Tú eres yo, y yo soy tú. (+16)(13/07/14)(Epilogo.)

Una fresca mañana… Naruto, despertó con un gran humor, tenía mucha cosas por hacer, asuntos que arreglar y sin duda alguna, Ramen por comer, así que, de un gran brincó se levantó de su suave cama.

¿Su cama?...

Naruto abrió sus ojos, en par, de asombro… Aquella no era su casa, no claro que no ¿Dónde estaba?, era un cuarto pequeño y acogedor, con una ventana a un lado y la puerta de Madera un poco vieja cerrada, había un gran ropero frente a él… Todo era diferente ¡Esa no era su casa! ¡No era su cuarto!... ¿Entonces qué era?

¡Cabello!... Naruto dio un brinco al sentir pequeños raspones de cabello en su cuello. Extraño, muy extraño pensó Naruto… Todo su cuerpo era completamente diferente, él se sentía… ¿Ligero de abajo y un poco más pesado de arriba?, Por un segundo, un pequeño segundo… Naruto se sintió completamente diferente, el cuerpo más ligero y suave, como de cristal y a la vez potente. Naruto alzó sus manos e instantáneamente tocó el cabello que caía de su cabeza.

largo hasta los hombros y... Rosado.

--¿¡Q-Qué?!—Dijo atónito…

Entonces, en un rápido movimiento corrió al primer espejo que vio, aquel largo cristal pegado al ropero y miró su reflejo con la cara más asustada que pudo.

Imposible… Pensó, mirando su reflejo.

No era él… No su cuerpo.

Era ella.

Sakura… El cuerpo de Sakura.







--¡Comete eso! Naruto… Comételo.

Sakura miró a Naruto, con un gesto mandón y posesivo. Ella tenía un vestido ligero, el cabello corto suelto en su espalda y unos palillos en la mano.  Un trozo de verdura cocida bañada en mantequilla frita resaltaba en sus palillos, con un poco de vapor aun saliendo de la verdura. Naruto tomó un poco de aire y encogió sus hombros.

--Sakura-chan… No me gusta… ¿Por qué no fuimos a comer Ramen?

--¡Porque debes comer un poco de comida natural y saludable!—Regañó ella--. Ahora come. Te hace bien.

Naruto resopló durante varios segundos, como niño pequeño regañado, para así, tomar sus palillos sobre la mesilla y tomar un trozo de zanahoria hervida con mayonesa. Entonces, la metió a su boca.

--¡Bah! ¡Sabe horrible, Sakura-chan!...

--¿Qué dices?, es deliciosa y saludable…--Ella formó una sonrisa y metió un trozo de patata en su boca--. Ahora comete todo.

Allí estaban los dos, sentados al aire libre en una restaurante de comida natural, para vegetarianos turísticos de Konoha, aquel lugar nuevo, inaugurado hace apenas unos meses.

Cuando Sakura le dijo que lo llevaría a comer algo delicioso, Naruto nunca pensó en comida vegetaría…

Jamás lo pensó.

Pero no… Allí estaba comiendo trozos de plantas con sal. Sin duda debía amar tanto a Sakura como para quedarse y comérselo todo como niño bueno. Si, sin duda la amaba. Aunque solo fueran amigos…

--¡No puedo más, Sakura-chan!, estoy lleno… ¿Puedo dejarlo?

--No.

--Pero…

-- No quiero que te falten proteínas o vitaminas a la hora de pelear… Naruto.

--¿Cuál pelear? ¡La guerra ya acabó desde hace semanas!, creo que disfrutas haciéndome sufrir, Sakura-chan…

Y como si esas palabras detonaran algo, Sakura se levantó un poco de su silla y golpeó a Naruto en la cabeza.  Naruto resopló y se encogió de hombros… él no entendía porque ella le hacía eso ¿Por qué?, lo llevaba a comer solo para envenenarlo con plantas secas y servidas de diferente manera, pero plantas finalmente. ¿Es que a caso quería matarlo de hambre o algo así?

Sakura no dijo nada más, ¿Qué podía decir?, ella no era del tipo romántica, esa chica que dice las cosas tan fácil y mucho menos con Naruto. ¿Qué le diría? “¡Naruto come verduras porque me da miedo que te pase algo!” ¿Eso?, Sakura se sentía penosa, y nerviosa con solo pensarlo… Claro que no podía decirle eso, así que usaba otro método. La dura, la chica que decía a la ligera y trataba de dar lo que necesitaba, como ahora, las verduras.

En ese instante, una chica entró, extrañamente llamó la atención de Naruto… Joven chica de tal vez dieciséis años, con un cabello rubio suave y rizado, decorado por una corona de flores. Sus ojos verdes rápidamente se posaron en Naruto y dedicaron una plena y grata sonrisa amistosa. Portaba un vestido color perla, largo y acogedor. Naruto cambió rápidamente la mirada a su plato. Pero ella no dejó de verlo, al contrario, tomó asiento en la mesa más cercana a la de ellos y pidió algo llamado “Espagueti natural”.  Naruto lo escuchó, pues era tanta su cercanía y tan fuerte su tono de voz que era inevitable.

Sakura también lo notó.

Disimuló, eso fue lo primero que hizo, fingiendo que comía un poco de verduras y miraba a todo el lugar. A todo el lugar alrededor de ella. No puedo evitar observar su postura elegante, como el de una princesa natural, con aquel cabello rizado y rubio suelto, tan largo como ella alguna vez lo tuvo… La miró mirar a Naruto, ligeramente, moviendo los ojos y devolviéndolos disimuladamente. Por alguna extraña razón Sakura sintió una gran ola de tristeza… Y enojo. Rápidamente miró a Naruto, y vio que él también la miraba disimuladamente, mientras comía un poco de verdura…

Eso fue un golpe bajo.

--Creo que la chica de alado te ve… --Susurró Sakura, tratando de llamar su atención.

--¿Eh? ¿Verme?... ¡Qué va!, tal vez se le antojó lo que comemos, aunque lo dudo--. Naruto formó una sonrisa y miró a la chica a un lado mientras ella no miraba--. Parece gustarle mucho la comida vegetariana.

--Parece gustarte a ti mucho… --Escupió Sakura en un tono delicadamente molesto.
Tal vez no lo suficientemente molesto, tal vez no se expresó bien, o tal vez no la escuchó, el caso, es que Naruto no notó aquel tono y lo único que hizo, fue sonreír. Y aquel gesto molestó a Sakura… ¿A caso era un Sí? ¿Un si le gustaba?, probablemente…  ¿Y qué tenía de malo?, ella ni siquiera era capaz de decirle que comiera aquellas verduras con amabilidad o con sus verdaderas intenciones. La preocupación. ¿Qué esperaba entonces?...

Sakura giró la cabeza… Ahora la chica la miraba a ella, sin cuidado, sin disimular. ¡Sin nada! solo la miraba a lo descarado, Sakura se sintió nerviosa y confundida por un momento, ¿Cómo debía reaccionar? ¿Decirle algo o ignorarla?, ni idea. Ella le sonrió, ligeramente y de un momento… La cabeza le comenzó a doler a Sakura, con un ligero mareo que la aturdió. De un momento a otro Sakura se sintió terriblemente mal… Como si la comida fuera realmente horrible.

Y tal vez lo era… Pero tenía que hacer que Naruto comiera un poco de verduras de vez en cuando.

--¿Sakura-chan? ¿Te sientes bien?—Preguntó Naruto al notar la mano en la cabeza de Sakura contra la mesa, como si se fuera a caer de la silla desmayada, rápidamente, Naruto se levantó  y se aseguró de que no fuera así.

--Toma esto… --Susurró una voz a su lado.

Era la chica rubia…

Ella tenía una taza de té caliente, Sakura miró su rostro y gruñó un poco. No quería nada de esa chica, pero Naruto tomó la tasa y se la dio a Sakura. O al menos trató de dársela.

--Si te sientes mareada, tómala… Te hará bien—Dijo nuevamente la chica--. Es té de una planta medicinal.

--Me siento bien—Dijo Sakura molestándose ligeramente--. No necesito nada…

--Hazle caso, Sakura-chan, no te vez bien--. Naruto le dedicó una sonrisa, volviéndole a dar el té de la chica extraña.

Y estuvo a punto de tomarlo, sin embargo, la chica rubia recargó y posó su mano sobre el hombro de Naruto, Naruto la miró y le sonrió plácidamente… Eso, por algún motivo la molestó como nunca, así que, de un brincó se levantó y se marchó rápidamente a la puerta de salida.

--¿Sakura-chan?... ¡Sakura-chan!.. ¿A dónde vas?

Sakura ignoró el grito de Naruto, se sentía torpe al actuar así, pero era lo que su instinto femenino envuelto en sentimientos molestos le dictaba. Y ella obedecía a sus instintos.  Sakura giró su cuerpo para decir finalmente algo:

--¡Y ni se te ocurra seguirme, Uzumaki! ¡Me voy a casa!

Y sin decir más… Se fue. Naruto se quedó confundido, completamente confundido… ¿Qué era lo que acababa de pasar?, simplemente no entendía. Y entonces, sintió una mano tocar su hombro, para cuando giró la cabeza, era la misma chica rubia que le sonreía.

-Toma esto… --Le dijo la chica, extendiendo su mano y entregándole dos pastelitos, pequeños y de chocolate decorados con cosas que aparentaban verse deliciosas--. Ve por ella y dale uno, veras que todo se arregla.  

Por alguna motivo extraño, Naruto obedeció saliendo corriendo y dejando un poco de dinero sobre su mesita. Salió a buscar a Sakura…

Sakura iba molesta ¡Hecha una fiera!, se sentía triste, vagamente ella misma. Su enojo tenía nombre y apellido: Naruto Uzumaki. ¿Pero por qué?, Se preguntó mil veces Sakura… Tal vez era por la poca atención que últimamente le prestaba, pues aquel día se pasó toda la mañana arreglándose para verlo, y él no lo había notado… Pues ella se preocupaba y trataba de alimentarlo lo mejor… Nuevamente no lo notó. Y para acabar, ve a una chica y sus ojos se vuelven locos… Tal vez eran ideas suyas, pero no podía evitarlo.

Y es que Naruto no la entendía… Al menos no su lenguaje sentimental.

En menos de unos minutos, Naruto ya estaba detrás de ella… ¿A caso él hizo algo malo? ¡Pero si se comió aquella comida horrible para complacerla!  ¿O no era eso?...Sea una u otra, Naruto dio un brinco grande y se colocó frente a ella. Extendió sus brazos y la frenó lo más que pudo.

--¡Sakura-chan! ¿Qué pasó?

--Nada Naruto, déjame, quiero…

--Toma—Interrumpió Naruto, alargando su mano y mostrándole el pequeño pastelito que aquella chica extraña le había dado. Según la chica extraña, aquel pastelito arreglaría de alguna manera todo ¿No era así?, y bueno, Naruto no perdía nada con intentarlo--. Cómelo.

Confundida, Sakura tomó aquel pastelito y le pegó un mordisco… ¿Tal vez era una sorpresa? ¿O algo así?, se sintió tontamente emocionada. Sabía delicioso… ¿pero ahora qué?

--¿Ya no estás enojada?... Me lo dio la chica y me dijo…

-- ¿Te lo dio la chica…? –Sakura miró el pastelito--. Uzumaki…

Toda emoción desapareció como polvo en un día de viento fuerte… Era inútil, Sakura no entendía absolutamente a Naruto y Naruto no la entendía.

Ella giró en sus talones y se retiró sin decir una sola palabra, aun molesta. Su casa ya no quedaba muy lejos de aquel lugar, así que en menos de diez minutos, Sakura ya había abierto su puerta y entrado a su casa.

--¿Sakura-chan? ¿Qué te pasa?...

--¿sabes qué?—Dijo molesta--. No me entiendes.

Y cerró la puerta…










--¡NO, NO, NO!—Gritó Sakura, mirando su reflejo sobre el espejo del baño.

Cuando esa mañana despertó y vio la casa de Naruto, la confusión se apoderó de ella… ¿Por qué se encontraba allí? ¿Cómo había llegado? ¿Y dónde estaba Naruto? ¿Se habría quedado dormida ahí sin darse cuenta?, rápidamente se había levantado… Y se sentía diferente, muy, muy diferente. Incluso su pijama era diferente… E instantáneamente se fue al espejo, quería verse. Quería pensar en todo lo sucedido…

Y cuando se vio… Pegó el grito al cielo.

Era ella, su mente, sus recuerdos…

Pero no su cuerpo… ¡No!

Era el cuerpo de Naruto.

Pasos firmes, de un lado a otro… ¡¿Cómo había sucedido aquellos?!, Sakura no lo podía creer ¡¡Ni porque lo tenía frente a ella!!, era algo así como una locura nunca antes vista, ¿Sera un Genjutsu? ¿algún sueño? ¿Magia? ¿Drogas?, a esas alturas cualquiera cosa era creíble, menos verse a ella misma frete a ella…

Tan solo pensarlo era lunático.

Su cuerpo, su cabello rosa y ojos verdes, viéndola. Toda ella, físicamente, estaba sentada sobre la cama de la casa de Naruto, pero su cuerpo, su conciencia, estaba en otro cuerpo. En el de Naruto, para ser especifico.

--¡No sé lo que sucedió!--Dijo Naruto, con la voz femenina del cuerpo de Sakura--. ¡Sakura-chan! ¡Esto es malo! ¡Muy malo! ¡Terriblemente malo!... Soy una chica… ¡De verdad!

--¡Calla Baka!, hay cosas por que preocuparnos, que tu estúpido sentimiento femenino…

Piensa, se dijo mentalmente Sakura, mandando su mano a su barba y rascando sus cabellos rubios… Estar en el cuerpo de Naruto era algo que jamás en su vida se imaginó, ni de broma, pero allí estaba, dentro del cuerpo de su mejor amigo. Dentro del cuerpo de un hombre. Y era rotundamente incomodo. ¡Ni pensar podía! Especialmente con su mente en otro mundo… Y sus sentidos en otro. Se sentía pesada de abajo: como si algo colgara y no estuviera en su lugar como siempre sentía.  Y libre de arriba, tanto que la asustaba.

Y ni pensar en otras cosas…

--¿Cómo se supone que saldremos de esto?--Gruñó ella, molesta--. ¡Dios, ni siquiera sé porque nos sucedió! ¿Y por qué ahora?, ¡Justo hoy tengo una clase de medico en la academia!, no iré como Naruto…

-¿Y sí les decimos lo qué sucedió?--Sugirió Naruto, sentado sobre la cama, sin algún movimiento más que el de sus ojos--. Podría ayudarnos…

--¿Decirles? ¿Estás loco? ¡¡Un pase gratis al manicomio de Konoha!!  

Nuevamente, Sakura caminó de un lado a otro, las manos sudorosas y nerviosas moviéndose entre ellas, y la mirada fija al piso.  Tenía que pensar en algo, ¡Y algo rápido!, necesitaba respuestas, pero también necesitaba que nadie se enterara de eso. Podría bien comunicarle a Tsunade su asunto, pero eso incluía factores de riegos ¿La creería loca? ¿Y si le decía a Ino?, tal vez se burlaría de ella… Y entonces, la idea fugaz llegó a su mente. ¡Claro que le pediría ayuda a Tsunade!, pero nadie más debía saber de ellos. Nadie más. Lamentablemente Tsunade sólo llegaba a partir de la tarde-noche, por lo que, su única solución momentánea era ser Naruto.

--¡Ya sé!--Gritó en un brinco y una sonrisa--.¡Seremos el otro!

--¿El otro?--Naruto la miró confuso--. No lo entiendo…

--¡Sí!, yo estoy en tú cuerpo, y tú en el mío… ¿Y qué haremos para que nadie sospeche hasta que Tsunade llegue?, yo actuaré como tú y haré lo que debías hacer hoy, y viceversa. Te daré mi itinerario, y te diré qué debes cancelar.

--¡¡Entiendo, Sakura-chan!!, te prometo que nadie sospechará nada.

--Bien Naruto, hoy debes hacer…

Día uno. (Sakura)

Sakura caminaba de un lado a otro, los pantalones naranjas y aguados no eran su estilo ¡¡Para nada!!, eran demasiado grandes, tanto, que estorbaban a veces, y aun sentía que una parte de su cuerpo, bajo el pantalón, le colgaba y se movía demasiado para llegar a ser cómodo. Ella sabía perfectamente qué parte del cuerpo era, sus usos biológicamente, pero jamás pensó que se movieran tanto y estorbaran ¿Cómo un hombre podía vivir con ello? ¿Y cuando corrían? ¿No se caía o algo así?, era sumamente incomodo el movimiento.  Pero eso no importaba, era de sus menores preocupaciones. Tenía un mayor problema, uno mayor…

Naruto ya hacía más de una hora que se había ido, con la hoja que ella le había dado de su itinerario por hacer: Hoy tenía mucho por hacer, de lo cual Naruto solo haría dos. ¡Ni loca le dejaba las clases de medicina en la academia!, Naruto era tan poco sabio en esos temas, que sin duda, era peligroso. Limpiar la casa y preparar la comida, era lo único que haría. Y aun así, se sentía preocupada. Pero el problema ahora era ella ¡Naruto no hacía nada más que entrenar!, algo fácil, comer Ramen o salir a ver que encuentra, nada tan que peligrara, excepto ahora…

Ella tenía ganas de ir al baño.

Y no era mujer…

Y ni loca tocaría eso…

¿Qué se supone que haría? ¿Aguatarse?, el cuerpo ya le dolía en el abdomen por llevar una hora sin ir y querer ir. Pero se avergonzaba… ¡¡Solo pensarlo se ponía roja!!, Sakura simplemente no quería ver esa parte de Naruto, pero ya no podía más.

--¡Bien, Sakura!--Se dijo en voz fuerte--. Solo entra al baño, cierra los ojos, bájate el cierre… ¡Toca lo que tengas que tocar con cuidado! ¡Haz lo que tengas que hacer! ¡Y no vuelvas a pesar en ello!

Sakura tomó un gran bocado de aire y se encaminó al baño de la casa de Naruto. Cuando pasó por el espejo y vio el reflejo de Naruto, y no el suyo, sintió una extraña sensación, aun le costaba creer lo que sucedía… Y entonces, el dolor de ir al baño se apoderó de su cuerpo varonil y se apresuró a entrar al baño: Estaba limpio, había papel, el cesto y al otro extremo la regadera. Nada femenino, pero eso era obvio, no estaba como acostumbraba a las toallitas húmedas o cosas que ella sí guardaría…

Ella volvió a tomar un gran bocado de aire. Tú puedes, Sakura… Tú puedes, es solo un órgano masculino, has visto eso en las clases medicas… Es normal, se repitió en la cabeza una y otra vez. Primero miró los pantalones naranja, miró "ese" punto en el pantalón y abrió la boca del miedo… Y la vergüenza. Tragó saliva, y lentamente comenzó a bajarse el cierre y bajar los pantalones.

--¡Dios, esto es horrible!--Gruñó ella temblorosa--. ¡Maldito Naruto! ¡Maldita sea!...

Sintió un segundo de alivio, cuando bajo los pantalones descubrió los bóxer negros. Al menos aun no le tocaba ver "eso". Pero pronto ese alivio desapareció tan pronto llegó, pues sus ganas aumentaban y temía ya no aguantar más. Ahora, el bóxer. Sus mejillas ardía, y aun cerrando los ojos, sentía vergüenza e inevitablemente, no podía dejar de pensar en lo que vería, como seria, o de que tamaño…

--¡Por dios, Sakura! ¿Qué mierda piensas?--Se regañó en voz alta--. ¡Sólo hazlo, sólo hazlo!

Cerró con fuerza los parpados y de un jalón se bajó el bóxer de Naruto. Ahora venia la peor parte… ¿Qué se supone que debía hacer? ¿Cómo los hombres aprendían a ir al baño con "eso" colgado? ¿Debía tomarlo? ¿ponerlo? ¿O trata de atinar? ¿Por qué no había una guía de "Como usar "eso" en todo momento?, seguro ella compraría la guía por si… Ya saben, por si alguna vez vuelve a ser hombre. O peor aun, por si jamás sale de ese cuerpo.

Ya no aguantaba  ¡¡Ella tenía que ir al baño ahora o lloraría!! Tomó valor y entre sus manos agarró "eso", y justo cuando lo agarró, sintió la necesidad se gritar de vergüenza, seguramente su rostro era una mascara roja, y como inercia, abrió los ojos…

Ahora sí, ya lo había visto todo.

Finalmente lo dirigió y decidió que era momento ir, y de… ¡¡Morir de vergüenza!!

Una vez que Sakura había terminado y se había lavado las manos un montón de veces y se había arropado con los ojos bien abiertos y las mejillas rojas, se había acostado en la cama… ¡Jamás superaría aquello!, ya jamás vería a Naruto igual, jamás pensaría en él igual… Ya nada era igual. Ahora en su mente y en sus recuerdos había otro factor… ¡Se sentía apenada de solo pensarlo!, y aun más apenada, rezando y suplicando, que por todo ese día a Naruto no le den ganas de ir al baño…

Daria su vida porque eso jamás pasara.

No había pasado ni media hora, cuando la puerta sonó. Pequeños golpecitos. Sakura no estaba de animo, aun sentía las mejillas arder, pero de igual manera debía acudir como si fuera Naruto, por lo que se levantó y abrió la Puerta, formando una sonrisa falsa en los labios. Ella realmente quería estar enterrada diez metros bajo tierra.

--¡Naruto-kun!--Gritó, con voz alegre, tan expresiva y tan llena de vida, Lee--. ¿Listo para ir a los baños termales?

--¡Quuue!--Gritó Sakura--. ¿Ir a donde? ¿Pero por qué?, no… No…

--¿Lo olvidaste?, la semana pasada, cuando entrenábamos en la montaña, me prometiste que sí perdía ante ti, te pagaría un gran plato de Ramen y un baño para las aguar termales… Bien, ¡¡Soy hombre de palabra y he venido a pagar mi deuda!!

--N-No, no Lee… Yo creo que…

--¿No? ¿Ni porque yo pagaré todo el Ramen que quieras?

Sakura realmente le importaba muy poco el qué Lee pagara el Ramen, no deseaba verlo desnudo ¡¡No deseaba verse desnudo a él mismo!! O bueno, el cuerpo de Naruto, Sin embargo… El rechazar el Ramen para Naruto era, era grave. Y ella debía actuar como Naruto. Nadie debía sospechar.

--Está bien… --Logró decir Sakura, llorando internamente.

--¡Eso es, Naruto! ¡Que la juventud jamás se acabe!

Lee tomó el brazo de Sakura, con la chamarra naranja típica de Naruto puesta, pues realmente era el cuerpo de Naruto, y la jaló rápidamente entre las calles de Konoha.

Ella se maldecía por dentro… ¿Qué podría hacer?, Lee seguramente haría muchas cosas, y eso, que planeaba ser un día pequeño e insignificante, se había convertido en uno peligrosamente largo. Comer Ramen no era tan mala idea, no odiaba el Ramen, pero ir a los baños termales de Konoha… Implicaba quitarse toda, toda la ropa, y entrar con Lee, quien también iba a estar, todo, todo desnudo, frete a tal vez más hombres, iguales… Y de alguna manera nada la asustaba tanto, como ver el cuerpo de Naruto desnudo en un espejo. Por alguna razón, eso le hacía entrar en pánico, le hacia sonrojar y querer gritar de vergüenza por su mente tan llena de imaginación. Y es que ella no podía evitar pensar en ese cuerpo arriba de ella… Y aunque se avergonzaba, era verdad.

Lo qué le llevó a preguntarse… ¿Cómo le irá a Naruto?, se suponía que cancelaria todas sus actividades, y solo se dedicaría a limpieza de su casa, pues hoy le tocaba, y preparar un pequeño platillo. Algo tan fácil y sin riegos. Solo esperaba que todo salga perfectamente, porque en cuento a ella, iba cada vez más de mal en peor.

Pero, en ese momento… ¿Qué podría ser peor?

--¡Oh!, por cierto--Agregó Lee con una glamurosa sonrisa--. También invité a Sasuke y a Kiba. Allá nos esperan.

Mierda.

Capitulo tres.


Día Uno (Naruto).

Naruto estaba más que seguro, que el papelito que Sakura le dio hace pocas horas lo tenía en algún lugar, ¡No podía permitirse perderlo!, sin el ¿Qué se supone qué debía hacer?, ni siquiera se había tomado la modestia de leerlo, sólo confiaba plenamente en lo que decía. Pero ahora, buscando entre los bolsillos de la falda, bajo la cama, sobre el suelo de la casa de Sakura, la cocina y todo lugar donde se le ocurriera. Pero no había nada. Aun peor, no  conocía mucho el lugar donde Sakura vivía. Por un momento, pensó en regresar a su departamento y preguntarle a Sakura si podía darle otro.

Seguro lo regañaría…

Mejor no.

Naruto se rindió finalmente, agotado de ideas por dónde buscar, incluso en el rincón más pequeño, la oportunidad se perdía. Aquel papel estaba más que perdido ¿Ahora que se suponía qué debía hacer? ¿Qué es lo que usualmente hace Sakura en un día como ese? ¿Nada?, ojalá… Pensó, dejando caer su cuerpo femenino sobre la cama de Sakura.

Cuerpo femenino, Naruto se sentía muy extraño, era una mescla entre pequeñez y fragilidad, se sentía más ligero y se sentía capaz de meterse en cualquier lugar. Con este cuerpo tan delgado, seguro que sí… Pensó nuevamente Naruto extendiendo una sonrisa. Estaba en el cuarto de Sakura, ligeramente decorado con algunas flores y fotografías: La del equipo siete. Y junto de su cama, en el pequeño roperito que sostenía una lámpara, había otra foto. Naruto abrió sus ojos, acercándose para mirar aquella foto, tan cerca de su cama, y únicamente.

Era él.

Él y ella, hablando casualmente…

No recordaba haber tomado esa foto, y en ella, no parecían saber de la foto, pues s eles veían platicando como cualquier día. Ella sonriendo, y él rascando su cabeza, caminando entre las calles de Konoha. Era algo así como si les hubieran tomado la foto desprevenidamente, guardando la esencia del momento.

Y por alguna razón, sintió la necesidad de querer ir a verla.

Naruto soltó una carcajada al recordar que estaba en su cuerpo ¿Quería verla?, sólo necesitaba pararse frente al espejo que tenía y asunto arreglado. ¡No!, en verdad quería verla… No físicamente, claro que no, quería escuchar su voz y escucharla en cada palabra tan suyas. Quería ver su alma…

--¿Sakura?--Naruto dio un salto al escuchar una voz en la ventana. Fue el susto de su vida.  Giró rápidamente su cuerpo para ver a la ventana. Era Ino, sonriente, arrodillada en la ventana y dando ligeros golpes en el fino cristal--. ¿Me vas a abrir frentona? ¡Ya es tarde!, nuestro día de chicas comienza…

--¿Día de chicas?--Musitó Naruto, abriendo los ojos--. ¿Hoy? ¿Tu y yo?, pero yo…

--¡Cállese y abra la puerta: mujer OcupadaNoPuedoSalirConIno!--Gritó la rubia, cruzando los brazos y entrecerrando los ojos--. No puedes decir no, la semana pasada quedamos en que seria hoy…

Naruto se levantó de un golpe para correr y abrir la ventana. Ino dio un pequeño brinco en el interior y extendió su cuerpo con un fuerte bocado de aire, acto seguido, se encaminó a la orilla de la cama de Sakura y se sentó comenzando a dar una larga lista de actividades las cuales, supuestamente ella, harían ese mismo día, Naruto apenas y logró escuchar las primeras actividades, o tal vez eran las del en medio, no estaba muy seguro… Pues Ino era algo así como un parlanchín veloz.

--¡Por cierto!--Agregó la rubia en un brinco muy emocionado--. ¿Adivina qué, frentona?--Emboscó una coqueta sonrisa y acarició su rubio cabello--. Hoy vi al chico guapo de la tienda… ¿Lo recuerdas?, lo vi  ya sabes como… y ¡Dios! ¡Está guapísimo!

--¿C-Chico guapo..?--Logró decir Naruto confundido.

¿De qué hablaba Ino?, se preguntó Naruto completamente confundido… ¿Por qué sentía que las mujeres hablan en algo así como otro idiota?, para comenzar, hablan con una velocidad superior al intelecto masculillo, seguramente, le seguía esa cantidad de expresiones que utilizaban en cada palabra, y para hacer más difícil el código de su lenguaje, utilizan frases como "Ya sabes como" "Así como eso" "Como la otra vez", algo que, en realidad es un código complejo femenino.  

--Andas algo distraída--Argumentó Ino, cruzando sus piernas--. Hoy vi al chico guapo, ese que te agrada…

--¿Me agrada?-- Preguntó Naruto, sintiendo…. Enojo. ¿De aquí a cuando a Sakura le agradaban los chicos de las tiendas? ¿Desde cuando?  ¿Y porqué? ¿A caso él lo conocía?... No, claro que no, eso no podía ser así--. ¡No, no, no!, a Sakura, digo, digo… A mi, no me gusta nadie…

--¡Oh vamos frentona!, Sí bien que me has dicho que te encanta…

--¿Él de la tienda?--Dijo Naruto lleno de asombro y rabia…

--¡No! ¡Él no!... --Soltó una risita y susurró--. Él otro….Ya sabes quién…--Contestó Ino, cubriendo su boca con una mano--. Siempre me lo dices, no te hagas la tonta.

Esas palabras resonaron en su mente… Una alerta en la cabeza de Naruto, le decía que dejara el tema y buscara un pretexto para evadir a Ino y marcharse a donde nadie le hablara, al menos, por hoy. Pero… Ino estaba allí, dispuesta a darle un secreto, el misterio de su vida… ¿Quién era el dueño del corazón de Sakura?

¿Quién?

Y no sé iba sin saber.

¡No señor!

--¿Así?--Dijo Naruto--. ¿Y si me refrescas la memoria?

--Hoy estás muy rara--Dijo Ino, ladeando la cabeza--. Eres diferente, te comportas… Muy propia… ¿Te sientes bien?

-- No, es sólo que hoy… Hoy … --¡Piensa Naruto, piensa!--. Hoy…

--¿Hoy viste a Naruto?--Preguntó Ino--. Siempre que vez a Naruto cambias…

--¿A sí?... ¡Digo, digo!, S-Sí, hoy lo vi…¿Tiene algo de especial?

--¡Pues claro tontita!, si lo has visto sin camisa, seguro te dio un orgasmo.

¡QUUUUEEEE!, pensó Naruto… Quedándose en Shock. Ino la miró y soltó una carcajada.

--¡Estoy bromeando!--Agregó rápidamente--. No te pongas roja, Frentona. Es solo que aun no me hago a la idea de que Naruto sea quién… ¡Espera!--Ino miró su reloj--. ¡Oh dios, Sakura ya es muy tarde!

--¿T-Tarde para qué?, y… ¿Qué ibas a decir, Ino?

--¡Olvídalo, después hablamos! ¡Es tarde para tu hora de enseñanza en la academia!

Ino tomó a Naruto del brazo y salió disparada a toda velocidad de su casa por la ventana. Naruto aun se sentía aturdido y lleno de información incomprensible para él. ¿Qué era lo que acababa de descubrir? ¿Por qué tantas palabras para un solo mensaje? ¿Porqué dejar las conversaciones a media? ¿Por qué tanto misterios?

Finalmente llegaron a la academia ninja, Naruto estaba más que confundido y cuando recuperó el aliento, se dio cuenta de que estaba en uno de los tantos salones de la academia ninja, junto de él estaba Ino y al otro lado, Iruka… Y frente a él. Un montón de niños…

--¡Sakura! Me da gusto que hayas aceptado dar las clases el día de hoy!--Dijo Iruka,  mostrando una cordial sonrisa.

--¿C-Clases?--Preguntó Naruto, nerviosamente…

--¿Lo olvidaste frentona?, Hoy darás una clase de sexualidad para los chicos de la academia. Tú misma propusiste la campaña y todo eso.

--¿S-Sexualidad? ¿Yo? ¿Clases?

Naruto miró nerviosamente a todos… ¿Cómo se supone que haría eso?, claro que sabía de sexualidad, eso todo el mundo lo sabe y lo aprende, ¿Pero cómo se supone que deba explicarlo? ¿Y qué debía explicar? ¿Cómo sucede o que? ¿Cuál sería realmente el tema para jóvenes ninjas? , Naruto intentó buscar ayudan en cada mirada, pero solo recibía miradas diciendo "¿Qué esperas para comenzar?", y eso en nada lo ayudaban.

--Bueno… --Dijo Naruto, temblorosamente--. Hoy veremos… Sexualidad… ¿Alguien sabe que es eso? ¿No? ¿Nadie?...--Rascó su cabeza--. Pues es… Es algo que pasa así nada más, cuando… Cuando dos personas se quieres mucho y deciden que quieren… Ya saben… Juntarse para toda la vida…

--Señorita Sakura-Sama--Dijo una niña pequeña, levantando la mano--. ¿Y si yo quiero mucho a mi amiga y quiero que estemos juntas, entonces eso es sexualidad?

--¿Y qué es hacer el amor, señorita?

--¿Cómo se hace el amor, señorita?

--¿De dónde vienen los bebés?

Ayuda…. Pensó Naruto, exaltado y en shock… ¿Qué se supone que haría ahora? ¿¡Qué?!

Una hora después…

--¡Bien chicos!--Dijo Ino, moviendo su cadera--. ¿Les quedó claro el tema?

--¡Sí, señorita!

Ino sonrió gentamente y se giró para ver a su amiga: Sentada sobre una silla de madera y hecha un caos.

--Es hora de irnos, frentona--Ordenó en un tono más severo.

Caminaron de regreso a caso a paso suave, en silencio, un silencio muy incomodo. Naruto no se sentía en sus cabales, y mucho menos capacitado para responder alguna duda, ¿Cómo era que lo había arruinado? ¡Sakura seguro lo mataría cuando se entere que hizo llorar a una niña! ¡Seguro lo mata!, ya veía su muerte imprentada en una lapida…

--¿Qué pasó allá,Sakura?--Cuestionó Ino en la puerta d ela casa de Sakura--. ¿Te sientes bien?

--Estoy bien, es solo que…

--¡Asustaste a todos! ¡casi te desmayas en ese lugar y no sabías ni que decir! ¡hiciste llorar a una niña!

Naruto se encogió de hombros… Definitivamente ese no era su día. No lo era. Y ni lo será… Finalmente, Ino subió a su habitación y abrió la puerta de baño, para girar sus talones y mirar a Sakura. Naruto se detuvo en seco y trató de buscar las palabras para excusar su tremendo enredo. Pero fue interrumpido por Ino.

--Has de estar cansada o algo así, ahora mismo arreglaremos eso…--Agregó Ino, cruzando los brazos--. ¡Y no acepto un no por respuesta, frentona!, saldremos con Hinata y Ten Ten, ahora mismo les llamo…

--¿Cómo?

--¡Sólo metete a bañar!.. Hoy… --Ino sonrió--. Hoy nos  arreglarnos… ¡De compras!, ¿Te parece ir a buscar bikinis para este verano?

--¿B-bikinis?...

--¡Cállate y metete a bañar, frentona! ¡Y no te dejaré salir hasta que este completamente limpia!

Ino empujó a Naruto dentro de la bañera y le cerró la puerta con una toalla, tras decir "Te daré ropa hasta que estés limpia". Y  entonces, Naruto entró en pánico… ¡Pánico!, ¿Cómo iba a sobrevivir buscando ropa con todas ellas en bikini? ¿Cómo iba a fingir y verse, así mismo en bikini?, y eso no era lo peor, claro que no… ¿Cómo se iba a bañar ahora mismo?, porque bañarse implicaba…

Desnudarse, pasar el jabón por su cuerpo.

Y no era su cuerpo, era el de ella. El de Sakura.

Mirar el frágil cuerpo de Sakura desnudo…

Naruto se sonrojó de solo pensarlo.

Y sonrió. Jodidamente, sonrió.