Fresas con Crema [29/05/2014] Capitulo 2.

Vida ¿Qué es eso? Según el diccionario es la capacidad que poseemos los seres vivos para desarrollarnos, reproducirnos y mantenernos en un ambiente; según internet puede definirse como la existencia de los seres vivos. Se supone que todos tenemos una vida desde que nacemos hasta que llega nuestra muerte, pero a excepción de todos ella no pudo tener una vida propia hasta que estuvo a punto de enfrentarse a ella tal cual era, pudo ver su crudeza y dureza, y todo comenzó por su segundo amor.


Levantarse cada mañana era una rutina, ir cada día de la semana a la escuela era un deber y un derecho según había aprendido, tenia siempre una apariencia impecable, junto a una cara poco expresiva, una voz suave y cálida que no muchas veces se escuchaba, unos hermosos ojos ocultos tras sus grandes gafas, un cabello de color peculiar, corto y con un flequillo que tapaba su gigantesca frente. El silencio era algo que regalaba a todas las personas, prefería de escucharlas, eso siempre le repetían en casa, “Cuando escuchas a los demás puedes entenderles mejor” “Antes de hablar escucha, así tendrás mejores cosas que decir y nunca quedaras mal” y ella seguía estos consejos al pie de la letra, muy parecido a lo que hace un robot.

Sus amigos y compañeros le veían como alguien extraña, no solo por el hecho de cómo ella jamás podía expresarse bien con los demás, si no el hecho de cómo era su comportamiento luego de haber sufrido tantas cosas, una de esas la muerte.



A media calle dos jóvenes corrían agarrados de la mano, se les hacia tarde, y no tenían mucho tiempo para siquiera poder almorzar. Los padres de la chica no sabían dónde se encontraba, y el chico estaba fugado de clases. Un amor puro y joven, lo más hermoso que alguien puede vivir en su juventud.

-¿Estás seguro que quieres perder esa clase? Yo aun puedo regresar con Ino, y comer con ella- Propuso ella, corriendo a la acera.

-Estoy más que seguro Sakura, no siempre podemos estar juntos y no perderé esta oportunidad, si es necesario te raptare hasta que podamos comer juntos por primera vez- Regaño el chico de forma graciosa, siguiendo a la mencionada, tomando fuertemente su mano.

-Tus padres me odiaran luego de esto, ¡No sabes nada de Química y por mi culpa faltas a una clase! Así jamás te podrás graduar- Menciono ella, subiendo un poco su tono de voz, pero sin cambiar su nada expresiva cara.

-Claro que me graduare, recuerda que ambos estudiaremos la misma carrera, y no perderé la oportunidad de poder entrar en las mismas clases que tu- Sonrió el, dándole un sonoro beso en la mejilla y haciéndola sonrojar hasta la raíz del cabello.

-Cállate y camina Gaara, tengo mucha hambre- Murmuro entre dientes, mientras prácticamente arrastraba a su acompañante.

Lograron llegar a un restaurante cerca de la escuela y poder comer algo por fin juntos. Cinco meses de noviazgo no daban crédito a que pasaran más tiempo juntos, los padres de ambos no les dejaban salir mucho, pero cuando se juntaban ellos cambiaban radicalmente, eran las personas más felices que nadie jamás había visto.

La felicidad es un término relativo que usamos las personas solo para expresar un estado de ánimo que no muchos comprenden o incluso que no todo el mundo logra sentir en ciertos momentos de la vida.

“Después de la tempestad viene la calma” Dicen muchos, pero para ellos todo ocurrió al revés. Más de medio año juntos y en ningún momento de sus vidas pensaron que ese “más de medio año” sería el único recuerdo que quedaría de su armoniosa y tierna relación juvenil. “Somos muy jóvenes para decir que viviremos felices para siempre” Era la famosa frase que ella siempre le recordaba no solo a él, sino a todos sus compañeros que preguntaban por su relación, pero era solo una excusa para no mostrar la felicidad que esa relación creaba en su corazón nada expresivo hasta ese momento. “Pero también somos muy jóvenes para decir que eso no pasara nunca” Un lindo verso que siempre le decía cuando ella no aceptaba que, si la decisión fuese tomada por el, ellos nunca iban a separarse. No paso muy lento el tiempo, cuando fue el aniversario de su primer año como una pareja formal, según los recuerdos de ella ese día acabo con todo resto de felicidad que una vez pudo crecer en su corazón.

-¿A dónde irán hoy Fresita?- Pregunto una chica rubia mirando su reflejo en el espejo del baño.

-Gaara no ha querido decirme, quiere que sea una sorpresa- Respondió Sakura acomodando el cuello de la camisa de su uniforme –Recuerda no usar maquillaje Ino, te pueden sancionar y no será la primera vez.

-¡Que tierna parejita son ustedes dos! ¿Sabes? Deberías ser tú la que se maquille hoy antes de salir de la escuela, así sorprenderás a Gaara- Menciono la rubia ignorando el comentario de su amiga.

-Gaara dice que me veo muy bien sin maquillaje… Dice que las mujeres son lindas cuando se maquillan pero que cuando son naturales enamoran por ser como realmente son- Dijo ella casi en susurro, con sus mejillas arreboladas y agachando levemente su cara.

-¿Y dices que eso no es amor? ¡Abre los ojos Sakura! ¡SE AMAN LOCAMENTE Y ES AMOR PURO!- Regaño su amiga tomándola por los hombros y zarandeándola.

-T… Tienes razón…- Murmuro mientras toda su cara tomaba un color carmesí, encendiendo un pequeño foco en la cabeza de su amiga.

-Oh no… No me vas a decir que le dirás eso hoy ¿Cierto?- Menciono la rubia mirando como ella solo se apenaba aun mas -¡Ya caíste redondita Fresa!

Durante lo que quedo del día escolar, la rubia se la paso burlándose de ella, tomo cada momento que pudo para hacerla sonrojar al máximo y que cada uno de sus compañeros pudiera verla en su faceta más tierna, débil y frágil, una faceta que jamás en su vida había mostrado. Cuando por fin termino la última clase, Ino y dos de sus compañeras se apoderaron de ella, la maquillaron de forma que se viera algo más madura pero aun tierna, tomaron su largo y estirado sweater para cambiarlo por alguno de ellas, más pequeño y que mostrase algo más de su pequeño pero estilizado cuerpo; al terminar con ella la dejaron sola en la puerta de la escuela, frente a un acomodado pero apenado pelirrojo, que en sus manos llevaba una rosa blanca decorada.

-F… Feliz Aniversario Sa… Sakura- Murmuro el estirando la rosa hacia ella, escondiendo su cara roja de sus ojos.

-Igual… Y gracias- Respondió ella entregándole una cadena con un pendiente, la mitad de un corazón.

Antes que el publico nada disimulado empezara a avergonzarlos a ambos, escaparon casi corriendo, después de todo ambos tenían un grupo de amigos nada normales o disimulados, pero si muy chismosos. Luego de correr alrededor de ocho manzanas, se detuvieron en busca del lugar a donde el pelirrojo quería que celebrasen su primer año de novios formales, ambos estaban solos, muy arreglados y felices “Nunca deben salir dos personas de Quince años solos”.

Iban tomados de las manos, hablando de cómo habían pasado su día, de sus notas y de sus próximas evaluaciones. Eran una linda pareja juvenil que no pasaba desapercibida, una mezcla de rosa y rojo, ojos celestes y ojos jade, llamaban la atención de todo aquel que les pasara cerca, y más aun por su vocabulario nada corto, eran una pareja de dos familias bien adineradas desde el punto de vista de cualquier persona de clase media o baja. Eran un blanco fácil para cualquiera y más aún porque estaban metidos en su mundo, ambos.

-¿A dónde vamos Gaara?- Pregunto Sakura mirando que el lugar donde se encontraban era un lugar caro.

-Es una sorpresa- Sonrió el antes de besar su mejilla –Para hoy te tengo planeadas dos sorpresas, y una te la mostrare justo ahora pero no te daré explicaciones hasta que lleguemos.

Antes que ella moviera sus labios un poco para preguntar de que trataba dicha sorpresa, el muchacho le había colocado en el dedo anular de su mano derecha, un anillo plateado, a la vez que le robo su primer beso, un simple roce de labios que los dejo a ambos fuera de este mundo. En sus doce meses de novios ellos jamás habían cruzado ningún límite, por el simple hecho de ser nuevos en el tema de las relaciones, los novios y las muestras de afecto. Cuando Sakura volvió a la realidad, poso sus ojos en los de él, queriendo decirle lo que se tenía guardado desde hace un tiempo, pero olvido todo lo que quiso decir cuando vio que detrás de el había un hombre apuntándoles con una arma de fuego. Su ultimo recuerdo de ese día, una pistola.

-Gaara… Corre- Murmuro ella mirando petrificada al hombre.

-¿Qué? Creo que esa no es forma de reaccionar por un beso Sakura… No me golpees por favor- Respondió el chico riendo por la reacción de su novia.

-No te voy a golpear, pero debemos correr… Corramos a donde me quieres llevar, por favor- Susurro ella en un tono suplicante, tomando la mano del chico; estaba realmente muerta de miedo.

La tan extraña actitud de ella lo hizo dudar, y en un ágil movimiento miro hacia donde ella miraba, sin que aquel hombre siquiera lo notase. Ambos comenzaron a correr, el nunca quito su sonrisa de la cara, pero ahora era la sonrisa mas falsa que jamás pudo fingir, estaba muerto de miedo al igual que ella. A media calle de llegar a un gran restaurante, los disparos empezaron a hacerse presentes, las personas comenzaron a correr, muchas tiendas y restaurantes empezaron a cerrar las puertas, dejándolos a ellos sin lugares donde poder refugiarse, aunque el lugar donde tenían planeado ir aun no había cerrado sus puertas, tenían una oportunidad; al parecer la persona que les seguía no estaba sola, puesto que se escuchaban mas disparos y no provenían de la misma arma, ya habían algunas veinte personas heridas solo por encontrarse en el camino, y ahora los disparos eran mas precisos y cercanos a los cuerpos de ambos, hasta el punto en que una bala rozo la mejilla de Sakura.

En ese instante Gaara se armo de valor e hizo todo por salvar lo que más le importaba, a Sakura. Aumento la velocidad de sus pasos y bajo de sus hombros su bolso escolar, mientras que tomaba en sus brazos el cuerpo de su novia; corrió como si tratase de ganar una carrera, pero al momento de llegar a las puertas del restaurante, los guardias estaban tratando de cerrar las puertas. Ese día el logro salvar a Sakura, los hombres que les perseguían fueron detenidos por la policía antes de que llegasen a ella, muchas personas fueron a diversos hospitales por sus heridas, y tres días después hubo un entierro, en el que el cuerpo fue sepultado junto a dos cadenas, ambas tenían la mitad de un corazón, juntas formaban un hermoso corazón que en secreto formaba las siglas “G&S”.



Dos. Desde aquel accidente en que solo hubo un muerto, habían pasado dos años. Ver morir a la única persona que una vez te hizo querer vivir para siempre en frente a tus ojos deja marcado a cualquiera, pero a ella la hizo ser peor de lo que antes fue, sus sonrisas dejaron de ser sinceras, su ropa se volvió grande y oscura, sus ojos eran tristes, nunca quiso volver a usar maquillaje. Sus amigos quisieron hacerla ver las cosas lindas de la vida, sus padres se cansaron de buscar métodos para hacerla sonreír, sus profesores trataron de que no fuese tan sínica y dura con sus palabras; la única forma de que ella pudiese sonreír era cuando se le hablaba de videojuegos o de esas raras series que ella solia mirar, ninguna parte de ella cambio hasta que llego al último año de escuela. Cuando “el” apareció.


-¿A dónde era que ibas hoy Fresita?-  Pregunto Karin copiando los apuntes de Sakura.

-Al centro, allí imprimiré el trabajo que pidió Anko- Respondió ella, sacando el cuaderno de su última clase.

-Genial, mi novio viene a buscarme y pasamos por ahí, ¿Te parece si vamos juntas?

-Está bien, supongo que Ino vendrá conmigo, espero no te incomode a ti o a Sasuke- Respondió Sakura pasando las hojas de su cuaderno.

-Claro que no molesta- Menciono la pelirroja, guardando el cuaderno de Sakura del que tomaba apuntes –Mira, ya Asuma esta en el aula, ¿Vamos?

Ella no respondió, solo la siguió hasta el aula de clases y cada una se sentó con su compañero de pupitres. La clase de Física paso lentamente, Asuma copiaba formulas y algunos conceptos en la pizarra pero la única persona que realmente copiaba toda la clase era Sakura, no tenía ganas de perder su tiempo como todos los demás, de revisar su móvil, o hablar de cualquier tontería, ella quería copiar su clase para luego no reprobar ninguna evaluación. Una hora y media, ese era el tiempo de que duraba la clase, pero esta vez Asuma quiso hacerlos pasar a todos quince minutos más en el aula, dándoles un sermón sobre sus horribles notas que sacaban en su clase, y apenas menciono la frase “Pueden retirarse” Karin e Ino corrieron hacia Sakura y la tomaron de los brazos, arrastrándola hasta la salida de la escuela.

-Vamos rápido, seguro que Sasuke ya esta esperándonos- Dijo la pelirroja mientras tomaba su móvil y le marcaba a su novio.

-No fue culpa nuestra que Asuma no quisiera dejarnos salir- Se quejo Ino mientras entrelazaba su brazo al de Sakura.

Ambas chicas comenzaron a pelearse por cosas realmente tontas, pero ella no les prestaba mucha atención. Llegaron hasta una esquina, donde Karin les pidió que esperasen y así hicieron, Sakura se coloco uno de sus audífonos y comenzó a escuchar su música, mientras que Ino le hablaba de cosas sin importancia.

-Perdón por hacerte esperar amor- Dijo un chico acercándose a Karin, y abrazándola.

-No importa, igual nosotras acabamos de salir- Respondió la pelirroja abrazando al chico también.

-Hola Sasuke, ¿Cómo has estado?- Menciono Sakura mirando al chico.

-Hola Sakura, muy bien ¿Y tú? ¿Cómo van los estudios y eso?

Ella no pudo responder, puesto que sintió que alguien estaba justo detrás de ella y de Ino, sintió el mismo miedo que había sentido hace dos años, quiso correr, pero su cuerpo solo reacciono volteándose, encontrándose con alguien que media acerca de dos metros, o más. Un chico con un morral, ropa casual y una gran sonrisa.

-¡No vuelvas a salir corriendo así Sasuke! Casi un auto se lleva a Menma por delante- Dijo el muchacho detrás de Sakura, para luego mirarla y sonreírles de la misma forma a ella ya a Ino.

-¡A la próxima mejor no me acompañan a buscar a Karin! Por su culpa la deje esperando- Grito Sasuke con un tono burlón.

-Calla Sasuke, sabes que nos amas con toda tu alma- Hablo otro chico de casi dos metros.

-Me harán quedar mal frente a mis amigas, por favor cállense- Intervino Karin tapando su rostro con su mano, para luego mirar a sus dos compañeras – Fresa, Ino. Ellos son dos amigos de Sasuke, Menma y Naruto.

Naruto, un nombre que jamás había escuchado, un nombre nada común ¿De dónde habrían sacado sus padres ese nombre? ¿De una biblia? ¿Un cantante extranjero que ella desconocía? ¿Acaso en algún otro lugar remoto existía un dios o un santo llamado así? Antes de mirar a los ojos a ese, extremadamente alto muchacho, su mente maquino rápidamente de donde provenía tal nombre, pero no se percato que no solo lo pensó.

-¿Sera de alguna comida?- Se pregunto ella misma, impresionando mucho a ambos chicos y a su amiga.

Por el resto de su vida odiaría con toda su alma a su compañera, no solo había hecho el ridículo frente a dos completos desconocidos, si no que, ninguno de los dos olvidaría jamás su comentario totalmente fuera de lugar, el cual ella pensó por un momento que se había hecho a sí misma en su mente. Ahora ambos muchachos le acompañaban a su destino, realmente ella quería simplemente volver a casa y olvidarse de ese día tan fuera de rutina, e intentar hacer sus ¬“diligencias“ en otro momento; ya se encontraban caminando en la acera, sus compañeras hablaban entre ellas y el novio de la pelirroja, dejándola a ella sola con sus audífonos, su música y esos dos desconocidos; aunque ambos hablasen entre ellos y en determinados momentos la mirasen esperando una opinión, ella no les escuchaba, no quería inmiscuirse en temas que no eran de su incumbencia y que no le importaban en lo más mínimo, simplemente prefería escuchar música, olvidarse de esos dos y seguir a su amiga desde atrás.

-¿Nos escuchaste?- Hablo uno de los chicos en uno de sus oídos, la aterro – Por cierto ¿Qué escuchas?-Pregunto pegando su cabeza a la de ella y colocándose uno de los auriculares.

-¿Qué crees que haces? Devuélvemelo- Pidió ella en susurros, intimidada por el muchacho tan cerca de ella.

-No seas tan malo con ella Naruto, la vas a asustar- Regaño el otro chico, empujando suavemente al rubio y devolviéndole sus auriculares –Toma, pero no es bueno que uses los dos en la calle, te puede pasar algo– Sonrió.

-Lo tendré en cuenta…- Respondió amablemente, sin realmente hacerle mucho caso.

Siguió usando ambos auriculares aunque los chicos le hubiera reprendido de tal forma, pero ambos desaparecieron cuando decidió el cruzar de una acerca a otra en un semáforo, siguiendo a sus dos compañeras, sin siquiera mirar el semáforo o la calle.
Una mano le tomo un brazos, pero sus audífonos se fueron volando cuando dos brazos le jalaron por el abdomen, levantándola en el aire y jalándole hacia atrás, sintió que se quedaba sin aire cuando noto que esos brazos y esa mano eran de esos dos chicos que andaban con ella, la sorpresa la dejo muda y sorda por unos momentos, hasta que los gritos brutales de ambos llegaron hasta sus tímpanos.

-¡¿Nos estas escuchando acaso?!- El grito del rubio hizo que sus tímpanos volasen.

-¡No vuelvas a intentar cruzar la calle cuando el semáforo esta en rojo! ¡¿Acaso tienes planes de suicidarte de esa forma?!- Regaño el chico de cabellos oscuros, con una notable molestia.

Ella no sabía que o como responderles, solo pensó en que ellos eran muy parecidos a… No, jamás tendrían ni una pisca de él, nunca podrían siquiera llegar a parecerse en algo, aunque ellos habían tomado una gran responsabilidad salvándola de ese modo, pero si lo pensaba bien, suicidarse de esa forma no sonaba tan mal para ella, realmente le parecía inclusive mejor que sufrir los siguientes años de su vida. Sin previo aviso, mientras ella estaba más que perdida en sus pensamientos, volvió de golpe a la tierra al sentir como algo “tocaba“ o “rozaba“ sus algo pequeños pechos, y al volver en sí, noto que la mano del muchacho de cabellos oscuros ya no estaba en su brazo si no en una zona entre su hombro de todo su pecho, al igual que una de las manos del rubio no le agarraba por su costado, si no por su otro pecho. ¿No podía ser peor?, pero ella simplemente exploto.

-¡Par de depravados! ¡¿Qué creen que están tocando?!- Grito ella a todo pulmón.

Logro soltarse del agarre de ambos chicos y les propino unas buenas… “Palmaditas“ en sus mejillas, hasta el punto que ambos quedaron sentados en la acera, no solo por la impresión, sino por el hecho de que esa pequeña pulga rosada de no más de un metro setenta tenía la fuerza de tres hombres con tres veces su peso, pero eso no quitaba aun que ellos la habían salvado de estar tal vez un gran tiempo en el hospital o incluso haber muerto.

-¿Perdón? ¿Depravados? ¡¿Qué acaso estás loca?!- Respondió Menma hirviendo de ira, igual que el rubio.

-¡¿Yo?! ¡Perdóname pero ¿Quiénes estaban metiendo sus manos donde no debían?! ¡¿Acaso ustedes no tienen vergüenza?!- Gruño ella aun más molesta, ahora estaba a nada de odiarlos más que a nadie.

-¡¿Cómo?! ¡Pero si acabamos de salvarte la vida! ¡¿Qué vamos a querer estarte tocando?! ¡Además que no lo hemos hecho apropósito!- Grito Naruto entrando en shock, esa chica realmente era algo extraña –¡Si de esa forma nos agradeces haberte salvado de un hospital o haber muerto, pues mejor que te hubiera llevado el coche!

-¡¿Y como saben ustedes que yo no quería morir así?! ¡Tal vez era un plan de suicidio!- Respondió ella sin pensar, pero aun así con toda la sinceridad del mundo.

Los tres entraron en un cortante silencio, ambos aun procesaban lo que ella acababa de decirles, por un momento habían pensado que la furia le había hecho decir esas cosas, pero luego notaron que no era así, esas dos esmeraldas de color jade solo mostraban sinceridad en ese momento, justo ahora estaban tristes, llenos de pena, pero mostraban una gran sinceridad, algo que ellos jamás habían visto en otros ojos a excepción de los de ellos mismos y sus padres. Esa chica parecía necesitar de algo, de alguien, aunque había explotado por la ira, para ellos no era más que una pequeña niña indefensa.

-¿Por qué dices eso?- Preguntaron ambos al mimo tiempo, mirándola perplejos.

-¡Yo!... Yo… Realmente no es… de su incumbencia. Por favor olviden lo que dije, y disculpen el golpe- Respondió ella, evadiendo la mirada profunda de ambos –Gracias por salvarme, les debo mucho.

-No nos debes nada- Respondieron ambos a coro, sonriéndole de forma reconfortante a la vez que se levantaban.

-¡Fresita! ¡¿Te paso algo?! ¡¿Estás bien?!- Gritaban del otro lado de la acera Ino y Karin, a la vez que corrían a ella y le abrazaban.

Mientras los brazos cálidos de sus compañeras la acurrucaban, los recuerdos de la muerte volvieron a ella, nunca nadie le había hecho ver que sus palabras ante tal acto eran tan frías y rudas, más aun cuando sabía bien que su felicidad se había ido porque su primer amor había entregado su vida para que ella pudiera vivir; se sintió mal al solo pensar que Gaara pudo haber muerto en vano si ella solo pensaba en querer morir. El resto del camino fue largo y callado.

En todo el camino no dijo ni una sola palabra, solo escuchaba las cortas conversaciones de sus acompañantes, cosa que no le llamaban mucho la atención. Mientras que ambos chicos no quitaban sus ojos de la chica, realmente había algo raro en ella, pero eso se les hacía muy interesante, ya que toda su vida siempre se caracterizo por estar llena de alegría y risas al igual que todos a su alrededor siempre se encontraban de igual forma, alegres y felices, que una chica tan extraña apareciera de tal forma en sus vidas era interesante inclusive inconscientemente llegaron  a pensar que sería divertido estar con ella. Al llegar al centro comercial donde ellas se quedarían, ellos decidieron quedarse con ellas, y para Sakura era más que frustrante que seis personas se encontrasen en mitad de un centro comercial sin idea de que hacer.

-¿Y qué harás aquí…? ¿“Fresa”?- Pregunto Naruto mirando atentamente a ambas chicas.

-Imprimiré algo- Respondió ella sacando de su morral una pequeña espada de goma, un pendrive realmente –Sakura, me llamo Sakura.

-¿Sakura? Muy lindo nombre- Menciono  Menma recargándose del rubio, mientras le dedicaba una tierna sonrisa.

-Tienes razón, igual que la flor de Sakura- Respondió Naruto al comentario del otro chico, sonriéndole de igual forma a la chica.

-¿Entonces nos despedimos aquí?- Hablo Sasuke abrazando a la pelirroja.

-Claro que no Sasuke, nosotros las acompañaremos- Respondió Karin caminando hacia Sakura muy sonriente.

-¿Y a donde vamos?- Pregunto el rubio, mientras todos miraban a la pelo rosa.

-Ustedes se quedan aquí, solo… no hagan alboroto- Respondió Sakura muy neutral, para luego entrar a un centro de copiado.

Al momento en que ella entro en ese lugar, una mirada fría se fijo en Naruto y Menma, una mirada realmente fría. Esa mirada les producía miedo así que simplemente ellos se dedicaron a mirar a la chica de cabellos rosas a través del aparador del centro de copiado, pero sentían curiosidad de saber quien les miraba así que en un acto de valor miraron a un lado de ellos, encontrándose con los frio ojos de Ino y Karin, parecían estar realmente molestas mientras que por un lado Sasuke miraba los aparadores de una tienda de teléfonos. Ambos morirían en manos de esas dos chicas si Sasuke no las controlaba.

-¿Qué le dijeron?- Escupió de forma seca Karin.

-¿Qué le dijimos a quien?- Pregunto de vuelta Menma sonriendo naturalmente.

-¿A quién mas va a ser idiota? No creo que a Sasuke- Ino parecía realmente molesta, estaba a punto de matarlos a ambos.

-¿Entonces? No sé de qué hablan- Respondió Naruto con una nerviosa sonrisa.

-De Sakura ¿Lo recuerdan? Sa-Ku-Ra La chica que estaba a nada de echarse a llorar en media calle hace menos de una hora.

-¿Eh? ¿Y piensan que nosotros somos los culpables?- Pregunto el pelinegro algo molesto.

-No pensamos que son culpables, lo sabemos- Respondió Karin jalando la mejilla del rubio.

-¡Duele! ¡Duele! ¡No hicimos nada! Ella solo empezó a gritar, dijo que quería morirse y luego no sabemos qué paso- Chillo Naruto soltándose del agarre de la pelirroja.

El silencio que ambas chicas hicieron tomo por sorpresa a ambos muchachos, y notaron que ambas se miraban con preocupación, ellos tenían curiosidad sobre esa peculiar chica y más aun cuando sus amigas se comportaban como si ella fuese una chica que acaba de sobrevivir de ser degollada.

-… No sabemos porque nos dijo eso, ¿Ustedes si?- Pregunto Menma preocupándose por el comportamiento de las chicas.

-Ella lo dijo jugando ¿No es así?- Naruto empezó a preocuparse también.

-No le tengan miedo… Ella es una chica muy buena solo que su vida estos últimos años ha tenido muchos giros- Respondió la rubia sonriendo algo triste –Muy en el fondo es una persona muy cariñosa y divertida, solo tiene miedo…

Miedo… Esa palabra quedo grabada en sus mentes al momento en que las chicas se olvidaron del tema mientras que la pelirrosa salía del centro de copiado algo decepcionada. Los pies de ambos se movían solos, simplemente seguían a su amigo y a su novia, que hablaba de aquella rara chica, es decir, era rara en el mundo de ellos, rara para todo aquello que ellos conocían, pero de alguna forma era… ¿Interesante? ¿Atrayente? Cuando volvieron en sí, notaron que estaban en otro lugar, un pequeño puesto en plena calle donde “Fresa” hablaba con una señora sobre algún trabajo que le estaba imprimiendo, a un lado de una tienda de dulces.

-¡Naruto! ¡Menma! ¡Miren esto!- Les grito Karin dentro de la tienda de dulces junto a Sasuke, señalando un sinfín de manjares dentro del aparador.

-¡Comamos!- Gritaron ambos al mismo tiempo que dejaban a la chica con su amiga y corrían a comprar algo de azúcar.

No solo se deleitaron mirando el sin fin de postres y espectaculares manjares que había en esa tienda, si no que probaron de todo lo que sus carteras les permitieron mientras que Karin y Sasuke volvían a la tienda de al lado, a ellos eso realmente no les importo, el azúcar representaba el 50 % de sus vidas y más cuando se trataba de cosas tan especiales y deliciosas, pararon de comprar cuando escucharon sus nombres nuevamente y pidieron una de las especialidades de la tienda… “Fresas-Melocotones con Crema”

-Discúlpenos por favor, estábamos en el paraíso- Hablo Menma con la mitad de un melocotón en su boca.

-Corrección, el paraíso seria esta tienda junto a una tienda donde pudiésemos conseguir buenos videojuegos para nuestras consolas, solo teníamos algo de hambre- Rectifico Naruto mordiendo una fresa con algo de crema, ganándose por unos momentos la atención de Sakura.

-Si como no, ¡Acaban de acabar con cada dulce existente ahí! ¡Son unos dulce-adictos! Y además ¡Lo hemos estado esperando por un largo rato!- Regaño Ino cruzándose de brazos algo molesta.

-¡Cierto! ¡Ahora todos hemos perdidos media hora por ustedes y su gula! ¿Cierto Sakura?- Grito Karin mientras que Sasuke intentaba calmarla -… ¿Sakura?

Pero ella no respondía, estaba en otro lugar, para ser más precisos, estaba perdida admirando la crema del dulce. Aunque ella fuese como y quien fuese, su sobrenombre no era solamente por su cabello si no por el claro hecho de que ella “Amaba” en todo el sentido de la palabra, las Fresas, pero las amaba más aun cuando estas estaban acompañadas con un poco de crema. Y ahí estaba ella, mirando la crema un poco perdida, realmente solo la vio al momento en que escucho hablar de videojuegos pero al notar que había crema, fresas y melocotón, solo… Dejo de estar en este mundo por unos segundos, hasta que Karin le movió por un hombro.

-¿Quieres un poco?- Pregunto Menma mirándola algo divertido, esa chica tenía sus cosas escondidas y le hacían algo de gracia.

-¿Q-que? N-no claro que no…- Respondió rápidamente Sakura totalmente avergonzada.

-¡Claro que quieres un poco! ¡Vamos abre esa linda boquita!- Grito Naruto muy divertido por la situación.

Y sin previo aviso ambos habían metido en la boca de ella algo de crema con fresa y melocotón, muy divertidos, esperando un grito como respuesta. Pero recibieron algo muchos mejor, unas mejillas con un suave y dulce toque carmín, unos hermosos ojos tras unas gafas brillando de una forma extraña y una mueca algo… ¿Tierna? Por parte de la muchacha de cabellos rosas, por un momento parecía una muñequita de porcelana.

-Que linda…- Mencionaron ambos algo divertidos y… ¿Enternecidos?