Avatar: The Legend of Sakura [NS] [Capitulo 3: Maestro Roshi] [25/10/14]

El mundo ya no es el lugar que antaño solía ser. Las naciones poco a poco han ido reduciendo su agresividad con las otras y digamos que han alcanzado un equilibrio que aunque algunos digan ser futil como la inevitable caída de las hojas durante cada otoño, lo cierto es que el mundo descansa en armonía al menos aparente desde hace mas de veinte años. 23, para ser más exactos.

Este mundo no es como el que tu conoces, ni has oído hablar de sus gentes antes, pero estoy seguro que si has escuchado la historia entorno a una figura humana, una figura que no importa donde te halles, sus hazañas inundaron tus oídos, o quizas los de tus padres. La leyenda del Avatar.

El mundo se compone de cuatro elementos, combinados entre si, generan todo lo que existe y existió, todo lo que existió y existirá e incluso aquello que no existe tampoco. La tierra es el elemento firme, para doblegarla tienes que ser como ella, estar inmovil, defender tu postura contra viento y marea y no doblegarte ante las situaciones mas criticas. La tierra es la capa media que sostiene el mundo. El fuego es el siguiente elemento, es explosivo, es virulento y se expande como el peor de los virus, las ideas, en cuanto el fuego toca otra cosa esta se impregna de su vida y energía, situada en la base de todo el mundo, arde con intensidad y calienta todo a su alrededor.

Seguidamente está el agua, como el destino es danzante e incluso enrevesado, transmite tranquilidad y pureza pero tambien puede convertirse en tu peor enemigo cuando es ausente, o cuando es tan constante qu eno puedes respirar. El agua es el núcleo de toda vida sin ella la vida es imposible. Está situado entre el fuego y la tierra. Finalmente queda el aire. Es imprevisible casi aleatorio, cambia su curso cada segundo y es tan fragil como una hoja y tan afilado como una pluma, está en la parte mas superior del mundo y cierra el ciclo alimentando al fuego.

Con el paso de los milenios, los humanos han conseguido dominar uno de estos elementos, aunque algunos han descubierto diferentes subtipos, nunca, nadie mas que el avatar, el único que puede controlar los cuatro elementos. El Avatar es una persona que no forma parte dle mundo fisico ni del espiritual, sino que es un puente entre ellos. Los Avatares se reencarnan en un nuevo cuerpo tras su muerte, por lo que son la misma persona por ello se dice que el Avatar aprende del pasado, porque para él, todo tiempo es el presente.

El Avatar tiene como tarea traer el equilibrio al mundo pero lo cierto es que en realidad tiene en su poder la balanza del destino de la humanidad. Progreso y avance frente a decadencia y cáos, el Avatar es la autoridad indiscutible aunque las naciones crecieron y comenzaron a considerarlo como una fuerza aparte -probablemente porque nunca se sabía cuando iba a nacer uno ni donde con la precision para...usarlo para los fines ególatras de los humanos-. Hace 23 años, el ultimo avatar, Minato Namikaze, fue asesinado pero nuestra historia comenzaría exactamente seis años despues de su muerte, cuando el avatar, se reencarno en un nuevo cuerpo.

Ahora, los maestros de cada nacion -y cada elemento- tienen como tarea adiestrar de forma física y espiritual al Avatar, para que este pueda cumplir el ciclo de su vida, aprender, juzgar, decidir y morir. Sin embargo, quizas esta vez el Avatar ha demostrado ser mucho mas inusual que el resto...


Esta historia se inspira en la saga americana de "Avatar" mas concretamente inspirada en la secuela "La Leyenda de Korra" no obstante, los nombres han sido cambiados asi como diferentes sucesos que pasaran, es una inspiracion por lo que tomamos algunos datos que pasaron en la serie o los manipularemos para que tenga una mejor cohesion que la serie original, a mi parecer.

Los capitulos seguiran el narrador equiscente es decir, el capitulo será un numero y el personaje en el que se centre. Pese a todo a veces se hará algun corte en el capitulo o se harán cosas que el personaje no vea y por tanto no sepa.

Los capitulos con alto contenido sexual o de +18 en general, irán con una señal visible, aunque todos somos mayorcitos y hemos visto mucho en la tele que haría esto innecesario pero en caso de que haya algun sensible, que no se diga que no lo vió.

Los capitulos no seran excesivamente largos pero debería de haber uno cada dos dias, lo cual cubrimos cantidad > frecuencia.

Acepto críticas de todo tipo, desde las mas neutrales a las mas destructivas, siempre y cuando sea cierto. Quiero decir, no soy un profesional escribiendo, no vengas pidiendome que te haga lo que hace George R. R. Martin o Patrick Rothfuss porque no puedo, si ves que tengo alguna falta ortográfica o hay algun tipo de redundancia -que es lo mas posible dado que trato de publicar lo mas rápido posible y que no uso ningun sistema de auto-correción de faltas (y menos de tildes)- ¡por favor! Hazmelo saber. No me enfadaré ni mucho menos si argumentas tus mensajes.

Lo mismo para los halagos, si es posible, comentar el porque te gusta o que te ha sorprendido, ¡incluso puedes influir en como vaya el fic! Puedes expresar una posible solucion a un retórico poblema que surja, igual tu respuesta tiene mas sentido y realismo dentro del fic que la mia.

Asi que no temas, en definitiva, por aportar cualquier tipo de contenido -no ofensivo o destructivo- si con ello piensas que podrás hacer de este fic una obra mejor. Yo escribo, cierto, pero también escucho.

La noticia de la reencarnacion del avatar había sido difundida por todo el Mundo. Aunque usualmente podía predecirse en que nación podría nacer, esta vez había sido el flujo constante de las noticias y rumores que había llevado a cuatro maestros asignados para determinar el camino que el Avatar debía de seguir. Los rumores habían llevado a estos a recorrer el mapa de punta a punta, no podían dejar ningun posible caso por revisar y eso parecía estar cansando a uno de los tres maestros que caminaban por aquel no demasiado transitado camino.

-¿Po rqué es tán dificil encontar al verdadero Avatar? Mi llama interna se está apagando y cada vez tengo menos esperanzas. -dijo en un tono excesivamente dramativo, su cabello era asemejado al de un caso pegado al craneo, era lacio y de color negro, en combinacion a sus gruesas cejas y facciones bastante pulidas, con un fisico atletico y bastante cuidado generaba una figura inconfundible.

-Maestro Maito, usted mismo se propuso para la busqueda del Avatar, debería de mantener su espiritu equilibrado. -le contesto su acompañante de la izquierda, por sus palabras denotaba un exceso de formación y en el control de la calma, algo que efectivamente carecía su acompañante. Este tenía literalment los lateralesy parte frontal de un casco encajado en su cabeza, algo que hacía de estar de unas facciones mas cuadradas y fuertes que las de su acompañante, si Maito tenía el pelo negro, el suyo era castaño como las hojas en el otoño. -¿Donde ha quedado su energía? -le preguntó mirandole de reojo.

-En el país del agua, hace tres semanas. Ahí se ha quedado, Yamato. -cruzó los brazos con molestia.

-Diría que se quedaron con las mujeres del pais, supongo que te engatusaron con aquello de "caderas fluidas e hipnóticas como el curso del agua". -ese comentario hizo rabiar al otro maestro, que por suerte aprendio a contenerse

El tercero de los maestros estaba un poco mas separado de aquella conversación, hasta el punto en el que ni siquiera hizo ademan de participar. Su mirada y rostro oculto en gran parte por una mascara, solo dejaba visible un uniforme militar, que aunque su color emulaba el paisaje de sus lados, la naturaleza y la maleza, escondía en el algo mas rojo que el fuego que controlaba.

-Tenemos varios rumores que apuntan a la capital del Pais de Tierra. -dijo el maestro de cabellos de plata, curiosamente no estaba mirando hacia donde iba, la ciudad se veía en la cercanía, a quince minutos de distancia y sin embargo, se hallaba leyendo un libro de forma tan absorta que sorprendería saber que era consciente de todo lo que había a su alrededor -Pero...

-¿Crees que se opondrán? -preguntó el castaño.

-¿Oponerse? ¡Los padres del avatar jamas negarían el asombroso destino y suerte que han tenido! -hasta alzó los brazos al cielo para denotar la maravillosidad de su pensamiento.

-No por sus padres, sino por el señor feudal, en especial el de la tierra, ¿no habeis visto las miradas de las personas cuando hablabais de buscar al avatar? -el Maestro Maito bajó los brazos y se rasco la barbilla, había sido consciente de miradas extrañas pero pensó que sería mas por ellos como visita que por algo mas profundo. -Los señores feudales rara vez son comprensivos, y menos si uno de verdad tuviera al Avatar. -explicó su pensamiento sin separar la mirada del libro, pasó la pagina y suspiró. -Eso es lo que me preocupa, que el Avatar acceda, pero su familia no.

Hubo un silencio que se alargó durante unos minutos, Yamato era de lejos el mas tranquilo de los tres, aunque el que mas pasivo se mostraba era Kakashi, mientras el pobre Maito estaba luchando por encontrar algun tipo de divertimento en el ambiente o en la ciudad que se aproximaba.

La ciudad era increiblemente grande, lo cual siendo la capital no extraba. Compuerta de tres grandes murallas parecía un catalejo retactil que apuntaba hacia la misma tierra. Por lo visto el primer sector era el mas pobre de todos, muchos edificios pegados los unos con los otros y una calidad de vida un tanto deficiente, luego había otro anillo interno un poco mas sibarita para desembocar el interno donde el señor feudal residía. Sobrecogidos ante una ciudad tan grande, que incluso disponía de dispositivos de transporte entre los anillos Maito estuvo a punto de darse por vencido antes siquiera de empezar. No les costó demasiado entrar a la ciudad y nunca mencionaron el hecho de que estaban buscando al avatar. Se acercaron a un grupo de guardias y esta vez, Yamato fue el intermediario.

Camino hacia ellos, les preguntó algo, al principio ellos dudaron mientras que los dos maestros se quedaron indiferenes ante esas miradas, Yamato hizo ademan de buscar algo en los bolsillos y les ofrecío dos pequeñas bolsitas. Entonces la actitud de los soldados y su gesto cambio de repente, o solo se relajaron sino que ademas hablaron señalando diferentes zonas con el dedo y tras una reverencia por parte del maestro estos se retiraron con una cara bastante emotiva incluso.

-¿Y bien? -preguntó Maito con expectación. -Dime que has conseguido una direccion, no quiero estar rebuscando en esta ciudad hasta que se me separen las piernas del cuerpo y se pongan a andar ellas solas a casa.

-La buena noticia es que la Familia Haruno está en el sector medio, lo cual nos deja un area bastante menor que trazar. Ademas me han dicho que estan en la zona derecha un poco alejada de la muralla. -mientras lo dijo, todos se encaminaron hacia la estación del tren aunque podían avanzar bastante con otros medios, cuanto mas invisibles parecieran mejor sería.

-¿Y la mala? -le preguntó el azabache mientras miraba a su acompañante.

-Bueno, la mala es que te quedaste sin dinero para esas bailarinas. -dijo con una sonrisa un tanto divertida.

Pese a que lo intentaban, todo el mundo se fijaba en ellos, no obstante las medidas se hicieron paulatinamente menor inquisitivas cuando dejaron atrás el primer sector, notaron que había mucha pobreza, demasiada, pero no era su misión intervenir alli, su mision era encontrar al avatar. Si el primero olía a agua estancada, el segundo tenía una gran cantidad de luz, dados que los edificios no se agolpaban uno encima de otro, y el aire limpiaba las calles.

Preguntaron a un par de personas se encaminaron con mas precisión hacia esa direccion, era un barrio que se asemejaba en general al estilo de vida en Konoha, la capital del Pais del Fuego, quizas porque era uno de los paises mas jóvenes respecto a todos los demas o porque la prensuncion a traves de las riquezas y posesiones nunca había sido un elemento a juzgar. Se detuvieron frente a la casa, parecía bastante grande pese a ser solo un piso y estar bastante cuidada.

-¿Como creéis que sera el nuevo avatar? -preguntó Maito dando tres suaves toques en la puerta de la entrada.

-No te apresures. -le contestó el ojiesmeralda acariciandose su propio cabello. -Todo tiene un tiempo.

La puerta se entreabrió y una mujer de mediana edad, de cabellos rubios apagados, cabello corto con un flequilllo y unas inusuales marcas en los ojos. Su primera impresión fue que era bastante seria pero al ver a aquellos tres extraños hombres su rostro se volvió mas entusiasta. Escuchó la pregunta que le hizo el peliblanco "¿Es usted la señora Haruno?" a lo que asintió y les invitó amablemente a entrar.

-Disculpe las molestias por presentarnos sin avisar. -se disculpó Yamato, mientras hacía una reverencia, acompañada mudamente por sus compañeros. -Pero hemos tenido bastante problemas con el resto de avisos de un posible Avatar. ¿Podríamos verlo?

-Verla. -le especifico con una sonrisa. -Supongo que estarán felices por saber que su busqueda ha terminado ¿no? Siganme, seguro que Sakura quiere conocerlos-expresó bastante seguridad algo que el resto de padres no habían conseguido  mostrar pero estaban acostumbrado a los engaños y con el futuro del mundo había que ser bastante extrictos.

Ella atravesó el pasillo de la entrada  tomó la segunda puerta corredera hacia la derecha, que desembocaba en un notablemente amplio salón, fue seguido de cerca por Yamato mientras que los otros dos les siguieron con un poco mas de tiempo, porque los cuatro no cabían por un mismo pasillo. El salón tenía una mesa de madera cubierta por un pequeño y decortivo mantel blanco, sobre esta descansaba un jarron que mezclaba colores blancos y azules, había unas cuantas librerías con libros de todo tipo de colores, y dos ventanas grandes que mostraban y daban bastante luz al lugar. El piso era de color verde pistacho y las paredes azules lo cual daba una sensación notoria de luminosidad.

-¿Crees que será como tu maestro, Kakashi? -miró el ojo descubierto que este tenía y vió un extraño brillo en el.

-Aún no sabemos si ella es el Avat... -expresó con cierta neutralidad, como si aquello aún le doliera. Pero no pudo terminar la frase porque la puerta que conectaba probablemente la cocina con el salón se abrió de golpe y apareció una chica de aproximados cinco años de edad.

-¡Yo soy la Avatar Sakura! -su entrada fue tan euforica para su tamaño que incluso los tres maestros dudaron de poder contrarrestar lo que decía. De ella llamaron la atencion dos cosas, su cabello rosa como la flor del cerezo y sus ojos verdes esmeralda, ademas tenía una frente un tanto mas notoria por el cabello largo que llevaba.

-¿Ac-acaba de abrir la puerta con aire control? -preguntó Yamato escéptico.

Dio un salto hacia adelante intercalando diversos puñetazos hacia los tres maestros que retrocedieron un poco al ver como ademas de hacer aire control podia controlar el fuego. -¡Soy la avatar, aceptalo! -cuando su postura se quedó firme en el suelo hizo ademan de dar una patada al aire, el suelo de la casa se elevó en cierta parte, creando una pequeña columna de roca que se escindió en un fragmento y que voló contra uno de los maestros que aunque la esquivo sin demasiada dificultad acabó chocando contra a pared e incrustandolo en esta.

-¡GUAU! ¡Esta chica si que tiene pasión en su control! -fue el comentario mas energico que Maito había dado jamas desde que había comenzado el viaje.

-Cre...cre...creo que encontramos al avatar. -dijo Kakashi ante aquel espectaculo, la examinó a traves de su ojo no oculto y distinguio en sus ojos esmeraldas algo familiar, sintiendose de alguna forma aliviado por ello. -¿Podríamos hablar con usted, Señora Haruno, en privado? -le preguntó el peliblanco, y ella accedio, solo se encaminaron Kakashi y Yamato.

-Yo vigilare a la pequeña, quiero ver que mas sabe hacer. -le dijo guiñandole un ojo a la pelirrosa.

Separados del resto, ambos maestros hablaron de la situacion del avatar y que debía de hacer, ellos no podrían obligarla a ella a decidir pero su misión como asignados del avatar era decidir lo mejor para ella hasta que pudiera tomar sus propias decisiones. -Ahora que hemos encontrado al Avatar, necesitamos llevarlo al País del Fuego, allí será entrenada para que aprenda sobre sus vidas pasadas y domine los cuatro elementos. -la madre pareció mas comprensiva de lo que hubieran esperado. -El problema es que no confiamos en el señor feudal de este país y si se entera de que usted y su marido son los padres del avatar, no podremos garantizar la seguridad de ella sin la vuestra.

-Entiendo su preocupacion. -a decir verdad ella nunca había creido en el señor feudal del pais de la tierra, su marido, un gran comerciante había hecho siempre buenos negocios con él por eso quizas el no hablaba consecuentemente. -¿Y que creen que debemos de hacer?

-Separar al avatar de su familia no es nunca lo aconsejable. El avatar tiene que crecer con el contacto del mundo y sus personas por lo que nunca lo separariamos de usted, pero como ninguno de ambos debe de quedarse aqui...  -explicó Yamato.

-Necesitamos que usted, su hija y su marido abandonen el Pais de la Tierra y vengan al País del Fuego.  -finalizó Kakashi. -Allí la educaremos a ella y ustedes podran vivir en un ambiente menos peligroso. -ella asintió, lo cual le libró de un gran peso de encima. -¿Donde está su marido?

-Debería de estar en su oficina, tiene una en el sector comercial de este distrito "Haruno Market" se llama, ¿por qué?

-¡Kakashi! -gritó el maestro de tierra Maito desde el exterior. -¡Creo que nuestra coartada ya no existe!

El peliblanco salió al exterior y entendio lo que estaba pasando, una decena de guardias rodeaba la casa, dispuestos a obligar a que ninguno de ellos intentara nada raro. Inmediatamente, la madre de Sakura se fue junto a ella mientras que los tres maestros le obligaron a mantenerse dentro de la casa.

-No se preocupen, queremos arreglar esto de manera civil... -dijo Maito cuando les obligaron a salir a la calle, rodeados tanto delante por detras su superioridad numerica podría ser un problema.

-Entreguen al avatar ahora mismo. -les ordenó. -Están bajo la jurisdicción del señor feudal y este les ordena ahora mismo que entreguen al avatar.

-La seguridad del avatar no le corresponde  nadie mas que sus maestros. El avatar está bajo nuestro cuidado. -sentenció firmemente Kakashi.

-Entonces no nos dejan ninguna opcion. -simultaneamente, los guardias golpearon el suelo con la pierna derecha y luego dieron un puñetazo, de la tierra emergieron varias manos de piedra dispuestos golpear a los tres maestros.

Sin embargo Maito realizó dos movimientos con los brazos que produjo que la pequeña muralla que delimitaba cada una de las casas se dividiera en dos trozos y bloqueara todos los proyectiles a modo de escudo, luego tiró con fuerza hacia ambos lados y la muralla avanzó con rapidez, derribando a los guardias. Miraron a la esposa y a la Avatar y les hicieron una seña.

-Vayan con Maito, él les llevara al punto de reunión, estaremos allí con su marido, no se preocupe. -le aseguro Kakashi quien salió junto a Yamato hacia la busqueda del padre del avatar, sabía que ellos estarían bien con Maito, por lo que solo tení que concentrarse en la parte del plan.

Los tres maestros de tierra estaban frente a ella, su respiracion estaba alterada, mientras que sus ropajes marrones seguían manchados del polvo y la arena que había levantado. La zona de combate estaba hecha literalmente un desastre, situada junto a un bosque de vegetacion mas o menos frondosa se alzaba lo que parecía ser una zona cuadrada de piedra sobre cuyos vertices se elevaban columnas de amarilla piedra que relucía con la luz del sol.

La avatar Sakura mantenía una postura agresiva, pese a que aquella prueba llevaba diez minutos en accion y estaba en desventaja numerica la ira y fuerza con la que sus movimientos se realizaban se filtraban hasta en su tierra control. El resto de maestros atacaban de forma pareja, o se defendían de igual forma por lo que aparentemente intentar derrotarles con el mismo elemento era algo dificil.

El maestro del centro se adelantó en el ataque, levantó su mano derecha y la piedra que componia el suelo se elevó como un gran pedrusco y luego, con una patada giratoria, hizo que ese mismo trozo saliera despedido hacia la avatar. Esta movió su cuerpo de forma suave, solo lo justo para que aquella roca le pasara acariciando el aire entorno a ella, la joven levantó el puño desde la altura de sus caderas y el suelo comenzó a resquebrajarse mientras iba creciendo en tamaño como si un gran animal levantara el terreno desde abajo. El maestro de la derehca realizó un salto horizontal para esquivarlo pero la tierra describió un agudo cambio en la trayectoria y cuando su pie tocó suelo, este se levató y lo lanzó fuera de la zona de entrenamiento, dando un par de vueltas en el suelo y perdiendo las fuerzas.

Ante aquel espectaculo de tierra control había una mujer anciana junto a dos hombres de mediana edad, ella vestía unas ropas comodas, nada que se ciñera demasiado a su bajo cuerpo, su cabello rubio parecía entremezclarse con asombrosa simetría hacia los cabellos canosos, su rostro estaba marcado por las arrugas pero sus ojos azules brillaban como siempre lo habían hecho. Sus dos acompañantes daban la impresion de ser mas estricos, uno de ellos era fornido, alcanzaría los cuarenta años, se llamaba Suikei, sus facciones eran afiladas y negaba en desaprobación al ver la actitud de la avatar. Su hermano, Inne no era castaño como él, tenía el pelo rubio y no había pronunciado demasiada palabra, su lenguaje corporal era apenas inexistente y permanecía sentado junto a su madre.

-Es fuerte. -dijo la anciana, sin perder atencion alguna de como ahora Sakura tenía que esquivar un par de ráfagas simultáneas de piedras que volaban hacia ella.

-Es indisciplinada. -respondió por su parte Suikei. -Es incapaz de luchar como se espera de un maestro, y mucho menos de un avatar. Es solo una niña que no sabe comportarse.

-Cualquiera diría que hablas sobre ti. -contestó su hermano sin apenas ladear su rostro o mirada de donde miraba.

Los proyectiles se volvieron mas grandes, e iban lanzados con mas precision, Sakura optó por esquivarlos de una forma directa, dio una voltereta lateral y justo cuando caía hacia el suelo elevó sus brazos cerrando los puños. El suelo frente a ella se elevó formando una semi muralla protectora que detuvo todos los impactos, pero como perdió de vista lo que hacían sus oponentes el suelo circundante a ella se elevó de forma brusa y su cuerpo salío impulsado una decena de metros. En el aire, mientras alcanzaba el punto mas alto se maldijo por tal descuido, giró su cuerpo en torno a su eje longitudinal. La gran columna de tierra que se alzó crecía dispuesta a golpear a la avatar pero ella no solo dejó de ascender sino que la fuerza comenzó a cambiar de sentido.

Caía cada vez mas rapido, abrió la boca, cargó con el brazo derecho y emitió un profundo grito de rabia justo antes de golpear aquella masa térrea que, ante el contacto, se resquebrajó con la misma facilidad que un cristal al recibir el impacto de una piedra. Recorrió toda la distancia que la separaba del suelo mientras las rocas se separaban como si fueran simples papeles al recibir los cortes precisos de una tijera. Aunque la nube de polvo que se generó fue lo suficientemente gruesa para que visualizar que había a mas de dos metros de ti fuera un imposible.

Lanzó dos puñetazos al aire mientras corría hacia adelante, aquellos trozos de piedra atravesaron la cortina densa que había en el aire y dejaron unos rastros que los maestros pudieron identificar y bloquearlos con otros lanzados hacia arriba, sin embargo, el que ahora estaba a la derecha no se dió cuenta de que algo mas grande venía desde su lateral y para cuando intentó reaccionar la pelirrosa estaba lo suficientemente cerca como para dando un suave giro en el aire diera un golpe directo en sus costillas. Ante el impacto el maestro cayó hacia su izquierda y tras unas vueltas por el suelo se quedó inmovil.

El otro escuchó los golpes y aunque intentó hacer emerger una columna afilada desde el suelo sus oídos le avisaron de que algo se movía por su otro extremo y para cuando se dió cuenta un brazo de tierra lo apresó y pese a que tratara de zafarse fue agitado como si fuera una mariposa en las manos de un niño demasiado brusco e hiperactivo y su sensación de mareo fue tal que acabo desmayandose.

-¡He ganado! -expresó radiante de felicidad la avatar Sakura mientras salía de aquella capa de polvo que, uniendose a la tierra se había adherido en su ropa y había manchado incluso su piel.

Caminó con gesto de total felicidad mas por lo que acontecería a la prueba que el resultado de la misma. Se acerco hasta donde los maestros habían estado observandola, sin embargo, las caras de neutralidad y carencia de alegria no fueron algo que esperara. -¿A que vienen esas caras? -les preguntó con total sinceridad, vale, quizas se había pasado un poco pero tampoco lo había hecho tan mal, al fin y al cabo había derrotado a aquellos tres maestros de tierra.

Sukei soltó un bufido y cruzó sus brazos en señal de dureza y desaprovación. -A que te tomas esto como si fuera un juego. -Sakura llegó a apoyar las manos en su cadera para denotar inamovilidad. -Has aprendido lo que significa ser un avatar físicamente, pero no sabes nada de como serlo espiritualmente. Ademas, tu actitud es totalmente condescendiente ante el resto de maes...

Sin embargo, cuando la anciana elevó su mano, él se calló de golpe, realizó un mohín con el rostro y asintió antes de cerrar literalmente la boca, mas...lejos de hablar ella, lo hizo el hermano de este.

-Avatar Sakura, te pido disculpas en nombre de mi hermano, independientemente de la posible veracidad de sus palabras, no es el modo adecuado -le dirigió una firme mirada a este- de hablarle a un alumno. -y menos si era ella, la avatar. -No obstante, es cierto que no hemos visto ningun tipo de espiritualidad ahí fuera.

La ojiverde, molesta se sacudió la suciedad de la ropa mientras lo escuchaba. -Es cierto que no soy buena en la espiritualidad de ser un avatar, ¡pero he superado este examen! Cuando controle los otros elementos...podré mejorar en la espiritualidad. -en el fondo ella no creía que fuera a mejorar en ese aspecto, nunca se le dio bien pero pensó que ese no era el momento de centrarse en ello.

-La avatar Sakura tiene razón, indiscutiblemente has superado el examen aunque... -dijo la anciana rubia. -...igual tardaremos un poco en devolver a la normalidad el campo de entrenamiento. -sonrió para darle confianza y en un insinto maternal cuando vio que la pelirrosa se acercó le tendio los brazos dispuesta a abrazarla de una forma cálida.

-¿Significa eso que podré ir con el Maestro Kakashi a Konoha? -le preguntó tras separarse con suavidad, era evidente que quería ir, por eso su mirada se volvió mas brillante.

-Bueno... -respondió la anciana. -Por lo pronto tendremos que adecentarte un poco. Dijo que llegaría para el atardecer asi que podrás hablar con él en persona.

Sakura se mostró bastante impaciente durante el resto del tiempo. Se duchó y cambio y fue consciente entonces de toda la arena y polvo que podía sostener el cuerpo humano hasta en el mas minimo recoveco, si le preguntaban para ella no era ni por asomo el elemento preferido pero era uno de los tres que podía controlar -por el momento-. En lo que su maestro preferido aparecía se dedico a empaquetar todas sus cosas, nunca había tenido demasiadas, siempre había estado entrenando y practicando para ser la mejor Avatar que jamas hubiera existido pero lo cierto era que en cuanto a posesiones, descontando su ropa solo habían libros.

Aunque la anciana Mei había sido la maestra mas comprensiva de todos y habia pasado con ella bastante tiempo siempre estuvo junto a ella porque era una de las mejores sanadoras que existían, nunca la había visto hacer ningun tipo de control pero sí que controlaba el barro lo cual dejaba a la duda de ella si podía usar la tierra o el agua pero si algo podía decir ella era que curaba casi todo tipo de heridas y lo sabía por experiencia propia, ella se había hecho muchas y siempre se las había curado.

-¿Seguro que venía al aterdecer? -preguntó por séptima vez.

-Eso decía en la carta, pero mi yerno nunca ha sido...puntual. -apoyó el peso de su cuerpo en aquel bastón que siempre llevaba encima.

Sakura entrecerró los ojos y cruzó los brazos mientras golpeaba el suelo con impaciencia, como luego dijera algo de la puntualidad, se lo recordaría. Lo habia visto en tres ocasiones, la primera cuando fueron a por ella al país de la tierra. La segunda un par de años despues, muy cerca de la tercera, y desde hacía ocho años no sabía nada de él y como le asignaron como su maestro personal, ¡tarde o temprano iba a enseñarla y a llevarsela con ella, le gustara o no!

Un sonido circuló por el aire fresco de aquel recinto amurallado que componía el complejo donde la avatar había estado viviendo los ultimos años. Era un lugar bastante apartado del resto del mundo, había naturaleza a todos lados por lo que pese a estar aislado estaba en contacto con la naturaleza. La joven buscó en el cielo algo que quería que apareciera pero salvo un tono dorado y anaranjado y nubes que se movían de forma lenta no discernió nada que mereciera la pena. Sin embargo el sonido se hizo mas evidente y con él una de las tantas nubes se separó por la mitad y dio lugar a una gran criatura, de colores carmesíes, negros y anaranjados, movía sus alas de aparente forma pesada, su cuerpo era fino por el cuello y en su bajovientre asomaban dos pares de patas bastante endebles en apariencia. Escudriño con la mirada que había mas alla, pero requirió de unos segundo mas para distinguir que o quien estaba encima de aquel majestuoso animal.

Cuando el animal tomó tierra, levantó una fina capa de polvo que se alejó de ellos con gran velocidad. Aunque parecía un animal aterrador la verdad era dicha que por los ojos grandes que tenía y la gran boca daba mas la impresion de ser un cachorro gigante.

-¡Abuela Mei! -exclamaron dos niños gemelos y dos niñas mientras bajaban de aquel dragon y se lanzaron encima de la anciana rubia quien los recibió con total alegría y felicidad.

-Mis nietos, os eché tanto de menos. -fue lo que dijo mientras respondía aquel multiple abrazo en grupo.

Tras los chicos, que en orden de mayor a menor eran Inori cuya edad si no fallaba Sakura era de doce años, tenía el cabello castaño y lacio, Mia un año menor que Inori y aunque su cabello era mas claro la principal diferencia era que llevaba dos coletas y que sus ojos eran evidentemente los de su madre, de un color azul precioso. Finalmente quedaban los gemelos Sora y Shin, de seis años, ambos habían heredaro el cabello de su padre y por su actitud parecían ser unos revoltosos e hiperactivos niños. Descendió una mujer, su cabello era totalmente castaño y lo tenía mas o menos igual de corto que Sakura salvo que ella tenía una coleta atada en la parte anterior de la cabeza. Junto a sus mejillas adornaban dos simbolos rectangulares mas inclinados de un color morado llamativo por alguna razón le pareció mucho mas joven lo que sabía que era.

-Chicos, dejen respirar a vuestra abuela. -ante aquella replica los niños se apartaron un poco de ella dandole espacio y miraron con bastante atencion a Sakura.

-¡Es la avatar! -fue Shin quien lo dijo y al unisono hicieron todos una inclinacion en señal de respeto algo que ella no se esperaba y en un intento vano por negar tanta formalidad trató de evitar aquella reverencia.

-No es...necesario. -pero no consiguio nada. Justo cuando Kakashi descendió, el ultimo y con una cara de haber estado soportando cuatro pequeños demonios, su gesto cansado y casi agónico se transformó en uno bastante sorprendido.

-Avatar Sakura... -fue lo primero que pudo decir al verla. -Has crecido mucho. -ahora que ella lo pensaba la ultima vez que él la vio tenía doce años, por aquel entonces su cabello llegaba hasta la mitad de su espalda, su complexion no era nada del otro mundo aunque ahora estaba bastante definida mas su madurez de mujer era notoria, las curvas se acentuaban en su pecho, sus caderas y se diluían en la parte baja hasta entremezclarse con sus piernas. Su piel se había volvido un pooco mas tostada y ya no era la nívea y lechosa de antaño aunque su pelo rosa refulgía al son de sus ojos verdes como el jade.

Ella sonrió y nos e contuvo demasiado a la hora de abrazarlo, este le respondio el abrazo, era cierto que no se habían visto desde hacía mucho pero las cartas que se escribían y en las que ella siempre pedía que viniera a visitarla para entrenarla se habían hecho constantes a lo alrgo del tiempo.

-Vamos, Kakashi, es algo natural que les pasa a las mujeres. Ademas, ella está estupenda. -dijo con una sonrisa agradable. -Tampoco podías esperar menos, ¿cuanto ha sido? -preguntó con retorica mirando a Sakura. -¿Seis años?

Ella asintió, y entendio que la pareja estaba bastante entendida, su lenguaje corporal denotaba que estaba nmas que unidos, ella apoyando su brazo en el hombro del peliblanco y este rodando los ojos ante aquella frase, pese a lo que pudiera aparentar o mas allá de toda duda, se mostraban complices, como una pareja que resistiría tempestad y acero.

-Tienes razón, Rin. -acabó cediendo el maestro quien probablemente por muy fuerte o duro que sostuviera ser se notaba que Rin tenía la ultima palabra.

-Bueno, ¡entrad por favor! La cena está lista y tenemos muchas cosas de que hablar.


Sentados en aquel gran tatami, había una mesa dispuesta en forma de U invertida, los niños estaban con sus cosas en una de los extremos, mientras que en el otro descansaban Sakura y la esposa de Kakashi mientras que este se hallaba mas cerca del centro y en consecuencia mas cerca de la anciana Mei.

Los niños parecian ser encantadores, pensó Sakura, quizas un poco revoltosos pero ella había crecido en ausencia de niños de su edad asi que no dejó de sonreir al ver como podían de sacar de quicio al "maestro inmutable" pues no le había visto nunca alterarse al peliblanco pero ahora veía que todo aquello cambiaba con sus hijos.

-Soy una morsa ¡del norte! -dijo Sora mientras movía su nariz y en consecuencia los palillos de madera que tenía en ellos.

La impresion que le dio aquella familia era eso, de la imagen de una familia feliz, unida y que todas las diferencias solo intensificaban los puntos fuertes que los unían. Los chicos eran unos terremotos, sin embargo, la que mas se parecía a su madre, Inori era bastante callada y educada, mientras que la menor había formulado tantas preguntas de golpe a Sakura sobre ser Avatar y un sin fin de cuestiones que incluso la sobrecargó.

-¿Y cuando me llevaras a Konoha, Kakashi? -preguntó tratando de sonar lo menos deseosa posible, quizas así pudiera engañarle para que supiera que había madurado o que ya no era tan impaciente, como era.

Sakura buscó la mirada de su maestro y cuando la recibió se esperó una respuesta como la que obtuvo una y otra vez.

-Veras...Sakura, las cosas en Konoha están un poco, agitadas. -en aquel momento a Sakura le importó bastante poco como estuvieran las cosas. -Sabes que soy parte del consejo de la ciudad y tengo muchas de las que ocuparme, no es que yo no quiera pero... -aquellas palabras no calmaron ni consolaron, ni sirvieron de demasiado para la pelirrosa.

-He superado todos los examenes que me han puesto, controlo a la perfeccion mi agua y mi tierra control, y llevo esperando años a que decidieras venir a por mi. -Sakura no le miró directamente, esta fue a parar al frente, hacia ningun punto en concreto para tras unos segundos volver con fiereza a los de él. -¿Y me vas a decir que no?

-No es algo que yo pueda decidir, Sakura. -rehusó con la maxima parcialidad que pudo, como si realmente el no pudiera interceder en aquel asunto.

-Cariño... -su esposa llevo su mano para acariciar la de él, mientras que le miraba directamente. -¿No crees que merece ir contigo? -le pregunto mientras la yema de su pulgar acariciaba el dorso de la mano contraria. -Lleva esperando mucho tiempo.

-Ademas, ¿no pensaras que no está lista para aprender de ti, verdad? -le preguntó de forma directa la anciana. -Porque yo misma supervise su entrenamiento.

El peliblanco se vio acorralado entre tres flancos, por un lado la mujer que lo amaba se posicionaba de la alumna que siempre quiso aprender de él y ademas tenía a la mujer que mas guerra podía darle apoyando a ambas dos, solo falta que...

-¡Si! ¡Queremos que la avatar venga a casa con nosotros! -dijeron en coro los niños, mientras que un poco mas tarde, cuando vieron que su opinion iba a ser escuchada las niñas se unieron. -Sería genial tenerte con nosotros, Sakura.

Incluso sus hijos se pusieron de parte contraria a la de él, Sakura se sintio bastante apoyada y no dejó de mirar ni un solo instante a su maestro, hasta que finalmente él tuvo que desviar la mirada como el que ha perdido una batalla y no quiere ni luchar por ella.

-Ademas, tú quisiste entrenarme como la avatar. Asi que si tu vas a algun lado, yo voy contigo. -sentenció de forma ineludible e irretractable.

-Vale vale. Vendras a Konoha conmigo y seré tu maestro de fuego control. -el peliblanco se rascó el cabello, por lo visto solo hacían falta tres mujeres, dos niñas y dos niños para convencerles.

Si había algo que le encantara al cabrón de Roshi eran las peleas con apuestas. Él mismo se había definido como ello, como un autentico cabronazo. Su atractivo para sus casi cuarenta años era innegable, parecía que tenía por lo menos, quince menos, sus facciones eran un tanto cuadradas, su cabello negro como el ópalo y sus ojos castaños combinaban bastante bien con las canas que empezaban a mostrar su cabello como aquella barba de tres dias que le daba un aspecto o mas seductor o mas amenazante, probablemente ambos.

No había nada mas que le gustara tánto como ver a dos personas dispuestas a pegarse hasta la muerte si ello se encontraba entre sus deseos. Aquel ring de combate era lo mas parecido a los coliseos de los romanos. Quizás no habían leones ni otras bestias salvajes pero tenían lo mejor de aquellos mundos, dos púgiles dispuestos a todo, y el dinero contante y sonante que iba de mano en mano.

Pese a que el maestro se dedicaba mas bien a otros asuntos ilegales en la mayoría del tiempo, cuando su mejor competidor tenía su noche para demostrarle a los demas como él, la extension de su luchador, era el hombre mas poderoso del pais del Arroz. Todo estaba dispuesto en un edificio circular, donde gruesas maderas conferían el circulo donde todo se desarrollaba. En la parte mas exterior de esta, comenzaban las gradas, donde lo unico que se diferenciaba de la piedra gris y las antorchas que iluminaban el exterior eran las banquetas de madera. Mas abajo había lo que parecía ser la arena de combate, un recinto de nuevo circular de paredes de piedra y suelo arenoso en parte pues habían evidentes huecos rellenos con agua para facilitar las peleas -o hacerlas al menos mas espectaculares- mientras que estaba cubierto por encima, al contrario que la zona de los espectadores, por varias cadenas de gran grosor y en estado de tension.

-¡Si señor! -gritó el comentarista que estaba sentado en el otro extremo donde el pretencioso palco personal del maestro Roshi tenía lugar. Su voz resonó por todos los altavoces del lugar.

La noche era totalmente cerrada y ademas, nubosa, y en el cielo de color azur oscuro se teñian las nubes de un color gris apagado, sin vida y carentes de emocion, la luna llena hubiera dado mas dramatismo al espectaculo, pensó Roshi volviendo su atencion al comentarista.

-Y este es ya el cuarto pretendiente que cae ante el invencible "hombre de hielo". -apoyo su codo en la mesa mientras se acercaba un poco mas al microfono y miraba a los participantes, sentados todos juntos en una seccion un tanto mas apartado. -¿Tendremos hoy alguien que sea capaz siquiera de herir a nuestro campeon de hielo favorito...o todos serán una derrota tras otra? -carraspeó la garganta y dio un golpe en la mesa. -El siguiente combate empezará en treinta segundos, espectadores, ¡que comiencen las apuestas para el siguiente combate!

Roshi, quien iba acompañado por dos mujeres, cuyas ropas excesivamente sugerentes y que, acomodadas a cada uno de los lados de su trono particular, confeccionado con caras pieles, no dejaban de hacerle todo tipo de propuestas y actos que posiblemente hicieran que cualquiera cayera ante sus encantos. Ladeo su rostro hacia la chica de su derecha, cuyo cabello rubio radiaba con la danza de las antorchas cercanas, le susurró al oido unas palabras de dudosa importancia y esta tras asentir, se levantó y se acerco al apostador situado un par de metros mas a su derecha, separado por una pequeña murallita que era la que elevaba el palco de la altura mas "mundana" del resto de asientos.

-Y...con esto han pasado los treinta segundos para las apuestas. Asi que uno de los participantes ha de entrar en el ring, ¿algun volun...? -pregunto mientras se trataba de retirar algunt rozo de comida de los dientes. Justo antes de que hablara alguien, entre los particpantes alzó la mano.  -Tenemos un valiente enmascarado. -dijo al ver que este efectivamente portaba una mascara de colores blancos y que emulaba a un fantasma, pues sus colores blancos y rojos indicaban mas o menos ello.

La diferencia entre el hombre de hielo y él eran evidentes. Mientras que el primero era un hombre de treinta años, musculoso, con cabello negro como la noche y la piel tostada, con ropajes de color azul, el otro parecía ser bastante mas joven, con el rostro bajo cubierto lo normal era pensar en unos veinte y pocos, una decena de centimetros mas bajos que aquel armario de puertas abiertas de par en par y con el cabello como la luz del sol. Sus ropas a diferencia llevaban colores mucho mas neutros, marron y negro para ser exactos.

Este se encamino hacia una de las cadenas y se dejó caer sin demasiado problema contra el suelo cayendo de forma inmutada, como si aquellas circunstancias no le supusieran nada con lo que no hubiera pasado antes. ¿Quien era? No se sabía. -Bien asi que "el fantasma" se enfrenta al hombre de hielo. Parece que hemos topado con un encuentro cuanto menos...poético. -hubieron bastantes risas por parte del publico. -¿Alguna peticion, fantasma?

Este asintió mientras comenzba a desanudar la caba que tenía atada al cuello. -Deseo un cambio de apuesta. -al instante hubieron murmullos de sorpresa. -Quiero una apuesta por victoria, no por tiempo.

Combatir por tiempo significaba que se apostaba en base a lo que el campeon eliminara al contrincante. Tras tantos meses liderando el combate nadie apostaba por lo contrario que era apostar en base a la victoria. El que dejara al otro fuera de combate ganaba. Dejó su capucha caer a un lado del suelo y se crujió el cuello mientras lo movía de forma mas o menos brusca.

-No sabes lo que dices chico...te voy a partir en dos, de dentro a fuera.

-¿Un cambio de apuesta? Asi que ademas de valiente nuestro fantasma es un ingenuo. Bien, veamos que dice el anfitrión. -entrecerró los ojos para centrar su vista en el Maestro Roshi pero por alguna razon habló su acompañante.

-¿Crees que deberias de hacer el cambio? -le pregunto la morena, pero el maestro Roshi no se contuvo ni dudó en un segundo para darle un bofetón tan fuerte que, del propio improvisto se cayó a un lado de aquel trono particular y se levantó totalmente enfadado, mirando desde arriba a aquella mujer.

-Como te atrevas a dudar de mi criterio, te aseguro que te arrepentirás. -le propinó una fuerte patada en el vientre y cuando recuperó la compostura hizo un ademan con la mano para asentir ante aquella petición.

-¡Que comience el combate por resultado! -gritó el comentarista dando un golpe contante y sonante a la mesa de madera.

El hombre de hielo cargó contra el fantasma elevando su puño y lanzando un projectil de agua que salió disparado a gran velocidad, mientras que se cristalizaba en el aire haciendo que el agua se transformara en una afilada estaca. No se movió ni un apice y cuando el proyectil parecía que iba a penetrar en su hombro se detuvo, totalmente, y se quedó levitando hasta que cayó hacia abajo insertandose en la tierra.

-No se que especie de truco ha sido ese...pero el hombre de hielo parece no haberse visto intimidado por su oponente. Carga hacia este, concentra agua en su puño y golpe al enmascarado en toda la cara de forma directa. -el narrador parecía estar histerico, todo el publico contuvo la respiracion porque por su musculatura, probablemente el golpe debería no solo de haberle partido la mascara de porcelana sino que ademas debería de haberse caido hacia atras por el impacto. -¡El enmascarado le propicia un golpe en el costado y el hombre de hielo choca contra uno de los laterales de la arena de combate!

El publico que usualmente estaba mas atento a las bebidas y a los improperios que al propio combate no apartaron mirada alguna del espectaculo. Roshi curioso como un niño se apoyó en el pequeño balcon que separaba su palco del resto y apoyo las manos en este mientras cargaba el peso de su cuerpo entre sus extremedidades. -Interesante.

-¡ESTAS MAS QUE MUERTO! -gritó con furia el hombre levantandose del suelo y lanzando multiples estacas de hielo, esta vez bastante mas pequeñas que la primera mientras los acompañaba con aquellos puñetazos al aire.

-Y el enmascarado se mueve como una hoja de papel arrastrada por el viento, ¡es increible! Parece que quizas estemos ante un nuevo campeon despues de todo. -confesó con sus deseos. El enmascarado avanzaba de forma lenta y tranquila, moviendo su cuerpo a la derecha, inclinandose suavemente hacia el otro lado hasta estar los uficientemente cerca del enemigo para cortar la distancia con un fuerte codazo en la cara.

En comparacion su masa muscular era bastante inferior y pese a que el golpe había sido directo eso no hizo retroceder ni un poco, furioso con su puño derecho, convirtió el agua que había su mano en hielo y realizó un poderoso gancho de izquierdas que, incluso aunque fue bloqueado en parte por el fantasma, no consiguió evitar ser arrastrado medio metro hacia atras, sus brazos sintieron todo el dolor de aquel golpe y para cuando reacciono tuvo que dar varios movimientos evasivos para tratar de esquivar a la violencia abrumadora del hombre de hielo, temía mas por sus puñetazos que por las rafagas de agua a presión que le lanzaba, esas eran faciles de esquivar y aunque fallara, penso Roshi, probablemente un solo golpe directo de su campeón lo dejaría fuera de combate.

-¡Y el campeón le congela el pie derecho inmovilitando al aspirante! -Roshi entrecerró los ojos mientras miraba como el pelinegro lanzaba otra onda de agua que se congelaba dejando un gran parecido con una lengua de hielo que atrapaba la otra pierna. -¡Ahora este está totalmente incapacitado, como no haga algun tipo de control, va a ser su fin!

-¡TE DIJE QUE TE APLASTARÍA! ¡YO SOY EL CAMPEÓN DE ESTA ARENA! -gritó con terrible ira, Roshi sonrió y esta sonrisa sádica se hizo mas evidente cuando el enmascarado recibió un golpe totalmente directo en el vientre, algo tan intenso que las propias ataduras de sus piernas se rompieron acompañando al rubio por el suelo rodando.

-Y...parece que su valentía era equivalente a su estupidez. Que pase alguien a llevarse lo que quede d... -sin embargo su frase se cortó de golpe. -No doy credito, ¿está levantandose? Y apenas parece que ese tremendo golpe le haya dolido. ¡Ahora carga contra él campeón!, quien apenas puede reaccionar y ¡PUM! cae al suelo tras recibir una patada lateral. -al ritmo que iba narrandolo parecía que iba a tener que respirar en algun momento, pero no lo hizo. -En el suelo recibe un golpe directo en el estomago con el tacon y...¿acaba de salir volando dos metros en el aire?

¿Aire control? Se pregunto Roshio, no le había visto manipuarlo de forma visible pero, debía de ser eso, ¿que otra explicación había para que hubiera podido detener aquella primera estaca que iba a empalarlo en el hombro o para hacerlo volar ahora?

-El campeon intenta en el aire usar el agua para golpear al oponente pero este lo esquiva con suma facilidad y de un solo puñetazo en el rostro lo envía al otro extremo de la arena, dejando un evidente rastro de sangre por la arena. -hace una pausa lenta para tomar aire y sigue narrando la accion. -Intenta levantarse pero acaba recibiendo una onda de aire que lo estampa contra la pared de la arena y cae fuera de combate. ¡Tenemos un nuevo ganador!

Roshio sonrió y se acercó a uno de los guardias que había frente al palco y les llamó la atencion con un chasquido. -Traedlo a mi despacho, quiero hablar con él. -tras ello ni dirigió palabra o vista a sus acompañantes, una estaba aún en el suelo medio incorporada y con signos evidentes de moratones y sangre y la otra estaba tan atemorizada que ni se atrevió a mirarle a los ojos.

Abrió la puerta situada tras su trono personal y caminó por aquellos pasillos hasta su despacho. Era un lugar amplio con una gran cristalera que daba a la calle de forma alargada y terminada en una forma circular. Había una alfombra de colores granates y una mesa de madera negra como el ébano, la silla que lo presidía era un poco menos presuntuosa que aquella que se veía en el exterior, junto al público pero seguía siendo muy muy cara. Frente a la mesa había una silla de madera, nada demasiado caro pero como él no iba a sentarse allí le dio igual. Durante los minutos consecuentes a que aquel nuevo campeón entrara en la sala se sirvió una copa de brandy en un vaso llano y ancho se sentó en su silla mientras suspiraba y se frotaba en la frente, daba igual que tuviera un nuevo campeon, ahora tendría que hacer un trato con él, lo unico que le salvaba era que había tenido mucho, mucho estilo.

-Pasa pasa. Espero que mis gorilas no te hayan intimidado mucho. -dijo con una sonrisa invitandole con la mano para que se siente. -Aunque viendo como has derrotado a mi campeón diría que ni ellos te podrían suponer mucho problema. -entonces fue cuando se dio cuenta de que su despacho estaba bastante poco iluminado asi que chasqueó dos dedos y una pequeña onda electrica encendió las luces dentro de aquel despacho.

Se fijo en que su acompañante parecía agotado, su respiracion era notoria y su mascara solo dejaba a la luz los ojos azules que tenía.

-Bueno, tu premio aproximado son veintimil yenes. -suspiró con molestia mientras abría su caja fuerte, situada bajo uno de los cajones, contó los billetes y se los lanzó, este los atrapó sin demasiado problema alguno. -Toma, sirvete tu mismo. -le ofrecío la botella aunque este la renegó con amabilidad.

-No bebo despues de una pelea, altera el sentido del dolor. -respondió con neutralidad mientras contaba el dinero antes de guardarlo.

-¿Te gusta sentir el dolor? Eso es...nuevo. -volvió a su postura inicial y cruzó las manos. -Veras, ahora que no tenemos un campeon decente me gustaría contratar tus servicios, tu sabes dar espectaculo y te podría dar un cuarenta por ciento de todo lo que gane yo para ti, como sueldo sería unas tres veces eso que has ganado hoy, por combate, y eso que las probabilidades para ti estaban hoy muy muy bajas. -tomo aire y apoyó sus manos en la mesa demostrando seriedad. -¿Puedo saber porque llevas esa mascara? Aunque el apodo de fantasma es bastante comercial.

-De pequeño me dedicaba a robar, un dia un maestro de agua me pilló y decidió que aplicar un castigo correctivo conmigo sería lo adecuado, me quemó el rostro con hielo y estuvo a punto de matarme. -su neutralidad era asombrosa sin embargo notó como inspeccionaba la sala antes de mirarle a los ojos de forma directa. -Mi cara es un tanto desagradable por lo que no la enseño.

-Entiendo. -dio una suave tanda de golpecitos en la mesa denotando la impaciencia por su pregunta pero quería saber mas de su nuevo contrincante. -¿Entonces dominas el aire control? -él asintio. -Asi es como paraste aquella estaca de hielo, ¿verdad?

Lejos de responder se quedó callado, hasta que se fijó en algo que llevaba encima. El fantasma se señalo a si mismo en el cuello mientras lo miraba. -Bonito colgante, ¿es el simbolo de la luna? -Roshi miró con cierto asombro el colgante que llevaba como si fuera consciente de que lo tenía. -De pequeño me interesaba la mitología y su representación aunque nunca vi ningun simbolo como ese, supongo que es la luna por el texto que tiene grabado.

-Pues sí. Lo conseguí hace mucho. -Roshi sonrió de forma divertida como si pudiera revivir aquellos recuerdos. -No es importante en si mismo per...

Rapidamente el enmascarado saltó hacia él, llevó sus manos en el aire a sus bolsillos traseros, agarró con cada mano un kunai y los insertó tan fuerte en los hombros del maestro Roshi que no solo hizo que cayera hacia atras sino que ademas penetró la madera y lo fijó contra esta, se abriño paso por la piel, por los musculos, los tendones y desabilitó que pudiera siquiera moverlos. El grito que emanó de su boca fue tan notorio que cualquiera de sus guardias pudieron haberlo escuchado pero eso a él no le importó. Sintió como el ojiazul estaba sobre él, y como le arranco de un tiron el colgante.

-Recuerdo cuando le quitarste esto a mi madre. -dijo mirandolo a contra luz. -Recuerdo todo lo que le hicistes a mis padres. -la mirada de Roshi se abrio de par en par, ¿aquel era el chico de hacía 11 años? -No olvidé como le quitaste lo unico que tenía para recordarla. -trató de moverse, trató de librarse pero sus hombros le dolían horrores y sus manos no se movían ni un solo apice.

-¡S-SUELTAME! -le ordenó, sin demasiado exito.

-Tambien recuerdo el castigo que me diste, y sobre todo, recuerdo lo que me dijiste "los maestros somos superiores a la gente normal, como tu, a la escoria". -el ojiazul movió su mano y el enorme escritorio se apartó de lado, siendo impulsado por una gran rafaga de aire hasta que bloqueó la puerta. Extendió su mano y comenzó a canalizar una gran llama candente, ante ello, Roshi sintio panico, ¿acaso podía controlar dos elementos?

-¿Q-que....que eres tú? -preguntó con verdadero panico y pataleando.

-¿Yo? -preguntó con lentitud mientras se retiraba la mascara, su rostro apareció con gotas de sudor mostrando una piel blanquecina con tres notorias marcas a cada lado de las mejillas y denotando una juventud mucho mayor de lo esperado por lo que había mostrado ahí abajo. -Soy la venganza. -elevó su mano y dos estacas de tierra se clavaron atravesando sus piernas por la altura de sus muslos. La sangre comenzó a fluir con gran presteza y poco a poco Roshi comenzaba a ponerse blanco como la leche. -Y tu...eres la victima. -expresó con una sonrisa que infundió el miedo mas profundo en aquel maestro.

Pero no duro mucho pues recibió un golpe directo en la garganta, el aire salió a presión tras el impacto y su garganta expulsó una gran cantidad de sangre. Naruto fue bañado en ella y por primera vez...en mucho tiempo...sintió el calor del bienestar.