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Un día de vida

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Mensaje por traxsho Dom Jun 23, 2013 5:25 pm

Hola a todos, aqui traigo un nuevo oneshot el cual espero que les guste. La verdad era un oneshot de cuatro partes, pero lo "corte" poco dejando esto como producto final pues no me gusto como quedaba en especial porque alargaba en extremo el escrito con quizas relleno innecesario.

Espero les guste esta historia.

_________________________

Un día de vida.

El calendario marcaba 10 de octubre del actual año, curiosamente su cumpleaños, pero su celebración no pasaba más de unos cuantos mensajes en su correo, unos mensajes a su móvil acompañados de unas cuantas llamas perdidas y unos vagos saludos de sus compañeros de oficina.

Despertó puntualmente a las 07:00 am como era de costumbre, para ducharse y luego lavarse los dientes. Fue a su cocina donde como de costumbre, tomo su cafetera para comenzar a llenar un tazón blanco de café caliente.

-¡Joder…!-gruño. Derramando el café caliente fuera del tazón, goteando hasta su pie, causándole una pequeña pero dolorosa quemada. -¿uh?-tomo el móvil reposando en la mesa. -“tienes un mensaje: Felicidades amigo… espero disfrutes cumplir los 27 años, y espero te hagas un tiempo y tomemos unas cervezas. Nos vemos”-leyó. -lindo… no te veo hace casi dos meses.

Llevo su día con normal cotidianidad habiéndose desayunado a rápidas pero bien. Yendo hasta su trabajo donde como lo supuso, fue felicitado con un “felicidades” y un golpe en el hombro o apretón de manos. Cumplió con sus deberes, para así luego retirarse de su trabajo con intención de regresar hasta su hogar y poder darse el lujo de descansar algo.

-Que día más aburrido-pensó un hombre, mientras caminaba sin ánimo alguno por las calles de su ciudad. -que vida tan aburrida-volvió a pensar. Levantando su mano, tomando un sorbo rápido de un café que llevaba en su mano.

Su vida era más o menos normal, simple, común y corriente. Viviendo en un departamento pequeño, pero esencial para él pues vive solo. Trabaja en una oficina común y corriente, ganando un buen dinero el cual, mejor aún, al ser soltero y vivir solo.

Sus padres fallecieron cuando era muy menor, y su padrino, buen amigo de su padre y profesor de él en algún momento cuido de él hasta que cumplió los 17 años pues igualmente falleció. Desde ese entonces supo llevar una vida rápida, trabajando por la tarde mientras estudiaba por la noche y se dormía todos los fines de semana. Actualmente tiene 27 años.

Sin embargo, todo eso un día dejo de importar repentinamente. Todo dejo de importar, el mundo pareció detenerse y negarse a continuar rotando.

-Siento que mi vida es un asco-pensó, mientras como era de costumbre, cruzaba una transcurrida calle en cruce en forma de cruz o equis.

-¡Cuidado!-escucho un grito de advertencia.

-¿Uh?

Reacciono ante ese grito, para ver en fracción de segundos como un automóvil iba contra él a gran velocidad. Arrollándolo con enorme fuerza, mandándolo a volar por los aires para al momento de caer, ser nuevamente envestido por un automóvil de la policía el cual al parecer perseguía al primer auto. Y así finalmente terminar tendido muerto en el suelo de la calle, dejando un charco de sangre bajo su cuerpo.

¿Eso es todo? ¿De esa forma tan insignificante y sin sentido fue su muerte?

-¡No…!-grito desesperadamente.

Levantándose de golpe repentinamente, quedando sentado en lo que era una cama. Su cama, en su habitación, vistiendo las ropas normales con la que solía dormir las cuales eran un pantalón de género negro y una polera blanca.

-Es imposible…-susurro. -¿un sueño?-busco una respuesta. Viéndose a sí mismo, teniendo como última imagen en su cabeza a él volando por los aires y luego caer al suelo.

¿Eso en verdad había sido un sueño? Tanto podía durar un sueño, como para recorrer casi 24 hrs de todo su día hasta el momento del accidente. Pero estaba vivo, definitivamente tenía que ser un sueño.

Un pitido lo saco de sus pensamientos, haciendo que doblara su cuello lentamente llevando su vista hacia el mueble junto a su cama. Donde se encontró con la alarma de su móvil, el cual tomo y apago dicha alarma.

-10 de Octubre-susurro el rubio, levantándose de su cama, caminando lentamente saliendo de su habitación sin dejar de ver la pantalla. -si fue un sueño-sonrió, ya con algo de consuelo.

Un pequeño pitido lo saco de ese relajo, haciendo que este llevara su vista nuevamente hacia su móvil el cual vibraba y pitaba melódicamente.

-Tienes un mensaje-leyó el rubio, recordando lo mismo sucedido. Fijándose en la hora exacta, las 07:04 am. -“Felicidades amigo… espero disfrutes cumplir los 27 años, y espero te hagas un tiempo y tomemos unas cervezas. Nos vemos”-guardo silencio, quedándose mudo, recordando con un extraño lujo de detalle cada palabra exacta.

¿Existía respuesta razonable que pueda explicar o responder que sucede? Era imposible que fuera una coincidencia, puede que hayan sido algunas palabras, pero es imposible que sea exactamente las mismas palabras que lo sucedido en su sueño.

-¡Coincidencia!-exclamo, convenciéndose a sí mismo. Mintiéndose a sí mismo.

Con algo de brusquedad, exaltado, tomo un tazón blanco y su tradicional cafetera, para comenzar verter de la bebida caliente al tazón. El mismo error, un temblor de su mano con la que sostenía la cafetera, para hacer que un poco del liquido cayese afuera del objetivo y unas cuantas gotas aterrizaran sobre su pie causándole un notorio dolor por quemaduras.

Imposible era lo que su cabeza gritaba, retumbando contra las paredes de su carnio. Esto sucedido no era más que un horrendo rompecabezas armado por su cabeza, jugándole una mala pasada, poniéndolo nervioso, destrozándolo psicológicamente.

-Debo dejar de pensar en esto.

Resignado a que solo tuvo un sueño, intentando de verdad convencerse de eso; se vistió a rápidas y se fue directamente hacia su trabajo. Haciendo todo lo posible para cambiar el día, y alejarse todo lo posible de su hasta ahora misterioso “sueño”.

Llego temprano a su trabajo, siendo felicitado tanto por su perfecta llegada así como por cumplir un año más de vida.

El día transcurrió lento, en especial cuando contaba cada segundo que pasaba para irse luego a casa y poder refugiarse de sus desordenados e irracionales pensamientos. Salió un poco temprano del trabajo cortesía de su jefa, en parte por su cumpleaños y por haber llegado temprano ese día.

Caminaba nervioso, tanto así, que no se dio cuenta hasta muy tarde; habiendo transcurrido su ruta tradicional, la misma en la que murió.

-Es aquí-susurro.

Deteniéndose de pie en la calle, sin poder avanzar por el miedo sembrado en su cabeza. Teniendo el permiso del semáforo para avanzar, sin embargo no pudo hacerlo; para que el señalador cambiara de luz verde a roja.

Soltó un pequeño suspiro de alivio, sintiéndose un poco más tranquilo, aliviado.

-¡Cuidado!-escucho un grito de advertencia, no dirigido hacia él. Un grito en general para todos.

Viendo como un sobresaliente automóvil rojo paso a gran velocidad por la calle, siendo perseguido por un par de patrullas policiales.

-Era… verdad-pensó, viendo en fracción de segundos al automóvil pasar frente a sus ojos casi en cámara lenta. -entonces… yo… hubiese muerto-pensó, sintiendo gran sorpresa y asombro. -eso quiere decir que… ¡estoy a salvo!

Pero el destino no lo quiso así. Viendo como, hasta ese momento un nuevo automóvil aparecía; cruzando en otra dirección sin permiso de cruce por el semáforo. Chocando de lleno el automóvil rojo contra este de color blanco, y para más remate, las patrullas chocaran contra los dos bultos en la calle formando un gran accidente y una pila de autos chocados.

-Eso… no sucedió así-pensó, viendo con asombro como los demás la actual situación. -en mi sueño, ese auto…

Pero no pudo terminar la oración, debido a una gigantesca explosión que lo interrumpió. Explosión proveniente del pilar de automóviles estrellados, explotando por culpa de una fuga de gasolina, para que explotara uno y luego comenzaran a explotar el resto en reacción domino.

Lo vio venir, sin embargo, sucedió muy rápido como para poder actuar de alguna forma. Viendo como un pedazo de metal rojo, salió volando por la explosión, yendo directo hacia él; atravesando su pecho con gran fuerza, así como otros pedazos de escombros hicieron lo mismo golpeando a otra gente.

-¡Pero…! ¡Joder!-gruño. Cayendo de espaldas, derramando sangre desde la herida como desde su boca. -yo… se supone que moriría arrollado por el automóvil-susurro, con dificultad al hablar.

Encontrándose tendido en el suelo, viendo el naranjo cielo. Cada vez con menos fuerza, con menos aliento; con un charco de sangre bajo su cuerpo el cual aumentaba su tamaño lentamente mientras con esa misma lentitud, su vida se acababa.

-Este… ha sido un día de mierda… el peor de todos-gruño, mientras cerraba lentamente sus ojos. Sintiendo como su vida se le iba. -yo… a finales de cuenta… morí-susurro lo último.

Abrió sus ojos con lentitud, sin sentir dolor alguno, para levantarse lentamente incorporándose fácilmente. Encontrándose nuevamente en su habitación de su departamento, este vistiendo con las mismas ropas para dormir. Escucho un pitido el cual sabía que iba a escuchar, tomando el móvil del mueble aun lado de su cama para ver la hora y la fecha. 10 de octubre.

-¿Qué coño es esto?-susurro, con su cabeza hecha un lio. Sin saber que pensar, que decir, que hacer, a quien acudir. Sin tener respuesta para una pregunta demasiado complicada. -¡otra vez, el punto 10 de octubre!-exclamo con rabia.

Su teléfono móvil lo interrumpió, vibrando un poco así como resonando melódicamente. Habiendo recibido un nuevo mensaje: “Felicidades amigo… espero disfrutes cumplir los 27 años, y espero te hagas un tiempo y tomemos unas cervezas. Nos vemos”.

-No puede ser verdad esto… ¿Por qué si muero, reaparezco en mi cama de nuevo?-pensó. Lanzando lejos el móvil del cual no quería verlo, para entrar directamente al baño de su hogar donde rápidamente se desnudo y encendió la ducha.

Se metió a la tina, para sentir el agua tibia golpear contra su espalda y cuello; estando necesitado de un poco de descanso. El desmido debe odiarlo. Estornudo levemente, sacudiéndose un poco; movimiento involuntario pequeño pero suficiente como para perder el equilibrio, resbalar gracias al agua en sus pies, y caer hacia atrás azotando su cabeza contra la pared.

Abrió sus ojos, encontrándose con el techo de su habitación. Levantándose de su cama donde desperraba, para inmediatamente tomar el móvil y ver la fecha. “10 de octubre”.

-¡Joder!-grito con gran rabia y frustración.

*             *             *

-Me es muy difícil, pero contando las veces que he despertado en mi cama… he muerto un aproximado de 762 veces. Si traducimos eso a días, son más de dos años… llevo más de dos años levantándome de mi cama, mientras el calendario no avanza, para todos los días morir de inimaginables formas.

Soltó un suspiro, encontrándose sentado en el sofá de su cama vistiendo tradicionalmente su pijama con unos pantalones negros y una polera blanca. Comiendo de un tazón de cereal, habiéndose aburrido de todos los días quemarse su pie con el café. Hace aproximadamente unos 30 días que había dejado de ir al trabajo, contando cómo días las veces que despertaba y terminaba muriendo.

Intento más de 100 veces escapar de la muerte, teniendo como idea que si lograba sobrevivir el día, su vida podía retomar. Había perdido cualquier motivación, pues hiciera lo que hiciera, en casa o no; terminaba muriendo. Para él… la vida había perdido todo significado para él.

-Que aburrido estoy de vivir de esta forma-susurro, soltando un suspiro. -ni siquiera puedo suicidarme… porque volveré a despertar. No puedo ni siquiera quedarme tendido en la cama… porque me da un ataque al corazón o algo pasa-pensó. Poniéndose de pie, para caminar hacia su habitación y vestirse.

Salió de su hogar sin gana alguna, caminando con las manos en los bolsillos de su jeans. Vistiendo junto a una blusa negra y una sudadera gris encima, más unas ALL-STAR negras.

-¿Qué se le ofrece?-pregunto una mesera, deteniéndose enfrente al tipo sentado en una mesa.

El rubio levanto su vista, encontrándose con unos hermosos y brillantes ojos de color verde los cuales inmediatamente lo cautivaron con su belleza. Un hermoso rostro, con una piel clara blanca tersa a la vista, sintiendo como si fuera a romperla al hacer el más mínimo contacto; pareciendo casi muñeca de porcelana.

Siendo una chica de más o menos su edad, joven, de cabello corto liso llegando por encima de los hombros de color rosado. Vistiendo una falda negra con una camisa blanca a botones perfectamente abotonada.

-Compañía-respondió después de salir de ese pequeño silencio, formando una pequeña sonrisa en su rostro mientras veía a la chica.

-Lo siento, eso no puedo darte. En especial cuando esta mi jefa haciendo una inspección de personal-respondió la chica, sonriendo levemente. -¿ordenaras?

-Quiero un jugo de naranja y un trozo de tarta-ordeno, ojeando a rápidas el menú de papel el cual se encontraba en la mesa.

-De inmediato-dijo la chica, para voltearse y comenzar a caminar por entre las mesas.

-Es una mala idea enamorarse-pensó, soltando un leve suspiro. Llevando una de sus manos hasta su rubia desordenada cabellera, desordenando aun más esta. -en especial… porque voy a morir hoy, y mañana, y quizás así un sinfín de veces-pensó.

-Aquí tienes-escucho, viendo a la chica mesera detenerse frente a él dejando un vaso con un plato y el postre arriba.

-Gracias-susurro el rubio para tomar la cuchara encima del plato con el postre.

-No te ves animado. ¿Pasa algo?-pregunto la mesera, viendo al rubio sacar un pedazo de la tarta con la cuchara.

-Nada nuevo-murmuro el rubio. -digamos que… me marchare pronto, y ya me rechazaste.

-Te lo dije, no puedo aceptar tus coqueteos cuando mi jefa me está observando-respondió la pelirrosa viendo con una sonrisa al rubio. -miente-pensó. -ten-susurro, entregándole un papel con un número anotado. -llámame luego de las 8, a esa hora estoy libre.

-Claro-susurro, viendo el número. Concentrándose en memorizar el número. -si estoy vivo para ese entonces-pensó, formando una mentirosa sonrisa en su rostro.

Un fuerte ruido se gano su atención, conociendo dicho ruido habiéndolo escuchado antes. Ruido acompañado con el susurro de la muerte, sintiendo el sonido del neumático aferrarse contra al pavimento con nulos resultados.

-¡Dios…!-escucho a la chica gritar.

-75600318-susurro.

Volteándose lentamente hacia atrás en su silla en la mesa, viendo hacia el ventanal de la entrada a un lado de la puerta de entrada. Encontrándose con una enorme camioneta 4x4 negra, la cual arremetió con fuerza rompiendo el cristal, para arrollarlo brutalmente junto a la camarera de pelo rosado junto a otros clientes.

-Coño-susurro, tendido en el suelo, bajo la pesada camioneta entre los escombros de todo lo arrasado por el automóvil al entrar a la cafetería. Escupiendo sangre desde su boca. -aun… no me acostumbro… al dolor-gruño, cerrando sus ojos.

Abrió sus ojos una vez más, encontrándose como ya era de costumbre con el techo de su habitación estando tendido en su cama.

-75600318-murmuro, tomando el teléfono móvil el cual comenzó a parpadear. -no sirve de nada guardarlo en la memoria del móvil, si mañana no estará-pensó. Soltando un suspiro de cansancio. -hoy no quiero moverme-dijo, cayendo tendido en la cama. -¿me pasara algo si hoy no me levanto?-se pregunto.

Sintió un leve crujido desde el techo de su habitación, viendo este trisarse lentamente mientras leves trozos de polvo cayeron en su frente.

-No sé que hice para tocarle los huevos a dios-susurro.

Para ver el techo de su habitación rajarse en dos, cayendo ni más ni menos que un enorme piano el cual lo aplasto por completo. Abrió sus ojos nuevamente, para parpadear largo y luego ponerse de pie; tomando su móvil el cual pito apenas una vez debido a que ya por costumbre desactivo la alarma, para luego comenzar a cambiarse de ropas.

Salió de su casa vistiendo las mismas ropas que vestía “ayer”. Entrando a la cafetería, sentándose exactamente en la misma mesa para rápidamente encontrarse con la mesera acercarse a él; teniendo ahora el tiempo suficiente para admirar la belleza del rostro de esta.

-¿Qué se le ofrece?-pregunto una mesera, deteniéndose enfrente al rubio sentado en la mesa.

-Compañía-respondió, probando hacer básicamente lo mismo.

-Lo siento, no puedo darte eso. En especial cuando esta mi jefa haciendo una inspección de personal, despidiendo gente-respondió la chica, sonriendo gentilmente. -¿Qué ordenaras?

-No puedo recordarlo exactamente, pero cambio un poco lo que me dijo-pensó. Era sorprendente la memoria inútil que había desarrollado en estos infinitos días donde se fijaba continuamente en todos los detalles, sin importar lo mínimo que sean estos. -quiero un café cappuccino y un trozo de pastel de chocolate-decidió cambiar la orden que hiso la vez anterior,  habiendo ojeando levemente el menú de papel el cual se encontraba en la mesa recordando algo de lo visto.

-De inmediato-dijo la mesera, volteándose para comenzar a caminar por entre las mesas.

-¿Saldrán diferente las cosas hoy?-pensó, jugando con un sobre de azúcar en la mesa.

-Aquí tienes-escucho, viendo a la mesera detenerse frente, dejando lo pedido en la mesa.

-Muchas Gracias-respondió.

-No te ves muy animado. ¿Te sucede algo?-pregunto la mesera viendo al rubio partir el pastel con la cuchara.

-Me marchare del país mañana, y estoy enamorado-respondió el rubio viendo fijamente con sus azules ojos a la pelirrosa. -y lamentablemente, ya me rechazaste.

-Te lo dije, no puedo aceptar tus coqueteos cuando mi jefa está observándome-respondió la pelirrosa formando una sonrisa. -es directo… y guapo-pensó. -hagamos una cosa-susurro, entregándole un papel con un número anotado. -salgo de aquí a las 8 pm… ¿estás libre a esa hora como para tomarnos algo?

-Claro-susurro, para ponerse de pie volteándose levemente hacia atrás. Viendo al gran ventanal por donde había entrado el automóvil. -ten… déjate lo que queda como propina-dijo el rubio, dejando un billete encima de la mesa.

Las horas corrieron lentamente, mas para él cuando la muerte lo seguía tan de prisa que cada segundo adicional era un regalo para él. Se mantuvo la mayoría del día dando vueltas por ahí, evitando lo más posible la cercanía con cualquier automóvil o algo que llegase a terminar con su vida; por primera vez en mucho tiempo, deseaba no morir, deseaba vivir por lo menos un poco más.

-Que puntual eres-dijo la pelirrosa saliendo de la cafetería, vistiendo ropas normales; encontrándose con el rubio de pie. La chica vestía unos ajustados jeans celestes algo blancos, con unos botines marrones, así como una blusa rosada con una chaqueta blanca encima. -eso es raro de ver hoy en día.

-Soy una persona que aprecia mucho el tiempo-respondió el rubio. -¿Qué quieres hacer?

-Estoy un poco cansada, pero te acepto un café exprés y una buena conversación-respondió la pelirrosa.

-Perfecto.

Caminaban tranquilamente sin un rumbo claro, pero Naruto siempre con su atención puesta básicamente en no morir, o por lo menos retrasar esto lo más posible. Deteniéndose en un parque, donde ambos se sentaron en una banca con un vaso de café en sus manos.

-Respóndeme una cosa… ¿eres un acosado?-pregunto la pelirrosa.

-¿Eh? No… ¿Por qué lo preguntas?

-No fuiste a la cafetería esta mañana a desayunar o comer, conseguiste una cita conmigo y luego te fuiste sin haber tocado tu café y apenas habiendo probado el pastel-explico la chica, para luego darle un sorbo a su vaso de café. -entonces… ¿nos conocíamos antes? O… ¿me estas persiguiendo?

-Ninguna de las dos. Fue un enamoramiento a primera vista-respondió el rubio, para igualmente después darle un sorbo a su vaso. -tengo que jugar todas mis fichas ahora, no tengo una segunda oportunidad.

-¿Es verdad que mañana te irás?

-Digamos que… despertare en otro lugar-susurro, soltando un pesado suspiro. -has notado algo… ni siquiera nos hemos presentado. No conozco tu nombre, ni conoces el mío. Soy Naruto.

-Yo soy Sakura-respondió la chica, estrechando la mano del rubio. -mucho gusto.

-El gusto es mío.

Los días continuaron pasando de la misma forma, sin avanzar, reiniciándose la vida una y otra vez para él al momento de morir; habiendo experimentado en ya lo que eran años de vida, cientos y diferentes formas de morir para un solo hombre, formas las cuales no tenía idea que eran posible.

-Yo soy Sakura… mucho gusto-hablo la pelirrosa, enfrente al rubio encontrándose a punto de cruzar una calle.

-Yo soy…-pero fue interrumpido, escuchando el crujir del acero. Levantando levemente su vista, viendo como un gigantesco cartel del edificio caía, para aplastarlo fuertemente a él junto a la pelirrosa. -no importa que es lo que haga…-hablo con enorme dificultad, tendido en el suelo mientras la sangre brotaba desde su cuerpo; con el enorme cartel metálico encima de él y de la chica aplastando sus cuerpos.-solo terminamos muriendo de alguna forma.

Sin rendirse, continúo intentando día a día sin detenerse invitando a salir a la pelirrosa de nombre Sakura. Algunos días resultando y otros no, siendo el avance más grande estar a punto de ser besado mientras que otros días era completamente ignorado.

-¿Ganare algo al continuar haciendo esto?-pensó. Encontrándose de pie frente a la pelirrosa, en plena calle fuera del departamento de ella.

-Nos vemos-se despidió, para sujetar con sus manos al rubio del rostro y después besarlo suavemente.

Posando por unos cortos segundos sus labios sobre los de él, cortos segundos, cortos perfectos segundos, los cuales fueron lo suficiente como para atraparlo en una red, teniendo su corazón cautivo flechándolo de inmediato.

-Me atrapaste-susurro el rubio de nombre Naruto, sintiendo las manos de la chica bajar lentamente por su rostro. -ahora… no puedo separarme de ti.

-Entonces no lo hagas-hablo la pelirrosa, posando su frente levemente con la del rubio.

Viendo fijamente a los azules ojos del chico, cautivada por esos ojos brillantes; encontrándose naufraga en ese enorme mar cristalino que la observaba cristalinamente. Notando tristeza en esos ojos. Notando como estos ojos se aferraban a ella observándola fijamente.

-No puedo… por más que quiera… no puedo-respondió, quebrando un poco su voz; con un nudo en su garganta.

-¿Por qué no?-replico la chica, viendo al rubio separarse de esta unos pocos centímetros retrocediendo. Pareciendo metros de distancia en ese momento.

-Porque… no moriré-susurro, sorprendiendo enormemente a la pelirrosa. -yo no quiero morir, no quiero separarme de ti, no ahora-hablo, mientras sus ojos se humedecían. -aunque no me creas, yo he hablado cientos de veces contigo… e intentado enamorarte cientos de veces… a veces me resulta, a veces no; pero pase lo que pase, siempre termino muriendo contigo y yo… no quiero verte morir, ni quiero separarme de ti.

-¿Te sientes bien?-susurro Sakura reaccionando ante esa actitud en verdad rara. Colocando su mano en la frente del rubio.-tienes fiebre… y… ¡tu nariz!-reacciono, para que el rubio levantara su dedo viendo sangre gotear.

-¡No!-reacciono, tapando su nariz con su mano. -no quiero… morir…

Nuevamente, escucho el susurro de la muerte en su oído, acariciando su cabello rubio con sus dedos largos y delgados, girando con sus esqueléticas manos su rostro hacia atrás de este, así como la joven volteo su vista en la misma dirección que él. Viendo ambos un automóvil perder el control, chocando primero a un segundo carro, para comenzar a girar como un tronco dirigiéndose directamente hacia ellos.

-¡Dios…!-exclamo la pelirrosa, viendo al auto sin control ir hacia ella. -Naru…

-Te lo dije-escucho Sakura, viendo al rubio. -te lo dije… terminare muriendo-susurro, mientras como si fuerza en cámara lenta, el auto iba hacia ellos. -ten por seguro que continuare intentando conquistarte-susurro. -pero por más que sepa que no te pasara nada, no puedo verte morir-sonrió, para sujetar con sus manos a la pelirrosa y empujarla con fuerza hacia un lado, alejándola bastante; mientras esta veía al rubio alejarse de ella o ella alejarse de él, para ver al automóvil impactar con letal fuerza contra el cuerpo del rubio. -te amo.

-¡Naruto!

Entro en conciencia, sin embargo no abrió sus ojos. Sintiendo rabia hacia el universo entero por haber interrumpido aquel momento el cual deseaba con todo su corazón que no terminara nunca. Por primera vez, en muchos “días” transcurridos, había sentido ese sentimiento de querer vivir, sentimiento el cual recordaba sin mucha familiaridad.

Abrió sus ojos encontrándose con un blanco techo brillante, techo el cual no era perteneciente a su habitación y eso lo podía afirmar al llevar día tras día despertando y encontrándose con dicho techo. Escucho un pitido, pero no el clásico pitar de su móvil para despertarlo, si no un rítmico pitido suave.

Intento levantarse para salir de la duda, intentando inclinarse hacia adelante y terminar sentado; sin embargo un intenso dolor remeció sus huesos y carne, para frenar su brusco movimiento y comenzar a moverse con lentitud y cuidado.

-¿Qué coño?-susurro reaccionando, encontrándose en otro lugar el cual no era su habitación.

-¡Naruto!-escucho. Para llevar su vista hacia la dirección de aquella familiar voz, encontrándose con unos verdes ojos y una rosada cabellera.

-Sakura…-murmuro el nombre de la chica, viendo con una enorme sorpresa en sus ojos a la joven quien se encontraban en una silla aun lado de la cama donde él se encontraba. -tú…

-¡Gracias a dios estas bien!-exclamo, para lanzarse a los brazos del rubio abrazándolo con fuerza. Aferrándose a este con sus brazos, como si no fuera a soltarlo jamás nunca.

-¿Qué está pasando?-murmuro el rubio, sintiendo la calidez de la piel de la chica contra su cuerpo.

-¿No recuerdas lo que sucedió?-pregunto Sakura, separándose del rubio. -fuiste arrollado por un automóvil cuando nos besamos. Me empujaste y me salve, pero tu recibiste todo el impacto… el médico además dijo que estabas sufriendo en ese momento una especie de ataque, por eso sangraste de la nariz-explico la chica. -llevas inconsciente por casi una semana completa-susurro, mientras en su rostro con unos cristalinos ojos verdes humedecidos, se comenzó a formar una pequeña sonrisa de felicidad pura. -pero ahora… estas despierto.

-Si-murmuro el rubio, sujetando del rostro con sus manos a la mujer, pasa besarla nuevamente. Una segunda vez, a pesar de conocerla desde hace ya un tiempo entre comillas. -y nunca más me separare de ti…

Desde ese momento, la “maldición” se acabo quizás. A decir verdad, no tenía idea de cómo, sin embargo el calendario comenzó a avanzar saliendo del eterno 10 de octubre; pasando semanas en los que él se recupero y salió del hospital, pasando meses en los que él formo una relación estable con Sakura.

Despertó una mañana normalmente, despertando por el fuerte “ring” de un reloj despertado el cual se compro al tener una fobia por el pitido de la alarma de su móvil. Despertando con una sonrisa en su rostro la cual era muy difícil de borrar, despertando acompañado por la bella pelirrosa quien descansaba aun lado de él.

Avanzo con lentitud hasta llegar al baño, donde dejo correr el agua y comenzó a lavarse la cara refrescando un poco el calor que sentía. Enderezo su espalda, levantando su cabeza para llevar su vista hacia el espejo frente a él; sorprendiéndose enormemente al encontrarse con una imagen la cual no era su reflejo, o no parecía serlo. Viendo en el espejo a un sujeto idéntico a él, sin embargo este tenía unos cuantos detalles diferentes. Él tenía el cabello de color rubio brillantes, desordenado en punta mientras que su reflejo en el espejo lo tenia de un negro-azul oscuro; él tenía los ojos azules, y el reflejo de un intenso rojo furia, y finalmente él vestía una blusa blanca y el reflejo una negra.

-¡¿Qué demonios…?!-reacciono el rubio, sobresaltándose inmediatamente, retrocediendo.

-Valora la vida… que al morir, esta se termina-escucho, viendo los labios de su reflejo moverse en sincronía con cada palabra formulada. Para luego en un parpadear, desaparecer.

-¿Pasa algo?-escucho Naruto desde la habitación, siendo la voz de la pelirrosa.

-Nada… no te preocupes-respondió Naruto, sonriendo levemente. -solo… aprendí una lección.

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Mensaje por Lucy Sparda Lun Jun 24, 2013 11:45 am

esta genial trax me encanto ^^ eres un gran escritor!! en verdad te admiro , admiro tus trabajos, continua y nunca pares de hacer lo que te gusta Ilusionado
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Mensaje por Zero_storm Lun Jun 24, 2013 12:47 pm

buen shot amigo me gusto y es muy cierto yo ya aprendi el mensaje xD
de valorar la vida esperare la conti por que si habra conti verdad???
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Un día de vida Empty Re: Un día de vida

Mensaje por Vera-chan Mar Jun 25, 2013 5:02 pm

¿Me creerias si te dijera que ha sido el mejor one-shot que he leeido hasta aora?
Ha rebasado mis expectativas sobre el, jamas en mi vida me habia quedado tan enganchada a una historia como esta

¡Tanto que llegue al punto de releer a cada segundo!

No tengo ni una palabra que describa lo bueno que ha sido leerlo me has dejado con los dedos frios de verdad...

Nose si habra continuacion pero si la hay yo la espero con ansias

¡Vera-Adios!
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