Dos tiempos (+18) [4/12/2014] Capítulo 26

Acababan de llegar a la residencia Haruno, como Naruto no tenía mucho equipaje, mejor dicho, nada de equipaje, decidieron ir a comprarle un par camisetas y unos pantalones antes de llegar para que usase de momento hasta que el hospital les diera los fondos para la investigación de Mebuki, en los que se incluía una parte para la manutención y gastos del rubio.

El viaje fue bastante animado, Naruto parecía un perro al que subían por primera vez a un coche, y es que era verdad, era la primera vez en su vida que veía un coche y que se subía a uno. “¿como puede moverse a tanda velocidad una caja de metal?” se preguntaba el chico que no daba crédito a lo que veían sus ojos.

Una vez llegaron a la casa Mebuki cogió el teléfono (aparato que también fascinó al rubio) y llamó a su marido para explicarle la situación, ya que aun no había tenido tiempo de comentarle su “precipitada” decisión respecto al nuevo huésped de la casa. Suponía que no le iba a hacer mucha gracia y que necesitaría unas horas para digerirlo antes de llegar, así que le llamó estando este aun en el trabajo.

Cuando hubo terminado el tour por la casa para enseñársela a Naruto, le llevaron a la habitación de invitados que sería suya a partir de ese momento, no era muy grande, se parecía mucho a la habitación de su apartamento, pequeña con un escritorio, un armario y una ventana. Guardó una de las camisetas y se puso la otra y los pantalones nuevos ya que Mebuki le había dicho que pusiera a lavar su chándal naranja.

Así fue pasando la tarde hablando de cosas cotidianas para que el chico se sintiera como en casa, no había motivo para agobiarle con la investigación si esta aun no había empezado. Enseguida llego la hora de la cena y la madre de la pelirosa se puso a cocinar mientras los dos jóvenes se sentaban en el salón a ver la tele y seguir hablando.

-La verdad Sakura-chan me encanta tu casa, y tu madre es realmente agradable.

-Gracias, imagino que echaras de menos a tus padres si se supone que están viviendo mil años en el pasado.

-Me alegra que por fin creas lo que te he dicho respecto a lo de que vengo del pasado pero..... - el rubio se calló de golpe.

-Pero ¿que?.

-No es nada, no te preocupes.

-Ahora no me vas a dejar con las ganas Uzumaki, dime lo que sea que te has guardado.

-Pues verás... yo no puedo echar en falta algo que no he tenido...

-¿Que... que quieres decir?

-El caso es que yo no conocí a mis padres, el día de mi nacimiento hubo un ataque a mi aldea en el que mi padre murió y mi madre no sobrevivió al parto.... me crié viviendo yo solo, pero ya lo he superado, entendí que mi padre murió por protegerme y mi madre entregó su vida para que yo pudiera tener la mía. No les guardo rencor, así que les agradezco todos los días lo que hicieron por mi aunque ni siquiera se como se llamaban.

-Naruto... tu... has debido de sufrir mucho, no me imagino un vida sin mis padres y lo tuyo debe haber sido realmente duro, lo siento.

-No tienes porque sentirlo Sakura-chan, no es culpa tuya.

-Si, si que lo es, yo te obligue a que me lo dijeras, por mi culpa has recordado algo muy doloroso.

-No te preocupes, te lo conté porque yo quise hacerlo, tu no me obligaste a nada. - el chico dijo esto con una amplia sonrisa dedicada a la pelirosa.

Cuando ella se dio cuenta de esto solo pudo pensar en como podía estar siempre sonriendo cuando su vida parecía un infierno ( y eso que aun no sabe casi nada ). Esa sonrisa le parecía tan luminosa y atrayente,  esto mezclado con la culpa que aun sentía por haber sacado el tema provocaron que hiciera algo que no se habría ni planteado en otra situación, abrazó a Naruto y enterró la cara en su hombro.

Ambos estaban disfrutando del momento, el chico sonrojado a mas no poder y sin saber que más hacer aparte de corresponder al abrazo, y Sakura por su parte se preguntaba el por que de su comportamiento pero sin arrepentirse de lo que había hecho. Todo era perfecto hasta que un sonido los sacó de su paraíso particular, un carraspeo.

-Ejem....., disculpad si interrumpo algo chicos.-dijo Mebuki desde la puerta de la sala.

En ese momento los dos se separaron y Sakura empujó a Naruto tirándolo del sofá y sonrojada como un tomate miró a su madre como ¿reprochándole? aquella interrupción.

-No interrumpes nada mamá, ¿que es lo que pasa?.

-Tu padre ha llamado y me ha dicho que esta noche llegará tarde, que va a cenar con unos inversores y que estará hasta tarde, así que comeremos sin él, en 15 minutos estará todo listo, id poniendo la mesa.

La mujer se fue pero de fondo se oían las quejas de un muchacho que se levantaba del suelo.

-Ayyyyy Sakura-chan, ¿porque me has empujado?

-Lo siento, fue un acto reflejo.

-Está bien, no pasa nada, pero la próxima vez procura tirarme hacia algo blando, que me he he hecho daño en el trasero jajajaja.

-Te parecerá bonito hablar así delante de una dama.

-¿Dama?, yo solo te veo a ti Sakura-chan.

-¡¡¡BAKA!!!

A Mebuki le pareció escuchar unos golpes, pero supuso que sería alguien en la calle y siguió con lo suyo. Mientras tanto, en el salón, un magullado rubio intentaba pedir disculpas desde el suelo con la cabeza llena de chichones, mientras una enfadada pelirosa estaba que echaba humo por las orejas sentada en el sofá.

Finalmente decidió que ya había tenido suficiente castigo, lo ayudó a levantarse y se fueron a poner la mesa para la cena.

Más tarde todo fue estupendamente, los tres cenaron y se lo pasaron muy bien, Mebuki quedó sorprendida por la cantidad de comida que consumía el rubio, pero estaba encantada de servirle ya que este no dejaba de hacerle cumplidos por lo buena cocinera que era y lo rico que estaba todo. Cuando terminaron de cenar lo recogieron todo y antes de que cada uno se fuera a su cuarto la mujer les explico a los chicos como serían las cosas a partir del día siguiente.

-Bueno chicos, como sabréis Naruto es menor de edad.

-Siiiiiiiiiii – respondió Sakura ante la obviedad de su madre
-Y según la ley tiene que estar escolarizado hasta que cumpla los 18. Así que en el hospital, antes de que nos fuésemos, el director llamó a tu instituto hija.

-¿Que tiene que ver mi instituto en todo esto?.

-Pues mucho, ya que a partir de mañana Naruto irá contigo a clase.

-¡¿COMO?!

-Lo que has oído hija, mañana irá contigo al instituto, le tendrás que llevar al despacho del director y allí se matriculará y recogerá su uniforme.

-Pero hay un montón de institutos ¿porque tiene que venir al mío?

-Por que lo digo yo y punto, ahora a dormir, buenas noches.

Dicho esto la madre de la chica se fue a su habitación dejando a los dos jóvenes en el pasillo solos.

-Si tanto te molesta que esté en tu instituto puedo hablar con tu madre para inscribirme en otro- Naruto dijo esto con una cara de cachorrito abandonado que casi hace que a Sakura se le escapase una lagrimilla.

-No dije eso por que me moleste que vengas conmigo a clase.

-Y entonces ¿porque?.

-Pues como me caes bien quería protegerte.

-¿Protegerme de que?

-De Ino.

-¿Quien es Ino?

-Mañana lo descubrirás.

No dijo nada más, se dio la vuelta y se fue directa a su cuarto dejando a Naruto solo y totalmente descolocado en el pasillo.

-¿Quien será esa Ino?, ¿será más peligrosa que los de akatsuki?.

Con este pensamiento en chico se fue a su habitación para dormir y así descansar para su primer día de clase. Lo que no sabía es que eso sería el principio de una pesadilla de la que pocos escapaban, una pesadilla conocida por todos como Ino Yamanaka.

CONTINUARÁ...

En la residencia Haruno todo iba de maravilla, lo único que habían hecho para la investigación hasta el momento fue una sencilla y rápida extracción de sangre y unas radiografías en el hospital para comprobar la soldadura de los huesos, y así descartar un posible pero improbable error en las primeras que se le realizaron al rubio en su internamiento.

Al día siguiente de la primera noche de Naruto en la casa de Sakura, a la hora de la cena, se produjo el primer encuentro entre Satoshi Haruno, marido de Mebuki y padre de Sakura, y Naruto. Al principio hubo un cierto resquemor por parte del mayor de los dos ( quien no lo tendría si tienes a un adolescente viviendo con tu hija ), pero por fortuna para todos a lo largo de la noche y cuando conoció mejor al joven, su humor cambió,  al final le había caído bien.

Después de la cena le contaron a Satoshi la historia de Naruto y sorprendentemente se la había creído a la primera, diciendo que un chico tan majo no podía mentir, por descabellada que sonase su historia.

Por otro lado, ya había pasado una semana desde que Naruto empezó a ir a clase con Sakura. Los primeros días fueron un calvario porque como la pelirosa le había advertido Ino no paró de acosarlo y hacerle preguntas de todo tipo. Además no solo molestaba al rubio, si no también a su amiga, picándola con comentarios del estilo “que buena pareja hacéis” o “mirad a los tortolitos que se sientan juntos en clase”. Hizo falta una severa amenaza por parte de Sakura y muchos ruegos por parte de Naruto para que cesaran sus burlas, preguntas y acosos.

Hoy era domingo por la tarde y nuestros dos jóvenes estaban en el patio trasero de la casa de la chica charlando y un poco deprimidos en vista de que el fin de semana se acababa y el día siguiente era lunes.

-Oye Naruto.

-Dime Sakura-chan.

-He estado pensando en que me gustaría poder ver alguna de esas técnicas ninja que decías que podías hacer. Sobre todo esa que me mostraste el otro día y que me dijiste que no tocara.

-¿Estas segura?, podría romper unas cuantas cosas y no creo que a tu madre le haga mucha gracia.
-Vamos hombre, no creo que sea para tanto ese tal rasengan o como se llame.

-Dame algo grande que pueda romper y te lo demuestro.

-No me creo nada pero vamos a verlo, sígueme.

Naruto y Sakura entraron a la casa y se dirigieron a la puerta principal para salir cuando Mebuki los interrumpió.

-¿A donde vais a estas horas chicos?.

-Vamos al descampado de aquí a la vuelta mamá, Naruto me va a enseñar una de sus técnicas.

-Esperad que voy yo también, seguro que es divertido. Si a Naruto no le importa claro.

-En absoluto, cuantos más mejor.

Salieron de la casa y fueron al descampado que había dicho la chica, no se encontraba muy lejos, en 10 minutos llegaron. Era una especie de solar abandonado en el que quedaban restos de una obra, algunas vigas y algún muro a medio hacer. Cuando llegaron Sakura buscó la pared más grande y robusta que pudo y cuando divisó su objetivo pensó con sarcasmo que Naruto no le haría ni un solo rasguño.

-Eso, quiero que le des a eso. Habías pedido algo grande ¿no?.

-Pues si, pedí algo grande pero esto...-Naruto puso una cara de desgana que Sakura interpretó como de derrota, aunque más bien era de aburrimiento.

-Ánimo Naruto, seguro que algo le harás.- dijo Mebuki intentando animarle.

En ese momento comenzó a hacer los mismos movimientos que había hecho en el hospital y que Sakura ya había visto antes, formándose la misma bola de color azul de la última vez.

-Hija, ¿es eso lo que me dijiste que hizo en el hospital?.

-Si mamá, es eso.

-¿Y no crees que Naruto exageró un poco?, no se yo, no parece que con eso pueda hacerle nada a un muro de hormigón armado. Solo es una bolita que hace luz.

-Eso es lo que creo yo, pero él dice que puede hacer mucho daño con ella. Aunque por la cara que puso cuando le dije lo que quería que rompiese, me parece que nos vamos a quedar con ganas de acción jajajaja.

Naruto, que lo había escuchado todo, las ignoró y para demostrarles que estaban equivocadas se concentró y acumuló algo más de chakra en la técnica. Cuando terminó echo a correr hacia el muro y al llegar lo golpeo con la esfera que estalló llevándose consigo la pared y dejando una marca considerable en el suelo.

Madre e hija no cabían en su asombro, la mandíbula les llegaba hasta el suelo y no sabían que decir.

-El...el...el muro, ¿donde esta el muro?- balbuceó Sakura.

-¡PUF!- fue lo único que dijo Naruto gesticulando  mientras pasaba sonriendo por al lado de las mujeres rumbo a casa.

Las dos lo siguieron de cerca pero sin acercarse mucho mientras cuchicheaban.

-¿¡Has visto lo que ha hecho!?,¡no dejó ni rastro del muro!.

-¡No me lo puedo creer mamá!, ¡y yo casi la toque en el hospital, me podía haber quedado sin mano en serio!, ¡o sin el brazo entero!.

-Menos mal que vive con nosotras jajajaja, ¿te imaginas tenerlo como enemigo?

Con solo imaginárselo Sakura tuvo un escalofrio que le recorrió toda la espalda.

Cuando llegaron a la casa nuevamente Satoshi ya había vuelto de hacer la compra para la cena y Mebuki le contaba con pelos y señales lo que había hecho el joven, mientras Naruto y Sakura estaban en la habitación de esta hablando sobre lo ocurrido.

-Menos mal que me avisaste en el hospital de que no tocara esa bola, si no a saber lo que me habría podido pasar.

-No te preocupes, no te habría dejado tocarla de ninguna manera, solo lo uso con mis enemigos no con gente que me cae bien.

-Entonces, ¿quieres decir que yo te caigo bien?.

-Pues claro Sakura-chan.

-¿Y nunca me vas a acercar esa bola a menos de 20 metros?.

-No jajajajaja no te preocupes.

-Prométemelo- dijo Sakura cruzándose de brazos e inflando los cachetes como una niña pequeña.

-Esta bien Sakura-chan, te prometo que no te voy a acercar el rasengan nunca, a menos....

-A menos que ¿que?.

-A menos que tenga que hacerlo para protegerte de algo ¿vale?.

-Va...vale- dijo eso totalmente sonrojada y lo peor es que no sabia porque le pasaba, ¿era porque alguien le decía que la iba a proteger?, ¿o era por la persona que se lo decía?, definitivamente en ese momento estaba echa un lio.

Después de eso Mebuki los llamó a cenar y cuando todos terminaron y recogieron la mesa se fueron a dormir porque al día siguiente había que madrugar.

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Interior de Naruto

Estaba Naruto en una sala grande y redonda que reconoció como el despacho de la Hokage, frente a el estaban Tsunade, Kakashi, Sai y un sapo pequeño y de color verde que le estaba hablando. En ese momento se dio cuenta de que no estaba viendo a través de sus ojos, si no que estaba viendo su espalda desde arriba, como si estuviese flotando por encima de si mismo. No entendía lo que ocurría pero decidió escuchar lo que se estaba diciendo para intentar averiguar algo. Lo que oyó lo dejó aterrado y sin aliento, ¿era cierto lo que había escuchado?, era imposible, el sapo había dicho “Jiraya-chan ha muerto en combate” pero eso no tenía ningún sentido, es decir, el no tenía recuerdo de que esa reunión se hubiera llevado a cabo y no tenía sentido el que el estuviese flotando sin mas en la sala, tenía que ser un sueño, no había otra explicación posible. Pero todo era muy real, demasiado real.

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Exterior de Naruto

Fue entonces cuando se despertó por el sonido de su despertador y se incorporó de golpe en la cama, se dio cuenta de que estaba muy sudado y de que tenía el pulso acelerado, como si hubiera estado corriendo durante horas sin parar. Se relajó poco a poco y cuando sus pulsaciones volvieron a la normalidad se sentó en el borde de la cama apago el reloj que llevaba pitando 10 minutos y se fue al baño a ducharse antes de que se levantase Sakura.

Mientras desayunaban Sakura notó que Naruto se comportaba de un modo extraño, hablaba y sonreía como siempre pero había algo que no acababa de convencerla.
Terminaron y salieron directos al colegio, medio andando medio corriendo porque se les había pasado la hora.

Una vez allí, habiendo llegado por los pelos, fueron a su clase y se sentaron en sus pupitres uno al lado del otro. Los habían puesto así porque la pelirosa era la única que conocía al chico y podía ayudarle a orientarse en clase. A Sakura al principio no lo hizo gracia que la separasen de Ino pero cambio de idea cuando vio que se lo pasaba bien con algunas ocurrencias del chico. Y eso fue justamente lo que le llamó la atención, ese día estaba muy callado, demasiado callado para su ruidosa personalidad, la profesora no le había llamado la atención ni una sola vez, cuando lo normal eran unas 5 o 6.

Tan ensimismado estaba que ni se dio cuenta de que la clase de matemáticas había acabado y que tocaba educación física.

-Oye Naruto....Naruto....¡Narutooo!.

-Ey ey ey ¿que pasa Sakura-chan? No hace falta que grites.

-Es que estabas ido.

-Si, tienes razón, lo siento.

-No hace falta que te disculpes, pero será mejor que te vayas al vestuario si no quieres llegar tarde a la clase de educación física. Por cierto, ¿estas bien?.

-Si, estoy bien, me voy a cambiar, hasta luego.

-Hasta luego -la chica no podía evitar estar preocupada por su compañero, tanta seriedad y la ausencia prolongada de una sonrisa o una broma la hacían pensar que le estaba ocultando algo, y averiguaría lo que era, tan seguro como que su nombre era Sakura Haruno.

CONTINUARÁ...

Se encontraban en la clase de educación física corriendo alrededor de la pista de atletismo, Sakura seguía preocupada por Naruto y no sabía como animarlo, se le veía serio y decaído, corriendo como un autómata.

Ensimismada como estaba no se dio cuenta de que alguien se acercaba a ella por detrás, era uno de los típicos abusones graciosetes que hay en todas las clases y que hacen daño a los demás porque son mas grandes y fuertes que la media. Este se disponía a empujar a Sakura para que cayese al suelo de asfalto, con el único motivo de que estaba aburrido y el único propósito de hacer daño.

Ino, que estaba al lado de su amiga se dio cuenta de todo e intentó evitarlo, pero llegó tarde y la pelirosa se fue de bruces contra el suelo haciéndose daño en la pierna. La reacción de la rubia no se hizo de rogar, empezó a gritarle y decirle de todo a ese chico y mientras tanto este la ignoraba como si la cosa no fuese con el. En ese momento el abusón fue derribado por un golpe que no supo decir de donde había venido hasta que vio a un rubio delante de el y mirándole desafiante.

-¿Porque no te metes con alguien de tu tamaño grandullón?.

El chico se levantó y dijo:

-Pero mirad quien está aquí el rubito nuevo, que pasa ¿vienes a defender a tu novia? jajajajaja.

-Sakura-chan no es mi novia, pero es mi amiga y no voy a consentir que le pongas un dedo encima, eso te lo prometo.

-¿Quieres pelea?, pues la tendrás.

Ambos estaban puestos en posición para comenzar a pelear cuando una voz detuvo al rubio.

-Naruto, déjalo, estoy bien enserio.- Sakura decía esto mientras se ponía de pie con ayuda de Ino.

-Pero Sakura-chan, el te ha tirado a propósito, no puedes dejarle irse así como así, te ha hecho daño.

-Da igual, no te metas en una pelea por mi culpa... por favor.

-Esta bien Sakura-chan.

Naruto se dio la vuelta a regañadientes dándole la espalda a su adversario y fue a ayudar a Ino a llevar a Sakura a la enfermería para que le curasen la pierna cuando:

-Eso es, vete con tus amiguitas, y luego vete a llorar con la zorra de tu madre jajajajaja.

Había gente que estaba de parte del matón y reían junto a el por su “ocurrente” comentario, cuando notaron que el ambiente estaba más cargado de lo habitual, como si el mero echo de respirar les costase el doble. En ese momento dejaron de reír y levantaron la vista para ver a un rubio que se había detenido a mitad de camino entre sus amigas y el lugar en el que había estado de pie para pelear. Estaba de espaldas a ellos pero Ino y Sakura podían verle bien, tenía la cabeza agachada y el flequillo le tapaba los ojos, sus puños estaban apretados y se notaba que estaba ajitado. Podía notarse también una especie de manto de color rojo muy tenue que estaba alrededor de el.

-Na....Naruto....¿estas bien?-dijo Sakura preocupada por el estado de su amigo.

-...

-¿Naruto?.

El chico levantó la cabeza y ese fue el momento en el que lo vio, sus ojos, sus preciosos ojos de color azul se habían vuelto rojos como la sangre, y su expresión era la de más pura rabia que uno pueda imaginar. Aunque un detalle que solo la pelirosa pudo notar fue que estaba llorando.

Naruto se giró y encaró al matón, este se quedo inmóvil pero aunque estaba aterrorizado tenía que mantener su fachada de “chico duro” y desafió al rubio.

-¿Te crees que porque me mires mal me das miedo?, eres tan inútil como lo debe de ser tu padre, ven si te atrev.....

No le dio tiempo a terminar la frase porque sin que nadie lo pudiese ver Naruto le había dado un puñetazo que lo lanzó varios metros hacia atrás, y nuevamente, a una velocidad que nadie creía posible en un humano se volvió a poner encima de el y simplemente le dijo:

-Como vuelvas a hablar mal de mis padres en mi presencia, o te acerques a Sakura, te mataré … y eso también es una promesa.- había dicho esto junto al oído del chico así que solo lo escucho el, pero fue lo suficientemente convincente como para que el mensaje le calase bien hondo. Naruto se levantó y se dio la vuelta nuevamente en dirección hacia Sakura pero uno de los amigos del derrotado intervino.

-Esto no quedará así, te voy a denunciar, seguro que le has roto algún hueso.

-Lo que yo he visto es que ese matón se ha caído de las barras de ejercicios y se golpeo de frente contra el suelo.

-Yo he visto lo mismo que Ino.-dijo Sakura.

-Y yo.

-Y yo.

-Y yo.

Y así una larga lista de gente corroboraba la historia de la rubia, y como el número de personas a favor de esta versión era considerablemente mayor que la de la otra, todos los seguidores del abusón tuvieron que callarse y llevarse a su amigo hacia la puerta de la escuela mientras llamaban una ambulancia, resignados a tener que contar la otra versión de los echos porque su palabra no valdría nada contra la de todo el resto del curso.

Naruto ya había vuelto a la normalidad pero se le veía desorientado y cansado y no tardó mucho tiempo en desmallarse ante la mirada de todos sus compañeros.

Había pasado aproximadamente una hora cuando el rubio despertó en la enfermería del colegio, y a su lado sentada estaba Sakura que le observaba mientras se incorporaba.

-Hola Sakura-chan.

-Hola Naruto.-había saludado un poco a desgana, como si estuviera enfadada.

-¿Pasa algo?

-Pues ahora que lo dices si, me siento decepcionada.

-¿Decepcionada?, ¿porque?

-Me siento decepcionada porque pensé que yo era tu amiga, pero ya veo que no es así.

-Pues claro que eres mi amiga.

-No lo parece, primero te levantas raro y estás todo el día callado, luego te pregunto y me dices que no te pasa nada cuando es evidente que es mentira, y para colmo te pido que no te metas en una pelea estúpida por mi culpa por que no quiero que te hagan daño y no solo no me haces caso si no que encima mandas al otro al hospital con 3 costillas rotas.

-Pero yo...

-Pero nada, si quieres que sigamos siendo amigos más te vale contarme lo que te pasa, porque narices te peleaste con ese chico,  y por que tus ojos estaban de color rojo.

-¿A ti nadie te puede engañar no Sakura-chan?.-”resoplido”- verás, esta noche soñé con algo, pero no era un sueño normal, era algo muy real y en esa especie de visión por llamarla de alguna manera decían que mi maestro, una persona a la que quiero como si fuera mi propio abuelo, había muerto, y bueno... llevo todo el día pensando en que puede significar lo que vi.

-Entiendo, pero ¿y la pelea?.

-Al principio iba a dejarlo estar como me habías pedido, pero cuando llamó zorra a mi madre.... no me pude contener, no puedo soportar que alguien insulte a la persona que dio su vida por mi, y cuando llamó inútil a mi padre ya no pude soportarlo más.

-Puede...puede que en el fondo tuvieras razón en querer pegarle, pero has dejado a todos alucinados con la velocidad a la que te movías, ¿tiene algo que ver con lo de tus ojos?.

-En cierto modo si pero es algo un poco complicado de explicar.

-Inténtalo.

-A ver, ¿recuerdas lo que ponía en el libro que me enseñaste sobre los jinchurikis?.

-Si, que eran los contenedores de unas bestias.

-Exacto, pues verás, resulta que yo soy uno.

-¿Perdona?, creo que te entendido mal, me ha parecido escuchar que tienes un monstruo encerrado dentro.

-Has entendido perfectamente, mira.

Naruto se quitó la parte de arriba de su uniforme de educación física provocando un sonrojo en su compañera, pero poco a poco mientras el rubio concentraba chakra en la zona del abdomen se podía empezar a apreciar una especie de dibujo en forma de espiral.

-¿Que es eso?.

-Eso es el sello que impide que mi bijuu salga.

-Y cual se supone que tienes tu, espero que sea el de una cola, tiene pinta de ser el más débil.

-Estas en lo cierto, la fuerza de un bijuu viene dada por el numero de colas pero yo no tengo al de una.

-¿Al de dos?.

-No Sakura-chan, yo tengo encerrado dentro al Kyubi, el zorro de nueve colas, el rey de los bijuus.

CONTINUARÁ...

No podía creer lo que estaba escuchando, no solo le acababa de confirmar que los bijuus realmente existían si no que también le había dicho que el tenía al más poderoso de todos dentro suyo, ¡y ella y sus padres convivían con el a diario!.

-No te creo.

-¿No crees que tenga al kyubi dentro de mi?

-¡NO!, no puede ser cierto que se te ocurra ahora contarme algo tan peligroso como eso. Podrías habernos avisado, “Hola me llamo Naruto Uzumaki y tengo a un monstruo dentro mio”.

-No te sulfures, es cierto que podría habéroslo dicho, pero ¿me habríais creído?.

-Por supuesto que si....bueno....al final te habríamos creído.

-Sakura-chan, se sincera, me habríais tomado por loco igual que el primer día en el hospital.

-Bueno puede ser, pero ahora mis padres y yo creemos en todo lo que nos has dicho y te queremos ayudar, ¿no crees que al menos nos lo podrías haber mencionado cuando empezamos a confiar en ti?.

-En eso tienes algo de razón. Pero no tenéis de que preocuparos, él sabe igual que yo el lio en el que estamos y hemos acordado una tregua hasta que volvamos a nuestro tiempo, así que no es peligroso para nadie. Si cuando me enfadé antes y usé su poder él hubiera querido controlarme lo habría hecho y ahora la ciudad estaría destruida, fui yo quien usó su poder, y no al revés.

-Así que lo que hiciste antes fue usar el poder del zorro ese ¿no?

-Exacto, a veces lo uso de forma inconsciente cuando me enfado y generalmente acabo perdiendo el control, pero hoy a sido diferente, el kyubi me ha ayudado.

-¿Y como has pactado una tregua con él?, ¿es que podéis hablar?.

-Si, el está dentro mio así que lo único que tengo que hacer es concentrarme y ya me encuentro ante su jaula.

-¿Estas totalmente seguro de que no te esta engañando para escaparse o algo así?

-No puedo estarlo al 100%, pero creo que puedo confiar en él, no puede ser tan malo- el rubio dijo esto con una sonrisa que la chica le devolvió, ahora estaba tranquila, sabía que Naruto había intentado protegerla y que realmente le importaba y además no tenía que temer al zorro porque tenían una especia de “pacto de no agresión”. De lo que el chico no se dio cuenta fue de que algo dentro de el se removió dentro de su jaula al escuchar sus ultimas palabras.

No hablaron más, la chica llamó a la enfermera y cuando comprobó el estado de ambos y vio que ya estaban recuperados los dejó marcharse a casa, saltándose así las ultimas horas de clase.

Cuando llegaron aún no había nadie, Satoshi y Mebuki debían estar trabajando.

-Oye Naruto.

-¿Si?

-Con todo lo que ha pasado en la clase de educación física y el rato que nos hemos tirado en la enfermería nos perdimos la comida, ¿quieres que prepare algo ahora?, yo tengo hambre.

-Me parece genial, yo también estoy hambriento, pero con una condición, yo te quiero ayudar.

-¿Tu que sabes hacer?.

-Ramen instantáneo.- Sakura lo miraba con una gota en la cabeza.

-Anda ven, voy a hacer pasta a la carbonara que me apetece, tu coge las setas de la nevera y córtalas. Eso no es muy difícil, supongo que podrás hacerlo.

Ambos se pusieron manos a la obra, el único problema era que mientras que Sakura manejaba los utensilios de cocina como una profesional a Naruto no le iban bien las cosas con las setas, hasta que al final se hizo un tajo en el dedo.

-¡Ay!.

-¿Que pasa?.

-Me he cortado.

-Anda ven aquí que te lo curo, eres un baka.

La chica dejó lo que estaba haciendo para curarle a su “pinche de cocina” el corte del dedo, fue a por el botiquín, se lo desinfectó y le puso una tirita. Cuando terminó levantó la mirada y se dio cuenta de que el chico la miraba fijamente a los ojos, azul y verde se encontraron y estuvieron inmersos en la mirada del otro unos minutos, hasta que Sakura cortó el contacto y se fue corriendo a la cocina totalmente sonrojada, dejando a un rubio sentado en la mesa del comedor igual de colorado pero confundido por la reacción de la chica.

-”¿que me esta pasando”- pensaba Sakura-”¿porque me he quedado como una boba mirándole a los ojos?, seguro que ahora piensa que soy tonta, ¿y desde cuando me importa a mi lo que piensa ese baka?”.

Terminó de preparar la pasta mientras Naruto ponía la mesa para los dos, no se volvió a atrever a tocar el cuchillo....para evitar posibles lesiones no deseadas. Comieron sin decirse ni una palabra, ella por vergüenza y el porque creía que su amiga estaba enfadada por algo. Cuando se disponían a recoger sus manos se tocaron cuando fueron a coger al mismo tiempo la fuente, ambos la retiraron rápidamente y colorados hasta las cejas se fueron a la cocina para lavar los platos. Terminaron de lavar y guardarlo todo y se fueron cada uno a su habitación, no estaban en condiciones de estar juntos.

Naruto por su parte quiso comentar con su compañero el extraño sueño de esa noche.

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Interior de Naruto

-Hola kyubi.

-¿Que ocurre mocoso?.

-Quería hablar contigo sobre un sueño que tuve esta noche.

-Suponía que sería eso, pero te tengo que decir una cosa, no creo que fuese un sueño.

-¿Como?.

-Digo que no creo que fuese un sueño porque lo he visto en tus recuerdos y era demasiado real.

-¿Entonces me estas diciendo que es verdad?, ¿que ero-sennin está....

-No, no estoy diciendo eso, no tendría sentido.

-¿A que te refieres?.

-Digo que según lo que vi tu estabas detrás de ti mismo, como flotando, ¿crees que hay muchos sueños en los que te veas así?.

-No lo se, son sueños al fin y al cabo.

-Créeme, llevo 16 años dentro tuyo y he visto muchos de tus sueños, ninguno era como este, ademas...

-¿Ademas...?

-Ayer, cuando tu estabas teniendo ese “sueño” me pareció notar durante un momento un chakra en tu cuerpo que no era ni el tuyo ni el mio. Puede que sea un genjutsu.

-No puede ser un genjutsu, en esta época el único ninja que hay soy yo.

-Eso no lo puedes saber.

-¿Y que hacemos?.

-Se me ocurre algo, cuando vuelvas a soñar con algo así imagino que te percatarás de que algo raro está ocurriendo, así que en ese momento concéntrate y llámame, si estoy contigo en ese momento podré detectar si de verdad es un genjutsu o no.

-Vale, haremos eso.

Naruto se disponía a irse cuando se dio la vuelta y miro al zorro a los ojos.

-Kyubi, se que esto es difícil para ti, lo de estar encerrado, tener que ayudarme y eso, pero quiero que sepas que te estoy muy agradecido.

El bijuu no dijo nada, simplemente se quedó acostado sobre sus patas delanteras con los ojos cerrados como siempre. Naruto sonrió porque por una vez no se había despedido llamándolo “mocoso”, simplemente no había dicho nada, y eso era bueno ¿no?.

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Exterior de Naruto
Naruto volvió en si y estaba en su habitación, sentado exactamente en el mismo sitio, pero delante de el, sentada en la silla del escritorio estaba Sakura, mirándole fijamente.

-¿Estabas hablando con el?.

-Si.

-¿De que?.

-Pues del sueño que tuve, parece ser que podría ser obra de otro shinobi.

-Vale, pero...Naruto, yo... la verdad es que no he venido a hablar de eso...-Sakura estaba realmente sonrojada.

-Entonces ¿de que?.

-Pues, yo quería saber si....-”vamos Sakura díselo, se valiente” pensaba la chica.

-Si ¿que?.

-Quería saber si yo...bueno, si yo te parezco...una...chica...guapa...- en este punto Sakura no sabia sonde meterse y el color rojo de su cara era tan intenso que fácilmente se podía confundir con metal caliente. Por su parte Naruto no era menos, estaba sorprendido, rojo, extrañado, y dubitativo. ¿Que responder? Si decía la verdad  y le respondía que creía que era muy guapa estaba seguro de que le pegaría y le llamaría pervertido, y si le decía que no pues le pegaría de todas formas por razones obvias.

-Esto... yo creo que tu... ¿porque me preguntas eso?

-Tu solo responde y luego te lo cuento.

-Pues... no se para los demás pero yo te considero una chica... muy guapa, me encanta el color de tu pelo y tienes unos ojos muy bonitos.

-Naruto...-Sakura estaba emocionada por las palabras del rubio, nunca le habían dicho que fuese una chica guapa y ella no se consideraba así, sus ojos no le parecían nada especial pero lo que más le gustó y le sorprendió fue que le dijese que le gustaba su pelo, ese que tanto odió pero que en ese momento empezó a gustarle un poquito.

-¿Ahora me dirás para que querías que te respondiese eso?.

-Pues para no parecer una boba al decirte que yo también creo que... eres un chico muy guapo y que creo... que me gustas.

CONTINUARÁ...

Estaban sentados uno frente al otro, se miraban, el sonrojo en ambos era evidente, pero era normal, al fin y al cabo se acababan de decir que se gustaban. No era una confesión de amor por parte de ninguno de los dos, ni mucho menos, pero si que sentían que el otro era importante, y no solo eso, si no que también había una naciente pero intensa atracción física. Los dos querían hablar, pero no sabían que decir. Los dos querían abrazarse, pero se les olvidó como hacerlo, el simple echo de estar mirándose parecía suplir cualquier otra necesidad que tuviesen, hasta que al final y después de mucho pensar en sus palabras, un joven rubio decidió romper el silencio.

-Entonces, Sakura-chan, esto significa... bueno... ¿se podría decir que... estamos saliendo?.

-Podríamos intentarlo, después de todo los dos nos gustamos. Aunque, esta sería la primera vez que estoy con alguien, así que no se como comportarme.

-No, si también es mi primera relación, yo tampoco se que hacer. ¿Que te parece si lo averiguamos juntos?.

-Me parece genial.

-Entonces vamos.

Naruto dijo esto de pie, delante de la chica y tendiéndole la mano para ayudarla a levantarse.

-¿A donde?.

-¿A donde va a ser?, a dar una vuelta, aun es temprano y no nos vamos a quedar en casa toda la tarde.

Sakura cogió su mano para levantarse y de repente le pareció muy cálida, tanto fue así que no se dio cuenta de soltársela cuando ya estuvo en pie.

-Emmmm... Sakura-chan, no es que no me guste que me cojas de la mano y eso... pero no quiero salir con el uniforme de la escuela puesto, así que... ¿te importa salir un momento para que me cambie?.

La pelirosa se dio cuenta de su despiste, y abochornada le soltó la mano y se fue a su habitación diciendo que también se iba a cambiar.

Pasados unos minutos Naruto ya estaba listo y esperaba a la chica en la puerta de su habitación.

-¿Estas ya Sakura-chan?.

-Si si, un momento ya salgo.-dijo esto mientras abría la puerta y salía vestida con unos pantalones vaqueros y una camiseta de tirantes rosa claro.

-Vaya, no me había fijado en lo bien que te queda la ropa de calle, no quiero decir que no estés guapa con el uniforme, es solo que... bueno tu ya me entiendes.

-Lo cierto es que no, no te entiendo, pero gracias por el cumplido, creo.

Ambos bajaron la escalera y se disponían a salir cuando la puerta fue abierta por Mebuki.

-Vaya mamá, llegas pronto.

-Si Sakura, por suerte hoy tenía poco papeleo y me he escapado pronto.-entonces se fijó en que ambos estaban cambiados y se dirigían hacia la puerta.- ¿vais a algún sitio?.

-Pues si, como hoy no tenemos deberes hemos decidido dar una vuelta Mebuki-san.- dijo rápidamente el rubio.

-Bueno, está bien, pero no tardéis mucho en volver, tengo que comentarte unas cosas Naruto.

-No te preocupes mamá, estaremos para la hora de cenar.

-Pero para eso faltan un...montón...de...horas.- Mebuki terminó de decir esa frase para si misma porque los dos chicos habían desaparecido mucho antes de que acabase, así que con una gotita en la cabeza cerró la puerta que los chicos habían dejado abierta y se fue a su habitación a echarse una siesta, ya prepararía la cena más tarde.

Los dos chicos pasaron una tarde estupenda, fueron al cine, pasearon por el centro comercial y tomaron un helado mientras andaban por el parque. Todo fue genial, incluso en un momento de la caminata entre los árboles fueron cogidos de la mano. El tiempo se les pasó volando y cuando ya empezaba a oscurecer decidieron que era hora de volver para cenar con los padres de la chica. Cuando estaban delante de la puerta de la casa se detuvieron, no querían entrar, no aún.

-Lo he pasado muy bien Sakura-chan.

-Yo también me he divertido mucho Naruto.- Sakura no sabia a donde mirar, tenía su vista fija en un punto indefinido del suelo mientras el chico estaba bastante nervioso por no saber que iba a ocurrir.

-Deberíamos hacer esto más a menudo ¿no crees?.

-Es cierto, hay que salir más, pero ahora deberíamos entrar, mis padres estarán esperándonos para cenar.

-Si...deberíamos.

Iban diciendo esto mientras verde y azul chocaban y lentamente cada uno se sumergía más y más en la mirada del otro, cada vez más y más cerca, hasta que la distancia entre ambos fue inexistente y se unieron en un intenso, inexperto, pero sobre todo dulce primer beso que los llevó a ambos a su cielo particular, donde no pasaba el tiempo y donde no existía nada más que ellos mismos.

Todo estaba siendo perfecto hasta que como si de un “deja vu” se tratase escucharon un carraspeo que les interrumpió igual que en el abrazo del sofá.

-Hija, me parece genial que tu y Naruto hayáis decidido estar juntos, hacéis buena pareja pero ¿os importaría entrar a cenar?, hace rato que tu padre y yo estamos esperando por vosotros.

-Si...ma...mamá...perdón-los dos chicos entraron a la casa totalmente rojos y no llegaron a ver como una pequeña sonrisa se formaba en los labios de la mujer que les había pillado.

La recién formada pareja entró al comedor y vieron allí sentado al padre de la chica esperando.

-Vaya, estáis tan rojos que parece que vengáis de una maratón jajajajaja-Satoshi no podía estar más equivocado.

-Pues casi aciertas cariño, me acaban de decir en la puerta que venían corriendo para no hacernos esperar de más.- Mebuki le dijo esto a su marido para encubrirles y Sakura le dirigió a su madre una mirada de agradecimiento.

Todos se sentaron a la mesa, ya estaba todo preparado, empezaron a cenar y Mebuki les preguntó a los chicos a cerca de su salida y estos lo contaron todo excepto algunos detalles como lo ocurrido en la puerta, por temor a la reacción del padre de la chica.
Una vez acabaron, todos se juntaron en el salón a petición de Mebuki ya que tenía asuntos pendientes que tratar con el rubio.

-¿Y que es eso que querías tratar conmigo Mebuki-san?.

-Verás Naruto, es sobre los resultados de los análisis, creímos que en tu sangre encontraríamos alguna especie de proteína especial o algo semejante, pero no hemos encontrado nada fuera de lo común, y quería saber si hay algo que no nos hayas contado.

-Bueno, para ser sincero del todo hay algo de mi que solo sabe Sakura-chan. Y se ha enterado esta mañana en la escuela.

-Pero ¿que tiene que ver lo que me has contado con los estudios de mi madre?.

-Mucho, y si tienes guardado el libro que me llevaste al hospital se lo podré explicar.

-Vale, voy a por el.

Sakura subió a su habitación y rápidamente bajó con el libro en la mano, se lo dio al chico y este comenzó su explicación.

Cuando terminó de contarle al matrimonio la historia de los bijuus y los jinchurikis estos no cabían en su asombro, pero si el joven venía de la supuesta época en la que esas criaturas existían ¿quienes eran ellos para decir que mentía?.

-Pero Naruto.-dijo Mebuki mientras asimilaba la información-¿que tiene todo eso que ver contigo y con la investigación?.

-Bueno, lo cierto es que todo.

-Explícate chico.-dijo Satoshi.

-Veréis, como ya os he dicho para encerrar a un bijuu en una persona hay que usar un sello, pero mi maestro me enseñó que hay diferentes tipos de sellos, algunos son herméticos, otros se desgastan, pero hay un tipo especial, el más poderoso y complicado de realizar de todos, que permite que una pequeña parte del chakra del bijuu salga a través de el y así el jinchuriki se adapta y lo asimila, para en un futuro poder usar todo su poder sin peligro.

-Sigo sin entender que tiene que ver esto contigo Naruto-la mujer estaba hecha un lio y ya no sabía que pensar.

-Lo mejor será que se lo enseñes.

-Tienes razón Sakura-chan.

El rubio se puso de pie, se levantó la camiseta e hizo lo mismo que con Sakura, concentró chakra y el sello se hizo visible.

-Satoshi-san, Mebuki-san, este es mi sello, el más poderoso jamas creado para encerrar a un bijuu.

-Entonces eso quiere decir que...

-Si mamá, Naruto es un jinchuriki.

-¿Pero de cual de esas bestias?

-Satoshi-san... mi bijuu es el de nueve colas.

CONTINUARÁ...

La pareja estaba realmente impactada, absolutamente todo lo que ese chico les había contado hasta el momento era cierto, porque no iba a serlo lo que les acababa de decir. Aun así era difícil de creer, ¿un monstruo legendario encerrado dentro de un chico de 16 años?, y sobre todo, ¿en un chico tan bueno?.

-Naruto- empezó Mebuki - creo que hablo por Satoshi y por mi cuando digo que creemos lo que dices y que confiamos en ti, nuestra forma de tratarte no cambiará.

-De verdad me alegra mucho escuchar eso.

-Lo que no acabo de entender es que tiene que ver esto con tu capacidad de regeneración.

-Pues como ya dije antes, todo, el kyubi es el que me cura con su energía, si no lo hiciera y yo muriese el moriría conmigo, así que le conviene mantenerme sano jajajaja. Aunque, volviendo a estar serios, siento haberte mentido Mebiuki-san, yo sabía que la investigación no llegaría a ningún sitio y aún así no dije nada, no me sentía preparado.

-No te preocupes, además, podemos seguir investigando una manera de que puedas compartir esa energía de alguna manera, no todo esta perdido. De todas formas, aunque te cure, debe haber sido difícil para ti y tu familia convivir con esa criatura, desde.... ¿desde cuando lo tienes dentro?.

-Desde que nací, y lo cierto es que si, a veces me resultó muy difícil llevar yo solo esta carga.

-¿Solo?, ¿no estaban tus padres contigo?.

Sakura había bajado la mirada ante la pregunta de su padre, porque ella sabía la respuesta, lo que no sabía era la reacción que tendría Naruto teniendo que contar por segunda vez su historia.

-Satoshi-san, créame, estoy seguro de que de haber conocido a mis padres ellos habrían estado a mi lado en todo momento.

-Naruto, quieres decir que tu.....-Mebuki no podía terminar la frase porque estaba al borde del llanto.

-Por mucho que me apene es así, mis padres murieron el día que nací, mi padre defendiendo la villa del ataque del zorro que ahora tengo sellado dentro y mi madre no sobrevivió al parto por falta de médicos que atendiesen su hemorragia.

-Debe haber sido duro vivir en un orfanato, pero allí te habrán cuidado bien, después de todo teniendo al zorro dentro tu eres parte de su salvación ¿no?.-ahora era el hombre quien hablaba porque su mujer estaba acongojada.

-Siempre esperé que fuera así, hasta los dos años estuve en un orfanato pero me cuidaban lo justo para que no me muriese de hambre, solo porque era una orden del tercer Hokage. Cuando aprendí a hablar me echaron de allí y me dieron un piso de una sola habitación y una pensión para vivir, ¿os lo podéis imaginar?-el rubio dijo esto con un tono de broma raro, ya que después de todo estaba hablando de su propia vida- un niño con apenas tres años viviendo solo en un apartamento y alimentándose de ramen instantáneo y leche pasada, recibiendo palizas diarias de los aldeanos mientras le llaman monstruo, pero ¿sabéis que?, no me importa, no les guardo rencor, algún día conseguiré que todos reconozcan mi fuerza y me quieran y no solo eso, si no que seré el mejor Hokage hayan visto jamás.

-Debes odiar mucho a ese zorro que te lo quitó todo, debe ser insoportable tenerlo dentro.

-Lo cierto es que no lo odio Satoshi-san – en ese momento un zorro comenzó a prestar más atención a la conversación de su contenedor - llevo 16 años conviviendo con el todos los días y hemos hablado muchas veces. Al principio le echaba la culpa de todo lo malo que me pasaba, pero aunque es un gruñón y nunca me ha tratado bien, creo que es buena persona, y entiendo que esté enfadado, al fin y al cabo yo soy su carcelero por decirlo de alguna manera. La verdad es que espero que algún día podamos llegar a entendernos y a ser amigos.

Mebuki estaba llorando a moco tendido, no esperaba que Naruto tuviese una historia tan triste, pero la que de verdad estaba emocionada y conmovida era Sakura que solo conocía parte de la historia y ahora estaba llorando por todo lo que había sufrido su recién estrenado novio. Por su parte Satoshi estaba conmovido por todo lo que había contado el chico y además lo admiraba, no podía entender como después de haber sido maltratado y golpeado toda su vida ese rubio que tenía delante no solo había perdonado a todas las personas que le habían hecho daño, si no que también había perdonado al causante directo de sus desgracias, era increíble. Pero había algo más increíble aun, y era algo que ni la familia Haruno ni Naruto sabían, y era que las últimas palabras del chico habían dado mucho que pensar a un anaranjado gruñón de 9 colas que fingía dormir en su jaula.

Habían pasado unos minutos cuando, sin previo aviso Mebuki se levantó de su sitio, se acercó a Naruto, le hizo levantarse también y le abrazó, un abrazo maternal que hizo que se sintiera reconfortado a pesar de que, aunque no lo demostrase, el también sufría por todo lo malo que había vivido.

-No te preocupes Naruto, si no tienes familia nosotros podemos ser la tuya.- dijo la mujer aun recuperándose del llanto.

-¿Habláis... enserio?

-Claro chico, te trataremos como su fueras hijo nuestro, y Sakurita como si fuera tu hermana ¿verdad hija?.

-Bueno papá, lo cierto es que yo.... prefiero cuidarle de otra manera....

-¿De que otra manera?, no lo entiendo.

-Pues como a mi no....vio. -dijo esto sonrojada, no sabía de donde pero había juntado el valor suficiente como para decírselo a su padre.

-¿Como tu que?, hablas tan bajito que no oigo nada.

-Cariño, ha dicho que lo quiere cuidar como a su novio.- viendo que su hija no estaba anímicamente preparada para repetir lo que había dicho decidió hacerlo ella.

-¿Has... dicho.....no...vio?.

-Si.

-¿Na....Naruto...con Sakura?.

-Si.

Todos se temían una reacción exageradamente brusca por parte del hombre pero en cambio.

-Eso es....es.... ¡es fantástico!.

-¿Como?.- preguntaron los otros tres presentes al mismo tiempo.

-No puedo imaginar a una persona mejor para que este con mi hija, confío plenamente en ti Naruto, no me decepciones.

-No lo haré.

-Pero solo una cosa....nada de estar en la misma habitación a partir de las 10 ¿entendido?. - dijo esto con un tono aterrador que casi hace al rubio salir corriendo.

-S...si.

Así siguieron el resto de la noche juntos y celebrando la nueva incorporación a la familia de Naruto como hijo/yerno y como novio de la chica.

Lo que ninguno de ellos notó fue que había una sombra que les vigilaba desde la ventana, una sombra con una capa negra y nubes rojas.

Esa noche Naruto volvió a soñar pero era diferente, el se veía a si mismo igual, como flotando tras si mismo, se veía siendo alabado por toda la villa por haber derrotado a un tal Pein, todos gritaban “viva Naruto” o “Naruto es un héroe”, y cosas por le estilo, eso si que se parecía más a un sueño, no como el anterior. Por un momento se dejo llevar por la sensación de que todos le quisieran pero se acordó de lo que había hablado con el zorro y decidió llamarle.


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Interior de Naruto


-Kyubi, ¿estas ahí?, esta ocurriendo de nuevo.

Cuando lo llamó apareció al lado suyo una nube de color rojo.

-¿Me llamaste cachorro?.

-¿Cachorro? esa es nueva.

-Es solo porque ya no te odio tanto.

-Bueno, como sea, estamos en un sueño de esos raros otra vez, te llamé como me dijiste.

-Muy bien, veamos si detecto algún chakra.

-¿Algo?.

-Mmmmm.... si detecto un chakra pero hay algo raro, proviene de....¿de dentro de ti?.

-¿De dentro mio?.

-Si, es raro pero parece que hay algo o alguien dentro tuyo que quiere que veas esto sea lo que sea.

-No lo entiendo.

-No me extraña.

-¡Oye!.

-De todas formas yo no puedo decirte que o quien es, eso se lo tendrás que pedir a un Yamanaka que entre a tu mente.

-Esta bien, el que sabe de esto eres tu.

-Si eso es todo me voy ya.

El zorro desapareció, y poco a poco la escena se fue difuminando hasta que el chico quedó en un espacio negro, aunque no por mucho, porque otra escena se fue dibujando en ese lugar.

Parecía que estaba en un campo de batalla, ante él se encontraba un hombre con una máscara blanca con tres agujeros no prestaba mucha atención, solo veía lo que ocurría, hasta que algo que el mismo dijo lo sorprendió.

(Naruto en el sueño) – ¿Sabes que Madara?, ahora ya no me podrás vencer tan fácilmente.

(Madara en el sueño) - ¿Y eso?, hasta ahora he dominado el combate, no parece que el poder del kyubi te vaya a ayudar esta vez.

(Naruto en el sueño) - ¡ No le llames así !, su nombre no es kyubi, el es Kurama, es mi amigo y ahora te demostraremos lo que podemos hacer juntos.

La imagen se fue desvaneciendo otra vez, y mientras se iba quedando todo en negro Naruto empezó a pensar, ¿Kurama?, el kyubi tenia nombre, ¿desde cuando?, ¿porque no se lo había dicho?, ¿quien era ese hombre de la máscara?. Muchas preguntas sin respuesta, pero no había tiempo para más porque se estaba despertando, ya era por la mañana.

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Exterior de Naruto

Todos se despertaron y comenzaron su rutina normal, ese día parecían una familia normal, ni Satoshi ni Mebuki tenían que madrugar mucho así que estaban desayunando todos juntos. Cuando terminaron Naruto y Sakura fueron al colegio y como no, cogidos de la mano desde la puerta de casa. Al llegar no se percataron de soltarse y una Ino ávida de información para sus cotilleos escolares los vio, y como es normal, a los 10 minutos toda la escuela sabía que los chicos estaban saliendo. Esto le valió un buen coscorrón a la rubia por parte de su amiga, ¡por bocazas! había dicho al propinarle el golpe.

El día no fue nada especial, no ocurrió nada hasta que estaban todos a punto de irse del colegio. Su tutor entró en el aula y les empezó a repartir unos sobres con información sobre una jornada de puertas abiertas que se llevaría a cabo en la escuela a la que debían acudir los padres de los alumnos, se celebraría el sábado.

Pasó lo que quedaba de semana y ya era el día señalado , todos los alumnos estaban en el colegio con sus padres y todos ellos habían llevado sus cosas para hacer un picnic. Se celebraban carreras de sacos y exhibiciones de actividades extraescolares como artes marciales o gimnasia. Las familias estaban pasando un buen día hasta que se escuchó una explosión que provenía de la parte de atrás de la escuela, rápidamente todos fueron hacia allí.

Cuando llegaron vieron a dos sujetos, uno bajito y pelirrojo y otro rubio y más alto, los dos vestidos con una capa con nubes rojas, que parecía habían destruido la mitad de la cancha de atletismo del colegio.

-No se quienes sois pero no podéis estar aquí.-dijo el director enervado por la destrucción de la propiedad escolar.

-Oooh no se preocupe señor en cuanto recojamos lo que hemos venido a buscar nos iremos de aquí con mucho gusto.

-Mi compañero Deidara tiene razón, denos al jinchuriki y nos iremos de aquí, aunque le advierto, no tarde mucho, no me gusta esperar.

-No se lo que es un jinchuriki pero si me lo explican se lo intentaré dar.

-No es un que si no un quien, queremos a Naruto Uzumaki.

Un sin fin de murmullos se escuchó entre los compañeros de clase del rubio, ¿porque le querrían a el?, ¿para que le querrían a el?, se hacían muchas preguntas y tenían la sensación de que pronto se las resolverían.

CONTINUARÁ...