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La skin ha sido codificada y maquetada por Odxy para el foro NaruSaku. Las imágenes usadas no nos pertenecen, han sido realizadas por diversos artistas y las diseñadoras solo las han editado. Agradecimientos a todo el grupo de diseño por las nuevas imágenes utilizadas. También a LaufeysonSister y Pyrite Wolf de OSC porque sin sus tutoriales la mitad de las cosas que se han hecho en este foro no habrían sido posible.

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Mensaje por ReyGravemind Dom Nov 01, 2015 6:22 pm

me la acabo de leer de un tiron y wow, wow enserio armi, no se como le haces pero tus historias, siempre me dejan con la mandíbula al suelo o con cara de WTF?, en serio genial la verdad aun que al ser historia tuya no deberia sorprenderme, muy buena, pulgar arriba jajaja sigue asi, creo que esta el la primera vez que comente en una de tus historias,

como odio mi trabajo, me quita mucho tiempo, y ahora que estoy en este jodido hospital mas, bueno armi no te quito mas tu tiempo me retiro
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Mensaje por arminius Sáb Nov 14, 2015 4:57 pm

Mejor tarde que nunca Rey....ojala puedas seguir comentando, como para no sentirme solo. saludos.



CAPITULO 11: ENEMIGO EN CASA


El consultorio se había desocupado de su último paciente. La experimentada Kunoichi había dispuesto todo para hallarse completamente libre de trabajo en las últimas horas de la tarde. Sabía perfectamente, que el regresaría a ese horario para revisar la evolución de sus heridas y cambiar las vendas. Sabía que Boruto Uzumaki iba a venir hacia ella, y no podía evitar de alguna forma desearlo.

Su oficina era espaciosa, no solía atender pacientes a menudo puesto que su trabajo como directora del hospital y sus funciones en los laboratorios de investigación, la mantenían bastante atareada. Sin embargo, ante ciertas circunstancias especiales, solía usar el consultorio anexo a su oficina principal, para tener un rato de trabajo clínico eficiente.

Habían pasado dos días desde que atendió por primera vez las heridas que Bolt había sufrido, en un entrenamiento descontrolado contra su padre el Hokage. Sakura no pudo evitar preocuparse. La situación que se cocinaba entre los Uchiha y los Uzumaki se figuraba cada vez más oscura. Sin embargo, cuando Boruto tuvo que hacerse atender aquella primera vez, otra vez la eligió a ella. Como hacía varios meses estaba ocurriendo.

Sakura acomodaba los pertrechos en sus gavetas. Tenía todo por costumbre, perfectamente ordenado y alfabetizado. Le ayudaba a pensar hacer esto. Le centraba de alguna manera. Y últimamente debía encontrar tiempo para reflexionar, demasiado seguido.

-Frentona….-le dijo Ino ingresando al lugar- ¿Qué estás haciendo aquí?

-Nada extraño cerda…-declaró la rosa siguiendo con la organización de las gavetas con utensilios médicos- acabo de atender algunos pacientes y…

-y… lo estas esperando a él….-añadió Ino apoyando su espalda en la puerta cerrada, cruzando los brazos cómodamente- ¿Cierto?


Sakura la miró extrañada. Ino no solía ser tan directa desde hacía tiempo. ¿A qué se refería con “el”? ¿Cómo supo que Bolt vendría?

-Supongo que el hijo de Naruto vendrá a verte a última hora. –apuntó la rubia seriamente, pero fingiendo despreocupación- para evitar que alguien interrumpa la reunión.


Sakura aprovechó la excusa de acomodar el escritorio cercano a la ventana, para darle la espalda a su amiga y que no viera su frustración. De alguna manera lo había descubierto. ¿Pero cómo? ¿Exactamente que creía saber?

-Tengo que tratarlo por sus heridas. –Suspiró la rosa algo frustrada- fue imprudente, tal como su padre lo era para entrenar.


Hubo silencio entre ellas, se conocían demasiado como para no saber todo de la otra, con solo mirarse. ¿Qué podía decirle Ino sobre este asunto? ¿Acaso había averiguado por algún medio la “relación” que Sakura y Bolt habían tenido? ¿O solamente aprovechó la oportunidad cuando revisaba la mente de Sakura en busca de quitar el Genjutsu?

-Lo vi todo Sakura….-le anunció la rubia acercándose y poniendo una mano en el hombro de su amiga- vi lo que ese idiota te hizo en la propia casa de Naruto. ¿Por qué no lo denunciaste? ¿Por qué sigues cercana a él, cuando se atrevió a forzarte de esa manera?

-Me hizo daño es cierto….-respondió la rosa- pero no más de lo que yo estaba haciéndole a su familia.

-¿q…que?

-Siéntate ahí…-le susurró Sakura a Ino- traeré un poco de té. Tenemos que hablar.



No había otro método para explicar la situación. Sakura Uchiha, tenía la imperiosa necesidad de descargar sus frustraciones. Ino había descubierto lo que no debía. Y Sakura debía tratar de que guardara el secreto. Después de todo, era un riesgo altísimo que la información ganara la calle. Minutos después, ambas estaban sentadas en los dos sillones individuales junto a la camilla. Tenían cosas por aclarar, y era menester hacerlo cuanto antes. Sakura sabía que tenía al menos otros 20 minutos, antes que Boruto llegara a su oficina en el hospital.

-Sería muy fácil…-admitió Sakura una vez que bebieron el primer sorbo de té- acusarlo de lo que hizo, y fingir que soy inocente de todo.

-Sakura por Kami…-respondió frustrada Ino- estas justificándolo.

-Si….-añadió la pelirosa con gesto dolido- antes estuve furiosa contra él, incluso le tuve miedo. Pero las últimas semanas. Todo, desde que liberaste mi mente del Genjutsu…


Ambas sabían a qué se refería. Sarada estaba en riesgo y cualquier cosa que Sakura pudiera hacer para ayudar a su hija, era poco y lo haría sin dudar. Incluso aliarse con quien le había hecho daño. Pero eso a ojos de la rubia no justificaba andar curándolo, tampoco protegiéndolo. Boruto había cometido crímenes. Y según Ino, debía pagar.

-los últimos años fueron difíciles para mi….-indicó Sakura- Sasuke nunca me ha amado. Me enfrenté con esa realidad y me encontré sola. Mi hija tenía a su novio, y pronto tendría la edad para formar su familia lejos de mí. Me di cuenta que en realidad debí estar con Naruto. Que debí amarlo, que debí aceptar sus sentimientos. Pero ahora mismo, me encontraba herida. Masturbándome sola, sintiéndome insatisfecha y fea. Lo único que levantaba un poco mi ánimo, era notar como Naruto aun sentía atracción por mí a pesar de todo. Por mi cuerpo. ¿Entiendes?

-Flirteabas con él. Yo me daba cuenta de eso porque te conozco, y jamás te había visto provocar a alguien. –Sonrió apenas Ino para aliviar la tensión- pero nunca harías nada malo. Además, Naruto es un buen hombre que jamás traicionaría a Hinata-san. Naruto jamás sería capaz de traicionar.

-Pero ese flirteo “inocente”, estaba destruyendo a esa familia. –Apuntó Sakura tratando de contener sus lágrimas- no me daba cuenta que en nuestras reuniones, Naruto deseaba algo que no debía suceder, y Hinata pagaba las consecuencias. ¿Entiendes? Ellos tenían problemas por mi culpa. Y todo por una mujer que solo quería recuperar algo de autoestima. ¿Patético no?


Hubo silencio. Ino evaluaba que su amiga estaba haciendo un mea culpa muy doloroso. Es que era difícil mirarse al espejo, y encontrarse los defectos. Sin marcas, sin excusas. Ino comenzaba a suponer que Sakura estaba justificando las acciones de Boruto por el mismo camino del razonamiento propio. Si Sakura estaba dispuesta a todo por proteger a Sarada, ¿Por qué acusar a Boruto Uzumaki de hacer lo mismo por su familia?

-Lo peor de todo fue…-continuó Sakura compungida- que siendo forzada por Bolt, me sentí más viva que nunca en los últimos 10 años. Mi cuerpo reaccionó a sus caricias. Mi ánimo se suavizo. Mi alegría regresó para todo. Para trabajar, para cocinar, para sonreír. Me volví a sentir viva.

-¿Pero a que costo? ¿Nunca pensaste en lo que sucedería si alguien lo descubría? ¿Si acaso Naruto lo averiguaba?

-Al principio no tuve opción. Bolt encontró la forma de presionarme. –añadió Sakura llena de culpa- pero luego, lo convertí en excusa ante mis propios impulsos. Admito que perdí el camino. Me sentí explosiva y sedienta de sexo. Y él no es un niño, sabe todo lo que tiene que hacer con una mujer. Me ha complacido de maneras que jamás había conocido.

-Imposible…-sonrió Ino ya demasiado picada por esas palabras- ¿hablas que un niñato de 17 años, sabe follar mejor que tu marido?

-Lamentablemente para mi cordura, sí. Algunas noches cuando Sarada no estaba en Konoha, fue a mi casa y lo hicimos durante toda la noche. Me hizo cosas que nunca había hecho. Fue voraz y valiente. Tomó el control, sometiéndome. Fue muy placentero ser deseada de esa forma.

-¿To…toda la noche? –tragó duro Ino sorprendida.

-Sin piedad….-apuntó la rosa- me hizo perder la cabeza totalmente. Y fue la causa que por algún tiempo, me decidiera a seguir viéndolo en secreto. Aun cuando ya no me amenazaba de ninguna forma. Me volví loca, y nos hicimos amantes.

-¿y tu hija? –respondió Ino molesta y angustiada- ¿no pensaste en tu hija?

-ya te lo dije antes….-reafirmó dolida Sakura y se sentía muy mal- perdí la razón. Para cuando descubrí que ya no tenía control de mis acciones, habían pasado varios meses. Al fin, conseguí dejar de verlo. Dejar de frecuentarlo. Bolt aceptó que no podíamos continuar más. Y también abandonó a Sarada. Solo porque yo se lo pedí.

-¿Le pediste que botara a tu hija?

-Fue cuando estuvo en la cárcel, sospechado de asesinato. Intente que no la involucrara en ese asunto. Le dije….le…dije….-sollozó conteniéndose con dificultad.

-¿Qué le dijiste? –susurró Ino colocando una mano en la rodilla de su amiga.

-Que haber estado acostándose conmigo, demostraba que en realidad no amaba a Sarada –rememoró la pelirosa- que nunca me acercaría más a su padre, pero que él debía dejar a mi hija ser libre.

-¿Y el aceptó?

-Lo hizo… –Asintió la rosa- me dejó libre, y también la dejó a ella. Yo pensé que sería lo mejor para todos, pero con el dolor de Sarada, ahora estoy segura que me equivoqué.

-¿Por qué?

-Porque solo pensé en mi misma. –Añadió Sakura- tenía terror que mi hija supiera lo que había hecho con su novio. Que me odiara, que jamás me perdonara. Solo quise proteger mi vínculo con Sarada, y ahora estamos solas. Con ese maldito bastardo de Sasuke, queriendo violarla.



Dicho esto último, Sakura dio rienda suelta a sus lágrimas. Ino solo pudo abrazarla y contenerla. Tratando de confortarla y comprender. En cierta forma, ella no se sentía con moral para reclamarle nada. Después de todo, Ino Yamanaka tenía una familia también, y aun siendo Sai un marido cariñoso y devoto, aun así Ino había caído en la tentación del sexo prohibido. ¿Cómo culpar a Sakura por sentir lo mismo? Sasuke Uchiha era un idiota. Si solo no pensara tanto en sí mismo, hubiera tenido la fortuna de conocer y amar a Sakura. De hacerla feliz, y no pensando en embarazar a la hija que ambos tenían. Todo por una ambición horrible. Todo por una costumbre arcaica de los Uchiha.

-ya ya….-le anunció la rubia susurrándole en el oído- supongo que tendremos que decirle a Naruto.

-no…no…-respondió medio ahogada la rosa- solo se lo he dicho a una persona, aparte de ti.


Ambas se separaron del abrazo y se miraron, entonces Ino lo supo con el solo gesto.

-Me estás diciendo, ¿que se lo has dicho a Boruto? –Consultó la rubia- ¿al hijo antes que al Hokage? ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué confías en ese niño antes que en tu mejor amigo?


Entonces, las palabras de Sakura enseñaron lo difícil de la situación. Le mostraron a Ino, que lo que había estado hablando con Bolt, era toda verdad:

-Porque tú ya lo has dicho antes Ino…-definió Sakura recuperándose y volviendo a tu taza de té- Naruto jamás traicionaría a nadie. Sasuke es su mejor amigo, recuérdalo. Nunca considero matarlo aun cuando se había vuelto un traidor hace años. ¿Por qué lo haría ahora? Y en cambio Bolt, me ha demostrado que es capaz de hacer cualquier cosa; por proteger a los que ama.


Minutos después, Boruto ingresó al consultorio tranquilamente. Ino Yamanaka estaba ahí, pero antes que el rubio pudiera lamentarse de la presencia de esa mujer entrometida, la blonda Kunoichi saludó a su mejor amiga y abandonó el lugar dedicándole una mala mirada al joven ingresante. Esto no importó demasiado a Bolt, que pensaba en Ino como una hermosa, y frustrada mujer. Ya le ajustaría las tuercas en su momento. O lo haría tío Sai. Como fuera se alinearía firmemente, lo quisiera o no.


Sakura se colocó su bata blanca, mientras Bolt sin decir nada se sentó en la camilla y comenzó a quitarse la chaqueta negra que cubría su torso. Con la remera tuvo algunos problemas extra, pero ya Sakura estaba junto a él para asistirlo. Se miraron liviano, el solo le sonrió para mantener un mínimo de cordialidad. Parecían totalmente cercanos en algunos momentos, y luego kilométricamente lejanos en el tiempo. Todo en la misma situación.


-te quitare los vendajes…-le dijo la mujer analizándolo con chakra- ¿Cómo te sientes?

-ya casi no hay dolor, -indicó el rubio- estoy a punto de no necesitar nada de esto.

-No seas imprudente, -siguió hablándole Sakura mientras comenzaba a cortar las vendas del pecho- fue demasiado para tu cuerpo lo que hiciste. Pudo haberte quedado algún daño permanente. En esta semana siguiente, tus reflejos no serán los mismos. Forzaste mucho tus canales de chakra.

-¿y eso te preocupa? –Le sonrió él tratando de distender el asunto- ¿te sientes preocupada por mí?



Ella lo miró, tratando de mantenerse seria. Pero le fue imposible. Comenzó a sonreír casi sin querer. ¡Que Baka era! ¡A veces le hacía acordar tanto a Naruto! pero con Bolt, tuvo una cercanía imposible de descontar. Eso no podía olvidarlo.


-¿tu amiga volverá pronto? –le susurró el rubio divertido- porque me apetece hacer el amor justo ahora. ¿Podría la doctora curar mi necesidad?

-basta Bolt…- dijo ella algo avergonzada- contrólate. Sabes que no estás bien. –Y luego, no pudo evitar juguetear un poco- después tengo que andar curando lo que se rompe en tu cuerpo.

-uuuyy…-se divertía el rubio- trato hecho. Y por cierto, me encantaría que bajo esa bata blanca, no hubiera más que lencería de encaje y mucha piel. Sin dudas…..aaayyy…

-ya te dije que te controles…-le advirtió ella que había ajustado “suavemente” algunas vendas- no es el lugar, ni el momento.



Hubo silencio. Ella continuaba revisando parte por parte con chakra, cambiando vendajes y aplicando una inyección con un combinado de vitaminas. Todo indicado para lograr que Boruto esté completamente recuperado en apenas 48 horas más. Ya podría entrenar liviano, pero combatir todavía no. Pero cuando hubo terminado, Sakura se dio cuenta que el muchacho la miraba con intensidad. Algo tenía en la mente.

-¿Por qué accediste a ayudarme? –le preguntó la rosa, mirándolo a los ojos- ¿Por qué si me odias, estás dispuesto a arriesgarte por Sarada?

-el riesgo está en la vida. –Respondió el rubio- ser Shinobi, es arriesgar.

-no puedes ganar. –Admitió Sakura dolida- mira cómo has quedado por luchar contra tu padre. Sasuke es tan fuerte como…

-el premio lo vale. –Sonrió Bolt desoyéndola- deseo el premio. Te deseo a ti. ¿Eso querías oír? Y no quiero que nadie controle la mente de Sarada-chan. Puede que ella me odie al final, pero vivirá para tomar sus propias decisiones en el futuro. Ahora acabemos con esta charla sin sentido, y quiero un beso.


Sakura volvió a sonreír. Todo era una gran locura. Hay quienes dijeron alguna vez que entre el amor y el odio existía una corta distancia. Pero mientras se inclinaba para simular que iba a besarlo, la mujer pensaba que por alguna razón, comenzaba a tener esperanzas. Tal vez ese joven, había encontrado la manera de detener a Sasuke Uchiha.

-Ni lo….-le susurró Sakura a escasos centímetros de besarlo y con voz sensual- sueñes...


Y luego se alejó, caminando por el consultorio para dejarlo completamente caliente. Boruto no pudo evitar sonreír de frustración. Esa mujer tenía la mescla adecuada de histérica y sensual. Lo volvía loco. ¿Qué iba a hacer con esa sensación de sangre caliente que siempre Sakura provocaba? El sentimiento de posesión era inmenso. La quería poseer como el miserable sueña con dinero.

-además…-señaló Sakura mientras registraba entre sus cosas buscando algo específico- últimamente no es buen momento para tentar la suerte. Sarada ahora sabe lo que su padre pretende. Está furiosa contigo por esa acusación, y finalmente….muy dolida. Creo que empieza a creerte.

-supongo que por fin se tomó el tiempo para leer el pergamino que le di. –indicó Boruto poniéndose de pie de la camilla y vistiéndose bien- cuando le entregue esa información, solo quería advertirla de todo. No pensé jamás, que volverías a pedirme ayuda. Al menos quise poner a Sarada-chan de sobre aviso.

-Gracias…-le sonrió ella entregándole un bote con vitaminas para que se llevara a su casa- finalmente has intentado protegerla. Aunque con sinceridad, no tengo idea de lo que haremos.

-yo me encargaré…-dijo Boruto serio y extendiendo su mano acarició la mejilla de Sakura que levemente cerro los ojos acurrucándose- te prometí que ustedes estarían a salvo. Solo debo encontrar la manera. Tú y Sarada-chan, estarán a salvo.


Ambos sonrieron, la situación era extraña cuando menos. Los dos parecían una pareja hablando de su futura familia. Era increíble cómo iban cambiando las situaciones y los sentimientos desde aquella primera noche, donde todo cambio. Antes de aquello, claramente no se soportaban. Después de aquel ataque en la cocina, después del sexo forzado por un chantaje; poco a poco se fueron trasformando en cómplices y amantes.


-te quiero ver….mañana en la noche…-le susurró Bolt- no me digas que no.

Y el peligroso juego de trampas o muertes, daba inicio nuevamente.



*******************************************



Dos días después…


-¡Definitivamente no!….-señaló Hinata horrorizada- ella aún está muy débil…

-El momento perfecto de golpear con el martillo Ka-san…-le decía Boruto mientras ambos caminaban por un pasillo de la casa Uzumaki- justo cuando el hierro aún está ardiendo.


Habían pasado un par de horas solamente, desde que Hanabi Hyuuga fue dada de alta en el hospital de la hoja. Y aunque los ancianos del clan pusieron el grito en el cielo, Hinata por primera vez se mostró dura e inflexible. Dijo, que como su hija había sido atacada en medio de una misión, y su hermana lo había sido en un entrenamiento privado fuera de Konoha; era ilógico que Hanabi regresara a las mansiones Hyuuga hasta tanto no se descubriera a los traidores que estaban atentando contra ella. O al menos, que Hanabi estuviera recuperada para hacerse cargo del asunto.

Obviamente, los ancianos no pudieron contradecir ese argumento. Si admitían que el ataque sobre Himawari era algo planeado por ellos, sería una guerra abierta contra el Hokage. Traición en la máxima expresión. Al mismo tiempo, Hanabi se mostró pasiva ante los reclamos de su hermana y estuvo de acuerdo con ella. ¿Cómo ocultar el ataque contra Himawari si se negaba a aceptar ese punto lógico?

-Hanabi-neesan vivirá en mi propia casa durante algunas semanas, -les había dicho Hinata a los ancianos que fueron a visitar a su líder en el hospital- cuando se haya recuperado, regresara a las mansiones Hyuuga para hacerse cargo de sus asuntos. Es todo.


La inesperada firmeza de Hinata les sorprendió, y Hanabi no pudo más que acceder al asunto. Cuando la hermana mayor ingresó a la habitación de hospital en donde estaba internada, le dijo que si no quería que revelara ante Naruto lo que sabía del ataque a su hija, era mucho mejor que cooperara. Ya no iba a consentir un nuevo ataque entre clanes. Esta situación se debía terminar en ese momento y para siempre.

Así fue, que cuando la líder del clan Hyuuga fue dada de alta en el hospital, armó su bolso con ropa para mudarse al cuarto de huéspedes en la casa Uzumaki. A la boca del lobo, aunque todos pensaran que ese era el lugar más seguro del mundo.


Esa noche en particular, tanto madre como hijo estaban parados enfrente a la puerta donde se accedía a la habitación para huéspedes. Hinata no quería seguir con los planes de Bolt. Le parecía demasiado cruel y salvaje. ¿Acaso ya no había pagado su traición, al ser violada por sus guardaespaldas manipulados previamente por el Byakugan de Boruto? ¿Quería hacerle más daño?

-definitivamente no…-le prohibió Hinata- esto se termina ahora mismo.

-comprenderás que la situación, pende de un hilo Ka-san –le decía Bolt tranquilamente- te di la opción de que tomaras el control. Pero si no lo haces, alguien debe ensuciarse las manos.

-no vas a violarla…-respondió Hinata aterrada- nunca más le harás daño. Promételo.

-Entonces debemos decirle todo a Oto-san….-indicó Boruto sereno- lo que usted hizo con Kiba, lo que tía Hanabi hizo con mi Nee-san, y también lo que tuve que hacer para averiguarlo.

-no te atreverías….

-¿Por mantener a salvo a Hima-neesan? –Aclaró el joven apenas- Ponme a prueba.



Hinata bajó la vista. Su cuerpo no le respondía. Boruto la miraba de una manera arrebatadora. Dispuesto a cualquier cosa. A lo que fuera con tal de salirse con la suya. La mujer estaba a punto de ceder, siempre había sido imposible para ella oponerse tanto a su hijo como a su marido. Eran una debilidad. ¿Dónde estaba su voz, ahora que la necesitaba para imponerse? ¿Era acaso, que entendía el punto de vista que aportaba su hijo? ¿Creía, que Hanabi luego de recuperarse no se detendría en sus intentos de obtener lo que había querido? ¿Y qué pasaba con su padre y el resto de los ancianos Hyuuga?

-Ka-san….-le susurró Bolt tomándola de la barbilla con una mano para que lo mire- si usted me acompaña, le enseñare a controlar la situación. Y luego…-le sonrió animándola.

-¿y luego…?

-usted entenderá….-le dijo apenas el rubio- lo que realmente puede hacer, para unir a la familia.


Hinata se sintió muy avergonzada. Lo que Boruto estaba proponiendo era seguramente sucio y prohibido. ¿Qué pensaba hacerle a su tía? ¿Podría Hinata soportar esa visión depravada? Muchas veces se encontró pensando que tal vez sus problemas maritales con Naruto estuvieron relacionados con lo recatada que era para sexo. Siempre le habían parecido excesivas algunas de las propuestas diferentes que su esposo había querido aplicar a lo largo de los años. Hinata Uzumaki amaba a su esposo, y hacer el amor, era solo la demostración física de ello. Nunca lo veía como una forma de saciar un instinto. Entonces, en cierta forma lo “tradicional”, era para Hinata lo mejor. Lo que le llevaba a pensar, que tal vez Naruto quiso interesarse por otra mujer. Sakura Haruno siempre fue más extrovertida. Tal vez en la cama, era una pervertida. ¿Era por esa razón que su marido la miraba tanto? ¿Qué fantaseaba con ella?


El muchacho en tanto, observó a su madre y se decepcionó. A veces se sentía solo actuando para salvar a su familia. Se sentía solo y le preocupaba. ¿Qué pasaría con sus seres queridos si por algún motivo el moría? ¿Qué pasaría con su padre, su hermana menor y su madre si acaso en alguna misión le tocaba fallecer? Boruto no se consideraba a si mismo imprescindible para Konoha, pero le preocupaba lo que sucedería con su clan si el no actuaba como creía que debía.

-De acuerdo….-anunció el rubio seriamente luego de pensarlo un poco, la sonrisa de su madre esperanzada le agradó- será como tú pides Ka-san. No volveré a actuar contra los Hyuuga. Será por tu pedido que no volveré a hacerlo. Ojala no te equivoques Ka-san. Te quiero mucho, pero no soportaría que a Hima-Nee sufra por un error. Lo dejo en tus manos.

Luego de eso, Boruto se fue por el pasillo tranquilamente. Tenía que ir a buscar a su hermana que saldría del hospital esa misma tarde. Himawari ya estaba bien. Aunque tenía un brazo vendado, podría pasar el resto de su recuperación en la serenidad del hogar. Y además, esa noche tendría la oportunidad de verse con Sakura. Realmente lo ansiaba, y la oportunidad podría ser de las últimas.

En cualquier día de esos, Sasuke Uchiha volvería a Konoha. Y entonces habría un necesario enfrentamiento. Era una cuestión del destino. Mientras tanto, Boruto había logrado obtener de su padre las llaves de un apartamento de soltero. Le pidió, que mientras Hanabi estuviera en la casa Uzumaki, era mejor tener un lugar alejado de las insinuaciones para cambiar de clan. Naruto acepto el punto, no sin charlar un poco más intensamente sobre el entrenamiento pasado. El Hokage parecía emocionado por lo ocurrido anteriormente, y hasta figuraba comenzar a apartar horarios específicos para continuar entrenando a su hijo más regularmente. Increíblemente, las relaciones entre Naruto y Bolt estaban en su mejor momento. Era una relación de hombres, no de un niño molesto a su padre ocupado. Al menos en eso, el joven se sentía satisfecho que hubiera mejorado.




**********************************************




-Ka-san… ¿adónde vas a esta hora?

La pregunta surgió instantánea. Sarada justo llegaba al comedor de su casa, cuando vio a su madre colocarse una chaqueta y abrir la puerta de salida. Era de noche y el turno de trabajo en el hospital, la mujer lo había cumplido por la mañana. La joven morena había tenido días complicados. Desde que puso sus ojos en ese pergamino que Bolt le había enviado. Su mundo estaba de cabeza. Rabiosa, frustrada, compungida. Era como si volviera a tener 5 años y temiera que las sombras de su habitación la devoraran por las noches. Desde que había leído esa información antigua sobre las costumbres del clan Uchiha, que solo podía conciliar el sueño junto a su madre, en la habitación del matrimonio.

No sabía si odiar a Bolt por enfrentarla a esa realidad, o definitivamente creerle y empezar a aborrecer a su padre. Sarada Uchiha estaba en una encrucijada, y si obedecía a sus instintos sobre la situación del baño hace tiempo, empezaba a ver en su padre una velada intensión perversa. Tuvo frustración al comienzo, y ahora mismo luego de masticada la situación día con día, tenía miedo. Estaba aterrorizada de que Sasuke Uchiha la violara. No había nada que pudiese evitarlo. El sharingan eterno era invencible.

-¿adónde vas a esta hora Oka-san? –le volvió a preguntar abrazándose a si misma- ¿Qué va a pasar conmigo, si el regresa justo esta noche?

Sakura se volvió rápidamente, y acercándose a su hija la abrazó firmemente. Contenerla, era la tarea principal que le había llevado todos esos días pasados. Ambas tenían miedo, porque tenían al enemigo en su casa. Era cierto que estuvo a punto de salir del lugar. Había acordado con Boruto un encuentro. Sakura apostaba a ese joven sus posibilidades de encontrar alguna forma de salvar a su hija. Y si tenía que pagar con su propio cuerpo el precio, no sería ni lo primero ni lo último que se atrevería a hacer en post de ayudar a su hija.


-tengo que ir al hospital cielo…-intentó tranquilizarla Sakura- tardare algunas horas. Regresare en cuanto pueda.

-¿Puedo ir contigo?

-¿A la morgue? –Le consultó Sakura tratando de evitar que se descubriera su verdadera meta- sabes que no es un lugar grato para nadie. Mejor deberías darte un baño caliente, y acostarte en mi cama a dormir. Prometo que regresaré en poco tiempo.


La niña temblaba ligeramente en sus brazos. Era una jovencita fuerte, pero su vida había dado un vuelco tan cruel e inesperado que su equilibrio mental pendía de un hilo fino. Sakura no podía dejar de lamentarse al verla así, el haber escogido amar a Sasuke Uchiha en su juventud. Pero al mismo tiempo, ¿Cómo desear que nunca hubiera sucedido? Sarada tampoco existiría y eso era algo que Sakura jamás iba a desear en la vida. Todo bien, atrae un mal. Y viceversa.

-Cielo…-le dijo la madre finalmente- creo que será mejor que preparemos el baño juntas. Mi tarea la puedo hacer otro día.

-en… ¿en serio te quedaras?-le interrogó Sarada esperanzada.

-Por supuesto que sí. –le sonrió Sakura abrazándola fuerte- te advertí que nadie me alejaría de ti.



Y mientras se quedaron juntas, Sakura se dijo a si misma que tendría que pedirle perdón a Boruto al día siguiente. Estaba segura que el joven no se enojaría por esa falta. Pero aunque a Sakura no le parecía un sacrificio nunca estar con su hija y protegerla, en esta ocasión lamentaba no poder verse con el muchacho Uzumaki. Lo había deseado, lo deseaba fuertemente. Era patético que una mujer madura, hecha y derecha tuviera ese insano deseo sexual por un jovencito. Era estúpido que se sintiera mujer en las caricias de un polluelo de casi 18 años. ¿Por qué sucedía esto? ¿Era por qué Bolt tenía la apariencia de Naruto? ¿Era porque su personalidad tenía puntos de encuentros oscuros con Sasuke? Sakura no sabía porque lo deseaba, pero ante sí misma no podía negar ese simple sentimiento físico.

Esa noche, mientras se bañaba con Sarada y cenaban para irse a dormir juntas. Sakura se la pasó proyectando en su mente un futuro terrible. Aunque Bolt encontrara la forma de asesinar a Sasuke. Aunque Boruto y Sarada lograran retornar a una relación amorosa. ¿Qué sería de la propia Sakura? ser condenada a ver a Boruto complacer a su hija, era como repetir la historia de las decepciones en su vida. Era como volver a perder la oportunidad de ser feliz.

-tal vez es mi destino…-se dijo abrazada a Sarada en la cama esa noche, antes de quedarse dormida- ver a mi hija feliz, con el hombre que deseo. Verla amar y ser amada, al hombre que yo tal vez podría amar con locura.



************************************************



-Onii-chan…quédate conmigo Onegai.


Himawari estaba muy dependiente de su hermano. Se sentía débil y vulnerable. Su corazón estaba muy lastimado por el intento de asesinato de su familia materna. Había compartido tiempo con los Hyuuga. Incluso había tratando con dulzura y respeto a su abuelo Hiashi. Había acompañado las visitas de su madre y nunca le hizo mala cara su tía Hanabi. La líder actual del clan. ¿Por qué quisieron matarla? ¿Acaso tendría que estar alerta, incluso en su propia aldea?

Mientras caminaba tomando del brazo a su hermano mayor por la aldea. Himawari no dejaba de agradecer a esos ANBU que la apoyaron en combate. Sospechaba, que no habían aparecido por la zona por mera cuestión de fortuna. Alguien los había enviado, así como enviaron a los Hyuuga que trataron de sellarla y matarla. Todo era una gran confusión para la joven Uzumaki.


-Onii-chan….no te rías de mi…-le hizo puchero ante el gesto distendido de su hermano.

Bolt sonrió divertido del pedido de su hermana. Hacia 45 minutos que habían salido del hospital y lejos de ir directo a casa, Himawari lo había conducido por la zona comercial. Era el camino más largo hacia la casa Uzumaki. Luego de pedirle la compra de un helado, fueron a ver los puestos de una feria ambulante y a recorrer algunos negocios particulares. El muchacho le consintió todo. Pero evidente que Himawari no quería regresar pronto a su propia casa. Sabiendo que su tía estaba hospedada ahí.

-ya te dije que no te preocupes más Nee-san…-le tranquilizó como pudo el hermano- se va a solucionar todo. Confía en mí ¿de acuerdo? Ka-san dijo que se haría cargo de su hermana. Así como yo me ocupo de la mía.


Algunos minutos después, llegaron a la casa Uzumaki dando por finalizado el paseo. Boruto se fue a bañar con cierto apuro. Himawari se quedó junto a su madre y tía en la cocina. Tuvieron una charla algo tensionada, ya que la niña no terminaba de confiar que Hanabi no supiera nada del ataque que había sufrido. Incluso la historia de como ella misma fue traicionada por sus guardias, no parecía muy convincente. Himawari además pensaba, que su hermano parecía demasiado ansioso por bañarse y ponerse apunto.

Una hora después, como al galope de un mal presentimiento lo vio sentado en el traspatio, completamente vestido como para salir de nuevo. Ya era de noche, ¿adónde iría? La joven Himawari no quería saberlo. Aunque lo intuía. Solo por una mujer su hermano se arreglaba tanto.

-Onii-chan…no salgas esta noche Onegai…

-Estaré bien Hima…-le respondió el joven sereno- ya estoy recuperado de mis heridas. Aquí en Konoha, nadie se atrevería a intentar algo en contra nuestra.


Se quedaron en silencio. Himawari guardaba una desazón terrible en su corazón. No quería ver a su hermano enredado con una mujer que no le convenía. ¿Qué pasaría si Sasuke-sama se enteraba? ¿Acaso Bolt iba a verse a escondidas con la madre de Sarada-san? ¡Eso no podía ser!

-Onii-chan….no me siento bien –le dijo con gesto adolorido- ¿volverás pronto? ¿Podría quedarme a dormir contigo?

Usualmente lo habían hecho. Dormían en el mismo cuarto y hablaban hasta altas horas de la noche. Obviamente la confianza mutua que se tenían era interminable. Cuando era pequeña, Hima había tenido mucho miedo a la oscuridad. Bolt siempre durmió en el suelo de su cuarto en aquellas noches donde la luna no brillaba. El joven jamás había reusado a estar cerca. Pero ahora ya adolecentes, era cuando menos extraño el pedido. El gesto del rubio así lo indicaba. ¿A qué le podía tener miedo Himawari a los 15 años?

-no salgas Onii-chan….quédate conmigo. –Le suplicó mirándolo con dolor- toda la noche conmigo.

El muchacho la estuvo mirando fijamente por un minuto. En su mente tenía una encrucijada difícil de destrabar. Por un lado, odiaba tener que dejar a su hermana cerca de Hanabi. Estaba totalmente seguro que la líder Hyuuga no se atrevería a intentar nada personalmente. Pero tampoco le apetecía ver el temor de Himawari ante la incertidumbre. No quería verla sufrir, quería mantenerla confortable y protegida. ¡¿Pero porque justo pasaba esa noche?! Tenía la deliciosa oportunidad de verse con Sakura Uchiha. En un departamento, a solas y por toda la noche. La había cortejado durante días, aprovechando los momentos de las curaciones. Y la pelirosa finalmente había accedido.

Tal vez como pago por la ayuda a Sarada. Tal vez porque deseaba buen sexo. Tal vez porque simplemente le atraía la idea de un encuentro amoroso para descargar tensión. Bolt nunca estaría dispuesto a pensar que Sakura podía amarlo. Pero enervar sus deseos como mujer, eso podía hacerlo claramente. ¿Por qué justo esa noche especial, su hermanita lo necesitaba tanto?

-bueno…-suspiró derrotado el muchacho, y ella sonrió feliz- supongo que tendré que quedarme en casa esta noche. Finalmente podré estudiar esos informes de misión que tanto están juntando polvo sobre mi mesa de luz.

-¡Si, si si! –Chilló de pura felicidad Himawari y le saltó encima para abrazarlo profundamente- gracias Onii-chan.



Algunas horas después. Cuando todos se habían retirado a sus cuartos. Boruto considero que su hermana ya estaba más tranquila y podía dejarla descansar. Himawari hizo un esfuerzo grande para mantenerse despierta. Pero recostada en la cama de su hermano vio como la vencía el sueño implacablemente. Boruto seguía estudiando sus informes. Todas misiones en las que había participado Sasuke Uchiha en el pasado. Tenía que encontrar la manera de enfrentarlo y vivir para contar ese cuento. Era tarea de estudio y paciencia. Planear con tino, y sobre todo sigilo.

De pronto, observó como Himawari se había quedado dormida completamente. Respiraba pacífica y sonreía apenas. Bolt se sintió contento y utilizó una sábana para arroparla. No necesitaba usar su propia cama esa noche en particular. Si acaso le diera sueño, dormiría en el suelo sin problemas. Por el momento debía trabajar, aunque la hora en el reloj de la mesa diera increíblemente las 3 am.

-Un poco de té caliente…-se dijo de pronto algo torpe por la somnolencia- voy a prepararme una taza.

Se puso de pie. Tenía una molestia en su hombro que trataba de ajustar con movimientos rotatorios, mientras deslizaba la puerta para salir al pasillo. La cocina estaría algo fría, pero la promesa de un poco de té caliente era demasiada atracción como para…

-¿Qué….quieres….? –preguntó Bolt al abrir la puerta y encontrarse con una figura parada enfrente.


El kunai ingresó como flecha en su vientre. El impacto hizo retroceder al joven que tropezó con una silla y cayó de espaldas al suelo. Frente suyo, Hanabi Hyuuga le miraba de forma autista. Era como si estuviera sonámbula. O en estado de shock. La mujer le había apuñalado con un kunai, clavándolo hasta el mango. Bolt veía tendido, como su propia sangre comenzó a manar abundante. El estruendo contra el suelo de madera, hizo a Himawari despertar abruptamente:

-¡¡OTOOOO-SAAAAAANNN!!-gritó desesperada la joven Uzumaki al ver a su hermano tendido en el suelo, junto a la cama. –¡¡OOOKAAAAAA-SAAAANNN!!

Hanabi retrocedió un paso aturdida. Ni siquiera atinó a escapar. Solo se desplomó hasta quedar sentada, con la espalda apoyada contra el muro del pasillo frente al cuarto. No tuvo más reacción, ni acusó movimiento alguno. Por el pasillo Hinata y Naruto aparecieron al instante, tan apresurados como nerviosos. Los gritos pelados de la joven Himawari los atrajeron con impresionante rapidez. El cuadro era inesperado totalmente.

-Bolt…. ¡BOLT MALDITA SEA, RESPONDE!- le acusó el padre arrodillándose junto a su hijo que no se movía.

-ONII-CHANN ¡ONII-CHAANN! –lloraba la joven Uzumaki del otro lado, desesperada.

Hinata rápidamente intentó extraer el kunai, pero enseguida se dio cuenta que no era un herida normal. Solo se podía apreciar el mango del arma, estaba tan fieramente incrustado que no sería gratuito retirarlo. El arma estaba enterrada a la altura del vientre, y tal vez comprometía al hígado.

-oh…no….-gimió Hinata compungida- la sangre se está oscureciendo…

Sangre negra, solo podía ser por un hígado perforado. El golpe le había tomado tan de sorpresa que no pudo evitar ser apuñalado en una parte vital. Bolt no se movía, sus ojos aún estaban abiertos pero tenían una sensación de estarse desmayando.

-¡¿QUE RAYOS HA PASADO?! ¿QUE FUE LO QUE TE OCURRIO BOLT? –gritaba Naruto desaforado.

-¡Rápido Naruto-kun! –Le instó Hinata- llévatelo al hospital, no debemos sacar este kunai o se desangrará.

-¡llévame contigo Oto-san! –Le gritó entre lágrimas Himawari que no soltaba la mano de su hermano para nada- ¡no me dejes aquí! ¡QUIERO IR CON ONII-CHAN!


Naruto estaba desesperado. Jamás había tanto miedo como en ese momento. Su hijo se le estaba muriendo en los brazos. Gracias al cielo podía trasportarlo sin moverlo. De no, la herida podía desgarrarse en el traslado. Respiró hondo para recuperar concentración, y usando el Hiraishin no jutsu trasportó a sus dos hijos directo al hospital. Directo a la sala de emergencias, donde algunos sellos siempre se escondían para las situaciones límites.

Hinata quedó arrodillada en un cuarto vacío. Sus manos estaban manchadas de la sangre de su propio hijo. Su cuerpo temblaba como muchas otras veces, pero era la primera vez que esa sensación no estaba generada por el miedo o la vergüenza. Temblaba de ira. De frustración latente.

Se puso de pie. Lentamente y olvidando por completo que solo estaba vestida por una bata liviana color azul. Estaba medio abierta, exhibiendo su ropa de dormir. Un vestidito de seda color blanco. Se hubiera sentido avergonzada que alguien a excepción de su marido la viera así. Pero ahora mismo, ninguna sensación aparte de la rabia la dominaban tan soberanamente.

Miró fijo a su hermana menor, que aún continuaba sentada frente al cuarto abierto. Hinata Uzumaki por primera vez en muchos años se sentía rabiosa. Su hijo le había advertido las consecuencias de tener piedad. Su querido Bolt, que solo buscaba mantener a salvo a su familia, ahora estaba ingresando a la sala de emergencia donde debería pelear por su vida. Su niño se lo había advertido, y por culpa de una madre tonta, ahora estaba gravemente herido.

Hanabi al ver la dureza en el rostro de su hermana mayor por fin reaccionó. Estaba en el medio de sus enemigos. En esa casa todos serían sus enemigos desde ahora. Pero apenas lograba moverse cuando la voz fría y furibunda de la mujer Uzumaki la paralizó en su sitio:

-¡Quieta ahí! –Le dijo acercándose como una leona a su presa- maldita desgraciada.

Con el revés de su mano izquierda, le dio una tremenda bofetada que la lanzó al suelo largo a largo. Hinata estaba parada a un paso de Hanabi, que yacía en el suelo tomándose el rostro con temor.
-Onee-san….yo….yo no….

-esto….no….no te lo perdonare jamás….


Hinata se fue rápidamente por el pasillo. Directo al closet donde guardaba lo que ahora mismo necesitaba. Hanabi no podía reaccionar por mucho que lo intentara. Sus instintos le habían ordenado que asesinara a Boruto. Había estado vigilándolo incansablemente por las noches, y espero el momento para atacar. No quería que ese muchacho volviera a amarrarla y hacerle daño. Jamás pensó que Himawari esa noche también estaría en el cuarto. Solo reaccionó, a la puerta abriéndose a las 3 de la madrugada. ¿Qué otra cosa estaría por hacer Bolt, que ir al cuarto de Hanabi para atacarla?

Mientras tanto Hinata apareció nuevamente, esta vez traía una correa de cuero gruesa en su mano derecha. Armada con ese elemento, apretando los dientes y llorando de indignación, descargó su frustración sobre su hermana menor. La azotó sin misericordia y la arrastró de los cabellos hasta la habitación de huéspedes. Esa noche seria de golpes y dolor. Esa noche traería renacimiento. Una nueva esclava, y una nueva dueña. Esa noche, empezaría un cambio radical.


Esa noche en particular, el liderazgo del clan Hyuuga….


Definitivamente cambiaria de manos…




Fin del capítulo.
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Mensaje por eliannar Dom Nov 15, 2015 10:42 am

Soy perver pero no tanto, esta historia es para valientes, mi mas sinceras felicitaciones por tu agallas aunque solo haya leído la confección de Sakura a Ino (el comienzo de este capítulo) no soy tan valiente para terminar, el toque de escritura sigue contigo.

Saludos Claudio
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Mensaje por arminius Miér Dic 09, 2015 3:03 pm

eliannar escribió:Soy perver pero no tanto, esta historia es para valientes, mi mas sinceras felicitaciones por tu agallas aunque solo haya leído la confección de Sakura a Ino (el comienzo de este capítulo) no soy tan valiente para terminar, el toque de escritura sigue contigo.

Saludos Claudio

oouuuu....¿porque no quieres caer en el lado oscuro? en fin....


imagino que el final de este capitulo generara mucha ansiedad...ju ju ju...disfruten.


CAPITULO 12: CEGUERA


Abrió sus ojos y era de día. La luz del ventanal detrás de su cabecera no le molestaba. Sin embargo, era muy útil aquella natural iluminación para apreciar todo el cuarto perfectamente. Techo blanco, sábanas blancas y una bata de hospital horrenda.

-Deja vu….-pensó Boruto algo deprimido.

Recordaba haber despertado de la misma manera y con idénticas sensaciones de derrota hace años. Justo después de los exámenes Chunnin. Los fallidos y reveladores exámenes que cambiarían su destino. En esos momentos, se había sentido un inútil, una basura. Ahora tal vez, pasados algunos años y con más experiencia, solamente consideraba un traspié la situación. Estaba hospitalizado por haber dejado de confiar en sus instintos. Por no haber terminado su labor en la mente de su tía Hanabi. Por no azotar a esa furcia, hasta que solo deseara ser esclava de la voluntad de otros.

Boca arriba, su cuerpo le pesaba bastante. Aun así, pudo tener la fuerza y el enfoque en su vista para mirar un poco lejos. Allí estaba ella, gracias al cielo la primera pregunta que podía figurar su mente estaba resuelta satisfactoriamente. Sentadita en una silla a su lado, su quería hermana se había quedado dormida, esperando verlo despierto. Los gestos de preocupación ya no estaban. Incluso su brazo tenía menos vendas, señal inequívoca que faltaba muy poco para la recuperación. Del otro lado, parada junto a la cama, Ino Yamanaka revisaba con chakra la zona del vientre.

-¿Cuánto he….?

-…dormido? –Completo la rubia seria- unos tres días aproximadamente. La hemorragia en el hígado pudo matarte. Fuiste operado, y tus canales de chakra no estaban equilibrados. Al recibir el ataque, tu Byakugan se activó por reflejo. Drenando tus energías de manera mortal. Fue tu propia hermana quien ayudó a desactivar tu Doujutsu. Y la mejor médico del mundo estuvo de tu parte. Tienes suerte.


El asunto de sus canales de chakra forzados, fue la causa de todo. Perdió reflejos y fue herido por ello. Ese poder, de liberar como un torrente asesino su chakra reservado, tenía una debilidad en la que tendría que trabajar más fuerte. Era como las píldoras de soldado. Efectivas para una larga travesía, pero letales en el organismo luego de un esfuerzo prolongado. Aunque, técnicamente hablando, Boruto sabía que esa técnica forzada, solo la debía utilizar para igualarse a sujetos invencibles como su padre. O Sasuke Uchiha. En resumen, era un recurso que no necesitaba en las misiones ordinarias.

-Sa…Sakura….-balbuceó el joven aturdido.

-Ella ha salvado tu vida –le dijo Ino serena- 4 de cada 5 médicos no hubiesen podido hacer nada. Te desangraste y la falta de chakra aumento el riesgo. Finalmente, hemos comprobado que eres muy resistente.


Bolt observó a la Kunoichi Yamanaka con atención. Creía, que ella debía estar muy disgustada con él. Tal vez hasta intentar matarlo. Después de todo, ¿acaso no eran enemigos? Sin embargo, Ino parecía atender su trabajo con neutralidad. Algo había cambiado en ella, aunque fuera sutilmente.

-¿Qué ha ocurrido? –consultó el rubio.

-fuiste atacado en tu propio domicilio –añadió Ino con calma- se sospecha de los Hyuuga, puesto que tanto tú como tu hermana tienen un Byakugan. Al parecer, todo lo que has dicho es sorprendentemente cierto. Ella fue atacada en una misión, y ahora te ha tocado a ti. Demasiada casualidad.

Boruto no tenía fuerzas para extender el interrogatorio. Simplemente miraba a esa mujer y se preguntaba sobre los motivos que la habían hecho cambiar de opinión. Bolt sabía de la profunda amistad que Ino tenía con Sakura. Y también recordaba que ellas habían estado hablando mucho hace tiempo. Tal vez, Sakura la convenció para que no interviniera. No podía el joven fiarse completamente. Pero tener un respiro de ataques gratuitos sería más que bienvenido.

-no te preocupes…-le dijo finalmente Ino, antes de retirarse- nadie no autorizado puede ingresar a este cuarto. Mientras te recuperas, tu padre está furioso y busca a quien culpar. Shikamaru y mi marido, están con él. Pronto hallaran el modo de tratar con los Hyuuga.

-¿y ella…está autorizada? –consultó Bolt refiriéndose a su hermana dormida en la silla.

-intentaron sacarla de aquí desde hace días…-le sonrió la rubia apenas- con resultados desastrosos. Yo no me atrevería a contrariarla cuando está furiosa.


Ino abrió la puerta del cuarto y se retiró. Bolt pudo notar que había guardias en la puerta. El asunto se había desencadenado y ya no habría método para detenerlo. Probablemente Kakashi-sempai estaría moviendo algunas influencias para calmar las aguas. Boruto estaba seguro, que los Hyuuga no serían exterminados como sucedió con el clan Uchiha. Había otros métodos, más útiles para quienes no estaban borrachos de sangre. Kakashi Hatake tenía a Sai junto al Hokage. Seguramente sugerirían una línea de acción para lograr la paz. Tal vez un tratado entre clanes. Ahora seria de público conocimiento que los Uzumaki contaban con dos Byakugan “ilegales”. Cabía todavía la chance de lograr algún tipo de acuerdo que no implicara el asesinato. Era cuestión de esperar.



*********************************************


Naruto estaba furioso….


Tanto Sai, como mayormente Shikamaru lo podían captar claramente. Tal vez porque casi nunca había estado en ese estado. Tal vez porque los años le habían dotado de una paciencia infinita, como para tratar desagradables asuntos del Hokage. Pero ese día, o mejor aclarar desde hacía 4 días que Naruto Uzumaki había perdido la cabeza. La imagen de su hijo desangrándose entre sus brazos, lo tenían en un estado de desesperación.

La oficina del Hokage solo estaba ocupada por el consejero Nara, el líder del ANBU Sai, y por supuesto la persona que había salvado la vida de Boruto. La Kunoichi medico a cargo, directora del hospital y mejor amiga del líder. Sakura Uchiha.

La situación pudo ser mucho peor sin dudas. Si bien se había finalmente descubierto que los hijos del Hokage tenían un Doujutsu ilegal, tampoco había una ley particular que atentara con la vida de ellos. Técnicamente, no tenían culpa de haber heredado esos ojos aun cuando su madre fue sellada para evitarlos. Pero si se atenían a la historia entre clanes, era mal augurio tener una barrera de sangre perteneciente a otra familia.

-necesito respuestas….-aseguró el Hokage molesto- ahora mismo…

-Bolt se encuentra estable –Inició Sakura que le parecía conveniente calmar las aguas dando buenas noticias- hace poco más de una hora ha despertado según me informó Ino. Está de buen humor y tiene a su hermana cerca. Pronto se recuperará.

-¿Cómo es posible que mis hijos tengan el Byakugan? –consultó Naruto que necesitaba respuestas para cuando tuviera que encarar al consejo de clanes.

-Eso puedo responderlo yo…-añadió Shikamaru abriendo un pergamino antiguo- desde que supe del ataque y la nueva situación, estuve investigando sobre clanes y barreras de sangre. La información fue analizada por la división científica y los mejores médicos. Los resultados fueron…

-Que el sello utilizado por los Hyuuga para bloquear la herencia en el vientre de Hinata, -interrumpió Sakura neutral- fueron originalmente creados por el clan Uzumaki del remolino. Como bien saben todos, una barrera de sangre es menos efectiva contra el usuario que la contiene.

-la sangre Uzumaki, indudablemente tiene una cumplida resistencia a los sellos originarios de ese clan. –Proseguía Shikamaru complementado los datos- los hijos del Hokage han desarrollado una versión del Byakugan a pesar de todo. Aunque en características, puede que no sean idénticas al originario. Lo cual por añadidura, puede hacerlo más valioso y peligroso.

Naruto no dijo nada. Él había recibido las advertencias del Kyuubi sobre ese aspecto. El zorro fue el primero en deducir que un sello Uzumaki era menos efectivo en su creador, que en cualquier otro sujeto. En resumen, tanto Boruto como Himawari habían despertado un Doujutsu poderoso. Azuzados por el nivel sin igual de chakra herencia de Naruto. ¿Qué efectos colaterales tendrían? ¿Cuánto poder podía desarrollar sus hijos en realidad?

-Sai…. ¿qué has conseguido de tus espías?

El líder de ANBU no hizo gesto alguno. Su información era estrictamente confidencial. Solo el Hokage podía escuchar. Y solo el Hokage podía distribuirla a su criterio. El deber del ANBU, era entregar la información solamente al líder. Los demás participantes de la reunión entendieron. Sakura señalo que tenía trabajo y debía vigilar de cerca a Bolt. Mientras que Shikamaru indicó que daría un recorrido para averiguar el pensamiento general de los líderes de clanes. Era una situación política delicada y posiblemente caería en votación. Era bueno ir investigando que pensaban el resto de las familias sobre el asunto en particular que se venía.

Cuando quedaron solos, Naruto se puso de pie y camino lento por detrás de su escritorio, dando la espalda a Sai. Esperando que empezara a describir lo que fuera que hubiera descubierto:

-Naruto tenías razón, al suponer que su hijo tiene problemas. –Apunto el pálido ninja- todo tiene que ver con los Uchiha.

-¿los Uchiha? –pregunto Naruto sorprendido, aunque no quería que Sai lo notara- ¿Qué tiene que ver Boruto con ellos?

-Cuando Boruto fue acusado de asesinar a Kiba Inuzuka, -inició Sai- hubo un rompimiento con su novia. La hija de Sakura-san.

-lo recuerdo…

-el rompimiento lo generó tu hijo. –Añadió el pelinegro- trataba de mantener a Sarada-san fuera de los problemas. Un equipo de ninjas lo vigilaba por órdenes de Shikamaru-san. Al parecer, el consejero tenía la sospecha que Bolt podía causar más problemas a Konoha. Cuestión que luego quedo en nada.

Naruto recordaba las sospechas de Shikamaru sobre una organización secreta en Konoha. Y que Bolt parecía estar relacionado con ese tema. Pero pasado el tiempo, el consejero Nara no había vuelto a insistir. Al parecer, no encontró motivos de tantas sospechas.

-continua… -le apuró el Hokage impaciente.

-Boruto se separó de su novia, y ahora sabemos la razón. –seguía el líder ANBU mesclando la historia tal como lo había preparado con Kakashi- alguien descubrió su Byakugan. Seguramente Bolt temía que los Hyuuga quisieran lastimar a la hija de Sakura-san.

-en esos tiempos, -interrumpió Naruto hilando sus ideas- Hanabi-san como líder, me había dicho que intentaría comprometer a Boruto con su familia. Decía que tenía habilidades enormes. Seguramente ya sabían lo que mi hijo ocultaba.

-luego…-añadió Sai continuando- hubo un intento simultaneo de ataque. Himawari fue atacada en medio de su misión. Y también sucedió con Hanabi-sama mientras entrenaba en los bosques. Finalmente….hace pocos días…

-fueron por Bolt…-dijo Naruto girándose y enfrentando a Sai- alguien dentro de los Hyuuga planea evitar que el Byakugan deje de ser exclusivo de ellos. Pero Hanabi lo sabía y…

-no es extraño que tenga oposición entre los suyos Naruto. –Le siguió el juego Sai- es la primera mujer en liderar un clan absolutamente tradicional. Si acaso falleciera, el liderazgo recaería en algún primo varón.


Naruto suspiró molesto. Tenía pesadillas con aquella noche donde se levantó corriendo de la cama, solo para encontrar a su hijo mayor muriéndose en el suelo de su habitación. Recordaba a Hanabi sentada frente a la escena. Totalmente horrorizada por la situación. Por un momento creyó que esa puñalada había partido de la mano de la hermana de Hinata. Pero luego de llevar a Boruto para ser atendido. Y finalmente cuando pudo trasladar a Sakura al hospital para que lo ayudara. Tuvo el tiempo para volver a su casa y usar el modo Sennin para rastrear la situación. No había chakra. Hanabi no había usado su energía espiritual en esa casa. La misma Hinata, preocupada por la salud de su hijo, le señalo que Hanabi estaba encerrada en la habitación de huéspedes totalmente desecha en llanto. Hinata le dijo a su marido, que Hanabi había visto cruzar a alguien frente a su puerta. Y no alcanzo a intervenir cuando ya ese sujeto había apuñalado a Boruto. Tal vez venia por el Hokage. Tal vez por sus hijos. Lo cierto fue que esa puerta abriéndose en la madrugada fue una mala fortuna.

-¿has podido hablar con Hanabi-sama? –consulto Sai explorando los conocimientos del Hokage con mesura.

-No….no aun…-le respondió Naruto pensativo- solo le permite entrar a Hinata a esa habitación. Mi esposa dice que Hanabi está en un estado de shock. Dice que se siente muy culpable por no haber detenido al sujeto. Y que no pudo identificarlo.

-Si Hokage-sama me permite…-le apuntó Sai sereno- quisiera tener unas palabras con Bolt-kun. Ahora que ha despertado, tal vez pueda decirme algo más sobre ese sujeto.

-De acuerdo Sai….-le asintió Naruto- infórmame lo que averigües de ese asunto. Y ahora lo segundo… ¿Qué tiene que ver los Uchiha con todo esto?

Sai sonrió sin emoción. Era el momento de jugar la carta que detendría a todos. Kakashi nunca estuvo de acuerdo con los planes de Boruto. Tenía que intervenir por la paz. No podía perder al hijo del Hokage como elemento de raíz. Si bien Boruto podía enfurecer por la intervención, tampoco tendría que saber de dónde venía. Raíz como división, se ocupaba de equilibrar las cargas siempre. Aun entre sus propios miembros.



*******************************************************



Consecuente al paso del tiempo. Boruto fue mejorando día con día. Ya casi se cumplía la semana desde que fue internado, y el joven comenzó a sospechar que las recomendaciones médicas de mantenerlo dentro del hospital, estaban apoyadas en otros motivos ulteriores a su salud. Himawari lo visitaba todos los días, aunque ya no se quedaba por las noches. Tuvo conversaciones con Sai y también con su madre Hinata. Su padre en cambio, no lo visito más que una vez de manera acotada. Aunque mantenía una vigilancia personal constante sobre el hospital y sus alrededores.

Boruto entendió con el paso del tiempo, que su padre impedía que lo dieran de alta por alguna cuestión. Su herida estaba totalmente recuperada, y la total inmovilidad que le aportó la cama, asistió al equilibrio de su chakra. Técnicamente, estaba recuperado. ¿Entonces qué ocurría?

-….quédate tranquilo…-le dijo Sakura una tarde mientras lo revisaba- serás dado de alta dentro de dos días.

-Pero ya estoy recuperado…

-Lo sé, -añadió ella sonriendo- sin embargo he recibido órdenes de mantenerte todo lo posible encerrado. Creo que tu padre intenta evitar que pelees de los Hyuuga.

-¿En serio? –Le sonrió divertido el rubio y se recostó en la cama con los brazos tras el cuello- ¿y para que me molestaría? Ka-san se está ocupando de todo.

Sakura le miró algo confusa. ¿Qué podía hacer Hinata en todo ese embrollo? Pero el joven la miraba con esa confianza increíble. Otra vez le parecía que todo estuviera calculado. Lo que llevaba a su problema particular. El asunto de Sasuke crecía en riesgo día con día. En cualquier momento podría regresar, intentado la aberración que tenía planeada contra Sarada. Pero además por añadidura, Sakura se sentía un poco culpable de la herida que sufrió el joven. Se preguntaba si al no haber ido a la reunión que tenían planeada hace días, fue la causa de esa estadía en el hospital. El muchacho sin embargo, no parecía reparar de este dilema.

-Boruto….yo…-susurró Sakura parada junto a la cama bajando la vista- quisiera saber si…

-Ya lo tengo resuelto…-le dijo el recostándose de lado- el tiempo en esta cama me ayudó a pensar. Tu ayuda, me dio a planear lo que tenemos que hacer. Lo que tengo que hacer para mantenerlas a salvo. Sarada-chan y tú, no tendrán que preocuparse más por ese infeliz.

Sakura sintió un estremecimiento en todo el cuerpo. ¿Realmente seria verdad? miraba a ese joven recostado y por alguna razón podía volver a confiar. Había logrado tanto, y sin embargo decía que podía aún más. ¿Sería posible? Mientras ella reflexionaba, la mano derecha del joven buceo por debajo de la sabana hasta tocar el muslo interno de la mujer. Suavemente, sin intensión pretensiosa.

-¿Qué haces Bolt?

-algo que deseo mucho.

-no creo que sea buena idea…-le dijo ella pero por alguna razón no se apartaba de la caricia- aquí no Bolt…

-esta noche…-le miró con perverso deseo- quiero que vengas. A discutir tú oferta de ser mía. ¿O acaso mentías cuando pediste mi ayuda? Quiero un pequeño pago de buena fe.

-aquí no, es una locura…-susurro ella algo acalorada por el toque ya más “profundo”.

-esta noche Sakura…. –le advirtió el calmadamente, y retiro la mano con cuidado- te necesito. Una última noche.

-no puedo esta noche…

-entonces mañana en la noche…-le susurró fingiendo un gestito de súplica- cuando salga de aquí, me tendrán vigilado.

Ella retrocedió sin decir nada. La mirada de ese muchacho ya le producía un hormigueo en ciertas partes de su cuerpo. La volvía loca, le recordaba lo que significaba ser mujer. Sentirse muy deseada. Digna de pasión. ¿Pero qué hacer? ¿Realmente se animaría a cometer la locura de venir a ese cuarto en la noche? Boruto Uzumaki estaba recuperado completamente. Significaba que si Sakura se animaba a ir en la noche, no sería para conversar de la vida.

-lo pensaré…-le dijo sonriéndole coquetamente- aunque no esperes demasiado ansioso.

-no olvides la chaqueta blanca…-le guiño un ojo Boruto divertido- te vez increíblemente sexi con ella.



***********************************************



Hinata Hyuuga no se reconocía a si misma…


Su personalidad era normal y equilibrada como siempre, en el día a día. Pero todo cambiaba en cuanto atravesaba la puerta de la habitación de huéspedes. Era como si una parte de ella, se trasformara totalmente. Algo desconocido se encendía, algo brutal y salvaje. Una dureza que incluso dominaba sus facciones y le quitaban su dulzura natural.

Desde aquella noche fatal, donde Boruto terminó herido y hospitalizado, las rutinas de la casa Uzumaki variaron sustancialmente. Los primeros días, Naruto casi no venía ni para dormir. Se la pasaba en la oficina o vigilando la habitación de su hijo. Totalmente desencajado de furia. Himawari se dispuso a cuidar a su hermano, como si con ello se fuera la vida. Incluso cuando los médicos intentaron sacarla de la habitación por los designios del horario de visita. O cuando quedaron establecidos los permisos especiales para unos pocos integrantes del hospital para ingresar a ese cuarto en particular, Himawari se negó rotundamente a abandonar a Boruto. Y quienes intentaron obligarla, encontraron una faceta muy desagradable de la tierna y suave hija del Hokage.

Pero Hinata, no se preocupó tanto por Boruto desde que supo que Sakura Uchiha lo había salvado. Era consiente que aunque no le agradara demasiado esa mujer por cuestiones personales, su capacidad como médico no tenía comparación. Era capaz de salvar a personas que ya todos daban por muertos. Era una garantía. En un ramo donde la muerte es el vencedor tarde o temprano, Sakura era su oposición más dura. En resumen, luego de ser operado y estabilizado, la vida de Bolt estaría a salvo.

Por esa razón, su madre dedicó esa semana posterior al ataque a otros menesteres. Desde el incidente, había dado a Hanabi Hyuuga un castigo tan brutal como jamás hubiera creído posible. Y día con día, encerrada en la habitación de huéspedes continuo haciéndole daño en todas las formas posibles. Luego, cuando Boruto hubo despertado y Hinata le visito una tarde, supo lo que tenía que hacer para terminar la “educación” de Hanabi en materia masoquista. La esposa del Hokage, ya no sería una civil más. Tal vez no tuviera su rango ninja nuevamente, pero poco a poco se fue trasformando en la líder de su antigua familia. Sería la verdadera líder del clan Hyuuga, contralando la voluntad de su cabeza visible.

Todo el asco que Hinata pudiera sentir por sus propias acciones, se disipaba en la satisfacción que tenia de ver como Boruto comenzaba a confiar en ella para proteger a su familia. Su hijo lo dejo todo en sus manos. Confió en ella, no como madre, ni como compañera, sino como Kunoichi. El fuego de su corazón que brillaba en post de defender a los amaba, volvió a hacerse presente. Como en la pasada guerra.


Hinata ordenaba, y Hanabi pronto encontró que esas palabras eran sagradas. Su voluntad se fue diluyendo hasta la nada misma. Su cuerpo era una herramienta, un objeto del cual Hinata-oneesama podía disponer a su antojo. Los latigazos y el castigo dejaron de ser daño, para ser tomados como premio. La fue moldeando con una buena cuota de intuición. Y otro tanto de consejos que Bolt le entregaba en las visitas al hospital. Para cuando se cumplió la semana desde aquel ataque traidor, Hinata ya no tenía una hermana menor, solo poseía una esclava.


En cuanto a Naruto. Hinata planeó para su marido algo especial. Durante los días del adoctrinamiento la mujer había alimentado en sí misma una cultura distinta. Una forma de ser que mantenía oculta por vergüenza o costumbre. Siempre le había parecido que su Naruto, podía abandonarla por Sakura solo porque esa maldita mujer era una guarra. Que a Naruto le atraía la idea de una mujer poderosa, que le diera sexo salvaje. No era que Hinata dudara del amor de su marido. Simplemente que sexualmente podía sentirse ansioso de probar nuevas experiencias. ¿Y cómo lo haría? ¿Con la tímida e insípida Hinata de siempre? Eso no podría suceder.

En la noche del séptimo día. Luego de un curso intensivo de esclavismo impartido a la hermana menor. Hinata supo que había llegado su oportunidad de cambiar las cosas. Era una jugada arriesgada, pero tenía muchas ganas de vivir una experiencia similar. Durante todo el tiempo trascurrido, supo reinterpretar las palabras de Boruto en cada paso del asunto:

Cuando le invitó a que se quedara en la cabaña, mientras él se ocupaba de adiestrar a su tía.

Cuando le sugirió con el collar y la cadena, que le enseñaría a controlar a Hanabi.

Cuando finalmente, le dejó en claro que podía compensar a su marido y hacerlo feliz.


Todo fue arrastrando a Hinata hacia una realidad perversa. Tenía que tomar una decisión crucial. Y con Boruto ya recuperado totalmente y a punto de salir dado de alta. Además de una Himawari que también estaba sana y sin dolencias. Hinata tomó la posta de una idea que venía madurando desde hacía tiempo. Una fantasía.

Algo que podía calmar todos sus demonios y liberarla de culpas.

Algo que podría darle paz, a los clanes Hyuuga y Uzumaki.



********************************************



La cena en la casa Uzumaki fue determinante…


Hinata, su hija y marido tenían a la líder del clan Hyuuga como invitada especial a comer. Hanabi estaba muy callada, su mirada baja y sus actitudes mesuradas. Naruto había sospechado de ella en los primeros instantes del atentado a Bolt. Pero luego se encontró con que la mujer se veía profundamente afectada por la situación. Era la primera noche que cenaba junto a la familia desde el incidente. Himawari estaba feliz, por fin su hermano seria dado de alta al día siguiente. Se la paso media cena hablando de cuanto entrenarían juntos apenas pusiera un pie dentro de la casa Uzumaki. Se figuraba que tendrían varias semanas de internarse en el entrenamiento. Incluso invitó tanto a su padre como madre para que los ayudaran. Que ya no hubiera secretos entre todos, le tranquilizaba y todo se veía luminoso.

-Ten calma Hima-chan…-le dijo Naruto sonriéndole- cuando Bolt salga del hospital, tú y el tendrán que mantenerse aquí en casa. Al menos hasta que tu tía Hanabi y yo podamos arreglar el asunto con el resto del clan Hyuuga. ¿Cierto?

-h…Hai….Naruto-sama….-balbuceó tímidamente Hanabi con la cabeza baja.

La situación era extraña para Naruto. Antes, había encontrado en esa mujer una desagradable arrogancia. Mirada gélida, aspecto inmutable. Pero ahora, parecía una sombra de sí misma. Totalmente autista del mundo. Solo respondía a la voz de Hinata con rapidez insistente. Además, su esposa también emitía en las palabras hacia su hermana, una cuota leve de dureza que Naruto desconocía hasta el momento. ¿Tal vez la culpaba por lo sucedido a Bolt? ¿Estaba resentía hacia Hanabi por otra cuestión? Naruto no sabía que pensar, e incluso le tomó por sorpresa que su esposa pusiera sobre la mesa una botella de sake. Todos bebieron a excepción de Himawari, que se retiró temprano hacia su cuarto. Había sido un día agitado de entrenamiento personal para la niña, que esperaba sumar a su hermano cuanto antes.

Entre copa y copa. La situación se fue aligerando. Hanabi comenzó a responder a las preguntas con más entusiasmo. Incluso propuso algunas ideas para salir del entuerto que suponía tener a dos jóvenes con el Byakugan, fuera de su clan. Naruto aprovechó para averiguar ciertas cosas. Como confirmar que Hanabi conocía la habilidad de sus sobrinos mucho antes de aquellas “negociaciones”, para casar a Bolt con una mujer de su clan.

-¿Cómo lo supiste? –le preguntó Naruto en el fragor de la bebida- ¿Cómo te enteraste que mis hijos tenían el Byakugan?

Hanabi pareció aturdida y no respondió. Miraba a Hinata como si pidiera su aprobación. Este gesto no pasó desapercibido al Hokage. Luego se encargaría de discutir con su esposa sobre esta nueva “influencia” que parecía tener sobre su hermana menor. La mujer Uzumaki, asintió a Hanabi instándole a responder.

-Onee-sama me lo dijo…-apuntó Hanabi tomando su copa con timidez- y yo quería que esos ojos regresaran a mi clan. Pensé que Boruto podía casarse con alguna niña de familia. Y lo mismo buscaría con Himawari. Era la mejor de las opciones. De lo contrario…

-¿De lo contrario que? –le añadió Hinata firme, para que se explayara.

-De lo contrario….-finalizó Hanabi bajando la cabeza con disculpa- quienes no vuelven al clan Hyuuga. Son eliminados.


-¿Eliminados? –Interrogó Naruto sorprendido por el método- ¿los Hyuuga son capaces de matar a otros integrantes de Konoha, solo por conservar le Byakugan exclusivamente?

-Así es…por décadas se ha manejado de esta forma. –Proseguía Hanabi- cada clan vigila celosamente sus barreras de sangre y métodos secretos. Cuando existen casamientos o uniones entre integrantes de clanes distintos, se han desarrollado formas de evitar que se disemine una herencia. Los Yamanaka por ejemplo, sellan en la mente del integrante saliente absolutamente todos los secretos que conoce. Así evitan que el familiar que pasa a otro clan, tenga información que no debe tener. Los Aburame retiran de los contratos de insectos a quien se va de su clan. Los Hyuuga sellan su Byakugan. Y también sellan el vientre de la mujer para que el ojo blanco no se desarrolle en sus hijos. Pero siempre existen excepciones…

-¿Excepciones?

-Cuando un hombre o una mujer se lleva de su clan originario algo valioso. Puede ser el Doujutsu, o información, o pactos con criaturas familiares. Y siempre el final es el mismo. Esa persona, tarde o temprano es asesinada. Puede ser en una misión. En Konoha como si se tratara de accidentes. O incluso hubo sectores de la aldea que se encargaron de limpiar esos desarreglos. Como lo hacía Danzou Shimura. De ahí, su poder con la división Raíz.

Naruto comenzaba a comprender ciertos asuntos turbios. Siempre en los años de estudio sobre el pasado de la aldea, se había preguntado cómo los clanes habían permitido que un sujeto tan terrible como el viejo tuerto de Danzou, se apropiara de sus hijos dilectos. Ahora encontraba uno de los motivos. Eran en cierta forma un pago. Era la manera que los clanes pagaban al viejo podrido por encargarle asesinatos. Raíz se ocupaba de evitar disputas entre clanes. Cuando los acuerdos fallaban. Entraba en vigencia el método brutal de los Shinobi antiguos.

-Por esa razón debemos apoyarla Naruto…-aseguró Hinata sobre su hermana- cuando Hanabi-nee regrese a su clan, harán con ella lo que pretendían hacer con nuestros hijos.

Naruto se quedó pensativo. No era tan tonto como para no darse cuenta que algo oculto pasaba por debajo de sus narices. Lo que lo tenía furioso en los días anteriores, era comprobar cuantas situaciones estaban fuera de su control a pesar de ser Hokage. Era casi una pantomima esas reuniones del consejo de clanes donde todo parecía tan civilizado y digno. Todos eran diplomáticos en esa sala de reuniones, y luego volvían a la calle para ser lo que siempre fueron. Shinobi actuando como Shinobi. El bien común de Konoha, era para situaciones generales de extrema gravedad como una guerra mundial. Pero pasados los tiros, se volvía cada quien a su clan y luchaban por superar a los otros como lo harían en un eterno examen de ascenso ninja. Respetar ciertos reglamentos, pero dispuestos a romperlos en cuanto la situación lo amerite.


Esa noche, Naruto se fue a su cuarto pensativo y preocupado. La bebida no era algo común en su mesa, aunque Hinata parecía sutilmente diferente ante ese agregado. Naruto no estaba ebrio, pero tampoco lo estuvieron las dos féminas que lo acompañaron en la mesa. Pensaba y repensaba. Aduciéndole sentido de verdad todo lo que Sai había asegurado en su informe del ANBU. Le había parecido increíble al principio, que los Uchiha utilizaran el sharingan para engañar a una pareja y así embarazar a la mujer de su clan. Le parecía increíble, que cientos y cientos de engaños acumulados a lo largo de las décadas, dieran como resultado un par de ojos con la mirada más poderosa y futurista de aquel momento. Itachi Uchiha, fue un pago recibido por Danzou en respuesta a vaya uno a saber que atrocidad. Y también Itachi fue utilizado, para exterminar a un clan que se había vuelto un gran problema para toda la aldea misma.

Naruto había recibido la información con extrañeza al principio. Sai tenía la tarea de averiguar en qué nuevo problema estaba metido Boruto. Con respecto a una gran pelea que le esperaba. Y Sai le trajo esa historia antigua. De un clan casi extinto que conseguía asegurar el sharingan para nuevas generaciones cruzando los genes de familiares directos por los métodos necesarios.


Flash back:

-¿y que tiene que ver Boruto con todo esto Sai? –le había consultado Naruto al líder de ANBU.

-Bolt-kun…estuvo de novio con la única mujer Uchiha portadora de un sharingan en el mundo –añadió el pálido sujeto sonriendo falsamente- y aclarado sus problemas por el asunto del Inuzuka, imagino que descubrió las intenciones de Sasuke-san. Con respecto a su propia hija.

La sola idea de ver a su hijo enfrentado a Sasuke era horrenda. Naruto sabía que no tenía oportunidad. Y Sasuke no se detendría en un combate a muerte. Parecía una locura.

-eso no va a suceder…-dijo sin creérselo Naruto- Sasuke nunca le haría eso a Sarada-chan.

Sai le miró, con esa sonrisa que no demostraba nada. Pero luego de un silencio apropósito, estaba dando a entender que no compartía el punto de vista infantil del Hokage. Así que finalizó su informe:

-He recopilado las trayectorias de Sasuke-san fuera de Konoha, en los últimos 10 años. Eso ha tomado tiempo, y de ahí mi retraso en este informe. Pero finalmente, tengo muchas razones para contabilizar al menos 8 a 10 familias clandestinas a lo largo de muchos países. Al parecer, Uchiha Sasuke buscaba fuera de Konoha, la posibilidad de perpetuar su Doujutsu.

-Eso es…imposible…-balbuceo Naruto que no podía creer lo que estaba escuchando.

-Entre 12 y 14 hijos se estiman. –Añadió Sai calmo- con resultados negativos en la maduración del sharingan. Técnicamente hablando. Sarada Uchiha no solo es la mejor opción, sino la única que tiene. Si él logra embarazar a su hija, tendrá entre 70 y 75% en probabilidad de obtener lo que busca. Solo necesita que madure la niña, y el muchacho que sirva de marido-excusa, para resurgir su clan.


Fin del flash back:



-y Bolt lo sabe….-se dijo Naruto a si mismo mientras se quitaba la bata y se recostaba boca arriba en la cama matrimonial- Bolt tratara de impedirlo. Esta dispuesto a matar para conseguir eso. Pero él…aun no puede….no tiene tiempo.


No tenía el nivel para ganar, y Naruto lo sabía. Boruto había combatido seriamente en el entrenamiento con su padre y era holgadamente uno de los más fuertes en Konoha. Pero el nivel de Sasuke Uchiha era otro estamento. Naruto estaba seguro que Sasuke había seguido entrenando como un loco. Tal cual su costumbre. No sería rival para él, un niñato que apenas empezaba a descubrir sus límites. Pero el real problema era, que Boruto luchaba por la chica que amaba y no se detendría jamás. No importando cuanto lo retuviera en el hospital, incluso si Naruto se lo prohibiera expresamente, Boruto nunca retrocedería. ¿Qué podía hacer como padre, para ayudar a su hijo? ¿Qué podía hacer como amigo, para hacer entrar en razón a Sasuke? De algo estaba casi convencido Naruto Uzumaki. Ninguno de los dos se detendría en sus caminos. Iban a chocar, y Boruto iba a morir. Pero Naruto se dijo a si mismo que era algo para resolver al día siguiente. Tendría una charla con su hijo y sería algo definitivo. En se iba a encargar que ese negro destino nunca sucediera. Ambos se Sasuke y Boruto se iban a detener. Esa locura no continuaría jamás.


-hola Naruto-kun….-escuchó la melodiosa voz de su esposa ingresando por la puerta.

-hola cariño…-sonrió Naruto saliendo de sus pensamientos.

Hinata estaba sorprendentemente sonriente. La bata de dormir color celeste apenas abierta, exhibía en las trasparencia de su conjunto interior, buena parte de sus encantos. Lo extraño de la ocasión, era que no se intimidó por la mirada de su marido. Caminaba como si flotara, rodeando la cama y mostrándose felina. ¿Acaso estaba tratando de seducirlo? Eso era refrescante para Naruto. Hacía casi dos semanas que no tenían sexo. Y a un hombre tan energético, eso le pasaba una larga factura a sus nervios.

-tienes… ¿mucho sueño? –le consultó Hinata mirándolo algo traviesa.

-si lo tenía…-apuntó el rubio que esa oportunidad no la dejaría pasar- acaba de evaporarse.

-¿tanto así? –Le preguntó ella arrodillándose frente a su esposo y regalándole un vista estupenda de sus senos- ¿con muchas ganas, como para probar algo nuevo?

Si la oferta ya de por si era tentadora, ahora el efecto era devastador en la libido del Hokage. Su esposa siempre se había caracterizado por la voluptuosa belleza. Era sensual su timidez, y aunque no fuera arrojada, tenía pasión oculta. Sin embargo, Naruto siempre había querido algo más. Que ella perdiera su timidez junto a él, que pidiera lo que quisiera obtener. La sumisión como rutina, producía una falta de estímulo en el paso de los años. Así que cada nuevo concepto en esa cama, era digno de festejo.

Hinata sonrió, y sacando de un bolsillo grande en su bata color cielo, le extendió a su marido un objeto de seda. Una cinta ancha de tela negra.

-¿Qué quieres con esto? –pregunto el rubio entretenido.

-quiero que cubras tus ojos querido…-le ordenó suavemente la mujer dejándole un beso corto en los labios- y además prometas, que no te quitaras eso. Hasta que yo lo permita. ¿Qué te parece?

Naruto estaba fascinado. Su esposa no solo lo estaba seduciendo con su actitud. ¡Estaba tomando totalmente la iniciativa! Era el mayor estimulo que podía conseguir. ¡Vendarle los ojos! Algo tan trivial que pasaba a ser osado si se comparaba con lo tradicional. ¿Qué tipo de plan tenia Hinata? Naruto dudaba que pudiera resistir a la tentación de mirar.

-¿Por qué no simplemente apagamos las luces? –le sugirió el jugueteando entre los besos.

-porque…hummm -respondió ella melosa- quiero verte bien, cuando explotes de placer.

Eso lo convenció. Jamás Hinata le había pedido nada en la cama. ¡Y el momento tan anhelado había llegado! Naruto no pudo más que obedecer. La oscuridad vino a sus ojos y las manos de Hinata recorrieron la zona, seguramente para comprobar que el no hacia trampa. Seria toda una tortura no poder ver los gloriosos pechos de su mujer. La desnudez de Hinata bastaba para estimularlo de sobra. Pero algo en ese jueguito extraño tenía una promesa aún más lasciva. Y Naruto después de tanta presión política y familiar en esas últimas semanas. Definitivamente disfrutaría descargar su tensión de la forma que fuere.


La ceguera total no era un problema para Naruto. Sus sentidos eran muchas veces superiores al promedio humano. Su oído, su tacto, su gusto. Podía pintarse a sí mismo un mapa de la zona circundante sin usar la vista. Pero sería como hacer trampa. Incluso si absorbiera un poco de energía natural, podría “ver” sin ningún tipo de impedimento.

-nada de chakra querido…-le advirtió Hinata apartándose de la cama- tu puedes usarlo, pero recuerda que puedo verte hacerlo. Promételo.

-lo prometo lo prometo Hinata-chan…-sonrió divertido el rubio sentado en la cama- ¿Qué planeas hacerme?

-recompensarte…-escuchó la voz de su mujer, mientras sentía que la puerta del cuarto se deslizaba brevemente, para luego volver a cerrarse- y estoy segura que te encantará. Toda esa preciosa energía que tienes. Será muy útil esta noche.


Naruto tragó duro. Su elemento ya estaba repuntando por debajo de las sabanas. Impaciente de lo que vendría. El hombre no recordaba estar tan ansioso por algo en muchos años. ¿Qué habría pasado en la mente de su mujer para atreverse a innovar en la cama? ¿Qué estaría por suceder? La sabana fue arrastrada de pronto, sentía la presión del colchón señalizando que Hinata había subido nuevamente a bordo.

Comenzó por tomar su interior tipo bóxer naranjo, y quitárselo con la colaboración de usuario que elevo sus caderas levemente. Luego, los labios de Hinata tomaron territorio en la boca y el cuello de Naruto. Lo besaba intensamente, mientras ambas manos estaban apoyadas en los hombros del hombre. Así lo mantenía sentado e inmóvil contra el espaldar de la cama.

-quiero amarte Naruto-kun…-le dijo susurrante en su oído- y quiero que me ames con todas tus fuerzas.

El rubio sonrió, devolviendo los besos y estirando sus brazos comenzó a acariciarle los pechos a su esposa. Grandes y esponjosos. Simplemente perfectos. La imaginación de Naruto le recordaba que esos tremendos pechos siempre sobresalían, no importando la prenda que su mujer eligiera en el día. ¡Era tan sexi! Ni siquiera ella entendía cuan atractiva resultaba para la mirada masculina general. Pero de pronto, cuando Naruto comenzaba a sentirse impaciente por que su “amigo”, no estaba participando de la acción, empezó a sentir caricias obscenas que llegaron a ese destino.

-¿Pero qué…? –Se preguntó el rubio sorprendido, y haciendo un recuento pudo notar que ni las manos, ni la boca de Hinata estaban libres para visitar aquella zona intima- ¿Cómo lo…?

-shhh…-le susurró la mujer en el oído- solo disfrútalo.

Ahí mismo, una boca ansiosa comenzó a lamerlo de arriba hacia abajo. Segundo a segundo se volvía más osada y finalmente había optado por chuparlo con cierta timidez inicial. Tal vez no contaba con experiencia, pero definitivamente iba ganando en entusiasmo a cada instante. Naruto ya no entendía nada. Sus sentidos estaban seguramente volviéndose locos. No podía ser posible que su esposa estuviera haciéndole “eso”, mientras tenía los pechos contra su rostro y le susurraba gemidos cerca de sus oídos. Aunque parecía imposible, tenían que ser dos mujeres necesariamente. Era algo increíble, algo inconcebible que Hinata propiciara eso, pero no había otra explicación posible.

-¿puedo quitarme la…?

-desde luego que no Naruto-kun…-le respondió aturdida Hinata que disfrutaba la lengua de su marido sobre sus pezones- lo prometiste.

Naruto ya no podía más. Su mente estaba derritiéndose por la intriga y esa boca recorriéndole el pene no paraba de tomarse atribuciones. Incluso sentía un delicioso manoseo a la base de los testículos que casi le hace tragarse la lengua al rubio. Así pues, mientras usaba su brazo izquierdo para rodear la cintura de Hinata e impedirle que aparte su hermoso cuerpo de su rostro. Desvió la mano derecha para tomar de los cabellos a esa otra mujer. Le enseñaría a marcar otro ritmo en la mamada. Ya nada importaba, solo terminar lo que había empezado.

-así….-sugirió presionándola con su mano- hazlo más profundo…

Aquella mujer obedeció entusiasta. Y Naruto estuvo en pocos minutos al borde del colapso. Era demasiada carne para abarcar. Su esposa lo manoseaba del torso para arriba mientras no apartaba los senos para nada. Y además tenía a otra fémina dándole especial atención a su amigo. Estallaría en cualquier instante.

-hi…Hinata…. ¡Hinata-chan!....-gruño Naruto ya sobrepasado por las sensaciones.

-hazlo cariño….-le reclamaba la mujer gimiendo en su oído- suéltalo todo.

Así lo hizo. A pesar de buscar resistirse todo lo posible. Incluso había tirado de los cabellos de aquella mujer misteriosa para evitar derramarse en su boca. Pero fue imposible apartarla. No solo se resistió con dureza, sino que intensificó la mamada tragando hasta el límite posible. Fue increíble.

-maldición…. ¡maldicioooon! –gritó Naruto estremeciéndose totalmente mientras soltaba una carga profunda en la garganta de aquella intrusa.

Los siguientes segundos fueron de respirar pesado y sentirse vencido. Había sido demasiado intenso. Sin poder usar su vista, las sensaciones físicas se multiplicaron por 20. Hinata también se había apartado levemente. Le acariciaba el rostro a su marido, pero claramente no tuvo participación directa en la explosión ocurrida. Había sido demasiado estímulo para un hombre desprevenido. Naruto sentía su vientre temblar como gelatina.

-la noche apenas empieza Naruto-kun…-le advirtió la voz de Hinata con una sonrisita perversa- tendrás mucho trabajo por realizar. Espero que puedas caminar en la mañana.

El hombre apenas si recuperaba un poco de oxígeno, y todo para preguntarse ¿Qué más pensaba hacer su esposa? Ya le parecía demasiado increíble que hubiera permitido a otra mujer participar de esa noche. ¿Hasta dónde pensaba llegar Hinata con ese jueguito?

-debo quitarme esto…-declaró el rubio aturdido que tenía que comprobar algunas cosas, pero su mano fue detenida por la de su esposa firme.

-desde luego que no…-le dijo la mujer- prometiste no quitártelo hasta mi permiso expreso. ¿Acaso mi Naruto-kun no cumple sus promesas?


Eso lo detuvo. La deliciosa tortura estaba recién comenzando. La noche prometía ser larga y excitante. Que los problemas, los prejuicios y los demonios se fueran al caño. Era una noche de oscuridad. A veces, la ceguera era una especie de bendición. Y esa noche en particular, Naruto tendría que aprender a gozar y lidiar con ella.


Fin del capítulo.
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Mensaje por BlancaPHNS Mar Dic 29, 2015 8:16 am

Omg!! Me he perdido tantos capis,pinches clases!! Pero estamos en navidad!! Wiiiii! Very Happy

Wow....todo lo leído a sido tan....Interesante xD,hay tantas cosas cocinándose en la misma sartén que,me asombra que aún no se haya desbordado,aunque se que eso no durará mucho.

Ese Sasuke...Ya nada me asombra de él, es un condenado bastardo....Qué hará Naruto para evitar esas dos tragedias? Lo espero con ansias!! *-*

Sakura en realidad ama a Boruto? O su miedo a quedar sola la lleva a pensar eso? Por lo que pude leer,Bolt si siente algo por ella,pero.....qué sucederá cuando la cosa salga al aire? Dios! Tanto suspense me deja mal xD

Buajajajaja Bolt sabe tooodo con respecto a Ino y Shika,pobres xD Ino es tan.....ay,ni se que decir con respecto a su personaje,creo que en todos los fics que he leído,siempre será alguien divertida,a pesar de que es una gran metiche xD pero sabe como consolar :3

Puuuuuffff.....Debo decir que,Hanabi me da un poco de lástima,era algo que se podía evitar, pero la ambición nos lleva a eso....en fin,vemos que Hinata le da un buen uso al Sado-Masoquismo de su pequeña hermana xD que cosas....mucha perversión en un solo cap....me encanta!! También adoro que sean tan largos! TuT

Esperaré ansiosa la conti,Armin-sempai!! Saludos,besos y abrazos <3

Bye (^^)/

PD:soy una fan loca de Sakura,y sé que Sasuke es fuerte,pero...como me encantaría verla partiéndole la madre en tres!! Con su súper fuerza! Y como la gran Kunoichi que es! >:c......ejem....solo eso xDDD
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Mensaje por arminius Mar Feb 02, 2016 1:49 pm

lamento la tardanza. si encuentran algunas palabras pegadas, es por el deficiente word del ciber donde entre para publicar esta actualizacion. desde ya...disfruten...jejeje...



CAPITULO 13: NOCHES SIN CONTROL



Es difícil pensar en medio del sexo. El cerebro más prodigioso se atrofia a niveles básicos, dejando a los instintos animales dominar casi por completo. Algunas personas desatan violencia. Otras se entregan a niveles de sumisión más propios de un esclavo, que de alguien libre de elegir. Hay quienes gustan de dar o recibir castigo en proporciones nada recomendables. Otros exaltan lo peor de su excitación, por los meros uniformes utilizados por la pareja en cuestión.


Esa noche en particular, Naruto Uzumaki no podía pensar en nada….


No era lógico o recomendable perder la cordura así. No solo como hombre, sino también como Hokage y líder de una aldea llena de problemas. Tal vez fue la ingesta del sake. Quizás la sorpresiva iniciativa tomada por su esposa Hinata. O seguramente, la inclusión de aquella segunda mujer en la cama del matrimonio Uzumaki, era lo que impedía a Naruto saber lo que sucedería el día después. O ya puestos, en los 10 minutos siguientes.


En ese momento, solo era un hombre terriblemente excitado. Recostado boca arriba en el centro de su cama, a merced de dos mujeres acosándolo en oficio de su parcial ceguera. Solo escuchaba las órdenes de Hinata, y los gemidos de ambas hembras que parecían hambrientas de sexo. La otra fémina, solo obedecía mecánicamente a cada indicación. Con servilismo excitante.


-Naruto-kun!!!!....-chilló Hinata dejando caer el peso de sus caderas en su marido, hundiéndose profundamente en el miembro y comenzando a cabalgarlo con dureza- estoy….yo estoy al fin!!!


Naruto no sabía que sentir. Su esposa estaba actuando con demasiada libertad sobre la humanidad del marido. Y para colmo la otra mujer, abrió bien sus muslos y se asentó sobre el rostro del rubio para dejar su intimidad a merced de la boca del hombre.


-Lámela toda Naruto-kun….-le ordenó Hinata que no dejaba de cabalgarlo- ese cuerpo es todo tuyo. Tienes derecho a poseerla.


El rubio tomó al pie de la letra ese comentario. Ajustó sus brazos para capturar las piernas de esa mujer, y se dedicó beber de ella como si un panal de miel se tratara. La hizo gemir, la obligó a gritar por el intenso placer que le estaba generando.Así mismo, su fino olfato le daba pistas sobre la identidad de esa fémina. Antes había sentido ese perfume corporal. Solo tenía que identificarlo.




***********************



La melancolía no era parte de su ánimo…



Uzumaki Boruto esperaba sentado en la cama de su cuarto en el hospital de la hoja con tranquilidad. Durante días había buscado en los recónditos sectores de su mente, el mejor camino para solucionar el problema principal que se venía. Todo tenía que ver con Sasuke Uchiha. Era menester eliminarlo de la jugada para así limpiar el tablero, y quedar libre de asuntos complicados.


El “¿Por qué?” Estaba definido. Nada tenía que ver la Raíz en esto. Tampoco la seguridad de su familia o su deber como ninja al servicio del Hokage. El ¿Por qué?, era simplemente deseo. No solo quería evitarle a Sarada-chan el destino de una abeja reina, eternamente dando crías. Sino que por añadidura Boruto admitía desear a la mujer propiedad de su enemigo. Quería eliminar a ese sujeto, para dejar viuda y disponible a la mujer que deseaba con todas sus fuerzas. Justo aquella, que estaban haciendo acto de presencia en ese preciso instante:


-Al fin has venido….-sonrió apenas el rubio algo relajado de verla- por un momento llegué a pensar que iba a tener que soportar la soledad. Por mano propia.


Un comentario tal vulgar, generalmente le hubiera producido rechazo a Sakura Uchiha. Pero había pasado las últimas dos horas en su oficina privada. Luchando contra el instinto más básico que le ordenaba sin tapujos, ceder a la tentación. Cuando salió de su casa en la tarde y por razones que solo Kami-sama podía explicar,había agregado a su bolso de trabajo el más sexi conjunto de ropa interior que poseía. Incluso la cajita de maquillaje estaba abordo. Aun sabiendo perfectamente que estaba exclusivamente reglado en el hospital, la imposibilidad de abusar de las pinturas en el personal. Durante las pasadas dos horas, luchó duramente por explicarse a sí misma la razón de su desnudes bajo la chaqueta de médico. Era como si un ser desconocido y perverso, hubiera dictado las acciones de Sakura, durante las pasadas horas de esa noche. Algún tipo de mujer, que nada tenía que ver con ella misma.


-Solo he venido por un rato…-le dijo avanzado al cuarto y asegurando la puerta con llave tras su ingreso.


Ambos sabían que no era cierto. Boruto no pensaba en nada más que hacerle el amor a esa mujer hasta que las fuerzas se le agotaran para siempre. Le importaba muy poco si alguien los descubría, y menos aún que su padre finalmente lo supiera. Ya nada podía hacer el Hokage, ni ningún otro sujeto en detener la avalancha que entre otras cosas, terminaría con Uchiha Sasuke finalmente muerto. En cuanto a Sakura, aunque sus propias palabras dictaran de una mujer obligada a venir y seriamente decidida a permanecer lo mínimo necesario. Las acciones anteriores a su ingreso al cuarto, fueron bastante contundentes en lo relativo a entender su intención final.


Primero, no debía preocuparse por la vigilancia ANBU que durante los primeros días de Boruto internado, habían protegido la zona desde todo punto posible. El muchacho saldría al día siguiente, y todos habían sido relevados de su servicio al conocer que ya no estaba para nada convaleciente. Luego, Sakura se aseguró de estar únicamente encargada de hacer la ronda nocturna en el sector del hospital donde el muchacho Uzumaki tenía su cuarto. Para finalizar su maniobra, pidió al personal de enfermeras que no la molestaran bajo ninguna circunstancia, porque permanecería en su oficina todo el tiempo más allá del horario donde revisaría a los pacientes que le tocaban en cuidado. En resumen, sabía que tenía un lapso de cuando menos 6 horas para desaparecer de la faz de la tierra, sin ser reclamada o extrañada de ningún modo.


Ino Yamanaka, era su mejor amiga. Y la única persona que sabía a ciencia cierta, lo que esa noche Sakura Uchiha iba a realizar en el hospital. Al principio, no lo aprobaba. Pero luego terminó entendiendo la situación como lo que parecía. Un intercambio, en la búsqueda de salvar a Sarada. Y se dice “lo que parecía”, porque Sakura no se atrevía a confesar ante nadie la triste realidad de su alma. Aunque pareciera increíble, aunque fuera prohibido e incorrecto. Deseaba con cada fibra de su femineidad a Boruto Uzumaki. Después de tantos años, alguien se había hecho dueño absoluto de sus deseos íntimos. Y ella solo quería sentirse mujer, aunque fuera por última vez.


-¿Y bien? –consultó sensual acercándose lentamente a la cama, luciendo una chaqueta blanca con los dos botones superiores abiertos, y una falda de igual tono tan corta, que hacía ver la mayoría de sus largas piernas- ¿te agrada lo que ves?


Lo que estaba viendo, era una mujer de curvas suaves envuelta en una chaqueta semi abierta y una falda cortísima. Medias blancas, enganchadas con ligueros. Ropa interior negra de encaje, siendo lo único que Sakura tenía por debajo de esa bata sexi. Estaba maquillada, y los labios levemente abrillantados. Podía producir un paro cardiaco, y luego curarlo. Interesante combinación.


-Y lo que aún no veo también….-le sonrió el rubio, palmeando el costado de la cama para animarla acercarse –Esta noche me ayudaras a curar mis males. Y luego, hare lo mismo por ti.

-¿Y si alguien lo descubre? –Sakura colocó una rodilla sobre la cama dando un gran espectáculo de su cuerpo para el joven tendido ahí- ¿has pensado si tu padre lo supiera?

-Lo he pensado… –sonrió divertido el rubio-Pero tambiénhe tenido tiempo de leer cuidadosamente sobre clanes antiguos y demás menudencias.

-¿Y eso porque tendría algo que ver con...?

-Todo a su tiempo –le interrumpió el rubio, mientras estiraba su mano para tocar el cabello rosado de la mujer, para luego recostarse tranquilo nuevamente- no debemos perder esta noche con charlas sin sentido.



Algo estaba ocurriendo, y Sakura lo presentía. Habitualmente, el muchacho ya estaría tomando el control,sometiéndola. Pero justo ahora estaba comportándose totalmente pasivo. Simplemente seguía ahí, recostado con ambos brazos por detrás del cuello. No era común que fuera tan paciente. Ni tan relajado.

-¿Debo ser quien mande esta noche? –sonrió sin poderlo contener Sakura, gateando por sobre el cuerpo de Bolt y quedando sobre el cara a cara- tal vez te puedas arrepentir.

-No te conviene que muera todavía…-respondió Boruto confiado- más bien diría que deseas lo contrario. Cualquier otro asunto que ocurra, será divertido.

Ella no estaba ahí para ponerse a discutir ese punto. Mas sintiendo en las sabanas, que la parte más importante del Shinobi tendido bajo ella, estaba rígidamente dispuesta a corresponderle.Así que hizo lo que deseaba hacer. Dejar volar su imaginación. Permitir a su instinto dominar.

-Tienes total libertad…-le animó el rubio entretenido con el atuendo de la rosa- en un hospital, siempre es recomendable hacer lo que dice la doctora. ¿Sakura-sama podrá darme tratamiento de control? Quiero ver si puedo soportar esta deliciosa tortura.




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Ya habían pasado un par de horas desde que todo el asunto dio inicio…


Naruto había recibido la autorización de quitarse la venda que tenía en sus ojos. Una Hinata fuera de sí misma, había estallado en un grandioso orgasmo mientras gritaba que él podía liberarse de su ceguera. Naruto había tenido el suficiente equilibrio para colar la pregunta en el momento culmine, logrando su cometido de recuperar el sentido de la vista. Y grande fue su sorpresa cuando una desconocida Hanabi Hyuuga, se montaba sobre el para reemplazar en la cabalgata a suhermana mayor, con toda la ansiedad que había demostrado Hinata, hacia cosa de una hora.

-¿Hanabi? –alcanzó a preguntar Naruto sin alcanzar a entender del todo como se había llegado a esa situación tan increíble.

-Naruto-sama…..Naruto-sama….-gimió aturdida la morena, mientras dejaba caer sus caderas sobre el punto crucial para lograr la penetración- fólleme a mí también…..Kami…. ¡Naruto-sama tiene que hacérmelo a mí también!


Era difícil pensar en medio del sexo. Razonar lo que se debía o no se debía hacer desde un punto de vista político o moral, estaba fuera de alcance para Naruto esa noche. Simplemente sonrió excitado y tomó de la cintura a la mujer para fustigarla duramente en subidas y bajadas poderosas. La hizo gritar de puro placer y abandono, mientras una Hinata adormecida observaba la situación recostada a los pies de Naruto. Su marido se veía feliz, estaba gozando como un loco la situación. Era la primera vez en mucho, mucho, mucho tiempo que tanto su hermana como su marido compartían una habitación sin intentar sacarse los ojos uno a la otra. Era la primera vez, donde Hinata sentía que podía hacer algo para conseguir la paz entre las personas que amaba. Su antigua familia, y la actual. Como los signos del ying y el yang uniéndose perfecto.


¿Debía estar celosa? ¿Debía sentirse preocupada de que Hanabi pudiera ser más excitante para Naruto que ella misma? Todas esas preguntas venían a su mente, mientras recuperaba el aliento. Pero nada de su instinto le hacía parecer aquellos interrogantes, como algo para preocuparse demasiado. Los pezones le rozaban con la sabana y dolían. Estaban muy tensos, necesitados del duro manoseo de su esposo. Explotar una vez más.Explotar mucho. Explotar con su Naruto, y hacerlo muy feliz.


Por primera vez en mucho tiempo, no sentía esa aprensión irritante en su corazón. Hinata había sufrido durante mucho tiempo aquella verdad oculta. Aquella noche donde Kiba había aprovechado su debilidad. Ni siquiera recordaba la sensación del sexo con su ex compañero. Estaba demasiado ebria esa noche en cuestión. Pero el dolor al día siguiente, la culpa y la tristeza dejaron una presión enorme en su corazón. Le tomó mucho tiempo poder volver a mirar a Naruto a los ojos. Y más aún, tratar de dejar aquella adicción por el sake que había sido al mismo tiempo, origen y manera de lidiar con sus problemas. El alcohol le había arrojado a los brazos de Kiba, y también le hacía pasar los más duros momentos de culpa. Era una espada de doble filo.


-Hanabi……quítate….-le ordenó Naruto algo nervioso, porque se veía venir su propio final.– ¡te digo que salgas de arriba mío!

-Onee-sama…. ¡ONEE-SAMAAAA! –replicaba la mujer gritando descontrolada mientras no permitía que Naruto la apartara del placer que sentía.


Hinata reaccionó, poniéndose de rodillas y cerca de su hermana la tomó de los hombros. Hanabi le estaba rogando que diera una orden, y la hermana mayor se levantó con la expresa misión de hacerlo. Naruto pensó que su esposa le ayudaría a quitársela de encima, pero la mirada de Hinata dictaba de ser muy distinta a esa dulce y tierna mujer de siempre.Tenía un fuego de dominio muy extraño y atrayente.


-No te detengas….Hanabi-chan….-le dijo Hinata con voz firme- tienes que recibirlo todo de tu Hokage.


Hanabi no se detuvo en su movimiento, obedeciendo ciegamente. Naruto no entendía nada, pero su cuerpo ya había perdido el control y no hubo marcha atrás. Solo pudo notar la sonrisa complacida de Hanabi cuando dejó caer sus caderas con una violencia increíble sobre él, y todo se volvió un sonoro grito. Una sorda explosión que no pudo detenerse por largo rato. Los brazos del rubio se quedaron sin fuerzas, estaba totalmente rendido a la sensación. E incluso le obligó a cerrar los ojos suavemente, mientras se derramaba en el interior de la líder Hyuuga. Hasta el final.




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-Vaya vaya…..alguien ha venido con mucho apetito….-dijo Boruto divertido, mientras gozaba recibiendo una mamada monumental- ¿la doctora quiere empezar succionando todo el veneno?



Sakura no había dudado en lanzarse sobre él y masturbarlo. Le gustaba el sabor espeso y salado en su boca. Le gustaba la sensación de estremecimiento que producía en ese hombre, y por añadidura en su propio cuerpo. Pero más le provocaba estremecimiento, este nuevo juego perverso donde ella debía controlar la situación totalmente. Estaba vestida de doctora sexi, y tenía para su propio placer un joven de 18 años con la extraordinaria energía carácter de los Uzumaki. Hacía meses que todo se había perdido de su anterior vida. Sakura era muy consiente que todo estaba de cabeza en su entorno. Mucho tuvo que ver Boruto Uzumaki con ello, pero para ser sincera con su parte de culpas, si hubiera iniciado una relación clandestina con Naruto, todo invariablemente habría decantado en la situación actual posiblemente. O tal vez sería peor.


-Esta noche….-le dijo quitándoselo de la boca, aunque usaba su mano derecha para menearlo duro- será la última. No puede volver a suceder nunca más.


-Prometiste ser mía….-le recordó sonriendo el rubio.


-Estaba desesperada –respondió la pelirosa seria- pero no podemos seguir haciendo esto, si tú regresas con Sarada.Piénsalo.



Boruto no dijo más. En realidad ese no sería un problema cuando el asunto de Uchiha Sasuke terminara. Luego de mucho pensarlo, la solución le llegó de su entrenamiento de Raíz. Sabía lo que tenía que hacer para ganar. Y al mismo tiempo eso también daba solución al resto de los asuntos que pudiera quedar sueltos. Ino y Shikamaru con sus intermitencias de aliados o enemigos. Su padre con una posible reacción volcánica ante la situación de Sakura. Su madre y su hermana que sin dudas sufrirían, pero estarían a salvo. Todo conducía a un solo plan de batalla, y hasta Sakura terminaría agradeciendo la maniobra en su momento. Boruto estaba seguro de ello.


-La última noche entonces…-le seguía sonriendo Bolt sin moverse- espero que puedas aprovecharte de mí a gusto. Ya que no se repetirá.


Sakura no pudo evitar estremecer ante esas palabras. ¿Por qué? ¿Por qué razón él había cedido tan fácil ante ese tonto pedido? ¿Acaso no deseaba tenerla para siempre? ¿Acaso no era esa la razón de arriesgar la vida con un sujeto como Sasuke Uchiha? Sakura no sabía que pensar. Debía estar contenta de obtener lo que había ido a buscar. Una buena noche de sexo, y acordar no volver a verse nunca más. Boruto era para su hija. Boruto era para Sarada. El tiempo de Sakura para amar y ser correspondida había pasado. Ahora solo era la tercera en discordia, ahora solo era una mujer totalmente descontrolada, que había robado algo que no le pertenecía. Que nunca le iba a pertenecer. Como casi siempre solo tuvo un reflejo a la actual situación, guardar toda su frustración por dentro. Callar lo que deseaba, en favor de la felicidad de otros.


-Pero esta noche….-le dijo desafiante Sakura, que sonrió montándose sobre Bolt y moviendo sus caderas por sobre el miembro apretado contra su ropa- eres mío. Tal vez vaya a ser la última, pero te aseguro que será inolvidable.


Solo le quedaba eso. Fingir que todo estaba debajo de sus cálculos. Fingir que solo quería sexo y no estaba desesperada por creer que podía existir amor. Acaso solo sería una ilusión tonta el creer que un joven como Boruto, podía querer amarla más allá de lo físico. Solo era lujuria, solo eso. Bolt nunca podría amar a una mujer que podría ser su madre por edad. Sakura nunca iba a ser amada. Nunca como Naruto alguna vez lo hizo.



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Aunque pareciera increíble, Naruto podía continuar….


Su cuerpo respondía fielmente a las caricias, a las provocaciones, a los pedidos táctiles de dos mujeres Hyuuga en estado de profundo celo. Estaba dando placer sexual tanto a la esposa, como a su cuñada que no parecía tener resquicio alguno de resistencia al asunto. Ahora mismo, Hanabi se hallaba sobre Hinata, besándola de una manera loca y apasionada, mientras Naruto arrodillado detrás, no hacia otra cosa que enterrarse en ella de una manera salvaje.

Naruto la tenía tomada por las caderas, y en posición de perro no dejaba de penetrarla como si no existiera un mañana. Era un sentimiento de desear partirla al medio, romperla eróticamente hasta que Hanabi solo pudiera pensar en el pene del Hokage, y ninguna otra cosa jamás. Mientras tanto, la muy guarrilla gemía y se quejaba de las hondas penetraciones, pero no cesaba en intercambiar furiosos besos con lengua a su ahora hermana mayor-amante.


¿Qué estaba ocurriendo? ¿Acaso la lujuria de esas mujeres se habían desatado por algún asunto insospechado? Naruto no sabía que pensar, ni como sentirse. Solo su cuerpo le reclamaba con urgencia que usara esa oportunidad al máximo. Que descargara toda la energía acumulada a lo largo de los años sin uso. Así es, el gran Hokage de la hoja era un hombre sobrepasado por su deseo. Muchas veces, a lo largo de los años, se había preguntado si era normal que follara durante noches completas a su esposa, para luego dejarla rendida y el aun sentirse incompleto. ¿Qué era esa sensación? ¿Era que no amaba a Hinata? ¿Era que no le parecía suficientemente satisfactorio el sexo con ella? Esa sensación lo acompaño durante meses y años. Siempre se sentía incompleto.


-NARUTO-SAMAAAAA NARUTOOOOO-SAMAAAAAA-reclamaba Hanabi que rítmicamente movía su cuerpo al compás de las embestidas, al parecer estaba por alcanzar un orgasmo por cuarta vez esa noche- NARUTOOOOOO-SAMAAAAAA…….


Se corrió, ¡y vaya que se había corrido! Fue como si todo el cuerpo de Hanabi se redujera a nivel de niña. Toda la cavidad invadida por Naruto, pronto se estrechó como si estuviera dispuesta a romperle el miembro. Como un guante poderoso, cerrando como trampa mortal. Naruto aun así, pudo contener su propio estallido. Hubiera sido también el cuarto para el rubio.

-Onee-sama….-gimió bajito Hanabi, desparramada sobre el cuerpo voluptuoso de su hermana mayor, con la cara entre sus pechos- mas….quiero más Onegai.

-No te preocupes…-sonrió apenas Hinata abrazándola y moviéndola a un costado, mientras se ponía de rodillas frente a su esposo jadeante- mi señor marido no rendirá jamás. ¿Cierto Naruto-kun?



Naruto asentado en sus propias rodillas, sentía que estaba siendo “drenado” por aquellas mujeres. Lo cual lejos de preocuparle, estaba logrando satisfacerlo a límites insospechados. Fue por ese instante de la noche, cuando vio a su esposa recostada boca arriba abrir sus muslos para invitarlo a venir, que se preguntó sobre sus propias acciones del pasado. Tal vez como mecanismo de contención, tal vez para evitar tener demasiados orgasmos y de alguna manera no estar a la “altura” del doble desafío. Tanto Hanabi como Hinata parecían especialmente necesitadas esa noche. Y mentalmente el hombre tenía que tener sus cuidados sino quería quedar rendido antes de tiempo. En esos pensamientos, al mismo tiempo que se inclinaba sobre Hinata para penetrarla y moverse sobre ella, Naruto repasaba los últimos meses de sus propias acciones sin sentido.

Durante años, había estado bien y satisfecho de su vida. Se había casado con una mujer que amaba, y que ella lo amaba con locura. Y tenía una familia, cuestión que había deseado desde su más tierna infancia. Hinata era una esposa ideal. Nunca una queja, nunca un desplante. Hinata Uzumaki era el centro de su familia, la razón que sus hijos fueran educados y correctos. El mundo parecía simple junto a Hinata. Solo tenía que ser un marido, a la altura de su perfecta esposa.


Pero algo comenzó a pasar. Tal vez el trabajo, tal vez las obligaciones o ciertas noches donde no pudo hacerle el amor a su mujer como hubiera querido. A veces pasaban días enteros sin sexo. Y Naruto jamás tuvo corazón para reclamarle a Hinata más de lo que ella estuviera dispuesta a dar. Siempre tenía que recordarse a sí mismo, que solo él era un Uzumaki. Que solo él fue un jinchuriki. Que solo él tuvo la mitad del poder del antiguo sabio de los seis caminos en su cuerpo. Energía le sobraba. Nunca se sentía realmente cansado. Y cuando fue descubriendo las maravillas del sexo junto a su esposa, aprendió que esa actividad aunque a veces exigente, era inmensamente más satisfactoria que agotadora. Al menos para él.


Hinata por otra parte, era una mujer normal. Disfrutaba de hacer el amor con su esposo, pero no parecía necesitarlo imperiosamente todas las noches. Además, existieron los periodos de embarazo, y esos ciertos días donde la mujer no está de humor para esas cosas. Por trabajo, obligaciones o tal vez rutina, poco a poco la pareja dejo de tener intimidad asiduamente.


Naruto empezó a perder el hilo de sus recuerdos, ya que estaba más preocupado por chupar con ansiedad los pezones de su mujer mientras la hacía gritar de una forma que no había antecedente. Hinata no se contenía, y Hanabi precisamente no pensaba en dejarse de la diversión tan fácil. Ya que después de algunos minutos, habiendo tomado una pequeña siesta al lado del matrimonio, estaba abrazaba a la espalda del hombre intentando por los medios que le brindaba su instinto, ganarse algo de atención para ella también.


-Naruto-sama….-gimió a su oído la líder Hyuuga- necesito más semen. Tiene que ser para mí…..Onegai….



Mientras el lívido del Hokage tomaba el control total de su mente, estar a las orillas de un potente orgasmo le hizo notar que el rostro de Hinata estaba tan perdido en el placer como el mismo sentía. Ni siquiera podía hablar, solo abría la boca para gritar mientras dejaba que su marido usara su cuerpo como le viniera en ganas. Como un objeto, bien duro y caliente. Estaba totalmente abierta de piernas y vulnerable. No se le resistía en ninguna forma.


-Me voy a correr….-resultó surgir de la voz ronca de Naruto- te voy a llenar entera Hinata-chan…

-Hágalo Naruto-sama….-le animó Hanabi por detrás de su oído- quiero ver como Onee-sama grita como loca por el placer. Y luego…me toca a mí de nuevo.



La mirada fogosa de su esposa le dio el visto bueno. Como si realmente necesitara autorización, o siquiera la estuviera pidiendo. Tal vez la violencia o la lujuria de su corazón había despertado como las llamas de un infierno. No importaba nada más realmente. Solo el olor intenso que emanan los cuerpos. El sudor, el calor, la deliciosa fricción que imponía el centro donde la carne se unía; como si hubiera sido una sola desde siempre.


Y Naruto ya no podía pensar en nada mas….

Solo continuar hasta el fin. Solo derramarse dentro de su esposa, y luego tomar a su cuñada hasta saciarse completamente de ambas. Las iba a usar, en todas las formas posibles que conocía. Si acaso algo nuevo se le ocurría en el proceso, también pensaba utilizarlas para probarlo. Ellas querían sexo. Ellas querían guerra. Y por el Kami de los cielos que Naruto Uzumaki, séptimo Hokage de la aldea de la hoja, se las iba a dar esa noche en particular.




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Sakura se montó sobre Boruto con lentitud y dominio…


El muchacho seguía tendido boca arriba en la cama. Veía a la mujer menearse sobre sus caderas, subiendo y bajando lento, pero poderoso. Ella se había quitado sus prendas íntimas, y lo había despojado a Bolt completamente de ropa o sabanas. Sakura tenía solo la chaqueta blanca sobre su cuerpo, abierta y permitiendo al sometido joven bajo ella, observar su vientre y la cavidad entre sus pechos. La situación estaba demasiado caliente.

Boruto había experimentado muchas cosas junto a esa mujer, pero jamás le había parecido apropiado permitir a Sakura tener el total dominio de la situación. Las primeras veces que estuvieron juntos, fue evidente para el joven que a Sakura Uchiha le fascinaba demasiado ser dominada por su pareja. Tenía que ver con su matrimonio concretamente. A nivel sexual, a Sasuke nunca le había importado llevar las riendas de nada. Por supuesto que estas eran solo especulaciones en el pensamiento de Boruto. Pero tenía la impresión que Sakura disfrutaba mucho más ser “tomada”, que simplemente tener que hacerlo todo en la relación. Sin embargo, aunque en esa ocasión en particular fuera la mujer quien lo montara a placer, eso no significaba que Bolt se quedara pasivo y gélido a sus atenciones. Debía demostrarle a Sakura, que estaba a su merced por propia voluntad. Y que disfrutaba por ello.


-Mi doctora parece tomarse el tratamiento con calma….-jadeó tratando que su voz sonara firme, aunque le costaba ante la cabalgata profunda que sufría- tal vez……huummm…..eso….es….


-Cállate….-le ordeno ella iniciando una cadencia de ritmo, algo más rápido- esta noche serás mío.

-Entonces deja de hacerme dormir…-le provocó Bolt sonriendo apenas- pareces no saber cómo….

-Eso quisieras…-le dijo Sakura revolviendo sus cabellos con una mano y elevando el rostro al techo trataba de mantener a raya su propio placer- quisiera que yo...ahh….aaah….


Boruto comenzó a elevar sus caderas para llegar más profundo. Se fundía con los movimientos de Sakura y procuraba penetrar hondo. Ella lejos de ofrecer resistencia, acomodó su propia caída para ser consecuente a la unión. Las nalgas de ella golpearon duro contra las caderas del joven. Se tocaba los pechos en manoseos livianos, quería bajo cualquier costo mostrar que no estaba sintiéndose en el cielo. Pero le era imposible, puesto que ardía como una hoguera. Sakura odiaba estar arriba en el sexo. O al menos lo había aprendido a odiar con Sasuke. Muy diferente era esta situación cuando era Boruto Uzumaki quien estaba con ella. Ahora tenía una sensación inequívoca de poder, no de fría pasividad en su amante.


-Oh Kami Bolt….-gimió aturdida, aunque no dejaba de cabalgarlo- voy a correrme si sigues así…. Deja de moverse, deja que yo ¡aahh!....que yo me mueva.


El detuvo el movimiento de sus caderas, aún seguía sin tocarla con las manos y pretendía que fuera Sakura misma quien lo solicitara. Deseaba oírla suplicar por simples caricias. Esa mujer era suya por una última noche, quería llevarse un inolvidable recuerdo de aquello.


Sakura Uchiha, bah….simplemente Sakura Haruno. ¿Qué trampa del tiempo lo hizo nacer tantos años después de su mujer ideal? Por qué de algo estaba seguro Boruto, si Sakura y Sarada fueran hermanas, sin lugar a dudas se hubiera inclinado por poseer a la pelirosa. Esa mujer lograba enloquecerlo con solo suspirar.


Sakura sintió el cambio al dejar el joven de moverse, entonces decidió inclinarse un poco y girar sus caderas para lograr una penetración más completa. Sus manos empezaron a explorar el torso del rubio, bien firme y trabajado. Sus ojos azules que la devoraban con ansiedad. ¿Qué maldita suerte era haber encontrado ese amante insaciable en el joven que su hija amaba? ¿Otra vez debía resignar el deseo y el amor en favor de alguien más? Eran preguntas muy dolorosas para estarse haciéndolas en medio de ese gran placer. Quería volverlo loco, ella debía controlarlo y no a la inversa. Pero al mismo tiempo le parecía ajeno a lo placentero, simplemente ser ella la que actuara sin respuesta o colaboración.

-tócame… ¿Por qué no me tocas? –le ordenó la mujer ansiosa, sin dejar de moverse sobre el- necesito que me acaricies Bolt.

-te vez demasiado sexi sobre mí. –le sonreía el, aunque claramente estaba muy excitado- me agrada cuando sueltas era rabia apasionada. Odiaba verte toda sumisa y callada junto al imbécil de Uchiha. Eres una hembra rabiosa. –le dijo finalmente extendiendo sus brazos y tomando ambos pechos de la pelirosa con las manos- te quiero bien apasionada nena. Dulce y caliente putita.


Ahí estaban otra vez, las sucias palabras que a Sakura hacían perder el control. Las caricias rudas, pero controladas perfectamente. La necesidad de sentirse bajo el yugo sexual de ese casi adolescente. Se había mal acostumbrado a eso, y le gustaba. Le vibraba cada fibra intima de su ser al ser poseída en ese grado. Tenía que aceptarlo, Boruto Uzumaki sabía perfectamente como volverla loca. ¿Por qué fingir que ella deseaba ser la dominadora? Mejor parecer vulnerable, para hacerlo tomar la iniciativa a él.


-Bolt-kun….no…..no debemos…..hacer….aaahhh- comenzó a sentir más gozo al sentirlo pellizcarle los pezones, su intimidad se contraía rodeando el miembro del joven- aaahhh…ahh…. ¡eso no!

-Si claro –pensaba el rubio sudado, y se fue sentando lentamente hasta depositar su boca sobre uno de los pechos de su compañera-…dices cosas como “eso no”, y te prendes como el maldito infierno.

-¡Kami no puede ser! –Pensaba exaltada Sakura, mientras sentía que su cuerpo le abandonaba- ¡estoy demasiado caliente! ¡No puedo correrme primero! ¡NOOO ES POSIBLEEEEEE!


Pero lo hizo, gimió con fuerza y se aferró al cuerpo del joven rodeándolo con ambos brazos. Trató de contener sus sensaciones mordiéndole el hombro con fiereza, pero solo consiguió endurecer más su zona intima, y sentir que la habitación de ese cuarto comenzaba a girar como dentro de un tornado. Y para colmo de males, un par de dedos diabólicos del rubio comenzaron a hurgarle el ano con ansiedad. La agredía por ambos frentes, mientras con su boca no paraba de chuparle un pezón y otro alternativamente. Así ese primer orgasmo, en pocos minutos dio paso al segundo. Y Boruto no claudicaba en su carácter de seguirla picaneando eternamente.


-otra vez….-gimió en un pensamiento Sakura, mientras notaba que Bolt había empezado nuevamente a moverse debajo de ella- otra vez se mueve y no sale de mi interior. Me voy a morir….me va a matar…

-ven aquí….-le sugirió el rubio tomándola de la barbilla con una mano y guiándola a un beso- no me interesa si eres la doctora sexi de este jueguito. No puedo quedarme quieto cuando te tengo cerca mío. Creo que serás quien me domine en otra vida. Esta noche….no.


Dicho eso, metió bien profundo su lengua dentro de la boca de Sakura y la dio una morreada de campeonato. La pelirosa sospechaba que nunca nadie la había besado de esa forma húmeda y excitante. Parecía querer ahogarla en lugar de un simple beso, y solo era un breve interludio antes de tomarla por la cintura, reiniciando el movimiento con más firmeza y decisión. Boruto no se conformaría con un simple polvo. Tal vez 4 o 5 horas, no serían suficientes.


Rato después, cuando el cuerpo de Sakura no hacia otra cosa que obedecer a las manos del rubio, la obligó a levantarse y salir, solo para girarla mirando hacia la puerta de salida; volviendo a sentarla con prestancia sobre él. Sakura experimentó dos sensaciones en una. La primera fue que era manipulada como una marioneta, y la segunda que el titiritero sabia de sobra lo que hacía. Ahora tenía a Bolt resollando en su cuello y espalda, mientras las manos del muchacho viajaban con alternancia entre rodearla y masajearle los pechos, o apretujarle el trasero como si intentara amasar una hogaza de pan con ese material. Todo ese trabajo excitante, mientras un enorme y venoso pene la hacía viajar hacia las estrellas ante cada embestida.


Era demasiado, todo era demasiado bueno, extraído de una postura sexual que a Sakura no le había gustado nada años atrás. Pero estaba visto que esa noche, estaría para cambiar su opinión sobre aquello. Solohabía sido cuestión de follar con el hombre correcto. Otra vez como aquella fatídica noche de la ropa obscena y el video falso, Sakura experimentaba la cúspide del placer; un rato después de haber creído que tendría el control. Simplemente no lo tenía, alguien más era dueño de sus deseos sexuales y los explotaba con inteligencia.


Boruto llegó a su primera corrida un minuto después, simplemente la tumbó boca abajo sobre la cama, y arrodillado sobre la posición de Sakura pudo arar con fuerza anticipando su final. No iba a sacársela para nada. Si Sakura disfrutaba mucho siendo la parte sometida, Boruto tenía idéntico disfrute fantaseando con embarazar a esa mujer. Solo la primera noche no se había corrido dentro de ella. Fue por causa del inhibidor de chakra. Boruto había querido evitar un problema con ello. Pero a partir de contar con la entera disposición de Sakura, bien que había aprovechado tener entre sus manos a una Kunoichi médico. No volvió nunca más a preocuparse por el asunto de embarazarla. Es más, lo deseaba insanamente.


-Voy a correrme Sakura….-le anunció jadeante- ¡¡voy a llenarte como mi semeeeen!!


Y lo hizo. Sin que ella hiciera otra cosa que gritar por la sensación. El rostro de la mujer contra el colchón, y la sensación de tenerla totalmente vulnerable para continuar faenando. La noche recién comenzaba. Había esperado demasiado tiempo para volver a verse con ella. Si tenía que ser la última noche, seria sin lugar a dudas para despejar todo deseo atrasado.





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Abrió el grifo de la ducha, sin preocuparse siquiera si el agua estaba demasiado fría o no. habían pasado demasiadas horas, mucho tiempo desde que todo el descontrol en la habitación matrimonial dio inicio. Su mente estaba tranquila. Extraño era que esto sucediera después de haber tenido una de las experiencias sexuales más impresionantes de su vida.

¿Por qué lo hizo Hinata? ¿Por qué su esposa siempre tan tímida, introvertida, recatada; decidió de buenas a primeras meter en la cama matrimonial justamente a Hanabi Hyuuga? ¿Su propia hermana? ¿Era real?

Tal vez Hinata nunca se había mostrado celosa de otras mujeres, pero definitivamente jamás se hubiera esperado que tuviera una fantasía sexual relacionada a un trio. Y más aún, que la concretara de manera tan apasionada.


Naruto había gozado como nunca. Era muy consiente que debía agradecer a su esposa por ello. Pero políticamente hablando, era un problema de tamaño mayúsculo. Justamente la líder del clan Hyuuga, una familia que era sospechada de atentar tanto contra Bolt, como con Himawari.Había compartido esa cama con la devoción de una esclava erótica. ¿Qué había pasado esa noche que todo cambio esa forma? ¿Por qué Hanabi se había sometido ante un hombre que antes despreciaba claramente?


-buenos días Naruto-kun….

El rubio vio entrar a la ducha a su mujer. Hinata sonreía abiertamente y se la veía totalmente relajada. Era como si ella misma, hubiera quitado de su espalda un enorme peso. Se la notaba libre de culpas, y muy satisfecha.

-jijiji….estoy toda pringada…-sonrió divertida y se aferró a la espalda del rubio dejando al agua caer sobre ambos- pero me siento increíblemente bien.

-Hinata-chan…. ¿qué ocurrió anoche? –Le consultóNaruto sin dejar de jabonarse el pecho- no entiendo nada. Que tu estuvieras tan….y encima has metido en nuestra cama a otra mujer.

-¿te ha gustado?


Hubo silencio. Naruto no podía pensar una respuesta sincera que no delatara ese gran “¡por supuesto!” que sentía. El asunto no fue el sexo. Sino las consecuencias de todo aquello.

-Hinata-chan….no debimos hacer esto…-le dijo girándose y abrazándola tiernamente- no tengo idea como has conseguido convencer a tu hermana de todo, pero la situación puede ponerse muy…

-todo saldrá bien –le respondió rápidamente ella, y elevando su rostro deposito un beso en los labios de su marido- por fin podremos estar unidos, y en paz.

-¿unidos? ¿Unidos con los Hyuuga? –consultaba totalmente confundido Naruto.

-Hanabi será la forma de lograr la paz…-le señaló Hinata- me encargaré de todo. Confía en mí.



Naruto no sabía que pensar. Era la primera vez que veía en su esposa un movimiento tan decisivo. Era la primera vez que la notaba involucrada con los asuntos de la familia, en su relación con otras partes de Konoha. Le pedía confianza. ¿Cómo no dársela completamente? Si Hinata nunca le había fallado. Incluso en el asunto de Boruto e Himawari, donde aquellos Byakugan ocultos que generaron todo el problema, fueron entrenados por la madre con diligencia. ¿Ese era el asunto que Hinata prometía resolver? ¿Apoyar a Hanabi para que todo el clan Hyuuga no persiga a los Uzumaki?

-la noche pasada, lo que sucedió…-le susurró Naruto seriamente- será solo por…. ¿una vez? ¿Solo fue una noche de copas?


Hinata había pensado mucho sobre esa cuestión. Se suponía que en su alma, estaría a mano con Naruto si acaso permitía que tomara a Hanabi. Era una forma de pago. Un método para limpiar su deuda por el asqueroso acto obra de Kiba. Pero ahora mismo, Hinata no podía ver esta situación con algo de honor o capricho. Simplemente, era lo que como integrante de la familia y protectora del clan Uzumaki tenía que hacer. Lo que ambos como marido y mujer debían hacer en lo futuro.


-tu cuerpo Naruto-kun….-le dijo en un susurro en medio del abrazo- ya no hay tensión.

Naruto sabía que significaba eso. Entendía su propio cuerpo pero le sorprendía que Hinata también se hubiera dado cuenta. Era cierto, la tensión en su piel misma se había evaporado completamente. Ya solo quedaba Naruto Uzumaki, acompañado por su esposa, en aquella ducha fría.

-¿Qué hiciste con Hanabi-san? –Preguntó el rubio apenas, luego de algunos minutos donde permitió a la esposa separarse y jabonarle la espalda- ella estaba….

-Fue castigada…-anunció Hinata con una voz tan dura que Naruto se sorprendió- por haber permitido que los Hyuuga intentaran matar a nuestros hijos. Y ahora ha presentado su ofrenda de paz. Le toca a mi señor marido….aceptarla.


Ya no hubo palabras. Naruto seguía teniendo preguntas que en los sucesivos días continuaría haciendo. Pero Hinata Uzumaki, le había dejado muy en claro el interrogante principal. Ya no permitiría que la situación entre clanes le pasara por al lado. Participaría activamente, y encontraría un método para evitar que los Hyuuga intenten recuperar la exclusividad del Byakugan para su familia. Con el paso del tiempo, Naruto también averiguaría todo lo referido a la parte oculta de las negociaciones entre clanes. Un juego de oscuridad que como líder del naciente clan Uzumaki, algún día debería realizar. Tarde o temprano. Para bien o mal.




***********************************************



En la habitación del hospital, todo era silencio….


Sakura se adormeció recostada en esa cama junto a Boruto, durante media hora cuando menos, al finalizar la extenuante y gratificante “visita médica”. Y se mantuvieron uno junto a la otra. Abrazados y en silencio. Boruto reposaba rodeando el cuerpo de Sakura con su brazo izquierdo, mientras que el derecho no dejaba de acariciar el hombro de la mujer con una suavidad de pluma. Ella más de lado, con el rostro usando de almohadón el pecho del rubio, y mirando aquella puerta por la que alguien podía entrar y descubrirlo todo.

Pero no temía, ya no le tenía miedo a nada. Ni a ser descubierta, ni a sentirse mujer, a nada en absoluto. Solo el recuerdo de Sasuke le producía temor. Lo que ese hombre podía hacerles, lo que estaba dispuesto a realizar sobre su propia hija. Asqueroso.


-¿Cuánto tiempo nos queda? –preguntó el joven suavemente.


-no el suficiente….-respondió ella como para dejarle en claro que no podían reiniciar los amoríos sin ponerse gravemente en riesgo- media hora para irme, fingir que estuve toda la noche aquí dentro.

-una noche loca y sin control….-sonrió apenas Boruto mirando el rosado cabello desparramado bajo su barbilla- es digna de ser la última.


Hubo silencio. Había muchos motivos para considerar que aquella noche anterior, era oficialmente la última que estarían juntos. Ambos sabían que las posibilidades estaban totalmente en contra de futuros amoríos. No solo Bolt seria dado de alta, y encerrado en la casa Uzumaki hasta que el asunto Hyuuga se resolviera. Sino que posteriormente, tendría un encuentro determinado con uno de los guerreros más poderosos del mundo. Y las probabilidades de salir vivo, eran mínimas.

Sakura quería decir algo. Una cosa determinada que cambiara todo entre ellos. Habían empezado muy mal aquella relación clandestina. Odios y sexo forzado. Chantaje y rencor. Traiciones y pasiones oscuras. Pero a pesar de todo. Sakura no podía olvidar que cada vez y todo el tiempo, se sintió deseada y complacida sexualmente. Que Boruto actuó para proteger a su familia, y de paso quiso advertirte a Sarada lo que podía pasarle por los planes siniestros de Sasuke. Y ahora ese muchacho, iba a exponer la vida para salvarlas a ambas. De las manipulaciones de un bastardo con demasiados recursos y suerte en su vida. Que tuvo mil oportunidades de ir por la senda del bien, pero jamás eligió tomarla.

-Lo voy a derrotar Sakura….-le susurró Boruto que sabía de la preocupación que ella tenía- no importa si después no me quieres más. No voy a permitir que ponga un solo dedo sobre Sarada-chan.

-Ese no es el problema…-le dijo ella girando su cuerpo y elevando el rostro le miró a los ojos- no es que no quiera todo esto. No puedo creer que diga esto….pero también te deseo.

-¿Pero…?

-Mírame Bolt….-le dijo con cierto reproche- ¿crees que me voy a ver así dentro de 10 años? Solo con un jutsu tal vez. ¿Crees que la aldea va aceptar esta relación? ¿Crees que mi hija me perdonará si lo averigua? Estamos locos. Tu por pensar que puedes pelear contra Sasuke, y yo por creerte. Todo es una locura. Vamos a morir, o cuando menos a perder. ¡No podemos hacer nada!


Ella aprovechó el impulso de su frustración, y se sentó de lado en la cama para comenzar a vestirse. Buscaba sus prendas más para evitar mirarlo que otra cosa. ¿Qué más podía decirle para que entendiera? Ese muchacho solo pensaba con su deseo. No tenía idea de a quien se iba a enfrentar o de lo que sucedería con ambos si toda Konoha supiera que fueron amantes. ¡No tenía idea de nada! ¡Solo se dedicaba a avanzar sin pensar en nada! Era en cierta forma, hijo de su padre.

Boruto se había sentado en la cama, dejando a sus rodillas flexionadas oficiar de apoya brazos. La miraba vestirse y esperaba algo más. Seguramente tendrían al menos una corta conversación sobre lo que el haría para acabar con Uchiha. O tal vez no, pero Bolt esperaba al menos ver una sola señal de satisfacción en ella. Que sonriera al despedirse, que al menos le regalara un hermoso gesto de complacencia. No le podía decir lo que estaba sintiendo por ella. Todo se complicaría aún más.

Pero Sakura, lejos de estar pensando en la manera de huir de la habitación, guardaba en la punta de la lengua una frase. Quería soltarla, al mismo tiempo se resistía a ello. Pero ciertas palabras de Boruto la noche anterior, se habían quedado grabadas a fuego en su memoria. “la última noche”, algo muy malo podía pasar. Ganara quien ganara.


-quiero ayudar….-le dijo finalmente con esfuerzo.

-¿Cómo dices?

-dije que quiero ayudar Bolt…-insistió Sakura- Sarada es mi hija, y no pienso permitir que ese cretino la vaya a violar. Se….-se restregó los ojos con cierta frustración- se bien que no puedo luchar contra alguien como Sasuke. Estoy desentrenada en combate, y aunque pudiera encontrar la forma de ponerme a punto, no puedo vencerlo con mis fuerzas.


-Es ahí donde te equivocas nena….-le sonrió el rubio haciendo que ella lo mire- tus habilidades son mucho más útiles y peligrosas de lo que imaginas. Solo te falta lo que a mí me sobra….y si me ayudas, juntos podemos vencer.

-¿De qué hablas? –La hizo sonreír aunque ni ella entendiera el porqué, tal vez un nacimiento de esperanza- ¿a qué habilidades te refieres? ¿Qué tienes tú de sobra, que nos pueda ser útil?

-Sorprender….-dijo calmadamente el rubio, ella sintió un estremecimiento de satisfacción- tal vez no tenga el poder de mi padre, pero aun así…..puedo ser el mejor Shinobi….en sorprender a la gente.



Fin del capítulo.
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Mensaje por Seth-san Jue Feb 04, 2016 3:37 pm

Bien, por fín actualizaste, estaba esperando la continuacion de esta historia, solo puedo decir que fue realmente genial, ésos lemons estuvieron muy candentes. Eres relamente admirable arminius, nos leemos luego

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Mensaje por arminius Vie Abr 15, 2016 3:17 pm

capitulo nuevo, y nos acercamos al final. calculo que me quedan dos capitulos mas. asi que llegaremos al final muy pronto. gracias a los siguen la historia, y hasta otro momento.


CAPITULO 14: INEVITABLE


La llegada a su propia casa le hizo sentir algo peculiar. No parecía en nada la sensación de estar retornando a su hogar. Era bastante extraño para Boruto, que su propio padre estuviera caminando con dos de sus clones pocos pasos por detrás. Era una vigilancia impráctica y hasta cierto punto cómica. ¿Adónde se supone que huiría? ¿Quién demonios se atrevería a atacarlo en medio de la maldita aldea y a plena luz del día?

A Boruto no le importaba nada esa mañana en particular. Estaba con demasiada carga de buen humor como para detenerse en detalles estúpidos. Según Sai, Raíz no consentía en la muerte de Sasuke Uchiha. Así que le ordenaba detener todo intento de conflicto contra ese sujeto. Y eso significaba básicamente que no solo la red de Shinobi al servicio del Hokage estaría vigilando para evitarlo. Sino también el grupo secreto pertenecientes a la parte “oscura” del espionaje. Hojas y raíces, en su camino hacia el destino.

Junto a Bolt, su hermana Himawari acompañaba su sendero tomándolo del brazo. Ella siempre tenía esa familiaridad y ternura para con él. Era la única que podía estar tan cerca, la única en la Boruto tenía la máxima confianza. Pero su pensamiento no estaba con Himawari, ni con su padre vigilándolo, ni tampoco con su madre esperando en casa. En realidad, estaba demasiado enfocado en no sonreír como idiota. La noche anterior, había sido una de las experiencias sexuales más poderosas de su joven vida. Muchas veces había follado con Sakura Uchiha, pero era la primera vez, que no podía apartarla de su mente. ¿Qué le estaba sucediendo? No era recomendable perder concentración así.

Para cuando llegaron a la entrada de la casa Uzumaki, su mente estaba divagando en el futuro cercano. De nada le valía evocar noches pasadas, ni siquiera la última que fue tan feliz. Ahora el nuevo plan, estaba medido en meses. Entrenar y prepararse. Colocar todas las estrategias aprendidas al servicio de una misión. Sin apoyo del Hokage, sin la asistencia de Raíz. Estaba casi solo. Aunque aún contaba un par de jugadas bajo la manga.

-Hemos regresado Onii-chan…-le confió Himawari en cuanto cruzaron la puerta de su hogar.


Caminaron por el pasillo del vestíbulo, y llegaron a la cocina donde se encontraron con Hinata. Fue cuando Naruto volvió a hablar nuevamente. Mirando a su hijo con dureza.

-Tienen prohibido salir de esta casa, y me refiero ambos –aclaró el padre a sus dos hijos- hasta tanto no se resuelvan las negociaciones con el clan Hyuuga. Se van a quedar seguros en esta casa. ¿He sido claro Bolt?


Hinata también estaba presente. Y tanto ella como Himawari, conocían que ese podía ser el inicio de una clásica discusión padre e hijo. Cuanto más crecía Boruto, más distancia había puesto con su progenitor. Aunque últimamente parecían haber limado algunas asperezas. La fuerte personalidad del joven, lo hacían más complicado. Pero en general, ambas mujeres entendían que Boruto no era propenso a recibir las órdenes amenazantes con pasividad. Sin embargo, el joven no pareció afectado en su ánimo bueno.

-¿Negociaciones con el clan Hyuuga? –sonrió apenas el joven mirando a su padre con cierta soltura- ¿y tú harás los honores por nuestro clan Oto-san?

-yo lo haré….Bolt-kun…. –dijo Hinata levemente.


Tanto los hijos como su esposo la miraron. Hinata estaba parada detrás de la mesada central en la cocina. Pero sus manos cruzadas enfrente como señal de respeto, casi parecían estar a punto de inclinarse a saludarlos con diplomacia. Pero tenía una mirada totalmente fuera de la dulzura natural. Naruto estaba muy sorprendido. Los últimos días de Hinata, habían sido una revelación para su marido. Era como si las enormes y pesadas cadenas de su educación familiar estricta, se hubieran liberado.


-Bien bien…-añadió Bolt sonriendo confiado y satisfecho, al comentario- es indudable que Oka-san se encargará de todo. Es bueno saber que tengo respaldo para variar.

-Yo también estoy aquí Onii-chan –le susurró Himawari sin soltarlo del brazo.

-Desde luego que sí, -le sonrió el joven rubio- y entrenaremos muy duro juntos, a partir de mañana. ¿Verdad?

-Hai…Onii-chan- respondió sonriendo contenta.


Las conversaciones ingresaron al terreno de lo cotidiano. Y en un par de horas mientras tenían un almuerzo familiar, se consolidó la idea de que todo ingresaba en carriles normales. Desde luego, Naruto no pudo caer en la trampa propia de pensar que la situación general mejoraba. Si bien era notable que sus hijos estaban fuertemente unidos entre ellos. Y que claramente Hinata, había logrado un acercamiento con ellos mucho más fuerte que antaño. Había algo en la seguridad de Bolt, que le hacía dudar a su padre sobre si obedecería a las reglas impuestas de tregua.

Naruto consideró los años pasados. Mientras el usaba casi todo su tiempo en el papeleo y las reuniones. En su propio hogar, Hinata había ocultado y entrenado a sus hijos en el uso del Byakugan. Le había ocultado muchas cosas. Y Bolt no había sido precisamente frontal en sus asuntos tampoco. Ahora mismo, por circunstancias negativas y fuego cruzado, Boruto pensaba en un loco plan de enfrentamiento con Sasuke. ¿Cómo evitarlo?

En el horario de la noche, cuando todos comenzaban a retirarse para descansar. Luego de ver irse a su hija, y cuando su esposa ya había terminado con los asuntos de la limpieza en la cocina y entraba al baño para ducharse. Naruto volvió a tener una charla personal con su hijo mayor. Necesitaba reafirmar la situación. Necesitaba tener una respuesta clara de Boruto, o más claro aún, su palabra empeñada.

-Boruto….-le llamó el padre, cuando lo veía retirarse por el pasillo a su habitación personal- solo quiero decirte…

-¿Sí?

-Que tienes prohibido, bajo todo concepto salir de casa –le miró firmemente- y si desobedeces esta vez, como tu padre voy a castigarte. Pero como Hokage además, serás suspendido y encarcelado.


El joven no tenía ni que sorprenderse. El Hokage podía levantar cargos por cualquier situación ficticia, o incluso si Shikamaru seguía metiendo sus narices, alguna real. El objetivo de mantenerlo más tiempo en el hospital de lo necesario, sumado a su evidente movimiento de aislamiento actual. Daba una conclusión típica. Naruto no concebía otro plan, que evitar a Bolt enfrentarse directamente a Sasuke.

-¿Algo mas Hokage-sama? –señaló Boruto sonriendo apenas.

-Manejaré personalmente el asunto con los Hyuuga. Y sobre tu estúpida idea de pelearte con un sujeto como Sasuke, -Naruto se giró para irse a su cuarto- olvídalo. Eso nunca va a pasar.

-Desde luego que si… –admitió Bolt recuperando un gesto imperturbable- tío Sai me advirtió en su visita al hospital, que ahora conocías todo sobre mi plan. ¿Y qué harás al respecto Oto-san? Digo, además de mantenerme encerrado aquí en la casa.

-Hablaré con Sasuke, –añadió el Hokage serio- se puede solucionar sin pelear.

-Desde luego….-apuntó irónicamente Boruto- todo se va a solucionar sin mancharse las manos con sangre. Típico de los Shinobi. Un movimiento usual de traidores. Solo vamos a charlar, hasta que Sarada-chan quede embarazada de su padre.

-¿A qué te refieres?

-A que no puedes hacer nada para evitarlo, y lo sabes. –le susurró Boruto acercándose a su padre y quedando ambos cara a cara- Puedo fingir que acepto tus órdenes. Pero en definitiva, cuando esté preparado para luchar, voy a ir a buscarlo.

-El casi nunca viene a la aldea.

-Tengo el mejor método para hacerlo venir. Voy a joder sus planes. Nadie podrá detenerme.

-Es una locura pensar que quiere hacerle algo tan asqueroso a su propia hija. Solo estas confundido. Lo conozco perfectamente como para….

-¿Pensar que es un traidor? ¿Cómo para creer que Sasuke Uchiha persigue sus ambiciones personales, más allá de todo bien común? ¿Qué no es capaz de violar a su hija? ¿Qué tendrá algún escrúpulo ante su posibilidad de perpetuar el sharingan? ¿Qué no, asesinará a quien se ponga en su camino?


Boruto eludió a su padre en el pasillo al finalizar sus preguntas. El silencio se hizo pesado y ambos parecían enemigos antes que familia. Pero el joven, algunos metros más allá, se detuvo para decir algo final:

-Esto va a suceder, Oto-san… –suspiró profundamente como contándole una vieja historia inalterable- obedeceré tus órdenes y no pondré un pie fuera de casa. Pero eventualmente Sarada-chan va a venir a verme. Y le voy a proponer matrimonio.

Naruto dejó de respirar, su pulso se aceleraba y no era capaz de siquiera voltearse para mirar a su hijo. Esas palabras sin ningún tipo de amenaza, parecían una predicción del destino.

-Ella va a aceptarlo, y ambos seremos felices –proseguía Boruto- entonces tu deberás negociar con Sakura-sama el contrato matrimonial, ya que Sasuke nunca se encuentra en Konoha. Entonces, cuando se concrete el acuerdo, su marido regresara apenas se enteré de todo.

-El no….

-Entonces no habrá dificultades, ¿cierto? –sonrió apenas el joven Uzumaki- Sasuke no se va a oponer a que el hijo de su único amigo se case con su hija. ¿Verdad? no tiene ninguna razón para oponerse. Pero claro, algunos sectores del consejo de Konoha no estarán de acuerdo. Como Hokage, recibirás otras propuestas matrimoniales para que me comprometa con cualquier otra mujer, antes que sea Sarada-chan. ¿Y por qué? Por el simple hecho que también el consejo, requiere perpetuar el sharingan a toda costa.

-Eso no…

-¿Entonces qué vas a hacer Oto-san? –Interrumpió el joven- ¿vas a interferir en el acuerdo con los Uchiha? ¿Intentaras desviarme del camino? ¿Vas a comprometerme con alguien distinto para que no tenga que chocar con Sasuke?

-No sabemos con tu madre, que sucederá en el asunto Hyuuga. –colocó como excusa Naruto, que no quería ni pensar en la posibilidad funesta que Bolt erigía como realidad- Mucho antes de todo esto.

-En un par de meses será todo Oto-san…..en un par de meses todo terminará. Es una promesa.


Y se fue del lugar, directo a su cuarto. En los siguientes días no se dirigieron la palabra aunque convivían en la misma casa. Naruto pasaría el siguiente mes en medio de un caos. Su trabajo como Hokage apenas si acababa de descubrir la profundidad de lo complejo entre los acuerdos secretos de clanes ninjas. Tenía a Sai y sus ANBU, rastreado cada contrato y cada acuerdo que fuera levantado a espaldas de las leyes en la aldea. Y el asunto de su hijo aún estaba ahí, esperando como una bomba ya preparada. Dispuesto con todo su espíritu a explotar.


********************************


La oficina del Hokage estaba ocupada por el líder, y dos de sus personas más confiables. Las últimas semanas habían sido de investigación y reestructuración. Naruto no solo tenía problemas con su hijo Boruto y la relación con los Uchiha. Sino que todo el trabajo de papeleo se aumentaba a ciertos movimientos diplomáticos que eran necesarios realizar.

En los primeros años de su dominio como Hokage, Naruto Uzumaki había dirigido todos sus esfuerzos a intentar lograr una paz estable y duradera con el resto de las aldeas. Konoha en su política interna, siempre le había parecido bastante tranquila y controlable mediante las reuniones esporádicas al consejo de clanes. Desde luego, notar que todo un submundo de pactos sin firmas que propiciaban herederos o accidentes mortales; estaba cambiando un poco su idea de una villa pacífica y leal a su mandato.

La ultima probada de esa decepción, fue enterarse que su hija Himawari fue atacada en medio de su misión por los Hyuuga. Unido este evento con ataques a su hijo y a la cuñada por su propia familia, tendrían unas consecuencias desastrosas en lo político. Sus hijos tenían el Byakugan, y eran muy poderosos para ser ignorados en el juego de poderes en Konoha.

Sai y Shikamaru, constituían la mano derecha de Naruto. Mientras que el líder de ANBU había tenido menor participación hasta hace un mes, el consejero Nara era quien acompañaba al Hokage a cada reunión, o en cada decisión estratégica importante desde hacía años. Pero justo en esos días, los cánones de importancia habían variado bastante.


-Sai....-dijo el Hokage seriamente, sentado detrás de su escritorio- quiero un informe completo sobre la reunión de mi esposa con el consejo de su antigua familia. Calculo que habrán terminado hace más o menos una hora. Así que dime lo que tienes que decirme.

-Hokage-sama… -dijo el pálido Shinobi- los ANBU que escoltaron a su esposa hacia la reunión con los Hyuuga, luego la acompañaron de regreso a su casa. Se encuentra a salvo.

-Eso no es lo que quiero saber. –apuntó Naruto algo molesto- Si siquiera hubiera la posibilidad de que esos bastardos le pudieran hacer daño a mi esposa, te aseguro que no la dejaría ni acercarse por ahí. Dame la información sobre lo que hablaron en “secreto”.


Sai había hecho que un equipo ANBU acompañara a Hinata hacia el barrio Hyuuga. Y uno de los ninjas escoltas, tenía además la misión de espiar todo. Naruto ya no iba a mantener pasivo al ANBU en su aldea. Ahora estarían para mantenerlo informado de cada reunión y pacto secreto entre clanes. Y en este caso en particular, tenía especial interés.

Sai tenía una frialdad asombrosa para estas cuestiones. Pero hasta a Shikamaru le pareció desesperante, que se tomara demasiado tiempo para abrir los dos pergaminos que su espía le entregó minutos antes de iniciada la charla privada en esa oficina.

-Creo que puedo leer el comentario final de mi informante…-indicó Sai sonriendo apenas- eso puede darte una respuesta inicial. Y luego podrán revisar lo hablado en la reunión, palabra por palabra. Y voy a citar textualmente…. “Uzumaki Hinata-sama, parece haber conseguido todo lo que quiso. Conocía las leyes internas del clan Hyuuga, su educación como hija del líder le ayudó a tomar ventaja. Fue implacable y tuvieron que ceder. Básicamente logró…-Sai dejó de leer y mostraba un gesto confundido.

-¿Básicamente que….? –consultó Naruto ansioso.

-Perdona por esto, pero dice…. “básicamente logró….cortarle los testículos a todo el consejo de ancianos….incluido su padre”

Naruto abrió sus ojos muy grandes. Seguramente no esperaba una interpretación tan “cruda”. O simplemente no acababa de comprender como su tierna y amable esposa, podía arrancar el orgullo de media docena de ancianos recolectándolo en un pergamino de contrato, para finalizar una posible guerra.

-Tengo que admitirlo Naruto….-asintió Shikamaru satisfecho- cuando me dijiste quien llevaría la negociación con los Hyuuga…

-Ella dijo que se haría cargo…-sonrió apenas Naruto, notablemente satisfecho- realmente tenia mis dudas pero…

-¿Pero qué? –interrogó Sai para hacerlo terminar su argumento.

A Naruto le tomó tiempo admitir ante sí mismo lo que iba a decir. Pero como no era orgulloso en exceso, y tenía que explicar lo que había concluido…

-Pero al parecer, Boruto pensaba que su madre llevaría perfectamente la negociación. Parece conocerla y confiar más en ella. –Hizo otra pausa dolida- De lo que se atreve a confiar en mí.


Era evidente que esa situación le dolía. Shikamaru, e incluso Sai lo notaban claramente. Tal vez Naruto experimentaba el dolor de sus vínculos familiares desgastándose. O temía por la seguridad de sus hijos. Cualquiera fuera la variable de las situaciones planteadas, había muchos más problemas por sortear.

-Shikamaru….-dijo el Hokage luego de recuperar la concentración- ¿Qué has averiguado sobre tus sospechas de una nueva Raíz? Me habías dicho que tenías nueva información.

El asunto se había retrasado demasiado. Shikamaru se tomaba su tiempo para recolectar cada dato posible sobre las situaciones diplomáticas en el exterior. Pero desde la amenaza de Boruto, tuvo que revisar el personal interno de la torre Hokage. En la búsqueda de filtraciones en información. Shikamaru estaba muy intrigado en saber la verdad. ¿En quién se había convertido exactamente Boruto Uzumaki? ¿Era amigo o enemigo? ¿Era funcional al poder de Naruto, o simplemente esperaba su momento de obtener más poder? El problema de pensar en una nueva versión de “Raíz”, era que la anterior no tenía otra misión que aumentar el poder de Danzou. ¿Por qué razón esta sería diferente? ¿Qué otra misión podía perseguir si era una época de paz mundial la que estaba trascurriendo en el exterior?

-No tengo ninguna prueba concluyente –apunto el Nara, serio como siempre- pero no me sorprende tampoco. Se supone que estoy buscando una asociación que incluso se oculta del ANBU. O tal vez, simplemente forma parte de ellos.

-¿Nara-san está formulando una acusación en mi contra? –consultó Sai tranquilamente.

-Solo hice una observación –respondió Shikamaru, aunque su intención había sido explorarlo- tenemos sospechas con Naruto de una nueva “Raíz”. Tú pertenecías a la anterior, ¿Verdad? tal vez por eso ANBU, nunca informa nada concreto de los incidentes extraños. Es como si estuvieran ciegos.

Sai no enseñaba una emoción aparente, pero eso podías ser por su frialdad natural. Avanzó un paso, acercándose más al escritorio del Hokage. Tal vez elegía ignorarlo, o simplemente desviar la atención a otro asunto.

-¿Hokage-sama quiere que me retire como líder ANBU?

-¿De qué hablas Sai? –Consultó sorprendido Naruto- no digas tonterías.

-Si ya no le soy útil, -proseguía el pálido Shinobi- no tiene objeto continuar estando al mando de las unidades especiales. O tal vez este vago, pueda hacer mejor mi trabajo.

-Cálmate…-le sonrió apenas Naruto al ver como Shikamaru suspiraba detrás en pura frustración- solo son conjeturas de este amigo que no para de pensar en conspiraciones a mi alrededor. A cada rato tengo que recordarle la situación de paz, con el resto de los países.

-Pero no es la única situación problemática que se puede presentar-indicó Shikamaru- o tengo que recordarte lo que puede suceder con Boruto.

-Con Boruto no va a suceder nada –sonrió Sai levemente- está encerrado y vigilado en su propia casa. Tengo 4 equipos rotativos cubriendo la zona. Además, tal como ha sido ordenado por Hokage-sama, tengo un informe completo sobre las actividades de Sasuke Uchiha.

-¿Qué tan mala es la situación?

-Tengo confirmación parcial de la información –añadió Sai- muchas familias, muchos hijos en distintos lugares. Pero claramente sin vínculos destacables. La búsqueda del sharingan lo ha llevado por distintos senderos. Todo para terminar por obtener lo que buscaba justo en Konoha.

-Sarada Uchiha….-susurró Naruto- Realmente Sasuke, va a….

-Mi información sobre el clan Uchiha es concluyente –definió el líder ANBU- Se practicaba habitualmente el engaño de insertar los genes en la herencia de la generación siguiente. El poder del sharingan, realizaba el resto del encubrimiento.

-¿Qué opciones tenemos de presentar esta información al consejo de clanes?

-Dar a luz una práctica secreta de clanes, no servirá de mucho. –Admitió Shikamaru de brazos cruzados- aunque el consejo pudiera pensar en prohibirla, mas harían en ignorarla.

-¿Por qué?

-Porque cada clan, tiene sus propias prácticas. Los Hyuuga, los Yamanaka, los Nara, los Inuzuka. El contrato con Konoha nunca incluyo dejar de lado las costumbres ancestrales. Y aunque legalmente lograras una votación favorable para prohibirle a Sasuke hacer lo que quiere, tampoco se apegará a una ley hipócrita. El consejo de clanes y sobre todo los ancianos, extraoficialmente quieren que el sharingan se extienda a toda costa. Y si eso significa que Sarada Uchiha tenga que pagar un precio….


Naruto guardó silencio. Sus codos se apoyaban sobre el escritorio, y el mentón reposaba en sus nudillos. Tenía que pensar, tenía que encontrar la manera de actuar para controlar la situación. ¿Pero que podía hacer? ¿Cuál era la mejor solución?

-Sai…quiero que envíes a uno de tus hombres por Sakura.

-¿Sakura-san? –consultó Sai

-Sí, tengo que hablar con ella en privado. Seguramente habrá algo que pueda hacer. Ella es mi amiga, ella me hubiera dicho si fuera tan grave. Es ridículo pensar que Sasuke le quiera hacer algo tan horrible a su propia hija.



Tanto Shikamaru como Sai se miraron levemente, no acababan de comprender como podía Naruto ser tan optimista ante una situación oscura. ¿Qué esperaba lograr? Sin embargo, ninguno se atrevió a no confiar en Naruto. Lo conocían demasiado como para dudar de su capacidad de encontrar paz. De su virtud de hacer lo imposible. De su lealtad con sus amigos. Sin lugar a dudas la ayudaría. Sakura siempre había significado mucho para Naruto. Siempre estaría para ayudarla de ser posible.



******************************************


La práctica en el traspatio había concluido…


Lo hicieron duramente, y por varias horas. Boruto había empezado solo mucho tiempo antes, y para cuando Himawari se unió a él, la ventaja física de la edad estaba igualada. Practicaron el estilo de Junken, y de manera leal se esforzaron mucho para mejorar. A Boruto le agradaba mucho estar con su hermana. Era la única persona, con la que no se sentía con esfuerzo por ocultar una parte de sí mismo. Él estaba sentado en los escalones de madera para ingresar al interior de la casa. Y su hermana, se ocupaba ahora mismo de vendar las heridas de tanta práctica provocaba.

-Onii-chan....-le susurró la muchacha mientras tomaba más vendas del botiquín- quítate la camisa tu pecho debe estar…

-Estoy bien Nee-san…-le respondió pensativo Bolt, aunque claramente el pecho le dolía de tantos golpes- solo tengo que descansar algunas horas.

-Quítate la camisa, por favor.

Era inútil que tratara de ocultárselo. Después de todo mientras entrenaban, Boruto se había asegurado de dejar descubierto el centro de su pecho. Su idea más peligrosa para enfrentar a Sasuke Uchiha, era también la única posible. La que podía darle su oportunidad. Aunque, luego de estar estudiándolo bastante, requería más que un solo movimiento afortunado para lograr el efecto esperado. Era mejor pensar, en una estrategia global.

Mientras se quitaba la parte de arriba de su atuendo negro de combate. Comenzaba a notar que Himawari no había aplicado ni la mitad de su fuerza en golpear en su pecho. Si hubiera sido una pelea real, dos ataques profundos hubieran bastado para derrotarlo. ¿Cómo soportar un golpe directo de un ninja como Sasuke?

-Te encuentras demasiado pensativo Onii-chan…-le susurró en el oído la hermana, mientras ajustaba las vendas alrededor del pecho de Bolt- ¿Por qué has dejado que te haga tanto daño? No deberías estar pensando en otra cosa mientras practicamos. ¿Crees que no he notado que descuidaste tu defensa todo el tiempo? ¿Por qué lo has hecho?

-No es demasiado daño, tranquila –le sonrió el rubio sereno- no tanto como la ayuda que siempre me das. Sé que puedo confiar en ti.


Himawari le rodeó con vendas en el torso, a la altura del corazón tenía el mayor daño. La muchacha era consiente que si ella hubiera tenido la real intensión de matar a su hermano, no hubiera tenido el cuidado de “desviar” los impactos de sus ataques a los puntos vitales. Ni hubiera restado chakra a cada punto dañado.

Hinata en ese momento, paso por detrás de ellos en el pasillo. La madre parecía muy tranquila y satisfecha. Había tomado la mañana para ir al barrio Hyuuga según sabían los jóvenes. Seguramente ya tenía todo el arreglo terminado.

Rato después, Boruto e Himawari ingresaron a la cocina, donde su madre los esperaba con té que tenía pensado ofrecerles unos minutos después. Se sentaron alrededor de la mesada central, charlaron tranquilamente y algún tiempo más tarde, Himawari decidió retirarse para ir a darse un baño.

-Ka-san….-dijo Bolt en cuanto estuvo a solas con su madre- ¿Cómo le fue en la reunión?

-El problema fue resuelto hijo…-sonrió la mujer apenas- no volverán atacarnos. No les conviene sencillamente.

-¿No les conviene?

-Aunque nunca lo hemos buscado junto a tu padre, -le añadió Hinata mientras levantaba las tazas y ordenaba el mesón- les quitamos la exclusividad del Doujutsu que poseían. Ahora el clan Uzumaki, tiene que darles algo a cambio.

-¿Tenemos que darles algo a cambio? –Abrió los ojos Bolt con sorpresa- ¿Qué se supone que pidieron?

-No pidieron nada Bolt-kun, no están en posición de hacerlo. –Dijo con risita Hinata divertida- fui yo quien impuso los términos. Tienen que pagar por los ataques, y van a pagarlo con su orgullo. Aunque claramente, el trato terminara por beneficiarlos, por esa razón no tuvieron más remedio que aceptar.


No hubo más detalles sobre el asunto. Pero Boruto no lo necesitaba. Cuando veía a su madre y escuchaba su voz en las últimas semanas. Sentía que podía confiar plenamente en ella. La veía desinhibida y al mismo tiempo bajo control. Himawari no le había dicho nada, pero era claro para Bolt que su hermana había influido en Hinata. Era indudable para el muchacho, que Himawari había usado sus técnicas de presión parcial sobre algunos puntos del cerebro. Tal vez redujo los sectores que marcan las inhibiciones. Así como alguna vez practicaron hace años sobre Bolt mismo. Aunque ya perfeccionada la técnica, Hinata no estaría totalmente libre de límites.



***********************************


Con el asunto de la disputa Hyuuga-Uzumaki resuelto extraoficialmente, Naruto ya no tenía más razones para prohibirles a sus hijos abandonar la casa. Desde luego, ambos jóvenes se enteraron del final de las hostilidades por intermedio de Hinata. Pero aunque pareciera el inicio de otras dificultades, Boruto decidió no cambiar sus rutinas diarias.

Se levantaba tarde, (no antes de las 9) desayunaba algo ligero cortesía de Hinata que siempre andaba aseando la casa usualmente. Y entrenaba duramente su cuerpo hasta el mediodía. Luego de almuerzo, descansaba una hora y regresaba a las prácticas de técnicas durante la mayor parte de la tarde. Himawari solía unirse a esa práctica de esa parte del día. A veces Hinata se quedaba acompañándolos. Les daba consejos recordando los entrenamientos junto a su primo Neji, y hasta hubo un par de ocasiones donde también participó. Y luego de la cena, se pasaba la mitad de sus noches estudiando las decenas de informes sobre Sasuke Uchiha. Cada misión, cada detalle, cada pequeño trozo de la historia antigua. Sin embargo, no solo debía planear una batalla imposible de ganar, sino resolver como apartar a su padre de la jugada. Al menos, hasta el momento indicado.

La relación con Naruto mejoraba día con día. Si bien el Hokage se preocupaba mucho sobre el asunto Uchiha. Boruto no le daba ni una razón de desacuerdo. Había obedecido cabalmente la orden de no abandonar la casa Uzumaki. Jamás reusaba compartir los almuerzos familiares, y se mostraba tranquilo y sonriente. Solo dejando la seriedad y concentración máxima para los entrenamientos. Cierta tarde, Naruto vigilaba a su hijo mientras se encontraba en el traspatio entrenando. Lo que Boruto estaba haciendo en ese momento, era concentración de chakra. Sentado de piernas cruzadas, apoyando la espalda en el tronco del árbol más grande, el joven intentaba acumular su poder y reservarlo. Controlarlo, estabilizado. A Naruto invariablemente le recordó su propio entrenamiento en el monte sagrado de los sapos. Cuando aprendía el arte de los ermitaños.

-¿Qué haces Bolt? –Consultó el clon de Naruto parado en el pórtico para ingresar a la casa- ¿meditando?

-En cierta forma si Oto-sama…-respondió serio el joven- estoy acumulando mi chakra en los sellos inhibidores de mi cuerpo. Reduzco las cantidades naturales que poseo, para ganar en control y entrenar mejor las técnicas de palma suave. Al mismo tiempo…

-Acumulas chakra de reserva, para soltarlo con esa técnica que usaste en nuestra pelea. Entiendo.

-“Alma furiosa” no es solo mi mejor oportunidad de entrenar mejor. Sino una técnica que me da un poder similar, a las puertas abiertas del chakra. Al menos durante batallas difíciles.


El clon de Naruto se quedó en silencio. Su obligación de estar constantemente vigilando a Boruto le había beneficiado inconscientemente en pasar más tiempo con él. Aprendió a conocerlo nuevamente. No al niño impertinente y demandante que supo ser. Sino al Shinobi aplicado y enfocado que ahora estaba demostrando a cada paso su Nindou. Sin embargo, le dolía un poco admitir ante sí mismo que no alcanzaba a confiar completamente en Bolt. De lo contrario, ya tendría la edad ideal para llevarlo con los ermitaños e instruirlo en el poder de los Sennin. Aptitudes tenia, de eso no cabía duda. Pero era una cuestión de confianza lo que aún no alcanzaba a lograr con respecto a su hijo.

El problema para Naruto, avanzaba lento pero seguro…

Había pasado una semana desde que tuvo esa desagradable conversación con Sakura en privado. Naruto se pasó casi una hora tratando de obtener de su antigua amiga una confesión de los problemas que tenía. Tomaron el té, hablaron del pasado. Naruto intentó recordarle la vieja amistad y confianza que los había acompañado desde los tiempos del equipo 7. Pero la pelirosa, no demostró una sola mueca de preocupación. Naruto sin embargo, supo que los informes de Sai eran reales. Sakura nunca había sabido mentirle correctamente. El Hokage supo dos tristes realidades de esa reunión. Que Sakura tenía un enorme problema, sintiéndose impotente por ello. Y que la pelirosa había elegido no confiar en Naruto para resolverlo.

-¿Cuánto tiempo seguirás entrenando tan duro? –Preguntó Naruto de brazos cruzados y apoyado en el marco de la puerta –deberías tomar un descanso.

-Ya descansaré cuando muera Oto-sama –respondió impertinente el joven- por el momento necesito ser más fuerte. Tengo aproximadamente 45 días para estar listo.

-Es poco tiempo, necesitas años para la locura que quieres hacer. Reflexiona en las tonterías que piensas.


En la mitad del mes siguiente, Boruto Uzumaki cumplía los 18 años. Era el tiempo donde legalmente podía ser parte de un contrato matrimonial. El gran asunto comenzaría a desarrollarse a partir de ese momento. Naruto comprendió porque su hijo se estaba poniendo plazos cortos para el entrenamiento.

-Será mejor que preparemos una reunión con Sakura y Sarada-chan –sonrió apenas Bolt- estoy ansioso de proponerle un compromiso matrimonial. No creo que se nieguen, después de todo es una familia muy amiga de la nuestra. ¿Verdad?


******************************


Con el trascurso de los días las cuestiones cotidianas fueron aliviando es rara tensión que parecía a punto de estallar a cada segundo. Naruto siempre había sido bastante inocente, era tanto una virtud como su mayor debilidad. Pero en esos últimos meses había sufrido rudos golpes a la confianza que depositaba en el consejo de clanes. Muchos de los actuales líderes, habían sido compañeros de su generación y amigos íntimos. Otros, respetaban al héroe de la última guerra y parecían apoyarlo en todo con respecto al trabajo de política externa.

Pero…

Como tardíamente había aprendido, Naruto ya no podía confiar en esos amigos, no al menos cuando actuaban bajo la responsabilidad de liderar sus respectivos clanes. Era duro reconocerlo, era triste para alguien tan frontal como el Hokage. Pero así como ellos se movían en el consejo de clanes solo por conveniencias particulares, el rubio debía obrar de la misma forma por Konoha.

Para ello, tuvo que hacer algo que había descartado desde el inicio de su mandato. Le quitó influencia a Shikamaru dentro de la aldea. Para otorgársela a Sai, quien tenía al ANBU como respaldo de vigilancia secreta por sobre todos. En resumen, Shikamaru seguía siendo su hombre de confianza para los tratados con países extranjeros. Pero ahora Sai, tenía los recursos suficientes para intervenir en los conflictos secretos entre clanes. Evitando así más “muertes accidentales” o demás asuntos ilegales.

Naruto se sentía incómodo por hacer estos nuevos cambios. Porque básicamente se había jurado nunca usar recursos ilegales para el gobierno de Konoha. La experiencia de Raíz con Danzou en la sombra del tercer Hokage, había dejado profundas heridas en todos lados. ¿Pero que podía hacer? El había prometido ser el mejor Hokage de todos. Había prometido mantener la paz, de Konoha y de todo el mundo ninja. Aunque ese recurso fuera en cierta forma “desleal”, la consecuencia de no estar enterado de nada (caso testigo fue el asunto de Kiba y también lo del Byakugan de sus hijos), podía ser aún más grave que moralizar sobre los recursos para ejercer el poder.


El tiempo seguía trascurriendo, y efectivamente llegó el cumpleaños número 18 de Boruto Uzumaki. Para esa noche especial, Hinata organizó una fiesta en la que por supuesto invitó a las familias amigas de su marido y de ella. Estuvieron Sai, Ino y su hijo Inojin. Shikamaru, Temari y Shikadai. Chouji, Karui y su hija Choucho. Y por supuesto Sakura con Sarada acompañándola. Hanabi y algunas muchachas Hyuuga amigas de Himawari, representaron al clan materno. Toda la cena fue distendida. Tanto Ino como Shikamaru habían vivido esas últimas semanas en vilo por el conocimiento que Boruto tenía de sus amoríos. Pero como dejaron de verse, y no volvieron a inmiscuirse en los asuntos del joven Uzumaki, obtuvieron como recompensa un silencio cómplice. Tal como Boruto les advirtió, no revelaría lo que sabía si ellos dejaban de entrometerse en sus problemas.

Luego de esa cena, mientras los adultos se quedaron en la mesa tomando té y recordando viejos buenos tiempos, los jóvenes se dividieron en grupos según afinidad. Al principio, se separaron por género. Las chicas y chicos en diferentes zonas de la casa. Pero casi al final de la velada, Boruto fue en búsqueda de Sarada, y le pidió al resto de las jóvenes que les permitieran charlar en soledad. Fueron a sentarse en la entrada al traspatio de la casa, y mirando al jardín charlaron amistosamente durante una hora.

Extraño fue, que todo el tiempo separados luego de acabar el noviazgo, no hubiera mellado en ninguna forma la afinidad que ambos tenían por el otro. Sarada sentía, que estaba tan enamorada de Bolt como siempre. Sentía que todo el asunto de la separación fue un error, que nunca debió pasar. Sentía que podían volver a ser una pareja, porque no veía a nadie más para ocupar ese lugar en su vida. En tanto el Uzumaki, si bien admitía que sentía un deseo sexual incontrolable por la madre de su ex-novia, tampoco podía dejar de notar que se estaba arriesgando demasiado por Sarada Uchiha. Si no le importara nada su amiga de la infancia. Si tan solo quisiera seguir follando con Sakura en secreto. Simplemente hubiera ignorado lo que sabía sobre el destino de Sarada con respecto a su padre. Dejar que ella se casara con cualquiera, dejar que Sasuke hiciera lo que quisiera. Después de todo, eventualmente Sasuke terminaría marchándose de Konoha y Sakura quedaría sola y a su disposición. Solo tenía que dejarlo pasar. ¿Por qué arriesgarse tanto?

-Sarada-chan….-le dijo el rubio en medio de las conversaciones triviales- quisiera hablar sobre….

-No tenemos que hablar de eso –le interrumpió la joven desviando la vista- no puedes hacer nada. No podemos hacer nada.

Se mantuvieron en silencio durante un minuto, estaban sentados juntos mirando al jardín, y ella se inclinó sobre el hombro del rubio descansando su rostro, en un leve suspiro.

-¿Por qué todo deber ser tan complicado Bolt-kun?

-Es parte de nosotros, de nuestra historia. Los Hyuuga y los Uchiha siempre protegieron sus Doujutsu al costo que fuera. Los Inuzuka se relacionaron hasta sexualmente con los canes, para ganar aptitudes animales. Los Aburame suelen tener colonias de insectos en sus cuerpos. Incluso los Uzumaki tuvieron sus dificultades. Todo el poder acumulado de cada clan ninja, siempre tuvo consecuencias.

-Tu… ¿Sabiendo de historia? –Le sonrió Sarada mirándolo de lado- ¿Dónde ha quedado mi amigo tonto de la academia? ¿El que no sabía nada de nada?

-Ouch…eso duele...Sarada-chan –hizo puchero el rubio fingiéndose ofendido- estuve estudiando mucho. Es injusto que tú lo sepas todo…


Ambos rieron, el ambiente increíblemente se había relajado. Habían sido amigos desde la infancia más elemental. Siempre juntos, siempre compartiéndolo todo. Que Sarada se hubiera enamorado de su mejor amigo, solo sirvió para que la empatía inicial se intensificara aún más. Sin embargo, cuando Boruto ingresó a Raíz, una parte de lo que él era como ninja, tuvo que ocultarla incluso de su mejor amiga. Y cuando fue su novia, el problema se intensificó.

-Dijiste que los Uzumaki también tuvieron sus problemas….

-¿Umm? ¿Qué dices Sarada-chan?

-Tu acabas de decirlo…-sonrió ella curiosa- ¿a qué problemas te refieres?

-Los Hyuuga tienen su “rama secundaria”, los Uchiha eran unos rebeldes sin lealtad. Y los Uzumaki un peligroso e incontrolable exceso de chakra. Cada clan siempre ha tenido virtudes y debilidades. Todos tenemos una carga que llevar. Pero antes de pensar en ninguna otra cosa, debemos planear que hacer. Para que no termines siendo solamente una incubadora.

-Nadie puede intervenir –susurró Sarada deprimida- nadie puede ayudarnos.

-Solo una cosa queda por hacer Sarada-chan….-le dijo el muchacho sonriéndole a su chica suavemente- ¿Aceptarías…..casarte conmigo?


Y el destino comenzó a rodar hacia lo más obvio…

A lo inevitable…


Fin del capítulo.
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Mensaje por arminius Jue Mayo 19, 2016 2:10 pm

CAPITULO 15: FUEGO Y AGUA


La reunión era claramente formal. Como no podía ser de otra manera. Todos los eventos previos se prepararon para que así lo fuera. En la larga mesa del comedor, tenían de un lado a los Uchiha. Y frente a ellos, a los Uzumaki con excepción del Hokage. Naruto dirigía la reunión, sentado en la cabecera de la mesa.

Claramente había tensión. No parecía una reunión de confirmación al contrato matrimonial. Los eventos surgidos en semanas anteriores, dictaban de una propuesta verbal hecha por Boruto en la noche de su cumpleaños 18, a Sarada Uchiha. Un par de días después, Sarada le pidió a su madre que iniciara las conversaciones con el Hokage para llegar a un acuerdo. En cuestión de una semana, Sakura y Naruto tuvieron tres charlas formales. El trato fue establecido, y la reunión de los Uchiha con los Uzumaki era la consecuencia directa de todo ello. Con la presencia del cabeza de familia Uchiha, para estampar la firma y recibir la dote requerida en dinero.


-¿Y bien Sasuke? –consultó Naruto ante el silencio incomodo- llegaste hace unas 24 horas de tu viaje. Me sorprende que tengamos esta reunión tan pronto. ¿Alguna objeción al contrato?

-He llegado en la noche pasada -anuncio el Uchiha fríamente y de brazos cruzados- Y aun no puedo lograr entender porque tanto mi esposa como tú, creyeron que debía volver a Konoha para firmar un contrato del cual no he sido partícipe. ¿Acaso creen que soy idiota?

-¿Es una pregunta que responde cualquiera… –respondió Boruto sonriendo levemente, y logrando que todos se tensionaran un poco más- o solo es retórica?

-Boruto cierra la boca….-le advirtió el Hokage molesto- no es momento para bromas –Luego miró a Sasuke con atención y preguntó- ¿Cuál es el problema? ¿La dote por tu hija no es suficiente? Si es así, se puede solucionar.

-¿Qué te ha hecho creer que el dinero es un problema? –Señaló Sasuke evidentemente molesto- mi hija aún tiene mucho por entrenar. Es una Kunoichi novata todavía. No es momento de pensar en tonterías de casamiento. La decisión sobre su futuro, me corresponde a mí como cabeza del clan Uchiha. ¿Ha quedado claro para ustedes?

-Escucha Sasuke…-sonrió apenas Naruto tratando de alivianar la cuestión- tal vez tú y yo deberíamos charlar más en privado. Es natural que…

-No tenemos ningún asunto por tratar –el Uchiha se puso de pie y tanto Sakura como Sarada también lo hicieron mecánicamente. Tenían que seguir al líder de clan fuera de la reunión formal- Como líder de mi familia, será mi elección a su debido tiempo el tratar este asunto con la familia que crea conveniente. Eso es todo….


Boruto volvió a sonreír. Mirando a su padre le dio un mensaje más que concluyente con ese gesto. El tan temido… “te lo dije”. Que anunciaba el preludio de un posible desastre. Todo pudiera tomarse por un simple desacuerdo, que tal vez Naruto pudiera arreglar en una futura reunión. Tal vez solo Sasuke en carácter de padre, había sentido ser desplazado de la responsabilidad que tenía para con su hija. Todo podría arreglarse en unos días de pensamiento y reflexión. Tal vez era lo más normal del mundo. De las reuniones formales entre dos clanes.

Pero no en esa ocasión. No con lo que Naruto sabía de todo el asunto. No con el detallado informe de Sai, no con las sospechas de Bolt confirmando la situación antes de tiempo. Era irracional que Sasuke se resistiera a esto. Los Uchiha y los Uzumaki habían sido familias amigos durante décadas. Comían juntos los fines de semana. Dormían en la misma casa cada tanto. Compartían amistades más antiguas que las mismas familias conformadas. Los hijos de ambos, fueron amigos y a continuación novios. Era totalmente ilógico lo que había pasado en esa reunión.

Naruto se puso de pie, mientras Hinata, Himawari y Bolt se quedaron sentados en su lado de la mesa. Los Uchiha salieron al pasillo, para dirigirse a la salida. Sasuke adelante, su esposa e hija con la cabeza baja por detrás. Había sido una terrible decepción para Sarada. No cabía duda. Y Sakura tenía miedo, eso había leído Naruto en los gesto de su ex–compañera. ¿Por qué? ¿Por qué razón todo tan complicado?

-Teme no seas terco….-le dijo Naruto que los acompañaba hasta la puerta- nadie pensaba en excluirte de esta decisión. Los chicos se quieren mucho. Todo sucedió la noche del cumpleaños de Bolt. Simplemente Sakura y yo pensamos en adelantar las cosas. No es que hiciéramos algo que…

-¿Y qué les hizo creer a ustedes que estoy de acuerdo? –Se volvió Sasuke molesto y enfrento a Naruto cara a cara, mientras Sakura y Sarada salían por la puerta en silencio- tu hijo es un problema para ti. Lo ha sido desde hace años. Es irresponsable y torpe. Es un niño jugando a ser adulto. Cuando teníamos menos que su edad, tú y yo combatíamos en una guerra mundial. ¿Crees que está preparado para cuidar de mi hija? Ni que tuviera tanta suerte.

-Es cierto que Bolt era un niño problema mucho antes –Le concedió Naruto serio- pero hace años que esto no es así. Ha madurado y cumplido su trabajo como ninja mucho mejor de lo que yo lo hacía a su edad. Esta pronto a subir de rango. Será Jounnin con 18 años. ¿En dónde estábamos tú y yo a edad?

-Eso no importa ahora. Sarada tiene una responsabilidad con el clan Uchiha. Se deberá casar con el candidato más apropiado.

-¿Más apropiado que mi hijo? –Desdeñó ya molesto Naruto- ¿Quién será? Todo ya me parece una triste excusa de tu parte.

-Tendrá que ser un joven sin apellido noble –Anunció Sasuke serio- alguien que al casarse con Sarada, comience a formar parte de mi familia. Ese joven adoptara el apellido Uchiha. Mi familia tiene que subsistir. Con tu hijo, eso es imposible. Y aunque Sarada tenga que sacrificarse, no llevara el apellido Uzumaki nunca. Ni ella, ni sus hijos. ¿He sido suficientemente claro para ti?

Y se fue. Dejando a Naruto totalmente sorprendido. No era que no entendiera el punto elevado por Sasuke al final. Era obvio que la última de los Uchiha, tendría que adoptar el apellido Uzumaki cuando se casara con Boruto. Eso básicamente, borraría al clan Uchiha en la siguiente generación. Si Sarada hubiese sido varón, este problema no subsistiría y podría tomar por esposa a cualquier mujer. Pero siendo ella la fémina, solo podía casarse con un hombre, que no tuviera un apellido de las familias más antiguas de Konoha. Solo así, por acuerdos matrimoniales cambiaría su apellido al de Sarada. Y los Uchiha tendrían otra generación para intentar expandirse.

Visto de esta forma, parecía una respuesta bastante lógica al rechazo. Aunque Naruto no sentía en su corazón que esa era la razón de todo. Solo fue una excusa. Todo el poder de su intuición le decía eso al Hokage. Aunque le doliera admitirlo, lo que Boruto había dicho ocurriría, se estaba convirtiendo en verdad.


***************************************


Boruto había tomado las cosas con calma. Durante la cena con sus padres, incluso se mostró optimista ante los comentarios positivos de la amarga situación vivida. Según su padre el Hokage, Sasuke era un terco y seguramente estaba de mal humor. Pero cambiaria de parecer en pocos días. Naruto sonreía y le prometía a su hijo que intercedería personalmente para lograrlo.

-No te preocupes Onii-chan…-le comentó su hermana sonriendo- aunque no puedas comprometerte con Sarada-san, yo siempre voy a estar contigo. Vas a ver que todo se arreglará.


Bolt sonrió. Siempre obtenía cariño de su hermana menor. Incluso después de ingresar a Raíz hace años, sentía que su humanidad nunca sería totalmente arrebatada gracias a Himawari. Ante cada misión, ante cada problema. Si se sentía preocupado o molesto. Solo tenía que reunirse con su hermana y charlar 10 minutos, incluso antes de irse a dormir. Luego de aquello, siempre recuperaba la sonrisa y la calma.


-Sakura-san se veía muy nerviosa…-añadió a los comentarios de sobremesa Hinata con inocencia- -Sasuke-san se ha negado de manera extraña ¿Será una forma de obtener más dinero o mejores condiciones en la dote?


Parecía una negativa obstinada y sin sentido, según la mirada neutral. Si Naruto no hubiera recibido la información de Sai, o las advertencias de Boruto, pensaría que Sasuke solo había negado el acuerdo para obtener mayor beneficio. Pero actualmente, no podía pensar de esa forma lamentablemente. Miraba a su hijo mayor, con sus 18 años recién cumplidos, y no tenía la menor duda que no se sorprendió por lo ocurrido. Incluso se podía evaluar por su tranquilidad, que esperaba exactamente eso. ¿Pero por qué? ¿Cuál era su siguiente paso? ¿Qué pensaba hacer ante la negativa de Sasuke? Y la pregunta más desconcertante de todas…. ¿por qué razón Sakura-chan se había quedado en silencio ante la decepción del acuerdo? ¿Acaso también lo esperaba?

Nada ocurrió finalmente. Cenaron y tomaron el té con un pastel que Hinata había preparado en la tarde. Charlaron animadamente, Boruto no volvió a tocar el tema del contrato, ni le pareció motivo de enojo no salirse con la suya. Algo más tenía planeado. Era indudable.


El reloj marcaba las 2 am.....


Boruto Uzumaki había fingido irse a dormir, cuando su familia se retiró a sus habitaciones. Pero aun en la oscuridad de su habitación, había esperado sentado en un rincón de su cuarto a que la noche avanzara a paso lento. Se vistió para la ocasión, tal vez para su última batalla.

Era extraño que no sintiera miedo. Aunque era consciente de la fuerza del rival, tampoco sentía miedo a enfrentarlo. Se había preparado lo mejor que había podido, usando absolutamente todas las herramientas disponibles. Ahora mismo, solo podía confiar en sus instintos. Lo que podía planear, ya había sido planeado.

Sobre la mesa de su escritorio de trabajo, un pequeño paquete con todo lo necesario. Allí dentro, algunas de las habilidades de Sakura Haruno, le iban a proveer de armas para darle mayores variantes de ataque. Aunque las mejores “armas” de aquella Kunoichi médico, no se encontraban precisamente en ese pequeño bolso que ahora Bolt ataba a la parte de atrás de su cintura.

Pantalón jean negro, camisa y chaqueta del mismo color. En su espalda el símbolo de los Uzumaki. Los guerreros legendarios del remolino. En su frente la bandana de Konoha. En su corazón una misión que podía ser la última. Como una sombra, tenía que salir de su propia casa en la búsqueda de la zona descampada de los campos de entrenamiento. Pero primero, entregar un mensaje en cierta casa. Toda oscuridad, silencio y oculto.

Abrió con cuidado la puerta de su cuarto, y cruzó el pasillo directo a la zona del comedor cuando…


-¿Adónde vas en medio de la noche, Bolt?

La oscuridad del lugar, solo estaba cortado por la tenue iluminación de una luz instalada en el traspatio. La puerta trasera abierta, otorgaba algo de luz a toda la zona. La voz del Hokage venia de algún lugar en el comedor. El joven sonrió apenas, sin dudas había cometido el error de mostrarse demasiado tranquilo en la cena. Su padre ya no estaba en la “oscuridad” de la ignorancia. Tenía bastante información acumulada y podía tener su propio plan. O tal vez, solo instinto. Nada para despreciar.

-creo que sabes adónde voy Oto-sama…-le sonrió caminando lento y deteniéndose en la zona de luz que quedaba en el centro- o cuando menos, lo sospechas.

-Sabes que no puedo permitirlo –le respondió Naruto, apareciendo a la zona de luz frente a su hijo- no puedo permitir que hagas una locura. Y como ya conoces de nuestra pelea hace tiempo, no voy a dejarte ir.

Boruto bajó la vista levemente, y suspiró con signos de resignación. Realmente no se esperaba tener esa oposición justo aquella noche. Tampoco tenía la opción de luchar contra su padre, y después tener las fuerzas suficientes para ir a por Sasuke. No podía luchar contra dos “monstruos”, cuando no sabía si siquiera podía igualarse un poco a solo uno de ellos. Y el agregado de dificultad, era que no podía atacar a su padre con intensión de matar, lo cual reducía la eficacia de cualquier ninja evidentemente.

Boruto sin embargo, había estado preparado para tener una conversación definitiva con su padre. Desde aquella noche, donde hizo el amor con Sakura en el hospital. Ya había decidido cómo encarar la situación si acaso Naruto se enteraba de alguna forma. ¿Funcionaria? Tal vez si, tal vez no. pero era el momento de tomar ese riesgo.

-No creo que debas interponerte Oto-san…-le dijo elevando la vista y mirando directo a Naruto- pienso que, en cierta forma estarás de acuerdo conmigo. Y mi decisión esta noche. Cada ninja debe seguir sin camino.

-si piensas que te voy a permitir esto –sonrió levemente Naruto que estaba muy concentrado en los movimientos leves de su hijo enfrente- me conoces poco realmente.

-de hecho creo conocerte muy bien…-respondió a la sonrisa con una propia, para aligerar tensión- he tenido que estudiarte detalladamente. Si quería mantenerte a salvo, debía aprender todo de tu pasado. Y de lo que eres capaz ahora mismo.

-¿Mantenerme a salvo? ¿A qué te refieres?

-Cuando era un niño, -explicó Boruto con calma- sentía una rabia y una frustración muy grande por tu culpa. Te odiaba, claramente. Porque todos en esta aldea parecían estar antes para ti, que tu propia familia.

-Eso no es cierto…

-Lo sé, ahora lo sé muy bien. Pero siendo un niño, deseaba con todas mis fuerzas ser un ninja digno de ser tu hijo. El hijo del más poderoso Hokage que ha tenido la aldea de la hoja. Ser digno heredero de tu leyenda. Y tú nunca hiciste un espacio en tu vida para entrenarme. Te veía faltar en los cumpleaños, en mi graduación de la academia, en mis exámenes Chunnin. Te veía lejos de mí, despreocupado de ayudarme a forjar mí camino ninja. Pensé que te avergonzabas de mí. Solo supe la verdad, mucho tiempo después.

-Lo siento, pero mi labor como Hokage no…

-no tienes que justificarte, lo entiendo. Cuando comencé a entrenarme bajo las órdenes de tío Kakashi, después de los exámenes Chunnin, aprendí muchísimas cosas sobre tu pasado. Ayudándome a entender mi propio futuro.

-(¿Kakashi-sensei? Usted…. –Pensó Naruto sorprendido- ¿Qué ha hecho con mi hijo?)

-“Un ninja debe ver, atraves de la decepción” –añadió Bolt, apoyando su argumento- cuando entendí este concepto, supe que no podía ser tu hijo. No somos iguales. Forjaste tu camino solo, entrenaste y viviste sin nadie a tu lado. El Sannin Jirayja te puso en el sendero de los ermitaños. El zorro de las nueve colas no solo determinó la soledad de tu niñez, sino también la base de tu poder máximo. ¿Cómo podía seguir tus pasos? ¿Cómo dejar de ser solamente, una mala versión del gran Naruto Uzumaki? En resumen….me decepcionaba no poder ser como tú, y no podía digerirlo. Hasta aquel día, donde mi Byakugan despertó en medio de los exámenes Chunnin. Claramente no sería como mi padre. Pero eso no significaba que no podría ser un ninja importante y poderoso. Aunque para ello, tuviera que recorrer un camino diferente.

-no fue mi intensión que te sintieras solo Bolt…-se acercó el padre y coloco una mano en el hombro de su hijo con suavidad- sé que debí estar más con tu hermana y contigo. Pero había demasiado por hacer desde la guerra. Creí que Podrias forjar tu propio sendero ninja, sin necesidad de que te llevara de la mano. O directamente la paz mundial, evitaría que mi familia tuviera que sufrir y luchar como yo lo hice. Como mis padres lo hicieron.

-Pero siempre tendremos que luchar. Porque somos ninja, y no hay paz para los ninjas….-le sonrió el joven apenas- y nunca seré mejor que Naruto Uzumaki. Pero aprendí que puedo ser diferente. Voy a ser diferente aunque eso signifique perder lo que más deseo. Tu respeto, tu cariño.

-Siempre serás mi hijo Bolt, pase lo que pase. No tienes que nada que probar esta noche.

-Eso lo veremos Oto-sama, cuando termine de contarte mi última historia antes de partir, podremos saber si quieres que siga siendo de tu familia. Además, nunca voy a ser más importante que tu amigo. ¿Cierto? –Le dijo el joven firme y se apartó levemente ganando algo de distancia- a la hora de la verdad, cuando uno de los dos tenga que morir. ¿Será tu hijo más importante que ese supuesto mejor amigo, “casi hermano”? ¿Lucharas a mi lado? ¿O me enfrentaras para lograr favorecerlo a él? ¿A quién vas a traicionar? Esa pregunta tienes que responder en tu interior.

-no existen dos lados Bolt…-susurró Naruto serio- y no vas a ir a ningún sitio esta noche. Suceda lo que suceda con el asunto de Sarada, no vas a enfrentarte a Sasuke. Me ocupare personalmente del…

-esta es mi decisión Oto-sama. Son mis problemas y también será mi camino. Después de todo, Sasuke y yo, tenemos los mismos objetivos. Queremos exactamente lo mismo. Absolutamente todo.

-¿De qué hablas?


Esto sería lo difícil. Era el momento donde Boruto iba a decir lo que podía ser muy doloroso para su padre, o en cambio, incomprensible e irrelevante. La revelación que tenía guardada para Naruto, no era otra cosa que un método para evitar que interviniera. Aunque también, podía lesionar gravemente el orgullo del Hokage, si aún guardaba algún tipo de sentimiento por su excompañera de equipo más allá del deseo físico. Entonces, dicha revelación se trasformaría en un obstáculo en lugar de un atajo.


-Hace meses…-dijo el joven serio y concentrado en los posibles gestos de su padre- me hice cargo de un problema que podía suceder. Tal como el asunto de Kiba Inuzuka. Como dije, he estudiado tu pasado, y eso me ha llevado a comprender lo importante que Sakura Uchiha había sido para ti.


A Naruto ese comentario no le estaba gustando nada. Pero incapaz de atender a un razonamiento sobre lo que vendría, solo se limitó a escuchar y esperar. Ya bastante desagradable había sido el asunto de Kiba, como para tener algún otro asunto comparable.

-Ella era una mujer frustrada. Durante años había bebido el veneno de su propia decisión errónea en el matrimonio. –inició Boruto caminando lentamente de lado a lado, sin movimientos bruscos para mostrar su falta de interés en un escape o ataque- años enteros sin un marido presente. Un sujeto que solo la embarazó y dejó a su suerte aquí en la aldea. Un hombre que no había cumplido ni siquiera la mínima expectativa sexual, de una mujer entregada completamente en cuerpo y alma a él.


Cada palabra era más fuerte que la otra. Porque enseñaban a Naruto un mapa de conocimiento bastante detallado sobre la personalidad y el destino de Sakura. Era casi, como si Boruto hubiera sido el ex–compañero de la pelirosa hace años en lugar de su padre. Sabía mucho sobre ella. Tal vez demasiado.

-el problema surgió, cuando Sakura sintió el final de sus límites. Cuando dejó de… “amar” –lo dijo con clara ironía- a su marido. Entonces, estabas tú ahí. El antiguo compañero que siempre la había esperado, que siempre la había cuidado y amado en silencio. ¿Cómo no querer revivir aquellos momentos de su juventud? La tentación era muy fuerte. Desde que tenía 10 años, veía alguna extraña conexión entre ustedes. Tal vez no romántico, pero claramente sexual.

-Nosotros no…..nosotros nunca…

-Lo sé…-sonrió apenas el joven- tu eres un hombre honesto. Incapaz de traicionar en circunstancias normales. Incluso en una tierra de tantos traidores. Pero la atracción física era inevitable. Y muchas veces se tiene que elegir entre dos malos caminos. No me atrevo a suponer que pasaba por tu mente, cuando estabas cerca de Sakura. Pero te aseguro que ella quería revivir aquella antigua devoción que alguna vez le guardaste. Sentía una frustración tal, que estaba dispuesta favorablemente a cometer un acto furtivo. Y creo que se entiende bien a lo que apunto.


Se hizo el silencio. Naruto se volvía a sentir como un niño ante su propio hijo. Como aquella noche donde intentó disculparse por acusarlo de la muerte de Kiba. Como aquella noche donde sintió el escozor de la traición recorrerle la piel de manera molesta. Sabiendo que aquel antiguo amigo, intentaba follarse a Hinata. Asqueroso.


-No podía permitirlo. No podía consentir que Ka-san fuera abandonada. Eres Hokage de toda la aldea. ¡Pero primero debe estar el deber con tu familia!-añadió elevando la voz apenas por encima de lo normal, para luego volver a continuar tranquilo- Entonces, una noche que Sakura y Sarada-chan vinieron a dormir aquí….-señaló con gesto cansado el muchacho, tomando tiempo entre frase y frase para hablar- intervine contra Sakura, hice algo para detenerla. Hice algo que evitaría más sufrimiento a Oka-san, de la cual te estabas alejando poco a poco. Me encargue de evitar que Sakura Uchiha, siguiera buscando en ti algo que no obtenía de su esposo.

-No es cierto….-balbuceó Naruto abriendo sus ojos con sorpresa y estremecimiento- eso no…

-Hice lo que tenía que hacer, para proteger esta familia. –Dijo el joven mirando con seriedad a su padre- y durante los últimos meses, he trasformado los deseos reprimidos de esa mujer en mi propiedad. Se ha convertido en mi amante. La alejé definitivamente de ti. Y además, pude evitar que tengas que pelearte con Sasuke por ella. Dirás que nunca te hubieras acostado con Sakura Uchiha –finalizó retrocediendo lentamente y desapareciendo en las sombras- Pero tal como Kiba Inuzuka era un peligro que me encargué de evitar. De igual manera lo hice con ella. ¿Entiendes porque razón no puedes intervenir en esta pelea Oto-sama? Porque eres el Hokage. Eres la luz de la paz. Eres quien no debe manchar sus manos con sangre de traidores. Y más personalmente, por la simple razón de que no peleaste por ella en su debido tiempo. Como yo si lo haré. Por eso, esta noche voy a quedarme con todo lo que tiene Sasuke Uchiha. Con Sarada-chan…..y también con Sakura….con todo….


Dicho esto, la voz de Boruto se fue apagando hasta desaparecer. Naruto no se podía mover. Su cuerpo estaba paralizado completamente. Su cerebro estaba atrofiado. Apenas si pudo dar un par de pasos laterales para dejarse caer en un sillón cercano. Su cuerpo y su mente, no podían más del dolor. La sorpresa, el estremecimiento, la vergüenza. Todos en una mescla de sentimientos que lo drogaban mejor que cualquier narcótico. Y ni siquiera había notado la partida de su hijo. Solo la desazón, el desconsuelo y la inexplicable adrenalina que lo desbordaba.

Ahora podía saber la real intensión de su hijo. No pretendía eliminar a Sasuke para salvar a su amiga de toda la vida. Pretendía arrebatarle todo. Pretendía poseer a Sakura, y también a Sarada. Pretendía matarlo, y reemplazarlo. Tomar su vida completa.

Así como en un juego de Shogui contra Shikamaru le había explicado alguna vez. La pieza más importante por tomar….

El “Rey”…

Era el futuro de los Uchiha…

Y Boruto pensaba tomarlo a cualquier costo…


***************************************



Mientras cenaban en la mesa. Habían tenido una inútil discusión, donde su esposa no paró de recriminarle la situación del contrato. Mientras tanto, su hija Sarada lloraba con la mirada baja de clara depresión. Fueron horas horribles. Era evidente que ambas mujeres estaban en contra de su decisión.

Sasuke las dejó luchar, inútilmente contra la situación. La joven corrió a su habitación y se encerró allí. Sakura la siguió e intento contenerla. Mientras el hombre tomaba un té en el comedor tranquilamente. Horas después, Sakura hizo lo que venía haciendo desde que se conocieron en la academia cuando niños, intentar acercarse a Sasuke. Comprenderlo, tolerar la situación, mediar entre una hija que no quería aceptar su destino y un padre con objetivos lejanos a la paternidad. Todo eso sin saber realmente, que lo movía a Sasuke a negar el acuerdo.

Antes que se fueran a dormir, los eventos del día fueron analizados por Sasuke paso a paso.

Dos días antes, estaba recorriendo algunas cavernas en el país de la roca. Recibió un halcón mensajero, con un enunciado enviado por Sakura donde le pedía su inmediato retorno a la aldea. Su esposa le explicó la situación del compromiso, y como cabeza del clan Uchiha, Sasuke debía regresar rápidamente para dar su firma y bendición al asunto. Tal vez no le hubiera importado demasiado en otras circunstancias, pero el mismo mensaje le comunicaba que el matrimonio seria concretado dentro de un mes a partir de la fecha. Usualmente, los compromisos tardan varios meses en concretarse. Incluso años a veces. Eso último le hizo sospechar, que algo no se desarrollaba como fue planeado.

Sasuke tuvo que volver a toda marcha. No contaba con el tiempo necesario para sabotear la situación sutilmente. Regresó y estaba prevenido de un evento particular. Sasuke razonó que tal vez su esposa había logrado romper de alguna forma el Genjutsu que le había impuesto. Si ahora sabía lo que conocía sobre sus planes. Habría avisado a las autoridades de la aldea para evitarlo. El Uchiha consideraba que el consejo de clanes no intervendría por conservar el sharingan. Pero en el caso de Naruto, seguramente la situación seria diferente. Seguramente Sakura se ocultaría detrás de su “amigo” y todo sería más complicado. Eso también explicaba el abrupto contrato establecido. Regresaría a su casa, y tanto su esposa como hija no estarían ahí. Ocultándose de él, ocultándose posiblemente en la casa de Naruto.

Pero toda conjetura inicial, pareció caer por tierra cuando Sasuke regresó…

Ambas mujeres seguían en la casa Uchiha. Su esposa no le había dicho nada a Naruto. No parecía saber los planes de Sasuke. No demostraba miedo, ni asco, ni siquiera resistencia. En el caso de Sarada, claramente le tenía miedo. Era Sarada quien había traído la propuesta de matrimonio. Era Sarada quien de alguna forma, había logrado romper el Genjutsu. Un inconveniente, pero nada que no se pudiera solucionar con el Magenkyo.

Durante la mañana, Sakura hizo lo que siempre hacia cuando Sasuke regresaba. Le preparó un desayuno, le cambió las vendas del brazo artificial, y le dio una inyección de vitaminas para compensar los meses pasados de mala alimentación y vida a la intemperie. Todo lo usual. Sakura nunca parecía enterarse de nada. Sasuke incluso se creyó a si mismo un paranoico, de pensar que la tonta de su esposa hubiera podido romper el Genjutsu del sharingan. Era un estorbo, y siempre lo seria. Solo era buena como para atender heridas y limpiar la casa. Claramente Sarada había heredado el talento necesario para haber roto la ilusión. Aunque claramente, era demasiado joven e inexperta para poder hacer algo más que evitara su destino.


Era la madrugada en la casa Uchiha…


Sasuke sentía un ligero dolor de cabeza. Se levantó de su cama, su cuerpo estaba algo entumecido. Sakura se había ido a dormir con Sarada, por expreso pedido de la niña. A Sasuke no le importaba puesto que su plan, solo sería útil cuando encontrara al marido adecuado para su hija. No podía equivocarse con este movimiento, o tendría que enfrentarse a Naruto en un combate. Y esa situación ganando o perdiendo, causaría demasiado daño.


-Ese maldito té….-susurró molesto llenando un vaso con agua en el fregadero de la cocina y bebiendo con avidez. ¿De qué mierda lo había hecho Sakura?


Se había aficionado a una gran variedad de bebidas en infusión. Muchas compuestas por flores exóticas. Por fortuna, Sasuke había entrenado cuando joven con Orochimaru. Eso le garantizaba inmunidad contra venenos de todo tipo. Por lo tanto, cualquier malestar físico, poco tenía que ver con algo ingerido. Aun así, estar en casa a diferencia de los hombres comunes, siempre le había proporcionado una gran “incomodidad”. Eso debía ser la causa de su inesperado “insomnio”. Se había despertado a mitad de la noche con una sed importante y algo mareado. El frio comedor solo enseñaba soledad. Y algo fuera de lo común.

-¿Qué es….eso? –se preguntó Sasuke mirando un sobre blanco en el suelo frente a la puerta, con su nombre escrito en el dorso.

Fue la entrada, y tomó la carta. Por un momento estuvo inclinado a pensar que era aquel contrato de matrimonio fallido. O tal vez un mensaje de Naruto enviado atraves de los ANBU. Pero no era, no podía ser porque dicho compromiso estaba en un pergamino enrollado. Y esta era una carta guardada por un sobre sellado con su nombre. Era un mensaje directo para él. Un poco confundido y tratando de desviar la atención a su malestar físico creciente, se dirigió hacia esa carta y la abrió para leer su contenido:


“Sasuke Uchiha…

Sin lugar a dudas, ya estará pensando en los pasos a seguir en tu plan familiar. Si tengo que serte sincero, hace relativamente poco tiempo que supe lo que tenías pensado para Sarada-chan y su vientre. Lo cual me ha llevado a comprenderla a ella. Tantos meses de negarse a hacer el amor conmigo, tenían base en una amenaza de su celoso padre. Todo planeado para esperar que ella tenga un marido, y una buena excusa para encubrir su embarazo. Y debo decirte, que visto desde un punto de vista neutral, hasta puedo comprenderlo. Aunque claramente no vaya a estar de acuerdo con ello.

El asunto es que a diferencia de mi padre el Hokage o el consejo de clanes, no suelo quedarme sentado mientras un renegado y traidor se sale con la suya. Tiendo a actuar para evitarlo, y soy muy bueno en mi labor, puedo decirlo claramente.

En resumen, pienso que tu plan de embazar a tu propia hija, nunca llegará a buen destino. ¿Por qué razón no funcionaría? ¿Quién va atreverse a impedirlo? Es simple de hecho, seré yo. Porque Sarada-chan que es mi novia, ya está esperando un hijo de mi propia sangre.”



La sangre comenzó a calentarse en Sasuke Uchiha poco a poco. Las últimas palabras habían sido una puñalada inexplicable a su ánimo. ¡¿COMO PUDO ES NIÑO IDIOTA EMBARAZAR A SARADA?! ¡LO HABIA FASTIDIADO TODO! ¡ABSOLUTAMENTE TODO! ¡ESA ERA LA MALDITA RAZON DE TODO ESTO! ¡ERA EL MOTIVO DE PLANEAR UNA BODA DENTRO DEL MES SIGUIENTE! ¡EL IDIOTA HIJO DE NARUTO HABIA EMBARAZADO A SARADA! Y aun así, había más mensaje por leer…


“¿Sorprendido? ¿Enojado? ¿Furioso? Me importa un carajo. Y como sé muy bien que no te vas a quedar de brazos cruzados viendo como tu plan se ha destruido por alguien como yo, sugiero que nos reunamos esta misma noche. En el campo de entrenamiento número 7. Para llevarlo al terreno conocido. Allí le demostraré que Sasuke Uchiha es solo un viejo acabado, y que su ambición de perpetuar el sharingan personalmente, ha muerto antes de siquiera nacer. Cuando dos ninjas tienen un desacuerdo, la única solución conlleva sangre derramada.


Lo esperaré hasta las 5 de la madrugada. Y si no se presentara a la pelea como suelen hacerlo los cobardes, denunciare en la mañana ante el Hokage su plan de embarazar a Sarada-chan secretamente. Estoy seguro que a mi padre no le gustara nada eso. Y tendrá muchos enemigos en lugar de solo uno.


Atentamente…..Uzumaki Boruto. Futuro marido de Sarada-chan.”




*****************************************************


La oscuridad de esa noche no era una dificultad…


Boruto caminó lento, por la zona más despejada del campo de entrenamiento número 7. Una zona de bosque, finalizando por el cruce de un rio y algo más de llano del lado opuesto. La luna llena, estaba ocultándose cada tanto, intermitente entre nubes negras que parecían estar tomando posiciones estratégicas para observar el futuro combate.

25 carpetas con informes de misión. Ficha médica, análisis personalizado de las habilidades del enemigo. Al menos media docena de tácticas debilitantes, para dar alternativas mayores de un éxito final. Elección cuidadosa de la fecha, basada en un informe del clima que aventuraba el escenario más adecuado para presentar esa batalla. Un terreno conocido por el enemigo, pero uno de los pocos que contaban con una fuente de agua natural cruzando la zona. Dando una ventaja elemental al joven Uzumaki.

Boruto sabía lo que su rival podía hacer, y también conocía la potencia oculta que Sasuke no enseñaba sino ante rivales de su talla. En teoría, claro está. Este combate, no se trataba de alcanzar un nivel imposible. Era otro tipo de pelea, debía buscar un estilo más utilizado por los expertos marionetistas de Sunagakure. Poner trampas y debilitar. Ese era el verdadero objetivo.


De pronto, algunas nubes destellaron, y segundo después un sonido de trueno surcó la zona. El ambiente se encontraba húmedo y pesado. Parecía que solo era cuestión de minutos para sentir caer una lluvia providencial. La zona estaba bastante alejada de la población civil. Pero cierta parte de los pensamientos de Bolt, ajustaban a una buena estrategia que la zona del combate no fuera demasiado lejos.

Lo había pensado todo, y aun así no parecía suficiente…

Es que los combates ninja, no podían diagramarse completamente a la perfección. Cuando combatió contra su padre, aprendió una dura y valiosa lección de las peleas difíciles. No se puede anticipar absolutamente todo. La imaginación, la improvisación, eran también herramientas nada despreciables para inclinar una batalla. Y Boruto sabía que no sería el más fuertes de esa pelea, pero si quien más podría sorprender a su enemigo.


El ambiente estaba cada vez más pesado. Era la humedad, una presión atmosférica ideal para el inicio de una precipitación. Boruto Uzumaki estaba parado de brazos cruzados en medio del campo. Dando la espalda al rio, que cruzaba lado a lado la zona. Su rival aparecería enfrente. No temía un ataque a traición, porque Sasuke Uchiha se sabía superior. Eso era un tipo de ventaja, que Bolt debía saber aprovechar antes del combate serio. La soberbia era un mal bastante generalizado entre ninjas poderosos.

Parado firme, respiraban lentamente. Había activado parcial su Doujutsu algunos minutos, solo para asegurarse que su enemigo estaba en camino. Luego, asegura que Uchiha había aceptado la “amable invitación” desactivo su Byakugan para no despreciar ni una gota de chakra. Tenía que mantener la calma. Apegarse al plan que había diseñado. Un pequeño error de cálculo, y todo estaría perdido.

Algunos destellos de rayos, y el sonido de múltiples truenos estallaron por la zona. Boruto cerró sus ojos por un segundo, y al abrirlo encontró a 50 metros, la figura de Sasuke Uchiha esperándolo. Era el momento de la verdad. Era el momento donde se convertiría en ninja, y matando o siendo asesinado, cumpliría su misión.

-Parece que eres incluso más idiota que tu padre….-dijo duramente Sasuke ocultando sus brazos por la capa negra que traía en sus hombros, Boruto podía notar que aún no activaba su sharingan, o el destello rojizo se haría ver entre sus cabellos oscuros- venir aquí. Y embarazar a mi hija sin ser nadie para ella.

-Soy más para ella de lo que nunca serás tú…-dijo Bolt, que no se movía pero había activado su chakra para reaccionar lo más rápidamente posible ante un ataque cualquiera- después de todo, Sasuke Uchiha no es más que un renegado al que nadie persigue por la intervención del Hokage.

-¿crees que tus amenazas me traer aquí? –Respondió ofuscado Sasuke, y Bolt podía notar que el mango de su katana empezaba a sobresalir entre sus ropas- no eres más que un estorbo que pronto apartaré del camino. Hazte un favor niño, y regresa a casa rogando por tu vida.

-je….me resulta divertido…-sonrió de lado el joven Uzumaki comenzando a caminar de costado, mientras Sasuke hacía lo propio del lado opuesto- crees que tengo miedo de tu presencia. Me llamas “estorbo”, cuando tu leyenda es más falsa que el supuesto honor Uchiha. No eres más que farsa, un mito sobre un guerrero que ha librado batallas memorables. Puras mentiras.


Sasuke estaba sorprendido. Siempre había visto al hijo de Naruto como un niño. Nunca pensó ni por un instante que terminaría enfrentándolo en medio de una noche, a punto de empaparse por un aguacero y teniendo que eliminarlo. ¿Cómo logró convencer a Sarada? ¿Cómo logro seducirla para que rompiera una orden directa de su padre? ¿Acaso Naruto era tan idiota que no sabía nada de todo eso? Sasuke sintió una puntada de dolor, justo en la sien derecha. Sentía una presión extraña en su cráneo y cada vez se incrementaba un poco más. Era la razón de no haber activado el sharingan mientras venia al campo. Intento pestañear levemente, dejando que esa molestia quede en segundo plano. Tenía algunos asuntos que tratar ahora mismo, luego tomaría algo para ese dolor de cabeza que entre otras cosas, lo obligó a levantarse en medio de la noche.


-¿Quién más sabe que estas aquí? –Preguntó Sasuke mirando en los alrededores mostrado aparente descuido- ¿Acaso tu padre lo sabe?

-¿Huelo temor?- sonrió con gesto despectivo Bolt- supongo que tendrás que hacer poco escándalo en esta pelea. No querrás que el Hokage venga a patearte el trasero. ¿Cierto? Pero sino combates con todos tu poderes, ¿Cómo me derrotaras? Decisiones, decisiones…


Peligroso, muy peligroso. Sasuke no tenía ninguna duda que este combate sería una victoria. Pero el asunto radicaba en la fuerza requerida. Si derrotaba a ese niño y le daba muerte, al día siguiente tendría a la totalidad del plantel ninja de Konoha buscando un culpable. Y si no combatía contra el ahora, Boruto mismo iría a ventilar todo a su padre. ¿Qué hacer?

El Uzumaki desapareció frente a sus ojos, Sasuke ni siquiera tenía bien pensado que hacer con él, cuando tuvo que eludir un par de puñetazos a su diestra y saltar hacia atrás para evitar una patada que intentó alcanzar su cintura. El niño era rápido, bastante más de lo esperado. Indudablemente había tenido un entrenamiento bastante apuntado al Tayjutsu. Clásico de su padre. Poderoso en la corta distancia. Pero había algo más. Sasuke no se sentía en la plena forma. Además de ese insistente dolor de cabeza, también estaba el asunto de su chakra. Por alguna razón le costaba dominarlo correctamente.

-No Podrias tocarme ni durmiendo….-dijo Sasuke serio, para ocultar su incomodidad- te falta un millón de años para estar a mi nivel.

-Eso supones Uchiha….-apuntó Bolt confiado, y en su mano derecha destacaron 4 shuriken- pero pronto comenzaras a cambiar de opinión… –reunió sus manos rápidamente en posición tigre y declaró- BYAKUGAN


Sasuke abrió los ojos con sorpresa. ¡El hijo de Naruto tenía el Byakugan! ¡¿COMO DEMONIOS LO HABIA CONSEGUIDO?! Boruto en tanto, lanzó una andanada de shuriken que dieron en cuerpo de Sasuke directamente. Una leve explosión, y el cuerpo en realidad era un tronco de madera. El Uchiha apareció detrás del rubio y desenvainando su espada Chokuto, le hizo un corte profundo en toda la espalda. Por instinto además, activó su sharingan, y apenas pudo apartarse de una sorda explosión producida por ese clon de fuego, con la imagen del Uzumaki.

-Un clon de fuego…-dijo Sasuke cuya gran velocidad le permitió apartarse a tiempo para salir casi ileso- debí saberlo. Usa las mismas técnicas que el Dobe.

Boruto apareció del suelo, cercano al rio con una distancia de 50 metros. Parecía bastante confiado para estar dándole combate a un rival superior. Sasuke reapareció de su rápido sunshin, saliendo de entre los arboles lejanos al rio. Había tomado una distancia más prudente. Esa técnica no era común de un Chunnin. Un clon elemental, requería más control y talento que lo usual.

-tu padre solo usaba los clones de sombras…-apuntó caminando lentamente hacia Boruto- me sorprende que puedas combinarlos con Katon.

-Una especialidad de Itachi Uchiha según supe…-le sonrió desafiante el joven- el mejor guerrero Uchiha desde los tiempos de Madara. Es una pena que esa enfermedad terminal le haya impedido limpiar el suelo con su pequeño hermano tonto.

Sasuke apretó los dientes. Esa provocación no se la esperaba. Jugar así con la memoria de su hermano mayor, era algo que le hacía cabrear. No importando el tiempo trascurrido. Siempre Itachi era un punto sensible. ¿Qué pretendía? ¿Morir rápido?

-no voy a luchar contigo…-sonrió de lado para responder a la provocación Sasuke, y sin dudar volvió a envainar su katana como si diera por terminado todo- sería como usar un cañón, para matar un mosquito. En cambio…-enfocó su sharingan de tres aspas- simplemente te arrancaré del cerebro la estúpida ideas de entrometerte en mis planes.

Intento ingresar a la mente de Bolt, mirándolo directamente a los ojos. Pero nada sucedió, el joven se mantenía mirándolo con cierta burla, y por alguna razón nada estaba ocurriendo. Sasuke intento aumentar la cantidad de chakra en su mirada, pero solo obtenía más dolor de cabeza. Era como si su cerebro pugnara por escapar del hueso de su cráneo. Era evidente que el Byakugan de Boruto lo mantenía a salvo de los Genjutsu oculares de medio nivel. Pero con Magenkyo nadie podría. El asunto era, activarlo y soportar la carga de dolor que se le estaba produciendo. Sasuke había notado que su cerebro parecía inflamarse más, cuanto mayor fuera la concentración del chakra en la zona.

-¿tu dolor de cabeza empeora? –Respondió ante la confusión de su rival Boruto- imagino que para un usuario de Doujutsu, debe ser una maldita tortura intentar concentrar chakra en sus ojos en esas circunstancias. Las migrañas pueden ser terribles para quien abusa de sus sentidos. O al menos eso me ha dicho mi doctora predilecta.


¿Migrañas? ¿Qué migraña? ¿Cómo podía saber Bolt lo que le estaba sucediendo? Sasuke no recordaba haber tenido un dolor tan intenso jamás. Según sabia, la migraña era un tipo de afección crónica. Un dolor de cabeza penetrante. Pero Sasuke jamás había tenido una. ¡Era imposible que ese niño supiera lo que tenía!


-¡No tienes tiempo para dormir!- le gritó Bolt realizando una secuencia de sellos- SUITON, JUTSU LANZAS DE AGUA.


Del rio brotaron seis chorros de líquido que tomaron forma de columnas y se lanzaron contra Sasuke. El Uchiha dio un paso hacia atrás y comenzó a evitarlas con movimientos laterales. El ataque no le había alcanzado, pero reconocía que ese hubiera sido un gran golpe de haberlo encajado. Dio una rodada por el suelo y antes de ponerse en pie lanzo un grupo de kunai hacia el rubio. Un instante después, lanzo un par de shuriken para que rebotaran en los kunai ya enviados previamente y así lograr el efecto de rodear al rival. Un ataque en todas direcciones.

-Esos trucos baratos no te servirán contra mí…-dijo duramente Boruto y comenzó a girar rápidamente sobre su propio eje- KAITEN.


La defensa de giro celestial desvió todas las armas sin producirle ningún daño. No importaba que estuvieran imbuidas de chakra para ganar penetración. Con la defensa del Kaiten nada podrían hacer. En cuanto dejó de girar, creo cuatro clones y los envió a perseguir al enemigo. Una batalla a muerte daba inicio.

-No puedes vencer niño….-dijo Sasuke defendiéndose fácilmente del ataque de esos clones y destruyéndolos empuñando un kunai- no eres más que insecto para mí. Una polilla, que ardera en mis llamas…-haciendo sellos- KATON, JUTSU BOLA DE FUEGO- soplando con fuerza.

Bolt no se movió de su posición, simplemente inicio su propia secuencia y respondió:

-SUITON, JUTSU CAÑON DE AGUA

Ambas técnicas colisionaron en el centro, pero aunque la del Uchiha portaba más cantidad de chakra siendo también más poderosa, la de Boruto había nacido y se reforzaba por el caudal del rio a sus espaldas. La mejor de las razones por haber escogido precisamente ese campo de entrenamiento para la batalla.

-Sé que eres maestro del fuego….-sonrió Boruto preparándose para atacar nuevamente- y por ese motivo, nada mejor que luchar manipulando el agua.

Y la batalla en la oscuridad comenzó finalmente. Bajo las nubes negras, a punto de estallar el cielo lluvioso. Lejos y al mismo tiempo cercanos a la hoja. Lejanos y cercanos en muchos aspectos a quebrantar la ley. El mundo podía llegar a ser muy grande. Pero antes que esa batalla siquiera estuviera cerca de terminar, ambos comprenderían que no había espacio en el planeta para ambos. Para bien o mal, por fuerza o astucia. Uno iba a caer, y el otro a prevalecer.



Fin del capítulo.
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Mensaje por Daniel C Dom Jul 03, 2016 3:51 am

Este fic esta bastante bueno. Las escenas +18 son... muy candentes. Espero que lo continues pronto.
PD: seria interesante que hicieras un fic Naruto x Sarada. >:v
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Mensaje por sennin_naruto Miér Jul 13, 2016 6:15 am

Genial el capitulo!! Vamos a ver que tiene Bolt debajo de la manga porque no creo que tenga ninguna oportunidad por mucho que Sasuke este drogado. Interesante ver que es el propio Bolt el que le dice a su padre todo lo que ha hecho con la pelirosa y veremos como este reacciona, ya que tendrá que decidir entre su hijo y su mejor amigo (por el cual ya hemos visto en toda la serie todo lo que ha sido capaz de hacer)
Esperare ansioso al siguiente capitulo
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Mensaje por arminius Miér Ago 17, 2016 2:02 pm

nuevo capitulo. si bien se podia esperar una muy larga y descriptiva pelea, luego de reflexionar bastante sobre el asunto me di cuenta que la historia no pasaba basicamente por la zona de la accion. narrar una pelea detallada y espectacular me iba a tomar demasiados capitulos mas. y realmente pienso que la historia ya se ha estirado demasiado.


sin embargo, para el proximo capitulo les prometo que voy a lanzar algunos recuerdos de las tacticas y algunos movimientos que Boruto utilizo para igualar las acciones y llevar al final de su plan. algun recuerdo de naruto terminará por cerrarles el asunto de lo que ocurrio, y pasaremos al final de la historia.

¿sera un final feliz? ¿sera un final perturbador? todo puede pasar.....en una tierra de traidores.





CAPITULO 16: UNA DERROTA A CUALQUIER PRECIO


Jadeaba levemente, mientras su cuerpo sufría las consecuencias de un drenaje prolongado de chakra. Lanzar media docena de técnicas ninjutsu elementales en un par de minutos, cobraba una cuota clara de cansancio. Pero este combate no se trataba de ganar rápidamente. No tenía que ver con una victoria común y corriente.

La lluvia comenzaba a fortalecer. Cada vez había mas humedad en el ambiente y eso lograba lo que técnicamente parecía imposible. Igualar el combate entre dos ninjas de distintos niveles. Las técnicas de fuego de alto poder que lanzaba Sasuke Uchiha, reducían en efectividad bajo la lluvia constante y en esa noche de humedad pesada. Mientras tanto, Boruto utilizaba el cauce del rio y se aprovechaba del agua circundante para aumentar el nivel de cada técnica.

Boruto respiraba pesado, pero no tenía pensado rendirse para nada. Si había dos aspectos de su forma de combate que había cuidado mucho, eran sin dudas la defensa y el control del chakra. Eran puntales clave de su estrategia. Al menos en lo referido a la lucha física. Sin embargo había otro aspecto que también pensaba explotar. El supuesto invencible guerrero Uchiha, tenía una debilidad más allá de sus técnicas.

-¿Y este es el grandioso guerrero Uchiha? –Exclamó Boruto sonriendo de lado, en cuanto dejaron de atacarse a la distancia- he visto más poder en las técnicas de Konohamaru-sensei. Ni siquiera podría encender una fogata con esos patéticos jutsu.


Sasuke no respondió. Pero la altanería de ese rubio idiota le fastidiaba mucho. Había intentado acercarse poco a poco. Atacar a corta distancia con su katana Chokuto parecía la opción más lógica. Pero los jutsu de Suiton que el Uzumaki había lanzado, le hicieron retroceder cada vez. Tanto era la extensión y rapidez de los ataques elementales, que Sasuke se había visto en la necesidad de contestar con técnicas de fuego. Tenía activado el sharingan, pero su cabeza parecía a punto de estallar por el dolor. Ni siquiera podía imaginar lo que sentiría si aumentaba la intensidad del Doujutsu para elevarlo al Magenkyo sharingan. Y eso, evitaba en cierta forma que pueda contar con las técnicas más devastadoras de su arsenal. ¿Usar técnicas de rayo en lugar del fuego? la lluvia y humedad reinante no hacía recomendable esa opción. Sin dudas el poder de sus técnicas de rayo se incrementaría demasiado, pero sería un daño tanto para Boruto, como para el mismo Sasuke. Sin poder controlar apropiadamente su chakra, la dificultad era demasiada.

-Seguramente se está preguntando lo que sucede con su chakra….-le dijo Bolt, cuya estrategia general era no dejar pensar demasiado a Sasuke- yo apuesto que fue el último té que ha bebido, justo antes de irse a dormir hace horas.

-¿De qué hablas?

-Una grandiosa formula. Un inhibidor de chakra químico. –Dijo cruzándose de brazos como si el combate hubiera tomado un receso consensuado- en los Shinobi con caudal de chakra normales, bloquea durante unas 5 a 6 horas el uso y la capacidad de moldearlo. En cambio, monstruos como usted, o mi padre tal vez….digamos que les reduce a la mitad el poder que pueden usar.

-Es imposible….-susurró Sasuke entendiendo porque razón no podía manipular sus técnicas con naturalidad –es imposible, no he bebido nada mientras estuve en casa de Naruto.

No, realmente no había bebido nada. Era cierto que Hinata sirvió el té y su aroma era delicioso. Pero Sasuke en una rápida revisión mental, supo que oficialmente no había ingerido nada. ¿Entonces como lo había hecho ese niño? ¿Qué clase de químico, podía debilitarlo tanto a él, que era de por si totalmente inmune a los venenos? “el ultimo té” ¿se refería a la bebida que ingirió en su propia casa? ¿Su esposa le había dado de beber esa basura?


-Correcto….-respondió ante la muda pregunta Bolt- evidentemente ha subestimado la inteligencia de Sakura-chan. Un error muy grave.

-Maldito estorbo…-susurró Sasuke sintiendo su cuerpo entumecido- ya me las pagaras cuando regrese a casa.


Movido por la costumbre, intentó elevar el nivel de chakra en sus ojos. El sharingan adquirió la constitución poderosa del Magenkyo. Pero al cabo de unos segundos, un dolor agudo le estalló en su cabeza. Era tan intenso que tuvo que tomarse la frente con ambas manos y acto seguido desactivar el Magenkyo sharingan para retornarlo a Doujutsu más básico. Era demasiado dolor, muy superior a la sensación que le atacaba cuando usaba sus propios cuando joven, antes de obtener los de su hermano Itachi. En ese entonces lloraba sangre, ante el uso de las técnicas más poderosas. Ahora no sangraba, pero el dolor era insoportable. Paralizante. Eso obligó a Sasuke a prescindir del Magenkyo. No podría terminar rápido la batalla con sus mejores técnicas de Doujutsu.

Boruto sabía lo que ocurría con su enemigo. El había preparado esa batalla cuidadosamente. Conocía a su rival y tenía a su favor el ingenio químico de la Kunoichi medico Sakura Uchiha, como aliado sorpresivo. Por lo tanto, modernas píldoras de soldado, el inhibidor químico para restarle poder a Sasuke, y una inyección de Tiramina concentrada, que reemplazó a las vitaminas que la pelirosa solía aplicar a su marido anteriormente. Ese compuesto de tiamina, causaba las terribles migrañas, anulando el sharingan.

-Supongo que lo has descubierto…-añadió Boruto mientras se preparaba para atacar nuevamente- el uso de mucho chakra en tus ojos, provocara la migraña que tanto ha comenzado a torturarte. Todo por la gracia de una mujer despechada. Nunca debió subestimarla. Ese error, le va a costar la vida.

Luego de aquello, Boruto extendió sus brazos en alto, y apuntando con sus dos dedos más alargados comenzó a realizar la apertura de sellos en todo su cuerpo. Tal como contra su padre. Liberando el poder de “alma furiosa” incrementando brutalmente la cantidad y velocidad del chakra recorriendo sus canales. Aumentando su nivel superlativamente. Arriesgándolo todo. Era el momento de forzar a su enemigo a una decisión mortal. Bajo la lluvia, con la amenaza de que su padre el Hokage pudiera intervenir en cualquier momento, el combate tendría que llegar a su irremediable final.

El resultado debía una derrota, a cualquier precio.


*******************************************


Naruto estaba totalmente desbordado….


Tenía demasiados sentimientos que se confundían unos con otros sin parar. Había perdido la pista de su hijo, y tuvo que salir por las calles una hora después, para buscarlo entre las penumbras de una aldea durmiente. Los nervios le traicionaron, porque no actuó como debería hacerlo un Hokage. No convocó al ANBU, tampoco fue a la torre Hokage para girar órdenes de búsqueda y captura. Se dedicó personalmente a rastrear el camino de Boruto, sin aparente resultados.

El modo Sennin era la mejor elección….

Era la forma ideal para rastrear a Boruto. Tenía que detenerlo antes que confrontara a Sasuke. Tenía que convencerlo, de hallar una forma menos radical de evitar lo que parecía ser un plan del Uchiha para perpetuar su clan en la aldea. Pero al poco de andar por la aldea en medio de la noche, Naruto pudo comprobar con sorpresa que no encontraba ningún rastro de su hijo.

-Es imposible….-se dijo mientras comenzó a correr entre las calles en dirección a la casa Uchiha- no puedo encontrarlos. ¡No están en la aldea!

Su radar sensorial se fue ampliando a kilómetros. Pronto Naruto pudo comprobar que no podía sentir ni el chakra de Boruto, ni tampoco el gran caudal de energía que siempre portaba Sasuke. ¡Pero eso era imposible! ¡¿Cómo pudieron desaparecer?! Las últimas horas parecían una gran locura. Como un mundo paralelo donde los eventos más inverosímiles se sucedían uno tras otro. Pensar que un muchacho de 18 años pudiera acostarse con una mujer como Sakura. Que incluso tratara de provocar un enfrentamiento mortal con Sasuke. Era cuando menos difícil de anticipar. Parecía algo increíble. Naruto no sabía que sentía con respecto a esa confesión. ¿Le molestaba? ¿Le daba asco, envidia o sorpresa? Definitivamente no le era indiferente. Pero era un asunto a tratar en un futuro.

-Kakashi….-susurró Naruto de repente- Boruto dijo que Kakashi lo ha entrenado.


La reacción fue instantánea. Si acaso no podía encontrarlos por el uso de chakra, tendría que ubicarlos por intermedio del único sujeto que podría conocer los planes de Bolt. Su maestro. El antiguo sexto Hokage, Hatake Kakashi.



*************************************************



Sentado en el traspatio de su casa, Hatake Kakashi contemplaba la lluvia en una noche tan cerrada y posiblemente trágica como pocas. En las últimas 72 horas, se había preparado para una situación que nunca quiso confrontar. Un grupo de eventos desafortunados. El primero de ellos, sucedió en sus tiempos como Hokage. Cuando le tocaba a responsabilidad política de continuar la paz lograda después de la guerra. Luego, un grupo de líderes tomando el camino del instinto en lugar de la razón. Resistiéndose a la paz mundial. Kakashi entendió poco a poco, que el cambio de Era sería difícil de aceptar por los antiguos ninjas. No estaba en su naturaleza, no habían sido entrenados para eso sencillamente.


Mientras bebía su té, y observaba la lluvia caer al jardín interior, pensaba que crear la nueva Raíz fue una decisión arriesgada. Conocía perfectamente la mala reputación creada por las fuerzas de Danzou. Como también era consiente que si Naruto asumía el control como nuevo Hokage, simplemente no iba a permitir otra fuerza de mando en Konoha.

Aun así, tuvo que tomar la decisión de cuidar la espalda de su antiguo estudiante. Por qué las nuevas reglas políticas implicaban una aldea doble. La parte legitima comandada por los actuales Kage, y las fuerzas furtivas, al mando de los anteriores líderes.


Años después, cuando Raíz se ocupaba de los asuntos que la oficina del Hokage no podía manejar, Kakashi se encontró dejando en manos de Sai la parte operativa de su organización. Básicamente, Raíz era una especie de sombra para el Hokage y sus Jounnin. Cubriendo las espaldas sobre cualquier situación entre fronteras que pudiera acarrear algún inconveniente político. Mientras tanto, Kakashi utilizaba el conocimiento de Gai y otros excompañeros de la profesión como Kurenai o Anko, para interiorizarse más sobre las nuevas generaciones de jóvenes ninja. Los que tenían potencial para ser reclutados. Viendo los exámenes Chunnin hace años, encontró a uno entre tantos que le darían cuerpo y forma a la división especial:

“Descubrió” a Boruto Uzumaki. En ese entonces con 15 años, hijo mayor del séptimo Hokage.

En una batalla compleja, habiendo entrenado en los métodos inadecuados. Estando agotado de anteriores peleas y cargando con la responsabilidad de ser digno sucesor de su padre. Obtuvo una derrota dolorosa, ante un estadio que ya empezaba a condenar su vida al fracaso, aun antes de siquiera dejarlo madurar.


Kakashi se recordó a sí mismo. Más joven y apostando por el estudiante talentoso de dudosa moral. En lugar del idiota voluntarioso. Pero con el corazón más fuerte que una montaña. En ese recuerdo, Kakashi se dijo que Naruto Uzumaki nunca tendría oportunidad en las finales de examen Chunnin, pero aun así ganó su combate. Y año tras año, su crecimiento fue exponencial. Era su voluntad quien le guiaba. Era su corazón quien lo hacía fuerte. Fue Naruto Uzumaki, elevándose por sobre todos los talentos y las aptitudes de sus contemporáneos, quien determinó el curso de una guerra, con su posterior victoria a favor de Konoha.


Kakashi siempre se había sentido en deuda con Naruto por ello. Y ese fue el motivo de crear Raíz. Para darle el respaldo que no supo dar como sensei hace tiempo. Y apostar por Boruto, aunque todos pensaran que era una pérdida de tiempo, era intentar cambiar esa negra historia.


Boruto Uzumaki como era de esperarse, no tenía las virtudes físicas y espirituales para continuar el sendero de su padre. Pero Kakashi descubrió no sin cierta sorpresa, que aquel joven disponía de otro caudal de virtudes nada despreciables. Y ayudando a pulir esos detalles, apostando a su Byakugan oculto como método de ataque sorpresivo, cultivándolo con las técnicas de estrategia y batalla adecuadas, convirtieron al joven hijo del Hokage en un ninja muy peligroso.


Poder supremo, lo tenían sujetos como Naruto o Sasuke. Pero Bolt Uzumaki, aún muy joven y con bastante por aprender, tenía una capacidad de estrategia sensacional. Básicamente, era sorpresivo, creativo y con caudal de trabajo elevado. Estudiaba todo lo que su padre nunca entendió. Practicaba hasta el detalle y planeaba cada pequeño paso hacia objetivos mayores con la paciencia de un buen arquitecto. Intelectualmente, tal vez no fuera un prodigio fuera de serie como Shikamaru Nara. Pero Boruto nunca entraba en un combate, sin previamente haber preparado su irremediable victoria.


El muchacho sentía mucha hostilidad a la falta de atención de su padre. Pero su corazón no era oscuro como el de los Uchiha. Tenía una parte de su ser amable y tierna. Era muy humano en compañía de su hermana, y un ninja tremendamente práctico en sus misiones. En resumen, sabia dividir perfectamente las dos partes de su vida.


En solo 3 años, Boruto Uzumaki había completado 14 misiones de alto riesgo, paralelas a su trabajo como Chunnin al servicio del Hokage. Sai lo elevó como capitán de Raíz, porque notaba el terrible ascendiente que el joven Uzumaki tenía sobre otros elementos de la división. Con los cuales trabajaba en situaciones específicas.


Los recuerdos de Kakashi fueron interrumpidos. El sonido de la pesada lluvia sobre el techo de su casa, sufrió una estridente interrupción. Alguien evidentemente había aterrizado sobre las tejas más altas del lugar. Y su chakra, enorme como una gran fuente termal, era imposible de ocultar en evidente estado de descontrol. Aun con el peligro saltando a su patio, parándose frente a él y caminando con paso amenazante. El dueño de casa no abandonó la cómoda postura ni el vaso de té en su mano.


-Kakashi…..-susurró Naruto con una voz firme y amenazante por el disgusto- ¿Es bastante tarde para estar despierto, verdad?


-¿Ya no más “Kakashi-sensei”?-apuntó para aligerar la tensión- En fin, solo digamos que estos últimos días fueron de mucha presión. Aunque no suelo dormir mucho igualmente.


-¿Algún motivo en particular? –dijo Naruto colocándose bajo el techo cercano a la casa y parado justo frente al peliplata-¿culpa, tal vez?


-Lo de siempre Hokage-sama…-añadió sonriendo y haciendo un gesto para invitarlo a sentarse frente a frente- se tiene que ver atraves de la decepción. Por favor…siéntese un momento y permita que podamos hablar como buenos amigos.


-No tengo tiempo para tonterías, busco a mi hijo…-indicó el rubio firme- escapó de casa hace horas. Tengo que encontrarlo antes que cometa una locura.


-En mi experiencia, Boruto no suele escapar. Tampoco cometer “locuras”. Solo parece moverse, exactamente adonde quiere ir. Fue entrenado bajo ese concepto.


-¿y adonde quiso ir esta noche Kakashi?-interrogó Naruto fastidioso- porque tal parece que conoces mucho más a mi hijo de lo que aparentas.



Hubo silencio. Kakashi no pudo evitar sonreír levemente cuando se le hizo muy claro, que Bolt estaba llevando a cabo su plan justo esa noche. Era de esperarse si se piensa bien, ya que Sasuke estaría por poco tiempo en la aldea. Si quería atacarlo, debía hacerlo en el rango de días desde su retorno, hasta que el asunto del compromiso matrimonial se saboteara. Aunque existían algunas preguntas por realizar sobre el asunto. Por ejemplo, ¿Cómo había conseguido Bolt que Sasuke saliera en la madrugada de su casa? ¿Por qué razón Naruto no podía rastrearlo con el arte ermitaño? Era evidente para Kakashi, conociendo los métodos que su estudiante más joven solía utilizar, que todo era parte de una estrategia bien pensada. Boruto solía ser muy sorpresivo en su tácticas, pero a diferencia de su padre, estaban previamente planificadas por lo general. Naruto en cambio, tenía capacidad de improvisación sobre la marcha. Boruto en ese aspecto, era más parecido a su abuelo el Yondaime.


-Bolt me ha dicho hace una hora tu famosa frase….-señaló Naruto sin dejar de concentrarse en el modo ermitaño para tratar de rastrear cualquier atisbo del chakra de Sasuke o su hijo- y además a confesado que eres su sensei. La pregunta importante ahora es.... ¿qué has hecho con mi hijo además de entrenarlo? ¿Acaso le has lavado el cerebro?

-¿te refieres a darle ordenes? –Sonrió nuevamente el peliplata como en una reunión diplomática- no creo que sea mi deber. Después de todo, estoy retirado de la actividad.

-Shikamaru ha tomado muy enserio su teoría de una nueva Raíz dentro de Konoha –Apuntó Naruto serio y de brazos cruzados- hasta hace poco me negaba a creer que tal organización existía bajo mis narices. Pero los ataques Hyuuga, más las negociaciones ocultas de otros clanes, me hacen pensar que nadie en esta aldea respeta que ahora soy el Hokage.

-Eso no es cierto. Los clanes ninja siempre han negociado entre ellos en la clandestinidad –Añadió Kakashi- lo han hecho desde los tiempos de la fundación. Incluso uno de los propósitos iniciales de los cazadores especiales ANBU según el Nidaime Hokage, era regular esos asuntos. Pero salvo contadas excepciones, aun los miembros más fieles de ANBU nunca actuaban contra su propia familia. El clan era primero, Konoha siempre después.

-¿Conocías la relación de Sakura con mi hijo? ¿Realmente son amantes?

-Solo estaba seguro de lo que pasaría, si tu hubieras tomado por mujer a la esposa de un sujeto como Sasuke. Hubiera sido un desastre. Un extraño caso de fuerza imparable, contra objeto inamovible. Y Konoha seria perjudicada con toda seguridad.

-¡BASTA DE ESTUPIDECES! –bramó el rubio dando un puñetazo contra la pequeña mesa que los separaba- ¡MI HIJO ESTA EN PELIGRO! ¡SE ENFRENTA A UN NINJA QUE NO PUEDE VENCER! ¡DIME EN DONDE ESTAN, O PROMETO QUE OLVIDARE QUE HAS SIDO MI SENSEI Y TE ENVIARÉ A LA CARCEL!

-Subestimas a Boruto, -indicó Kakashi tranquilo- si piensas que dejaría algún cabo suelto. Yo no estaba de acuerdo con esta pelea, y él lo sabía perfectamente. Nunca me iba a permitir saber sus planes. Aun así, probablemente no se encuentren lejos de Konoha. Aunque apostaría que no podrás encontrarlos con el arte Sennin.

-Soy el mejor rastreador que existe con el chakra natural. No entiendo como no…

-Boruto aprendió de tu habilidad en el asunto de Kiba. Y si bien no conozco sus planes de primera mano. Si fuera mi pelea, crearía una zona de batalla rodeada por sellos de ocultamiento. Como los que se usaron la noche que naciste. Con bloqueadores efectivos contra la capacidad sensorial. Luego de atraer a mi enemigo a esa zona, lograría evitar que el Hokage interviniera.


Naruto estaba furioso. La pasividad de Kakashi le irritaba profundamente. ¿Es que acaso no veía que Boruto iba a morir? No cabía ninguna chance de ganar contra Sasuke. Era demasiado joven, le faltaban años para desarrollarse y por fin tener una oportunidad. Uchiha Sasuke era un guerrero consagrado. Tenía más poder, más velocidad y muchísima más experiencia. Una trampa simple no sería suficiente. No contra el sharingan eterno.


-Si tú hubieras peleado contra Sasuke….-añadió el peliplata bebiendo su té- ambos hubieran sido destruidos. Y Konoha sería la más perjudicada. Boruto simplemente hace lo que prometió hacer, proteger a la aldea de la hoja. Protegerte a ti.

-¿Eso crees? ¿Acaso justificas lo que está sucediendo?

-Estoy preparado para admitir que Sasuke es un problema para la aldea –Asintió Kakashi- Lo fue para mí como maestro. Lo fue para ti como compañero. Nos traicionó y le perdonamos. Pero en el fondo conocemos la verdad. Boruto no tiene un lazo afectivo con Sasuke, por ese motivo siempre pudo verlo como realmente es.

-¿A qué te refieres? ¿Cuál verdad?

-Sasuke Uchiha jamás luchará por Konoha. Desde siempre, ha luchado solo por sus intereses. Y lo que pensaba hacerle a su hija, es prueba de ello.


A Naruto no le gustaba escuchar eso. Sasuke siempre había sido alguien especial para él. Casi como el hermano que nunca tuvo. Desde niños, era el único con quien Naruto sentía algún tipo de afinidad. A pesar de pelear como perros y gatos, Sasuke entendía perfectamente la soledad que Naruto sentía por dentro. Porque era algo que compartían. ¿Cómo pudo la vida separarlos tanto? Naruto sentía que había hecho todo para que su hermano volviera a Konoha. Pero el Uchiha nunca regresó realmente. La aldea solo era un lugar de paso. Y tanto Sakura como Sarada, simplemente conocidas por filiación.


-Tú y yo….nunca pudimos hacer lo que debíamos hacer –Señalo deprimido Kakashi- La responsabilidad con la aldea, más allá de lo que Sasuke significa personalmente para nosotros.


Naruto rememoraba muchas reuniones con los Kage de otros países. Donde Sasuke Uchiha siempre fue asunto de desconfianza y discusión. Aunque siempre el Hokage había garantizado que el Uchiha ya no era un renegado, los rencores de los demás líderes nunca permitieron cerrar el tema definitivamente. Realizar una paz mundial, con sujetos con el poder y los antecedentes de Sasuke Uchiha sueltos por el mundo, era poco menos que imposible.

-Sasuke nunca le haría daño a Sarada-chan –dijo Naruto tratando de auto convencerse de ello- incluso si la tradición Uchiha fuera esa, hallaría la forma de evitarlo. Siempre ha sufrido por la pérdida de su familia. No haría nada por destruir otra.

-Puedes creer esa mentira todo el tiempo que quieras Naruto. Pero sin duda entiendes que Sakura nunca permitiría que hicieran daño a su hija. Tal vez Sasuke no sea un padre presente, pero Sakura jamás ha descuidado sus responsabilidades como madre. Ha dado la vida velando a esa niña. La ha cuidado, la ha criado prácticamente sola. ¿Realmente crees que permitiría una manipulación y violación a ese nivel? Sasuke solo la detendría asesinándola. ¿Y entonces qué harías tú? ¿Soportarías ver toda esa situación?



Kakashi no quiso ser tan brusco. Pero parecía pertinente hacerle entender a Naruto la situación a futuro. Puede que tanto Naruto como Sasuke tuvieran la firme intención de no enfrentarse nunca más en combate. Ya que ambos eran conscientes que morirían de hacerlo nuevamente. Pero tarde o temprano, por ideales, formas o caminos alternativos, terminarían luchando a muerte. Era una pelea inevitable. Eran amigos de toda la vida si, pero también rivales eternos.


Naruto no sabía que más decir. Se sentía confundido y sin argumentos. Las palabras de Kakashi le llegaban profundas. Su sentido de la moralidad seguramente no permitiría que Sarada Uchiha sufriera el destino que su padre parecía prepararle. Naruto se veía a sí mismo en comparación, con su hija Himawari haciendo esas cosas, y le daba profundo asco. ¿Cómo podía Sasuke pensar siquiera en violar a su propia hija? No importaba si era costumbre, tradición o lo que fuera. Era algo que no debía suceder.


-Entiendo cómo te sientes Naruto…-admitió Kakashi- yo mismo le advertí a Bolt como su maestro, que no tenía oportunidad de ganar. Pero el, sonriendo de una forma que me hizo acordar mucho a ti, dijo… “no estoy planeando ganar esa batalla, solo lograr que Uchiha pierda la guerra”

Naruto no pudo evitar estremecerse por esas palabras. Y apenas estaba a punto de responder cuando:

-Lo estoy captando….-indicó abriendo grandes los ojos con seriedad pétrea- ¡Lo puedo rastrear! ¡Ambos están en un campo de entrenamiento! ¡Tengo que ir ahora mismo!

Kakashi estaba a punto de ofrecerse para acompañarlo, cuando el Hokage desapareció en un destello dorado. El fantástico jutsu “dios del trueno volador”, tenía un nuevo intérprete desde que fuera creado por Yondaime hace décadas.

-Vaya….-añadió para sí mismo Kakashi con sobriedad- ¿Habrá fallado algo en los planes del muchacho? Es inesperado que los sellos fallaran. En fin….-suspiró cansino mientras se retiraba al interior de su domicilio para intentar dormir- mañana el hospital o el cementerio, estarán muy concurridos.



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Un mes después…


Abrió sus ojos y era de día. La luz del ventanal detrás de su cabecera no le molestaba. Sin embargo, era muy útil aquella natural iluminación para apreciar todo el cuarto perfectamente. Techo blanco, sábanas blancas y una bata de hospital horrenda. Otra vez la misma historia.


-Deja vu….-pensó Boruto algo deprimido- esto comienza a ser repetitivo y aburrido.


Su cuerpo era un manojo de dolores. Bajo las sabanas no podía apreciarlo, pero seguramente tenia cicatrices que le recordarían por el resto de su existencia lo vivido. Aunque, considerando que había errado bastante en su cálculo final, era extraño haber sobrevivido a tamaña estupidez realizada.

-“estoy vivo”…-pensó Boruto entre sorprendido e incrédulo- ¿Por qué estoy vivo?


Su última memoria llegó grotesca e incompleta. El movimiento final en la batalla a muerte contra Sasuke Uchiha. Bajo la noche lluviosa, en la penumbra entre cráteres de una pelea al máximo nivel. Boruto solo podía recordar la asquerosa sensación en su boca del cobre. Cuando su propia sangre empezó a manar entre los dientes, y el brazo derecho de Sasuke Uchiha le atravesaba el pecho envuelto en el Raiton de un Chidori perfecto. Luego una luz, un reflejo dorado apareciendo a pocos metros. Y mientras sus ojos oscurecían e ingresaba a la inconsciencia que antecede la muerte, pudo ver a su padre el Hokage aparecer en el final de una batalla.

Luego de eso…..obscuridad.


El plan siempre fue morir. Luego de analizar durante semanas a su enemigo, el joven Uzumaki había llegado a la conclusión que no había forma de derrotar a Sasuke Uchiha en un combate leal. Los niveles de fuerza, habilidad y chakra que exhibían tanto el Uchiha como su padre el Hokage, estaban fuera del alcance más próximo de un todavía joven Boruto. Pero era una misión que debía completar. Era un trabajo que debía realizar antes que Sasuke forzara a Sarada-chan con su sharingan.


Entonces, mientras reposaba en su anterior visita de hospital por cortesía de su tía Hanabi, Boruto se encontró pasando el tiempo con un tablero de Shogui en soledad. Siempre supo escuchar por un compañero de Raíz, que ese juego era ideal para desarrollar la inteligencia. Que los grandes generales de la historia eran asiduos jugadores. Que ayudaba a incrementar la capacidad estratégica y toma de decisiones. Que controlar un equipo de piezas con distintos rangos o habilidades, era buen símil del líder de equipo ninja.

Boruto había recibido algunas visitas de sus compañeros de generación. Precisamente se dedicó a jugar con Shikadai. Y de ahí obtuvo la idea que le permitiría cantar victoria sobre Sasuke Uchiha. Fue un comentario típico de sabelotodo, muy propio de Shikadai. Le había dicho, que existían otras formas de jugar Shogui además del tradicional. Y entre ellas, el más interesante, era el llamado “Shogui de la muerte”.

-“Usualmente tienes que usar tus piezas para tomar las del rival. –le dijo Shikadai mientras jugaban en una tarde de visita en el hospital- pero con el Shogui de la muerte, el objetivo es obligar al rival a tomar tus piezas. En pocas palabras, quien pierda la partida, automáticamente gana el juego".

-¿Jugar a perder? –Había consultado Bolt incrédulo- ¿Qué chiste tiene?

-Entenderás que la naturaleza del jugador es buscar la victoria. –Respondió el joven Nara- técnicamente, “jugar a perder” es a veces más difícil que darlo todo por ganar. Tienes que sacrificarlo todo. Y no hay muchos que estén preparados mentalmente para eso.”


Boruto había pensado mucho en esas palabras durante su estadía en el hospital. Un par de días antes de invitar a Sakura con esa jugosa propuesta sexual. Y analizando todo lo ocurrido, teniendo en cuenta el latente peligro que Sasuke Uchiha significaba para Sarada y Sakura, era menester eliminarlo a cualquier costo. Así, solo debía hallar la forma de cruzar al Uchiha, en el camino del único ninja capaz de derrotarlo. El séptimo Hokage, Uzumaki Naruto. Entonces, solo debía darle un motivo a su padre. Una razón por la que olvidara su amistad antigua con ese peligroso sujeto. Darle al Hokage un incentivo que no fuera capaz de rechazar. Y esa excusa, podía ser claramente la muerte de su hijo.

-Debí morir….-añadió para sí mismo Bolt mirando al techo blanco con concentración- Uchiha me atravesó el pecho con ese Chidori. ¿Cómo pudo fallar? ¿Acaso mi padre lo ha evitado de alguna forma?

Boruto comenzaba a dudar de la efectividad de su plan, cuando una puerta de la habitación se abrió, y dejaba su paso a un par de enfermeras acompañando a Himawari Uzumaki. Su hermana.

-¡¡Onii-chan!! –Sonrió alegre la joven y sin tapujos se lanzó sobre su hermano para abrazarlo calurosamente- ¡¡Sabia que despertarías muy pronto!!

-Claro que lo sabias….-dijo la voz de Sarada que ingresaba tras las enfermeras- Oka-san nos ha dicho que en cualquier momento abriría los ojos. Ya puedes dejar de acampar en el cuarto.

Himawari se apartó de la cama ante los gemidos atormentados de su hermano. El cariñoso abrazo maltrataba el cuerpo debilitado del paciente. Bolt no pudo evitar mirar a Sarada, y notar con cierta preocupación que no presentaba ninguna queja. Debía estar furiosa si se había enterado lo de su madre y el. O dolida si acaso sabía que su padre era historia. ¿Qué ocurría? ¿Acaso Sasuke Uchiha había sobrevivido?


Las conversaciones siguientes, lejos estuvieron de aclararle algún punto de los que preocupaban. Pero ver a su hermana menor sonriente y segura, ver a su amiga de toda la vida despreocupada de lo que pudiera pasarle en un futuro, le dio cierta tranquilidad al joven Uzumaki, que se permitiría descansar las siguientes horas. Ya vendría el tiempo de las recriminaciones cuando el Hokage o Kakashi-sensei vinieran a reclamarle. Boruto sabía que habría cuentas por pagar y ahora no tenía plan alguno para escaparle a las consecuencias.

Debió morir….


Debió caer y ser enterrado como un héroe o traidor. Su nombre estaría en una piedra o en la historia negra de Konoha. Boruto estaba preparado para ello. Estaba listo para la muerte aunque su edad no fuera la indicada. En su corazón, había aceptado el camino del ninja. Lo había abrazado con sus defectos y beneficios. Estaba satisfecho de la tarea realizada. Aun siendo acusado y encerrado. Despojado de su bandana ninja. Expulsado de la profesión o lo que mierda le sucediera…

Había sido, aún era, y seria siempre un ninja de Konoha.



************************************************


Shikamaru Nara nunca dejaba atrás un enigma.


Su mente no se lo permitía. Eran las preguntas sin respuestas, quienes activaban su cerebro y lo hacían trabajar como nunca y con gran entusiasmo. Aun siendo una pieza vital de la aldea como consejero personal del séptimo Hokage. La interrogante de los últimos meses, siempre rodeaba en torno a la misma persona. Al mismo ninja. Boruto Uzumaki.

Los informes de rendimiento no indicaban estadísticas sobresalientes. Desde su fallido examen de ascenso a Chunnin hace años, que el hijo del séptimo había elevado su nivel de manera aceptable, pero siempre moderada. Técnicamente, los informes antiguos no lo ponían a la cabeza de ninguna prueba. Tanto física como mental. De aptitudes o habilidades. Sobre conocimientos o lógica. En ningún rubro aparecía Boruto Uzumaki como destacable.

¿Entonces porque?

El último mes había sido una locura. Donde el mundo Shinobi sufrió uno de los más rudos golpes desde los tiempos de la guerra. La desaparición de Uchiha Sasuke, había conmovido a todos los líderes de las distintas villas en el mundo. Cualquier analista político, podría haber caído en la trampa de suponer que la “desaparición-muerte no confirmada” de Sasuke Uchiha, podría debilitar la posición de Konoha y su actual Hokage, Uzumaki Naruto. Sin embargo, extrañamente los restantes líderes de la alianza, se mostraron cordiales y neutrales. Incluso muchas de las peticiones del Hokage antes ignoradas, se vieron alentadas y aprobadas con extraño entusiasmo.

Claramente, algo estaba cambiando en el pensamiento de los Kage extranjeros y sus señores feudales que antes no respetaban las ideas de paz que Naruto…

-Jaque Oto-sama….

Shikamaru salió de su profundo pensamiento con cierto sobresalto. Estaba en el traspatio de su propia casa jugando Shogui contra su hijo. Tal como el mismo solía hacerlo contra su difunto padre. Y últimamente las partidas se complicaban cada vez más. El muchacho era astuto. Era tan vago y flojo como sus antecesores, pero su nivel de intelecto también lo destacaba por sobre el resto. Shikadai era tal como su padre cuando joven. Trabajan juntos, visitaban la torre Hokage a menudo, y a pesar de su juventud, ya estaba involucrado en las altas esferas sobre toma de decisiones en Konoha.

-has mejorado….-apuntó Shikamaru mientras movía una pieza para proteger su rey.

-No demasiado…-respondió cansino el Nara más joven- solo que Oto-sama está desconcentrado del juego….


En los cuatro movimientos siguientes, Shikamaru perdió la partida. Su joven hijo lo había derrotado y eso era novedad. El padre no podía recordar siquiera una ocasión, donde el mismo derrotara a Shikaku, su propio padre. Tal vez simplemente su hijo era más inteligente y capaz. Era por este argumento, que Shikamaru tardó mucho tiempo en entender quien había informado a Boruto del asunto secreto entre Ino y el.


-Aun no comprendo porque lo has hecho Shikadai…-apuntó el padre mientras reacomodaban las piezas para iniciar otra partida- luego de semanas enteras buscando entre el personal de la torre Hokage. Pude concluir que solo una persona conocía exactamente en donde me encuentro todo el tiempo. Solo uno, puede vigilarme conociendo todos mis movimientos. ¿Por qué le diste esa información al hijo de Naruto?


El joven suspiró resignado. No parecía especialmente nervioso por haber sido descubierto. Sino más bien se anticipaba a una conversación problemática y aburrida. Su apatía iba a la par de su padre. Shikamaru reflexionaba que si acaso había tomado por sorpresa a su hijo, no se notaba para nada.


-Solo hago lo que tengo que hacer Oto-sama- dijo el joven Nara sin desatender el tablero frente suyo- es bastante cansado y aburrido. Pero necesario.


Se quedaron en silencio. Shikamaru sentía raro esto de reclamarle a su hijo por delatarlo de engañar a su madre. El problema no era que Shikadai no aprobara la situación, eso se podía entender normal, el asunto recalaba en haber usado la información obtenida para entregarla a un ninja fuera de la familia. Por dejarlo vulnerable a un chantaje. Finalmente, Shikamaru pensó que lo potable era explicarle a su hijo la situación global. Después de todo, no se podía pedirle silencio ante su madre sin darle un motivo valedero.


-lo que Ino y yo tenemos es….

-Algo sin importancia…-interrumpió Shikadai sin siquiera mirar a su padre- pero así como tu deber de consejero es proteger las acciones del Hokage, el mío radica en defender los intereses del clan Nara.

-¿A qué te refieres?

-Hace años, Ka-san cometió un error de juicio, tal como tú lo haces ahora. En ese caso como el de hoy, he tenido que intervenir para protegerlos. Incluso contra su propia voluntad.

-¿Tu madre…? ¿Qué hizo supuestamente?

-Hace año y medio….-dijo Shikadai serio como siempre- Bolt respondió por mí. Protegió a Ka-san. Evito que fuera acusada de traición a la aldea. Luego hace meses, cuando descubrí que la señora Yamanaka era más que una vieja amiga para usted. Me pareció algo extraño. Que no haya considerado lo peligroso de engañar a una mujer tan problemática como Ka-san. ¿Se imagina que Ka-san asesinara a la señora Yamanaka? Un desastre diplomático, entre otras cosas.


El joven Nara no volvió a tomar la palabra en el resto de la reunión. Para cualquier otro interlocutor, hubiera necesitado una explicación más detallada. Pero Shikamaru no. básicamente entendía que su hijo había pedido ayuda a Bolt en el asunto de su madre. Y otorgado información sobre su padre en forma de pago. Todo con la intensión de conservar la paz en el seno de su familia. De proteger a los suyos, de guiarlos, de estar siempre preparado para respaldarlos. Un rasgo muy típico de Shikadai. El problema era, que al mismo tiempo había fastidiado todo intento de Shikamaru por avanzar en la investigación sobre ese grupo secreto que parecía controlar a Konoha. O tal vez, esa cuestión era también parte del paquete. Como fuera, Shikamaru no podía dejar de hacer todo lo posible por investigarlo:


-Dime todo lo que sepas sobre Raíz….-añadió el padre cuando habían terminado la última partida de Shogui en silencio, y el joven se retiraba a su habitación- ¿Acaso Boruto y tú, pertenecen a esa organización?

Era un truco muy burdo esperar que Shikadai se delatara solo. Sobre todo entendiendo que había sabido estar un paso por delante de ambos progenitores en el pasado. Pero si bien no obtendría algo concreto, tal vez en gestos o formas encontrar alguna pista. Después de todo, si acaso Shikadai estaba involucrado en el asunto, tal vez Bolt no sería capaz de ejecutar su amenaza contra Ino y el. Sin embargo, el joven Nara tuvo una respuesta para esa pregunta de azar:


-Una vez usted me habló sobre la importancia de preservar el futuro. –Dijo Shikadai sin voltear a ver a su padre- dijo que debemos trabajar para garantizar una paz duradera. Y que era tiempo de tomar decisiones inteligentes. De pensar, antes de cometer asesinato. Pero la pregunta verdadera podría ser…. ¿cómo lograr que ninjas y diplomáticos entrenados para la guerra, firmen y respeten un acuerdo de paz?

-No has respondido a mi pregunta….

-Claro que si lo hice….Oto-sama.


Dicho eso, Shikadai abandonó el traspatio. La siguiente hora fue de pesada reflexión para Shikamaru. Fumando un cigarrillo, mirando al jardín de su casa y pensando en profundidad sobre las conversaciones con su hijo. Al parecer, en algún punto de los últimos 5 años, Boruto Uzumaki había sido reclutado y entrenado por una organización secreta. Dicho grupo había actuado a espaldas del Hokage, e incluso parecían invisibles a la vigilancia de los cazadores especiales ANBU. Pero sus motivos, no parecían definidos a la búsqueda de poder en particular. El problema para Shikamaru en su asunto personal, fue que no pudo ver la situación de manera global.

Sin embargo, los últimos acontecimientos del mes pasado, habían vuelto a cambiar el panorama internacional. Ahora mismo, los asuntos de investigación sobre la supuesta organización clandestina, debían quedar archivados hasta mejor ocasión. Aunque ahora mismo, en Shikamaru surgía una duda que lo mantendría activo las próximas semanas.

¿En qué asunto se había metido su esposa Temari, que Shikadai tuvo que pedir ayuda externa para resolverlo?




************************************



A Boruto le había pesado bastante su aventura.


En primera instancia, había pasado casi un mes desde su pelea contra Sasuke Uchiha. Estuvo inconsciente la mayor parte del tiempo, y su cuerpo había sufrido lesiones variadas y graves. Fue visitado por su madre y hermana a diario. Ambas le comentaron que en la aldea se rumoraba un escape de Sasuke, por haber atacado al prometido de su hija. Algunos más, que en realidad el Uchiha había sido ajusticiado por el séptimo Hokage y estaría enterrado en una fosa común para que solo quedara en rumores esa pelea monstruosa que destruyó el campo número 7. Además, otras varias charlatanerías sin sentido corrían como susurros por los civiles. Todas versiones locas y sin mucho sentido.


Boruto se sorprendió bastante por esas habladurías. De hecho, le hicieron reflexionar bastante sobre las consecuencias de lo que había hecho. Mientras tanto, disfrutaba de ver sonriente y feliz a su hermana. A quien si su intuición no fallaba, le debía la vida. La teoría que a Bolt se le había ocurrido, es que el Chidori de Sasuke Uchiha no logró alcanzar su corazón, porque el cuerpo del Uzumaki estaba acostumbrado a recibir los constantes ataques a las zonas poco peligrosas del pecho por las prácticas con su hermana Himawari. Era su hábil hermanita, quien le había enseñado con sus golpes, exactamente en qué lugar recibir un ataque mortal para precisamente no morir.


Y en cuanto a su madre Hinata, tuvo la buenas nuevas que sospechaba. La mujer le había hecho entender a su hijo, que la tía Hanabi se había trasformado en un asiduo juguete para el Hokage y su esposa. En resumen, Hinata era quien daba las órdenes al clan Hyuuga, atraves de su sometida hermana menor.

-Sabía que podía confiar…-le dijo el muchacho desde la cama a su madre- lo sabía Ka-san.


La mujer no pudo evitar sonreír. Se sentía útil, se sentía poderosa. No había más cadenas que la ataran como en su antiguo clan cuando joven. Pero ahora, era madre y esposa, era un pilar para su familia. Eso era una tranquilidad para Boruto. Actualmente, no podía ni levantarse de la cama. Mucho menos ayudar a su madre o hermana en el asunto Hyuuga. Era un motivo de serenidad saber que ese problema había finalizado.


También recibió otro tipo de visitas más complicadas.


Sarada y Sakura nunca estuvieron al mismo tiempo. La joven le visitó en calidad de amiga. La situación era extraña y tensa entre ellos. Era indudable que la joven Uchiha tenía sentimientos profundos por su ex-compañero. Pero había barreras que se habían levantado entre ellos. El asunto de su padre solo era uno de los problemas por sortear.


En cambio Sakura, solo se presentó en pocas oportunidades y en calidad de médico. Era evidente para Bolt, que la mujer lo estaba evitando todo lo posible. Nunca podían estar solos, y le parecía extraño al joven Uzumaki que siempre hubiera otros médicos o incluso ninjas de ANBU. ¿Qué estaba ocurriendo exactamente? ¿Por qué era Sakura vigilada por los cazadores?


Sus preguntas, comenzaron a tener respuestas una semana después de haber recobrado la conciencia. Fue el momento donde volvió a ver a su padre, luego de aquella noche de combate bajo la lluvia. Pero no vino solo. Kakashi, Sai y Shikamaru lo acompañaban en esa reunión en el cuarto de hospital.

Esa noche, tuvieron una extraña charla. Fue la primera vez en muchos años que Boruto Uzumaki fue sorprendido. La primera vez, desde que comenzó a entrenar con Kakashi-sensei.



Fin del capítulo.
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TIERRA DE TRAIDORES (+18)(T) EPILOGO  28/04/17 - Página 2 8UKttOV



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TIERRA DE TRAIDORES (+18)(T) EPILOGO  28/04/17 - Página 2 Empty Re: TIERRA DE TRAIDORES (+18)(T) EPILOGO 28/04/17

Mensaje por arminius Sáb Sep 17, 2016 9:57 am

Nuevo capitulo, algo de politica, y otras fichas que van ocupando su espacio sobre la batalla pasada. habrá algo mas de lemon en siguientes episodios, y por supuesto el desenlace de esta historia extraña y algo oscura.

saludos.



CAPITULO 17: NUNCA MÁS

El último mes de su vida como Hokage, había puesto a prueba absolutamente todo en lo que creía.


Era difícil pensar en otros 30 días del pasado en Naruto, que reunieran tamañas contrariedades en lo referido a situaciones buenas y malas. Era lamentable el estado actual de las cosas. Era terrible sentirse sucio moralmente a cada paso dado desde el último mes. Viajes, reuniones, largas esperas en esa maldita habitación del hospital donde yacía inconsciente su hijo. Encuentros increíbles para lo calculado hace tiempo, y situaciones que rallaban lo absurdo. Conversaciones privadas muy dolorosas, y la sensación de estar entrando en un nuevo tiempo de desconfianza y alejamiento con las demás aldeas  Shinobi. Aunque paradójicamente, la reciente firma definitiva de la paz mundial, indicara exactamente lo contrario.


Todo empezó hace mes y medio, según rememoraba el séptimo Hokage, mientras caminaba por un pasillo del hospital general de la hoja directamente hacia la habilitación donde lo esperaba su hijo Boruto. Dio inicio el mismo instante, cuando Naruto se encontró en una madrugada cualquiera discutiendo con Kakashi sobre las acciones de Boruto y a quien parecía haberle entrenado para ello. Cuando finalmente pudo captar el rastro de chakra que tanto su hijo, como Sasuke Uchiha emitían en medio de una feroz batalla en las afueras de Konoha.

Durante años, Naruto había entrenado duramente para aprender técnicas que lo pusieran definitivamente a la cabeza de sus pares en combate. Técnicas que lo hicieran tan poderoso, para evitar llegar al extremo del asesinato en los casos de las disputas entre ninjas poderosos. Esa era una de las claves, que Naruto pensaba sostener para lograr definitivamente la finalización de las viejas rencillas del pasado entre villas ocultas. Muchos años de esfuerzo y entrenamiento. Logrando entre otros jutsu, dominar el poderoso Hiraishin que su padre había diseñado. Y todo para terminar haciendo lo que jamás creyó realizar. Cometer una traición a su mejor amigo, por amor a su hijo.


“Todo sucedió muy rápido. Tan instantáneo como haberse trasportado hacia el sello que había colocado hábilmente en el hombro de Bolt. Minutos antes de que el muchacho le confesara sus intenciones de combatir a Sasuke, y su relación clandestina con Sakura, como una de las causas que lo impulsaban a ello. Sin embargo, el sello al cual finalmente llegó Naruto, fue a otro. Adherido a un kunai especial, lanzado por su hijo a pocos metros de la batalla.

Naruto apareció en el campo número 7. Un territorio que tanto Sasuke como el mismo conocían demasiado bien. Pero no pudo razonar donde estaba, ni el cómo no pudo llegar antes, ni por qué recién en esos segundos había logrado rastrear efectivamente las firmas de chakra que tanto había buscado en horas previas. Todo lo que sus ojos atestiguaron, fue como su mejor amigo incrustaba un Chidori asesino en el pecho de su hijo Bolt. Su primer hijo. El niño que al nacer, le había hecho llorar como un crio agradeciendo a su esposa Hinata por traerlo al mundo. El niño que tanto se parecía a su yo más joven, aunque sus personalidades fueran distintas.

Ver a su hijo caer, mientras Sasuke con ese gesto furioso y desquiciado retiraba el único brazo sano que le quedaba del torso del joven rubio, y finalmente observarlo desplomarse al suelo. En una explosión de sangre que surgía de su cuerpo. Verlo cerrar sus ojos, aceptando la inminencia de la muerte. Entonces, Naruto comprendió que estaba atestiguando lo que ningún padre debería soportar. El sangriento asesinato de su amado hijo.

Y allí estaba Sasuke Uchiha….

El moreno apenas pudo retirar su brazo armado de Raiton, cuando por fin pudo detectar gracias a su sharingan básico, que no estaba solo en ese campo de batalla. Los alrededores del campo era un desastre. Árboles quemados, el rio desbordado, cráteres aquí y allá. Toda una zona de batalla testigo de que algo muy grande había ocurrido en las horas previas. Sasuke no había comprendido la razón de aquel ultimo Rasengan que Boruto había errado apropósito, incrustándolo en uno de los 4 árboles sellados que mantenían el campo oculto de todos. Hasta que pudo notar la aparición del séptimo Hokage.

Sasuke retrocedió un paso al observar quien había aparecido como por arte de magia a pocos metros. Tuvo pocos instantes para razonar lo que estaba por ocurrir. Muy pocos, para darse cuenta que la muerte reciente de su enemigo, traía aparejada la funesta consecuencia de ganar ese combate, pero terminar perdiendo la verdadera guerra. Sasuke Uchiha lo entendió todo, pero poco pudo hacer en esos escasos segundos:

-Dobe….yo….no es lo que….

De pronto, no vio nada. Solo el pecho de un Naruto que estaba casi abrazándolo. De estar a unos 30 metros, a prácticamente no existir espacio entre los dos cuerpos de los antiguos amigos.  En escasos segundos, el sabor asqueroso de su propia sangre se elevó por la garganta del Uchiha que comprendió a medias lo ocurrido. Fue solo experiencia previa, de aquella puñalada que Madara Uchiha supo propinarle en la guerra. Pero no era una compresión total de la situación general actual, solo experiencia previa el saber que estaba por morir. Había sido atravesado de lado a lado por el Hokage. En un ataque imposible de evitar.

-Muere….-fue el susurro tétrico que escuchó en su oído Sasuke, mientras comprendía que Naruto le había destrozado el corazón de un solo golpe.

No hubo batalla. En esos instantes no había paridad alguna. Si fueran circunstancias normales, Sasuke y Naruto hubieran luchado durante horas. Durante días completos antes que uno u otro, fuera derrotado por mínima diferencia. Pero esa noche no. porque la batalla previa contra el hijo del Hokage, había debilitado tanto al Uchiha, que la posible batalla con Naruto Uzumaki, se convirtió en un solo golpe mortal. En una derrota tan humillante como predecible.

-Do….Dobe…..-alcanzó a gorjear el moreno, antes de estar  deslizándose hacia abajo, por el cuerpo de Naruto que simplemente lo dejó caer muerto ante sus pies.

Entre la aparición de Naruto en ese campo, y la inminente muerte de Sasuke, no trascurrieron más que 5 segundos. Lo que hizo el Hokage fue solo producto de un impulso. Fue una respuesta emocional en ataque al chakra que Sasuke aun emitía de su batalla con Bolt. No tuvo tiempo de pensar. No hubo ni un instante de razonamiento, ni un segundo. Incluso le tomó otro minuto extra, el darse cuenta atraves de su modo ermitaño que aunque muy débil, su hijo increíblemente aún estaba vivo. Era imposible.

Naruto no tuvo tiempo de pensar en nada más. Simplemente tomó entre sus brazos al joven rubio que se desangraba boca arriba sobre el campo, para trasportarlo directo al hospital general. Con la desesperación típica de un padre. Con la esperanza de un futuro en el que ningún cerebro con algo de lógica, podía anticipar.”



Naruto rememoraba una y otra vez los eventos de esa noche trágica. Se levantaba temprano en las mañanas pensando en ello. En los escasos momentos de libertad mental en su oficina, se había preguntado una y mil veces sí pudo actuar de manera distinta a como lo hizo. En las tardes, mientras recorría la academia ninja, los cuarteles ANBU o en las reuniones con los líderes de clanes, Naruto no podía evitar pensar que las personas a su alrededor ya no lo podían ver como antes de matar a Sasuke. Incluso se sorprendía que le trataran aún mejor que de costumbre. Pero claramente no era por miedo, como pudiera suponerse, sino con cierta alegría maliciosa rondando en las simples miradas de cada ninja o civil con quien le tocaba interactuar.

¿Por qué? ¿Por qué razón todo se había simplificado tanto? ¿Por qué las cosas en lo interno y externo de la hoja, parecían haber mejorado luego de cometer ese imprudente asesinato sobre un ninja de Konoha?  ¿Acaso a nadie le molestaba realmente, que el Hokage hubiera liquidado a un ninja supuestamente bajo su comando, por el simple asunto de una pelea entre Sasuke y el honorable hijo del líder?

Mientras Boruto estuvo inconsciente en el hospital, Naruto intentó protegerlo lo mejor posible en su comparecencia. Sin embargo, los únicos que podían intentar aprovechar la oportunidad para atacarlo, tenían mayores motivos para no hacerlo que lo que la razón sugería. Solo había tres peligros potenciales para Boruto Uzumaki en su estado crítico. El primero y más esperado normalmente, era la propia familia de Sasuke. Pero esta opción era la menos probable. Naruto había atestiguado los esfuerzos de Sakura por salvarle la vida a Bolt. Y conocía perfectamente el motivo por el cual tanto madre como hija, preferían que Boruto estuviera vivo a que Sasuke hubiera sobrevivido a ese combate. Obviamente, el resto de la aldea podía sospechar lo contrario, pero claramente la verdad era que esas mujeres estaban en sus particulares casos, vinculadas con Boruto a un nivel muy profundo. Mucho más que lo que nunca estuvieron con el propio Sasuke.

¿Y qué pasaba con los Inuzuka?

Aunque ahora tenían conocimiento que Boruto portaba el Byakugan, y por lo tanto pudo perfectamente haber asesinado a Kiba en el pasado. La realidad marcaba que intentar cobrar venganza no traería más que desgracias para el clan de los canes. Los Inuzuka no eran ni los más poderosos, ni tampoco los más influyentes de Konoha. ¿Acaso se la jugarían contra el hijo del Hokage? ¿Contra el hijo del  ninja más poderoso del mundo? Además, era claro que si Boruto tuvo la suficiente capacidad como para enfrentar a Sasuke Uchiha, no era un sucesor débil precisamente. Era mejor dejar la situación de ese tamaño, por la paz. Tsume Inuzuka tal vez no fuera la más razonable en términos políticos, pero tampoco era una tonta rematada capaz de poner en peligro a todo su clan.

Lo que finalmente, nos dejaba con el último de los enemigos que podían desear la muerte de Boruto. Y ese escalafón, correspondía al clan Hyuuga.

Era cierto que un Byakugan especial fuera de la familia era algo que ellos no querían. También que atacar a Boruto en su estado más debilitado, era tal vez la única oportunidad que tendrían de eliminarlo si ese fuera el caso. Pero la realidad del asunto, era que la familia Hyuuga estaba liderada por una mujer que jamás daría las ordenes necesarias para intentar tal ataque.

Hanabi Hyuuga, ya no tenía la capacidad de tomar decisiones por su cuenta.

Actualmente, el Hokage solía irse a dormir a la comodidad de su habitación en la casa Uzumaki, con el jugoso beneficio de compartir su lecho no con una, sino dos mujeres Hyuuga. Muchas noches, ingresaba a su habitación para encontrar a su esposa esperando por él. Y otras varias ocasiones para hallar no solo a Hinata, sino a su hermana Hanabi también, tan deseosa de sexo como la dueña de casa. Ambos, marido y mujer, usaban a Hanabi como les antojaba. Como una herramienta, como un juguete sexual a quien podían follar y someter sin la mínima preocupación. Hanabi Hyuuga, respondía a los morreos mansa y excitadamente. Sin guardar una pizca de orgullo por lo que su hermana y el marido le hacían. Se veía muy feliz de ser usada en esa forma. Algo extraño para Naruto, y no por eso menos excitante.

Existía un sello en la esquina de esa habitación, y el cuerpo de Hanabi había sido marcado especialmente para utilizar ese trasporte directo desde el complejo Hyuuga, para aparecer en el interior del cuarto matrimonial de los Uzumaki. Era por este camino, que Hanabi se colaba en la cama de Naruto prácticamente todas las noches. Era increíble aun para el rubio, entender cómo se había llegado a esa situación alocada desde aquella primera noche de fuego y descontrol.

Ahora, todo parecía una especie de competencia entre su esposa y el mismo, para ver quien gozaba más duro de Hanabi haciéndole absolutamente todo lo que se les ocurriera para ello. Y todo con el objetivo, de en un futuro muy cercano, dejarla embarazada para engendrar otro Byakugan especial en la mescla de genes Uzumaki/Hyuuga.

¡Y no una, sino dos veces debía embarazarla!

Una locura total, eso eran los tratos entre clanes. Y Naruto recién en estos últimos meses comenzaba a tener real dimensión de todo ello.


-Hokage-sama….-le dijo Kakashi al cual encontró en el primer piso del hospital donde Boruto se hallaba internado- lo estábamos esperando.

Sai y Shikamaru no parecían muy a placer con la situación. Era una reunión incómoda para todos en general. Algunos tenían otras tareas por realizar, otros desconfiaban de los demás. Y en el medio estaba el Hokage. Que era amigo de cada uno de ellos, sin poder ayudarlos en particular por estar su propio hijo metido en todo el lio.

-En marcha… –ordenó Naruto al grupo- tenemos que anunciarle a Bolt todos los preparativos para los siguientes meses. Debe saberlo de nosotros. No puede escapar a las consecuencias.


En pocos minutos, el grupo político más poderoso del Konoha se encontraba frente a la puerta del cuarto 34. Allí reposaba un simple Chunnin. Pero también paradójicamente, un capitán ANBU de Raíz y además el ahora reconocido como heredero del séptimo Hokage. Allí reposaba el prometido de la joven Sarada. Pero también el asesino intelectual de Sasuke Uchiha, padre de la chica.

Naruto se cruzó en la entrada al lugar con una Sakura que venía de salida. La pelirosa apenas pudo mirar a su viejo amigo, bajando la vista con algo de pena, salió del lugar sin emitir argumento. Estaba con el cabello recogido, su chaqueta blanca y varias carpetas de análisis. Muy profesional, como siempre que ocupaba su puesto en el hospital. Aun así, Naruto no pudo evitar buscar con impaciencia alguna señal que delatara la cercanía que esa mujer tenía con Boruto. Sexo, amantes, pasión. ¿Habían hecho el amor? ¿Solo follaron? ¿Fue odio, culpa, descarga sexual o una violación? ¿Cuánto de chantaje o consentimiento había ocurrido realmente entre ellos?

Tanto Naruto como Sakura, casi se chocaron en el portal por estar ignorando al otro. La última conversación entre ellos hacia un par de semanas, dejo una discusión dolorosa y una relación prácticamente quebrada entre ellos. Naruto se sentía traicionado, y Sakura no sentía tener una razón por disculparse. Era una posición irreconciliable. O al menos eso parecía por el momento.


-Buenas tardes Boruto….-dijo el Hokage con una dureza que rara vez exhibía en la voz ante nadie- creo que ha pasado una semana desde tu recuperación. Y ya no podemos esperar más.


El joven apenas pudo abrir levemente la boca para responder, cuando por fin consiguió notar que detrás de su padre, llegaban Shikamaru, Sai y Kakashi. Todos juntos. ¿Por qué todos al mismo tiempo? Eso no era algo que se pudiera esperar.

-Hola Bolt…-sonrió Kakashi moviéndose hacia la silla junto a la cama para sentarse cómodamente- es bueno verte recuperado. Espero no incomodar.

-no, claro que no tío Kakashi. –Sonrió Boruto aunque visiblemente sorprendido- solo que me resulta extraño que todos ustedes…

-¿enemigos viniendo juntos? –apuró Shikamaru con gesto aburrido.

-más bien discordantes…-le corrigió Sai sin dejar de lado su sonrisa mecánica- aquí nadie quiere matar a nadie. La palabra “enemigo” sugiere otras cosas.

-basta de estupideces…-amonestó Naruto a los dos sujetos- no sé qué problema tienen ustedes dos, pero eso se tiene que terminar. Ambos constituyen mi mano derecha, y los necesito. Así que dejen las tonterías para otro momento y lugar.

Shikamaru estaba molesto, pero no con Sai precisamente. Trataba de no demostrar que Bolt le provocaba esa incomodidad, y tal vez usaba su cruce con el líder de ANBU para encubrirlo. Aunque bien mirado, discutir con ese sujeto era lo peor que podía hacer. Si acaso Sai algún día descubría lo que Shikamaru e Ino habían hecho, el asunto terminaría con alguien muerto.

-¿Entonces? –Consultó Bolt que realmente no sabía que esperar luego de haber sobrevivido a ese combate contra Sasuke- ¿Qué malas noticias me traen para venir todos juntos? ¿Voy a ser exiliado, arrestado, ejecutado? –Ante el silencio incomodo de todos, Boruto no pudo evitar lanzar una pequeña provocación verbal- ¿me darán una medalla tal vez?

-Acabo de regresar a la aldea Boruto…-le dijo su padre sin inmutarse por esa broma oscura- de una reunión con todos los líderes de las demás aldeas. La noticia de tu…. “hazaña” no pudo ocultarse más tiempo.

Boruto miró al Hokage con extrañeza. Había elegido una forma extraña de iniciar una acusación por asesinato. O tal vez……seria el tío Kakashi quien le diría sin más preámbulos lo que estaba sucediendo en el mundo sin Sasuke Uchiha. Así que el joven sentado en la cama, giro su visión a su maestro. Quien generalmente no daba tantos giros para decir lo importante.

-Oficialmente…-apuntó Kakashi con su pasividad acostumbrada- Sasuke Uchiha se considera “desaparecido en acción”. Todos los documentos referidos a su salida en una misión de urgencia la noche que salió de casa hace un mes, fueron preparados en tiempo y forma. El cadáver fue sellado de manera especial, y enterrado en un lugar secreto para que los restos fueran inaccesibles. Nadie lo encontrará, nadie puede usar Edo tensei para revivirlo.

-Pero hablando extraoficialmente…-añadió Shikamaru de brazos cruzados- la noticia de un enorme enfrentamiento que prácticamente desmanteló el campo de entrenamiento número 7, se ha  regado por la aldea en los primeros días. Y como el Hokage no ha presentado daño alguno, todo hace suponer que no participó de dicho combate. Tu estrategia de hacerlo ver como el ganador de esa batalla, ha fracasado.

-La noticia que fue recogida por el resto de las villas en cuestión de semana y media –Complemento Sai sonriendo apenas- fue inevitable. A pesar de nuestros esfuerzos por encubrir el combate, el razonamiento de la población más la información dada en el hospital les otorgó una conclusión definitiva.


Boruto se consideraba bastante astuto. Pero la situación lo tenía completamente en blanco. Parecía una reunión de diplomáticos en el país del hierro. Solo le faltaba ver guardias Samurai para dar cabida a la ilusión. ¿Acaso Raíz había fallado encubriendo el combate? ¿El resto de las aldeas acusaban a su padre de haber asesinado a Sasuke Uchiha? ¿Todo el lio era por eso?

-Me puse de pie frente a mis colegas Kage, -dijo Naruto con cierta molestia- y les he jurado por mi honor que fui yo quien ha luchado y asesinado a Sasuke. Les dije que atacó a mi hijo por el compromiso con su hija. Que perdió el control y tuve que matarlo. Y aun así….

-¿Y aun así…?-interrogó Boruto que no entendía adonde quería llegar su padre.

-Aun así, no me creen. –definió Naruto- todos están tan firmemente convencidos de mi incapacidad de matar a Sasuke Uchiha, que formaron la teoría loca de que mi hijo de 18 años y Chunnin de categoría, es tan fuerte como para acabar con uno de los ninjas más poderosos de la historia en una batalla mano a mano. Que he tratado de ocultarles el poder de mi heredero, fingiendo ser quien ha liquidado a Sasuke. Solo para encubrir tu poder.

Se hizo el silencio. Boruto abrió grandes sus ojos sin ocultar su sorpresa. Todo el panorama le parecía irracional. Pero luego de algunos segundos, se puso a calcular la situación de manera general. ¿Cómo lo estaban evaluando los Kage de las otras villas? ¿Qué información le había filtrado Raíz al resto de los cuerpos ocultos de cada villa? ¿Acaso Raíz preparaba algún tipo de misión que Boruto no podía entender? Porque viéndolo desde el punto lógico, parecía bastante fuera de lo común que un joven Chunnin de 18 años, se hubiera cargado en una batalla leal a un sujeto que solo podía compararse con el Hokage más poderoso de la historia.


-El Kazekage Gaara….-añadió Naruto tras el silencio pesado- me advirtió que no tenía caso mentir en las reuniones de aldeas. Que nadie estaría dispuesto a creer que fui yo quien asesinó a Sasuke. Básicamente nadie me cree capaz de hacerlo. Gaara me dijo, “Eres quien tiene el nivel de poder adecuado, pero definitivamente nunca Podrias traicionar tu sentimiento de amistad por él”

-Lo cual les ha llevado a una respuesta diferente –Dijo Sai tranquilamente- el hijo del Hokage, se ha estado entrenando en secreto y es mucho más fuerte de lo que su categoría sugiere. Después de todo, Naruto-kun prácticamente fue Gennin hasta llegar a Hokage.

-Y el que hayas estado ocultando un Byakugan especial hasta hace poco, -intervino Shikamaru apenas- solo alentó la teoría de que eres tan fuerte como tu padre o el Uchiha. Lo cual ha terminado beneficiando a todos al parecer. Políticamente hablando, desde luego.

Boruto cabeceó apenas, porque realmente se sentía muy atrás en la conversación. Se sentía un tarado. Tal vez los golpes y las heridas le costaron materia gris. Porque realmente todavía no comenzaba a comprender que hacían todos en su cuarto. ¿Era para arrestarlo? ¿Para dictarle sentencia de exilio? ¿Para felicitarlo? Boruto no podía entender que pasaría con él, justo después de salir del hospital en algunas semanas. ¿En que se suponía que había beneficiado a Konoha según la visión de Shikamaru Nara? Porque en la mirada de Boruto, solo el mismo pudo ver los beneficios de liquidar al Uchiha hasta hace poco. ¿Ahora qué nueva cosa había pasado para que todos pensaran que era lo correcto?

-básicamente Bolt…-le dijo Kakashi a su lado- los acuerdos entre Konoha y las demás aldeas se cerraron en esta última reunión. Antes no sucedía porque todas las aldeas tenían disidentes. No todos querían la paz. Algunas de las razones al parecer, eran dedicadas a Sasuke. Su falta de capacidad por alinearse a Konoha. Un sujeto inestable. El Raikage anterior le tenía mucho odio. Pero actualmente, están considerando que Naruto cuenta con más recursos de peso en un eventual rompimiento de relaciones entre aldeas. Su hijo mayor, puede llegar a ser un arma clave en una lucha virtual futura.

-Ahora el miedo les domina…-apuntó Naruto con decepción- todos están dispuestos a reír ante la posibilidad de que soy quien ha matado a Sasuke. Pero temen que tú tengas tanto poder como él, con tan solo 18 años. Temen no haberte visto venir. Temen que Konoha pueda acabar con ellos si tú elevas aún más tu nivel. Y eso es solo el comienzo.


El resto de la conversación fue solo una gran locura. Boruto había tenido por claro el final de su vida hacia un mes. Y ahora resulta que estaba suspendido oficialmente como Shinobi. No podría salir de los límites de la aldea ni para entrenar. Y lo más sorprendente, tendría que someterse a un intensivo programa de entrenamientos a cargo de su propio padre. ¡Su viejo anhelo de niño por fin se iba a cumplir! Seria Naruto su maestro durante los días regulares de la semana, y Kakashi se haría cargo de entrenarlo durante los fines de semana, más las raras ocasiones donde el Hokage tuviera que partir de Konoha por reuniones con el alto mando de las otras villas. Shikamaru y Sai además, serían los encargados de filtrar absolutamente toda la información referida a Boruto, su entrenamiento y evolución. Nadie debía saber sobre su actual nivel, nadie debía saber sobre el poder que alcanzaría con el tiempo.

-Cuando salgas de aquí, -le dijo Naruto serio, como casi nunca Bolt lo hubiera visto- se te entregara la llave de un apartamento. Allí te esperan tus pertenencias porque ya no vas a vivir bajo mi techo. Has elegido un camino, y respetare tu decisión. Eso es todo.

Luego de aquellas últimas palabras, Naruto salió del cuarto acompañado por Shikamaru y Sai. Incluso Kakashi se puso de pie para retirarse, pero retrasado apropósito dejo algunas palabras en su pupilo. Pero el joven se anticipó a ello, con su propia impresión del asunto:

-Parece que he logrado que me odie –Indicó dolido el muchacho- Sabía que le haría mucho daño pero... En fin. Tendré que aprender a soportarlo.

-No tomes a mal su actitud Bolt…-le sonrió apenas el ninja copia- Naruto sería incapaz de odiarte. Eres su hijo y siempre lo serás. Te ama, y siempre hará todo por protegerte. Estas medidas, solo buscan eso. Con el tiempo, tu padre entenderá tanto como yo lo hago, que hiciste lo correcto. En ese momento, el y tu volverán a sonreír juntos.


No hubo más palabras, tampoco reproches por parte del muchacho. Se quedó en silencio y con cierta tristeza. Mientras salían del hospital, Shikamaru señaló que le había parecido muy extraño que el hijo de Naruto aceptara todo sin discutir. Después de todo, había demostrado muchas veces que no era bueno para obedecer órdenes, y muy astuto para pasar por el lado de la ilegalidad. Shikamaru no pudo evitar preguntar en voz alta, si acaso Bolt no estaba pensando una estrategia alternativa para desobedecer. Tal vez pensando en desertar.

Naruto no le atendió. Su mirada sobre Bolt era distinta totalmente. No pensaba que su hijo fuera a escapar de Konoha. Porque simplemente, no le convenía. Ahora mismo, Boruto debía estar protegido por los muros de la aldea de posibles ataques extranjeros. Desde que el resto de las aldeas razonaron sobre el supuesto nivel del hijo del Hokage, estarían planeando la manera de poner precio a su cabeza. No podían dejarlo crecer, no podían dejar que Boruto Uzumaki tuviera familia. No era desconocido para los Kage extranjeros, que el joven en cuestión estaba comprometido con Sarada Uchiha. ¿Cómo no esperar que los hijos de ambos, se vuelvan ninjas de niveles inalcanzables? Siendo así, Konoha se fortalecía mientras que las otras aldeas reducían su nivel. Actualmente, Naruto lideraba la alianza por su amistad con otros líderes y su mensaje de paz. Pero sobre todo, lideraba por su propio poder personal que era muchas veces superior a los Kage combinados. Si bien nadie confiaba demasiado en Sasuke antes de su “desaparición”, tampoco debían dejar de reconocer que el Uchiha era el único con el poder para enfrentar al séptimo Hokage. Si Boruto se trasformara en sucesor de su padre, pero no fuera un sujeto pacifico como su antecesor, los problemas no harían más que aumentar para cada integrante de “la Alianza”.

Era una derrota a futuro, y todos lo sabían. Todos tendrían que ceder más y más terreno diplomático. Por esa razón pondrían precio a la cabeza de Boruto. Si algún mercenario lo asesinaba en cuanto saliera de misión, la balanza del poder volvería a equilibrarse años después. Era lo único a lo que apelar. Porque oficialmente con sus ninjas de las aldeas, no podían hacer nada.

Naruto lo supo. Sabía que Sasuke era un sujeto riesgoso, más no un sucesor a los ojos de los Kage. Pero Bolt era distinto. Sería el próximo líder, o cuando menos el Shinobi más poderoso del mundo en algunos años. Técnicamente, la paz se mantenía por la palabra de los actuales líderes más la igualdad en el poder de todas las villas. Pero eso podía cambiar, y Naruto era consciente de ello.


                              **********************************************


Boruto se hallaba sentado de lado en una camilla. Había sido trasladado por pedido de las enfermeras al consultorio personal de Sakura Uchiha. Las jóvenes Kunoichi solo le acompañaron, mientras una de ellas le oficiaba como “apoyabrazos” y lo conducían lentamente al consultorio de la Jounnin médico.

En los primeros días, Sakura tuvo guardias permanentes las 24 horas. Su filiación al fallecido Uchiha, hacia prevenir que podía intentar cobrar venganza contra el hijo del Hokage. Sin embargo, luego de ser la médico principal en las operaciones que salvaron la vida del joven, era bastante tonto pensar que Sakura tiraría su carrera a la basura cometiendo asesinato, o siquiera actuando con negligencia.

Nada más alejado de la realidad…


Sakura fue todo lo profesional que pudo. Y le había costado muchísimo parecer indiferente a la salud de Boruto por sobre la de cualquiera de los internados en el hospital. En realidad, quería estar siempre en su cuarto, quería estar con él, quería estar sobre él. Cuidarlo, atenderlo, verlo despertar y sonreír.

Sin embargo, las constantes visitas de Himawari y Sarada, le prohibían a Sakura mostrarse más interesada en Bolt de lo recomendable. Era una mujer madura, que no tenía ninguna otra razón para estar con el paciente, que el hecho claro de velar por su recuperación. Su marido había sido asesinado, y ella tuvo que crear su mejor actuación de “viuda”, para encajar con el concepto que todos le señalaban debía tener. Para no levantar ninguna sospecha sobre su “aporte” a esa muerte.

Le costó mucho, y a Sarada tampoco se la podía ver preocupada por la reciente desaparición de su padre. Ambas mujeres, se encontraban en el bando opuesto de Sasuke, en el tiempo donde tuvo su muerte y desaparición. El muy cerdo había tenido la muerte que se merecía. Nunca se había preocupado por ellas, nunca se había preocupado por ser padre o esposo. Y la gota que había rebalsado el vaso, fue que su plan para el futuro de su hija estuviera relacionado con usarla como un simple contenedor de semen Uchiha.

En las noches, Sarada y Sakura dormían en el cuarto de la madre. Comían juntas, estudiaban juntas, incluso la niña se había pasado turnos enteros de su madre en el hospital. Habitando casi siempre en la habitación del inconsciente muchacho. Sakura recordaba que su hija estaba comprometida con el Uzumaki. Y que había sufrido mucho cuando se separaron hace meses. Era indudable que su hija Sarada, aun deseaba seguir adelante con el asunto del casamiento. Y sin lugar a dudas impediría que Sakura y Bolt continuaran teniendo cualquier tipo de relación en un futuro. Las cartas estaban echadas en ese asunto.

En esos días, ver despertar a Boruto, fue para Sakura una mescla de sentimientos y pensamientos muy contradictorios. Se sentía feliz, se sentía muy satisfecha de haber logrado salvarlo de la muerte una vez más. Como médico, el orgullo máximo era ganar esas batallas imposibles contra la muerte. Y ver despertar del estado de inconsciencia a Boruto Uzumaki, era ciertamente una “medalla” que Sakura sentía feliz poderse adjudicarse.

Pero ese día, cuando lo recibió en su consultorio privado, esperó a que las enfermeras abandonaran la habitación para girarse y mirarlo. Habían pasado un par de semanas desde su despertar, y era la primera vez en todo ese tiempo, que Sakura ya no tenía ninjas o enfermeras vigilando sus reuniones con el muchacho. Tampoco estarían Himawari o Sarada, ni Naruto, ni Hinata con sus visitas maternales. Solo ellos dos. Por primera vez desde aquella noche caliente en el cuarto de hospital.

-Por favor…-le dijo Sakura colocándose unos guantes blancos descartables- quítate la prenda superior.

Boruto estaba sentado en la camilla, mirándola directamente y habiendo colocado el “perchero” con el suero que lo acompañaba a todos lados, descansando a un lado. Sin emitir ni un gesto, movió sus hombros para ayudar a la mano izquierda y bajarse la bata blanca hasta la cintura. Su cuerpo aun coleccionaba algunas vendas por sendos lugares. Le dolía mucho, tanto como para no intentar ningún tipo de movimiento brusco.

-como Sakura-chan ordene….-susurró apenas el joven sonriendo levemente.

Ella ya se había acercado, y escuchó esas palabras tratando que el corazón no escapara de su pecho. Comenzaba a sentir la dulce sensación, aquella que por meses la había acompañado en sus furtivos encuentros. Ese sentimiento extraño y maravilloso de sentirse mujer, de ser deseada. De pensar una vida más allá de su trabajo como médico, o en la función de madre. Y ese “chan”, que intensificaba la sensación. Que les daba otra entidad a la relación mutua, logrando más intimidad.

-tus heridas casi desaparecieron….-le dijo tratando de sonar neutral Sakura- simplemente debo cambiar tus vendajes y luego realizar un examen con chakra para avistar tus canales internos y…

-gracias Sakura-chan…-interrumpió el muchacho mirándola elevar la vista y así encontrar sus ojos- gracias por todo. No podría haberlo hecho sin tu ayuda.

Hubo un momento de silencio. Sakura no podía procesar esas palabras como lo que eran. Intentaba encontrarle algún sentido externo. Algo que tratara de decir Bolt, más allá de ese agradecimiento.

-no hice más que mi trabajo. –le respondió Sakura luego de empezar a cambiar las vendas- fuiste tú, quien ha logrado algo que creía imposible.

-lo hicimos juntos….

-has peleado solo, -contradijo Sakura seriamente- lo venciste en un combate totalmente solo. Si no estuviera muerto, seguramente se hubiera sentido muy humillado. Que un niño haya derrotado a uno de los ninjas más poderosos de la historia es…

-no podría haberlo hecho sin tu ayuda. –Insistió Boruto de pronto, y elevando su mano izquierda le tomó el rostro a Sakura para obligarla a mirarlo directamente- tus formulas y tu ayuda para preparar la batalla. Fuimos un gran equipo, y esta vez no estuvimos desnudos sobre una cama para complementarnos tan bien.

Sonrieron apenas, si Bolt no usara alguna frase provocativa no sería el mismo. Ella no le respondió rápidamente, solo se aferró a sus hombros con suavidad para indicarle que necesitaba recostarlo en la camilla. Revisaría sus piernas, y toda la estructura general con emisiones de chakra. Aun así, podrían seguir hablando:

-primero, me diste mucha información sobre sus misiones y batallas en la guerra. –le recordó Boruto ya acostado y dejándose revisar- luego, creaste ese suero con esencia de Tiramina que le suministraste en inyecciones que él creía, eran vitaminas.

-siempre que volvía de sus largos viajes, -recordó Sakura en voz alta- yo solía darle inyecciones de vitaminas. Me sorprendió que me pidieras cambiarlas, sabía que ningún tipo de veneno le afectaría a Sasuke. Pero fue genial pensar en…

-la Tiramina no es un veneno –dijo Bolt como acompañando la remembranza- es un compuesto que se encuentra en ciertas comidas. La tiene ciertos alimentos fermentados, también los arenques entre otros alimentos. Comer durante muchos años esos productos en exceso, producen en las personas una…

-migraña crónica…-complementó Sakura mientras seguía su examen- cuando me pediste sintetizar una formula concentrada, no entendía porque razón querías darle dolores de cabeza a un rival. Hasta que razoné sobre los efectos secundarios de una migraña.

-dolores de cabeza, sensibilidad extrema en los sentidos, inflamación cerebral en los peores casos. Supuse que usar el sharingan sería una maldita tortura para él. Y finalmente, le ha privado de sus mejores técnicas de Doujutsu, anulando el Magenkyo. Obviamente la migraña no le duraría mucho tiempo, ya que el compuesto de Tiramina se disiparía en el organismo. Pero el no sobreviviría para disfrutarlo.

-y luego el té de la noche…-dijo Sakura mientras iba subiendo por el cuerpo de Bolt escaneándolo con chakra verde- al cual había agregado mi inhibidor de chakra sin olor o sabor.

-lo cual redujo su poder total a la mitad, -indicó Boruto cerrando sus ojos y tratando de relajarse- dejándome mano a mano en cantidad de chakra.

-aun así, no pude ayudar mucho…-señaló la pelirosa- en batalla estuviste solo.

-Eso parece, pero el bolso con las diferentes creaciones de tu laboratorio, me dieron armas para lastimarlo y debilitarlo al máximo. Utilice el gel anticoagulante sobre mis kunais, combatiendo cuerpo a cuerpo le produje heridas que no cicatrizaban. Eso le hizo sangrar demasiado, aun en cortes mínimos. Tuvo que sacrificar más chakra para “cambiar de piel” con el jutsu de Orochimaru.

-pero él te hizo más daño con su katana….

-Lo cual pude compensar con tus tabletas de plasma –Recordó el rubio tranquilamente- combinaba esas tabletas para recuperar mi sangre perdida, con tu nueva fórmula de píldoras de soldados. Así logré herirlo mientras me mantenía de pie y activo. En resumen, tus creaciones me permitieron debilitarlo y herirlo al punto de la derrota. Me brindaste tus “armas”, y yo me encargue de usar la sorpresa con ellas.

Visto así, hasta parecía digno de mérito. Sakura siempre se había sentido inferior al resto de sus ex –compañeros del equipo 7. Pero ahora mismo, podía notar que su “talento” estaba en crear armas letales con sus conocimientos de química. Tanto así, que había fastidiado con ellas a uno de los sujetos más poderosos del mundo. Aunque ella no tuviera ninguna “barrera de sangre” como siempre Sasuke se había encargado de señalar cuando quería denigrarla en el pasado. Aun así, Sakura lo había jodido bien duro.

-¿En conclusión? –consultó la mujer mientras había llegado al pecho y los brazos de Boruto con su examen de chakra.

-En conclusión…-apuntó el rubio serio- sabía que no podía derrotarlo. Así que realice un plan para destruirlo parte por parte. El inhibidor se hizo cargo de su exceso de chakra, mientras que la Tiramina le quitó el Magenkyo. Lo conduje a un terreno húmedo y lluvioso con un rio cercano. El usaba fuego. Así que con un ambiente demasiado húmedo debilitaba sus técnicas, mientras fortalecía las de agua que poseo. Y sus jutsu Raiton le harían daño tanto a él, como a mí. No son convenientes las técnicas basadas en electricidad cuando todos están en contacto con el agua. Si acaso las usaba, ambos seriamos dañados por igual.

-Te sacrificaste, -le dijo Sakura con algo de molestia en la voz- debilitándolo lo suficiente para que tu padre…..él….

-Perdí apropósito, -le señalo serio el rubio y ya se miraban directo a los ojos- perdí la batalla, pero preparé el terreno para ganar la guerra.

-sacrificando tu vida.

-soy un ninja Sakura-chan…-Boruto seguía recostado con el semblante calmado de una conversación casi diplomática- era una misión, y si tenía que morir para cumplirla yo…

-¡No! –Se le escapó a ella apartando la mirada nerviosa- no debías hacer esto por mí. Yo no quería que…desaparecieras…

-estoy atrapado Sakura-chan…-indico con gesto triste el rubio, y alzando un brazo llego hasta posar una mano en rostro de la fémina- quiero estar con una mujer, que no puede corresponderme. Quiero seguir siendo invisible, pero ahora todos me ven a plena luz. Quiero proteger a mi familia, y hasta parezco una especie de enemigo para ellos. Tal vez…-susurró apartando su mano suavemente- tal vez debiste dejarme morir. Hubiera sido lo mejor para todos.

Ambos sabían los problemas que venían en camino. Era una locura pensar en seguir siendo amantes, pero inevitable era desearlo intensamente. Sarada aun guardaba poderosos sentimientos por Boruto. Y seguramente no estaría dispuesta a olvidar el compromiso matrimonial ahora que Sasuke ya no estaba en medio. Pero también era una Uchiha, y sus ojos serian una fuente de inagotable odio si acaso llegaba a descubrir lo que su madre y su novio habían hecho. ¿Cómo no generar un nuevo circulo de odio? ¿Cómo fingir que nada había pasado cuando hasta Naruto ahora sabía lo ocurrido?

Boruto tenía su relación casi cortada con su padre. Si bien se había impuesto como sensei, era evidente que expulsarlo de la casa Uzumaki daba toda muestra de la separación afectiva. Lo entrenaba para prepararlo. Lo entrenaba para elevar su nivel y mantener la fachada que las aldeas extranjeras eligieron creer. Lo entrenaba porque era su deber como Hokage. Boruto nunca había visto interés en su padre de entrenarlo en el pasado. ¿Por qué lo hacía ahora? Simplemente porque era parte de su trabajo como Hokage.

En cuanto a Sakura, no podía evitar sentirse dividida por la situación.

Ella había tenido profundas conversaciones con su mejor amiga Ino en esas pasadas semanas. En las cuales debió confesar lo que parecía imposible. Tuvo que decirle, la profundidad del problema que envolvía a su hija, el novio y ella misma. Como un nuevo triángulo amoroso donde todos perseguían a quien no les convenía alcanzar. Pero aun así lo deseaban a cada paso. Y para colmo estaba también Naruto, con quien Sakura tuvo una desagradable discusión semanas atrás:


“Sakura había sido llamada a la oficina del Hokage. Lo cual le había sorprendido en un primer momento porque sus informes sobre el estado de salud de Boruto eran detallados y actualizados al día. Mientras caminaba desde el hospital a la torre Hokage, Sakura se preguntó una y otra vez por el motivo del llamado. La última vez que estuvo allí, fue cuando Bolt había sido herido por Hanabi Hyuuga. Antes y después, se había mantenido lo más alejada posible de Naruto. No quería causar más problemas a esa familia. No quería reiniciar ese círculo vicioso que entre otras cosas, provoco el primer ataque de Boruto hacia ella.

-con permiso Hokage-sama….-dijo la mujer ingresando a la oficina.

Allí se encontraba Ino, Shikamaru y Konohamaru. También un equipo de 4 ANBU que parecían a punto de partir en misión. Todos la miraron profundamente, causando en Sakura cierta incomodidad. Pero solo fue un momento, solo por segundos y nada referido especialmente. Sakura se había sentido algo nerviosa en vano, ellos no estaban en la oficina por la causa de su presencia.

-Déjenme solo, -dijo Naruto con dureza en la voz- tengo asuntos que tratar con Uchiha-san.

Todos obedecieron. Era evidente que habían tratado otros asuntos y resueltos cada quien lo suyo, ahora venía una reunión entre los antiguos compañeros del equipo 7. Pero el extraño uso del apellido marital, generaba una evidente frialdad y separación. Sakura empezó a presentir la razón de su llegada a esa oficina. Y sería una charla difícil de realizar civilizadamente.

-todos estos años…-inicio el rubio Hokage poniendo de pie y caminando por el costado de su escritorio con los brazos detrás- todos estos años creí que éramos amigos. Que confiabas en mí, como yo confiaba en ti.

Sakura decidió guardar silencio. No estaba segura de lo que Naruto sabía, o si realmente había averiguado todo. Tal vez era el momento de orar a Kami-sama de los secretos. No era que realmente tuviera muchas excusas por elevar ante lo sucedido. Fuera lo de Sasuke, o peor aún lo de Bolt.

-no puedo entender como fuiste capaz de….-el hombre parecía ahogarse con sus propias palabras. Era indudable que guardaba una gran frustración- de hacer esas cosas con Boruto.

El mal presentimiento se había confirmado. De ahora en más, todo seria a corazón abierto. Sakura solo podía esperar, que sucediera lo que sucediera de esta charla, el secreto nunca llegara a oídos de su hija Sarada. Era todo lo que podía desear de esa desastrosa situación.

-no creo que sea el momento para hablar sobre eso –dijo Sakura tratando de mantener la calma- solo tengo para decir, que nunca quise hacer daño a nadie. Las cosas simplemente sucedieron.

-¿Sucedieron? –Repregunto Naruto irritado- ¡¿Las cosas simplemente sucedieron?! –su voz se elevaba con un tono angustioso. ¡TENGO A MI HIJO PELEANDO POR SU VIDA EN EL HOSPITAL! ¡TU ESPOSO QUE ERA MI MEJOR AMIGO ESTA MUERTO! ¡TE REVOLCASTE CON EL PROMETIDO DE TU HIJA A ESPALDAS DE TODOS! ¡¿COMO PUEDES DECIR, “LAS COSAS SIMPLEMENTE SUCEDIERON”?!

Naruto estaba alterado. Era indudable que ya no podía contener toda la carga de frustración que estaba llevando. Pero Sakura, si bien se sentía angustiada y dolida por tener que enfrentar la situación, no podía concebir admitir inocencia del asunto. La pelirosa razonaba con mucho acierto, que confesar todo sobre aquella primera noche donde fue atacada y forzada por Boruto, no le serviría para justificar lo que vino después. Pero en cambio, podía terminar de romper el vínculo padre-hijo que tan golpeado por la situación general estaba. ¿De qué servía salvarse y hundir a Boruto? Sakura sintió que no podía hacerle eso. No después de que el muchacho salvara a Sarada y a ella misma, del triste destino Uchiha que preparaba su difunto marido.

-cuando descubrí lo que mi maldito esposo pensaba hacer con Sarada –fingió admitir con frialdad Sakura- supe que nadie podría ayudarme.

-debiste venir a mi….-dijo Naruto casi como un disparo verbal- yo podría haberte ayudado.

-¿decírtelo a ti? –Sonrió con sorna la mujer- ¿y que se supone que tú harías para ayudarme? ¿Acaso protegerías a mi hija? ¡¿ACASO HUBIERAS ASESINADO A SASUKE PARA SALVARME?! ¡NO PUDISTE EN EL PASADO! ¡NUNCA ESTUVISTE DISPUESTO A MATARLO, NI AUN CUANDO SASUKE HABIA JURADO DESTRUIR KONOHA! ¿Tienes siquiera una idea, de lo que Sasuke me hubiera hecho si descubría que te lo había contado todo?



Ambos se miraban fieramente. Con firmeza y profundidad. Y aunque tenían mucho para decirse de lo pasado, poco tenía real importancia ya trascurridos los acontecimientos fatales. Sin embargo, pese al enojo y la decepción. Naruto quería conocer la historia que había llevado a su antiguo amor de la adolescencia, a caer en brazos de un joven de 18 años. Eso por sobre todo, lo hacía muy curioso. Sakura no solo había representado su juvenil interés romántico, sino también una incógnita, que Naruto Uzumaki nunca supo resolver. ¿Cómo lo había conseguido su hijo? Sakura razonaba que solo eso evitaba que Naruto no volviera a hablarle más en la vida. Y ni siquiera una respuesta como esa podría brindar con sinceridad.

-no tengo más motivos para justificarme o defenderme. –añadió la mujer seria, y girando para tomar la salida- fue mi propio deseo y egoísmo lo que me hizo acostarme con tu hijo. Míralo así, o como quieras. Pero como esa relación ha terminado, te pido solamente que no intervengas. Sarada seria lastimada injustificadamente. Y ella me preocupa por sobre todos. Buen día, Hokage-sama.

Y se marchó, sin esperar o recibir respuesta. Internamente sabía que Naruto podía delatarla ante Sarada al instante. Tenía mil recursos para hacerlo. También entendía que no había forma de evitarlo. No por siempre al menos. Sakura solo apostaba que esta conversación, hiciera creer a Naruto que su hijo se había visto confundido y manipulado por ella. Y así, permitiera a los jóvenes proseguir su camino y finalmente casarse sin decir lo que sabía. Sakura había dicho y se juraba cumplir, que no volvería a follar con Boruto. No era que no lo deseara, era que jamás permitiría perder el único vínculo que aun poseía de su alicaída familia. No sacrificaría a Sarada, por un objetivo personal. En eso, claramente se diferenciaba del cerdo de su difunto esposo.”



Recordó con cierta angustia esa discusión. Mientras terminaba de realizar el examen con chakra a Boruto. Y aunque la atracción física que sentía por el joven era palpable, aunque su cuerpo luego le reclamara una descarga sexual en cuanto lograba encontrar la soledad de un baño, Sakura tenía que evitar darle alguna señal al rubio de su necesidad. Que Boruto la olvidara, que se concentrara en recuperarse y luego en Sarada. Que jamás vuelva a pensar que podrían estar juntos. Era lo mejor para el futuro de ambos.

-en 5 días, -le dijo apenas la doctora- estarás físicamente recuperado. Tus canales de chakra sin embargo, están demasiado dañados por esa horrible técnica que usaste hace tiempo.

-¿Cuánto tiempo más?

-al menos una semana extra –Le aclaró la mujer- puedes tener rutinas físicas livianas, pero de ninguna formas uses chakra por….mmnmmmnnnn

Estaba concentrada en su parlamento, tanto que no pudo reaccionar efectivamente a un Boruto que se sentó en la camilla y tomándola por detrás del cuello le cubrió los labios con un fogoso beso. Ella no supo cómo apartarse, la había tomado por sorpresa. Intentó apartarlo con cuidado, y le tomó unos 10 segundos extra vencer la sensación placentera del contacto. Su boca nunca se había sentido más dulce, más sabrosa. La sensación fue embriagante, pero tenía que terminar.

-Nunca más Bolt- le dijo apartándose bruscamente del lugar- no podemos hacerlo nunca más.

-Te deseo Sakura….-le respondió el joven tratando de pararse de la camilla- ¿Por qué no podemos continuar…?

-Nunca más….-le dijo la pelirosa tocándose la boca- por favor Bolt….nunca más.


Sakura abandonó el consultorio como si escapara de su muerte. Y en el interior del lugar, el joven Uzumaki saboreaba el beso del adiós como una tortura. Porque la vida le había mostrado el camino al cielo, y ahora mismo, parecía estar en caída. Directamente a ese “nunca más”, directo a su propio y personal infierno.


Fin del capítulo.
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Mensaje por Daniel C Mar Oct 11, 2016 11:01 am

Gran cap arminius Very Happy
Espero continuación.
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Mensaje por arminius Dom Nov 13, 2016 11:53 am

CAPITULO 18: SOBRE EL SILENCIO


Caminaba lento. Lo hacía arrastrando los pies, y tratando de no caerse en cualquier esquina de la aldea. La gente le miraba raro, y para Boruto no era sorpresa considerando que parecía un anciano en su andar. Le dolía todo su cuerpo, cada hueso, cada musculo. Articulaciones, nervios, células. Por dentro y por fuera, solo era una gran masa de dolor.

Cuando por fin llegó a su departamento, sintió todo el peso del mundo sobre su espalda adolorida. Tenía dos funciones típicamente sencillas. La primera consistía en mantenerse de pie frente al portal, y no ceder a la tentación de dejarse caer allí mismo para intentar dormir cual vagabundo. Y la otra tarea tenía algo de precisión requerida. Era tratar de colocar la llave y abrir esa maldita cerradura para entrar a su “hogar”.

Dos meses. Llevaba poco más de 60 o 65 días de esa tortura interminable. Una rutina semana tras semana que se parecía mucho a la antesala del infierno mismo. Era entrenamiento, pero tenía todo el aspecto de famoso “castigo divino”, solo reservado a ese tipo de personas que desean algo tan intensamente, que cuando se alcanza, pierde todo el brillo de lo esperado al comienzo.


-Cuidado con lo que deseas…-se dijo Bolt logrando con dificultad que la mano dejara de temblarle y así acertar a la cerradura- puede que el diablo venga a cumplirlo.



Más de dos meses entrenando con su padre. Más de dos meses cargando la pesada cruz de sus decisiones pasadas. Siendo entrenado de la manera más brutal que pudiera concebir. Apartado del afecto de su madre y hermana, mirado de reojo por prácticamente todo el pueblo. Era todo muy difícil, demasiado complicado.

En la oscuridad de pequeño comedor, se sintió morir de angustia con solo pensar que aun debía cocinar lo que fuera que pudiera. En realidad, necesitaba hacer tres cosas. Bañarse, comer y dormir. Era a las únicas cosas que podía apelar, para tratar de recuperarse en lo posible y así levantarse a un nuevo día.

Entonces, hizo lo acostumbrado. Colocó ramen instantáneo a calentar, y mientras esos interminables tres minutos trascurrían, se metió con ropa y todo a la ducha para ahorrar tiempo. El primer golpe del agua producía gritos, mientras que el resto de esos tres minutos hasta regresar por el ramen, consistían generalmente en quejas y maldiciones ante los intentos de quitarse la ropa. Sus músculos y articulaciones le hacían pagar cada intento de movimiento. Aun así, su orgullo aun lo mantenía intacto.

Su padre lo apaleaba a diario. Eran entrenamientos intensos en lo físico, que cada tantos días finalizaban en un combate al máximo nivel. Y nunca Boruto se había sentido más novato en el arte ninja. Además, como añadidura de los 5 días hábiles de carnicería continuada, Bolt tenía que pasar casi todo el sábado estudiando con Kakashi; puliendo todo lo referido a diplomacia y leyes extranjeras.

Se dormía mientras el anterior Hokage hablaba y hablaba, recibiendo como pago un golpe en la cabeza en correctivo. Kakashi era tan serio como en sus primeros meses de sensei, no había bromas ni tampoco distracciones. El peliplata parecía muy preocupado en completar la formación teoría de un político, más allá de la parte ninja implícita.



“-deberíamos concentrarnos en técnicas y formas de combate tío Kakashi…-le dijo Bolt una tarde mientras se tomaba la cabeza luego de recibir su golpe número 5- esto me da sueño.

-deberás estar muy despierto de ahora más Bolt –argumentó Kakashi serio- a cada paso dentro y fuera de esta aldea, tendrás que cuidar de no caer en un pozo.

-soy solo un ninja Kakashi-sensei…

-No…-le corrigió el maestro- ahora no solo eres un ninja, sino un heredero. Eres el hijo del más poderoso líder de las aldeas. Lo que tú realices desde ahora, repercute directamente sobre el Hokage. Por esa razón, deberás manejar la política y diplomacia, con la misma habilidad que lanzas kunai.”




Entonces para resumir, de lunes a viernes era entrenado y forzado hasta los límites en su físico. Mientras que el sábado se la pasaba torturado por el interminable aprendizaje de los tratados, obligaciones y situaciones diplomáticas que Konoha sostenía con el resto del mundo conocido. Quedando solo el domingo, para tratar de lamer sus heridas y recuperarse ante la inminente llegada del lunes venidero; todo para reiniciar el desgaste nuevamente.

Boruto comió el ramen en la oscuridad de la cocina-comedor, medio desnudo y tratando de sostener los palillos entre sus dedos temblorosos con extrema dificultad. No solo sentía su cuerpo atrofiado por el extenso entrenamiento de resistencia, sino que su chakra nunca terminaba de recuperarse totalmente antes de que llegara la madrugada siguiente y de nuevo se viera obligado a gastarlo a raudales.

Y todo se trataba sobre resistir. Debía resistir a como diera lugar. Su padre no le hablaba más que para indicarle cada ejercicio, y jamás había vuelto a sonreír desde el asunto Uchiha. Así mismo, Bolt en más de dos meses apenas una vez se había podido ver con su hermana durante una tarde. La joven, le informó con cierta incomodidad que tenía prohibido visitar o ver a su hermano por órdenes expresas de su padre.


-Quisiera ayudarte Onii-chan…-le dijo Himawari mientras tomaban un helado ese domingo en particular- quisiera visitarte y estar contigo.


Boruto sintió mucha frustración al enterarse de eso. Que su padre estuviera enojado y no le perdonara el asunto de Sasuke o lo de Sakura era una cuestión. Pero que además les prohibiera a su madre y hermana relacionarse con él, ya parecía odio puro. Bien debía saber Naruto, que sus hijos siempre fueron muy unidos entre sí. Era casi una crueldad hacerle eso. Y Naruto nunca había sido cruel con nadie en toda su vida. ¿Qué razón podía tener el Hokage para aislarlo así? Fue por eso, que Boruto decidió como cuestión de orgullo seguir el reglamento a rajatabla. Si su padre quería aislarlo de sus afectos, si quería castigarlo o simplemente comprobar que el joven Uzumaki no estaba a la altura del desafío, Boruto no le daría la satisfacción de rendirse tan fácilmente.


-No te preocupes Hima-Nee….- le susurró al oído el rubio mientras abrazaba a su hermana para despedirse- será mejor que obedezcas a Oto-sama. No quiero que seas afectada por lo que vendrá.


Boruto se apartó de su hermana desde aquel día. No volvió a verla ni aceptó pasear con ella. Decidió resistir en soledad la situación, ya que prefería sentirse miserable personalmente, y no que eventuales enemigos descubrieran que dañando a su hermana pequeña, sería la forma de hacerle mayor daño a el.

A partir del tercer mes, el entrenamiento se intensificó…

Como Boruto resistía todo tipo de ejercicio que su padre le imponía, las cargas de trabajo se fueron elevando de manera alarmante. Cada vez empezaban más temprano a entrenar, y los horarios de finalización se extendían poco a poco. Eran padre e hijo, también maestro y alumno, pero casi no había palabras entre ellos. Esta situación le molestaba a Bolt al principio, para luego entristecerlo. Fue durante estos meses de entrenamiento, que el joven Uzumaki pudo realmente comprobar cuan fuerte era su padre en realidad. Lo había admirado cuando más niño, pero era solo como un ideal para alcanzar. Pero luego de esa convivencia de entrenamiento forzada, ahora sentía un orgullo mayor de decir que ese hombre era su padre.

Poco a poco, el silencio entre ellos que tanto había dolido a Bolt al comienzo, se trasformó en un buen tipo de lenguaje para el entendimiento. Mientras practicaban, Boruto realizaba los ejercicios con mucha intensidad y entusiasmo redoblado. Sin exigir explicaciones como al inicio, sin quejarse o negarse por parecer imposible. Eso lograba agradar a Naruto, aunque gestualmente no lo demostrara. Finalmente, una tarde cualquiera Boruto comenzó a notar que algo estaba cambiando.


-El no….-se dijo en un susurro mientras realizaba sentadillas a un costado del campo de batalla- el ya no envía clones para entrenarme.


No lo había notado al inicio, tal vez por cansancio o simple acostumbramiento. Pero su padre había dejado de enviar clones para supervisarlo al entrenar. Hacía casi 15 días que se presentaba en persona. Dejaba el trabajo de oficina descargado en copias propias y en sus secretarias, para darle la mayor parte de su tiempo a las prácticas de su hijo. ¿Acaso comenzaba a perdonarlo poco a poco?


-Sensei…-le dijo Boruto que así lo trataba desde que comenzaron a entrenar juntos- ¿Qué más debo hacer hoy?


Eran casi las 20 horas, la noche estaba ganando terreno en el bosque. Siempre entrenaban bastante alejados de Konoha. Y generalmente hacia una hora que se tendría que haber acabado la práctica del día. Pero no sucedía, y tal vez fuera porque era viernes. Pasarían dos días hasta que volvieran a verse. Aun así, Naruto nunca había demostrado gusto por la cercanía. Todo siempre había parecido un trámite para el Hokage. Una obligación, más que un placer.


-La práctica ha terminado por esta semana…-señaló Naruto impasible y de brazos cruzados- acabo de enviar un clon para buscar algunas ordenes de Ramen. ¿Quieres cenar aquí antes de regresar a la aldea?



La noche era hermosa, había luciérnagas que comenzaban a notarse entre los árboles que rodeaban la zona. La luna ganaba terreno en el firmamento, y Boruto no podía notar nada a su alrededor. Estaba demasiado sorprendido, emocionado, estupefacto, con esa propuesta de su padre. Después de tanto tiempo sin dirigirle la palabra. ¿Acaso el Hokage estaba invitando a su hijo la cena?

El joven asintió, dejándose caer al suelo porque las piernas le reclamaban un descanso. Frente a él, su padre también tomó asiento cruzando las piernas. No había nada para ver en particular, sería difícil estar a gusto cenando sin dirigirse la palabra. Pero Boruto no quería arruinar la situación comentando algo estúpido. Por eso fue toda una sorpresa tal invitación.

Fueron los 15 minutos más largos de su vida. El bosque calmo, el sonido de los grillos, y ellos dos sentados lado a lado sin mirarse ni hablar. Solo hasta que retornó el clon con las ordenes de Ramen, que volvieron a moverse nuevamente. La copia desapareció, y ambos se dedicaron a cenar como el asunto más interesante del mundo. El silencio estaba instalado como siempre, pero ya no era tan incómodo.


-Has mejorado…-dijo finalmente Naruto.


Bolt sintió que la comida se volvía aún más sabrosa. Esas palabras eran esperanzadoras. Desde su punto de vista, lo único bueno que podía decir de su entrenamiento, era que había aprendido a tolerar el dolor constante más efectivamente.


-el lunes que viene, -le dijo el padre calmadamente- tengo que viajar al país del hierro.


Eso significaba que no habría entrenamiento brutal como bienvenida a la semana siguiente. Hace meses Bolt lo hubiera sentido como una gran noticia, pero ahora por alguna razón le sabía mal. ¿Acaso era masoquista? Probablemente se la podría pasar durmiendo en su apartamento, o tal vez pasear un poco. ¿Por qué ahora sentía que extrañaría el entrenamiento? Debía estar volviendo adicto al dolor. No había otra explicación.

-Sai te ha designado como parte de mi guardia personal –añadió Naruto luego de comer durante un rato- debes estar listo para viajar el lunes bien temprano.


Boruto siguió sin hablar. La emoción era demasiado grande a esas alturas. Su padre no lo dejaba atrás. Lo iba a llevar como su guardia privada. Esa era una muestra cabal de confianza en sus habilidades. Nadie llegaba a ser guardia de un Hokage sin estar en el máximo de sus habilidades. Incluso los ANBU más poderosos, rara vez podían calificar para tal honor. Solo Sai, como líder de los escuadrones especiales o el Hokage mismo, tenían la potestad de elegirlos.

-Hai Oto-sama….-respondió apenas el joven asintiendo con tranquilidad.

Y por un instante, Boruto vio sonreír a su padre. Solo fue un momento, una milésima de segundo. Tanto que pareció una ilusión óptica. Pero fuera verdad o no, el muchacho sintió que estaba en el camino correcto para recuperar el cariño del hombre que más admiraba en la tierra.

Finalmente, los meses de silencio y dolor, estaban llegando a su ocaso final.



********************************************************


Boruto se encontraba sentado alrededor de la mesa en la casa Uzumaki. Había sido invitado por su propio padre a cenar, luego de varios meses donde el silencio fue la única certeza. Se creía que era una cena de reconciliación. Donde Boruto por fin podría estar con su hermana y también visitar a su madre a quien extrañaba mucho luego de irse a vivir solo.

Parecía que las misiones actuando como escolta del Hokage, habían terminado de limar ciertas asperezas que padre e hijo conservaban de los eventos trascurrido al comienzo del año. Se podría decir que luego de más de seis meses, finalmente los Uzumaki volvían a ser una familia. O eso pensaba Boruto, hasta que se sentó en una mesa donde no solo su familia estaba compartiendo, sino también Sakura y Sarada Uchiha.


-siéntate Onii-chan…-le dijo su hermana contenta de tener cerca a su hermano nuevamente- esta es tu casa también.


Bolt sonrió apenas, como gesto amable para Himawari y por la paradójica de esta situación general. Cada día que trascurría, se volvía más fuerte que antes de la pelea con Sasuke Uchiha. Pero irónicamente también, parecía poco a poco a convertirse en un ser más y más impotente ante las acciones de los demás. Perdía el control de su vida, ese que tanto le había costado ganar cuando se unió a la raíz.


-esta reunión se ha retrasado demasiado…-inició la conversación Naruto, desde la cabeza de la mesa- el acuerdo matrimonial tenía una extensión de 12 meses, aunque ambas partes pensábamos ejecutarlo mucho antes. Aun así, el consejero Nara se encuentra presente para certificar los pasos que seguiremos. Debemos definir esta situación.


Shikamaru Nara. Estaba otra vez en el camino de Bolt. El joven no hacia ningún movimiento en particular, ni en esa cena, ni durante todos los meses pasados en la calle. Era más que evidente que el líder de los Nara seguía pendiente del asunto de Raíz. Pero Bolt estaba suspendido de sus funciones como miembro del grupo, así que no hacia otra cosa que entrenar. Sobrevivir al entrenamiento para ser precisos.


-¿están las partes de acuerdo con la cancelación del contrato? –consultó Shikamaru que había sido invitado por Naruto precisamente para ello.

-la familia Uzumaki desea cancelar el contrato –apuntó Naruto serio, quien ya había hablado con Bolt del asunto hace días- estamos dispuesto a ceder nuestro derecho a una devolución de la dote.



Todos miraron a Sakura. Se hizo el silencio incomodo que lo que se suponía que ella tenía que decir no surgía de sus labios. Se veía incomoda, su rostro estaba surcado por la duda y la preocupación. Naruto se sintió sorprendido por la situación. Si lo que sabía de Sakura y Bolt había sido cierto, la pelirosa sería la más interesada en evitar que su hija se casara con el joven Uzumaki. Después de todo, las posibilidades de que se descubriera la situación del pasado tarde o temprano, eran superiores si la relación entre esas familias continuaba a las nupcias.


-Uchiha Sakura…-intervino la quietud Shikamaru cortando el silencio como con un filo- ¿Cuál es la respuesta de su parte?


Sarada tenía el rostro pétreo, pero se notaba que estaba nerviosa. La tensión de su cuerpo era extraordinaria. ¿Acaso no era obvio que todo había terminado? La niña parecía frustrada porque su madre no estaba respondiendo como era evidente. O al menos eso creían quienes las miraban alrededor de la mesa.


-el….el clan Uchiha….-dudó al iniciar Sakura- exige….que el contrato matrimonial sea efectivo. La fecha puede ser parte de un acuerdo verbal. Pero lo firmado, debe ser respetado.


Increíble….


Completamente increíble…


Una locura total…


Boruto e Himawari tenían los ojos tan grandes que parecían intentar escapar de las orbitas. No podían creer lo que Sakura-sama acababa de comentar. Acaso… ¿las mujeres Uchiha habían perdido la cordura? Shikamaru suspiró aburrido. No parecía ni siquiera atender la situación, cuando en realidad era lo que deseaba. Era la razón por la que había venido en primer lugar. Naruto había recibido la misma respuesta de Sakura ante la reunión previa que tuvieron. Pero aun así, no creyó que esto fuera la realidad. ¿Cómo obligar a Bolt al casamiento? No parecía algo que el muchacho fuera aceptar tranquilamente. ¿Por qué Sakura permitía que esta situación siguiera adelante? Acaso…. ¿quería que su hija se casara para poder tener cerca a Boruto? ¿Planeaba continuar sus amoríos aun con su hija siendo esposa del amante? No, no era lógico. No podía ser cierto. Sakura no se arriesgaría a una locura semejante. ¿O si lo haría?


Mientras tanto, Boruto recuperándose del impacto de la situación. Supuso que Sakura había dicho lo dicho, contra su voluntad. Era indudable que Sarada había sido inflexible en su determinación de no cortar la relación. Era claro que la madre no era quien quería continuar con todo esto. Y por esa razón, Boruto debía cortar el problema de raíz. No podía casarse con Sarada Uchiha. No después de todo lo ocurrido.


-quiero hablar con Sarada….-dijo el joven Uzumaki tranquilo- a solas.

-eso no será posible, -dijo Shikamaru como mediador- la reunión es para definir los aspectos de…

-No estoy pidiendo su permiso…-señaló con dureza Boruto, mirando a Shikamaru como si fuera un perro- no es más que una mosca en la sopa de esta reunión. Así que mejor sería que guardaras silencio, cuando menos hasta que le pregunten tu opinión.

-¡Boruto! –Le amonestó el padre duramente- no vuelvas a hablar de manera tan irrespetuosa con Shikamaru. Si no tienes nada bueno que aportar a esto, cierra la boca.

-guardare silencio Hokage-sama –admitió tranquilamente el hijo- cuando no tenga nada más que decir. Pero Sarada debe saber todo lo que ha pasado, antes de seguir adelante con esta situación.

-¡Eso no! –gritó la pelirosa espantada, y luego bajo la cabeza dándose cuenta de su error.



Boruto se había puesto de pie, para invitar a Sarada al traspatio y así charlar. Pero el grito de Sakura había dejado a todos congelados. Incluso la niña Uchiha no entendía que estaba pasando. ¿Por qué su madre y el padre de Bolt estaban tan nerviosos? ¿Qué era eso que Bolt debía decirle para cambiar su opinión al respecto del casamiento? Durante meses, había intentado que su madre concertara esa reunión para definir el casamiento. Casi no había podido ver a Bolt durante meses por culpa de los brutales entrenamientos que tenía con el padre. Y para colmo el fin de semana se la pasaba internado con Hatake Kakashi estudiando. Apenas tenía el domingo de cierta libertad, pero aun así siempre tocaba a la puerta del departamento para encontrarlo durmiendo o agotado como para salir. El asunto de Sasuke no era una sorpresa para Sarada. Por intermedio de su madre, más la situación de salud que Boruto había trascurrido, hacían evidente lo sucedido. Sarada había amado mucho a su padre, pero ya no más. Nunca más desde que descubrió el negro futuro que se preparaba para ella.


-Sarada….-le dijo Bolt alejándose de la mesa e invitándola con la mano al fondo de la casa- ven por favor….

La muchacha dudó algunos segundos, ya más tarde preguntaría a su madre sobre ese grito sin sentido. Siempre había tenido la intuición que algunas cosas la pasaban de lado. Alguien, o algunos de los presentes, tenían oscuros secretos guardados. Fuera lo que fuera, Sarada se prometía que nada le impediría convencer a Bolt de contraer matrimonio. Lo amaba, lo seguía amando como siempre. Sentía un vacío enorme que solo la sonrisa confiada del rubio podía llenar. Fuera cual fuera el problema entre su madre, el Hokage y Boruto, Sarada se prometía que estaría de parte de su futuro esposo. Aunque tuviera que luchar contra todos para conseguirlo.



***************************************************


-¿Por qué no quieres casarte conmigo Bolt-kun?


Hablaron durante algunos minutos, pero las charlas no tenían que ver con la cuestión que los llevó al traspatio en primer lugar. Ambos estaban tensionados, y Boruto estaba seguro que tanto Sakura como Naruto en el comedor, estarían retorciéndose de los nervios por descubrir lo que sucedía afuera. Sin embargo, Boruto eligió que la primera charla tranquila que tenía con su mejor amiga en varios meses, fuera más relajada y tratara de apartarlos por un instante de la realidad compleja. Pero mientras Bolt hablaba sobre entrenamientos y dolores actuales, Sarada solo tenía un objetivo claro esa noche. Y lo perseguía con la paciencia de una cazadora consumada.

-¿Por qué quieres renunciar a nuestro compromiso?

Dos preguntas continuas y profundas. Boruto era consiente que podía manipular la situación a voluntad. Si tan solo mentía, y además reacomodaba los eventos del pasado a su beneficio, podría conseguir que Sarada lo odiara, o en cambio siguiera amándolo por siempre. El problema con ambos conceptos, era que lograrlos atraves de una mentira conllevarían al mismo resultado. Sarada ardería en las llamas de la furia, sus ojos se alimentarían sin cesar de esa explosión, y un manto de oscuridad teñiría su vida por siempre. Si buscaba que Sarada lo odiara ahora, podrían empezar una batalla a muerte en cuanto le confesara que había follado con su madre decenas de veces. Y que por añadidura, parecía estar “enamorado” de Sakura. Bolt aún no sabía si definir lo que sentía como amor, después de todo, simplemente había sido sexo básico, animal y caliente. ¿Pero que era el amor realmente? ¿Acaso la necesidad de estar con el otro a cualquier hora y lugar estaba directamente relacionado solo a lo afectivo? ¿No se podía empezar amar desde lo carnal?

-Sarada….yo….

-por favor no me rechaces…-dijo la niña acercándose a su brazo y tomándolo de costado- sé que todo se ha empañado con sangre. Pero mi padre quería un futuro mí, que era asqueroso. Si tengo que darte todo para me aceptes. Si yo tengo que…

-No….-le interrumpió Boruto apartándose un poco- esto no tiene que ver solo con sexo. Y no es por causa de tu padre mayormente.

-¿Entonces qué?


Se lo iba a decir. Era cuestión de abrir la boca y confesar que fue infiel cuando eran novios. Confesar que se había acostado con otra mujer y no era por una misión de seducción. Confesar quien era esa mujer, y porque razón Bolt seguía pensando en las horas que pasó junto a ella en el pasado. Algo en la mente del joven rezaba… “díselo” “libérate y libérala de esta carga”. Pero otra parte, la más oscura del deseo susurraba maliciosa: “acepta el casamiento, luego podrás continuar tu amorío con su madre a espaldas de todos” “acepta para estar cerca de Sakura” “acepta para chantajear a Sakura con esa verdad si es necesario”


-Sarada….-dijo finalmente decidiendo- no podemos continuar con esto, sin que sepas algunas cosas. Para casarnos, debemos hacerlo sabiendo perfectamente todo lo ocurrido. Lo más importante, la razón de porque decidí romper nuestro noviazgo hace meses. Para que puedas perdonar, o dejar nuestra relación anulada para siempre.

-dijiste que fue porque te culpaban de la muerte de Kiba Inuzuka –señalo la joven suavemente- ¿no era verdad?

-en parte sí, pero también lo hice porque realice una misión, donde tuve que dormir con mi objetivo. Para chantajearla y cumplir mis órdenes.

-¿una misión? ¿Qué tiene que ver una misión con lo nuestro?



Sarada era Kunoichi. En el mundo civil, hubiera sido una excusa inaceptable declarar una infidelidad por obedecer órdenes de otros. Pero entre ninjas, las misiones tenían y debían cumplirse más allá de asesinatos o sexo. Los Shinobi de la división “infiltración” vivían prácticamente de seducir objetivos y sacarles lo que necesitaban. A la fuerza, o con sexo. Eso no constituía traición entre ninjas. Pero Bolt no podía disfrazar la verdad del asunto, ahora que había decidido abrir el juego, Sarada debía decidir si quería casarse con un traidor.


-Cuando terminé mi misión, -prosiguió el rubio- aun así decidí continuar viendo a esa mujer. Ella vive en Konoha, y nos volvimos amantes. Tú y yo no hacíamos el amor, y no pude evitar seguir viéndola.


Sarada estaba paralizada. Esto no tenía nada que ver con una misión. Era simplemente que Boruto estaba acostándose con otra mujer. Que la había cambiado por otra. Que no pudo esperarla cuando ella le pedía tiempo antes de tener su “primera vez”. Los intentos de acercamiento físicos cesaron en la joven Uchiha, su mente comenzaba a nublarse de rabia.


-¿Quién es ella? –Gruñó furibunda- ¡¿Quién demonios es ella?!


Esa era la pregunta clave. Ahora mismo Boruto podía manipular el resultado solo dando el nombre de Sakura. Sarada estaría tan furiosa con su madre, que hasta olvidaría que Bolt era también parte de la traición. Incluso si decía las palabras correctas, podía lograr casarse con ella y que se separara de Sakura culpándola del asunto a conveniencia. Dividir para conquistar. Pero los últimos meses habían cambiado algo en el alma de Boruto. Tal vez fue sobre el silencio, tal vez la extrema soledad o el dolor de no tener a nadie cercano. El Uzumaki actualmente entendía, que si el destruía el vínculo que Sarada tenía con su madre, la dejaría sin nada. Sin su padre, sin su madre, sin pareja. La haría pedazos y la trasformaría en usuaria del Magenkyo con seguridad. No le podía hacer eso a Sarada Uchiha. Y aunque le doliera admitirlo, tampoco podía dañar a Sakura. Ambas eran parte de mismo deseo y sentimiento. Ambas o ninguna.


-El problema es este….-señaló Boruto tratando de mostrarse tranquilo- al parecer los Uzumaki del remolino, tenían una cantidad tan excesiva de chakra, que su libido era incontrolable. Ellos según he leído, lo solucionaron con ayudantes sexuales. Una segunda mujer que pudiera cubrir a la esposa en caso de necesidad.

-¿Qué….dices? –balbuceó Sarada sin entender adonde quería llegar.

-La razón porque la necesité de esa mujer, es la misma que me impulsara a no serte fiel si nos casamos. La misma razón por la que Oto-sama, tiene una ayudante sexual que complementa a mi madre. Por esta cuestión, debemos cancelar el compromiso. Dudo mucho que quieras encontrarme con otra mujer en nuestra cama, dentro de 10 años. O compartirme con alguien más.


La idea era genial. Se le había ocurrido mientras encontraba la manera menos dolorosa de convencer a Sarada para detener el compromiso. La técnica dialéctica era apartar el problema de la traición. Implantar en el dialogo, una especie de asunto de salud que impidiera continuar la relación. Si Sarada era tan celosa y posesiva como parecía, jamás iba a consentir tamaño argumento. Probablemente le trataría de mentiroso, o le daría una bofetada para volver al comedor y dar por terminada la reunión. Pero la identidad de la amante iba a ser irrelevante si el problema era de carácter crónico. Después de todo, podían venir más amantes en un futuro. Ciertamente las clases de historia que impartía Kakashi-sensei, estaban dando un inesperado fruto. Apartar a Sarada, para mantener el enterrado el secreto de Sakura para siempre. Sin relación de contrato, ya no habría relación de familia. Naruto y Sakura solo estaban reunidos por algo previamente firmado. Pero la realidad es que no se hablaban hace meses. Y tal vez nunca volverían a hacerlo si acaso la pelirosa entendía la maniobra de Bolt.


-¿lo entiendes Sarada-chan? –le dijo suavemente Bolt como para hacer más llevadera la información que estaba dando- no podemos ser marido y mujer. O terminaré haciéndote daño.

-ahora mismo, me haces más daño que nunca- aclaro dolorida la chica.

-pero puedes elegir…-le admitió el con firmeza- ahora puedes, antes que el contrato se haga efectivo. Te estoy dando la oportunidad de…

-¡me estas abandonado!-le gritó ella parándose frente a él y golpeándole con un puñetazo al estómago que hace meses lo hubiera mandado a volar, pero ahora apenas lo movía- ¡eres un maldito mentiroso! ¡Solo quieres abandonarme para irte con esa mujer! ¡¿QUIEN ES ELLA?! La mataré…

-no serviría de nada…-le dijo el rubio tomándola de la muñecas para evitar que siguiera agrediéndolo sin sentido- esa mujer está fuera de mi alcance ahora. Ella ya no quiere verme porque es casada. Pero el problema que me hizo verla al comienzo, es el mismo y se mantiene igual. Mi padre el Hokage, también lo tiene.

-¿Tu padre, engaña a Hinata-sama?

-No…-le sonrió apenas Bolt con picardía- en realidad se dice…que mi tía Hanabi, es la que viene… “de visita”. Directo al cuarto del matrimonio Uzumaki. Ju ju ju



Por alguna razón desconocida, la imagen cubrió toda la mente de Sarada. Se imaginó al Hokage, que siempre se veía tan serio en su oficina y todo. Desnudo entre sábanas blancas asediado por las dos princesas Hyuuga, pidiendo hambriento sexo sin tregua aparente.

La imagen mental le hizo cabecear, y un hilito de sangre descendió por su nariz levemente. Tardó algunos segundos en recuperarse, y al fin notar que Bolt estaba entrando de nuevo a la casa para retomar la reunión. Al parecer, todo se había complicado por el lado más inesperado. Sarada no sabía que sentir, tristeza por la situación, odio a esa mujer desconocida, o angustia por sentir que se escapaba su oportunidad de casarse con el hombre que amaba. Todo era una confusión enorme. Incluso empezaba a entender un poco más a su madre. Era Sakura, quien le había sugerido que no continuara con la idea del casamiento.

Sarada fue inflexible en su pedido hace días. Incluso amenazando con fugarse de la aldea si acaso su madre se interponía con su felicidad. Fue Sarada que desde las sombras había forzado esa reunión, fue Sarada quien le había obligado a su madre a exigir el cumplimiento del compromiso. Pero ahora, justo en ese instante, no se sentía con fuerzas para seguir peleando más en ese terreno. Sin embargo algunas batallas, podían ganarse fingiendo la derrota al comienzo.

Si Bolt no deseaba continuar con esta situación, nada podía hacerse por el momento. Pero Sarada no se rendiría con facilidad. Era obstinada e inteligente. Se dijo que aún tenía una posibilidad para apelar. Entonces, aun le quedaba una carta por jugar en la partida.


-Bolt-kun….-le susurró tristemente- si no podemos casarnos….

-¿Qué ocurre?

-Soy la última de los Uchiha –aclaró la niña bajando la vista apenada- todos los clanes intentaran que me comprometa con sus hijos. Será una cacería, quedaría expuesta. Oka-san no tiene poder alguno sin Oto-sama vivo. Ellos me obligaran a….-no pudo ni decirlo de la frustración- al menos… ¿no podríamos fingir que continuamos comprometidos?

-Sarada no podemos casarnos, -intentó explicarle el rubio- no sería bueno para ti si…

-¡no quiero eso! –le aclaró la joven interrumpiendo- solo…que pase más tiempo hasta volver a quedar…. “disponible”.



Boruto lo entendía, si se rompía el contrato, Sarada volvería a estar soltera oficialmente y le lloverían propuestas de matrimonio. El asunto ahora, era que sin Sasuke como elemento intimidante vivo, el consejo podía querer apurar los tiempos para que la última Uchiha comenzara a producir herencia de Sharingan cuanto antes. Entonces Sarada ya no tendría poder de decidir con quien compartir su vida.

-entiendo…-le indicó Bolt asintiendo- podemos firmar una extensión del contrato. Eso te daría un año más cuando menos. ¿Cierto?

Ella sonrió, y ambos retornaron al comedor en silencio. Boruto había hablado con su padre seriamente sobre el rompimiento y las razones para pedirlo. Pero no podía evitar sentirse un poco culpable por todo lo pasado, así que no podía negarle a Sarada la posibilidad de conservar su libertad un poco más. Al mismo tiempo, la joven Uchiha se alegraba de haber conseguido convencer a Bolt de continuar el acuerdo. Todo había sido una gran excusa, no le importaba ni tenía miedo a las presiones políticas. Pero aunque Boruto ya no la viera como la única chica de su vida, aun así podía encontrar la manera con el tiempo de reconquistarlo. Mantener el acuerdo, era la forma de ganar algo de tiempo.

Mientras tanto Sarada, se dijo que iba a vengar de esa maldita mujer que había alejado a Boruto de su lado. Solo tenía que descubrir quién era, y el comienzo de todo, era fingir que no la perseguiría hasta el fin del mundo. Pero en cuanto todos bajaran la guardia, en cuanto Boruto volviera a verla por cualquier circunstancia; Sarada lograría averiguar su identidad.

Esa mujer estaba muerta, solo que aún no lo sabía.



******************************************************



El camino mayormente había sido tranquilo….


Boruto marchaba detrás de su padre, junto con los escoltas del Hokage directo a la reunión de líderes en el país del hierro. El ritmo de marcha había sido lento según el joven Uzumaki, incluso se sintió tentado por indicarle al líder, que apresuraran la marcha para llegar antes de la puesta de sol. Sin embargo, cuando la noche ya era dueña y señora del paisaje, Boruto por fin pudo notar la razón principal de esa supuesta “lentitud”.

-descasaremos aquí una hora, -anunció Naruto a su grupo de subordinados- tenemos que llegar con fuerza a la reunión. Por cualquier problema.

Bolt estuvo a punto de soltar la pregunta más básica. ¿Para qué descansar a pocos kilómetros del objetivo? Pero observando al resto de los ninjas enmascarados que escoltaban al Hokage, pudo notar que todos se encontraban visiblemente agotados. Se quitaron sus máscaras algunos, otros trataron sin éxito de fingir no estar agitados. Pero se podían notar que habían dado bastante de su chakra para mantener el ritmo de carrera. Y en caso de tener que pelear, les sería difícil sostener un buen nivel sin descanso.

Boruto se quitó su máscara de lobo para verlos bien. Le parecía bastante notable el nivel de cansancio por mantener una marcha tan lenta según su visión. Solo su padre y el mismo, parecían respirar sin prisa. Como haber dado un paseo de pocos kilómetros solamente.

-nunca olvides…-le dijo su padre viéndolo tan confuso- nuestro entrenamiento del último año.

El joven asintió seriamente. Había sido el maldito infierno. Durante todos los días, sin descanso o tregua aparente. Su cuerpo había sido forzado al límite, una y otra vez. Había terminado muerto, exhausto, totalmente sin capacidad de moverse. ¿Qué era esa marcha furiosa por los bosques cruzando el país del fuego en comparación? ¡Maldición si podía seguir corriendo toda la noche de ser necesario!

-increíble…-se dijo apenas sonriendo- es increíble…

Naruto estaba a su lado, y no pudo evitar sonreír también. Se sintió orgulloso. No lo pudo evitar. Su hijo era casi tan fuerte como el mismo. Tenía casi 19 años y era casi tan fuerte como el Hokage más poderoso. Lo que le faltara de experiencia o edad, lo compensaba con trabajo duro y mucha inteligencia. Su hijo era todo lo peligroso que el resto de los Kage suponían desde hace tiempo. Era exactamente lo que esperaban de él. Nadie que estuviera en sus cabales, intentaría atacarlo de frente y en campo abierto. Naruto lo sabía hace tiempo, pero recién en ese momento fue totalmente consiente de lo que debía hacer:

-Estás listo Bolt….-le señalo seriamente- tu entrenamiento ha concluido.


El joven le miró. Con esa expresión de extrañeza que lo hacía ver casi un niño. El niño que hace años ya no era. El infante que había deseado la compañía y el apoyo de su padre. Naruto se sentía algo culpable por ello. Si acaso hubiera actuado distinto, tal vez Sasuke estaría vivo. Tal vez Sakura no se habría involucrado Bolt. Tal vez el compromiso entre Sarada y Boruto no fuera una farsa como en la actualidad.


-¿Qué quieres decir Oto-sama? –Balbuceó algo confundido el joven- aun no me has enseñado todo.

-El arte ermitaño es un entrenamiento que no me corresponde. –Aclaró el padre- solo los sabios de la montaña sagrada puede entrenarte en ello. El resto de mis técnicas, son derivadas de las básicas que tú ya conoces. Pero esta noche he comprobador, que lo esencial de mi tarea está concluida.


Como Bolt no entendía lo que quiso decir, simplemente guardo silencio. Naruto entonces se apartó del resto del grupo caminando lado a lado con su hijo. Lo que tenía que decirle era privado, y nadie debía escucharlo aparte de ellos.

-existen muchos Shinobi en el ancho mundo con un alto nivel. Ya sea por técnicas, o haber entrenado duramente en un campo específico para convertirse en especialistas, muchos ninjas pueden pelear al más alto nivel. Serán tus rivales en igualdad de condiciones.

-¿entonces como sabes que estoy listo?

-durante este viaje, fui aumentando cada hora la velocidad de marcha. Poco a poco, sin que nadie lo notara durante las primeras horas.

-¿y eso prueba….?

-me ha probado que tu resistencia al prolongado esfuerzo es alta. Te sorprenderá saber, que las batallas más duras contra los rivales más peligrosos, rara vez se definen en pocos minutos. Duran horas, incluso días si los Shinobi se encuentran en igualdad de poder. Y por lo tanto, las definen no las técnicas, sino la capacidad de sostener un alto nivel físico durante prolongado tiempo. Además de poder administrar el chakra correctamente.

Boruto se quedó pensativo. Era cierto que ahora era mucho más fuerte y resistente que hace un casi un año. Pero su padre no le había enseñado ninguna de sus dos más poderosas armas. El modo ermitaño, y el Hiraishin no jutsu. Uno no podía porque era entrenamiento para quienes firmaban el contrato de los sapos. Y era el sabio de la montaña quien debía elegir a sus estudiantes. Pero la otra técnica, creada por su abuelo Minato Namikase, era herencia familiar. ¿Por qué no se lo había enseñado?

-el Hiraishin no jutsu, técnica de clase S creada por el Yondaime Hokage. Solo el dominio de ese jutsu convierte a cualquier Shinobi ordinario en un guerrero casi invencible. Esa técnica es herencia de familia. ¿Por qué no me la has enseñado Oto-sama?

Naruto detuvo su caminata de repente. Sus gestos serios y adoloridos indicaban que lo que estaba a punto de responder era totalmente contra su corazón. Boruto no podía imaginarse la causa de todo esto. ¿Sería que no tenía suficiente talento para aprender algo tan complicado? No, no podía ser eso. El abuelo Minato había sido un genio. Pero su padre el actual Hokage solo un sujeto muy voluntarioso, y aun así había descubierto la forma de realizar la misma complicada técnica. Tenía que haber otra razón.

-la técnica “Hiraishin no jutsu” es parte del pergamino prohibido de la aldea de la hoja. Mi padre no tuvo tiempo de legármela, y solo cuando me convertí en Hokage pude perfeccionar lo que el chakra del Kyuubi me había enseñado apenas. Es una técnica, que solo puede ser enseñada a un Hokage, o a personas de extrema confianza para un Hokage.

Entonces, Boruto comprendió. Su padre le había entrenado, incluso volvía a dirigirle la palabra luego de pasar tantos meses aislado. Pero sobre el silencio de ese momento, estaba la verdad más clara que luz de sol. Boruto en ese momento, lo comprendió todo.

-lo siento Bolt…-añadió el padre antes de darse la vuelta y retornar al campamento en soledad- pero a pesar de haberte entrenado para que puedas sobrevivir a cualquier mercenario, no puedo confiar en ti nuevamente. Lo admitas o no, Kakashi te ha involucrado con una organización clandestina.

-Eso no es…

-Hablé con Kakashi, la noche que te buscaba para que no lucharas con Sasuke. –Le dijo Naruto serio- él dijo más de lo que quiso decir ciertamente. Además, Shikamaru que es mi consejero más leal, tiene la certeza de que algo no está bien. Y tengo que confiar en que nunca me ha fallado. Sé que Raíz existe, sé que formas parte de ella. Así que no puedo confiar en ti nuevamente. No puedo darte la técnica de mi padre. No puedo darte la técnica de un Hokage, cuando no estoy seguro si la usaras para proteger nuestra aldea, o en tu capricho personal. Dijiste que romperías tu compromiso con la chica Uchiha, que la liberarías pero terminaste extendiendo el contrato.

-Pero yo no…

-déjame terminar Bolt…-le interrumpió el rubio líder-No volveré a decirte lo que harás con tu vida. Pero cuando retornemos a Konoha, serás ascendido a Jounnin de Elite. Y podrás elegir trabajar en cualquier departamento que quieras. No obstante, hasta que esa organización secreta sea desenmascarada y destruida, no volverás a ser parte de mi escolta o a frecuentar a nuestra familia. Has elegido un camino, así como Sasuke Uchiha lo hizo hace mucho tiempo. Vive con las consecuencias de tu elección. Así como tengo que lidiar con las mías.


Y el Hokage se fue. Dejando solo a uno de los seres que más amaba en el mundo. A su propio hijo. Tal vez Boruto pensara que había sido fácil o satisfactorio para Naruto decir todo lo que dijo. Pero nada más alejado de la realidad. Desde que se casó con Hinata, incluso cuando se convirtió en Hokage, Naruto Uzumaki había usado todo su tiempo y esfuerzo en post de una misión. La paz mundial. Podría ser el motivo más altruista de la tierra buscar eso, pero en realidad, Naruto lo buscaba por el objetivo más egoísta que se puede concebir.

Había sido huérfano. Sin familia, sin padre, sin madre. Nunca tuvo hermanos y hasta hace un año, el único hombre que había ocupado de cierta forma ese lugar había muerto. Naruto Uzumaki vio a sus hijos nacer y crecer. Tuvo un niño y una niña. Pero sobre todo tuvo mucho miedo. Miedo a ese mundo ninja en el que había crecido, le arrebatara a esa familia que tanto esfuerzo le costó conseguir. Amaba a su esposa, pero ya retirada de la actividad era quien menos riesgo corría en la aldea. Amaba a sus hijos, y ellos elegirían un sendero demasiado sangriento y peligroso como para salir indemnes de ello.

La paz mundial, fue para evitar sufrir la muerte de sus hijos. Para evitar que se convirtieran en ninjas. Para evitar un dolor que seguramente no podría soportar si en una misión los perdiera. Y Boruto, su hijo mayor, estaba violando aquel titánico esfuerzo de su padre para salvarlo de toda la oscuridad. Aun peor, se había convertido en oscuridad. Un Shinobi que obedece a las sombras.

De ese camino, de esa dirección, no podía salvarlo. Y solo le quedaba desear que fuera con bien. Porque aun sufriendo como padre la situación, tenía la obligación como Hokage de proteger a su aldea. Contra el riesgo que fuera, aunque ese peligro se tratara….


De su propio hijo…


Fin del capítulo.
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Mensaje por muertoun26 Jue Dic 01, 2016 4:42 am

Es algo irónico que Bolt haya odiado tanto a Sasuke, pero ahora el es lo mismo o puede que incluso sea algo peor.

es un gran fic, continualo pronto porfavor
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Mensaje por arminius Lun Dic 05, 2016 2:16 pm

esta vez creo que he tardado menos. asi que vamos avanzado hacia el final. calculo que me queda la parte 2 de este capitulo y cerraria todo para el capitulo numero 20. saludos.



CAPITULO 19: EL HOMBRE Y LA SERPIENTE, PARTE 1


-“No puedo confiar en ti nuevamente…”

Las palabras rondaban en su mente todo el tiempo. Las escuchó mientras se acercaban a la reunión del país del hierro. Las escuchaba en su interior mientras revisaba con su chakra que no hubiera ninjas escondidos en los alrededores. Solo había quedado silencio entre Boruto y su padre, solo el trabajo que aún tenía como escolta del Hokage.

-“No puedo confiar en ti nuevamente…”

El salón de reuniones estaba sellado. Los Kage de todas las aldeas se sentaron alrededor de la mesa redonda, y sus consejeros (los antiguos Kage) justo detrás de sus respectivos líderes para susurrarles otras opiniones. Los escoltas de cada líder, se encontraban todos apostados en el piso superior viendo la reunión desde una prudente distancia. Con panorama despejado, para observar absolutamente todo.

El representante de los Samurai, era actualmente Shihiro Kurosake. Antiguo aprendiz de Mifune y nuevo líder de los guerreros del Bushido. Pero además, el antiguo maestro lo acompañaba como consejero. Era el anciano general Mifune quien generaba respeto y admiración en toda la reunión. Seguido muy de cerca en ese rubro, por el séptimo Hokage Naruto Uzumaki.

-“No puedo confiar en ti nuevamente”


Mientras los saludos protocolares daban inicio, Bolt desde el segundo piso no podía dejar de rememorar esa frase. No sabía que sentimiento era más fuerte en su interior. ¿Tristeza? ¿Frustración? ¿Arrepentimiento? ¿Resignación? Su cuerpo actuaba mecánicamente, no estaba pensando en nada sobre su entorno. Solo se movía como se suponía que su función de escolta para resguardar la reunión sugería.

-“No puedo confiar en ti….”

¿Alguna vez lo hizo? ¿Alguna vez había confiado realmente su padre en él? ¿Había valido la pena tanto esfuerzo y sufrimiento? ¿Lo entrenó porque quería salvarlo? ¿O solo para que no avergonzara más el apellido Uzumaki? Boruto tenía muchas preguntas en su cabeza, pero aun así estaba cumpliendo con su trabajo. Sus ojos detrás de la máscara de lobo seguían con detenimiento a uno de los guardias Samurai que supuestamente cuidaban al consejero Mifune, junto al líder Kurosake. Solo los guardias Samurai estaban apostados cuidando el primer piso donde la reunión se llevaba a cabo. Y era muy sospechoso el accionar de ese guerrero en particular. Aunque a ese sujeto la armadura completa con casco y mascara le ocultaran su identidad perfectamente. A Bolt no le hacía falta ver su rostro. Estaba seguro que ese hombre no era un Samurai. Entonces, solo era cuestión de esperar el momento justo para…


-Bienvenidos líderes de las aldeas ninjas….-dijo el líder Samurai Kurosake- es un placer para mi recibirlos en…


El sujeto avanzó impetuoso, hasta ubicarse junto al consejero Mifune. Su mano derecha se posaba sobre el mango de la espada Samurai firme, dispuesto apuñalar. Ese detalle primero había llamado la atención de Bolt. Los Samurai cuya mano hábil era la diestra, solían usar la vaina en el lado izquierdo de su cintura. Para cruzar su brazo y sacar la espada ya cortando. Este sujeto, empuñaba su supuesta espada como un cuchillo corto. Por lo tanto, tenía la vaina en el lado derecho de su cadera. Si esa fuera realmente una espada típica, no podría sacarla de la vaina por el largo del filo. En conclusión, esa arma no era una espada Samurai. En menos de un segundo, el espía desenvainó y esa supuesta espada larga, era un ninjato cuyo mango estaba disfrazado para simular un típico sable Samurai. Elevo su mano e intentó enterrar su ataque directo en el cuello del consejero Mifune, su objetivo principal.

Nadie supo lo ocurrido después, solo que un Shinobi de la escolta de Konoha, había aparecido frente al atacante para desviar su puñalada y así obligarlo a clavar el ninjato sobre la gran mesa redonda central, evitando que el anciano Mifune fuera herido. Instante después, un golpe certero en la garganta y un puñetazo al estómago fueron suficientes para que el atacante resoplara de dolor. Boruto Uzumaki no se detuvo, simplemente tomó de la parte trasera del casco del enemigo, para estrellarlo violentamente contra el borde de la mesa; logrando un estallido retumbante por todo el lugar.

El infiltrado se desplomó, desmayado en el suelo. El golpe al cuello le impedía respirar bien, el puñetazo le extrajo todo el oxígeno acumulado y el abrupto cabezazo contra la mesa directamente lo aparto de la jugada. Todo había sucedido antes que ningún escolta siquiera comenzara a entender la situación. Los guardias Samurai reales, azuzados por la vergüenza de haber estado junto a un espía sin notarlo, se apuraron a capturarlo y colocarle grilletes. Tuvieron que levantarlo y cargarlo inconsciente a la prisión, mientras Bolt simplemente volvía caminando por los alrededores de la mesa hacia afuera. Tomando las escaleras que lo regresarían a su posición original. Solo por un instante pudo mirar a su padre. Solo por un instante cruzaron la mirada aunque la máscara de lobo impedía el contacto total.

-Bien hecho Bolt….-dijo Naruto simplemente.

Todos sonrieron apenas. Los rumores eran ciertos. Ni siquiera lo habían notado moverse. Su sunshin había sido increíble. Era rápido, condenadamente rápido. Y muy astuto si había podido anticipar el atentado. Aunque nadie sabía a ciencia cierta el cómo lo había descubierto.

-“No puedo confiar en ti nuevamente…”

Esa frase se volvió a escuchar en su interior. Boruto regresó al segundo piso, para retomar sus deberes de vigilancia. Muchos ojos de todas las aldeas ahora estaban sobre él. Algunos por interés, otros por sorpresa, algunos más por cuidado. Boruto Uzumaki ya no era invisible. Ya no más un simple ninja de escolta. Estaba presente y era notable. Todos los líderes, y más aún los antiguos Kage, prestaron atención a ese heredero de los hijos de la hoja. Ahora más que nunca, los líderes extranjeros estaban convencidos que Boruto Uzumaki había asesinado a Sasuke Uchiha.



****************************************


Himawari estaba preocupada….


Los días trascurrieron, luego semanas y meses. Casi se cumplía el año con la situación de su familia empeorando desde un poco antes de la muerte de Uchiha. Y ahora mismo, desde aquella última misión que su hermano Boruto había servido de escolta al padre, que ambos Uzumaki no se hablaban ni se encontraban por situación personal. La joven Himawari extrañaba horrores a su hermano mayor. La casa se sentía vacía sin su presencia. Era cierto que su padre trabajaba menos horas que hace un año, y actualmente siempre cenaba con su esposa e hija. Eso gustaba a Himawari pero aun así, no podía evitar sentirse incomoda por la falta de Bolt.

Su madre, se notaba más tranquila y feliz por la nueva situación conyugal. Durante todo el día, se ocupaba de los quehaceres de la casa, mientras tenia frecuentes visitas de tía Hanabi para charlar sobre cuestiones del manejo del clan Hyuuga. Los guardias que acompañaban a la líder, siempre quedaban vigilando en las afueras de la casa Uzumaki, a la que ningún Hyuuga con excepción de Hanabi tenía permiso de acceso. Himawari sabía que había influido en esa situación. También suponía con bastante acierto que la tía Hanabi, que frecuentaba demasiado la casa Uzumaki las últimas semanas. También evidentemente pasaba muchas noches ahí.

Además, Himawari había estado investigando la situación de Boruto en su apartamento de soltero. La joven portadora del Byakugan conocía los detalles de la vida de su hermano, y sentía bastante alivio que su Onii-chan ya no se viera a escondidas con la madre de Sarada Uchiha. Esa situación, más la cancelación del contrato matrimonial, eran asuntos que agradaban a Himawari. No quería ver involucrado a su hermano con esas mujeres Uchiha.

Sin embargo, no podía evitar sentirse preocupada por la seguridad de Bolt. Era cierto que su Onii-chan se había vuelto más fuerte gracias al entrenamiento con el Hokage. Pero también era claro, que Sarada Uchiha tenía un alma celosa y posesiva. Si acaso Boruto se equivocaba y pensaba que la joven Uchiha había dejado de añorarlo, posiblemente se iba a producir un desastre a futuro.


-“¿Por qué aceptaste extender el contrato de matrimonio Onii-chan? –le había preguntado esa noche luego de la reunión en cuestión- dijiste que era mejor terminarlo.”


Esa pregunta no había tenido una respuesta cumplida. Himawari ya no tenía la prohibición de su padre para visitar al hermano, y lo hacía continuamente. Trataba de llevarle comida, incluso se encargaba de trasladarle ropa limpia que Hinata con diligencia lavaba en casa. Pero era dolorosamente evidente que Boruto se estaba apartando de Himawari, al menos en lo referido a la complicidad.

-“No puedo contarte todo Nee-chan, -le dijo alguna vez Bolt mientras compartían una cena en Ichiraku- por favor no me preguntes más. Solo quiero hablar cosas buenas contigo. Mis problemas personales con Oto-sama o con Sarada-chan, los resolveré yo mismo.”


Boruto no volvió a referirse al tema. Pero Himawari no podía olvidar esas palabras. Sus expresiones graníticas y frías. La forma como dejaba de sonreír durante horas luego que algo le recordara sus asuntos con Sarada o el Hokage. Era evidente para la joven Himawari, que su hermano tenía problemas y no sabía cómo resolverlos. Dudas y preocupaciones le perseguían sin piedad.

Himawari sabía que debía ayudarlo. Deseaba con todo su corazón proteger a su hermano. No podía olvidar la infinidad de veces, donde Boruto había salido en su defensa cuando niños. Las millones de veces donde estuvo presente para consolarla y protegerla. Himawari no olvidaba el amor de su hermano que jamás había dudado hasta en inmolarse para mantenerla a salvo. ¿Cómo podía dejarlo solo en un momento tan difícil como el actual?

La joven Uzumaki no pudo mantenerse al margen. Ella también tenía sentimientos encontrados entre lo que debía hacer y lo que deseaba finalmente realizar. En cierta forma, dichos sentimientos eran una confusión entre entender el alcance de su poder, y tratar de no abusar en su uso. Durante años, se había culpado por las actitudes extrañas de su hermano Boruto. Pensaba, que haber modificado con su técnica de presión parcial ciertos puntos de la mente de su Onii-chan, era la causa que lo había impulsado a cometer la locura de acostarse con Sakura Uchiha. Era el impulso que lo había enfrentado contra su padre. La mala energía que lo había orillado hacia el lado oscuro de su alma. Boruto ya no era ese niño dulce y bueno que su hermana recordaba. Y la joven Himawari se culpaba personalmente por ello.

¿Qué hacer?

¿Cómo ayudarlo?

¿Cómo evitar que Sarada Uchiha descubriera en cualquier tiempo la traición?

¿Cómo evitar que los celos de esa Kunoichi, nublaran incluso los momentos donde hermana y hermano compartían un almuerzo?

Sarada estaba frustrada y furiosa. Himawari entendía esa situación mejor que nadie. Comprendía que Sarada no quisiera renunciar a su felicidad, como tampoco quería la joven Uzumaki. Incluso podía comprender el instinto de posesión. Muchas veces había deseado estar con Boruto y que nadie más los interrumpiera por nada. Pero si quería ayudar a su hermano, Himawari tendría que encargarse de Sarada Uchiha. De la única forma que podía, de la única manera que resolvería la cuestión. Como solo Himawari Uzumaki, la hija mejor del ninja más poderoso de la historia, la heredera de un nuevo y evolucionado Doujutsu podía hacerlo.


Rompiendo los prejuicios, destruyendo los límites…



*****************************************


Durante algunos minutos, Anko Mitarashi no pudo prestar debida atención al asunto. Atendía su puesto de Dangos mientras preparaba un nuevo grupo de palillos para disponer a la vista de la clientela. Era de tarde, así que los niños saldrían de la academia en cosa de una hora, para pasar y deleitarse con algún dulce de camino a sus casas. Pero le había extrañado la presencia de un joven Shinobi con esa típica mirada que ella misma tuvo hace años. Se prometió hablar con él, en cuanto terminara de sacar las bolas de masa apunto de la freidora.

La vida para Anko había cambiado radicalmente en los últimos años…

Ya no era Kunoichi en activo, y su puesto de Dangos le otorgaba suficiente trabajo como para no extrañar ni siquiera monetariamente su antigua profesión. Había subido algunos kilos de peso, en una combinación de falta de entrenamiento extremo y su afición por los Dangos que tanto amaba desde la infancia. Pero no se sentía mal por ello. Tener un cuerpo extremadamente trabajado y sexi, requería demasiado esfuerzo por la baja compensación de sentirse deseada por todos. No le interesaba, nunca le interesó en realidad. Su cuerpo era una herramienta de trabajo cuando fue Kunoichi, y ahora simplemente ya no necesitaba mantener afilada ese arma. El placer de comer lo que le gustaba, era mucho más que las decepciones que pudieran devolverle el reflejo en un espejo.


Sin embargo, su vida anterior como ninja, algunas veces llegaba de visita a su puesto de dangos. Anko podía ser actualmente una comerciante, pero en algún punto específico, nunca dejaría de ser Kunoichi totalmente. Y ella lo aceptaba, con las cosas buenas y malas de esa definición. Por ello, cuando hubo despachado a Chocho Akimichi y cobrado por los dulces que se estaba llevando, miro al único cliente que había pedido algo, pero se quedó a comer junto al puesto sin marcharse. Sentado en una de las tres banquetas frente a su mostrador, estaba Boruto Uzumaki.


-Conozco esa mirada….-le dijo Anko cuando quedaron solos- muchos ninja la han tenido, y muchos más la van a tener en el futuro.


Boruto levanto su vista confundido. Anko-sensei no era precisamente la mujer más conversadora del mundo en su trabajo. Solo se limitaba a recibir pedidos y a casi expulsar a quienes quisieran pasar más de unos minutos extra frente a ella. Sin embargo, cuando esa mujer tenía algo que decir, era mejor ponerle atención. Era infinitamente más saludable, que tratar de ignorarla.

-¿Qué mirada Anko-sensei? –preguntó Bolt que le llamaba sensei cuando estaban solos.

-La de un niño que está perdido en el bosque…-le reafirmó Anko severamente- llamando a gritos a papi y mami, porque no sabe cómo volver a casa. Escuche que hiciste un magnífico trabajo en el país del hierro. Deberías estar satisfecho porque ahora juegas en la primera categoría niño. Pero esa mirada parece la de un perro apaleado. Incapaz de disfrutar el lanzar una mordida.

El la observó un largo rato. Negarle a esa mujer una realidad consumada era más peligroso que nadar entre pirañas. Había algo en la mirada gris de Anko Mitarashi que resultaba tan atractivo como mortal. Era fijar los ojos en una serpiente, y esperar el momento exacto donde enviaría la dentellada mortífera, sin poder hacer nada por evitarlo. Mentirle no era algo que Boruto quería, si es que tuviera esa opción claro está. Así entonces que le contó todo, sacando a un costado los detalles innecesarios.

Anko volvió a su trabajo con el oído dispuesto. La mujer no solía sentir aprecio por nadie generalmente, pero los pocos que se ganaban su respeto, eran a quienes ella escucharía y ayudaría por siempre. Kakashi era uno de ellos. Desde los tiempos del ANBU. Era el peliplata quien le había enviado a este niño para entrenarlo como espía. En esos tiempos Anko se había reído mucho de esa elección. Si Boruto era solo la mitad de idiota que su padre, sería un fracaso total en ese campo especifico. El tiempo sin embargo, le dio la razón a Kakashi como de costumbre.

-Los imbéciles se pasaron 7 días fracasando en el interrogatorio de ese mercenario –dijo Bolt que una hora después ya estaba hablando de su misión en el país del hierro como escolta- y como no obtuvieron nada del sujeto, Shikamaru Nara le dijo a mi padre que debían enviarme a mí para interrogarlo.

-¿Y cuál fue el problema con eso?

-Solo lo hizo para medir lo que puedo hacer- añadió Bolt- le dijo a mi padre que yo estaba entrenado para eso. Me delató completamente. No podía negarme, y tampoco podía salir de ese interrogatorio sin obtener nada. ¿Qué pasaría si ese mercenario tenía aliados y después pensaban atacar al Hokage? no podía fingir que fracasaba. Tuve que aplicarme y sacarle quienes eran sus aliados. Tenía que averiguar también quien puso el dinero para ese intento de asesinar a Mifune-sama. Mi padre podía estar en peligro, tuve que actuar.

-¿Qué método utilizaste? –consultó Anko que siempre se había sentido interesada por la imaginación que tenía ese niño para interrogar.

-Negarle su trabajo a futuro, mientras tampoco hacia el mío en ese momento –señaló Bolt que sonrió levemente por un segundo- me tomó tiempo que funcionara, pero era la única estrategia que se me ocurrió y los demás no utilizarían jamás.


Flash back:

“Boruto ingresó a un cuarto pequeño para interrogatorios. El sujeto estaba sentado frente a una mesa cuadrada con sus manos sobre ella, en grilletes que le impedían moverse. La habitación tenía una silla adicional para el interrogador, y un muro falso del cual se podía apreciar todo lo que sucedía allí dentro. El sujeto había dicho que se llamaba Koji, pero no mucho aparte de su lugar de nacimiento y edad. Los métodos de tortura utilizados por otros ninjas de la reunión, habían sido inefectivos. Durante 7 días, apenas si había comido algo y bebido. Pero no claudicaba en mantener su silencio.

Los guardias internos del cuarto se fueron, y Boruto se quitó su máscara colocándola sobre la cabeza. Miró al sujeto neutralmente, y quedándose parado frente a él, trató de que lo recordara como aquel que había detenido su accionar. Sin embargo, cuando el preso comenzaba a prepararse para una nueva sesión de tortura inimaginable, Boruto simplemente tomó la silla vacía y alejándose de la mesa se acomodó contra un rincón en silencio. Acto seguido, solo se sentó y abrió un libro que traía, para disponerse a leer ignorando al preso con quien compartía el cuarto.

Pasaron algunos minutos. El sujeto llamado Koji, esperó con cierta ansiedad lo que sucedería. Tal vez ese ninja era usuario de Genjutsu, y trataba de hacerlo bajar su guardia para colocarlo en una ilusión. Por lo tanto había que enfocarse en sus movimientos. Koji sabía que concentrándose en donde estaba y contra quien, cualquier otra cosa que sucediera era parte de un Genjutsu. No volvería a derrotarlo ese joven. Por más rápido que fuera, no le haría decir absolutamente nada.

Trascurrida la media hora, lo único que cambió del ambiente fue cuando Boruto volteaba otra página para continuar leyendo. Sus piernas alargadas, entrecruzadas y relajadas daban todo el aspecto de alguien a quien no le importaba tener que levantarse rápido o en la brevedad. ¿Qué clase de interrogatorio era ese? El hijo del Hokage no había emitido ni una sola palabra, ni un gesto, nada en lo absoluto. ¿Cómo pretendía sacarle información de esa forma?

-Pierdes el tiempo, -le dijo finalmente el preso con algo de confusión- no puedes hacerme nada que los demás no hayan intentado antes. No te diré nada, hagas lo que hagas.

-Correcto…..-le indicó Bolt sin apartar la vista de su lectura- estamos de acuerdo en eso.


Algunos minutos de silencio, y al preso comenzó a fastidiarle que Boruto siguiera tan fresco con su lectura sin hacer nada. ¿Qué rayos pretendía haciendo eso? ¿Acaso pensaba aburrirlo hasta la muerte? Koji sabía que habían pasado muchos días desde que fue llevado a ese lugar. Con breves intervalos de estadía en una sucia celda oscura. Golpes, quemaduras, hambre y sed. Días sin dormir parado frente a una luz. Encerrado en una celda tan pequeña que solo podía estar parado. Baños de agua muy fría o caliente. Todo dolor podía soportarse si estaba concentrado en ello. Además, tenía aliados que irían a rescatarlo muy pronto. Solo debía aguantar.

-¿Qué quieres? –preguntó con molestia al ninja de Konoha, cuando casi pasaba una hora y nada había ocurrido.

-estoy aquí por lo mismo que tú, -le respondió Bolt que aun así seguía leyendo su libro- me ordenaron venir, y en una hora salir. Me importa un cuerno lo que sepas o dejes de saber. Solo tengo que perder el tiempo, y luego largarme.


¿Qué clase de método de interrogatorio era ese? El preso no sabía que pensar. ¿Acaso ese ninja estaba “castigado” y por eso le mandaban a interrogatorios? ¿No pensaba hacer su trabajo? ¿Le daba lo mismo que lo estuvieran observando hacer nada desde el otro lado del muro falso? Eso le resultaba extraño a Koji por sobre todas las cosas. Se suponía que en cuartos como estos debía haber un muro falso. Que otros ninjas observaban el interrogatorio. ¿Sería un cuarto cerrado completamente? ¿Acaso nadie veía lo que ahí dentro ocurría?

Tal vez los Samurai no tenía cuartos de interrogatorios como los ninjas. Tal vez solo era una habitación común. Ese sujeto ni se interesaba por preguntarle nada. Era como si estuviera en ese sitio a desgano completamente. En cierta forma, era un alivio. El preso pensó que usaría ese tiempo para descansar de la tensión que sentía por los métodos de otros. Sería como un tiempo extra para recuperarse y así aguantar.

De pronto, golpearon la puerta. Boruto sin ningún apuro, terminó de leer la página en la estaba, para luego levantarse e irse. Abrió la puerta y respondió al llamado externo diciendo que ya salía, para luego regresar adentro como si olvidara cosa alguna.

-me tengo que ir….-le dijo al preso- me dijeron que tenía una hora para obtener algo. Y como me aburre preguntar y escuchar negativas o mentiras, simplemente prefiero llevarme algo más sólido.

Dicho esto, tomó un kunai de su riñonera y capturándole una mano, le cortó un dedo limpiamente. Koji gritó, y Bolt evitó que siguiera chorreando sangre sellándole la herida con chakra de fuego. Luego de esto, sin detenerse a preguntar nada, salió del lugar con ese dedo envuelto en un trapo que también sacó a tiempo. Dejando al preso con la confusión más grande de su vida. Y la promesa que esa situación horrenda, no hacía más que empezar:

-Me advirtieron que saliera del cuarto con algo, –le dijo Boruto mientras se iba- y eso es lo haré cada vez que me envíen aquí.”


Fin del flash back



-¿le cortaste un dedo sin preguntarle ni su nombre? Ku ku ku…-sonrió Anko muy entretenida- ¿Y luego qué?

-Regresé un par de horas después, -señalo sin emoción alguna Bolt- el mismo método. Solo que esta vez traje un reloj que coloqué sobre la mesa. Le puse tiempo de una hora, y me senté a esperar el final. Muchos ninjas son entrenados en método para resistir torturas basado en la concentración. En liberar la mente para que escape y deje al cuerpo sufrir solo. Lo que hice fue cambiar las reglas, colocar su concentración en el tic tac de ese reloj frente a él. Durante 59 minutos, estaría pensando en lo que le pasaría en el minuto 60. Le fui quitando la posibilidad de escapar a su mente. Y entonces, repetí las mismas acciones otras 4 veces más. Una hora de tiempo, sin preguntas o interesarme por lo que le dijera. Finalmente, cuando se dio cuenta que pensaba cortarlo a trozos hora tras hora, ese reloj frente a sus ojos fue toda la tortura que necesitaba. Pronto sería un inútil sin dedos de manos o pies, sin orejas u otras partes más importantes para los hombres. A mi quinto ingreso al cuarto, prácticamente me gritó en la cara todo lo que necesitábamos. Nombres de aliados, quien había pagado por los servicios de su grupo, porque razón atentaron contra Mifune, incluso me dijo que otros objetivos tenían en su itinerario. Me lo dijo todo, antes de que se quedara sin manos o pies. Dijo que prefería morir, antes que lo dejaran vivo e invalido. Cuestión que sin dudas, hubiera sido grave para un mercenario que delató a sus compañeros.

-Muy inspirador, debería felicitar a tu sensei por haberte preparado Ku ku ku -señaló Anko divertida- si no se tratara de mí, por supuesto. Pero esto no tiene relación con tu mirada de dudas niño. ¿Qué ocurre con eso? no me dirás que sientes culpa por hacer tu trabajo. ¿Verdad? tú no eres así.


Boruto finalizó su relato, diciendo lo que había pasado con su padre antes de llegar a la reunión. Las palabras que tanto le habían dolido. La situación de preguntarse a sí mismo, si el camino que había elegido era en realidad el correcto. Cada vez se alejaba más de su padre. Y como el Hokage era un buen hombre, un buen líder, en cierta forma significaba que despreciaba lo incorrecto. ¿Era realmente lo ideal, usar lo que había aprendido en la Raíz para mantener la estabilidad de aldea? ¿Podía ayudar a su familia, teniendo que enfrentarse a su padre por los métodos utilizados? Finalmente, Boruto no pudo evitar decir, que durante los últimos meses mientras su padre lo entrenaba, había pensado seriamente en abandonar la Raíz. En tratar de usar solo las habilidades que había pulido entrenando con su padre. De simplemente un Jounnin al servicio del Hokage. Un hombre normal con una familia normal. Quería ser un buen hombre, quería ser como Naruto Uzumaki.

Anko sonrió apenas, para luego ya reír abiertamente. Boruto nunca la había escuchado reír así, tal vez nadie en toda su vida había apreciado ese acto sorprendente. Anko se reía, y casi le escaparon algunas lagrimitas, algo que Bolt no podía apreciar había sido tremendamente gracioso para la ex-Kunoichi. ¿Pero qué seria?

-Tu mirada es la misma que tuve durante años….-le confió la mujer ya más relajada- cuando puse en duda si debía usar las habilidades y los jutsu que Lord Orochimaru había insertado en mí. Me cuestionaba ser una traidora, al usar lo aprendido por un traidor.

-Pero aun así lo hizo…

-Desde luego que si niño ku ku ku….-dijo divertida- luego de torturarme durante años con esas dudas, entendí que mi entrenamiento o quien fue mi sensei no me definía personalmente. No me hacía más fiel, o más traicionera. Era mi elección, siempre fue mi elección.

-¿Pero si lo que me enseñaron me guía a realizar cosas malas? –Cuestionó Bolt confundido- ¿si acaso ser de Raíz, me impide estar en paz con mi familia?

-¿Estás dispuesto a no usar tus habilidades por recuperar la confianza de tu padre?

-Si

-¿Incluso si eso te hace menos útil para el bienestar general de la aldea?

-Aunque así fuera.

-¿O arriesgando que tu familia fuera lastimada en un futuro, pudiendo tu haber hecho algo al respecto desde las sombras?

-¿Por qué sucedería algo así? –interrogó Bolt algo molesto.

-Porque este es el mundo de los ninja pequeño, ku ku ku-respondió la mujer viperina- por eso los espías no tienen familia o amigos. Por eso mueren jóvenes y solos. Por eso el cementerio se encuentra lleno de jóvenes que apenas si tenían tu edad cuando fallecieron. Este es el mundo para el cual naciste. Es el mundo de tus abuelos, de tus padres y de tu hermana. El Hokage puede intentar negarlo, incluso hacer fuerzas por cambiarlo, pero en el fondo de nuestra alma somos ninja. Robamos, asesinamos, torturamos. Nos entrenaron para eso. Es nuestra naturaleza. No es una elección moral, es una misión lo que nos impulsa. Y la misión es lo más importante. Lo que ha mantenido a la aldea de la hoja de pie, aun en tiempos oscuros.

-¿Aunque eso me cueste el amor de mi familia?

-Aunque te cueste la vida misma. Además, siempre los preferirás vivos y odiándote, que muertos y sin poder amarte. Créeme, todos los prefieren así, si realmente les importa tanto esa dichosa familia. Y eso no alcanza para tranquilizar tus dudas, aún queda el asunto de tu naturaleza.

-¿Mi naturaleza?

-Existe una fábula divertida que lo muestra…-añadió Anko extrañamente conversadora para su costumbre- y ese cuento es algo así:

“Un hombre vio cuando una serpiente estaba muriendo quemada y decidió sacarla del fuego, pero cuando lo hizo, la serpiente lo mordió. Por la reacción del dolor, el hombre la soltó y el animal cayó de nuevo en el fuego y se estaba quemando de nuevo. El hombre intentó sacarla otra vez y la serpiente lo mordió nuevamente. Alguien que estaba observando se acercó al hombre y le dijo:

-Disculpe, ¡pero usted es terco! ¿No entiende que todas las veces que intente sacarla del fuego va a morderlo?

El hombre respondió:

-La naturaleza de la serpiente es morder, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar.

Entonces, con la ayuda de un pedazo de hierro, el hombre sacó la serpiente de fuego y salvó su vida.”-finalizó tranquilamente Anko- ¿Entiendes el concepto?

-¿Quiere decir que debo ser como ese hombre? –Indicó Bolt al terminar de escuchar- ¿se trata de soportar la mordida?

-No niño….ku ku ku -le afirmó Anko divertida- significa que tu padre es como aquel hombre de la fábula. Su naturaleza es ayudar. Pero eso no significa que todos seamos así. Eso lo destaca y define. Sin embargo, tanto tú como yo cariño-le sonrió cómplice- somos como la serpiente del cuento. En el fuego o fuera de él, nuestra naturaleza siempre nos impulsa a morder. Es nuestro don, y también nuestra maldición. Esa es nuestra naturaleza. Y de ello….no puedes escapar.



*****************************************



Sarada Uchiha tenía su plan listo…

Pacientemente, como quien espera para cazar a la presa más esquiva, había esperado e investigado cada detalle de su “objetivo”. Ya había trascurrido un par de meses desde la firma del nuevo acuerdo de compromiso. Bolt y Sarada solían salir a comer o a pasear, solo en carácter de amigos. Ella había puesto su mejor esfuerzo para no parecer celosa o ansiosa por saber lo que Boruto sentía. Nunca volvió a mencionarle el asunto del matrimonio. Tampoco lo que hacía Bolt en sus misiones o ratos libres. Solo como amigos, contándose cosas del pasado y riendo con algunas tonterías que Konohamaru-sensei solía realizar. Pero incluso comenzaba a fastidiarle la presencia de la hermana de Bolt. Que no hacia otra cosa que rondarlo y no dejarlo solo casi nunca. Sarada trataba de no mostrarse ansiosa ante aquello. No quería enfrentarse a Himawari, por quien Bolt tenía un apego muy especial. Pero claramente le fastidiaba compartirlo incluso con ella, aunque simulara lo contrario.

Sin embargo, Sarada no era tan descuidada como solía aparentar…

Cuando tenía misiones, amigas como chocho Akimichi le mantenían al tanto de todo. Y también una charla sutil y amistosa con ciertas personas que rondaban constantemente el sub-mundo donde Boruto Uzumaki se movía. Sarada tenía información de varias fuentes, triangulando lo que ex–novio hacia o con quien. La paciencia era una virtud en ella generalmente, pero en dos meses no había tenido novedades. Todo parecía normal en las rutinas de Boruto. Nadie extraño se acercaba a él, y mucho menos alguna mujer sospechosa le prestara profunda atención.

Sin embargo, Sarada tenía algunas pistas sobre la identidad de aquella golfa aprovechada…

Era casada, y también habitante de Konoha. Debía ser esposa de un ninja importante, o ser ella misma una Kunoichi de renombre. Este dato Sarada lo razonaba de las propias palabras del rubio Uzumaki. Había dicho que tuvo una misión para acostarse con ella. Por lo tanto, ese tipo de misión solo podía apuntar a extraer información valiosa de su objetivo. Debía pertenecer a una familia importante, o al menos estar casada con un heredero de clan noble. Lo cual descartaba de plano a Anko Mitarashi, con quien Chocho había visto en conversaciones con Bolt semanas atrás.

Finalmente, trascurriendo el tercer mes desde la nueva firma del acuerdo prenupcial, Sarada encontró a la mujer que había estado buscando. Fue una tarde donde regresaba junto a Himawari y Chocho de entrenarse en el bosque. Pasaron por una calle lateral, tratando de llegar al centro de Konoha para comprar comida en un puesto reconocido y en un callejón lateral, Sarada pudo ver de reojo a esa mujer junto a Boruto. Ambos charlaban solamente, pero la reunión de manera furtiva podía levantar todo tipo de sospechas sin que por ello estuvieran besándose o algo parecido.

Lamentablemente, la hermanita de Bolt estaba en el grupo que caminaba con Sarada, así que no pudo hacer ni decir nada. Sin embargo, en las semanas siguientes mantuvo una vigilancia más estricta en las zonas donde esa mujer solía trabajar. Dolorosamente para la joven Uchiha, el hospital general de Konoha era el lugar donde Bolt fue a visitarla muchas veces.

Sarada supo que era ella, y le dolía en el alma. No podía evitar odiarla aunque también la había querido. Esa maldita aun casada, se había dejado seducir por un muchacho y encima continuaron viéndose después de todo. Sarada no podía soportar la situación. Que Bolt decidiera seguir como un perro a esa mujer, en lugar de aceptar el amor que ella le ofrecía libremente, era inaceptable.

Entonces, cuando las visitas al hospital se hicieron más frecuentes, Sarada decidió fríamente que la mataría. Boruto Uzumaki era suyo. Ninguna maldita golfa se quedaría con su amor. No importaba lo que alguna vez hubiera sentido por aquella mujer. Ahora Sarada Uchiha la odiaba. Haría lo que fuera por poseer a Boruto Uzumaki. Y ya tenía un plan preparado, para matar a esa rival en la clandestina oscuridad.

Nadie evitaría que Sarada se casara con Bolt. La última Uchiha estaba dispuesta a cualquier cosa, por conseguirlo. Lo que fuera.



*******************************************************************


-buenas noches….consejero Nara.


El salón estaba vacío. Ichiraku Ramen que hace muchos años era tan solo un puesto de comida al paso, se había ampliado poco a poco hasta ocupar varios salones laterales que anteriormente pertenecieron a otros comerciantes. Tenía un amplio lugar para los comensales y varios platillos típicos, además de las nuevas recetas venidas de otros países. Ayame era la actual dueña del lugar. Había heredado de su padre ya fallecido, la responsabilidad de llevar el negocio familiar a un nuevo tiempo de prosperidad. Y por la época de paz otorgada por el actual Hokage, había conseguido prosperar ampliamente.

Ayame nunca se había casado. Hace años estuvo enamorada un tiempo de un joven alfarero que anduvo de paso por Konoha, pero el asunto dejo de funcionar cuando el hombre tuvo que mudarse en busca de mejor suerte en otro país. Ayame había tenido algunos problemas por su soltería. Otros dueños de comercios que eran competencia, intentaron superar su negocio por métodos poco honestos cuando no pudieron igualar la sazón de su cocina.

Ayame era una mujer soltera, no tenía apellido con influencia, o marido para hablar en su nombre ante los sujetos que intentaron arrebatarle lo suyo. Su padre había muerto por ancianidad hace unos 5 años y estaba sola. Sin embargo la mujer pudo prosperar y superar los problemas que se sucedieron, porque tuvo la inesperada ayuda de algunos integrantes de Raíz.

Boruto Uzumaki estaba almorzando junto a su hermana un afortunado día donde los rivales comerciales de Ayame, enviaron a un par de sujetos con mal aspecto. Era obvio que no podrían pagarle a los ninjas de Konoha para causar daño a una habitante de la aldea, pero eso no detuvo a los sujetos que creyeron poder amedrentar a la mujer sutilmente. Tampoco podían actuar abiertamente, porque muchos ninja comían en ese lugar y cualquier combate sería totalmente negativo para mercenarios extranjeros. Entonces, los hombres aparecieron para pedir una orden de comida, y mientras fingían que hablaban entre ellos, decían que ese negocio no tenía futuro. Que tal vez Ayame debía irse de Konoha, que sin dudas algún accidente grave podía ocurrir.

Boruto no interrumpió la cobarde amenaza, pero tomó nota de lo que sucedería a continuación. Hacía casi un año que entrenaba con Kakashi-sensei en la Raíz. Empezaba a entender el mundo que lo rodeaba como mucho más que misiones e ideales de defensa estructural. Había otro mundo pequeño, donde algunos sujetos usaban el dinero o el poder de sus apellidos, para doblar las leyes a su antojo. Entonces, mientras Ayame muy preocupada trataba de continuar su trabajo sin ponerse a llorar por la frustración de esa amenaza recibida, Boruto se acercó a pedirle otra orden de ramen, mientras declaró como cualquier cosa:

-Ayame-Oneesan no debe sentirse mal por nada. –Le susurró bien privado sobre la barra- tiene amigos que la quieren mucho. Esa gente que vino amenazarla, no entiende la situación.

Esa noche, mientras un grupo de hombres se escabullía en la zona buscando iniciar un incendio a todo el establecimiento que comprendía el negocio de Ichiraku, encontraron una desagradable sorpresa en la oscuridad. Una mortal sorpresa. A la mañana siguiente, los comerciantes que pagaron los servicios de mercenarios para destruir a Ichiraku-ramen, abrieron sus negocios para encontrar cadáveres dentro. Los mismos sujetos a los cuales pagaron por delinquir. Y una nota perturbadora:

“nunca vuelvan a intentar nada parecido”


Los comerciantes se horrorizaron. No podían denunciar el suceso a los ninja sin quedar en medio de un interrogatorio sobre los motivos que tuvieron los asesinos para dejar esos cuerpos en sus comercios. Se sabría tarde o temprano que ellos mismos habían pagado a los muertos por un trabajo. Y perderían más de lo que podrían ganar con respecto a Ichiraku-ramen. Entendieron el mensaje enviado por Bolt y su equipo. Incluso el mensaje dentro de ese mensaje. Algunos optaron por cambiar el rubro de su comercio, otros siguieron y trataron de mejorar su servicio para no quedar arruinados. Alguno más reunió todas sus pertenencias, para marcharse a otro lugar y evitarse otro siniestro “aviso”. Pero Ayame en su puesto de comida, decidió que cuando volviera a ver al joven hijo del Hokage, reservaría para el totalmente gratis, un platillo exquisito como agradecimiento a su invaluable ayuda. Y no sería todo:

-Boruto-kun puede venir cuanto quiera a mi humilde negocio –le dijo en cuanto le dio ese delicioso tazón de ramen con receta especial- su dinero ya no tiene ningún valor para mí.

-Eso no necesario Ayame-Onee….-le respondió el joven que entendía el sacrificio económico que implicaba- tú no tienes que…

-ningún valor Boruto-kun…-aseguró la mujer interrumpiendo sonriente, y se acercó para darle un beso en la frente- ya no acepto su dinero, solo su amistad. Envíele mis saludos a su padre también.

Por ello, cuando Bolt le pidió que Ayame prestara el salón comedor para una reunión por la noche. No hubo ni siquiera una sola pregunta sobre su uso. Para la mujer dueña de Ichiraku ramen, cualquier cosa que pudiera hacer por el hijo de su mejor cliente, era poco y lo haría sin dudar.

Shikamaru e Ino ingresaron al lugar que apenas si tenía iluminación tenue. La zona estaba despejada de las mesas centrales y Bolt sentado cómodamente en el fondo del salón, parecía bastante dispuesto y relajado para una conversación. Shikamaru fue prevenido. Le pidió a Ino que lo acompañara e incluso hubiera contado con Chouji, pero consideró que Bolt podía delatarlo ante su amigo de la relación clandestina que había tenido con la rubia Yamanaka. Chouji era un buen amigo, pero seguramente no aceptaría la situación. Después de todo, era hombre de familia y le parecía inconcebible la infidelidad. ¿Cómo lo tomaría si supiera lo de Ino y Shikamaru? Simplemente el Nara no se pudo arriesgar. Así que solo trajo consigo a Ino, quien estaba tan interesada como el que no se descubriera el asunto.

-¿Cuál es el motivo de esta reunión? –consulto Shikamaru que trataba de mantener la distancia mientras exploraba el salón en busca de trampas.

Bolt sonrió, y no dijo nada. Simplemente se sirvió una copa pequeña de sake y bebió con tranquilidad. Shikamaru estaba evaluando la situación general. Ino un paso detrás de él, también parecía alerta a cualquier ataque. Pero no era lo que el joven Uzumaki tenía planeado al comienzo. Primero necesitaba hablar, era el motivo de la reunión.

-lamentablemente, -inicio Boruto tranquilo- el consejero Nara no ha podido con su genio. Se ha pasado los últimos meses persiguiendo mis acciones, e investigando donde le dije que no lo hiciera. Mis amistosas advertencias no fueron suficientes para calmar su curiosidad.

Shikamaru escuchaba con atención, pero también evaluaba el salón y la situación particular. Si Boruto lo había atraído a ese lugar para matarlo, eligió muy mal terreno. El salón estaba despejado en el centro, pero con muchas mesas y sillas a los lados. Abierto como para tener a alguien escondido, pero con demasiadas sombras disponibles como para pelear contra un Nara efectivamente. Shikamaru no tenía ni que acercarse, podía allí mismo desde la entrada, paralizarlo y matarlo. Si Boruto planeaba un ataque, sería lo último que haría en la vida.

-le dije que si continuaba fastidiándome, -añadió Bolt tranquilo pero con un acento más severo- me encargaría de descubrirlo ante todos.

-Pero no lo harás…-indico Shikamaru serio.

-¿Por qué no lo haría?-respondió Bolt a lo que Ino contuvo la respiración como escuchaba el moreno detrás de él.

-Porque mi hijo también pertenece al mismo grupo que tú –comento con seguridad Shikamaru- y no vas a perjudicar a la familia de tu amigo. Lo ayudaste con mi esposa, e incluso has guardado silencio sobre mi asunto con Ino. No vas a herir a tu compañero.

-No me conoce tan bien al parecer…

-Pero conozco a tu padre, y sé muy bien que te pareces más a él de lo que quieres aparentar.

El maldito Nara tenía un buen punto. Incluso especulando desde lo que no sabía efectivamente, había acertado de pleno. Boruto no podía matarlo. Porque Shikadai no solo era su amigo, sino también un compañero de Raíz. Shikadai amaba y protegía a su familia ante todo. Y Boruto conocía esa sensación porque personalmente era idéntico. Respetaba a Shikadai, confiaba en el también. No le haría daño intencionalmente.

-Sería mejor que confesaras todo…-le advirtió Shikamaru serio- tarde o temprano lo voy a descubrir todo. Tu padre hizo la promesa de traer paz a nuestra aldea. Y organizaciones criminales como la Raíz de Danzou, no tienen cabida en este tiempo.

Se instaló el silencio. Boruto no hacia gesto alguno. Tanto Shikamaru como Ino estaban a la expectativa de cualquier cosa. Pero nada les hacía suponer el siguiente movimiento. Finalmente, el joven Uzumaki suspiro fingiendo resignación. Algunas batallas no se ganaban golpeando más duro, sino eligiendo en donde atacar con inteligencia.

-de acuerdo….-dijo el rubio sorprendiendo a Shikamaru que no esperaba una confesión abierta- empecemos desde el principio. Cuando tenía 15 años y me derrotaron en los exámenes Chunnin, un ninja de renombre se acercó a mí ofreciendo entrenarme.

-¿Quién fue ese ninja?

-no importa realmente, solo que fue él, quien me recluto para formar parte de Raíz.


Y comenzó su relato, lento y detallista. Eludiendo nombres pero puntualizando en misiones y hechos. Shikamaru escuchaba con atención, por fin había logrado desvelar el misterio. Era el comienzo y la tal vez el final de la Raíz en Konoha.


Fin de la parte 1.
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Mensaje por Narukarin16 Miér Dic 07, 2016 10:09 pm

me gusta la verdad es sensacional incluso no se como vayas a continuar pero creo que le das un buen toque que me deja con la intriga de lo que puede suceder mas a delante las cosas que ha hecho bolt para mantener a su familia unida tal vez es un camino que el mismo desencadeno creo que su motivo puede ser muy bueno pero a la vez un poco egoista ya que no vio lo que su padre hizo o tal vez es porque el nunca supo comprender el sacrificio que tuvo que hacer naruto pero ahora bolt tomo un camino como una vez lo hizo sasuke y tienen que aceptar sus aptos y las consecuencia

por otro lado sobre lo de sakura creo que se ha visto que es muy egoista robarle el novio a su propia hija es mas de lo que una madre puede hacer eso es llegar a los extremos pero creo que ella tal vez solo necesite de ese placer porque amor no puede ser mas que nada por la forma en como empezo su relacion de amantes con bolt ademas esta el hecho que sakura nunca vera a boruto como otro ya que creo que sakura ha estado siempre enamorada de naruto y no ha querido aceptar esa realidad creo en lo mas profundo de que sakura siempre ha visto a naruto siempre ha querido que fuera naruto incluso he de imaginar que sakura cree estar con naruto pero uno mas joven ya que boruto es y seguira siendo igual e identico que naruto en rostro cuerpo o incluso en algunos rastros mas como la necesidad de proteger a sus seres amados por eso es que sakura a pesar que esta haciendo las cosas mal ha estado imaginando que boruto es en realidad naruto y que siempre ha amado a naruto

sobre sarada ha ahora que sabe la verdad sobre quien ese y fue la amante de boruto, me gustaria que tal vez la hicieras hacer lo mismo que hizo boruto con su familia de ella, acabarla de una manera que los haga sufrir péro antes que ella misma descubra con pista y los motivos por los cuales estan y se estuvieron involucrando mas personas sobre la verdad de esa relacion en pocas palabras que ella descubra quienes mas saben de eso y que haga su venganza asi esas personas que apesar de no decir nada ellas misma con su silencio acabaron con la relacion uchiha que se venge de esas pérsonas como ino, shikamaru, tsunade, kakashi, sai entre otras y de la misma forma que hizo boruto metiendose madre que ella haga lo mismo pero con su padre naruto que se convierta en la amante pára que haci ella destruya mas que nada a las mujeres uzumaki por permitir mas que nada hijo e hermano (hinata e Hinawari) le hicieran eso a su madre sakura

me pregunto que sucedera si hanabi saliera embarazada como lo tomaria hinata y mas que nada su hija hinawari o incluso la sociedad como tomarian al hokage por haber hecho tal cosa tal vez no lo pongas o quien sabe solo es una idea pero estaria mucho mejor que no solo te concentres en boruto si no en todos los que ya estan implicados como ino y shikamaru una breve conclusion o resumen de como llegaron hacer amantes sobre hanabi como lleva el clan y ser la otra mujer de naruto a demas de ser violada por su sobrino incluso sobre temari que fue lo que hizo ella para que su hijo pidiera ayuda a boruto y este hiciera la vista gorda o incluso lo de tsunade y kakashi que apesar de amar y tenerle mucho cariño a sakura porque le pidieron tal cosas a boruto que hiciera tal vez ellos creian que si sakura hacia eso destruirian esa familia pero creo que ellos mismo destruyeron su familia de ella, en pocas palabras los que estan sufriendo en este momento son sakura y naruto, sakura por no ser fuerte y confiar aquel que una vez fue su amigo y protector y naruto ya que las personas mas cercanas a el son quienes le mienten y le traicionan
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Mensaje por lobo189 Jue Dic 08, 2016 6:47 pm

Bueno es la primera vez que comento este fic tuyo, aunque no el primero, pero fue ya hace mucho tiempo, ya te lo habrán dicho pero tus historias son buenas, porque eres uno de los mejores escritores de la página y el mejor que aún sigue activo.
Espero que leas lo que voy a comentar, no te moleste lo que yo piense y no te canse si he escrito demasiado.

En primer lugar me jode Boruto en tu fic y en el canon; tiene una actitud de mierda, digo solo porque su padre no le presta tanta atención se cree que puede hacer lo que quiera y salirse con la suya en todo (además que no es tan Uzumaki como lo fueron su padre o abuela). Naruto no tuvo amigos ni familia, y su puto hijo tiene una madre, una hermana, un hogar, no lo ven mal en su aldea y se queja porque su padre no pasa tanto tiempo a su lado;  digo hasta el emo uchiha tenía una verdadera razón como vengador cuando pensaba que su hermano había eliminado a todo su clan, aunque después de saber la verdad seguía teniendo una actitud de mierda.
Nunca pensé decir esto en un fic, pero en este sasuke no me caía tan mal (me seguirá siempre cayendo mal), pero peor lo hace Boruto (por lo menos en esta historia), la manera en que lo derrotan me parece humillante (nunca pensé decir esto también), joder no merecía ese final, como no revive de alguna manera y le enseña un par de lecciones al chiquillo humillándolo y le muestre que no podrá jamás limpiamente con él, a excepción de Naruto, Madara (es el único uchiha que me cae bien) y tal vez algún otro.

Había un fic en foros Naruto Uchiha, donde sasuke moría a manos de Naruto después de darle una buena batalla, fue el único fic donde llegué a sentir respeto por él;  es donde el rubio Uzumaki les declaraba la guerra a todos después de la paz mundial, al ver que seguía habiendo ambición entre las aldeas, quería destruir Konoha, era ayudado por Mei, se follaba a Hinata y después a Sakura que lo chantajeaba para que se la coja, tenía buena batallas y eran largos los capítulos, aunque el autor no lo terminó, tal vez lo hayas leído.
Perdón por salirme de contexto, continúo:

Que decir de Sakura, yo que soy un Narusaku también de los Naruharem, me jode que al principio de la historia después de tantos años, sienta algo por Naruto, después de escoger al emo, peor que conspire con Boruto y joda a su marido con sus conocimientos médicos, será por proteger a su hija, pero eso no le quita lo perra, sí se comportó como una perra, ella marcó su destino la escoger al uchiha, tal vez se haya dado cuenta tarde que para su marido era un estorbo, pero no puede hacerse la víctima, ella lo escogió. Como comentó el usuario anterior (con el que estoy de acuerdo en varias cosas), como en que la pelirosa no le haya dicho o por lo menos haya hecho el intento de decirle de los problemas que tenía; también pienso que si Boruto por ejemplo no fuera físicamente igual a su padre, Sakura no caería tan fácil, creo que imagina a Naruto en él.

Hablar de Naruto en esta historia, me da pena, pena porque su mujer lo engañó y ella le hace una encerrona y le dice vamos fóllate a mi hermana junto a mí siempre que quieras y listo, estamos bien. Parece que todas las personas importantes para él lo han engañado de alguna forma, su hijo, su esposa, su sensei Kakashi, Sakura, el emo por supuesto, puede que hasta el que me parecía el más leal que es Shikamaru le oculte algo (si lo chantajea Boruto); y él recién se da cuenta de algunas cosas, ojalá y lo sepa todo.
Que genial sería que al final Naruto tenga todo controlado o tenga bajo control a todos (no por nada es el mejor ninja en sorprender a la gente). Haber si el Hokage destruye la raíz, también si descubre que su hijo planeó todo para eliminar a sasuke y que no fue la pelirosa junto a su primogénito, sino al revés. Lo que si me gustó fue que no le enseñara a Boruto el Hiraishin no Jutsu ni el Modo Ermitaño y espero nunca lo haga o él lo aprenda.

Sería estupendo (es una idea, pero de verdad sería espectacular) que Naruto tenga otro hijo con cualquier mujer, solo que no sea su esposa o su cuñada, mejor si es de otra aldea o mejor aún si apareciera un hijo no reconocido (la verdad no sé como, aunque tengo algunas ideas) que sea igual a él en lo físico, que tenga los mismos ideales (también que le diga que aunque no estuvo a su lado no lo odia, más bien lo admira), que pueda enseñarle Hiarishin, el Arte Sabio y más cosas, que sea su sucesor y pueda confrontar a su medio hermano Boruto y le gane arrolladoramente para que deje de ser tan engreído.

También no sé porque Boruto se la ha llevado tan fácil, solo ha estado unas semanas en el hospital y lo ha entrenado su padre; y piensa que ya está, que le va a salir todo bien, que tendrá a Sakura y a su hija, que nadie descubrirá lo de raíz, su plan de eliminar al emo, sus otros asuntos; etc. Necesita que le den una lección de por vida, que no pueda obtener completamente nada, para que aprenda de verdad.

Para terminar como dice el título Tierra de “Traidores”, “Naruto” es el único que “parece” no tener ese calificativo, haber y nos sorprendes.
Repitiendo otra vez que ojalá hayas leído todo y no te haya cansado o molestado (y quizás puedas comentar algo), son algunas pensamientos e ideas que tengo (la del hijo desconocido es la que más tengo en mente); tenía que decirlo (estoy comentando un fic en la página después de tiempo, tuyo lo merecía), y tal vez puedas tomar en cuenta algo de lo que he dicho. Como siempre buena escritura y narración, hasta la próxima, saludos.

P.D.: Naruto como no convierte a Sakura en su esclava sexual, ese sería un castigo para la pelirosa (esa contraparte negra de Naruto, de la cascada donde domina al Kyubi, como no vuelve a salir de donde quiera que esté).
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Mensaje por arminius Sáb Dic 10, 2016 2:23 am

bueno bueno.....

dos estupendos comentarios que se salen del clasico contexto..."conti conti esta genial".

primero y principal para ambos....

siempre, siempre, hasta el ultimo dia que sea escritor en internet voy a leer y atender a los comentarios de las personas que se tomen su valioso tiempo para escribirme. es para mi placer, aun si les diera la gana criticarme por mi trabajo. es un elogio que la historia les provoque la necesidad de expresarse. siento con esto, que cumpli mi trabajo.


ahora bien.....les anticipo que no voy a jugar de defensor de pobres para ningun personaje de la historia. lo que he intentado, (y espero que ustedes lo vean asi) es lograr personalidades imperfectas en todos los actores de este relato. personas que cometen errores, que actuan por conveniencia, instinto o simplemente amoralidad.

entiendo algunos planteos que me hacen con pasion. pero permitan que les otorgue algunos conceptos extra sobre cada personaje involucrado....

Boruto:

claramente la historia esta centrada en sus acciones. tiene mas desarrollo que ninguno y esta planteado asi. en esta historia en particular, ni naruto, ni sakura, ni el narusaku son principales. quiero aclarar porque veo comentarios que piden inclinar la historia hacia esos lugares. no sucederá porque no está planeado asi.

Bolt no aprecia haber tenido familia.....

creo que bolt aprecia mucho a su familia segun mi vision. tuvo el cariño de su madre y su hermana. esta dispuesto a todo por el bienestar de ambas. ¿aprecia a su padre? yo diria que si lo quisiera muerto, pudo sorprenderlo con un ataque al pecho mientras practicaban hace varios capitulos.
¿eso significa que deben ser unidos? lamentablemente no hubo vinculo desde la niñez de bolt, y ahora son casi extraños a pesar de ser padre e hijo.

sakura: ella comete errores. creo que eso la hizo el personaje mas real del manga original. ella comete errores y es caprichosa asi como egoista. cometio un grave error al quedarse con sasuke. y cuando sucedio el asunto con bolt, se dejó llevar por sus deseos reprimidos. ¿puede pensar en una vida junto a Boruto? creo que ella ya respondió que no. aunque eso no quita que si Sarada no existiera, tal vez su pensamiento seria diferente. el mundo real, esta lleno de personas que se equivocaron al casarse y retomaron sus con otras personas tiempo despues.

otros detalles para no alargar el comentario:

el mundo real no es simetrico. entiendo que por el aprecio que tienen por el personaje de naruto, quieran una justicia divina que le haga vengarse de hinata por una infidelidad que desconoce, o de bolt tomando a Sarada para si mismo. sin embargo, respetando la forma de ser del naruto que siempre fue....dudo que pueda traicionar a su esposa o follarse a una niña por mera revancha. entiendan que a naruto se le ha mentido muchas veces, y lo lastimaron mucho en el manga original, sin que por eso cambiara su forma de ser.

otro punto.....esta historia no se trata de personas buenas contra personas malas. Boruto peleó de esa forma contra sasuke no porque se creyera mas poderoso, sino al contrario, porque sabia que no obtendria la victoria de otro modo. ¿y está mal? boruto es ninja, y como tal experto en combate de todo tipo. la historia original se convirtio en una version azucarada de la vida. pero un ninja que se prepara para ser invisible en su profesion, debe saber como ganar sin ser mas poderoso que su oponente. ganar de cualquier modo. la mision es lo vital.

¿sasuke les caia bien? eso me sorprendio un poco la verdad.

embarazó a sakura y la dejó tirada. se fue por el mundo a follarse a cuanta mujer pudiera por el sharingan. y para colmo planeaba violar a su propia hija por solo una cuestion de poder. estaba dispuesto a lo que fuera para conseguir lo que queria. ¿realmente merecia una muerte mas "honorable"? de mi parte creo que tuvo lo que merecia por soberbio. nunca se debe subestimar al enemigo. y el jugaba con la mente de sakura y su hija convencido de su superioridad. aunque claramente no sea asi.


bien...espero que sigan hasta el final porque aun queda un par de sorpresas mas....en la Tierra de traidores.

saludos.
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Mensaje por lobo189 Lun Dic 12, 2016 8:49 pm

Gracias por responder.
Decir en primer lugar que a mí sasuke no me ha caído bien y NUNCA me caerá bien, lo que quise decir fue que en esta historia alguien que me cae peor que el uchiha es Boruto (el único del de los usuarios Sharigan que soporto es a Madara).
El emo es soberbio, una mierda; etc. Pero lo que pienso sin tratar de decirte como lo hubieras hecho (yo no soy un buen escritor), está bien que una misión se debe cumplir a cualquier costo, el uchiha merecía morir sí, por las manos de Naruto sí, pero la traición de Sakura no solo engañándolo con un chiquillo y peor ayudándole con sus conocimientos médicos, creo fue muy… (no sé que palabra usar), así que diré que a mi opinión, merecía una muerte por lo menos un poco más digna tal vez (hay que reconocerle que es el único posiblemente que puede darle una buena pelea al Hogake), no con todas las desventajas que tuvo, para que llegue Naruto solo a darle el golpe de gracia.

Tal vez algo así: Boruto sin ayuda de la pelirosa, hacer todo lo que hizo y permitiéndole usar sus ojos malditos (su mejor arma), cansándolo en buena parte, retenerlo el mayor tiempo posible, hasta que ya no pueda seguir, quedando atrapado por ejemplo en un gengutsu y ahí que llegue Naruto, que confronte a sasuke y que este le diga que la única manera que salve a su hijo sea teniendo una pelea a muerte con él porque solo así podrá salvarlo, así aunque el uchiha esté desgastado por la pelea anterior, dé un buen combate, pero igual pierda, pero sería un enfrentamiento más acorde al poder que tiene (repito yo no soy escritor solo es una idea que tuve). Igual sería una humillación para él y peor un golpe a su orgullo, si Naruto le demostrara que no luchó con todo su poder.

Ahora me voy a referir a lo que pienso de algunos personajes y dejaré algunas suposiciones:
Shikamaru e Ino:
Creo que si Boruto está tan confiado es porque les dirá que sus hijos también están involucrados con la Raíz y no pueden juzgarlos, castigarlos o algo por el estilo, porque si esa organización cae, sus hijos también. Además puede decir que él sabe cosas que le ocultaron al Hokage, para proteger su secreto sexual.
Kakashi, Sai y Tsunade:
Si Naruto descubre la Raíz (ojalá lo haga), y también se entera de quiénes lo conforman y crearon, ¿cómo reaccionaría?, él que luchó para que no hayan más cosas sombrías en el mundo ninja, ¿aceptará que no tiene razón y abandonaría sus ideales?, porque sabe que una organización así al final siempre se acaba descarriando, ¿qué haría con ellos, podría darles un verdadero castigo?, él es humano después de todo y ¿también tiene un límite no?
Hanabi:
Hablar de ella, es hablar de una “esclava sexual”, que responde ante las órdenes de Boruto y su madre, folla con Naruto y lo disfruta, pero si le ordenaban hacerlo con otro igual lo haría y disfrutaría, el Hokage se merecía algo más que solo una puta ya usada por muchos.
Hinata:
Quiere redimirse con Naruto, integrando a su matrimonio a la puta de su hermana a la que transformó en su títere. También le oculta  a su marido los byakugan de sus hijos y hay otros secretos que sabe, pero si Naruto alguna vez la traicionara de alguna forma, lo perdonaría o es falso el “amor” lo que dice tener por el Hokage.
Himawari:
Creo el amor “fraternal” que tiene por su hermano roza lo prohibido, más cuando dice que romperá los prejuicios y destruirá los límites.
Sarada:
Tiene la decisión de eliminar a su madre, ¿lo logrará?, no lo creo, solo le dará un susto o algo le impedirá hacerlo. Y me parece que ahora se nota su verdadera personalidad, esa que tuvieron su padre y su tío.
Dices que Naruto no puede follarse a Sarada por mero desquite, revancha; etc.; pero si ella sintiera que Boruto no la amara de verdad, sí la desea como mujer, pero no la ama; ella que ya no es ninguna niña, sino una kunoichi, ¿qué le impediría seducir al Hokage? (y éste ¿por qué no podría caer?), si tiende a tener la actitud de su padre, ¿no querría vengarse de alguna manera? (digo no).
Esas son algunas conjeturas que tengo.

Lo que quise decir con Naruto, lo que me da bronca es que me parece que lo ven como alguien ingenuo, que no se da cuenta de lo que pasa a su alrededor, que es Hokage porque luchó por ello y es el más fuerte, pero ahí nomás. Hacen cosas a sus espaldas, es como si no lo respetaran, digo le han mentido y lastimado muchas veces, hasta parecen olvidarse del poder que tiene, se olvidan del Kyubi ¿pero todo tiene un límite, no? O solo será alguien que se le necesite para poner orden mostrando su poder, porque si es así, me daría una lástima tremenda el Hokage.
Lo único bueno que ha hecho es no enseñarle sus mejores técnicas a su hijo, ojalá y se mantenga así.

Y me hago estas preguntas: ¿Naruto se enterará de las cosas que pasan y pasaron en su aldea, o le seguirán viendo la cara de tonto? y si se entera ¿pondrá orden?, no digo que encarcele o elimine a los que lo engañaron, porque él no es así (como mencionas), menos si se trata de su familia o amigos (o tal vez sí, aunque lo dudo), pero tendrá que mostrarles que le deben respeto y enseñarles o hacerles entender quién manda no?

Con respecto a Sakura, como no hay Narusaku, ya he dicho casi todo lo que pienso, leyendo los primeros capítulos, ese “amor” que tenía por Naruto era una farsa o le duró hasta que la follaran como una perra, traicionó la confianza de su “mejor” amigo, él que apoyaba su trabajo y confiaba en ella. Yo creo que va a hacer algo más y hará una traición más grande a Naruto.

Boruto me cae mal porque a diferencia de los que voy a mencionar como: Kakashi, Obito, Naruto, Gaara, sasuke, Neji; etc.; ellos sufrieron pérdidas o maltratos y él no, no tiene algo trascendental que justifique su forma de ser. Diría que podría parecerse a Danzou, pero él tenía algunas razones para ser como era, las guerras que afrontó, la protección de Konoha. Boruto dice que sus acciones son para proteger a su familia (pero con sus hechos uno de los lastimados, emocionalmente, por lo menos es su padre). Sí creo que sus acciones son verdad en parte (pero acaso Naruto no protegería a su familia llegado el momento); pero también a mi parecer las cosas que hace Bolt son por cuestiones personales.

Como dices tal vez no habrá justicia, el mundo real no es así, que varios saldrán bien librados, que es muy probable que no le pasará nada a Kakashi, Tsunade, Sakura, Hinata, Ino, Shikamaru, Sai; etc. Que Naruto a le seguirán teniendo engañado en su mundo de paz.
Boruto que tiene ese destino de estar en las sombras y que no creo que cambie, “lo más probable es que se saldrá con las suyas”, porque no hay nadie que pueda detenerlo, su padre podría ser pero él no le haría daño, así que no veo algo que de verdad le pueda afectar (no solo que lo separen por un tiempo de su familia o le den entrenamientos pesados), digo algo que le deje una huella muy grande, podría ser en su orgullo, lo que mejor se me ocurre y ya lo he mencionado (perdón por repetirlo), pero si todo sigue igual, lo único que de verdad me gustaría ver es:

Que apareciera un hijo no reconocido de Naruto (la verdad no sé como, aunque tengo algunas ideas, ¿hubo un tiempo donde el jinchuriki no te tenía pareja no?, mejor si su madre no es de algún clan) que sea igual a él en lo físico, que tenga los mismos ideales, que pueda ver su voluntad reflejada en él (que le diga que aunque no estuvo a su lado no lo odia, más bien lo admira, que pelea por el bien de todos), que pueda enseñarle Hiarishin, el Arte Sabio y más cosas, que sea su sucesor (necesita un buen heredero, un buen próximo Hokage, alguien del que pueda sentirse orgulloso siempre que lo vea) y pueda confrontar a su medio hermano Boruto y le gane arrolladoramente para que deje de ser tan engreído, y tal vez se le bajaran los humos.

Seguro no cambiará en su forma de ser, pero eso sí sería una lección para Bolt, una verdadera sorpresa, algo genial, no creo que lo tomes en cuenta, pero aunque todo siga igual en el fic, eso sí estaría como digo, extraordinario.
Y ahí tendrías la “traición” de Naruto, la que tuvo de joven, podría ser (espero no te moleste esta idea).

Porque dices que es una Tierra de Traidores, pero al que más han traicionado ha sido al Hokage, su esposa le ha sido infiel con otro hombre, le ocultan secretos sus hijos, su sensei, sus amigos, hasta su disque otra madre Tsunade; dicen que son para protegerlo, pero es más “como si no confiaran en él”, y me pregunto ¿habrá alguien que haya confiado ciegamente en él? (creo solo sus padres, Jiraiya, hasta Pain y Obito; casualmente todos ya no viven) ¿tendrá todavía algún amigo que no le haya escondido nada y que le muestre los secretos que le ocultan en su ladea?.
Por eso digo Naruto Uzumaki, él que es visto como alguien gentil, que no haría nunca nada malo, que con el pretexto, repito otra vez, de  “protegerlo”, lo engañan y más cosas (joder que no es ningún crío, puede defenderse solo, es el Hokage pero todos pasan de él), ¿será el único que no traicione en este mundo de traidores? o ¿nos sorprenderá?.

Ojalá hayas podido leer todo y no te haya cansado o molestado (y quizás puedas comentar algo), son algunos pensamientos más que tengo de tu fic, tal vez puedas tomar en cuenta algo de lo que he dicho. Hasta la próxima, saludos.
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Mensaje por muertoun26 Vie Ene 20, 2017 4:33 am

después de haberme leido y releido el ultimo cap me parece obvio que quien cree que es la golfa que esta detrás de bolt es ino, tiene la posición, y es miembro de un clan importante, asi que ira tras ino....dudo sarada sospeche de su madre, en especial porque sakura no quiere acercarse a bolt bajo ningún pretexto.

es bastante obvio que el ataque de sarada a ino no la matara pero si pondra un precedente, y naruto tendrá que intervenir, personalmente quiero que sea el quien le cuente la verdad a sarada.

luego comenzara una guerra interna donde naruto sabiendo o sospechando de que todo este asunto de ino fue orquestado por alguien de la raíz, se pondrá a cazar a la raíz usando el modo sabio....no me puedo imaginar todas las mierdas que saldrán en ese punto, pero si me puedo imaginar la cara que tendra kakashi y tsunade cuando naruto les diga que no son diferentes a danzuo y su sequito de momias
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Mensaje por arminius Vie Ene 27, 2017 6:41 am

bueno gente, luego de un mes sin internet vuelvo con otro capitulo para acercarme a la meta propuesta. esta historia tengo que admitir, estaba pensada para muchos menos capitulos de lo que actualmente tiene. pero supongo que eso tambien significa que puedo darle muchas cosas mas a mis fic originales que solo simplemente lemon y perversion. eso marca la diferencia, al menos en mi parecer.


p/d: buena lectura de las pistas que deje en anteriores capitulos muertoun26.



CAPITULO 19: EL HOMBRE Y LA SERPIENTE, PARTE 2


Boruto no parecía tener duda o apuro. Sus historias surgían ordenadas, otorgándole tiempo y forma a cada hecho concreto. Shikamaru estuvo alerta los primeros minutos, seguía con el presentimiento de que toda la reunión era una gran trampa y no quería caer en ella. Luego de pasado el momento de duda, decidió que aun Bolt intentara matarlo al finalizar su confesión; era buen momento para aprovechar y conocer todo lo que pudiera sobre Raíz. Además, eran dos contra uno, porque Ino no era precisamente una niña indefensa cuando de pelear se trataba.


-Mi primera misión fue toda una muestra de la guerra que habitamos. –Dijo Bolt en algún espacio de su relato- Recuerdo que me enviaron a desaparecer un cadáver.


-¿Un cadáver? –Consultó Ino, detrás de Shikamaru- ¿Quién?


-Fue hace años….-evocó sonriendo apenas el rubio, sentado cómodamente- no recuerdo su nombre, pero si quien era.


-¿De Konoha? –interrogó Shikamaru serio.


-Un embajador de la nube….-respondió Bolt tranquilo- ninjas de la Roca lo asesinaron en la frontera entre países. Para luego dejarlo tirado en las afueras de un pueblo dentro del país del fuego.


-¿Por qué? –interrumpieron mecánicamente tanto el Nara como la Kunoichi


-El Hokage había pasado un par de días antes por la zona, revisando puestos de guardias fronterizos. –Sonrió Bolt apenas- la intensión de los ninjas de Iwa era clara….

-¿La intensión? –Dijo Ino sin entender- lady Tsuchikage es aliada y amiga de Naruto. No puedo creer que ella intente…

-No fue la actual líder ciertamente….-definió el Uzumaki- sino el jefe de la organización oculta conocida como… “Granito”. El grupo secreto que reside en Iwa.

-Has dicho que fueron ninjas de la roca, -apuntó el Nara concentrado en el relato- pero ahora estas afirmando que Lady Tsuchikage no tuvo que ver con el asunto. ¿Cuál es la verdad?

-Ambas….-respondió serio Boruto- la organización “Granito”, es lo que Raíz representa para Konoha. En la nube tienen a “Rayo negro”, en el país del agua “Niebla sangrienta”. Y en las tierra del tío Gaara…. “Arena dorada”.


Luego Boruto hizo algo terrible. Comenzó a detallar con concepto, toda la red de aldeas ocultas que eran comandadas por los líderes antiguos supuestamente retirados. Aldeas ocultas armadas, dentro de cada aldea participante de la alianza. Un sistema para seguir tomando misiones que trasgredían la paz de las fronteras, por cuantiosas cantidades de dinero.


-¿Y porque lanzaron el cadáver de ese sujeto a nuestro territorio? –preguntó de pronto Ino haciendo volver a la historia anterior a los dos hombres.

-Tu amante puede decírtelo perfectamente….-sonrió divertido el joven Bolt- ¿no es cierto Shikamaru-sama?


El moreno lo había razonado al instante. Ino no estaba enterada de las reuniones de líderes en los últimos años. Pero como consejero personal del Hokage, Shikamaru había asistido a todos los encuentros pasados. Recordaba el asunto del diplomático muerto, y como las pesquisas en tierras del fuego no dieron ningún resultado. En su momento le resultó extraño que los rastreadores designados hubieran empezado su búsqueda en la frontera entre el fuego y la roca, cuando el diplomático desaparecido no se dirigía específicamente a Konoha. Y fue aún más extraño, que no se encontrara rastros del cadáver por ningún lugar. Incluso los rastreadores del clan Inuzuka le perdieron la pista. Pero además Shikamaru, creía recordar como la falta de resultados había sorprendido sobre todo a los rastreadores de la Roca.


-Quisieron ensuciar a tu padre….-razonó en voz alta el Nara- Naruto es la voz de la paz, pero si un diplomático muerto aparecía cercano a él, al menos podrían ponerlo en duda cuando impulse los tratados de comercio y alianza.

Naruto era el único limpio en la reunión de líderes. Por esa razón todos confiaban en él y nadie reusaba reunirse para discutir acuerdos comunes. Poner en duda la honorabilidad del Hokage, era una buena forma de romper el equilibrio que tanto estaba costando construir y mantener. Shikamaru comenzaba a entender la razón de aldeas ocultas, dentro de las aldeas.



-Los antiguos líderes en tiempos de la guerra mundial se retiraron, incapaces de continuar las formas anteriores al pacto de alianza. Pero crearon en la oscuridad sub-aldeas, encargadas de tomar los trabajos que oficialmente los nuevos Kage no podían aceptar. Empezó en la Roca, continuaron los de la nube. La niebla se incorporó al sistema tiempo después, todos querían su tajada de las misiones clase A y S surgidas de la ocasión. Konoha respondió a esos avances al revivir a la Raíz. Y finalmente Suna tuvo que crear su propia organización clandestina para no quedar atrás en la carrera de espionaje. –Luego de esas últimas palabras, Bolt sonrió como recordando un asunto especifico y declaró- lo que me lleva al asunto de Temari-sama.

-¿Temari? –Susurró Ino a Shikamaru confundida- ¿Qué hizo ella? ¿Acaso también tiene un amante?


Shikamaru estaba en silencio. Pensativo y de brazos cruzados. Había dejado de preocuparle la supuesta trampa y ahora el misterio de su esposa lo abarcaba todo. En cierto modo le torturaba un poco el no saber lo que ella había hecho, o más específico con quien. Siempre su esposa había demostrado un mal carácter y había que huir cuando explotaba. Pero infiel, no era algo para esperar de una mujer así. Shikamaru no se consideraba a sí mismo un hombre “irremplazable”, o tal vez “irresistible”. Solo que Temari no era mujer de aceptar fácilmente a cualquier sujeto. Apenas si podía entender porque había elegido mudarse de villa y casarse con él.


-Según mis cálculos….-dijo Boruto tranquilo- Temari Nara debió ser ejecutada hace exactamente 8 meses. Teniendo en cuenta la duración promedio de los juicios por traición en un año.

-¿Ejecutada? –preguntaron al unísono los compañeros.

-Por espionaje y traición, –definió Boruto- Kankuro de la arena es el líder de la organización secreta en Suna. Y convenció a su hermana de la necesidad de descubrir información secreta dentro de Konoha. Ella accedió, porque ama a su villa natal y no quería que Konoha estuviera conspirando contra Suna. Y buscando por aquí y allá, dio con retazos del trabajo de la Raíz. Información que debió costarle la vida. Pero que gracias a la oportuna asistencia de Shikadai, nadie nunca supo sobre esa fuga de información.

Increíble….

Shikamaru ahora entendía todo. Temari debió encontrar información sobre Raíz, pero su hijo intercedió con Bolt para que no la delatara ante los ANBU del Hokage. El Nara no podía creer que sus seres más amados, hubieran estado tan cerca de la muerte sin que él se diera por enterado. Shikadai había protegido a su madre. Había evitado que el clan Nara fuera expuesto ante la villa como traidores a Konoha. Shikamaru no dudaba que Naruto no hubiera juzgado a toda la familia por igual. Pero con las pruebas a mano, Temari hubiera sido arrestada y tiempo después ejecutada. Las leyes de la alianza eran duras en ese aspecto.

-esa es la deuda que tiene Shikadai contigo…-definió el Nara entre sorprendido y molesto- le hiciste creer que habías protegido a mi esposa, cuando lo que hicieron fue evitar que los informes sobre Raíz llegaran a Suna. Solo te has cubierto a ti mismo.

-incorrecto…-sonrió Bolt irritándolo aún más- la información de Temari solo detallaba algunas misiones realizadas por Raíz. Le daba la pauta a quien leyera, que existía una organización a espaldas de mi padre. Por supuesto no pudimos detener a Temari, ni tampoco hacerle daño sin dejar cabos sueltos. Pero Shikadai diagramó un interesante plan que aplicamos con éxito. Luego de ello, Temari creyó haber cumplido su última misión a favor de Suna, y en la arena recibieron información falsa que negaba nuestra existencia y actividad. Konoha para todos, sigue siendo la única aldea Shinobi que no cuenta con organización oculta a espaldas de su respectivo Kage. En cuanto a engañar a Shikadai….-sonrió como si recordara algo y finalizó- el entendió enseguida lo que Raíz buscaba. Y fue de su propia voluntad que comenzó a participar en todo esto.


El monologo de Bolt continuo sin pausa. Mientras relataba datos relevantes sobre la estructura de Raíz, y los medios con que contaba, Shikamaru intercedía con preguntas relativos al manejo de los equipos y el tipo de misiones. Intentaba compaginar en su mente aquellos hechos trascurridos en el país que hasta el momento, no tenían explicación. Buscaba nombres propios, sobre todo los referidos a los líderes de Raíz. O mejor dicho, el líder. Finalmente, luego de casi una hora y media en donde Boruto delataba a la organización donde pertenecía, Shikamaru decidió cortar por lo sano. No iba a permitir ningún tipo de estrategia que el joven Uzumaki tuviera para mantener callados tanto a Ino como a el mismo.

-Es suficiente Boruto…-interrumpió el Nara- el resto podrás confesarlo todo en el juicio frente a tu padre y el consejo.

-¿En serio cree que existirá un juicio? –Sonrió el rubio de manera preocupante para los presentes- no tengo la menor intención de que todo esto se sepa más allá de este salón. Hubo un día donde dije que terminaríamos trabajando en el mismo equipo. Creo que esta noche es el momento.


Shikamaru miró por detrás del hombro a su compañera Ino para alertarla. Era indudable que no saldrían de allí sin pelear. Alistó su chakra uniéndolo con las sombras que rodeaban la zona donde Boruto estaba sentado, esperando cualquier indicio de movimiento para activarlas y atraparlo. El Uzumaki podía ser actualmente muy fuerte o rápido, pero rodeado de sombras nada cambiaba, en cuanto se moviera quedaría prisionero. Y luego Ino podría atacarlo libremente. Sin embargo…

-Entonces ¿Qué deciden? –Sonrió sin moverse Bolt- ¿Comenzamos a trabajar juntos para proteger a mi padre? ¿Comenzamos a trabajar juntos para proteger a Konoha?


Shikamaru tenía una contradicción mental. Mucho de lo que Bolt había contado sobre Raíz le parecía sensato y lógico. Pero las malas experiencia de la familia Nara con la antigua Raíz de Danzou, cobraban su cuota de desconfianza. ¿Hasta cuándo seguirían al servicio del Hokage, los actuales integrantes de Raíz? ¿Qué pasaría si el líder, comenzaba a pensar en acumular poder en lugar de servir a los propósitos de Naruto?

-Dos de mis tíos y un primo, pertenecieron secretamente a la antigua Raíz según supe hace años –aclaró Shikamaru serio- fue un error de mi padre como cabeza de clan, el confiar en un sujeto como Danzou Shimura. Trajeron la vergüenza a mi familia. No permitiré que mi hijo cometa el mismo error. Mañana mismo presentaré la denuncia frente a tu padre.

-¿Aunque su esposa sea acusada de traición? –Respondió Bolt cómodamente sentado- ¿aunque su hijo sea arrestado como miembro de la actual Raíz? ¿Aunque tío Sai, o Temari-sama tengan la posibilidad cierta de enterarse lo que sus parejas estuvieron haciendo a sus espaldas? Creo que no lo está reflexionando con calma. Una mala experiencia del pasado, no convierte a la actual Raíz en una continuación pobre de la anterior.

-¿Según quién? –Intervino Ino irritada- ¿según tu líder? ¿Acaso no va a querer con el tiempo convertirse en Hokage? ¿No comenzara a desear el puesto de máximo poder que actualmente tiene Naruto?

Entonces, Boruto finalizó la charla de forma tranquila con su comentario final:

-Dudo mucho que Kakashi-sensei quiera un puesto que dejó por propia voluntad. –Definió despreocupado- sobre todo porque siempre ha dicho que fue lo más aburrido que tuvo que hacer en toda su carrera ninja. Ahora retírense, si por la mañana siguen pensando que lo mejor para Konoha y sus familias es delatar todo lo que dije esta noche, yo no seré responsable de las consecuencias.


Dicho esto, les dio la espalda esperando que se fueran. Shikamaru no dejó de rodearlo con las sombras hasta que retrocedieron ganando la salida. Ino iba justo detrás tratando de mantenerse en guardia todo el tiempo. Incluso al salir, anduvieron con cuidado las primeras dos cuadras a la espera de alguna emboscada. Minutos después, Shikamaru entre sorprendido y confundido, se dio cuenta que nadie los seguía.

-imposible…-se dijo en voz alta- nos ha dejado ir luego de confesarlo todo. ¿Acaso no tiene miedo a las consecuencias?

Ambos compañeros siguieron juntos hasta un bar. Tenían que mostrarse en la vía pública para no levantar sospechas, antes de separarse a sus actividades. La reunión había respondido casi todas las preguntas que mantuvieron el cerebro de Shikamaru tan activo el último año y medio. Incluso gracias a Ino, Boruto había señalado al ex-Hokage Hatake Kakashi como líder de la Raíz. Aunque no tuviera ambiciones de poseer el sombrero de líder en Konoha, el ninja peliplata dirigía una organización ilegal a espaldas de Naruto. Si las demás aldeas se enteraban, sin lugar a dudas sería una buena muestra de poco liderazgo por parte de actual Hokage. Sería un desastre.


-¿Qué haremos Shika? –Consultó Ino nerviosa, luego de media hora en donde compartieron copas en silencio -¿Acaso realmente delataremos todo? ¿Qué pasara con nuestras familias?

Era difícil en ese punto ser neutral. Su esposa Temari seria acusada de traición por espionaje y las relaciones con Suna se romperían seguramente comprobada esa misión. Además Shikadai estaba involucrado y caería preso. Además, aunque pudiera encontrar la manera de delatar a Raíz sin comprometer a su familia, aun tendrían que lidiar ambos compañeros con la posibilidad de un Sai tratando de matarlos. O tal vez Temari misma, se haga cargo de la situación por celos. Tanto Ino como Shikamaru, estaban en peligro personal y familiar. Todo por abrir la boca y cumplir con su deber frente a Naruto. Todo por seguir las actuales leyes de la alianza.

-No puedo permitir que Naruto siga sin saber esto Ino….-dijo finalmente el Nara tratando de mantener controlada la tensión que sentía- tendremos muchos problemas, eso lo entiendo, pero es el precio que debemos pagar por cumplir nuestro deber. No es distinto a una misión donde podríamos morir. La misión debe ser lo primordial.


Ino entristeció la mirada y asintió pesadamente. No entendía los argumentos de su amigo. Era una decisión difícil y arriesgaban la vida. ¿Con beneficio de qué? ¿Para parecer más leales a Naruto? ¿Destruyendo ambas familias en el proceso? Ino no podía decir nada de lo que pensaba, pero por primera vez en mucho tiempo no estaba de acuerdo. Era la última noche donde estarían juntos y en confianza. Sucediera lo que sucediera a la mañana siguiente.

-Si realmente piensas que lo mejor es decirlo todo….-anuncio Ino entre copas y copas- supongo que esta noche podríamos despedirla con algo más placentero que estar bebiendo hasta caer. ¿Qué dices? ¿Le das un descanso a tu cerebro y nos divertimos por última vez?

Shikamaru sonrió, producto del licor. Era la última noche de tranquilidad. A partir de la mañana todo cambiaria para siempre. Tal vez uno de los dos moriría, tal vez los dos. Tendrían mucho para lamentarse a partir del día siguiente. ¿Por qué no gozar lo que quedaba de esa noche?


-¿Dónde siempre? –Preguntó apenas mientras pagaba la cuenta y se retiraba del lugar- te espero en media hora.


Sería el final de esa relación clandestina. Ino y Shikamaru lamentaban la situación del tamaño que había alcanzado. Pero el deber era primero y los Nara no podían volver a quedar pegados a la traición de Raíz. Shikamaru era el consejero más cercano a Naruto. Eran amigos y ese vínculo debía ser protegido. Boruto pagaría su cuota por lo que hizo, así como todos los involucrados. Pero esa situación debía terminar. Era lo único que dejaría dormir tranquilo a Shikamaru Nara en el futuro.



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Hinata tenía problemas, y lo sabía….


Sin apenas entenderlo, abrió una especie de puerta que actualmente era difícil cerrar. Todos los eventos del último mes tenían convergencia en la misma situación molesta. Durante años había sufrido muchos el estado de pareja con el hombre que amaba desde siempre. Naruto siempre fue un esposo correcto. Amable, cariñoso, y muy atento para hacerle el amor regularmente. Hinata no había tenido experiencia previa antes de estar con Naruto ya casada, pero sentía que su matrimonio estaba fuertemente constituido. Sin embargo, después de haber dado a luz a Himawari, que las cosas no volvieron a estar en paz en su hogar.


Naruto siempre había trabajado mucho, pero sus horas se multiplicaron cuando asumió como el actual Hokage. A partir de ese evento soñado por el rubio, que la relación de pareja comenzó a desgastarse poco a poco hasta casi desaparecer. Naruto llegaba tarde a casa. Las noches donde podían hacer el amor se reducían mes a mes. Con los niños en crecimiento, Hinata en su papel de madre tuvo muchas “excusas” para mantenerse ocupada y no prestar atención al naufragio de la pareja en la intimidad.

Entonces, la actualidad parecía una paradoja del destino…

Hinata encontró su escondido valor, con un poco de ayuda en las técnicas de su hija, y tomó el control del clan Hyuuga sometiendo a nada menos que su hermana menor para lograrlo. Boruto e Himawari habían necesitado ayuda, y Hinata estaba orgullosa de haber estado a la altura de las circunstancias. Sin embargo, aunque sus hijos no estuvieran en peligro por causa de los Hyuuga actualmente, otro problema se presentaba en la mente de la señora Uzumaki.

Hanabi dijo cierta noche, que luego de practicarse estudios en el hospital de la hoja, recibió la noticia de estar embarazada. Lo dijo tímidamente, tal como actuaba frente a su hermana mayor últimamente, pero causó un curioso efecto que la señora Uzumaki no esperaba de su esposo. Deseo puro. Hinata entendía que compartir a su marido ya no era necesario. Después de todo, el motivo principal que impulsaba a su hermana menor a ingresar en el cuarto con el cuñado era estrictamente para quedar embarazada. Logrado el objetivo, no existía más razón para las frecuentes visitas de la líder Hyuuga a la casa Uzumaki.


Sin embargo….


Esa misma noche donde Hanabi anunció el embarazo, horas después cuando Hinata alistaba todo para irse a dormir, ingresó al baño privado de su habitación para encontrar a Naruto bajo la ducha y acompañado. La imagen era terriblemente erótica. Hanabi apoyaba ambas manos sobre la pared de azulejos mientras el Hokage tomándola fuerte por las caderas, la follaba de una manera bestial. La mujer hacia todo lo posible por no gritar a viva voz, teniendo en cuenta las ordenes de su Onee-sama referida a no alertar a Himawari de lo que acontecía en el cuarto de sus padres. Sin embargo, tal indicación en ese momento le era casi imposible cumplir, ya que su cuñado parecía dispuesto a romperla en dos esa noche en cuestión.

Hinata quería detenerlos. Deseaba con todo el corazón detener esa acción. No quería compartir la maravillosa energía sexual de su amado Naruto con absolutamente nadie. Tenía que ser solo para ella. ¡TENIA QUE HACERLE EL AMOR SOLO A ELLA! ¡¿POR QUE HANABI ESTABA EN MEDIO SIEMPRE?! Sin darse casi cuenta lo que hacía, se quedó mirándolos descuidadamente desde la puerta del baño. Y sus manos cobraron vida propia.

-NARUTO-SAMAAA…..-se le escapó un grito a Hanabi detrás de la cortina- usted ha…AAHHH….usted ha sembrado a su hijo en mi…..usted me ha llenado con su HIJOOOO. ME CORROOOOOO AAAAAAHHHHHH.


Naruto no parecía atender a nada. Hinata pensaba que los movimientos torpes y la mirada perdida de su marido tenían por significado que no pensaba en nada. El instinto lo estaba dominando completamente. Era como una máquina de sexo, una vez encendida, no existía interruptor para apagarla. Las tensiones que últimamente cargaba del trabajo, trasformaban a Naruto en un hombre con necesidades extremas por complacer. Tenía que descargar esa energía y tensión en algún lado. Y su cuñada Hanabi ya era un factor común a considerar para ello. Mientras tanto, la esposa mirándolo todo desde afuera. Bien sabiendo que podía desnudarse y tanto rápido como fácil, unirse a esa ducha para caer bajo el influjo de su marido. ¿Cómo contener ese enfermo deseo que le había nacido desde el interior? ¿Era acaso la técnica de Himawari la total culpable de haberla convertido en una fisgona pervertida? ¿O simplemente se había liberado algo ya guardado en lo profundo de su alma? ¿Qué pensarían sus hijos si lo supieran? ¿QUE PENSARIA KONOHA SI SE HICIERA PUBLICO LO QUE SUCEDIA?


Hinata tenía problemas, y lo sabía….


Desde que su hija influyo en su mente, había tratado de volver a ser quien era. Algo en ella estaba mal, algo en ella no se sentía como si estuviera normal. ¿Qué era esa sensación? ¿Por qué Himawari no podía volver a la normalidad a las personas luego de influenciarlas con la técnica de presión parcial?

Naruto cambio de posición. Hanabi se había corrido con fuerza y eso no significaba que era el fin del asunto. La dio vuelta como si fuera una muñeca, y tomándola de los muslos la cargo sobre sí mismo insertándola en el miembro como a la medida. Hanabi no podía parar de gemir, chillaba y suplicaba rogando por un poco de tregua, pero en realidad era palabras vacías de su real deseo. Apenas sintió que ya no pisaba el suelo, se afirmó con los brazos y las piernas alrededor del hombre permitiéndole total acceso. Hanabi pudo ser muy inexperta al comienzo, pero ahora sabía perfectamente como complementarse a los movimientos de su amante. Era increíblemente complaciente y sumisa. Pero para nada dispuesta a que cualquier ser, incluido el que se estaba gestando en su interior, la apartar del fogoso deseo generado por el Hokage.

Mientras Hinata veía como su marido follaba de manera increíble a su hermana menor, no fue consiente de nada más que esa visión terrible. Ni siquiera pudo darse cuenta de sus manos recorriéndose el cuerpo. Tocándose, masturbándose, sometiéndose a unas ansias tan escondidas como fuertes. No se podía contener. El sexo cada vez era mejor y mejor. Las razones pudorosas para detener todo, no podían ganarle a lo excitante de ese juego perverso de tres en el trato.

Días atrás, cuando intuía que Hanabi podía estar embarazada, le había dicho que en cuanto eso sucediera; ya no tendría permiso para venir al cuarto matrimonial con Naruto. Pero la hermana menor, con un gesto de debilidad y disculpa, respondió que hasta el sexto mes de preñez aun podía tener sexo. Y que no deseaba dejar de servir sexualmente a Naruto-sama.


Flash back:

-Eso no importa…-le aclaró Hinata duramente- harás lo que te ordeno.

-Hinata Onee-sama es muy egoísta…-sonrió apenas la más joven Hyuuga- no quiere compartir a Naruto-sama. Pero si se emborrachaba y se acostaba con el perro Inuzuka. A Naruto-sama no le agradaría oír eso.

-¿Me amenazas? –respondió Hinata enojada.

-Si…..-dijo tímidamente Hanabi bajando la cabeza- Onee-sama puede castigarme a voluntad si así lo quiere.

Fin del flash back:



Hanabi estaba a sus órdenes, eso era claro. Pero Hinata aun así tenía problemas porque su hermana gozaba tanto de los castigos, como del sexo con Naruto. Era entonces que no pensaba renunciar a uno de ellos, cuando claramente podía tener ambos. Y para colmo de males, las manos de Hinata Uzumaki no parecían detenerse. Se sentía una persona horrible en ese momento. Masturbándose en la puerta de su propio baño, mientras observaba como el amor de su vida perforaba sin contemplación a su hermana Hanabi, que ya casi no podía contener sus ganas de gritar. Gracias al cielo el baño y el cuarto tenían sellos en las paredes para combatir pecaminoso sonido.


Hinata se sentía atrapada. Sus deseos e instintos estaban fuera de control. Recordaba que su hija le había advertido sobre los efectos secundarios de la técnica en cuanto le pidió ayuda. Que dar apertura a ciertas cerraduras de la mente, podía también causar determinadas consecuencias inesperadas. Incluso Himawari tenía la capacidad de implantar una orden específica, pero el sub-consiente de las personas podía tener su propia interpretación de dicho mandato. Variando por tanto, el efecto requerido.


Sin embargo, todo podía terminar si tan solo le pedía a su marido que ya no follara más a Hanabi. Pero eso también implicaba una consecuencia moral. Hinata no podía olvidar que aun por las razones del alcohol, ella era quien primero le había fallado a Naruto. No importaba si Bolt había callado a Kiba, matándolo. Hinata no podía olvidar la traición que ella misma había cometido. Hanabi se corrió de nuevo en medio de un grito apasionado. Si acaso Naruto ya no la hubiera embarazado hace semanas, la cantidad de semen que inyectó en ella habría conseguido el objetivo ahora mismo. Aun así, el hombre jadeante sostuvo a la pelinegra entre sus fuertes brazos, de otra forma seguramente sus propias piernas no podrían haberlo hecho. Entonces, la líder Hyuuga fijó su mirada fuera de la ducha. Hablando algunos minutos después al recuperar el aliento:


-¿Vas a mirarnos toda la noche Onee-sama? –Dijo Hanabi en cuanto pudo articular dos frases coherentes, colgada sobre Naruto- ¿Por qué no te nos unes de una vez?

Naruto observo a su mujer. Parada con dificultad junto a la puerta de entrada al baño. Y su deseo no era menor por la esposa y madre de sus hijos. Amaba a Hinata, pero aun amaba más que ella hubiera decidido explorar otras posibilidades al amor. Naruto jamás había pensado en abandonarla, ni cuando tuvieron problemas serios en la intimidad. ¿Por qué lo haría ahora que cada vez era más excitante sus noches con ambas hermanas Hyuuga?


-Quiero que vengas aquí….-le indicó el rubio a su esposa en cuanto se dio cuenta que ella miraba desde la puerta todo- no volverás a tocarte sola…..nunca más. Es una promesa Hinata-chan.



Esa noche, las hermanas Hyuuga se unieron al Hokage en un frenesí difícil de olvidar. Una maratón que comenzó en el baño, continúo sobre la cama matrimonial y hasta tuvo algunas escaramuzas en la cocina sobre el horario de madrugada. Si acaso Hinata podría tener alguna duda sobre la conveniencia de mantener ese extraño acuerdo de tres partes. Dos semanas después despejaría todo concepto al darse por enterada de una importante noticia. Aunque estaba segura de no haber olvidado aplicar chakra a modo anticonceptivo, aun así estaba esperando a su tercer hijo.


Y no podía ser más feliz por ello.



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Boruto luego de su reunión con Shikamaru e Ino, esperó tiempo prudente a que ellos se fueran sin que el Nara se sintiera inseguro. A continuación se ocupó de cerrar el salón que había pedido prestado, para finalmente marcharse a su departamento sin más preámbulo. El plan que dio paso a esta reunión, estaba en marcha desde unos días atrás. Boruto había terminado su último entrenamiento con Kakashi-sensei y al parecer el peliplata lo creía preparado. Ya no tendrían más entrenamientos, Boruto parecía estar en el nivel adecuado según su sensei.

Los siguientes movimientos eran claves para el éxito total de la misión. Raíz durante muchos años, acumuló desde la sombras tanto poder, como enemigos. Era el movimiento natural de las cosas. Invertir en espionaje donde antes habían existido planteles ninja. Los grandes ejércitos no eran políticamente correctos, y cabía preguntarse si los feudales aceptarían de buena gana el no tener fastuosas fuerzas militares para apoyar sus reclamos territoriales entre pares.


Sin embargo, era una grave falta existir como fuerza de espionaje en Konoha, sin el consentimiento de su líder máximo. El séptimo Hokage de la hoja. Lo cual básicamente, convertía a todo integrante de Raíz en un candidato perfecto a las acusaciones de traición. Boruto no lo veía de esa forma tan directa, siempre razonó que la tarea de un ninja era el cumplimiento de las misiones por los métodos necesarios. ¿Qué era ilegal ser espía a espaldas de su padre? Posiblemente. Pero tampoco Naruto podría entregar respuestas a las organizaciones ocultas surgidas en cada villa supuestamente adherida completamente a la “alianza”. ¿Acaso proteger a Konoha no debía ser la prioridad máxima de todo ninja nacido en tierras del fuego? Pero si los ninjas de Raíz eran candidatos a título de traición, también lo serían los Shinobi de las otras organizaciones clandestinas en las demás aldeas.

Mientras reflexionaba sobre las últimas órdenes recibidas por Kakashi, Boruto comenzaba a preguntarse si su maestro no se había dejado llevar por la presión ejercida de parte de Naruto. En cierta forma Kakashi, siempre se había sentido en deuda con el actual líder. Sumado a la muerte de Sasuke Uchiha, en quien el peliplata siempre se había sabido reflejar, tal vez le estaban pasando la cuenta:


“-Estoy viejo para estas cosas Bolt –le dijo Kakashi la última tarde de entrenamiento que tuvieron- tengo que retirarme definitivamente. Las nuevas generaciones tendrán las responsabilidades a partir de ahora.

-Pero…. ¿eso significa que raíz debe ser destruida? –respondió el rubio dudando del plan general de su maestro- ¿no quedaría la aldea indefensa? ¿Por qué tenemos que sacrificarlo todo de esa forma?

-El sacrificio no es problema, –añadió Kakashi sonriendo tranquilo- juramos dar la vida por Konoha desde la academia. No olvido esa promesa. Y el objetivo de Raíz, no es otro que lo que conseguiremos siguiendo este plan final. ¿Puedo contar contigo Bolt?

Lo que le pedía su maestro era complicado. El menor error de cálculo y todo sería destruido sin utilidad alguna. Pero bien logrado, podía ser un completo éxito aplastante. Raíz sería una legenda que por los siglos de los siglos, jamás se extinguiría en los hijos de la hoja. La llevarían en su sangre, de por vida. Aunque en los anales de la historia terminará siendo una página no escrita. Todo gran sacrificio, tenía la inconveniente posibilidad del anonimato. Y Boruto ya estaba resignado a no tener el respeto y la confianza de su padre. Aunque le doliera, sería un exiliado político de su propia familia. Pero ellos estarían a salvo. Era un sacrifico que el joven Uzumaki estaba dispuesto a aceptar.


-Kakashi-sensei….-asintió Bolt confirmando su participación en el plan- nunca olvidaré todo lo que usted me ha enseñado estos años. Solo quiero decirle, que nunca voy a defraudarlo. Jamás abandonaré a mis amigos, jamás permitiré que alguien le haga daño al Hokage, o a esta aldea.

El ninja veterano sonrió. Bajo su máscara nunca podía notarse aquellos gestos tan efusivos. Pero ahora mismo, Boruto estaba lo suficientemente cerca como para notarlo. Una mano en el hombro de Bolt, y las palabras más sinceras y trasparentes que Hatake Kakashi pudo alguna vez declarar:


-durante años, sentía en mi corazón que había fallado como maestro. No pude darle a tu padre o a Sakura Haruno, la instrucción adecuada como para considérame abiertamente su sensei. Fui entrenado por tu abuelo, el mejor maestro que he conocido, pero aun así he fallado con todos. Incluso con Sasuke. A quien nunca pude enseñar la voluntad del fuego. Tareas incompletas, de un hombre incompleto. Sin embargo….una tarde quiso la suerte que pudiera verte combatir. Esa tarde supe, que tenía una última oportunidad.

-Kakashi-sensei….

-No importa lo que suceda con nosotros a partir de ahora…-le interrumpió el peliplata- es un honor…haber sido tu maestro. Nunca olvides, que me hace sentir muy orgulloso tu camino. Cumple con tu misión muchacho, se bien que no vas a fallarme.

-Nunca retrocedo a mi palabra, ese será por siempre mi camino ninja.”




Boruto ingresó a su departamento personal pasadas la medianoche. No era precisamente horario para seguir en actividad, pero aún le quedaba una tarea aquella noche por realizar. Así que preparó un bol de ramen instantáneo para comer y hacer tiempo hasta el momento indicado. El turno nocturno en el hospital empezaba exactamente a la 1 de la madrugada, pero el joven suponía que ella no llegaría hasta pasadas las 2 am. Después de todo tener alto rango, contaba con ciertos privilegios.

Boruto solo debía cenar y esperar. Todo para confirmar esa noche, si los planes realizados seguían su marcha exitosa.



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Sarada Uchiha sonrió complacida….


Durante semanas completas había estado juntando rabia. La información había golpeado su autoestima. Ya de por si le resulto bastante difícil el digerir que su amor de toda la vida, había estado viéndose y acostándose con otra fémina. ¡Y para peor! ¡Resultaba ser no otra joven de edad similar, sino una mujer casada! ¡Una mujer con edad para ser su madre! Eso era lo más insultante e intimidante para Sarada.

Boruto podía decir que era mutuo, pero seguramente esa experimentada Kunoichi lo había seducido y confundido. Por esa razón su Bolt estaba considerando no casarse con ella. ¡Todo era culpa de esa mujer! Sarada fue envenenándose poco a poco con esa idea. Y más tuvo razón en pensar la situación hipotética, cuando creyó descubrir de quien se trataba. Por ello, preparó una estrategia para deshacerse de su rival de amor. Sarada podía parecer una chica neurótica y celosa, pero claramente su entrenamiento como ninja superaba todo eso. Podía desear la muerte de esa mujer con todas sus fuerzas. Pero no arruinaría el resto de su vida, matándola en medio de calle frente a todos. No solo iba acabar con ella, sino que buscaría salir impune también.

Entonces….diseñó un plan secreto…


Lo hizo tal como si preparará un asesinato en otro país. Simplemente estudiando a su objetivo, comprendiendo sus costumbres, memorizando sus debilidades, horarios de trabajo y virtudes. Esa mujer podía creerse muy segura, pero claramente estaba a punto de morir. Sarada se juraba que pronto eso iba a suceder.


Y llegó esa noche, la tan esperada….


Sabía perfectamente que Ino Yamanaka ocuparía el horario nocturno del hospital. Había estado fuera de su casa varias horas antes de lo esperado. La joven Uchiha no se molestó en seguirla paso a paso, simplemente esperó en el sitio donde sabía perfectamente que terminaría por ir. Podía no saber rastrearla por su chakra en medio de la población. Pero Sarada tenía la ventaja de andar por los pasillos de ese hospital sin restricciones, como la hija de la directora Sakura Uchiha. Así pudo saber todo de Ino. Sus registros médicos, sus horarios de trabajo, incluso su tipo de sangre. Durante su infancia y en la actual adolescencia, Ino había sido una especie de hermana para la madre de Sarada. Eso el cierta forma la había convertido en “tía” honorifica para la joven. Pero ahora mismo, todos esos sentimientos de cariño por la rubia, eran motivo de más odio.

Sarada estuvo casi tres horas antes, en la oscuridad de la oficina perteneciente a Ino Yamanaka. El turno empezaba después de la una de madrugada. Y entonces Sarada tendría casi con seguridad su venganza. Durante semanas la había saboreado, desde que vio a su tía Ino hablando a solas con Bolt en un callejón oculto de Konoha.

Luego de eso, se dispuso a vigilar a Bolt implacablemente. Personalmente cuando podía, y contando con un grupo de personas confiables cuando tenía misiones por hacer. Y así descubrió que su presentimiento sobre la identidad de la “esposa amante” era bastante acertado. Si bien Bolt no le dijo nombres cuando confesó la relación clandestina, si dio datos que acercaban a Sarada en conclusiones varias. Ino era mujer casada, era parte de un clan importante y por lo tanto posible objetivo de una misión interna. También era muy hermosa, y según Sarada había averiguado, tuvo varias visitas de Bolt en la oficina privada del hospital en semanas previas. ¿Para qué otra razón se reuniría tantas veces? ¿Por qué esas reuniones privadas en la oficina personal de ella?


Seguro se seguían viendo para follar. Bolt podía haber dicho que ya no la veía, pero era claramente mentira. Ino tenía momentos de desaparecer por horas, y nadie daba razón de su paradero. Seguro la mujer más experimentada, lo tenía completamente seducido y lo usaba para divertirse. Seguramente. Pero todo aquello iba a terminar. Boruto tal vez sufriría al enterarse que su amante estaba muerta, pero con el tiempo entendería que esa relación nunca debió existir. Que fue un error.

Sarada seguía esperando en la oscuridad, no estaba segura del horario. No podía encender ni una luz por miedo arruinar el plan. Tarde o temprano, Ino Yamanaka aparecería. Entraría a esa oficina y encontraría una desagradable sorpresa. Una inesperada y mortal visita. Sin embargo, Sarada no pensaba matarla del modo convencional. No les daría a los investigadores la posibilidad de suponer asesinato. Todo parecería un accidente, esa era la estrategia.



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La explosión concentrada borró la mitad de la planta alta en el hospital de hoja. Eran las 2:30 de la madrugada. Y lo único que rompió con el brutal estallido, fue el audaz salto atraves de la ventana en la oficina privada de Ino Yamanaka. Segundos antes de todo el espectáculo de fuego y pedazos de edificio ametrallando la zona diera inicio, Boruto había atravesado desde el interior de un salto el ventanal de la oficina con la Kunoichi medico entre los brazos. Cayeron al tejado y salieron volando hacia la calle producto de la onda expansiva. Bolt opuso la espalda en la caída, protegiendo a una inconsciente Ino del golpe. Fue bastante duro caer tres pisos, pero para nada mortal si se controlaba el chacra como ciertamente el Uzumaki lo hacía.

Media hora después, toda la calle era un hervidero de gente. Ninjas usando jutsu de agua para apagar el fuego y al menos 10 equipos ANBU rodeando la zona para investigar el suceso. Un centenar de civiles fisgones, tratando de averiguar cuál rumor de los corrían sobre el incendio del hospital era el acertado. Algunos alarmistas se inclinaban por la versión de un atentado. Otros apostaban por la simple casualidad de accidente. En realidad la mayoría de la gente, ni siquiera recordaba el tiempo horrible de la última guerra. Era bastante improbable que esa explosión sin víctimas, estuviera relacionada con un ataque del exterior. Pero la exactitud en el rango de los daños, hacían dudar a los que más entendían sobre explosivos que esto fuera un mero accidente.

Sakura Uchiha fue llamada a su casa por los ANBU, para ponerse al frente de la situación. Al principio, era razonable que existieran muertos por la explosión y el fuego posterior. Pero casi una hora después, se pudo comprobar que las 4 oficinas y el laboratorio especializado que explotaron, no habían tenido personas dentro, (salvo Ino Yamanaka) que sufrieran por ello. Solo pérdidas materiales, ninguna víctima que lamentar.


-Fue toda una fortuna…-aclaró Sakura a los investigadores que la interrogaron- el turno nocturno solo tiene una persona en esa zona critica. Solo Ino estaba presente esta noche ahí, y debió morir. Pero por suerte el hijo del Hokage la sacó a tiempo del lugar.

Sai apareció por la zona. Como líder de ANBU no era precisamente un asunto que lo obligara apersonarse en la madrugada, pero estaba claro que su esposa estuvo en peligro. Eso le había obligado a saltar de su cama para presentarse cuanto antes.

-Boruto Uzumaki salvó la vida de su esposa capitán, -le dijeron los ANBU a cargo de la investigación a Sai en cuanto llegó- saltó con ella atraves de la ventana y la protegió de la explosión. Sabemos que el laboratorio bajo las oficinas explotó, y el fuego debió matarla.


Toda la planta baja del hospital estaba intacta. La explosión fue bien sectorizada y solo una parte acotada del edificio estaba en ruinas. Sakura estaba atendiendo a Bolt en un consultorio de la planta baja, ya que Ino solo estaba inconsciente y sin daño alguno. El muchacho, presentaba algunas quemaduras en los brazos y espalda, más los cortes provocados por la metralla de vidrios y demás consecuencias de la caída. Boruto estaba consiente, boca abajo se dejaba atender por Sakura que estaba dedicada a quitarle los pequeños fragmentos incrustados en el cuerpo. El no corría peligro, era demasiado fuerte como para morir por esos daños.


Boruto no entendía lo que había ocurrido. Solo supo que había ido a la oficina de Ino, para comprobar si la mujer había cumplido su misión. Semanas atrás, habían tenido varias reuniones para acordar su incorporación a Raíz. Ino comprendió que Shikamaru no dejaría de perseguir los secretos de Bolt. Y eso ponía en riesgo tanto al rubio como a la familia de Ino y del mismo Nara. Ino no estaba de acuerdo con su compañero de equipo y amante. No valía la pena descubrir a la raíz y perder la vida por ello. Ino decidió pactar con Bolt, formar un plan para lograr que Shikamaru dejara de buscar descubrir el misterio. Por ello, llegó a un acuerdo con el hijo de Naruto.

La mente del ser humano es una maquina extraordinaria. Ino conocía a la perfección a su compañero, y sabía cómo funcionaba ese gran cerebro suyo. Generalmente, era muy perezoso. No gastaba energía en problemas triviales y funcionaba casi por inercia. Pero cuando un gran interrogante surgía, su energía parecía enfocarse totalmente en ello. Y entonces, Shikamaru no tomaba un descanso hasta encontrar la solución a ese misterio. Por lo tanto, la mejor forma de sacarlo de la jugada sin dañarlo, era precisamente tranquilizar su mente con las respuestas buscadas.


Por eso Bolt se lo dijo todo. Le dio los datos que Shikamaru requería y así tranquilizarlo con la resolución del caso. Luego, Ino entraría en acción llevándolo por última vez a la cama. Acto seguido al sexo, seria tomarlo con la guardia baja y borrar de su mente todo lo que había adquirido en las últimas horas. Generalmente, obligar a alguien a olvidar era difícil y llevaba tiempo. Pero Ino era una Yamanaka, y por lo tanto experta en manipulación mental. La clave no era borrar las respuestas, sino inducir a la mente para que olvidara las preguntas. Sin el misterio cautivando la mente de Shikamaru, las respuestas incorporadas recientemente no tenían sentido ni importancia. Por lo tanto, eran material descartable para la mente en cuestión. Fue un trabajo fino, tal como una experta en la materia se podía adjudicar. Y por lo tanto completamente exitoso.


Todo iba bien, el acuerdo se había llevado a cabo con éxito. Shikamaru despertaría en cama del motel sin recordar nada de Raíz. Solo una última noche de sexo con Ino, y la promesa de no volverse a encontrar nunca más para esos menesteres. Con esa misión cumplida, Ino no solo protegía la estabilidad de su familia, sino que mediante Bolt, se unía a raíz.

Que las últimas órdenes de Kakashi-sensei cambiaran todo, fue mera coincidencia. Y Bolt comprendía que esas contradicciones eran el precio a pagar por una organización tan oculta, que ni siquiera la mayoría de sus elementos se conocían entre sí. El Uzumaki solo se había apersonado en el hospital esa noche, para confirmar si Ino había cumplido su misión. De no hacerlo, tampoco importaría demasiado llegado el caso. Después de todo Raíz seria desmantelada en breve. Pero aun así, Bolt debía confirmar si Shikamaru Nara había sido sacado de la partida, o continuaba en ella para causarle problemas.


-¿Qué rayos?- dijo Bolt hace horas, al tocar la puerta del despacho de Ino y empezar a oler pólvora desde el interior.


Ingresó forzando la puerta, tan solo para encontrar a la Kunoichi inconsciente en el suelo, rodeaba de papeles explosivos estratégicamente colocados para implosionar la zona. Al abrir la puerta, algunos papeles cercanos se activaron y lo único que Bolt pudo razonar, es correr hacia la posición de la mujer y tomarla entre sus brazos para escapar atropellando contra la ventana que daba al tejado. El fuego comenzó a rodearlo desde abajo, mientras las explosiones lo cubrían todo a su alrededor. Y aun así, sus reflejos monstruosos producto del entrenamiento con su padre, le permitieron al Uzumaki escapar del infierno desatándose en el lugar. Pudo sacarla a tiempo, y consecuentemente convertirse en el “héroe” de la situación.


Aun así, el intento de asesinato hacia Ino era claro. Y Boruto era el único que estaba seguro de que esa explosión, no era un mero accidente. Él había visto los papeles explosivos, él había visto a la mujer desmayada en el suelo. Alguien intentó acabar con ella, y Bolt debía asegurarse la identidad del agresor, antes que volviera a intentarlo nuevamente. ¿Acaso Ino podría darle más detalles sobre el atacante cuando despertara? Esa era la principal pregunta por responder en cuanto Sakura terminara de curarlo.



************************************************



La reacción en cadena fue casi natural…


Tal solo 6 horas después del atentado al hospital de la hoja, el Hokage Naruto Uzumaki dio luz verde al ANBU comandado por Sai. Todo para que comenzara a forzar la marcha sobre las sospechas vertidas por Shikamaru Nara, sobre el asunto de la organización secreta. Ino había declarado que no vio a su atacante, y que solo pudo despertar en medio de la calle, cuando Boruto la tenía en sus brazos luego de salvarle la vida. Mientras tanto, Bolt aseguró que la explosión no fue para nada accidental. Si bien parecía que la explosión accidental de ciertos químicos en el laboratorio en el segundo piso fuera causal de todo el siniestro, era bastante sospechoso que dicha explosión fuera concentrada hacia la arriba solamente y dejara intacto casi toda la segunda planta. Que solo hubiesen estallado en llamas el laboratorio y cuatro oficinas del tercer piso cerradas en el turno de la noche. El asunto parecía generar bastante sospecha teniendo en cuenta que solo Ino Yamanaka hubiera muerto. Demasiado direccionado, demasiado personalizado, demasiado perfecto para ser solo un acto de mala fortuna.


Naruto se puso en acción, y dejando de lado las dudas sobre actuar dictatorialmente sobre la propiedad privada de otros, tuvo que allanar almacenes sospechados y casas de ninjas en una lista confeccionada por el ANBU y refrendados por las sospechas de Shikamaru. Aunque el Nara tomara poco interés sobre lo sucedido en cuanto apareció al otro día, Naruto se dijo que luego averiguaría el porqué de tanta apatía en Shikamaru, sobre un tema que hace años lo tenía intrigado. Era como si ya no estuviera interesado en la supuesta conspiración, como si lo hubiera dejado de lado en su mente.

24 arrestos iniciales en 12 horas. Ninjas novatos, también otros más reconocidos y algunos líderes de familias. Fueron arrestos realizados en secreto y todo frente al público quedaba como si solo esos ninjas eran enviados a una misión encomendada por el Hokage o a reuniones privadas con el consejo de clanes. Por el momento no iban a difamar a nadie públicamente sin las pruebas para enjuiciarlo como correspondía. Pero por el momento, las salas de interrogatorios comenzaron a llenarse y para los que debían esperar su turno, fueron “invitados” a esperar dentro de una celda sus respectivos turnos. El atentado contra Ino Yamanaka fue solo la excusa utilizada para investigar todo el asunto de la supuesta organización oculta. Así, en los compases del tercer día llegaron los ANBU a la residencia del ex-Hokage, Hatake Kakashi.

Allí, los ninjas del ANBU encontraron los que el Hokage había enviado a buscar en realidad. Allí encontraron una habitación cerrada y abandonada donde se hallaron más de 200 carpetas con nombres de ninjas en activo y lugares especificos, que parecían el archivo de aquella organización secreta de la cual hasta ese momento no había habido prueba alguna. Kakashi fue puesto en custodia, y sin siquiera resistirse o preocuparse, se dejó conducir a los cuarteles de interrogatorios. Luego sería llevado ante el actual Hokage, cuando esos archivos fueran abiertos y se supiera de su contenido.

Era el momento que Naruto había esperado desde hacía meses. El preciso momento, donde podría empezar a distinguir lo más importante de todo en la aldea de la hoja. Por fin podría distinguir claramente entre hombres fieles a su mando, y las serpientes que de una u otra forma, empañaban todo su trabajo de años por la búsqueda de paz.


Fin del capítulo.
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Mensaje por muertoun26 Vie Ene 27, 2017 1:39 pm

gran cap, si te soy sincero esperaba que el ataque de sarada contra ino fue planeado de antemano por bolt o kakashi, y aun creo que lo es, mínimo lo influenciaron y se salio un poco de control.
lo de ino traicionando a shikamaru era obvio desde que sarada la vio con bolt, ya supuse le borraría la mente, porque matarlo sería peligroso.
lo que queda ahora en duda es... ¿naruto tendra algun papel en lo que viene o la historia seguirá con bolt inventando planes?
no me mal entiendas algunos estuvieron geniales al principio, pero que todo le salga a pedir de boca sin otro castigo que no ver a su madre y hermana me parese demaciado deuzexmachima.
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Mensaje por lobo189 Sáb Ene 28, 2017 6:24 pm

Ya lo decía que para que Boruto esté muy confiado era porque tenía un plan de antemano, yo que pensaba que tanto Ino como Shikamaru traicionarían a Naruto, me dio una agradable sorpresa que Shikamaru haya antepuesto todo con tal de ser sincero con su amigo, pero con el lavado de cerebro que le hizo la Yamanaka todo se fue al traste, pensaba que la emboscada de Sarada sería primero así hubiera retrasado a la rubia y no podría aplicarle el jutsu al Nara.
Viendo como van las cosas con Naruto creo que hubiera estado si mejor no aparecía en la historia. Porque todo lo que quiere hacer es como si no sirviera, nadie quiere creer en él, es visto como alguien que no tiene capacidad de liderazgo.

Ya está visto que todo eso de las encarcelaciones es parte del plan de Kakashi para así darle algo al Hokage y con eso calmarlo y ya no fastidie. Francamente cuando leía este capítulo pensaba que Sarada les jodería el plan a todos, pero como Ino logró su propósito ya no veo a Naruto con posibilidades de descubrir a los traidores que lo rodean, creo que hasta aquí quedó la participación de manera importante del séptimo.

Como dicen a Boruto todo le saldrá a pedir de boca, no hay casi nadie que le pueda hacer frente, digo su padre nunca le hará daño, el único que podía pararle los pies sin que le tiemble la mano era sasuke pero ya no está, tal vez alguien en el mundo pueda darle pelea hasta ganarle pero no humillarlo, al parecer todo el castigo que tuvo fue no ver a su madre ni su hermana durante un tiempo.

Como dije anteriormente las pocas cosas que se podían hacer era que hubiera un hijo no reconocido del Hokage, pero al parecer tampoco habrá algo parecido, más bien Naruto tendrá un hijo de la puta de Hanabi, merecía por lo menos un hijo de una buena mujer.

Yo por lo menos ya no veo un final que sorprenda, Kakashi y toda Raíz lograrán su propósito, Boruto seguro se quedará con Sakura y hasta con Sarada, ella piensa que Ino fue la amante de su novio y así su mamá queda bien librada, Boruto sin hacer nada le seguirá saliendo todo bien.

Y Naruto pensará que al fin limpio su aldea y todo quedará en algunas sospechas que quedaron resueltas.
De verdad me hubiera gustado ver a un Naruto que nos sorprenda con algo y nos dejara con la boca abierta, esperaba más del héroe de la cuarta guerra, aprendiz de Jiraiya y Jinchuriki del Kyubi (decir que me hubiera gustado ver al demonio más poderoso con un rol importante).

Una cosa más sobre esta Raíz, con el fin de proteger Konoha y a Naruto, como saben que en alguna misión que tuvieron, no hicieron algo como dejar a un niño sin familia y éste en un futuro cercano se convierta en un Pain, que haga temblar la paz y por ende todo lo que Naruto quería evitar con hacer las cosas en las sombras y con las organizaciones secretas.

Espero que hayas leído esto y no te moleste algo de lo que he escrito. Hasta el próximo capítulo, saludos.
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