Una Nueva Oportunidad

Era un día caluroso de finales de septiembre. Eran cerca de las cuatro de la tarde y delante de un ventilador estaba un hombre de 35 años con un libro entre sus manos. A pesar de estar en pantalón y camiseta corta estaba sudando un poco. Ese año el verano se estaba resistiendo.

La puerta de su casa empezó a abrirse poco a poco. Escucho unas pequeñas risas y después el sonido de la puerta cerrándose.

- ¡Hola papa! Ya estoy en casa. – Pudo escuchar a lo lejos de una voz aguda.

El hombre que estaba en el sofá era rubio y tenía los ojos azules. Llevó su vista hacia el pasillo que llevaba a la puerta de entrada.

- Hola Minato. ¿Qué tal hoy en clase? – Preguntó el hombre con curiosidad.
- ¡Muy bien! – Gritó la voz aguda de nuevo.

Hoy era el primer día de clase. El hombre se sorprendió al ver tan animado a su hijo. Normalmente odiaba los primeros días de clase. Por el pasillo apareció un niño de unos ocho años que tenía el pelo rubio y los ojos azules como su padre. Pero detrás de el había una chica de su misma edad, de pelo rosa y ojos verdes.

- He traído una amiga. – Dijo el niño sonriendo.

El hombre se levantó del sofá queriendo dar la impresión de que no era un vago. Demasiado tarde. Dejo el libro en la mesa y se puso de pie arreglándose todo lo que pudo el pelo.

- ¿Cómo te llamas? – Preguntó el hombre mirándola.
- Me… llamo Satsuki señor. – Dijo la chica algo sonrojada y muy tímidamente.
- Yo me llamo Naruto, encantado. – Dijo el hombre sonriendo. - ¿Y tú mama sabe que estas aquí Satsuki? – Preguntó Naruto viendo como la chica se quedaba en blanco. – Puedes llamarla desde aquí y decírselo. ¿Sabes tú número de casa? – Preguntó de nuevo el rubio.
- Lo tengo en mi agenda. – Dijo la niña quitándose la mochila roja de su espalda y buscando la agenda.

Naruto fue en busca del teléfono, como era inalámbrico se lo pudo acercar a la pequeña. Se lo entregó y ella empezó a marcar. Tras unos cuantos tonos se pudo escuchar como se lo cogían.

- ¿Diga? – Se escuchó una voz femenina al lado del teléfono. Aunque solo Satsuki la escuchaba.
- Hola mama. – Dijo la niña.
- ¿Dónde estás? – Preguntó con cierto tono de preocupación.
- Estoy en casa de un amigo. ¿Me puedo quedar un rato? – Preguntó suplicante la pequeña.
- ¿Están sus padres allí? – Escuchó que le preguntaba su madre.
- Esta su papa. – Dijo Satsuki mirando a Naruto.
- Esta bien… pero no vuelvas muy tarde. – Le pidió la mujer.
- Gracias mama. – Dijo Satsuki contenta. – Hasta luego. – Dijo colgando.

Satsuki le devolvió el teléfono a Naruto que fue a dejarlo a la base. Minato y Satsuki se despidieron de Naruto y fueron hacia el cuarto del rubio pequeño, probablemente a jugar a algún juego.

Cuando los chicos se marcharon de la sala de estar Naruto volvió a tumbarse a seguir leyendo. Hoy tenía el día libre y con el calor que hacía prefería algo relajado como la lectura. Pasaron un par de horas y al final Naruto acabó durmiéndose la siesta.

Cuando abrió los ojos pudo ver a Minato y Satsuki que lo miraban fijamente. Se asustó un poco por la cercanía que los pequeños tenían.

- ¿Qué pasa? – Preguntó desperezándose.
- Papa… - Dijo Minato con su voz de pedir cosas.
- ¿Qué? – Preguntó Naruto alzando una ceja.
- ¡¿Puede quedarse Satsuki a dormir?! ¡¡Por favor!! – Suplicó Minato hablando muy rápido para que Naruto no pudiese decir nada.
- Por favor. – Dijo Satsuki haciendo pucheros y juntando sus manos.
- “Malditos niños manipuladores…” – Pensó Naruto mirando hacia el techo. – Satsuki… tienes que llamar a tu madre y pedirle permiso primero. – Dijo Naruto.
- ¡¡Bieeeen!! – Gritaron los dos que ya habían hecho la mitad del trabajo.

Naruto le dio de nuevo el teléfono a Satsuki. Ella marcó ágilmente el número otra vez. Se lo había aprendido de memoria. Un par de tonos y cogieron el teléfono.

- ¡¡Hola mama!! – Dijo Satsuki un poco eufórica.
- ¿Ocurre algo? – Preguntó la mujer extrañada de verla tan contenta.
- Mama… - Dijo Satsuki con su voz de pedir cosas.
- ¿Qué? – Preguntó la mujer. Naruto se imaginó que seguramente estaba alzando también una ceja.
- ¿Puedo quedarme a dormir en casa de Minato-Kun? – Preguntó la chica suplicando.
- ¿A dormir? – Preguntó su madre un poco reticente.
- Por favor, por favor, por favor. – Suplicó la pequeña.
- No se… - Respondió la mujer.
- ¡¡Por favor!! – Dijo de nuevo, niños…
- ¿Puedo hablar con su mama o su papa? – Preguntó viendo que no convencería a su hija.

Satsuki se acercó a Naruto y le dio el teléfono a Naruto. El rubio se imaginó que la madre de Satsuki querría hablar con él. Era lo que el también haría.

- ¿Hola? – Preguntó Naruto.
- Hola, soy Sakura la madre de Satsuki. – Dijo una voz femenina por el teléfono.
- Encantado… yo me llamo Naruto. – Dijo el rubio muy amablemente.
- Oye… no tienes por qué seguirles la corriente si no quieres. – Le dijo ella que conocía bien a su hija.
- Ah… no te preocupes. – Dijo Naruto riendo un poco. – De verdad a mí no me importa. Pero si no te parece buena idea dilo. – Dijo después hablando flojito para que los niños no lo escuchasen.
- No se… ¿Crees que podrás controlarlos? – Preguntó Sakura escuchando bastante ruido a través del teléfono.
- Si mira… - Dijo Naruto mirando a los dos niños. – Si os portáis bien cenaremos pizza y jugaremos a videojuegos violentos. – Dijo Naruto mirándoles.
- ¡¡Bieeeen!! – Gritaron los dos.
- Gritar no es portarse bien. – Dijo el rubio señalándolos.
- … - Por fin se quedaron callados.
- Todo controlado. – Dijo Naruto contento por el teléfono.
- A eso yo lo llamo chantaje… - Dijo Sakura haciendo reír un poco a Naruto.
- Pero funciona muy bien. – Añadió después el rubio.
- Sé que mañana es sábado… pero yo mañana tengo trabajo igual. ¿Puedes darme tu dirección y la pasó a buscar cuando salga? – Preguntó Sakura ya medio convencida.
- Yo mañana tengo el día libre. Si mañana trabajas mejor la puedo llevar yo a tu casa y así tampoco trabajas tanto. ¿Satsuki sabe la dirección? – Preguntó Naruto.
- Sí. – Respondió la chica.
- ¿A que hora estarás en casa? – Preguntó Naruto otra vez.
- Para las doce y media ya estaré en casa. ¿Podrías darme tu teléfono por si necesito llamar? – Preguntó Sakura.
- Claro… apunta. 874739614 – Dijo Naruto poco a poco.
- Vale ya… el mío es 616135948. Si ocurre algo llámame. – Dijo Sakura mientras Naruto apuntaba el número de móvil de Sakura.
- Entendido… no te preocupes. – Dijo Naruto con una voz bastante agradable, parecía una de esas personas que nunca se deprimen. – Pues mañana a las doce y media en punto te devolveré a tu hija. – Bromeó Naruto.
- Hasta mañana entonces. – Dijo Sakura cordialmente.
- Hasta mañana. – Dijo Naruto colgando el teléfono.

Los dos pequeños estaban mirando fijamente a Naruto. El rubio cogió una libreta donde tenía varios números de interés. Varios números de restaurantes de interés.

- ¿De que queréis las pizzas? – Preguntó sonriendo mientras Minato y Satsuki por fin entendían que Sakura había dicho que sí.

Naruto encargó dos pizzas de tamaño familiar. Mientras llegaban fue al cuarto de Minato a preparar la segunda cama. Era una de esas camas que debajo tienen otra como en un cajón grande. Naruto le compró pensando que quizás un día Minato tendría un hermano.

Tal y como prometió Naruto, después de las pizzas, que acabo comiéndose una familiar entera y parte de la otra el solo, estuvieron hasta muy tarde jugando a videojuegos de zombies. Y cuando ya vio que ambos ya no podían reprimir sus bostezos los mandó a dormir.

Naruto fue también a dormir y así lo estuvo haciendo hasta cerca de las cuatro de la noche. Sin embargo fue despertado por alguien tirándole del pijama. Naruto se despertó un poco preocupado, sobre todo cuando vio a Satsuki de pie con los ojos llorosos delante de él.

- ¿Ha pasado algo? – Preguntó preocupado incorporándose.
- Naruto… me… he hecho pis… - Dijo casi al borde del llanto.
- Ah… - Suspiró Naruto aliviado. – No te preocupes… no tienes por qué llorar. – Dijo Naruto revolviéndole un poco el pelo.

Naruto se levantó de la cama y cogiendo a Satsuki de la mano fueron hacia el cuarto de Minato. Cuando estuvieron a punto de entrar ella le detuvo.

- No quiero que Minato-Kun se entere… - Dijo la chica sonrojada.
- Esta bien… entonces no hagas ruido. – Dijo Naruto sonriendo.
- Vale… - Dijo Satsuki más contenta.

Naruto entró de puntillas al cuarto de Minato y cogió la funda de su colchón. Después se llevó el colchón para airearlo un poco. Menos mal que Minato tenía un sueño muy profundo. Y más después de jugar a matar zombies hasta las tantas.

El rubio dejó el colchón aireándose en el balcón. Después fue hacia la habitación de la lavadora para meter dentro la funda.

- Me vas a tener que dar tu pantalón y tu ropa interior. – Dijo Naruto mirando a la niña.

Antes de ir a la cama Satsuki se había puesto un pijama de color amarillo. Era de Minato. Y obviamente ahora la parte de abajo estaba mojada. Naruto se dio la vuelta para que Satsuki pudiese quitarse la ropa sin reparos. Aunque primero le dio unos calzoncillos de Minato para que no se quedase desnuda.

- Ya está… - Escuchó Naruto por detrás.

Cuando Naruto se giró la chica le estaba entregando la ropa que se había ensuciado. Los calzoncillos que le había dejado eran de estilo bóxer así que le tapaban media pierna. Naruto metió la ropa en la lavadora junto a la funda del colchón y puso un programa rápido.

- Eh… no te preocupes. – Dijo Naruto sonriendo al ver que la chica volvía a llorar un poco.
- Lo siento… - Dijo la pequeña triste.
- No pasa nada de verdad. No estoy enfadado ni nada por el estilo. – Dijo Naruto tratando de animarla. – Esto va a tardar un rato así que mejor vayamos al comedor. – Dijo Naruto cogiéndola de la mano.
- Vale. – Dijo la chica yendo con él.

Se sentaron en el comedor viendo el televisor con el volumen bajado. Un canal de dibujos 24 horas. Después cuando pasaron veinte minutos el rubio fue a sacar las cosas de la lavadora y las dejo en la secadora. Como solo eran tres cosas pudo poner un programa rápido también.

Al volver al comedor la chica ya parecía más animada viendo sus dibujos favoritos. Naruto se alegró al ver que ya estaba más relajada. Realmente no estaba enfadado.

Cuando Naruto escuchó el pitido de la secadora fue hacia ella a coger la funda, el pantalón y la ropa interior de Satsuki. Al volver se dio cuenta de que la niña se había dormido viendo la tele. Era normal, era muy tarde.

Naruto sonrió dejando la ropa en la mesa. Fue al balcón a por el colchón y ponerle la funda. Sin hacer ruido llevó el colchón de nuevo a la cama. Al volver al comedor la pequeña pelirrosa seguía durmiendo como un tronco.

Como Naruto no le iba a cambiar la ropa interior la guardo en un cajón. Después le puso el pantalón del pijama sin despertarla y la llevo en brazos para ponerla de nuevo en su cama. Minato seguía durmiendo como un tronco.

- Buenas noches… - Susurró Naruto saliendo de la habitación. El también estaba muerto de sueño.

CONTINUARA…

Naruto estaba conduciendo su coche de color rojo. Era el último modelo de la marca Kurama. En el asiento del copiloto estaba la pequeña Satsuki con el cinturón de seguridad abrochado. Naruto estaba siguiendo las indicaciones que le daba la pequeña pelirrosa.

- Naruto… - Dijo la chica llamando su atención.
- Dime pequeña. – Dijo Naruto girando a la derecha.
- Lo de esta noche… no se lo digas a mi mama ¿vale? – Preguntó tímidamente.
- Claro Satsuki… será nuestro secreto. – Dijo Naruto sonriendo.

Naruto cruzó unas cuantas calles más y por fin la pequeña le pidió que parase. Habían llegado a su casa. Estaba en una zona residencial de clase media. Era una casa de un solo piso y tenía un coche aparcado fuera. La madre de Satsuki ya estaba en casa.

Los dos dejaron el coche aparcado en la calle y salieron. Cruzaron la puerta metálica que daba al jardín frontal de la casa. Caminaron tres metros por las baldosas de piedra sobre el césped hasta llegar a la puerta principal de la casa.

Naruto llevaba una camiseta de color negra con un símbolo circular naranja en el pecho. Llevaba también unos Jeans de color negro. No se había arreglado mucho el pelo, la verdad es que le gustaba llevarlo algo alborotado, aunque quizás quedaba algo infantil. Estiró su brazo y llamó al timbre de la casa.

Tras unos cuantos segundos la puerta empezó a abrirse. La verdad es que viendo a Satsuki, Naruto esperaba encontrarse con una mujer mayor de pelo rosa que probablemente fuese muy guapa en su juventud. O al menos era como se lo imaginaba.

Cuando terminó de abrirse apareció una chica de 28 años, aunque parecía tener menos. Tenía el pelo efectivamente rosa. Lo tenía bastante largo y parecía que se lo cuidaba bien. De cara era bastante guapa, pero lo mejor de todo eran sus ojos verdes. Eran increíblemente bonitos.

Y físicamente también estaba bastante bien. No era muy alta pero tenía unas proporciones bastante atléticas y sensuales. Llevaba una camisa de tirantes de color roja y una falda hasta la mitad del muslo de color negra. Sería la ropa de estar por casa.

- “Vaya…” – Pensó Naruto que no se lo esperaba.
- ¡Mamá! – Dijo Satsuki contenta.
- Hola cariño. – Dijo la mujer bastante contenta, no podía negar que había estado un poco preocupada.

Sakura le dio un beso en la mejilla a su hija que parecía muy contenta de ver a su madre. Parecían llevarse muy bien.

- Adiós Naruto… gracias por todo. – Dijo Satsuki sonriendo y despidiéndose del rubio.
- Adiós pequeña. – Dijo Naruto sonriendo.
- “Que guapo....” – Pensó Sakura mirándole sonreír. Tenía una sonrisa muy bonita el padre del nuevo amigo de su hija.
- ¿Te llamabas Sakura verdad? – Preguntó Naruto hablando con ella por primera vez.
- Si, hablamos ayer por teléfono. – Dijo la chica saliendo del trance.
- ¿Os habéis mudado hace poco? – Preguntó Naruto con curiosidad.
- Mmm… si… ¿Cómo lo sabes? – Preguntó Sakura.
- Bueno, no me sonaba haberte visto en ninguna reunión de padres. Y no creo que me hubiese olvidado de ti. – Dijo Naruto sonrojando mucho a Sakura que se puso como un tomate. - ¡¡Me refiero a tu pelo!! – Gritó Naruto avergonzado. – Es un color muy inusual… creo que la estoy cagando. Que no digo que no sea bonito… de hecho me gusta… ¿Te parece si me callo ya? – Preguntó Naruto rascándose la cabeza.
- Tranquilo no pasa nada. – Dijo Sakura riendo un poco.
- Bueno pues… bienvenida a la ciudad. Y veo que Satsuki y Minato se han hecho buenos amigos así que espero que nos llevemos bien. – Dijo Naruto sonriendo ofreciéndole la mano.
- Yo también lo espero. – Dijo ella cogiéndosela. - ¿Satsuki se ha portado bien? – Preguntó la pelirrosa.
- Si… es un cielo de niña la verdad. – La elogió Naruto.
- Me alegro. – Dijo ella sonriendo.
- Bueno… me voy a ir ya que no me fio de Minato solo en casa. Nos vemos. – Dijo Naruto despidiéndose.
- ¡Espera un momento! – Dijo ella llamándole por detrás.
- ¿Pasa algo? – Preguntó Naruto extrañado.
- ¿Mañana por la tarde haces algo? – Preguntó Sakura sonrojando un poco a Naruto.
- Bueno… no. – Dijo Naruto algo sorprendido.
- ¿Te parece si quedamos los cuatro para hacer algo? No conocemos a nadie por aquí todavía y ya que tu hijo y Satsuki se han llevado tan bien… podríamos hacer algo todos juntos. – Dijo Sakura sonriendo.
- Ah pues es buena idea. – Dijo Naruto un poco… decepcionado. - ¿Te parece si vamos a cenar a algún restaurante de comida rápida? A los niños les encanta. – Dijo Naruto emocionado.
- Y a ti también. ¿No? – Preguntó Sakura riendo un poco.
- Bueno… un poco. – Dijo Naruto rascándose otra vez la nuca.
- Me parece bien. – Dijo la mujer sonriendo después.
- Conozco un sitio perfecto ¿Te parece si paso a buscaros sobre… las siete? – Preguntó Naruto pensando.
- Vale… me parece bien. – Dijo la chica sonriendo. – Hasta mañana entonces. – Dijo Sakura volviendo a su casa.
- Hasta mañana. – Añadió Naruto para después ir al coche y volver a casa.

------------------------------------------------------------------------------------------------ Al Día Siguiente

Naruto y Minato estaban llegando a casa de Sakura en coche. Minato estaba sentado en el asiento de atrás, detrás de su padre. Como Naruto había sido extremadamente puntual, Sakura le había visto llegar desde una de las ventanas de la casa.

Así que incluso antes de que Naruto pudiese salir del coche las dos ya estaban saliendo por la puerta de casa. Satsuki parecía muy animada, y Sakura estaba contenta de ver así a su hija.

Las dos subieron al coche de Naruto. Sakura en el asiento del copiloto y Satsuki al lado de Minato. Sakura se presentó a Minato y Satsuki saludo a Naruto y a su amigo. Después fueron hacia la hamburguesería favorita de Naruto.

A Sakura le resultaba gracioso ver a los dos pequeños y a Naruto tan ilusionados. Naruto tenía una faceta infantil bastante graciosa. Aparcaron fuera y al entrar hicieron cola unos diez minutos. Pidieron dos menús infantiles para los pequeños. Sakura pidió una ensalada y una hamburguesa.

Después se quedó en blanco al ver como Naruto se pedía dos menús grandes con extra de patatas, y dos hamburguesas por separado. Y se dejó reservado un helado que pasaría a recoger después.

- Tengo hambre. – Se excusó Naruto mirándola.
- Pues nada de pagar a medias. – Dijo Sakura riendo.
- Me parece justo. – Contestó el rubio.

Se sentaron en una mesa grande y estuvieron comiendo. Fue bastante divertido en verdad. Sakura había propuesto a Naruto lo de ir a cenar todos juntos por que normalmente a Satsuki le costaba hacer amigos. Y ya que esta vez había hecho uno tan pronto pues quería aprovecharlo. Además que Naruto parecía bastante majo.

Minato y Satsuki comieron muy rápido y después fueron a jugar a los columpios que había fuera. Dejando a Naruto y Sakura solos. Al principio se quedaron en un pequeño silencio algo incómodo.

- ¿Y a que te dedicas? – Preguntó Sakura con un tema de conversación de lo más recurrido.
- Trabajo de bombero. – Dijo Naruto dejando su penúltima hamburguesa en la bandeja.
- ¿Ah sí? – Preguntó Sakura algo sorprendida, parecía interesante. - ¿Cuántos años tienes? – Preguntó algo intrigada.
- Tengo 35. – Respondió Naruto ágilmente.
- ¿Enserio? – Preguntó Sakura que no se lo creía.
- ¿Pasa algo? – Preguntó el rubio extrañado.
- No, es que… bueno no lo parece. Aunque si trabajas de bombero es justificado que estés en forma. – Dijo Sakura mirándole.
- Claro, tengo que pasar unas pruebas físicas una vez al año. Y si no las paso… a la calle. - Bromeó Naruto.
- ¿Y cómo es tu trabajo? – Preguntó con curiosidad.
- Bueno… no me quejo porque me gusta mucho. Además una de mis cosas favoritas es que tengo tres días libres por cada día de trabajo. – Dijo Naruto bastante contento.
- ¿De verdad? – Preguntó Sakura que no terminaba de creerlo.
- Bueno… tengo que estar 24 horas en el parque de bomberos de guardia… y después 72 horas libres. A mí me encanta mi horario. – Dijo Naruto terminando por fin de cenar.
- Y a quien no le encantaría… - Dijo Sakura pensando.
- ¿Y tú? – Preguntó Naruto que también quería conocerla algo más.
- Bueno, tengo 28 años. – Dijo Sakura viendo como Naruto miraba por la ventana a Satsuki probablemente calculando la edad con la que Sakura se quedó embarazada. – Y hace poco conseguí un empleo en el periódico local. Escribo algunas de las noticias que probablemente leas por las mañanas. – Añadió Sakura quitándole importancia a lo primero.
- ¿Te gusta escribir? – Preguntó Naruto con curiosidad.
- La verdad… es que sí. – Dijo Sakura sorprendida por que Naruto había deducido que le gustase escribir solo con saber que trabajaba de redactora. – He terminado dos libros pero me los rechazaron… - Dijo Sakura algo deprimida. - ¿Cómo lo has sabido? – Preguntó Sakura.
- No parecías muy entusiasmada con tu trabajo… y sin embargo si en la parte de escribir. – Dijo Naruto sonriendo.
- Vaya me has calado. – Dijo Sakura mirándole. - ¿Deprimente? – Preguntó Sakura con una sonrisa falsa.
- Para nada… me parece muy interesante. Me gustaría leer tus libros. – Dijo Naruto sonriendo.
- Ah pues… tengo copias en casa. – Dijo Sakura contenta al ver entusiasmado a Naruto.

En realidad hasta ahora solo habían hablado de tonterías. Pero había resultado bastante agradable a pesar de todo. Se quedaron callados unos segundos, Sakura miró hacia fuera para ver que los dos niños estuviesen bien.

- ¿Y… la madre de Minato? – Preguntó Sakura que no podía evitar pensar que tenía mucha curiosidad sobre el tema. Era raro que hubiese venido solo siendo domingo.

La mirada de Naruto se ensombreció un poco por segundos. Cosa que descolocó un poco a Sakura. Parecía que no fuese un tema muy agradable tampoco. Tampoco parecía dolido, solamente no podía estar contento como hasta ahora.

- Mi esposa… - Dijo Naruto haciendo una pausa. – Murió hace cinco años… fue un fallo cardiaco… bueno nadie se lo esperaba. – Naruto no sabía muy bien que más decir.
- Oh… yo… lo siento. – Dijo Sakura sintiéndose mal por haber sacado el tema.
- No te preocupes Sakura. – Dijo Naruto sonriendo. – Y… ¿El padre de Satsuki? – Preguntó Naruto que ya se veía más liberado para hacer la pregunta.
- Su padre… - Dijo Sakura mostrándose bastante distanciada. – Desapareció al día siguiente en el que le dije que estaba embarazada. – Dijo Sakura sonando un poco indiferente.
- Vaya que… cabron. – Dijo Naruto con mucha naturalidad. – Lo siento… - Dijo Naruto dándose cuenta.
- Tranquilo. – Dijo Sakura riendo.
- Supongo que tampoco se lo reprocho mucho… teníamos veinte años. Yo tomaba la píldora… pero… ya sabes… 99.99%. – Dijo Sakura sonriendo un poco. – Y si él no estaba dispuesto a ser padre… pues él se lo ha perdido. – Dijo Sakura mirando a su hija. – Puede que no la buscase pero… es lo mejor que me ha pasado nunca. – Dijo con una sonrisa preciosa.
- No lo dudo… se nota cuando estas con ella. – Dijo Naruto contento.

Al poco llegaron de nuevo los dos niños. Ya se habían cansado de jugar fuera. Así que decidieron que ya era hora de volver a casa, al fin y al cabo mañana era lunes y tenían que ir a clase.

Naruto llevó a las dos a su casa. Minato se quedó en el coche, pero Naruto por cortesía las acompañó hasta la puerta. Satsuki se fue corriendo a su cuarto. Sakura se quedó en la puerta para despedirse.

- Al principio pensé en salir por Satsuki… para que se lo pasase bien pero… tengo que reconocer que ha sido muy agradable. – Dijo Sakura sonriendo.
- Yo también lo creo, me lo he pasado muy bien. Y no solo por la comida. – Añadió riendo un poco.
- Pues espero que hagamos más cosas juntos si te parece. – Dijo Sakura contenta.

Naruto se acercó un poco a Sakura y llevó su mano a su mejilla izquierda. Ella se sonrojó bastante pensando que la iba a besar. Y la besó, pero en la mejilla derecha creándole cierta sensación de frustración.

- Pues ya nos veremos Sakura. – Dijo Naruto sonriéndole.
- Claro, nos vemos. – Dijo la chica entrando en su casa.

Sakura entró en casa y al cerrar la puerta se quedó unos segundos apoyada de espaldas en ella tratando de ver si conseguía hacer desaparecer el sonrojo de su cara. Después dio un pequeño suspiró y se fue hacia su cuarto.

Naruto marchó hacia su coche, pero antes de entrar dirigió una última mirada hacia la puerta de Sakura. Tras eso sonrió y entró en el coche para volver a casa.

CONTINUARA…

Pasó el primer mes de clase en Konoha. Durante esas cuatro semanas la familia Haruno y la familia Uzumaki fueron intimando un poco más. Los fines de semana siempre solían quedar para hacer algo. Menos los días que Naruto le tocaba guardia en el trabajo.

Satsuki y Minato se lo pasaban en grande. Y Naruto y Sakura simplemente se pasaban el rato conversando mientras vigilaban a sus hijos. La verdad es que ambos parecían conectar bastante bien. Naruto era un tanto infantil cuando estaba con los niños y eso le parecía muy divertido a Sakura. La verdad es que pensaba que era un gran padre.

A Naruto le pasaba algo parecido. Él había tenido más suerte para cuidar a su hijo. Lo tuvo con una edad más centrada y estuvo los tres primeros años con su madre también. Tenía un trabajo fijo con un buen sueldo y que le permitía mucho tiempo libre para estar con su hijo.

Pero Naruto sabía que Sakura se había tenido que desvivir para poder cuidar de su hija. Y eso lo admiraba mucho de ella, se notaba que había luchado mucho. Y aun así seguía creyendo en sus sueños como publicar alguno de sus libros, que ya había empezado a leer el rubio.

Para relajar el primer mes de clases en la Escuela Pública Senju habían preparado una excursión que duraría tres días. Empezaría el viernes por la tarde y volverían el lunes por la mañana. Hoy era todavía lunes y Minato se lo acababa de contar a Naruto. Cuando el pequeño rubio se fue a su cuarto el mayor sacó su teléfono móvil y se lo quedó mirando unos segundos.

- “¿Y por qué no?” – Se preguntó Naruto en su mente.

Comenzó a buscar por la agenda hasta llegar a la S. Pulsó en el primer nombre por esa letra y se puso el teléfono en el oído esperando a que lo cogiesen.

- “Hola, ¿Naruto?” – Se escuchó una voz femenina que ya había visto el nombre de quien llamaba en la pantalla de su teléfono móvil.
- Hola Sakura. ¿Cómo estás? – Preguntó cordialmente.
- “Bien. ¿Querías algo?” – Preguntó ella con curiosidad.
- ¿Te ha contado Satsuki lo de la excursión de este fin de semana? – Preguntó Naruto tratando de serenarse un poco.
-“Ah sí, lo primero que ha hecho al volver a casa. ¿Por qué lo decías?” – Preguntó Sakura.
- Bueno, había pensado que ya que este último mes hemos pasado todos los fines de semana juntos… pues podríamos hacer lo mismo esta semana. Pero… los dos solos. – Dijo Naruto rascándose la nuca, aunque Sakura no lo veía.
- “Ah…” – Dijo Sakura sonando algo sorprendida. – “Pues… si… ¿Por qué no?” – Preguntó Sakura que sonaba algo nerviosa. Pero Naruto también lo estaba y no se dio cuenta.
- Te parece si… ¿Hacemos algo el viernes? – Preguntó Naruto mirando su horario. Esa semana trabajaba el jueves y el lunes siguiente. Tenía todo el fin de semana libre.
- “¿Habías pensado en algo?” – Preguntó Sakura desde el móvil.
- Pues… ¡Tengo una idea! – Dijo Naruto contento. – Si te soy sincero no me gusta salir mucho... así que… ¿Te parece si cenamos en mi casa? Se cocinar muy bien. – Dijo Naruto alardeando.
- … - Sakura no dijo nada.
- ¿Estas… ahí? – Preguntó el rubio.
- “Si si… perdona… estoy sí. – Dijo Sakura algo nerviosa. - ¿En tu casa? Vale… pues me parece bien. Como los niños salen por la tarde podemos ir directamente.” – Dijo ella recuperándose.
- Entonces… ¿Nos vemos el viernes vale? – Preguntó Naruto contenta.
- “Claro, hasta el viernes Naruto.” – Dijo Sakura colgando el teléfono.

Naruto colgó también, tenía una estúpida sonrisa en su rostro y se guardó el móvil. Después se fue hacia el pasillo que llevaba a la habitación de Minato.

- ¡¡Minato!! ¡Tengo una misión para ti! – Dijo Naruto contento.

----------------------------------------------------------------------------------------------- 5 Días Después.

Todos los padres de los alumnos del curso de Minato y Satsuki estaban despidiendo a sus hijos que ya estaban subidos al autocar. Minato y Satsuki se despidieron de sus padres y se embarcaron a la aventura.

- Bu… bueno. ¿Vamos? – Preguntó Naruto girándose hacia Sakura.
- Claro. He traído mi coche, ¿Podre aparcar en la calle? – Preguntó Sakura que no la había visto nunca.
- Podemos ir juntos… yo he venido andando. – Dijo Naruto, él vivía muy cerca.
- Vale. – Dijo Sakura sin añadir mucho más.

Los dos subieron al coche azul de Sakura y en menos de cinco minutos llegaron a la casa de Naruto. La casa de Naruto tenía dos plantas bastante. Era normal, siendo bombero tendría un sueldo bastante suculento. No es que fuera rico pero si tenía un poder adquisitivo medio-alto.

- Puedes aparcar en esta esquina, nunca la usan los vecinos. – Dijo Naruto empezando a quitarse el cinturón de seguridad.

Sakura le hizo caso y dejo el coche allí. Después ambos salieron del coche y se encaminaron a la casa del rubio. Al entrar la pelirrosa se la quedó mirando unos segundos, al fin y al cabo era la primera vez que iba allí.

- ¿Y qué has pensado hacer para cenar? – Preguntó Sakura viendo como el rubio se dirigía a la cocina.
- Iba a preparar algo que me gusta mucho. Espero que a ti también. ¿Te gustan los espaguetis a la carbonara? – Preguntó Naruto asomándose desde la cocina.
- Ah pues… sí. La verdad es que sí. Es de mis platos favoritos. – Dijo Sakura contenta.
- Genial. – Exclamó Naruto volviendo a su trabajo.

Sakura fue a la cocina y se encontró a Naruto colocándose un delantal. Estaba bastante gracioso vistiendo de esa forma. Ya que normalmente siempre tenía un aspecto bastante fuerte y varonil.

- Pues tienes que dejar que te ayude. – Dijo contenta sonriendo.
- Vale. Tienes otro delantal en ese cajón. – Dijo Naruto señalando uno al lado de Sakura.

Sakura lo abrió y se colocó otro delantal que tenía Naruto, aunque le iba un poco grande. También se sujetó el pelo con una coleta para que no le molestase. Entre los dos comenzaron a preparar la cena. El rato que estuvieron ambos cocinando fue bastante divertido. En realidad Naruto lo hacía casi todo y Sakura le ayudaba.

- Cuando alardeaste de que sabias cocinar no te creí si te soy sincera. – Dijo Sakura mirándola.
- Pues te vas a chupar los dedos esta noche Sakura. – Dijo Naruto muy feliz terminando de cocer la pasta.

Terminaron de preparar la comida, Naruto ya había estado preparando la mesa mientras Sakura vigilaba la salsa y la pasta. Naruto ya se estaba quitando el delantal.

- Esto ya está. – Dijo Sakura apagando los fuegos.
- Pues a comer. – Dijo Naruto mirándola.
- Has preparado comida para tres… - Dijo Sakura mirando la pasta escurrir.
- Ya… bueno… - Dijo Naruto rascándose la tripa.
- Si ya, tienes hambre. – Dijo Sakura riendo un poco.
- Vas conociéndome. – Bromeó Naruto empezando a llevar platos.

Sakura se quitó el delantal y se deshizo la coleta. Ayudó a Naruto a llevar la comida y se sentaron en la mesa del comedor de Naruto. Naruto se quedó observando como Sakura empezaba a cenar, ella se puso algo nerviosa pero no dijo nada.

- Vale… esta genial. – Dijo Sakura contenta, realmente Naruto cocinaba bien.
- Me alegro. – Dijo Naruto sin su tono egocéntrico, Sakura imagino que Naruto diría que ya lo sabía. – Me alegra mucho que te guste. – Añadió sonriendo y empezando a comer también.

Estuvieron cenando muy agradablemente. Casualmente Naruto había cocinado el plato favorito de Sakura así que en realidad hablaron poco. Naruto tenía que meterse en el cuerpo dos platos de pasta y Sakura estaba demasiado feliz degustando la cena.

- ¿Cómo has podido comer tanto y tan rápido? – Preguntó Sakura sorprendida dejando sus cubiertos.
- No sé, luego hago mucho ejercicio. – Dijo Naruto de forma lógica. - ¿Tú también no? – Preguntó Naruto mirándola.
- No, la verdad es que no. – Dijo Sakura bebiendo agua.
- ¿Haces dieta? – Preguntó de nuevo.
- No, tampoco. – Dijo Sakura extrañada.
- Espera… ¿Tienes ese cuerpo por genética y metabolismo? – Preguntó Naruto sorprendido.
- Eh… si… - Dijo Sakura algo sonrojada.
- Joder… que envidia… - Dijo Naruto sin darse cuenta de que estaba diciéndole a Sakura que le gustaba físicamente.
- Gracias… - Dijo la chica tratando de quitarle importancia.

Naruto llevó los platos a la cocina pero decidió que ya los lavaría mañana. Sakura por instinto llevó su mirada al reloj. Eran ya las diez de la noche y Sakura suspiró pensando que no quería que acabase ya la noche. Pero de ser una reunión formal entre amigos ya iba llegando la hora.

- Sakura… he alquilado una película. Pensé que quizás querrías verla. – Dijo Naruto dándole la excusa perfecta.
- Ah pues, ya que la has alquilado claro. – Dijo Sakura fingiendo.
- Genial – Dijo Naruto yendo a buscarla.
- ¿Qué película es? – Preguntó Sakura yendo a la sala de estar.
- Bueno, no sé si te gustara. – Dijo Naruto mirándola. – “El Apocalipsis de los Muertos Vivientes.” – Dijo Naruto viendo como Sakura empezaba a mirarlo mal.
- No, esto empieza ya a ser siniestro. – Dijo Sakura mirándole.
- ¿Por qué dices eso? – Preguntó Naruto.
- Primero cocinas mi plato favorito… y ahora alquilas una de mis tres películas favoritas. Y más teniendo en cuenta que es de un género “raro” para las chicas. – Dijo Sakura interrogándole.
- Vale… me has pillado. – Dijo Naruto mirándola. – Le pedí a Minato que le preguntase a Satsuki estas cosas. Bueno es un poco trampa… pero quería que todo saliese bien. – Dijo Naruto rascándose la nuca.
- Estas tonto Naruto. – Dijo ella. – Cualquier cosa que hubieses hecho me habría gustado. – Dijo mirándole. – Pero gracias por preocuparte. – Añadió sonriéndole.

Naruto sonrió también y se fue hacia su DVD para colocar la película alquilada. Sakura se sentó en el sofá grande que tenía Naruto frente al televisor. El rubio hizo lo mismo.

- ¿Te importa si me pongo algo mas cómoda? – Preguntó Sakura.
- Bueno… como veas… - Dijo Naruto sonrojado.

La pelirrosa se quitó los zapatos y suspiró aliviada. Después subió las piernas al sofá para ponerse cómoda. Naruto apagó la luz y la imitó, pero cada uno hacia un lado. Naruto encendió el DVD y comenzaron a ver la película. Era muy divertido ver a Sakura tan emocionada con cada cráneo de zombie aplastado.

La película fue avanzando poco a poco. Estaban a oscuras ya que habían apagado las luces para verla mejor. Sakura giró un poco su cabeza y vio a Naruto viendo la película, a el también le gustaba.

La pelirrosa sonrió un segundo y una idea le cruzó por la cabeza. Bajó los pies del sofá y los volvió a apoyar en el suelo por momentos. Después volvió a subirlos pero hacia el otro lado, quedándose pegada a Naruto y apoyando su cabeza y casi todo su torso en el lado izquierdo del rubio, que se sorprendió mucho.

Cuando Naruto la miró ella simplemente estaba mirando la película, pero apoyada en el. Se puso muy rojo pero decidió hacer como ella y seguir viendo la película como si nada. Movió su brazo y rodeo su cuerpo en una postura bastante cariñosa.

En menos de un minuto la mano libre de Naruto y una de las de Sakura se entrelazaron, y continuaron mirando la película hasta el final. La película terminó y empezaron a salir las letras de crédito.

Naruto miró a Sakura, ella se sintió observada y le miro también. Naruto, a la fuerza pero suavemente, separó a Sakura de el para poder moverse. Pero no dejó de rodearla con su brazo y llevó su otra mano a la cintura de la madre de la mejor amiga de su hijo. Y la besó, sin pensarlo un solo momento más.

- “Por fin…” – Pensó Sakura llevando una mano al pecho de Naruto y otra a su rostro.

Naruto no se separó de ella durante los siguientes minutos. Fue un beso bastante pasional e intenso que estaba caldeando demasiado el ambiente. Naruto llevaba tanto tiempo tratando de negar las indirectas de Sakura, para no equivocarse y malinterpretarla, que ahora estaba casi desesperado.

Pero por los movimientos de la lengua y las manos de Sakura estaba ya casi convencido al 99% de que ella también quería. Naruto la soltó, sin dejar de besarla, la sujeto por la parte de debajo de sus nalgas y la levantó del sofá como si fuese una pluma, ella se dejó llevar.

Y como si dejar de besarse fuese un pecado capital, Naruto la subió por las escaleras a un ritmo bastante ágil hasta llegar a su habitación. Se notaba que se conocía bien su propia casa. El rubio la dejó caer sobre su cama de espaldas.

Él se puso de rodillas en la cama y aprovecho para quitarse su camiseta. Sakura aprovechó para mirarle bien y llevar sus manos hasta su pecho y sus abdominales. Naruto volvió a colocarse encima de ella besándola sin cesar.

Sakura intento utilizar toda su fuerza para invertir las posiciones. Naruto lo comprendió y por satisfacer su morbo de ver a Sakura encima de él, la ayudó a colocarse encima dándose la vuelta.

La pelirrosa se quitó su camiseta de tirantes roja y la lanzo al suelo como si la odiase. Después se desabrochó el sujetador dejando que Naruto se deleitase la vista. Sakura después llevó sus manos al cinturón de los jeans de Naruto queriendo quitárselo cuanto antes. Naruto aprovechó el momento para llevar sus manos a los pechos de Sakura.

Sakura soltó un pequeño gemido al notar una de sus zonas más sensibles siendo masajeada. Pero no le impidió terminar de quitárselo, también le desabrocho el botón y la bragueta. A Naruto le excitó mucho que fuese ella quien le quitase el pantalón.

Sakura se separó un momento de él y entre los dos despojaron a Naruto de sus pantalones y su ropa interior quedándose completamente desnudo. Sakura se tumbó encima de él, Naruto casi se derrite al notar los pechos de Sakura sobre su abdomen.

La ojiverde llevó su mano izquierda a la zona más íntima de Naruto, recientemente liberada, mientras no le dejaba su boca libre ni para respirar. Naruto aprovechó su situación bajo ella para explorarla, y como ella llevaba una mini falda de color negro tenía acceso a casi todo su cuerpo.

Naruto volvió a levantarla como si de una pluma se tratase y la colocó en la cama de nuevo, después empezó a quitarle su falda. Puede que no molestase pero quería tenerla completamente desnuda. Luego llevó sus manos a la ropa interior de la chica.

- Un momento… - Dijo Naruto separándose de ella.
- ¿Qué pasa? – Preguntó Sakura preocupada.
- No tengo condones… - Dijo Naruto sintiendo que se moría.
- Da igual, me puse un DIU cuando nació Satsuki. – Dijo Sakura besándole de nuevo.
- Oh… eso es mucho mejor. – Dijo Naruto sintiéndose muy feliz.

Naruto por fin le quitó toda la ropa a Sakura, estaba deseando poseerla toda la noche. Llevó sus manos a la parte de detrás de sus rodillas tratando de separar sus piernas, ella también le ayudaba con ese cometido.

El rubio se dejó caer suavemente sobre ella, Sakura le puso las manos rodeando su cuello para volverlo a besar. Naruto se separó de ella y por primera vez en toda la noche se quedaron unos pocos segundos inmóviles mirándose fijamente a los ojos.

Sakura rodeó el cuello de Naruto y se recolocó bajo el poniéndose cómoda. Naruto la volvió a besar una última vez antes de entrar totalmente dentro de ella, sin previo aviso. Y tan bruscamente que la pobre no pudo evitar reprimir un grito de dolor.

Naruto se quedó quieto dándose cuenta de que con tantas prisas ahora le había hecho daño. Pero es que estaba tan desesperado que no podía hacerlo de otra manera.

- Da igual. – Dijo ella leyendo sus pensamientos. – No pares ahora. – Suplicó después.

Y para Naruto esas palabras sonaron como si le hubiese dicho lo más excitante del mundo. Y haciéndole caso comenzó a moverse, aunque un poco más lento ahora. Sujetó las muñecas contra la cama dándole cierta sensación de inmovilidad que al final ayudó a que Sakura olvidase incluso antes el dolor.

Naruto hundió su cabeza en el hombro de Sakura aprovechando para besar y morder su cuello. Naruto soltó una de las manos de Sakura por que echaba de menos tocarla. Ella llevó su mano libre hacia la cabeza del rubio ayudándole a acercarse más a ella.

A Naruto le habría gustado estar toda la noche teniendo sexo con Sakura. Pero no pudo evitar explotar al sentirla retorcerse de placer debajo de el mientras tenía su primer orgasmo en mucho tiempo.

Naruto utilizo sus últimas fuerzas para separarse de ella y desplomarse agotado a su lado. Si Sakura no hubiese tenido peligro de morir asfixiada habría hecho como ella y se habría quedado quieto en la misma postura con la que había acabado.

Tratando de recuperar la respiración movió su brazo pasándolo por encima del cuerpo de Sakura. Después de todas sus necesidades sexuales ahora sentía cierta necesidad de otra cosa más sentimental y afectiva. Apoyó su frente en el hombro de la chica y se dejó llevar totalmente por su cansancio.

Sakura reacciono ante el contacto de Naruto apoyando su mano sobre el brazo del rubio. Movió su cabeza tratando de alcanzarle. No lo logró, pero al menos se sintió más cerca de él. Y después se durmió irremediablemente.

------------------------------------------------------------------------------------------------- Al Día Siguiente

Los rayos de sol entraron directamente por la ventana de Naruto apuntando hacia la cama. Normalmente Naruto echaba la persiana antes de dormir, pero ayer con tanto ajetreo se olvidó de hacerlo.

Sakura empezó a levantarse muy perezosamente. Le habría gustado seguir durmiendo, incluso con el sol. Sin embargo al estirar sus brazos y piernas se extrañó de encontrarse sola en la cama. Naruto no estaba.

Eso se le hizo raro, era su casa al fin y al cabo. Ella seguía completamente desnuda, sin embargo alguien se había tomado la libertad de taparla por la noche para que no pasase frio. Llevó su vista al suelo y vio toda su ropa tirada por todas partes.

Se sonrojó un poco al recordar que fue lo que provocó toda esa avalancha de desorden. Rápidamente se puso su camiseta de tirantes roja, sin ponerse el sujetador. Y después se puso su ropa interior inferior. Dejando la falda todavía en el suelo bajó al piso de abajo, a buscar al hombre que se había perdido.

Al bajar pudo escuchar música saliendo de la cocina. Probablemente de alguna radió o reproductor de CDs. Bastante intrigada se asomó y se encontró a Naruto muy motivado cocinando mientras escuchaba su música favorita.

- Hola… - Dijo la chica llamando su atención.
- ¡Ah! Hola. – Dijo Naruto calmándose un poco. – Estas… muy guapa. – Dijo Naruto mirando a Sakura. Entre la poca ropa que tenía, sus pechos algo más sueltos al no llevar sujetador y un peinado totalmente despeinado pero que le quedaba muy bien, estaba realmente guapa esta mañana.
- Gracias… - Dijo la chica sonrojada. – Tú estás muy mono con el delantal. – Bromeó ella riendo un poco. - ¿Qué haces? – Preguntó después mirándole con curiosidad.
- El desayuno… tortitas con chocolate fundido. – Dijo Naruto, en el fuego tenía las tortitas que estaba haciendo y en un cazo estaba fundiendo chocolate.
- Hay momentos en los que pareces perfecto. – Dijo Sakura sonriendo un poco.
- Solo quiero mimar a mi invitada. – Dijo Naruto contento.

Ella se acercó un momento a Naruto y pasó su brazo por su espalda quedándose pegada a su lado. A Naruto le gustó ese contacto, estar con Sakura era muy agradable.

- Buenos días. – Dijo Sakura contenta por fin. Y después le dio un beso en los labios.

Naruto terminó de preparar el desayuno y lo llevaron entre los dos a la mesa del comedor. A Naruto le gustaba mucho cocinar. Era normal, ya que le gustaba mucho comer.

- ¿En qué piensas? – Preguntó Sakura con curiosidad mientras desayunaba.
- No te lo digo… - Dijo Naruto algo avergonzado.
- Por favor… Dijo Sakura con ojitos.
- Ah… vale. – Dijo el hombre derrotado. – Estaba pensando que menuda suerte tuvimos ayer. Que tú tengas un DIU. – Dijo Naruto rascándose la nuca. – Si hubiese tenido que parar… - Dijo Naruto pensando.
- Pues si… me lo puse al poco de nacer Satsuki. Al principio pensé que, bueno, que podría volver a ligar y tal. Y como estaba soltera y no quería ir a por una parejita pues me pareció buena idea. – Dijo Sakura pensando.
- ¿Y qué tal? – Preguntó Naruto mirándola.
- Que ayer fue la primera vez que lo he amortizado. – Bromeó Sakura. – Ocho años sin estar con nadie. – Dijo la pelirrosa que parecía algo frustrada, pero cómicamente.
- ¿Vaya y eso por qué? Si eres muy atractiva. – Dijo Naruto mirándola.
- Gracias… pero no es por eso. Es que a mi… bueno las cosas esporádicas y que no van a ninguna parte no me llaman mucho la atención. Pero nadie quiere comprometerse con una madre soltera. – Dijo Sakura mirándole. - ¿Y tú? – Preguntó después.
- Bueno, yo tampoco puedo meterme mucho contigo. – Bromeó un poco. – Llevaba cinco años sin hacer nada. – Dijo Naruto dando un sorbo de su taza.
- Los padres solteros si soléis ligar bastante. Y más los guapos. – Dijo Sakura mirándole.
- Bueno… supongo que también estaba un poco de luto. – Dijo Naruto mirándola, aunque no parecía triste ni nada al hablar de ello.
- Supongo que tuvo que ser duro para ti. – Dijo Sakura, que ahora se sentía con más confianza.
- La verdad es que sí. – Dijo Naruto meditando la respuesta. – Pero al final hasta las peores heridas acaban sanando. Tengo muy buenos recuerdos de aquello y a Minato por supuesto. – Dijo Naruto con una sonrisa en su cara.
- Me gusta lo alegre que eres. – Dijo Sakura feliz.
- Gracias. – Dijo Naruto contento. – Oye Sakura… - Dijo Naruto llamándola.
- Dime. – Contestó ella sonriendo.
- Había pensado… ya que los niños están fuera. ¿Por qué no te quedas en mi casa hasta el lunes? Podríamos pasar juntos el fin de semana ya que estamos. – Dijo Naruto mirándola.
- Con una condición. – Dijo ella mirándole a los ojos.
- ¿Cuál? – Preguntó Naruto con curiosidad.
- Quiero un desayuno como este mañana. Es delicioso. – Dijo Sakura suplicante.
- Por supuesto Sakura. – Dijo Naruto riendo.

Naruto, que había terminado de engullir, se levantó de la silla y se acercó a su invitada y la besó. Aunque fue un beso bastante cariñoso y tierno a diferencia de los de ayer. Y también más achocolatado por el desayuno.

Aunque la ternura rápidamente acabo convirtiéndose en pasión de nuevo. Llevaban mucho tiempo necesitados y ahora encima se gustaban mucho.

Cuando terminaron de saciar de nuevo sus instintos sexuales, que reprimieron en el sofá, se quedaron allí un rato. Naruto se había sentado y Sakura tenía apoyada su cabeza en su pierna izquierda mientras le miraba a los ojos. Naruto jugaba con el pelo de Sakura mientras acariciaba suavemente su vientre y diversas partes de su tronco.

- Eres increíble Naruto... – Dijo Sakura mientras Naruto apartaba un mechón de su cara.
- Eso no es verdad… eres tú que me inspiras. – Dijo Naruto mirándola.
- No hablaba del sexo tonto. – Dijo Sakura entrecerrando los ojos. - Que también es increíble no digo que no. – Bromeó después riendo un poco.
- ¿Y a que te referías entonces? – Preguntó después.
- A todo en general. A ti. – Dijo ella sonriendo.
- Entiendo… no más que tu entonces. – Tras decir eso se inclinó un poco y la besó tiernamente en los labios de nuevo.

Y así pasaron juntos todo el fin de semana. Cocinando, viendo la tele, tumbados en el sofá tiernamente abrazados mientras se contaban anécdotas de su vida. En la cama. Mucho tiempo en la cama. Y en la ducha y en el sofá. Realmente fue un fin de semana glorioso.

CONTINUARA…