió de sus palabras, pues él mismo no pensaba eso, sentía que sufriría
sus muertes, tanto como la de Sirius, para siempre.
- No lo aré, lo prometo –Dijo limpiando su rostro –Pero si lloraré a mi hermano unos días más ¿de
acuerdo?
- De acuerdo –Sentenció Harry. Estaba más que bien lo que prometía. La volvió a abrazar muy
fuerte y vio que Ginny dejó que cayera la siguiente lágrima sobre el pecho de Harry.
Más tarde Harry se encontró solo recorriendo el castillo, o lo que quedaba de él, llegó hasta casi el
final, donde antes se encontraba el firme puente que Neville y Seamus destruyeron, ahora sólo se
veía el principio y a unos 5 metros se aflojaban unas tablas que miraban balanceantes el abismo. A
unos 3 metros del pobre fin del puente el pelirrojo amigo miraba el horizonte.
Harry se acercó pateando una enorme piedra del camino que solo se movió medio metro, el lugar
estaba desolado y tan silencioso que se escuchaban ruidos de dentro del castillo, donde imaginaba
había bastante movimiento, llegó hasta su amigo y lo imitó apoyando sus codos sobre la madera
aun resistente del puente y miró el horizonte también.
- Creo que nos iremos en un momento –Dijo esperando que no lo ignorara. Se demoró un
momento, unos segundos en el que Harry pensó que lo incomodaba con su presencia, pero al fin
contestó.
- Es… extraño –Dijo Ron sin quitarle la vista a los lejanos arboles –Es como si empezara una nueva
parte de nuestras vidas ¿No?
- Si, algo así
- Una vida mejor.
- Eso espero –Harry contestó – ¿Estas bien compañero? –Dijo mirándolo.
- No te preocupes –Ron dijo sonriendo –Algo de esto me hace permanecer positivo, supongo que
no hay nada peor que nos pueda pasar ahora ¿no es así?, realmente será una mejor vida.
- Pues yo a veces siento que la mía no podría ser mejor –Dijo volviendo la vista al horizonte.
Ron soltó una pequeña risa – ¿Crees que esto es lo mejor de la vida?
- Digo… creo que ahora estoy feliz, de tenerlos a ustedes vivos, de que Tom Riddle finalmente se
haya ido, que con esto vengara la muerte de mis padres de alguna forma, la de todos, que Ginny…–
Tosió fuertemente interrumpiéndose tratando de camuflar su última palabra, y miró a Ron de
reojo.
- Descuida –Le quitó también la vista a Harry y dijo riendo otra vez –Ya te dije que lo único que
quería era que no sufriera. Pues bien… ahora si puedo confiar en que estarán bien ¿no?
- ¿Qué tal con Hermione?
- Es raro, creo que siempre disfrute pelear con ella –Ambos soltaron pequeñas risas –Pero ahora,
creo que entendí que me enamoraba de la sonrisa que tenía cuando la pelea terminaba.
- O simplemente te gustaba llevarle la contraria.
- Bueno, bueno, no puedes decir que no es divertido.
- Lo que tú digas –Dijo Harry sonriendo
- Mira eso –Dijo Ron apuntando una de las torres. Unas 7 lechuzas llegaban al mismo tiempo
turnándose para entrar.
A Harry lo golpeo el recuerdo de Hedwig, cuando llegaba ansioso por el agradecimiento de su
buen trabajo, o cuando lo mordía. Súbitamente el grito de Hermione lo hizo detenerse de mirar su
mano – ¡Harry, Ron! –Gritaba la chica mirando sus pies al caminar entre escombros.
- Hermione –Le contestaba Harry girando hacia ella.
- Aquí estaban, tu madre me pidió que los viniera a buscar, comeremos algo antes de irnos.
- ¿Tan pronto? –Preguntaba Ron, mirando el alrededor, como pensando que podían hacer algo
más quedándose en el castillo.
- Hay que hacer muchos preparativos Ron, al llegar a tu casa… –Hermione se detuvo un momento
frunciendo el ceño como si estuviera esperando el pinchazo de una aguja.
- Si, si, es cierto –Decía Ron evitando la incomodidad –Vamos entonces.
Ron avanzo y Hermione miro a Harry antes de moverse, él se limitó a encoger los hombros y seguir
a su amigo, y los tres se adentraron al castillo.
Después de que los elfos les dieran una gran cena a los Weasleys y a Harry (habiéndoles pedido
solo unos cuantos sándwiches), prepararon sus pocas cosas para salir de una vez del castillo.
- ¿Los elfos se quedaran aquí también en Hogwarts? –Preguntaba Hermione.
- Yo creo que ahora más que nunca los necesitaran para dejar todo como nuevo, no creo que le
dejen todo el trabajo al pobre Filch –Le decía Bill limpiando su boca con una servilleta.
- Eso me recuerda –Decía Harry.
- ¿Qué pasa? –Preguntaba Ron parándose junto con el resto.
- Debo hacer algo antes de irme –Todos salieron de la sala, y Ron y Hermione esperaron a Harry–
Kreacher te necesito –Le dijo al viento casi gritando. En tan solo 3 segundos apareció sobre la
mesa donde habían comido, se le veía feliz al ser llamado.
- Diga señor Potter –Dijo Kreacher haciendo una especie de reverencia.
- Kreacher, me iré un tiempo a la casa de los Weasleys, y quería preguntarte algo –Dijo Harry
yendo directo al punto.
- ¿Preguntarme algo señor?
- Si, quería saber, si querías ser un elfo libre, así como Dobby –Finalizo Harry mirando su reacción.
Hermione soltó un pequeño grito de emoción mientras tapaba su boca con sus manos.
- ¿Libre Señor? –Dijo el elfo extrañado. Harry sabía que a los elfos normales no les gustaba mucho
esto, menos si tenían amos buenos que los cuidaran, pero si Kreacher era como Dobby merecía la
pena intentarlo –Kreacher está feliz de cumplir sus órdenes señor, ¿qué seria del viejo Kreacher sin
un amo a estas alturas?
- Bueno, puede que tengas razón, pero quiero que sepas que puedes pedirme lo que sea que
quieras Kreacher –Dijo bajando a la altura de los ojos del elfo como si fuera un niño pequeño.
-¿Lo que sea Señor?
- Claro –Dijo Harry esperando lo siguiente.
- Bueno señor, yo le pediría que dejara a Kreacher quedarse aquí, con el resto de los elfos en el
castillo mientras el señor no lo necesite –Dijo mirando la mesa debajo de sus pies y luego a Harry.
- ¡Pues claro! –Dijo aliviado Harry –Puedes quedarte aquí.
- ¿Y puede Kreacher ir y volver a la mansión Black?, sus posesiones aún están allá, también la
señora.
- No veo porque no, mientras no consigas cosas robadas no veo el problema.
- Gracias Señor –Dijo dando otra reverencia –Kreacher volverá ahora con los otros elfos.
- Gracias a ti Kreacher, nos vemos pronto.
- Saluda de nuestra parte a Winky –Le gritó Hermione antes de que desapareciera –Eso fue muy
noble Harry.
- Si pues, creo que no me sentía bien teniendo un elfo a mi merced, pero bueno, creo que él estará
bien aquí y yo no tendré que ordenarle jamás nada, a menos que sea de vida o muerte.
- Si pues esperemos que no lo necesites nunca –Dijo Ron golpeando su espalda.
- Vamos chicos –Dijo Hermione apurándolos a salir.
Cuando llegaron al final donde el resto de la familia los esperaba, Harry se acercó para buscar a
Ginny dentro de los carruajes cuando se dio cuenta que sus dos amigos se habían quedado atrás.
Todos parecían un tanto perturbados y giró para ver a Ron y Hermione caminando lentamente y
recordó –No se preocupen –Les gritó confiadamente –Son bastante tranquilos y amables –Harry se
devolvió unos pasos y acarició el lomo de uno de los Thestrals, el cual devolvió su cuello
acercándose más a Harry.
- Demonios –exclamó Ron.
El sentimiento de Harry le sabía agridulce, por una parte el hecho de que todos ahora pudieran ver
a los Thestrals, y por otro lado lo que el dulce animal realmente representaba, el prejuicio de la
muerte.
Harry subió con sus dos amigos al carruaje que los llevó al expreso de Hogwarts. Los 3 chicos con
Ginny se fueron en un vagón solos durmiendo el resto del camino hasta que llegaron nuevamente
a King's Cross.
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VioletaWild- Novato
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