Cazar, devorar, bañarse y olvidar [+18] Capítulo 8 (18/09/2014).

¿Se han preguntado alguna vez que me hace ser lo que soy hoy? Llegan momentos en los que te sientes vacío, en los que de una u otra manera inevitablemente te cuestionas si eres la persona que alguna vez imaginaste ser. Te sorprenderá saber cuantas personas, muchas personas, en extrema cantidad, reconocen en algún punto de su vida que no son lo que alguna vez desearon ser.

Y es que vamos, tus deseos y esperanzas están ligados a un presente, y de allí viene que en ese instante te imagines un futuro para ti. Pero lo que muchos no saben, es que por más independiente que te consideres, generalmente la vida está llevada de la mano por fuerzas ajenas a ti. Te moldean y te guían sin darte cuenta, y terminas en una posición que quizás podrías haber esperado, pero no necesariamente haberla deseado.

El hombre que hoy soy, el que muchos quieren ser, el que muchas aman, y por supuesto, muchas detestan, estaba por completo fuera de mi marco de posibilidades. Quería ser alguien de familia, amar y ser amado, no un sucio perro que va de mujer en mujer buscando llenar un vacío que se no llenaré. Me pregunto por que y me duele saber que tengo la respuesta.

Me afecta el hecho de que muchas mujeres se quejan de tipos como nosotros cuando las culpables de esto son ellas y su egocentrismo. Y me dirán, ¿eres tan estúpido como para juzgarlas a todas por un solo despecho? Mi pregunta es ¿Alguna vez amaste sin ser correspondido? Les doy la mano y mi sentido pésame a aquellos que lo saben, no es sencillo, y te fractura internamente. Pagan justos por pecadores.

Me he vuelto machista y lo detesto, pero hasta el sol de hoy, es lo único que realmente se hacer bien. ¿Por qué les gustan los hombres machistas? ¿Ser amoroso y atento es sinónimo de amistad o estupidez, mientras que lo contrario es amor? El solo pensarlo me molesta.

Menos mal y estoy bajo la ducha de agua fría que tanto necesito y que tanto me calma. Todas las noches, del fin de semana generalmente, una misma rutina. Cazar, devorar, bañarse y olvidar.  

El trago de ron con Pepsicola bajo por su garganta, burbujeante y dulce como siempre. Cerro los ojos y sonrió cuando la sensación del alcohol pasar por su garganta se hizo presente. Se vio en el espejo que tenía el barman y se sintió radiante, vestida con una blusa roja y una falda beige que le acentuaba sus felinas curvas.

Estaba medio exhausta después de bailar con varios chicos en la pista. El local era perfecto para sus propósitos: diversión y distracción. Oscuro y con luces multicolores que atravesaban la niebla artificial, repleto de gente que buscaba lo mismo que ella. El momento y el lugar perfectos.

-¿Alguno que valga la pena?-. Oyó gritar a su amiga que se abalanzo de espaldas contra la barra donde Sakura estaba apoyada. Era una bella chica pelo marrón envuelta en un vestido negro hasta medio muslo, con tacones.

-Realmente no-. Al ver la mirada inquisidora de su amiga explicó –Pues hay buenos bailarines, pero ninguno que mueva el piso… ¿Tú?-. Dijo mientras la codeaba.

-En las mismas… ¿Qué se puede hacer?-. Tenten pidió al barman un trago a base de vodka con un gesto. El hombre, que las conocía de las constantes fiestas en las que ellas se la pasaban, entendió muy bien la petición y casi al instante estaba el trago en la mano de la pelimarrón. –Igual, la noche apenas y empieza- dijo mirando su reloj pulsera.

Dos hombres flanquearon a las chicas, uno alto y flaco se puso a la derecha de Sakura, y otro de mediana estatura y medio corpulento al lado izquierdo de Tenten. “Jugadores de equipo” pensó la pelirosa mientras rodaba los ojos. Volteó a ver al chico que se había interesado en ella, sin embargo, nunca lo llegó a ver a los ojos, al quedarse distraída en alguien detrás de aquel chico.

Sin pena ni miramientos, empujo al chico con su mano y parpadeando varias veces enfoco mejor al captor de su mirada. “¡Pero si es Naruto!” pensó sorprendida. Después de todo, no lo veía desde hace mucho.

El chico rubio parecía haber llegado a la fiesta, porque las personas se acercaban a saludarlo constantemente. “Quien diría que seria popular” volvió a pensar la chica aun sorprendida por encontrar al susodicho en el lugar que menos esperaba encontrárselo.

-¿Ese no es Naruto?-. Pregunto Tenten quién también pasó del chico que la pretendía de manera brusca para situarse al lado de su amiga.

Sakura distrajo su mirada del rubio un momento y notó que no era la única sorprendida, la pelimarrón estaba en las mismas que ella. El tipo había dado una vuelta de 360º: Bien vestido en una camisa azul obscura ceñida a su buen cuerpo, junto con unos pantalones negros, y el cinturón y zapatos blancos. Las personas queriendo estar a su lado. Él luciendo confiado. Sin duda un gran cambio. –Uhm- titubeó mientras cerraba los ojos -Estoy casi segura de que si-.

-¿¡Que!?- Dijo Tenten cayendo en cuenta de que no se equivocaba. -¿Ese en serio es el que una vez fue el más ñoño de nuestra preparatoria?- Sakura asintió. –¿El tipo más estúpido que se pudo haber enamorado de ti?-.

-Yo no diría el más estúpido- dijo la rosa con una mueca, mientras se acordaba del amor platónico eterno de él hacia ella. Suspiró al darse cuenta de que en estos momentos sería el tipo menos estúpido, al menos en apariencia, que se hubiera enamorado de ella.

Tenten bufó el comentario de Sakura. –Vamos que son tus palabras rosita… Tu eras un poco ru…- Sin embargo, la morena no terminó de decir la oración al notar la vista de Naruto, que al no estar muy lejos de ellas las reconoció fácilmente. Cuando empezó a caminar confiado en su dirección, con la clara intención de saludarlas, Tenten ahogó un grito. –Ahí viene- dijo lo más disimulada posible.

-Lo sé, no soy ciega- respondió sarcástica Sakura. El encuentro era inevitable, y aunque la tomó por sorpresa, ella sabía actuar cuando de hombres atractivos se trataba. No dejando que el rubio recorriera toda la distancia hacia ellas, se adelanto mientras saludaba con la mano y pronunciaba su nombre casi gritando. -¡Naruto! ¿Cuánto tiempo?- dijo mientras lo besaba en el cachete y lo abrazaba.

-Sakura- Dijo el rubio mientras se dejaba abrazar un momento. Cuando la rosa se separo respondió. –Pues desde la preparatoria, 4 años creo-. Luego llevó su mirada por encima del hombro de la rosa y divisó  la morena, por lo que la saludó de manera similar.

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Se instalaron donde momentos antes estaban las chicas, de espaldas al barman, con la vista en la pista de baile. Naruto pidió una cerveza para el, y dos tragos para las chicas, mientras se ponían al tanto.

-Yo estudio arquitectura, si no me equivoco lo mismo que tu- Dijo Sakura luego de Tenten, cuando el rubio les pregunto a ambas que estudiaban.

-Sí, no te equivocas… Solo que estamos en diferentes Universidades-. Dijo casual el rubio mientras le daba otro sorbo a su bebida.

-¿Cómo es que conoces a tanta gente aquí y nunca te había visto?- el ojiazul la miró extrañado. –Digo, es que asistimos a casi todas las fiestas de fin en este local- Explicó mientras se pasaba una mano por su cabello rosa. Sonrió a ver que su gesto provocó lo que quería. La mirada del rubio en su cuello.

-Realmente no se, supongo que las personas fiesteras son las mismas en muchas de las fiestas… aquí entre nos, no se me el nombre de casi nadie-. Dijo como si de un secreto se tratara, causando las risas de las chicas.

-¿Y a que se debe tu repentina visita hoy?- pregunto Tenten.

-Estoy haciendo un trabajo con uno de los profesores de la universidad- Las chicas lo miraron expectantes. –El profesor Jiraiya-.

-Ah, ya- dijeron ambas al unísono. El viejo era bien conocido entre las jóvenes por sobrepasarse a veces con sus bromas subidas de tono.

La música del local cambió al tono de merengue con una canción de Juan Luis Guerra. Sakura sonrió mientras pensaba en su siguiente movida. –¿Bailamos?- pregunto como si nada, mientras extendía su mano de manera coqueta.

Naruto vio su mano y sonrió, de una forma muy atractiva para la rosa, como respuesta positiva. Tomó la mano de la rosa, y se despidió de Tenten para luego guiar a su compañera de Baile a la pista.
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Sakura no podía creer lo que estaba pasando. El chico más perdedor de la historia, el que en las fiestas no bailaba en absoluto, ahora era un excelente bailarín. Llevaban más de media hora bailando seguido, mientras que de vez en cuando hablaban y se reían de uno que otro comentario. La rosa a veces sonreía y reía también al hacer pasos de baile elaborados, en los que más de una vez casi se perdía.

El genero actual era salsa, sin embargo, cuando la canción acabo, cambiaron a un ritmo de house actual, al que todo el mundo respondió con un grito enérgico. Las luces tipo láser de colores verde y morado inundaron el lugar haciendo que la euforia fuera mayor, mientras que la neblina ficticia se esparcía en el lugar.

Se acoplaron rápidamente al ritmo, y como siempre durante los diferentes ritmos, Naruto se movía excepcionalmente. Por supuesto, Sakura no se quedaba atrás, después de todo, ese era su baile, el que más le gustaba. Se sentía sudada y energética, mientras notaba cada vez más que la cercanía del rubio aumentaba.

Un sonrojo se hizo presente cuando el ojiazul la tomó de ambas manos y las hizo elevarse por encima de su cabeza. El gesto provocó que ambas miradas chocaran y se entrelazaran, introduciéndolos en un mundo en el que solo estaban ellos y la música. Sakura guió una de las manos del rubio hacia su cadera y la otra la mantuvo agarrada mientras la llevaba, junto con su pequeña mano, hacia el cuello de este.

Naruto la dejo llegar con su mano al cuello de el, y luego acaricio su brazo, desde la punta de la mano, hasta llegar al otro lado de la cintura. Sakura se mordió el labio para suprimir un gemido, y llevo su otra mano al mismo lugar que la anterior. El rubio aprovecho esto para cerrar las distancias y la pegó totalmente a su cuerpo.

La ojijade, que en ese momento miraba el pecho del rubio, lo sintió acariciarla del cuello hasta la quijada, para luego hacer que lo mirara a los ojos. Sin embargo, ella estaba extasiada, y su mirada variaba de sus ojos a sus labios. El ojiazul sonrió mientras cerraba la distancia entre ellos, distancia que Sakura cerró por completo para plantarle un beso apasionado. Mientras sus pequeñas manos acariciaban la ancha espalda del ojiazul, sintió su espalda chocar contra algo sólido, y en ese momento se dio cuenta de que estaban pegados a una pared.

El rubio aprovecho este hecho para tomar una de las piernas de la rosa y levantarla llevándola levemente a su cadera, pegándose más a ella, mientras le besaba el cuello, provocándole un gemido audible a la rosa.

-No sabes cuantas veces fantaseé con tenerte así- susurró con voz ronca el rubio en el oído de la ojijade, mientras le mordía el lóbulo y acariciaba su desnuda pierna. Sakura asintió con los ojos cerrados. Estaba derretida en los brazos del rubio, disfrutando al máximo de todas las sensaciones del momento. –En aquellos tiempos en los que era un don nadie- dijo esta vez menos sensual, causando que Sakura saliera de su estado de ensoñación abruptamente. –En aquellos días que me hiciste miserable-. La rosa abrió los ojos y sintió que su corazón se aceleraba. El rubio se separo, la miró de arriba abajo prepotente y le dijo –Ya no soy el mismo estúpido-. Luego se volvió a acercar y le susurro en el oído –Gracias por el baile-. Y sin aviso alguno, se alejó bruscamente de ella, le dio la espalda y se perdió entre la multitud, dejando a Sakura en muchos niveles más que sorprendida… y excitada.


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Un irracional. Palabras de mi mejor amigo Sasuke.

Soy irracional por lo que hice hoy en la discoteca. Soy irracional porque quería venganza. Por que quería devolverle un poco del “cariño” que ella me profesó. Asi sea poco, me satisfació ver su cara, su desilusión, desearía haber tenido una cámara. Se sintió espectacular, no puedo culparla por saber lo que se siente tener ese poder. Bueno si la puedo culpar, realmente no me cuesta nada. Solo recordar.

¿Por qué irracional? Me molesta que me tilde de esa manera. Solo fue algo que necesitaba sacar de mi interior, no pude evitarlo. Todo de ella me recordó quien era. Ese vació en el estómago y nerviosismo al verla, simplemente no lo soporté. Yo cambié, y tenía que hacérselo saber. Tenía que hacerle saber que ya no me atraía su perfecta figura, o sus suaves labios, o sus ojos o su cabello…

Naruto suspiró y se pasó una mano por su melena rubia, mientras que la otra la mantenía apoyada en la pared. Se encontraba frente al espejo del baño de su apartamento. Se lanzó una mueca a él mismo al mirarse fijamente.

¿A quién engaño? Soy patético. Quise demostrarme algo y ahora estoy sufriendo. No es que no fuera algo común en mi vida, pero hoy no puedo sacármela de la cabeza más que de costumbre. Ella es la razón de mi dolor, y sin embargo aquí estoy cuestionándome si en vez de vengarme, la hubiese traído a casa. Si en vez de no perdonar, quizás intentarlo. Y soy estúpido, porque se que ella, a pesar de que hoy me reconoció como un buen partido, no vería en mí, y diría que en ningún hombre, una relación seria y duradera. Al menos no en esta etapa de su vida. La conozco a pesar de nuestra distancia. Ella no ha cambiado.  

Se miró a sí mismo con decepción y se encaminó fuera de la habitación.

-Pensé que nunca saldrías- Dijo una voz femenina que llamó la atención del rubio, quien cambió inmediatamente su cara, imponiendo una sonrisa elegante mientras caminaba a la cama donde lo esperaba la espectacular rubia.

Para algunos es el juego, para otros la bebida, para mí las mujeres. Cazar, devorar, bañarse y olvidar.

Teo: Parte de tu pregunta será respondida en éste capítulo, espero sea de tu agrado.

Leon: Efectivamente, Naruto es frívolo, y como tu bien dijiste, Sakura no le importan tampoco mucho los sentimientos. Y pues la pregunta es, amigo mío, la trama del fic XD.

Gonmax: Gracias por el comentario, y no, no soy argentino. Soy venezolano. Supongo que hay expresiones en común .

-Buenos días dormilón- Dijo sensualmente una rubia de curvas prominentes, vestida sólo con una camisa del ojiazul, desde la parte de atrás de un muro cubierto de mármol, en la cocina del muchacho.

Naruto se rascó la cabeza, aun somnoliento mientras veía a la chica mirarlo divertida, inclinada sobre el mesón, apoyada en sus codos. –Ehm… Buenos días-. Se le hizo un nudo en el estómago al ver a la chica allí, generalmente se iban antes de que el despertara. Incómodo ante la idea de que ella pensara llevar una relación de más de una noche con el, decidió tratar de generar una conversación cualquiera y dejar que las cosas fluyeran. -¿Preparaste desayuno?-.

La chica lanzó un bufido burlón y se separó del mesón mientras se reía. -¿Yo? No cocino ni para mi mamá, bebé- dijo mientras caminaba hacia Naruto contorneando sus caderas. El rubio tragó mientras la veía cerrar sus distancias, no recordando que la chica fuera tan hermosa.

-¿Quieres que te prepare algo?- pregunto inseguro el ojiazul mientras la chica le ponía una mano en el pecho.

-Mi amor, la única razón por la que aun estoy aquí es para probarte por la mañana- dijo mientras lo miraba de forma sensual. Distrajo su mirada para pasarla por la habitación una risa pícara en su cara. –Quizás en la ducha-. Luego se alejó de el y se volvió a poner detrás del mesón de mármol. Pasó una mano por la superficie fría –O aquí… o en los dos lugares-.

-Y-yo… B-b-bueno porque no- dijo excitado y nervioso el rubio. Su vista estaba nublada. La chica era demasiado sexy.

La rubia se rió del estado de Naruto. –Debiste ver tu cara al principio cuando pensaste que quería algo serio contigo- el rubio se sorprendió y la chica siguió hablando. –Digo, no me malinterpretes, cualquiera moriría por dormir contigo… ¡Si hasta yo morí al dormir contigo! Le haces justicia a tu imagen- la sonrisa de la chica se mermó un poco, y su expresión pasó a ser comprensiva. –Pero… ¿Qué chica estaría dispuesta a sufrir en una relación contigo? Sabiendo que eres el hombre perfecto en la cama y en el físico, tendría que celarte hasta de los gatos… Créeme, ser paranoica no es lo mío. Además, está el hecho de que hombres como tú solo son fieles a si mismos, si acaso-. La rubia, que se había acercado de nuevo a Naruto, lo tomó por el mentón y le propinó un beso digno de admirar. –No te pongas triste precioso, tanto tu como yo sabemos las letras pequeñas en nuestros contratos-. Dijo cuando notó la expresión decaída del ojiazul.

El rubio rió derrotado, pocas veces en los últimos años cambiaban los papeles de quién consolaba a quién. –A veces se nos olvidan ¿Cierto?- dijo mientras la veía a los ojos.

-¡Ja! No todo es perfecto- dijo coqueta mientras se desabotonaba la camisa y la dejaba caer. -¿El mesón o el baño?- preguntó con una sonrisa al ver la vista del rubio en sus pechos.

-A mi me pareció haber oído una tercera opción- dijo Naruto con una sonrisa, poniendo sus manos en las prominentes caderas de la fémina.

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El viento salado que provenía del océano les pegaba en la cara y mandaba sus cabellos hacia atrás. Todos los Domingos por la tarde era la misma vista en el malecón. El sol color naranja ocultándose por el horizonte y el sonido de las olas al pegar de las paredes de piedra convertían ese sitio en el lugar preferido de Sakura, y como no de su mejor amiga Tenten.

La pelirosa respiró profundo, llenando sus pulmones del fresco aire playero, mientras miraba el horizonte. Estaba pensativa, desde lo ocurrido la noche anterior, no había podido dejar de pensar en Naruto. La marrón estaba a su lado imitándola. Ambas necesitaban esa paz.

“¿Habré sido tan mala con el?” reflexionaba ella misma, mientras recuerdos de su adolescencia surcaban su mente de un lado a otro. Tan ensimismada estaba, que se sorprendió cuando dos manos pequeñas le taparon los ojos. La rosa curvó sus labios en una sonrisa mientras oía la risa de Tenten. Ella tiene dos amigas inseparables. Una ya estaba con ella, así que por descarte, tenía que ser su otra amiga quien le tapaba los ojos.

-No sabía que había una reunión de modelos en el malecón- dijo burlona la dueña de las manos que la mantenían sin visión.

-Pues ya que tú llegaste supongo que si la hay- Sakura rodó los ojos divertida. –¿Aun quieres que adivine tu nombre?-

-Sip-

-Uhmmm… ¡Ino!- dijo y se quitó las manos que la cubrían para voltear y saludar con euforia a su amiga. La rubia abrazó a su amiga.

-Tente ven acá- dijo invitándola a un abrazo grupal.

Se separaron luego de haber dado unos brinquitos en círculos, aun riéndose, y se sentaron de nuevo en el malecón, pero esta vez de espaldas al mar.

Tenten vio a su amiga Ino con picardía. -¿Dónde estabas? No apareciste ayer en DB y hoy llegaste tarde-. El local al que asistían ellas se llamaba DarkBlue, y popularmente lo llamaban DB.

-Si y además, por tu cara, pareciera que hubieras tenido sexo toda la noche- dijo la pelirosa codeando a la rubia de manera cómplice.

La rubia se llevó la mano al pecho actuando indignada. –Ayer sí llegue a DB, sólo que más atrasada, pero no las vi- luego dirigió su mirada a Sakura y levanto una mano con el dedo índice apuntando hacia arriba. –Y no, no exactamente-

Sakura se echó a reír. -¿Cómo que no exactamente?-.

Ino puso cara de misterio y dijo -Pues también fue por en la mañana- para luego carcajearse con la rosa, contagiando a la morena.

-¡Ino! Si eres sucia- dijo divertida Tenten mientras le pegaba amistosamente en el hombro. –¿Se pueden saber los detalles?-

-Si, pero primero quiero saber que les pasó anoche-.

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-¡No puedo creer que fueras tan perra!- dijo Ino sorprendida y divertida de las historias que le contó Tenten acerca del pasado de Sakura y Naruto.

-¿Y tu crees que adoro esa parte de mi vida?- preguntó sarcástica la rosa. Tenten estaba explicando el trasfondo de todo, pero aun no llegaba a la parte del día anterior. Se había quedado pegada en contar sus “pequeñas travesuras de adolescente”.

–Es que ¿En serio leíste una carta de amor que el te dio en frente de todos y luego la botaste?- dijo atónita la rubia.

-Ino, el era insoportable, quería sacármelo de encima-. Dijo a modo de excusas la ojijade.

-¡Sakura! Si tu misma dijiste que eso era imposible, y que llegó un punto en el que las cosas que hacías, las hacías por diversión- dijo Tenten entre bromeando y seria.

-Jajaja eras una desgraciada- se burló la rubia.

-¡Esta bien!- Dijo ya una frustrada Sakura. –Era una perra ¿ok?... ¿Puedes terminar la historia o la termino yo?- pregunto exasperada a la morena.

-Ok, tranquila, solo era un juego- La calmó la pelimarrón. La chica se dirigió a la rubia para seguir contando lo sucedido el día anterior. –Ya que entraste en calor, y sabes quien es Naruto, prosigo- La rubia asintió. –Ayer mientras estábamos en DB el se apareció-.

-Y Sakura le volvió a hacer un show de maltrato, y luego lo dejó ahí pasando pena- Se adelantó la rubia causando la risa de la pelimarrón, y una fruncida de cejas por parte de Sakura.

-¡Jaja! Ojala- dijo Tenten. –La historia es más picante… Resulta que el tipo está buenísimo ahora, y por supuesto, como a la niña de Sakura sólo le encanta lo mejor del mercado, se lo llevó a bailar-. La rosa rodó los ojos

-¿Así de bueno está?- preguntó sorprendida e intrigada la ojiazul.

-Sinceramente, te deja sin aliento- la pelimarrón sacudió su cabeza para sacarse la imagen del rubio y poder seguir concentrada en la historia. –En fin, él resulta que aprendió a bailar muy bien, y en una de las canciones se aprovechó de la euforia y todas esas cosas, besó a Sakura, y en medio del beso la dejó plantada y se fue como si nada-.

La rubia abrió los ojos. –Venganza en todo su esplendor- dijo, y le dirigió una mirada a la rosa. -¿Y solo te dejó así sin más?-.

La pelirosa negó con la cabeza -Me dijo que ya no era el mismo estúpido-.

-Y tiene razón- afirmó Ino. –Supongo que después de eso te sentiste incómoda y te fuiste-.

-Sí, ¿Que más iba a hacer? Mucha gente vio el espectáculo… No iba a quedarme a hacer el ridículo más de lo que ya lo había hecho-. Dijo dolida Sakura. –Ese infeliz, yo no me merecía eso-.

-¿En serio?- dijo la morena. –Yo digo que de su parte fue un poco infantil, pero sinceramente, aunque eres mi mejor amiga y todo, fuiste muy dura con él en el pasado-. Reflexionó.

-Si ya… bueno, es historia- Dijo la rosa decepcionada. Luego trató de fingir una sonrisa. –Será algo de lo que nos reiremos algún día-.

-¿Algún día?- dijo la rubia burlona. –Yo empecé hace rato ya-.

-¡Yo desde ayer!- dijo Tenten riéndose audiblemente junto con Ino mientras chocaban las manos. A la ojijade le empezó a brotar una vena en la frente.

Sakura respiró profundo, se calmó y cambió el tema a algo que le parecía atrayente. -Cuéntame de tu enamorado señorita zorra-. Dijo inquisitivamente. Tenten cesó su risa y fijó su mirada en la rubia claramente interesada.

La rubia le sacó la lengua ante el insulto, pero habló como si la rosa no le hubiese insultado. –Pues, luego de que no las vi, me senté en el bar alrededor de media hora- Al ver que las chicas fruncían el ceño se explicó. –Por si ustedes estaban retrasadas o que se yo… El caso es que cuando me fui a levantar me tropecé con un espectacular rubio, e inmediatamente me sacó conversación, una cosa llevó a la otra y pues, lo demás es historia-. Dijo restándole importancia la rubia.

Sakura estaba helada y en shock desde el momento en el que oyó “espectacular rubio”, por lo que lo que primero le salió de sus labios, luego de un minuto de silencio fue. – ¿Dijiste rubio?- Tenten, quién no había caído en cuenta, abrió la boca y los ojos mientras emitía un sonido de sorpresa.

La rubia frunció las cejas a modo de interrogante. –Sí, un muchacho rubio- al ver las caras de las dos preguntó. -¿Lo conocen?-.

-¿Estaba vestido de azul?- preguntó la rosa deseando que la respuesta fuera negativa. Cuando la ojiazul asintió con la cabeza la rosa chilló. -¡¡Ino!! ¡Ese era Naruto!-.

Leon: Pues si, aunque ellas se lo dicen entre sí por ser amigas, Sakura se encargo de ser mala con Naruto jeje.

Teo: Sí, es feo verdad? Pero bueno, son errores que cometió la pelirosa y tuvo que que lidiar con eso

Sakura levantó su celular con fastidio, mientras leía la notificación que el aparato le daba. Rodó los ojos, había recibido el sexto mensaje de Ino en la hora que llevaba en su casa. Se había ido del malecón luego de descubrir esa noticia, molesta e indignada, y sin darle chance a su rubia amiga de hablar.

Sakura,  no voy a seguir suplicándote y buscándote cuando la malcriada estas siendo tu. Cuando quieras resolver esto como adulta llámame.  

Chasqueó su lengua en señal de disgusto. Su preciosa amiga sabía como provocarla, no por nada era estudiante de psicología, una muy buena. Tocó la pantalla de su celular, e inmediatamente éste discó el número de la rubia.

Sakura tenía el corazón acelerado. Quería seguir con su molestia, pero si se ponía a pensar en la recriminaciones que le haría a su amiga, y maquinando muchas veces la discusión en su cabeza, se daba cuenta de que no tendría la razón. Pero ella era testaruda, y aunque tratara de calmarse, no podía.

Oyó el sonido particular que hace el teléfono cuando conecta la llamada, y antes de que la ojiazul hablara ella comenzó. -¿Cómo pudiste hacerme esto?- dijo con evidente molestia en su voz.  

Ino respondió con una pregunta retórica. -¿Te estas escuchando siquiera Sakura?-. El silencio de la rosa le indicó que podía seguir hablando. –Primero que nada, que iba a saber yo sobre Naruto, nunca hablaste de el-.

-Yo…-

-No, déjame terminar- interrumpió. –Segundo, y por más doloroso que suene, yo no soy la culpable de que él te haya tratado así… Si lo trataste como basura, ese es tú problema, y eres tú quien tiene que lidiar con eso, no yo-. La Ino que al principio estaba tranquila, desapareció y en su lugar sonaba una voz cargada de ira y dolor. –Y tercero, si tu consideras que nuestra amistad merece ser despreciada por un accidente no fortuito, entonces creo que he valorado de más nuestra relación-.

Sakura recibió todas y cada una de las palabras de Ino como golpes en seco, y se dio cuenta de que, como ya había razonado, sabía que su amiga rubia tendría la razón. –Yo no desprecio nuestra relación Ino, no digas esas cosas- Suspiro. –Escucha, se que fui irracional, pero el hecho de que hayas dormido con Naruto me molesta, no me deja en paz ese pensamiento, quisiera y he tratado de calmarme pero por más que trato, me… desespera-. Hizo un pequeño silencio, para luego pronunciar derrotada –Perdóname-.

Ino sonrió melancólica al otro lado del teléfono. –Yo también lo siento… me alteré un poco-.

-No sé como describir esto Ino, en serio-.

-Lo que sientes pude derivar de muchas cosas- explicó la ojiazul. –Pueden ser celos, y no me malinterpretes cuando digo celos, a lo que me refiero es que pensarás, por que ella y no yo… Quizás molestia contigo misma-.

-No, no es conmigo, es con él, por como me trató, por usarme y luego irse contigo y usarte también- Dijo con la indignación a flote.

-El no me usó Sakura, ambos participamos en un juego ya establecido-. Ino negó con la cabeza y siguió hablando. –No quieras excusarte en cosas que no se acercan a la realidad-. Suspiró y prosiguió. –Seré franca, te molesta que sea quien es ahora, y que los papeles se cambiaran, y la prueba más rotunda de eso fue enterarte que durmió conmigo… Es decir que para él conseguir mujeres no es difícil, y eso te molesta-.

Sakura se quedó en silencio, aceptando la declaración de Ino.

-Piensa en esto, él tiene rencor hacia a ti por el pasado que ambos comparten-.

-Ajá, continúa-.

-El siente poder sobre ti… Siente que tú le debes cosas, por eso te propongo que le quites ese poder-. Ino esperó la respuesta de su amiga, pero al no recibirla prosiguió. –No propongo que tengas una relación con el, ni siquiera que tengas sexo con el, simplemente demuéstrale que ya no eres una bruja, arregla las cosas, y créeme, aunque el no quiera aceptar tus disculpas, eso te liberara a ti-.

-Yo… Trataré- Dijo dudosa Sakura.

Ino suspiró, conocía a su amiga. Sabía que la proposición era algo más que difícil para la rosa, pero nada perdía con intentarlo. La habían herido en su orgullo, y eso era algo que Sakura Haruno aún no terminaba de madurar. Decidió dejar el tema de Naruto aparte para poder concluir con el pequeño disgusto que se había generado entre ellas. –Entonces, ¿Todo bien entre nosotras?-.

-Si, gracias por todo- dijo sinceramente la rosa.

-Siempre a la orden Sakurita, te quiero, nos vemos mañana-.

-Nos vemos mañana-.

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-¿Cuando conoceré a tu novia?-. Naruto dejó de trabajar en el plano que se llevaba toda su concentración y volvió su mirada confusa al dueño de la pregunta.

-Yo no tengo novia, y tú sabes eso… ¿Por qué la pregunta tan repentina, Jiraiya?-.

El peliplateado asintió. –Es que jamás he oído de alguna novia tuya-.

El rubio pensó en responder que si había tenido, pero se dio cuenta de que nunca tuvo una relación con alguien de más de un día. –Es porque… nunca he tenido una-. Se sintió un poco mal cuando lo dijo, pero le restó importancia levantando los hombros. –Nunca he necesitado una-.

El viejo levantó las cejas entendiendo. –Bueno, quién lo diría… pensé que seguirías los instintos de tu padre-. Luego lanzó una carcajada. -¡Y resulta ser que más bien eres como yo!- dijo entusiasmado.

El rubio estaba confundido y un poco incómodo. –No entiendo… ¿Que quiere decir: como yo?-.

-Pues hijo mío, ¡la vida de soltería! No estar atado, ser libre- se inclinó sobre el mesón en el que estaba. –Poder dormir con quién tu quieras… Aunque a mi edad, es con quien te quiera- dijo y se carcajeó de nuevo. -¿Genial no?-. Preguntó entusiasmado.

-Si… genial-. Naruto estaba medio mareado, acababa de recibir información un poco perturbadora para él. Consideraba al padrino de su papá como un pedófilo desvergonzado, algo perdedor, pero sobre todo lo que más le daba lástima de él era la ausencia de un hijo, de una descendencia, de un legado. Que ese personaje le dijera que se parecían, era mucho para asimilar.

-Escucha, Soy dueño de varios condominios cercanos a la universidad. Generalmente los alquilo a estudiantes matriculados aquí, pero por ser tu puedo darte uno, y bien económico-. Jiraiya vio la cara de confusión de Naruto y prosiguió. –Si quieres te consigo trabajo cerca, te haces independiente, y además puedes llevar a cuantas chicas tu quieras… Conociendo a tus padres, no te permitirían hacer eso, ¿Qué dices?-.

-Mis padres están de viaje, vuelven en dos meses, así que el apartamento y las cosas que haga en el no me preocupan… Esta muy bien tu invitación, pero creo que por ahora paso- dijo razonando el rubio. Después de todo, el trabajo en el instituto tenía previsto para terminarse al mes y medio.

Jiraiya levanto los hombros. –Como quieras, de todos modos, la invitación se mantendrá en pié… Piénsalo bien-. El viejo tomó un sorbo de su café, y luego dirigió su mirada al ordenardor en el que se encontraba trabajando.

-Ok, lo haré- dijo el rubio, para luego concentrarse de nuevo en el plano, dando por terminada la conversación.

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Naruto estaba sentado en el parque del campus cuando sintió un golpe suave a mano abierta en la parte de atrás de su cabeza. -¿Qué fue todo es de ayer? Imbecil-. No se tuvo que voltear para reconocer la voz de su amigo Sasuke, sin embargo se volteó para encontrar a un desafiante pelinegro, preparado para recriminar los actos del sábado pasado. –Se supone que íbamos a KND y terminaste en DB por tu estúpida y amada Sakura-. KNH es la abreviación de Konoha Nation Dance, otra de las discotecas de la ciudad.

-Cálmate princesa, a veces pienso que eres la novia que nunca tuve- dijo Naruto molesto tanto por el golpe como por la actitud de su amigo.

-Piensa bien tus respuestas basura, no te enseñé todo lo que sé para que luego me deseches como a un perro… Eres mi primo, pero sobre todo mi amigo, y entiendo que me dejes por una mujer, ¿Pero por Sakura? ¿Eres acaso Idiota? ¿O Sadomasoquista? ¿Te gusta sufrir perra?-.

El ojiazul rodó los ojos antes la cantidad de insultos en una oración. Sabía que cuando su pelinegro primo se molestaba, cambiaba y podía llegar a ser un idiota en elevados niveles. –En serio deberías calmarte, solo fue algo que necesitaba hacer, ya le demostré lo que quería, ya no pasará más nada, relájate-.

Sasuke se masajeó la sien y respiró profundo. –Esto es serio Naruto, no es ni remotamente saludable que estuvieras con ella…-.

-No dormí con ella si eso es lo que te preocupa, dormí con una rubia de revista-. El ojiazul miró a su amigo. -¿Mejor?- El pelinegro asintió. -¿Tú con quien dormiste?- preguntó el rubio para cambiar el tema y alivianar la tensión.

-Con Sakura- respondió el pelinegro, causando la risa del rubio. El pelinegro lo miró seriamente y el rubio dejó de reírse. –En serio tuve sexo con Sakura. Me la goce como nunca, es tremenda en la cama-. Dijo de nuevo serio el muchacho.

Naruto se quedó observando al pelinegro, pero su visión se nublaba a medida que pasaban los segundos. Su mejor amigo había dormido con Sakura. ¿Cómo podía ser posible? Se preguntaba el rubio. -¿Cua-Cu-Cuando… Co-co-como?-

-Te fui a buscar a DB, pero la vi salir llorando, así que me interpuse en su camino, y apliqué la del tipo que consuela, la convencí de que dejara a su amiga, y tuvimos sexo en el carro y en mi residencia-. Sasuke narró fluidamente, mientras observaba las reacciones del rubio cuidadosamente.

Naruto no podía creer lo que decía, simplemente estaba empezando a estar fuera de sí, sentía nauseas. Se paró e hizo el intento de irse de la escena, pero Sasuke lo agarró por el brazo para detenerlo.

-Eres un sadomasoquista, después de todo lo que ella te hizo, aun tienes sentimientos por ella… ¿Cómo puedes vivir así?-. Esta vez, la expresión del pelinegro cambió por una de preocupación sincera. –No quiero que vuelvas a ser el mismo autodestructivo ser que una vez fuiste… eres como un hermano para mí-. Naruto lo veía confundido. Él suspiro –Lo único que es verdad en la historia que te conté, es que la vi salir llorando. No tuve sexo con ella, y no entre a DB porque me encontré a Shikamaru, y además, como no te vi con ella, me quedé tranquilo… Es solo que quería saber que significa en estos momentos ella para ti-.

-¿Por qué? ¿Te agrada saber que aun soy un perdedor?- preguntó herido Naruto. -¿Qué aun eres mejor que yo?-. Una lágrima resbaló por la mejilla del rubio. –Sí, soy una basura, soy un estúpido, llámame como quieras, afeminado si quieres, pero no soy tú, no tengo un corazón de piedra-. El rubio se soltó del agarre del pelinegro bruscamente, se dio la vuelta y empezó a caminar. Sasuke lo detuvo de nuevo, pero esta vez con palabras.

-Quiero saber a que me voy a enfrentar junto a ti- Naruto volteó a ver al pelinegro con la intención de oír lo que seguiría. Su expresión mostraba dolor y derrota. –Siempre hemos estado allí en los momentos difíciles, somos como hermanos-. El muchacho de ojos negros trató de acercarse a su amigo, pero éste empezó a hablar, deteniéndolo.

-¿Es en serio?- preguntó con indignación. -¿Consideras lo que acabas de hacer como una ayuda?-. Se acercó con signos de molestia, encarando al moreno. –No eres más que un hipócrita- entrecerró los ojos, fúrico, y le hizo pregunta retórica. -¿Dime que hacías durante mi infancia?-

Sasuke levantó las cejas sorprendido. Trató de responder pero sus palabras se quedaron ausentes.

El rubio suspiró en forma de risa al ver el cambio en la expresión de su pelinegro amigo. –Siempre fui el “lamentablemente es mi primo”- dijo haciendo comillas. –El “La familia no se escoge”… Te apenabas de mí, te alejabas y me tratabas igual que el resto-. Naruto señaló a Sasuke. –Y no fue hasta que…hasta que- pero paró repentinamente cuando se percató el significado de las palabras que seguirían en esa oración.

Sasuke lo miró detenidamente. –Hasta que ¿Qué?... quieres hablar de eso ahorita, ¡bien!, hablemos-. Se acercó sin apartar el contacto visual, y cuando estuvo lo suficientemente cerca habló. –Sí, fui uno más del montón, fui un idiota- Respiró profundo, y cuando soltó el aire exclamó. -¡Pero te salvé la vida! Y cambié, no me importó la gente a mi alrededor, preferí apoyarte que mis amistades, ¡tanto que hoy eres mi única amistad! ¿Acaso eso no cuenta?-. La gente que pasaba por los alrededores los veía fugazmente, tratando de saber que sucedía. Algo nato en las personas. –Quizás no fui sutil, y me disculpo por eso, pero sabes bien que me preocupo por ti-.

Se miraron el uno a otro durante unos segundos sin hablar, parados en medio del parque. Naruto negó con la cabeza y suspiró en derrota. Levantó los hombros e hizo una expresión para restar importancia. –Bien, no tienes nada de que preocuparte… Eso fue algo del pasado, no volverá a suceder-. Empezó a retroceder sobre sus pasos, y antes de voltearse se disculpó con su amigo. –He tenido un día difícil, creo que por hoy es suficiente, me voy a casa-. Terminó de darle la espalda y siguió caminando.

Sasuke no dijo nada más, sabía que, a pesar de que su preocupación era genuina, había ido un poco lejos con lo de Sakura. Observó con tristeza a su primo alejarse cabizbajo, y se ofendió mentalmente por la falta de tacto que había tenido. “A veces, cuando me molesto, soy un tremendo imbecil”.

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Abrió la ducha y suspiró. Vio descender el agua hasta el piso, y notó el color carmesí característico de la sangre mezclándose con ésta. Su mano derecha presentaba cortes en los nudillos, y el piso del baño estaba lleno de vidrio roto. El fugaz recuerdo del brutal golpe que le había propinado minutos antes al espejo sobre el lavamanos pasó por su cabeza. Se pasó su otra mano por la cabellera, mientras que la herida la apoyó en la pared.

¿Qué quieres que te diga? ¿Soy feliz, tengo todo lo que un hombre necesita tener? ¿Realmente lo tengo? Todo, en absoluto todo, se me fue arrebatado. Mis esperanzas, mi futuro… mi amor. Y lo único que me quedó, lo único que creí poder controlar, lo que pensaba podía finalizar a voluntad, resultó ser lo contrario. Sí, la vida me dio otra oportunidad, y mi motivo… cambió. Quería vengarme, y por cuatro años no me sentí tan miserable como hoy. Mientras aprendía, mientras mejoraba, mientras crecía, mientras salía de mi capullo, me sentí feliz, muchos de mis traumas fueron solventados. Demostraba al mundo lo que me había privado. Lo que siempre estuve dispuesto a dar pero me fue vedado.

Y Sasuke, el fue el guía, quién me ayudo a salir de aquel ataúd, literal y figutarivo, que el mundo tenía destinado para mí. Y aunque aprendí muchas cosas de el, su mayor logro en mí fue cambiar la visión que yo tenía de las mujeres, al menos en lo que a no verlas para una relación larga se refiere.

Pero habiendo logrado el objetivo, habiendo probado la venganza, puedo asegurar que no es nada a como me lo había imaginado o soñado. En vez de dejar circular ese dolor por los ríos del olvido de una vez por todas, reviví lo que ya se marchitaba y me está volviendo loco.

Esto no es vida, y estoy casi seguro de que Sasuke lo sabe también. Creo que está considerando el asunto de tener una pareja estable, y se que no me lo ha dicho por miedo a que yo lo juzgue. Y no lo culpo, yo se que lo haré, y duramente. ¿Por qué? Porque el me metió en esta porquería llamada “Las mujeres son objetos para nuestro placer”, y no se librará tan rápido de eso.  

Naruto salió de la bañera con cuidado de no pisar el vidrio, se puso una toalla en la cintura, caminó hacia su cama y se tumbo en ella. Se sentía agotado. Sus ojos casi se cerraban mientras observaba el techo de su habitación.

Supongo que hoy no será el mismo protocolo de siempre. Hoy solo será bañarse y… tratar de olvidar.

Leon: Pues sí y no, igual a lolargo de la historia los personajes serán capaces de ver en que fallan y en que son fuertes, así como de ir creciendo poco a poco.

Gonmax: Me alegra que te haya gustado. Y no te preocupes, mejor tarde que nunca, no? jeje.

Se despertó súbitamente, empapado en sudor y respirando agitadamente. Había tenido una de esas pesadillas-recuerdo que a veces lo molestaban. Se limpió el sudor de la frente y se incorporó en su cama, aún recordando las palabras que lo habían hecho despertar. “Gracias a tí, ella ya no es virgen”. Sacudió con fuerza su cabeza, como intento de suprimir ese recuerdo doloroso de su adolescencia.

Escuchó vibrar a su celular en la mesa de noche, por lo que no dudó mucho en agarrarlo y contestar la llamada. Sabía de antemano quién era el que llamaba por el hecho de que eran las 10 am, y se supone debía estar en el laboratorio a las 7 am.

-Sé que es tarde Jiraiya, disculpa el retraso, en 20 estoy allá- dijo con voz ronca, producto de la somnolencia que cargaba en ese momento.

-Al menos dime que estas tarde por una mujer- replicó el viejo, Naruto rodó los ojos.

-Em… Sí, es por una mujer- dijo con sabor amargo en su garganta, no había mentido, se despertó tarde por una mujer. LA mujer.

-Bueno bueno, nada de que preocuparse entonces… Igual llevas adelantado bastante de tu trabajo, nos encontramos en Cafék, necesito tomarme un cafecito-.

-Ok, entonces nos vemos allá- dijo mientras abría el closet para ver que combinación de ropa usaría. Lanzó en celular a la cama y pasó su cabeza por una camisa manga larga beige.  

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Sakura tomó un sorbo de su café caliente, interrumpiendo la conversación sobre el proyecto para la materia de diseños, mientras veía distraídamente al profesor Jiraiya venir en dirección a local, acompañado de… “Naruto” pensó la rosa casi ahogándose con el café.

Ino, quién notó la reacción de la rosa, instintivamente volteó a ver que es lo que sucedía, para entrar en un estado semejante al de la rosa, pero más normalizado. Dirigió su mirada a su ojiverde amiga. –Hey, pase lo que pase, no te desesperes, seguro ni nos mirará-. Trató de tranquilizar la rubia mientras pensaba “Qué situación tan incómoda”, recordando brevemente lo ocurrido hacía pocos días en la casa del rubio.

La pelirosa tenía el corazón acelerado mientras los veía acercarse, y la mano que tenía apoyada en su pierna empezó a ponerse blanca de lo apretada que la tenía. Volteó súbitamente su mirada y trató de tranquilizarse, intentado seguir el consejo de su amiga. Oyó la puerta del local hacer sonar la campanita de bienvenida, anunciando la llegada de los individuos, por lo que no pudo evitar ver al rubio de nuevo.

Lo detalló unos segundos mientras caminaba hacia la barra para pedir su café, y luego volvió su mirada a su amiga, quien también estaba viendo fijamente a Naruto. No pudo evitar sentir celos y envidia en ese momento. De verdad que si fueran otras circunstancias, ella ya hubiera “enamorado” a ese rubio.

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-Esas chicas no te quitan la mirada de encima- Dijo el peliplateado, codeando a Naruto, mientras con la quijada señalaba el lugar de las chicas.

Naruto volteó descaradamente, por lo que las sorprendió, haciendo que ellas cambiaran sus miradas bruscamente. Abrió los ojos por la sorpresa de ver a las dos mujeres que habían influenciado fuertemente en el los últimos días. La rubia y la rosa juntas. “Son… Amigas” dijo sorprendido para sus adentros.

-¡Hey! No tenías que voltear así descarado- le recriminó el viejo. –Tienes que ser más sutil sabes-. Al ver que el rubio no respondía, y tenía la mirada aún fija en las mujeres, lo empujó. –Chico, estoy empezando a pensar que más bien eres de esos tipos que no consiguen mujeres, y por eso no has tenido novia-.

Naruto reaccionó sacudiendo la cabeza, y dirigió una mirada confusa a su profesor. Analizó en cámara lenta todo lo que había podido escuchar, que no fue mucho gracias a su sorpresa, por lo que articuló lo más decente para ese momento. –Y-yo lo siento es que… me… sorprendí de algo-. Aún no terminaba de salir del asombro.

-Sé que son hermosas, pero vamos no es para tanto-

-Sí lo sé, lo siento- dijo apenado el rubio.

Jiraiya lo vió con lástima, suponiendo que el rubio era tímido con las chicas, por lo que sonriendo, agarró al rubio. –Ven, La pelirosa es estudiante mía… Yo te la presento-.

-Yo, yo no… -. El rubio trató de hacer oposición, pero como lo agarró desprevenido ya lo tenía levantado, y ponerse a hacer fuerza con el viejo en un café le pareció muy ridículo. Así que, resignado, el rubio se dejó guiar por el sonriente profesor.  

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-Señoritas- dijo Jiraiya de manera respetuosa cuando se encontraba en frente a la mesa donde estaban ambas chicas.

Sakura volteó, después de haberse hecho la distraída, y fingió sorpresa cuando encontró a su profesor saludándola. -¡Profesor! ¿Cómo está?-. Dijo tratando lo más humanamente posible de ignorar al rubio acompañante.

-Bien bien, no me quejo- respondió con una sonrisa. Luego volteó a ver a su estudiante y con la mirada lo insito a unirse a la conversación. Colocó una mano sobre el hombro del rubio –Éste es Naruto, un estudiante habilidoso de la UNS-. Las siglas abreviaban el nombre de “Universidad Nacional de Suna”

El rubio rodó los ojos, y mentalmente rogó para que las mujeres le siguieran el juego. –Un placer chicas- dijo ofreciéndoles la mano, y una mirada cómplice a ambas.

Sakura notó de inmediato que el chico estaba allí en contra de su voluntad, por lo que intuyó que Jiraiya no sabía nada de lo ocurrido entre ellos. “Es ilógico que Naruto le contara algo tan trivial a un profesor” razonó mentalmente. –El placer es mío, soy Sakura y ella es Ino- dijo señalando a su amiga. Había Decidido seguirle el juego para no quedar mal ante su viejo profesor.

-Encantada- dijo inmediatamente la rubia.

Un silencio incomodo empezó a instalarse entre ellos, pero el viejo, quién ya tenía todo previsto, habló de nuevo. –La razón por la que vine es sencilla… No es mentira que eres una de mis mejores estudiantes Haruno, por eso me gustaría que te empaparas en el trabajo que esta haciendo Naruto… Seguro lo encontraras interesante-. Naruto suprimió un “¿!QUE!?” disimulando tos. La rubia abrió los ojos con asombro.

Sakura se sorprendió por la propuesta y por el halago. –Gracias profe, pero se me haría difícil con todos los proyectos y trabajos que tengo encima-. Trató de excusarse la rosa.

El viejo profesor rió. –Sé que a estudiantes como tú hay que incentivarlos… Si aceptas, lo tomaré como un trabajo completo de 25 puntos, y puedes decidir entre presentar los 4 trabajos más esos puntos extras, o simplemente presentar 3 y yo te eximiré uno de los trabajos, ¿Qué dices?-.

La propuesta era bastante buena, dejó muy dudosa a Sakura, pero sabía que no tenía muco tiempo para responder. “Me evaluaría en base a 125 puntos” pensó la rosa. Suspiró y vió a Naruto, quién para evitar incomodidades miraba al techo, suplicando porque la rosa dijera que no a tan exquisita propuesta. –Ok, acepto profe-.

El viejo sonrió en gran medida mientras palmeaba al rubio. -¿Puedes esta tarde?-.

-Hoy no puedo, tengo clases toda la tarde-.

-¿Y mañana puedes?- insistió el profesor.

-Sí, en la mañana- respondió de mala gana la rosa.

-¡Bien! Entonces todo arreglado, a las 7 en mi oficina-.
   

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-Karma is a bicht- dijo Ino luego de que la pareja masculina las dejara solas. Sakura aun no salía de su shock. –Recuerda lo que te dije- codeó la rubia a la rosa.

La ojijade reaccionó parpadeando varias veces. –Uhm… Si… No creo- dijo dudosa. Ino la recriminó con la mirada. –Escucha, si acepté es por que me evaluará en base a 125 puntos, y esa materia es una de las más difíciles… Haré lo que tenga que hacer a nivel laboral, y ya-.

-¿Crees que aguantaras simplemente relacionarte de manera formal con Naruto?-

-No es lo que crea… es lo que debo hacer-.

-Para el no está fácil tampoco Sak-. La rosa la miró con intriga. –Tú no eres un escalón superado… Pensé que lo sabrías- dijo negando con la cabeza. -Podrá haber dicho que ya no es el mismo idiota, pero te aseguro que si fueras un simple recuerdo no hubiera actuado de aquella manera en DB-.

-Ok, Aún no me ha olvidado… ¿En qué me ayuda eso?-.

-Estoy casi segura que lo que espera es una disculpa… Inténtalo, no te cuesta nada-. Trató de convencer la rubia, desesperada porque su amiga rosa diera ese paso que tanto le costaba. –Las cosas no pasan por casualidad Sak-.

-Esta bien, trataré- dijo con resignación la rosa, para recibir un grito de alegría de la rubia. Sakura dio un sorbo a su café y miró seriamente a su amiga. –Por cierto, vi como lo veías… ¿Qué pasó con eso tuyo de “nada más allá de una noche”?-. Dijo recriminándole.

La rubia se puso rápidamente roja al haber sido descubierta por su amiga. Dudó en darle la respuesta, pero después de todo, había sido la ojijade la que preguntó. –Esa regla la rompí cuando me quedé en la mañana… El es increíble en la cama-. Dijo viendo a otro lado apenada.

Sakura se sonrojó, y se reprendió internamente por las escenas que transitaron su mente ante el comentario de su amiga. -¡Ino!- dijo dándole una palmada en el hombro.

-¿Qué? Tu preguntaste- dijo divertida la rubia.

-¿Tan bueno es así?- pregunto con una sonrisa la rosa, vencida por la curiosidad.

-¿Quieres detalles?-. Insinuó picaronamente. No le sentaba mal recordar aquellos momentos de vez en cuando.

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Naruto regresó malhumorado a su asiento junto al viejo, mientras veía a éste, quien estaba con una sonrisa. –Yo solo podía con el trabajo- replicó.

-Ya ya, no es que no crea en ti… Simplemente te hice un favor ¿sabes?- el rubio lo miró con incredulidad. –Ella es hermosa, y por lo que sé, le gusta ir de fiesta… Pero es quisquillosa a la hora de ligar-.

-¿Cómo así?- pregunto intrigado el ojiazul.

-Pues que casi nunca se va con un tipo de la fiesta… Siempre va acompañada de sus amigas, y por lo general, con ellas se va de la fiesta-. Naruto lo miró extrañado.

-¿No es un poco extraño que sepas esas cosas de tus alumnas?- Si el rubio tenía dudas de que fuera un viejo verde, ya no le quedaban.

-Bah, no está demás saber ese tipo de información- tomó de un sorbo lo que le quedaba de café y siguió explicando. -No quiero decir que sea inalcanzable, pero al parecer es de esas chicas a las que hay que trabajarlas poco a poco-.

-Realmente no estoy interesado en ella- se excusó el ojiazul, viendo de reojo a la susodicha.    

-Es de las chicas más hermosas que hay, y tiene amigas igual de bellas… Es una oportunidad que no debes perdonar- Instó a su estudiante a seguirlo fuera del local, se despidió de las chicas con un gesto, y fuera del local finalizó. –Igual tendrás que lidiar con ella, ya estas metido en este asunto- dijo riéndose, mientras Naruto cerraba los ojos con fastidio. –Tómalo como un favor de familia-.

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¡Un gran favor! ¿A quién le habré robado la silla de ruedas? ¿Será que fui un desgraciado en otra vida? Es que solo pensar que por un día me sentí tan mal me da escalofríos. Tendré que soportarla al menos una vez por semana, en un lugar en el que seguramente estaremos solos.

Sí, es cierto que también fueron diferentes las situaciones en la que nos encontramos aquel día en DB, pero aún así, no está sencillo lo que va a venir. No quiero revivir lo mismo de años anteriores. Simplemente no… no puedo.

Y la rubia, ¿¡Quién pensaría que se conocían!? Ella dirá que soy el bastardo más grande de este mundo, utilizándola a ella para hacerle mal a Sakura. Esto no podía ser peor. Si me hubiese lanzado de un barranco creo que el resultado habría sido mejor jeje. Sólo al pato Donald y a mí nos ocurren éstas cosas.

Naruto suspiró, viendo el techo de su habitación.

Bueno… ya estoy aquí, tengo que seguir adelante. No me queda más que aprovechar esta oportunidad y salir de una vez por todas de esta zanja. Yo…

El rubio no siguió con su monologo, al ser interrumpido por el sonido del timbre de su hogar. Se sorprendió al ver que eran casi las 10 pm, y se paró preguntándose quien podría ser. Estaba sin camisa y con un pantalón deportivo cuando abrió la puerta.

El rubio abrió los ojos anonadado, pero antes de que pudiera decir algo unas manos pequeñas y frías le taparon la boca. La chica lo vio con lujuria mientras lo empujaba gentilmente a entrar a la casa de nuevo. El rubio se dejó hacer por la sorpresa de ver quién lo había ido a visitar. –Sólo una ves más- Dijo la persona para quitar sus manos de la boca del rubio y reemplazarlas con sus labios para iniciar un pasional beso.

Madara es malo: Jeje gracias por leer y comentar. Pues sí, era ino quién llegó a el apartamento del rubio. Mi intención era que pudieran intuir quién era.

Leon: así mismo es amigo, poco a poco verás como se desenvuelven ellos dos. Y tranquilo, pronto entenderás el porque de los sueños-pesadillas de nuestro protagonista. Nos leemos próximamente y gracias por comentar.

Gonmax: Jaja la práctica hace al maestro. Y eso quiere decir también ensayo y error. Pero sí, ahorita es un "Suertudo con las chicas". Para la próxima ten por seguro que no tendrás que esperar tanto. Gracias por estar pendiente del fic y comentar.

Respiró agitadamente mientras el rubio la cargaba por las piernas, pegada completamente a su cuerpo. Ella se abrazaba a el mientras hundía su rostro en su cuello, disfrutando del aroma que desprendía Naruto. Sintió como el la recargaba suavemente en una superficie cómoda, y se dio cuenta de que había llegado a su destino. Abrió los ojos y se encontró con la cara del rubio a pocos centímetros de la suya. Lo atrajo con su mano y le dio un apasionado beso. Gimió en sus labios al sentir una mano acariciar su pecho, e instintivamente arqueó su espalda para hacer más contacto.

El rubio separó su cara de su boca y la dirigió a su cuello, para proseguir con se sesión de besos y mordidas. Sonrió al sentirla estremecerse bajo su cuerpo. Siguió su camino, dejando un rastro húmedo, hasta sus pechos. La rubia dio un gemido audible a sentir los labios del rubio es esa zona tan erógena. Ino movió lateralmente su torso, indicándole al rubio atención para su otro pecho, a lo que el obedeció. Sonrío con evidente excitación. Naruto se ocupaba de un pecho con sus labios, y del otro con su mano libre.

El rubio prosiguió su camino por el abdomen trabajado de la rubia. Ino cerró sus manos en las sabanas mientras se dejaba hacer. Sentía todo tan exquisito. Sentía incluso la barba que había empezado a salir del rubio rozarla en su camino descendente. Se dio cuenta a donde se dirigía el rubio, y casi alcanza el clímax de imaginarlo alcanzar su meta. No podía esperar más, por lo que gentilmente con su mano empujo a rubio para que bajara más rápido.

Naruto sonrió ante ese gesto. Había bajado hasta su vientre, y sentir la seña de la rubia, le indicó que estaba más que deseosa. Bajo y pasó su lengua por toda la entrada femenina, y esa acción le basto para llevar a la ojiazul al orgasmo. El rubio la giro y se concentro en sus piernas, de abajo hacia arriba, comenzando por sus pies, para subir luego, concentrándose en su prominente trasero.

Ino se retorcía mientras el ojiazul seguía con su camino ascendente. Sintió la lengua del rubio recorrerla desde el inicio de su cintura, hasta un poco mas debajo de su cuello. De nuevo apretó las sabanas que tenía. Se dio cuenta de la cercanía del ojiazul cuando este le respiro lentamente cerca de su oído. Ladeó su cara y recibió un beso en la mejilla, para luego sentir como el rubio la volteaba y la acomodaba de nuevo bajo su cuerpo. El rubio tomó de la mesilla un paquete, y cuando lo fue a abrir la rubia se lo quitó. Abrió ella el paquete, y con experticia, deslizó con mucho éxito el preservativo. Naruto cerró los ojos y gimió guturalmente por el gesto.

La rubia abrazó con sus piernas a Naruto, y lo atrajo a sí misma. Gritó un gemido cuando sintió al rubio empezar el vaivén. –No pares- Dijo la rubia extasiada. Arañó al rubio, y este gruño sensualmente. La rubia empujó al ojiazul para quedar ella encima, y el muchacho se dejó hacer. Ella siguió con el movimiento de caderas, intensificándolo cuando vio la cara de excitación del rubio. La intensidad del movimiento provocó que ella llegara de nuevo, y las contracciones de su orgasmo hicieron que Naruto tambien alcanzara el clímax.

La rubia se desplomó cansadamente sobre el cuerpo del ojiazul. Respiraba, al igual que su acompañante, de manera agitada. Sintió sus ojos pesados, y sin cambiar de esa posición, se durmió en su pecho.

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Sakura bufó mientras revisaba de nuevo su armario, buscando que vestir para ese día. Se Había dicho a si misma no darle mucha importancia al asunto, pero ahí se encontraba frustrada por no poder sentirse satisfecha de su elección de ropa. Suerte y se había levantado bastante temprano.

Estaba distraída. La historia de su rubia compañera, acerca de su amante ojiazul, la habían dejado afectada. Por una parte, no podía creer que ese muchacho que alguna vez fue tan tierno, ahora fuera un depredador salvaje. “La habilidad y maestría vienen con la práctica” recordó la ojiverde de un profesor, que si bien no hablaba de sexo, se podía aplicar al contexto. -¿Con cuantas mujeres habrá dormido?- Se preguntó audiblemente, mientras veía una camisa roja que ella sostenía al frente.

Le sorprendía el hecho de que él, tan atento y tan amigable, cambiara tan de repente. Era solitario, en contraste de su calidez en la preparatoria. Y no es que ella no hubiera notado su calidez antes. Pero su mirada ahora es diferente. En medio de sus reflexiones, se dio cuenta de que extrañaba la manera en como el miraba a todo el mundo, y en especial a ella. Cualquiera sabía que si era necesario, podía hablar con el, y el no te ignoraría. Su condición de marginado lo llevó a permitir que cualquiera fuera su amigo. Cualidad que resultaba repelente, pues la gente entendía que era así por la falta de los mismos, y nadie quería juntarse con el menos popular, incluida ella. Pero ahora, el era quien recibía esas miradas. El era a quién buscaban, y esa mirada cálida, ya no era útil en su vida.

Y se dio cuenta en ese momento que Naruto solo se volvió popular. Una persona que la gente ve y respeta tanto, que simplemente se acercan para saludar y sentirse reconocidos por el, y aunque hablan o comparten, son contados los que son verdaderos amigos, si es que acaso tiene uno. Ambas vidas diferentes, y a la vez, ambas solitarias.

Sakura se vio en el espejo mientras se retocaba el borde de sus ojos con negro, y resaltaba sus pestañas un poco. Ya había decidido la combinación de ropa que usaría: Uno pantalones Blue-Jean a la cintura, junto a una camisa negra escotada, y con ciertos cortes por la parte de la espalda. Se puso una ropa interior de encaje negro. “¿Que diría Naruto?” se preguntó a verse en el espejo, y se reprendió mentalmente por pensar eso.

-Sabe tocar los lugares precisos-. Sakura negó con la cabeza, queriendo expulsar de su mente las palabras de su rubia amiga. Respiró profundo, abrió sus ojos y comprobó su atuendo, ya listo, por última vez. “No se que saldrá de esto” se dijo para sus adentros, nerviosa de tener que enfrentar a un pasado del cual se lamentaba. De todas las cosas que la habían sucedido en los últimos días, la que más le dolía era que, por primera vez en mucho tiempo, había perdido una batalla.  

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Ino despertó por el súbito movimiento del sitio donde estaba apoyada. Giró sobre su eje y cayó sorpresivamente en el colchón. Se acordó que durmió encima del rubio, literalmente, y se sonrojó. Consternada, volteó a ver a su compañero, pero lo que logró ver fue a Naruto de pié con toda su retaguardia sin nada de ropa. Desde la espalda hasta los pies. Observó que estaba nervioso, viendo de un lado a otro.

El rubio se movilizó rápidamente por la habitación y agarró un paño. Volteó a ver a la rubia, quién le devolvía la mirada divertida y consternada. –Son las 6:30 y mi turno comienza a las 7- dijo preocupado, saciando la incertidumbre de la ojiazul.

-¿Tendrás otro baño disponible?- Pregunto Ino. No es que no le gustaría repetir lo de bañarse juntos, pero como Naruto iba hacia el mismo lugar que ella, y además estaba apurado, lo mas conveniente era arreglarse lo más rápido posible.  

-Sí, si quieres báñate en el de la sala… Yo me bañaré en este- dijo apresuradamente mientras entraba al baño de su cuarto y entrecerraba la puerta.

20 minutos después, Ino estaba terminando de arreglarse, mientras veía a Naruto atragantarse unas tostadas. Rió divertida. Dio un último vistazo a su imagen en el espejo y sonrió satisfecha. –Lista- dijo captando la atención del rubio.

Naruto sonrió de manera cómplice. –Lo tenías todo planeado ¿No?-. Dijo divertido, mientras recordaba que la noche anterior ella había llegado en una gabardina, con sólo la ropa interior debajo. Ropa que no llegó más allá de la sala.

Ino tomó una manzana, y levantó los hombros para restar importancia. –No es mi primer rodeo-. Luego mordió la manzana y caminó en frente de un Naruto que la observaba aun entretenido. Llegó a la puerta principal y lo miró levantando una ceja y poniendo una mano en su cintura. -¿No estabas apurado?-.

Naruto mostró todos sus dientes en una sonrisa. –Solo bromeo- dijo, a lo que la rubia le sacó la lengua. Le causaba gracia que ella, quién era tan extrovertida, se hubiese sentido contra la espada y la pared. Se acercó a ella, la invitó a que saliera primero, para luego seguirla y cerrar la puerta tras de sí.

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Observaba distraída pasar las plantas y personas fugazmente por la ventana, apoyada sobre su mano, cuando oyó a su piloto hablar. –Ino… me preguntaba si…- La mencionada volteo para dirigirle la mirada. El rubio trataba de hablar, pero notaba que le resultaba difícil terminar de decir la frase que había iniciado. Ella sonrió.

-¿Si Sakura sabe que estuve contigo?- Naruto la miró un poco sorprendido y asintió. –Si, si sabe- dijo ella viéndolo fijamente, el rubio hizo una mueca y ella intuyó que quería. –No sabe lo de ayer aún, pero sabía de mis intenciones de pasar una noche más contigo-.

El rubio apretó sus manos en el volante, y suprimió sus ganas de preguntar como había reaccionado con la noticia. Si bien no uso a Ino, no podía evitar que esa interrogante circulara por su mente. -¿La conoces desde hace mucho?-.

La ojiazul asintió. -Desde el primer año de universidad-. Luego recordó que él había estudiado bachillerato con ellos, por lo que agregó. –A ella y a Tente… Son mis mejores amigas-.

Naruto la miró, asintió, y luego volvió a poner la mirada en la carretera. Se sentía nervioso, después de todo, estaría gran parte del día con la mujer de sus pesadillas.

-Naruto-. Llamó la rubio. El aludido la miró interrogante. –No le vayas a contar lo de anoche a Sakura ¿Si?- dijo la rubia como intentando convencerlo.

El rubio la miró confundido. -¿Por qué habría de hacerlo?-.

Ino levantó los hombros. –Realmente no lo sé… Solo quiero decírselo yo, me parece que es lo más indicado-. Pausó, le dio una mirada inquisitiva a Naruto y preguntó. -¿De acuerdo?-.

-Esta bién, de mí no se enterará-. La rubia asintió complacida.

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Sakura pisaba impaciente en la pared que daba al frente de la puerta del laboratorio. Eran las 7:15 y aun no había llegado nadie. Estaba cruzada de brazos, con una expresión de clara molestia. –Es que cuando llegue ya va a ver-. Exclamó ella en voz alta, aunque sabía que no le reclamaría nada, al menos no como ella imaginaba hacerlo.

Ambos, profesor y estudiante, retrasados. “Seguro y se estaba revolcando con alguien” pensó la rosa.

“-Sak- dijo la pelirrubio para llamar la atención de su amiga. –Planeo encontrarme de nuevo con Naruto, y quería que lo supieras-. Estaban en Cafek, y habían tenido una pausa en la conversación luego de que la rubia detallara su encuentro con el ojiazul. Pausa que fue anulada con el comentario anterior.

Sakura de nuevo casi se ahoga con el sorbo de café que había tomado. -¿C-Como?- dijo nerviosa. ¿Acaso su amiga planeaba empezar una relación seria con Naruto?.

La rubia resopló. –No se cuales sean sus intenciones contigo… Ni las tuyas con el pero…-

-No tengo ningunas intensiones con el- interrumpio la ojiverde.

-Ok… entonces ¿no hay problema?-. Dijo mirándola fijamente.

-No, ninguno- dijo ella mirando hacia otro lado. La verdad es que el tema la ponía nerviosa. No quería que su amiga se involucrara con el rubio. ¿Pero que podía hacer? Decirle que si había problema conllevaría a Ino a recriminarle el porqué su renuencia a arreglar las cosas con el rubio, y quizás hasta intentaría que el rubio y ella empezaran una relación. Era injusto. Él la había maltratado, la había humillado y aún así, le estaba yendo de maravillas, su amiga lo adoraba, compartía con el, mientras ella estaba siendo relegada y apartada. Se sentía impotente. No estaba acostumbrada a ser rechazada, y eso la molestaba mucho.

-Escucha, si es mucho problema, no lo haré- dijo la rubia  agarrándole la mano a Sakura. Ella sabía que el tema, y la proposición sobre todo, no le agradaban a su rosa amiga. Pero ella se sentía bastante bien al lado del rubio. Su manera de compenetrarse desde el momento en el que se conocieron la cautivó. Además, se sentía motivada y curiosa por el,  por su manera de actuar, de analizar. Quería conocerlo, y por supuesto, repetir la noche anterior con el.

-Te aseguro que puedes hacer lo que quieras con el, no me entrometeré-. Dijo apretando las manos. Ino suspiró y asintió. Sabía que no estaba del todo correcto lo que quería hacer, pero aún así, había algo en ella que la motivaba a realizar ese objetivo.”

Sakura se mordió el labio luego de recordar esa escena del día anterior, mientras se preguntaba si era Ino quién había retrasado al rubio. Negó con la cabeza. “Es muy pronto, ella no sería capaz”  dijo razonando. Sacó el celular para mandarle un mensaje a su amiga, pero escuchó unos pasos que desviaron su atención, impidiendo que empezara a escribir el mensaje.

Naruto caminaba igual que las últimas veces que lo había visto. Recto y confiado. Saludó a un par de chicas con un gesto de la mano, y las chicas rieron tontamente. Sakura rodó los ojos. El rubio la miró, y para su sorpresa, él le sonrió, ocasionando que ella abriera los ojos. El bastardo sabía como llamar la atención.

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Naruto se había bajado del carro, se había despedido de Ino, y habían acordado encontrarse con ella en otra ocasión. Se sintió extraño. Muy pocas mujeres habían repetido una noche con el. Y para sumar, ella quería verlo luego. Se preguntó a si mismo el porque había accedido, y llegó a la conclusión de que le agradaba pasar el rato con ella. Además era una experta en la cama.

Atravesó la entrada al instituto, y entró en conocimiento de que su encuentro con la rosa era inminente. Inhaló y exhaló lentamente mientras caminaba, y se preparó mentalmente. Cruzó a la izquierda en uno de los pasillos, saludo a dos chicas, y luego la vio parada frente a la entrada del laboratorio, cruzada de brazos y devolviéndole la mirada con esos ojos verdes que tanto lo volvieron loco. Ocultó su nerviosismo y sonrió, pensando que esa era la mejor manera de confrontar a una mujer que se veía claramente molesta.

-Llegas tarde- dijo ella cuando el se paró a unos pasos de distancia, mientras veía a otro lado para evitar verlo directamente.

Leon: Sí, la relación entre los rubios será un poco imprescindible a lo largo del fic. Ayudará a que los personajes se desenvuelvan mejor y todas esas cosas.

Por otra parte, La relación entre Los protagonistas sera rudo durante un tiempo. El pasado de ellos 2 aun esta entrelazado, y de una manera u otra tendrán que saldarlo.

Gonmax: jaja Si el muchacho ahora no le va nada mal. Y tranquilo que si va a haber NaruIno, pues como dije antes es un eje importante en la historia.

Madara es malo: Que bueno que para este fic te agrade jeje... Supongo que esos celos los vivimos todos los hombres alguna vez jajaj. Con respecto a Sakura, no es que sea bipolar, simplemente se dio cuenta de que el Naruto del pasado, a pesar de ser un tonto, la trataba mejor, y que le hubiese gustado encontrarse con ese Naruto en vez del actual.

Alex_xmar: Este será un fic así :)espero y te guste. Aunque por este capítulo la acción se centra solamente en la relación de Naruto y Sakura.

-…Y esto sería el módulo central- le dijo Naruto a una muy sorprendida Sakura. Habían pasado parte de la mañana informándole de que se trataba el proyecto del muchacho de ojos azules.

-Es… impresionante-. Dijo ella, imaginando el edificio que proponían, profesor y estudiante, en su cabeza. El proyecto consistía en un edificio de alta tecnología, especializado en artes, que incorporaría 3 auditorios y un espacio para mostrar galerías, así como salas especializadas para el aprendizaje. Los auditorios a su vez podían juntarse mediante un mecanismo, y así formar uno único más amplio. El diseño se basaba en el arte post-moderno, y mostraba un estilo high-tech.

-Si, lo malo es que aún hay muchas cosas por acabar para pensar en construir la maqueta-. Dijo Jiraiya desde su escritorio, a unos metros de ellos. –Y esa, señorita Haruno, es la razón por la que está aquí- dijo entre mintiendo y halagando. Después de todo, dos son mejor que uno.

Sakura asintió ante lo dicho. -¿Ayudaré con los planos?-

-Sí, y por supuesto, su colaboración será reconocida, y en un caso positivo, recompensada-. El viejo vio a la chica arrugar las cejas, dudosa, por lo que procedió a explicarle. –Verás, esta es una idea de Naruto y mía… Hemos observado la falta de centros de arte en la ciudad, y pensamos que podríamos generar un proyecto plausible para la construcción de uno- Sakura abrió los ojos entendiendo el peso de su participación. Jiraiya continuó. –Trataremos de tener maqueta y planos en un lapso de 2 meses, claro nada muy exquisito, y lo presentaremos en la alcaldía-.

-Wao, yo… yo no se que… que decir- dijo sorprendida la chica ojos verdes. Ella pensaba que el trabajo era una investigación, y si conllevaba planos, era para generar explicaciones o argumentos, o simplemente demostrar cosas. Pero esto era mucho mayor. Si el proyecto era aprobado, y su nombre figuraba en el, entonces su carrera se impulsaría notablemente. No solo se jugaba 25 puntos más en una materia.

-No tienes que decir nada… Al menos no por ahora- dijo sonriéndole el profesor. –Por los momentos se te asignará el diseño de las salas de aprendizaje, cosa que está bastante fría- dijo mientras se ponía de pie y le entregaba unos planos. –Ya estás familiarizada con estos-. Sentenció en profesor. Ella asintió, después de todo, en eso habían estado ella y el rubio lo que había transcurrido de la mañana. –Bien, igual tenlos a la mano, allí esta el espacio que dispones para ello-. El viejo luego se dirigió a la puerta. –No tengas miedo en aplicar tus conocimientos, pero sobre todo, tu creatividad-. Dijo antes de salir.

Sakura vio al rubio concentrado mientras tazaba una línea en el plano detallado de uno de los auditorios. –¿En serio la idea es de los dos?-.

El rubio distrajo su atención del papel y la miró. Levantó los hombros como para restar importancia y dijo –La verdad es que yo ya tenía un boceto de esto… mucho menos detallado por supuesto-. La rosa abrió los ojos sorprendida. –Jiraiya me comentó una vez que nos encontramos que le parecía triste la falta de lugares de arte en la ciudad, y bueno, lo demás creo que ya lo sabes- dijo sonriendo. Ella le sonrió en respuesta, y el volvió a concentrarse en el papel.

El ojiazul se sentía relajado en ese momento, pues la atención de ambos estaba puesta mayormente en el trabajo que realizaban. En un principio pensó que sería una pesadilla y discutirían de principio a fin. Pero se alegró de ver que Sakura compartía tanto su pasión por la arquitectura, que por un momento, todos los problemas se habían desvanecido. Ella por su parte estaba fascinada, había realizado planos, maquetas y proyectos, pero todos con fines académicos. Sin embargo, esta vez era algo real, algo que, con esfuerzo, podría observarlo en la ciudad, erguido y monumental como prometía ser.

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-¿Dónde esta Sakura?- interrogó Jiraiya cuando regresó y se dio cuenta de su ausencia en el espacio de trabajo.

-Fue al baño creo- dijo el rubio sin prestarle mucha atención al viejo. Concentrado como estaba en su papel, no se dio cuenta de la mirada traviesa que éste le dedicó, ni de la sonrisa de oreja a oreja que le dirigía.

-Chico- dijo para llamar la atención del rubio. Naruto movió un poco la cabeza para indicarle que hablara. El viejo volvió a llamarlo. –Chico-. Dio un suspiro al ver que el rubio no le dirigía la mirada. –Ey, deja de trabajar un momento ¿Quieres?- dijo ya empezando a irritarse. El ojiazul volvió su mirada a él confundido.

-Disculpa Jiraiya, es que ya me queda poco para terminar con el ala Oeste del auditorio “A”… Pero si quieres hablar podemos parar un momento- dijo el rubio haciendo una mueca. No quería dejar de trabajar, esa mañana se sentía más inspirado que de costumbre.

-Nah, traquilizate- dijo haciendo un gesto con la mano. -Lo que te quiero decir es rápido-. El viejo lo miró y volvió a sonreírle. –Te debo una disculpa chico-. Naruto lo vio confuso y el prosiguió, mientras agrandaba más su sonrisa. –Yo pensaba que no tenías el don… Pero ya comprobé que si lo tienes eh-.

-¿De que hablas?- le dijo el aún confundido rubio.

-Ustedes los Namikaze- dijo riéndose mientras recordaba las andanzas de su ahijado. Se acercó al rubio y lo palmeó por la espalda. –No debí dudar… El verte bajarte del carro con esa chica rubia que conocimos ayer- dijo el viejo con expresión de orgullo. –De verdad que lo tienes- Finalizó el viejo mientras le ponía una mano en el hombro al chico.

Naruto se paró de su asiento sorprendido y miró la habitación automáticamente. –Cálmate viejo, Sakura, su amiga, nos puede escuchar-. Dijo resaltando de manera tonal las palabras su amiga.

-¿Y por qué crees que te lo dije en su ausencia?- dijo cómplice el profesor. –No soy descarado… No como tú- se burló el viejo. Naruto lo miró con los parpados entrecerrados. –No fue el mejor movimiento llegar a la universidad con la rubia que compartió la noche contigo en el mismo carro ¿Sabes?-.

El rubio apretó los labios. –Es que no tengo intenciones de ocultar nada- El profesor le lanzó una mirada perspicaz. –Bueno, no tenía intenciones de ocultar nada-. Dijo, recordando el acuerdo que había hecho anteriormente con Ino.

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Sakura se miró en el espejo mientras se retocaba un poco los labios. Una sonrisa estaba plantada en su cara.

Su mañana había sido todo lo contrario a lo que ella se había imaginado. Pensó que el rubio haría un berrinche desde el primer momento en el que la viera, o le diría algo cuando se hubiesen encontrado solos, pero nada de eso pasó. El rubio fue muy profesional, le explicó de una manera muy elocuente, y en ningún momento le notó incomodidad.

Había estado nerviosa y un poco incómoda cuando lo vio llegar y plantarle esa sonrisa, pero luego de que empezaron a hablar del proyecto, todos sus problemas pasaron al olvido. Admiraba el trabajo que se habían propuesto esos dos. Y que ella estuviera allí, en ese momento, frente al espejo, pensando que esa oportunidad era de lo mejor, no se le habría pasado por su cabeza horas antes.

Se sorprendió a si misma observando al rubio hacer su trabajo más de una vez. Pero más allá de pensar cualquier cosa, lo que ella profesaba hacia el en esos momentos era admiración. Admiración por la pasión y esfuerzo que demostraba para su proyecto y para su carrera profesional. Se sentía en un lugar de trabajo al que se podía acostumbrar fácilmente.

Con ese pensamiento en su mente se encamino por el pasillo sonriente. Saludó a varios chicos en su camino de ida al taller. Cruzó a la izquierda en uno de los pasillos y divisó la entrada al laboratorio, siguió caminando pero detuvo sus pasos cuando escucho voces salir del interior del lugar.

Se acercó más cautelosamente y abrió los ojos sorprendida cuando oyó la conversación.

“Cálmate viejo, Sakura su amiga, nos puede escuchar… No fue el mejor movimiento llegar a la universidad con la rubia que compartió la noche contigo en el mismo carro ¿Sabes?... No tenía intenciones de ocultar nada”

Abrió su boca sorprendida, y se puso las manos en ella. “Así que si durmió con Ino… y planeaba restregármelo en la cara” pensó devastada la pelirosa. Todo su día se había hecho trizas en ese instante. Sintió su sangre empezar a hervir, cerró los ojos y resopló audiblemente. Avanzó lo suficiente para llegar al frente de la puerta, la abrió y pronunció los más tranquila posible –Naruto- el aludido volteó sorprendido al igual que el viejo. Sakura apretó la mandíbula y prosiguió. –Podemos salir un momento, necesito hablar contigo de algo- luego, sin darle tiempo a responder, empezó a caminar.
   
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Naruto tenía aun el corazón acelerado por la impresión que le dio Sakura al aparecerse así de improvisto en la puerta. Sabía que ella los había escuchado, por lo que se imaginaba que hablarían. La seguía rápidamente, pues ella casi corría. El rubio la observaba dar cada paso como un movimiento para desahogarse. Vio a la chica parar, por lo que el también hizo lo mismo a una distancia prudencial.

Sakura sentía que en cualquier momento podía estallar en lágrimas, por lo que respiró profundamente, se volteó y al verlo allí parado, lo poco que le quedaba de calma se desparramó por el piso. -¿Qué clase de desgraciado enfermo eres?- preguntó enojada. El rubio se sorprendió por la acusación. –Acaso te gusta hacerme sentir mal… ¿Ese es tu nuevo pasatiempo?-

Naruto no sabía que responder a ese tipo de preguntas. No podía decir que su intención no fue nunca lastimarla, pues en un principio si había querido hacerlo. Incluso esa mañana pensó en el malestar que él le podría causar con lo que había hecho junto a su rubia amiga –Yo-y-yo- empezó a balbucear el rubio, causando que la rosa se molestara más.

-Estás usando a Ino para amargarme la vida, sin importarte nada ni nadie- le gritó mientras pisoteaba la grama y apretaba los puños. El rubio arrugó las cejas, y cambio su expresión de sorpresa por una más seria.

-No estoy usando a nadie Sakura, y creo que eso tú lo sabes- dijo seguro el rubio.

-Al principio pensé que era coincidencia, pero ahora que lo veo mejor, seguro ya sabías de antemano que ella era mi amiga… Tenías todo planeado desde un principio, ¿Quién sabe cuantos años me habrás espiado?- Dijo histérica la rosa.

El rubio bufó por lo absurdo de su comentario. -¿Te estás siquiera oyendo a ti misma?- preguntó de manera retórica. –Esta bien que alguna vez estuve enamorado de ti, pero eso no significa que te hubiese acosado durante estos cuatro años… ¡Sabía que eras egocéntrica, pero no tanto!- dijo aireado el rubio.

-Como si te fuera a creer a estas alturas… Hasta planeabas decirme lo que hiciste con ella- dijo indignada. La rosa le lanzó una mirada desdeñosa y dijo venenosamente -Sigues siendo un perdedor-. El rubio abrió los ojos sorprendido y causó que la pelirosa repasara rápidamente lo dicho por ella. Inmediatamente se arrepintió de haberlo llamado así, por lo que suavizo su expresión de furia. Pero estaba molesta y muchas veces no controlaba lo que salía por su boca.

El rubio la miró en silencio unos segundos, y luego salió de su trance moviendo la cabeza. -¿Sabes que? No me importa lo que pienses de mí-. La rosada abrió los ojos, la pausa que el había hecho, junto con la respuesta la sorprendieron un poco. -Si el hecho de que yo duerma con Ino te molesta, ese es tu problema- dijo para luego tratar de alejarse, pero Sakura volvió a hablar.

-Sabes que sí me molesta, primero me lastimas en la discoteca y luego vienes y sales con ella ¿Qué esperabas que sintiera? ¿Alegría acaso? ¿Cómo puedes ser tan descarado para decirme que no la usas para lastimarme?- dijo herida y molesta.

-Creo que estás olvidando la razón por la que estamos aquí- dijo el rubio, tratando de tranquilizarse lo más posible. –Bah, después de todo no fuiste tu la que sufrió, es lógico que se te olvide-. Dijo visiblemente molesto el rubio.

-¿Pero vienes con eso luego de cuatro años? Por favor, ni los niños son tan inmaduros como tú… Supéralo y madura- dijo despectivamente.

El rubio apretó los diéntes y las manos. –¡Me importa una mierda lo que tu pienses! ¿No lo entiendes?- dijo explosivamente el rubio. Sakura lejos de asustarse acortó la distancia entre ellos.

-Bién, quédate con tu estúpido remordimiento- dijo apretando las manos ella también. Ella vio al rubio mirarla desafiante, lo que la hizo esperar una respuesta. Pero el rubio en vez de eso, lo que hizo fue voltearse para devolverse al taller. La ojiverde se molestó aún más por esa acción. -¡Puedes decirle a tu querido profesor que no me importa si me raspa la materia pues no pienso volver! No pienso trabajar con un idiota como tú-. Le gritó. El rubio se detuvo en seco, volteó a verla y le dedicó una sonrisa hipócrita, para luego llevarse una mano al corazón para simular un gesto de agradecimiento.

– ¡OH! ¿En serio? Acabas de alegrarme el día… Nó, no, mejor dicho, el proyecto entero- dijo despectivamente. La rosa se quedó fría en el lugar. Finalmente, vio a Naruto dedicarle una mirada “¿Dolida?”, para luego darle la espalda e irse definitivamente.

La pelirosa se quedó estática mientras veía como el rubio tomaba distancia. Luego de unos segundos, se dio cuenta de su soledad y pudo apreciar el silencio total que queda luego de una discusión. Sintió las lagrimas agruparse en sus ojos, por lo que empezó a ver todo borroso. Lanzó un gemido de llanto audible, se llevó las manos a la cara y empezó a llorar desconsoladamente.