A centímetros de la desolación (3/3) [TP] 6/7/14

—Al final parece que… te importa.
La espada atravesó la espalda de Sakura quedando arrodillada ante Naruto. Su mirada se quedó perdida en los ojos del mismo.
—Sa-sakura, t-tú… ¿Por qué?
Sasuke sacó su espada de Sakura y ésta cayó sobre Naruto.
La mente de Sakura estaba en blanco. No sabía qué hacer, no sabía porque lo hizo, tan solo sabía que protegió lo que quería, lo que amaba.
—Porque… te amo.
Dicho esto Naruto la levantó como pudo y toda su atención fue dirigida hacia ella, hasta Sasuke había desaparecido de su atención.
—S-sakura, por favor, no mueras, ¡NO TE MUERAS!
—Naruto… Siento ser así, no sé si es lo mejor decírtelo a estas alturas, no es justo que te lo diga ahora.
Naruto la miró confundido.
—Yo… —Sakura empalidecía— No quise ser sincera conmigo, tenía sentimientos hacia ti, pero siempre los reprimía, tal vez por miedo o por egoísmo, pero desde que creciste y demostraste la personalidad que conformaste a lo largo de estos años, siempre siendo firme a tus promesas, a tus amigos, vi en ti al hombre ideal, pero solo ahora me atrevo a querer sentir lo que digo, a reafirmar los sentimientos que tanto tiempo escondí.
Naruto la abrazó con fuerza.
— ¡NO TE VAYAS, NO ME DEJES! Por favor, ¡VIVE, NO MUERAS!
—N-no, gastes energías, yo más que nadie sé que no hay nada que hacer, la hemorragia no se detendrá, ya perdí mucha sangre, mi muerte es…
— Sakura… No me dejes… Ahora…
Sakura se limitó a sonreír. Naruto le correspondió la sonrisa que también evidenciaba tristeza y desolación.
—Lo que me importa es que pude dar la vida por la persona a la que amo. No desperdicies esta oportunidad, vive por mí…

Ambos se miraron y se perdieron en los ojos del otro. Naruto acercó el rostro de Sakura al suyo, juntando sus labios. No quería que este beso fuese el último, pero el destino pensaba otra cosa. Cuando separó sus labios, Sakura estaba quieta, sus ojos ya no tenían el brillo que albergaban la vida. Su cuerpo estaba frío. Ella estaba muerta.

Naruto no podía pensar, quería que su vida acabase en ese momento, sabía que no la podía traer a la vida. Su vida sin ella no tendría sentido.
— ¿A qué esperas? ¡Mátame! Ya te divertiste lo suficiente, ahora hazme un favor y acaba con este dolor que me carcome.
Sasuke no respondía.
— ¿¡QUE HACES POR QUE NO ME MATAS!? Gritó sumido en el dolor, en la tristeza y la peor desolación. Sus ojos no se apartaban de Sakura, a la que veía, sintiendo la melancolía, viéndola cada vez más borrosa,  ya que sus ojos derramaban lágrimas por todos lados. —Por favor… mátame…
El silencio era absoluto.
Naruto apartó desconsoladamente su mirada de Sakura y buscó a Sasuke, pero no lo encontraba.
— ¿Te diviertes haciendo esto maldito huérfano? —Capaz que si lo provocaba, su vida terminaría sin rodeos.
Lo siguió buscando con su mirada, pues sus brazos abrazaban el cuerpo de Sakura.
La corriente eléctrica estaba cortada, tan solo la luna llena iluminaba la aldea y lo que para él era más importante, iluminaba a Sakura.
Se escucharon unos ruidos, como si se moviesen unos escombros. Naruto prontamente dirigió su mirada hacia ahí, y pudo distinguir a Sasuke, que se ocultaba en la penumbra, no se podía distinguir bien, pero era Sasuke, de eso estaba seguro.
—Sasuke… ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste?
Los ojos de Sasuke se dirigieron a Naruto. Sus ojos eran normales, pero algo brillosos, acaso… ¿Estaba llorando?
—Hacía tiempo… Que no tenía estas emociones. —Dijo Sasuke mientras se acercaba a Naruto y el difunto cuerpo de Sakura, sin ocultar las lágrimas que salían de sus ojos.
Naruto estaba al borde de la locura, ¿Qué significaba todo esto?
—Tranquilo, no es…
— ¿¡TRANQUILO!? —Gritó Naruto completamente iracundo. —Mira… lo que has… hecho… —Decía entre lágrimas.
Sasuke apartó la mirada de sus antiguos compañeros de equipo y la dirigió a la luna.
—Antes de hacer cualquier cosa, necesito que me escuches.
—…
—Hasta ahora ella vivía engañada, y yo sé lo que es vivir en la mentira, no es nada agradable, y menos cuando te enteras de la verdad de la peor forma imaginable.
— ¿Estás diciendo que la mataste solo para que…
—Déjame terminar.
—…
—Lo peor es vivir engañado por uno mismo, por eso necesité llevar la situación a tal extremo, para que fuese sincera consigo misma, era lo mejor para ella.
—…
—No pretendo que me perdones, sería absurdo, pero tengo que decirte todo ahora, no habrá un después —Dijo mientras sonreía y lloraba.
Naruto no sabía siquiera si podía responder, todavía no podía creer lo que pasó. Se aferró a Sakura con más fuerza, en un intento de ahogar su tristeza.
—Sigo conservando la maldad en mi interior, no puedo evitarlo, le di demasiado tiempo a esos oscuros sentimientos dentro de mí y ahora no me puedo deshacer de ellos, por eso esto es lo mejor que puedo hacer.
Su mirada se dirigió a Naruto.
—Escúchame con atención, no te lo podré repetir. Yo jamás podría tener una vida feliz, y allí a donde fuese, el dolor y el sufrimiento de mi maldad me acompañarían y la gente a mi alrededor acabaría mal. En cambio tú puedes vivir felizmente junto a ella, tan solo tenía que aceptarte y acabarían juntos, además la gente te admira, le caes bien a los niños y a los grandes, eres un ejemplo para todos.
Naruto no sabía qué hacer. ¿Le está tomando el pelo? ¿Cómo puede decir esas cosas después de matarla?
—Naruto… Mírame a los ojos.
Y así lo hizo, llenándose de terror y sorpresa.
— ¿E-eso… e-es… el…
—El Rinnegan, al fin y al cabo soy un Uchiha, las facultades para obtenerlo están en mi sangre.
— ¿Qué pretendes hacer?
—La única forma de acabar con mi maldad es la muerte, pero sería en vano si no fuese útil. Presta atención, voy a revivirla y podrás estar con ella, tan solo prométeme algo.
— ¿Qué? —Pregunto balbuceando.
—Tú mirarás por mí.
— ¿Qué quieres decir con eso?
—Son escasos los ejemplos de Uchiha que no tienen el odio en la sangre, mi hermano era uno. Sin embargo yo no soy como él, y antes que dejar una descendencia en la que existan posibilidades de crear más sufrimiento al mundo, prefiero morir antes de cometer alguna atrocidad.
Los secretos del clan Uchiha solo quedarán en un amigo, ¿Sabes de quien hablo?
— ¿Quieres que yo los guarde?
—No, tu vida también está limitada, sin embargo, el que vive en ti no tiene esos problemas.
— ¿Te refieres a Kurama?
—Exacto, mientras entrenábamos le expliqué todo lo que debía saber sin que te dieses cuenta. Cuando usaste su chakra fue el él que lo impidió, pero creíste que fui yo. Para que el plan fuese perfecto necesitaba ventaja, y pude convencer a Kurama de que me ayudase, cosa que me costó mucho, pero al final accedió cuando entendió que no había posibilidad alguna de que lo dominase alguien contra su voluntad tras mi muerte.
Tú has hecho mucho por mí, y en recompensa podrás estar con la mujer que amas, y lo que más me importa, tendrás estos ojos.

Naruto no sabía que responder, fue demasiada información de golpe.
—Es algo así como el sentimiento de Obito con Kakashi, nada más que es entre nosotros.
—Pe-pero…
—Tan solo acéptalos, no quiero que mi muerte sea en vano.
Hubo un silencio no muy largo, pero incómodo.
—Antes que nada quiero sacarme una duda, si Sakura no hubiese llegado a protegerme, ¿Qué hubieses  hecho?
—No importa lo que podría haber pasado, sino lo que pasó.
—Está bien… Sasuke… Gracias por todo…
Sasuke sonrió y se dirigió a Naruto quien dejo el cuerpo de Sakura delicadamente en el suelo. Se abrazaron, no era algo normal en ellos ese gesto, pero ya no se verían jamás, cosa que ambos entendieron, pero que más le costó admitir a Naruto.
—Ya basta…
Naruto lo soltó y lo miró, ambos sonreían, Naruto lloraba, no sabía bien por qué, no sabía que sentimientos elegir.
—Gracias… Sasuke.
—Ya es suficiente, ahora mismo la reviviré, tan solo dile que me haga el favor de hacerte feliz.
—Sí, se lo diré.
—Naruto… Gracias por no abandonarme, por ser mi amigo. Hasta siempre.
En esos momentos cuando Sasuke se disponía a revivir a Sakura, una lágrima se le escapó. Recordó todos los momentos que vivió junto a ellos, los buenos y los malos. — (Itachi, tan solo espero estar junto a ti).

Sasuke cayó desplomado en el frío suelo, ya estaba muerto, con una sonrisa y unas lágrimas en su rostro.
Naruto tenía en sus brazos a Sakura, quien empezó a respirar.
— ¿Dónde… estoy? —Preguntó Sakura entreabriendo sus ojos.
Sintió que unas lágrimas caían en ella, sintió el calor de un cuerpo abrazándola, sintió muchas cosas, no estaba segura de que le pasaba.
—Te amo.
— ¿Naruto?
No pudo decir nada más, él la besó dulcemente hasta tener que separase de sus labios para tratar de explicarle lo que pasó.
—Sakura… ¿Podrías cumplir una promesa?
— ¿Cuál?
—Hazme feliz.
Ahora ella tomó la iniciativa y lo besó por sorpresa.
—Te lo pidió él, ¿No es así?
— ¿Cómo lo sabes?
—Me lo contó todo mientras volvía a mi cuerpo.
—Que misteriosas que son la vida y la muerte.
—Lo que importa es que tenemos esta oportunidad de estar juntos.

Ambos sonrieron, sin embargo no todo era perfecto, su amigo estaba muerto y estaban en medio de una  casa destruida.
Naruto sonrió.
—Sakura que te parece si…
Sakura lo entendió, esa mirada pervertida no daba lugar a dudas. Enseguida le golpeó la cabeza.
— ¡Tonto! Ya tendremos tiempo para eso.
—Bueno…
Los dos se miraron y se besaron, sin embargo se separaron rápido.
—Es difícil, ¿no?
—Sí, creo que lo mejor será que arreglemos esto cuanto antes.

Naruto cargó con el cuerpo de Sasuke y se dirigió al edificio de la Hokage. Sakura lo acompañaba con tristeza.
Caminaban tranquilamente y la gente miraba la inesperable escena. Naruto llevando al difunto Sasuke y Sakura pegada a Naruto. Nadie quiso preguntar, tan solo dejaban que pasasen, algunos amigos los vieron, pero la única que comprendía la situación era Ino.
— ¿Hasta dónde llegaste? —Se preguntó a sí misma, no sabía si algún día obtendría la respuesta.
—Naruto…
— ¿Qué pasa Sakura?
—Te amo. —Dijo mientras se acurrucaba más en él
—Yo también Sakura, te amo.

Ambos se miraron y se sonrieron. Sabían que estarían juntos, sabían que el sueño de Naruto pronto se cumpliría, el sueño de ser Hokage. El fuerte anhelo de estar junto a Sakura, ya estaba cumplido, tan solo deseaba que cada día junto a ella fuese feliz. Ahora se tendría que ocupar de los últimos asuntos antes de volver junto a su amada, con quien compartiría día y noche, a quien nunca dejaría, porque ella es su razón de existir, la razón de que su corazón no dejase de latir.