Contraste [+13] Capítulo 1 [03/04/14]

En el ambiente del lugar se sentía un fuerte olor, una mezcla entre cigarrillos, alcohol y más. Las luces se encendían y apagaban y rodeaban el lugar, dejando ver, sólo por segundos alguna pareja que se comía sin piedad ni pudor alguno; era una fiesta de la que pocos se acordarían a la mañana siguiente, entre todo el alboroto que se puede imaginar en un lugar como éste, donde claramente no se va a “divertirse tranquilamente”, un par de chicos se agarraban a golpes en medio de un gentío de esos que sólo produce una pelea, nadie dice nada, sólo observan emocionados como si el golpearse de manera brutal fuese una especie de deporte o entretenimiento de algún tipo.
Uno de los chicos de los que hablo yacía en el suelo, notablemente cansado, él era rubio, bastante alto, delgado pero fuerte, de piel levemente bronceada, y unos ojos de un color azul profundo, en aquel momento los tenía cerrados, como si aguardase al momento perfecto para levantarse y atacar, en sus labios se dibujaba una sonrisa de lado llena de arrogancia, como dije, estaba bastante golpeado pero esa sonreía parecía desafiar, como si no le importara nada y así era. Se levantó de golpe, era verdaderamente rápido y cuando su contrincante intentó reaccionar era muy tarde, terminó tumbado en suelo, llevándose consigo a un par de curiosos que desearon no haber estado tan cerca de la riña, el chico rubio amplió su sonrisa, totalmente satisfecho, el otro, no pudo moverse solo, fue necesaria la ayuda de un par de sus amigos, quienes al verlo en dificultades decidieron dejar de observar y ayudar un poco, la pelea había finalizado, la gente comenzaba a dispersarse y en medio de la multitud, un chico de cabello negro  sujetado en una coleta se abría paso entre las personas con cara de fastidio y una evidente preocupación pintada en sus gestos, con su mirada parecía buscar algo, más bien alguien. Ahí estaba, su amigo Naruto Uzumaki, entonces su rostro preocupado se tornó molesto y su ceño se frunció, se acercó hasta el rubio que se limpiaba un poco la sangre de la camiseta.

-No te puedo dejar un rato solo porque ya la lías-bufó molesto-¿Por qué fue esta vez?-

-El tipo se quiso pasar de listo-

-¿Y eso qué significa?-

-Que para él es pecado que miren a su novia-sonrió divertido.

-Ahh. Entonces ha valido la pena tanto golpe ¿no?-era sarcasmo puro, de ese que le encantaba a Shikamaru,  como ya dije, uno de los mejores amigos de Naruto. Un chico alto y delgado, de ojos negros y apariencia perezosa, todo le producía cierto fastidio y básicamente se quejaba por cualquier cosa, pero nunca le fallaba al ojiazul.

-Los tipos como él me chupan un huevo-ambos comenzaron a salir del lugar con algo de prisa.

-¿Hay algo en este planeta que no te chupe un huevo?-Naruto rió.

-Vamos Shika, que no ha sido a ti a quien he golpeado… quita esa cara de amargura-

-Ya vámonos Rocky- Naruto sonrió. Siguió a su amigo hasta el auto, se sentó en el asiento de copiloto, ya habían partido desde hace algunos minutos y ninguno decía nada.

-¿Qué ha pasado? ¿Acaso estabas ocupado con una chica y arruiné tu diversión?-dijo el rubio despreocupado buscando hacer hablar a su amigo, quien parecía ignorarlo por completo-Anda Shika, di algo que me aburre esto-

-¿Sabes qué me aburre a mí?-Naruto se enfocaba en el paisaje citadino, sin dejar de escuchar las palabras del moreno-Tu actitud-

-¿Eh?-dijo desconcertado-Soy el mismo de siempre, al que has soportado y que amas con todo tu corazón-

-Te equivocas, sí, siempre has sido despreocupado, mujeriego, fiestero… pero, últimamente no hay límites, bebes como loco, has comenzado a fumar, pasas con una chica diferente cada noche, te das a golpes con el primer imbécil que te mire mal-Naruto estaba serio-Naruto… no tienes control-

-Suenas como…-

-¿Tus padres?-lo interrumpió. Naruto hizo una mueca, no le había gustado lo que acababa de escuchar.

-Por favor, sabes mejor que nadie que les importa una mierda-sonrió irónicamente, su amigo sólo suspiró.

-Eso no es verdad-los defendió.

-¿Dónde están ahora?-un silencio sofocante se apoderó del espacio.

-Sabes que es por el trabajo…-

-¿De qué lado estás?-frunció el ceño.

-No hagas drama ¿quieres?-ambos guardaron silencio-Sólo digo que esto no te hace bien-

-No más regaños por hoy. Estoy cansado-dijo sin ganas.

-¿Cómo no? Sólo mírate-dijo molesto.

-Hombre, Shika, ya basta-

-Como quieras-dijo fastidiado, sólo quería ayudar, estaba realmente preocupado. El auto se estacionó al frente de una casa muy grande y lujosa, Naruto la observó, no parecía tener prisa por salir, no tenía ganas de llegar a su casa-¿cuándo regresan?-

-Ni idea-

-Te han llamado ¿no?-

-Muy ocupados para eso-Shikamaru suspiró.

-Si te encuentran así, van a matarte-Naruto rió.

-¡Claro!-abrió la puerta del auto-Tranquilo, no se darán cuenta…me podría faltar un brazo y no lo notarían-bromeó risueño, pero sus palabras tenían ese dolor que su sonrisa no  podía ocultar del todo-Quita esa cara, Shika. Sabes que es verdad-

-Naruto…-susurró.

-¡Te amo!-dijo divertido, Shikamaru sonrió.

-Sólo lárgate-

-Lo sabía, me amas también-

-Sólo muévete, gay-el rubio sonrió y comenzó a acercarse a la casa, de pronto se detuvo.

-Shika…-el aludido lo observó esperando cualquier tontería-Gracias-siguió tranquilo, sin voltear hasta que estuvo frente a la puerta, aún sin entrar. El moreno se marchó con mucha preocupación y con cierta tristeza también. Naruto suspiró, abrió la puerta y de repente, las luces se encendieron y lo siguiente que escuchó fue un: ¡SORPRESA! Dio un salto del susto y sus ojos se abrieron de par en par, observó mucha gente, que a su vez lo observaba, ellos estaban aún más sorprendidos que el mismo Naruto, entonces recordó su estado, su ropa estaba manchada por sangre, además de rota, su rostro, pues también tenía sangre, golpes, su cabello era un desastre. Sonrió, mientras susurraba un: ¡Me lleva el carajo! para sus adentros.

-¿Qué es todo esto?-dijo con ganas de que le cayera un meteorito encima. Sus padres, aún sorprendidos se acercaron.

-Básicamente es una fiesta sorpresa, porque… cumples años mañana-Todos observaban con atención.

-¿Ah sí?-dijo despistado. Minato y Kushina fruncían el ceño, le indicaban con gestos que aclarara su estado. Él entendió-Que agradable sorpresa-dijo en voz alta-Pues, que comience la fiesta y por favor ignoren esto-señalándose a sí mismo-Verán, estaba en una fiesta de disfraces, que buenos son sorprendiendo-sonrió.

-Ya lo oyeron, así que a divertirse-sentenció Minato, todo mundo siguió en lo suyo. El rubio mayor se volteó hacia donde estaba su hijo-¿Qué significa esto?-Naruto hizo una mueca.

-Tuve una pelea…-

-Mira cómo estás-dijo Kushina observándolo-Dios… vamos arriba- Naruto la siguió sin decir nada.

Recorrieron la sala, subiendo por las escaleras hasta llegar al segundo piso, atravesaron el pasillo en completo silencio hasta perderse tras una de las tantas puertas, la de la habitación de Naruto. Su madre lo observó detenidamente, él parecía estar en otro mundo y así era.

-Dios…-se aproximó hasta acariciarle el rostro-¿Por qué peleaste?-

-Porque el tipo era un idiota –

-Necesito que te des una ducha para tratar las heridas-

-Puedo solo, mamá-

-No comiences, Naruto-susurró-No después de haber hecho tremenda entrada-

-Me hubieras avisado y me hubiera vestido para la ocasión. Pensé que se quedarían más tiempo, donde quiera que estaban-comenzó a quitarse la camiseta y los zapatos.

-Queríamos sorprenderte-

-Funcionó-lanzó un pequeño gruñido.

-Déjame ver-

-Estoy bien-susurró-¿te sorprendí?-sonrió. Ella estaba totalmente seria.

-No es divertido-

-No… tienes razón-

-No creas que no sabemos lo que has estado haciendo últimamente-él frunció el ceño-Te estás comportando como un…-

-Alto ahí mamá-interrumpió-¿cómo es que sabes tanto si con costo te veo? He pasado un par de meses mejor dicho solo, ¿tienen cámaras para vigilarme o qué?-

-Sabes que el trabajo…-

-Lo sé-

-Pues, estábamos preocupados por tu actitud, contratamos a un tipo para que te siguiera-el rubio no podía creer lo que escuchaba, su boca se abrió un par de veces sin poder decir nada.

-¿Me estás jodiendo?-dijo al fin, ella se mantenía inexpresiva.

-No-

-¿Qué averiguaste mamá?-sonrió decepcionado.

-Has estado yendo a fiestas casi diariamente, peleando constantemente, bebiendo sin control, teniendo sexo con múltiples chicas, no has estudiado para el examen de la universidad a la que quiere que vayas tu papá, has despilfarrado dinero en porquerías, has estado fumando… ¿sigo?-

-Dale mis felicitaciones al investigador privado. Me conoce más que ustedes-ella lo abofeteó, estaba enfadada y no pudo controlarse, se arrepintió en seguida, él puso su mano en la parte golpeada.

-¡Deja de tratarme de esa forma!-gruñó ella, él la observó, evidentemente molesto.

-No tengo tiempo para esto-intentó marcharse, ella lo detuvo-¿no vas a dejar que me ponga presentable y bajemos a que todos admiren lo felices que somos?-ella agachó la mirada.

-Escucha…-él suspiró-Vamos a enviarte a…-

-No puede ser-sonrió.

-Escucha-dijo con voz firme-Te enviaremos a trabajar donde una vieja amiga-

-¿Qué?-

-Y… las cosas cambiarán-

-No, si quieren deshacerse de mí, quiero ir donde Jiraiya-

-Nadie trata de deshacerse de ti-dijo con voz suave.

-¿Ah sí?-dijo él totalmente frustrado-Pues, que te quede claro que no iré a trabajar a ningún lado-

-¿Eso crees? Te recuerdo que vives gracias a nosotros, no estudias, ni trabajas, sólo gastas…-

-No puede ser-

-Necesito que tomes un rumbo-

-He decidido ser tu cretino hijo del que quieres deshacerte-sonrió. Ella cerró los ojos.

-Deja de decir eso, por favor-

-¿De qué se trata todo este circo? ¿los estoy dejando mal?-

-Naruto… el del circo eres tú. No voy a soportar tus impertinencias, ya estoy cansada de tu actitud-

-¿Mi actitud, qué hay de la tuya? ¿de qué trata su valioso plan? ¿por qué no mejor envías a tu hijo alcohólico, boxeador y adicto al sexo a una clínica de rehabilitación?-dijo furioso.

-No te llamado de ninguna de esas formas, Naruto-

-Gracias. Ahora vete, quiero ducharme y disfrutar de mi víspera de cumpleaños, pensando en que me van a enviar a no sé dónde, con no sé quién, a no sé qué-

-No entiendes…-

-No-dijo aproximándose a la puerta del baño.

Kushina lo observó, luego se dirigió abajo, donde todos parecían divertirse. Se aproximó hasta Minato, quien parecía bastante impaciente.

-¿Y?-dijo él en voz baja. Ella tomó un suspiro-¿Cómo lo tomó?-

-Ya puedes imaginarlo-hizo una leve pausa-No sé si sea una buena idea-

-Hemos hablado de esto todo este tiempo que estuvimos fuera del país, no podemos olvidar todo lo que está haciendo Naruto, esta actitud no lo ayuda en nada y a nosotros tampoco. Ya viste como llegó… es un desastre-ella agachó la mirada-Linda, Natsuki aceptó con todo gusto, la conocemos desde toda la vida, ella necesita el dinero y nosotros que Naruto se comporte… intentémoslo ¿si?-le acarició la mejilla.

-Nos odia-susurró.

-No digas eso. Sólo está molesto-

-No, Minato. No conocemos a nuestro hijo-

-Hablaremos de esto luego, ¿bien?-un señor se acercó en busca de Minato, así que éste se dispersó entre la gente, necesitaba ocupar su mente en algo que no fuera lo que acababa de escuchar, los negocios eran un buen escape de la realidad.

Kushina por su parte, también decidió entretenerse, ambos sabían que la decisión que habían tomado era bastante radical, pero ya estaba tomada, no había vuelta atrás. Así que no quedaba más que olvidar las palabras de Naruto y actuar como si nada hubiese ocurrido, ya discutirían al día siguiente. Eso sin duda.

Naruto, ya no parecía como si un tren le hubiese pasado por encima, sí, tenía algunos golpes pero aún así se veía bien. El rubio observaba por la baranda de la escalera el gentío que había en la sala, era un lugar enorme y estaba casi lleno, más sorprendente era que casi no conociera a nadie de los presentes, la mayoría eran amigos de sus padres. No le sorprendía, al contrario, ya estaba más que acostumbrado.
Hubiera preferido pasar su víspera de cumpleaños ebrio en un bar en lugar de estar ahí, rodeado de extraños y con una evidente repulsión por cualquiera que le hablase. ¿Cómo no iba a estar molesto? Su madre acababa de decirle que lo enviarían a trabajar con una vieja amiga de ella, el mundo se le venía encima y no sabía cómo esquivar el atropello. Analizaba la situación. ¿Qué buscaban? Pues, no iba a obedecerles. Quiso huir de ese lugar, desaparecer.

Naruto era una pequeña partícula en semejante casa, yo lo compararía con un palacio, es sumamente lujosa, decorada a la perfección, nadie se podría quejar de vivir en aquel lugar, es que de verdad era una maravilla para cualquier persona, Naruto estaba tan acostumbrado a todo aquello que le era difícil imaginarse en otro lugar, incluso en los días en los que estaba completamente solo en un espacio tan grande.

Así como la casa resultaba perfecta, muchas personas usaban esa misma palabra para describir la vida de Naruto y de su familia.  Si nos guiáramos por las fotografías esparcidas por todo el lugar, definitivamente se podría afirmar que ellos eran completamente felices. Una imagen dice más que mil palabras, claro, y, muy a menudo, las imágenes mienten.
Daremos un recorrido por la vida perfecta de Naruto Uzumaki, un chico de mejor dicho 20  años a quien nunca se le ha negado nada, ni lo más ridículo, se le ha complacido en todo momento y ni siquiera ha tenido que esforzarse por convencer a sus padres. Entonces nos imaginamos a un Naruto rodeado de las mejores cosas, siempre, de lo más lujoso y lo que  la mayoría de chicos de su edad no tienen pero anhelan con todas sus fuerzas. La suerte de Naruto no se queda únicamente en el dinero que poseen sus padres y los lujos que puede darse gracias a éste, además de ser rico, este chico es jodidamente atractivo, de esos que llaman la atención a donde quiera que vayan, así que nunca ha tenido problemas para derretir a una chica. Él sabe cómo hacerlo. Qué decir, cómo observar, cómo moverse, cómo sonreír. Esa maldita sonrisa, es perfecta.

Con todo esto a su favor, no es extraño que el rubio haya estado con muchas mujeres a lo largo de su vida, no por más de una noche, tal vez dos. Las relaciones, aún informales son un problema para él. Si se toma en cuenta la soledad y la falta de afecto por la que ha pasado Naruto, es comprensible que nunca haya tenido una relación más allá de lo sexual y si le preguntáramos si ha pensado en llegar a tener algo más serio con alguien, él diría: “No creo que haya alguien capaz de lidiar conmigo, ni yo sé cómo hacerlo”.  
A pesar de estar siempre rodeado de gente, sonriendo, bromeando, él es un chico solitario y desconfiado, sólo tiene un par de amigos verdaderos, los demás no son más que oportunistas y él lo sabe. Además de Shikamaru, su otro amigo es Kiba, un castaño, alto y delgado con especial afecto hacia los perros, él y Shikamaru han estado siempre para Naruto, nadie lo conoce mejor. La otra persona en quien Naruto confía  es Jiraiya, un familiar con el que se ve ocasionalmente y charla constantemente, Jiraiya es el único familiar con el que Naruto puede ser sí mismo, Jiraiya lo comprende.

Dentro de los planes que tiene su padre, se encuentra el que estudie  leyes, sin embargo, Naruto ha decidido no entrar a la universidad aún, alegando que quería divertirse un tiempo para luego poder enfocarse de lleno en la carrera, es una excusa ridícula, él lo sabía, la verdad, intentaba retrasar de todas las formas posibles esa etapa, no se imaginaba estudiando la carrera que le había trazado Minato,  de hecho no se imaginaba estudiando nada. Le gustaba la música y el dibujo, para su suerte tenía varios instrumentos y sus padres podían pagarle clases sin ningún problema, de manera que sabía tocar guitarra, batería, piano y ceelo; lo del dibujo nadie lo sabía más que sus amigos y Jiraiya, dibujar significaba un escape, y aunque Naruto no le diera importancia, era realmente hábil con un lápiz.

Esta es, de manera resumida, la vida de Naruto. Él no tiene ninguna meta, no le importa nada y está acostumbrado a obtener todo lo que desea. Pero su vida va a cambiar. Ni él sabe lo que le espera.