"Cambios"[C][+16][28/09/12]

Instituto


Konoha, una ciudad un tanto pequeña ubicada en Japón. Ahí comienza toda la historia, amor, desamor, risas, felicidad, tristeza, alegrías, infelicidades, emociones que identifican una parte crucial de nuestras vidas, la adolescencia. La adolescencia es una etapa muy bonita, pero muy triste cuando sabes que al empezar a madurar ya todo no es como lo veías antes, cuando te das cuenta que tienes la edad suficiente para depender solo de ti y eres capaz de tomar tus decisiones; una etapa que de pequeños todos anhelan pero que al estar en esta solo quieres volver a ser ese niño pequeño que jugaba con todos los demás sin importar si los conocía o no, que no se preocupada por cómo vestirse o por cómo mantenerse a si mismo… Todo era mucho mejor cuando no tenías problemas emocionales ¿O no?


Un día tras otro, desde que comienzas el maternal hasta la secundaria todo se vuelve una monotonía, lo único que cambia son los nombres de los días y las estaciones. Comienza una nueva mañana, estas en pleno invierno, te levantas, te duchas, te cepillas, te vistes, te arreglas y desayunas, tomas todas tus cosas y estas listo para volver a la monotonía que las instituciones de educación nos tratan de implantar para decirnos que todos somos iguales. Si se supone que todos somos iguales ¿Por qué te dicen siempre que eres mejor que los demás y que eres alguien diferente cuando te obligan a ser igual que todos para solo mantener una “sociedad”?


Y si… ¿La monotonía cambia cuando te cambias de instituto? Entonces puede que sea divertido ir a la escuela…
Claro, de vez en cuando.


-¡Oka-San ya me voy!- el grito de la chica resonó en las paredes vacías de la casa, entonces se fue a la puerta principal, mientras tomaba sus llaves y leía una nota que le habían dejado en la puerta


“Sakura, ya me fui a trabajar, siento que no pueda llevarte a la escuela,
o siquiera acompañarte, pero hoy es mi primer día en este trabajo y
me gustaría llegar temprano para poder salir antes y estar en la cena
contigo. Suerte en tu primer día.
Yumi”


-Supongo que hoy tendré que preparar la cena antes- La chica doblo la nota y la guardo en un cajón de una cómoda cerca de ahí y salió.


Después de colocarle seguro a todas las puertas de la casa, se fue directo a donde era su nuevo instituto. Mientras caminaba miraba todo el camino, no era nada parecido a done ella vivía antes. En su anterior casa todo era agitado, movido, muchos ruidos molestos; pero ahí todo era tranquilo y pacifico, justo como la hija de una compañera de su madre le había contado que seria, sería fácil acostumbrarse a ese ambiente.


Un rato después de caminar tanto ya estaba frente al instituto, no habían muchas personas fuera, puede que hubiera llegado tarde ó llego muy temprano, decidió entrar e ir a su supuesto salón, tardo solo unos minutos en encontrar el edificio donde se encontraba la secundaria, cuando dejo sus zapatos y empezó a subir las escaleras al cuarto piso alguien que venía corriendo por el pasillo de y que al parecer iba a tomar la escaleras le cayó encima y rodaron por todas las escaleras hasta llegar al primer piso.


-¡OYE! ¡¿Qué no miras por dónde vas?!- Le grito la chica toda alterada, mientras se levantaba del suelo apunto de golpear a esa persona.

-Gomen Gomen pero…- El chico se levanto y miro a las escaleras, seguido de tomarle la mano y empezar a correr.

-¡HEY! ¡¿Qué te pasa?! ¡¿Acaso estas loco?! ¡SUELTAME!- Dijo la chica a la vez que trataba de soltarse.


El no le contesto, y solo siguió corriendo hasta llegar un pasillo donde yacían una maquinas dispensadoras, lo bastantes grandes como para esconderlos a ambos, el chico corrió hasta ellas y se escondió atrás de estas, vigilando hacia atrás como si fuera perseguido por un demonio.


-... ¡¿Y a ti que te pasa?! ¡Primero me caes encima, luego me secuestras después de caer y me tras aquí! ¡Y NI LAS DISCULPAS PIDES!- Le grito ella casi rompiendo el tímpano de el.

-Oye, oye, ya tranquilízate- respondió el mientras se daba vuelta para verla.

-¡No me voy a tranquilizar! ¡Capaz ahora llegue tarde a clase!- Le volvió a gritar mientras se acomodaba su uniforme un tanto desaliñado para ir a clases.

-Aun no comienzan las clases tranquilízate- Opino él mientras volvía a mirar en la dirección por donde ellos habían llegado.

-¡NO! ¿Por qué corrías? Y ¿Por qué me trajiste hasta acá?- pregunto ella bajando la intensidad de sus gritos mientras se terminaba de acomodar.

-Je je –el chico se volteo mientras se rascaba un poco la cabeza -Le hice una pequeña broma a la directora… Y me estaba persiguiendo. Y cuando te tumbe pensé que le dirías y tendría más problemas- respondió el mirándola un poco.

-Baka… Ya que parece que nadie te persigue me iré, y no le diré a…- Ella estaba dispuesta a irse pero él la interrumpió.

-Qué lindo cabello tienes- dijo como si nada él, mirando el color rosa que poseía el cabello corto de ella.

-Ah… Gracias- Respondió ella un tanto atolondrada a lo que parecía un alago, si es que se podía llamar así. Entonces lo miró tenía unos lindos ojos azules y una cabellera rubia toda alborotada, seguro por tanto correr.

-Soy Na…- El rubio se dispuso a hablar pero ahora un grito más fuerte que el de ella aturdió todos los pasillos cercanos, llegando a ellos.

-¡UZUMAKI!- El grito era fuerte y la voz era femenina, pero tras el tono femenino se sentía un aura oscura.

-¡Nos vemos!- le dijo el rubio a ella empezando a correr.


Lo vio correr un tanto extrañada, y poco después vio a una mujer rubia caminando a zancadas con una mirada de mil demonios, se acerco a ella un poco mientras la rubia tomaba de nuevo su cordura y su mirada se volvía seria.


-¿Usted es la señorita Tsunade?- Le pregunto ella, suponiendo que era la directora.

La rubia asintió mientras veía a la chica como si le conociera de antes.

-Soy Haruno Sakura, mi madre e…- Antes de poder terminar de presentarse la rubia la interrumpió.

-¿La hija de Haruno Yumi cierto? Qué alegría verte, te vi cuando eras una bebecita- se alegro ella mientras le daba una palmada en la cabeza.

-Me alegro igual, mamá me dijo que la viera antes de entrar a clases pero creo que…-de nuevo volvió a ser interrumpida por la rubia.

-No podemos hablar ahora Sakura, es tarde para tu clase y tengo asuntos pendientes, hablaremos luego- interrumpió nuevamente dejándola hablando sola mientras, seguro iba tras el chico rubio.

“Bien… Al menos no me volvió a dar una palmada como a un perro” pensó mirándola irse de nuevo a zancadas.


La rosada volvió a subir hasta el cuarto piso y se dirigió hasta su salón de clases, al tocar la puerta nadie respondió entonces se dispuso a entrar y vio como todos se sentaban y el profesor sacaba sus libros y marcadores. Se acerco al profesor y le dio una nota escrita por Yumi donde explicaba que ella era una estudiante transferida.


-Así que eres la estudiantes transferida…- apunto el profesor sentándose en su silla- Ya que la clase comenzó, preséntate.

-Está bien- se dio media vuelta y miro a todos los demás sentados, entre ellos vio a la hija de la amiga de Yumi entonces sonrió- Fui transferida de una escuela de Tokio, un gusto conocerlos, mi nombre es…

Antes de poder terminar la puerta se abrió de golpe, y alguien cayó sobre ella mientras un grito de furia venía acompañado con él. Solo antes de caer ella vio a la persona, y vio una cabellera rubia alborotada, una igual a la del chico anterior, y entonces vio sus ojos… Ese chico sí que tenía los momentos oportunos y las formas más extrañas para aparecer.

Ese día, ella había comenzado con el pie izquierdo.

-“……”- Diferentes idiomas al japonés

Un duro día



Todo estaba en silencio… Los demás solo miraban la escena, algunos querían morir de la risa otros, no tanto, y algunos estaban que reventaban de la furia, entre ellos, estaban dos personas, una rubia junto a una pelo rosa. Y una persona quería morir ahí mismo, un rubio que ahora posaba sus manos en unas partes un tanto vergonzosas para la chica que se encontraba contra el suelo.


-… Tu- su mirada era moribunda, lo cual lo asustaba aun más sin quitar el hecho de que estaba más que roja de la furia que de la pena-

-¡QUITA(LE) TUS MANOS DE ENCIMA!- tanto como la rubia como la pelo rosa estaban a explotar.

-Ah yo… eh... ¡Gomen, Gomen Esa no fue mi intención!- el rubio empezó a levantarse, moviendo las manos, y aun así dos demonios estaban atrás de su pellejo.

-¡AHORA SI TE PASATE UZUMAKI TE VIENES CONMIGO DE UNA VEZ!- segundos después la rubia jalaba lo más fuerte que podía de la oreja de él, sacándolo del salón a rastras.

-¡ITAI ITAI! ¡POR FAVOR TSUNADE OBAA-SAN NOO!- los gritos se hicieron más y más fuertes, y mientras más se acercaban a la oficina directiva, mas llorosos.

Mientras, la pelo rosa se levanto del suelo, tomo aire y se reacomodo, lo más seguro era que había sacado su parte agresiva y se había salido de control, pero fingiendo que nada había pasado seguro todo estaría bien. Al estar de pie y bien acomodada, suspiro por última vez y miro al profesor, el cual estaba mirando un libro sin prestarle mucha importancia a lo que había pasado, después miro a los demás en el aula y quiso morir al ver las caras de burlas que muchos trataban de ocultar con sus manos, aunque dio gracias al ver a algunas personas que al parecer se comportaban de forma más “madura”.


-Bien… Ehm… ¿Lo siento? Aff no importa. Soy Haruno Sakura, y espero que nos podamos llevar bien- no dijo más y se sentó en uno de los puestos vacios que había en una de las esquinas del aula, a un lado de uno de los ventanales.


El profesor saco su mirada de su libro y se levanto, con una tiza empezó a dar la clase, a la vez que comenzaba a escribir. Así pasaron 70 minutos, el profesor no paraba de hablar y de escribir. A punto de terminar la clase la puerta del aula se abrió, y un chico alto de cabello rojizo con el uniforme, un poco extraño, tenía algo diferente, entro al aula, se acerco al profesor y le dio un papel. La clase se detuvo mientras el profesor salió a charlar con el chico, minutos después con solo 20 minutos de clase el profesor volvió a entrar y empezó de nuevo con la clase hasta que esta acabo y todos empezaron a salir, a excepción de la pelo rosa que fue detenida.


-Haruno Antes de que salgas hablemos un momento- el pelo plata se sentó mientras colocaba una planilla a una esquina de su escritorio miraba a la chica esperando que se aproximara a él.

-Claro Sensei…- ella se él acerco y lo miró mientras este le cedía la planilla -¿Esto es para?- miró confundida el papel sin prestarle importancia a lo que estaba escrito en el.

-Para las clases opcionales que quieras tomar, a pesar de que entraras a mitad del año tienes todo el derecho de tomar cualquier clase opcional que quieras al igual que todos, y también están todos los grupos de artes, deportes en los que quieras entrar, no son obligatorios, así y soy Hatake Kakashi- por un segundo pareció haber sonreído, pero por una extraña banda que tapaba la mitad de su cara no era muy seguro si estaba sonriendo.

-Bien Kakashi-Sensei, gracias por esto- dijo tomando y guardando la planilla y en su mochila – Y si ya es todo… ¿Me puedo ir?- Cerró su mochila rápidamente esperando un Si.

-Pues, antes de que salgas, me gustaría que conozcas a otro alumno, que al igual que tu es nuevo, y como ambos poseen el mismo horario creo que es buena idea que ambos por lo menos hoy estén juntos para adaptarse y lograr llegar a sus clases- dijo volviendo a sonreír a la vez que miraba a la puerta – Sasori ¿Puedes entrar?


Y otra vez el chico pelirrojo entro al aula, miro un momento al profesor y después a la pelirrosa por unos segundos, volviendo su atención al profesor mientras se sacaba un auricular del oído y una música algo extraña sonaba en un tono bajo, pero aun así capaz de ser escuchado por Sakura y el profesor.


-Bien, Sakura el es Akasuna no Sasori, es extranjero. Sasori ella es Haruno Sakura, es nueva al igual que tu pero a diferencia ella es de Tokio- dijo volviendo a “sonreír” mientras sacaba de uno de sus bolsillos un librito el cual comenzó a leer.

-Es todo un gusto- dijo el pelirrojo con un extraño acento mientras tomaba la mano de Sakura y después de estrecharla suavemente hizo una pequeña mueca con la boca como una sonrisa.

-Igual…- casi que no podía articulas nada más, ese chico era extremadamente… ¿Raro? y muy amable, nada parecido a cualquiera que ella pudo haber conocido alguna vez conoció.

-Ya que se conocen, Sasori ¿Tienes el horario que te di cuando entraste a clase cierto?- el pelo plata parecía no prestarles mucha atención en comparación a la lectura fija que tenia sobre el librito extraño que estaba entre sus manos.

-Si Sensei… - dijo el pelirrojo colocándose nuevamente uno de los auriculares en sus oídos, a la vez que sacaba un papel doblado de sus bolsillos.

-Entonces, Sakura sácale una copia que ese también es tu horario, y ya que ninguno de los dos conoce muy bien la escuela atrás del horario están las direcciones de cada aula, ahora vallan a desayunar que s eles hará tarde para su otra clase- el peli plata no dijo más nada y solo señalo la puerta, usando como excusa la hora de entrada para echarlos del aula y leer tranquilamente su librito tan peculiar.


Ambos salieron y empezaron a caminar en dirección de la otra aula, el chico le había dado el papel a la pelo rosa, esta leía la dirección en voz alta mientras iban mirando los pasillos, y aun así el chico parecía no darle importancia, ya que no estaba tan atento como ella del camino, y solo movía los labios como si estuviera hablando consigo mismo o como si siguiera la letra de una canción. Tomando en cuenta que el camino parecía ser largo y que había un silencio horripilante como de película de terror, Sakura recordó la música extraña que había oído, cuando el chico se saco uno de los auriculares y comenzó un tema de conversación.


-Nee… Sasori ¿cierto?- rompió el silencio ella, el se quito de nuevo un auricular.

-Si- al quitarse el auricular, la miró, un frio intenso recorrió la espalda de ella.

-¿Qué es eso tan raro que escuchas?- ella no le devolvió la mirada, solo con ver sus fríos ojos una vez le bastaba para saber que aparentemente el no quería ser molestado.

-Se llama Rap, es un tipo de música- dijo y desvió su mirada hacia las paredes bien pulidas del instituto.

-Conozco que es el rap- rezongo molesta por la forma en la que le había respondido –Hablo de la música… De porqué suena así… Y si no te molesta me gustaría una buena respuesta que no sea tan cortante- dijo calmando su furia, lo menos que quería era golpear a ese chico.

-Bien, esta en español, por eso es que suena así- respondió mirándola esperando alguna reacción como normalmente veía en muchas personas, pero le impresiono ver su cara de asombro é interés.

-¿Entiendes el español?- pregunto muy asombrada, mirándolo con algo de interés, al parecer él no era un chico tan raro.

-Sí, vengo de España por si no te lo dijo el profesor- dijo desinteresado, mirando los nombres de algunas aulas que iban pasando.

-Wow… ¿Eres Español? Pero… No tienes tanta cara de serlo- dijo mirándolo con más interés, era muy extraño para ella conocer a un chico así.

-Mi padre es japonés, mi madre española, por eso no me veo como Español- respondió secamente mirándola.

-Bien, supongo. Puedo… ¿Escuchar un poco?- pregunto un tanto dudosa de la respuesta de él.

-Está bien, pero no entenderás nada- él le próximo uno de los auriculares y ella se lo coloco en uno de sus oídos.


-“Sobran las palabras cuando hay tantos sentimientos
Faltan besos y caricias cuanto amor en poco tiempo
Estuve a punto de perderte y yo sin verte sufrir
Estuve con tigo en mis sueños desperté y
Te perdí “-


-Que idioma tan raro- rio un poco y le devolvió el auricular.

-No es raro, si lo entendieras no pensarías eso- le dijo tomando la hoja del horario mientras giraba en uno de los pasillos seguido por ella.

-¿Me enseñarías entonces? Se ve divertido- pidió viendo los nombres de los diferentes salones.

-No lose… Lo voy a pensar- dijo fríamente mientras miraba las paredes tranquilamente.


Siguieron caminando alrededor de 15 minutos hasta que encontraron el salón, tocaron la puerta y entraron. Estaban en un laboratorio, los demás en batas con lentes de protección y comenzando con la clase, mientras ellos estaban ahí parados en la puerta, con poca importancia a lo que los demás hacían, entonces alguien los empujo un poco.


-Gomen, venia corriendo y no los vi- dijo una voz conocida para la pelo rosa y el pelirrojo.

-Así que ustedes dos son los estudiantes nuevos… Pues lo siento pero la clase comenzó hace 10 minutos así que se quedaran afuera, y… Usted Uzumaki…- un profesor con un cigarrillo y lentes de protección los miraba un tanto molesto – que sea la última vez este mes que se queda afuera en mis clases.

-Pe-pero Asuma-Sensei, Tsunade Obaa-chan no me quería dejar venir a clases! Me tenía en el salón de castigo desempolvando los estantes y ni siquiera me dejo desayunar- Excusaba el rubio llorando por la supuesta hambre que tenia.

-¡NO ME IMPORTA ASI QUE AFUERA!- grito el profesor señalándoles la puerta a los tres con una cara de pocos amigos.


Los tres un tanto asustados salieron del salón y se quedaron afuera, la pelo rosa se apoyo en una de las paredes y segundos después recordó algo… Tenía que asesinar a ese rubio, entonces lo vio dándole un abrazo al pelirrojo.


-¿Se conocen?- pregunto la pelo rosa mirándolos un poco extrañada.

-Claro, somos primos- Dijo el rubio sonriendo, volviendo a la realidad a la pelo rosa.

-… ¡TU!- segundos después el rubio estaba estampado contra un casillero que antes estaba a tras de él, y la pelo rosa estaba en el punto donde este antes se encontraba parado, con un puño levantado -¡ERES UN PERVERTIDO!

-Gomen… -dijo el rubio con las pocas fuerzas que le quedaban mirando a la pelo rosa algo asombrado.

El rubio y el pelirrojo miraban a la chica con gran asombro, ella tenía una fuerza descomunal que ellos jamás habían visto en nadie… Ahora si la hacían molestar sabrían el significado de D-O-L-O-R completamente.

Este sin duda… Sería un muy largo día