Un final feliz, y un adiós eterno (TP)(06/11/14)(Único capitulo)

Él miró el cielo repleto de nubes. Hacia un día hermoso, con el cielo tan azul como los mares puros, y las nubes redondas y blancas, llenas de una paz tan clara y reluciente. Él sonrió mientras sentía el viento golpear sus mejillas, un viento alegre y vivo que acariciaba su cuerpo moviendo su ropa, que despejaba su mente y le hacía sentir bien.

Él levantó una mano, con el puño cerrado en dirección contrario al viento, acariciando la nada de una tarde tranquila. Él cerró los ojos y dejó que la vida se llevara sus pensamientos, borrara la tristeza y bañara con calma el corazón. Pues al final, la vida sabe lo mucho que vivió…

¡Guerras! ¡Perdidas! Lágrimas y corazones rotos… Lazos destrozados.

La vida había sido una treta, un camino estrecho de rocas con él, y le había arrebatado, incluso cuan bebé, las alas de una familia. Y luego, lo sumergió en un mundo sin esperanza. Era un foco en la oscuridad que vagamente encontraba otro brillo de esperanza.

Pero también todo el esfuerzo valió la pena. Cada gota de sudor y lágrima, de sangre y agua. Cada grito de amor y dolor, y hasta cada risa perdida en un mundo lleno de olvido y tristeza. Todo, absolutamente todo, valió la pena.

Ahora él mira el cielo, mientras las hojas de otoño se arrastran bajo sus pies. Su corazón late tranquilo. Entonces abre su puño y miles de hojas se marchan igual que la tristeza de su corazón. Y con eso da un adiós eterno a sus malos ratos.

Y también…

--¡Papa!—Grita una niña, con las manos extendidas, y los ojos alegre. Pequeña de cabello rubio y ojos verdes brillosos, como dos esmeralda preciosas ante el sol--. ¡Papá!

Él la mira con sus ojos azules. Alza una mano y rasca su nuca repleta de cabellos rubios, para mostrar una sonrisa aún más grande. Una sincera, esplendida y placida sonrisa.

--¡Papá!—Vuelve a gritar la niña, sonriéndole--. ¡Mamá te está buscando como loca!

Y en la mente de él, aparece una foto solitaria de cuando era joven; un niño solitario y triste. Y ahora, la llena con todos y cada una de las personas en su vida, y en el centro, su pequeña hija y su esposa: con esos cabellos rosados y esos ojos preciosos.

Sonríe, con nostalgia, con alegría y se despide del pasado. En un adiós eterno. Y un final feliz.