¿Y si Dejamos de ser Amantes? [+18] Capitulo Cinco

Lo que tenía enfrente de mí no lo creía, la primera reacción que tuve fue llevar mis manos a mi boca y luego a mis ojos. Solo podía pensar que esto era un sueño y que tenía que despertar ya.

De verdad nunca espere a que Sasuke estuviera sobre una rodilla y pidiéndome matrimonio. La invitación a cenar se me hizo muy precipitada ya que entre semana no solíamos salir mucho.

No sé bien cuando di el "si" y sé que si lo dije porque Peter coloca la sortija en mi dedo y la gente comienza a aplaudir. Genial, era parte de un espectáculo. El que ahora es mi prometido, se levanta, me da un beso y me rodea con sus brazos en un abrazo, yo gustosa lo acepto.

— Te quiero, Sakura. No tengo más palabras para dedicarte en esta propuesta de matrimonio, nada lindo y quizás fue muy rápido, pero ya lo hice. Te quiero. Y lo siento por no ser un romántico.

— Yo también te quiero, Sasuke.

Tenía razón, no era romántico, sino todo lo contrario y escuchar esas palabras hacían que mi corazón saltara más rápido de lo normal y que yo me mantuviera muy emocionada ya que no solía escucharlas muy seguido.

No creí que un día pasaría esto con Sasuke, podría decir que yo me creía fiel a los pensamientos que tenía sobre que él no tenía intenciones a atarse con alguien, era suficiente un noviazgo. A veces ni reconocía lo que yo había hecho para que Sasuke me invitara a salir. Quizás actué como tonta siguiéndolo en algunas ocasiones sin que se diera cuenta para topármelo "accidentalmente", pero al final resulto y me casare con él.

— Entonces veremos la fecha luego, tú y yo. Cuando la tengamos pediré tu mano con tus padres, ¿te parece?

Yo solo me limite a asentir y darle muchos besos cortos. Esto estaba ocasionando que me sintiera demasiado feliz en una sola noche y para toda la vida.






— Podrías dejar de hacer eso... detente

— Sí, claro que puedo, pero no quiero.

— ¡Basta, por favor te lo ruego! Detente ahora.

Las manos de Naruto eran hábiles y parecían una máquina de cosquillas programada para que fácilmente yo esté en cualquier momento corriendo al baño. Mi risa inundaba toda la habitación, el aire comenzaba a faltarme y mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas. Intento con todas mis fueras alejar a Naruto de mi para poder tomarme un respiro y calmarme. Hasta que por fin se detiene, le doy mil gracias a su móvil que está sonando.

— Te has salvado esta vez. — me dice observando la pantalla e ignorándola. Vuelve a dejarlo donde estaba.

— ¿No contestaras? Puede ser importante.

— Antes de hablar asegúrate de agarrar el suficiente aire y calmarte un poco. — se posiciona encima de mí, me acomoda un mechón de cabello tras mi oreja. Ver esos ojos azules hace que me pierda un poco. — No es nada que pueda arreglar más tarde, así que no te preocupes.

Carraspee y agarre un poco de aire, ese fue el último paso para poder estar bien. Me aventure a no darle tanta importancia a la llamada y también a darle un corto beso a Naruto, de esos que no duran más que segundos pero que fácilmente te pueden dejar con ganas de más. Observaba con tranquilidad cada facción de la cara del hombre que estaba sobre mí sin apoyar todo su peso.

— ¿Qué piensas hacer en todo el día?

— Uhm, no lo sé, creo que esta cama está bien para dormir un buen rato contigo o tal vez para hacer cualquier otra cosa, o podemos ver alguna película.

— Creo que a ti te vendría bien... dormir.

Hace un mohín y se deja caer sobre mi cuerpo, solté una risa ahogada.
Cuando digo que le vendría bien dormir, es porque realmente parece que si necesita unas cuantas horas de sueño, tiene ojeras y hay ocasiones en el que su rostro se ve cansado. Aunque tenga tiempo trabajando así, parece que aún no se acostumbra a ese ritmo o quizás siempre aumenta el trabajo que tiene que hacer. Parece como si el llevara todo y no lo comparte con Shikamaru no fuera su mano derecha y socio.

Si a veces se mira fatal, hace unos años atrás se miraba peor.

— Entonces duerme conmigo.

— Hablas de ¿dormir-dormir? — pregunto riendo. Naruto me va dejando besos en mi hombro y cuello.

— Hablo de dormir, de acostarse cerrar los ojos y abrazarnos, ¿de qué dormir pensabas? — levanta su rostro y me da un beso para después dejarse caer de nuevo sobre mí.

— Del que acabas de describir hace un momento. ¿Cuándo te vas a quitar de encima?

Es en vano querer quitarlo de encima, parece un gran costal de papas, llevo mis manos hasta sus hombros y comienzo a zarandearlo, pero parece como si le agradara que hiciera eso. Decidí rendirme cuando su mano tomo una de las mías y entrelazo nuestros dedos.

Cerré mis ojos y me permití escapar de todo, de que mañana tenía que volver al hospital, de que estamos lastimando a dos personas y que mi marido no ha llegado desde anoche y ni siquiera ha sido para mandarme un mensaje. Cuando recién llegue aquí, mi mente me decía que esto parecía como si lo hiciera con rencor ya que Sasuke no me ha halado.

— La verdad es que hay un monstruo debajo de esta cama y si yo no estuviera encima de ti él ya te hubiera llevado lejos y quien sabe en donde te encerraría. Y yo no quiero que te lleven lejos de mí, Sakura.

— ¿Quién podría llevarme lejos de ti, Naruto? Eso en verdad suena imposible.

El peso que sentía desapareció y el rostro de Naruto estaba muy cerca del mío, no espere tanto y fui yo quien acorto la distancia. Nuestros labios comenzaron un baile lento y apenas parece que estos se están rozando por lo que llevo mis manos a su cuello lo atraigo más, para que el beso sea profundo con nuestras lenguas encontrándose en una batalla.

Los labios abandonan los míos, pero las caricias comienzan, el camino de pequeños besos que deja de mis mejillas hasta mi cuello hacen que mueva un poco mi cabeza para que tenga más accesibilidad en esa área. Sus manos van al dobladillo de mi blusa haciendo que esta ya no me cubra más y sea un adorno en el suelo de la habitación. Bajo un tirante de mi sostén y comenzó a besar de ahí, tomándose su tiempo explorando con su mano la poca desnudes de mi cuerpo.

Ya comenzaba a sentir el calor instalarse en mí, más aun cuando siento el bulto que está escondiendo los vaqueros de Naruto, suelto un leve jadeo y me apresuro un poco en quitarle la polera dejando al descubierto todo su torso, paso mis manos por su espalda haciendo que se estremezca y ahora mi sostén desapareció dejando mis senos libres.

— ¿No íbamos a dormir? — pregunte entrecortadamente.

— ¿Dormir? Durmamos entonces. — todo paro. Los besos y caricias cesaron, otra vez el cuerpo de Naruto estaba sobre mí, entonces abrí los ojos, admito que ya estaba muy acalorada.

— Muy bien, pero quítate de encima. — le dije, tratando de no parecer afectada por que se detuvo antes de que comenzara más afondo.

Él me hizo caso y se acostó a un lado, soltó un suspiro y cerró los ojos. Comencé a reír viendo como si se lo estaba tomando en serio, a pesar de escuchar mi risa no se inmuto. Ahora era yo quien debía tomar la iniciativa. Me levante y me puse a horcajadas sobre Naruto, lo cual lo tomo por sorpresa, puse mis manos en su pecho y él me miraba confundido.

— Vamos a dormir, ¿qué no?

— No, ahora apagaras lo que encendiste.

— ¿Ocasione un incendio? Si es así necesito agua. Podemos ir a la ducha, ahí hay agua y se puede apagar.

Intento incorporarse, pero no lo hizo con demasiada fuerza por lo que su espalda volvió a caer en el suave colchón, dejo sus ojos cerrados. Aún tenía mis pechos prácticamente al aire y mi cabello los cubría levemente. Coloque mis manos en sus hombros y de una manera lenta las dirijo a sus pectorales.

— No creo que necesites agua.

Me agacho llevando mis labios a su cuello, sonrió de medio lado cuando Naruto hace un leve movimiento cuando pase mi lengua por la zona. Los besos descienden a su pecho y mis dedos a su abdomen, luego a la hebilla de su cinturón, lo desabroche. Sabía perfectamente que se estaba conteniendo.

Le di una pequeña mordida a su hombro y me incorporé frotando mi intimidad con su entrepierna. Eso hizo que abriera los ojos y me mirara, tenía una ceja alzada y su boca formaba una "O", yo sonreí por mi cometido.

Seguí moviéndome, su respiración se empezaba a escuchar entrecortada y yo estaba con tendiendo un gemido, mordí mi labio inferior y en un movimiento rápido Naruto ya estaba encima de mí.

— Esta bien, apaguemos lo que dices que encendí. — me dice y ataca mis labios de una manera urgente.

— Me parece bien.

Los besos húmedos y el baile sensual que hacían nuestras lenguas, más los movimientos que hacía con sus caderas haciendo que nuestras partes se rosasen con la ropa de por medio, las empujaba lento. Pasaba sus dedos con delicadeza y a decir verdad apenas sentía su tacto sobre mis pezones y de vez en cuando por en medio de mis pechos. Todo eso hizo que arqueara la espalda unas cuantas veces. Al parecer Naruto no tenía las intenciones de quitarnos los Jeans, se miraba tan decidido a continuar así.

Admito que es la primera vez que hacíamos esto.

Con Naruto he hecho cosas que nunca había pensado hacer.

Se impulsaba hacia delante con sus caderas, creo que me está haciendo alucinar con un ritmo hipnótico que terminaban contra las mías, esto hacia que su muy destacable miembro se presionara en el vértice entre mis piernas. Sentía que cada vez más presionaba con fuerza, pase mis manos a lo largo de su espalda y una de ellas termino a su costado, justo donde tenía ese tatuaje de letras hebreas las cuales no se su significado.

Los jadeos y gemidos que emitimos se escuchar por toda la habitación, si alguien pasara por aquí fácilmente sabría que está sucediendo. Siento mucho calor y algunas partes de mi cuerpo hormiguean.

— Oh Dios santo. — digo o intente decirlo, puse mis ojos en blanco.

Naruto sigue presionando un par de veces más, deja de dar apretones en uno de mis pechos y ataca mi cuello, apretando su cuerpo al mío, mis pezones erguidos tocan su pecho cuando se aprieta a mí y sentí un cosquilleo, otra presión más y mi cuerpo se estremece, por unos instantes deje la tierra e hice un viaje al paraíso.

— Creo que quitaremos estos, me estorban un poco. — lleva sus manos al botón de mi Jeans y lo quita, me remuevo un poco.

Volvieron las caricias, los besos, los movimientos, pero ahora los dos fuimos ese paraíso de los orgasmos, juntos. Al final los dos permanecimos en la cama abrazados y durmiendo.

***

La jornada de trabajo nunca será tranquila y menos cuando dos adolescentes casi se matan a golpes. La exageración siempre será presente ante algunas ocasiones.

— Usted es muy bonita.

— Gracias. — le sonrió. — ¿Quieres contarme porque te han dejado así?

— Me pregunto si vio al otro chico…

El muchacho se aleja cuando paso el algodón por sus heridas en la cara. Claro que había visto al otro chico, pero él era mi paciente y en estos momentos me preocupaba más él. Tenía una ceja y el labio inferior abiertos, un ojo morado que en cualquier momento se le hinchara y ya le había parado de sangrarle la nariz aunque podía ver que le costaba respirar.

— Por supuesto que mire al otro chico, estaba igual o peor que tú. Aun así mis compañeros los separaron al entrar al hospital. — frunzo un poco mi ceño, toco de manera delicada a su costado. — ¿Te duele aquí? ¿O aquí? No te hagas el fuerte y dime.

— Si, me duele, al respirar también.

— Te haré unas radiografías al terminar de tratar estas heridas. Dime Konohamaru, ¿Qué fue lo que paso?

Frunce sus labios y se queja un poco por el dolor que le ocasiona hacerlo, luego gime porque volví a pasar el algodón por su ceja y otra en su pómulo.

— El muy maldito quiso abusar de mi mejor amiga, ella hizo el intento de que yo no lo golpeara pero era tanto mi coraje que comencé a dar puñetazos y patadas, cuando menos lo espere él también se estaba defendiendo. — hizo puños su manos y sus nudillos rojos se pusieron blancos. — Si no fuera por usted, en este instante iría a donde se encuentra y lo seguiría golpeando.

— ¿Si estas consiente de que tienes que avisarle a la policía verdad?

— Lo iba hacer de todos modos. Espero que ese maldito no solo se quede así. Si yo no hubiera llegado a tiempo…

— Pero lo hiciste, llegaste a tiempo y ahora tu amiga no tendrá consecuencias psicológicas más fuertes de las que puede tener ahora. — pongo mis manos en sus hombros, intento consolarlo. — Tu trabajo ahora es ayudarla a superar esto.

— Claro. — lleva su mano a un costado. — Todo sea por ella y porque la doctora más bonita que me ha tocado me lo pide.

— No creas que por decirme cosas bonitas te salvaras de tener reposo. — digo riendo, él pone un puchero. Pero gracias.

— Rayos, me has atrapado. De nada.

Dejo las cosas que utilice, le pongo un Steri-Strip y tiro los algodones manchados de sangre con los guantes de látex, camino hacia la puerta.

— Muy bien, espera aquí y en unos instantes, alguien vendrá por ti y te llevara hacerte unas radiografías, tal vez tengas algunas costillas fracturadas. Luego de eso vendré a verte.

Konohamaru solo asiente y yo salgo, le pido al enfermero que lo lleve a la sala de Rayos-X, después yo le daré una vuelta. Paso a ver a un paciente que le que los puntos de una sutura que hice hace unos cinco días, ya tenía tiempo esperándome. No tarde demasiado con el paciente, por lo que decidí hacia donde se encontraría el chico para poder ver que tan lastimado estaba, estoy segura que debe de tener al menos dos costillas rotas.

Camino por el pasillo hacia donde están las puertas del ascensor, mientras caminaba checaba mi móvil, tenía que ver por lo menos había alguna llamada o algún mensaje de mis padres. Al pasar por una puerta se escuchó un sonoro ruido, como si se hubiera caído algo, retrocedo unos cuantos pasos para estar a la par de la puerta en donde se escuchó el ruido. Era una de las puertas donde se guardaban los accesorios de limpieza.

Dudo unos instantes en abrir la puerta, no imaginaba que podría suceder si la llegaba a abrir, tal vez una avalancha de accesorios de limpieza o quien sabe, tal vez la persona que se encarga de la limpieza de este piso. Un poco indecisa abro la puerta y por un momento la vergüenza mesclada con asombro aparece.

— ¿Qué es lo que están haciendo? — pregunto con risa nerviosa, es una pregunta estúpida para hacer porque sé muy bien lo que están haciendo.

Las manos del chico salen de la blusa de Ino, abandonando su busto y las manos de Ino, bueno, al menos una de ellas, sale de su pantalón, se acomoda rápidamente la blusa y su cabellera. Ambos se arreglan rápidamente y salen del cuarto de limpieza, al parecer el muchacho se sentía apenado ya que ni siquiera nos miraba.

— Que inoportuna eres, Sakura.

— ¿Inoportuna yo? No era yo la que se estaba besuqueando y toqueteando en el cuarto de intendencia en el trabajo. — vuelvo reír de una manera ligera, necesitaba dejar de hacerlo. — Creo que necesitare lavarme los ojos con jabón aunque estos ardan al momento.

— Tú tuviste la culpa por abrir la puerta. — se voltea hacia el chico. — Y a ti te dije que cerraras con pestillo, si lo hubieras hecho esto no estuviera pasando, por lo tanto tú tienes la culpa cariño.

— ¿Lo siento?

— Creo que viviré con un trauma durante unos meses.

— Como si tú no hicieras algo como esto con tu marido.

Sentí como un pequeño ardor en mis mejillas aparecía, mi rostro se ha de ver apenado, ya que con mi marido no hago este tipo de cosas desde hace un tiempo, pero con quien hago eso y tal vez algo más es con Naruto.

— Como sea. — dice. — Mira, él es Sai, es el chico del que te hable. Sai, ella es Sakura, mi mejor amiga, compañera del crimen y locuras.

— Es un gusto conocerte, Sakura, he escuchado mucho de ti.

Sai, quien se ve un chico demasiado serio para estar con Ino me tiende la mano en modo de saludo, hago una mueca mentalmente y acerco un poco mi mano para luego quitarla y repetir la acción un par de veces hasta que me ordeno a no ser mal educada y darle un apretón de manos rápido tratando de quitar la imagen de que esa mano estaba en el pecho de mi mejor amiga.

Él sonríe, le devuelvo la sonrisa, luego volteo a ver a Ino quien tiene una mirada extraña hacia nosotros, como si estuviera esperando el momento de presentarnos, pero ella no sabe que no fue en un buen momento.

— El placer es mío. — carraspeo la risita tonta aparece una vez más. — Bueno, espero que Ino no te corrompa, se ve que eres un buen chico.

— ¡Oye!

— Sera mejor que me vaya, espero y no vuelvan a querer apagar su calentura en el cuarto de intendencia y que el encargado los encuentre.

***

Abrí la puerta del apartamento, camino hacia el comedor dejando mi bolso en el sofá y mis zapatos en seguida de este, voy haciendo mi recorrido hacia la cocina con un paso lento y llenando mis fosas nasales de lo que parece un buen aroma a comida china. Me asomo cuidadosamente por la puerta de la cocina, veo como Sasuke está vertiendo una cantidad de comida en dos platos.

— Bueno, creo que la suerte corre de mi parte. — dice cuando entro de lleno a la cocina. — Hola.

— Hola, huele delicioso, tengo hambre.

— Me lo supuse. — se da la vuelta y deposita un casto beso en mis labios. Por un momento contuve la respiración. — ¿Cómo te fue el día de hoy?

— Bien, todo fue bien, y ¿Cómo estuvo el tuyo?

Acomoda los platos en el comedor, ambos nos sentamos y comenzamos a cenar, parece como si estuviera meditando su respuesta, me dedica varias miradas como si me evaluara para ver si estoy “calificada” para lo que va a decir, si no me dice algo está bien, yo no le reclamare, además no sería la primera vez que lo hace.

— Todo está bien, mucho papeleo y varias juntas. — dice dejando el cubierto a un lado. — Volveré a irme en dos días, la obra de unos de nuestros clientes ya esta empezada y necesito supervisar que todo esté bien con mis empleados.

— Esta bien. Solo avísame cuando llegues.

— Muy bien, cuando me vaya me despediré de ti y cuando llegue al destino recibirás un mensaje mío.

La noche de hoy está muy comunicativo, me cuenta como casi pierde a un cliente y lo difícil que fue persuadirlo para que se quedara y la empresa se hiciera a cargo del trabajo.

También estuvo un poco atento y cariñoso. Las luces estaban apagadas y su brazo estaba rodeando mi cintura, mientras tanto algo quemaba en mi pecho. Sabía perfectamente que esta noche no dormiría lo suficiente.

Me sentía culpable.

Capítulo cinco.


La tarde del día de hoy la podría denominar como una excelente. Había sol y no se sentía tanto calor. Parecía como si no hubiera salido en semanas y no me hubiera dedicado tiempo para mí.

Caminaba junto a Naruto por la acera del famoso Central Park, pasando a lo que él le llama "nuestro último tiempo juntos". Al principio esas palabras llegaron a mí y me hicieron sentir un tanto triste, luego, después de que rondaran por un largo tiempo por mi cabeza, comprendí que solo pudiera que estuviese celoso porque en una semana me casaría.

— Estas consciente de que este no será nuestro último tiempo juntos, ¿verdad? — le digo. En respuesta recibo un bufido. Bebe del café que lleva en la mano.

— Las cosas cambiarán, ¿tú estás consciente de ello? — me mira. — ¿No crees que es un poco precipitado?

— Claro que estoy consciente de que las cosas cambiarán, ya no estaré soltera y viviré con el hombre que amo.

— O dices amar.

Volteo a verlo, él ni siquiera me mira, tiene su vista clavada en algún punto o lleva la pajita de su café helado a sus labios.

— Ya no hay que hablar de eso, ¿sí? Solo quiero estar bien contigo. — me detengo y lo tomo de la mano, sus ojos azules me observan. — Quiero que sepas que aunque en una semana me estaré casando yo siempre estaré para ti. Eres mi mejor amigo y siempre lo serás porque sabes muchas cosas de mí y yo de ti, porque has estado en los momentos difíciles y felices de mi vida, porque te quiero y te adoro.

Me quedo en silencio un momento porque quizás Naruto quiere decir algo, pero no dice nada, solo desvía su mirada hacia otro lado y luego mira hacia el suelo.
Creó que sus celos son más fuertes.

— No me perderás. Naruto, eres mi familia. Eres muy importante para mí, ¿lo sabes verdad? Saca de esa cabeza tuya que está llena de ideas locas que me perderás porque no es así. Tendremos tiempo juntos, saldremos a desayunar o a tomar algo como en estos momentos.

— Este bien. Vayamos a dejarte a tu casa. — es lo único que dice.
El camino de regreso estuvo muy silencioso, me habían entrado unas ganas de golpearlo por cómo se estaba comportando.

Cuando llegamos hice que pasara a mi casa a la fuerza, necesitaba entregarle algo y no iba a esperarme hasta que lo volviera a ver para hacerlo.

— Espero que te guste.

— Por alguna razón sé que me encantará.

— Naruto... No por el hecho de que me vaya a casar nuestra relación y contacto cambiara. — le digo en un intento de convencerlo. — Voy a casarme no ha mudarme al otro lado del mundo.

Él resopla, haciendo que yo me sienta mal, hace que la pregunta sin respuesta de que pasara con nuestra amistad después de mi boda ronde por mi cabeza.

— Espero que me perdones, Sakura.

— ¿Por qué? No has hecho...

Sus labios me callan de una manera suave y hábil, me quedo perpleja con los ojos abiertos por unos segundo y sin la habilidad de moverme por el asombro.
Los movimientos suaves y delicados terminaron pronto, sus manos abandonaron mi rostro y sin más se fue. Sin decir nada Naruto salió por la puerta.



La noticia que Ino me da me deja anonadada. Impactada. Sin poder creérmelo.
Estaba tentada a preguntar más sobre ello, pero no quería parecer una persona interesada en los problemas personales de alguien, incluso agradecería que Ino ya no diga una palabra más sobre el tema.

— Yo en verdad no creía que los rumores eran ciertos, ¡no parecía ser de ese tipo de persona!

— Supongo que no eras la única que pensaba eso, yo creía lo mismo. ¿La despidieron?

— Aun no me entero de eso, dame esta tarde y te traeré información.

— Se perfectamente que en cuanto dobles por ese pasillo sabrás hasta lo que pasará el mes que viene.

Lo último que quería involucrarme más en ese tema. Es una noticia sorprendente y que en verdad no me esperaba aunque hubiera rumores en el hospital. Con una amiga como Ino me entero hasta que hay debajo de los sofás que se encuentran en las habitaciones y no estoy diciendo que sea metiche, solo un poco comunicativa. O eso dice ella.

— El poder de la comunicación. — dice haciendo su rubia cabellera hacia atrás. — Pero quizás si la despidan. Tan joven y ha hecho perder su carrera. Creó que no era tan necesaria esa actividad en el paciente para saber si se encontraba bien.

— No lo sé Ino. — digo mientras veo mi móvil. — Ambas sabemos que este no será un tema el cual tomen a la ligera pero tampoco tengo la menor idea si ya no podrá trabajar como enfermera.

— Tienes razón... Cuando me encuentren con el miembro del paciente en mi boca te lo haré saber.

— ¡Ino!

— Es una broma, relájate. Soy atrevida, pero ni de broma haría eso.

La veo fijamente y comienza a reír. Claro que es atrevida, me puedo esperar muchas cosas de Ino, pero también sé que es muy sensata.

***

— Hace dos días que tu marido vino al hospital. — ambas salimos por la puerta principal. — Supongo que ahora mismo está en un viaje de negocios. Quizás por eso tienes cara de amargada.

— Quizás llegue hoy. No he tenido contacto con Sasuke desde que se fue y no me gusta molestarlo cuando está trabajando.

— ¿Ni en las noches?

Niego con mi cabeza, ni siquiera tenía idea del porque no le mandaba un mensaje por la noche para saber cómo esta. Tampoco sabía porque estaba de un humor tan fatal. Ni los chistes malos de Choji me hacían reír el día de hoy, aunque solo por compromiso.

— ¿Qué te parece si vamos a beber algo en mi casa? Hace poco compre una botella de Vodka. Podemos invitar a Ten-Ten.

— Me parece bien.

— ¡Entonces andando!

Conduje hasta la casa de Ino mientras escuchaba la radio, no pasaban de las diez de la noche, no me importaba demasiado desvelarme esta noche ya que mañana no trabajaría.

Estuvimos llamando a Ten-Ten para que se reuniera con nosotras, después de la tercera llamada ella contesto un poco apenada y se disculpó por no contestar anteriormente, después de un pequeño cotilleo y risas, hubo otra disculpa porque no podría reunirse con nosotras a beber porque pasaría un tiempo con sus padres.

No tengo la menor idea de cuantos vasos me he tomado ya, pero puedo decir que aún tengo la capacidad de hablar y formular buenas oraciones.

— Es estúpido. Muy estúpido. Es demasiado estúpido estar bebiendo sin ni siquiera tener un motivo. — digo, entrecerró mis ojos hacia el vaso que contiene un poco de líquido cristalino. — Aunque...

— Mejor cállate. El motivo será, que... ¡Pasar un buen rato con tu mejor amiga! Si... ¡Eso será! Es un buen motivo.

— ¿Ya estas ebria? — río, Ino me mira y niega haciendo que parte de su cabello rubio se pose en su cara.

— Claro que no lo estoy, ¿y tú?

— Pues no estoy diciendo incoherencias.

— Ese es un buen punto.

Ambas comenzamos a reír, luego de eso las conversaciones y risas comenzaron a fluir y de un momento a otro Ino fue a la cocina y apareció con otra botella de Vodka. Tome vasos más mientras seguíamos hablando de cualquier cosa a decir verdad.

Mi vista comenzaba a sentirse un poco cansada y ya era como la tercera vez que me levantaba para ir al baño a mojarme la cara y a hacer pipí. Poco a poco me sentía afectada por el alcohol, mientras que en mi punto de vista Ino se miraba perfectamente bien.

Tomo mi vaso y bebo un poco de el, creó que este será mi último vaso de la noche. Mañana me espera una horrible resaca.

— Ahora que recuerdo, tú dijiste que tenías algo que decirme.

— ¿Lo hice? — finjo demencia por que recuerdo haberle dicho, pero ni siquiera estoy segura de decírselo aun. — No recuerdo, en verdad.

— Sakura, no juegues conmigo, por supuesto que lo dijiste.

— Tal vez, pero no recuerdo que era lo que tenía que decir.

El timbre de notificaciones de mí móvil se hizo presente y nuestra vista fue hacia donde estaba el aparato, luego mi mejor amiga me mira a mí. Me ha salvado.

— Si es el imbécil de Sasuke, dile de mi parte que se joda, por no avisarte temprano que no llegaría hoy. Luego tú podrás decirle que lo amas y lo extrañas, pero primero dile que se joda.

— Por supuesto, lo que digas.

— Gracias.

Abrí el mensaje y no era Sasuke el remitente. Era alguien más como alguien con ojos azules y cuerpo que me vuelve loca. Leo como puedo el mensaje, unas cuantas veces debo de admitir.


"Perdón por no haber dado señales estos últimos días, he tenido mucho trabajo. Te extraño, Sakura."


"Tal vez no debería perdonarte."


Yo realmente debería ser un poco dura con él. Se perfectamente que de vez en cuando no podemos vernos con frecuencias gracias a nuestros trabajos y cuando podemos vernos Naruto simplemente decide por si mismo dejarme descansar, quizás aún no le queda lo suficientemente claro que yo descansaría mucho mejor a su lado.

Otro mensaje llega, le echó un vistazo a mi mejor amiga quien esta recostada en el sofá y aparenta estar dormida.

— Maldita sea Ino, no me digas que te dormiste.

— Sigo viva, no te preocupes. — se sirve otro vaso y enarcó una de mis cejas. — ¿Te sirvo otro?

— No, no más para mí. Gracias.


"¿Por qué? Por favor, perdóname, Sakura "


"No lo creó posible esta vez."


"¿Estas en el hospital? Quiero verte."


"No. No estoy en el hospital."


Dejo el móvil a un lado mío y suelto un suspiro. Ahora siento que me estoy comportando muy dura con Naruto y eso me está haciendo sentir mal pero mis ganas de seguir actuando de esa manera sigue. Quizás es por el alcohol.

El móvil vuelve a sonar y antes de ver el mensaje, decidida tomo la botella y me sirvo un poco más del líquido que contiene.

— Este vaso y ya. — digo para convencerme, luego río.

— Si tú lo dices.



"¿Entonces dónde estás? Vamos Sakura, cariño, dime donde estas, en verdad quiero verte."


"No será solo cuando tú quieras Naruto. Eso tienes que saberlo."


"Sé perfectamente que no es solo cuando yo quiera, entiendo. En verdad lo hago.

Pero dime, ¿dónde estás, Sakura? Por favor."


— ¿Por qué tienes esa cara?

— Me estoy debatiendo algo, que, tal vez sea importante.

— Sabes que si no tienes en donde quedarte, siempre hay espacio para ti aquí.

— ¿Que dices?

— No lo sé. — se encoje de hombros y me mira. — Solo creí que tal vez habías tenido alguna especie de pelea marital por mensaje de texto.

— Bueno, a esto no le llamo pelea, pero te lo agradezco, Ino.


"Entonces... ¿Me dirás?"


"Estoy en el departamento de Ino."


Si... Eso fue demasiado rápido. Me siento decepcionada de mí.
O bueno, estoy con un pie del otro lado de la línea de sentirme decepcionada de mí y el otro estaba del lado en donde creía que hice lo correcto y no me sentía para nada mal.

Deje por fin el móvil en el sillón, ya no recibí respuesta y tampoco yo ya no revise. Ino ya se miraba un poco atontada por el alcohol, quizás yo este igual que ella, aun así ella se sirvió un vaso más de Vodka.

— Te ves algo extraña últimamente, como si algo no te hiciera sentir bien pero a la vez de maravilla. — las palabras arrastradas que salen de su boca hacen que le preste más atención. — A veces no te entiendo, ¿Qué es lo que te tiene de esa manera?

— No es nada, en verdad.

— Oh vamos, eres mi mejor amiga, te conozco lo suficiente como para darme cuenta de que te está pasando algo. — bebe del vaso. — ¿Por qué no me lo cuentas?

— No es el momento. No me siento lista.

— Sabes perfectamente que yo no te diré nada, siempre te apoyare, Sakura. Cuando estés lista puedes decírmelo.

— Estoy haciendo una cosa terrible, y hay otra persona de por medio. Me hace sentir cosas inexplicables pero luego llega la culpa y eso comienza a matarme lentamente, ¿no te ha pasado? — tomo un respiro para continuar, comenzaba a escuchar como también arrastraba las letras. — Es como si sintiera cálido y bonito, y luego después siento una opresión que abarca de mi pecho hasta mi estómago y eso me avisa que lo que estamos haciendo es terrible.

Levanto mi vista hacia ella y me doy cuenta que esta recostada sobre su mano y con los ojos cerrados, suelto aire.

— ¿Ino?

Me levanto y la muevo un poco, solo recibo un par de quejidos de su parte y me da entender que se ha quedado dormida. Se escuchan unos golpes que provienen de la puerta principal, ni siquiera sabía qué hora era, pero algo me decía que no eran horas de recibir visitas. Tenía planeado no abrir la puerta, aunque la persona que este del otro lado se esté volviendo insistente.

— Sakura, abre la puerta por favor y diles que no me encuentro o que se yo.

— ¿Por qué no solo los dejamos que sigan tocando? — pregunto y voy al sofá con la intención de volverme a sentar.

— No seas mal educada... abre, por favor. — dice alargando la última letra de manera graciosa.

Se vuelve a acomodar de una manera que se ve un poco incomoda. Me levanto un poco mal humorada y me dirijo a la puerta, cuando la abro me encuentro con Naruto y me sonríe. Solo basto con verlo para ponerme de una manera seria, cierro la puerta de tras de mí.

— ¿Qué haces aquí?

— Vine a verte, bueno... a verlas, ¿Dónde está Ino?

— Yo no quería que vinieras. — claro que si quería que viniera. Aun así mi orgullo es más grande.

Ladea su cabeza un poco y ríe.

Me lo estaba poniendo un poco difícil, yo queriendo estar enojada con él y simplemente viene y hace que mi mundo empiece a dar vueltas a otra dirección en la cual él es la atracción principal. Tenía que mantenerme firme a todo lo que mi cerebro piense aunque este un poco dañado por el alcohol.

— ¿Has bebido?

— Que te importa, ¿acaso te molesta?

— Para nada. — ríe, da un paso hacia a mí. — ¿Por qué estás tan enojada?

— Tú lo sabes perfectamente.

Frunce su entrecejo y en un par de segundos lo suaviza para luego darme un rápido beso en la mejilla, lo empuje un poco y me separe de él, su cara de desconcierto hizo que yo me sintiera de esa manera también. No me dijo nada por un momento, su silencio me decía que me estaba dejando pensar las cosas y que estaba buscando las palabras correctas para hablar.

Se volvió a acercar a mí con la intención de abrazarme, puse mi mano enfrente de Naruto y él se detuvo.

— No.

— ¿Qué sucede? — ambos nos quedamos en silencio por unos segundos. — ¿Pasa algo?

— No será cuando tú quieras Naruto.

Él asiente y me mira decidido, luego vuelve a sonreír tratando de acercarse a mí, pero yo insisto en alejarlo de mí.

— Yo no soy cualquier juguete el cual siempre estará esperándote para que te deshagas del aburrimiento y puedas satisfacerte cuando quieras. — continuo firmemente, con estado de ebriedad pero firme. — Por lo tanto, no será cuando tú quieras Naruto.

— ¿Qué dices? Sakura, cariño, eso yo lo sé perfectamente, esto depende de los dos. Lo siento tanto, en verdad. No quise que pensaras eso. — posa sus dos manos en mis mejillas. — Sabes perfectamente que no pienso que solo eres un juguete, eres una persona increíble a quien yo amo.

— No te creo.

— Oh vamos. — comienza a besar todo mi rostro. — Sé que no llame en casi toda la semana, pero no sabía exactamente si tú tenías mucho trabajo o estabas ocupada en otras cosas, no sabía en qué momento llamar... — depositaba un beso por cada palabra que decía. — Pero eso no quiere decir que yo piense en eso que tú has dicho hace unos minutos atrás. Si por mí fuera estuviéramos en todo momento juntos, haciendo muchas cosas.

Al parecer se enfadó de besar mi rostro porque termino en mis labios, con un beso un poco urgente y a la vez lento. Correspondí cada beso que me dio, haciendo que yo soltara un pequeño sonido que al parecer era de satisfacción. Después de un par de besos más, tuve la fuerza de voluntad para poder separarme de Naruto. Tenía sus labios inflamados, llevo mi dedo pulgar a la comisura de su labio y limpio el pequeño rastro de labial que deje gracias a los besos, supongo que los míos han de ser un desastre.

— Prometo escribir y llamarte más seguido. — me da otro pequeño beso.

— Deberíamos parar ya, Ino está adentro.

— Ella sabe guardar secretos. — susurra en mi oído para luego dejar un beso ahí. — Uno más, ¿sí?

Ni siquiera dejo que yo articulara una palabra y volvió a atacar mis labios con delicadeza, sus brazos rodeaban mi cintura, me atrajo más a él e hizo que cualquier rastro de distancia desapareciera. Dejo su cabeza en mi cuello, dejando un par de besos y caricias con su nariz.
Me abrazaba cada vez más fuerte pero de una manera en la que no me lastimaría, era como si no quisiera dejarme ir y yo no quería que dejara que me fuera.

— ¿Nos vamos? — pregunta viéndome a los ojos y enarcando sus cejas.

— No puedo dejar a Ino así.

— ¿Que tanto has bebido? — pregunta riendo. — También es bueno preguntar, ¿que tanto ha bebido Ino?

— ¿Por qué lo preguntas?

— Por tu manera graciosa de hablar, porque estas un poco sonrojada y precisamente no fui yo quien hizo que te pusieras así, también parece que en ocasiones el mundo te da vueltas.
Si supiera que es él quien hace que mi mundo da vueltas y a veces odio ese hecho. Agarre su mano entrelazando nuestros dedos, abrí la puerta de la casa de Ino y lo hice pasar tras de mí.

— Solo un poco, nada del otro mundo. — digo riendo, ni yo misma sabia cuanto hablamos bebido. — Pero creo que Ino quedo en fuera de juego.

— ¡Vaya! Solo dime que no tuvo problemas con su novio y que por eso se ha puesto así.

— Tranquilo, nada de esto ha sucedido. — me cruzo de brazos cuando lo veo ponerse en cuclillas frente a ella. — Puedes dejar la faceta de hermano mayor aun lado.

— ¿Te molesta? — pregunta con tono de broma, voltea a verme con una sonrisa y yo niego. — Al menos esta respirando bien.

La llama por su nombre un par de veces, de manera baja y suave y luego otras de una manera alta y firme. Ino solo abrió un par de segundos los ojos y pregunto que sí que queríamos con una serie de insultos muy mal pronunciados.

— También esta consiente. — continua. — Se supone que tú eres la doctora aquí.

— Vente al demonio, Naruto.

— Solo si me acompañas, nena.

— Si claro. — lo empujo un poco y alcanza a sostenerse con el sofá, comienzo a reír cuando él me hace una mueca graciosa.

— Bien... Creo que llevaremos a esta damisela a su habitación, esta posición se me hace un tanto incomoda, no entiendo cómo es que esta plácidamente dormida.

La levanta en brazos y la lleva hasta su habitación lo sigo para poderle ayudar con la puerta, la acuesta con sumo cuidado en la cama, pone sus brazos en jarras y me voltea a ver.

— ¿Qué?

— No sé si cargue a Ino o a un costal de papas.

— Eres un exagerado.

Cuando parece que se ha recuperado busca una liga, le ata el cabello a Ino y para concluir la acomoda de lado. Voltea a verme, alza ambos dedos pulgares para después sonreír de una manera no muy normal.

— Misión cumplida. — se acerca a mí, pone sus dos manos a lado de mi cintura y voltea a ver a nuestra acompañante que aún sigue dormida. — Creo que el alcohol y el cansancio se han unido contra Ino. Estará bien. Bueno... tal vez amanezca con una resaca, pero nada que no se pueda manejar.

— ¿Qué es lo que intentas tramar Naruto Uzumaki?

No había notado que el nudo de su corbata estaba muy debajo de donde debería estar y dos de los botones de su camisa azul pastel estaban desabrochados. Pase una de sus manos a su cabello.

— Nada que tú no quieras. Solo quiero pasar tiempo contigo. — apoya su frene con la mía. —

Incluso podemos quedarnos aquí si tú lo quieres.

Nos quedamos en silencio en la misma posición. No sabía qué hacer, si me iba resultaría extraño solo irme y me sentiría mal por dejar sola y ebria a Ino, por otra parte, si me quedaba, Naruto también se quedaría e iba a batallar demasiado para que se fuera y el estando aquí las cosas se pueden poner un poco candentes.

Unos sonidos llamaron nuestra atención, volteamos a ver a Ino quien se estaba acomodando de forma diferente. Naruto comenzó a caminar haciendo que yo lo hiciera también pero de espalda.

Antes de arrepentirme, tome de la mano a Naruto y lo saque de aquí, cerré con seguro la puerta y lo lleve hasta su auto, él abrió la puerta de copiloto un poco desconcertado, me subí y le hice una seña para que él también lo hiciera. Cerró la puerta y se digirió al otro lado del coche, en cuanto se subió encendió el motor y arranco.

***

Una luz daba contra mi cara, no recordaba haber dejado las persianas abiertas, me estaba realmente molestando, abrí mis ojos con pesar y los volví a cerrar gracias a la luz que no provenía de la ventana sino de lo que parecía ser el baño. Me dio pereza levantarme para apagarla, me voltee dándole la espalda, para mi sorpresa no estaba sola en la cama y tampoco estaba en mi casa ni en la de Ino. Observe bien la espalda desnuda y todo lo que podía ver de mi acompañante encontrándome con una tinta negra sintiéndome aliviada.

Dirigí una de mis manos a mi cabeza, comencé a sentirme tonta por no acordarme que me había retirado con Naruto durante la madrugada. Volví a acomodarme para volver a dormir.





Los besos que estaba recibiendo en mi rostro me estaban molestando por un momento, luego comencé a sentir cosquillas en mi cuello, me estremecí y abrí mis ojos con dificultad.

— El desayuno esta listo.

— Cinco minutos más, ¿sí? — paso mis brazos alrededor de su cuello y lo atraigo a mí.

— ¿Y si primero desayunamos y luego nos quedamos aquí por todo el tiempo que quieras?

No recibe respuesta de mi parte, porque no le quedo de otra que acostarse y pasar uno de sus brazos por debajo de mi cabeza, me acerco a un más a él y me abraza.

— ¿Se puede saber porque me raptaste de la casa de Ino?

— ¿Disculpa? Fuiste tú la que me arrastro hasta mi coche.

— Eras tú el que quería una noche de pasión conmigo. — bromeo.

— Claro, pero te quedaste dormida con tan solo tocar la cama.

Volteo a verlo, comienza a reír y aparto mi vista de la suya. Estaba segura que me sonroje un poco, la risa de Naruto me hizo saber que estaba bromeando junto conmigo.

— Ino y tú no son buenas para beber cuando tienen cansancio acumulado. — sigue riendo mientras juega con mi cabello. — Cuando beban procuren que sea siempre en la casa de ustedes dos.

— Si, mi capitán.

— Ahora me dejas más tranquilo.

— Deja el sarcasmo a un lado y abrázame.

— Lo que mi lady me ordene.

Me gustaba estar así, con su calor y sus brazos al rededor mío. Estuvimos en la cama durante mucho tiempo, charlando, jugando y besándonos, ni siquiera nos levantamos a desayunar.

Ya era tarde cuando nos levantamos de la cama, entre al baño y me arregle lo más que pude para parecer una persona decente. Salí del baño y me dirijo directamente con Naruto quien esta abotonando su camisa, me mira con una sonrisa en su rostro.

— No sonrías de esa manera o te llevare a la cama de nuevo y no te dejare ir. — aliso su camisa de los hombros.

— Estoy descuerdo con ello.

— Dije que dejes de hacerlo. No creo que Shikamaru este de acuerdo que lo dejes plantado después de haberte mandado muchos mensajes y en unos de ellos decía que era urgente.

— Shikamaru tiene el suficiente coeficiente para hacerse cargo de cualquier situación en la empresa, por eso es mi mano derecha, ¿segura que es por él? — entrecierra sus ojos hacia a mí. — ¿O es por el mensaje que Hinata mando?

— Ambas situaciones son importantes.

Hago el nudo de su corbata y dejo mis manos en su pecho. Aprieta sus labios y luego me abraza. Me he dado cuenta que durante este día Naruto me ha estado abrazando mucho, de tal manera que me hace pensar que ha sucedido algo y no ha dicho nada al respecto. Me preocupa, pero tampoco quiero presionarlo a que me diga algo.

— Quisiera quedarme contigo más tiempo.

— Será luego. — tomo su rostro entre mis manos y besos su labios. —
Por ahora encárgate de esto y hablaremos después, ¿está bien?

— De acuerdo. Entonces me voy. — me da un largo beso de despedida y me mira. — ¿Te llamo después?

— Claro.

Sale no muy convencido de la habitación, agarro mis pocas pertenencias y también me voy.
Estaba cien por ciento segura que tampoco quería que se fuera y quería ser egoísta y tenerlo conmigo el resto del día, pero ambos teníamos que volver a nuestras vidas.

A la realidad.