Tú eres yo, y yo soy tú. (+16)(13/07/14)(Epilogo.)

Día uno (Sakura)

¡Nada podía ser peor que ese momento en su vida!, de eso estaba más que segura Sakura… Nada. Los nervios la atacaban como estacas al cuerpo, poco sutiles, y latentes, y allí estaba, en la sala de vestidores con las piernas de gallina y una toalla en la mano derecha.

--¡Te espero dentro!--Le había dicho Lee, entrando rápidamente a las aguas con Sasuke y Kiba--. ¡No tardes!

Y de eso sólo han pasado algunos minutos. Sakura sabía que de esa no escaparía, no sin antes ver como mínimo los cuerpos de ellos desnudos, después de todo, Lee no la dejaría marcharse tan fácil y el salir corriendo no era una opción si es que quería guardar las apariencias y ocultar esa actitud tan extraña. Pero nada de eso la ponía tan nerviosa--Solo evitaría mirar más debajo de su abdomen y todo estaría listo--. Sino, el ahora… Ella, por algún motivo, no se atrevía a quitarse la ropa y dejar el cuerpo de Naruto completamente desnudo para su deleite, para su vista sin pudor…

Y es que ella sabía perfectamente que Naruto jamás se enteraría de eso.

El simple pensamiento, la estremecía de pies a cabeza, sabía que no era tan fuerte cómo alguna vez pensó, si tenía a Naruto desnudo, no dudaría en mirar. Ella vería todo de pies a cabeza.

--¡Oh vamos, Sakura!--Se regañó ella misma en voz alta--. ¿Cómo puedes operar a un tipo y no ver el cuerpo de tu mejor amigo? ¡Es tu mejor amigo! ¡Mejor amigo! ¡Amigo!

Y es sexy… Pensó, muy sexy, divertido, tierno, y ya no es tan un amigo… Y sin camisa, con esos músculos… Y sin pantalones ni…

--¡Naruto, dios eres un grosero!--Kiba entró al vestíbulo y cruzó sus brazos al detenerse, únicamente con una toalla blanca cubriendo la parte baja de su cadera--. ¿Qué diablos esperar aquí? ¿Y por qué no te has desvestido? ¡Es un momento sin chicas para relajarnos y sin misiones!

Kiba caminó unos pasos y tomó la chaqueta de Naruto para jalarla y desprenderla de su cuerpo. Sakura se quedó inmóvil, rogándole a dios que aquella toalla jamás se cayese de ese lugar, y esperando que su sonrojo--cuando ya no tuviera ropa--. No fuera tan evidente como pensaba. Seguro sospecharían. Kiba le estuvo regañando una y otra vez, y ella cuidadosamente fue quitándose las prendas y mirando el techo ¡El techo era mucho mejor que otra cosa!

--¿Qué te pasa hoy, Uzumaki?--Preguntó luego Kiba--. Usualmente eres el primero que corre y se avienta ¿A caso estás molesto o pensativo?

--¡No, nada de eso!--Dijo rápidamente Sakura, caminando, sin ropa, a el interior de las aguas, tan rápido como sus ojos no bajaron a su demás cuerpo. Más bien, al cuerpo de Naruto.

El vapor tras pasaba piel, tan relajante y suave, como la caricia más dulce. Dentro estaba Lee, chapuceando de adentro para afuera, en la otra esquina, estaba Sasuke, recargado de una rocas calientes con los brazos extendidos a lo largo y los ojos entrecerrados. Sakura se quedó parada por un segundo e inmediatamente se metió al agua para cubrir su cuerpo varonil. Tal vez así sus ojos sólo queden en la imaginación. Kiba dio un gran brinco, desde la entrada hasta las aguas calientes, moviendo todo y salpicando algunas gotas.

--¡Esto es realmente relajante!--Dijo Kiba, cerrando los ojos--. No hay nada más como un día sin mujeres y sin misiones…

--¡Un día de juventud para todos nosotros!--Gritó Lee.

--Si se callan, seria perfecto--Argumentó Sasuke, con voz severa y ojos cerrados--. Ustedes arruinan todo.

--¡Bah! ¡El señor enojón ha hablado!--Kiba soltó una risita, e inmediatamente miró a Naruto, tan callado y reservado al otro extremo--. Oye, oye, tú Naruto… ¿Por qué tan callado?, hasta das miedo.

--¿Te sientes bien, Naruto?--Preguntó Lee-. Si quieres, podemos entrenar para desechar las penas, ¡No hay mejor manera!

--He, yo… --Sakura los miró temblorosa--. Nada, sólo, no estoy de humor…

--¡Yo sé qué te pasa!--Gritó Kiba con una sonrisa--. Tú problema es: Una mujer. De nombre, Sakura, ¿No es así?

--Tú eterno problema, Dobe--Dijo Sasuke abriendo los ojos--. Que patético.

--¿Sakura? ¿Qué pasa con Sakura?--Le miró a todos, en un gesto fugaz y confuso--. Sakura en ningún sentido de la palabra sería un problema…

--¿Sakura?--Preguntó Sakura, sombrada--. ¿P-Por qué ella sería mi problema?

Sakura se quedó… Confundida. Kiba soltó otra carcajada burlona, y aquello no le agradaba, pues sus palabras iban de una manera… ¿Burlona?, o algo parecido, como si su nombre en labios de ellos fuera el de la mujer más cruel del mundo ¿Es qué a caso así la veían los hombres? ¿O eran bromas varoniles qué ella no lograba captar?, no lo entendía… Los hombres eran un misterio para las mujeres. Todos.

--¡No te hagas el tonto, Naruto!--Dijo rápidamente Kiba, mostrando un poco más de seriedad--. Sí todo sabemos como sufres por ella, ¿Pero sabes cuál es tu problema?... Enamorarte tan joven. Naruto, las mujeres son… Difíciles y jamás tratan de comprender a un hombre.

--En eso tiene razón Kiba--Dijo otra voz. Shikamaru, aquel pelinegro que entraba en paños menores… Sakura trató de mirarlo, pero justo cuando sus ojos vieron su cuerpo desnudo, giró la cabeza en señal de qué no miraría más de lo necesario--. Las chicas son problemáticas, y jamás tratan de entender a un chico. Siempre quieren ver por ellas, y ellas y más ella… ¿Pero a caso alguna de ellas se pone a pensar en consentir a un chico?

--¡Somos princesos que necesitan una principa azul!--Dijo Lee con falsa modestia.

Todos soltaron una carcajada. Menos Sakura, ella no estaba de acuerdo…

--¡Pues yo no pienso eso!--Dijo ella, cruzando los brazos--. Es sólo que ustedes… Bueno… Nosotros somos un poco… Indiferentes…

--¿Quién lo dice?--Bufó Kiba--. El eterno enamorado…

--Cállate Dobe--Dijo Sasuke con una ligera sonrisa--. ¿Y qué tienes para argumentar? ¿Qué la chica que te gusta desde que eras un niño no te hace caso?, patético…

--¡Bah!--Kiba sacó las manos y las extendió en el agua--. Yo que tú Naruto, mejor me rindo, Sakura es linda y amigable, pero no le veo ningún interés en ti… No cómo la que tú quieres.

--Sakura es una chica, y las chicas son problemáticas… --Musitó Shikamaru sumergiéndose en el agua caliente--. Ella jamás hace nada por entenderte Naruto. ¿O a caso te ha mostrado algún interés que no sea de amistad?

Sakura, se quedó atónita… Kiba y Shikamaru soltaban palabras algo reales. Y Sakura lo sabía, lo sabía perfectamente sintiéndose en una ola de vergüenza y tristeza. De culpabilidad, e incluso ese amargo sabor de boca… ¿Por qué le decían eso? ¿Era algo así como una burla entre chicos muy común? ¿O iba enserio cada palabra? ¿Así ellos veían su situación?, como si ella fuera una chica tan indiferente para él. ¿A caso era verdad que ella no entendía a Naruto?, tal vez sí… ¡No! ¡Era verdad!, ella no entendía en absoluto a Naruto, pocas veces hacía lo posible por entenderlo, pocas veces se tomaba el tiempo en ver más de su rostro, más de sus mismas preocupaciones. Ella era como una chica, tan alejada de demostrar cariño…

--Estás en blanco, Naruto--Kiba frunció la nariz--. ¡Es broma amigo!, sabemos lo que piensas y está bien, es de hombres hacer eso.

--Sigo pensando que eres patético--Dijo Sasuke formando una sonrisa--. Pero debo admitir que tienes agallas.

--¿Agallas?--Preguntó Sakura, confundida.

--Amar tanto a una mujer incondicionalmente--Contestó Shikamaru--. Y siempre decir que es hermosa frente a tus amigos, aun cuando nosotros te molestemos por ello. Ojala ella alguna vez lo sepa y vea eso.

Sakura… se sintió terrible.

Una mescla entre la ternura, con el corazón acelerado y latiendo fuertemente por sólo unas palaras, y tristeza, por él, tal vez era la misma ternura convertida en tristeza, disfrazada ante la amargura de las palabras que ellos decía. ¿A caso Naruto era así siempre? ¿Defendiendo su nombre?, el sólo pensarlo, le hacía sentir las infinitas ganas de abrazarlos, y no sólo por lo que acaba de escuchar. Aquel sentimiento la perseguía muchas veces, incluso una vez le contó a Ino sobre sus nuevos sentimientos incapaces de expresarse ¿Por qué le era tan difícil decirle a Naruto todo eso? ¿por qué le era tan difícil expresar lo que su corazón sentía?

Y en el fondo, en aquel momento… Sakura sólo puedo pensar una cosa: Lo hago. Ahora entiendo mejor…

--Me tengo que ir--Dijo finalmente, mostrando una sincera sonrisa a sus amigos--. ¡Ahora regreso!

--¿He? ¿A dónde vas?

--Tengo que… --Sakura dio un brinco para salir del agua y encaminarse a la puerta--. No lo sé, tengo que ir a ver a Sakura… Tengo que hablar con ella ahora mismo.

Y sin decir nada más, Sakura salió disparada de las aguas dejando una profunda capa de confusión entre sus compañeros. Ahora, como una ola de necesita, quiso ver a Naruto, pero no su cuerpo…

--Aunque eso no estaba nada mal… --Dijo con una risita.

Pero ella no quería ver su cuerpo, quería ver sus ojos, su sonrisa esplendida que ni ella misma riendo la vería, porque no podía mostrar la risa de un enamorado, solo la risa cualquiera. Quería escuchar su voz, pronunciando su nombre en aquel tono tan alegre y e locuaz y sobre todo, quería su humor y su escancia que su cuerpo no trasmitía. Lo quería a él, de alguna manera, completo.

Sakura salió tan disparada y tan hundida en sus pensamientos, que salió de aquel lugar, casi llegando a la puerta de salida, olvidando un gran detalles. Uno muy grande….

Aun no se vestía.

Y ella no se dio cuenta hasta que una chica, al otro extremo, saliendo de el lado contrario de las aguas termales, la miró y gritó…

--¡Santo Dios, un hombre desnudo!--Había dicho.

Sakura dio un brinco asustándose, porque cuando la vergüenza subió por su mente y el grito alarmó su instinto, miró hacía su cuerpo desnudo y vio lo que sin duda no quería ver de Naruto. Ahora un solo pensamiento dominaba su mente, un solo sonrojo cubría su rostro y un solo instinto le invadía el cuerpo…

Y eso no era lo peor. Por que cuando alzó la mirada, logró ver a…

Hinata.

Estaba roja, más que roja, y estaba frente aquel lugar con algunas bolsas de compras sobre el suelo y la mirada fija en un solo punto de su cuerpo masculino. Acto que sacó de quicio a Sakura. ¿Por qué lo miraba así? ¿Qué le pasaba?, pero eso no era todo, pues a lo lejos, muy a lo lejos… Escuchó la voz de Ino y de Sakura…

¡Sakura! ¡Ella misma! ¡O sea Naruto!

--¡Hinata, ya llegamos, es que Sakura no salía de bañarse!--Gritó la rubia, acercándose--. Al parecer le gusto el baño o algo así…

Y Sakura, se quedó helada… Debía entrar a las aguas. Debía callar a Hinata o Naruto… ¿Se podría enojar?

Y sobre todo, ¿Cómo era eso de que… Sakura se estaba bañando?

Día uno (Naruto)

Él estaba en un estado parecido a la euforia nasal, algo así como si su cuerpo fuera una montaña rusa hirviéndole la sangre ante sus pensamientos, sus más perversos, divertidos y cultos pensamientos.

Y eso que apenas se había quitado la falda. Aun le faltaba la blusa rojiza, la licra negra, y por supuesto, la ropa interior.

Se sintió tonto, un idiota perdido entre sus pensamientos ante sus acciones ¿Qué estaba haciendo? ¿Eso era él ahora?, Sakura era su mejor amiga desde qué tenía memoria, su confidente y también, por su puesto, el amor de su vida oculta… Ella no lo sabía, claro que no, él siempre trataba de ocultarlo para no hacerla sentir incomoda, pero era algo descuidado, e inevitablemente mucho ya sabía de esos sentimientos. Ella era su amiga, ¿Entonces por qué fantaseaba tanto en aquel baño?, la respuesta era obvia, sin duda alguna la deseaba… Como un hombre puede desear a una mujer, pero más que eso, la adoraba, más de lo que un hombre cualquiera pudiera adorar.

¿Entonces qué hacía? ¿Qué hacía allí esperando a ver su cuerpo desnudo?, Ella había confiado en él horas atrás, y él le había prometido no hacer nada malo. Ahora estaba allí, ansioso en el baño por desnudar un cuerpo que no era suyo. Era de ella. Y eso lo hacía sentir realmente culpable, y estúpido, jodidamente estúpido.

--¡Frentona no escucho el agua caer! ¡Báñate o jamás saldrás de allí!--Gritó la rubia detrás de la perta de madera, golpeándola con el puño cerrado--.¡Sólo apúrate!

Naruto sintió el ardor subir por sus mejillas tan rápido a como los gritos de Ino se escurrían por sus oídos. Tenía que bañarse. Ya. Ahora.

¡Sólo báñate!, se dijo mentalmente, Sakura jamás lo sabrá, será tu nuevo secreto…

Un lindo, cálido secreto.

Finalmente convenció su cabeza de ello, no tenía escapatoria de esa, Ino prácticamente lo obligaba, tenía el tiempo encima y tenía que aparentar ser Sakura, ¿No era así?, eso incluían, la ducha.

Primero bajó lentamente el cierre de la blusa rojiza, dejando al descubierto el sostén femenino color carmesí pasional. Tan colorido con ese estilo de rojo, como el que dominó sus mejilla. El corazón se le aceleró cuando la blusa cayó al piso húmedo del baño, se imaginó ver a Sakura hacer eso… Algún día… En su retorcida cabeza pervertida… Ojala ella jamás se entere de eso.

Ojala, Dios quiera y se apiade de él.

Siguió con la licra pegada a su piel blanca. Naruto se sintió un idiota bajando la dura prenda y mirando, fijamente sin pestañar, esa zona cubierta por pantis rojizas, tan pequeñas y coloridas… Tan bonitas… Pensó sonrojándose aun más, sintiendo su cuerpo vibrar extrañamente. El nerviosismo y la pena se apoderaban de él, tan rápido a cada respiración. Pero no se detuvo, claro que no… Aun faltaban prendas. ¡Ahora el sostén!

--¡Oh Dios!--Dijo Naruto en un susurró cubriendo su boca con la mano--. No debería mirar allí… ¡Dios soy un hombre débil!

Muy débil, tanto, que al volver a ver a los pechos de Sakura, de su cuerpo al menos, ya no estaba el sostén, y la prenda suelta, estaba en su mano derecha. ¡Casi se desmaya!, quiso gritar y girar por todo el cuerpo gritando "Lo hice, me va a matar… ¡Lo hice!". Sus pechos eran muy blanco, igual que su demás piel… Eso fue lo primero que notó, pequeños y redondos, tan perfectamente, igual que la zona rosada resaltando en le centro…

Naruto disfrutaba de la vista, después de todo, Sakura lo iba a matar al final del día. Valía la pena, jodidamente valía la pena.

Quiso tomarse el tiempo para ver, pero lo tenían tan medido que sentía que no podría terminar bien el trabajo. Aun faltaba la panti. Se sintió curioso y lleno de tanta emoción, por un momento dejó que su mente viajara en sus fantasías, donde ella hacía lo mismo, pero para él, tal vez en un cuarto… Tal vez susurrándole "Te amo". Tal vez… Sería bonito. Pero la realidad estaba muy lejos de la realidad, que se entristeció.  Naruto tomó un fuerte suspiro, profundo dedicándole segundos, soltó el aire lentamente y de un jalón bajó la ultima prenda en su cuerpo.

Ahora sí estaba completamente desnuda.

Frio, el viento raspando su piel suave… Tontamente Naruto se sintió frágil y pequeña en aquel cuerpo delgado. Ahora comprendía a las mujeres, ¿Cómo podía sobrevivir ante ello?, siempre tan frágiles en un cuerpo pequeño…  No era incomodo, pero no era lo mismo.

Naruto abrió el grifo y comenzó lo que debería hacer… No sólo vería el cuerpo de Sakura ¡Eso era demasiado pervertido!, efectivamente bañaría ese cuerpo como debía ser. Delicadamente, suavemente, dulcemente… Como a una muñeca de porcelana. Y así lo hizo, en cada zona ¡Todo lugar!, pasó el jabón, acarició con sus manos suavemente mientras el agua caía por su piel y miró cuidadosamente las zonas para su deleite. Tal vez jamás tenga la oportunidad de volverla a ver así… Nunca. Y mucho menos, bañarla así…. Debía aprovechar. Tampoco era como sí fuera hacerle algo malo al cuerpo de Sakura, él no era así… él la quería, tanto que ese acto a solas en su cuerpo desnudo era hermoso para el, nada sucio ni pervertido de la manera tosca. No él no era así. Era bello, como si cuidara con las mejores manos aquella belleza, que tristemente, jamás sería suya…

Pero ese era su secreto ahora, su bello secreto.



--¡Mira nos has dejado con poco tiempo para las compras!--Regañó Ino, sujetando firmemente la mano de Sakura, arrastrándola entre las tiendas del centro de Konoha--. ¿Qué tanto hacías en el baño? ¡Jamás tardaste tanto en bañarte! Planeaba tomar una horas para nosotras antes de ver a Hinata en la puerta de las aguas termales, pero me has dejado con tan poco tiempo, que tal vez sólo nos de tiempo de comprar un helado y peinarnos…

--¿Peinarnos?--Preguntó Naruto, ladeando el rostro mientras trataba de seguir el paso de Ino. Aun se sentía aturdido, hundido en los recuerdos, los bellos recuerdos, por supuesto, con las mejillas ardiendo ligeramente y el corazón alterado--. ¿Para qué?

Ino frenó en seco… ¿Qué mierda le pasaba hoy a Sakura?, era tan…. Rara.

--¿Cómo que para qué?--Frunció ligeramente el seño--. ¡Pues para vernos hermosas, Sakura! Ya te había dicho que Hinata nos esperaba en las aguas termales… En una hora ¡Una hora por tu culpa!

Ino retomó el paso, ágil y fuerte rápidamente. Naruto se desconcertó dudoso… ¿Para qué arreglarse?, Ino se veía de maravilla, y ella, también. Sakura siempre se veía hermosa, aun cansada, aun desarreglada, se veía hermosa, eso jamás lo dudaba. Aun cuando se enojaba y lo regañaba. Al cabo de unos minutos, Ino y ella llegaron a un pequeño salón de peinados: Belleza, estilista profesional. Una mujer joven en un lugar lleno de espejos y sillas movibles, tijeras, aroma a esprit, entre otros.

--¿Para que es todo esto?--Preguntó Naruto desconociendo esa parte de la vida…

--¿Todo esto de ir al centro? ¡Ya te lo había dicho!--Ino negó fugazmente mientras se sentaba en una de la sillas--. Quiero este peinado--Le dijo a la estilista y luego a Sakura--. Te dije que Shikamaru va a estar allí, también Kiba, y claro… Naruto.

¿¡QUUUUUEEEE?!, pensó Naruto paralizando su cuerpo helado… Era obvio que si Naruto iba a estar allí, iba a ser algo grave ¿Sakura vería divertida cuerpo varoniles desnudos?

Odiaba el pensamiento.

Lamentablemente no podía dejar de pensar en ello… Aguar termales, hombres desnudos ¡Sus amigos desnudos! Frente a ella ¿Habrá cancelado?, ojalá… Instintivamente sintió la necesidad de ir a averiguarlo ¿Y si sus amigos le decían algo a Sakura que no debían? Algo así como… Sus sentimientos…

Sin darse cuenta, Ya habían terminado. Ino había quedado prácticamente igual, tal vez su cabello más peinado de cuando llegó, tal vez un pequeño brillo en los labios, pero prácticamente se veía igual… ¿Y ella?, el cuerpo de Sakura, el rostro de Sakura a pesar de haber recibido un montón de tratamiento por minutos, parecía simplemente el mismo, tal vez sólo un poco más de color. Pero igual se veía hermosa. Ino ya estaba en la afueras del lugar, de camino por un helado en una cafetería cerca o dulcería o donde lo vendieran.

Cuando al fin llegaron, compraron uno de fresa y otro de vainilla con chocolate y se sentaron para comerlo antes de llegar a donde estaba Hinata. Dónde las esperaba, para casualmente, encontrarse con Shikamaru y todo los demás… ¿Casualmente?, eso para Naruto no sonaba casualmente….

Las chicas, son unas estrategas… Grandes estrategas…

--Espero que esta vez Shikamaru, Kiba y Naruto no sean tan torpes--Dijo Ino, distrayendo a Naruto de sus pensamientos--. En verdad he estado emocionada por todo esto.

--¿Torpes?--Preguntó Naruto, sintiendo una oleada de curiosidad y ofensa… ¿Torpes por qué?, demás, ¿Qué se supone que debían ver si sólo iban a ver a Hinata? ¿Qué se supone que esperaba Ino de todo este enrollo?

--¡Oh vamos Frentona!--Ino lamió su helado y encogió sus hombros--. Siempre deseamos que se den cuenta…. Pero son torpes.

--¿Cuenta de qué?

Ino parecía un tanto incomoda con una ola de tristeza… Como si pensara las palabras a punto de decir buscando las indicadas. Cuando la encontró, mostró un rostro cansado y con ilusión.

--Que los hombres se den cuenta, ya sabes, de lo que hacemos… --. Ino lamió su helado y prosiguió--. No somos chicas rudas realmente, nos preocupamos por nuestra imagen, pero los chicos están tan sumidos en su entrenamiento, y tan acostumbrarnos a vernos diario, que jamás notan el maquillaje.

Naruto se desconcertó e Ino al notarlo, siguió hablando:

-- Soportando minutos en un peinado, colocando brillo labial, perfume y todas esas cosas con el propósito de llamar su atención, que ellos nos miren y digan "¡Mira es Ino!, Dios, hoy se ve más hermosa que ayer…". Pero ellos nos ven y dicen "Hola Ino ¿Qué tal?". Eso es odioso… Fracasamos… Son torpes… Y eso te ha pasado mucho a ti con Naruto.

--¿A mi?--Preguntó Naruto con evidente asombro. Ino sonrió.

--Hasta el más enamorado lo ignora--Ino bajó la mirada--. Claro, ya sabes… Cada mañana despiertas, te pones perfume, peinas tu cabello y hablas con él con la ilusión de que el te diga algo como: "Hoy te ves más hermosa" "¿Te hiciste algo?", pero Naruto sólo te ve, sonríe y dice "Buenos días, Sakura-chan", eso es todo. Diario. Eso es de todos los chicos…. ¡Jamás notan los pequeños detalles!

--Pequeños detalles… --Susurró Naruto confundido.

Se sintió mal… Triste, decepcionado y algo tonto ¿A caso las chicas hacían eso sin que ellos lo notaran? ¿A caso su Sakura-chan lo hacía? ¿Y por qué no lo notaba?, Y de repente, sintió la ganas de verla, para ver si notaba alguna de esas señales… ¿Podría ver esas señales?, ahora estaría más atento.

--¡O las peleas!--Dijo Ino con una carcajada--. Era la más obvia, Sakura… Cada vez que regañas a Naruto, o te molestas con él, es evidente que te encanta pero estas tan perdida en como expresarlo, que sólo encuentras una única manera: Molestarte. Y Naruto tampoco es lo suficiente inteligente para notar que estás enamorada de él…

--¿E-Enamorada…?

Enamorada. Enamorada. Enamorada.

¡Enamorada! ¡Enamorada de él ! Sólo de él.

Ino miró su reloj afirmando y entonces… ¡Dios ya era tarde! Dio un brinco fugas y corrió fuertemente hacia al salida tomando de la mano a Sakura y arrastrándola a zancadillas grandes para llegar rápidamente a donde se verían con Hinata para su encuentro "Casualmente" con los chicos. Por otro lado, Naruto estaba en shock, tanto, que no sintió los jalones… Estaba en un trance que pasó por muchas etapas:

La negación. La confusión. El cuestionamiento interno. Y finalmente, la aceptación.

--¡Sakura-chan me quiere!--Gritó Naruto corriendo a mayor velocidad que la de Ino.

--¿Qué has dicho?--Preguntó Ino confundida.

--Digo… Y-yo quiero a Naruto… --Musitó él tembloroso y ocultando la verdad en sus palabras.

Ino soltó una carcajada y afirmó, entonces, a lo lejos vio a Hinata, con aquel vestido que la hacía lucir tan bien, esperándola a los lelos e inevitablemente, sonrió y gritó desde lo lejos:

--¡Hinata, ya llegamos, es que Sakura no salía de bañarse! .Al parecer le gusto el baño o algo así…

Y entonces escuchó un grito femenino.

Vio a Hinata sonrojarse como nunca antes.

Vio a Sakura recuperar el alimento y frenando de golpe a un lado.

Vio a Naruto en la puerta de las aguar termales.

Estaba desnudo.

Fue una mirada rápida y única. Un cruce, ante los gritos grotescos femeninos, en especial el de Ino tan agudo y espontaneo, pero sobre todo, parecía un lugar en blanco y negro, donde los únicos coloridos eran Naruto y Sakura. Mirándose atónitos en uno al otro.

Sakura ignoró el hecho de su cuerpo desnudo a exhibición femenina, sus pensamientos estaban centrado en las ultimas palabras de Ino… ¿Se había bañado ese día? ¿Naruto se había atrevido?, cualquier tipo de pensamientos de vio nublado por  ante su imaginación en la imagen de su cuerpo femenino desnudo, en la mente de Naruto… Exhibido ante sus ojos y ante su tacto. ¡Dios que vergüenza!, inmediatamente sus mejillas ardieron grotescamente y sintió que el cuento subía a una presión extrema, hirviendo en algo que tal vez fuera furia… O tal vez Pena. O los dos.

Por otro lado, Naruto se quedó helado… Ino lo había delatado, ¡Sakura lo iba a matar lentamente!, tanto que toda oportunidad que alguna vez tuvo, se perdió en esas simples palabras. Su secreto más tierno e intimo fue revelado… ¡Oh cielos!, pero eso no era todo, estaba desconcertado… ¡Su cuerpo estaba desnudo en la calle!, eso sólo significaba una sola cosa: Sakura había visto cuerpos desnudos varoniles, incluyendo, claro está, el suyo. Se sintió avergonzado de sólo imaginarlo, y a la vez, furioso. Y pensándolo bien, la idea de que él no tenía toda la culpa lo dominó… Sakura también había visto su cuerpo desnudo. Los dos estaban a mano. No tenía derecho de enojarse, peor aun… ¡Ella había visto más!. Y eso lo molestaba.

--¡Naruto eres un exhibicionista!--Gritó Kiba, saliendo de las aguas termales con una toalla al rededor de las caderas--. ¿No te da vergüenza?--Soltó un suspiró y le dio una toalla para cubrirse--. ¡Chicas no hay nada qué ver aquí!--Rápidamente su mirada se encontró con la de Hinata, tan roja como un tomate, y luego, con la de Sakura, helada--. ¡Mira lo que has hecho!

--Y-Yo… --Logró decir Sakura, cubriendo con la toalla el cuerpo de Naruto--. Lo siento, no lo pensé…

Sus ojos fijos en Naruto, más bien a su cuerpo, pero en el interior sabía que era Naruto, lo veía en su mirada inocente con una mescla de diversión y una chispa de ternura. Una que ahora no mostraba… Y seguramente pensaba mal. ¡Aquello no podía ser peor!, ella dentro de un baño con muchos hombres desnudos… Eso estaba más allá de bañarse. Y lo sabía. Pero no podía evitar sentir furia por el abuso de confianza…. ¡Había bañado su cuerpo femenino y seguramente no planeaba decírselo!

--¿Cómo es eso de que te has bañado?--Dijo Sakura finalmente. Cruzó los brazos alrededor de su pecho varonil desnudo y le demostró una mirada aguda y filosa a su cuerpo, a Naruto.

--¿Eh?--Naruto frunció el ceño--. ¿Me pides explicaciones? ¡Estás en las aguar termales con muchos chicos!--Naruto miró a otro lugar indignado y cerró sus ojos verdes, ladeando la cadera como una chica molesta. Su cuerpo era una chica molesta--. Hice lo que tenía que hacer…

--¿Hiciste lo qué tenías que hacer?--Gruñó Sakura--. ¡Tocaste mi cuerpo! ¡Confié en ti!

--¡Miraste muchos cuerpos!--Respondió Naruto, dejando que aquel sentimiento extraño, llamado celos, lo dominara en una ola fugas--. Y si dices confiar en mi… ¿Por qué piensas mal? ¿A caso no confiaste en mi de verdad?, solo lo limpie… ¡Todo el mundo puede bañarse libremente!, no es como que allá abusado de eso… Y para tu información. jamás haría eso. Jamás. Lo trate como debía…

Ino y Kiba se quedaron atónitos…. Hinata aun miraba el suelo, con las mejilla ardiendo como nunca antes. Pocos segundos después, Sasuke y Shikamaru salieron para ver el suceso. Allí estaba Sakura, en un tono extraño de voz, como el de un niño alterado, y al otro extremo frente, sujetando su mirada, estaba Naruto, con la actitud reprochable y algo madura, fuerte… Era extraño. Nadie entendía nada, era evidente la furia que emanaban, era más que evidente incluso en cada palabras. Sin embargo, lo que decían era simplemente tonterías que no se comprendía…

¿Qué tenía de malo el que Sakura se haya bañado ese día por largo tiempo?

¿Qué tiene de malo el que Naruto haya ido con sus amigos a las aguar termales?

Mucho. Demasiado…

Pero nadie sabía.

--¿Sabes qué?--Dijo Sakura, girando sobre sus talones al interior de las aguar termales para recoger sus cosas y marcharse ¡A como de lugar!--. No te debo ninguna explicación, y no me importa… Me largo.

--¡Bien!--Respondió Naruto, girando en sentido contrario--. ¡A mi tampoco me importa! ¡Haz lo que queras!

Y así, cada uno se marchó a su casa.

Dejando muchas dudas entre sus compañeros…

Y dejando algunos corazones rotos. Dos, para ser exactos.

Cuando la noche llegó, la fatiga golpeó a Naruto con brutalidad, aun no se acostumbraba a la ropa pegada ¡Nada como sus pantalones y sus playeras sueltas!, pero tenia que aguantar las blusas casi pegadas  y la falda corta. Sólo estuvo en el cuarto de Sakura, él no se iba a arriesgas a caminar por una casa totalmente desconocida, y mucho menos, con tantas fotos…. ¿Por qué había peleado?, aun se lo preguntaba. Ya la rabia había bajado, igual que la emoción. Recordar que estaba por llegar y abrazarla, extrañándola como siempre, como ahora, pero todo de alguna manera se inundó lentamente frente a su rostro. Toda esperanza…

Y ahora miraba la luna atreves de la ventana que jamás supo como se cerraba, extrañándola. Sintiéndose culpable pero incapaz de ir a verla…

Por otro lado, Sakura trataba de encontrar algo ¡Lo que sea para comer que no sea Ramen!, ni siquiera sabía muy bien donde Naruto guardaba su comida, y en ese momento… Hundida entre el enojo, la dignación y el orgullo, se dio cuenta que realmente no sabía mucho de Naruto…Ni siquiera sabía de aquella caja de recuerdos bajo su cama, donde había un listón rojo, una banda vieja… Una flor, y muchas cosas insignificante, que podía a llegar a ser valiosas para él. Y ella ni siquiera sabía de ello… ¿Y se decía conocer a Naruto? ¿Ser su mejor amiga?

Y ahora miraba la luna atreves de la ventana de Naruto frente a su cama, extrañándolo. Sintiéndose culpable pero incapaz de ir a verlo…

"¡Amando a una chica que jamás te ha amado!", recordó Sakura…

"!Tantas horas de preparación, para que los chicos no noten anda!, recordó Naruto…

"Las chicas jamás tratan de entender a un chico, siempre quieren ser ellas y ellas" pensó Sakura…

"A veces las chicas sólo queremos que nos miren y nos digan: Te vez más hermosa", pensó Naruto…

Era una tontería, una estúpida tontería…

De repente, el recuerdo de la vez que todo comenzó, aquel día en el restauran vegetariano. Aquel día disparado en el que nada tuvo sentido. Hasta ahora… Ella y él, su falta de comprensión, su falta de… Ponerse en el lugar de otro.

Y ahora todo eso era una estúpida tontería… ¿Por qué había peleado realmente? ¿Por ver sus cuerpos desnudos?, vanidad… Igual, tal vez, algún día de la misma manera los iban a ver.  Sólo era su falta de comprensión… Pensaron los dos, sin apartar la mirada del cielo.

…Entonces… ¿Qué estaba haciendo ahora?

Como por instinto, Sakura se levantó de un brincó, se puso sus zapatos  y salió disparada, con apenas su chamarra naranja en la mano y unos pasos firmes. Su corazón se aceleró, tan rápido como las palabras en su mente. Tenía que ver a Naruto, quería verlo.. ¡Quería decirle todo! Antes de que ya no pudiera… Quería, por primera vez, no ser sólo ella… Quería que ya nadie dijera "Un tonto enamorado", quería demostrar… Que abecés soñar y persistir vale. Y que conquistar no es difícil.

Ni entender a otra persona. Sólo hay que escuchar.

Y justo cuando daba un cruce en la esquina para llegar  a su casa, donde estaría Naruto, tomó un fuerte arranque y giró. Y chocó con una persona…

El inpacto la derribó, pero no como esperaba, el cuerpo de Naruto era mucho más fuerte de lo que pensó, aun un fuerte golpe y sus pies sólo había retrocedido unos cuantos pasos. Rápidamente, por instinto pidió disculpas para retomar su curso, su emoción latente tan viva e imaginativa. De repente, escuchó decir…

--¿A dónde vas, Sakura-chan?

Y su corazón se detuvo… Alzó la mirada, para cruzar sus ojos azules con los verdes de su cuerpo, pero atreves de ese cuerpo, estaba la mirada dulce de Naruto. Y todos los sentimientos la atacaron. La tristeza, la ansiedad, la alegría, un poco de enojo por ella misma y finalmente… El amor, más potente. Recordó las palabras de Shikamaru, recordó las burlas y la dulzura que sintió ante aquella declaración.

Ya nada importaba, pensó, nada importa más que él…

Naruto pensó lo mismo, sujetando la mirada y dedicándole una sonrisa. Después de todo, el no podía estar enojado con esa chica ¡Por más necia y molesta que se ponga! Siempre será, como una parte de él, esa parte feliz… Y aun sin ver sus ojos hermosos, veía la dulzura de su corazón. Y eso era aun más hermoso.

--Sakura-chan… --Prosiguió rascando su nuca atreves del cabello rosa--. Lo siento, no quería decir nada de eso, yo…

--¡Ay cállate, Baka!--Y sin decir nada más, Sakura se lanzó contra Naruto  y lo besó.

Fue extraño, besarse a ella misma atreves de otro cuerpo, pero cuando la idea se desvaneció entre la sensación de los brazos de Naruto cubrirla, sintió  el verdadero beso. Suave, saldado, dulce interiormente, y cariñoso…

Amoroso.

Y por toda la noche, se besaron. Como nunca, y como siempre.


Los recuerdos golpeaban a Naruto, tan rápido a como sus ojos azules se abrieron, ante la luz de la mañana. Él se levantó y sobre su brazo sintió un peso. Un bello y reluciente peso. Allí estaba Sakura, acurrucada entre sus brazos, la sabana cubría su cuerpo, su cuerpo con ropa, claro… Y su rostro estaba sumergido en su pecho, sus labios rosados y su cabello rosa…

Naruto se sintió avergonzado, tonto y algo emocionado ante sus sonrojo. Ante los recuerdos dulces de lo sucedido el día de ayer… Ante…

Espera.

Sakura estaba allí… ¡Sakura! ¡Sakura!, y él junto de ella.

¡Ya no estaba en su cuerpo!

Ya no era ella.

Naruto se levantó de golpe, en un brinco y corrió al baño de su casa, por que estaban en su casa, para mirarse al espejo. Y era él. Su rostro, su voz, sus manos. Su cuerpo… ¡Oh dios! ¡Oh dios!, todo era él… ¡La emoción subió por su cuerpo y cuando escuchó…!

--¿Naruto?

De la voz de ella… Su corazón se derritió.

--¡Sakura-chan!--Gritó Naruto. Corrió hasta verla, acostada en su cama y algo adormilada, para así, mostrarle su cuerpo… ¡Su cuerpo y no el de ella! Vio como la confusión y la emoción adornaba su bello rostro, y sus bellos ojos verdes--. ¡Regresamos!

--Regresamos.

--¡Regresamos, Sakura-chan!

--Regre… Naruto… ¡Regresamos!

Sakura se levantó y como acto natural, se abalanzó contra Naruto, y lo abrazó, y lo besó. Una y otra vez, una y otra vez…  

--Pero… --Escuchó decir a Naruto--. ¿Qué sucedió? ¿Por qué?

No tiene sentido, pensó Sakura, pero sin duda alguna, había pasado… Raramente, extrañamente, pero había pasado. ¿Algún jutsu?, pensar en ello era lo que menos hacía Sakura, era la menor de sus preocupaciones el origen de todo ello. Y para Naruto era menos importante que nada.

De repente, la puerta sonó…Ligera, suave apenas escuchable.

Naruto fue quien abrió, mientras Sakura miraba desde la orilla de la cama, hasta la entrada, pensativa y sumida en un mar de preguntas. Y cuando la puerta se abrió, no había nadie, sólo un panquesito, pequeño, de chocolate con una fresa hasta arriba, y una nota pegada. Naruto se desconcertó, tomó el papelito y leyó, para Sakura y para él…


Naruto no entendió… Y tampoco tenía cabeza para pensar. Sakura soltó una carcajada con un "Por supuesto". Y entonces, los dos se miraron. Aquellas palabras significaban mucho y poco. Ahora eran pasado. Y una experiencia que allí se quedará, como una lección en las clases de la academia. Una que nunca olvidarán.

--Hay dos cosas que quiero hacer--Dijo Naruto cerrando la puerta y formando una sonrisa.

--Estas de suerte, hoy te complaceré--Respondió Sakura, entre la timidez y la dulzura.

--Quiero comerme esté panquesito de chocolate--La miró, formando una sonrisa de medio lado--. Y quiero enseñarte, como lavé tu cuerpo… Por sí tenias duda.