Rumores(+18)(5/5)(21/09/14)

Me quedo sin palabras, más cuando los rostros pálidos boca abiertos me miran con ojos tentones en el interior de mi casa. Todos están asombrados, atónitos, con las manos en el aire congeladas esperando el momento en el cual gritar "felicidades", aquella palabra que jamás fueron pronunciadas, calladas por las mía.

Quiero el divorcio.

¿Cómo fui tan estúpido para decir eso?... La presión, los latidos de mi corazón se acelera cuando proceso lo sucedido. La fiesta. Mis palabras. Mi esposa… ¡Oh Sakura!, me da vergüenza mirarla, y temor, sin embargo, al final giro la mirada para observar su rostro inexpresivo, sus ojos dilatados mirándome fijamente sin palabras. Sin ese brillo, sin cariño… Sólo ausencia de alma.

--Y-Yo… --La voz me sale quebrada y temerosa. Sí lo pienso, no encuentro las palabras para decir algo en los dos primeros segundos que han pasado, desde que he cruzado la puerta.

--No tienes que decir nada--Interrumpe Sakura, en un hilo firme y doloroso de voz--. Está más que claro.

A penas puedo girar mi cuerpo para estirar mis manos y comenzar a explicar, cuando ella se gira y se marcha entre la multitud curiosa de invitados. Sus pasos son firmes, rápidos y temblorosos desde los hombros, dándome la espalda y ocultando su rostro de mi vista. Decidida a marcharse y huir de lo sucedido.

--Espera… --Susurro al verla cruza la puerta de camino a nuestra cocina. Mi pulso se acelera y la necesidad de explicar todo me surge, combinada con la culpa, con mi idiotez y mi estúpido enojo conmigo mismo por ser tan idiota.

Ino baja los brazos dudosa, y sin embargo, gira los talones para dar la cara ante todos los demás.

--Chicos la fiesta acabó--Parece asombrada y un poco triste--. Es mejor dejarlos solos.

Entonces, reaccionó ante todo. Reaccionó a lo que he dicho, a lo que ha sucedido… A lo que va a pasar.

Y me asusto.

--¡Espera, Sakura-chan!

Salgo disparado desde el lumbral de la puerta hacia la cocina, cuando cruzo, escucho los murmullos de los invitados que susurran con asombro nuestra separación. Que juzgan sin entender, y en cierto modo, lo entiendo. Les tomo poca importancia por que mi mente se centra en un punto: Explicar todo.

Cuando llego a la cocina, la veo llena de platos desechables y postres entre otros artículos de fiesta, copas y sake, que mi mente relaciona con la fiesta y me hace sentir la gran mierda. Aunque no soy culpable del todo, entiendo que, lo soy. Ignoro rápidamente esos pensamientos de culpa que ya de por sí me consumen en menos de un segundo y doy grandes brincos de dos escalones para subir a donde sería nuestra habitación. Por algún motivo estoy seguro de que allá se encuentra, lamentablemente, arreglando su maleta…

¿Pero que importa la culpa ahora?, lo soy, lo admito, fue mi culpa en cierto modo. Pero no es lo que me impulsa a correr hasta la habitación, tal vez fue lo que vi en ella, y lo que siento, dándome la fuerza de correr y pedirle perdón, de explicarle, de hacerle entender cuanto la amo.

Cuanto la necesito.

Y cuanto deseo que no se vaya jamás.

Me la imagino triste… ¿Y cómo no?, sí hace apenas unas noche en mis brazos me había dicho que me amaba, y ahora, frente a todo el mundo le he dicho que quiero el divorcio. Le he dicho, que uno de nosotros ya no ama al otro… ¿Y qué pensaría ella de eso? ¿Qué sentiría?, me vería como el gran patán que soy. Justamente el hombre que juró nunca lastimarla, la ha lastimado.

Idiota. Idiota. Idiota.

Me detengo de golpe cuando llego a la puerta. Está entreabierta mostrando un hilo de luz desde el interior, mostrándome una ligera silueta en movimiento. Me ataca el miedo, me ataca una combinación de nerviosismo, aceleración y sobre todo, miedo. ¿Y sí no me cree?... Ya bastante mal me siento por ser el típico hombre celoso…

¡Pero por Dios! ¿Quién no estaría celoso?, ella es hermosa ¡Es inteligente! Es fuerte, es más hermosa--Aunque ya lo he dicho--. Tiene unos ojos enternecedores y una melodiosa voz que lo único que hacen es hacerla jodidamente perfecta. Y yo soy un fracaso, un torpe hombre que es lo suficiente temeroso como para sentir celos, que a veces ronca por las noche y se extiende por toda la cama, que no sabe acomodar su tiempo para llegar temprano. Debía acomodar bien mi tiempo, debía hacerle caso a mi instinto y disfrutar de ello.

Finalmente me decido y de un jalón entro a nuestro cuarto…

Y ella está allí.

Cerrando su maleta llena de ropa.

--¡Sakura no te puedes ir!--Digo, lo primero que se me viene a la mente.

Ella alza la vista, dando un brinco cuando entro rápidamente. Sus ojos se cruzan por un segundo a los míos, y en eso, veo su fragilidad, su dolor y tristeza ocultos bajo la capa de fuerza y dureza que muestra su rostro rígido y molesto. Pero a pesar de eso, Sakura está rota, lo veo en sus hombros apretados y sus labios conteniendo la rabia y las lagrimas, haciendo un esfuerzo por no derrumbarse en ese momento. Y el pinchazo de dolor me ataca por causarle ese dolor innecesario.

--¿Qué quieres, Naruto?--Dice finalmente, con una voz quebradiza--. No me digas que era mentira lo del divorcio, por favor, no te arrepientas sólo por qué todos te han escuchado y…

--¡Sólo escúchame!--Abro los brazos para intersectar la puerta--, ¡Sakura no te puedes ir! ¡Todo esto es un maldito mal entendido!, Sakura es enserio…

--Ya déjalo, es mal momento--Sakura toma su maleta y camina en dirección a la puerta muy decidida--. Apártate, mañana mismo firmaré el papel, lo prometo…

--¡No, no! ¡No lo entiendes!--No me muevo de la puerta--. Tenemos que hablar, tienes que escucharme… Sakura es un mal entendido, ¡Lo juro, Dios!

--¡Ya basta Naruto!--Dice ella en voz fuerte, levantando la mirada y mordiendo con fuerza su labio, a unos centímetros de mi--. Ya basta… Déjame.

--Te amo…

--Cállate.

--Te amo, Sakura-chan… ¡Te amo más qué nadie!

--¿¡Entonces por qué me quieres dejar!?--Grita finalmente ella, soltando la maleta a un lado y llenando sus ojos de lagrimas. Su labio tiembla ligeramente y lo muerde para ocultarlo, pero sus ojos cristalinos la descubren tan rápido cuanto cae la primera gota de lagrima, ella se gira, y escucho que se derrumba pero que a pesar de todo, hace un gran esfuerzo por contenerse y no huir--. No me mientas así, Naruto…

Y yo me destrozo al verla, cuando sus hombres suben y bajan y de su dulce voz nacen sollozos que quiere oculta de mi. Como si tuviera miedo o vergüenza de que la viera llorar… Pero ella es Sakura, fuerte, siempre ha sido fuerte y verla destrozada por mi culpa, me mata, como una estaca directa en el corazón que arde y palpita.

Camino lentamente, a unos pasos está ella ,así que en poco tiempo mi cuerpo rosa su espalda. Ella da un brinco ligero cuando siente mi presencia detrás de ella y se aleja en un paso ligero secando rápidamente sus ojos con las palmas de sus manos, pero soy más rápido y la alcanzo.

Entonces la abrazo.

Ella protesta, alejándose un poco, sin embargo es tan débil su intento que al final termino rodeándola y sin dejarla hablar, le digo cerrando mis ojos y hundiendo mi rostro en su cabello.

--Te amo… --Mi voz suena temerosa, pero no me da miedo de demostrárselo--. Te amo desde que era un niño y te amaré hasta después de muerto..

--Naruto…

--¡No quiero el puta divorcio!--La interrumpo--. ¡No quiero que te vayas! ¡Jamás lo quise!, eres perfecta y cocinas muy bien, eres atenta y divertida sin siquiera intentarlo… ¿Por qué quisiera dejarte?, todo es un mal entendido… No digas nada, sólo escúchame--Siento como su cuerpo se suaviza y cuando se calma, prosigo ,entendiendo que me ha dejado contarle--. Estaba celoso Sakura, creí cosas que no debí creer… Y estaba celoso…

--¿Por qué?--Pregunta, girando ligeramente su cabeza, pero no me mira.

--Por que soy tan imperfecto, que tengo miedo de que te des cuenta y me dejes.

Y te vayas…

Y no me ames…

Siento una herida en mi corazón, palpitante que sube a la garganta en un nudo. Sí lo pienso, siento tanto miedo que por mi ceguéz se convierte en celos y me destrozan, porque la quiero tanto que llego a ser egoísta y no soportar la idea de verla con otro. Y ala vez, deseo verla feliz…

Quiero contarle todo, quiero explicarle de mis celos y mis sospechas, de los rumores, quiero que entienda lo posesivo que he sido y lo obsesivo de mi instinto. Pero antes de que continua ella gira su cuerpo y queda atrapada en mis brazos con la mirada fija en la mía. Sus ojos están rojizos a causa de la irritación de llorar, pero su rostro ya no está roto, ahora está mirándome, desnudando mi alma en una mirada… Y se que dentro de mi, ve ese maldito miedo.

--¿Celos de qué…?

--De… --Tan sólo pensarlo me avergüenzo. Me encojo de hombros y bajo la mirada, no puedo verla, no puedo admitir mi error sin sentirme el mayor idiota del mundo--. De Sasuke… ¡Sakura no lo entiendes! ¡Te vi con él! ¡Y maldita sea me mentías!, lo veías a escondidas y yo… Pensé lo peor.

Ella no dice nada, y eso me hace temblar ligeramente.

--Había un rumor… --Me justifico, mirando el suelo--. Me eras infiel, eso decían… Y entonces comenzaste a salir, a sonreír como una enamorada y no lo entendía… Te arreglabas, ibas a lugares y me mentías. Me destrozó y me salí de control.

El silencio más incomodo de mi vida, es ese que ahora siento, donde ni nuestra respiración se escucha atreves de los susurros del viento. Siento su cuerpo, y al alzar la mirada ella mira a la ventana, a la luz del sol reluciente que se oculta para un atardecer.

Entonces, me mira… Más tranquila.

--Un rumor…--Susurra, ladeando la cabeza--. ¿Todo esto por un rumor?

Cuando ella lo dice, con ese tono suave y despreocupado, me siento idiota, pues en sus labios esa palabra suena tan estúpida, tan pequeña tomando en cuenta lo que yo siento por ella. Y sin embargo, tiene razón.

--Sí, todo esto por un rumor…--Encojo mis hombros, y suelto el aire de mis pulmones--. Me mataba la idea de que tú… En mi ausencia… Que ya no me…

--¿Te engañara? ¿Con Sasuke?

Tan rápido como ella termina la frase, un chillido y una risita escapa de sus labios, ligera y risueña, dulce e inesperada que me anima a calmar los nervios que me carcomen.

--Sasuke me dio la idea de la fiesta--Agrega en un tono cariñoso--. La semana pasada fui a verle para que me ayudara a no enojarme tanto. A él se le ocurrió la fiesta, porque seguro te gustaría… Te calmaría--Suelta un suspiro--. Mala idea.

--¡No, no, no!--Digo, moviendo la cabeza--. La fiesta es fantástica, sino fuera por que yo…

No termino la frase, mis manos se mueven rápidamente a su cintura y la atrapado tan rápido ella se abraza a mi. Cómo si hace mucho no nos viéramos, y en una aeropuerto o un aplaza nos reencontráramos con desdén. Sus manos me rodean el cuello y su rostro se pega a mi pecho, yo la rodeo y poso mi mejilla en la suya, sintiendo su delicado cuerpo, el aroma de su piel y cierro los ojos con ese alivio que hace mucho no sentía. Por primera vez, puedo estar un momento sin pensar en miles de cosas dolorosas.

--Eres un tonto, eres un tonto Uzumaki…--Dice ella dando pequeños chillidos ahogados por mi cuerpo--. Creí que querías dejarme…¡Eres un idiota!

Ella alza la mirada, y cruzamos nuestros ojos por un segundo antes de que la atrape y la bese.

¡Dios!, es como regresar al recuerdo más hermoso, o como descansar después de un día duro. Sus labios son suaves, como siempre, y sentirla en mi brazos abrazándome hace que una parte de mí--La celosa, la rota y destructora revuelta con el enojo--desaparezca para hundirme en esa sensación suave de cariño. Sus manos me aprietan a su cuerpo y yo la aprieto al mío. El tiempo pasa lento, o rápido ¡O no lo sé!, no lo noto porque por primera vez en mucho tiempo siento esa paz, y esa tranquilidad que no sentía.

De repente… Surge la necesidad.

Es potente. En mi mente se hace un revoltijo de imágenes y de sentimientos: Recuerdo imaginarla con otro, destrozándome tantas noches hundido en mi mente, y ahora está aquí, abrazándome y sus labios tocan los míos, y los recuerdos se esfuman. Y siento la necesitad de que me diga que me quiere, que me ama, que soy un idiota desesperado sin saber lo que hace hasta que lo hace. Hasta que arruina todo… Pero ella siempre es razonable, ella lo piensa y actúa para arreglar las estupideces que este loco enamorado hace.

Ella se separa de mis labios y toma tragos de aire con aceleración, nuestros rostros están tan cerca que en un movimiento puedo besarla. Pero le doy tiempo, se que en cierto modo está molesta conmigo, y que todo esto no es fácil de aceptar después de tantas cosas. Después de que arruine toda una fiesta con alguna palabras.

--Te amo--Le digo, cerrando los ojos--. Lo siento mucho, en serio… Me verás como un idiota celoso que actúa sin pensar.

--Siempre has sido así--Dice soltando un risita…--. Eres compulsivo, eres interactivo, eres ruidoso… ¡En las noches me empujas al suelo!, no sabes arreglar tu tiempo, te dejas llevar por impulsos, no buscas muchas razones, comes demasiado Ramen y muy pocas verduras. Tienes tantos defectos….Pero--Ella alza la mirada, con una mano acaricia mi cabello--. Eres muy gracioso, eres tan tierno y lindo, eres alegre, responsable en sus momentos, valiente, a veces maduro, y… Y no mencionaré lo bueno que eres en las noches--Se ríe--. El caso es que, te amo, con todo y defectos, y que no tienes que pedirme perdón por este mal entendido, porque al final también ha sido mi culpa al darte razones.

--¿Aunque se un idiota?--Le pregunto acercando mis labios a los suyos, sin besarla.

--Eres mi idiota.

Y entonces, la vuelvo a besar. Una y otra vez allí, parados en la mitad de nuestra habitación. Ya los ruidos han desaparecido lo que me indica que los invitados se han ido. Por un parte me parece perfecto que ya no estén, sin embargo, las ansias por explicarles que la amo ¡Y qué jamás le pediría el divorcio! Me dominan con esa sed de que sepan.

Después, el sentimiento desaparece y otro aparece, uno más intenso que se enciende cuando ella acaricia mi pecho por sobre la camisa, un deseo que tantas noches rondó indebidamente en mi mente y me hundió. El deseo de tenerla, besarla, saber que es mía en cuerpo y alma en este momento. Aunque en el fondo ahora estoy seguro de que lo es.

Debo detenerme, no es momento… Supongo que ella querrá tiempo.

--S-Sakura… --Susurro alejándome de ella--. Creo que debes decirle a los invitados que…

Ella me calla con su mano y niega con la cabeza.

--Tu fiesta aun no termina--Me dice sonriendo y alejándose hasta llegar a la cama.

--Pero los invitados ya no están y…

Y… No termino mi frase, cuando ella deja caer su ropa larga que cubría gran parte de su cuerpo, dejando al descubierto aquel traje coqueto que hace apenas unos días vi entre mis espionajes celosas. Su cuerpo se adorna dulcemente y su mirada brillosa a botado esa tristeza remplazándola por una mirada más atenta y dulce. Yo me quedo sin palabras, sin pulso tal vez…Sólo un ligero ardo por mi cuerpo que me llena de calidez.

--Lo compré para hoy--Dice sonriendo--. ¡Sabía que te gustaría!, era para… Bueno para des-estresarte por toda la semana de trabajo… Para… --Ladea su rostro y se recarga sobre la pared--. Para convencerte de que estuvieras más en casa, ya que regañándote no podía…Tal vez así sí.

Muerdo mi labio y meto las manos en mis bolsillos.

--Yo creo que hay que hablar con todos y hablarlo mejor porque… --La miro--. Por que bueno, supongo que has de estar molesta yo…

--¿Molesta?, bueno, tengo que admitir que al principio sí, pero Naruto… Tus celos son tiernos en cierto modo y… --Ella encoge su cuerpo--. Me puse en tu lugar, sí fuera yo la que sospecha y escuchara rumores sobre ti y alguien más… Supongo que lo entiendo. Yo habría sido peor, Naruto. Detesto la idea de la infidelidad, detesto perder algo que…

Suspira y mueve su cabeza, mientras camina hacia mi.

--Tienes razón--Agrega tomando su ropa de nuevo--. Hay que ver a los invitados y arreglar todo esto y…

Rápidamente la atrapo y la beso, la callo con mis labios y de un jalón retiro la ropa de sus manos. No me excuso ni ella protesta cuando la empujo a la cama y la acorralo con mis brazos para seguir besándola. Mis labios la atrapan tantas veces puedo hasta que decido dirigirme a su cuello. Ella suelta varios suspiro y retuerce su cuerpo tratando de quitarme la ropa, cuando mis labios dejan húmedos besos en su cuello tibio, mis manos toman sus caderas y siento esa calidez que emana su cuerpo en forma de ondas en mi cuerpo. Recuerdo sentirme atrapado, recuerdo sentir la necesidad de hacerla mía hace unos días y no poder por la traición que pensé tener.

Ahora eso es tan ridículo como para alejarme de ella.

Y muy tarde.

Ella logra quitarme la ropa, todo es tan feroz y rápido que realmente no noto como fue, pero ya mis labios recorren sus pechos a través de la tela con encaje rosado, ella se sujeta a mi espalda y sus pequeñas uñas me rasguñas ligeramente, mientras su boca suelta gemidos ligeros en mi oído, sus piernas rodean mi cintura y me presionan contra su intimidad con fuerza.

Mi esposa es hermosa… Lo noto por milésima vez cuando mis manos quitan ese trajecito coqueto para dejar al descubierto su cuerpo que tantas noches ha sido mío. Mis labios quieren besarlo todo y acariciarlo con tanta necesidad que lo hago sin pensar. La recuerdo extendiendo su cuerpo y besándola por todas partes, ella se ríe y gime descontroladamente que ya no se donde le causo cosquillas y donde la excito con dulzura.

Siento sus manos bajar por mi abdomen, y me descontrolo emitiendo un gruñido excitante. Ella atrapa mis labios y revuelve mi cabello con sus manos. Mis manos son más tranquilas, bajan hasta posarse entre sus piernas y acaricias ligeramente con un masaje que va aumentando a cada segundo, ella da un respingo, un pequeño saltito y gime.

--N-Naruto… --Dice, cerrando los ojos y tomando con fuerza mi espalda--. ¡Dios, Naruto!

Sonrió cuando la escucho, cuando siento como su cuerpo se doblaba bajo las caricias de mis manos. Es una voz dulce y suplicante la de sus gemidos, una amorosa y emocionante que se mescla con su cuerpo y acaricia mis oídos.

Llega el momento en que no lo aguanto, ¡No puedo!, la vuelvo a besar y abro sus piernas con toda la dulzura que puedo para así mirarla a los ojos y susurrarle, allí acostados, sudorosos y cálidos:

--Te amo, Sakura-chan… No sabes cuanto.

Ella sonríe mientras me mira, y acaricia una de mis mejillas, besa una de mis mejillas, y me abraza con fuerza.

--Lo sé, también te amo demasiado…Jamás lo olvides.

Y entonces, la penetro. Fuerte y la beso para callar sus gemidos, la dejo caer en la cama y me recargo con fuerza de la cama acomodando mi cuerpo. Ella muerde mi labio y eso causa que mi pulso de acelere igual que mi velocidad en cada envestida, chocando el uno contra el otro, de manera rápida y acelerando. Mi cuerpo reaccionar sintiendo esa sensación única y explosiva que aumenta una y otra vez. Sakura gime, se mueve y se aferra a mi cuerpo mientras yo al suyo, juntos y disfrutando de esta sensación hasta que siento ese momento explosivo y final.

Ella también lo siente, pues su cuerpo comienza a moverse más rápido y sus uñas se entierran en mi espalda justo antes de que su gemido se alargue y sus ojos se cierren, confundidos con los gruñidos y la fuerza que transmito. Hasta que juntos, llegamos a ese final de cuento de hadas enrollados en ese mando de excitación en esa cama.

Y soltamos un largo suspiro mientras los reacomodamos.

La abrazo, y beso su hombro mientras ella descansa a mi lado, estamos desnudos y cubro su cuerpo con la sabana que estaba a lado para cerrar los ojos.

--Bueno… --Musita Sakura con cariño--. ¿Te he convencido de quedarte más tiempo conmigo? ¿Ya no quieres el divorcio?

Suelto una risa tímida combinada con gracia y un poco de culpa.

--Me has convencido completamente de quedarme contigo.

--¡Oh menos mal!--Sonríe--. Por cierto…. ¿Qué decían esos rumores?

--Tonterías Sakura-chan.

Tonterías.