Ángel Guardián (+18) Capitulo 11 y Final (13-05-2018)

Capítulo 2:

Él me encaminaba por los pasillos del Palazzo, tenía mi brazo entre uno de los suyos, y esto provocaba que camináramos muy cerca uno del otro. A pesar de la cercanía entre nosotros, este hecho realmente no me molestaba, ya que me dejaba mirarlo más de cerca y de una forma más detallada.

Pude notar rasgos muy varoniles, en su mandíbula se podía notar un leve rastro de vello facial, eso decía que recientemente se había afeitado, pero también estaba firme, a pesar de la sonrisa. Su olor era fuerte, era una combinación de la loción de afeitar con su olor corporal, cuando caminaba ponía una mirada sería, muy diferente a como lo había visto por primera vez, y esto le daba un ligero toque de misterio.

No podía dejar de observarlo, aunque claro, lo hacía de una forma disimulada para evitar que se diera cuenta de esto. Realmente parecía que estaba poniendo atención en el camino, pero era todo lo contario, lo único que captaba mi atención en esos momentos era Naruto.

-Y cuál es la exhibición, que está buscando esta bella signorina-se había detenido-aunque al estar en el segundo piso del Palazzo imagino cual debe ser.

A decir verdad, nunca me di cuenta de cuando encontramos las escaleras y subimos por estas, de querer regresar en un futuro, esperaría tener la suerte de encontrármelo de nuevo y hacer el mismo tour o tendría que buscarlas por mi propia cuenta, lo cual no sería tan grato.

-Entonces porque no me sorprendes, con tu intuición-le digo en broma haciéndolo reír un poco.

-Bene, entonces vayamos a la vitrina donde se encuentra la máscara mortuoria de Dante Alighieri-me sonrió-claro, si es lo que realmente vienes a ver.

-Vamos entonces, nobile cavaliere-le dije tomando su brazo con un poco de fuerza.

En todo el “viaje” Naruto nunca dejo mi brazo, siempre estuvo entre el suyo, lo cual me dejo apreciar que realmente era un chico que iba al gimnasio, debido a que se notaba en su musculatura. Al apreciarlo bien, me fije que no tendría más de 18 años y a pesar de su edad, había varios rasgos que lo dejaban ver ya como todo un hombre, más sin embargo seguía siendo un adolescente como yo.


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Habíamos llegado ya, a la sala donde se exhibía la máscara mortuoria del mejor escritor de Italia, a mi parecer, esta era una de las cosas que más quería conocer. Quería conocer en persona, a Dante Alighieri, a pesar de que este ya estuviese muerto, tener su cara mirándote era como si lo conocieras en persona.

Muchas veces había visto ya, una imagen de Dante, un hombre ya mayor, con algunas arrugas encima de su rostro y que llevaba puesto un gorro de color rojo en la cabeza, esa era la imagen que siempre aparecía en Internet, eso y la ilustración del Inferno que Dante había creado en su libro, que había sido más bien ilustrada por Botticelli, pero tomando la descripción hecha por Dante.

-Entonces eres una fiel admiradora de la obra de Dante-me dijo Naruto, cuando me aparte de su lado y me puse cerca de la vitrina.

-Sí, y si fuera un delito, me declararía culpable-le sonrió.

-De ser así, creo conocer un lugar que de seguro te gustaría visitar-él se acercó a donde me encontraba.

-¿Enserio?, y me llevarías a ese lugar-le pregunte ansiosa.

-Claro, sólo que se encuentra un poco alejado del Palazzo-me sonrió en el momento que volteo hacia mí.

-No sé si mis padres me dejarían ir, y menos con un chico que acabo de conocer-me dije en voz alta y con un semblante de estar pensando en aquello.

-Supongo que podemos ir a verlos y preguntarles si te dejan ir conmigo-dijo dando la vuelta-además ellos podrían venir con nosotros, en el caso de no querer dejarte a solas con un desconocido.

-Esa es una buena idea-le dije acercándome a él.

Me sorprendí al darme cuenta, de que había tardado mucho más tiempo buscando y encontrando la exhibición de Dante, de lo que me tarde en contemplarla. Pero aquella insinuación e invitación por parte de Naruto, provoco aquello. Desde que leí en la secundaría el libro de la Divina Comedia, me volví una fan de Dante y el saber que podría ir a un lugar, en que habría una mayor conexión con el escritor hizo que me emocionará.

Bajamos rápidamente las escaleras, Naruto de nuevo había tomado mi brazo entre el suyo, caminando juntos y a muy pocos metros se encontraba su cuerpo de él mío. Buscamos a mis padres que de seguro, seguirían con el guía turístico que nos trajo aquí.

-Naruto, hay algo que me eh estado preguntando-le dije, mientras prestaba atención para encontrar a mis padres.

-Y que es-me dijo viéndome.

-Etoo…cuántos años tienes-le pregunte con curiosidad.

-Pues tengo todos los años del mundo-me dijo sonriendo.

-A que te refieres-me confundí por su respuesta, aunque por su sonrisa asumí que era una broma.

-Nada, solo tengo 19 años-me dijo un poco más serio.

-Y tú eres de Italia-le pregunte, aunque realmente era una pregunta tonta, él sabía italiano y conocía muy bien la ciudad.

-Sí, soy de Italia, aunque recientemente me mude a los Estados Unidos, a la ciudad de los Ángeles en California-respondió con seriedad.

-Enserio-le dije sorprendida-yo soy de los Ángeles California.

-Vaya que coincidencia no te parece-me dijo sonriendo un poco.

-Ya lo creo que si-le dije.

A lo lejos logre ver a nuestro guía, detrás de él venían las personas del tour, que habían tomado la decisión de quedarse con él y hacer el visita que nos daba esa compañía turística. No habían pasado muchas personas, cuando pude divisar a mis padres en el medio del grupo, así que eche a correr hacía ellos, siendo seguida por Naruto.

-Mamá, papá-les grite llamando su atención.

-Que ocurre cariño-dijo mi madre al verme.

Antes de comenzar a hablar, espere a que Naruto estuviera más cerca de mí, y lo presente a mis padres. Mi padre se le había quedado observando, de una forma muy detallada, como si de alguna parte lo conociera, o que su rostro se le hiciera familiar, aunque eso era imposible, pero al final sonrió un poco. Mi madre se había quedado al igual que yo, un poco desconcertada por la forma en que papá veía a Naruto.

-Mucho gusto, mi nombre es Haruno Hizashi, encantado de conocerte-extendió su brazo para saludarlo.

-Soy Naruto, y el placer es todo mío-el acepto el apretón de manos de mi padre.

Después de aquella extraña escena, les conté a mis padres sobre lo que me dijo Naruto, al principio estaban pensativos, debatiendo entre si dejarme ir con aquel chico o mejor no hacerlo. Al fin de cuentas uno nunca sabe cuáles son las intenciones de las personas. Pero sorprendentemente mi padre acepto a dejarme ir con él, diciéndole que quería que me llevará directamente a la siguiente escala del tour, tan pronto como la visita aquel lugar terminará.


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Salimos entonces del Palazo y seguí a Naruto hasta el estacionamiento de este. Él se acercó a una motocicleta de color negro, me parece que era una Harley Davidson, de la moto saco unos guantes negros y un casco del mismo color, el cual me ofreció a mí.

Mientras yo me colocaba el casco, él se ponía sus guantes y en ese momento, pude observar un anillo adornando uno de sus dedos, pero traía el mismo anillo en el cuello, no sabía cuál era la razón.

-Entonces nos vamos-el encendió el motor de la motocicleta.

Me subí detrás de él y me abrece a su cintura con mis brazos, para sujetarme durante el camino, cuando estuve ya lista, el avanzo por la calle. Yo no estaba prestando atención al paisaje que me regalaba ese viaje, y ni siquiera estaba consciente de la velocidad a la que íbamos.

-El anillo que trae en su mano y en el collar de su cuello es el mismo-pensaba-será que está comprometido… …mmm no lo creo, de ser así porque tendría el ambos anillos y estaría solo por la ciudad, tal vez son un recuerdo de alguien y de algo que le paso-yo seguía exhorta en mis pensamientos sin prestarle atención a nada.

-Hemos llegado a nuestro destino-me dijo sacándome de mi cabeza.

Nunca me di cuenta de cuanto habíamos tardado en llegar, al igual que no me percate del momento en que detuvo y apago el motor de su moto, yo deje de abrazarlo y me baje de ella y el hizo lo mismo. Después de devolverle el casco y de que él metiera este y los guantes de nuevo al compartimiento de su moto, me tomo de la mano, de la misma manera que en el Palazo, y comenzó a caminar.

-Espero que sea de tu agrado este lugar-me dijo sonriendo.

Él me había traído a la iglesia de Santa Margarita o en italiano a la Chiesa di Santa Margherita dei Cerchi. Naruto me contó que esta había sido la iglesia donde Dante se había casado con Gemma, una mujer a la que no amaba, pero que en esta también había conocido a Beatriz, la mujer que le robo el aliento y de la que se enamoró en el instante en que la vio.

Es por eso que esa iglesia era conocida como la iglesia de Dante, en aquella iglesia se encontraba también la tumba de Beatriz, y esta aparte de ser un lugar de reunión de los seguidores del escritor, también era el lugar en donde se daban cita todos aquellos que se encontraban devastados por un amor no correspondido.

Ese día que pase con Naruto fue muy divertido e interesante, me conto muchas cosas que yo desconocía, al final me regresó con mis padres. El viaje todavía duraría unos días más, antes de partir con rumbo a Estados Unidos.

En esos días había quedado con Naruto para conocer más lugares y bueno también para pasar un tiempo con él, ese chico rubio me había gustado desde el primer momento en que lo vi, y bueno cuando hable con él y lo comencé a tratar, debo decir que me paso lo mismo que a Dante con Beatriz, me enamore desde el momento en que lo vi.

Pero algo me dice, que él es diferente a todas las demás personas, que hay un pasado muy largo y difícil tras de él que soy capaz de ver cuando se pone serio, sus ojos reflejan una vida tal vez un poco dura y de alguna forma triste. No parece ser que tenga una historia oscura tras de sí, pero a menos que lo vuelva a ver, no descubriré ese peso que carga en sus hombros.

El día en que debíamos regresar a casa, había llegado por fin, ese día en el que me tendría que despedir de Naruto, aunque espero encontrarme algún día con él, en los Ángeles ya que vive ahí, sería una gran casualidad encontrarlo de nuevo. Ahora recuerdo algo que me dijo.

-Las casualidades no existen, las cosas suceden por una razón, y que el que tú y yo nos conociéramos era algo ya predestinado-lo dijo con mucha seriedad, pero que contrastaba con una sonrisa.

Continuara… …

Capítulo 3:

Ese viaje a Italia me había ayudado a olvidar aquellos cambios que mi cuerpo y todo mi ser sufrieron, mi fuerza había aumentado de sobre manera, mi regeneración también había aumentado, ahora mis heridas se curaban con mayor velocidad, y me atrevería a decir, que no moriría por ningún tipo de herida y ni siquiera por desangrarme. No lo había intentado comprobar, pero algo en mi me decía aquello.

También había crecido bastante, de tener una estatura de 1.50 metros, había crecido al menos 18 cm en poco tiempo, aunque supongo que eso es normal, el promedio de crecimiento termina alrededor de los 20 años en las mujeres.
Creo que lo que realmente había desviado mi atención de esos cambios, fue el conocer a Naruto.

Este día comenzaba un nuevo año en la escuela, el segundo año en la preparatoria, a pesar de encontrarnos en Estados Unidos, el nombre de mi instituto era más bien japonés, era el Instituto Konoha, su nombre hacía referencia a la apariencia y ubicación de este, debido a que se encontraba cerca de un bosque y era cubierto por las hojas de estos.

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Me había levantado temprano, para arreglarme y no llegar tarde a la escuela, la puntualidad era una de las virtudes que tenía, no importa cómo o lo que tuviera que hacer, pero siempre llegaba a la hora. Aunque siempre era la primera en llegar al salón y de alguna forma era muy benéfico para mí, era libre de escoger el lugar que quisiese del salón y también podía apartarles a otros.

Normalmente, nuestro tutor y profesor de historia siempre solía llegar tarde, era un hombre de unos 45 años aproximadamente, pero su apariencia no dejaba notar esa edad, seguramente era porque siempre llevaba una máscara que le cubría la mitad del cara y otra parte de esta era recubierta por una cinta, ocultando así todo el extremo izquierdo de rostro, solo dejando visible una parte de la nariz y el ojo derecho.

Durante el tiempo que lo conocemos, hemos intentado descubrir porque razón lleva todo eso en la cara, pero ningún plan para descubrirlo a tenido éxito, en una ocasión, preguntamos a la misma dirección de las ropas del profesor, pero al igual que nosotros ellos tampoco tenían idea de esto.

Fuese cual fuera el caso, creo que es algo que nunca descubriré. El tiempo corría y las agujas del reloj seguían su camino, poco a poco los alumnos y mis compañeros iban ingresando al salón, yo me encontraba sentada en el medio del cuarto, y con mi mochila en la banca de alado a modo de apartar el lugar.

Los primeros días de clase, siempre preguntaban que habíamos hecho durante las vacaciones y que tal nos lo habíamos pasado, yo quería contar sobre mi viaje a Italia, seguramente a Kakashi, el profesor de historia estaría interesado de saber.

Él era mi vecino, todo lo que yo conocía de historia del mundo me lo había enseñado él, y también fue quien me paso la pasión por esta y sobre todo por ir a ese país. Es por eso que se me llegaba hacer extraño, que siempre llegará tarde, puesto que casi siempre salíamos a la misma hora de casa, supongo que es otro gran secreto de él, que no descubriré.

Ya quedaban pocos lugares vacíos en el salón y el tiempo de llegada se iba haciendo nulo, lo que me preguntaba en esos momentos, era en donde se había metido mi mejor amiga, tenía una idea de donde podría estar y con quien. Ella era una rubia muy bonita, tenía muy buen cuerpo, que a veces me daba envidia, aunque yo realmente no me quedaba atrás en cuanto a ello; ella tenía un novio muy inteligente, pero a la vez era un vago, no sé cómo alguien con tanto intelecto, podría desaprovecharlo haciendo de vago todo el día, pero a pesar de eso era buena gente y nos ayudaba siempre.

Sin más dilación, los vi ingresar al salón en el justo momento en que el timbre sonó, ellos caminaron por entre las bancas, brincando mochilas, balones y otras maletas que algunos compañeros llevaban consigo, hasta que por fin se acercaron hasta donde me encontraba, Ino me saludo con la mano y mandándome un beso, Shikamaru hizo lo mismo, pero sin el beso obviamente y tras despedirse de ella, se fue al final del salón.

-Te ves genial, Sakura, el viaje a Italia sí que te ha caído bien, cariño-ella se acomodaba en su silla, y se acercó un poco a mí para hablar.

-Y que lo digas, ha sido lo mejor que eh hecho en mi vida, y espero regresar-le digo a mi amiga acercándome a ella para darle un leve abrazo-a ustedes, que tal les fue en estas semanas en que estuvimos separados.

-Todo fue genial, la playa estuvo grandiosa-me sonrió ella-aunque para ser franca, no estuvimos tanto tiempo en ella como hubiera querido

Eso otro lo dijo con una sonrisa y tono juguetón, lo cual me había dejado darme cuenta que lo que menos habían hecho era disfrutar de la playa y el calor de esta, y se habían ido durante tres semanas a encerrar a un hotel y gozar de las instalaciones de su cuarto, ese último pensamiento me había hecho sonrojar.

-¿Básicamente, tú y Shikamaru, se fueron a reservar su lugar en el infierno, no?-me había volteado para que no viese mi sonrojo.

Antes de escuchar la respuesta de mi amiga, a mi mente llegó la imagen de unas grandes puertas, que me habían recordado un poco a las de la Porta Romana, pero lo que llegó a mi mente con más fuerza, es aquella frase que se ve en lo alto de estas, “Por mí se va a la ciudad del llanto; por mí se va al eterno dolor; por mí se va hacia la raza condenada: la justicia animó a mi sublime arquitecto; me hizo la divina potestad, la suprema sabiduría y el primer amor. Antes que yo no hubo nada creado, a excepción de lo eterno, y yo duro eternamente. ¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!”.

Aquella una de mis frases favoritas de la Divina Comedia, cuál era la verdadera razón por la que se debía perder la esperanza, acaso ninguna persona que la guardará era capaz de atravesar el Infierno y llegar al paraíso, aquello era algo que me podría pasar horas pensando y razonando, pero al quedarme pensando en eso, otra imagen llego a mi mente, la imagen de un chico rubio y esa sonrisa que te cautiva.

-Sí, se podría decir que sí, pero la vida es demasiado corta como para no disfrutarla, no lo crees así-me dijo ella con un tono más serio.

-Supongo que debes tener razón-suspiré-Ino, hay algo que quiero contarte…

Antes de que pudiese seguir, la puerta del salón se abrió, dándole paso al maestro de historia y su siempre extraña vestimenta, pero no venía solo esta vez, sino que a su lado se encontraba un chico de cabello largo, oscuro y ojos negros.

¬-Hablaremos después, cariño-me sonrió y se puso seria.

No sabía que le pasaba, normalmente ella no se comportaría así, no se pondría sería tan rápidamente. Lo normal es que me hubiese sonreído como lo hizo y que dijera una tontería antes de ponerse sería y evitar que Kakashi nos regañará o que tan siquiera nos descubriera, por eso sabía que algo iba mal, acaso aquel chico había atraído toda su atención con tan sólo verlo, eso sonaba un poco loco, ella tenía a Shikamaru, mas no era imposible, ya que me paso a mi lo mismo con Naruto, mas sin embargo yo no tengo novio.

Sin poder evitarlo lleve mi mirada a la parte de atrás del salón y vi que Shikamaru se encontraba igual o más serio de lo que Ino se había puesto unos segundos antes, será que algo había pasado entre ellos tres, que se conocen de antes, o que el pelinegro de peinado de piña, se dio cuenta de la actitud de mi amiga al ver a ese chico.

-Bueno chicos, como pueden ver el día de hoy tenemos un compañero nuevo-él sonrió y fue a su escritorio-preséntate y después toma un asiento para poder comenzar con la clase.

Aquel chico entró por completo al salón y se puso a la mitad de este, se encontraba ubicado entre el escritorio de Kakashi y la primera fila de butacas. Él bajo su mochila y la coloco en el suelo, para después erguirse por completo y acomodarse el cabello que se había quedado en su rostro.

-Mi nombre es Uchiha Sasuke y es un placer conocerlos a todos-dijo con una sonrisa que dejaba ver que se sentía un poco superior a nosotros.

Después de dar su nombre, tomo su mochila, que había puesto instantes antes en el suelo, y comenzó a observar todos los rincones del cuarto, vi como su mirada se había endurecido un poco al posar sus ojos en Ino y después en Shikamaru, para después ponerlos en mí y sonreírme levemente.

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Las clases habían terminado sin más complicaciones, pero también sin ningún tipo de incidente, en el que pensé que se verían en vueltos mis amigos y aquel chico, Sasuke. Tan pronto como termino la clase de Kakashi, tuvimos clases también con el maestro Gai, un señor de cejas pobladas, que tenía la misma edad que Kakashi, pero este otro era un loco por el ejercicio, alguien bastante extravagante y excéntrico a decir verdad. Pocos eran los que realmente podían aguantar sus rutinas de horror.

Cuando salimos de las escuela, Shikamaru iba acompañándonos, los tres caminábamos tranquilamente por las calles de la ciudad, de un momento a otro, el pelinegro se detuvo para hablar con alguien y después de eso se despidió de nosotras y se fue hacia otro lado.

-¿No iras con él?-le pregunto a mi amiga, al ver alejarse a su novio.

-No es necesario, ya lo veré luego-me sonrió y tomo mi mano-lo que me interesa en estos momento, es saber cómo te fue en tu viaje, conociste a alguien interesante, cariño-ella estaba también emocionada por saber lo que paso y yo por contarle todo.

Las dos fuimos hacia una cafetería, donde pudiéramos hablar tranquilamente, normalmente íbamos al Starbucks por una taza de café, pero encontramos una nueva cafetería muy cerca de donde estábamos y el aroma café fue la que nos atrajo.

El lugar estaba muy bien decorado, todo estaba de color café, pero con algunos detalles azules un poco oscuros, para darle un poco de seriedad pero a la vez tranquilidad al lugar, nos acercamos al mostrador y pedimos dos capuchinos para después irnos a sentar en una mesa un poco apartada de las demás.

A pesar de ser un lugar que recién abrió, me doy cuenta que les estaba yendo bastante bien, a cada rato se escuchaba el ruido de la campanilla sujeta a la entrada del establecimiento. Era una cafetería italiana ¿Qué porque lo digo?, pues el dueño quien nos había atendido, tenía aquel acento, que me hacía recordar las mejores vacaciones de mí hasta ahora existencia.

¬-Por lo que dices, me doy cuenta que estas muy prendada de aquel chico-me sonreía Ino.

-Era como un ángel-le repito por décima vez-y no sólo lo digo porque me haya ayudado, era realmente muy guapo, Ino.

-Y no tienes alguna foto para comprobar que tan guapo era aquel chico-sonríe medio burlándose de mí.

-Claro que la hay-le digo un poco indignada por burlarse de mí.

Tome mi bolso y lo puse encima de la mesa comenzando a rebuscar en el interior de este, está completamente segura que había guardado una foto de los dos en la bolsa, pero ahora era incapaz de encontrarla. Mientras yo buscaba oí el sonido de la campana y después escuche una voz que se me hizo bastante familiar que se alcanzaba a oír a lo lejos.

Cuando voltee, creyendo que la voz que había escuchado era la de Naruto, no había nadie en el mostrador y quien se sentaba era un chico de cabello oscuro y corto, y bastante escuálido, supongo que confundí la voz y termine asociándola con la de él, justo en este momento en que busco una foto de nosotros.

-Y entonces tienes la foto o no, cariño-Ino me saco de mis pensamientos.

-La eh olvidado, pero te la enseñaré luego-le digo un poco decepcionada.

-No hay ningún problema entonces y hay algo más que quieras contarme o puedo decir yo como me fue a mi…-el teléfono de Ino sonó.

Ella lo tomo y vio que se trataba solamente de un mensaje de texto, no sé qué contendría el mensaje, pero aquello la hizo poner una sonrisa melancólica, pero después se puso sería.

¬-Lo siento Sakura, debo irme rápido-me dijo levantándose de la mesa, me dio un beso-nos veremos mañana en la escuela- y salió del lugar.

Su actitud era bastante rara, y recordé que en el momento en que buscaba aquella fotografía en la bolsa, y la campana sonó, el rostro de Ino cambio muy rápidamente, nadie más que yo se hubiera podido percatarse de ello. De aquella cara que demostraba interés y curiosidad, se convirtió en una de sorpresa y luego de seriedad, pero cambio tan rápido a la otra cara.

Sin pensar más en las cosas, y en la actitud de Ino, decidí salir de la cafetería recordando bien en qué lugar se encontraba, ya que intentaría venir constantemente, no sólo el aroma que desprendía ese lugar era tan delicioso, sino que también el sabor de su café era muy bueno.

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Dos personas se encontraban reunidas en el medio de un bosque, debido a la oscuridad que proporcionaban los árboles de este y estando en medio de la noche; donde lo único que le proporcionaba iluminación al cielo eran las estrellas y la luna, no se podía apreciar las facciones y la cara de ninguno, solo sus siluetas podían ser vistas.

-No pensé que ellos dos estarían también ahí-dijo una de las personas.

-Sí, fue realmente una sorpresa verlos-dijo el otro con un serio rostro-cuando entrarás tú como es debido.

-Debo esperar a que ellos hagan un movimiento, sino nunca sabré que es lo que realmente quieren-le dijo también serio.

-¿Entonces tu seguirás escondido mientras yo hago tu trabajo, no?-sonrió mostrando su dentadura blanca.

-Sabes, que yo sigo haciendo mi trabajo, además sigo buscando información que a ti te interesa-le respondió de forma calmada-no te vayas a alejar ni un momento de ella, yo hablaré con ellos entendiste.

-Claro que sí, amigo-le dio un golpe en la espalda y ambos se alejaron de aquel lugar.

Continuara…

Capítulo 10:

Flash Back

-Pero qué clase de tonta regla es esa-dije más para mí que por lo de mi abuelo.

-Puede parecer tonta de alguna forma, pero la razón por la que los Nephils existen es porque hubo ángeles que mantuvieron relaciones con los humanos y ese hecho a dado muchos problemas haya arriba-dijo moviendo sus ojos hacia el techo.

-Pero uno no puede evitar enamorarse-aún seguía molesta.

-Lo sé, porque crees que debemos mantenernos alejados de ustedes-encogió los hombros como para restarle importancia.

-Como que mantenernos alejados-le pregunte.

-Para que no ocurran esta clase de cosas, debemos alejarnos, no dejar que nos vean y si lo hacen tenemos que quitarles parte de su memoria, pero hay algunos de nosotros que no lo hacemos, porque terminamos enamorándonos, Dannael es uno de ellos-menciono.

-Estas diciendo que Naruto, está enamorado de…mi-le pregunto con incredulidad.

-Así es-me dijo.

-Eso es imposible, si el realmente me amará no se alejaría de mi-le digo de nuevo molesta.

-Debes entender algo de él primero, Sakura-me dijo serio mi abuelo-él no es un ángel normal, desde el día en que nació él había sido elegido para convertirse en un arcángel, en la actualidad la mayoría de los ángeles, son hijos de ángeles, pero él no.

-A que te refieres, se directo abuelo.

-Él es el último ángel creado por dios, es él arcángel de la justicia, yo no sé porque lo han mandado a la tierra como un guardián, ni siquiera él lo sabe, pero a pesar de que no le guste su cargo, se siente obligado a no romper las reglas y por eso se aleja de ti, a pesar de que te ama.

End Flash Back

Desde aquella conversación que tuve con mi abuelo, hace ya más de dos semanas, decidí que varias cosas debían comenzar a cambiar, aunque yo no quisiera que eso pasará. Lo primero era alejarme de Naruto.

Si bien era cierto lo que mi abuelo mi había contado, y tras varias noches de insomnio analizando la situación, me di cuenta que si en verdad yo quería a Naruto, es decir, que si realmente me había enamorado de él y lo amaba, lo mejor que podía hacer era alejarme. Lo primero que había pensado era en ahuyentarlo, hacer algo que lo dejará sin ganas de volverme a ver o saber de mí, pero eso no hubiera resultado de todos modos.

¿Porque no funcionaría?, ¿Porque intentar que se fuera lejos sería una tontería y una pérdida de tiempo? ¿Por qué a pesar de que él se alejara de mí, no podía hacerlo realmente, por qué lo que hacía solo era poner espacio entre los dos, una barrera? Pues por el simple hecho de que él es mi ángel guardián, nunca se alejaría de mi por más que yo se lo pidiese, eso iría en contra de las reglas, y si lo que yo estaba pensando hacer era para que el no rompiera las reglas, no podía pedirle que él las rompiera de todos modos.

Esto siempre lograba fastidiarme, como puede una persona dejar a la “persona” que ama solo por unas reglas, por unas tontas leyes, es lo que no me podía explicar todavía, nunca sería fácil desprenderte de algo que ya forma parte de ti, sería como quitarte la mitad de tu corazón, de tu alma.

Pero yo sabía que si no lo lograba, eso no me traería la misma felicidad que la que tendría al haber cumplido con mi cometido. ¿Por qué cómo puede uno pedirle a esa persona especial que deje todo lo que ha conocido, solo por un capricho, por un amor que no sabes si será para siempre y del que al final podrías terminar arrepintiéndote toda tu vida?, solo por una decisión apresurada.

Ese fue el principal detonante por el que tome aquella decisión, si bien él no podía alejarse de mí, por las reglas y el deber como mi guardián, nadie ni nada decía que yo no podía alejarme de él.

Desde el momento que esa idea se había formado en mi cabeza, tome las fuerzas y una fiera convicción para llevarla a cabo. Lo primero era dejar de pasar tiempo a solas con él, normalmente me gustaba que todos mis amigos, incluido mi abuelo, nos dejaran solos para poder hablar de cosas triviales o simplemente sentirlo cerca, pero eso se había acabado.

Ahora el tiempo que dedicaba para pasarlo con él, acompañarlo a la cafetería y esperarlo para que me llevará a casa, lo pasaba a lado de Sasuke y de mi abuelo, con ellos no habría ningún problema puesto que ellos habían perdido sus alas hace ya un tiempo y nada me impedía el estar a su lado.

Yo sé que podría haber pasado más tiempo en compañía de Shikamaru e Ino, pero algo en Sasuke llamaba más mi atención, claro que nada en el plano romántico, creo que aunque Naruto terminará yéndose de nuevo al cielo, una vez que su misión estuviese completa, nadie podría sacármelo del corazón. Pero el pelinegro fue su mejor amigo en el cielo, y seguía siéndolo aquí, así que si bien no podía conocer más sobre aquel rubio de su propia boca, algunas cosas o la mayoría las aprendería de aquel ser.

Además, ¿Cuantas veces uno puede aprender sobre la muerte?, y teniendo a un ángel de la muerte cerca no podía perder la oportunidad de saber más, conocer que es lo que realmente pasa, acaso el alma se desprende de tu cuerpo ¿Y una vez que esto pasa que sucede? Solamente te llevan al cielo o el infierno dependiendo del tipo de persona y las acciones que hayas hecho, y te llevaban a un juzgado para que te declararan inocente o culpable o simplemente todos terminábamos pagando por nuestras malas acciones y recorríamos el infierno, pasando por cada uno de los círculos de este, esperando por una tortura que podría o no llegar, para que al final tuviéramos la oportunidad de llegar al paraíso una vez nuestro pecados estuvieran lavados y perdonados.

-Bueno supongo que lo único que se me deja decir acerca de eso, con o sin alas-me dijo mientras con uno de sus dedos señalaba su espalda-es que… … es información confidencial-soltó con una total seriedad la cual se desvaneció al ver mi cara de sorpresa por la respuesta que había esperado ya un rato.

-Eso no se vale, realmente pensé que me lo dirías, eres un malvado-le dije con la lengua de fuera al empezar con mi berrinche-y no es gracioso así que deja de reírte de mí

Él no podía parar de burlarse incluso comenzó a reírse cada vez más alto en el momento en que le mostré mi lengua en señal de estar indignada.

-Está bien perdona-menciono al intentar calmarse para poder hablar-bien ya que no puedo resolverte aquella duda, porque no intentas con otra cosa.

-Y cómo puedo yo saber que la nueva pregunta que yo te haga, si me la responderás-mis brazos estaban cruzados sobre mi pecho, tenía los ojos cerrados para no verlo.

-Bueno si no lo intentas nunca lo sabrás-lo voltee a ver ya que su tono de voz sonó más serio-debes entender que hay cosas que los humanos no comprenderían del todo, y que además nosotros seguimos siendo ángeles-completo la frase con exasperación ante mi mirada-caídos sí, pero ángeles al fin y al cabo.

Aquello llamo mi atención, será que aunque ya no tengan alas, aun guardan aquel orgullo de haber pertenecido a aquella raza, o al final ellos también son juzgados, será acaso que los ángeles también pueden morir, bueno si pueden eso fue algo que mi abuelo me había dicho ya, pero entonces porque guardar aun secretos.

-A pesar de que los ángeles pierden sus alas, ¿deben seguir cumpliendo con las leyes que tienen?-aquella pregunta surgió sin yo haber pensado antes, solamente salió, al fin y al cabo eh estado pensando los últimos días en sus leyes.

-Digamos que si-dijo el azabache en un suspiro.

-A que te refieres-dije un poco sorprendida-pensé que una vez sin alas ya no se atenían a ellas.

-Supongo que Kakashi-sensei, tu abuelo, te explico cómo se puede matar a un ángel, no-me preguntó al momento que se levantó de la banca donde nos encontrábamos sentados.

-Sí, así es-lo imite.

-Pues digamos que esa no es la única forma de matar a un ángel-dijo él metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón y comenzó a caminar.

-Me estás diciendo, que siguen cumpliendo con sus reglas, para evitar que los maten-le dije con un poco de expectación ante la respuesta que él me daría, talvez mis suposiciones eran falsas, pero aquello se borró al verlo asentir lentamente.

-Digamos que a veces es mejor mantenernos tranquilos con los de arriba, al menos en cuestiones que impliquen meterse con ellos y nuestros secretos como ángeles, no importa de qué tipo seamos-suspiro.

-Sasuke, cual es la otra forma en la que se puede matar a un ángel-le pregunte de forma seria pero con un deje de tristeza en mis palabras.

-Mmmm pues…-él no dijo nada más por un pequeño rato-bueno eso podría decírtelo otro día, no quiero problemas con tu guardián y menos por soltar la lengua de más-menciono al saludar con la mano al rubio que se encontraba a unos metros de nosotros, aunque antes de seguir caminando a la dirección donde estaba Naruto, se acercó para susurrarme algo-pero supongo que mereces saberlo.

Unos días después de que Naruto hubiera llegado justo en el momento, en el que por fin aprendería algo nuevo, Sasuke al fin me conto cual era la forma, la otra forma claro, para matar a un ángel, las cuales son más utilizadas para aquello que decidieron romper las reglas y cayeron que para los que aun conservaban sus alas.

De alguna forma jamás imagine que os ángeles fueran tan… mmm como decirlo… previsores, precavidos o hasta de cierta forma malos. Aunque de ser sincera antes yo no creía que realmente existieran este tipo de seres y que de no ser por lo que en estos momentos estoy viviendo, seguiría sin creer en ellos. Además ¿Qué no se supone que los ángeles son seres guiados por el amor de Dios? De ser así, entonces porque debían tener algo o guardar algo como un método de protección y precaución para evitar un problema de escape de información valiosa.

No es como si después de que yo me enterará de todo a cerca de ellos, fuera a salir a la calle a contarle al mundo entero y a cada persona que se cruzará en mi camino de su existencia, normas y vidas. Y de haberlo hecho, dudo que me quisieran creer, primero me tacharían de loca e iría a parar directo al manicomio.

Después de conocer este nuevo secreto, termine corriendo con rumbo a la casa de mis abuelos. No sé realmente que fue lo que me hizo realizar dicha acción, tal vez sentía que Sasuke me había engañado, y que de alguna forma se había inventado todo aquello, después de que Naruto nos hubiera encontrado hablando. Pero porque habría de mentirme, se supone que somos amigos y como él dijo yo debería de conocer ciertas cosas, debido a mi abuelo ¿O acaso no tenía el derecho de saber cómo podrían matarlo, para intentar evitar que algo así pase?

Creo que realmente me canse de que las personas me mintieran y ocultaran cosas y secretos que me concernían. Que ahora yo fuera incapaz de creer que todo lo que me decían era realmente verdad, fue causado por las mentiras y era normal que ahora yo quisiera corroborar toda la información.

Tan pronto como toque el timbre, salió de la casa mi abuela Rin Hatake, la cual me recibió con una gran sonrisa en el rostro y no se tardó nada en dejarme pasar y darme un gran abrazo, como el que dan todas las abuelas al llegar a sus casas.

-Y bien pequeña, dime a que se debe el honor de tu visita-dijo mi abuela tan pronto como dejo de estrecharme en sus brazos.

-Pues veras, hace unos momentos mi amigo, Sasuke……me conto algo que me gustaría saber si es verdad o no-mencione un poco nerviosa.

Normalmente siempre hablaba de estas cosas con el abuelo, pero debido a que él era también un caído, no podría saber si realmente me decía la verdad o habían decidido inventar aquello.

-Supongo que esto debe estar relacionado con alguna información referente a ellos no es así-dijo la abuela a lo cual yo solo asentí-de ser así, porque no has ido con tu abuelo, no es por ser grosera, pero desde que te enteraste de todo, siempre acudes al él-lo dijo sin malicia pero podía notarse un deje de tristeza por nunca acudir a ella, quien sabia muchas cosas también.

-Lamento nunca acudir a ti abuela, no es como si pensará que el abuelo sea mejor que tu algo por el estilo-dije bajando un poco la mirada.

-No debes preocuparte, de cierto modo lo entiendo-me tomo de la mano y me llevo hasta la sala-y bien entonces qué tipo de información te puedo dar yo, que tu desinformado abuelo no es capaz-sonrió con orgullo lo cual me hizo sonreír.

-Es acerca de la otra forma en la que un ángel puede morir-le solté lo cual sorprendió un poco, para después ponerse sería-es verdad que los ángeles guardan… …-de alguna forma no podía formular bien mi pregunta.

-Me estas intentando preguntar si es verdad que los ángeles guardan una de las plumas de cada ángel que cae, esa es tu pregunta, verdad-me sonrió de una forma muy tierna a lo cual yo asentí, ella suspiro-es verdad Sakura, es para evitar que un caído haga cosas indebidas. Normalmente uno pensaría que el quitarle sus alas a un ángel es suficiente castigo como para que ellos se queden tranquilos, pero no siempre sucede eso, por eso es que ellos guardan una pluma para utilizarla en el momento en que un caído tenga planeado venderlos, cuando se dan cuenta de que uno está hablando más de la cuenta o se porta en contra de las leyes, toman la pluma y la queman, lo que provoca que el caído muera y se vaya al infierno.

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Mi abuela había sido muy amable al contarme y corroborar que la información que me había dado Sasuke, era totalmente verdad, aunque además de ello me había revelado más cosas que yo debería tener presentes si es que en algún momento algo pasaba. Ella también me dijo que era normal, el que yo no quisiera creer que todo lo que me decían era verdad y que se debió a las mentiras que se me habían ocultado siempre.

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El mes de Octubre estaba llegando a su fin, solo faltaba una semana para que el mes de Noviembre llegará y con ello una de las fechas más divertidas de todo el año, asignada al último día del mes en curso y claro que me refiero a Halloween.

Porque el disfrazarte de algo y salir a la calle sin que nadie se te quede viendo raro, donde te dan dulces con sólo tocar a la puerta y donde posiblemente todas las travesuras están condicionadas sin meterte en muchos problemas, además de las fiestas, es muy divertido.

Durante la semana me la pase al lado de Shikamaru e Ino o con mis abuelos, a Sasuke lo veía de vez en cuando y al que simplemente había dejado de ver era a Naruto, tal vez decidió regresar con su plan de mantenerse alejado de mi para ver si alguien más se decía en atacarme, aunque desde que Javier y sus chicos se habían acercado a mí, nadie más lo había hecho.

Él había mencionado que el Jeshvan se llevaba a cabo durante las dos últimas semanas de Octubre, eso quería decir que los caídos posiblemente ya se habían olvidado de mí y se dedicaban a disfrutar de aquellos nephil que habían logrado capturar, no es que me alegrará porque ellos fueran poseídos solo por las ansias de poder de otros, pero al menos yo debía estar a salvo ahora. Y muy posiblemente a eso debiera en verdad la ausencia de aquel considerado como mi guardián.

Al sentirme más segura con esto último, me dije que no habría problema si yo llegaba a salir después de la hora indicada, o al ahora en que iniciaba mi toque de queda que se daba alrededor de las 7 de la tarde. Así que tome una chamarra para abrigarme del clima frío de otoño y salí por la ventana de mi cuarto, sin que nadie se diera cuenta.

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Las calles de la ciudad de los Ángeles eran rápidamente recorridas por un joven de cabello amarillo el cual no paraba de correr de forma desesperada y a una alta velocidad, se llegaba a detener, en calles oscuras para poder revisar mejor el perímetro, en callejones oscuros y solitarios y en cada parque que se ponía en su camino.

En pocas ocasiones cerraba los ojos aun cuando estuviese corriendo, él intentaba concentrarse un poco para buscar dentro de sus pensamientos y recuerdos los lugares que llego a visitar con su protegida de cabello rosa y el amor de su vida. Hace mucho tiempo que se había dado cuenta que realmente amaba a esa chica y que la razón por la que quería cuidar de ella no solo se debía a que era su misión.

Pero a pesar de todo el amor que el sintiese por ella, era incapaz de tan siquiera decírselo, él era el arcángel de la Justicia, un ángel que debía de ser el ejemplo para otros y el enamorarse de una nephil estaba en contra de cualquier cosa, él aunque quisiera no debía de romper las reglas.

Desde que había llegado a la conclusión de estar completamente enamorado de su protegida, la cabeza de Naruto se había convertido en un caos, emociones que nunca antes había sentido se interponían con las leyes que él debía cumplir, que es lo que realmente debería hacer, pensó que si de algún modo se alejaba un poco de la chica, podría pensar con mejor la claridad las cosas. Y de una forma todo se volvió más fácil cuando la chica fue la que se apartó de él.

Pensó que esa había sido una gran idea, no se alejaría mucho, solo lo necesario para poder pensar y tomar una decisión acerca de todo lo que pasa en ese momento, pero esa misma tarde se había arrepentido de alejarse.

-Soy un completo idiota, nunca debí dejar de vigilarla-se decía a sí mismo, tenía las manos en forma de puños-no debí dejar su casa sin protección.

El chico no paraba de repetirse lo tonto que había sido por tomar esas decisiones y dejar de cuidar la casa de Sakura por unas horas, aunque a él nunca se le paso por la cabeza que la chica se iba a salir de su cuarto, aunque este no sabía que eso es lo que había ocurrido.

Esa tarde Sasuke había ido a visitarla para pasar un rato con ella, era divertido molestarla un poco y ya había pasado unos días sin hacerlo, pero en cuanto llego al cuarto de la chica no la encontró por ningún lado. Así que salió lo más rápido de allí y fue a buscar al rubio para contarle lo que paso.

Ellos pensaban que se la habían llevado, debido a que ella sabía que en esas fechas se llevaba a cabo el Jeshvan y por lo tanto no debía salir de su casa, dedujeron que ella se quedaría encerrada en su casa al conocer el peligro. Jamás imaginaron que ella pensaría que ahora con aquella fecha dándose en estos momentos se creería a salvo.

Pero no era solamente el rubio el que la buscaba por toda la ciudad, sino que sus amigos se encontraban realizando la misma acción, todos estaban buscándola desesperadamente y sin tener ni una pista de donde podría encontrarse, incluso Ino, siendo su mejor amiga, por primera vez no se le ocurría ningún lugar en el cual buscar.

-Por favor, ángel que estés bien-decía el chico aumentando la velocidad al que corría.
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Tras salir de casa se me ocurrió que sería una buena idea salir a ver una película, había pasado ya un tiempo desde que fui al cine, y precisamente en estas fechas se estrenaba uno de los filmes más esperados por los chicos. Así que había estado en el cine las pasadas dos horas, compré palomitas y un refresco mediano y me senté a disfrutar de la función.

Ahora eran las 9:30 de la noche y yo caminaba tranquilamente por la ciudad con rumbo a mi casa mientras discutía conmigo misma el sí llevar a Ino o no a ver esa película, seguro le gustaría mucho aunque conociéndola como lo hago, terminaría hablando de lo mismo por algunos meses.

Las calles se encontraban muy tranquilas y en mi situación hubiera sido mucho mejor el tomar un taxi para llegar a mi casa más rápido, meterme en mi cuarto y hacer como si nada hubiera sucedido, pero yo quería caminar, además no es como si alguien fuera a mi cuarto y se diera cuenta que no estoy ahí y de suceder ello no pasaría nada grave.

De momento siento como alguien me tomaba del hombro de forma brusca lo que provoca que me detenga, sin esperar ni un momento me volteo para reclamarle a quien sea que me haya detenido y lo único que puedo hacer es sorprenderme al ver aquella persona a mis espaldas.

-Es bueno volver a verte, mi pequeña Nephil-me dijo Javier con una gran sonrisa en su rostro, se acercó al chico que venía con él-asegúrate de que Dannael se entere que tengo a su “ángel”-el saco un sobre de su pantalón y se lo entrego antes de que el chico saliera corriendo.

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-Para que quieres que Naruto venga, acaso eso no arruina tus planes de hacerme jurar-le grite a Javier, quien se encontraba a escasos metros de mí-además si él llega te va a moler a golpes.

-De hecho mi pequeña Nephil, mis planes han cambiado y ahora estoy yendo hacia algo más importante-su voz sonaba divertida, yo no podía verlo porque estaba dándome la espalda pero seguramente una sonrisa adornaba su rostro.

-A que te refieres con eso, que cosa es más importante que la nieta de Hatake Kakashi y Rin Hatake-le dije de forma altanera, seguramente sería capaz de sacarle sus verdaderos planes.

-Claro que lo hay, pero no sé si seas capaz de comprenderlo-se volteo a verme acercándose cada segundo más-tú ya no eres mi objetivo, pero eres indispensable para que mi plan se lleve a cabo-sonreía y a cada palabra su sonrisa crecía-cuando logre lo que deseo te dejaré a merced de cualquiera de los demás caídos, aunque ninguno podrá ser más importante que yo.

-Que es lo que realmente buscas-el miedo se notaba en mi voz y no podía evitarlo, algo me decía que yo sabía lo que tramaba, pero no era capaz de resolverlo aun.

-Pronto lo sabrás, no debes comer ansias-dijo para regresar a lo que hacía anteriormente.

Si yo no era su objetivo, entonces quien podría serlo, tal vez alguno de mis amigos, ellos eran caídos al igual que él, pero debían valer de alguna forma más que él mismo, además ellos tenían a Naruto de su lado, el seguía siendo su amigo a pesar de todo. A menos que los objetivos fueran mis abuelos, pero entonces porque me necesitaban a mí, bien pudieron intentar hacerles algo durante todos los años que habían transcurrido.

Y entonces la verdad de lo que tenía planeado hacer llegó a mi mente, como un rayo, claro que había algo más importante que yo, que los propios héroes de aquella guerra y que los caídos que tenía por amigos, su imagen había llegado ante mí.

Si yo quería evitar que eso pasará debía escapar, pero estaba muy amarrada a una silla, cada vez que movía mis manos para intentar liberarlas, las lastimaba con la cuerda que las tenía rodeadas, mi cuerpo y pies eran amarrados por cuerdas también y por más que me movía no se aflojaban.

Comencé hacer mucho ruido lo cual llamo la atención de Javier, quien de nuevo volteo hacia mi dirección, yo estaba completamente inquieta y aquel sujeto no borraba esa tonta sonrisa de sus labios que demostraban superioridad.

-Así que al final si lo has comprendido-se acercó rápidamente hacía mí, tomando en una de sus manos mi mejilla derecha-entonces dime, pequeña Nephil, verdad que hay alguien más importante que tú.

Mi voz se atascó en mi garganta debido a un nudo que se formó en ella, no era posible que estuviera él aquí, mi rostro se había puesto pálido y tenía una expresión de miedo, Javier notó el cambio y rápido volteo hacia la dirección en donde estaban mis ojos. Era él, Naruto estaba en la puerta del almacén abandonado en el que nos encontrábamos.

-Qué bueno que has llegado, Dannael, te estábamos esperando.

-Dejará ir de aquí, Javier-Naruto estaba realmente enojado se veía en su rostro.

-Claro que la dejaré ir, pero para que eso pase, tú debes ser un buen ángel y acceder a lo que te pida-el seguía parado a mí lado, de su manga saco una daga y la fue acercando más hacía mí rostro-de lo contrario tu misión habrá sido un total fracaso.

Los ojos de Naruto se oscurecieron, su cabeza cayó unos centímetros y apretó cada vez más sus manos, de ser el na persona normal, seguramente habría sangrado después de toda la presión que infligía en sus manos, pero de un momento a otro sus manos se abrieron, levanto su cabeza y sus ojos se encontraban de nuevo tranquilos.

-Se ve que has tomado una decisión no es así.

-Que es lo que quieres que haga, Javier, no importa lo que sea lo hare-dijo mi rubio con una voz tranquila-no me importa romper la reglas con tal de que ella este a salvo.

-Romperías las reglas por ella, eh escuchado bien-él tomo su oído e hizo el ademán de estar limpiándolo-sí, claro que escuche bien, quien diría que incluso el gran arcángel de la justicia sucumbiría ante los sentimientos humanos-se reía como loco-Dannael se ha enamorado de su pequeña Nephil protegida.

Yo esperaba una respuesta que negará lo que Javier había dicho, pero eso nunca llegó yo lo sabía, el abuelo Kakashi me había dicho que Naruto me amaba pero que realmente lo estuviera y que no diera una respuesta para contradecir aquello me hacía realmente feliz, aunque no debía estarlo.

A pesar de que toda aquella felicidad que embargaba a mi ser en estos momentos por saber que él me quería al igual que yo a él, sabía que si yo no hacía algo en estos momentos, Naruto terminaría haciendo un juramento con Javier solo para salvarme, aunque él no sabía que después de que Javier tomará su cuerpo yo terminaría jurando para otro caído.

-Seguirás riéndote o por fin me dirás que es lo que quieres a cambio de su bienestar-respondió Naruto de forma fría.

-Ya deberías saberlo, quiero que tú me jures lealtad-lo señalo con el índice de su mano derecha-solamente eso.

-Y si yo sedo ante ti, la dejaras libre.

-Es muy posible que lo haga, pero deberás averiguarlo por ti mismo, mi amigo.

-Naruto, no puedes hacerlo, no debes hacerlo-le grito con impotencia-vete no te preocupes por mí.

-Acepto Javier-él había decidido no escucharme, se entregaría ante un caído, y eso significaba que perdería sus alas-te juraré lealtad y serás capaz de utilizar mi cuerpo, pero no serás capaz de regresar al cielo con mi cuerpo, espero que lo entiendas.

Yo no podía dejar que pasará esto, al final Naruto terminaría perdiendo sus alas por mi culpa, y no solo eso, sería obligado a dejar que alguien más controlará sus acciones por dos semanas cada año.

Flash Back

Sakura y Rin se encontraban sentadas en la sala de la casa de la segunda, ellas platicaban tranquilamente. Ambas tenían en sus manos una taza de la cual tomaban un caliente te.

-Abuela hay alguna forma de alejar a tu guardián o hacer que te lo cambien-preguntaba la chica.

-Cuando tú ya no corras peligro, tu ángel guardián es removido-ella tomaba pequeños tragos de su te-no hay ninguna forma de que te lo cambien, lo sé, intente que tu abuelo dejará de ser el mío cuando me enamore de él.

-Ya veo-dijo cabizbaja.

-Más sin embargo, hay algo que se puede hacer en caso de querer que se vaya-eso llamó mi atención-pero nunca lo podrás volver a ver nunca más, el terminará regresando al cielo, a menos que le lleguen a dar una misión de nuevo.

-Y que es lo que se debe hacer, para que eso pase-pregunto interesada.

End Flas Back.

“Debes de renunciar a él, esa es la única forma en la que se alejará ti, debes despedirlo”, las palabras de mi abuelo resonaron en mi mente, yo no sabía si ella sabría que algo así podría pasar, pero tuvo razón al decirme que algún día ello podría llegar a servirme.

-Naruto yo no puedo dejar que tu hagas eso-pensaba con total seguridad-Dannael, yo tengo algo que decir-mis palabras llamaron la atención de ambos hombres.

-Que es lo que la pequeña nephil desea decirle a su amado-se burlaba Javier.

-Dannael, yo… … ya no quiero que sigas siendo mi ángel guardián-le grite-estas despedi…

-No lo hagas, Sakura-él me había interrumpido antes de terminar y eso me había sorprendido-por favor no lo hagas, prefiero entregar mi cuerpo por dos semanas cada año, prefiero perder mis alas, pero por favor no me condenes a una eternidad en la que no pueda estar cerca de ti.

-Naruto-le dije con una lágrima resbalando por mi mejilla.

-Sakura, perdóname por ser tan cobarde y no poder decirte antes lo que siento por ti-por las mejillas de Naruto también corrían algunas lágrimas-soy un total idiota por tener que esperar a que una situación como esta me haga revelarte mis sentimientos hacía ti, yo te amo y si tu terminas esa frase y me alejas, solo te diré que no servirá de nada, porque aun así bajaré de nuevo, así deba romper con todas y cada una de las reglas que hay.

-Naruto yo también te amo-dije llorando sin importar realmente si alguien me veía y olvidando completamente la situación que se daba en estos momentos.

Continuara… …

Capítulo 11:

-Dannael, yo… … ya no quiero que sigas siendo mi ángel guardián-le grite-estas despedi…

-No lo hagas, Sakura-él me había interrumpido antes de terminar y eso me había sorprendido-por favor no lo hagas, prefiero entregar mi cuerpo por dos semanas cada año, prefiero perder mis alas, pero por favor no me condenes a una eternidad en la que no pueda estar cerca de ti.

-Naruto-le dije con una lágrima resbalando por mi mejilla.

-Sakura, perdóname por ser tan cobarde y no poder decirte antes lo que siento por ti-por las mejillas de Naruto también corrían algunas lágrimas-soy un total idiota por tener que esperar a que una situación como esta me haga revelarte mis sentimientos hacía ti, yo te amo y si tu terminas esa frase y me alejas, solo te diré que no servirá de nada, porque aun así bajaré de nuevo, así deba romper con todas y cada una de las reglas que hay.

-Naruto yo también te amo-dije llorando sin importar realmente si alguien me veía y olvidando completamente la situación que se daba en estos momentos.

-Oh pero que tiernos se ven, ambos revelándose que se aman-fingiendo emoción ante lo que había presenciado-pero que creen, eso no les servirá de nada.

Yo aún seguía creyendo que la mejor forma para terminar todo, era despidiendo a Naruto al fin y al cabo el mismo dijo que iba a regresar, no me importaba que al final yo terminará siendo castigada por Javier, todo habría valido la pena si tan sólo lo podía poner a salvo a él.

-“Ángel, espero que no sigas pensando en hacer aquello, no pienso dejarte sola”-yo de alguna forma podía escuchar la voz de Naruto en mi cabeza.

-Pero que está sucediendo-pensaba un poco afligida.

-“No debes de preocuparte soy yo, solo tú puedes escucharme”-decía de forma calmada Naruto-“es normal que los ángeles nos comuniquemos de esta manera”-lo voltee a ver y vi una ligera sonrisa en su rostro-“encontraré la forma de sacarnos de esto, no te preocupes”

-Tienes alguna idea sobre qué podemos hacer-yo… yo creo en que él siempre me mantendrá a salvo y no sólo porque esa sea su misión sino porque soy importante para él.

-“Digamos que sí, cuando me buscaron para decirme que te tenían se me hizo raro, así que debían planear otra cosa y me imagine algo así”-me contesto con un poco de tristeza-“solo deja que yo hablé con él, y confía en mi”

Flash Back.

“Si realmente quieres salvar a la Nephil será mejor que te apresures, arcángel, porque no sé si el jefe te quiera esperar mucho tiempo”. Esas palabras resonaban como un disco rayado en la mente de Naruto. Él debía darse prisa para evitar que la lastimaran o que bien Javier se aburriera de esperarlo y obligara a Sakura a realizar un juramento.

El chico rubio corría rumbo al sur de la ciudad, en donde se encontraban varios almacenes ya desocupados. Ese sitio había sido una zona industrial hace ya unos años, pero debido a la urbanización y modernización, muchos de los almacenes habían sido abandonados.

Ahí se encontraba Sakura, o al menos fue lo que le había dicho uno de los caídos que formaba parte de los subordinados de Javier. Es muy normal que alguien que no posee el poder, ni el autoestima de un líder termine sirviendo a otros, y muchos ángeles caídos si hicieron de su propio grupo de ellos.

Por un momento a Naruto le pareció divisar una sombra, la cual se le hizo muy familiar y al acercarse cada vez más, se dio cuenta que la persona parada al frente de donde él se dirigía era su amigo el azabache.

-¿Sasuke, las has encontrado?-pregunto al detenerse al lado de su amigo.
-No-negaba con la cabeza-aun no, pero este es el último lugar que me falta revisar, aunque dudo que este aquí.

-Ella está aquí-aseguro el arcángel.

-A que te refieres con que está aquí-pregunto con asombro al chico.

-Uno de los chicos de Javier, me aviso que él la tenía y me dio la dirección de este lugar-de su bolsillo saco un papel muy arrugado.

Naruto le extendió el arrugado papel a Sasuke, quien lo tomo rápidamente para poder conocer el contenido de lo que decía dicha carta.

“Hola Dannael, espero que no te encuentres muy ocupado con tus deberes, aunque debo admitir que el papel como guardián no se te da muy bien, porque de ser así yo no tendría a tu protegida en mi poder. Quien diría que el gran arcángel haría tan mal papel, jajajajaja, pero que crees hoy estoy de un muy buen humor, así que te daré la oportunidad de que remiendes tu error.

Te espero en los almacenes al sur de la ciudad, y por favor no traigas a tus amigos, o debería decir lacayos jajajajaja. No tardes.

Si de por si el papel se encontraba ya muy maltratado, ahora fue peor debido al enojo de Sasuke al ser llamado lacayo. Él ya no le servía a nadie, era libre de hacer lo que quisiera, no debía seguir más las reglas como un ángel de la muerte.

-Ese bastardo, lo voy a matar.

-Sasuke, cálmate-intentaba tranquilizar al chico.

-No me puedo calmar, el me llamo lacayo-algunas venas en sus manos se hicieron más notarias debido a la presión con la que apretaba los puños-además tiene a Sakura y si vas sólo podría pasar algo malo.

-Lo sé-suspiro el chico-pero si no me doy prisa y asisto solo como él quiere podría intentar lastimarla.

-Él tiene razón, Azrael-decía una voz que se acercaba lentamente por las sombras-si Dannael no asiste sólo podrían hacerle daño.

-Jeliel-dijeron ambos chicos a unisonó.

-Hace mucho tiempo que ya no escuchaba ese nombre, eso me trae mucho recuerdos-suspiro-pero prefiero que me llamen… …-aquel sujeto se acercaba cada vez más a la luz. Fue saliendo de las sombras mostrando a un sujeto de no más de 30 años con el cabello plateado-… Kakashi, de algún modo ese ahora es mi nombre.

-Kakashi-sensei, no lo podemos dejar ir sólo-se negaba a ceder-eso bien podría ser una trampa.

-Es una trampa, Sasuke-dijo el chico serio-creo saber bien que es lo que quiere-apretaba los puños-pero si ellos la tienen no quedará otra más que acceder a lo que quiere.

-No necesariamente-respondió calmado el de cabello plateado.

-De que hablas.

-Si lo que ese sujeto busca es a Naruto y el accede a ir-había adoptado una posición pensativa-en algún momento dejará a Sakura sola.

-Y ese es el momento en que ustedes irán por ella-dijo Naruto seriamente.

-Espera que acaso no decías que ibas a ir solo-dijo Sasuke, que a pesar de ser lo bastante inteligente, se había confundido.

-Claro que yo iré solo a encarar a ese idiota, pero ustedes se encargarán de salvarla-dijo el chico al emprender el camino.
-Entonces él será el distractor mientras nosotros encontramos el momento justo para ir por ella, no es así-dijo el chico viendo cómo se alejaba su amigo.

-Eso es exactamente lo que vamos hacer, Sasuke-dijo su maestro.

-Y yo que quería golpear a ese idiota-refunfuño antes de seguir a Kakashi.

-No te preocupes, seguro tendrás la oportunidad de “saludarlo” más tarde-aquello ultimo provoco una pequeña sonrisa en la cara del azabache.

End Flash Back.

-Pero que está haciendo el tarado de Naruto, debe darse prisa para que vayamos por Sakura-murmuraba Sasuke.

Kakashi y Sasuke se encontraban en la parte trasera del almacén, observando los movimientos de las tres personas que se encontraban en el interior de este. Al ser ángeles, ellos pudieron alcanzar a escuchar la conversación que tenían ahí dentro.

Pero habían dejado de moverse y hablar, tras lo que Javier había dicho. Seguramente el rubio estaba intentando calmar a Sakura, que de alguna forma estaba un tanto alterada desde que el rubio apareció obviamente ella no sabía del plan que habían formado. Aunque ellos tampoco se esperaban ser observados desde lejos por varios sujetos.

-Pero mira quienes están ahí-dijo un caído mientras se pasaba la lengua por labios, saboreando la futura pelea-a esos dos debemos darles una lección por estar espiando, asuntos que no les incuben.

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-Y si los enamorados por fin han terminado de despedirse, me gustaría pasar a algo que realmente sea importante-se alejaba paso a paso de donde se encontraba Sakura-¿Y bien? ¿Harás lo que yo diga?

-Pensé que te había dicho que sí, no es cierto-respondió el joven-yo, Dannael, arcángel de la Justicia desde este momento juro servir, obedecer y ceder mi cuerpo a Anael… …

Naruto había sido interrumpido por la risa que se comenzaba a escapar de la boca de Javier, al parecer algo de lo que acontecía en esos momentos le provoca demasiada risa. El en su mano seguía llevando la daga que hace pocos instantes estaba colocada en el cuello de Sakura.

-Vamos Dannael, acaso me crees muy tonto-su risa desapareció en un instante-que tú, un arcángel realice un juramento así no tiene ninguna validez… …a pesar de que des tu palabra, ambos sabemos que se necesita algo más importante que eso.

Sin esperar ni un solo momento más y sorprendiendo a Sakura por su reacción ante el próximo juramento de Naruto, arrojo la daga hacia el rubio a pesar de la poca distancia que lo alejaba de él.

-Tu sangre es la que realmente me interesa-el rubio tomo la daga sin ningún problema a pesar de la velocidad en ella-y la que realmente es importante.

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-Este es el momento, vamos Sasuke-dijo el peli plata arrojándose al interior del edificio por la ventana.

-Hai-dijo el chico siguiendo a su maestro.

Ambos se acercaban sigilosamente a la posición donde se encontraba la chica. Cabe mencionar que ella seguía sorprendida por la forma en la que todo se había desarrollado, que ni siquiera se había dado cuenta que a su lado se encontraban su abuelo y su amigo, de cierta forma su mejor amigo.

-Sakura-dijo Kakashi haciendo reaccionar a la chica-debemos salir rápidamente de aquí.

-Abuelo, Sasuke-dijo ella apenas reaccionando.

-No hay momento para saludos, Sakura-dijo el azabache seriamente-sino nos damos prisa en salir de aquí, Dannael estará en problemas.

-Pero no podemos dejarlo solo-respondió ella-debemos ayudarlo, él está intentando salvarme, arriesga todo lo que es por mí y no puedo dejarlo atrás.

-Entiendo que no quieras dejarlo, pero debes entender el porqué de sus acciones-le respondió Kakashi con calma-mientras tu estés en peligro, mientras sigamos aquí… … él no tiene más opciones que jurar, pero estando tu a salvo todo termina.

-Nada va a terminar-se escuchó una voz desde las penumbras-o mejor dicho, nada terminará bien para ustedes.

Los tres habían sido rodeados por más de 20 ángeles caídos, que se encontraban lo bastante divertidos por la situación en la que se encontraban. Al parecer el tener enfrente a dos caídos como ellos y claro a la Nephil más importante, a la que aún podían hacer jurar, era como estar en navidad.

Tantos buenos trofeos, tres grandes regalos que nadie sabía a quién realmente quería. Tal vez si alguien era lo bastante valiente y audaz, intentaría quitarle su objetivo a Javier, pero antes de tan siquiera pensar en algo así debían encargarse de ellos. Al final de cuentas, el que tuviera a la chica, tendría la oportunidad de tener al arcángel.

-Hey Javier, no te parece que eres demasiado arrogante y ambicioso, como para querer quedarte a Dannael-grito desde atrás un caído de cabello oscuro, piel blanquecina y unos ojos que asemejaban a los de una víbora.

-Orochimaru, perdona que no te pueda atender-el chico no siquiera volteaba a verlo-pero por si no te has dado cuenta estoy lo bastante ocu…ocupa…ocupado.

-Te digo que eres bastante arrogante, Javier-el pelinegro estaba detrás del chico.

De la boca de Javier se asomaba un líquido rojo, este no podía evitar el toser y cada vez que lo hacía más sangre escapaba de su cuerpo. Orochimaru se había acercado a una velocidad impresionante al chico, que este no tuvo ni una oportunidad de reaccionar. Las fuerzas dejaban el cuerpo del chico provocando que cayera al suelo. Una daga se encontraba enterrada en su espalda, a la altura en la que sus cicatrices deberían estar.

-Lo bastante arrogante como para darme la espalda a mí, idiota-su lengua recorría sus labios con excitación-no crees que soy un mejor candidato para controlarte, Naruto-kun.

Naruto no se había movido ni un ápice de su lugar, no le había sorprendido la acción que había realizado Orochimaru, de cierto modo sabía que algo así terminaría pasando. Obviamente Javier había tenido como subordinado a uno espía de Orochimaru, lo que de alguna forma lo molestaba era que terminará siendo aquel sujeto el que ambicionará el poder.

-Orochimaru, no esperaba que estuvieras por estos rumbos-dijo el chico más serio que antes y con la daga bien sujeta en su mano.

-Vamos Naruto-kun, es completamente normal que me encuentre hoy aquí-dijo conversando con el chico de buena gana-no puedo perder la oportunidad al tenerlos reunidos a ustedes tres aquí y la chica es un bonus extra.

-No te atrevas a tocarla-dijo el rubio furioso.

-Yo no planeo hacerlo, no te preocupes-le sonrió al chico-pero no creo que ellos estén dispuestos a dejarla, a menos que tu cooperes.

Sin advertencia alguna Naruto se había lanzado a pelear contra los subordinados de Orochimaru, pero antes de tan siquiera alcanzarlos para ayudar a Sasuke y Kakashi, Orochimaru lo había interceptado obligándolo a pelear con él.

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No podía creer lo que estaba viendo con mis propios ojos, el abuelo y Sasuke estaban peleando contra una multitud de caídos que seguían ciegamente a uno sólo. A alguien tan despiadado que no había dudado ni un momento en atacar a Javier por la espalda, lo cual había sido muy efectivo, porque hasta ahora él seguía tirado en el piso retorciéndose y derramando una gran cantidad de sangre.

Tal parece que la única forma de detener a un caído es atacándolo por la espalda, pero porque, ¿Por qué justamente ahí?, seguro que de haberlo sabido con anterioridad ese hecho me habría ayudado para librarme de ellos.

Estoy lo bastante segura de que ese debe ser el punto débil de todos, ya que todos intentan golpear la espalda de mi abuelo y de Sasuke, todos tienen el mismo objetivo, bueno todos menos aquel sujeto con ojos de serpiente. Él no parece tener un objetivo en específico, pero ¿Por qué?

-Sakura cuidado-resonó un grito por el edificio.

Al escuchar el grito de Naruto volteo rápidamente viendo como un sujeto se acerca rápidamente hacía mí y sin pensarlo dos veces intento esquivarlo, lográndolo apenas y golpeando su espalda con la silla que se encuentra a mi lado, lo cual parece ser bastante efectivo, debido a que una parte de la silla se enterró muy cerca de donde se deberían encontrar sus pulmones.

Y es entonces que todo llega a mí de una forma rápida, la razón de que se pueda lastimar a los caídos al golpearlos en esa parte del cuerpo, es debido a las cicatrices que ganaron al perder sus alas. Y esa debe ser la razón por la que no sirve de la misma forma con Naruto, que con los demás.

Pero de nada me sirve realmente el conocer eso, yo…yo a pesar de ser lo que soy… a pesar de mi condición como Nephil, soy un completo estorbo para luchar y ayudarlos, no sé porque a pesar de tener en cuenta que yo me encontraba en problemas nunca se me ocurrió que aprender a pelear sería de utilidad.

Si se me hubiera ocurrido, hubiera podido evitar todo lo que está pasando. El abuelo y Sasuke no tendría que estar peleando contra todos esos sujetos, no estarían cansados, ni agitados y Naruto no tendría por qué haber tomado la decisión de arriesgar sus alas y su libertad solo por una inútil como yo. Alguien que solo es capaz de llorar por ellos en un momento como este.

-Lamento el tener que interrumpirlos, en tan divertida pelea-alcance a escuchar una voz sarcástica-pero el que unos caídos amenacen la existencia de un arcángel, es tomado como traición ante el cielo, ante nosotros y ante el creador.

Cuando alce la vista hacia una parte del techo la cual se encontraba ya rota, solo alcance a ver una silueta con dos alas desplegadas a los costados, no era posible ver la cara, su forma de vestir, el color de su cabello y mucho menos su color de ojos, debido a que la luz que se encontraba detrás de él, me deslumbraba.

-Hermano-alcance a escuchar a Naruto.

-Espero que todos sepan cual es el castigo por sus acciones-el hermano de Naruto arrojo algo al cielo, me parecía que eran ¿plumas?, con un solo movimiento de su brazo todo comenzó a quemarse-el infierno es el único lugar para seres como ustedes.

Y tan pronto como había llegado se fue, todos los caídos a excepción de mi abuelo y Sasuke, habían desaparecido también, eso quería decir que todos ellos habían muerto. Todo por seguir a un loco obsesionado con el poder que fue tan idiota en desafiar a un arcángel. Javier también había desaparecido.

-Es hora de irnos de aquí, ángel-me dijo Naruto al tomar mi mano y entrelazar la suya con la mía.

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No tardamos mucho en llegar a mi casa, la gran parte de este recorrido lo había pasado en la espalda de Naruto, quien se ofreció muy amablemente a cargarme. Ya que aunque no había participado en ningún momento en la pelea, mi cuerpo no se encontraba muy bien.

En casa, o mejor dicho en mi cuarto se encontraban Shikamaru e Ino, ambos estaban bastante preocupados, tanta era la impotencia que debió sentir Ino, que justo en el momento en que mis pies tocaron el suelo de mi habitación, ella me embistió con un gran abrazo que termino por tirarnos a ambas.

-Me tenías muy preocupada, Sakura-ella lloraba en mi hombro y yo solo podía acariciar su espalda-acaso cada Jeshvan tendré que ponerte un cascabel para saber dónde estás.

-Creo que un GPS sería mejor, Ino-solté aquella broma al igual que varias lágrimas.

-No es que quiera arruinar su gran y emotivo, pero creo que lo mejor será que nos vayamos-hablo por primera vez Shikamaru-después de todo, el que nos encontremos todos aquí, puede levantar sospechas y tus padres no saben nada de esto.

-Shikamaru tiene razón, será mejor irnos ya mañana podremos hablar de esto-dijo Kakashi al salir por la ventana-además Sakura necesita descansar y yo debo ir con tu abuela para contarle todo.

-Supongo que a partir de ahora retomaras tu puesto de vigilancia no es así, Naruto-dijo Sasuke quien era el último en salir por la ventana.

-Así es, no me volveré a mover de aquí-dijo Naruto que aún seguía a mi lado.

-Ok, que descanses, Sakura-se despidió para desaparecer.

Ahora yo me encontraba a solas con Naruto, el parecía bastante tranquilo pero a mí me inquietaban algunas cosas. Una de ellas era aquel sujeto al que Naruto había llamado hermano, pero lo que yo quería saber era otra cosa.

-Naruto, me podrías contestar algunas dudas-le dije al levantarme del suelo.

-Será un placer el poder responderte lo que quieras, ángel-él me sonrió en el momento en que se sentaba en mi cama y me señalaba con su mano que me sentará a su lado.

-El chico de hace rato, quien era.

-Uno de mis hermanos, por decirlo de algún modo-suspiro-él al igual que yo es un arcángel, es normal que haya venido después de todo, un arcángel estaba en peligro, pero hay algo que me molesta de todo esto.

-El que-tenía curiosidad.

-Normalmente cuando un ángel guardián comienza a mostrar una señal de enamoramiento por su protegido o confiesa ese amor, es considerado como traición-él se encontraba analizando las cosas-y es peor si tan sólo tiene pensado el traicionar las reglas, entonces porque no hizo nada más, que solo enviarlos al infierno a ellos.

-Quieres decir, que por tus palabras y acciones de esta noche, pudiste haber perdido ya tus alas-dije sorprendida por lo que él decía.

-Sí, pero no me hubiera molestado perderlas, con tal de que tu estuvieras a salvo, ángel-me perdí completamente en sus ojos los cuales habían adquirido un brillo intenso.

-Naruto, esta fue la primera vez que me hablas con el pensamiento-le pregunte aun perdida en ese brillo.

-No, ángel, no ha sido la primera vez-me sonrió-y no tengo planeado que sea la ultima tampoco.

Aquella respuesta me había hecho sonrojar hasta las orejas, creo que mi cara alcanzo un tono de rojo tan intenso, que la luz de un semáforo y hasta el color de un jitomate estarían opacados con la luminidad de mi cara.

-Sakura, con todo lo ocurrido el día de hoy, yo al final eh podido tomar una decisión-él se había puesto serio y además había tomado mis manos entre las suyas-yo, no deseo alejarme nunca más de tu lado y solo conozco una forma para que eso pase, y tampoco quiero que corras por lo mismo cada año-de su chamarra él había sacado una daga, la misma que Javier le había arrojado, él la tomo y con ella corto su palma haciendo brotar una línea de sangre-yo, siendo Dannael, el arcángel de la justicia juro que nunca me alejaré de Sakura Haruno, que el amor que poseo por ella es igual de eterno que mi propia existencia y que la protegeré sin importar que, de no cumplir con ello mi vida podrá ser arrebatada de la peor forma en que se desee proceder, esto es un pacto sellado con mi sangre-el extendió su mano.

-Yo, Haruno Sakura, juro que el amor que siento hacia Dannael, arcángel de la justicia, es igual de eterno que el mismo, que nunca me alejaré de su lado y que lo protegeré sin importar que, de no cumplir con ello mi vida podrá ser arrebatada de la peor forma en que se desee proceder, esto es un pacto sellado con mi sangre-tome la daga que se encontraba en la mano de Naruto y corte mi palma, de esta forma su sangre y la mía se mezclaron como una sola.

-Sabias que tú eres igual de eterna que yo, solo que mucho más joven-su mano que se encontraba libre acuno mi mejilla, sumiéndola en una sensación de calidez por su caricia-los nephilims son inmortales también y esa habilidad solo la consiguen cuando realizan un juramento-fue acercando su rostro al mío acabando con la distancia que nos separaba-y ya que de una forma estamos unidos el uno al otro-se quedó observando nuestras manos-no veo porque no puedo hacer esto-y sin más sentí como sus labios se posaban en los míos.

El beso me había tomado por sorpresa, pero cuando esta se fue, no dude ni un momento en corresponderlo. Para ambos había sido nuestro primer beso, el mismo me lo confeso cuando nos separamos, pero eso no acabo ahí.

Supongo que era tanto el amor que ambos sentíamos por el otro, lo que provoco que sin dudarlo nos entregáramos al otro. Ambos necesitábamos unirnos en más de un sentido y hacerlo con un juramento no era la única manera en que lo haríamos.

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-Sakura, te necesito, más de lo que en algún momento pensé que necesitaría a alguien-el rubio besaba cada rincón del rostro de la chica-te amo.

-Y yo a ti, Dannael-ella estaba sumida en el placer que cada beso provocaba.

-Para ti, siempre seré Naruto-el alcanzó los labios de la peli-rosa para devorarlos con la pasión que su cuerpo, corazón y alma sentían.

A cada momento la pasión que sentían el uno por el otro se intensificaba más, lo besos se hacían más apasionados, mas hambrientos. Las manos que en su momento se habían encontrado estáticas comenzaron hacer sus recorridos, las de ella se encontraban en su cabello y pasaban a su espalda, mientras las de él iniciaban en la espalda y terminaban bajando hasta donde esta perdía su nombre, recorriendo también sus muslos.

Si en un momento se encontraron conformes con recorrer el cuerpo del otro a través de la ropa, aquello se volvió una inconformidad. Naruto metió su mano bajo la blusa de la chica y con su mano fue tocando su vientre plano, hasta llegar a sus pechos. Las caricias hacían estremecer el cuerpo de la joven.

Ella quería sentir su piel junto con la del chico y el parecía querer los mismo. Sus prendas fueron desprendidas lentamente por el otro, primero las partes superiores. En una de ellas el rubio tuvo problemas, los cuales ayudo a solucionar la chica, si en un momento el haber tomado los pechos de la chica a través del sujetador había genial, el tomarlo sin ninguna prenda que estorbará era mejor, y placer en ella se intensificaba.

-Tu piel es muy tersa y suave, ángel, mi ángel-dijo el chico sin dejar de mover sus manos sobre los pechos de ella.

El actuaba y se movía instintivamente, todo lo que hacía era movido mediante el placer que ella sentía, quería saborear la piel de la chica al igual que lo había hecho con su boca. Comenzó a besar sus hombros, clavícula bajando hasta sus pechos; con su boca le provocaba más placer. Decidió comenzar con el pezón derecho de la chica y con su lengua lo lamia como si fuese un dulce, le dedicaba su tiempo y atención, sin desatender el otro, poco después cambio de lado.

Sakura no podía parar de gemir por el placer que Naruto la hacía sentir, el chico no paraba y era incitado por aquellos sonidos que dejaban notar el placer que la chica sentía. Para Sakura no pasaba desapercibida aquella parte de la anatomía del chico, que ya se encontraba muy dura por la excitación que el también sentía.

Pronto sus zonas pélvicas comenzaron a frotarse inconscientemente, esto solo provocaba más placer en ambos. Al parecer ambos chicos necesitaban sentirse juntos, unidos como uno solo y fue cuando terminaron ambos completamente desnudos, contemplándose el uno al otro.

-Eres completamente perfecta para mí, ángel-dijo el chico para volver a besarla.

-Naruto, te necesito en mí, por favor-dijo la chica tan pronto como se separaron.

Ella abrió sus piernas para que el rubio pudiera acomodarse bien, se encontraba muy excitada y por ende estaba bastante mojada lo que ayudaría a que la penetración fuera más fácil.

-Estas lista-ella asintió.

Él inicio con la penetración de forma lenta, para evitar que ella no saliera lastimada, pero en un momento su avance se vio interrumpido, miro a Sakura, quien con la mirada le dijo que avanzará y así lo hizo, lo que provoco que el himen se rompiera, que los ojos de ella se abrieran un poco por el dolor, que se asomaran lágrimas de ellos, y que un poco de sangre saliera de su interior. El muchacho se preocupó por haberle hecho daño, e intento salir, pero esto fue imposible ya que las piernas de la chica se lo impedían.

-No te preocupes, estoy bien-le dijo besándolo-solo necesito acostumbrarme a sentirte dentro de mí.

Tan pronto como ella estuvo lista, el chico comenzó con las embestidas, primero lentamente para evitar lastimarla, pero conforme el placer crecía en ambos se fueron intensificando. Los dos no paraban de gemir por el placer en el que se encontraban, era algo nuevo, nunca antes experimentado, pero que sabían que no se cansarían de experimentar, y bueno ellos tenían mucho tiempo para disfrutar de ello.

Debido a la poca experiencia de ambos y obviamente falta de práctica los dos terminaron por llegar al clímax, al éxtasis de placer en dos minutos, después de ello el silencio reino en el cuarto de la joven rosada. Ambos habían caído agotados, fueron tomados por Morfeo; el dios del sueño, abrazados y unidos en más de un sentido.

Continuara… …