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Mensaje por arminius Dom Mar 22, 2015 10:08 am

buenos dias...

este fic de no mas de 10 capitulos (aun no lo tengo definido en cantidad pero mas o menos tendra esa extension) tendra como pareja principal a Boruto y Sakura.

la idea inicial, esta basada en u shot presentado en otro foro por mirermione. he pedido y he obtenido autorizacion para usarlo como inicio, y espero poder presentarles una historia bastante entretenida con lemon,peversion y lo que el titulo de la historia sugiere. espero que les guste, habra bastante accion. y hasta posible incesto.



TIERRA DE TRAIDORES:

“Porque la traición….esta en la sangre”


CAPITULO 1: DESEOS PERVERSOS


Sakura se miró al espejo detenidamente. Era curioso como el jutsu que había heredado de Tsunade se había convertido en la envidia de todas las mujeres de su generación. Ahora, mientras sus más cercanas amigas comenzaban a quejarse de sus pequeñas arrugas y de sus pechos no tan firmes como antes, tras los embarazos y achaques de la edad, Sakura mantenía un físico impecable, con una firmeza que cualquier mujer joven podría envidiar. Y eso que el jutsu lo usaba mínimamente.

Sin embargo, a pesar de su mejora física con el paso de los años, y que las curvas de su cuerpo ahora eran peligrosamente pronunciadas, no había conseguido que su marido abandonase las misiones que le mantenían más tiempo fuera de la aldea, que junto a ella. Desgraciadamente, no le importaba demasiado porque ella ya no amaba a Sasuke. Querer, apreciar, eran palabras más acertadas. Su corazón pertenecía a su rubio amigo, ahora Hokage y casado con otra mujer. Incluso ella había sido la celestina de ese emparejamiento.

Sí, era estúpida, pero en aquella época Sakura se decía una y mil veces que no se lo merecía. Lo cual aún se repetía una y otra vez. Lo único que la llenaba de satisfacción, era que Naruto no era indiferente a sus atributos, las miradas intensas que tenían entre ellos y las veces que había pillado a su rubio amigo mirándole largo y tendido diferentes partes de su cuerpo, incluso con Hinata presente, la hacían sentirse poderosamente atractiva.

-Mamá, voy a salir con Bolt, este fin de semana lo pasamos con ellos en su casa, ¿ya tienes todo preparado? – dijo Sarada interrumpiendo sus pensamientos.

-Cariño tranquila, ya he hecho la pequeña maleta que llevaremos. Sin embargo, tu padre creo que no llegará hasta dentro de tres días por el último mensaje que recibí de su parte.

-Mejor, porque se pone demasiado protector conmigo siempre cuando pasamos el fin de semana con Bolt y su familia. Y eso que lo llevamos haciendo desde que tengo uso de razón.

-Cielo, la diferencia es que antes Bolt y tú se dedicaban a pelear o entrenar básicamente, y ahora llevan un año saliendo. Tu padre aún no puede asumir que tengas novio. Es demasiado para él.

-¡Pero mamá! Ya tengo 16, y me parece absurdo que se preocupe más de que salga al cine con mi novio, a que en una misión me enfrente a 6 Chunnin yo sola. Dime, ¿qué lógica tiene eso?

-Eso es porque tu padre y yo estamos completamente seguros de tus habilidades como ninja. Ahora vete, yo llevaré las cosas a casa de Naruto, nos vemos allí a la hora de la cena, y no llegues tarde porque…- el sonido del timbre interrumpió sus palabras.

-¡Es Bolt! Mamá voy a cambiarme, ábrele y en nada bajo- dicho eso, se fue corriendo a su cuarto.

Sakura suspiró. Su hija se había convertido en una hermosa joven de 16 años, con un cabello largo y espeso, además de una fina figura. Pero a pesar de ello, para ella seguía siendo su bebé, y no le gustaba verla románticamente con nadie. Era demasiado joven. Y bueno también tenía otra razón, pero claro, esa era personal.

-Hola Bolt, Sarada se está cambiando ¿quieres pasar a esperarla?- dijo Sakura mientras abría la puerta.


Y ahí estaba. La razón por la que no soportaba que Sarada tuviese novio, mejor dicho “ese” novio, porque en lugar de recibir por parte del chico al que había visto crecer, una respuesta cordial, recibió una mirada de absoluto desprecio. Esa mala educación por parte del hijo del Naruto, era algo que llevaba recibiendo durante años, y al parecer según había comprobado era sólo hacia ella. Bolt era la viva imagen de su padre, rubio, fornido, altísimo (incluso la superaba ligeramente) y con un look completamente desenfadado y bohemio. Entendía por qué le gustaba a Sarada, objetivamente era el más guapo de su generación y ese pasotismo que emanaba y que le recordaba a Sasuke, no hacía más que aumentar su atractivo. Sin embargo, ese desprecio que el joven le dirigía a ella le cabreaba mucho, y lo único que le provocaba era querer cruzarle la cara de una bofetada. Pero claro, a las personas a las que les había comentado esa incomprensible situación, a Sasuke, Ino e incluso a Naruto concretamente, le habían quitado absoluta importancia y decían que eran imaginaciones suyas.

-Los niños como tú deben respetar a sus mayores y cuando un mayor hace una pregunta, el niño contesta, ¿entiendes? Si no voy a tener que decirles a tus padres que te vuelvan a llevar a la guardería para que aprendas modales- le dijo Sakura alzando la cabeza para mirarle a los ojos con furia.

Efectivamente como supuso Sakura, haberse referido a él como un niño le enfureció, lo que provocó que el joven se acercase a ella con furia hasta que ambos rostros quedaron a milímetros de distancia. Sin embargo, la llegada de Sarada hizo que él se alejara y le diera una sonrisa seductora a su novia.

-Te estaba esperando nena, ¿nos vamos? Gracias Sakura por tu amable hospitalidad- dijo Bolt mirando directamente a la pelirosa con burla mientras Sarada le abrazaba.

-Nos vemos esta noche Mamá.

-Adiós Cariño- dijo dando un portazo.

Hipócrita. Niñato. Imbécil. El muy crío, riéndose de ella, haciéndose el inocente delante de su hija, y no sólo de ella, sino de todos los presentes en las situaciones en las que coincidían, eso sí, siempre dirigiéndose a ella por su nombre de pila, sin ningún tipo de respeto, burlándose de ella en silencio. Y Sarada estaba enamorada de él. Dios. Qué asco. Enfrascada en sus pensamientos, visualizó el reloj y vio que llegaba tarde a la reunión que tenía en el hospital. Estupendo, ¿puede ir peor el día?, se dijo así misma. Lo que ella no sabía, es que las cosas iban a ir peor. Mucho peor.


                                                                  ************************


Bolt agarró fuertemente de la cintura a Sarada pronunciando el beso. Sin embargo, la chica se apartó totalmente sonrojada. Siempre los besos de su novio eran arrebatadores. Eran como un terremoto para la chica, le impedían pensar racionalmente.

-Bolt…-susurró entre los labios- he quedado con Chocho para ir de compras. No puedo llegar tarde, te veo esta noche en tu casa, ¿de acuerdo?

-Pásalo bien nena, yo he quedado con los chicos. Te veo más tarde.

Cuando la pareja se despidió tomando rumbos distintos, Bolt se dirigió arrastrando los pies y con las manos en los bolsillos a una esquina de la calle cerca del hospital, donde había quedado con sus colegas a tomarse unas cervezas y hablar de: mujeres, misiones y… más mujeres.

-Cielos, si está aquí “Míster Konoha”, ¿has podido separarte por fin de tu noviecita, y venir con tus colegas?- dijo uno de ellos lanzándole una cerveza.

-Silencio idiota. Si estas amargado porque no follas y yo sí, es tu problema- le contestó sonriendo socarronamente haciendo que el resto estallara en carcajadas.

-Ya ves tú, la chica Uchiha es guapa, pero demasiado inocente y fría para mí, así que todita para ti. Me gustan más las tías con experiencia. –se defendió el amigo.

-¿Cómo quién? Ilumínanos -preguntó uno de ellos.

-Como…el “terremoto”… que está pasando delante de nosotros ahora mismo.

Bolt se giró para ver a quien se refería y sólo pudo emitir un gruñido. Ahí estaba, la mujer a la que más odiaba en su vida.

-Jajajaja menuda suegra te ha tocado Bolt, la verdad es que tienes suerte amigo, está tremenda- dijo uno de ellos.

-Yo me la tiraría sin dudarlo- dijo otro.

-Silencio idiota- protestó Bolt.

La odiaba. Odiaba ese pelo rosa brillante y esos ojos verdes que hacían que los ojos de su padre se iluminasen cada vez que la veía. Había sido consciente de la atracción entre ambos con apenas 10 años, habían convivido demasiado las dos familias para no darse cuenta y él, apenas un niño, había sido consciente de la mirada hambrienta que su padre le dirigía siempre a esa mujer que no era su madre. Pero todos seguían el papel de familias perfectas, las cuales convivían cada fin de semana en una casa o en la otra, haciendo que todos eran amigos cercanos, y él en todo ese teatro había estado soportando demasiado la tensión sexual entre la madre de su novia y su padre.

-Venga ya Bolt, debes admitir que está tremenda. Ese pelo rosa, ¿será natural? – bromeó uno de ellos.

-Yo sé muy bien cómo podría comprobarlo- contestó otro y todos comenzaron a carcajearse.

Pero Bolt no se reía. Esa mujer era la causa de que su madre sufriera en silencio, sin embargo, a pesar del odio, sus ojos no podían evitar recorrer la curvilínea figura de Sakura. Era vergonzoso, pero su primera paja había sido pensando en ella. La odiaba y la deseaba desde los 12 años, deseaba probar esos pechos, amasar ese culo y follársela hasta hacerla gritar y gemir su nombre. Sarada le gustaba porque le recordaba a ella. Era un deseo enfermo. Deseaba a la puta de su padre y al mismo tiempo quería hacerle el mayor daño posible.

Y esa noche, aprovechando que Sasuke Uchiha no estaba, llevaría a cabo lo que llevaba deseando durante años. Por fin las piezas de su plan se habían alineado completamente.


                                                  ***************************************


La risa de Naruto y Sakura resonaba por todo lo alto en la cena que estaban teniendo ambas familias. Bolt mientras, miraba con absoluto desprecio y asco como ambos se miraban cómplices y la vista de su padre no podía evitar dirigirse al escote de la mujer pelirosa, quien se encontraba en frente de él estratégicamente. Mientras, su madre, se dedicaba a servir el estofado y Sarada le hablaba de algo que no le importaba en lo más mínimo. Sólo podía a observar a Sakura y con satisfacción pensó que en un par de horas su vida se volvería un auténtico infierno.

-Bueno, quiero brindar porque gracias a Sakura-chan, Konoha es la aldea número 1 de todo el país del fuego en el ámbito de venenos y paralizadores- mencionó Naruto dirigiéndole una sonrisa deslumbrante.

-Naruto, por favor, es mi trabajo y gracias a las subvenciones que has hecho al hospital hemos podido investigar mucho más en ese campo, así que gran parte del mérito es tuyo.

-Brindemos todos por lo buenos que somos ambos entonces- dijo Naruto levantando la copa junto con el resto.

En ese momento, Bolt alzó más su copa haciéndola chocar bruscamente con la de Sakura y vertiéndola en la mesa.

-¡Bolt ten más cuidado!- le regañó su madre- Sakura disculpa, ahora mismo voy a llenarte la copa.

-Tranquila mamá, yo se la llenaré, al fin y al cabo ha sido culpa mía- dijo Bolt dirigiéndose a la cocina y llevándose la copa de la mujer.

Unos instantes después Bolt apareció con la copa llena y se la acercó a Sakura mirándola directamente a los ojos.

-Aquí tienes- pronunció lentamente el chico mirándola directamente a los ojos.

-Gracias- respondió seriamente la mujer sin apartar el contacto visual y todos procedieron a brindar nuevamente y a degustar el vino tinto que había traído Sakura a la cena como detalle y que Bolt se había empeñado en abrir y servir a cada uno como buen anfitrión.

Una sonrisa malvada apareció en el rostro de Bolt al ver a la mujer frente a él bebiendo la copa que le había entregado:

-No Sakura… gracias a ti.


                                          **********************************


Sakura no podía dormir, era más de media noche y se sentía rara, como si tuviera el cuerpo adormecido, llevaba una hora dando vueltas y no quería despertar a su hija que dormía a su lado en la habitación de invitados. Por lo que salió sigilosamente dirigiéndose a la cocina para tomar un poco de agua y ver si en el armario de medicamentos que tenía Hinata encontraba algo que la ayudase a dormir. Al llegar, tomó un buen vaso de agua fría con un poco de sal y se sentó esperando a ver si se le pasaba, por si era una bajada de tensión. Sin embargo, seguía teniendo la misma sensación, por lo que se dirigió al pequeño armario de las medicaciones para ver si encontraba algo que la ayudase.

-Mierda, aquí no hay nada, deben de haberlas cambiado de sitio. -Se dijo así misma. Cerró la puerta y de repente ahogó un grito al ver que a su lado se encontraba Bolt, vestido sólo con un pantalón largo de pijama y el torso descubierto. -¡Kami!... me has asustado- dijo llevando una mano a su pecho.

-Es curioso que una supuesta Jounnin no pueda percibir el simple chakra de un Chunnin- le dijo Bolt apoyándose en la pared de brazos cruzados.

-Me siento mareada y noto mi chakra a niveles muy bajos, por eso no he podido sentirte.

-Excusas baratas. Me pregunto cómo conseguirías el título, dime ¿dejaste que te follara el tío Kakashi, o simplemente se la chupaste?

Esas palabras hirvieron la sangre de la mujer. Hijo de puta. Alzó su mano para darle una buena torta pero a milímetros de distancia el chico la agarró con gran fuerza sus manos y se las puso atrás de la espalda, quedando sus caras a milímetros de distancia y con los labios rozándose.

-Shhhh, quieta fiera. Sólo tenía curiosidad. Sí que apenas te queda chakra ¿eh? No puedes conmigo, la verdad es que me has sorprendido, tus paralizaciones de chakra son bastante eficaces.

-¿Qué coño dices?

-No eres tan inteligente, pensaba que por tus síntomas ya lo habías adivinado. Te he drogado esta noche, con la mierda por la que mi padre brindaba hoy en la cena.

-¿Cómo…?

-Ventajas de salir con la hija de la directora del hospital. Ahora según leí en tus informes, tu resistencia es baja y tus niveles de chakra están completamente paralizados, por lo que ahora eres como una simple aldeana. Durante 4 o 5 horas.

-¿Y para qué mierda quieres tenerme en este estado?

-Porque te odio, porque por tu jodida culpa mi padre nunca ha podido amar a mi madre, porque no tenéis respeto por nada ni nadie, porque lo llevo notando durante años.

-Te juro que yo nunca me he acostado con tu padre.

-Pero están a punto ¿verdad? Se los puede ver, que en cualquier momento cuando nadie los vea, aprovecharan para follar. Pero eso, voy a evitarlo. Aquí mismo, esta noche.

-Por favor, suéltame y haré como si nada de esto hubiera pasado.

-¡Cállate! ¿Ves esa cámara en el rincón? Te advierto que está encendida y va a grabar todo lo que vamos a hacer tú y yo, aquí esta noche.

-¿A qué te refieres? – preguntó asustada. Estaba completamente indefensa.

-A que te voy a follar y vas a gemir mi nombre como la zorra que eres. Y lo voy a grabar.

-¡Estas completamente loco, cabron! Suélta…

Y no pudo continuar porque una boca brusca invadió la suya. Mordiendo. Chupando. Lamiendo. Sakura le mordió el labio inferior hasta hacerlo sangrar.

-Salvaje…- respondió lamiendo la sangre de su labio el rubio al apartarse- me gusta así.

-Suéltame por favor- dijo desesperada viendo como el chico hacía formaba un par de clones para tumbarla sobre la mesa y anudarle las manos gracias a cuerdas con chakra. Lo que hacían que sus brazos estuviesen abiertos clavados a la mesa, inmovilizándola por completo.

-No…claro que no, verás… aquí el que pone las normas soy yo. Divertido ¿no crees?- dijo mientras se quitaba los pantalones quedándose en calzoncillos.

-¡Voy a gritar! y van a ver todos la clase de desquiciado que eres. –se defendió Sakura, tratando de zafarse y pataleando.

-Grita todo lo que quieras, que están todos bajo los efectos de un potente somnífero cortesía de tu despacho, nadie vendrá a ayudarte.

-¡Por favor te lo ruego! Haré lo que quieras, no me hagas esto, ¡piensa en Sarada!

-Vaya, esto me gusta más. –Sonrió el hombre complacido- A ver… creo que si me dices las cosas bien, supongo que puedo dejarte marchar.

-¡Sí!... haré lo que quieras.

-Muy bien, a ver dime lo siguiente, pero con sentimiento ¿eh?-se burlaba divertido Bolt- "No volveré a ser una guarra con tu padre, dejaré de joderte a ti y a tu familia para siempre".

Sakura lloraba. Se sentía tremendamente indefensa y humillada. Ese crio estaba loco. Su mirada era peligrosa. Como todo Chunnin, sabía todo lo que tenía que hacer para obtener lo que quería. Tenía 17 años, y Sakura no podía evitar preguntarse, si alguna vez habría intentado lo que se suponía iba a hacer. Tenía que ceder, luego lo acusaría con Naruto…

-No volveré a ser una guarra con tu padre….-dijo lo más firme y convincente que pudo fingir- y  dejaré de joderte a ti y a tu familia para siempre- sollozó Sakura.

-¡Muy bien! –afirmó Boruto con entusiasmo artificial, pero su rostro luego cambio, a un gesto siniestro y lascivo- Lástima que no vaya a dejarte marchar.

-P…por favor- sollozó aún más fuerte Sakura, que tenía que hacer todo por evitar esta locura.

-Lo vas a disfrutar nena…-señaló mirándola fieramente- al fin y al cabo, te va a follar una versión más joven y decidida del Hokage.

Dicho esto se acercó a ella como un depredador, cogió un kunai y empezó a cortar el camisón de satén rosado que traía puesto Sakura, haciendo caso omiso a los ruegos de la mujer que tenía completamente a su merced. Cuando acabó, luego de hacerlo lento y peligroso, observó su cuerpo expuesto con una exquisita lencería negra, era aún mejor que en sus sueños húmedos. Se acercó a ella, comenzó a lamerle el cuello y a tocarle los pechos por encima del sujetador. Sakura gritó, lo más fuerte que pudo. Pero sus fuerzas estaban desvanecidas. Ese maldito paralizante la tenía débil. Ese niño estaba jugando con su cuerpo sin que ella pudiera hacerle pagar por ello.

-Ya entiendo porque mi padre está loco por ti. –Le confesó de pronto, deteniendo sus lamidas y mirándola fijamente- Pero lo siento por él… ya que una vez que le enseñe nuestro video, no volverá a mirarte a los ojos. Serás conocida como la más puta de Konoha.

-Por favor no…. –chilló llorando Sakura aterrada- piensa en Sarada… ¡por favor!

-¿Sabes algo? Yo siempre tomé del biberón.-admitió Bolt descartando los ruegos- Ka-san no tenía mucha leche materna cuando nací. Hoy quiero experimentar lo que es mamar unas buenas tetas -le dijo mientras arrancaba su sujetador y se abalanzaba a los montículos femeninos como un animal.

Lamer. Morder. Mamar. Repetía esos pasos una y otra vez, deseaba disfrutar de esos pechos hasta que se hartase, pero nunca podría. Esos pezones rosados le volvían loco. La mujer gritaba, revolviéndose y luchando de manera estéril. Boruto estaba apretándola con su cuerpo. Estaba sobre ella y atada como una criatura salvaje, no podía hacer nada para detenerlo. El joven no se detuvo en su afán de posesión. Siguió castigando los pechos de la Kunoichi médico y las suplicas se fueron apagando. Poco a poco sentía Bolt, como se iban endureciendo los pezones de la mujer. Cuando oyó como Sakura comenzaba a gemir tenuemente, su pene se endureció aún más. Ella podía estar siendo obligada, pero su cuerpo estaba reaccionando a favor de los estímulos.

-¿Te gusta lo que te hago?- le preguntó mientras volvió a meterse parte de un montículo en la boca y pellizcaba el pezón rosado del otro.

-P-por favor, esto es una locura. Tienes 17 años,-gemía dolorida y derrotada- aún estamos a tiempo de parar… no se lo diré a na Nooo…Aaah!....Aaah!

Sakura no pudo evitar gemir cuando Bolt comenzó a meter rápidamente varios dedos en su coño húmedo. Era una locura. Algo completamente prohibido, estaba siendo violada por un joven de 17  años, novio de su hija, e hijo de su mejor amigo y amor de su vida. ¿Quién iba a creer que la había drogado y estaba inmóvil? Parecía un juego de rol “amo y sumisa”, pero admitido por ambos. Incluso podía figurarse que Bolt la acusaría de ser Sakura, quien lo hubiera provocado todo. Ella estaba gimiendo, disfrutando, ¿por qué? Le odiaba, pero su lengua estaba haciendo maravillas con su cuerpo. Y sus dedos diabólicos no dejaban de penetrarla íntimamente. Pasaron minutos interminables para ambos. Bolt se sentía muy excitado, estaba en el cielo. Sakura se sentía muy asustada, su cuerpo parecía descender al infierno. De pronto, el joven detuvo su castigo a los pechos. Se erigió, mirándola con perversión controlada, y cuando Sakura creía que todo terminaría al fin, el Shinobi rodeó la mesa para ubicarse entre las piernas abiertas de Sakura, aun controladas de los tobillos por los clones.

-Así me gusta nena. Ahora vas a gemir aún más fuerte- y sin tiempo para una respuesta comenzó a cubrir el coño de la mujer con su lengua, lamiendo de arriba abajo.

-Oh! Oh! OOOOOHHH!

Era una locura. Ella estaba sufriendo una lamida extraordinaria. Jamás le habían hecho eso. Sasuke jamás…. ¡Kami era una locura! ¿Realmente Bolt no iba detenerse? ¿Realmente iba a violarla? Una parte de Sakura aun guardaba la esperanza de que ese niño se detuviera. Aun guardaba la esperanza de que pensara en Sarada, y no continuara esa insania. Pero ese niño no paraba. Sus clones habían desaparecido hacia algunos minutos, Bolt había rodeado con sus brazos los muslos de Sakura, teniéndola firme, aunque ya no había resistencia por parte de la mujer.  

Sakura hacia todo lo posible por no gemir, pero su cuerpo no podía moldear chakra, se sentía débil y en cualquier momento Iba a llegar al orgasmo. Gritaría como una loca de continuar así. Aunque prometía al cielo que se mordería los labios hasta arrancárselos. No le daría el premio de oírla gritar. Bolt sin embargo, sabía lo que estaba consiguiendo de su prisionera. La veía agitada y sonrojada. Ya no suplicaba, ya no pedía que se detuviera. Lo quisiera Sakura o no, sentía mucha necesidad de un buen polvo. Y el joven Uzumaki estaba más que dispuesto a ser el hombre que se lo diera. Y no sería solo uno, si todo salía bien.

Después de varios minutos de voraz estimulo, el joven se separó y deshizo las cuerdas con chakra. Dejándola libre, desnuda y húmeda. Sakura se retrajo reuniendo las rodillas contra su pecho. Totalmente angustiada y humillada como jamás había conocido. Implacablemente excitada, sometida. Que estuviera ahora libre de las cuerdas, no cambiaba nada. Bolt era mucho más fuerte que ella. Sus gritos anteriores no alertaron a nadie. Entre sus propias parálisis, y los somníferos aplicados a todo el resto de los habitantes en la casa, nada podía hacer Sakura para evitar a ese niño.

-Ya no hay vuelta atrás, no intentes huir- dijo Bolt mientras agarró las manos de la mujer, para bajarla de esa mesa y ponerla de rodillas frente a el- será mucho mejor que cooperes. No quiero cabrearme y darte una lección.-tomó las manos de Sakura, y las colocó sobre su gran miembro  duro.


Sakura estaba hipnotizada. Se sentía aturdida por la situación y escapar era un sueño que veía imposible, así que comenzó a menearle el pene fuertemente. Trataba de mantenerlo apaciguado, y que no hiciera pesar su mayor fuerza física. Sakura no sabía lo que hacía, pero estaba muy cachonda, y necesitaba acabar con ese macabro juego cuanto antes. Daba igual todo, el mal ya estaba hecho. Sería un desastre cuando todos lo supieran. Aunque le creyeran a ella, la vida de dos familias estarían completamente arruinadas. Trataba de masturbarlo lo más fuerte que podía. Tenía que hacerlo acabar cuanto antes, para evitar que alguien pudiera milagrosamente despertar y descubrirlo todo. Ya no quedaba otro camino que fingir estar de acuerdo. Y satisfacer a ese maldito desgraciado. Al ver como el chico gemía fuertemente, y notando que no llegaba al orgasmo por más manoseos que tuviera, Sakura descartó su orgullo completamente. Acercó su boca a ese pene frente a ella y se lo tragó hasta el fondo. Tenía que hacerlo acabar. Y solo chupándoselo lograría conseguirlo.

-¡Kami dulce sí!... –gimió Bolt viéndola actuar como siempre hubiera soñado- sigue así…. no sabes cuánto he deseado esto Sakura. Continúa chupándomela, trágatela entera.

El joven agarró bien fuerte de los cabellos a su presa. Comenzó a follarle la boca con violencia. Sakura se la chupaba de forma fantástica. ¡Esa era una mamada! Sin dudas las niñas de la generación de Bolt no podrían igualarla. Sakura Uchiha. ¡Menuda puta resulto ser! si la boca de esa mujer era así, Bolt solo podía relamerse ante las posibilidades que presentaría el coño. Sin lugar a dudas esa noche seria para acallar todas las dudas. Para convertir sus fantasías perversas de hace años, en recuerdos imborrables. Si señores, era oficial. Iba a follarse a la madre de Sarada hasta quedar vacío. Iba a follarla aunque suplicara piedad. Ya no cabía la menor duda.

-Eso es nena….-decía el joven moviendo duro las caderas- casi estoy acabando…..aahhhhh

De pronto, cuando estaba a punto de terminar, ella logró apartarse, tal vez prevenida por la hinchazón del miembro. Boruto se corrió en el rostro de Sakura, los disparos de semen se derramaron como fuente sobre cara y pechos. Sakura aún continuaba de rodillas, su rostro detonaba una combinación de angustia y excitación. El reguero de semen sobre ella, la hacía jodidamente atractiva.

Bolt estaba a un paso de ella, y su pene pese a la descarga no remitía en dureza. Ambos sabían lo que iba a suceder a continuación. Sakura se alarmó ante la visión. ¡No podía permitir que el la penetrara! Tenía que mantenerlo a raya. De alguna manera debía conseguirlo. Así que estiró su brazo derecho, y tomándolo del muslo acercó a Bolt. Antes que ese niño pensara en otra estupidez, se decidió a masturbarlo hasta que se agotara.

Minutos después, y sin que Bolt emitiera orden alguna, Sakura estaba chupándole el pene como si no hubiera mañana. Ella seguía de rodillas, pero el joven se había sentado en una silla cercana, y disfrutaba de una mamada monumental.

-Eso es Sakura….-decía entre gemidos el Shinobi- acostúmbrate a tu nuevo dueño. Tendrás que mamármela mucho de ahora en más. Será mejor que descubras todo lo que me gusta.


Ella se sentía muy débil aun. ¿Acaso no habían pasado como dos horas? ¿Kami santo, cuanto duraría esta tortura? No podía dejar de masturbarlo. Tenía que hacerle perder el tiempo hasta que la madrugada llegara. Tenía que debilitarlo todo lo necesario.

Pero el joven, lejos estaba de sentirse satisfecho. Estaba jugando con ella. Sakura podía intentar mantener bajo control todo lo que quisiera, en realidad, nunca tuvo posibilidad de salirse con la suya. Pero era divertido ver como la chupaba intentándolo. Justo antes de llegar al segundo orgasmo, cuando Bolt se sintió a punto, se puso de pie brusco y la obligó a pararse. Sakura quiso protestar. Fingía que estaba deseando continuar la felación, y esa interrupción le había molestado. Pero Boruto no cayó en la trampa. La guio a la mesa, y le dio la vuelta haciendo que Sakura apoyase las manos sobre la madera.

-¿Qué haces? –preguntó ella girando el cuello y mirándolo suplicante- por favor no…

-Voy a partirte en dos- le dijo agresivamente agarrándola del pelo, y penetrándola fuertemente.

-Aaaah! Aaaah! Nooooo!


Le abrió los muslos fácilmente. Con una mano sostuvo las caderas de Sakura y la otra sirvió para sostenerla firme de la cabellera. No la dejaría escapar. Ni tampoco terminarían esa noche sin haberle follado el coño. Que ella planeara lo que quisiera, no tenía el control, nunca lo había tenido.

-Nooooo aggg ahhhh


Los movimientos eran duros y rápidos. Salvajes. Bolt sonrió sudado y excitado, ella se estremecía ante cada embestida y pronto se encontró gimiendo y doblando el cuello para mirar a quien la sometía por detrás. Increíble. Su coño era el cielo. Era húmedo, y apretado. El pene de Bolt apenas había llegado a la mitad y ella parecía estar llena. Sin dudas el idiota del padre de Sarada, era de arma pequeña. Esta puta nunca había disfrutado un pene grande. Pero lo haría, a partir de esa madrugada aprendería a hacerlo.

-Boruto no…no….agg….aaahh….-las caderas del joven chocaban contra el trasero de Sakura duramente. –eres muy….joven…. ¡muy joven aaah!

-pobre Sakura…-dijo duramente y no dejaba de penetrarla manteniendo ahora, ambas manos sobre las caderas de la mujer- tu maridito no te da lo que este cuerpo necesita. Seguro te has masturbado como una loca durante años. –dicho esto, la movió un poco de lado y tomándola de un muslo le abrió las piernas sosteniéndola de lado. –pero ahora tienes un nuevo hombre. Uno de verdad…


Sakura se sostenía con la mano derecha en la mesa. Y su cuerpo abierto totalmente al invasor, se estremecía ante cada embestida profunda. Ese niño estaba golpeando en todos los sitios correctos. Ese pene no dejaba de empujarla duramente, y ella solo podía abrir la boca para gemir, mirando a los ojos azules de su carcelero.

-eso es nena….-dijo el joven ronco y no apartándole la vista ni un instante- estoy en tu interior, y te encanta…..di mi nombre….di lo que quieres…

-no….no….-jadeaba ante cada impacto Sakura excitada- no te corras adentro…no lo hagas adentro….Kami.

-ohh sakura….me encanta oírte así. –Definió Boruto- di mi nombre de nuevo…. ¡dilo fuerte o voy a preñarte!

-Bo…..Boruto no….-chillaba mordiéndose los labios por la correntada de placer que la recorría- no adentro…..promételo…

-¡di mi nombre más fuerte perra!

-promételo…. ¡promételooo!


Pobre Sakura, seguramente confundía una vez más al hijo con el padre. Bolt no le daría su palabra,  ni aunque suplicara ahogada en llanto. ¿Quién mierda se había creído? ¿Suponía que tenía algún derecho sobre lo que allí sucedía? Si acaso no se había corrido en lo profundo de su útero todavía, era simplemente porque quería sostener la placentera sensación todo lo que pudiera.

De pronto le sucedió una idea. En el medio de su propia nebulosa de placer, Bolt concebía un plan perverso tras otro. Tal vez la mayor derrota para cualquiera, era ver sus esperanzas desmoronarse, justo cuando solo eso la sostenía. Tenía que asegurarse que Sakura cayera en sus manos totalmente, ese video no le aseguraba nada a futuro.

-guau….-dijo moviéndose muy rudo en el interior de la mujer, hasta que ya no pudo soportarlo más- ¡me voy a correr!….-gruñó apartándose levemente, y saliendo de ella a último momento. ¡Me corrooo!

-aaaahhhhh-gritó ella completamente devastada.


Los disparos de esperma surcaron sobre el trasero y la baja espalda de la mujer. Ella ni siquiera pudo sentirse aliviada, ya que su propio orgasmo la desvaneció de tal forma, que quedó tendida sobre la mesa casi como muerta. El joven se apartó retrocediendo, tambaleó un poco, hasta encontrar el equilibrio para sentarse en una silla cercana a descansar levemente. Había sido la experiencia más violenta que jamás había tenido. Fue tremenda. La sensación de poder, la unión prohibida, el dominio sobre la mujer que estaba a punto de destruir la armonía de su familia. Todo en un morboso combo extraño.

Ella jadeaba totalmente agobiada. Había sido una corrida fantástica. ¡Kami! No recordaba la última vez que se había sentido tan bien una descarga. Fue forzado, pero tan satisfactorio que le dolía aún más. Ese niño degenerado la había violado. Hizo lo que quiso con ella. La tomó con la guardia baja, y abusó de ella cuanto quiso. No parecía tener miedo a las consecuencias del mañana. ¿Por qué?

-Vaya Sakura….-sonrió Boruto poniéndose de pie lentamente, y la miraba aun tirada sobre la mesa, con la mejilla contra la madera sin poder reaccionar por falta de chakra- seguramente ha sido el polvo de tu vida.

Sakura no se podía mover. Apenas si su respiración entrecortada le permitía receptar lo que él decía. Lo vio ir desnudo, así como estaba hacia la cámara que había tomado toda la acción. Ese video tenía absolutamente todo filmado. ¿Qué pensaba hacer con eso? esa cinta los arruinaba a ambos.

-No te preocupes por este video nena…-sonrió Bolt ante la mirada hostil de la mujer- lo pondré a resguardo. Tengo amigos que pueden modificar las partes que no me favorezcan. Parecerá algo consentido. Lo cual te pone en la peor posición.

-¿Qué quieres? –Susurró ella- ¿Qué más quieres de mí? ¿Por qué me odias tanto?

-¿Odiarte? Una palabra simple. –Preguntó fuertemente- Has intervenido constantemente en la felicidad de mi familia. Eres el motivo de las lágrimas en mi madre, de los desvelos en mi padre. Has hecho que mi hermana sufriera cuando ellos dos, dormían en cuartos separados. –señalaba fríamente Bolt, que creaba un clon para darle la cinta de video. Sakura mientras tanto se levantaba de la mesa para tratar de encontrar algo con que cubrir su cuerpo aun desnudo- Si no fueras madre de Sarada, pienso que en lugar de darte la follada de tu vida….simplemente te hubiera matado.

El clon recibió la cinta, y sin ninguna otra instrucción abandonó el cuarto. Seguramente pondría a resguardo la prueba con la cual Boruto pensaba destruir ambas familias. ¿Por qué? ¿Por qué quería causar el caos de esa forma?

-¿entonces….que pretendes? –consultó Sakura tomando los despojos de su roja interior y camisón, buscando cubrirse parcialmente. – entrégame esa cinta…..yo…..prometo que olvidaré lo que ha pasado aquí.

Bolt camino lento, se dirigía al pasillo y de pasado recogía su pantalón del piyama. Como si nunca le hubiera escuchado decir eso. La miró de arriba hacia abajo, ella se sintió intimidada, y para colmo la tremenda… “arma” del rubio, seguía semi erecta como si aún no hubiera tenido satisfacción suficiente.

-sugiero que vayamos a mi cuarto….-le dijo sonriendo fríamente- podemos hacer un buen acuerdo. Para que ese video nunca salga a la luz. Ven….

-es una locura….

-no te parecía una locura andar de zorra alrededor de mi padre. –Le retrucó el joven molesto- jugando con sus sentimientos. Sintiéndote mejor al ver como él te deseaba, sin poder tenerte. ¿Eso te prende? ¿Eres de las putas que les gusta calentar a los hombres?

-eres un idiota….-respondió ella furiosa- esto no se va a quedar así. Nadie te va a creer. Aunque tengas ese video. Mi conducta es intacha…

-todas las putas la han tenido intachable al comienzo…- indicó desafiante Bolt- y después se revelaron sus verdaderas naturalezas. Si crees que no seré capaz de hundirte. No conoces la diferencia entre Boruto Uzumaki, y el séptimo Hokage. –Le dijo firme y mirándola serio- te espero en mi cuarto. Por el bien de nuestro sucio secretillo…te conviene venir antes de 15 minutos. Y mejor dispuesta.


Dicho esto, se fue. Dejándola sola y en medio de su desesperación. ¿Qué había pasado? ¿Acaso era cierto que una noche cualquiera, había caído en las manos inescrupulosas del novio de su hija? Estaba semidesnuda y débil, en la cocina de una familia amiga. Estaba contra la pared. Ese video era su muerte. Iba a destruir el vínculo con su amada hija. Iba a lograr que lo poco logrado con su marido se trasformara en nada. Incluso acabaría con su amistad con Naruto. El único amigo que siempre había dado la vida por ella. Ahora no podía ayudarla. Incluso ni podía saber lo que había ocurrido. ¿Por qué, Bolt? Se preguntó Sakura yendo al baño para tratar de limpiarse el asqueroso olor a semen que la incriminaba. ¿Por qué me hiciste esto?

Bajo la ducha, Sakura intentó limpiarse. Pero se sentía sucia, de una suciedad imposible de quitar. Había sido invadida por otro hombre. Uno que aun forzándola, había logrado estremecerla con un espléndido orgasmo. Y para peor, la había acusado de hechos aún más horribles que lo acontecido en la cocina. ¿Qué había visto Bolt, para pensar que ella terminaría acostándose con Naruto? ¿Realmente era cierto que Hinata sufría cuando ella estaba cerca de su marido? ¿Realmente ella  iba a destruir a esa familia?

Era una locura. Y para peor no se había terminado. Bolt era más decidido que su padre. Se notaba a la legua que no dudaría a destruirla con tal de cumplir su objetivo. No tendría piedad. Incluso inmolarse era su opción antes que permitir a Sakura salir indemne. Boruto no la protegería, no como lo hubiera hecho Naruto. La odiaba, y al mismo tiempo usaba su inflamado deseo para poseerla.

15 minutos…

Le dio 15 minutos para ir a la boca del lobo.

Eran casi las tres de la madrugada. Y cada retraso en su vuelta a la cama, era una oportunidad de que algún integrante de la casa despertara, y los descubriera. Tenía que hacer algo, para recuperar esa cinta de video. Esa madrugada debía ceder en todo. Tal vez podría usar eso, en favor. Usar tácticas de Kunoichi. Boruto podía odiarla si, pero también había demostrado desearla intensamente. Tal vez lograría ganarle usando eso.



              **********************************************************


Al día siguiente cuando Sakura bajó a la cocina se encontró con Sarada y Bolt desayunando y le hirvió la sangre. Dios. La sonrisa despreocupada del muchacho, casi una burla. Y su pobre hija, incapaz de anticipar lo que su “novio” había estado haciendo por la noche. ¿Qué debía hacer, para evitar que estuvieran peligrosamente juntos?


-Buenos días mamá. ¿Has dormido bien?- le preguntó Sarada mientras Bolt se levantaba, y pasaba detrás de ella descuidadamente.


Estaba bloqueada. ¿Qué debería decirle? ¿Qué su novio la había violado, y al final los dos habían disfrutado? ¿Que fue a su habitación en medio de la noche para someterse a una sesión de sexo increíble? ¿Que por momentos había olvidado que ese niño era el novio de su hija?  Sus pensamientos se interrumpieron, justo cuando una mano masculina le apretó fuertemente las nalgas. Bolt fingía estar sirviendo un vaso con té, parado al lado de Sakura junto a la mesada. Su mirada no denotaba nada. Simplemente la satisfacción de estarla manoseando debía ir por dentro.


-Sí cariño, perfectamente.


No había nada más que decir. Porque el juego no había terminado, sólo había hecho más que comenzar. Era inmoral, pero Boruto había optado por saciar sus más perversos deseos, sin importar nada. Y eso es lo que haría de ahora en adelante. Sakura estaba atrapada. El juego apenas iniciaba.


Fin del capítulo.


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Mensaje por Kaoru Dono Dom Mar 22, 2015 10:51 am

Genial!!

Arminius tus trabajos siempre tienen una gran calidad

Boruto Uzumaki ciertamente es diferente a Naruto en muchos aspectos y por la respuesta vista en el cuerpo de Sakura estos dos polos opuestos le atraen Smile

Sera duro cuando Boruto enfrente la realidad... aunque el diga que actúa de esa forma con Sakura debido a la relación que veía en su familia, la descripción que hizo del cabello de Sakura junto con sus ojos dio la intención de que esa observación va mas allá del odio hacia la atracción pasional

Esa escena en la cocina me gusto jejejeje
¿Quien habrá limpiado los residuos nocturnos del cuarto delictivo? ¿Que sucederá con la cinta?

Espero que continúes pronto
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Mensaje por arminius Vie Mar 27, 2015 4:16 am

gracias kaoru. esperaba un poquito mas de interes general. en fin, aqui esta el segundo capitulo.



CAPITULO 2: EL MOMENTO DEL PECADO



Los días trascurrieron en un aire de absoluta normalidad. Sakura eventualmente, había sudado bastante ante los escasos y aislados encuentros casuales con el novio de su hija. Temía a la amenaza de ese joven, temía a ese video que podía aplastar su vida. Sin embargo, las actitudes de Bolt no parecían cambiar demasiado a los años anteriores. Frente a Sarada, se portaba amable con Sakura. Cuando por alguna razón se encontraban solos, simplemente su actitud era neutral. Ya no la miraba agresivamente, pero tampoco le había dicho nada de aquella noche de locura.

Tal vez….Bolt había decidido no volver a tratarla. No abusar nuevamente de ella.

Sakura con el paso de dos semanas, por fin pudo tranquilizarse. El joven Shinobi no la buscaba, no la atacaba, ni le había mencionado cosa alguna sobre la prueba en video. Era como una carta secreta, que Bolt había decidido no jugar nunca. Todo pudo continuar normal en la vida de Sakura Uchiha, como si nada hubiese cambiado. Aunque lamentablemente un evento, desencadenó la tormenta que tanto había temido.

Cierta tarde, Sakura había terminado con una seria de pruebas muy exitosas. Nuevos sueros vitamínicos podían derivar en un tipo de píldora de soldado capaz de brindar mejores condiciones energéticas para el usuario; sin el costo físico posterior que tenían las antiguas. Era una gran noticia. Digna de ser dada en persona al Hokage. Sakura fue con sus informes a la oficina, logrando entre charla y charla reír con Naruto, contándose cosas de la rutina diaria. El hombre parecía muy dispuesto a que la reunión no terminara. Tomaron un poco de té, que el Hokage pidió a su secretaria, y rato después estaban charlando muy íntimos mientras Naruto continuaba firmando informes en su escritorio.

De pronto, cuando las puertas se abrieron, no era precisamente Shizune que debía traer no se sabe cuál documento pedido anteriormente. Era nada menos que Bolt Uzumaki. Que portaba un reporte sobre la misión de su equipo. Tanto Naruto como Sakura, no se dieron cuenta. El Hokage sentado en su sillón, y ella apoyando el trasero a un costado de donde el líder firmaba sus documentos.

-Hokage-sama….-dijo Bolt, cuyo gesto se había trasformado en pura dureza- le traigo el reporte de mi misión.

Sakura aterrada, dio un pequeño brinco alejándose del escritorio. Ni siquiera se había dado cuenta de que tan cerca estaba con Naruto, hasta que la mirada de Bolt le recordó la traumática situación ocurrida hace semanas. El joven encaró a su padre, soltado una carpeta sobre el escritorio, sin disimular su molestia. Naruto no alcanzaba a entender esa actitud. ¿Por qué siempre Bolt parecía enojado con él? ¿Qué había hecho esta vez? Tratar con su hijo, siempre había sido un problema para el Hokage.

-¿Es todo? –consultó Naruto serio.

-Lo es….-definió el joven- Konohamaru-sensei está en el hospital por unas heridas. Nada grave. –Miró a Sakura de manera vacía, y finalizó- pero mejor será que vaya a visitarlo.

Naruto sonrió, despidiendo a su hijo. Su seriedad seguramente estaba indicada por la preocupación en su sensei. Konohamaru había hecho un gran trabajo entrenándolo. Antes era un niño-problema, ahora un Shinobi serio y responsable. Nunca había fallado en una misión desde que fue ascendido a Chunnin. Sakura en cambio, trató por todos los medios de no derrumbarse. La mirada de Bolt le había dicho todo lo que no quería saber. Salió prácticamente huyendo de la oficina, esbozando una excusa tonta. Naruto no entendía que pasaba, pero ella podía figurarse completamente. Tenía que hacer todo lo posible por hablar con Bolt. Tenía que alcanzarlo antes que desatara un desastre.

Bajando por el pasillo de la torre Hokage, ella lo vio saltar a un techo y comenzar a viajar para alcanzar la zona del hospital. Enseguida salió tras él, asustada. ¡Por nada del mundo debía dejar que ese niño buscara el video! ¡Tenía que calmarlo! ¡Tenía que explicarle que entre su padre y ella no estaba pasando nada!

Corrió lo más rápido que pudo, saltó entre los techos y poco a poco lo fue alcanzando. No podía gritarle, tampoco mostrarse nerviosa porque si de casualidad algún transeúnte la veía, sospecharía algo raro. Eran solo dos Shinobi saltado por los tejados, los dos yendo a la misma dirección.

-Bolt… ¡Bolt!…..-le decía ella acercándose más y más al Shinobi adelante- ¡detente!

El joven nunca se volteó a verla, si bien la escuchaba perfectamente. Al llegar a un techo especifico, se detuvo luego de caer del salto y frente a ellos, la calle que derivaba en el hospital de la hoja. Sakura por fin le dio alcance, y trató de tomarlo por un brazo para que la mirara directo. Tenía que explicarle para que no pensara en locuras.

-Bolt espera por fa….

El rubio se giró y quitándose del agarre que ella había practicado, le dio una tremenda bofetada de revés, que la hizo caer a las tejas. Estaba furioso, su chakra comenzaba a emanar porque el disgusto no le permitía controlarse. Sakura aun sentada en el techo, miraba asustada una situación saliendo de su control.

-¡no puedo creer que no escarmientes!-dijo Bolt visiblemente furioso- sigues rondando a mi padre, aun cuando te advertí lo que sucedería…

-Bolt no…

-¡Silencio! –le gritó el muchacho acercándose como un león a su presa- de ahora en mas no habrá más disculpas. No habrá más piedad. Parece que te prende el riesgo. Bien Sakura….tendrás mucho riesgo de ahora en más.

Y de un salto abandonó ese techo. Dejándola aturdida, y más aterrada de lo que nunca había estado en su vida.


********************************************


Algunos días después, precisamente en el horario de la cena, Sakura se encontraba en su residencia completamente sola. Sarada había salido en una misión con su equipo. Tardaría al menos una semana más en volver. En cuanto a Sasuke, no se sabía de el hacía tiempo, y tampoco había pista alguna de que fuera a regresar en la brevedad. Sakura se encontraba sola, tratando de arreglar lo poco sucio en la cocina, y dispuesta a irse a dormir luego de una jornada dura de trabajo.

Desde el evento en el techo frente al hospital, se había cuidado especialmente de no estar cerca de Naruto. Cuando debía ir por cualquier cosa a su oficina, simplemente enviaba a alguien más en su lugar, argumentando que estaba ocupada en el laboratorio. Las advertencias de Bolt la tenían en un estado de nervios continuos. Esperaba, desde hace días, que se supiera la situación de video. Esperaba su humillación pública, y el dolor de su hija. Pero hasta el momento ni noticias.

Los golpes en la puerta la sorprendieron. ¿A esa hora quien podía ser? solo había dos opciones. O era Sasuke, quien nunca se llevaba la llave de la casa y volvía a cualquier hora de cualquier día. O era Ino, que pasaba por vaya a saber que chisme. Su mejor amiga de toda la vida.

Abrió la puerta contenta, cualquiera de las opciones sería mejor que estar sola. El silencio de esa casa era doloroso, y cada vez se incrementaba con el crecimiento de Sarada. Pronto sería una especie de viuda con marido vivo. Era la elección que había tomado. Tenía que vivir con ello.

-buenas noches Sakura….-dijo un sonriente Bolt, que se presentó ante ella cuando abrió la puerta- ¿Está Sarada-chan disponible? Vengo a verla….

Ambos sabían que no venía a eso. Ambos sabían que la niña Uchiha no estaba en Konoha. Que no volvería en muchos días. ¿Pero que podía hacer Sakura? la mirada de Bolt era una gran amenaza. Tenía que ceder, tenía que tratar de encontrar la paz.

-Pasa por favor….

Se escuchó a si misma decir, dejándolo entrar finalmente. Una locura tras otra. Eso era su vida hace tiempo.


***********************************************


Tanta humillación….

Su corazón latía muy fuerte. Apenas podía escuchar alguna cosa más que el latir desesperado en su pecho. La ropa que traía puesta era todo lo obscena que jamás pudo desear. Bolt le había ordenado vestirse así. Incluso le eligió ropa que Sakura no usaba hace tiempo, ordenándole que se vistiera en el baño. El la esperaba en el comedor.

Un pantaloncillo de licra que no usaba desde los 15. Y que ahora parecía un mini short que no dejaba casi nada cubierto. Un chaleco color rojo sin hombros, que apenas si cubría hasta la zona costal. Sin sostén, sus pechos se marcaban perfectamente atraves de la prenda. Trasformando el chaleco en una especie de top. Se puso su antigua bandana ninja, que servía tanto de vincha como para su “representación”. Los guantes negros que supo usar para combatir, y unas coderas que también tenían funciones de complemento. Las botas le apretaban un poco, y por el paso de los años ahora hacían más visibles sus piernas torneadas.

Se miró al espejo, dándose terrible calor en el rostro. Su viejo atuendo sin la falda protectora, ahora con el crecimiento y los años, la hacían ver como una puta. Totalmente disponible para que cualquier bastardo la tomara. No parecía la señora Sakura Uchiha. Sino simplemente una puta barata, vestida provocativamente como Kunoichi. Como un disfraz obsceno.

Salió del baño, fue por el pasillo y bajó hasta el comedor. El muchacho la esperaba, como único integrante de un teatro privado. Sentado en un sillón, con una copa en la mano, y una cinta de video en la otra.

-guau….-dijo Bolt, y a continuación vació su trago de una vez- realmente te sienta de muerte. Quiero que camines por el lugar. Para verte mejor.

-Bolt….por fav…

-camina por el lugar…-le ordenó firme. No parecía tener paciencia para absorber búsqueda de piedad.

Tanta humillación. No sabía cómo hacer para cubrir su cuerpo. No era que estuviera desnuda, pero la ropa quedaba tan entallada, que no quedaba nada librado a la imaginación. Incluso sus pezones comenzaban a notarse por fuera del chaleco. Aunque pareciera enfermo, la situación la estaba excitando ligeramente. Poco a poco se calentaba.

-¿me darás el video?- consultó ella sonrojada, notando la cinta en manos del niño- por favor…hice todo lo que me has pedido.

-apenas estamos comenzando nena…-sonrió el- había notado que tienes un impresionante trasero antes. Pero con este atuendo….Kami…quiero que des un giro frente a mí.

-basta por favor…-dijo ella colocándose de manera que la mesa lograba cubrirla un poco- solo déjame sola.

-pero….ya estás sola…. ¿o no?

Bolt se puso de pie, sobre la mesa había dejado una botella de sake. Simplemente llenó su vaso, y dejó también cargada otra copa libre. Volviendo luego, a su posición cómoda en el sillón. Ella sintió una punzada de dolor. Pensar que pronto Sarada ya no estaría. Que sería una mujer madura que compraría otro lugar en donde habitar. Pensar que su marido casi nunca estaba en Konoha. Ella estaba como se sentía en el día a día, completamente sola.

-¿Por qué no te tomas una copa? –Le dijo el muchacho mirándola con deseo- y ven aquí…si tanto quieres este video.


*********************************************


Otra vez entregada. Otra vez haciendo lo que ese niño quería. Con ese traje ceñido, ajustándola en todas partes. Arrodillada frente a él, habiendo desabrochando sus jean. Otra vez con ese enorme miembro entre los labios. Degustándolo, manoseándolo, chupándolo. Usaba sus manos alternándolas para masturbarlo. Pasaba su lengua por los testículos, hasta el glande y hacia abajo. Se lo tragaba con fuerza, tal vez un poco cachonda por la mescla de humillante vestimenta y sentimiento de lo prohibido.

-mírame a los ojos Sakura….mmmnn


Levanto la vista, fijándose en los ojos del muchacho. Azules y profundos. Mirándola con una carga de deseo como no recordaba igual. Se sentía bien ser deseada, después de tanto tiempo. Había pasado mucho tiempo desde que veía la pasión de un hombre por causa de su cuerpo. ¿Por qué nunca pudo ver esa mirada en Sasuke? ¿Por qué su marido jamás la había deseado tan intenso? Había visto esa mirada en Naruto, pero la sensación del contacto físico magnificaba el sentimiento. Naruto jamás se había atrevido a tomarla. No importaba, ya nada importaba demasiado. Ahora mismo, por culpas propias o ajenas, tenía la boca llena del miembro de un joven. Y no cualquiera….el novio de su hija, el hijo de su mejor amigo.

-chúpala con ganas nena….-le decía el joven, tomándola de los cabellos con su mano derecha y marcándole el ritmo- sé que puedes ser la mejor en esto.

Sakura no podía más. Sentía toda la presión de esa cosa en su boca. Decidió jugarse todo por todo, si lo hacía bien, antes que Bolt pensara en nada mas todo se habría terminado. Se metió el pedazo de carne lo más al fondo que pudo. A riesgo de ahogarse, provocó lo que estaba buscando desde hacía varios minutos. Bolt no pudo más que jadear duramente, y soltar la carga de su miembro justo sobre el rostro de la mujer que se había retirado a tiempo. Ella presionó fuerte en la base del pene para evitar tener que tragarse el semen, había calculado no solo el momento de la explosión, sino las consecuencias del después.

-aaaaahhhhhh-jadeó el joven sintiendo su cuerpo aflojarse totalmente.

Sakura lo había previsto así, lo retuvo excitado todo lo posible, aun al costo de estar totalmente caliente personalmente. Pero la intensión era lograr una gran explosión, y su posterior debilidad física. Así fue, como parándose con dificulta de su posición, la mujer se movió a un lado arrebatándole la cinta de video que Bolt dejó caer al suelo junto al sillón. Por la gran baja de adrenalina. El crujido de la cinta en el puño de Sakura, fue lo que hizo al muchacho bajar la cabeza y recuperar algo de cordura, aun sentado en el sillón.

Iba a matarlo. Ahora no existía la prueba que tanto había usado para amenazarla. Iba a matarlo por la humillación vivida. Bolt podía ser un Chunnin muy fuerte, pero Sakura era Jounnin y su fuerza en la corta distancia le hacía valer en un solo puñetazo, una victoria sobre cualquiera. Sus puños se cerraron, su mirada se volvió amenazante. Bolt sin embargo, aun sintiendo la hostilidad creciente en la mujer, nunca abandonó la cómoda posición pasiva.

-fue genial….-le dijo sonriendo- me obligaste a retenerlo mucho. Y lo soltaste violentamente, todo para obtener la cinta. Kami….eres sensacional.

-voy a matarte….-admitió seria.

-lo sé….

-¿y no ofrecerás pelea? –preguntó entre confusa y molesta la pelirosa.

-nena…estoy en tus manos. –respondió colocando ambos brazos por detrás de su cuello.

Algo no estaba bien. Nadie aceptaba la muerte de esa forma. Sakura estaba segura que Bolt conocía perfectamente su fuerza. No por nada la había drogado la primera noche que estuvieron juntos. ¿Realmente creía que no lo mataría? Por honor, una Kunoichi asesinaba por mucho menos. La había humillado horriblemente. Había traicionado a su hija. La había chantajeado para que se alejara de su mejor amigo. ¿Realmente no conocía Bolt las consecuencias de todo esto?

-¿al menos me dirás, porque razón vas a matarme? –de pronto le dijo el joven sorprendiéndola.

-¡estás de broma! –Gruñó furiosa la mujer, y se limpiaba el líquido seminal que rondaba su cara y cuello- ¡me violaste!

-¿hablas de lo que sucedió en mi casa? –Respondió tranquilamente el Shinobi sin moverse- tenía entendido que habías disfrutado tanto como yo.

-¡por supuesto que no!

Se hizo un silencio incomodo, el muchacho no dejaba de mirarla de arriba hacia abajo, incluso su “amigo” comenzaba a repuntar en dureza. ¡Era increíble que no se sintiera amenazado!

-no eres buena mintiendo Sakura….-admitió el rubio divertido- ambos sabemos que cuando fuiste a mi habitación…me usaste tanto… como yo lo hice contigo en la cocina.


El maldito desgraciado tenía un buen punto. Sakura no lo admitiría ni bajo tortura, pero en el cuarto usó todas sus armas como mujer para hacerlo gozar. Tenía la intención de mantenerlo apaciguado, pero también le sirvió a ella para descargarse. Hacia muchos meses que no dormía con Sasuke y se había sentido muy cachonda. El asunto de la cocina solo agravó la situación. Oculta en la excusa de evitar la furia de Bolt, también estaba esa mujer deseosa de buen sexo. Aunque fuera humillante hacerlo con un niño que apenas si rompía el cascaron de la pubertad. Y para colmo de males, Bolt había demostrado una tremenda resistencia. Sus fuerzas juveniles, su pasión, habían derivado en un cuarto lleno de gritos y corridas. Ella había partido de madrugada en esa ocasión, totalmente exhausta y cumplidamente satisfecha. Jamás lo iba a admitir, pero por dentro la verdad, era verdad.

Sus músculos perdieron tensión. Sus puños se relajaron levemente. El no presentaba ni una excusa para que ella descargara la rabia que portaba. Pensó en Naruto. El amor de su vida. ¿Realmente podía matar al hijo de Naruto? ¿Realmente podía causarle ese daño a un hombre que lo había dado todo por ella desde niños? Ni siquiera su orgullo como mujer, era suficiente para soportar esa visión de un Naruto llorando la muerte de su hijo. O peor aún, culpándola por ello.

-vete…… ¡vete antes que me arrepienta! –exclamó rabiosa, pero controlando la ira- nunca más vuelvas a mi casa.

El joven se puso de pie lentamente. Acomodó su jean lo mejor que pudo para abrochárselo. También se arregló la camiseta que el fragor de la felación había quedado subido en su cuello. No parecía sentirse contrariado por la expulsión. Actuaba de una forma irritante, como si todo estuviera por debajo de sus cálculos.

-no quiero volver a verte cerca de Sarada….-le amenazó Sakura viéndolo tan tranquilo- ¿me has oído? Puede que yo me pueda contener, pero dudo que mi marido lo haga.

Entonces, Bolt emitió un gesto extraño. Sakura lo miraba de reojo, deseando que se fuera por la puerta cuanto antes. Su sola presencia la ponía en tensión. Pero el joven no obedeció. Se conducía por el comedor de la casa Uchiha, tal y como si fuera su dominio. Así, antes que Sakura pudiera siquiera razonar lo que estaba pasando, el joven fue a la Tv, descansado sobre un mueble frente a la mesa. Allí prendió el reproductor, y colocó una cinta, que como por arte de magia había aparecido entre sus manos.

El horror….

El miedo de verse a sí misma en la cocina de la casa Uzumaki fue tremendo. Pero la sensación de total desesperanza se multiplicó por mil, cuando en lugar de ver un video de la cocina; en realidad estaba presenciando unas tomas de la habitación de Bolt Uzumaki, la noche en cuestión. Sakura apoyó ambas manos en la mesa del comedor, sentía su cuerpo pesado y que se desplomaría en cualquier instante. Allí se veía a sí misma, ingresar semi desnuda al cuarto de un joven, y seducirlo para tener sexo. Se veía como verían quienes no conocían la historia completa. Ella, la madre de la novia de Bolt, en un ataque de celos, calentura, “crisis de los 40” o vaya a uno a saber cuál excusa; cabalgar al hijo del Hokage y gozar mucho por ello.

Sakura Uchiha ni siquiera notó la situación a su alrededor. Sus ojos estaban paralizados en la filmación. Ese niño la había engañado de manera monumental. El primer video no importaba, era el segundo quien la condenaría. Esas imágenes la mostrarían como una puta. Una mujer capaz de follarse al hijo de una familia amiga. Aparentemente porque sí. Sin ningún paliativo. En tanto, mientras la mujer se sentía totalmente devastada por lo que observaba al frente, por detrás se ubicó el muchacho, que enrollando su brazo izquierdo en el cuello de la fémina, la obligó a erguirse sorprendida. El cuerpo del Shinobi estaba pegado por detrás, y su mano derecha manoseaba sin tapujos los pechos apretando por el chaleco.

-Realmente creíste que me tenías…-susurró amenazante Boruto a su oído- puta de mierda…ni siquiera entiendes de lo que soy capaz. Tengo alguien de confianza con una copia, de nuestra actuación especial en mi cuarto. Si algo me pasa….

-por favor…..-gimió ella aterrada- no….

-eres mía Sakura….- respondió ronco el rubio- y esta noche….voy a marcarte para siempre. Esta noche lo entenderás. Eres toda mía.


Se separó levemente, asentando una mano en el cuello de la mujer la empujó violentamente hasta hacerle estrellar el rostro contra la mesa. La tenia bien sujeta, aunque ella pudiera moverse a un lado fácilmente si usaba su súper fuerza, o torcer el torso para desbalancear el control luchando. Pero su rostro quedó contra la madera, y podía seguir viendo la pantalla de Tv, mientras Bolt justo detrás, comenzaba a desvestirla. Ella no se movió, no ofrecía resistencia lo que estaba por suceder.

El joven se desabrochó el jean nuevamente. Y luego, mientras una mano retenía la espalda de Sakura contra la madera, la otra se apropió de la licra que oficiaba de short, para bajarla bruscamente. La humedad en el cuerpo de la mujer le había dificultado despegarlo. Estaba mojada. Muy caliente por la mamada y ni siquiera la ira le había reducido en excitación. Mientras los pantalones y la licra de ambos quedaron por la zona de los tobillos, el arma preparada de Bolt, se ubicó sin más dilaciones en las puertas expuestas de Sakura.

-estas tan calienta Sakura….-le dijo ronco el muchacho- estas preparada para aceptarme en tu interior.

De un golpe profundo la penetró duramente. Ella gritó, no tanto por el dolor que no fue poco, sino por la invasión que suponía a su ser. Dio un grito porque Bolt comenzó arando profundo desde el inicio. No le permitió acostumbrarse o acomodarse para los impactos, su cuerpo estaba siendo presionado hacia adelante, y sus piernas abiertas apenas, no tenían la fuerza para mantenerse estable y así combatir las sensaciones.

-que rico se siente putita….-gruñó furioso el muchacho soltándola de la espalda y afirmando ambas manos en las caderas- esta noche voy a ser tan apasionado, como lo fuiste en mi habitación. ¿Puedes verlo Sakura? –Le señaló mientras notaba que ella tenía la vista fija en la Tv- esa noche sí que la pasamos en grande. Estabas tan necesitada…

Se sentía morir de la vergüenza. Detrás de la Tv podía avizorar a lo lejos la puerta de salida. ¿Qué pasaría si justo esa noche Sasuke regresaba? Casi podía verlo, entrando y encontrando un espectáculo totalmente repugnante. El hijo de su mejor amigo y su esposa, follando como animales en la mesa del comedor. Ella asustada, pero no pudiendo casi contener lo bien que se sentía. “mírame Sasuke-kun.-diría perdida en las sensaciones- este niño hace lo que tú no puedes. ¡Mírame maldito desgraciado! Por tu culpa él tiene el control de mis deseos.”

Su mente era un caos, ya casi no miraba aquel video en pantalla. En su coño había gloria, corrientes de placer que le hacían subir calores sofocantes. Se mordía los labios, cuando sus manos se afirmaron a los bordes laterales de la mesa dejando al muchacho hacerle todo. ¿Qué más daba? Ya la tenía en sus manos con esa maldita cinta de video.

-así nena así….-jadeaba Bolt detrás suyo- tu coño debe ser el mejor de Konoha. Ese Uchiha es un marica sin lugar a dudas. ¿Cómo puede dejar de follarse este coño, por tan solo una noche? –Sonrió perverso sin disminuir el ritmo de sus entradas- no te preocupes más Sakura…..te mantendré bien provista de ahora en adelante.

Ella no lo soporto más, se mordía los labios con fuerza hasta casi lastimarse. ¿Qué más podía hacer? Gozar, solo seguir gozando del duro miembro que la desbordaba por dentro. Reunió las manos a los costados del rostro apoyándolas sobre la mesa, haciendo fuerza dobló la espalda lentamente, sin atisbo de querer resistir, solo para cambiar un poco la postura.

-Bo….Bolt…..-jadeo el nombre de aquel joven suplicante, y arqueo aún más su espalda para ganar altitud.

-ven aquí preciosa….-susurró Bolt tomándola del cuello y obligándola a girar el rostro para besar su labios- voy a hacerte muy feliz.

“feliz” ¿Qué era ser feliz? ¿Era sentir un grueso pene frotando sus entrañas? ¿Era un niño chantajista que parecía conocer todos los trucos de la oscuridad? ¿Era ser violada por el hijo del Hokage? y la pregunta más terrible de todas…. ¿cómo podía estar disfrutando de lo que Boruto Uzumaki le estaba haciendo? Sakura tenía sus límites, como todas. Era una verdadera pena que hubiese pasado tanto tiempo sin sexo marital.

-oohhh ohh….OOHH SIII…..-gimió la mujer metiendo su lengua lascivamente en la boca del muchacho- hazlo bien maldito….hazlo duro….

Lo único que le faltaba al descontrol del momento, era obtener un permiso de acceso total. Las manos de Sakura apoyaron suavemente en los ángulos de mesa, su cuello girando hacia atrás, le daba la posibilidad de besar a su captor y explorarlo apasionadamente con su lengua. Bolt tenía una mano en su cuello, pero enseguida abandonó la presión en cuanto entendió la disposición de la fémina. Lo siguiente fue lo más candente, bajar la cremallera de su abultado chaleco, y liberar esos pechos para que botaran en el aire al compás de su excitación. Apretujárselos, retorcerlos, hacerla chillar como una cerda. Eso quería, que gritara como una puta.

-¡parece que te gusta! –Le dijo enardecido el rubio- ¡sabía que necesitabas esto putita!

-OOHHH SI BOLT….SIIII SIIIII OOOHHH CIELOS….NO TE DETENGAS AHORA…

Sus quejidos ya eran a todo volumen, incluso giró el cuello hacia adelante, porque todo su ser ya no podía actuar de ninguna forma alternativa. Las entradas y salidas constantes se hacían más ríspidas. Golpeaba en cada punto correcto, en cada zona adecuada. Se sentía genial. Así que apoyando los codos en la mesa, hundió la cabeza entre sus manos y dio rienda suelta al deseo.

-DURO BOLT…..DURO…..DUROOO……

El joven de 10 minutos, ya no podía más. Era demasiado caliente escucharla pedir sexo de esa forma. La había odiado, también la deseaba y finalmente una mortal combinación de ambas sensaciones. Bolt se apartó un poco dejando espacio para ahondar duramente con sus caderas. Asentó también ambas manos en la fina cintura de su víctima, a la cual sometió por los siguientes minutos a una violenta sesión de embestidas largas y profundas. Bolt tenía profundas contradicciones, quería hacerle daño a esa mujer, pero al mismo que gozara por ello. Luego de un tiempo indeterminado, los jadeos del joven se vieron interrumpidos por gemidos de suplicas en ella.

-no…..no….-decía bajito, hundida entre sus codos apoyados en la mesa- no puedo…..NO PUEDO…. NO PUEDO MAAAAAAS AAAAAHHHHHHHH

¡Que orgasmo! La cúspide de la humillante derrota. Sakura no había podido evitar acabar antes que su joven torturador. Gritó con fuerza, tratando de ocultarlo entre su boca y la madera de la mesa, pero claramente no tuvo éxito. Y peor….ese grito candente había obligado al muchacho a derramarse….sin haber logrado salir de su interior a tiempo.

-AAAAAAAAAAAHHHHHAAAAA

-¡SAKURAAAAA…….!


Fue terrible. Sentir como un calor en forma líquida iba hasta el fondo. Sentir como el pene de Bolt soltaba todo, absolutamente todo en el interior de Sakura. Ella ya no pudo hacer más. Su cuerpo le abandonaba. Sus fuerzas se evaporaban, y el vientre asentado en la mesa guardó todo el peso del cuerpo muerto. Sakura sufrió una leve descompensación. Un desmayo digamos, mientras Bolt hacia todo lo posible para levantarse de su espalda, y dejarla respirar.



*************************************************


Sobre el sillón largo a un costado del comedor, Bolt estaba sentado tranquilamente. Tenía a la mano una mesita pequeña, donde descansaba el vaso y la botella con sake. No era de beber demasiado, pero la ocasión merecía varias copas para festejar. A su lado, Sakura Uchiha estaba desnuda e inclinada sobre él. Ambos tenían la tv enfrente, un película cualquiera, sin ninguna importancia. Ambos estaban desnudos, y aunque no se decían nada, el bebía, y ella usaba sus manos para masturbarlo.

Él no decía nada, la dejaba concentrarse en complacerlo. Era muy obvio que la mujer, estaba desesperada por obtener más actividad sexual. Lo masturbaba de a ratos, y se inclinaba en otros para captar entre sus labios el arma del joven, dando profundas lamidas o furiosas chupadas. Cada tanto se erguía para mirarlo a los ojos. Tratando de obtener algún tipo de indicio para continuar la faena. Siempre le había deprimido muchísimo la indiferencia de su marido. Sakura recordaba en la fingida atención de ese joven en la Tv, como su marido la ignoraba aun teniendo sexo. Prácticamente tenía que caerle encima para tener acción. Una situación que fue desgastando la pareja, hasta el punto que ella había dejado de buscar cualquier contacto.

-Bolt….-susurró mirándolo a los ojos y masturbándolo duramente- yo quiero….yo quiero….aammn.

Él no decía nada, pero una sonrisita se le escurrió en el vano intento de fingir ignorarla. Tenía ambos brazos abiertos sobre el espaldar del sillón. Y por fin luego de un rato, se atrevió a mirarla nuevamente. Ella parecía perdida en sus propios deseos. No podían pensar mucho más allá de ese grueso falo que manipulaba para su placer. Quería ponerlo duro, quería que estuviera rígido para lograr el placer. Lo necesitaba demasiado como detenerse.

-ven aquí….-le dijo el rubio tomándola del cuello para besarla, y de las caderas para guiarla a sentarse sobre él.

Sakura obedeció mansamente. Tenía demasiada ansiedad, demasiados deseos perdidos. Sudaba de manera sexi y su cuerpo maduro de mujer candente aún tenía mucho por demostrar. Se montó sobre Bolt, y elevándose dejó caer su peso repartido entre las rodillas a los lados, y la punta del miembro que comenzaría la invasión. Ella gimió duramente, usando ambas manos se aferró a los cabellos del joven apretando con fiereza. La manos de Bolt la guiaban, bajándola adonde encontraría por fin el fuego, adonde podría hallar la satisfacción que tantos años le habían sido esquiva.

-así nena…..justo así….

-ahh ahhh mnnn mnnn

Subiendo y bajando. Sintiéndose morir del gusto cuando esa cosa la penetraba. Estaba muy mojada, demasiado caliente para razonar nada. Asentó ambas manos aun con sus guantes en los hombros del joven y comenzó a girar las caderas para hallar fricción, sin la necesidad de salirse. Las caricias del joven la recorrían entera. Las manos de Bolt eran osadas, acariciándole los pechos, apretándole el trasero, obligándola cada tanto a bajar su rostro para encontrarse en furiosos intercambios de besos. Sakura ya no luchaba contra las sensaciones. Las aceptaba, las disfrutaba, las estaba buscando con la intensidad de una amante devota.

-así nena….que rico….-le anunció el mirándola a los ojos con ardiente deseo- móntame duro. Sé que lo necesitas urgente.

Sakura casi no lo escuchaba. Estaba perdida en sus sensaciones personales. Seguía moviéndose a un ritmo lento y pausado. Gozaba la sensación de estar llena por dentro. De estar ocupada completamente por la erección de ese niño. ¡Maldito niño! Podía ser más joven que ella, pero era un estupendo amante. Sabia tocar los botones precisos de su excitación.

-vamos Sakura…-le ordenó endureciendo la voz- hazlo mejor….

Ella se vio sorprendida por una pesada mano en su glúteo derecho. Una nalgada dura que le hizo resonar todo su interior. En los ojos de la mujer resurgió una sensación contradictoria. Bolt pudo ver claramente que tuvo miedo, y al mismo tiempo le había gustado. Acto seguido, ella aceleró sus caderas, tomando mayor ritmo.

-¡te dije que lo hagas más duro! –reclamó el rubio y volvió a nalguearla fuerte.

-¡no me des golpes!…..-gruñó ella mordiendo sus labios, pero no dejaba de moverse y se llevó las manos a su propio cabello rosado, agarrándolo como si tratara de arrancárselos- ¡no lo hagas por favor!

-¡claro que si lo haré! –gritó ardiente el muchacho, y siguió dándole palmadas, alternando en un glúteo o el otro- ¡muévete perra!

Eso la ponía más caliente. No podía evitar el fuego que se formaba en su trasero, y en mescla de adrenalina y dolor, se trasladara a su coño poniéndola increíblemente a punto. ¡Kami-santo! ¡¿Qué era esa sensación?! ¿Por qué razón se estaba acercando al orgasmo tan rápido? ¡¿Por qué las nalgadas le hacían tanto daño y placer?! Su trasero estaba levemente enrojecido por el castigo, los pechos se sentía pesados y duros como piedras. Cada tanto en ellos, los manoseos del joven le hacían delirar. Sabía cómo poseerla, maldito sea que lo sabía. Inclinó su cuerpo hacia atrás, tensando la espalda y mirando al techo con claro abandono. Su mente estaba en blanco, no podía pensar en nada, el fuego la había quemado completamente.

-NO PUEDO MAAAAASSSSSS ME CORRRROOOOOOOOO!!!!!!!

Ni siquiera pudo escuchar el gemido ahogado del joven. Fue tan penetrante el grito de Sakura Uchiha que pudo atravesar las paredes tranquilamente. Se quedó dura, recibiendo en su interior la descarga profunda que el Shinobi había soltado nuevamente. Por fortuna era Kunoichi, por fortuna podía evitar el embarazo con chakra. Lo peor de todo, lo más prohibido, era lo que hacía más delicioso el encuentro. ¿Lo imaginan? ¿Embarazada del novio de su hija? ¿Embarazada de un sujeto que no era su esposo? ¿Embarazada de Boruto Uzumaki?

-in….increíble….-susurró el rubio todo sudado, sosteniendo a Sakura de la cintura para que no se desplomara hacia atrás y cayera al suelo- fue sensacional.

Ella tenía los brazos caídos a los lados, la espalda torcida hacia atrás, al igual que el cuello. Su cabello alargado en la espalda caía como cascada. Sus ojos cerrados, hubiesen mirado al techo de estar abiertos, su respiración no se podía regular. Era una puta. Se había entregado a ese niño completamente. Se calentaba con sus palabras, con sus miradas y caricias. Se había puesto muy cachonda con las nalgadas. Era una maldita masoquista. ¿Cómo pudo entregarse así? ¿Acaso ahora importaba?

-no….no puede ser….-dijo balbuceando la mujer que se le escapaban algunas lágrimas- esto no puede estar pasándome.

El joven aún estaba debajo de ella. Su miembro no perdía casi dureza, y con un par de movimientos retomaría a su disposición. Sakura se inclinó hacia Bolt, apoyando las manos pesadamente en el espaldar del sillón, a los lados del joven. Ayudada por sus rodillas y brazos, comenzó a moverse nuevamente. Mordiendo sus labios, mirándolo a los ojos con una mescla de desafío y molestia. Ya no podía detenerse. Ahora solo quedaba sacarle todo lo que pudiera a esa noche. Ya tendría tiempo para lamentarse en la mañana. Ya sería otro día para llorar en el baño su estupidez.

Esa noche… todo el resto de la noche……

Sería el momento del pecado.


Fin del capítulo.
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Mensaje por Mat, Sáb Mar 28, 2015 3:31 am

Vaya O.O… Un fic que definitivamente jamás esperaba leer…

Es una buena historia pero creo que será mas dramática/trágica que alegre ya que supongo que no soy el único que esperaría que Naruto y ella acabaran juntos si es que se aman y no solamente Boruto enamorándose y Sakura perdonándole todo (que no seria muy diferente al ss) creo que mas que nada acabara triste pero a ver ya que si algo sabes hacer con tus historias es sorprendernos XD

Espero el siguiente capitulo para ver que sucede.

En cuanto a el interés… que esperabas en un foro narusaku? XD Realmente si no fuera por que lo escribes tu ni hubiera empezado a leerlo ya que odio a Boruto y ese maldito final, asi que no te desanimes por eso y has tu historia, pronto mas gente la leera ya que vale la pena hacerlo

Nos vemos
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Mensaje por MiKa16-LA Sáb Mar 28, 2015 5:06 am

Holaa!!...Bueno veras,soy nueva usuaria y mientras navegaba por aqui,vi el titulo, y cuando vi de que pareja se trataria ,me parecio interesante... y cuando termine de leer los 2 capitulos,dije...esta historia no puede quedar asi!!!!!...Asi que decidi hacerme la cuenta de una vez para poder seguirla y estar atenta a las conti!!...Asi que estare al pendiente del fic cuando pueda,y dando mi opinion si puedo...Nunca se me cruzo esta pareja por la cabeza...la verdad que no.

Bueno,ahora con respecto al fic,me pregunto si Naruto se empezara a dar cuenta de lo que pasa entre estos dos al estar  juntos,o sea,yo creo que actuaran diferentes(aunque ya lo están haciendo).Ya me imagino mi cara al saber la reaccion de todos si es que se enteran ... AyAy !

Bueno,espero la conti.Saludos!...
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Mensaje por BlancaPHNS Miér Abr 01, 2015 5:39 am

WOW!! Armin-sempai!!,he leído muchas de tus historias....son tan genialozas....pero que nos hayas traído una con esta pareja como personajes principales casi me causa un infarto XD,en mi opinión yo no odio a Boruto,ni a Himawari,ya que ellos no tienen la culpa de lo que hicieron sus padres en el pasado,pero joder!,la cosa está muy interesante....me cabrea mucho lo que Bolt le hace a nuestra pelirosa,es decir,así como la hace suya,¿Por qué no va y viola también a su padre?,quizás sea una excusa para poder acostarse con Sakura,ya que por lo que veo,Sarada no es muy "Salvaje" por así decirlo,y la idea de tener sexo con la mamá de tu novia se le haga tentadora,y no hay que negarlo,Sakura es muy hermosa...

  Estoy muy asombrada,he leído historias con este tipo de lemon's,pero la mera idea de que seas tu quién la esté escribiendo es diferente XD,Sakura está atrapada,pero no lo puede negar,lo disfruta,ese pensamiento de que Sasuke entrara por la puerta trasera y los consiguiera en plena "Acción" hubiera sido muy fenomenal!!,jo jo jo,quizás no se tiró al hokage,pero si al hijo (?) okno XD (Pensamientos perverts,¡Aléjense!)

  Esperaré ansiosa la conti,quisiera saber como se desarrollará,ya que,si los dos se llegan a enamorar,la tendrán bien feo!,sin más nada que decir,me despido,saludos,besos y abrazos,bye^^
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Mensaje por arminius Vie Abr 03, 2015 7:14 am

gracias a los nuevos comentarios. como sin dudas notaran, las cosas comienzan a complicarse a partir de ahora. ademas de los deseos insanos, y las intenciones de daño, tambien entraremos a sumar el trabajo ninja. poco a poco...el asunto se va a ir oscureciendo.

Disfruten!!! XD



CAPITULO 3: CELOS ENFERMOS


Sakura Uchiha no podía relajarse…

Alrededor de la larga mesa en la casa Uzumaki también estaba la familia anfitriona, Ino y su marido Sai, su esposo Sasuke y su hija Sarada ocupaban puestos. Comiendo y charlando despreocupadamente. El ambiente era ideal. Hinata era una estupenda cocinera y todo parecía perfecto. Naruto estaba de un gran ánimo. Ino y Sai conversaban alegremente. Incluso Sasuke gracias a la bebida, parecía más abierto que de costumbre a la comunicación. Sin embargo, Sakura Uchiha no podía encontrar comodidad, aunque todo pareciera ideal.

Su mirada lo quisiera o no, se desviaba invariablemente al otro extremo de la mesa. Allí su única hija Sarada, tenía una feliz conversación con el resto de los jóvenes sentados alrededor. Himawari, acompañada por sus dos compañeros de equipo. Y por supuesto Boruto Uzumaki.

Sakura lo quisiera o no, desviaba los ojos hacia ese joven. El ni siquiera la había mirado durante todo el almuerzo. Estaba junto a Sarada, sentados bien cerca y el muchacho pasaba su brazo izquierdo con familiaridad sobre el espaldar de la silla de su novia. Susurraban cosas, reían y charlaban en voz baja. Todas las mujeres alrededor del rubio, parecían hechizadas por sus sonrisas. Incluso su propia hermana menor. Sakura podía notar que no le apartaba la vista por casi nada del mundo. Aunque claro, no tenía que ver una cuestión amorosa en ese caso. Pero era bien conocido que Bolt siempre se había llevado a las mil maravillas con ella. Había tenido muchos problemas con Naruto, incluso a veces se había revelado ante Hinata. Pero Himawari era su adoración absoluta y ella también lo quería mucho.

-¿Sakura-chan? ¡Hola! ¡¿Tierra llamando a Sakura-chan?! –le despertó la voz divertida de Naruto frente a ella.

-ah…. ¿qué?....-espabiló ella sorprendida- ¿Qué pasa Naruto?


Las risas a su alrededor la sorprendieron. Se sonrojó levemente, entendiendo que no estaba prestando nada de atención a la conversación de adultos. Demasiado concentrada en mirar a lo lejos a Bolt. Demasiado concentrada en lo que había pasado durante las últimas dos semanas siempre que Sarada y Sasuke no estaban en Konoha. Días y noches, donde Bolt la visitó en la casa Uchiha. Donde tuvieron sesiones impresionantes de sexo. Drogas, alcohol, sexo y más sexo.

-deja de proteger a tu bebé frentona….-le susurró Ino, lo bastante fuerte para que todos los adultos cercanos lo notaran- no es como que Bolt vaya a devorarla o cosa alguna….ji ji ji.

A Sasuke no le gustó ni medio el comentario. Pero tuvo que ceder un poco cuando vio los ojos llorosos de Naruto por la risa. Incluso Hinata, que siempre era recatada y silenciosa, estaba colorada y sonriendo por los efectos del sake. Era un momento de intimidad muy lindo para esas familias amigas. Un momento de paz. Hasta Sasuke parecía admitir con sus gestos en esos momentos, que tenía su encanto ciertos aspectos de la vida civil.

Las charlas continuaron. La mesa dividía lo suficiente a los jóvenes de los más grandes. Sakura bebió bastante, más que nada para olvidar esas nubes que la molestaban. Estaba en la misma mesa con su marido, su hija, y el amigo de toda la vida que ella sentía debió ser su pareja. Además por añadidura, Bolt. Un hombrecito que la había follado de una manera difícil de olvidar. Todos juntos, como una bomba que podía estallar si alguien sospechaba algo extraño. Y ese joven ni la miraba. Como si nada de todas las noches de perversiones, hubieran existido.

Sakura había estado mirando a Bolt por demasiado tiempo. Se dio cuenta que todos podían sospechar por ello, y trato de distraerse fijándose a en su propia copa. Estaba vacía, y ella necesitaba seguir bebiendo para olvidar. Sasuke tenía la botella cerca de su mano, ella lo miró levemente, pero el marido no le entendió o no le importó. Simplemente siguió concentrado en la conversación sobre misiones que estaba teniendo con Sai y Naruto. Mientras tanto, a lo lejos pudo ver una escena que le molestó muchísimo.

Sarada tomó su copa, y la movió notándola vacía. Entonces, Sakura observó como Bolt tomaba para si la botella lejana, para servir jugo de fruta gentilmente a su novia, y luego dejarla en la mesa lentamente. Bolt era atento con Sarada. La trataba siempre con cortesía, la rodeaba con su brazo y contenía. Le daba pequeños besitos cada tanto, mientras compartían cosas íntimas. Era sol y sombras con Sasuke.


¡¿Por qué?! ¡¿Por qué sucedía esto ante sus ojos?! ¿Por qué no lo había notado antes?

Se sentía una estúpida. Se sentía peor que nunca. Frente a ella tenía a Sai, que había sido un sujeto sin sentimientos. Y ahora era un amoroso esposo para Ino. También se lo veía a Naruto, que a pesar de parecer no amar a su esposa, la trataba como una reina. Nunca dejaba de ser amable con ella. ¿Y qué hacia el idiota de Sasuke? Ni siquiera era capaz de ser amable con su mujer frente otros. Se largaba a misiones lejanas durante meses. La dejaba sola, necesitada y cachonda. La dejaba sola para criar a Sarada. ¡Siempre la dejaba sola!

-¡Permiso! –Dijo Sakura parándose bruscamente, con ira oculta- tengo… que ir al servicio.

El resto de la mesa no le tomó demasiada atención. Les había sorprendido un poco la vehemencia del pedido. Pero Sakura había estado bastante desconectada de las charlas ese día. Simplemente debía tener uno de esos momentos incomodos para las mujeres. Tanto Naruto como Sai, notaron que a Sasuke le había importado poco y nada. Por lo tanto, debía ser un asunto sin peso.


*************************************


Se miró al espejo del baño. Trataba de lucir más relajada y tranquila. Había usado el lugar, más por alivio que urgencia. Se humedeció la cara en el lavamanos. Buscaba serenidad. Mirándose al espejo comenzó a notar ciertos detalles de sí misma que eran algo… “diferentes”. En primer lugar, su ropa escogida era un poco más recatada. Ya no le había interesado tanto lo que pensaran de su aspecto. Por ejemplo, había tenido poco contacto visual con Naruto. Se recordaba a sí misma, mucho más interesada en captar una mirada del Hokage hace como un mes.

Su mirada se perdió en sí misma. En sus ojos verdes. El recuerdo de ese fin de semana pasado. Las caricias de un joven que no era su esposo, ni el amor de su vida. Ese niño había dominado su cuerpo como quiso. Había saciado su juvenil lujuria y también la de ella. ¿Y ahora qué? ¿Simplemente jugaba al ser el novio perfecto para Sarada? ¿A fingir que no había gozado como un loco con ella? ¡¿Quién rayos se creía que era?! ¡¿Acaso creía que podía jugar con ella como si fuera una niñata?!

-Maldito…-se dijo mordiéndose de la impotencia- crees que puedes jugar así conmigo. Sin pagar las consecuencias. Pero no me controlaras más. No dejaré que entres en mi mente nuevamente.

A la salida del baño, Sakura se decidió a no ceder un centímetro más de sus pensamientos. Que Bolt fingiera que era el novio ideal. Que fingiera no haberla acariciado, no haberla follado en varias noches a lo largo del último mes, de caliente sexo sin tregua. Lo único que le había interesado al parecer, era alejarla del padre. ¡Y eso mismo iba a hacer! ¡No le daría más excusas para chantajearla! Si Bolt creía un sacrificio follarla, ella le aliviaría la tarea para siempre.

Las siguientes horas en la sobremesa fue de historias pasadas y risas. Las mujeres de toda edad, compartieron los quehaceres de la limpieza. Luego bebieron té, preparado como de costumbre por la buena mano de Hinata. Sakura olvidó sus dilemas personales por todo ese tiempo. Se concentró en lo bueno de la reunión amistosa. Hinata se veía más feliz que de costumbre, también Ino que con su típico humor, aportaba a la buena salud general. Las más niñas como Sarada e Himawari, ayudaban a las mujeres adultas mientras charlaban entre ellas.

Los hombres se dividieron en grupos. Naruto y Sasuke se dedicaron a sus “charlas personales”. Sin dudas hablaban sobre la búsqueda sin tregua que el Uchiha tenía de los renegados de la última guerra. Pero Sai, tenía más interés de pasar tiempo a solas con Boruto. Estaban en el patio trasero de la casa Uzumaki. Aprovechando que todos los demás estaban distraídos con determinadas cuestiones.

En algún momento de las determinadas reuniones, Sakura salió por un pasillo directo al comedor. Estaba en la búsqueda de los hombres en la casa para ofrecerles algo de té. Tanto Naruto como Sasuke declinaron la idea, y continuaron con su planificación de misiones, sentados cómodamente alrededor del escritorio, en la oficina privada del Hokage. Para encontrar a Sai y Boruto, Sakura tuvo que buscarlos en el traspatio. Estuvo a punto de salir para hacerles la misma invitación. Los vio conversar muy seriamente, y más aún, observó que no estaban solos.

-Es un gusto volver a verte Bolt-kun…-le dijo la mujer sonriéndole suavemente-lo mismo para usted, Sai-san.

-Hanabi-sama….-asintió mirándola de lado el rubio- si busca a Ka-san…la encontrará seguramente en la cocina.

Sakura observaba la situación desde el interior de la casa. Algo en el gesto de Bolt denotaba que no estaba a gusto con la presencia de su tía. ¿La razón? Tal vez que Hinata no había quedado bien con su clan, al casarse con Naruto y tomar su apellido. Hasta donde Sakura recordaba, los Hyuuga nunca habían tomado demasiada relación con los hijos de Naruto, ya que no tenían el Byakugan como herencia. Los dos ninjas que le servían de acompañantes a la líder Hyuuga, se mantenían a pocos pasos de ella. Parecía todo muy formal, nada apto para una conversación de tipo familiar.

-una disculpa Sai-san…-apuntó Hanabi dirigiendo una fría sonrisa al moreno- me agradaría tener una plática con mi sobrino en privado. Si no es mucha molestia.

El moreno no pareció especialmente afectado por esta “expulsión”. Por lo que sabía, Hanabi no tenía ascendencia alguna en la casa Uzumaki. Era incluso extraño, que estuviera dentro del traspatio. Se conocía que no tenía buena relación con Naruto. La pelirosa tuvo unos segundos de dudas, ¿sería correcto advertir a Naruto de la presencia de los Hyuuga en su casa? ¿O sería mejor aparecerse por allí, dando una excusa a Bolt para alejarse de quien al parecer no quería estar cerca?

- Tío Sai…-sonrió Bolt con un gesto forzado- me parece que podríamos continuar nuestra conversación dentro de la casa.

-no te preocupes….-respondió sonriente el pálido Shinobi- iré para avisar a tu madre, que tiene una visita. Así podemos continuar con lo nuestro.

El gesto de Hanabi fue de pura contrariedad. ¿Pero porque? Se preguntaba Sakura desde la ventana. ¿Acaso no quería ver a su hermana mayor? ¿Qué quería exactamente de Bolt? Al parecer por la postura del joven, no tenía una relación estrecha con la hermana de su madre. Más bien se podía decir, que la despreciaba.

-¿Sakura-chan que estas vien….do? –le sorprendió la voz de Naruto por detrás, y su timbre fue cortado por un carraspeo de frustración- ¿Cómo entraron a mi casa? –finalizó duramente saliendo por la misma puerta, justo en el instante que Sai ingresaba a la casa.

Sasuke, Sakura y Sai se quedaron mirando toda la escena desde el interior. Los tres observaron una escena algo incomoda. Hanabi y Naruto hablaron en malos términos. Al parecer, el Hokage no quería que ella hablara en privado con su hijo. A Bolt poco le importaban los desvelos de su padre, pero tampoco parecía caerle en gracia el interés que su “tía”, tenía por hablarle.

-mejor me voy con Sarada-chan…-dijo Bolt despegándose de la fuerte discusión que comenzaba en el patio- esto no me interesa.

Hanabi le llamó la atención sin éxito, Naruto le interrumpió con seriedad; y mientras el joven se metía dentro de la casa ignorando a todos los que espiaban por la ventana lateral, siguieron discutiendo largamente. Todo pudo terminar en gritos y algo más, pero Hinata advertida de la presencia de su hermana, salió al patio para calmar los ánimos. Sakura se sintió intrigada por esto. Incluso Sasuke parecía bastante atento a la situación.

-¿deberíamos preguntar…?-consultó a su esposo susurrando, mientras Ino y Sai también hablaban en el comedor, también serios y entre susurros.

-Algo no está bien. –Dijo Sasuke lacónico- nunca he visto al Dobe tan irritado. Esa Hyuuga…

Sea lo que fuere, rato después Bolt y Sarada salieron de la casa tomados de la mano, dejando a la familia arreglar sus problemas solos. La joven Uchiha acompañó a su novio que no parecía con buenos ánimos. Sakura pensó, que tal vez luego podría averiguar más por intermedio de su hija. Por el momento, tuvo que simular desinterés cuando Hanabi, Naruto y Hinata regresaron al comedor para tomar una taza con té. Como si todo estuviera bien. Aunque claramente allí, había algo roto.


********************************************************


Las 2 de la madrugada en la casa Uzumaki…

Luego de una tarde donde hombres y mujeres estuvieron separados. Llegó la noche donde también compartieron en la casa Uzumaki, cena y copas varias. Tiempo después, Bolt y Sarada todavía no regresaban de donde fuera que hubieran ido. Hacia como una hora que Sai y su esposa Ino había retirado a su propia casa. Pero los esposos Uchiha pasarían el fin de semana completo en las habitaciones de huéspedes. Era una costumbre de ambas familias hace años.

Sakura había bebido mucho. En resumen, estaba cumplidamente ebria. Muchas de las cosas ocurridas habían causado un peculiar efecto en la mujer. El evento de la tarde que protagonizaron las hermanas Hyuuga y el Hokage, rápidamente quedó enterrado cuando la líder del clan se retiró a su barrio. La cena fue distendida y todos bebieron de más. Cuando por fin cada cual se retiró a sus habitaciones, la mujer pelirosa quiso intimidad con su marido. Se preparó en el baño, colocándose un conjunto sexi de ropa íntima.

Estaba cachonda….

Muchas razones la llevaban a querer buen sexo. El principal aspecto, era haber tenido que compartir almuerzo con el hombre que le había dado la follada de su vida. Así es… “hombre”. Eso era Bolt a pesar de sus 17 años. Un hombre con todas las letras. En resumen, Sakura Uchiha necesitaba una atención especial de su marido. Aunque fantaseara insanamente con otro. Que las caricias de Sasuke borraran lo que había sucedido, y ya nunca más sucedería con Bolt.

La vuelta de Sarada no traería problemas. Ella dormiría en la habitación de Himawari y no tenía por qué interrumpir a sus padres. Así que Sakura se preparó con sus mejores armas. El más delicioso perfume, las prendas de encaje más sexi en color rosa, y sobre todo la firme disposición de obtener placer, así fuera por medio de la violación al esposo esquivo.

Lo intentó por varios minutos. Prometiendo y buscando placer. Sus manos bucearon entre las sabanas tratando de obtener colaboración. Sin embargo, lo único que consiguió fue un agrio “hoy no” que la dejó mirando al techo de la habitación sin obtener nada. Era terrible. Cuanto más tiempo pasaba, menos parecía estar casada con ese sujeto que dormía como tronco a su lado. Sakura intentó en su desesperación dormir. Pero el roce del calor a su cuerpo, le generaban la necesidad de explorar otras opciones para la satisfacción.

Ya en otras ocasiones lo había hecho. Ir al baño, y allí obtener de sus propias caricias lo que su marido no se ocupaba de saciar. Pensar en Naruto o Sasuke, y tal vez en una combinación de ambos. ¿Por qué no? Un trio….ambos hombres calientes haciéndole el amor con desesperación. Disputándosela como un trozo de carne. Mientras se masturbaba en ese baño, su mente negaba siquiera esa posibilidad de fantasía. ¿Sasuke y Naruto compartiendo algo? Improbable. Su esposo además, no estaba hace mucho tiempo interesado en ella. ¿Entonces solo Naruto? meterlo en la fantasía, con esa enorme energía que siempre le había caracterizado:

-Naruto….ahh...ahh…Naruto….házmelo duro….por favor…-gemía tratando de entrar en ambiente.

Ya estaba completamente desnuda. Recostada en el suelo y tratando que sus manos encontraran el fuego. No le importaba que estuviera en el baño de una casa ajena. Así de ebria y necesitada estaba. Se acariciaba los pechos, se tocaba íntimamente. Seguramente la suertuda de Hinata estaría montándoselo con su marido como Kami mandaba. ¡Qué buena fortuna tenia! Seguramente Naruto le hacia el amor todas las noches. Sin tregua, hasta la madrugada. Sakura se masturbaba pensando que tan solo por una vez, desearía cambiar roles con la mujer de Uzumaki.

Viendo que pasaban los minutos, y no encontraba la satisfacción requerida, decidió que a su fantasía de hacerlo con Naruto, sería bueno también agregarle a Hinata. ¡Eso podía funcionar! Los tres en la misma escena. Los enormes pechos de la Hyuuga, Naruto sometiéndola por detrás, mientras tocaba íntimamente a Sakura. Prometiéndole ser la siguiente en la lista. Y no lo harían solo una vez. ¡Serian muchas! ¡Toda la noche Naruto les haría el amor a las dos! Seria inolvidable.

-Olvídalo….-se dijo luego de un rato- como si la tímida Hinata fuera a acceder en algo semejante.

De pronto, escuchó un sonido de puertas deslizarse. Seguramente alguien se había levantado para ocupar el baño. Se puso de pie como rayo, comenzó a vestirse rápidamente y hasta se echó sobre los hombros una bata azul que cubriera sus prendas provocadoras. No podía arriesgarse a que fuera justo Naruto quien la viera en ese estado de calamitosa necesidad. Ya había estado cerca de hacer reventar a Bolt del disgusto, y no podía permitir que su padre se viera alentado a una relación que no podía existir. ¿Y si Sasuke se enterara? Sería un verdadero escándalo.

Sakura escuchó voces bajas. Pudo reconocer a Sarada entre los susurros. Al parecer, los jóvenes habían regresado a la casa Uzumaki. Luego de algunos minutos de incertidumbre, Sakura pudo notar que cada quien había ido a sus respectivas habitaciones. Era un alivio, que ninguno hubiera necesitado ingresar al baño. Eso había evitado un encuentro bastante incómodo. Ella estaba más que acalorada y encima había bebido lo suficiente como para decir una estupidez. Era mejor que su hija no la viera en ese estado.

Otra vez metida en la cama. Otra vez junto a su esposo y no podía dormir. Se aferró a él, tratando al menos de estar cerca y obtener calor. Tal vez lograría relajarse. Pero Sasuke como siempre, provisto de un terrible sentido de la oportunidad, se giró dándole la espalda. Eso la puso furiosa.

-¡¿Cómo se atreve?! –chilló en un pensamiento de la oscuridad.

Su mente volaba, tratando de recordar algún detalle que la mantuviera concentrada, para así cansarla y poder dormir. Lamentablemente, estar necesitada le llevó a pensar en aquella primera noche en esa misma casa. Cuando se levantó a la cocina para tomar algún analgésico. Cuando Bolt la tumbó sobre la mesa, y le hizo algo increíble. La tomó, de una manera forzada pero satisfactoria. ¡Y luego lo que sucedió en el cuarto! ¿Cuantas veces lo hicieron esa noche?

-Kami-dulce….Bolt…-pensaba la rosa y sus manos no se quedaban quietas- tu si sabes….

Luego de esto, dos más dos fueron cuatro. Caricias íntimas que por recatadas junto al esposo, no fueron suficientes para una explosión. Entonces, ebria por la bebida, molesta por las necesidades insatisfechas, fue lanzada por el deseo perverso. Se levantó de la cama, y con cuidado abandonó la habitación colocándose la bata que cubría sus sexi prendas. Si acaso Sasuke no estaba dispuesto a apagar este incendio, tendría que recurrir a otro hombre para conseguirlo.


**********************************************

Bolt Uzumaki no podía dormir. En la soledad de su cuarto, tenía pensamientos nada amables. Todo el día pudo ser perfecto. La reunión familiar había sido un éxito. Al parecer, Sakura Uchiha había resignado esas horribles actitudes que siempre ponían incomodos a los padres del rubio. Se cuidaba del contacto visual con el Hokage, no le sonreía ni le festejaba todo, tampoco le había estado mostrando un escote liberal. Si bien su maridito estaba junto a ella, esto sumaba a la causa de Bolt. En los últimos meses, la falta de contacto entre Sakura y su padre, habían conseguido que la casa Uzumaki estuviera en paz. Al parecer, el Hokage era incapaz de mirar a otra mujer que no fuera su esposa o la señora Uchiha. Sin dudas, el supuesto nuevo rechazo de la pelirosa esquiva, le hizo recapacitar y mirar lo que ya tenía. Bolt había sido entrenado para medir emociones por sus maestros. Y notaba, claramente una mejora en el ánimo de su madre, producto seguramente del abundante sexo.

Estando sus progenitores en paz, hacían que su querida hermana Himawari estuviera feliz. La familia se unía fuertemente por lazos que tal vez estuvieron a punto de romperse. Bolt sentía que había actuado correctamente al apartar a Sakura Uchiha de la ecuación. Sin embargo, las conversaciones con Sai-sensei esa tarde, habían derivado en conocer un par de problemas ulteriores, de los que también tendría que ocuparse.

Bolt Uzumaki no era un niño inocente como su padre. Había sido entrenado desde antes de convertirse en Chunnin, por el ANBU de Raíz. Si tenemos que describir su trabajo exacto actualmente, deberíamos apuntar que era un Chunnin de categoría, al servicio del Hokage. Pero además, espiaba y trabajaba para la nueva división ANBU de Raíz que Sai-sensei tenía a su cargo. Y el anterior Hokage Hatake Kakashi comandaba desde las sombras. Había sido entrenado en subterfugio, en combate, espionaje, rastreo y otras varias cualidades necesarias para el buen agente doble. Su trabajo era proteger al Hokage. Así de simple, protegerlo a Naruto, y cortar de cuajo cualquier movimiento civil que estuviera destinado a causar desestabilización en Konoha.

Así fue como entre otras cuestiones, se decidió atacar a Sakura Uchiha.

Sai le dio autorización, cuando supo que la relación entre sus dos ex-compañeros estaba tan cerca de pasar al sexo clandestino. Tal vez Bolt además de sus deseos personales, quería proteger a su madre y hermana, pero Sai en realidad quería resguardar la seguridad de la aldea. ¿Cómo podía causar lio ese entuerto amoroso? Simple y claro. Tarde o temprano, la trasparencia de Naruto se revelaría ante Sasuke y habría cuando menos un duelo a muerte entre los dos Shinobi más poderosos del país del fuego. ¿Conclusión? Sai le dio total libertad a Bolt para que coaccionara a Sakura, y así evitar ese problema.

La situación del almuerzo había sido un comprobante ideal para el líder de Raíz. Si bien Bolt, se había follado varias veces a la esposa de Sasuke y madre de su propia novia, jamás demostró el mínimo detalle durante el día, que hiciera pensar a cualquiera interés por esa mujer. Su esposa Ino además, le había hecho notar que era Sakura quien parecía inusualmente interesada por el hijo de Naruto. Lo cual por su propia lógica, solo podía estar relacionado con un sentido de “madre protectora” que había surcado por la mente de su mejor amiga. ¿Quién podía imaginar que la recatada esposa del ultimo Uchiha, se había trasformado en la puta de un joven Chunnin? ¿En la golfa de Boruto Uzumaki? Si una mujer tan receptiva como Ino había errado el disparo, Sai entendía que Bolt había realizado una misión perfecta. Y así se lo comunicó mientras charlaban en el traspatio.

El muchacho en esa noche de insomnio, recordaba con cierta satisfacción haber recibido cumplidas felicitaciones de Sai-sensei. Además, se le ordenaba resolver dos problemas más que rodeaban al Hokage, de los cuales en tenía cierta forma de injerencia. Boruto recibió un pequeño pergamino durante la charla privada, donde estaba su pago cuantioso, y la nueva designación. Ahora tenía rango de capitán entre los ANBU, aunque solo el líder de Raíz conocía su nombre verdadero y nivel real. Para todos los altos mandos de Konoha, Bolt era Chunnin al servicio del Hokage. Nada más que eso.

Bolt tenía una pequeña mesa tipo escritorio en su cuarto. Con un velador que daba buen volumen de luz sobre la lectura, pero tenue al resto de la habitación. Le dio un par de leídas a sus designaciones especiales. Las dos misiones tenían nombres propios. Ambos ninjas de Konoha, y ambos se estaban erigiendo en un problema. Por diferentes razones, por motivos distintos. Como fuera, Boruto tenía que planear para encargarse de ellos.

Como estaba en su propia habitación, y era una noche tan silenciosa como tranquila, decidió no dar más vueltas al asunto que tanto le había disgustado de su “tía Hanabi”, y cambiándose de ropa opto por quedar tan solo con un bóxer negro ajustado y sin camiseta. Era una noche un pelín calurosa, pero nada fuera de lo soportable.

De pronto….el sonido de su puerta deslizándose….

-¿Qué haces…..aquí? –susurró el muchacho atendiendo a la visita.

Ella ingresó con la mirada de una tigresa. Tenía el deseo tan inflamado que parecía autista de cualquier reclamo. Sin emitir gesto ni palabra, se abrió la bata de seda azul, para dejar caer hasta el piso lo único que la mantenía recatada a la vista.

-Kami….-pensó Bolt, aunque sus gestos eran imperturbable- que mujer…

Sakura sonrió levemente, tal vez admirando todo lo que podía ver de su presa. Deslizó la puerta detrás de ella, cerrándola completamente. Sus prendas de encaje rosado apenas podían contener los encantos de la rosa. Podía levantar a un muerto con ese atuendo, y Bolt no era precisamente un cadáver.

-¿Qué haces aquí? –Reaccionó levemente el muchacho, viendo que ella avanzó un paso- ¿acaso no tienes una pizca de vergüenza? Tu esposo está durmiendo a unas puertas de esta habitación…

-Es su culpa que este aquí….-admitió ella avanzando lento, y viéndolo retroceder con cierta satisfacción- no es capaz de darme placer. Y yo lo necesito….no puedo dormir.


Bolt realizó un gesto de comprensión. No le sorprendía demasiado ese comentario de Sakura. Si había sido tan fácil tomarla en primer lugar, mucho tuvo que ver la escases de sexo marital. El joven se acercó a ella, y estiró una mano para acariciar la mejilla rosada de esa mujer. Ella apretó el rostro contra la mano, como un cachorro necesitado de afecto. Bolt la deseaba, intensamente. No podía dejar de desearla aunque también la había odiado. Tenía mucho de lo que había heredado Sarada como mujer, y era mucho más caliente que su hija. La joven Uchiha, tenía un dejo frio de su padre que sin embargo Bolt, se prometía deshacer entre caricias con el tiempo. Pero con Sakura, no necesitaba nada de eso. Tenía una hembra en profundo estado de celo. Dispuesta a todo. A cualquier fantasía obscena que cruzara por su mente.

Bolt no dijo nada, pero esquivándola se alejó de ella sorprendiéndola. Pasando junto, Sakura creyó que iba hacia la puerta para abrirla e invitarle que se marche. Sería un golpe de muerte a su ánimo. Que incluso quien hasta hace poco la había forzado a tener sexo, ahora decidiera echarla fuera. Pero en lugar de abrir la puerta, lo observó sellarla con un pergamino de silencio, que guardaba en el mueble cercano. No solo no iba a expulsarla, se estaba protegiendo de los futuros gritos por venir. Sakura observó por detrás de su hombro, todo ese movimiento con gran satisfacción.

-eres una verdadera puta…-sonrió el muchacho acercándose por detrás y rodeándola con sus fuertes brazos- ni siquiera tienes la decencia de contenerte, solo porque tu familia duerme a poco de aquí.

Comenzó a manosearla, le acariciaba rudamente los pechos, que estaban ya duros por la necesidad acumulada, le frotaba la pelvis contra su trasero y Sakura sentía morir del gusto. Recordaba ese enorme miembro, penetrándola duro, haciéndole estallar en orgasmos tras orgasmos. “acaríciame Bolt” quería decirle. “hazme tuya por favor”

-oh oh…Kami…..si….-gemía aturdida por los manoseos la rosa- necesito esto….

-que ropita tan sexi nena….-le susurraba ronco en el oído- ¿Acaso planeas algo perverso esta noche?

¿Qué si planeaba algo? Bueno, planeaba que Bolt la follara duro y largo durante toda la noche. Cosas así. Simple y básico como el deseo mismo. Obviamente no pensaba racional. ¿Pero quién podía hacerlo cuando el instinto lo dominaba todo? Ya tendría tiempo para sentirse culpable por la mañana. Ya tendría tiempo de llorar en la ducha para descargar su impotencia y frustración. Pero ahora….

-guau…-escuchó un leve respiro en su oído- tu coño parece un volcán….

Bolt no dejaba de presionar su cuerpo contra ella, parados en el centro de la habitación. Sakura había recostado la cabeza en el hombro del muchacho y estaba entregada a las caricias. Una mano del joven, seguía jugando con los pechos, mientras la otra había bajado para comprobar el estado de latente excitación. Si señores….estaba extremadamente caliente. Era una hembra cachonda a punto de estallar por la necesidad. ¿Importaba acaso que en este mismo cuarto, ella había filmado un video que la tenía prisionera? ¿Acaso no podía estar filmándolos de nuevo? ¿Importaba que lo hiciera?

-fóllame….-le ordenó ella jadeante- fóllame o te mataré.

La guio a la cama, tumbándola sobre ella. Sakura se colocó a cuatro patas y él se situó justo detrás, arrodillado y tomándola de las caderas. La mujer se erigió doblando la espalda, recordaba perfectamente lo mucho que había gozado con esta postura, sobre la mesa de su propia cocina. Ahora la suavidad del colchón protegía sus rodillas, y evitaba tener que pensar como estar parada mientras recibía placer. Bolt la tomó del cuello, obligándola a girarlo hasta que las bocas se entrelazaron furiosas.

-me amenazas ¿eh? –Le decía el joven entre besos y manoseos posesivos- ¿acaso crees que puedes darme ordenes? No me hagas reír…

Siempre la trataba así. Rudo pero controlado. Ella debería tener más control por la diferencia de edad, pero simplemente la relación marchaba por terrenos exitosos siendo Sakura la sometida. Había pasado demasiados años bajo la helada indiferencia de Sasuke. Ahora quería algo distinto, anhelaba aun en un nivel inconsciente, ser perseguida, dominada, sometida sexualmente. Que su hombre la domara, como a una potrilla salvaje.

-uuuummm Bolt…..así….jódeme….-le reclamó ella entre suspiros, cuando estando en posición de perro, sintió que su braga era desenganchada de los tirantes y bajada hasta las rodillas- ¿Qué esperas?

-tienes un estupendo trasero….-admiró el desde atrás- creo que esta noche….voy a follarlo con fuerza.

-¡eso no! – Dijo ella alarmada- oouummm… mételo por donde siempre. ¡Hazlo!

-no tengo ninguna prisa, -se divertía perverso el rubio- no pienso terminar esto rápido.

-¿Qué….haces? –Balbuceó ella mientras el joven la tomaba de las caderas tumbándola en el colchón de lado- ¿Qué esperas?

El muchacho estaba arrodillado frente a ella, aun no se quitaba su bóxer negro, aunque la erección que guardaba era más que evidente. Su mirada y su sonrisa enseñaban un placer controlado. Era un espectáculo demasiado tentador para Bolt. Tenía a una mujer madura en su propia cama. Curvas generosas, aspecto de veinteañera, cabello exótico y sedienta de atención sexual. Pero el rubio quería más, ya había tomado varias porciones de Sakura en los sucesivos encuentros, pero siempre buscaba algo más.

-juguemos…-pensó el rubio- veamos que te ha traído realmente a mi cama.

La tenía a disposición. Tumbada de lado y deseosa de contacto. Pero en lugar de comenzar a saciarla, se dedicó a provocarla. Con las caderas se afirmaba por debajo, rozándola con sus manos, penetrándola con los dedos. Colocaba su índice en el pequeño ano, amenazando con entrar por ahí. Mientras su otra mano recorría la zona más húmeda en la mujer. Que gemía aturdida e indefensa. Desde su posición en la altura, Bolt podía ver cada gesto de la mujer que parecía querer devorar la almohada.

-pareces necesitada Uchiha-san…-le decía el joven sin dejar de tocarla- pero no eres amable para pedir por placer.

-no….no…-jadeaba ella moviendo sus caderas tratando de obtener más roce- no hagas eso… ¡no me hagas esperar!

-como si me importara lo que su majestad quiere –respondió rozándola más fuerte- no te comportas tan ruda con tu marido el frígido ¿verdad? Ni siquiera me has puesto a punto con una buena chupada. ¿Crees que estas en la cama del capitán invierno? Aquí las reglas las pongo yo, nunca lo olvides golfa.

Ella sintió un escalofrió terrible, esas palabras la humillaban y al mismo tiempo encendían todos los botones de su excitación. ¡Kami que sensación terrible! Ese maldito muchacho estaba frotando con dos dedos en la entrada de su trasero. Intentando abrirlo, intentando vulnerarlo. ¿Realmente le iba a permitir esas libertades? ¿Podía prohibírselo si quisiera?

-¿Por qué has venido a mí, Sakura? –Sonreía divertido de los gemidos atormentados de la hembra- dímelo….o será largo el camino hacia el placer. Te he notado nerviosa durante el almuerzo. Nerviosa y molesta. Se supone que estuve obligándote a follar estas semanas pasadas. ¿Entonces qué haces aquí?

-¡No! –cabeceó ella aturdida, y su cuerpo se balanceaba al ritmo que el imponía- ¡no son celos!

-¿Celos?...-preguntó Bolt complacido, mientras la punta de su dedo índice se abría camino en el ano de Sakura- ¿Quién habló de celos? ¿De qué puedes tener celos, Uchiha-san?

-más Bolt….-gimió ella cachonda-muévelos mas o me volveré loca. ¡Mueve más tus dedos!

Se refería a la mano izquierda de Bolt. Esa que frotaba su vagina con intensidad media. Ella no podía pensar en algo más allá, de esa mano. De esos dedos que tenían la misión de mantenerla encendida.

-primero hablemos de tus celos….-decía el rubio entretenido con esa confesión interesante- ¿de que estabas celosa Sakura? ¿Tenías celos de Sarada-chan?

-no le digas así… -pensaba la mujer perdida en sus deseos.- No uses el chan en su nombre.

Le recordaba sus terribles decisiones. Ese “chan”, era la forma del cariño que debió aceptar en Naruto. Le recordaba que estaba casada con un hombre, cuyo escaso interés sexual la había terminado lanzando a los brazos de otro sujeto. Sakura sabía que tenía su parte de culpa por ceder así. Pero lo aceptaba. Así como entre caricias fogosas y apetitos no saciados, comenzaba a aceptar que le había molestado muchísimo el asunto de la copa. Ver la amabilidad que Bolt tenía, cuando estaba con Sarada. Lo feliz que su hija era. ¡Y ella arruinándolo todo! ¡Captando el placer que debía ser para su hija! ¡Tomando los deseos que tenían que ser para Sarada!

Y por otra parte… su lado oscuro no paraba de gritar…

¡¿Por qué debían ser para Sarada solamente?! ¡¿Acaso ella no tenía igual derecho a sentirse amada?! ¡¡ ¿NO TENIA DERECHO A SER COMPLACIDA?!!

Bolt era para Sarada, lo que Naruto supo ser para ella. Sakura no podía evitar pensar, que de alguna forma estaba tomando parte de una segunda oportunidad. Y tenía celos, celos de su hija que desde el comienzo había acertado completamente. Que había elegido al hombre que la haría feliz. Sin dudas, sin terceros. Sin dejarse llevar por idiotas que eran serios, fríos y hasta en apariencia mejores Shinobi que Bolt. ¿Qué importaba eso?

-SIIIII ESTABA CELOSA…..AAAH…..AHH…. –estalló cediendo.

-¿Celosa por mí? –insistía Bolt manoseándola más duro por ambos orificios.

-SI LO ESTABAAAA... AAH... AHH…-chillaba perdida la rosa- NO ERA JUSTO QUE NO ME MIRARAS…NO ERA JUSTO QUE LA ABRAZARAS….NO ERA JUSTO QUE LE SIRVIERAS SU COPAAA.

Bolt estaba bastante confundido por esa confesión. Pero también fascinado. Mientras seguía razonando las palabras atormentadas de Sakura, aceleró el ritmo de sus dos manos y finalmente provocó en ella el orgasmo tan macerado. Sakura se corrió gritando ahogadamente, mientras su vagina expulsaba jugos de amor abundantes. Ella hundió el rostro en el colchón, mientras su cuerpo se convertía en gelatina, desmoronándose largo a largo en la cama. Bolt cambió de posición, moviéndose para sentarse de lado junto a ella. Y su mano no detuvo su accionar en el trasero de la mujer. El dedo índice siguió entrando y saliendo, aunque por la explosión anterior ella apenas lo vislumbrara.

-interesante….-dijo el rubio ya bastante excitado- tenemos al parecer, una mujer que quiere robarle el novio a su hija. –Metió un segundo dedo en ella, haciéndola gemir fuerte- no pareces tener límites…Uchiha-san.

“no” quiso decir Sakura, “no quiero robarle el novio a Sarada”. Pero entre su mente obnubilada y su boca llena de lamentos se perdían las palabras. No podía articular nada, su culo se estaba aflojando y lo forzado comenzaba a ser rítmico. Antes sentía una invasión seca, pero ahora había una sensación de humedad combinada a estar siendo “raspada” por dentro. Bolt utilizó algunos flujos de la vagina, para llevarlos al culo y así conseguir lubricidad.

-supongo que solo esto nos queda….-le confesó Bolt, mientras ella no podía ni moverse boca abajo- tendré que partirte en dos, para que al fin tengas algo de respeto.

-eso no….-balbuceó ella agobiada- todo menos eso.

-así no se hace una petición Uchiha-san…-sonrió Bolt y ella por fin pudo girar el cuello y mirarlo de reojo entre sus cabellos rosados- parece que solo tú quieres divertirte, eso no es amable.

Ella recuperó algo de fuerzas, y sentándose en la cama, condujo a Bolt para que se recostara boca arriba en ella. Luego, tirada junto a él, le bajó el short negro tomando ese enorme pene para llevárselo a la boca con lujuria. Tenía esa expresión de niña violada que a Bolt volvía loco. Pero mamaba con decisión, sin que por ello hubiese evitado que los dedos del joven siguieran hurgando en su agujero prohibido. Ahora el acostado, y ella sobre su pecho bajando la cabeza con ritmo para masturbarlo. Una gran mamada, la cual a pesar de tener dos dedos en su culo, hacía con gran pericia.

-No Bolt….-se detuvo a mirarlo un instante- deja de tocarme ahí.

-Shhhh….-le hizo callar él, conduciéndola de los cabellos a continuar la felación- tu ocúpate de ponerme a punto. Te va a encantar….eso tenlo por seguro.

Sakura dejó escapar algunas lágrimas de impotencia. Seguía con ese pedazo enorme entre sus labios, que cada vez estaba más duro y rico. Antes, nunca hubiera pensado en hacerle eso ni siquiera a Sasuke. Ahora, poco a poco no le había importado. Ese niño le estaba enseñando placeres hasta el momento prohibidos en la mente de la mujer. Él tenía el control, y eso por sobre todo la ponía muy cachonda. De seguir así, iba a desvirgarle el ano y ella se volvería loca. El problema no era que no iba a gustarle según Sakura. El gran problema era que seguramente le encantaría. Lo cual convertiría su cuerpo, en propiedad de Boruto Uzumaki. ¿Cómo poner un límite luego de eso?

-nunca he podido pensar que fueras mujer celosa….-se divertía el joven- me chupas con desesperación. ¿Tienes miedo de que deje de follarte? ¿Tienes miedo de volver a no saber que es el sexo durante toda una noche?

Si lo tenía. Desde que su marido regresó hace días, Sakura había acumulado calor como una hoguera. La imposibilidad de obtener alguna visita de Boruto estaba pasándole factura. Sasuke solo había consentido una noche estar con ella. Fue un placer transitorio que ni siquiera le permitió sentirse mujer. Es que Sasuke, poco le importaba algo más que su propia satisfacción. Y Sakura se había mal acostumbrado a horas y horas de intenso sexo con un Uzumaki de sangre joven. Brusco por momentos, pero nada dispuesto a gozar solo. Lo cierto era que, Bolt jamás la había dejado insatisfecha. Siempre se había asegurado de abdicarle tremendos orgasmos. ¿Cómo resignarse a vivir la vida sin ese placer? Aun midiendo el riesgo en escalas kilométricas.

-humm….-gimió el joven pero se mantuvo serio- creo que será lo mejor… –ella seguía chupándolo con fuerza- ya que no me has pedido las cosas con respeto. Imagino que lo mejor será dejarlo para siempre.

Sakura elevó la cabeza aturdida. Lo miró a los ojos, mientras sus manos rodeaban ese gran miembro rígido. Lo miró, con un terror animal en la vista. Como si Boruto hubiera decretado su muerte en lugar de lo esgrimido. El joven se mantuvo serio, pero por dentro sonreía notando que había causado el efecto deseado. Ella necesitaba de esto. No era una mera descarga por venganza al marido indiferente. En pocas semanas, se había vuelto dependiente del placer obtenido.

-¿Qu….qué? –susurró ella aturdida.

-no lo sé Uchiha-san…-apuntó el rubio serio- no pareces muy agradecida por mis caricias. Es como si estuvieras aquí en mi cuarto por obligación. ¿Para qué continuar con esto?

-pero si no lo hacemos….-se defendió ella con nervios- tu padre y yo…

-Y yo puedo presentar el video que aun guardo… –Añadió el joven como conversación catedrática- siempre me has dado la impresión, que supone un enorme sacrificio para ti estar conmigo. Te quitaré ese peso de una vez. No te metes con el Hokage, y nunca se sabrá nada del video. Palabra de honor.

¿Y ahora? ¿Acaso podría detenerse aunque el la dejara irse? ¿Cómo explicarle que necesitaba el placer? ¿Cómo hacerlo sin tirar por la borda los últimos resquicios de autorespeto? El joven no se movía de su postura rígida, aunque su miembro estuviera tan firme que probablemente le dolía. Sakura lo tenía entre sus manos, los dedos que tanto le habían calentado el culo ahora se habían detenido. Ella estaba recostada casi sobre él, esperando que algo suceda para que Boruto reconsidere la locura de detenerse.

-no podemos parar….-dijo ella finalmente, entrecortada- no ahora.

-es ahora o nunca…-definió el- será lo uno o lo otro. No necesito una esposa Uchiha-san. Ya tengo a Sarada-chan, que tendrá ese lugar en mi vida. Aunque sexualmente ella no este activa por el momento. Tengo la paciencia para esperarla hasta que se sienta lista para dar el paso.

Kami, esto era el infierno. Sakura veía toda la vida pasarle por delante de los ojos. Se veía a sí misma, cuando su hija viniera a contarle la experiencia de su primera vez con su novio. Cuando se comprometieran, cuando se casaran. Sakura veía a su hija sonreí satisfecha por el abundante sexo. La veía embarazada muchas veces y llena de hijos sanos. Una familia enorme, una mujer feliz. ¿Y qué sería de ella? ¿Espiaría a su hija con el marido, mientras hicieran el amor en el cuarto de al lado? ¿Se masturbaría escuchando los gritos de Sarada? ¿Desearía por siempre estar en lugar de su hija? ¡Eso no podía suceder! ¡Era una locura! Finalmente, sintiéndose una basura humana, dijo lo que debía decir en el momento:

-no quiero que esto termine…-bajo la vista dolida- ha…..haré….lo que quieras….

-¿Perdón? –Dijo él, neutro- ¿Me repite la respuesta?

-Yo…dije….-se sentía tan horrible, tan humillada- yo…haré…lo que quieras. Ahora…y siempre.

-Lo que yo quiera…-indicó Bolt y esas palabras le sabían a gloria- entonces, creo que nuestra relación no puede continuar igual. Sarada-chan es mi novia. Y pretendo que sea mi esposa algún día. Por lo que no necesito otra esposa. Y tampoco me apetece ir de putas por ahí.

Sakura sentía que su corazón fallecía. Sentía que iba a morir cuando las imágenes se multiplicaban en su mente. ¿Estaría condenada a ver la felicidad de su hija desde lejos? ¿A saber cuánto placer ella obtenía, sin poder alcanzarlo?

-Pero…-añadió Boruto con cuidado- también comprendo que ella sería muy feliz, si viera contenta a su madre. Así que…Podrias ser mi amante. ¿Qué dices a eso Sakura? ¿Quieres ser mi amante por siempre?

Y la respuesta esperada llegó. No era como que la mujer tuviera mucha opción. El la había doblegado con paciencia en las últimas semanas. Exponiendo sus debilidades, fustigando sobre su vida, debilitando su mente y derribando barreras de moral. Sakura Uchiha sería su amante. Ya no había mas camino que ese. Los celos enfermos, la habían arrastrado finalmente a esa situación. Nunca debió ir a ese cuarto, y paradójicamente, jamás hubo posibilidad de que no fuera. Sakura se apartó del chico, poniéndose en posición de perro le expuso su retaguardia con servilismo. Ya no podía escapar:

-Bolt-kun…-susurró totalmente avergonzada mientras exponía su ano a la invasión- soy tuya. Tómame por favor…

Y era suya. Mientras el joven se arrodillaba tras ella, y la penetraba lentamente por el culo. De ahora en más Sakura le pertenecería. Mientras ella gritaba presa de un dolor intenso, que se mesclaba con placer. Se podrían decir muchas cosas de ahora en más. Por ejemplo…

Que Sasuke Uchiha se fuera al cuerno con su frigidez…

Que su padre el Hokage se aguantara las ganas de tener a Sakura por siempre…

Que Sarada-chan nunca lo averigüe, o ambos se condenarían…

Ya nada entre ellos se podía interponer. Sakura y sus celos enfermos, ahora le pertenecían.

Por siempre…


Fin del capítulo.
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Mensaje por enriqueminato Vie Abr 03, 2015 2:44 pm

me encanto ahora sakura es la amante de bolt y bueno ella misma lo dijo q solo seria de bolt jajaja me encanto mucho espero con ansias el proximo capitulo
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Mensaje por MiKa16-LA Dom Abr 05, 2015 12:05 pm

Diosssss!!Alto capitulo!!!!!...Te pasassss!!!!!...okno,de eso se trata,jaja...Pobre Sakura,la tiene muy dificil,todo por querer placer en su vida,y eso le pasa por escoger a Uchiha,y bueno.Alguien podra aliviar esta situacion???...y de ahora en adelante ...que pasaraaa???...Pues eso lo veremos en el proximo capitulo!!!.

Saludos y cuidate!!!
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TIERRA DE TRAIDORES (+18)(T) EPILOGO  28/04/17 Empty Re: TIERRA DE TRAIDORES (+18)(T) EPILOGO 28/04/17

Mensaje por enriqueminato Sáb Abr 11, 2015 2:47 am

no tengo palabra lo e leido mucho y wuaaa un romance bondage y big breast tiene de ambas te felicito amigo veo q tienes talento en esto amigo.. ahora sakura le pertenece a bolt ya quiero ver q pasara ahora
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TIERRA DE TRAIDORES (+18)(T) EPILOGO  28/04/17 Empty Re: TIERRA DE TRAIDORES (+18)(T) EPILOGO 28/04/17

Mensaje por BlancaPHNS Dom Abr 12, 2015 3:39 am

¡Wow! O.O....solo tengo 15....pero será mi secreto leer estas.....¿lecturas? xD,en fin,soy madura,tanto que si no veo el nuevo cap de mi anime favorito los viernes lloro u.u....ok no :v

Podemos ver a una Sakura muriéndose por placer,a un Sasuke frío (lo cual no es nuevo) y que solo piensa en satisfacción propia,a una Ino igual de chismosa,y a un Sai que acepta lo que Bolt le hace a Sakura....en conclusión....¡me voy a volver loca!

Wow....la pobre Haruno si que está desesperada xDD,¿Las malas decisiones la hacen querer cosas imposibles de alcanzar?,es muy egoísta tener celos de su hija,su mala decisión la hizo estar en la cama de Bolt,nadie,en su sano juicio,aceptaría tener de esposo a alguien quién te intentó matar varias veces,y con un complejo de vengador frívolo emo :v....así que,Sakurita,deja las pendejadas u.u

Me molesta que Sakura tenga ese tipo de pensamientos sobre su hija,querida,no es culpa suya que ella si haya sido inteligente para escojer a un novio

Ahora vemos a una Sakura,siendo amante del Uzumaki menor,pero esto no puede durar para siempre....es decir,son madre e hija por dios,si de verdad irán con esas,entonces tendrán que ser lo más cuidadosos que un ser humano lo haya podido ser hasta ahora,por que lo que se les viene encima no es para nada bueno....vaya,al parecer Bolt es un importante miembro de raíz,me pregunto quienes serán esos ninjas de los cuales se tiene que encargar

Cada cap es impresionante Armin-sempai,pero a la vez que son impresionantes,se nota que eres un gran pervert xDD,ero-senin estaría orgushoso de ti T-T

Sin más nada que decir,solo que esperaré la conti ansiosisisisisisimaaaaaaaaaaaa,me despido,saludos,besos y abrazos,byyyeeeee^^
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TIERRA DE TRAIDORES (+18)(T) EPILOGO  28/04/17 Empty Re: TIERRA DE TRAIDORES (+18)(T) EPILOGO 28/04/17

Mensaje por arminius Dom Abr 12, 2015 8:17 am

gracias por sus comentarios. la historia ira oscureciendo poco a poco. en esta historia, la politica y las traiciones son bastante comunes. ya veran hasta donde esta metido bolt con estos asuntos.

en cuanto a sakura y sus pensamientos. todos sin excepcion tenemos pensamientos incorrectos en algun momento de la nuestras vidas. ustedes tienen la posibilidad de saber lo que cada uno piensa en esta historia. pero existe mucho en cada persona. sakura tendra que enfrentar cosas feas en un futuro. ¿vale arriesgar al estar con bolt y perder lo que tiene? una respuesta que se vera en algunos capitulos.


CAPITULO 4: “NUESTRA FAMILIA”


-Santo Kami-sama….-dijo uno de los jóvenes del grupo- acoge mi alma que voy hacia el cielo...


Bolt estaba almorzando con algunos compañeros de su generación en Ichiraku. Uno de ellos, soltó esta frase con un exagerado gesto de derrumbe. Todos al momento, con más o menos disimulo, voltearon a la calle para ver pasar a dos mujeres de infarto. Ino Yamanaka y Sakura Uchiha cruzaban por esa calle dejando un sinfín de pensamientos calientes en los hombre a su alrededor. Ambas eran un sueño. La señora Yamanaka tenía una figura envidiable, y siempre iba vestida para matar. En cuanto a Sakura Uchiha, aun ocultando su cuerpo con esa bata del hospital, tenía una falda que dejaba al descubierto una linda escena de sus piernas. Además de contar con un trasero imposible de disimular aun por la ropa.

Los muchachos rieron. Siempre le molestaban a Bolt con el asunto de su suegra. Siempre hablando obscenamente sobre comprobar si era pelirosa natural. Siempre deseándola, y solo eso nada más. Pero Bolt, si bien fingía estar en calma e ignorar la situación, no podía dejar de sentir satisfacción al recordar que efectivamente, el conocía cuan “natural” era el rosa en su suegra. Había tenido buenas pruebas de ello.

-Oye Bolt….-le dijo alguno de sus amigos- confiésame algo. Digamos por un momento… que ese mujeron que es madre de tu novia, esta ebria en alguna fiesta y necesita buen sexo. –Todos le miraban expectante- digamos…que ve algo en ti, ¡no sé qué pueda ser, pero en fin! –Todos rieron, incluso Bolt se sonrió- dinos la verdad…. ¿no te la tirarías? ¿O serás tan idiota como para mantenerte honorable?

Bolt colocó su mano bajo el mentón para fingirse pensativo. “¿No te la tirarías?” Ya lo hacía y en abundantes ocasiones. ¿Valía la pena el riesgo con respecto a su relación con Sarada? Valía hasta luchar a muerte con el marido. ¿Pero que debía decirle a sus amigos para que no lo molestaran más, ni sospecharan nada raro?

-En teoría…-dijo sonriendo- sé que ella es una mujer muy sexi. –todos sonrieron, aunque no sabían que respuesta daría- pero aunque yo lo deseara….admitámoslo…a ninguno de nosotros, alguien como ella les daría esa oportunidad. Además….yo no buscaría problemas con el padre de Sarada-chan. Es poco inteligente.


De pronto se pusieron serios. Tal vez cuando recordaron las cosas que se decían de su marido. El tal Sasuke Uchiha era un monstruo. Solo el Hokage podría detenerlo en teoría. Y aun así seria parejo. ¿Meterse con la esposa de ese animal? No era prudente. Ni aun con la expectativa de echar el polvo de sus vidas. Los jóvenes por supuesto solo especulaban. Solo eran sueños de muchachos candentes. En realidad pensaban como Bolt. Una mujer tan hermosa y deseable como Sakura Uchiha, jamás daría cabida a un niño cualquiera. ¡Era una locura pensar en ello!

-que aguafiestas eres Bolt…-soltó uno de sus amigos entre risas- ya hiciste que el almuerzo me caiga mal.

Todos rieron fuerte. Incluso Bolt, que justamente estaba pensando que su secreto estaba más a salvo que nunca. Si sus amigos no habían notado ningún cambio en forma de referirse a Sakura. Indudablemente todos estaban ignorantes de los amoríos que tenía con esa mujer.

Su amante privada…


*********************************************


-Hokage-sama….- inició con solemnidad la líder Hyuuga- me satisface que haya aceptado reunirnos en su oficina.

Naruto hizo todo lo posible por ocultar su molestia. Hanabi Hyuuga se había vuelto bastante irritante y soberbia desde que su padre la puso a la cabeza del clan. Años anteriores, le había parecido una muchacha dulce que quería mucho a su hermana mayor. Pero toda relación se cortó de cuajo, cuando Hinata y Naruto se casaron. Lord Hiashi quiso conseguir que Naruto adoptara el apellido de su familia. Pero el rubio, con su fama bien ganada y su poder e influencia, se negó a abandonar el apellido de su madre.

Después de aquello, Hinata y sus hijos pasaron a ser parias para los Hyuuga. Solo hubo una limitada relación cuando por ley, la esposa de Naruto fue sellada durante su embarazo para que sus hijos no desarrollaran el Byakugan. Consecuencia, ambos niños Uzumaki, tenían ojos azules como el padre. Y no la herencia del ojo blanco, que podría haberlos hecho más poderosos por naturaleza.

A Naruto poco le importaba esto. Su esposa visitaba a los Hyuuga, y lo hacía en calidad de civil. Cuando niña, llevaba a Himawari con ella, pero no hubo nunca muestra alguna de acercamiento. Eran “Uzumaki”, y lo serian siempre. Que los Hyuuga les hubieran anulado el Byakugan, formaba una barrera invisible entre ambas familias.

Todo pudo seguir por esos caminos para siempre. Incluso la relación entre ambas familias mejoró un poco con las visitas de Hanabi a su hermana en casa del Hokage. Aunque últimamente, la líder del clan Hyuuga comenzó a desarrollar un desagradable interés por Bolt. Un interés que parecía derivar en negociaciones de clanes.

-Como sin dudas estas observando…-respondió Naruto sentado tras su escritorio- estoy ocupado. Entiendo que como líder del clan Hyuuga has pedido esta reunión. Así que adelante….dime lo que vienes a decirme Hyuuga-san.

No eran conversaciones amables. A Naruto no le había agradado que Hanabi mostrara interés por la evolución de Boruto. Básicamente, porque cuando era niño lo ignoraba olímpicamente. ¿Y ahora que ya era un buen Chunnin, tenía interés “familiar” por él? por donde se viera, estaba mal ese asunto.

-quisiera tener una relación más fluida con mi sobrino Bolt. –Añadió sonriendo fríamente la mujer- entiendo…que Hokage-sama impide mi asistencia a su residencia. ¿Puedo preguntar porque razón?

Ambos sabían la razón. Pero diplomáticamente debían aclarar las cosas cara a cara. Y Naruto nunca había sabido sostener diplomáticamente una mentira. Podía esgrimir algunas excusas débiles. Pero ambos sabían en donde terminaba todo.

-nadie ha impedido que ingreses a mi casa. –Añadió Naruto- Mi esposa tiene un vínculo íntimo con su hermana menor, y lo respeto.

-pero no lo aprueba.

-no me agrada el repentino interés en mi hijo. –Indicó llanamente el Hokage- es como si hubieran notado su existencia justo ahora, que es un buen proyecto de Shinobi.

-Él ya es… un buen Shinobi, -acotó Hanabi sentándose cómodamente en un sillón para invitados- como su tía, me ha generado interés las posibilidades que se abren en su futuro. Como bien Hokage-sama conoce, solo los mejores deben heredar las responsabilidades de nuestra familia.

-Boruto es mi hijo…-definió Naruto algo cabreado- no existe… “nuestra familia”. Hinata hace años que no pertenece al clan Hyuuga, y fue tu padre quien lo ha decretado así. Mi hijo tuvo que hacer su camino solo. Ni Boruto, ni Himawari, recibieron o necesitaron nada de ustedes.

-en su momento, yo no era líder del clan Hyuuga. –Continuó Hanabi imperturbable- si bien es cierto que Bolt no porta mi apellido, esa situación puede cambiar. Y sería lo más sensato para todos.

Ese era el punto clave. Naruto había recibido información de Hinata sobre ello. El interés de Hanabi en su sobrino era malicioso. En realidad lo quería para casarlo con alguna mujer del clan Hyuuga. Lo quería porque lo veía fuerte. Porque como bien dijo, era un Shinobi interesante. Boruto Uzumaki, podía dejar su apellido de lado tranquilamente. Y eso no agradaba a Naruto. ¿Pero que podía hacer para evitarlo? Naruto era consiente que la relación con su hijo era decididamente mala. Por culpas propias y ajenas, nunca logró un vínculo fuerte con su hijo mayor. ¿Podía acaso Bolt dejar la familia, para irse con los Hyuuga?

-No creo que un montón de parientes estirados sea lo que Boruto quiera en su vida. –atacó Naruto, no sin faltarle verdad- mi hijo es un muchacho de buen corazón, pero no le agradan las personas que quieren controlarlo como un títere. Seguramente Hyuuga-san lo habrá notado.


“Punto para Naruto”, se dijo el rubio, emitiendo una sonrisa de liviandad. La seriedad de la mujer le había hecho pensar que recibió el tiro por elevación, directo y muy duro. Pero Hanabi no estaba preocupada por lo que pudiera chillar el Hokage o su hijo. Bolt era un jovencito que aún no tenía la experiencia necesaria para resistir una negociación entre clanes. Hanabi estaba segura, que podría convencerlo de formar parte del clan Hyuuga. Si acaso era tonto como el padre, o débil de moral como la madre, la líder Hyuuga tarde o temprano lo sumaría a su clan. Bolt era muy interesante. Mucho más de lo que el Hokage tenía idea.

-creo que lo entiendo perfectamente. –sonrió luego de pensarlo un momento. Naruto la miraba sorprendido- por algunos momentos creí que debía negociar con el cabeza de clan. Pero veo que Hokage-sama no impondrá su voluntad sobre el hijo. Así que….-se puso de pie haciendo una reverencia- negociaré los detalles de su traspaso, directamente con mi sobrino. Buenas tardes…

Antes que Naruto dijera nada. Esa mujer se había ido seguida por los dos familiares que esperaron afuera. Lo dejo frio. Había obtenido una especie de autorización para convencer a Boruto mano a mano. Ella no se iba a rendir, y Naruto sentía que no tenía poder para negarle nada. ¿Qué pasaría si su hijo realmente aceptaba lo que esa mujer proponía? ¿Qué oferta iba a hacerle de cualquier manera? ¿Por qué el interés por Bolt, si no tenía el Byakugan? ¿Acaso lo quería para tener descendencia fuerte? ¿Quería convertirlo en un semental para el clan Hyuuga?

Naruto estrelló el puño contra su escritorio, partiéndolo a la mitad. Para cuando los ANBU en la puerta y Shizune ingresaron a ver el problema. Lo encontraron parado y mirando por los ventanales pensativo. Se dispusieron a reemplazar el mueble, sin decirle nada. Shizune ya estaba acostumbrada de su maestra la Godaime. Tenía media docena de muebles esperando en el depósito de la torre Hokage.

Sin embargo, era la primera vez que usaba uno nuevo con Naruto. Algo lo había irritado de sobremanera. Algo que nadie podía calcular a simple vista.


************************************************


-Felicidades frentona….-se reía Ino mientras ambas fueron al hospital- tienes la atención especial, de todo el plantel masculino de Konoha.

Sakura la miró con gesto de extrañeza. ¿De qué estaba hablando exactamente? ella no había visto, ni oído nada en ningún lugar.

-Hace rato, cuando pasamos por Ichiraku- prosiguió la rubia- un grupo de jóvenes se estaban cuestionando si eres pelirosa natural. –Señaló perversa- y lo mucho que deseaban descubrirlo personalmente.

-no hablas en serio…-negó algo molesta la rosa- no escuché nada.

-he realizado algún jutsu para revisar sus pensamientos más livianos. –Indicó Ino- me pareció que hablaban de nosotras cuando voltearon a la calle.

-más bien dirás….-contradijo Sakura- que querías averiguar si hablaban de ti. ¿Cierto, cerda?

-¡para nada! –Agitando su mano de un lado para el otro, nerviosa- solo fue simple casualidad.

-no tienes remedio cerda…-se divertía la pelirosa- aun casada y teniendo familia, sigues deseando que todos te miren. Por eso te vistes de esa forma.


Ciertamente era más recatada que cuando soltera. Pero no demasiado. Sakura incluso podía recordar que hace meses, por razones similares, ella se vestía un poco más provocativa. Le había gustado que Naruto la mirara. Talvez porque se sentía insegura de sus encantos. Después de todo, su propio marido se la pasaba meses enteros sin tocarla. Pero ahora mismo, no necesitaba confirmar su atractivo. Su relación clandestina con Bolt, le hacía sentir todo lo sexi que requería. Ahora ser recatada, era la mejor forma de pasar desapercibida.

Mientras seguía hablando con su mejor amiga. Sakura reflexionaba cuanto había cambiado su vida en los últimos tiempos. Meses atrás se encerraba en su baño a llorar y masturbarse encerrada en una espiral de insatisfacción. Nerviosa y molesta en la vida diaria. Esperando al marido que nunca regresaba. Deseando al amigo casado con otra mujer. Provocándolo, aun cuando era padre de familia. Una horrible mala relación con el novio de su única hija. Una situación que siempre la mantenía incomoda.

Y ahora, trascurridos casi tres meses desde aquella primera noche de locura. Estaba en la cúspide de su sexualidad. Voraz y apasionada en la cama. Relajada en su trabajo. Retirada lo suficiente del contacto con Naruto; a quien sabía le hacía mal esos coqueteos. Feliz, porque ahora no tenía discusiones ni malos tragos en sus reuniones con los Uzumaki. Y ahora era una amante para Bolt….el inicio de su felicidad, y el comienzo de sus problemas.

Ino hablaba y hablaba. De chismes seguramente. Sakura no podía enfocar en sus palabras porque estaba recordando lo sucedido el fin de semana en cuestión, en casa de Naruto. ¿Cómo se atrevió a ir al cuarto de Bolt? ¿Cómo se animó a dejar la cama de su esposo, aun a riesgo que la descubriera? Evocaba esas horas de fuego. Ese muchacho la había dominado completamente. La sometió de una manera tan increíble, que ella ya no opuso ninguna pega. Ahora, había aceptado que serían amantes. Desde ese domingo a la madrugada, se volvieron a ver el miércoles siguiente. Sasuke ya se había ido el martes, y Sarada tuvo misión que la retuvo fuera de la aldea hasta el día de hoy. Estaban en viernes, a punto de cumplir una semana desde que Sakura aceptó ser amante del novio de su hija.

Una locura, una perversión total.

-frentona….¡¡Sakura!! –le llamó Ino sorprendida por lo dispersa que su amiga estaba.

Ambas estaban en una oficina del hospital. Rellenando documentos. Ino había hablado casi una hora, antes de notar que ni siquiera estaba siendo escuchada. Luego hizo un gesto de diversión. Para ir directo a indagar por los motivos de distracción en su amiga.

-seguro estás pensando en el sábado a la noche ¿cierto?

-¿Qué dices? –Preguntó alarmada Sakura- ¡No te atrevas a usar tus jutsu conmigo!

-Ja ja ja….-comenzó a reír la rubia- no necesito leer tu mente para saberlo todo de ti. Recuerda que mi marido y yo, fuimos también el domingo al medio día para almorzar con todos ustedes. Te veías…increíblemente satisfecha. Y el día anterior, estabas distraída y gruñona. Lógica lógica…

Si, Ino Yamanaka tenía razón. Era cierto que las cantidades incontrolables de sexo habían cambiado 180 grados su ánimo. Pero la rubia no tenía forma de saber, que no era precisamente Sasuke Uchiha, quien había puesto lo que había que poner para ello.

-siempre me lo he preguntado amiga….-dijo Ino en complicidad- ¿Qué tal es Sasuke-kun en la cama?

-ni creas que voy a andar contando mis intimidades con la chismosa más grande del país. –retrucó la rosa.

-ah… ¡no seas cruel! –Le picó la rubia- yo puedo contarte cosas mías. Y tú me cuentas las tuyas. Ya sabes…comparar, hacer experiencia. ¡Tengo una genial idea! Esta noche, tu y yo….cenaremos solitas y vamos a beber como si el mundo terminara mañana.

En realidad quería soltarle la lengua. Ambas lo sabían. Pero Sakura estaba sola en casa. Sarada seguramente iría a dormir temprano luego de volver de su misión. Y en cuanto a Sai, tampoco se encontraba esa noche en Konoha. Hace años que no tenían una “noche de mujeres”. Tal vez con lo resentida y nerviosa que Sakura supo estar, jamás hubiera dicho que sí. Pero actualmente…

-acepto…cerdita…-sonrió la rosa- llevaré el licor y tu prepara la cena. Quiero comer rico, rico. ¿Nada de improvisarme un platillo eh?


****************************************


Hinata Uzumaki pudo notar esa noche, cuan mala era la relación entre tres de las personas más cercanas a su corazón. Estaban cenando, la familia reunida. Boruto e Himawari siempre charlaban amistosamente contándose cosas de su jornada. Naruto no solía hablar mucho con ellos, pero últimamente lo estaba intentando más. La hija, de carácter amable y dócil, accedía a incluir al Hokage en las historias de sus pormenores diarios. Pero Boruto claramente era lo opuesto. Se cerraba totalmente a la conversación en cuanto su padre quería participar. Era una situación que se repetía, con escasos momentos de tregua desde los 13 años del niño. Ahora, con 17 años, Bolt era un joven que guardaba poco respeto por investiduras o ascendencias. Su trato protocolar, no era más que una muestra clara de desprecio. Solo tenía familiaridad con tres mujeres. Su madre, su hermana, y su novia, según Hinata. Solo Hima y Sarada, conocían la dulzura de Bolt en la intimidad. Y Hinata, conocía su secreto más grande como Shinobi. Cierta ocasión, Hinata quiso explorar las razones de su hijo para mantener a ella, y sobre todo a su padre, en un segundo plano afectivo. La mujer lo recordaba bien, fue una tarde cuando su hijo mayor cumplió 15 años:

Flash back:

La madre estaba en la cocina, dando los últimos toques al pastel para el festejo en la noche. Bolt no había abandonado la casa Uzumaki en todo el día, disfrutando de su cumpleaños con un merecido descanso del trabajo o entrenamiento. Hablaba con su madre, mientras bebía un té verde y miraba por la ventana de la cocina hacia el traspatio.

Naruto como casi siempre, en la oficina trabajando. Himawari había vuelto tardísimo de misión, y todavía dormía en su habitación. Hinata, como buena madre, intentaba mantener la paz y la unión en su familia. Y para ello, intento apelar al buen día de su hijo, para unirlo al padre esa noche especial.

-quisiera preguntarte Bolt-kun…-le dijo siguiendo con los detalles del decorado en el pastel- ¿Podrias cambiar tu actitud esta noche?

-¿A que te refieres Ka-san? –preguntó con cierta inocencia el muchacho.

-tu padre…-añadió la mujer- últimamente ni siquiera te hablas con él. Naruto-kun se siente mal por eso. ¿Podrias hacer las paces de una vez? Me duelen tener cenas tan llenas de tristeza cuando estamos todos juntos.

-comprendo… –dijo el joven, logrando que su madre sonriera y lo mirara esperanzada- es importante que Hokage-sama se sienta cómodo siempre.

-hijo….-suspiró la mujer que no le gustaba el rumbo de la charla- sabes que no me refiero a…

-Ka-san…-le cortó el joven mirándola fijamente- tal vez le resulte chocante ver a tu hijo ignorar al padre. Pero el lord Hokage, obtiene de mí exactamente lo que me ha dado desde que tengo memoria. ¿Recuerda la última vez que me ha ayudado a entrenar? ¿Usted recuerda alguna ocasión donde fuera a verme a la academia? ¿Alguna técnica que me haya enseñado? Porque me está fallando la memoria.

Hinata no sabía que decir. Era cierto que Naruto rara vez tenía un día libre. Pero jamás se había puesto a pensar que nunca hizo siquiera tiempo para entrenar a su hijo. Era algo que tendría que comentarle en la intimidad. Tal vez era eso, lo que hacía al niño guardarle resentimiento.

-si está pensando en sugerirle al Hokage que finja interesarse en mí, -le interrumpió el hilo de pensamiento Bolt con indiferencia- le adelanto que pierde su tiempo. No entrenaría con él, ni aunque me lo suplicara de rodillas. A él no le interesa, y a mí tampoco.

-eso no es cierto Bolt-kun…-dijo dolida la mujer- tu padre te quiere. Se interesa por ti. Pero tiene otras funciones y no puede…

-estoy de acuerdo Ka-san…-sonrió fríamente el rubio- el Hokage… “no puede”…el Hokage “nunca puede” y por mi está bien. Ahora tengo a Konohamaru-sensei para entrenar. Además, he conocido ninjas muy poderosos que me ayudan a prepararme. Sarada-chan y yo, entrenamos seguido y juntos estamos bien. ¿Te preguntas porque razón no tengo conversación con Oto-sama? Porque nada de lo que diga él, o de lo que tenga para decir yo, es importante para el otro.

Hinata no continúo la discusión. Pero se prometió hablar con Naruto para indicarle en que punto de quiebre estaba la relación con su hijo. Además, ya hacía tiempo que incluso con ella Naruto no parecía tener intimidad. Hinata sufría por ello, porque sospechaba que Naruto podía estar interesado en otra mujer. Le dolía aquello, pero aunque se desgarrara por dentro, tampoco se sentía capaz de reclamarle nada a su esposo. Los Hyuuga, la habían educado así. La mujer no cuestionaba al hombre. Los hijos no cuestionaban al padre. Pero Boruto Uzumaki no era un Hyuuga. Y no lo seria jamás. En cierta forma, eso agradaba a Hinata.

Esa noche, en la fiesta intima del cumpleaños de Bolt. Hinata y sus hijos recibieron a Sarada. Cenaron delicioso cortesía de la madre, y comieron el pastel cerca de las 12 de la noche, cuando Hinata ya no pudo hacer nada más, para esperar a Naruto. Lo peor de todo, no era que el Hokage hubiera olvidado la cena por el cumpleaños de su hijo. Lo más chocante, fue que a Bolt no le sorprendió ni le importo, la ausencia de su padre.

Al día siguiente, fue la única vez que Hinata levantó la voz frente a Naruto. La única discusión fuerte que tuvieron. La única vez que le recriminó por su exceso en el trabajo. Que le hizo saber cuán lejos estaba de su hijo. Esa mañana, y durante los dos años siguientes, Hinata pasaba cada tanto un fin de semana entrenando con Bolt e Himawari. Había técnicas que la mujer podía enseñarles a sus hijos, y ni las rígidas leyes Hyuuga la detuvieron. Pronto, descubrió en su hijo una virtud que nadie había notado. Y agradeció con el tiempo, aquella noche de cumpleaños donde sus ojos se abrieron a la tirante situación.

Fin del flash back:

Pero ahora mismo. Tenía otro problema. Amaba con todo su corazón a su esposo Naruto. Con el cual ya estaba mucho mejor en las cuestiones intimas y sexuales. Amaba con toda su alma a su hijo Bolt. Que la quería, y cada tanto entrenaba con ella aunque no era totalmente abierto en sus sentimientos. Sentía una afinidad irrompible por su hermana Hanabi. La cual como hermana, tenía siempre una forma de llegarle a lo más profundo. No importando el tiempo o la edad. Y los tres, parecían enfrentados como enemigos acérrimos. La cena pareció normal, hasta que Naruto comenzó a despotricar contra los Hyuuga. Hinata e Himawari guardaron silencio. El Hokage hablaba de las leyes absurdas y antiguas de ese clan. De los problemas que tenía con Hanabi que se creía con derecho a imponerle todo. Del abuelo de los niños, que había expulsado a Hinata en su momento y ahora parecía que quería “acordarse” que tenía familia entre los Uzumaki. Las preguntas sobre tanto encono, le llevaron a revelar la visita de Hanabi a su oficina, con posterior anuncio de intentar cambiar a Boruto de clan.


-¿tienes idea de porque puede estar interesada en ti? – le preguntó a su hijo en medio de sus recriminaciones- porque hasta donde sé, los Hyuuga solo se interesan por el Byakugan. ¿A Santo de qué razón, te quieren poner una correa ahora Boruto? ¿Verdad?

Seguramente buscaba complicidad con su hijo. Que guardara los mismos reparos que él. En realidad, Naruto estaba molesto por los Hyuuga por haber tratado a sus hijos como apestados. ¿Y ahora les interesaban? Naruto no quería perder a su familia. Era así de simple. Si Bolt, o Himawari cambiaban de apellido, tendría a acatar órdenes y estas bajo las leyes de un de los clanes más restrictivos de Konoha. Y aun no se hablaba del sello del pájaro enjaulado. Porque era obvio que no serían parte de la rama principal sin tener un Byakugan.

-Onii-chan…-susurró la hermana junto a Bolt- Oto-san te está hablando.

Bolt se llevó un trozo de Onigiri a sus labios, y levantó recién la vista para mirar al resto de su familia. Era como si por primera vez hubiera notado que estaban allí. Mucho menos que le hablaban. Eso irritaba a Naruto, que cada vez estaba más convencido que su hijo no temblaría por dejar el apellido paterno. Un apellido que claramente despreciaba.

-los Hyuuga son uno de los clanes más poderosos de Konoha. –Aclaró neutro- nunca me ha parecido buena idea hablar pestes de alguien fuerte.

-¿Significa que quieres hablar con Hanabi Hyuuga? –Consultó el padre conteniendo la respiración- no creo que sea bueno que…

-no me interesa la opinión de nadie sobre este asunto. –Definió Bolt mirando a su padre como a un extraño- los Hyuuga son para mí, un clan más. Tengo amigos en los Yamanaka, en los Nara, incluso mi novia es Uchiha. Pero por el momento, me estoy dedicando a crecer como ninja. No entiendo a qué viene tanta irritación de tu parte. Deberías seguir dedicado a tus documentos que se te da muy bien.

Era cierto. Tenía 17 años y toda una vida por delante. Estaba de novio con Sarada Uchiha, lo cual no significaba compromiso o siquiera casamiento. ¿Qué podía ofrecerle Hanabi para convencerlo de atarse a los Hyuuga? Tanto Naruto como Hinata se preguntaban lo mismo. Sin embargo, la mujer entendía el interés de su hermana por Boruto. En términos simples, era su culpa que haya surgido tal interés. No debía hablar, no debió decir lo que había visto en su momento. Confió en su hermana, pero jamás pensó que terminarían todos enfrentados por ello. Hinata sufría, porque no quería que Bolt supiera que esto era su culpa. No quería perder a su hijo, no quería ver desprecio en los ojos azules de su Bolt. Eso la mataría sin dudas.

Luego de aquellas palabras, el ambiente se relajó bastante. Hinata guardó silencio, y Naruto pudo concluir por las palabras de su hijo que no accedería a cambiar de familia. Además, suponía un tipo de acercamiento a él. Si estaba tan preocupado por evolucionar como ninja, podrían tal vez entrenar juntos. Sería bueno para reformular el vínculo entre ellos.

-he estado trabajando demasiado…-admitió el Hokage en la hora del postre- pensaba que un fin de semana por medio. Podríamos ir al bosque para entrenar duramente. Les ayudaría a pulir técnicas y les serviría para mejorar su nivel. Después de todo….-se rascó la cabeza sonriendo- algo podrían aprender del Hokage ¿no? Ja ja ja.

Himawari sonrió contenta. A ella le encantaba estar con su padre, todo el tiempo que pudiera. El entrenamiento le importaba poco, solo estar con su padre seria felicidad pura para ella. Pero Bolt no reaccionó como hubieran esperado todo. Aun recordaban, como había suplicado desde muy niño por la atención de Naruto. Ahora, era totalmente impermeable a la posibilidad de obtener ese gran entrenamiento.

-¿Qué dices Bolt? –consultó Naruto entre sorprendido y tenso.

El joven rubio miraba con cierta incredulidad la situación. Lo único que tenía que hacer para desatar un caos, era aclararle a su padre que pensaba exactamente de ese repentino interés por entrenar a sus hijos. Pensaba, que el Hokage veía la posibilidad de perder su descendencia a manos de los Hyuuga, por no haber dado nada a sus hijos durante años. ¿Y ahora les ofrecía entrenarlos? Ya había pasado hace mucho tiempo, la época donde Bolt necesito del Hokage. Ahora mismo, tendría más dificultades que beneficios acceder a ese “entrenamiento”.

-no lo sé….-dijo el joven pausado- tal vez a Hima le pueda servir mucho más. Los fines de semana suelo verme con Sarada-chan. Cuando no tengo misiones y eso. Así que espero que ustedes se diviertan.

-Onii-chan…-dijo la niña dolida, ante los gestos contrariados de sus padres- no hagas esto. Onegai.

Boruto observó la pena de su hermana y algo le dolió por dentro. No le importaba contrariar a su padre. Después de todo, era poco lo que podía aprender de Naruto Uzumaki en general. Los clones de sombras los conocía ya, al igual que el Rasengan. Tenía afinidad con el fuego y el agua, diferente al padre que portaba viento. Incluso estaba especializado en otro tipo de combate. No era su arma principal el estilo Goken. (Puño de hierro) ¿Realmente de que le serviría ese entrenamiento? Además, tenía la posibilidad de visitar a Sakura Uchiha. ¿Había acaso algún entrenamiento, que valiera perderse la posibilidad de follarse a ese monumento de mujer? En pocas palabras concretas. Naruto y su entrenamiento podían irse a la mierda. Tranquila y mansamente. Sin embargo…

-tienes razón Nee-chan…-le sonrió a su hermana para mantenerla contenta- últimamente no estoy de buen humor. Pero nada tan grave, que un poco de sano entrenamiento no pueda solucionar. ¿Verdad?

Todos sonrieron. Todos creyeron que era el principio de la paz familiar. Un acercamiento, una reconciliación. Boruto podía ser un rebelde ante todos, pero con su hermana tenía una consideración especial.


*********************************************


Sarada y Bolt habían tenido una salida hermosa. Fueron al cine en la noche, luego a cenar, y finalmente daban un paseo por la iluminada aldea de la hoja. Ambos disfrutaban mucho de sus momentos juntos, eran amigos desde niños, pero en cierto punto de su relación cambiaron al noviazgo. Al principio, Sarada no estuvo nada cómoda con la situación nueva. Sus padres pusieron muchas pegas y lo complicaron todo. Pero Boruto, era ese tipo de persona que lograba inyectar seguridad a las personas de su entorno.

Poco a poco todo fue más normal, y ambas familias terminaron aceptando la relación.

Ambos eran jóvenes, no pensaban ni en comprometerse siquiera. Pero si habían tenido momentos muy “calientes”, donde los besos dejaron de ser inocentes y las caricias ansiosas del muchacho hicieron a Sarada estremecer. “Bolt-kun….todavía no” le había dicho una vez. Aun así, el en otras dos ocasiones intentó tener algo más de su novia, que besos fogosos. Ella siempre lo había detenido. Con suplicas cariñosas, porque Bolt era incapaz de hacerle daño. Finalmente, tuvieron una conversación difícil. Donde el mal genio de Sarada se hizo presente. Boruto sonrió y accedió a sus pedidos. No habría más avances de su parte, hasta que ella misma no lo consintiera.

En los últimos meses, ciertos momentos de incomodidades entre ellos habían desaparecido. Sarada ya no sentía la presión en los ojos de su novio. Ya no la miraba arrebatadoramente, respetaba la distancia aun en los besos. Seguía siendo cariñoso, amable y atento. Incluso los momentos donde estaba su madre, Sarada notaba que la relación había mejorado entre su Ka-san y su novio. Ya no había sonrisas forzadas, o miradas extrañas. Todas las nubes se estaban disipando.

-¿y tu padre todavía no regresa a Konoha? –Consultó Bolt con aire divertido- ¿es idiota o solamente indiferente?

-¡Bolt! –Sonrió ella dándole un pequeño coscorrón sonrojada- no hables así de mi Oto-sama.

-mejor que no vuelva para nosotros Sarada-chan…-sonrió divertido deteniendo su caminar y tomando de la cintura a la chica para besarla en los labios profundo- así puedo tenerte sola para mí. Humm- le dio otro beso y le acariciaba la espalda- sin que el neurótico de tu padre nos vigile.

Ella rodeó con sus brazos el cuello de su rubio sonriendo. Disfrutando no solo de los besos, sino de la privacidad de ese parque en la noche. Además, notaba con agrado que las manos de Boruto no tocaban zonas incomodas. El no parecía querer romper las reglas que ella había impuesto. Algo extraño, pero lindo de momento.

De pronto, tuvieron que interrumpir su paseo. Empezó a llover de un momento a otro, y aunque corrieron para regresar a la casa Uchiha cuanto antes, la lluvia se hizo poderosa y terminaron totalmente empapados. Ambos reían, nos les había parecido molesto, sino más bien divertido. Boruto decía que hasta el clima conspiraba para impedir sus planes de conquista. Ella reía, como no lo hacía casi nunca en su vida. Sarada era una chica seria y responsable, posiblemente lo que más le atraía de Bolt, era esa extraña capacidad que tenia de relajarla y hacerla reír. Junto a su novio, no se sentía fría ni aburrida, como sucedía en otros momentos de su día.

En la casa Uchiha, no encontraron las luces apagadas aun siendo tarde. Sakura les recibió en la puerta, y reía divertida de verlos mojados hasta la coronilla. Entre entregarles unas toallas, y servirles una bebida caliente, tomó casi media de charlas en el comedor a la espera que se detuviera la tormenta.

-parece que no quiere dejar de llover…-dijo Boruto en medio de la charla con ambas mujeres- no hay caso, esta noche será para pescar un resfriado seguramente.

-¡Por supuesto que no! –Sonrió Sarada animada- te puedes quedar esta noche aquí en casa. Después de todo, hay cuartos de sobra. ¿Cierto Ka-san?

-desde luego cariño… -apuntó la rosa sonriendo apenas.

Bolt miró disimuladamente a la pelirosa. Aunque encontraba gestos relajados, se podía notar en su mirada que la idea de que el joven permaneciera bajo su techo la tenía encantada. Seguramente estaba pensando, que cuando Sarada se fuera a dormir, podría hacer una visita similar a la acontecida en la casa Uzumaki. Mientras tanto, Boruto consideraba peligrosa la situación, pero tampoco estaba para andar negándose. Los besos y abrazos con su novia, le habían calentado la sangre. Tenía que encontrar como descargarse. ¿Y qué mejor que su….amante?

En tanto, Sakura reflexionaba que esa lluvia se había caído a las mil maravillas. Algunas noches atrás, había cenado con mejor amiga Ino, logrando entre comida y sake confesar algunos de los encuentros sexuales que había tenido con Boruto. Desde luego lo disfrazó todo, fingiendo ante Ino que era Sasuke el hombre en cuestión. Y luego tuvo que escuchar algunas de las perversiones que había hecho su amiga con el esposo. El pobre Sai, había caído en las garras de una mente malévola. Cada vez que su hijo Inojin se iba de viaje por misiones, Sai se trasformaba en una especie de “presa”, siendo Ino la cazadora en cuestión:

Flash back:

-es una lástima que Sasuke-kun no se preste a ser “dominado” –indicó la rubia- o tu Podrias ponerle una correa y disfrutarlo mucho.

Sakura ironizaba por dentro. ¿Sasuke ser dominado? La exacta actitud en el sexo con el Uchiha, era la de una mujer con su estatua privada. Era como tener un consolador de yeso. Sasuke no aportaba más que frustración. Y esto desde hacía años. En cambio Bolt….

-aunque….por lo que me has contado…-confesó Ino- alguna vez me gustaría….ser la “victima”.

Era atractivo. Pero más aún, lo había sido cuando efectivamente Sakura fue sometida. La pelirosa le avergonzaba confesarlo, pero su instinto sexual había despertado del letargo que había impuesto el matrimonio, y ahora solo deseaba encerrar o ser encerrada por Boruto Uzumaki en un cuarto, para explorar los límites de la pasión.

-imagino que mujeres como Hinata tienen más suerte. –prosiguió por efectos del licor Ino, como realizando una conferencia- Naruto parece ser el tipo de macho, que puede dejarte sin dormir toda una noche.

-Pero en cierto momentos….-acotó la pelirosa también desinhibida por el sake- le ha faltado decisión.

Era cierto, Boruto no era como su padre. No era capaz de dar todo sin exigir absolutamente nada a cambio. Él era generoso sí, pero a la hora de exigir sus deseos también era capaz de reclamarlos sin sonrojo. ¿Y acaso estaba mal? ¡Por supuesto que no! Sakura reflexionaba que tal vez eso mismo, fue lo que evitó que ella y Naruto fueran una pareja. Cuando era joven y Sasuke estaba en trámites de regresar a Konoha, tal vez Naruto la habría conquistado si hubiera tenido la decisión firme, de atender a sus deseos. Tal vez si…..tal vez no…… ahora era cuestión del pasado.

Fin del flash back

-tendrás que darte una ducha Bolt…-le interrumpió la charla Sakura- no te vas a ir a dormir sucio y mojado.

-tendré problemas con la ropa…-dijo el joven.

-tengo unas prendas tuyas, -le añadió Sakura- se han quedado de la otra vez que has venido con tus padres de fin de semana.

No era cierto. La ropa hacía pocos días que había quedado en la casa Uchiha. Desde el miércoles pasado, donde follaron como locos en varias partes de la casa y esa muda quedo sucia en manos de Sakura, para lavarla y devolverla en otra ocasión. Pero Sarada no tenía modo de saber. La historia era convincente y lo que en realidad estaba ocurriendo frente a sus ojos, era imposible de calcular.


*****************************************


Abrió el grifo suavemente, el agua tibia poco a poco fue tomando la temperatura adecuada. Estaba algo molesto, tenían varias heridas que aún no terminaban de sanar completamente. Golpes por allí, contusiones por allá. Nada demasiado grave que le impidiera el movimiento, pero escocia un poco cuando entraban en contacto con el agua.

Había tenido un duro entrenamiento con su padre. No fue nada amable la situación. Básicamente Bolt había sufrido varios golpes, producto de tener que luchar en un estilo que no le convenía contra el Hokage. La forma de combate Goken, propiciaba la fuerza física y velocidad extrema. Cuestión que no era conveniente realizar, contra el Shinobi más fuerte del mundo en ese estilo particular. Boruto podría haberlo combatido con técnicas de palma suave, pero no quería enseñar lo que sabía incluso frente a su padre. Prefirió pasar por muy inferior en el combate mano a mano, antes que revelar cartas que debía jugar en otra ocasión. Se limitó a usar ninjutsu de Katon, con los trucos aprendidos por Konohamaru-sensei al menos pudo justificar su rango de Chunnin. Sin embargo, el castigo no fue del todo perjudicial. Tiempo después había cumplido con una de las misiones que Raíz le había ordenado, y las heridas en su cuerpo por ese combate, se mesclaban con el entrenamiento de su padre. En resumen, coleccionaba heridas de dos situaciones distintas.

Mientras se jabonaba con dificultad, notaba que su cuerpo estaba muy bien trabajado y resistía perfectamente. Aun así, no quería destacar demasiado en ningún campo en particular. Una de sus mejores virtudes desde los 12 años, fue mantenerse oculto de las miradas en los altos mandos de Konoha. Mantenerse pequeño, común, indigno de preocupación. Eso le permitía colarse entre los clanes y obtener todo lo necesario.

Como Chunnin al servicio del Hokage, oficialmente era manipulador del Katon. Aptitudes para combate en media distancia y capacidad de supervivencia en terreno salvaje. Debía aprender a manipular otro elemento, y cursar una serie de pruebas teóricas que no se le daban bien. Si quería alguna vez ascender a Jounnin.

Extraoficialmente, era capitán del ANBU de Raíz. Tenía como líder directo a Sai-sensei, y solo el comandante general de la nueva Raíz, Hatake Kakashi, conocían sus verdaderas habilidades como doble agente. Boruto no solo manipulaba el Katon. Sino también lo hacía con el Suiton de manera soberbia. Tenía facilidades con la técnica de combate Junken. Experto en tácticas y venenos. Rastreo y detección de enemigos. Tenía habilidades de subterfugio, experiencia en interrogatorios y torturas, entrenamiento como espía y virtudes para el asesinato silencioso. Tenía una serie de contactos en varios países extranjeros, y conocía al dedillo cada resquicio de Konoha. Pudiendo esconderse de manera perfecta y hallar cualquier información que pudiera ser requerida por la Raíz.

Era ese tipo de ninja, cuya “sombra” era enorme, aunque su cuerpo se observaba de lo más normal. Un digno integrante de la raíz.

De pronto, mientras su mente volaba sobre las misiones asignadas hace tiempo, pudo sentir que alguien deslizaba la puerta del baño, ingresando de puntillas. Supuso lo correcto, la señora Uchiha había sugerido que se quedara esa noche, y no precisamente para dormir.

-buenas noches Bolt…-dijo ella apartando la cortina, aun vestida con una bata gruesa de color arena- ¿Qué….son esas heridas?

El muchacho se miró a si mismo levemente, luego la observó bastante sorprendida. Ella había comprobado que Sarada se fue a dormir, y traído la ropa que supuestamente ayudaría a cubrirse al muchacho. Aunque claro, Sakura presumía que no la necesitaría hasta la mañana. Ahora se encontraba con un cuerpo bien formado, musculoso y masculino, pero lleno de golpes, arañazos y pequeñas contusiones.

-No te preocupes. –Le dijo descuidado, y se siguió jabonando- simplemente fue un entrenamiento.

Ella no solo ignoró ese comentario, sino que tomándolo del hombro, le obligó a salir del límite de la ducha y sentarse en un banquito. Justo en el centro del baño. Bolt no opuso resistencia, ella lo miraba de una forma totalmente neutral, como si estuviera vestido de pies a cabeza. Sakura tomó una toalla y se la dio en silencio. El rubio lo entendió enseguida, usando la toalla para rodear su cintura y quedar cubierto en su intimidad.

-me va a llevar unos minutos, -le dijo ella mirándolo seriamente- no te muevas.

Las manos de la mujer, comenzaron a emanar chakra de color verde. Empezó a curar sobre las suturas, logrando que los hilos se cortaran y la herida se cerrara como si jamás hubiese existido. Los golpes que habían dejado algún moretón, molestaron a Bolt en cuanto Sakura colocó sus manos. Pero en cuestión de 15 minutos, todas las dolencias notorias, y las heridas más grandes se habían reducido a la nada. Ella era impresionante. En un baño, a cualquier hora y con el paciente todo mojado. Ella había reparado el daño de días atrás. Como si fuera la cosa más fácil del mundo.

-Sarada está en la casa…-le advirtió el joven logrando que ella lo mirara- no deberíamos….

Sakura le interrumpió colocando un dedo en los labios del rubio. Sonrió apenas, con una mirada llena de perversión. El cuerpo de Sakura apenas si podía ser cubierto por esa bata. Era evidente que bajo ella no había prenda alguna. Boruto pudo notar que estaba sucia de barro. Posiblemente le había ocurrido al salir al traspatio para alimentar la caldera. Por el agua caliente que él había disfrutado, ella estaba sucia y con frio.

-Sarada duerme en su cuarto. –le indicó Sakura sonriendo- tenemos toda la noche.

Ella puso su mano derecha en el pecho del rubio, poniéndolo de pie y devolviéndolo a la zona de la ducha. Lugar, que ahora Sakura pensaba también ocupar. Boruto retrocedió lento, mientras la veía despojarse de la bata y quedar completamente desnuda. ¡Qué cuerpo! ¡Que sexi! Todo en Sakura Uchiha era apetecible. Tal vez tendría como 40 años, pero eran los mejores 40 que jamás había visto. A Bolt le importaba poco que esa mujer fuera más grande. Eso hacía más placentero doblegarla. E incluso haber logrado despertar su deseo. Convertirla en su amante.

Minutos después, Boruto estaba contra la pared de azulejos. Ella estaba de rodillas, sujeta firme a su pene y mamándolo con fiereza. Parecía que quería arrancárselo por momentos. Boruto tuvo que agarrarse de los grifos para no desplomarse por el placer. El último intento de poner cordura, fue recordarle por segunda vez que Sarada estaba en la casa. Fue cuando Sakura, con una mirada jade muy traviesa, confesó haber agregado al té de su hija “algo”, que la mantendría durmiendo hasta muy tarde.

-Sakura-hime es muy perversa…-sonrió el rubio al comprobar que esa mujer había planeado el encuentro desde que los vio ingresar a la casa hace horas- ¿trata de robarle el novio a su hija?

Esa pregunta la ponía caliente. Él lo sabía y siempre lo decía. Sakura entraba a un juego macabro de rol. Donde era la madre malvada, tratando de pervertir al inocente niño que era novio de su hija. Ambos sabían que no era verdad. Que todo era culpa de Bolt en primer lugar. ¿O no? ¿Acaso importaba? Ella lo miraba a los ojos. Ocupada en la candente tarea de ponerlo loco. Bien sabia Sakura, que no importando las veces que Bolt se corriera, siempre estaría recuperado en pocos minutos.

Y que gracias a Kami-sama…

Habría placer para toda la noche.


Fin del capitulo.
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Mensaje por enriqueminato Dom Abr 12, 2015 11:42 am

bueno no tengo palabra amigo el mejor fic q e leido jejeje te felicito,,, y otra cosa agregale a sakura un embarazo de bolt eso si seria genial jajajaja.. lo leo y no me aburro
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Mensaje por arminius Lun Mayo 04, 2015 2:29 pm

lamento mucho el retraso, tengo problemas personales y mi nuevo trabajo esta consumiendo un tiempo que antes tenia para planear y dedicar a esto. la buena noticia es que no abandonaré mis proyectos. la mala, es que la frecuencia se ve castigada.

en fin, este capitulo tenga menos ritmo pero servirá para ir preparando el terreno de las perversiones. tierra de traidores ira hasta el fondo. veremos si las consecuencias de este capitulo les agradan en el futuro.

saludos.


CAPITULO 5: CONSECUENCIAS

Sarada se sentía incomoda…

Los últimos meses sus pequeños problemas se habían intensificado a un nivel no esperado. Su trabajo iba bien, entrenaba duro y a pesar de todo, tenía tiempo libre para dedicar a su relación con Bolt. Sin embargo, en cuestiones familiares estaba teniendo más problemas de que se costumbre.

Desde muy pequeña, había entendido que su padre no sería el típico hombre de la casa, como si sucedía en casi todas las familias. Su madre la había criado prácticamente en soledad, y solo cuando egresó de la academia ninja, de tanto en tanto Sasuke Uchiha se dignaba a oficiar como padre, más interesado en las actitudes ninjas de su hija y en cualquier otro aspecto.

Cuando regresaba a la aldea, (la menor cantidad de tiempo en relación con sus viajes) Sasuke había entrenado a su hija sobre todo en las cuestiones del sharingan. Sarada se había sentido muy feliz, cuando a los 10 años despertó su herencia. Pensaba, y hasta el momento se había equivocado, que esto uniría definitivamente a su familia. Pero Sasuke no sabía lo que significaba ser padre o marido. Y había dado muestras cabales además, de no estar interesado en aprender tampoco.

Sarada además, cuando ya tuvo como 12 años, pudo comenzar a notar la tristeza de su madre. Sakura había hecho todo lo posible por ocultarlo, pero su hija captaba cada vez más definido la mala relación entre sus padres. Incluso, se preguntaba si hubo un tiempo mejor cuando fue una recién nacida. Porqué lo relativo a ser cercanos, apenas si se podía explicar que ella no hubiese nacido sin una técnica de generación espontánea.

A los 15 años, todas las Kunoichi recibían lecciones prácticas y/o teóricas sobre sexo y seducción. El arma más peligrosa de las mujeres, era su capacidad para doblegar la voluntad de sus objetivos, mucho antes de pensar en un combate. Sarada, conocía que su sharingan podía oficiar como un amplificador de su seducción. Meter en un sutil Genjutsu a su objetivo, para hacerlo desearla con demasiada intensidad, como para negarse a morir. Recibió valiosas lecciones, pero también tuvo que soportar la amargura de descubrir un nuevo mundo en el interior de su casa.

Su padre y su madre, no se entendían. Él era un hombre, cuya necesidad por el sexo opuesto parecía prácticamente nula. Ella era una mujer muy apasionada, que curiosamente veía coartado su verdadero ser, cuando el marido se encontraba cerca. Sarada había notado que su madre, reía y hablaba mucho más efusivamente cuando su padre no se encontraba en Konoha. No era que no lo quisiera, tampoco que no lo extrañara. Simplemente su personalidad real, se veía intimidada por la presencia de Sasuke Uchiha. Por vaya uno a saber qué asunto, en la mente en la Kunoichi médico.

Poco a poco, Sarada comenzó a notar que las rabietas de su madre, eran directamente proporcionales a las noches donde no veía sus deseos satisfacerse. Sarada sospechaba, entre datos de sus lecciones y lectura de gestos, que el padre no cumplía con el nivel sexual de expectativa que la pelirosa mujer había tenido. Ergo, al día siguiente Sakura tenía un ánimo del infierno. Y para variar, Sasuke lo arreglaba todo muy fácil. Simplemente armaba su mochila, juntaba sus provisiones y se marchaba durante meses lejos del hogar.

Sin embargo, una situación pareció querer voltear la rutina. Y para nada mejoraría la situación con ese cambio. Sarada y Bolt, conociéndose desde antes de la academia. Comenzaron a verse como mucho más que simples amigos. Fue inevitable. Bolt era guapo, valiente y muy atento con ella. Tenía una extraña mescla de frialdad en sus movimientos, y seguridad en sus pasos. Con ese carácter volcánico que surgía de su alma, como explosión del infierno. Además, era el hijo del Hokage y todas las chicas morían literalmente por ganarse su corazón.

Sarada no sabía cómo expresarle lo que estaba sintiendo. Tenía miedo a su rechazo, tenía miedo a perder no solo al chico que le gustaba, sino también al amigo que sería siempre. Entonces, en una medida desesperada, intentó usar su sharingan sobre Bolt para ayudar a seducirlo. Sin embargo, el resultado no fue para nada esperado. El rubio se dio cuenta enseguida, aunque Sarada no sabía cómo, y le sonrió divertido. Habían terminado de entrenar en un campo alejado, y se disponían a descansar un rato cuando ella intentó su maniobra:

-¿Por qué intentas usar tus ojos en mí, Sarada-chan? –le dijo acercándose a ella y atrapándola contra un árbol en el campo de entrenamiento- sabes que eso no es legal….

-B….Bolt-kun….no quise…

-Oh si….-sonrió el acercando su rostro a una niña que se estremecía y sonrojaba- conozco tu técnica, me has hablado de ella hace meses. Desde tus clases para Kunoichi. ¿Qué buscabas en mi mente?

¡Ella jamás lo diría! Se estaba muriendo de vergüenza. ¡No quería ver nada de su mente! ¡Quería dejarle una orden adentro! ¡QUIEREME BOLT-KUN! ¡QUIEREME, COMO YO TE QUIERO! Se sentía morir del disgusto cuando otras Kunoichi intentaban lograr la atención del rubio Uzumaki. Se volvía loca y quería matarlas. ¿Cómo controlar esos sentimientos?

-No quería nada….-balbuceó ella apenas, y el rostro del muchacho estaba muy cerca- aléjate.

-¿quieres saber que siento? –Consultó muy suave él, adivinando increíblemente- ¿lo que me haces sentir? ¿O quieres engañarme?

-yo no….-ella no sabía que decir, realmente estuvo por engañarlo, al menos en un nivel inconsciente- yo no quiero…que estés junto a ninguna otra chica. ¡Solo tienes que estar conmigo!

15 años tenía Sarada entonces. Y le había gritado en la cara al chico amado, que no quería compartir su sonrisa con nadie. Que ninguna chica tenía que tener el derecho a verlo, ¡y mucho menos a tocarlo siquiera! Solo quería que fuera para ella. Bolt Uzumaki debía ser solo para ella.

-Se bien que….-susurró ella, cuando los labios de Bolt estaban demasiado cerca para su cordura- que no soy la más bonita. Mi cuerpo no….es…como el de…

-Sarada-chan…-le respondió el rubio ya serio, y acariciando la mejilla de la joven- eres toda lo atractiva y hermosa que desearía. No tienes que usar el sharingan contra mí. No lo necesitas.

Y después de esas palabras. El primer beso para Sarada Uchiha. Bajo un árbol enorme, en un campo de entrenamiento alejado de la aldea. El primer beso para quienes ya no podían seguir siendo amigos. El primero, pero no el último.

Sarada jamás olvidaría cuando corrió ese día, directo a casa de sus padres. Como la ilusión de amor correspondido, le había endulzado tanto el alma que no podía soportar un segundo sin reír. ¡Bolt la quería! ¡Bolt la había elegido por sobre todas! ¡SIN TRUCOS! ¡SIN TRAMPAS!

Sin embargo, en su propia casa encontró el siguiente obstáculo a su felicidad. Sakura su madre, le había sonreído con la mayor sinceridad posible. No era indiferente para Sarada, que su madre decía no llevarse nada bien con Bolt. Aparentemente la pelirosa creía que el joven rubio la odiaba o cosa parecida. Cuando Sarada jamás había presenciado alguna agresión de su ahora novio a su madre. Y en cuanto a su padre. Sin bien no estaba en la casa cuando sucedió el asunto, Sakura le había comunicado la buena nueva por mensaje de ave. Y el Uchiha se apareció al día siguiente. Prácticamente se había cruzado el mundo en 24 horas. Todo para reprobar la relación con esa hosquedad que lo caracterizaba:

-No creo que sea el momento para tonterías de noviazgo…-le dijo Sasuke la noche siguiente- aun estas muy verde como ninja. Necesitas entrenarte a tiempo completo, si alguna vez quieres ser Jounnin.

-Así que….-respondió Sarada bajando la cabeza- ha cruzado el país en un día, todo para decirme que no aprueba mi felicidad. ¿Eso dice Oto-sama?

Sakura emitió un gesto de molestia. Era cierto que parecía tener problemas con Bolt de manera personal, pero también admitía que Sarada nunca había recibido más que dulzura y buen trato del rubio. Y era lo que por el momento importaba.

-Naruto pensara lo mismo…-le dijo Sasuke no sabiendo como ocultar lo que realmente le molestaba- aun eres joven. Así que olvídate de esto.

-tiene 15 años…-apuntó Sakura saliendo en defensa de su hija- desde que salió de la academia, sabes bien que ha dejado de ser una niña.

Básicamente estaban hablando de su profesión. Sarada era ninja. Una Chunnin de 15 años. Con muchas misiones sobre la espalda, y no faltó el motivo en ellas para matar. Había robado, había luchado, había matado. ¿Y no podía tener novio? ¿En qué mundo delirante vivía Sasuke? Las cosas quedaron ahí por el momento. Pero al día siguiente, Sasuke fue en busca de Naruto para obtener su apoyo.

Lamentablemente para el Uchiha, la decepción seria mayúscula cuando Naruto ni siquiera consideró intervenir en la relación de los jóvenes. Le dijo, que respetaba a Bolt y le conocía lo suficiente para saber que nunca dañaría a Sarada. Entonces fue Sasuke, quien tuvo que buscar otro método para mantener un poco de cordura.

Días después, Sarada durante el entrenamiento con su padre, recibió su “autorización” para continuar su noviazgo. Sin embargo, hubo una clara advertencia sobre un asunto íntimo:

-Sarada…

-¿si Oto-sama…?

-si bien tu madre, y los padres de Bolt están de acuerdo con la relación, te hare una advertencia sobre ello…

La niña bajó la vista, le intimidaba demasiado la presencia de su padre. Apenas si podía creer que le hubiera respondido hace tiempo, cuando Sasuke expuso su negativa primera al noviazgo.

-las mujeres, todas las mujeres Uchiha en la historia del clan, llegaron con su virtud intacta al matrimonio. Es un don que solo el clan Hyuuga también posee. Por acuerdos de clanes con la aldea.

Sarada no sabía que pensar. Pero no le sorprendía la situación. Ella, y las niñas del clan Hyuuga habían sido las únicas que no les obligaron a las clases de tipo prácticas en seducción. Tampoco a la hija del Hokage se le había impuesto tal entrenamiento.

-Sabes que no apruebo que te distraigas del entrenamiento por causa del hijo de Naruto. Sin embargo, no volveré a intervenir. Pero tienes prohibido tener intimidad física con él, hasta tanto no se decida y concrete un compromiso matrimonial. Si desobedeces….me encargaré de matarlo.

Sarada tenía 15 años entonces, y su rostro adoptó el color de los tomates maduros. Nunca su padre había hablado tan profundamente como en ese momento. ¡Kami! ¡Estaba hablando de sexo! Sarada sentía muchísima vergüenza. Era un asunto que pensaba consultar con su madre. En su momento. ¡No ahora, que solo tenía 15 años!

Desde esa advertencia, las rutinas en la casa Uchiha volvieron a su cauce. Sasuke volvía a sus viajes, y Sakura intentaba hacer creer a su hija que era feliz con la situación. Ahora mismo, casi dos años después del asunto, Sarada se sentía un poco incomoda al recordar la prohibición de su padre. Algunas amigas, que tenían novio así como ella, ya habían tenido al menos una noche “especial”. Todos eran ninjas, todos podían morir en cualquier misión. ¿Por qué no disfrutar del amor en cuanto pudieran? Luego, si sobrevivía lo suficiente, se hablaría de casamiento.

Pero Sarada no pudo desafiar las advertencias de su padre. Tuvo que ponerle un límite a Bolt, y contaba con la fortuna que el muchacho había accedido a esperarla. Seguramente el Uzumaki, pensaba que ella todavía no se sentía preparada para tener su primera vez. Aun así, había sido difícil limitarlo en sus besos y caricias. Porque Bolt no dejaba de intentarlo en cuanto podía.

Además, los problemas en su casa aumentaban a cada semana. Su madre era una mujer muy hermosa. Y sus sonrisas a diario, le daba preocupantes pistas a Sarada sobre su estado de ánimo cambiante. Aunque pareciera imposible, Sakura estaba más feliz y satisfecha cuando Sasuke no estaba, que cuando regresaba a Konoha. Algo había cambiado, Sarada lo presentía. Pero el mundo de los Shinobi es complicado. Leer gestos de una Kunoichi, era bastante difícil.

Sin embargo, la intuición de la niña Uchiha, sumado a sus experiencias personales con su novio Bolt, le hizo sospechar algo terrible. Aunque pareciera imposible. Sakura Uchiha, su madre….estaba teniendo una aventura. O como mínimo, había otro hombre en su vida. Un hombre que podría destruir completamente su familia.


*********************************


Había trascurrido exactamente un mes desde aquella noche de fuego en la casa Uchiha. La situación se maniobraba en carriles totalmente normales a pesar de todo. Bolt no había dejado de verse con Sakura, a pesar de todo el riesgo que implicaba seguir con esa aventura. Tácticamente hablando, estaba causando el efecto personal que había intentado evitar con su intervención inicial.

Se suponía que tenía que alejar a la esposa de Sasuke Uchiha, de las manos del Hokage. La razón era evitar una pelea entre ambos Shinobi y consiguiente desestabilización de la paz en Konoha. Pero, a pesar de haber conseguido el primer objetivo, ahora tenía a esa misma mujer como su propia amante. Ergo, aun Sasuke podía enterarse que le ponían el cuerno, y desatar un caos.

Bolt conocía perfectamente sus capacidades propias, y había estudiado lo suficiente para entender que sujetos como Sasuke o el Hokage que era su padre, no eran “manejables” en un combate igualado. Básicamente, el Magenkyo sharingan eterno hacia casi invencible al esposo de Sakura. Y su orgullo seria gravemente lesionado, si acaso se enteraba que su mujer, ya hacía tiempo que pertenecía a otro. Para decirlo simple, había cambiado a su padre como objetivo, para exponerse a sí mismo.

Bolt prejuzgaba que su padre a pesar de la relación tirante, no permitiría que Sasuke lo asesinara. ¿Pero cómo tomaría la situación, al enterarse que Bolt había follado a la mujer que él toda la vida había deseado, sin poder tener?

Lo sensato, hubiese sido cortar la relación. Antes que lo supiera alguien más. Antes que por mala fortuna, cambio de rutina, o por una misión más corta de lo calculado, algunos de los principales interesados se enterará. Bolt no era un cobarde, pero tuvo que admitir que las últimas veces que estuvo metido en la casa Uchiha follando con Sakura, había tenido un escalofrió nada agradable ante el sonido del viento en la ventana. O crujido de madera en el exterior. ¿Se imaginan? Sarada, o tal vez Sasuke viendo como el hijo del Hokage, le daba por el culo a la dueña de casa. En su propia cama. Un espectáculo increíble.

Al mismo tiempo, todo lo que Bolt pudiera sentirse prevenido o preocupado, Sakura parecía experimentar exactamente lo opuesto. Ella cada vez era más atrevida. Cada vez se preocupaba menos de ser descubierta. Cada vez se contenía menos en su afán de buscar momentos libres para follar con Bolt. Y aunque el muchacho pudiera figurarse que estaba metiéndose en graves problemas al no cortar la relación a tiempo. También sentía deseos demasiado fuertes por Sakura, como para ignorarlos y volver a estar distante de ella. Además, su trabajo para el ANBU de raíz no había concluido. Y Sakura podía desatar con sus celos un verdadero desastre si no estaba dispuesta a aceptar un corte en la relación clandestina. Había que manejarse con cuidado por el momento.

Por lo tanto, viendo que su “amante” no claudicaba en gusto. Bolt Uzumaki comenzó a usar sus mejores habilidades para mantener la relación en completo secreto. Siempre portaba varios sellos de silencio entre sus cosas. Tenía ropa extra a mano y varias excusas potables por si alguien lo requiriera. Conocía de memoria el itinerario de misiones tanto de su propio equipo, como el de Sarada. Con lo cual conocía con exactitud los días donde su novia no estaba en la aldea. Había tomado precauciones de no ir a por Sakura, mientras la joven Uchiha estuviera cerca. La noche donde llovió torrencialmente, Sakura había dado un somnífero a Sarada y eso funcionó perfecto. Pero Bolt no había permitido que esa maniobra se volviera frecuente. Uno, porque los ninjas tendían acostumbrar el cuerpo a cualquier droga o veneno, reduciendo el poder de efecto. Y dos, porque sorprender, era la mejor manera de no ser nunca atrapado con los pantalones abajo.

Sorprender….

Un tipo de virtud que la mayoría de los ninjas no respetaban adecuadamente….


************************************************

Ingresó a la morgue como otras tantas veces. Anudó su rosado cabello, domándolo como de costumbre con una coleta por detrás. Se colocó una bata color azul, guantes largos desechables y finalmente abrió el enorme pergamino de sellos, para sacar el cadáver guardado allí.


Sakura Uchiha, hacía varios años que no se ocupaba de estos menesteres. Le gustaba el trabajo de laboratorio, e incluso estaba actualmente tomando turnos regulares en el hospital general, como en sus años de estudiante. Su actual categoría Jounnin, tenía todos los méritos y consideraciones que se puede desear. Naruto en calidad de Hokage, el consejo de clanes y todos sus colegas ninjas-médicos, le otorgaban un nivel de respeto total. No solo era una de las herederas de Tsunade Senju, sino también la esposa del reconocido segundo Shinobi más fuerte de Konoha.

Sin embargo, ante su sorpresa inicial, esa madrugada llamaron a su puerta algunos cazadores ANBU. El Hokage en persona, había mandado a buscarla para que atendiera una misión de máxima prioridad. Todo estaba teñido de un matiz extraño para la mirada de Sakura. Se vistió formalmente, e incluso tuvo el impulso de llevar tanto utensilios médicos, como algunas de sus armas químicas. Sabía que un portakunais no le serviría de mucho. Ella aún conservaba su monstruosa fuerza, así que armas ninja no cambiarían su ecuación en caso de peligro. Sin embargo, su talento en el laboratorio había creado más que solo píldoras de soldado y paralizantes.

Mientras caminaba por los pasillos de la torre Hokage, Sakura analizaba que toda la situación general, era cuando menos preocupante. ¿Acaso tenía que ver con Sasuke? ¿Le habría pasado algo en su misión actual, y Naruto quería comunicárselo personalmente? Sería terrible para Sarada. Mucho más, que para la propia Sakura.

De pronto, una sensación helada le recorrió la espalda. ¿Tendría que ver con Bolt? No, eso no podía ser. ¡Eso definitivamente no debía ser! ¿Cuál sería la reacción de Naruto? si realmente sucediera. Era algo que Sakura sabía perfectamente, era imperdonable.

Cuando se detenía a pensar lo estaba haciendo con Bolt, lo había venido haciendo durante los últimos meses, toda zona racional en la mujer pelirosa se encendía como alarmas de incendio. No solo era cuestionable desde lo moral. Rompiendo absolutamente todas las barreras que deberían haber detenido la locura. Respetar sus votos matrimoniales, un muchacho convertido en su amante. Que ese joven no solo pudiera ser su hijo por edad, sino que además era novio de su propia hija. Y como cereza al postre perverso, se trataba del hijo de Naruto Uzumaki. Hokage de Konoha, amigo de toda la vida, y un hombre que la había pretendido desde siempre.

Entró a la oficina, los guardias que la escoltaban no acompañaron el movimiento. Incluso los cazadores ANBU que custodiaban en el interior, simplemente salieron ante la entrada de ella, cerrando tras su partida en grupo.

-Sakura-chan…-le dijo Naruto serio como una tumba- lo que tengo para decirte, es algo muy difícil.

“Sasuke” pensó la pelirosa, acercándose despacio al escritorio que la separada del rubio. ¿Realmente había muerto Sasuke? ¿Quién pudo acabarlo?

-Sucedió una desgracia, –Apunto Naruto- un muerto. Alguien conocido.

-Naruto, me estas poniendo nerviosa. –aclaró ella sonriendo apenas por la tensión.

-Encontramos a pocos kilómetros de la aldea, a Kiba Inuzuka. –dijo con el gesto más sombrío que Sakura hubiese visto. –estaba muerto.

-¿asesinado? ¿Una misión que salió mal?

-no lo sé. Nadie lo sabe. –Anunció el Hokage- no presenta heridas de consideración. Tampoco hay signos de batalla en los alrededores. Pero teniendo en cuenta que es el hijo de una líder de clan. Y nuestro amigo…

-y nuestro amigo…-repitió ella mecánicamente, como acompañando ese dolor que parecía tener Naruto.

-tengo que poner todos los recursos que poseo, -continuó el líder- para averiguar exactamente lo ocurrido. Necesito alguien de total confianza. Alguien que pueda hacer una autopsia, y decirme primero a mí. Lo que necesite saber de este caso.

Sakura captó enseguida la indirecta. Tsume Inuzuka estaría destrozada. Estaría buscando culpables. Y la edad de Kiba, no permitía pensar en una muerte natural. Los informes de una autopsia podrían señalar una pista clave. El asunto era, ¿adónde apuntarían los dedos acusadores de las pruebas?

-necesito alguien de confianza Sakura-chan…-le confió Naruto acercándose a ella al rodear el escritorio- necesito…saber primero que nadie, lo que sea que haya ocurrido.

No había más por aclarar, Naruto sospechaba que alguien perteneciente a Konoha, había asesinado a Kiba. Pero no tenía pruebas que lo apoyara. ¿Sería cierto? ¿Un trabajo interno? ¿Una venganza personal? Kiba no se caracterizaba por su simpatía en varios de los círculos más poderosos de la aldea. Además, siendo un mujeriego incurable. Probablemente se había metido con la mujer equivocada. ¿Un crimen pasional? ¿Alguna Kunoichi despechada que decidió asesinar a Kiba en venganza? ¿Algún novio o acaso marido, suficientemente celoso como para decidir terminar con su “rival”?

-si no hay signos de batalla, -dijo Sakura tratando de mantener la calma- es pronto para acusar a nadie. Tengo que ver el cuerpo.

-estoy de acuerdo, -añadió Naruto- tendrás exclusivo acceso al cadáver.

Media hora después, en un horario más recomendable para dormir que otra cuestión. Sakura ingresaba a la sellada sala 4 de la morgue subterránea, en el hospital de la hoja. En soledad, se dedicó a preparar el cadáver de Kiba y revisar cada detalle básico. Cubriendo todo aspecto conocido sobre la causa de muerte. Trabajó con diligencia, tal su costumbre. Sakura podía concentrar su energía en un solo punto como si fuera un rayo de sol. Eso le permitió descubrir no solo la causa de la muerte en Kiba, sino pistas de las circunstancias que lo llevaron a ese final.

Cuando volvió a salir a la calle, eran pasadas las 10 de la mañana. Sakura se sentía cansada, esa concentración al mínimo detalle le pasaba una factura prodigiosa en cansancio mental. Además, su corazón sentía mucho dolor. No había mayor daño para ella, que descubrir un asesinato escondido en lo que parecería muerte accidental. ¿Qué debía decirle a Naruto? ¿Solo el informe forense correspondiente? ¿Hacerle notar sus sospechas sobre algunos “detalles” en el cadáver?

Para cuando estuvo en la oficina del Hokage, su mente y corazón batallaron largamente para tomar una decisión. Una que podía cambiar su vida, y la de su familia para siempre. Su deber como Kunoichi, contra su preservación personal. Una decisión difícil. Una decisión para tratar de ver, a través de las decepciones.


**********************************

-Onii-chan….te traje unas galletas…

Bolt estaba estudiando con paciencia sus informes en la habitación. Generalmente, no recibía visita alguna cuando se encerraba en su aposento privado. Su madre, nunca le molestaba, tampoco su padre cuya permanencia en la casa Uzumaki solo podía calificarse como “escasa”. Sin embargo, su hermana Himawari tenía el único acceso permitido. Ella golpeó levemente, y recibiendo el consentimiento, deslizó la puerta del cuarto para ingresar a él. Traía consigo un platón con galletas caseras. También en su bandeja, dos vasos con té caliente daban un increíble aspecto a la merienda. A Bolt nunca le molestaba la presencia de su hermana. Y mucho menos si traía deliciosa comida.

-¿puedo quedarme aquí contigo? –Le preguntó la joven, con esa dulzura característica- prometo no molestar Onii-chan.

Sonrió como el sol, y a Bolt siempre le agradaba eso. Desde que eran niños, habían tenía una armonía espiritual casi perfecta. Nunca pelearon, nunca discutieron. Su pequeña hermana no tenía mucha diferencia de edad con él, y eran muy cercanos. Los años en la oscuridad del entrenamiento con Raíz, no cambiaron en Bolt el trato hacia Himawari. Y si eso no había funcionado, nada lo haría.

-deliciosas…-dijo el rubio luego de morder una galleta- ¿Ka-san las preparó?

-no esta vez…-señaló la joven- tuve un poco de tiempo luego de mi última misión. Ka-san está visitando a los Hyuuga. Así que pensé cocinar esto para ti. Onii-chan.

Bolt estaba sentado frente a un pequeño escritorio que usaba para trabajar. Allí planificaba y releía los datos sobre sus misiones. No tenía miedo que su hermana husmeara, ya que ella solía bajar la cabeza y ponerse roja como un tomate cada vez que alguien la miraba fijamente por un rato. Además, Hima sabía perfectamente que a su hermano le agradaba su privacidad. ¡Jamás miraría nada que él no quisiera!

-¿Qué te ocurre Nee-san? –le preguntó finalmente Bolt bebiendo un poco del delicioso te- ¿acaso necesitas hablar conmigo sobre algo?

Ella, sentadita en la única otra silla del cuarto, juntó ambas manos sobre su regazo y enrojeció aún más. Era evidente que las galletas caseras y el té, venían con intensiones superiores a la mera compañía:

-yo….bue….no….

Comenzó a balbucear. Eso a Bolt le sorprendía bastante. Nunca había balbuceado cuando estaban solos. ¿Qué le ocurría? Bolt dejó lo que estaba haciendo para atenderla. Su hermana parecía necesitarlo. Y siempre estaría para protegerla. ¡Pobre de aquel imbécil que quisiera dañarla! Que se diera por muerto.

-etto…-susurró Himawari suavemente- me gusta….alguien.

-De acuerdo Hima…-sonrió el suavemente, aunque sorprendido- dime…

Ella necesitaba aliento. Necesitaba el apoyo de su hermano, y Bolt siempre estaría. Su relación con su única hermana, era el único vínculo puro que tenía.

-estaba pensando…-dudó ella tímidamente- Inojin-kun me parece….atractivo. Y creo que le gusto también.

-desde luego que le gustas Nee-san…-dijo Bolt sonriendo y tomándola de ambas manos contento- creo que debes seguir a tu corazón. Yo siempre estaré contigo. Decidas lo que decidas.

-¿crees que… a nuestros padres les molestaría?

-¡¿Qué más da?! –Estalló Bolt apenas colérico- ¡no tienen derecho a dirigir nuestros sentimientos! ¡Te protegeré de quien sea! –Reafirmó con determinación- tú simplemente diles lo que sientes. Después de todo, ellos son amigos de los padres de Inojin. Y si te molestan de alguna forma….yo me encargaré de hacerles entrar en razón.

Después de esas palabras optimistas. Himawari hizo un gesto que a Bolt le pareció extraño. Sonrió contenta por el apoyo, pero al mismo tiempo no parecía enteramente satisfecha con la situación. Tal vez pensaba que el Hokage pondría el grito en el cielo. O que a su madre le disgustaría no haber sido la primera en enterarse. A Bolt Uzumaki poco le importaba. Quería la felicidad de su hermana. La deseaba como a ninguna otra cosa en su vida. Cuando veía a los ojos de Himawari, se sentía en casa. Se sentía humano y en familia.

¿Qué valor puede adjudicársele a eso?

Boruto Uzumaki tenía que salir de su propia casa, ponerse una máscara y fingirse pequeño. Solo un Chunnin cualquiera. Además tenía que cumplir misiones sucias. Asesinar, robar y engañar. Tenía que tener mucho cuidado con sus padres. Debía andar con suma atención para no delatar sus habilidades personales, o su relación con la madre de Sarada. Tenía demasiado en la cabeza, como para no sentirse en un refugio cuando su linda hermanita venía a buscar su complicidad. ¿No valía la pena trabajar para mantenerla a salvo? ¿No valía la pena sacrificar lo que fuera por verla feliz?

Por esa razón, Bolt sentía no tener límites. Que cada quien lo tome como quiera. Por su hermana, y por el resto de su familia aun en contra de las voluntades, debía seguir siendo Raíz. Para que las hojas continúen viviendo en paz.


**********************************************


-he revisado la información varias veces Naruto. –Dijo Sakura en una reunión privada en la oficina del Hokage- si bien al inicio, pueda parecer una muerte dudosa. Es claro para mí, que Kiba Inuzuka fue asesinado.

Naruto la escuchaba con total atención. La seriedad del asunto no permitía que nada mas allá, pudiera suceder al desviar la mirada. Sakura era una experta, junto a Shizune y algunos médicos ninja de otras aldeas, eran las mejores en el campo de la medicina. Si estaba afirmando que Kiba había sido atacado, derrotado y asesinado. Efectivamente así lo era.

-¿Qué tipo de ataque no deja heridas externas? –consultó el rubio que ya había visto información preliminar. Incluso ciertos golpes de daño interno como el Junken, dejan algún tipo de marca. ¿Cómo pudo alguien matarlo sin contacto físico?

-no soy experta en técnicas de palma suave, -anunció Sakura colocando sus informes sobre el escritorio de Naruto- pero puedo afirmar luego de hacer la autopsia, que las venas y arterias que se comunican al corazón, fueron cerradas por un ataque tan preciso como mortal.

-¿pero cómo lo hicieron?

-Eso no puedo asegurarlo. Solo tengo algunas pistas que nos acercan a una versión del tipo de ataque. Kiba tiene restos de piel en sus uñas, señal clara que se aferró a su asesino instantes antes de caer muerto. El ataque fue frontal, a corta distancia y con una alta precisión. El golpe no le permitió a su rival tomar distancia, pero al mismo tiempo Kiba estuvo muerto desde el momento mismo de recibir el ataque. Las venas y arterias cerradas con precisión, dejaron un solo acceso de la sangre al corazón. Su sangre, simplemente se acumuló hasta reventarlo desde adentro. Fue horrible.


Ese fue el momento exacto, en el cual Shizune ingresó a la oficina para interrumpir. Naruto fue avisado de una reunión del consejo de clanes para dentro de algunas horas. Allí debían darse las noticias sobre el asunto de la muerte de Kiba, entre otras cuestiones importantes de la villa. Naruto recibió la información de Shizune, y se sentó tras su escritorio visiblemente abatido. Los problemas se acumulaban con un ritmo que apenas podía controlar, aun con ayuda de sus clones.

Finalmente, cuando volvieron a quedar solos en la oficina, Naruto ensayó la única pregunta para la cual aún no tenía respuesta:

-Sakura-chan…. ¿tienes alguna idea de quien querría asesinar a Kiba en esta aldea?

Era el momento de decirlo. Era el preciso momento donde Sakura podía evocar un par de noches atrás. Donde tuvo un encuentro sexual con Bolt. Donde pudo notar en los hombros del joven, marcas de garras afiladas. Él había dicho que fue entrenamiento, pero ahora Sakura podía presumir que vinieron de las manos de Kiba esas heridas. ¿Por qué lo hizo? ¿Cómo pudo tomar por sorpresa a un Shinobi experto como Kiba Inuzuka? ¿Cuál fue la razón de ese asesinato? ¿Fue por una orden? ¿Quién le dio esa orden? Naruto sería el último en hacerlo. De lo contrario, no se hubiera molestado tanto en averiguar en la autopsia sobre esa muerte. ¿Entonces cuál era la razón de esa muerte? ¿Realmente había sido Bolt? ¿O acaso todo era fruto de una gran casualidad?

-¿realmente lo has hecho? –Se preguntaba Sakura, mientras respondía al Hokage que no tenía idea sobre la identidad del asesino- ¿Por qué lo hiciste? ¿Cómo lo lograste?

-entonces debemos tener cuidado, a partir de ahora Sakura-chan. –Dijo Naruto serio- tal vez este ataque solo fue el inicio de todo. Debo avisar a todos los clanes. Esto puede salirse de control muy rápido, si alguien comienza a sospechar un ataque interno. Aunque no parezca un ataque Hyuuga, es el único clan que puede realizar algo parecido. Las sospechas nos causaran serios problemas.

-sea quien sea….-dijo la pelirosa con cautela- pudo haber recibido órdenes para cometer el acto. Nadie que cometa un crimen por pasión, puede tener este nivel de precisión. Hubiese atacado abiertamente, sin preocuparse en hacerlo pasar como muerte dudosa.

-es todo Sakura-chan…-asintió Naruto reflexionando- tengo que pedirte un favor. No hagas ningún comentario sobre tu trabajo en la morgue. Debo hacer averiguaciones en ciertos lugares, antes de dar una respuesta al consejo de clanes. Parece que el trabajo nunca se termina por aquí. ¿Verdad?

Sonrió a desgano, Naruto se veía desbordado por las responsabilidades. A veces Sakura se preguntaba si ese “sueño” de su viejo amigo, no era algo que nunca debió anhelar. ¿Cómo saberlo? A veces las decisiones que marcan la vida, deben ser elegidas para por fin darse cuenta de los errores cometidos. Y aprender a lidiar con las consecuencias.

Mientras Sakura se retiraba de la torre Hokage, evocaba en ella misma ese pensamiento. Por muchos años, había tratado de lidiar con sus propias decisiones. Con el hombre que eligió como marido, con la familia que intentó conformar. Durante demasiado tiempo había tratado de soportar el peso de sus decisiones. Y tal vez hubiese continuado atada a ellas hasta el final.

Pero todo cambió violentamente.

Podía culpar a Boruto en un inicio, pero ahora mismo, no estaba tan segura que fuera el joven Uzumaki la causa de todos los problemas por venir. Por principio de cuentas, si ella no hubiera estado coqueteando con Naruto, el hijo no se hubiera visto inclinado a chantajearla y violarla. ¿Realmente fue una violación? Era cierto que al principio no fue consentido, pero su cuerpo rápidamente había tomado gusto a ese sexo adictivo y voraz.

Boruto no había sido lo que aparentaba. No la odiaba, al menos no completamente. La deseaba con intensidad y fue lo suficientemente atrevido para tomarla. ¡Más aun! Tenía la audacia de seguir teniéndola satisfecha en calidad de amante, y jugar un peligroso juego de gato y ratón con el resto de los Uchiha. Si Sarada se enteraba, sería un gran problema. Si Sasuke se enteraba, seria directamente un desastre.

El asunto era, lidiar con las consecuencias.


¿Quería Sakura volver a la vida de ama de casa aburrida e insatisfecha? ¿Deseaba mantener la distancia del único hombre que había sido lo suficientemente “hombre”, para domar su cuerpo? ¿Podría acaso fingir que nada habría pasado? si todo volviera a como antes estaba, aun así quedaban algunas cuestiones ulteriores por resolver.

¿Quién era realmente Bolt Uzumaki?

Era evidente que un Chunnin normal, no hubiese podido cometer tal asesinato sin dejar ni rastro. Además, esa técnica misteriosa que había usado, era un arte que solo los Hyuuga poseedores del Byakugan podían esbozar. Aun así, el golpe había sido tan preciso, que superaba Junken.

-esos rasguños….-pensaba Sakura llegando a su casa y alistando las cosas para el almuerzo- los recuerdo bien. Coinciden con los que tenías en los hombros Bolt.

Sakura tenía mucha experiencia en heridas. Últimamente, los primeros minutos de sus encuentros con Bolt, eran para sanarlo de varias heridas que se hacía en misiones o entrenamiento. Esos rasguños los recordaba perfectamente. Eran particulares. Claramente de garras afiladas. Uñas muy filosas. Sakura había sentido una sensación interna de celos. ¿Acaso Bolt follaba con otra mujer? ¿Una golfa de uñas largas? ¿Se la había follado tan duro, que ella le había marcado de esa forma? Le consultó por esos rasguños mientras lo curaba, tratando de no parecer celosa, pero la respuesta era siempre la misma. “fue un entrenamiento”. Y lo siguiente, fue una sesión de al menos 4 horas de sexo inolvidable. Bolt usaba su imperiosa energía para tocar todas las teclas correctas en el cuerpo de Sakura. La había hecho delirar prácticamente. Por esa razón seguían enredados a pesar del peligro.

Sakura cocinaba, y su hija había llegado para ayudarla. Usualmente Sarada no se ocupaba de pasar por la zona, pero con algo de vergüenza, había admitido hacia algunos días que quería aprender a cocinar al menos lo básico. No podía darse el lujo de no saber hacer nada de comer.

-Ka-san…usted está muy rara últimamente.

-¿Ah? Tranquila hija…-le sonrió la rosa algo nerviosa- sucede que, he dormido poco anoche. Tuve que madrugar por trabajo en el hospital.

-vinieron a buscarla muy temprano. ¿Sucedió algo? No es común que los ANBU pasen por un médico en su propia casa.

Muy perceptiva, como casi siempre. Lo que Sarada no podía ver, era lo que jamás se atrevería a esperar de las personas que estaban más cercanas al corazón. Eso llenaba de culpa a Sakura. ¿Cómo podía estar haciendo con Bolt esta traición? ¿Qué pasaría si ahora decidía terminar ese vínculo? ¿Quién era Bolt y cuáles eran sus verdaderas habilidades? ¿Le haría daño a Sarada en venganza al final del acuerdo de amantes? ¿Qué ocultaba detrás de esa suave sonrisa y aspecto despreocupado el hijo de Naruto?

-murió un Jounnin, -dijo la pelirosa para alejar los pensamientos malos- un amigo de muchos años. Se graduó en la misma promoción de tu padre. Los altos mandos querían que diera mi opinión. Eso es todo.

-pero hay más…-se animó Sarada alentada por la conversación en esa cocina- siempre que Oto-sama viene a casa, ustedes pelean. Y cuando él no está, usted parece vivir en otro mundo. ¿Qué sucede realmente Ka-san? ¿Acaso usted…?

Ella estaba cerca, Sakura notaba nervios en su hija. Ella tenía una idea general del problema. Y la madre solo deseaba que jamás lo descubriera todo. Pero algo tenía que decirle. Y tal vez confesarle la mitad del asunto, era mejor que mantenerla en la oscuridad. Al menos así, podía darse tiempo para decidir lo mejor a futuro. Su relación con Bolt terminaría, era inevitable. Finalmente, luego de suspirar y dejar las verduras cortadas deslizarse por la tabla hacia la olla hirviente, la pelirosa tomó valor para hablar:


-durante muchos años, amé profundamente a tu padre. –le decía con pena a su hija- y nunca le pedí nada. Quería hacerlo feliz, ser la mejor esposa y madre. Tú conoces la historia del final de la guerra, y como Sasuke decidió regresar a nuestro bando. Pero…

-¿pe….pero?

-a pesar de tenerte a ti Sarada, -le dijo la madre abrazándola fuerte y profundo- no puedo recordar otra muestra de cariño, que tu padre me haya otorgado en todos estos años.

-Ka-san….no puede ser tan así. –le susurraba la morena aturdida.

-los años pasaron, y tuvimos que vivir solas. ¿Lo recuerdas? ¿Recuerdas los viajes de tu padre? Ha estado fuera de la aldea y lejos de nosotras durante casi todos estos años. Nunca estuvo para ti, nunca estuvo para mí.

Sarada no sabía que decir. No era como que no entendiera la situación. Ella misma estaba involucrada en esa soledad. ¿Pero por qué? ¿Por qué razón le ocurría a su familia? ¿Por qué no estaba su padre para negar esa separación?

-déjame contarte….algo muy difícil para mí. Espero que puedas comprender. Hace un par de meses….sucedió algo de lo que no estoy orgullosa, pero me devolvió la vida.

Y Sakura comenzó a hablar. Necesitaba decirte a Sarada al menos el comienzo de todo. Tenía que hacerla comprender. O al menos que no la odiara sin entender. No le diría la identidad del hombre que la estaba satisfaciendo, pero al menos tenía que hacerle notar lo que en realidad estaba pasando. Antes que Sarada use su Sharingan, y descubra mucho más de lo que pudiera soportar.

Había tomado una difícil decisión. Tal vez presionada por las circunstancias. Y como de costumbre, no sabía si podría lidiar con las consecuencias.


************************************************


-Aquí sucedió Bolt….-le dijo Naruto caminando la zona de bosque donde había sido encontrado el cuerpo de Kiba Inuzuka- aquí es donde puedo conocer la verdad.

Boruto había recibido órdenes para acompañar al Hokage. Inicialmente pensó que su padre buscaba comenzar una rutina de entrenamientos. Hablar un poco, mientras practicaban y al mismo tiempo tomarse un descanso de sus obligaciones de oficina. Lo extraño, era que el original Hokage y no uno de sus clones habían partido desde la aldea junto a Bolt. Directo a algún lugar alejado de todo y todos. Sin escoltas, sin mucho palabrerío. El joven Uzumaki nunca sospechó que terminarían llegando al lugar exacto, donde había asesinado a Kiba hace un par de días.

-el cuerpo de Kiba fue encontrado aquí. –le dijo el Hokage caminando por el lugar con las manos tras la espalda- y no hay rastros de olor o huellas de su asesino. Alguien lo atacó aquí mismo. Justo el momento exacto donde Akamaru no acompañaba a su amo.

Boruto se dio cuenta que su padre lo sabía. No tenía idea en que había fallado su cubierta para que el Hokage se hubiese enterado, pero tampoco había otra explicación para haberlo traído a la escena del crimen, y mostrarse tan disgustado como estaba. Era una pena que se hubiera enterado. Bolt hubiese querido guardar el secreto un poco más. La siguiente misión podía estar en peligro por este tropiezo.

-¿y tú punto es…?

-¿Por qué? –Definió Naruto disgustado y confundido- necesito una buena razón para no denunciarte ante el consejo de clanes. ¿Por qué lo hiciste hijo?

Bolt observó a su padre con gesto neutral, los parpados del Hokage estaban oscurecidos. Tenía ojos anfibios de color amarillo. Naruto Uzumaki estaba en modo ermitaño. Era así, como pudo captar los rastros de chakra que Boruto había dejado hace días. Era el maldito mejor rastreador de Konoha. Y lo había descubierto por eso. Bolt pudo ocultar su olor, también su rastro y las pruebas que podían conectarlo al ataque. Se suponía que Kiba se vería con una de sus amantes en ese claro del bosque. Por eso vino solo.


Bolt lo había asesinado, con un golpe preciso aplicado a corta distancia y justo en la zona del corazón. El que Naruto tuviera noción del chakra de su hijo en la zona, no significaba nada. Había muchos métodos para evitar que se supiera todo. Además, era justamente su padre quien tenía el modo ermitaño con el cual había sido descubierto. ¿Realmente lo iba a entregar? Finalmente Boruto, decidió soltar la carga de cuentas que guardaba en el corazón. Nunca había hecho manifiesto el desprecio que tenía por su padre. Pero había llegado el momento de explicarlo todo:

-ahora pareces verme bien Oto-san…-sonrió Bolt fríamente- han pasado muchos años. Pero finalmente me prestas atención. ¿Recuerdas el primer examen Chunnin que tuve? Donde fui derrotado y humillado frente a todo un estadio. Donde no conseguí ascender, sino a hasta un año después. –La mirada de Naruto denotaba sorpresa- no me mires como si lo recordaras perfecto. Después de todo… en ese combate que cambio mi vida. Estuviste presente, y ni siquiera te importo observarlo.

Y ese fue el comienzo de todo. De una larga conversación que no traería más que desgracias. Bolt estaba obligado a improvisar un plan. Su padre lo había descubierto, y debía hacer lo que fuera para distraerlo. El tiempo se terminaba, y Bolt se decidió a arriesgarlo todo. Tal vez no podría ser tan fuerte como lo era lo su padre. Pero existía un título que si sentía poder arrebatarle.


Ser el número 1, en sorprender a la gente.


Fin del capítulo.
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Mensaje por arminius Lun Jun 08, 2015 5:56 am

CAPITULO 6: EL HUEVO DE LA SERPIENTE

-Siempre recordaré ese día… -dijo Bolt con tranquilidad, y parecía totalmente impermeable al posible peligro proveniente del Hokage- durante muchos meses….no….realmente fueron años. –sonrió con fina tristeza- te había implorado. Te había suplicado me entrenaras personalmente.

Naruto observaba con cierta sorpresa. A pesar que su hijo comenzaba una determinada historia del pasado. Sus sentidos le indicaban que el chakra de Bolt estaba en completo estado de alerta. Como si estuviera preparado para iniciar un combate. Hacia algunas semanas habían estado entrenando junto a Himawari, pero jamás Naruto había sentido la antesala de una pelea real. No como en ese momento.

-finalmente….lo que mi ocupado padre hizo, fue dejarme tirado con Konohamaru-sensei. Aprendí un par de sus técnicas. Y fui entrenado en un estilo de combate que no correspondía a mi cuerpo. Pero…

-¿Pero qué?

-era el hijo del Hokage. –Respondió fríamente Bolt- tenía la obligación de ser el mejor. Ingrese a un examen Chunnin lleno de voluntad y sueños. Deseando estar a la altura de un padre que era el ninjas más poderoso del mundo. Un padre que pudiera verme, y finalmente entrenarme. Un padre que se sentiría orgulloso.

Naruto no lo podía creer. Su hijo siempre había sido un joven de aspecto despreocupado. Jamás parecía haberse tomado demasiado en serio el entrenamiento, si bien los informes de Konohamaru indicaban que tenía mucho corazón y valor en batalla.

-lamentablemente, -abrió sus brazos elevando sus hombros con apatía- no estaba preparado para enfrentar a esos Gennin que venían de Suna, Kiri o Kumo. Mi cuerpo no era tan fuerte como el de Naruto Uzumaki, no tenía tantas reservas de chakra ni fuerza física para superar mi inexperiencia.

-llegaste hasta la semi final…-le recordó Naruto- simplemente no ascendiste, por no haber demostrado capacidades lógicas y estratégicas suficientes. Según Gaara, no había demostrado todo tu potencial. Estabas distraído.

-aún recuerdo las risas en ese estadio…-dijo Bolt colocando una mirada dura- cuando mi cuerpo no podía acompañar a las técnicas que Konohamaru-sensei tan imprudentemente había colocado en mí. Pero no lo culpo….el nunca debió ser quien me entrenará. En cambio Sarada-chan, si bien continuamente tuvo a su padre lejos de Konoha, fue entrenada con su sharingan por él.

Naruto trataba de entender, pero realmente todo el asunto no conectaba para nada con la muerte de Kiba. ¿Por qué Kiba? ¿Por qué matar a un Jounnin cualquiera después de tantos años? Ese examen fallido del que su hijo evocaba, había sucedido hace al menos 4 o 5 años. No tenía sentido el berrinche. Y Bolt nunca fue un niño quejoso. Tenía que haber otra razón.

-cuando fui derrotado esa tarde, -recordó Boruto seriamente- me di cuenta que para ti, ni siquiera fue importante.

-solo fue una derrota…

-¿y sabes cómo perdí? –Ataco con la voz cargada de veneno- ¡ni siquiera prestaste atención al combate! ¡Solo me viste caer, y supusiste que había perdido por falta de fuerza o habilidad!

Lo cierto era que Bolt en algún punto tenía razón. Naruto recordaba estar enfrascado en una conversación con el Raikage y hasta Killer Bee había estado en el palco. Gaara era quien más había prestado atención a las batallas. Pero en esos momentos, se acordaba sobre importantes puntos de los acuerdos políticos entre aldeas. Naruto no había tenido intensión de no prestar atención. Simplemente se le había pasado.

-estuve observándote….-le dijo Bolt mirándolo fijo y ambos caminaban dando una circunferencia extensa- trataba de demostrar que podía ser tu hijo. Mientras enfrente, tuve un rival bien entrenado y concentrado. Debí ser mejor, debí ser entrenado por mi familia.

-no fue mi intensión. –Añadió Naruto apenas- había asuntos importantes que estaba hablando con…

-me importa un carajo….esa es mi respuesta. –indico Bolt sonriendo levemente- ¿no es como el Hokage piensa sobre su familia? Me importa un...

Casi había terminado de hablar, y Bolt sintió una tremenda sacudida en todo el cuerpo. Rato después, sin darse cuenta estaba en el suelo. Su nariz estaba rota. El padre le había golpeado y él ni siquiera lo había visto llegar. La sangre manaba abundante bajando a su boca. Sin embargo, boca arriba y apoyado apenas en su codo derecho, intentó con dificultad sentarse en el suelo. Veía a lo lejos como la furia del Hokage era enorme. Jamás le había hablado a su padre de manera tan irrespetuosa. Parecía una herejía. Y solo era el comienzo.

Con lentitud y una sonrisa fría como el invierno, se puso de pie. Boruto Uzumaki no dijo nada más durante algunos minutos. Vio claramente en los gestos de su padre, la sorpresa y el dolor. No había querido hacerle daño. Fue un impulso, un desliz momentáneo incentivado por el chakra activo de Bolt. Naruto dejó el modo ermitaño y quiso dar un paso hacia el joven para ensayar alguna disculpa. Era la primera vez que golpeaba a uno de sus hijos. La primera vez, sacando los entrenamientos. Y la mirada de Bolt imperturbable le hacía más daño que nunca.

-hijo…yo…lo…

-supongo que eso es todo…-estiró ambas manos y adoptó una postura de rendición- no me imagino que necesites una explicación. O siquiera mi versión de todo esto. Se me acusa de un crimen según entiendo. Hokage-sama me está poniendo bajo arresto. ¿Verdad?


Naruto no supo que hacer. Por primera vez en muchísimo tiempo no sabía qué hacer. Se había llenado el corazón de angustia. Su deber era reportar al consejo que podía sentir el chakra de su propio hijo en el lugar del crimen. Y aunque Sakura no hubiera arrojado ninguna pista concluyente en la autopsia, una vez arrestado el sospechoso principal, sería más sencillo lograr una confesión. A Naruto solo le quedaba actuar con cautela, y tratar de evitar que su hijo termine en las manos de Ibiki Morino. No podía entender lo que estaba sucediendo con su familia.

Los ANBU escoltas aparecieron en el lugar. Naruto ordenó que Bolt fuera puesto bajo custodia, y los ninjas obedecieron imperturbables. Aunque trataran de mantener este arresto bajo secreto, más temprano que tarde toda la aldea estaría enterada. Y Naruto solo podía rogar que su hijo tuviera una buena explicación sobre el origen de su chakra en ese lugar.

Era el comienzo del fin para la feliz familia Uzumaki, que todos creían conocer.


****************************************


Cuando ingresó al baño, Sarada se encontraba completamente frustrada. Había preparado el calefón con abundante fuego, lo suficiente para tener provisión de agua caliente por varias horas. La casa Uchiha tenía altas y bajas. Parecía demasiado grande para tres personas, (que usualmente solo eran dos) y al mismo tiempo sitios como el baño, eran agradables por su tamaño extenso.

Sarada aun pensaba en la charla de esa mañana con su madre.

Básicamente, no había podido apartar de su mente la confesión de su progenitora. ¿Por qué? ¿Por qué le resultaba tan chocante? Su madre, Sakura Uchiha. Tenía, o al menos había tenido un amante. ¿Por qué estaba mal? Sarada había pasado la tarde entera encerrada en su cuarto. Tratando de reflexionar sobre todo el asunto. ¿Su padre lo sabía? ¿Era por esa razón que nunca estaba en casa? No, no podía ser cierto. Con lo orgulloso que Sasuke Uchiha era, hubiera hecho pedazos la aldea si lo supiera. La razón del amante, era la falta del esposo. ¿Pero que garantizaba que su padre no tuviera amantes fuera de la aldea? desde ese punto de vista, era difícil acusar a su madre de no haber esperado e intentado de todo para que el esposo se mantuviera cerca.

Eran una familia extraña. Disfuncional, y fuera de lo normal.

Sus padres no se soportaban. Y Sarada sentía una extraña sensación de culpabilidad. ¿Era su culpa? ¿Tuvo que ver con no ser una buena hija? ¿Fue por su relación con Bolt Uzumaki? Sus recuerdos la llevaron hace un año. Justo cuando su padre andaba contrariado por el “noviazgo” de su hija. Habían concluido de entrenar con el sharingan. Sarada se sentía muy segura de sus técnicas, salvo cuando enfrentaba al Magenkyo de su padre. No debía sentirse preocupada por ello. Esos ojos no eran derrotables por cualquier ninja común. Sin embargo, lo que pudo ser una tarde-noche alegre donde el entrenamiento con Sasuke y la compañía había sido buena. La niña tuvo un episodio de carácter extraño al regresar a la casa.

Sakura se encontraba en el hospital, y la casa Uchiha solo era para el padre y la hija. La situación normal, era que el hombre se dedicara a tenderse sobre la vereda del patio trasero y esperar que la cena esté preparada. Aunque para ese horario todavía faltara unas horas. Sarada preparó su propio baño. Calentó el agua, y llevo sus artículos de aseo al cuarto correspondiente. Luego, se desvistió en la habitación contigua y con solo una toalla cubriendo su fino cuerpo, se trasladó para ingresar a bañarse.

-¿Qué hace… Oto-sama? –fue la pregunta que se le escapó al instante.

Sasuke estaba dentro del baño, tenía el torso desnudo y comenzaba a quitarle el resto de sus prendas. Sarada sintió lo que casi siempre junto a su padre. Se sintió intimidada. La puerta corrediza sirvió como una especie de escudo, y la toalla rodeando por debajo de sus hombros no parecía suficiente ropa. Su padre la miraba intensamente. Y aunque indefinible, esa mirada era penetrante y profunda.

-estoy cansado….-dijo el hombre al ver como la niña no ingresaba al baño, pero tampoco cerraba la puerta desde afuera- voy a bañarme ahora.

-ah….cla…claro….-Sarada comenzó a sentirse más nerviosa, aferraba con una mano la toalla más fuerte.

-el baño es grande…-finalizo el moreno y dándole la espalda a la joven, se sentó en un banquito para comenzar a jabonarse.

Sarada cerró la puerta y salió casi corriendo del lugar. Su cuerpo temblaba ligeramente. ¿Era el frio? Podía ser. Las puertas del patio trasero quedaron abiertas y la correntada la recorrió generándole calofríos. ¿Qué había pasado? no era que Sasuke Uchiha fuera el sujeto más amable del mundo, pero en general, cuando estaban en la casa Sarada casi no se cruzaba con él. Era como si su padre solo tuviera interés en la hija, en el preciso momento de usar el sharingan. ¿Entonces qué había pasado? nunca lo comentó con su madre. Pero esa última frase, esa… “el baño es grande”, se había parecido demasiado a una invitación a bañarse juntos.


Sarada recordaba aquello. Lo había guardado muy dentro en su memoria. Porque solo en ese instante, su padre había dejado de parecer su padre. Fue como si….el hombre que había en él, la hubiese invitado a compartir un baño. Esa mirada, que nunca parecía decir absolutamente nada, por un instante siniestro fue como si….

-cariño….-escuchó la voz de su madre ingresando al baño- ¿podríamos bañarnos juntas?

Siempre era lo mismo. Siempre la voz de su madre le tranquilizaba. Cuando entrenaba en la academia hace años, y volvía frustrada por cualquier asunto tonto, su madre había logrado contenerla siempre. Cuando regresaba de misiones, y sentía que algo no estaba bien hecho. Cuando su padre se largaba lejos, y no estaba presente en los momentos de las celebraciones que la niña hubiera querido compartir. Siempre su madre. Siempre Sakura Uchiha había contenido su corazón.

No le dijo nada, simplemente la miró y sonrió apenas. Sin embargo, esta vez no se dedicó a continuar su propio aseo. Tuvo que detenerse, para admirar el preciso instante que Sakura se deshizo de la toalla que la contenía. Un cuerpo hermoso. Parecido al de Sarada pero más desarrollado. Sarada se sentía algo preocupada por sus senos, pero al ver a su madre, y fotografías de cuando tenía esa edad, se figuraba que le crecería lo suficiente como para parecerse a ella.

Sakura ubico un pequeño banquito justo detrás de Sarada. Y sentándose en él, tomo una gran esponja amarilla para comenzar a jabonarle la espalda. Ambas se mantenían en silencio, la pelirosa debía estar consiente que encontraría cierta tensión, por la confesión del mediodía. Pero también sabia, que Sarada y ella eran demasiado unidas como para terminar alejadas tan pronto.

-tienes algunos cortes aquí….-le indicó la madre levemente, refiriéndose a la espalda- ¿quieres que Ka-san te ayude a sanar?

Sarada no dijo nada, simplemente continuo jabonándose los brazos y partes frontales de su cuerpo. Sakura tampoco necesito una repuesta, el chakra color verde surgió de sus palmas y en cuestión de un minuto había borrado las marcas que notaba en la niña. Era cosa del entrenamiento, había caído duro desde las copas de los árboles y se golpeó feo. No era grave, pero aún conservaba los raspones.

-lo siento cariño…

Esas palabras nada tenían que ver con el baño o el jutsu curativo. Ambas lo sabían. La situación no era común. Tal vez fue un tonto impulso. Tal vez solo fue eso, el decirle a su hija que había traicionado al padre. Pero no le pedía perdón por ello. Aunque la joven pudiera interpretarlo así. Lo que realmente le dolía a Sakura, lo que le molestaban de sobremanera, era recordarse a sí misma en los brazos de Bolt. Follando con el novio de Sarada. Cediendo ante un joven que por edad podía ser su hijo. Era una locura, una verdadera insania. ¿Qué estuvo pensando? ¿Cómo pudo enloquecerse al punto de olvidar quién era?

Esto no tenía nada que ver con Sasuke. Sakura no se sentía culpable de serle infiel a un esposo que prácticamente no vivía en Konoha. Pero aun sabiendo de su propia necesidad sexual, Sakura consideraba que pudo haberse acostado con cualquier otro hombre. ¡El que fuera! Antes que el novio de su única hija.

Mientras tallaba la espalda de Sarada, Sakura Uchiha reflexionaba que no podía continuar de la misma manera. No se arriesgaría a ser descubierta por su hija en la identidad del amante. Ahora mismo, si bien había sido sincera, corría el riesgo de tener alerta a la joven con respecto a ese hombre que ella supuestamente no conocía.

-Ka-san….-susurro escondiendo los hombros y encorvándose entre suspiros- ¿Quién es ese hombre?

Quería saber la identidad del sujeto. Para ponerle un rostro al odio. Sakura se figuraba que Sarada jamás sospecharía de alguien más joven que su madre. Y aun así, sin dudas descargaría su furia sobre aquel sujeto misterioso que destruía su familia. Aunque, hablando en términos específicos, la familia Uchiha tenía problemas internos. Lo suficientemente profundos como para no necesitar alguien más, metido en la cuestión.

-no es importante…-respondió Sakura y levanto un cubo de agua, para echarlo sobre la espalda de Sarada.

-lo es para mí…-dijo Sarada luego de recibir el enjuague.

-en realidad no. –Indico la pelirosa- Porque se bien que esto te hace daño. Y por eso hoy he decidido….-dudó algunos instantes- te prometo que no volveré a verlo.

-¿Por qué?

- Simplemente porque te hace daño. –Le dijo la madre abrazándola por la espalda- y no puedo ser feliz…haciéndote daño.

-harías….eso… ¿por mí? –susurro la morena entre sorprendida y emocionada.

-lo prometo…nada nos va a separar mi niña.

Desde ese momento, desde ese baño juntas. Sakura se prometió y le prometió a su hija que no volvería a estar con su amante. La pelirosa había recibido la suficiente información de la autopsia para negociar un intercambio de silencios con Bolt. Si el rubio intentaba obligarla a continuar la relación clandestina, Sakura revelaría lo que conocía sobre la muerte de Kiba.

Incluso le iba a pedir a Bolt, que si realmente sentía algo por Sarada la dejara libre. No podía continuar fingiendo que la quería, cuando se había acostado con su madre luego de violarla. Bolt no parecía tener real aprecio por nada ni nadie. Sakura había notado, en el fragor del sexo fuerte, que muchas de las palabras del joven Uzumaki estaban llenas de virulencia contra su propio padre.

En resumen, Bolt tenía problemas familiares y personales. Sakura simplemente no quería que su hija estuviera en medio, cuando finalmente recibiera su merecido. Porque de algo estaba muy segura Sakura Uchiha, con la tenacidad de Naruto siguiendo la pista del asesino de Kiba, solo era cuestión de tiempo para que finalmente la verdad fuera revelada.



*************************************


La reunión había sido terrible. Naruto se había pasado casi 3 horas en conversaciones con todos los líderes de clanes en Konoha. Contaba con el apoyo de Shikamaru, Chouji e Ino. Que eran contemporáneos a él, y además amigos. Para todos los demás, había sido duro y sorprendente escuchar de la propia boca del Hokage, como el principal sospechoso sobre el asesinato de Kiba Inuzuka, no era otro ninja que su propio hijo. Boruto Uzumaki era el “honorable hijo del séptimo”. Incluso para algunos apenas si conocían que estaban hablando de un simple Chunnin. Nadie se figuraba que pudiera ser el culpable, pero tampoco les permitía sospechar que el Hokage no hubiese tenido razones de mucho peso, como para apuntar de esa forma a su propia familia.

-Tsume-sama…-dijo Naruto en el momento donde había anunciado a todos sus sospechas sobre Bolt- le prometo que haré todo lo posible por encontrar al asesino de Kiba. Y la única pista que tenemos, señala a mi propio hijo en el lugar del crimen. Por el momento, iniciaremos ahí.

Hanabi no podía dejar que la vieran sonreír. La situación era demasiado perfecta para el clan Hyuuga. Ahora, tenía dos opciones igual de suculentas por delante. La primera, era hacer todo lo posible porque Bolt Uzumaki terminara ejecutado. Lo cual privaría al Hokage de un heredero varón. Extinguiendo su sucesión y dejando al clan Hyuuga como el indiscutible próximo liderazgo de Konoha. Y la otra opción, sabiendo lo que sabía por sobre todas las personas presentes, era ayudar a Bolt con su problema. Sacarlo de la prisión y ganarse su fidelidad. Lograr que Bolt se trasformara en un Hyuuga, y así tomar el poder que tan hábilmente había ocultado de casi todos.

Hanabi tenía la situación bajo control.

La separación de padre e hijo era algo consumado. Ahora era cuestión de aprovechar el momento. La muerte de un Inuzuka, no debía alterar demasiado las cuestiones políticas de la aldea. Si acaso Tsume no tranquilizaba la búsqueda de respuestas, Hanabi estaba preparada para proporcionarle un chivo expiatorio. Todo en post de recuperar para su clan, un elemento vital del futuro. ¿No era por esa razón que era la líder? ¿No era ese el motivo que su padre había tenido… y su abuelo, y su bisabuelo? El futuro de clan, su poder e influencia. El número de miembros y el nivel general de ellos. Esa era la misión de Hanabi Hyuuga. Ese era su destino.

-eso es todo….-dijo Naruto gravemente- ahora mismo tengo trabajo que hacer.

Todo terminó en la reunión de clanes. Tsume estaba satisfecha por el compromiso mostrado por el Hokage. En el seno del clan Inuzuka no estaba tan de acuerdo en la profundidad que debían insistir sobre la muerte de Kiba. De hecho, de no ser el hijo de la líder, probablemente lo hubieran dejado pasar bastante rápido. ¿La razón? No era desconocido para casi nadie, de los amoríos que Kiba tenía con cierto número de mujeres. Solteras, comprometidas, viudas y hasta casadas. ¿Hasta dónde había llegado con esos juegos? ¿Acaso su asesinato tenía que ver con una venganza personal? Era allí, donde la mayoría pensaba que no encajaba el hijo del Hokage. Se sabía que era soltero Bolt, y que tenía un noviazgo con la joven Sarada Uchiha. Nadie podía presuponer que Kiba hubiese tenido algún acercamiento a esa niña. ¿Entonces cuál era la razón? Como fuera, tanto íntimos como extraños al Hokage, no podía creer que hubiese acusado a su propio hijo. Tenía que tener una prueba muy contundente. De lo contrario, no había forma de explicar la situación.



******************************************


La oscuridad de la celda era penetrante. El joven Uzumaki sin embargo, la pasaba sentado en el rincón menos húmedo de ese lugar bastante limitante. Sus ojos podían ver, tal vez mucho más de lo que todos podían. Su memoria le ayudaba, ya que no era la primera vez que conocía este lúgubre sitio. Era cierto que como detenido, estaba haciendo debut, pero en calidad de integrante de la Raíz, conocía bastante de los sectores más ocultos de la aldea de la hoja.

Habían pasado ya dos días desde que fue arrestado. Lo habían visitado varios grupos de interrogatorios. Sin embargo, su padre al parecer no se decidía en incluir a Ibiki Morino al juego. Bolt en esa parte estaba más tranquilo. Ibiki-san no era un sujeto con el cual se debería compartir una habitación cerrada por demasiado tiempo. A los más novatos de la división de interrogatorios y torturas, el joven Uzumaki sabía que podía superar sin problemas. Pero con Ibiki….era un desafío demasiado grande.

Tenía sed, y un poco de hambre ya puestos. Pero nada grave si era comparado con el trato que recibían los ya encontrados culpables de cargos. Bolt reflexionaba, que había tomado una decisión peligrosa al enfrentar así a su padre el Hokage. Sin embargo, tuvo poco tiempo para pensar, y le había sorprendido que un plan tan bien urdido se hubiese ido por un caño. El arte Sennin era un fastidioso poder. Echaba por tierra las excusas que Bolt pudiera esgrimir sobre su lejanía del lugar, en el momento del asesinato.

Pero, ahora que había tenido un par de días para pensar mejor, surgía una pequeña idea que podía salvarle el pescuezo. Si bien no podía negar ante las habilidades de su padre sobre haber estado en ese lugar preciso. Si podía, esgrimir que no se encontraba exactamente en el momento del crimen. Pudo estar allí por simple entrenamiento, y pudo también haberse cruzado con Kiba momentos antes de su desgraciada muerte. ¿Podía su padre captar el chakra impregnado en el cuerpo de Kiba? Era una jugada de riesgo sin lugar a dudas. Pero aunque Naruto estuviera en condiciones de refutar esa defensa de su hijo, ¿lo haría frente a todos? ¿Lo enviaría hacia la hoguera?

De un momento a otro, Bolt sabía que sería conducido a una sala de reuniones donde los líderes de todos los clanes estarían esperando. El Hokage y sus consejeros, también las cabezas más importantes de todas las familias. A nivel pruebas físicas, Boruto conocía que tenía la ventaja en su defensa. Hacía días, que la división de interrogatorios intento sin éxito sacarle confesión alguna. Y cuando enviaron a un Yamanaka a leerle la mente, fue alguien que también pertenecía a la raíz, por lo que su reporte daría un gran “nulo”. Los registros de las salidas y entradas en las puertas de Konoha, fueron cambiados en sus horarios base. Y Bolt sabía con exactitud que había por lo menos dos integrantes de la raíz en todos los sectores clave donde se pudiera hallar alguna pista sobre el asesinato.

Finalmente, su rango de Chunnin, contrastando contra la categoría de “Jounnin” que solía exhibir Kiba Inuzuka, le mantenía en una inocente posición frente a los que pudiera pensar que había media razón para acusarlo de ese ataque. Razonándolo correctamente, Bolt solo había tenido una preocupación en esos días de cárcel. El examen del forense sobre la autopsia practicada al cuerpo de Kiba. En esa zona particular, no pudieron meterse los ninjas médicos que pertenecían a raíz.

Pero…justo cuando empezaba a preocuparle ese eslabón suelto de la cadena…ella se presentó en la cárcel a visitarlo.

Sakura Uchiha, había sido tanto el motivo de su resentimiento, como el objeto de sus más bajos deseos. Y para desgracia de un Shinobi que intentaba mantener el control total de sus emociones, aun lo seguía siendo. Bolt la observó desde el interior de su celda sin moverse, ella atraves de la rejilla relato lo que había descubierto sobre las pruebas realizadas al cuerpo del muerto. El joven no pudo evitar sonreír levemente, mientras Sakura le explicaba los métodos que había desarrollado para llegar a la conclusión de que efectivamente, Bolt Uzumaki había atacado al difunto:

-las marcas en tus hombros y espalda que vi hace días, me dieron la sospecha…-le dijo neutralmente Sakura- luego, constatando con las muestras de piel en las uñas de Kiba…encontré lo que esperaba. Eso….y otras 6 señales que pude deducir entre análisis de sangre y…

Bolt no decía nada. ¡Que increíble forma de descubrirlo! Recordaba solamente que cuando asentó el golpe definitivo sobre el imbécil del Inuzuka, su única reacción fue arañarle los hombros, para luego caer muerto de manera inapelable. Le había desgarrado la ropa, y además hecho sangrar. Sin dudas tomarlo con la guardia baja había sido una política muy inteligente. Cara a cara, otro hubiese sido el costo para derrotarlo.

Mientras Sakura seguía dando detalles de su descubrimiento, Bolt no podía dejar de recordar a esa mujer desnuda y sedienta de sexo. Ahora mismo se veía nerviosa pero fría. Sin embargo, el joven la había “conocido”, de la forma más atractiva que le era posible. Ese cuerpo candente y bien moldeado, piel suave, ojos esmeraldas que brillaban cual estrellas cuando la penetraba bien profundo. Una fuerza brutal, al punto que le dejaba marcas por todo el cuerpo con sus agarrones y arañazos, aunque luego la propia mujer se encargara de sanarlos.

¿Había sido un error poseerla?

Y si así fuera, era ese tipo de “error”, que Bolt cometería todas las veces que fueran posibles de nuevo. Porque esa mujer, no solo era un centro de problemas, sino una fuente de increíble poder sexual. Bolt recordaba, que sus instantes íntimos con Sarada, eran apenas chispas. Una promesa de futuro fuego si se quiere. Sakura en cambio, era el mismísimo infierno. Por esa razón, aunque las palabras de esa mujer denotaran una total falta de acercamiento, Bolt no pudo evitar sonreír apenas. Y sentirse un poco excitado.

-no quiero ver involucrada a mi hija con esto….-le dijo la mujer concentrada como en una negociación –no me importan tus razones.

-no te preocupes…

-no puedo evitar hacerlo… –argumento la rosa, arriesgándose y jugando su carta- Pero todo lo que puedo presentar como prueba forense, será nulo si simplemente guardo silencio.

-Y eso tiene un precio….-sonrió apenas el joven sentado en su rincón sin moverse- ¿cierto?

-hemos estado mal. Locos, confundidos. –Proseguía la mujer- traicionábamos a alguien especial.

-¿tu marido? –Desdeñó Bolt apenas- ese sujeto es un imbécil. No tienes la culpa de buscar satisfacción en…

-me refiero a Sarada. –Indicó Sakura neutra- es en quien deberíamos haber pensado antes de cometer esta locura. Y por ella, debo pedirte que no vuelvas a intentar acercarme a mí.

Bolt no dijo nada. ¿Sakura estaba cambiando las pruebas forenses por terminar la relación de amantes? Parecía algo sin sentido, ya que Sakura pudo terminar todo sin mediar extorsión.

-además….-continuó la rosa- no presentaré un informe que te perjudique en el asunto del crimen. Siempre y cuando me prometas algo…

-¿Qué quieres?

-Quiero que cuando quedes libre…-finalizó Sakura apenas- termines tu noviazgo con mi hija. No la quieres, eso es evidente. De lo contrario no estarías conmigo. Así que no quiero que sea herida por ti. Ahora o en un futuro. Déjala libre.


Boruto hizo un gesto de resoplo desganado. No era que le sorprendiera demasiado el pedido. Sakura desde siempre no había tenido buena predisposición a la relación. Antes era por como Bolt la trataba, ahora mismo tal vez, porque consideraba que él no quería realmente a su hija y deseaba protegerla y protegerse. Eso era un punto clave. Protegerse. Proteger su relación con Sarada. Proteger su secreto frente al marido. Incluso evitar una pelea entre Sasuke y los Uzumaki.

De parte de Bolt, si lo pensaba detenidamente, la otra misión pendiente que tenía podía acarrear problemas. Si aceptaba este trato, Sakura y Sarada quedaban fuera de la ecuación. Las únicas pruebas que lo incriminaban en el asunto “Kiba”, serian eliminadas. Y tendría camino libre para encargarse de su trabajo como parte de Raíz. La respuesta fue obvia, más que forzada.

-de acuerdo….

-¿de acuerdo entonces?

-te lo prometo. –Asintió el rubio- en una cosa si soy idéntico al Hokage.

-en tu palabra empeñada. –Sonrió Sakura- ¿cierto?


Dicho esto, y medio asustada por esa sonrisa compartida que venía desde un lugar incierto de su interior, Sakura se alejó de la celda y se despidió en silencio. ¿Qué había pasado? ¿Cómo podía hacer ese tipo de tratos con alguien que odiaba? ¿Realmente lo odiaba? ¿Podía odiarlo a ese niño? ¿Podía olvidar los momentos tan íntimos y sexualmente impresionantes?

Caminando, por las calles de una Konoha demasiado tranquila para los últimos eventos ocurridos, Sakura reflexionaba que al pensar en Boruto, ya no podía verlo como un niño. Aunque apenas tuviera un año más que su propia hija. Aunque tuviera actitudes caprichosas. Según comentarios de Ino, Bolt había cumplido la fantasía de muchos de los niños idiotas lujuriosos. Se había follado a la esposa de uno de los sujetos más poderosos e inestables del mundo. Y al parecer, viviría para vanagloriarse por ello. Además, había cometido un crimen que pudo costarle la cabeza. Y por cuestiones de conveniencias, parecía que evitaría también pagar por ello. ¿Cuántos sujetos en el mundo podían contar tales hazañas?

Sakura sonrió divertida de sus pensamientos. Bolt, muy a su pesar al parecer, había demostrado ser hijo de su padre. El número uno en sorprenderla. El número uno en sorprenderlos a todos. Mientras su mente cavilaba raudamente, se encontró ingresando a su propia casa y encontrándose con Sarada. La niña estaba nerviosa. Había enterado hace dos días del arresto de Boruto. Y no le habían permitido visitarlo.

-¡Ka-san! –Dijo Sarada nerviosa- ¡¿Qué pudo averiguar?!

No podía decirle mucho. Pero hasta que el propio Bolt hablara con ella y cortara con la relación, algo debía comentar para tranquilizarla:

-estuve investigando, y su asunto se va a solucionar pronto.

-¡él no lo hizo Ka-san! ¡Hablaré con quién sea! ¡Hablare con…!

-calma…-le dijo Sakura tomándola de ambos hombros- no hay pruebas que puedan señalar a Bolt como culpable. (Las únicas están en mis manos y nadie las descubrirá jamás) simplemente se lo está interrogando y pronto quedara en libertad. Ahora….mejor ocuparse de otros asuntos. Por ejemplo….-sonrió pensando en una forma de distraerla- ¿hace cuánto que no estudiamos juntas? No quiero que te vuelvas dependiente solo de tu sharingan. ¿De acuerdo?

Sarada como siempre, aceptó a regañadientes. El asunto de Bolt le preocupaba mucho, pero al mismo tiempo vio tan tranquila a su madre, que no tuvo poder para dudar en su palabra. Decidió ceder, porque a diferencia de su padre. Sakura siempre que podía le dedicaba todo el tiempo para entrenarla en sus campos específicos. Sarada tenía talento, pero además se volvía mejor aumentando sus conocimientos. Una costumbre que su madre había implantado desde siempre.



**********************************


Una semana después, Bolt fue conducido a la oficina del Hokage. Allí un grupo de los líderes de clanes, vieron el interrogatorio final. El joven Uzumaki admitió haber estado en la zona, pero no fue justo en el momento del ataque sufrido por Kiba Inuzuka. Solía entrenar en esa zona del bosque, y por añadidura también sabía que Kiba solía encontrarse secretamente con algunas mujeres. Lo había cruzado por el bosque en otras ocasiones. Y también había visto algunas señoras casadas, sospechosamente cerca de ese lugar. Cuando le preguntaron quienes, Bolt respondió que ese no era su asunto.

Hanabi Hyuuga intervino por Bolt indirectamente. Había estado apalabrando a varios de los líderes presentes tratando de desviar las sospechas. Los argumentos de falto de nivel de categoría y un historial limpio de problemas desde que se volvió Chunnin, también aportaron lo suyo. Los datos del forense, en los que Tsume tenía algún tipo de esperanza, arrojaron pistas indefinidas. Sakura había sospechado asesinato, pero dijo no tener pruebas concluyentes. El resto de los ninjas médicos que también revisaron el cadáver, no encontraron nada más. (Sakura ya había estado antes con el cuerpo) y a nadie se le ocurrió pensar que la señora Uchiha tuviese media razón para cambiar los datos para exonerar a Boruto Uzumaki.

En resumen, aunque Naruto y su consejero principal Shikamaru creyeran que algo no estaba completamente claro en el asunto. Hubo un acuerdo de decisión entre los líderes, y Bolt Uzumaki quedó en libertad. Estaría bajo supervisión durante un tiempo. Incluso se le haría examen para evaluar su nivel de habilidad. Pero en definitiva, se había salido con la suya.

Tsume Inuzuka no estuvo satisfecha con la indefinición del caso. Pero hasta ella misma, se veía incapaz de notar en el hijo de Naruto, un posible asesino de Kiba. ¿Cuál era el motivo? ¿Cuál sería la razón? Kiba apenas si alguna vez había visitado la casa del Hokage, y solo en esas circunstancias estuvo siquiera cerca de Bolt. Nunca se hablaron, nunca se frecuentaron. No existía ni un solo punto de vista que lo señalara al joven Uzumaki como asesino. Y matar por matar, tampoco podía considerarse potable, ya que los exámenes mentales de los Yamanaka en las salas de interrogatorios fueron negativos.

Ese mismo día, Bolt regresó a su hogar. Recibió con mucha alegría el abrazo cariñoso de su hermana Himawari. Su madre sonrió y estuvo contenta, pero se la veía algo nerviosa. Como si ya predijera con exactitud lo tenso de la situación que se venía. Después de todo, aunque su esposo Naruto hubiese actuado de acuerdo a su posición como Hokage. En las cuestiones de padre, había estado totalmente en contra de lo que se podía esperar.

Esa misma noche, contrario a lo que se podía esperar, tuvieron una primera cena familiar en calma. Luego de incidente y después de haber pasado por una celda durante días. Bolt pareció especialmente animado. Su hermana le acompañó y estuvo contándole un montón de situaciones que sucedieron mientras Bolt no estaba presente. En cuando a los padres, Naruto y Hinata apenas si le dirigieron la palabra. La mujer estaba con la vista baja, triste de la situación. El hombre, sentía una confusión similar a lo que pudo experimentar en el bosque. Cuando podía captar rastros del chakra de su hijo en toda la zona.

Luego de la cena, mientras las mujeres atendían la limpieza de los enseres en la cocina, Boruto vestido con un kimono de entrecasa, salió al traspatio con un vaso de té, para respirar aire fresco. Naruto le siguió, media hora después. Ahora tenía que hacer lo más difícil de todo. Tratar de encontrar las palabras exactas para disculparse. Todo el asunto, luego de extensas investigaciones, había resultado en una gran mentira. Pero Naruto no lo sabía. Creía que se había equivocado. ¿Cómo encontrar perdón luego de esta grave acusación?

-¿Cuál es tu versión de este asunto? –dijo finalmente acercándose a su hijo.

La pregunta le surgió naturalmente. No sabía cómo iniciar la necesaria conversación. Y recordó las últimas palabras de su hijo antes de notarse arrestado hace una semana.

-¿Cómo ha dicho?

-hace tiempo, me dijiste que no escuchaba tu versión del asunto. –Le recordó Naruto sentándose a su lado- y ahora, aunque creas que no me importa o es inútil. Quisiera escucharla.

La reacción iba a ser volcánica. Su propio hijo seguramente iba a enviarlo a freír espárragos. Pero tenía que intentar arreglar las cosas. ¿Se había apresurado al acusarlo? Tal vez la decepción de pensar a Bolt un asesino le hizo actuar imprudente. Pero cuando lo había consultado con Shikamaru, también el Nara había admitido que algo raro se cocinaba en el asunto. Aunque luego las pruebas del juicio estuvieran en contra. ¿Qué más podía hacer que disculparse?

Pero Bolt, casi sin dedicarle una mirada completa, suspiró de manera cansina, bebió un poco de su té con apatía y declaró:


-supongo que tendrás algunos problemas para dormir esta noche… ¿cierto?

Naruto le miró neutralmente. Esperando lo que se viniera. Al parecer se había equivocado, y Bolt aun así lo tomaba demasiado bien. ¿Por qué razón?

-dímelo…

-existen cosas en este mundo, que simplemente tienen que hacerse. Durante mucho tiempo, me sentí molesto por ciertas actitudes del Hokage. Parecía, que su familia era lo último en lo que debía ocuparse. Luego de caer en los exámenes Chunnin, empecé a entrenar con otra mirada. Con otros recursos. Entendí, que se debe actuar en respuesta a nuestras prioridades. Incluso utilizando nuestros deseos o impulsos. Se mira… atraves de la decepción.

-¿realmente lo asesinaste, Bolt? Solo quiero saber eso.

El joven sonrió apenas, volvió a beber de su vaso y prosiguió:

-Inuzuka Kiba, se veía con mujeres ajenas. Eso en una aldea ninja significa problemas. Tarde o temprano lo iban a descubrir. ¿Imaginas a esposos de profesión Shinobi descubriendo que les ponen el cuerno? Su muerte pienso yo, es en cierta forma un alivio.

-¿un alivio?

-se pierde un buen Jounnin digamos. –Reflexionaba Bolt calmadamente- pero se ahorra un gran problema entre clanes. ¿Quieres saber porque sucedió lo sucedido? Entre otras mujeres, él estaba….-dijo como si confesara un secreto- intentando ligarse a Ka-san.

Fue como una bomba. La cabeza de Naruto estallo en mil pedazos. ¿Hinata? ¿Kiba estaba detrás de Hinata? ¡¿Qué locura estaba sucediendo?!

-no puedes estar hablando en serio.

-No me creas sino quieres. Al principio me sorprendió también, -seguía el joven- pero luego, entendí que podía ser un problema mayor. Ka-san es muy…. “inocente” en ciertos aspectos.

-Hinata nunca…

-tal vez Ka-san te sea fiel por siempre. –interrumpió Bolt- Pero… ¿Podrias culparla de acostarse con otro hombre, cuando su esposo fantasea y desea a otra mujer? Alguien tenía que hacerse cargo del asunto. Era cuestión de tiempo.

Naruto se sentía aturdido. Desbordado, sorprendido. Todo su cuerpo se paralizaba ante las palabras de su hijo. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Qué estaba diciendo? ¿Acaso Bolt, sabia….?

-Entonces….mientras le mirabas el trasero a Sakura Uchiha en la oficina, o en los fines de semana familiares, otro sujeto intentaba meterse en la cama con Ka-san. Sorpresa, sorpresa. Así de simple fue todo esto. Hace días, -dijo Bolt poniéndose de pie y marchándose lento- te advertí que tu familia no te importaba. Pero no creas que sucede lo mismo en mi caso. Si alguien se mete con Ka-san, o Hima-Nee-san. Será enviado al mismo sitio que ya conoce ese perro Inuzuka. Espero que lo tengas en cuenta, Oto-sama. Buenas noches.


Y se fue, directamente a su cuarto. Dejando a su padre el Hokage completamente de piedra. Ahora conocía el motivo del asesinato. Ahora sabía con exactitud quien había sido. Ahora tenía una confesión completa sobre el asunto de Kiba Inuzuka. Pero al mismo tiempo, no tenía absolutamente nada. No podía actuar de ninguna forma con la información obtenida.

El desgraciado de Kiba, un amigo de muchos años, siempre le había interesado su ex–compañera de equipo. Naruto podía recordar el momento de su casamiento, donde Kiba le juró que lo mataría si no lograba hacer feliz a Hinata. No fue una advertencia de amigos. Fue de un hombre que había querido y había perdido. Y para colmo, Bolt además había advertido los deseos de su padre que recaían sobre Sakura Uchiha. La esposa de su mejor amigo. ¡Qué vergüenza! ¡Su propio hijo lo había sabido desde siempre! En esos momentos podía recordar los fastidios de Bolt cuando Sakura estaba cerca. La culpaba de la infelicidad de su madre. Y las rabias contra el propio Naruto. Al cual también culpaba por no prestar atención a su familia.

Se sintió miserable. Un maldito perdedor.

Era el séptimo Hokage de la hoja. Tal vez el más fuerte ninja de mundo. Y frente a su hijo mayor. Ahora parecía un niño tonto e indefenso. Boruto Uzumaki, el descuidado, el relajado, el bohemio. Había visto atraves de las sombras de los hombres, y actuado para evitar un problema. Bolt Uzumaki, había estado protegiendo a su padre y familia todo el tiempo. Incluso de ellos mismos.

Era como ver el huevo de una serpiente….

Atraves de la membrana, ya puede avizorarse aquel reptil en su interior….

Perfecto.

Fin del capítulo.
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Mensaje por enriqueminato Lun Jun 08, 2015 7:01 am

wuaaaaaaa no lo puedo creer bolt le dijo todo a naruto jejeje se q sakura no podra aguantar mas y caera otra vez con bolt y otra cosa un incesto entre bolt con hinata consolandola cosas asi... y despues puedes hacer un trio jejeje bueno seria genial ver la cara de naruto cuando vea q hinata se fugo con bolt y sakura.
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Mensaje por arminius Dom Jul 05, 2015 11:59 am

CAPITULO 7: UN NUEVO JUGUETE

Sus rutinas diarias no variaron demasiado…

Bolt Uzumaki salía todas las mañanas bien temprano. Primero desayunaba en la cocina con junto a su madre y hermana, para luego trasladarse a algún campo de entrenamiento, en la búsqueda de elevar su nivel. Caminaba despacio, saludaba a los mismos de siempre que cruzaban por la calle, y se disponía a comprar las mismas cosas que de costumbre a su regreso. Casi nadie, entre los civiles que Bolt había visto, se enteró que estuvo en la cárcel acusado de asesinato. Tal y como había supuesto el joven Uzumaki, su padre no había permitido que la noticia de su captura ganara la calle. Cosa que seguramente estaría agradeciendo internamente, en la profundidad de su oficina en la actualidad.

Sin embargo al poco de andar, Bolt comenzó a observar que lo vigilaban de cerca. Lo pudo notar en su primer entrenamiento privado, al día siguiente de esa “conversación aclaradora” con el Hokage. Luego, mientras almorzaba en un puesto de comidas cualquiera, y finalmente cuando visitó a Sarada. Siempre tenía algunas sombras siguiendo sus pasos. ¿Serían enviados por su padre? ¿Acaso serían los Hyuuga? ¿Podrían estar buscando una revancha los Inuzuka? Había alguien a quien Bolt no había podido engañar completamente. Aunque en realidad no importaba. No por el momento al menos. Pero debía averiguar eventualmente de quien se trataba. Para actuar en consecuencia.

Tal y como había prometido a Sakura, en los primeros días luego de su liberación, tuvo una conversación privada con Sarada, y decidió dejarla. Al principio, cuando había aceptado los términos de la madre de su novia, Bolt pensó que efectivamente no sentía nada por Sarada Uchiha. Que enredado como había estado con Sakura, comprobaba que Sarada no significaba demasiado para él.

Sin embargo, cuando la miró a los ojos, esos hermosos y oscuros ojos de profundidad, Bolt sintió una puntada en el corazón. Sarada no solo era su novia, también era su amiga más antigua. Prácticamente habían crecido juntos. Mientras el rubio hablaba sobre separarse, pensaba y repensaba todo lo vivido. Cuando Sarada intentó ingresar a su mente, cuando se besaron por primera vez. Bolt reflexionaba que en aquella ocasión, aceptó los sentimientos de Sarada como una forma de reemplazo. En realidad, hacía tiempo que venía deseando a Sakura Uchiha, y su hija era como la versión del pasado de su objeto de deseo. Se parecían mucho, madre e hija, en las cuestiones físicas, y en lo que Sarada podía ser como mujer en un futuro. Eso pensó Bolt aquella tarde, cuando aceptó convertirse en el novio de su mejor amiga.

El tiempo pasó, y contrario a lo calculado no fue un desastre.

Bolt seguía sintiendo mucha ansiedad por Sakura. Tanta que le provocaba irritación cuando estaba cerca de ella. Pero se vio en problemas rápidamente, porque debía disimular ante Sarada la situación tensa que vivía con respecto a su madre. Paso a paso, empezó a notar algunas diferencias marcadas entre madre e hija. Y cuando tuvo que estudiar los informes psicológicos sobre Sakura Uchiha, ya decidido a actuar contra ella, pudo figurarse las pautas que la diferenciaban claramente de Sarada. Aunque físicamente fueran parecidas, mentalmente tenían otra estructura.

-Sarada-chan….-le dijo Bolt luego que ella se abalanzó sobre él y le besó en los labios con ternura- tenemos que hablar…

Ella se estremeció levemente, sintió el impacto de esas palabras incluso antes de siquiera suponer sus intenciones. Fueron a un lugar tranquilo, Bolt aun así sabía que lo estaban vigilando implacablemente. Fueron, a las hamacas detrás de la academia Shinobi. No era día de clases para los niños, nadie molestaría la situación.

-seguramente has sabido lo ocurrido…-inició Bolt, que por dentro admitía estar costándole más de lo que pensaba- yo….no sé qué decir.

-no te preocupes Bolt-kun…-sonrió ella apenas, aunque tenía un mal presentimiento- todo esta aclarado. Yo sabía que tú no eras culpable de eso.

Bolt sabía exactamente donde estaba el sujeto que lo vigilaba. Ventajas de contar con una habilidad secreta. Así que se movió un poco de lado, quedando aun sentado junto a Sarada, y mientras hablaba normalmente, comenzó a realizar lenguaje de señas con sus manos, muy útil para misiones peligrosas. Mientras sus manos eran cubiertas del espía por su espalda. Él le dijo a su amiga, “estoy siendo vigilado”. Y con su boca aclaró:

-tengo problemas con mis padres Sarada-chan. –sonrió apenas cuando notó que su amiga había comprendido las señas- y creo que esos problemas, te pueden alcanzar a ti.

-¿Por qué razón?

-Porque no importa lo que pueden o no pueden probar. –anunció el rubio entendiendo que la pregunta de su amiga, iba directo a su mensaje encriptado- sino descubrir hasta donde podemos llegar en determinadas situaciones. Y sobre todo, hasta donde pueden llegar ellos.

Sarada lo pensó un momento. ¿Por qué? ¿Por qué tenían la idea de que alguien como Bolt podía asesinar a sangre fría? ¿Qué razón podía tener su novio en cualquier caso? Kiba Inuzuka, era apenas un amigo de ambas familias que se la pasaba de conquista en conquista más que preocupado en cualquier otro asunto. Sarada se quedó como en un trance, mientras Bolt hablaba de cualquier otro asunto que ninguno de los dos importaba. El notaba, que ella estaba pensando profundamente, y la conversación trivial solo era para distraer a los ojos que los seguían. O llegado el caso, los oídos que los escuchaban en la oscuridad. Finalmente, en medio de una charla que no tenía sentido para nadie, Sarada pareció reaccionar:

-¿Qué vamos a hacer? –preguntó con profunda seriedad.

Bolt sonrió apenas, con frialdad y cierto aire de tristeza. En realidad había venido para dejarla. Pero Sarada lo conocía tan bien, que enseguida hubiese sospechado algo extraño. Lo último que el Uzumaki necesitaba, era tener a una ex-novia muerta de celos persiguiéndolo por toda la aldea como perro de presa. Sarada era bastante posesiva con los seres a los que amaba. Al punto de perder la calma y esa mente analítica que la destacaba en su trabajo. Además, no estaba de más prevenir un estallido de odio Uchiha. Bolt había tenido que tragar la historia de cada clan en la aldea de la hoja, durante su entrenamiento en Raíz. Y esa parte en particular, le hacía repensar la idea de ser excesivamente cruel.

-estuve pensando….-dijo Bolt dejando al espía leer sus labios perfectamente- que deberíamos separarnos.

-¿q….qué?

-Sarada-chan eres buena amiga. Pero….-le miró de lado para continuar la historia- ambos sabemos que esta relación no ira a ningún lado.

-Bolt-kun…eso no es cierto…

-si lo es…-aclaró el rubio ya metido completamente en lo que venía a hacer- por ejemplo esto…-saco de sus ropas un pergamino con el símbolo del clan Uchiha en el- me entregaste este rollo de poemas hace semanas. ¿Realmente no entiendes la situación? No me interesan tus poemas. Hace casi un año que salimos, y a pesar de mis intenciones no tienes el mínimo interés de estar conmigo. Quiero follar, simplemente eso.

Sarada no entendía nada. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Estaba dejándola? ¿Estaba reclamándole por sexo? ¿Era verdad o mentira?

-Bolt-kun ya te lo expliqué hace tiempo….-dijo ella compungida- mi padre…

-¡tu padre! ¡Tu padre! Es de lo único que te escucho hablar Sarada-chan. –Bramó con molestia artificial el rubio y camina por el lugar inquieto- tu padre esto, tu padre lo otro… –Dejo caer el pergamino al suelo con desprecio y señaló- Así que… creo que debe ser nuestro final. Te regreso tus poemas, y espero que puedas ser feliz junto a tu padre.


Y se fue, a paso seguro y sin esperar que ella reaccione de ninguna manera. Boruto se fue, y Sarada se quedó observando el suelo mientras sus ojos humedecían entre los lentes. ¿Por qué? ¿Por qué le había dicho esas cosas tan horribles? Ese no parecía el Bolt de siempre. Era como una actuación. Apenas si podía sostenerse en pie, el cuerpo le pesaba demasiado. Sarada Uchiha estaba haciendo el esfuerzo más supremo por no llorar. Caminó lento, recogió el pergamino que Bolt había dejado tirado como si fuera basura, y se retiró al refugio de su hogar. Directamente a encerrarse a en su cuarto y con la perspectiva de no abandonarlo hasta la muerte.


Mientras tanto, el espía a lo lejos esperaba tiempo prudencial para no descubrirse. Rato después, desaparecía en un remolino de hojas y seguía tras Boruto Uzumaki. Su objetivo de misión.



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La cena en la casa Uchiha, nunca había sido tan amarga y triste…


Sakura observaba a su hija, y apenas podía creer el devastador efecto que le había causado el rompimiento del noviazgo con Bolt Uzumaki. Sasuke como siempre, cenaba en silencio sin importarle cosa alguna, pero ahora Sarada frente a su padre, parecía una versión femenina perfecta. Tan apática y silenciosa como su progenitor. Nada dispuesta a siquiera levantar la vista para dedicar palabra alguna, a cualquiera de sus padres.

Una semana, solo una semana había pasado desde la tarde donde regreso conteniendo el llanto y se encerró en su habitación sin abrirle a nadie. Y contrario a la reacción común que se hubiera esperado de ella, no volvió a intentar contactar a Bolt. Tramposo se dispuso a expulsar la rabia que la corroía en una dura sesión de entrenamiento. Sakura había causado la situación indirectamente. Pero apenas podía comprender los matices de consecuencias que se presentaban ante sus ojos.

Envió un mensaje a Sasuke, contándole como cosa diaria a lo sucedido, y obtuvo un repentino e inesperado interés del sujeto. El hombre regresó dos días después de recibido el recado, y pretendió formar parte de su “familia” como tal vez nunca había sucedido antaño. ¿Se había preocupado por la depresión de su hija?
Si lo hizo, nunca llegó a notarse…

Solo pretendía sacar a la niña para entrenarla. Y contrario a lo clásico, ella en ningún momento desde que su padre regresó a Konoha, le pidió entrenamiento o siquiera le dedicó una mirada. Sarada casi no comía, tampoco había accedido a salir con su amiga Chouchou cuando vino a tratar de levantarle el ánimo. Sakura se sentía cada vez peor por la situación. Había tratado de proteger a Sarada de las consecuencias que podían traerle a Bolt Uzumaki, el haber asesinado a Kiba Inuzuka. Y lo único que había conseguido era hacerle un daño terrible. Tal vez irreparable. Sakura empezaba a tener miedo. Un temor a esas historias horribles de la familia Uchiha, y su tendencia a caer en la oscuridad por intermedio del Sharingan. Sakura amaba a su hija, y sabía perfectamente adonde conducía el camino que alguna vez, tomaron tanto Itachi como Sasuke. Un camino del que casi nadie había retornado.

Habían pasado casi dos semanas, desde que acordó con el joven Uzumaki el separar a las familias. Porque técnicamente hablando, Sakura y Bolt había logrado abrir una brecha importante en las relaciones entre los Uchiha y los Uzumaki. Por ejemplo, con la ruptura del noviazgo entre Bolt y Sarada, ya no habría fines de semana donde ambas familias compartían casa. Tampoco a Sakura le interesaba estar cerca de Naruto, compartiendo el mismo techo. No cuando conocía el efecto negativo que eso podía causar en el matrimonio Uzumaki. Y además de todo, Sarada estaba sufriendo. De una forma que parecía mantenerla paralizada.

-Sarada….-dijo Sasuke cuando terminó la cena- mañana en la mañana empezaremos a entrenar. No quiero un “no”, como respuesta.

-tengo una misión….-apuntó la joven sin mostrar ni un ápice de reacción. –será para otro día.

A Sasuke le pareció extraño. Era la primera vez desde que Sarada desarrolló el Sharingan, que aducía algún asunto anteponiéndose al entrenamiento. De hecho, si tenía una misión era comprensible que se negara. Pero llegada esa situación, ¿Por qué razón era la primera vez que sucedía? Nunca parecía haber tenido problemas para cambiar los horarios de las misiones, o hasta llegar a cancelarlas de alguna manera. Ahora mismo además, no parecía con el mejor ánimo para salir a ningún lado.

Algunas horas después, mientras Sarada continuaba en su confinamiento personal, Sakura recorrió los pasillos de su casa en puntillas. Sasuke había desaparecido en la media tarde, aduciendo que tenía “asuntos que tratar”, y la pelirosa comenzaba a sospechar que el moreno andaría enredado con alguna mujer de la aldea. ¿No era por esa razón que ya no hacían el amor hace meses? ¿No era lógico suponer que tenía amantes incluso fuera de Konoha? A Sasuke no le importaba su matrimonio. Nunca le había importado. Si demostraba el mínimo interés, había sido solo por Sarada y su entrenamiento.

Sin embargo, la niña actualmente tenía cierto resquemor en sus ojos. Ya no quería con desesperación estar con su padre. ¿Por qué razón? ¿Era porque lo culpaba por el amante que tuvo que tener su madre? ¿Había otro motivo? Sakura no sabía que pensar, ni cómo actuar. Siempre tenía la impresión de estar arruinándolo todo con cada intervención.

-Sarada cielo….-dijo tratando de levantarle el ánimo la madre, e ingresó en el cuarto con una bandeja con la merienda- te traigo algo de té y…

Cuando abrió la puerta, se encontró con un cuadro no esperado. La niña estaba sentada con su carita en un gesto perdido. Tenía los ojos deslumbrados y parecía haber caído en un sueño hipnótico. Frente a ella, estaba Sasuke Uchiha. Con el sharingan activado.

-¡¿Qué rayos estás haciendo?! –estalló la pelirosa.

Sasuke si se sorprendió, no lo demostró para nada. Simplemente se distrajo de su tarea y le ordenó a Sarada, “vete a la cama”. La joven se puso de pie y obedeció mecánicamente. Aun vestida de entrecasa, se recostó de lado como autista del mundo y cerró sus ojitos negros para descansar. El hombre asintió, satisfecho. Y atravesó la puerta del cuarto ignorando a su esposa como si no existiera.

Sakura se acercó rápidamente a la niña, nerviosa. Expandió un poco de chakra verde sobre la frente de Sarada, y así pudo comprobar que había estado bajo efecto de Genjutsu. ¿Por qué? ¿Por qué Sasuke le había hecho eso? Sarada respiraba pesado al comienzo, pero luego que Sakura le liberara comenzó a relajarse. Finalmente ya no mostraba tensión, y estaba descansando de verdad.

Sakura estaba furiosa. ¿Cómo podía ser Sasuke tan insensible? ¿Acaso quería borrar de la mente de su hija ese amor que sentía? ¿Creía que todo se solucionaría así de fácil? La pelirosa salió de cuarto cerrando la puerta y dispuesta a romperle la nariz a su marido. ¡Siempre lo mismo! ¡Todo lo quería solucionar con el sharingan!


-¿Qué estabas haciéndole a Sarada? –Dijo Sakura apareciendo en la cocina adonde Sasuke había elegido retirarse- ¿acaso no hablamos sobre respetar los espacios de nuestra hija?

-no tengo tiempo para sutilezas. –Anunció Sasuke- Sarada está en una edad inestable. Solo quería asegurarme que no cometiera una estupidez.

-¿una estupidez? Es una adolecente, y esta dolida porque se peleó con su novio.

-el hijo de Naruto me importa un cuerno. –Definió el hombre- pero me niego a tomar más riesgo del necesario.

-¿Riesgo? –Consultó Sakura nerviosa- ¿de qué riesgo hablas?

¿Acaso Sarada estaba pensando en dañarse a sí misma? La sola idea de haberle causado tal locura, hacia a su madre estremecer. ¿Era realmente tan grave? ¿Y cómo pudo intuirlo Sasuke de cualquier manera?

-¿y para que usaste el sharingan? No se puede jugar con la mente de las personas así –indicó Sakura.

-los Uchiha lo han hecho por décadas. –anunció con total falta de emoción Sasuke- en mi caso, no tengo opción.

-¿Qué quieres decir?

-Sarada es la única mujer Uchiha que queda. –indicó Sasuke como si fuera nada- ella desarrollo el sharingan y eso fue una gran fortuna. Sus hijos serán la clave del resurgimiento del clan Uchiha.

-¿sus….hijos?....-susurró Sakura sin poder creer lo que la conversación estaba sugiriendo.

-eventualmente, Sarada tendrá que comprometerse y contraer matrimonio. Pero sus hijos, sea quien sea el marido, deberán heredar el sharingan obligatoriamente. Es la única forma que queda.

-eso no puede saberse nunca. –Intentó conciliar Sakura- el sharingan se desarrolla aleatoriamente entre…

-claro que no... –adujo Sasuke tomando un vaso de té que Sakura había intentado dar a su hija de la bandeja en la mesa- los miembros del clan Uchiha que se cruzan con otros clanes, tienes un 25% de posibilidades de despertar el sharingan en sus hijos. Pero dos Uchiha como padres, aumentan al 75% esa probabilidad.

-pero….no hay…otro….-balbuceó Sakura incapaz de creer lo que se estaba sugiriendo.

Sasuke bebió tranquilamente, los pergaminos que había heredado de su familia contaban no solo las técnicas y sellos secretos de los Uchiha. Sino su historia. Sin ir más lejos, descubrió que sus propios padres habían sido primos entre sí. No era una práctica fuera de lo común. La familia Hyuuga conservaba para sí mismos el Byakugan cruzando a sus familiares sin problemas. Además, cuando un Uchiha que cambiaba de clan por casarse con una extranjera, generalmente sus hijos no germinaban el sharingan. Y si lo hacían, los altos mandos de la aldea o la policía Uchiha se encargaban de que es niño o niña, “sufriera un accidente”. Los Hyuuga tenían otros métodos en esos casos, pero buscaban el mismo resultado. Que la herencia no sea para ningún otro clan.

-Sarada nunca lo aceptara….-dijo Sakura entre sorprendida y nerviosa.

-no tiene opción, -añadió Sasuke como poca cosa- durante años, siempre se ha usado el mismo método. Borraré de su memoria cualquier recuerdo del asunto. Y cuando se haya casado tendrá hijos Uchiha….sin importar quien sea su esposo. Por esa razón, debo evitar que cometa una idiotez y se embarace antes del casamiento. Sarada está destinada a tener hijos con el sharingan. No hay nada más que hablar sobre ese asunto.


Estaba manipulando a su propia hija. Simple y claro. Estaba usando su horrible poder para mantenerla casta y bajo total control. Incluso le había venido a las mil maravillas que se hubiese peleado con Boruto Uzumaki. Siempre sería mucho más sencillo encontrar un sujeto con características físicas más parecidas a los Uchiha. Para colar perfectamente esta antigua trampa, que vaya uno a saber cuántas décadas tenia de vida. Sakura lo entendió todo. Supo la razón que Sasuke había tenido para ordenar a su hija que no tuviera sexo hasta el casamiento. La niña confundida había consultado a su madre, y con 16 años había tenido ya la ansiedad de descubrir ese mundo con el chico que amaba. Pero Sasuke había intervenido. Y ya se conocía la razón.

-no puedo creer que pienses en hacerle eso a tu hija. –Añadió Sakura ya entrando en una furia difícil de controlar- ¡no puedo creer que le hagas eso a tu familia!

-Sarada es mi única posibilidad. –Dijo Sasuke lacónico como siempre- durante años he buscado herederos que tengan el sharingan. 14 casos en distintos países. Sarada fue la única que despertó el sharingan.

“14 casos” 14 mujeres embarazadas de 14 lugares distintos. El maldito desgraciado había estado follando por el mundo, mientras Sakura tenía que cuidar prácticamente sola a su única hija. Sufriendo la soledad, masturbándose, llorando en la ducha la desdicha de haber elegido a un sujeto que no la deseaba. Que no la amaba. Y de postre esta confesión ligera, tan suelto de cuerpo como para pretender que ella no haría nada para detenerlo.

-si piensa que voy a permitir que violes a mi hija…..estas muy muy equivo….-se acercaba al dispuesta a machacarle cuando tuvo que detenerse.

-¿y quién dijo que tu tendrías opción? –anuncio Sasuke enfocando su Magenkyo sharingan contra la esposa y paralizándola.

Como siempre había hecho, borraría esa conversación que ya había sucedido otras dos veces. En cierta forma le parecía divertido repetir la experiencia. Se explayaba mucho, porque en anteriores ocasiones Sakura había sacado sus propias conclusiones, y aun así conseguía idéntico efecto. A Sasuke le resultaba estorboso tener que volver cada tanto para revisar que todo marchara correctamente. Hubiese necesitado apoyo de Sakura. Pero siempre había sido un estorbo y eso jamás cambiaria. No entendía que él tenía una responsabilidad mayor con su familia. Nunca entendió que simplemente la embarazo para obtener herederos. Realmente le había resultado pesado tener que soportarla cuando buscaba sexo. No era ni la más atractiva, ni era la mejor de cuantas mujeres había tenido. Y no era que le importara demasiado el aspecto. Simplemente no le gustaba esa forma escandalosa y maniática de ser. Le gustaban las mujeres calladas y formales. Esposas ideales.

Siempre se había reprochado su elección. Casarse con Sakura Haruno solo había sido para mantener las apariencias en Konoha. Para que dejara de perseguirlo y molestar. Y paradójicamente, su peor elección de esposa, fue recompensada con una hija que despertó el sharingan.

Cosas del destino. Su futura mujer….era precisamente su hija.

Y la promesa de restaurar el clan Uchiha, que lo abarcaba todo.



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Encendió su cigarrillo, y la primera calada le supo a gloria…


Shikamaru Nara estaba recostado en una cama doble de un motel, luego de haber estado follando durante varias horas. El lugar era tranquilo, siempre usaban distintos sitios para evitar cualquier rutina sospechosa. Mientras daba profundas pitadas a su vicio preferido, dedicó una mirada descuidada a su compañera de alcoba. Recostada de lado y dándole la espalda.

Ino follaba como una diosa. No había dudas de ello.

Durante muchos años solo fueron amigos y amantes. Y cuando ella se comprometió con Sai, aun así continuaron viéndose otro tanto tiempo más. El actual esposo de Ino Yamanaka no era precisamente “expresivo”. Le había costado mucho a ella convertirlo en material útil para el sexo. Siendo Ino, una mujer muy activa en lo erótico, tuvo que seguir apelando a su viejo amigo para cada tanto equilibrar su mundo.

Los años pasaron, y Shikamaru también se casó, con Temari de la arena. Había amado y aun amaba a su esposa. Pero Temari no tenía la misma disposición al buen sexo que portaba Ino. Además, tenía un carácter difícil de manejar. Casi siempre estaba de mal humor, y tanto Shikamaru como su hijo solían sufrirlo. Por fortuna su trabajo como consejero especial del Hokage lo mantenía casi siempre fuera de casa. Tenía horarios tan flexibles y tareas tan dispersas, que no rendía cuentas del tiempo a nadie.

Fue inevitable, que muchos años después se reencontrará con Ino. Volviéndose amantes ocasionales. Había pequeños detalles que Shikamaru agradecía y necesitaba de este vínculo. Las conversaciones privadas, donde Ino le explicaba ciertos comportamientos de Temari para que pudiera entenderla. Cuando tenía un problema, algo de trabajo, y requería ese tiempo tranquilo después del sexo para pensar. Podía fumar en la cama. Algo que Temari le prohibía y que a Ino no le importaba. Además, sabía perfectamente que por más sexo que tuvieran, Ino jamás confundiría los tantos y lo metería en un problema de elección entre mujeres. Eran amigos, y follaban cada tanto. Punto final.

Pequeños detalles que definían un todo grande.


Shikamaru se vio con Ino porque tenía un problema. Siempre que ella necesitaba descargar su tensión por el liderazgo de su clan, o la frialdad de su esposo hacían esos encuentros. Mientras que ciertos problemas de índole político requerían un esfuerzo estratégico mayor por el Nara. Y requería de sexo y un cigarro para resolverlos. Se consultaban cosas, se contaban intimidades personales. Nunca habían dejado de ser amigos.

¿En qué pensaba Shikamaru Nara esa noche? Había pasado alrededor de 10 días desde que el hijo del Hokage fue liberado de culpa y cargo por la muerte de Kiba. El consejero Nara, aun a espaldas de Naruto había puesto un equipo a vigilar cada paso de Bolt Uzumaki. No se tragaba algunas cuestiones que habían definido la inocencia del muchacho, y tampoco que Naruto se hubiese equivocado tan feo, en su intuición de que fue su hijo el asesino.

¿Qué estaba ocurriendo en realidad?


No existió ni una sola prueba que vinculara a Bolt con el asesinato. Lo único que tuvieron, fueron los rastros de chakra personal, que Naruto había recogido del lugar del crimen. No existieron registros de salida en los muros de la villa. Tampoco rastros de sangre, marcas de lucha, olor o huellas. Había sido un crimen perfecto. Tal era así, que muchos colaron la posibilidad de que en realidad nadie de Konoha había cometido ese acto. Otros, aun contra los detalles de la autopsia, comenzaron a sospechar que Kiba Inuzuka había tenido un ataque al corazón. Y fue muerto, simplemente por un mal uso del chakra. Después de todo, muchos Shinobi morían en el diseño de nuevas técnicas de combate. Al controlarlas mal, o al redirigir el poder inadecuadamente. ¿Acaso no cabía la posibilidad que Kiba fuera tan imprudente para reventar su propio cuerpo en el entrenamiento?

Su tiempo de conocer a Kiba, le daban a Shikamaru la pauta de que podía ser. Pero las pruebas de autopsia aunque sin detalles acusatorios, señalaban que no era muerte natural. Incluso Sakura Uchiha, la mejor ninja medico de toda la aldea. La única que había alcanzado el nivel de excelencia que alguna vez exhibió Tsunade Senju, había declarado que podía existir asesinato. Pero ella había sido incapaz de recoger pruebas que señalen a un culpable.

Finalmente estaba el acusado. Boruto Uzumaki. De antecedentes revoltosos cuando niño, pero de intachable comportamiento una vez ascendido a Chunnin. Tenía 17 años, y muchas aptitudes para crecer en su carrera. No se registraba un asunto que lo relacionara a Kiba en ningún altercado. Tampoco se podía explicar, como realizaría una técnica de asesinato más propia del clan Hyuuga, sin contar con el Byakugan como herencia. Finalmente, los exámenes mentales y los interrogatorios recaídos sobre Bolt cuando estuvo preso, arrojaron un enorme negativo. No había nada. Absolutamente nada.

La declaración del joven Uzumaki, explicó fielmente como pudo encontrarse rastros de su chakra en la zona. Dejando al descubierto que si bien su padre podía detectar el chakra, no podía establecer que Kiba y Bolt compartieron ese campo al mismo tiempo. O el mismo día.

¿En resumen? Boruto Uzumaki, de rango Chunnin clase B. quedó en libertad y se le levantaron todos los cargos con las disculpas del caso. Incluso Tsume Inuzuka, dejó entrever que no consideraba a ese muchacho un peligro. Como si no hubiera necesitado pruebas para sostener que no pudo ser Bolt, el asesino buscado por la muerte de su hijo.

Sin embargo, entre tantas pruebas de “inocencia”, Shikamaru había encontrado un detalle que a todos había escapado. Si bien todo apuntaba que Bolt era absolutamente inocente del altercado, los registros de las puertas de la villa, no señalaban nada. No podían conectarlo con la hora del crimen, ni con cualquier otra hora ya puestos. Ese era el detalle. Ese punto hacía pensar a Shikamaru que alguien había borrado las anotaciones necesarias del caso. Bolt al parecer nunca había abandonado Konoha ese día. Pero eso parecía especialmente sospechoso, considerando que supuestamente entrenaba a diario fuera de la aldea. ¿Casualidad? ¿Oportunismo? Había algo más. Ese joven hijo de Naruto, escondía una inteligencia muy superior a lo esperado. Todos se acostumbraron a verlo como una extensión mediocre del Hokage. Pero Shikamaru ya estaba dispuesto a considerar lo contrario, luego de este asunto tan complicado.


Naruto estaba lleno de culpa. Ya no podía comentarle al Hokage cosa alguna sobre sus sospechas. Naruto lo descartaría de plano. Shikamaru se sorprendió mucho cuando ante la esgrima de sus sospechas, se encontró a un Naruto Uzumaki nada dispuesto a continuar investigando. Le dio un punto y final al asunto. Declarando que se sentía responsable de no conocer a su propio hijo, por culpa del trabajo en la oficina. Le relató a Shikamaru el asunto del examen Chunnin. Le dijo en resumen, que se había sabido ganar a pulso el desprecio de Bolt. Pero que buscaría repararlo a como diera lugar.

-no quiero volver a desconfiar de mi hijo. Nunca más.


Shikamaru no cayó en la trampa. Entendió que Naruto había descubierto algo más. Pero siendo el Hokage, el consejero Nara no podía sacarle esa información nueva por ninguno de los métodos forzados. Entonces, se vio en la obligación de actuar a espaldas de Naruto. Enviando un equipo para vigilar las acciones de Bolt. Finalmente, no encontró absolutamente nada. Los informes del equipo de vigilancia, indicaban que como cosa importante, solamente destacaba que el sujeto bajo investigación había cortado su relación afectiva con su novia.

Adujeron una cuestión meramente sexual. Al parecer el activo joven, había rechazado continuar una relación meramente espiritual. Además, los últimos días solamente había dedicado a entrenarse en las afueras de Konoha como de costumbre.

Los informes fríos, no indicaban demasiado. Pero Shikamaru encontraba los detalles, mucho más interesantes de lo que pudiera suponer. Al interrogar sobre el tipo de entrenamiento que Bolt realizaba, recibió solo respuestas generales. Trabajos físicos, meditación para controlar mejor su chakra. Y ejercicios que buscaban la mayor velocidad y flexibilidad. Nada especifico.

Shikamaru había acumulado durante esos 10 días una certeza, Boruto Uzumaki era mucho más de lo que se veía a simple consideración. Todos los días entrenaba fuera de Konoha por las mañanas. Pero los registros no lo señalaron el día del crimen. No parecía tener el menor contacto con los guardias de las puertas. No fue por amistad que alguien decidió apoyarlo en ese asunto. ¿Pudo darse la casualidad que ese día específico no saliera? Tal vez el dejar a su novia estuvo relacionado con la presencia de otra mujer. ¿La vio ese día? ¿Por qué razón no esgrimió esa excusa? ¿Quién era esa mujer?

Los espías no le dieron ninguna nueva. Bolt al parecer no tenía relación alguna con una mujer diferente a Sarada Uchiha. Le siguieron hasta el hospital, cierto día que se hizo daño con los clones en un entrenamiento. Fue atendido por Sakura Uchiha, no hablaron demasiado. Cosa por demás obvia luego de haber botado la relación con su hija. Y luego tampoco se vio fuera del consultorio con nadie. Abandonó el hospital y regresó a su hogar como de costumbre.

-No hay nada…..-se dijo Shikamaru- absolutamente nada. Es muy sospechoso.


Nadie podía ser tan perfecto. Nadie podía asesinar y continuar su vida como si nada ocurriera. Nadie podía ser totalmente limpio en método y coartada. Si así fuera, tendría que haber recibido algún tipo de ayuda de alguien. Otro ninja, seria sospechoso e identificable. Tal vez, un grupo de ninjas actuando en diferentes campos, podría llegar a tal grado de “limpieza”. Como pequeñas piezas aleatorias que se unen para formar un cuadro. Pero alguien tenía que orquestar todo el operativo de “encubrimiento”. Y Boruto no se había reunido con nadie desde que ocurrió el incidente.

-no….es una locura….-susurró sonriendo apenas- aun no encuentro el motivo para tanto alcance.

Ino se revolvió de entre las sabanas. Su cuerpo siempre perfecto, estaba adornado por la lluvia de cabellos dorados que bajaban hasta su cintura. Shikamaru le dedicó una leve mirada, parecía bastante cansada y tal vez dormiría una hora más. Él también hubiera actuado idéntico, pero este problema de investigación no le dejaba conciliar el sueño.

-si sospecho del asesino, -evaluó mentalmente- y conozco a la víctima. Solamente necesito el motivo. Solo eso, y encontraré el hilo que los conecta a todos.


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La única luz de la habitación se encendió. Una lámpara de cristal que contenía a un gran velón, proveía la iluminara de aquella cabaña en un espectáculo extraño de sombras tenebrosas. El joven utilizó la poca luz circundante, para acomodar algunas ramas y troncos en la chimenea que dominaba el salón. La lámpara no sería suficiente para lo que venía a continuación.

Ella mientras tanto, abrió sus ojos con pesadez. Su cuerpo estaba tendido boca abajo, sobre la amplia mesa de madera en el centro del lugar. Atada de manos y piernas, vulnerable totalmente. Hanabi Hyuuga no entendía que estaba sucediendo. Su mente era pura confusión y caos, incluso su cuerpo no parecía recuperarse del extraño entumecimiento que la sometía más allá de las cuerdas.

Boruto Uzumaki encendió la madera que había colocado en la chimenea. Un leve soplido propio, se trasformó en llamas que ardieron con intensidad. Luego, poniéndose de pie lentamente, se acercó al centro del lugar para mirar al rostro confundido de su tía.

-bienvenida… -le dijo seriamente- sin lugar a dudas esta no era mi idea inicial de lograr un acuerdo. Pero todo se ha complicado bastante. Y ya me estoy cansando de sutilezas.

Hanabi intentó moverse, su vientre apoyaba en la mesa y sus piernas estaban amarradas a las patas firmes de la mesa. Estaba completamente estirada, totalmente a merced de Bolt. ¿Cómo demonios la había capturado? ¿Dónde estaba? Lo último que podía recordar era estar sentada en la cocina de la casa Uzumaki. Estaba con….Hinata-onesan. Luego….nada.

Boruto caminó de lado a lado por enfrente de Hanabi. Ella estaba tratando de zafarse de las cuerdas, aunque inicialmente no parecía demasiado atrapada, pudo notar en sus primeros intentos que había sido amarrada a conciencia. No escaparía con mera habilidad. Y algo estaba impidiéndole usar su chakra con normalidad.

-Bien…-dijo el rubio mirando con neutralidad a Hanabi- querida tía….imagino que puedes razonar sobre mis motivos para tenerte aquí. Aunque sin dudas estarás tratando sin éxito, de precisar como fuiste capturada. Hablaremos de eso más adelanta….-anunció tomando una silla por el espaldar y sentándose frente a la mujer. Por el momento, voy a comenzar a hacer preguntas….

Hanabi se revolvió sin conseguir nada, los ojos azules de Bolt estaban intranquilizándola un poco. ¿Qué pretendía hacer capturándola así? ¿Acaso no conocía las consecuencias de atacar a una líder de clan? Seguramente su familia estaría buscándola por cielo y tierra. ¿Cuánto tiempo hacia que estaba amarrada a esa mesa? Su cuerpo se sentía entumecido.

-y si no me agradan las respuestas….-finalizó Bolt tétrico- empezare a enseñarle a Hanabi-san…todos los lindos métodos aprendidos, de la división de interrogatorios y torturas de la hoja.


-escúchame con mucha atención niñato… -reprendió la mujer poniéndose firme- estas a un centímetro de arruinar tu vida. Y la de tus padres. Ahora mismo libérame o sino…

-¿o sino….qué? –Consultó fieramente el joven- ¿traicionaras al Hokage conspirando a sus espaldas? ¿Sobornaras a mi madre para que te ayude a obtener información de mi familia? ¿Acaso me obligaras a casarme con cualquier mujer de tu clan? ¿Mataras a Sarada-chan para que no impida ese cometido? ¿Asesinaras a mi hermana? ¡¿EH?! ¡¿ESO PIENSAS HACER?!


Hanabi se quedó con la boca abierta. ¿Cómo sabía todo eso? ¿Cómo pudo saber que ella obtenía información de Hinata? ¿Cómo supo lo que pensaban hacer en el clan, con los hijos del Hokage? algo estaba muy mal. Y se podía poner peor. Boruto se movió a un costado, y trajo consigo una especie de estante con pequeñas rueditas. Lo colocó frente a la mujer, y abriendo las puertas de ese mueble dejó entrever una colección completa de látigos, fustas, cadenas y demás pertrechos bastante intimidantes.

-tendremos una charla sincera y sin más secretos….-sonrió Bolt con un filo perverso- de Hanabi-san depende lo doloroso que la verdad pueda llegar a ser.

-cuando mis guardaespaldas me encuentren….-anunció Hanabi desafiándolo.

-ellos están ocupados….-sonrió Bolt- pronto los veras. Y no será algo que desees, eso lo puedo asegurar. Ahora bien…-indicó con rudeza- ¿Qué plan tenían para obligarme a entrar al clan Hyuuga?

-libérame….ahora…

La mirada firme de Hanabi no condescendía con una prisionera. Sin dudas no estaba acostumbrada a negociar desde una desventaja. Ella seguía viendo a un niño, aunque Bolt se comportara rudamente. Y no media el peligro como debiera ser.

-Cuando finalmente dejes de jugar al hombre malo y me liberes. Voy a darte una paliza que nunca olvidaras. Para luego enviarte a la celda más oscura de Konoha. Iras a la cárcel niño….tú y todos los que están formando parte de Raíz actualmente. No creas que soy ciega como tu padre.


Bolt no acusó reacción de la amenaza. Aunque si le sorprendió que Hanabi supiera de Raíz. Él se había esforzado mucho por hacer creer a su padre y al resto de los líderes que el asunto de Kiba había sido estrictamente personal. Al parecer, no todos habían tragado el anzuelo. Aunque, no importaba por el momento. Se dispuso a mirar el escaparate con los látigos, tomó uno, luego lo cambio por otro más fino y de un extraño material.

-¿Qué piensas hacer con eso? –Le reclamó Hanabi molesta- ¡te he ordenado que me liberes!

Finalmente, Bolt consideró una tercera pieza de castigo. Un flagelo de puntas con cuero muy fino. Eran casi pequeños piolines. Aunque firmes. Luego de finalizar su selección inicial, se movió a un costado de la mesa con calma, extrajo un kunai, y sonriéndole a las amenazas que salían de la rabiosa prisionera, le abrió el Yukata por la espalda. Todo con un corte desde la zona del cuello, hasta donde terminaba la cintura. La piel desnuda de la mujer le hizo querer tocarla. Lo hizo, sin ningún permiso ni pudor. Fue como explorar un terreno. Sin dureza, pero firme.

-Bolt Uzumaki….-volvió a reafirmar Hanabi un poco molesta del tacto en toda su espalda- juro que me encargaré de….

Flasss….

El golpe no fue demasiado fuerte, pero Hanabi sintió penetrar una ola de dolor como si fuera un golpe interno. Le hizo cortar el parlamento. Al parecer Boruto no se sentía intimidado por las amenazas de un futuro negro. ¿Hasta dónde pensaba llegar?

Flasss…

Otra vez, la espalda de Hanabi sentía el rigor. No parecía una tortura. No tenía la fuerza para ser calificada en ese término. Pero era humillante. Como un gigante atrapado en brazos de una hormiga.

-¡Basta! ¡Detente ahora mismo! –gritó la mujer, mientras Bolt usaba su mano libre para apartar los largos cabellos azabaches que intervenían en su castigo. Luego, volvió a dar un par de azotes en la enrojecida piel de esa espalda- ¡no más! ¡Te dije que te detuvieras!

Era inútil luchar contra las cuerdas. Su cuerpo no le respondía para más allá que sentir dolor. Su chacra estaba en niveles bajísimos. ¿Sería una especie de veneno? ¿Un paralizante? ¿Cuándo se lo había suministrado?

-necesito saber varias cosas….-indicó Bolt dando un nuevo azote- uno….el plan que tienen los Hyuuga contra mí. Quiero saber cuántos saben que existe Raíz. Y quiero saber específicamente si piensan atacar a Sarada-chan. Dos…me dirás que tenían pensado contra mi hermanita Himawari. Tu sobrina ¿recuerdas?….aunque no pareció importarte. Eso por sobre todo….me cabrea bastante….

¡Flasss!


Otro golpe certero, a la altura de las caderas. Muy cercano a los glúteos. Bolt estaba en un estado peligroso. Parecía drogado o al menos fuera de sus cabales. Hanabi comenzó a experimentar algo que creía olvidado de los entrenamientos con su padre. Miedo. Le tenía miedo a la dureza de esa mirada. Parecía un tigre, rodeando y acechando la presa.

-nunca te diré nada…. ¿me oyes? ¡Nada! Bastardo… -desafió Hanabi mordiéndose los labios para no chillar ante un nuevo azote.

-¿bastardo? –Consulto Bolt neutro- tengo padre y madre….

-un idiota demasiado inocente para su puesto….y una débil de moral. Incapaz de ser líder para su clan. –Atacó Hanabi herida en su orgullo- con un criminal como hijo.

-todos somos…lo que somos. –Sonrió fríamente Bolt- mi padre es el líder que necesita la paz del mundo ninja. Yo me encargo de cubrir sus espaldas, previniendo que traidoras como tu….intenten tomar ventaja. Y mi madre….bueno….solo necesitaba escuchar todo esto….para elegir de qué lado estar. ¿No es verdad Ka-san?

Una puerta lateral se abrió, los pasos se escucharon mesclados con el crepitar de la fogata en el salón. Después de algunos minutos, frente a la prisionera apareció su hermana. Hinata Uzumaki. La última persona que pensaba encontrar en ese lugar. Tenía un extraño color en su rostro. Una mirada perdida y una expresión corporal mala. Estaba sufriendo la situación, sin lugar a dudas.

-¿tu? Onee-san….-balbuceó sorprendida Hanabi- ¿tú me entregaste a él?

-Así es…-respondió Bolt ante una Hinata que colocaba sus manos juntas enfrente y bajaba la cabeza apenada- Oka-san consideró que alguien debía pararle los pies a la líder Hyuuga. Estaba abusando en la confianza del Hokage. Conspiraba contra sus hijos, pensando en matarlos. ¿Quién sabe hasta dónde llegarías?

-¡¿ONEE-SAN PORQUE?! –Estalló Hanabi consternada y algo se aclaró en su mente- ¡ME HAS DROGADO! ¡FUISTE TÚ!

Su cerebro comenzaba a reaccionar. Había estado tomando el té en la casa Uzumaki. Las dos hermanas solas. Hanabi usaba los momentos donde Hinata estaba sola, para obtener de ella información. Así fue como descubrió las virtudes de sus sobrinos. Así fue como supo que Hinata en medio de una borrachera, se había acostado con Kiba Inuzuka hace años. Cuando Naruto no prestaba debida atención a su familia. Y había estado usando las culpas de Hinata, para manipularla.

-fue curioso cómo se descubrió todo –proseguía Bolt- te la pasaste llenando la cabeza de Oka-san durante años. Extorsionándola, con ese pequeño desliz que tuvo hace años. Todo por no saber beber, y un imbécil que se aprovechó de ella.

-traicionó a tu padre, y la has perdonado…-se defendió Hanabi que trataba de depurar su frustración como fuera.

-mi padre se lo merecía hace tiempo….-añadió Bolt ante una Hinata que no decía nada- se la pasaba fantaseando con otro trasero. Cuando el asunto se corrigió, el perro pasó a la historia. Además, solo fue un aprovechado que utilizó el alcohol como aliado. Merece estar muerto. Así funcionan las cosas tía Hanabi. Tu usaste lo que sabias de Oka-san para extorsionarla. Yo en cambio, decidí ayudarla. ¿Quién es “débil de moral” ahora? Si lo miras bien, al menos ella fue lo suficientemente inteligente como para no terminar amarrada a una mesa. ¿Verdad?


Hanabi gruñó con molestia, miraba a su hermana como si esperara que en cualquier momento se acercara a liberarla. Pero mientras Bolt estuviera allí, no podría convencerla. Tenía que lograr quedar a solas con Hinata. ¿Pero cómo? De pronto se le ocurrió un plan. Tal vez lograr que se pelearan madre e hijo. Dividirlos tal vez.

-ji ji ji…-rio apenas Hanabi- todo esto…para esconder lo que me encargaré de revelar apenas sea liberada. ¿Cuánto crees que tardaran en encontramos? Solo es cuestión de horas.

-¿perdón? –consultó el muchacho apenas.

-no podrás esconderte más niño…-dijo desafiante- toda la aldea se va a enterar. Que a pesar de esos bonitos ojos azules. Tu….y tu hermana….aun así tienen el Byakugan. Y no puedes asesinarme como a Kiba Inuzuka. Tu madre no permitirá que asesines a su hermana. Y además, aunque lograras callarme…. ¿crees que Hinata Onee-san guardara silencio por siempre? Te va a delatar con seguridad. Cuando todos sepan que tienes el Byakugan. Solo será cuestión de días para que mueras.


Bolt sonrió apenas, no le sorprendía que su tía lo supiera. Su interés por casarlo y unirlo al clan Hyuuga surgió cuando a Hinata se le había escapado ese secreto que conocía. Cuando una mujer del clan Hyuuga abandona la familia para casarse con otro hombre, al momento del matrimonio se firmaba un acuerdo. Todo embarazo de la mujer en cuestión, era sellado. Un sello que solo los ancianos Hyuuga conocían. Se la sellaba para evitar que heredara el ojo blanco a sus hijos. Así se prevenía que ningún otro clan incorporara ese don a su sangre. ¿Cómo consiguieron los niños Uzumaki superar al sello? ¿Cómo pudo Hinata dar a luz dos niños con un tipo de Byakugan nuevo? Los ojos azules de los hermanos eran engañosos, podían dirigir chakra a ellos, y obtener el mismo efecto que el clan del ojo blanco. Y era solo el comienzo de lo que podían hacer.

-estuve investigando bastante…-añadió Bolt luego de juntar sus manos y lograr que su mirada se volviera más fuerte, aunque no cambiaba de color, se veía más celeste mientras la pequeñas venitas en la sien surgían destacando- Al parecer el sello que pusieron en el vientre de Oka-san, sirve no solo para anular al Byakugan, sino para evitar que los ojos del niño se vuelvan blancos. Pero no consideraron que la sangre Uzumaki cuenta con cierta… “resistencia” al arte de sellado. Ventajas de ser los creadores de esas técnicas. Así que, tu mentado sello Hyuuga logró el efecto de no tener ojos blancos. Pero no pudo anular nuestra capacidad para ver con el modo del Byakugan. ¿Una sorpresa verdad? Yo lo descubrí cuando me dieron una golpiza en un examen Chunnin.

-Hanabi-neesan…-susurró avergonzada Hinata y no se movía de donde estaba, a pocos pasos de la mesa- tú me has traicionado. Te pedí guardar secreto. Mis hijos tenían el Byakugan y no era bueno que nadie lo supiera. ¿Realmente ibas a asesinar a mi Himawari? ¿Ibas a asesinar a mi bebé?

-soy la líder del clan Hyuuga. ¿Acaso creías que me quedaría sin hacer nada? –Desdeñó Hanabi- los Uzumaki no pueden tener el Byakugan. Tus hijos no debieron desarrollarlo. No importa que no se vean como nuestros ojos, tienen la misma habilidad que ellos. Y sus herederos también lo tendrán. Los Hyuuga y los Uchiha siempre han actuado igual. Nadie debe poseer el Doujutsu fuera de la familia.

-¡primero que líder, eras mi hermana! ¡Confié en ti! –Gritó Hinata nerviosa- te confié mis secretos, te confié mi corazón. Y tú me engañaste….para usarme. ¡Dijiste que me apoyarías!

-ja ja ja….-se reía Bolt al ver como ambas hermanas estaban en un duelo de miradas acusadoras- ¡parece que has despertado el espíritu de disputa en Oka-san! Mis respetos. –le dijo a Hanabi acercándose, y finalmente susurró- ya le he dicho a Ka-san…que el Hokage nunca le fiel infiel físicamente. Tus mentiras no te salvaran. No lograras que Ka-san se ponga en mi contra.


Una de las armas de Hanabi para conseguir información de su hermana mayor, era fustigarla con las supuestas “infidelidades del Hokage” sobre todo con Sakura Uchiha. Y Hinata sacaba sus propias conclusiones erradas, contando el tiempo que Naruto y Sakura se la pasaban filteando. Hasta que Bolt intervino. Ahora Naruto era mucho más dispuesto a su esposa, y todo había regresado al cauce de la normalidad. Kiba había querido intervenir con ello, y había pagado las consecuencias.


Bolt suspiró como cansado. Se alejó de las mujeres un poco, caminando por el lugar con la fusta en las manos. Estaba como pensativo, estaba algo cansado de tantos juegos macabros. Pero era lo que mejor hacía. Era para lo que lo habían entrenado. Raíz no tenía moral. Raíz no tenía más que sus objetivos principales. Entre bien y mal, estaba raíz para darle equilibrio al mundo. O al menos…su propia y privada versión del equilibrio. Que cada país soportara sus demonios como pudiera. Konoha, tenía a Raíz. Bolt se recordaba a sí mismo, siendo un niño bueno que no rompería un plato hace tiempo. Pero todo eso, quedó en el pasado. Cuando despertó el Byakugan y sus habilidades secretas, también esta nueva personalidad se fue forjando. ¿Por qué razón cambio tanto? Bolt no lo sabía, y tampoco le importaba. Era lo que era actualmente, porque debía ser así. Punto.

-bien Ka-san…-dijo Bolt acercándose a su madre, mientras Hanabi lo veía todo desde su postura sobre la mesa- una vez me aclaraste que harías todo por reparar el daño con Oto-san. Y yo acepté el acuerdo. Aquí tenemos una buena oportunidad. De volver a ser todos juntos…-sonrió tomándola de los hombros y dirigiéndola a mirar a la prisionera- una gran y amorosa familia.



Hanabi sintió un escalofrió horrendo recorrerle la espalda. Ese muchacho no se iba a detener. Su hermana mayor no la iba a salvar. ¿Qué estaría pensando hacerle? ¿Torturarla? ¿Castigarla físicamente hasta que confiese todo? Todo indicaba que la situación iba de mal en peor.

-¿quieres participar de estos juegos Ka-san? –Le sonrió Bolt perverso- será un largo camino, hasta lograr adiestrar a mi nuevo juguete. Tal vez no te convenga quedarte aquí. Aunque…en aquella alacena hay varias botellas de sake. ¿Qué dices? Si lo piensas bien….puedes llegar a aprender un par de nuevos trucos para seducir al Hokage. Y hasta obtener un valioso obsequio.

Mientras esa extraña conversación madre e hijo surgía, la prisionera esperaba la definición de su destino. Hanabi Hyuuga. Una líder de clan que se creyó en control. Que supuso con la posibilidad de tomar el poder del Hokage mediante sus hijos. Una mujer que pensó en traicionar, y ahora yacía traicionada entre amarras. Un juguete más…

En la tierra de traidores.


Fin del capítulo.
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Mensaje por enriqueminato Dom Jul 05, 2015 3:22 pm

no hay palabras en esto sasuke q hijo de puta ahora bolt es un dichoso se cogio a sakura y ahora se va a coger a su tia hanabi y a su madre dios mio ese lemon va ser de primera
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Mensaje por arckangelblack Lun Jul 13, 2015 3:12 pm

genial!!!! simplemente genial.... no tengo palabras para describir lo increible que se esta volviendo esta historia exitos, sigue asi ya quiero leer la continuacion
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Mensaje por arminius Lun Ago 17, 2015 1:19 pm

un nuevo capitulo para ustedes. lentamente nos acercamos al final de la historia pero todavia no se ha visto lo mejor. prometo una pelea fuerte, y algo mas de sexo. sera entretenido. saludos.



CAPITULO 8: MANIPULACION



Hinata retrocedió un paso con prudente alarma. No reconocía a su propio hijo en las palabras que acababa de soltar. ¿Qué estaba proponiendo? ¿Era lo que parecía? Cada momento que trascurría, Boruto se parecía menos y menos a ese niño dulce que alguna vez fue. ¿Por qué? ¿Sucedía por ese entrenamiento que recibió de “Raíz”? ¿Era ese nuevo Byakugan que portaba? Hinata simplemente no podía creer lo que estaba viviendo. ¿Qué se suponía que debía hacer? ¿Huir? ¿Liberar a su hermana que pensaba en matar en Himawari? ¿Dejarla a su suerte en manos de Bolt?

-Bueno Ka-san…-dijo sonriendo apenas el joven- no es que no adore ver tu figura por aquí y allá. Pero tengo asuntos que atender con tía Hanabi. Y si no te apetece colaborar, sugiero que regreses a casa. No te preocupes, eventualmente también regresaré. Cuando me haya encargado de ella.

Hinata volvió a tomar distancia, luego de algunos segundos de dudas dolorosas se dio la vuelta para abrir la puerta que la sacaba de esa cabaña en medio del bosque. No podía hacer mucho más llegado a este punto crucial. Ya había elegido ayudar a Bolt. Ya había elegido que Hanabi sufriera las consecuencias de atacar a su familia. Ahora tenía que soportar todo lo que viniera.

-No me dejes aquí…-dijo Hanabi poniéndose cada vez más nerviosa- ¡Hinata-Nee… no me dejes aquí sola!

Pero se fue. Cerrando la puerta del lugar en una delicada salida. Y solo Boruto quedó en el lugar alistando sus herramientas de trabajo. Lo que le esperaba a Hanabi no era bonito. Tampoco se asimilaba como inútil. Bolt había tomado la situación como máxima prioridad, y arriesgaría todo por concretar su estrategia. Fuera como fuera. Lo primero que hizo fue establecer una rutina de castigos. Tomaba su tiempo para usar cada látigo y flagelo disponible. La espalda de Hanabi Hyuuga, de una piel blanca y tersa al principio, fue llenándose de moretones y rasguños producidos por las diferentes sesiones de daños.

La mujer se mantuvo en silencio. Mordía sus labios para evitar cualquier chillido que pudiera indicarle a su torturador que estaba teniendo éxito. Aunque le desgarrara la espalda en tiras de carne, nunca diría nada. No le daría esa satisfacción. Además, los golpes nunca serian lo suficientemente fuertes. Aunque le ardían, producto de escocerle sus anteriores heridas. No serian lo suficientemente rudos como para quebrarla.

Boruto cada tanto realizaba una serie de preguntas. No parecía desanimado o siquiera molesto por no hallar las respuestas. Solo continuaba con el castigo, como si tuviera todo el tiempo del mundo para completarlo. Como y cuanto quisiera. Hanabi comenzaba a preguntarse. ¿Acaso nadie la estaba buscando? ¿Qué había sucedido con su guardia personal? Hanabi solía tener dos hombres del clan custodiándola regularmente. Y también otros dos que se mantenían ocultos, vigilando sus pasos aunque anduviera por la aldea. ¿Dónde estaban? ¿Acaso Bolt los había eliminado? ¿Cómo lo hizo?

-Quiero saber que tienen planeado los Hyuuga contra Hima-Nee…-apuntaba el rubio con una voz seria y neutral- quiero nombres de los que saben ese plan. Quiero fechas para cumplir con esa orden.

Pero Hanabi no diría nada. El castigo recibido era juego de niños. Era como si Bolt no se animara a lastimarla con toda su fuerza. El asunto era, que la mujer estaba protegida por una técnica secreta. Sintiéndose segura de poder resistir todo el tiempo necesario, decidió tomar la ofensiva. Le miró como se mira a un infante, y hasta sonrió apenas en señal de supremacía. Pero el Shinobi no se amedrentaba. Simplemente seguía.

-¿Te divierte esto querida tía? –Sonrió perverso Bolt, devolviendo la agresión gestual- no tiene por qué sorprenderme. Siempre supe que eras una masoquista.

-¿De qué… hablas?

-En realidad has creído que estaba torturándote…-se burló el rubio entretenido con la ingenuidad- pero no estoy dispuesto a perder mi tiempo dándote placer sin concepto.


Solo estaba alardeando según la mujer. No podía hacerle nada para quebrarla. No tenía el tiempo suficiente. Hanabi era consiente que cada minuto que trascurriera, cabía una mayor posibilidad de ser echada de menos por su clan. Y entonces, aun habiendo eliminado a la guardia personal de la líder, pronto Bolt se vería en grandes dificultades. Además lo que él no conocía, era que toda mujer del clan Hyuuga, Hanabi tenía la habilidad de presionar con chakra sobre uno de sus puntos espirituales internos. ¿El efecto? Insensibilizar su cuerpo al dolor externo. Por lo tanto, los efectos de la tortura parecían simples caricias a pesar del daño real provocado. Así se resistía a las violaciones, así las Kunoichi Hyuuga evitaban las extracciones de información por parte del enemigo.

-supongo que tu resistencia actual…-dijo Boruto sonriendo apenas- se terminara exactamente…-añadió parándose junto a ella y apuntando sobre la espalda de la mujer con su mano derecha- cuando presione aquí….

Impactó con sus dos dedos más largos en una zona cercana de la columna. Una carga de chakra ligeramente inferior a lo utilizado para las técnicas de ataque Hyuuga. Esto provocó un entumecimiento mayor en Hanabi, y luego fue como si se liberara su cuerpo. La técnica que ella misma había aplicado en su cuerpo, había sido desactivada.


-Mi Byakugan no es como el típico Hyuuga, tía Hanabi. –sonreía perverso el rubio ante la sorpresa de la fémina- no tengo un alcance visual de 5 kilómetros promedio. Apenas mi rango se amplía a los 1000 metros. Pero en contrapartida, puedo ver más profundo en el interior de las personas. Entonces, aplicando un poco más de chakra en mis ojos, observó decenas de pequeños puntos de presión, dentro de los canales de chakra en todo tu cuerpo.

-¿De qué hablas? –balbuceó Hanabi sin poder creerlo.

-una visión microscópica de tu esquema espiritual- apuntó Bolt- mi hermana y yo, podemos modificar ciertos aspectos del físico presionando parcialmente, sin cerrar definitivamente el canal de chakra en cuestión. Y para demostrarlo…

Bolt agarró una pequeña aguja tipo sembon, y en un brazo de la mujer le picó apenas, mientras tanto, Hanabi sintió que una lanza la había traspasado de lado a lado. Los cánones de dolor fueron tan enormes que no pudo evitar gritar, aun intentando ahogar como pudo esa sensación. Segundos después, la voz de Bolt apareció en su oído como un susurro de la muerte:


-tu sensibilidad ha regresado ¿verdad? y gracias a mi técnica de presión parcial, ha retornado con 50 veces su potencia normal. Así es querida tía, cada pequeño rasguño que desde ahora te produzca, lo sentirás como las zarpas de un tigre hambriento. Lo que lleva a preguntarme… ¿Cuánto resistirás ahora, que no tienes tu truco para evitar las torturas?

-Bo…Bolt…espera….-jadeó la mujer increíblemente debilitada por lo que era un ligero pinchazo.

-Quiero nombres…-añadió el rubio- fechas y planes completos. Te enseñaré a responder con respeto, y puede que hasta salgas con algún premio si te portas bien. Hanabi-san.

-Por favor no…-apuntó susurrando la mujer aturdida, mientras veía de lado como Boruto usaba un látigo para azotarla “suavemente”.-AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHAAAAAAAAA

Sus lágrimas caían, sus mejillas estaban enrojecidas por el esfuerzo, y gritó hasta que sus pulmones se quedaron sin oxígeno. Todo su cuerpo comenzó a quebrarse internamente. No podía pensar, no podía entender que estaba pasándole. ¡Tanto dolor! ¡Había tanto dolor en todo su cuerpo! ¡¿COMO PODIA SOÑAR CON SOPORTAR TANTO DOLOR?!

-¡NNNOOOOOOO! ¡AAAAAAAAAAAHHHHHHH!!!!

Su segundo grito casi la llevó al desmayo. Sus ojos le pesaban y ese último azote había valido más que todos los anteriores intentos combinados. Su cuerpo no le respondía. Ya no le pertenecía. Ahora era propiedad del desgraciado de su sobrino. Boruto Uzumaki.



**************************



-Sakura….-le dijo Ino Yamanaka mirándola con preocupación- te noto dispersa… ¿sucede algo?


Sakura Uchiha había rellenado por tercera vez un informe médico de manera incorrecta. Eso no era común. Ella era muy detallista y minuciosa, pero cuando su amiga Ino la vio hacer un bollo de papel y arrojar con rabia al cesto de basura su tercer documento del día, supo que había problemas en ese paraíso.

-estoy bien cerda…no molestes.

-desde luego que si….-elevó una ceja la rubia, indicando claramente que no le creía- ahora que ya has probado como mentirme sin éxito, prueba diciéndome la verdad. Tú jamás te equivocas con esto de rellenar informes. Algo debe estar carcomiéndote por dentro para errar así.

La pelirosa elevó la vista para mirar a su amiga. Era cierto, contra Ino no podía ocultar nada. Eran demasiados años de conocerse mutuamente para intentar camuflar un estado de ánimo. Estaban solas en la oficina de la rosa, ¿Por qué no decirle? aunque ni ella misma estuviera segura del problema.

-tengo fallos de memoria….

Ino no reaccionó. En realidad no estaba interpretando la situación al completo. Así que guardó prudente silencio hasta que Sakura se explayara lo suficiente.

-no he dormido mal, tampoco es un problema de alimentación. Simplemente me es imposible recordar ciertos eventos, de ciertas partes en anteriores días. Eso….y además el asunto de Sarada.


“el asunto de Sarada” era en resumen algo que Ino conocía de otras conversaciones. Sakura le había confesado que había intervenido en la relación de su hija con Bolt y ahora estaba arrepentida. Sin Boruto Uzumaki, la niña parecía completamente impermeable. Sakura veía a su pobre hija en el día a día, y le recordaba tanto a Sasuke en la niñez, que le revolvía el estómago. ¿Pero que podía hacer? Era una gran preocupación.

-¿Cómo que tienes “fallos de memoria”? –consultó Ino sorprendida.

-hace días sucedió algo extraño. Recuerdo todo, y de pronto no sé qué hice en cierto tiempo de la tarde. Solo esa tarde en particular.

-stress tal vez….-supuso Ino en voz alta- el trabajo del hospital, la preocupación por Sarada.

-no es la primera vez que me ocurre Ino, -añadió la rosa- pero en esta ocasión, es distinto…

-¿Por qué razón?

-estoy disgustada con Sasuke. –apuntó la pelirosa- y ni siquiera recuerdo el motivo. Eso no es normal, eso me hace dudar.

-Piensas que no recuerdas….-hilvanó la rubia- ¿por culpa de tu marido?

Ambas se miraron, y segundos después sonrieron descartando el asunto de plano con una negativa gestual.

-No no….es ridículo. –Sonrió Sakura ampliamente- seguramente estoy cansada del trabajo. Sasuke se ha marchado hace poco y eso me tiene disgustada sin dudas. Nunca me han gustado esas largas misiones que suele tomar.

Pero en los últimos años no era tan así. Sakura al principio del matrimonio extrañaba a Sasuke. Luego le enfurecía sus viajes y constantes abandonos. Y finalmente, estos últimos meses hasta había agradecido que se largara de Konoha. El buen sexo con Bolt Uzumaki, o la compañía de su hija Sarada era más atractivo para la pelirosa que un esposo de ficción. ¿Entonces, cuál era el real motivo de su rabia contra Sasuke Uchiha?

-ji ji tienes razón…-respondió Ino fingiendo condescendencia- aunque deberías relajarte un poco de esos documentos. Ven, siéntate en este sillón que voy a ayudarte un poco.

Sakura obedeció, dio la vuelta a su escritorio y se acomodó delante de Ino para dejarla actuar. Las técnicas de relajación de la Yamanaka eran muy buenas. Usaba el chakra, y algunas formas de masajes combinadas. Los primeros minutos continuaron charlando mientras Ino trabajaba en sus hombros. Pero poco a poco Sakura se fue adormeciendo hasta quedar en un estado soñoliento. Entonces, Ino hizo lo que su amiga no se atrevería a pedirle. Colocó ambas manos rodeando el cráneo de la mujer, y emitió un jutsu controlado para revisar su mente. En cuestión de minutos, había notado el problema y solo se dispuso a resolverlo.

Sakura no tenía un problema de stress, tampoco agotamiento o confusión alguna. Era tan minuciosa en la vida corriente como para notar faltante de horas en su día. Sakura Uchiha, estaba siendo manipulada por un Genjutsu. Ino lo presentía, después de todo era el campo específico donde trabajaban los Yamanaka desde siempre:

-Sakura…-le susurró Ino seriamente- alguien ha estado manipulando tu mente. Trataré de desbloquear tus recuerdos. Me va a tomar tiempo derrotar a un Genjutsu del sharingan.

-¿Qué? ¿Cómo supones que…?

-solo el cerdo de tu marido es capaz de esto. –Añadió la rubia- pero descubriremos que estuvo ocultándote. Te lo prometo.



*********************************************



Boruto Uzumaki caminaba por el bosque con tranquilidad. El día casi había terminado y las luces artificiales de Konoha ya podían avizorarse a la distancia. Desde que abandonó la cabaña donde Hanabi aún era prisionera, los primeros kilómetros había estado seguro completamente de la influencia de los espías que le habían seguido durante semanas. Pero ahora mismo, regresando a la aldea ya conocía que ellos estaban nuevamente vigilándolo. Bolt estaba convencido que el equipo de espías no pudo vigilarlo mientras estuvo torturando a Hanabi Hyuuga. ¿La razón? La zona donde se encontraba esa vivienda en el bosque, a su vez estaba vigilada intensamente por otro equipo de guardias. Los mismos que habían tenido la misión de proteger a la líder Hyuuga hasta hace muy poco. Y ahora servían como títeres a otro amo. Todo por la gracia del Byakugan.


Había pasado casi 18 horas torturando a su tía.

Demostró ser valiente, y sobre todo leal a su familia. Sin embargo, terminó por quebrarse por el lado inesperado. Boruto inicialmente no estaba seguro hasta donde llegar con el tormento, pero por fortuna había recibido entrenamiento magistral de una de las mujeres más peligrosa e inteligente que tuvo el privilegio de conocer. Anko Mitarashi. Hubo un instante, cuando Hanabi gritaba y comenzaba a confesar todo lo necesario:


Flash back:

-increíble…-dijo Bolt parado junto a la mesa donde Hanabi continuaba desnuda y amarrada en posición boca abajo- te estas excitando querida tía.

El coño le ardía, literalmente. El castigo que la volvió loca las primeras horas, luego comenzó a excitarle de sobremanera. Bolt observó como la mujer correaba sobre la mesa y por sus muslos desnudos se deslizaba el jugo de amor. Hanabi jadeaba enloquecida, no podía articular tres palabras con coherencia luego que Bolt le inyectó su chakra en cierta parte de sus canales espirituales. Las puertas de la lujuria, los azotes, los tormentos secretos que en la mujer hacían mella.


Boruto había recibido informes psicológicos elaborados por Raíz. Hanabi Hyuuga había recibido una educación forzada en el combate. Su padre desde muy niña, había sido duro y rígido en las horas de entrenamiento sin fin. Similares a torturas. Y la única muestra de cercanía física para Hanabi en su niñez y juventud, fueron los golpes y las tomas de combate que frecuentemente sufría en manos de su padre y otros sensei Hyuuga. Esto, sumado a la falta de su madre por muerte cuando ella nació, propició en Hanabi una versión distorsionada de la cercanía sexual. No pasó mucho tiempo, que en sus soledades ella necesitó hacerse daño a sí misma, solo para sentir otra vez la sensación física de perverso placer.

Hinata había indirectamente completado los informes de los espías para Bolt. Cierta vez, comentó que en la habitación de su hermana, había visto una singular colección de látigos y flagelos. Secretamente guardados en una caja alargada del closet. Luego de conocer eso, fue evidente para el joven que había una relación directa entre esas herramientas y la “intimidad” de su dueña. Todo eso, sumado a la imposibilidad que tenía como líder de relacionarse con cualquier hombre de su clan, la llevaba a una situación inestable.

Las torturas a Hanabi dieron el efecto buscado. La doblegaron, la rompieron mentalmente, y al final la excitaron. Bolt concluyó la faena obteniendo toda la información, y además follandosela sin que siquiera hiciera falta mantenerla atada a esa mesa:

-Por favor…..-jadeaba excitada la mujer mientras se sometía a sus bajos instintos- más….MAAAS CASTIGAME MAAAASSSS

Bolt estaba parado tras ella, le desanudó las muñecas, la cintura y las piernas. Ella apenas se elevó un poco afirmándose en sus codos. Lo miraba de reojo, rogando que volviera a nalguearla duro para sentir el vibrar de su cuerpo. Al muchacho ya no le preocupaba que su presa intentara atacarlo y escapar. Ella ya no tenía voluntad para tanto:

-Bolt…..por favor…-rogó servilmente y su trasero se elevó en la búsqueda de algo específico- continua…hazme daño.

-hare mucho más que eso….querida tía…


Se bajó su pantalón negro, preparó su arma endurecida por la escena de violencia y belleza sexual frente a él, y se hundió en esa mujer para hacerla suya sin más preámbulos.


Fin del flash back:



Faltaba poco para llegar a las puertas de la aldea. Bolt había dejado a Hanabi en la cabaña sin ataduras. El final de su trabajo, era advertirle que no abandonara el lugar. Tenía que probar su lealtad. Tenía que volverla una fiel perrita de sus órdenes. Entonces le dijo:

“Hanabi-chan, no te dejare amarrada a la mesa. En el otro cuarto hay una cama. Tienes comida y agua. Mi única orden es que permanezcas aquí dentro. No te está permitido abandonar esta cabaña. En 48 horas regresaré, y estarás a salvo hasta tanto me obedezcas. Pero si escapas de aquí….no me hago responsable de lo que te ocurra”.

Eso era todo. Si la mujer estaba en condiciones de ser fiel a su nuevo amo, permanecería dentro. Si acaso quedaba algo de rebeldía en su interior, algo que los puntos presionados por el Byakugan de Boruto no habían censurado, intentarían salir de ese lugar y seria duramente castigada por ello. En el caso que fuera, en menos de tres días Boruto regresaría a ese lugar para solucionar definitivamente el asunto con su tía. Ahora, con la información sobre el intento de asesinato hacia Himawari, tenía que encargarse de auxiliar a su querida hermana menor, para evitar que algo le suceda. El gran problema era que vigilado como estaba, y siendo objeto de dudas por parte de algunos sectores en Konoha por sus actitudes, esta vez no le seria gratuito intervenir en los planes de los Hyuuga. Ni aun en favor de su hermana.

Bolt estaba cansado, no había dormido nada en su trabajo de sacarle información a Hanabi. Y para colmo el “gasto”, que había implicado complacerla. En fin, lo primero que tendría que hacer era resolver como ayudar a Hima. Luego, tener una muy seria charla con su madre. Las amenazas de Hanabi sobre la posibilidad de ser traicionado por Hinata debían resolverse. Y finalmente, definir qué hacer cuando tenga que devolver a la líder Hyuuga de regreso a Konoha. El momento más sensible de todos. Cuando ella sería una fiel perrita obediente, o usaría todo su poder para vengarse. El filo de la navaja.

De pronto, a poco de reingresado a las calles de la aldea, se cruzó con la última persona que esperaría encontrar. Sakura Uchiha. La madre de su ex–novia. La mujer que había sido su amante, la que era un objeto de deseo. Bolt no pudo evitar sonreír, solo la miraba caminar hacia él y no podía evitar tentarse con su figura. Ese traje ninja le quedaba a las mil maravillas. Era una verdadera lástima que todo hubiese terminado. Porque era una delicia de mujer.

-Bolt…-le dijo ella interceptándolo en medio de la calle- tenemos que hablar. En privado.

Eso le sorprendió, no esperaba que ella volviera a dirigirle la palabra luego de cerrar el último acuerdo en la cárcel hace semanas. Era un problema. Sakura no sabía que a él lo estaban siguiendo. No sabía que algunas palabras lanzadas en un supuesto “privado”, podían desatar un gran problema. ¿Cómo hacerle entender? Tal vez si fingía exceso de condescendencia, ella captaría el mensaje.

-no creo que haya algo que decir Sakura-sama…-respondió formalmente como para intentar ponerla de sobre aviso- con todo respeto, Sarada y yo ya no somos pareja. Es lo mejor para todos.

-Me equivoque…-confesó la pelirosa bajito.

-¿En qué?

-En todo.


Ella estaba muy aturdida. Parecía haber recibido un rudo golpe, del cual no se recuperaba del todo. Bolt había estudiado la lectura de gestos con Raíz, y los de la mujer parecían indicar un gran desamparo. ¿Por qué? ¿Acaso le pasaba algo a Sarada? ¿Era por el sexo? ¿Acaso Sakura Uchiha, lo deseaba tan intensamente como el a ella?


-entiendo….-le dijo el rubio levemente- ahora mismo me dirigía a Ichiraku-ramen para cenar. Muero de hambre. ¿Gusta acompañarme? Podríamos hablar.


Ella se mostraba confusa. Era raro que Bolt eligiera un lugar público para una charla necesariamente privada. Tendría que hablar todo en “clave”, sin personalismos. ¿Y cómo haría para explicarle toda la situación? El asunto que la aquejaba a ella era grave, pero lo de Sarada era aún peor. Mientras caminaban lado a lado, Sakura reflexionaba su propia acción desconcertante. Venir directamente a buscar auxilio de Boruto Uzumaki. ¿Por qué? ¿Por qué razón no fue corriendo para hablar con Naruto? ¿Por qué elegir a un niño manipulador en lugar de su padre, que había sido su mejor amigo?


Llegaron al puesto, se sentaron en una mesa apartada y pidieron de cenar. Ella había dicho que no quería nada, pero Bolt la instó a que comiera algo. La veía en un parcial estado de shock y debía recuperarse antes de confesarlo todo. ¿Qué razón la tendría tan afectada? Bolt comenzaba a comprender que su asunto personal con ella, o siquiera con Sarada poco tenía que ver. Había algo más. Sería….tal vez…que ¿Sakura ahora conocía la vieja costumbre Uchiha que Hanabi había confesado a los gritos?

-Mi Sarada está muy mal. –inició la pelirosa luego de mirar con cautela a su alrededor- está en peligro y no puedo protegerla.

-Siento haberte traído aquí…-le confesó el rubio- pero algunos Shinobi me siguen a todos lados. Solo en un lugar demasiado público puedo mantenerlos a distancia para que no escuchen lo que digo. Ni lo que tú digas ahora.

Sakura comprendió. Bolt había intentado evitar un problema. Porque definitivamente si esos espías eran mandados por el Hokage, sería un gran conflicto que Naruto supiera que Sakura había sido amante de su hijo. Le daría un golpe directamente a su orgullo. Ya era bastante malo tener en contra a Sasuke. ¿Pero también a Naruto? no era recomendable definitivamente.

-creí que protegía a mi hija Bolt….-inició la mujer en cuanto tuvieron la comida humeante sobre la mesa y quedaron solos- no fue contra ti. Lo siento.

-Lo entiendo, -le sonrió un poco para aligerar la tensión- solo se me hace raro que tengas esta conversación conmigo.

-te lo pido…..por favor…-susurró la mujer- tienes que hablar con ella. Vuelve con ella. Yo no me interpondré entre ustedes. Nunca más.

Boruto la miraba muy aturdida. Algo se revolvía en su interior. A pesar de haberla odiado hace tiempo, a pesar del deseo físico que sentía por ella, había algo más. Se sentía muy atraído cuando la veía desvalida. Quería abrazarla, quería protegerla. Quería hacerla reír. ¡Kami que sensación angustiante! Era como con Himawari, sacando lo sexual del asunto, solo quería verla feliz. A cualquier precio. ¿Acaso Sakura estaba negociando un retorno al noviazgo entre su hija y él? ¿Eso quería? ¿No había venido a buscarlo como amante? Bolt tenía la duda, y debía averiguarlo en ese momento.

-Sarada-chan es una chica fuerte. –Le aseguró el rubio neutral- no me necesita. Pronto seguirá su vida sin siquiera acordarse de mí. Tu misma has dicho que yo no la amaba evidentemente. ¿Para qué volver con ella?

Sakura sentía que había caído en su propia trampa. El único hombre que podía ayudarla estaba negándose a hacerlo por propias palabras de ella. Sakura no quería confesar la verdad ante Bolt. Temía que el muchacho no se inmiscuyera en el asunto, si descubría que Sasuke sería su rival. Por miedo, respeto o desidia. Si realmente no amaba a Sarada, no intervendría al saber la situación completa. Pero si ella lograba que él se involucrara en asunto, luego sería más sencillo volverlo su aliado. Detener los planes de Sasuke era la prioridad. Proteger a su hija.

-Sé que la quieres…ahora lo sé…-intentó convencerlo Sakura- ella te ama y te extraña. Ha estado encerrada en su cuarto desde que todo terminó entre ustedes. Y si tú no la quisieras, no hubieras considerado dejarla para no hacerle más daño. Fue mi error, pensé que ella estaría bien. Pero no es así.

-Que hábil….-pensó Bolt mientras comía- intenta que reinicie mi relación con su hija para luego enfrentarme contra su marido. Esta desesperada sin dudas. ¿Pero porque no ha ido con mi padre? ¿Será por mi amenaza? Este asunto es diferente como para pensar en eso. Tendré que aclarárselo bien.

-escucha Sakura….-suspiró Bolt levemente- mejor será que lleves tu problema con…

-Haré lo que quieras…-interrumpió ella sorprendiéndolo- hare todo lo que tú quieras si haces feliz a mi hija. Lo que sea…-definió suavemente- seré tuya…para siempre si eso quieres.


Una oferta tentadora. Tal vez la más tentadora del mundo para Bolt Uzumaki. No solo recuperar a Sarada-chan, la cual Bolt admitía había sido duro dejar. Sino también volver a tener la oportunidad de hacerle el amor a esa mujer increíble. De solo acordarse lo rico que había follado con ella, hacía que su amigo de abajo se endureciera. ¿Y que podría conseguir si tenía toda la voluntad de esa mujer a su favor? Si estaba dispuesta a entregarse ella misma con tal de salvar a Sarada, ¿Qué no haría si Bolt lograba hacerlo? Sakura seria suya para siempre. Bajo todo concepto. Solo tenía que buscar la manera de anular al segundo Shinobi más poderoso del mundo. Mientras evitaba que el Hokage (que era el más fuerte) no se enterara de nada. ¿Pavada de desafío no?

-¿y tu marido qué? –consultó el rubio tratando que ella confesara todo- ¿acaso seré el reemplazo mientras ese sujeto viaja por el mundo? Nunca serás mía completamente. No existe garantía de que cumplas tu parte del trato.

Ella recibió la negativa con desazón. Fue un golpe sin lugar a dudas. Era como si su último barco hubiera zarpado sin ella abordo. ¿Ahora que podría hacer? Solo le había quedado recurrir a Bolt. Con Naruto era imposible. Aunque comprendiera el problema, jamás iría contra Sasuke. No por Sakura que no era su esposa, ni por Sarada que no era su hija.

-¿Qué quieres de mí? –consultó ella estirando su mano y tomando la Bolt con suplica- ayúdame a proteger a mi Sarada.

-¿Protegerla de quién? –interrogó Boruto que por fin había logrado que ella abriera su confesión.

Y Sakura no tuvo más remedio que hablar. Tuvo que decirle todo. Tuvo que entregarse completa nuevamente. No era que no deseaba intimar físicamente con Bolt. Sino que sabía que su hija jamás se lo perdonaría. ¿Pero podría quedarse sin hacer nada y permitir que Sasuke la embarace? ¿Se quedaría quieta mientras el desgraciado de su marido follaba a su hija y le borraba la memoria a ambas? ¡No lo iba a permitir! ¡JAMAS LO PERMITIRIA!

Aunque…esto le costara su alma. Aunque su cuerpo tuviera que ser propiedad de Boruto Uzumaki. Ambos se condenarían, pero Sarada estaría a salvo. Era lo único en lo que Sakura podía pensar, lo único por lo que valía arriesgarlo todo.



*************************************************


Esa noche, la cena en la casa Uzumaki fue de silenciosa tensión. Himawari estaba un poco deprimida. Tenía problemas con Inojin y casi de un noviazgo confirmado, pasaron a la nada en un abrir y cerrar de ojos. Hinata se mostraba triste. Ver a su hijo mayor revolver la comida y hablar de cualquier cosa como si no tuviera nada que ver con la captura y tortura de Hanabi Hyuuga, le hacía estremecer. Naruto, que sentía la incomodidad de toda su familia en esa mesa, tenía sus propios problemas en la oficina. Al parecer, Shikamaru le había mostrado preocupantes informes sobre ciertas actividades secretas en Konoha. Según el Nara, había rumores de una organización secreta que paralelamente realizaba misiones de todo tipo a espaldas del Hokage. Un grupo parecido, al conocido como “raíz”, hace años al mando del fallecido Shimura Danzou. Por ahora Shikamaru decía no tener pruebas, pero estaba buscando y pronto encontraría.

Boruto en cambio, parecía desde lo gestual el menos metido en problemas. Aunque su mente cavilaba sin cesar, sobre la situación que solo se había metido hacia poco menos de dos horas. Sakura Uchiha era similar a un vicio. Traía tanto placer como dificultades seguir aferrado a ella. El asunto de anular a Sasuke Uchiha era mucho más que un gran problema. Era un imposible. Y para peor, Boruto era muy consiente que Hatake Kakashi al mando de la raíz, no lo apoyaría en esto.


Incluso hasta estaría en contra. Ya que si Sasuke tenía que embarazar a su propia hija para perpetuar el sharingan, los altos mandos de la aldea estarían conformes con tal de conservar ese poder. Y Bolt estaría interrumpiendo eso. Convirtiéndose a sí mismo en un peligro potencial para la paz de la aldea. La cual Raíz, se encargaba de exterminar desde las sombras.

Asesinar a Sasuke en combate estaba descartado. Nadie, a excepción del Hokage, tenía el nivel para llegar a tanto. Y cualquier otro tipo de maniobra política, no sería más que levantar sospechas con respecto a las otras actividades de Bolt. Algunas por órdenes de Raíz, otras por beneficios de su propia familia. ¿Entonces qué hacer? Porque no podía dejar desamparada a Sarada. Tal vez Sakura se lo mereciera en definitiva. Ella se buscó el destino que estaba teniendo. Pero Sarada para Bolt no solo era una ex-novia. Había sido su mejor amiga de toda la vida. Era una niña de buenos sentimientos y merecía tener una vida mejor, en lugar de ser violada por su padre y con la mente moldeada como si fuera una estúpida marioneta. En resumen, tenía dos grandes asuntos que atender. La manera de eliminar a Sasuke Uchiha, y el método perfecto para proteger a su hermana. Todo sin perder la vida en el proceso.

-hace mucho que no volvías a casa Bolt…-dijo Naruto como quien dice cualquier cosa- ¿entrenamiento?

-Hai…-asintió el muchacho mientras Hinata sudaba frio- me quedé dormido en medio del bosque, je je.

Naruto sonrió, el mismo había despertado muchas veces producto del rocío nocturno. Desgastado al máximo. Luego de haber dejado todo en las prácticas. Lo que le llevaba a la otra cuestión a discutir. Si Bolt se entrenaba tanto, ¿Por qué razón no mostraba un buen nivel contra su padre? Era como si se ocultara. ¿Por qué motivo?

-Tenemos que entrenar juntos más seguido hijo….-sonrió el Hokage sintiendo una ansiedad extraña- quisiera verte en acción, cuando luchas con todo.

El joven lo pensó un segundo. Era como si las palabras de su padre exigieran una gran reflexión. Estaba ideando un plan, y nada tenía que ver con el entrenamiento. Hasta que finalmente respondió, dando la sorpresa como de costumbre:

-Quisiera…-le dijo apenas el joven- un entrenamiento especial. Un combate….tal vez pasado mañana. ¿No es ese tu día libre?

Naruto se sorprendió, generalmente Bolt no hacia esfuerzo alguno por acercarse. Y ahora de buenas a primeras le pedía entrenarse juntos. Incluso fijaba el encuentro, para demostrar su interés. ¡Qué buena oportunidad! Podría ver lo mejor de su hijo al fin. A Naruto no escapaba que hasta el momento, nunca Bolt había combatido al máximo nivel en su presencia. La muerte de Kiba daba muestras claras de ello. ¿Por qué razón quería enseñarle su fuerza ahora?

-Naruto-kun….-intentó interceder Hinata- tal vez no es el momen…

-¡Hecho Bolt! –Sonrió emocionado Naruto y tanto Hinata como Himawari dieron un respingo de sorpresa- ¡prepárate bien ja ja ja! Tu Oto-sama no tendrá piedad.

-Nunca has visto lo mejor de mí….-le prometía Bolt también divertido- y tengo muchas ganas de patearte duro para que me reconozcas.


El resto de la cena fue más relajada. Himawari se dejó atrapar por la buena salud de los hombres en su familia y comenzó a sonreír participando de las charlas triviales. Incluso Hinata que había sentido temor a ese enfrentamiento, luego entendió que tanto su hijo como su marido se habían reconciliado. De alguna extraña manera, las acusaciones de Naruto hacia Bolt por el asesinato de Kiba quedaron en el pasado. El joven no demostraba rencor. Y tampoco eludía estar con su padre. ¿Qué se proponía? Hinata no podía entender el tipo de plan que su hijo mayor estaría pensando. Solo pudo preguntarle entre susurros por Hanabi, cuando ya terminada la cena cada quien se disponía a retirarse a su cuarto. Y el joven abrazó a su madre con fingida inocencia para declararle:

-tía Hanabi está muy bien…-sonrió fríamente- pronto regresara a Konoha con nosotros. Y se cumplirá tu sueño Ka-san. Seremos todos, una gran familia feliz.

Hinata no quiso preguntar más. Cada vez encontraba más oscuridad en los razonamientos de Bolt. Pero de algo estaba segura, el muchacho había conseguido de su tía Hanabi absolutamente todo lo que había querido. Todo y más. Esa era la impresión que daba. ¿Qué recursos habría utilizado para obtener tanto? La mujer no quería ni imaginárselo.



*********************************



Himawari tenía dificultades…

Sentimientos encontrados…

Sensaciones contradictorias…


Inojin Yamanaka era un buen prospecto. Su madre le había apoyado en el comienzo de la relación, mientras que el Hokage no le había parecido ni bien ni mal, que su hija empezara a tener citas con el hijo de una familia amiga. Para Hima no era extraño, que tanto Ino como Sai (los padres de Inojin) cenaran de tanto en tanto en la casa Uzumaki.

Todo comenzó bien…

Inojin la había invitado a salir, y ella se sentía atraída como casi todas las Kunoichi por el joven Yamanaka. Era uno de los más populares jóvenes de la generación. Aunque claro, no superaba el éxito devastador que tenía su hermano Bolt en la conciencia colectiva femenina. Hima amaba a su hermano, y le disgustaba sobradamente que todas sus amigas estuvieran medio locas de pasión por él. El amor de hermanos, había sido similar al flechazo instantáneo para ellos.

Himawari y Boruto siempre fueron unidos. Aunque el joven le llevaba un par de años de diferencia, jamás se había apartado de su Nee-chan. No importando misiones, entrenamientos o incluso su noviazgo con Sarada Uchiha. Hima siempre se sintió cómoda con su hermano mayor. Era una de las pocas personas en la aldea que no la presionaba en ninguna forma posible. A Bolt jamás le había importado si su hermana era fuerte, rápida o bella. La respetaba de manera completa. Escuchaba lo que ella decía, le otorgaba su tiempo libre, la protegía a la distancia sin por ello creerla débil.

Himawari definitivamente adoraba a su hermano.

Lo quería porque Bolt jamás le había puesto mala cara. Porque aunque estuviera enojado con quien fuera en la aldea, nunca descargaba esa frustración en ella. Bolt entrenaba con ella, la hacía reír, la protegía y aconsejaba. Jamás dejó de tenerle especial consideración, aun cuando a los 15 años Bolt Uzumaki, sufrió una tremenda trasformación luego de un examen Chunnin fallido. Compartieron un secreto desde ese día. El secreto que su madre les suplicó guardara por razones que en ese momento no conocían. Ambos, hermano y hermana, habían despertado el Byakugan.

Los años pasaron…

Hima y su hermano entrenaban en secreto. Oculto el Byakugan por sus orbes azules, ambos solo podían apelar a la experiencia mutua, y a la ayuda de su madre para entrenar esa habilidad extraordinaria. Un Byakugan poderoso, de corto alcance y características similares al típico ojo blanco. Similares al de Hinata sí, pero en ciertos aspectos diferente.

Hima desarrollo un talento especial fuera del combate. Como recibía instrucciones de acupuntura y demás cuestiones caseras en sus visitas a la familia materna, ella consideró que su capacidad de ver los canales del chakra más allá de lo evidente podía servirle para luchar. Al tener un chakra más poderoso que los Hyuuga, ella podía canalizarlo a sus ojos para ver en forma más profunda en los cuerpos rivales. Micro puntos dentro de cada canal de chakra.

Así fue, como sumando lo aprendido de la acupuntura y su talento para ver en detalle el espíritu de los demás, pudo comenzar a practicar los distintos efectos causantes de presionar parcialmente ciertas zonas. En Teoría, si clavar una aguja en sectores específicos se utilizaba para relajar, curar o quitar tensión, insertar chakra concentrado en los sistemas circulatorios ajenos, podía cambiar las estructuras ya establecidas.

-Se puede manipular los recuerdos, ciertos aspectos físicos, o hasta la personalidad. –Había asegurado a su hermano mientras entrenaban- aunque….no se cual punto genera lo que sea.

Bolt se había prestado como conejillo de indias. Y en cierta forma Himawari había deseado específicamente eso. Tenía una ambición secreta que solo se podría concretar de esta forma. Entonces, con el hermano mayor exponiéndose a los experimentos de contacto, ambos fueron construyendo una especie de “mapa” sobre los distintos efectos que se podían generar al presionar sobre zonas A, B, o tal vez C.

Descubrieron muchos datos útiles. Manipular memoria, sentimientos o incluso formas de anular o multiplicar los receptores del dolor. Se podía dejar ciego a un objetivo, también sordo o sin la capacidad del tacto. También se podía incrementar por escasos minutos la capacidad muscular o resistencia, forzando los canales del chakra tal como se logra una presión de agua mayor, cuando se aprieta parcialmente la salida de una manguera.

¿Se podía pelear con esas técnicas? La respuesta era difícil. Se necesitaba tener cierto tiempo de concentración y quietud que una batalla real no permitían. Pero eran útiles para manipular a personas tomadas con la guardia baja. Aun así, valiosas técnicas fueron las que consiguieron desarrollar.

Para Hima eran momentos hermosos. Estar con su hermano le otorgaba paz y alegría. Hacerse más fuerte para que él se sintiera orgulloso. Pedirle consejos sobre la vida diaria, escucharlo si tenía dificultades. Himawari recordaba esa tarde donde fue al cuarto de Bolt para decirle que empezaría a salir con Inojin. Lo pudo notar disperso. Que la escuchaba, pero al mismo tiempo no lo hacía. Tuvo sospechas que algo extraño le ocurría, y al vigilarlo con más cuidado se encontró con el horror.

La noche donde Bolt y Sarada regresaron a la casa Uzumaki tarde. Cuando la joven Uchiha ingreso al cuarto de Himawari y se acostó sin hacer ruido. Hima despertó ante un ruido de exterior. Una puerta que se deslizaba y por un instante creyó que había sido la propia. Tuvo ganas de visitar el sanitario, y al salir por el pasillo para buscar alivio, pudo ver algo increíble. El momento justo, donde Sakura Uchiha abría la puerta de un cuarto que no era el de “invitados”, para ingresar y no salir durante gran parte de la noche.

Esa mujer, la madre de Sarada-san, se había metido en la habitación de Bolt furtivamente.

Himawari se escondió dentro de su cuarto y esperó con ansiedad. ¿Acaso había ido a recriminarle alguna actitud con respecto a su hija? ¿No era algo impropio meterse en el cuarto de un joven a esa hora? ¿Qué rayos hacia metida ahí? ¿No conocía las consecuencias de ser descubierta en esa maniobra?

Desde esa noche, Himawari sintió que poco a poco se iba separando del ser a quien más amaba en el mundo. El más cercano, el que nunca la había abandonado desde niños. Su querido hermano. Esa mujer estaba tomando lo que no le pertenecía. Esa mujer incluso tomaba lo que en realidad pertenecía a su propia hija. ¿Cómo podía ser tan descarada? ¿Acaso no le bastaba con flirtear con su padre produciendo tristeza en su madre? ¿Además quería también a Bolt?

Desde entonces, Hima se vio incapaz de disfrutar los momentos donde no veía a su familia reunida. Inojin no era quien le interesaba realmente. Sus citas cada vez fueron más infrecuentes y menos esperadas. Hima se dedicó a entrenarse y a esperar que su hermano volviera a acercarse a ella. Que volvieran a tener esa complicidad, ese secreto, esa intimidad no compartida con nadie más.

Pero Bolt había cambiado, su personalidad había sufrido modificaciones permanentes. Ya no era ese hermano cariñoso y devoto. Ya no era ese joven que solo podía ver a Sarada Uchiha como la única. Hima a pesar de tener poca experiencia en hombres, tuvo la terrible sensación que Sakura Uchiha no era totalmente culpable de eso. Había algo más, algo de lo que Hima se culpaba personalmente. ¿Acaso sus entrenamientos de presión sobre el chakra tenía algo que ver? ¿Había ella modificado la personalidad de su hermano sin poder corregirla?

Tenía demasiadas dudas, y se sentía culpable.

En todo eso pensaba Himawari, esa tarde donde preparaba sus pertenencias para marcharse. Había recibido una misión lejana que debería cumplir junto a su equipo. Ese tiempo le serviría para reflexionar profundamente. ¿Acaso debía confesarle a Bolt sus sospechas? ¿Debía decirle que esa nueva personalidad había sido manipulada por su hermana menor? Bolt se veía más suelto, más desinhibido y peligroso. Parecía que había perdido su moral definitivamente. Que no tenía límites. ¿Y si los rumores que lo acusaron de la muerte de Kiba Inuzuka eran ciertos?

Himawari sentía mucho miedo. Temor de perder el cariño de su hermano. Temor de perder la unión de su familia. Temor a que Sakura Uchiha lograra que sus padres se pelearan definitivamente.

Himawari tenía miedo.

Y lo peor de todo…

No estaba segura de saber qué punto presionar en el cerebro de Bolt, para recuperar al verdadero joven amable, alegre e inofensivo que alguna vez supo ser. No sabía si al intentar ayudarlo, lo trasformaría definitivamente en un monstruo.


Fin del capítulo.
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Mensaje por Daniii_NS Mar Ago 18, 2015 2:11 pm

ohhh lo lei todo de una ! me encanta!! nunca crei que veria a boruto de ese modo y a decir verdad estaria bueno Onion kuku ..............o por kami-sama que digo?? Onion wall

bueno! espero la conti!!! jeejej
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Mensaje por enriqueminato Jue Ago 20, 2015 5:18 am

jejeje hanabi ahora solo es un juguete de bolt q pasara ahora q himawari se dio cuenta q sakura entro al cuarto de su hermano se pone interesante
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Mensaje por arminius Sáb Sep 19, 2015 3:43 pm

CAPITULO 9: EL JUEGO


Hatake Kakashi llevaba un retiro tranquilo.


Desde que trasfirió las responsabilidades del Hokage en Naruto, su vida había sido placentera y aburrida. Los periodos de paz, nunca fueron durante la infancia o adolescencia del peliplata, muy firmes ni duraderos. En general, se caracterizaban por aldeas fingiendo pactos de no agresión, hasta encontrar la forma de atacar a sus adversarios extranjeros. Kakashi recordaba perfectamente, como ciertos movimientos en las sombras habían reiniciado periodos de conflictos interminables en épocas anteriores.


El segundo Tsuchikage por caso, fue famoso en estos aspectos.


Su capacidad de ser indetectable y su virtud para lo furtivo le habían permitido forzar ataques en los límites de fronteras. Un sistema de conflicto que luego propiciaba guerras ventajosas. Y así, la historia enseñaba como los Kage de una u otras aldeas en tiempos distintos, utilizaban su astucia o poder para generar focos de guerra.

Sin embargo, algo pareció cambiar cuando Madara Uchiha y finalmente la diosa Kaguya fueron derrotados.

La paz fue posible, desde un punto de vista diplomático. Por primera vez en muchas generaciones los Kage y sus tropas compartieron un sitio sin masacrarse unos a otros. El liderazgo fuerte y tranquilo del joven Lord Kazekage, fue recompensado con una unión nunca antes vista. Ninjas de todas las aldeas aprendieron a ver en sus pares extranjeros, un aliado con quien podían contar. Mientras que Lady Tsunade y sus equipos médicos salvaron vidas de aldeas diferentes. También el Raikage y su fuerza, el Tsuchikage y su moral férrea, o la Mizukage con su talento extraordinario, escribieron páginas hermosas en los libros de la quinta guerra Shinobi. La más importante de todas.

Pero el corazón, el espíritu, y el alma de esta nueva paz; fue nada menos que su héroe más grande. Naruto Uzumaki.

Kakashi sucedió a Tsunade en el liderazgo. Y fue recibido en buenos términos entre el resto de los líderes. Se firmó un acuerdo económico y delimitados perfectamente los territorios de influencias, no se avizoraba nuevos focos de peleas en un futuro. Incluso los Samurai, inicialmente unidos como mediadores neutrales de la alianza, vieron su participación estéril de utilidad. Los ninjas por primera vez en la historia, no desconfiaban unos de otros. Era una gran oportunidad.

Pero los años pasaron, y aunque hubo una voluntad general de respetar lo pactado con honor, las misiones que involucraban ciertos problemas territorios extranjeros, lo complicaron todo. Los feudales aun daban las órdenes, aun proveían de la economía en las aldeas, y cuando algo irrumpía en sus placidas vidas, simplemente actuaban en consecuencia echando mano a sus Shinobi locales.

¿Qué hacer? ¿Cómo cumplir con órdenes de robo o asesinato en tierra de aliados? ¿Cómo serle fiel al señor feudal, y al mismo tiempo no traicionar la paz que con tanto esfuerzo había conseguido? Solo un hombre podía detener la ola de odio que podía comenzar a crecer por la contradicción. Solo uno. El héroe de los cinco países. Naruto Uzumaki.

Kakashi nunca fue un hombre orgulloso. Jamás se le hubiera pasado por la cabeza sostenerse en un cargo que tarde o temprano lo obligaría a tomar decisiones difíciles. ¿Para qué continuar como líder, cuando la guerra era un futuro más que probable? Encontrar una solución era primordial, y evitar cualquier posible intento de sabotear la paz, lo más importante.

Sin embargo, la lealtad entre Shinobi de diferentes aldeas se fue invariablemente desgastando. La sangre derramada y los juramentos de revancha reverdecieron en cuanto los rumores de la vuelta a las misiones en el extranjero, ganaron los comentarios populares. La gente no olvidaba, que Kumo e Iwa se odiaban a muerte. Que Kiri no era confiable por su pasado sangriento. También no faltó en Konoha, quien tuviera ganas de ajustar cuentas con los ninjas de Suna, por la invasión que propició Orochimaru hace años. Y que tanto dolor causó con entre otras desgracias, el fallecimiento del tercer Hokage.

Kakashi anunció su dimisión al puesto, argumentando que Konoha debía necesariamente reconocer a Naruto Uzumaki como el séptimo líder de la aldea escondida entre las hojas. Y el resto de los Kage, si bien esgrimieron alabanzas a las nuevas noticias, adoptaron con el paso de los años, ciertas actitudes sospechosas. El tercer Tsuchikage Oonoki fue el primero en retirarse de su cargo, algo previsible por edad. Pero no tan esperado fue el retiro de la maestra Mizukage, quien argumentó que estaba cansada de tanto viaje y palabrería diplomática. Finalmente, lo que hizo a Kakashi sospechar que algo malo pasaría, fue el retiro abrupto del Raikage, quien dejó al frente a Darui, un joven capaz pero tal vez no observado como sucesor en tiempo y espacio. Solo el Kazekage permaneció en su cargo, ya que su juventud y capacidad estaban en los más altos niveles. Además, era sabida su devoción y amistad por Naruto Uzumaki, su mejor amigo y aliado ahora entre los líderes de aldeas.

Paralelamente a un Naruto firmando una nueva alianza con todos los pares, Kakashi no se dejó atrapar por la ociosidad de ser un ninja retirado. Tenía redes de informantes entre los Jounnin al servicio de Naruto, y en las fuerzas especiales ANBU al mando de Sai. Y las novedades, no fueron nada alentadoras.

Los líderes anteriores del concilio de aldeas, habían jurado la paz mientras permanecieran en sus cargos. Y ahora retirados, con otros hombres o mujeres con el sombrero y el brillo de las luces del día, se disponían a formar una fuerza militar que cumplieran con esas misiones que legalmente no podrían. En resumen cada aldea Shinobi, tenía una aldea suplementaria que trabajaba en las sombras. Dirigidas por supuesto, por los anteriores dueños del puesto de Kage.

Kakashi al enterarse, lo habló con la única mujer que podía. Tuvo que informarle todo a Tsunade Senju. Y fue la propia quinta Hokage, quien resolvió darle la idea que proyectaría el futuro:

-me retire del puesto para no fracasar. –dijo bebiendo en un bar cierta noche, cenando con Kakashi a solas- te puse al frente de todo, porque comprendías las dos partes de la moneda. Fuiste ANBU, y también Jounnin sensei. Lo comprenderás casi mejor que nadie.

-Naruto mantendrá la paz, estoy seguro de ello. –dijo el peliplata, aun no convencido de sus palabras.

-Naruto estará bien, en tanto y en cuanto no descubra la verdad. Eso le rompería el corazón.

-¿Qué verdad, Tsunade-sama?

-no existe la paz en nuestro mundo Kakashi…-dijo la mujer gravemente- desde que nacemos, fuimos entrenados por y para la guerra. Somos espadas con mente propia, es cierto. Pero un filo, solo sabe hacer lo que dicta su naturaleza….cortar.

-Naruto no es así.

-pero no es el único jugador de este juego. ¿Cierto?-sonrió la Kunoichi con amargura- Que el cielo nos ayude si algo llega a pasarle a ese muchacho. Porque nadie más podrá mantener la paz como él.

La quinta Hokage tenía razón, como casi siempre que apostaba a sus malos presagios. Kakashi tardó pocos meses en comprobar que efectivamente, la ex–líder intuía con acierto. Mientras los nuevos Kage continuaban sus reuniones pacificas en completa armonía, en la oscuridad los anteriores Kage conducían a cierto número de sus ninjas a cometer las misiones que requirieran los feudales en cuestión, sin importar el adonde, o a quien herían en el proceso.

Entonces, Hatake Kakashi hizo lo que nunca pudo hacer en el pasado. Hizo lo que adeudaba a su estudiante desde los tiempos de la academia. Protegerlo. Sasuke y Sakura ahora no tenían que ver en este asunto. Era Naruto quien estaba en peligro. Kakashi tenía que ayudarlo y para sumar dificultad, debía hacerlo a sus espaldas. Evitando que el joven Hokage sufriera las consecuencias de perder la fe en su camino Shinobi. Mientras Naruto buscaba la paz del mundo, su antiguo sensei debía detener los tambores silenciosos de quienes gestaban una nueva guerra.

Kakashi tomaba té en el traspatio de su casa, reflexionando calmadamente el pasado. Había actuado de modo que al ser descubierto, podía ameritar una acusación de traición. Pero siendo el anterior Hokage, había tenido la oportunidad de cubrir sus huellas lo mejor posible. Dejar ciertos fondos económicos apartados para su división de combate. Reclutar ninjas específicos de ramas determinadas, para la protección de la paz en Konoha. Kakashi y su “Raíz”, habían abortado decenas de focos de conflictos en tierras del fuego. También dentro de Konoha, donde las acciones de ciertos ninjas podían poner en peligro la estabilidad de la aldea. Contaba entre sus mejores elementos, con Sai. Un hombre que tenía el liderazgo de los ANBU tradicionales, pero paralelamente trabajaba para la Raíz, filtrando información útil. Además de desviar la atención de los integrantes del grupo especial, cuanto tenían que cumplir ciertos cometidos sospechosos.


Algunos ninjas más problemáticos que otros, algunos con falencias y virtudes muy específicas. Pero cada hombre y mujer que había sido incorporado al grupo de Kakashi, tenía la plena conciencia de fidelidad a Konoha. Incluso llegarían a desobedecer al Hokage, con tal de salvar la paz de la aldea. Dispuestos a morir, dispuestos a ser tomado como traidores, dispuestos a una doble vida en una villa donde ojos y oídos lo registraban casi todo. ¿Había acertado Kakashi al formar una división de Shinobi a espaldas del poder del Hokage? algunas veces tenía sus dudas, pero cuando más parecía flaquear en su decisión, era el momento de echarle un vistazo a aquel joven que acababa de ingresar a su propia casa.

Boruto Uzumaki era nada menos que el hijo del Hokage. Un joven Shinobi que desde muy niño, vivió a la sombra de una leyenda como su padre. Las nuevas generaciones de ninjas, no se atrevían a creer cuando los más adultos que conocían a Naruto desde siempre, contaban que era el peor de la clase. Nadie se atrevía a decir en voz alta que fue rechazado de niño por ser jinchuriki. Y aunque lo dijeran con cierta culpa, pocos podían creerle al desafortunado comentarista. No era que se ocultara el pasado de Naruto Uzumaki, sino que simplemente la devoción que generó por su valiente aporte en la última guerra, borraron sus defectos del pasado hasta casi desaparecerlos. Haciéndolo una estatua viviente, convirtiéndolo en una especie de dios Shinobi. Un mito que aun perduraba y caminaba entre todos.

Contra todo eso, Boruto Uzumaki tuvo que crecer bajo la enorme sombra que proyectaba su padre. Y no fue fácil para el muchacho, que para colmo no contó con la mejor atención del líder de Konoha. La política y el papeleo de la oficina, absorbieron a Naruto hasta el punto del agotamiento. Mantener la paz mundial no era tarea fácil, y el Hokage que había sufrido la muerte de algunos amigos en la pasada guerra, ponía todo de sí para evitar que se repitiera. ¿Cómo podía pelear contra ninjas después de todo lo vivido? ¿Cómo podría luchar contra cualquiera aldea Shinobi, contando con amigos en todas ellas? La alianza debía mantenerse, a cualquier costo, y usando todo el tiempo que requiriera conseguirlo.

Boruto Uzumaki sufrió mucho. Y fue humillado gravemente en una pelea por exámenes para ascender a grado Chunnin. Kakashi lo observó con cuidado. Tan parecido a Naruto, tan dolido por no poder llamar la atención de su padre. Boruto era un joven que necesitaba una guía personal, ya que sus verdaderas habilidades serian focos de conflictos sino se ocultaban debidamente. Por ello, una de las primeras misiones de “Raíz”, fue entrenar y ocultar del conocimiento de los Hyuuga, el desarrollo del Byakugan en Boruto Uzumaki.


-Kakashi-sama…-se inclinó levemente Bolt saludando a su líder- le pido una disculpa por venir a verlo.

-no tienes que ser tan formal conmigo Bolt…-sonrió el peliplata que ni cuando estaban a solas dejaba a la luz su ascendencia de rango- agradezco que tomes algo de tu tiempo libre, para visitar a tu tío.


El “tío” Kakashi, una forma familiar de tratar a un sujeto que era más un maestro que un pariente. Boruto había fichado por Raíz a los 15 años, y desde entonces había trabajado duro para ser parte valiosa de esa división. Pronto, las dudas de Kakashi sobre la verdadera capacidad del hijo de Naruto se disiparon. Se sintió, levemente sorprendido por el crecimiento acelerado en todos los ámbitos del combate y la estrategia. Bolt no era gritón e impertinente como lo fue Naruto, no tenía su fuerza ni su corazón puro. Pero era más listo, silencioso y calculador. Tenía una mirada de fingida inocencia, que ocultaba a un manipulador de escuela. Era el perfecto elemento para actuar en las sombras. Y había heredado de su padre un arma terrible. La voluntad irrenunciable de no rendirse jamás.

-tío Kakashi….lo siento….-acusó el muchacho sabiéndose solos, y se sentó junto al peliplata para hablar cara a cara- sé que esta situación no es recomendable, pero tengo poco tiempo.

Usualmente, los integrantes de Raíz no se conocían mutuamente. Todos reconocían al líder en Sai, y pocos sabían que el sexto Hokage lo orquestaba todo desde las sombras. Toda la división estaba ordenada en “células”, solo tres o tal vez cuatro Shinobi que se conocían mutuamente formados en equipos. Pero no a los integrantes de otras ramas. Así entonces, si un grupo era capturado o descubierto, ni aun las más aberrantes torturas les harían delatar lo que no sabían. Era una medida de cuidado, y pocos la sobrepasaban entre los cuales se encontraba el hijo del Hokage. Sobre Boruto, Kakashi decidió ejercer un liderazgo más personal y estricto. Después de todo, tenía una de las misiones más importantes de todas. Dar protección y seguridad al séptimo Hokage, conjuntamente con su familia.

-una visita de tanto en tanto a tu tío, -sonrió el peliplata apenas- no es mal vista, ni digna de sospecha. Adelante muchacho….habla que estoy escuchando.

Bolt le miró escéptico, y con una gotita surcándole el rostro. Sí que debía estar aburrido. Ni siquiera releer constantemente esa serie de libros ICHA ICHA lo sacaba adelante. Era difícil para ninjas activos desde tantos años como ex-Hokage, aceptar el retiro de manera completa. A veces Bolt se preguntaba si Kakashi no debía conseguirse una mujer y casarse. Estar solo era bastante pesado.

-mi hermana tiene problemas….-dijo sin filtros el rubio, luego de un rato- y no puedo ir a ayudarla. Estoy siendo vigilado. Levantaría sospechas.

-¿Qué clase de problemas? –Consulto el peliplata- según supe, mi sobrina es suficientemente fuerte para salir de lo que sea.

-Esta vez no. –Añadió Bolt- y solicito ayuda de otra célula de Raíz, para protegerla.

Después de eso, solo el silencio. Kakashi permitió que Bolt le informara de todos los eventos acontecidos en los últimos meses. Al parecer, la situación de Sakura se había complicado de sobremanera. Y los Hyuuga estaban a punto de desatar un desastre al intentar conservar el Byakugan solo para los de su clan. Los movimientos de Bolt para resolver ambos asuntos, así como el asunto de Kiba Inuzuka parecían demasiado terminantes para Kakashi.

-tu padre jamás hubiese hecho nada de esto…-le dijo el ex-Hokage con sinceridad, luego de escucharlo por más de una hora –y ahora me pides que intervenga. Conoces las reglas, no debemos ser descubiertos.

-yo no soy como mi padre….-le respondió duramente Bolt- y nunca lo seré. Pero hasta el árbol más frondoso, tiene raíces feas, profundas y oscuras. Ellas lo alimentan y sostienen. No me pida flores a mí, que soy solo una simple raíz.

Otra vez algo de silencio. Kakashi no aprobaba esos métodos, pero no podía evitar recordar que ninjas como Ibiki Morino en la división de torturas, o Anko Mitarashi cuando trabajaba en espionaje fuera de Konoha actuaban igual o peor. ¿En que se modificaba en uno u otro caso? Tal vez la juventud de Boruto. Tal vez ese rostro tan similar a Naruto. Era como ver un ángel, actuando como el mismo demonio. Y para peor, siendo mortalmente efectivo en su tarea.

-Hanabi Hyuuga no será una molestia. –Apuntó Bolt a su líder- ella sabe de raíz, pero tal vez solo descubrió alguna célula aislada. Además su cuerpo y su mente, pronto estarán bajo mi control. Me encargaré de moldearla perfecto, para que sea fiel y obediente al Hokage. Con eso concluiré mi misión.

Las técnicas de manipulación mental eran efectivas. Kakashi había recibido informes de Sai y del propio Boruto sobre lo que su Byakugan especial podía hacer. Hanabi Hyuuga no debía morir, ya que descabezar al clan más poderoso de la aldea asesinándola, causaría muchos problemas. Pero tenerla como una aliada, aun contra su voluntad, sería estupendo tácticamente. Ya nadie podría discutir el liderazgo de Naruto en la aldea de la hoja. Manipulación, un pensamiento que le recordó a Kakashi cierto asunto desagradable:


-Sakura fue mi estudiante…-le dijo Kakashi al joven Uzumaki- y lo que le has hecho no me agrada. Pero los informes de Sai, fueron concluyentes. Tus métodos aunque brutales y peligrosos, son igualmente efectivos. Pero recuerda, no te entrené para que usaras el poder en tu beneficio personal. Lo hice, porque prometiste defender Konoha con tu vida. Ya ha sufrido demasiado Bolt, déjala ir.

El muchacho de puso de pie. De brazos cruzados caminaba por el jardín del traspatio escuchando las reprimendas de su maestro. A Kakashi si podía escuchar. Era Hatake Kakashi quien lo había entrenado y protegido. Era quien no lo dejó tirado cuando todos reían de él, por la derrota en los exámenes Chunnin.

-Lo siento sensei, –admitió Bolt- no puedo mentirle diciendo que Sakura es solo una misión más. Tal vez sea o no, solo una cuestión física mi relación con ella. Pero también, está el asunto de Sarada-chan. No puedo dejar que el cerdo de su padre la manipule de esa forma. Y aunque lo permitiera…. ¿qué detendrá a ese sujeto para seguir haciendo lo que quiere? Es alguien incontrolable. Usted se resiste admitir que más tarde o temprano, tendremos que matarlo.


Kakashi sabía que Bolt tenía razón. Los preceptos de raíz eran lograr la paz y el orden para apoyar a Naruto. Pero Sasuke Uchiha, en toda su larga vida nunca había sido un sujeto confiable o responsable. Se la pasaba lejos de Konoha, haciendo quien sabía que, y sin respetar ningún tipo de organización. ¿Realmente seria fiel a Naruto por siempre? ¿Acaso no enloquecería como lo hizo Uchiha Madara hace décadas? No había garantía de nada. Y a Kakashi le dolía admitir que su antiguo estudiante era peligroso. Sasuke Uchiha, cuando algo no se cumplía tal cual su deseo, se volvía irracional y peligroso. Y paradójicamente, el único ninja que podía detenerlo en combate, era quien menos estaba dispuesto a hacerlo. Nada menos que su mejor amigo, Naruto Uzumaki.


-Sakura es inalcanzable para ti. –Le dijo Kakashi para que Bolt no se metiera en problemas- es una mujer casada y provocaría dificultades con tu padre. Pero entiendo que has cumplido con la misión que te fue asignada. Sakura no debía convertirse en amante de tu padre, y con tu intervención ya no ocurrirá. Ahora en cuanto a tu posición, no te quiero en medio de un conflicto con Uchiha Sasuke. Perderte, sería un duro golpe para nuestra organización. Y sobre todo para tu familia.

-¿Perderme? –sonrió el joven y a Kakashi le supo a dificultades- Kakashi-sensei no debe preocuparse. Me agrada mi trabajo, me gusta saber que protejo a mi familia. Pero tenga en cuenta una cosa, Sarada-chan es mi amiga desde hace demasiado tiempo. Prácticamente, es mi familia.

-¿y que harás cuando sepa lo que hiciste con su madre? Porque en una aldea ninja, tarde o temprano todo se sabe.

-será mejor que dejarla en manos del imbécil de su padre. –apuntó decidido el rubio – y si me odia por lo que hice, al menos tendrá la libertad de elegir a quien odiar, o a quien amar.


Las conversaciones nunca fueron fáciles. Boruto tenía un corazón rebelde, aunque nunca le había faltado sacrificio personal. Kakashi sin embargo notaba, que el asunto de las mujeres Uchiha era una tecla sensible en el joven Shinobi. Y que le desagradaba demasiado Sasuke. Aunque tal vez no estaba viendo lo general de este asunto. Si actuaba para evitar que Sasuke se saliera con la suya, podía enfrentarse con un sujeto al cual no podía derrotar. Y si recurría a Naruto, siendo el único que tal vez podría, develaría su relación clandestina con Sakura. Algo que Kakashi sabia seria doloroso para Naruto. ¿La mujer que amó durante toda su adolescencia, amante de su hijo? Ni siquiera Kakashi, podía imaginarse como terminaría todo.


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Hinata abandonó la aldea dos días después de haber tenido esa conversación perturbadora con Bolt. Su hijo había prometido ir a por Hanabi en 48 horas, pero pasados los 3 días aun no tenía el tiempo para cumplir ese trabajo. Ahora mismo, la esposa del Hokage sabía que tanto su hijo como su marido habían partido de la aldea para ese “entrenamiento especial”. ¿Qué podía esperarse de aquella pelea? Hinata no quería ni pensar en donde terminaría todo. Sin embargo, por lo pronto tenía otro asunto más peligroso por atender.

Desde la noche anterior, había estado vigilando implacablemente a Boruto para esperar que saliera de Konoha en busca del refugio en los bosques. Tenía toda la intención de seguirlo, el plan de evitar que continuara dañando a su hermana Hanabi. En resumen, Hinata no deseaba ver a sufrir a su hermana menor. Era cierto que ella no se había comportado bien. Pero no podía evitar sentir que era incorrecto y peligroso seguir manteniéndola cautiva. ¿Qué pasaría cuando los ancianos del clan Hyuuga comenzaran a sospechar de ese “largo entrenamiento” que la líder estaba tomando fuera de la aldea? el asunto no podía retrasarse más. Para bien o mal, debía Hanabi regresar a Konoha.

Hinata partió de la aldea, cuidando que nadie sospechara ni siquiera sus pasos. Durante los 10 kilómetros que tuvo de viaje por los bosques, la mujer pensaba y repensaba las diferentes circunstancias que la llevaron a esa horrible situación.

Todo comenzó a transgredirse a pocos años del nacimiento de Himawari. Fue cuando las famosas reuniones con los Uchiha se hicieron una costumbre. Hinata nunca tuvo nada contra Sakura. Tampoco con la pequeña Sarada que era amiga de su hijo Bolt, prácticamente desde la cuna. Pero las constantes faltas del Sasuke Uchiha, crearon un vacío que hizo temblar al matrimonio Uzumaki. Era evidente para Hinata, que Sakura tenía problemas maritales con el “amor de su vida” y peor aún, enfrente tenía a un hombre que la había amado y deseado desde la niñez. Hinata comenzó a sufrir, con esas sonrisas cómplices de los viejos amigos. Con las historias del equipo 7 que no la involucraban a ella. Hinata pronto se vio aislada. Viviendo en medio de un vínculo entre su marido y Sakura Uchiha, que poco a poco tomaba más y más fuerza. ¿Qué hacer? ¿Hasta dónde llegarían?

Hinata se sintió incapaz de reclamarle a Naruto cosa alguna. Básicamente no sabía si eran los propios celos que la hacían ver esa relación de su marido con la mujer de Uchiha, o simplemente se habían reavivado los fuegos que hace años pudieron terminar con Sakura y Naruto casados. Dejándola a ella completamente sola. ¿Era amistad? ¿Era amor no reconocido? Hinata nunca pudo confrontar a Naruto para saberlo. Tuvo miedo, mucho temor de que forzar la situación terminara por romper el matrimonio que tanto le había costado conseguir. Amaba a su marido, lo amaba profundamente y no quería perderlo.

Cometió un par de errores graves. Uno estuvo relacionado con la ingesta habitual de sake, y el otro error, fue confiar en un ex-compañero de equipo, a quien Hinata consideraba tan solo un buen amigo. Kiba Inuzuka no era su amigo sincero. Solo era un donjuán que vio la oportunidad de tirarse a una mujer a quien había deseado desde hacía muchos años. Hinata confió, y el resultado fue despertar desnuda en brazos de un hombre que no era su amado esposo. ¡Que locura! ¡Que error! Había cometido el peor crimen que una esposa podía realizar. Cometió adulterio, y lo hizo de una manera que podía propiciar lo que siempre había temido. Ahora Naruto, si acaso tenía una relación clandestina con Sakura Uchiha, tenía la real excusa para oficializar un rompimiento.

Peleas en el hogar, falta casi total de contacto sexual. Tensión de un padre con su hijo mayor. Y para colmo de males, aquel desgraciado descubrimiento en los fallidos exámenes Chunnin de Boruto. Su hijo mayor contra las apariencias, tenía oculto en el azul de sus ojos un poderoso Byakugan. Hinata palideció al darse cuenta, y dio gracias a todos los dioses que nadie en todo el estadio notara la visión activada a fuerza por su hijo. Fue derrotado, y su secreto quedó a salvo. Al menos por un tiempo.

Desde aquel descubrimiento, Hinata hizo todo lo posible por ocultar ese secreto. No era desconocido para la mujer, las consecuencias que podían atraer que fuera publico el arma nueva de su hijo. Himawari también lo tenía, y despertarlo fue rápido cuando fue consiente de como canalizar chakra directamente a sus ojos. Así con sus hijos en riesgo de muerte, Hinata tuvo que hacerles jurar secreto sobre sus poderes y entrenarlos con todo el corazón. Para que tuvieran la suficiente fuerza e inteligencia para pasar desapercibidos.

Hinata por fin llegó a la zona de bosque, donde la cabaña estaba encallada. Allí dentro estaba su hermana menor Hanabi. Una mujer a quien Hinata adoraba, pero había sentido el puñal de la traición por mano de ella como con nadie. Fue Hanabi quien se erigió como confidente, cuando la mujer Uzumaki describía los detalles de sus infortunios diarios. Las sospechas sobre la infidelidad de Naruto. El vicio del sake. La noche donde Kiba se comportó como un animal. Donde se aprovechó la debilidad de una mujer sufriendo. Y finalmente el secreto de sus hijos. El Byakugan del cual los Hyuuga no eran dueños, y no debían esterarse.

De pronto, todo pareció arreglarse. Sakura dejo de relacionarse tan estrechamente con Naruto. El lord Hokage comenzó a recuperar el deseo por su esposa y hasta los niños parecían más empáticos. Los Uzumaki recuperaron durante un breve tiempo la tranquilidad. Aunque ese edén, poco tuvo de duración particular.

Primero Kiba, que intento interferir en el matrimonio de Hinata enterando al Hokage de lo pasado. Fue asesinado, y la mujer tuvo la sensación que Boruto había tenido algo que ver. Luego Hanabi, que no satisfecha con pretender posesionarse del Bolt, planeaba además asesinar a Himawari. ¿Cómo pudo suceder tal desgracia? ¿Cómo pudo Hanabi su propia hermana, traicionarla así?

Hinata aun después de todo, sentía compasión por su hermana. Sentía que lo que había hecho Bolt con ella era demasiado cruel. Pero por otro lado, no podía dejar de reconocer que su hijo mayor había tenido el valor de actuar como ella misma no podía. Protegió a su familia. Lo hizo sin dudar. Cuando Hinata observaba a Bolt, veía a una terrible versión de su esposo Naruto en la juventud. Un adolescente peligroso y brutal. Sin culpas, sin resquemores. Alguien que haría lo que fuera por conservar a sus seres queridos. Que mataría a quien fuera, que pasaría por el mismo infierno con tal de conservar a sus seres amados. Le temía, y al mismo tiempo le admiraba. El mundo era brutal y sanguinario. Y Boruto Uzumaki estaba preparado para responder con igual nivel de agresividad.

-Kami….-dijo la mujer al abrir la puerta de la cabaña y encontrarla vacía.

Las huellas en la entrada indicaban que Hanabi había huido. Y al activar su Byakugan, Hinata pudo notar que el rumbo tomado por su desafortunada hermana, había pasado sin querer de la sartén al fuego, sin escalas. Algunos kilómetros más allá, los ojos de la mujer Uzumaki revelaron el horror. Los guardias que debían proteger a la líder Hyuuga, estaban rodeándola y sometiéndola. Hinata no conocía la verdad, pero la suponía. Todo tenía que ver con Bolt, de alguna forma había logrado ganarse la lealtad de esos miserables traidores. Los guardias del clan Hyuuga, estaban violando a su propia líder como si se tratara de una asquerosa ramera.

Hinata fue corriendo entre los árboles. Furiosa, sorprendida, totalmente desconcertada. ¡¿Qué rayos le estaban haciendo?! ¡¿Cómo se atrevieron a tanto?! Un grupo de malditos aprovechándose de Hanabi-neechan. ¡PAGARIAN CON SU VIDA!


Minutos después, Hinata descendió sobre ellos como una flecha. Todos se encontraban desnudos y tomando turnos para someter a su víctima. Mientras que uno de los sujetos tenia sujetos los brazos de Hanabi contra el suelo, el otro arrodillado en tierra aprovechaba para follarla duramente. La tenía sujeta de los muslos, y un tercero del grupo de depravados obligaba a la joven a chuparle su sucio pene, usando la boca de la joven como si fuera un coño.

Hinata no lo dudó un segundo, sus dos primeros golpes le reventaron el corazón al único Shinobi que miraba desde lejos la escena de violación. Atacado por la espalda y distraído por el cuadro frente a sus ojos, el sujeto murió sin apenas notar el ataque. El resto del equipo apenas si pudo reaccionar ante la cercanía de la muerte. Hinata pateó duro al primero, alejándolo de su posición dominante entre las piernas de Hanabi, para luego golpear mortalmente con su mano derecha en forma de filo, cortando internamente la carótida de quien tenía tomada por los brazos a su hermana. Un ataque preciso aquí, otro corte por allá, y los cuatro guardias que habían abusado de su propia líder ahora yacían muertos.

Pasaron algunas horas desde el suceso. Hinata había llevado a su hermana en brazos directo a la cabaña. Y los únicos susurros que pudo entender de la líder Hyuuga, tenían poco de lógica o razón. Hanabi parecía autista, los trapos que habían quedado de sus ropas eran inservibles. Hinata tuvo que vestirla parcialmente con prendas de los muertos, a los cuales dejo tirados como animales. Era la primera vez, que asesinaba a sangre fría. Hinata nunca había llegado tan lejos, ni siquiera en sus misiones con el antiguo equipo de Kurenai-sensei. Ni siquiera tenía idea cuánto daño podía causar estando furiosa. Cuan fácil podía asesinar. Sin lugar a dudas le había afectado de sobremanera ver a su pequeña hermana, siendo abusada por cuatro sujetos asquerosos. Nadie los extrañaría. Los muy cerdos habían obtenido su merecido.

-Onee-sama….-susurro Hanabi entre sus brazos- onee-sama….

-Hanabi-neechan…. –le respondió la Hyuuga mayor- lo siento tanto. Nunca quise que…

-me duele….me duele mucho….-dijo aturdida la víctima.

Hinata no le entendía. Ya le parecía bastante chocante sostener a su hermana en brazos. Tenerla semidesnuda y completamente pringada de semen. Su cuerpo sudado, lleno de golpes y cortadas. Sangrando y agotado. ¿Se refería a sus heridas? ¿Las cortadas en el cuerpo escocían duramente? Tenía que curarla, y lo haría.

-ya llegamos….-le dijo Hinata cuando atravesaron la puerta de la cabaña- yo voy a curarte.

-me duele…..onee-san ayúdame. Es mi culpa, pero me duele mucho.


Hinata intento limpiarla, la ubicó sobre la mesa donde supo estar Hanabi atada y cautiva. Comenzó por reacomodar el hombro lesionado de la joven. Luego cubrió algunas heridas y limpio lo que pudo del cuerpo. El olor a semen y sangre era intenso, y Hinata sabía que no iba a poder quitárselo solo con una limpieza superficial.


-aquí cerca tenemos un pequeño lago, -le dijo a su hermana menor- te llevaré para bañarte.

-¡no!….no me saques de aquí….-balbuceó Hanabi autista- el me advirtió que no saliera. El me advirtió que me harían daño.

Hinata podía figurarse que hablaba de Bolt. De alguna manera había quebrado totalmente a Hanabi, al punto que ni pudo defenderse bien contra los cuatro patanes que la capturaron. Y el dolor que le había generado, apenas si se podía concebir en tamaño y extensión. Por una parte, Hinata pensaba que su propio hijo se había convertido en un monstruo. Pero también recordaba lo que originalmente la impulsó a venir en busca de Hanabi.

-te llevaré y volveremos aquí después. –le anuncio con una voz más firme para que obedeciera- nadie te hará daño en tanto obedezcas.

Hinata no sabía dónde salieron esas palabras que conjugaban con un tipo de “orden”. Pero la reacción de Hanabi fue asentir y guardar silencio. Era como si respondiera fiel a su hermana mayor después de tantos años de soberbia sensación de superioridad. Hinata además recordaba…

Que su hija Himawari, había sido atacada salvajemente en medio de la misión en la frontera con el país del rayo. Los propios miembros de su equipo, sumados a 3 integrantes del clan Hyuuga fueron los culpables. Hima había defendido su vida como pudo, pero finalmente terminó por ser rescatada por un equipo de fuerzas especiales ANBU que la apoyaron a tiempo. Aun así, la trajeron en malas condiciones y aun yacía en el hospital recuperándose. Pudo ser peor, si Himawari no hubiese sido tan fuerte. O si acaso esos ANBU no llegaban a tiempo. Los altos mandos de la aldea se preguntarían en los días siguientes, sobre el origen y motivo de ese ataque. Pero Hinata lo sabía. Así como también suponía que su hijo Bolt, era quien había intervenido para salvar la vida de su hermana.

-los asesinos enviados contra mi hija, fallaron…-le dijo Hinata a una adormecida Hanabi que se dejaba llevar en brazos sin moverse- ella ha regresado a salvo. A pesar de todo.

-es fuerte….-sonrió apenas la Hyuuga más joven- mi sobrina es fuerte. La has entrenado bien Onee-san.

-no…-le advirtió Hinata seriamente- fue Bolt-kun quien la ha protegido. Por su hermana, es capaz de todo. No permitirá jamás que la asesinen. Matara a quien sea, acabara con todos.

-tu hijo….también te ama a ti. –Le susurró adormecida Hanabi- asesino a Kiba Inuzuka por ti. Me advirtió que si algo le ocurría a su hermana, madre o padre, mi clan lo pagaría muy caro.


Hubo un momento de silencio y reflexión. Hinata tenía mucho para reprocharle a Boruto por sus actitudes. Pero también, no tenía ningún reparo en admitir que le agradecía muchas de las cosas pasadas. Sin la intervención de Bolt, tal vez Naruto se hubiera separado de ella. Tal vez Hima estaría muerte. Tal vez el clan Hyuuga hubiese propiciado una revolución como intentaron hace décadas los Uchiha. O tal vez….hubiesen sido exterminados como lo fueron hace tiempo, los guerreros del sharingan. Todos esos eventos había prevenido Boruto. Aun salvaje y peligroso en su accionar.


-es solo un niño…-aseguro Hinata un poco asustada por la afirmación de su hermana y sus propios razonamientos.

-no lo es….-balbuceó apenas la líder Hyuuga- nunca más.

Se quedó finalmente dormida. Hinata logró asearla lo mejor que pudo, luego de llevarla al lago y sumergirse junto a ella. Aunque estaban tranquilas y sin peligro aparente, las últimas palabras de Hanabi le llenaban de estupor. ¿Qué rayos le había hecho? ¿Cómo pudo doblegarla hasta este punto? Hanabi parecía un conejillo asustado. Incluso en sus palabras, había un dejo de justificación a las acciones brutales de su torturador. ¿Qué pasaría a continuación? ¿Había sido Bolt en persona quien fue a rescatar a su hermana? ¿Dónde estaban, tanto Bolt como Naruto?


Hinata se tomó una hora más. Tratando de curar las heridas en su hermana y cobijarla lo mejor posible. Incluso la despertó brevemente, para ayudarla alimentarse un poco cuando regresaron a la cabaña. El cansancio y la tensión la tenían muy debilitada. Para cuando terminó su tarea de curación en el cuerpo de su hermana, Hinata decidió regresar a Konoha antes del anochecer. Era consiente que ahora no había nadie que impidiera a Hanabi su escape. Como también suponía que la mujer no volvería a intentar escaparse. Hinata detectó en los canales de chakra de Hanabi, muchas punciones extrañas que seguramente tenían como origen las técnicas de presión parcial de su hijo. Tenía que hablar con él, tenía que detenerlo. Había que encontrar la manera de frenar esta escalada de daño.


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Boruto Uzumaki camino por el pasillo del hospital tensionado. Acababa de dar una visita a su hermana menor en la habitación correspondiente. Ella tendría que pasar todavía un par de semanas para ser dada de alta. Los cretinos que Sai-sensei envió para asistir a Himawari, apenas si habían logrado salvarla. Llegaron demasiado tarde y casi la encontraron muerta. Si acaso Boruto supiera la identidad de esos imbéciles, les haría pagar su ineficiencia. Así como hubiese deseado tener cara a cara a los malditos Hyuuga que fueron enviados a matar a Hima. Por fortuna para ellos, ya eran cadáver. O sufrirían un destino peor que la muerte misma.

Bolt tenía el brazo izquierdo vendado. También una rodilla dañada y variados golpes por todo el cuerpo. Se había hecho atender por Sakura, que hizo todo lo posible por cerrar las heridas más graves. Tuvieron una profunda conversación mientras tanto, y quedaron de verse para arreglar los pendientes que referían a Sarada y a Sasuke Uchiha.

Pero mientras tanto, la pelea con su padre el Hokage, estuvo lejos de ser un combate amistoso. Lo hicieron con intensidad, lo hicieron como lo deben hacer dos rivales respetables. Bolt no sentía rencor por haber perdido. Porque una derrota no se mide por quien termina de pie en este tipo de batallas. En pocas palabras, Bolt había conseguido aquel objetivo que fue a buscar cuando incitó a su padre a pelear. Perder una pelea tácticamente, para ganar la guerra general de lo dialectico. Así podía resumirse aquel enfrentamiento con el ninja más poderoso del mundo. Nada menos que su padre. Uzumaki Naruto.

Boruto pensaba en ir a su casa, visitar a su madre y luego hacerse cargo de ir a por Hanabi. Cuando un grupo de individuos dirigidos por Shikamaru Nara le cortaron el paso abruptamente:

-Uzumaki Boruto….

-Consejero Nara….-respondió el joven con solicitud. -¿a qué se debe el honor de su compañía?

-acompáñame. –Le dijo el moreno fríamente- tenemos que hablar en privado.

La actitud de los hombres que rodeaban a Bolt, no dejaron dudas que no era un pedido opcional. Era como si estuviera siendo arrestado. Y aunque el rubio Uzumaki sabía que podía presentar una queja formal para enterarse de los cargos, Shikamaru conocía de leyes lo suficiente como para encontrar la manera de hacer legal el interrogatorio que pretendía. Así que, ¿para qué perder tiempo resistiéndose? Además, Bolt ya quería enterarse de porque razón Shikamaru lo había hecho seguir por ese equipo Shinobi todos estos días pasados.

30 minutos después, en una sala baja de la torre Hokage, Bolt se encontraba cómodamente sentado en un cuarto solo ocupado por dos sillas y una mesa en el centro. Sobre ella, una hoja blanca y un lápiz. Desde que llegó ahí, Bolt estaba solo y en silencio. 10 minutos sin que nadie atravesara la puerta para comenzar la serie de preguntas. ¿Qué pretendía el consejero con este interrogatorio?

Finalmente, Shikamaru Nara ingreso al lugar acompañado de Ino Yamanaka. Entonces Boruto comenzó a comprender por donde irían los disparos. Era indudable, que la mujer había leído un poco más de la mente de Sakura Uchiha de lo usual. Mientras destrababa el Genjutsu de Sasuke que la pelirosa había comentado con Bolt, también conoció la exacta relación que esa mujer tenía con él. ¿Pero que querían hacer con esos datos?

-sé que eres más listo que tu padre….-anuncio Shikamaru- así que no debo decirte que hacer a partir de ahora. –Acercó más la hoja a la zona donde Bolt tenía ambos brazos apoyados en la mesa- quiero una lista completa de los Shinobi que trabajaron para limpiar las pruebas del caso Kiba Inuzuka. Además, me darás los nombres de los ANBU que te ayudaron a rescatar a tu hermana.

-¿y por razón tendría que haber una lista de ninjas?

-Porque estoy seguro que esa lista que me darás, coincidirá en gran parte con los Shinobi bajo sospecha de traición que estamos investigando. Existen razones para creer, que una organización secreta a espaldas del Hokage, está operando en esta aldea. Y pretendo evitar que una nueva “Raíz” como la que lideraba el consejero Danzou Shimura, emerja para causar el caos.

Boruto reflexiono con cuidado. Shikamaru era un hombre inteligente. Las mentiras no ayudarían a sacarlo de este aprieto. Era indudable que la excesiva limpieza del asunto Kiba, le hizo entrar en sospechas. Pero tampoco había revelado cuanto conocía de la información requerida. Si le daba algo, cualquier cosa por pequeña que fuese, estaría en cierta forma dando solides a la sospecha de Shikamaru. Por lo tanto, no debía mostrar ninguna de sus cartas diplomáticas. Debía negociar en soledad. Boruto sabía que si era puesto en libertad por algún “alto mando”, estaría dándole una punta de investigación a sus enemigos. Y la clave de “Raíz” era mantenerla totalmente anónima. Un mito, un dato incomprobable.

-supongo que a esto debo el haber estado siendo perseguido por un equipo de ninjas desde hace semanas. –Indicó Bolt tranquilamente- creí que mi padre desconfiaba de mí nuevamente. Pero no podía ser.-sonrió apenas- él siempre es muy sincero. Y sus promesas se cumplen.

-mientras que tú, -añadió Ino cruzada de brazos a un costado- le has traicionado de la peor manera. Nunca imagine que fueras un maldito cerdo. Apenas puedo creer lo ocurrido.

La rutina del interrogador “malo” y el “bueno” dio inicio. Anko-sensei había sido muy instructiva en esos recursos. La clave era aumentar la presión por ambos lados. Que el sujeto interrogado se quiebre. Que se cobije con uno u otro interrogador. Particularmente, Bolt hubiese pensado que Ino-sama seria la “buena”. Porque se veía bien, porque era sensual y hasta maternal si lo pretendía. Mientras que Shikamaru interpretaría un mejor “malo”. Tal vez el intercambio era para despistarlo. En realidad no importaba. Ya que nada de eso funcionaba cuando el sometido tenía armas de negociación. Algo que tanto Ino como Shikamaru, no tenían modo de saber con anterioridad.


-llamar a tu padre no servirá muchacho….-le dijo Shikamaru en medio de la lluvia de preguntas- créeme, es quien menos te conviene que se entere de este interrogatorio.

-¿y por qué razón? –consultó fingiendo solicitud Bolt- no tengo nada que ocultar. No tengo nombres, para esa lista imaginaria que el consejero quiere.

-tal vez no lo sepas niño….-le dijo Mosqueda Ino- pero Sakura se quitó un Genjutsu instalado en su mente, gracias a mí. Además de liberarla, en su mente vi muchas cosas. Y tú eres el principal culpable de muchas de ellas.

-no tenía idea que mi intimidad fuera una cuestión de estado. –Apuntó tranquilamente Boruto no dejándose llevar fácil- supongo que pretenden sacarme una…. ¿confesión? de acuerdo, lo admito. Mantengo una relación secreta con una mujer casada. No sabía que eso fuera de tanto interés para personas como ustedes. ¿Algo más?

-solo esto….-presionó Shikamaru mientras Ino no sabía que más decir por la ligereza de Bolt- que violaste a la mejor amiga de tu padre. Además de madre de tu novia. Puedes ser acusado solo por eso, y pasar el resto de tu vida en prisión.

-ex-novia…

-novia o ex-novia no importa. –proseguía el Nara que sentía se le escapaba su oportunidad de conseguir datos sobre la organización clandestina- violaste a una mujer y serás acusado penalmente por ello.

-y seguramente ustedes tienen… ¿pruebas? –Sonrió Bolt apenas- ¿o solo van de puerta en puerta acusando a la gente sin motivo? ¿Acaso la señora Uchiha, ha presentado un acusación formal?

-no necesitamos más que leer tu mente para hallar pruebas. –Anunció el Nara satisfecho- allí encontraremos lo necesario. ¿Quién sabe? Tal vez hasta se pueda hallar la memoria de cuando asesinaste a Kiba.

-la excusa perfecta para buscar lo que realmente les interesa. ¿Cierto? –Dijo el Uzumaki- aunque para esto necesitan una orden firmada por el Hokage. Digo, para autorizar una extracción mental. ¿O es que nadie respeta las leyes en estos días?

-El maldito es bueno…- pensaba Shikamaru –no avanzamos casi nada.

Conocía al dedillo de leyes y no se dejaba presionar. Lo habían estado cercando dialécticamente durante casi dos horas. Y el siempre parecía fresco. Boruto parecía estar guardando demasiado. Y aunque se veía notablemente cansado, no decaía en actitud.

-¿estás dispuesto a abrir el juego hacia tu padre? –Dijo Ino- porque te aseguro que no le será lindo saber el asunto de Sakura.

-¿están ustedes dispuestos a seguir hasta el final? –Consultó Bolt sonriente- porque también tengo mucho que contar si se trata de intimidades. ¿Creen que son los únicos que pueden jugar este juego?

-¡¿ACASO NOS AMENAZAS NIÑO-IDIOTA?! –Bufó Ino furiosa- ME ESTAS PROVOCANDO DEMASIADO. Y PUEDO TRASFORMAR TÚ CEREBRO EN MANTEQUILLA CALIENTE. SERA MEJOR QUE HABLES AHORA.

Shikamaru miro a su compañera sorprendido. Ella había perdido la paciencia primero. Había perdido el juego y podía ser aun peor sino se controlaba. Según Shikamaru, era tonto perder la oportunidad de explorar el terreno de ese grupo clandestino. El Nara suponía que Boruto era parte de ellos, y necesitaba más nombres para atraparlos a todos. ¿Quién estaba al mando? ¿Alguien en el consejo de clanes? ¿Algún ex–Hokage? ¿Cómo se comunicaban? ¿Cómo pudo Bolt cruzar medio país para rescatar a su hermana? ¿Cómo logró asesinar a Kiba y limpiar todas las pruebas?

-ohh….Ino-sama…-dijo con voz suave Boruto mirándola seductoramente- seguramente tío Sai debe disfrutar muchísimo esta faceta agresiva suya, en lo privado. ¿Le gusta a usted estar al mando? ¿Le hace sentir poderosa? No tengo ningún problema con ello. Pienso que la mujer poderosa, es sin dudas muy sexi.

Ino intentaba recuperar el profesionalismo, pero era difícil. Su temperamento estaba saliendo a flote cuando veía a ese rubio imbécil, regodearse de haber violado a su amiga. Era cierto que Ino había observado la evidente entrega y placer que sucedió a la violación. Sakura se había convertido en amante de Boruto por propia voluntad. Pero el inicio, le hacía mucho ruido. ¿De qué mas era capaz ese joven? Tenía que detenerlo de alguna manera. No podía quedar libre. Según Shikamaru había asesinado a Kiba. Y ahora también quedaría libre de violar a Sakura. No podía suceder. Aunque fuera el hijo de Naruto, aunque le partiera el corazón al Hokage, su hijo era un criminal y tenía que pagar. ¿Pero cómo?

Todos quedaron en silencio. Bolt sabía que estaba a punto de salirse con la suya. Cuando las palabras finales de Shikamaru lo sorprendieron y preocuparon:


-bien, -dijo el Nara poniéndose de pie y amagando a salir- supongo que tocará interrogar a tu madre. Debes saber que acaba de llegar a Konoha, con la líder Hanabi Hyuuga en sus brazos. Al parecer sufrió un tipo de ataque. Tendremos que preguntarle a Hinata-sama sobre estos nombres que te niegas a dar. Seguro que ella, tendrá más para decir que tú.

¿Qué hacia Hanabi en Konoha? ¿Cómo pudo su madre traicionarlo? Bolt por primera vez se paralizó. ¿Acaso era verdad? ¿Hinata lo había vendido tal como Hanabi había dicho? Era un momento crucial. Un momento en el que todo lo trabajado, podía caerse como un castillo de arena. Era el momento de jugar ese peligroso juego. Ese que solo triunfan los mejores integrantes…


De una tierra de traidores.


Fin del capítulo.
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Mensaje por CR7 Namikaze Lun Oct 19, 2015 8:24 am

Buenisimo

Estoy muy intrigado por lo que viene después.

Espero que Boruto pueda estar con Sakura.

Continualo pronto por favor
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Mensaje por arminius Dom Nov 01, 2015 2:41 am

CAPITULO 10: ALMA DE KUNOICHI


Bolt tuvo un momento de parálisis. Mientras Shikamaru había tiempo hablando cosas sin importancia, con Ino en el mismo cuarto. El objetivo del Nara, era estudiar las reacciones del hijo de Naruto, que por primera vez había guardado silencio incómodo. ¿Acaso por fin había encontrado el modo de presionarlo? ¿Podría sacarle esa información clave que ocultaba? Todas esas preguntas se respondieron negativamente, cuando el joven rubio Uzumaki comenzó a sonreír suavemente. Solo le había tomado algunos segundos de pensamiento profundo, para reformularse y cambiar las tornas de esa situación:


-Que malditos….-susurró sonriendo apenas con rabia Bolt- ahora lo entiendo.


Lo que entendía, era que tanto Ino como Shikamaru querían aislarlo de la realidad. Una técnica de interrogatorio propia de Morino. Este método, consistía en hacerle creer al prisionero, que ciertos asuntos sucedían afuera de la habitación, cuando en realidad no estaba pasando nada de eso. Era un método clásico para cuando varios integrantes de una banda eran atrapados. Se les hacía creer que los otros había traicionado un supuesto secreto, para que fueran ellos quienes delataran todo por la rabia. ¿Acaso Shikamaru no estaba usando estas mismas cartas de juego? Lo que sucedía dentro del cuarto, no tenía relación con el exterior. Era cuestión de no perder perspectiva. Y Boruto se decidió a devolver los golpes con la misma teoría usada por el enemigo. Usar la supuesta información otorgada por ellos, para desinformarlos:


-¿Qué se supone que entiendes? –consultó Ino, compartiendo con Shikamaru la misma pregunta.


-Si mi Ka-san encontró herida a tía Hanabi….-proseguía Bolt fingiendo que estaba sorprendido- significa que…. ¿Acaso los guardaespaldas de mi tía, están con ellas? ¿Están heridas? ¿Mi Ka-san está herida?


La andanada de preguntas sorpresivas confundieron a los interrogadores. ¿Qué estaba pasando? Se suponía que Bolt no tenía interés en nadie. Pero ahora parecía bastante preocupado por la salud de su tía. Y más aún por su madre. ¿Por qué? ¿Qué estaba ocurriendo?


-Tu madre está bien. –Apuntó Ino apenas- ¿Cierto Shikamaru? -el Nara asintió apenas- en cuanto a Hanabi-sama, la están revisando en el hospital. Vinieron solas. Sin guardaespaldas.

-Desgraciados…-gruñó Bolt continuando su papel de muchacho frustrado y sorprendido- nunca pensé que también atacarían a su líder.

-¿Quiénes? –Preguntó Shikamaru ansioso- ¿tú sabes quienes atacaron a la líder Hyuuga?

-Basta de charla. –Bolt se puso de pie- es suficiente de esta estupidez. Me voy de aquí.


Cuando el joven rodeó la mesa para retirarse de lugar, Ino estaba en su camino hacia la puerta. La mujer puso una mano en el pecho del Shinobi, deteniendo su avance sin apenas resistencia. Bolt levantó la vista fingiendo estar preocupado y la miró directamente. Esa mujer aun requería un poco más de respuestas, más allá del espionaje. Además, no se sabía que podía hacer sino era “amordazada” a discreción. Con Shikamaru Nara, Boruto tenía el mismo problema. Por fortuna para el rubio, tenía un método que serviría para ambos:

-No iras a ningún lado niño…-añadió Shikamaru- no hasta darme lo que necesito. ¿Cuál es el nombre del líder de esa organización secreta? ¿Cómo se financian? ¿Cuántos integrantes tienen?

-No pierdan más mí tiempo. –les dijo seriamente a ambos- estoy cansado de ustedes. Y de todo aquel que se cree con derecho a dirigir mi vida. Hice lo que debía hacer al servicio de Konoha. Hago lo que tengo que hacer, para proteger a mi familia. Es mucho más, de lo que ustedes hacen por los suyos.


-¿Qué quieres decir con eso? –interrogó Ino.

-Que desde ahora, los tres trabajaremos juntos para que Konoha no tenga más atentados. –Señaló seriamente Bolt- o mejor dicho. Ambos ahora trabajan conmigo desde hoy.

-Es una buena broma….-sonrió molesto Shikamaru- veremos si Naruto tiene el mismo humor.

-Estoy de acuerdo, -respondió filoso Bolt- y tal vez Temari-sama o tío Sai, tengan algo que decir al respecto.

-¿De qué hablas? –consultó Ino sorprendida.

-Que ya que piensan importunar a mis padres sobre mis acciones, -continuo el rubio- yo también pondré al corriente a quienes corresponde, que ustedes dos son amantes.

Ambos guardaron silencio. Ino apartó la mano de Bolt y se estremeció. ¿Qué estaba pasando? ¿Cómo supo que ellos…?

-Así es….-sonrió apenas sarcástico- ustedes dos hablan de moral y traición, pero se la pasan follando a espaldas de sus parejas. ¿En dónde queda la lealtad en este punto? Tío Sai es un hombre comprensivo. Estoy seguro que no cometerá ningún acto estúpido. Pero Temari de la arena, es bien conocida por su carácter belicoso. Es una asesina clase S, entrenada en la villa de Sunagakure. Tal vez deberían poner sus testamentos en regla. Ella, o incluso su hermano el Kazekage, se sentirán muy enojados por esto. Estoy seguro.


Dicho esto, evitó la posición de Ino para intentar salir de ahí. Shikamaru estaba paralizado. Ino sentía el horror recorrerle la espina dorsal, como una descarga eléctrica. Pero aun así, fue la mujer quien nerviosa, interrumpió nuevamente el camino de salida del joven Uzumaki. ¡No podía estar pasando eso! ¡Tenía que pararlo de alguna forma!

-¡Espera! ¡No puedes! ¡No debes decirle a nadie! –gritó tratando de bloquearle la salida.

-¿Y porque no? –Consultó rápidamente Bolt molesto- tu amante aquí presente y tú misma, querían arruinar la felicidad de mi familia diciendo estupideces. Buscaban presionarme y lastimar a mi madre diciéndole cosas horribles de mí. ¿Creen que debo guardar este secreto privado? ¿Justo cuando ustedes pensaban delatar cosas mías? ¿Crees que debo perdonar que me hayan estado siguiendo por toda Konoha como un criminal?

-No tienes pruebas de lo que dices….-acusó Shikamaru serio, tratando de conservar la calma.

-Ustedes tampoco, y eso no les iba a detener en su afán de arruinar mi vida. –Respondió emocionado Bolt- Así que tenemos, adulterio, traición a la hermana del mayor aliado del Hokage. Y en tu puesto como consejero de mi padre, tal vez hasta hayas desviado fondos para pagar las misiones que te ponen fuera de Konoha con tu amante. Pago de hoteles, cenas y demás cuestiones. Y créeme Shikamaru-sama….apenas estoy usando la imaginación. Cuando la división de interrogatorios entre en acción, ambos cantaran como abajo de la ducha. Quien a hierro mata…..a hierro muere.


Tanto Ino como Shikamaru estaban atrapados. Bolt daba la impresión de saber todo de ellos, y su relación secreta. El silencio se hizo pesado y no podían entender cómo se había volteado todo. ¿Cómo pudo descubrirlos? Si lo pensaban bien, eso podía probar que había un grupo que vigilaba todo, y que Boruto era parte de ellos. ¿Tenía pruebas para mostrar ante Temari? ¿Acaso importaba? Siguiendo la lógica de una investigación. Si revisaban la mente de Shikamaru, encontrarían todas las pruebas necesarias. ¿Qué haría Temari al verse traicionada? Seguramente sería un caos. Un desastre diplomático. ¿Qué haría Gaara? Incluso el caso Sai, un asesino que supo pertenecer a raíz, podía tomar en sus manos la situación. Ambos estaban en peligro de muerte. Ambos dependían de que Bolt no dijera nada. Estaban en sus manos.

De pronto, Bolt pareció reaccionar con serenidad. Como si hubiera repensado la situación. Se dio la vuelta lentamente, y dando un giro alrededor de la mesa en el cuarto, volvió a sentarse tranquilo. Como si reiniciara una negociación. Su sonrisa sin embargo, denotaba que tenía el control de la situación, y lo sabía perfectamente:

-Bien…-dijo apenas y estirando su brazo sano les invitó a sentarse a los demás- quizás debamos tener una charla reparadora sobre la situación. No me parece sensato, salir de este lugar teniendo dos enemigos. Cuando los tres, podemos razonar y encontrar puntos en común.

Ino se sentó rápidamente frente a Bolt. Los nervios la tenían totalmente fuera de control. Cualquier cosa sería mejor que una Temari persiguiéndola por toda la aldea para asesinarla. Shikamaru tardó un poco más, aunque su cerebro no dejaba de trabajar en busca de soluciones que no llegaban. Ambos sabían que ese niño los tenía en sus manos. ¿Qué quería ahora? ¿Qué iba a pedirles? No se podía creer como había cambiado la situación.

-Ambos me ven como su enemigo. –Dijo el joven tranquilo y pensando bien lo que diría- pero no entienden la situación general. Simplemente tienen piezas sueltas, y llegaron a razonamientos aislados, e incorrectos.

-Violaste a Sakura….-señaló Ino recuperando un poco de control- eso no es una mentira.

-Nunca dije que lo fuera…-apuntó Boruto serio- sin embargo, no todo es negro o blanco en esa situación. Hablaremos sobre mis motivos, y sobre los últimos acontecimientos. Responderé un interrogante de cada uno de ustedes. Y lo hago para que razonen, lo estoy haciendo porque no deseo tener enemigos entre los ninjas de Konoha. Ni que Temari-sama ensucie sus manos de sangre.

-Entonces….-prosiguió Shikamaru- ¿estás dispuesto a admitir que existe una organización secreta que trabaja a espaldas de tu padre?

-Respondiendo a tu pregunta….-reafirmó el rubio- Claro que no. No existe ningún tipo de organización secreta. Lo que si sucede, es un grupo de amistades que me ayudaron en ciertas situaciones. Como hijo del Hokage, saben que la relación con mi padre nunca fue estrecha. Por lo tanto, para prepararme como ninja, debí entrenar con muchas personas distintas. Lo que me ha llevado a tener amigos en todos los estamentos la aldea. Civiles, guardias, Chunnin, Jounnin, incluso ANBU. Muchos son personas que comparten mi visión de proteger Konoha. Pero ni por asomo, lidero o participo de algún grupo externo al mando de mi padre. ¿Cómo supe la relación de amantes que ustedes tienen? Lo supe por uno de esos amigos, bastante aficionado al espionaje interno. Así como tuve ciertas dificultades con los Hyuuga, por entrenar y hacerme más fuerte.

-¿Con los Hyuuga? –se preguntaron tanto Ino como Shikamaru.

-El ataque sobre mi hermana….-indicó Bolt- mi madre salvando a mi tía. El secreto que he estado guardando. Todo está relacionado.

-¿Qué secreto? –disparó Ino.

-Lo siento…-sonrió apenas el rubio- no confió todavía en ninguno de ustedes. Es mejor para todos, que no se sepa por el momento. Pero créame, los Hyuuga están interesados en que tanto mi hermana como quien les habla, dejemos de respirar a la brevedad. Cuestión de clanes, específicamente.

¿Atacar a los hijos del Hokage? ¿Por qué razón los Hyuuga querían muertos a Bolt e Himawari? Se sabía que Hanabi Hyuuga tenía ambiciones grandes sobre la sucesión del puesto de Hokage. Pero tan lejos como atentar contra sus sobrinos. No parecía potable. ¿Y en donde ingresaba el ataque que había sufrido la líder? ¿Fue cosa de Bolt? ¿Intento matarla y había fallado?

-Hace días, tía Hanabi me confió un secreto…-añadió Boruto que proseguía lentamente- mi hermana iba a sufrir un ataque en su misión designada. Entonces, me vi en la obligación de pedir asistencia a mis amigos.

-¿Por qué no lo denunciaste? ¿Por qué no fuiste tú mismo a rescatarla? –preguntó Shikamaru totalmente concentrado en la historia.

-¿Denunciarlo? Los Hyuuga tienen un familiar en todos los ámbitos. Lo sabrían antes de actuar y se guardarían para otra ocasión. Cualquier futura misión de mi hermana, se hubiera trasformado en trampa mortal. –Sonrió el rubio triste- ¿y sobre ir yo mismo? Es lo que más hubiera querido. Pero aún me perseguían los ninjas del consejero Nara. Esperando que haga cualquier cosa, incluso proteger a mi hermana, para acusarme de haber matado a Kiba Inuzuka.

-Lo hiciste……-indicó Ino- ¿verdad?

Entraron en la duda. La historia de Bolt los estaba envolviendo. Una mentira no serviría, pero si la lograba disfrazar con una verdad a medias, era mucho más factible de caer en ella. Obligados a escuchar, amenazados por el secreto que Boruto tenía sobre ellos, se veían en la necesidad de pensar más abiertamente la situación planteada.

-No lo hice….-añadió Bolt apenas- no personalmente.

-¿Pero sabes quién lo hizo?

-No exactamente, aunque no me costaría nada averiguarlo. ¿Por qué razón no lo hago? Porque quien haya matado a ese maldito perro, me hizo un favor. Tanto a mí, como a Konoha.

-¿Por qué razón?

-Porque Kiba perseguía a mi madre. Porque deseaba que mis padres se pelearan. Porque deseaba sexualmente a la esposa del Hokage. ¿Imaginan el problema mayúsculo que hubiera tenido Konoha por esa pelea de machos? Eso no podía suceder. Y ya no sucederá.

Shikamaru no lo admitiría jamás, pero Ino asintió mecánicamente. Era bastante evidente, que ahora Tsume Inuzuka tenía en la más alta estima a Naruto. ¿Qué hubiera sucedido si acaso el Hokage viéndose traicionado, asesinara a Kiba abiertamente? Un desastre diplomático. Una revuelta en puerta.

-Entonces….-apunto Shikamaru siguiendo la lógica- el ataque que sufrió Hanabi Hyuuga…

-Tampoco fui yo. –Dijo Bolt- estaba entrenando con mi padre y mis heridas son pruebas de ello. Tendré que hablar con tía Hanabi, para saber lo ocurrido. Pero supongo que intentaron asesinarla por haberme contando del ataque inminente a Himawari. Bien se sabe que no todos los ancianos del clan Hyuuga, apoyan a una mujer como líder de su clan machista. Si atentaron contra mi hermana, que es hija del Hokage. ¿Qué les impide intentar despachar a mi tía?

Ino lo sabía, y Shikamaru también. Líos internos de clanes se expandían como rumores, con partes iguales de verdad y mentira. Era evidente que Hanabi quiso proteger a su sobrina. ¿Pero porque los Hyuuga quisieron matarla? Atentar contra un líder era extraño. Sobre todo cuando provenía del interior de su propio clan. Aunque….Itachi Uchiha había dado muestras hace años, que técnicamente era posible. Y a su modo demente, justificable. Había ocasiones, que el bienestar de un clan, chocaba con la paz de la aldea en general. Y alguien tenía que hacerse cargo de pagar el costo.

-Tengo que saber más….-señaló Shikamaru ante el silencio que hizo Bolt- tu padre también debe saber que…

-No tiene que hablar una palabra sobre esto. Mi padre no cuenta entre sus virtudes, con la de ser un sujeto discreto. –Les dijo el rubio serio- Usted ha preguntado, y yo he respondido. Supongo que debe alcanzarle con esto para dormir tranquilo. Nadie más que los presentes, debería saber esta información. Causaría muchos problemas. Pero puedo prometerle, que cuando sea totalmente necesario, será el primero a quien informare de la situación final. O incluso hasta le pida consejos. No quiero más problemas.

Luego de algunos segundos de silencio, la respuesta esperada surgió:

-Supongo que no tengo opción. –desdeñó el Nara molesto.

-Por su bien, diría que no. –Añadió el rubio con claro gesto de amenaza- porque si esta información sale afuera del cuarto. Le prometo que Temari-sama recibirá una foto galería e informes muy ilustrativos, sobre las “misiones” de su marido. Esta advertido. Y no hay una segunda oportunidad para quien juega con la felicidad de mi familia. O la paz de la aldea.


El moreno se sintió muy frustrado. Porque creía al dedillo en esas palabras. Se arrepentía, de haber tenido esa relación de amantes con su compañera de equipo. Sentía que no tenía el control de sus conocimientos. Y eso era terriblemente molesto para el Nara. Pero al mismo tiempo, se sentía un poco satisfecho de comprobar que al parecer, no había una nueva división “raíz” rondando por la aldea. Los presentimientos de Shikamaru, esta vez parecían haber fallado. Era mejor mantenerse retirado de la situación. Al menos hasta que otro evento le reclamara intervenir. Boruto era muy joven como para tomar decisiones tan cruciales en la aldea, pero también parecía tener la suficiente capacidad para lidiar con las consecuencias. Y Konoha no presentaba daño por sus acciones. ¿Quién podría asegurar que no estaba conociendo la verdadera fortaleza del hijo del Hokage?

-Supongo que usted quiere saber sobre el asunto de Sakura….-le dijo a Ino que miraba medio autista la situación- pero le pido que mantengamos esta conversación, en un absoluto privado.

-¿Por qué? –consultó la rubia apenas.

-Porque Sakura es su mejor amiga. Porque sé que la quiere mucho, casi como una hermana. Y a mí no me gustaría enterarme de esta situación ha ganado la calle. O que muchas personas lo sepan. Podría causar una tragedia.

Dicho esto, Shikamaru decidió retirarse ante una mirada conciliadora de Ino. Ambos rubios se quedaron hablando solos en la habitación. Durante 20 minutos hablaron de todo. Lo que Ino vio en la mente de Sakura, lo que Bolt hubo de informarle sobre la situación. ¿En resumen? Fue una conversación muy perturbadora, que no se sabía en que terminaría. ¿Acaso Shikamaru e Ino terminarían por ser aliados de Bolt? ¿Se inmolarían al delatarlo y convertirse en sus enemigos?

Incluso los planes más elaborados, requieren del factor fortuna en algún momento. Y Boruto pronto debería comprobar si su suerte era tan traidora, como habían demostrado ser los ninjas que habitaban en su hogar.


***************************************************


Shizune y Moegui no le dijeron nada. El gran séptimo Hokage estaba sentado en su oficina luego de haber vuelto a la aldea, justo para reemplazar a sus clones que trabajaban en los documentos oficiales. Estaba muy lastimado y eso no era típico, ya que aun en los entrenamientos más duros su propio factor curativo hacia maravillas siempre. Sin embargo, mientras Shizune iba usando sus técnicas de ninjutsu médico para estimular la recuperación en el cuerpo del Hokage, pudo notar que se encontraba en partes iguales preocupado y feliz.

Era una mescla de sensaciones. Tan contradictorias que nadie apostaría que pudieran sentirse al mismo tiempo, y por la misma persona. Pero Naruto Uzumaki Namikase, séptimo Hokage de la aldea escondida entre las hojas, estaba justo así. Preocupado, y al mismo tiempo feliz.


Sus heridas eran de cuidado, por esa razón se hizo atender por Shizune-neechan. El combate con Boruto le había tomado totalmente por sorpresa. Su hijo había demostrado ser mucho más que digno. De alguna manera, por instantes de la batalla Naruto pudo sentir aquella vieja sensación de rivalidad que tuvo en combate con Sasuke Uchiha. Esos momentos, donde puedes leer el corazón del rival en medio de un cruce mortal de puños. Boruto Uzumaki no era un niño, hacía tiempo que ya no era.


-Hokage-sama….-le dijo Moegui preocupada sacándolo de su pensamiento- no puedo entender que alguien como usted tenga estas heridas. ¿Necesito avisar a los cazadores ANBU para reforzar su escolta?

-Estoy bien…-le sonrió Naruto sorprendido- solo es…..solo fue un entrenamiento extraordinario. No estoy en peligro.

Y no lo estaba. Realmente nunca lo estuvo. Usualmente antes de ese entrenamiento, Naruto se había sentido muy culpable por haber descuidado a sus hijos en la niñez. Todo por el trabajo de oficina y la política externa. Cuando sucedió el asunto de Kiba, Naruto además experimento la desazón de creer que su hijo mayor era un sádico asesino. Alguien sin escrúpulos. Finalmente, cuando parecía que Bolt era totalmente inocente, Naruto tuvo la vergüenza de descubrir que su retoñó era ya un hombre en responsabilidad. Que posiblemente debía odiar a su padre por descuidado. Pero amaba tan intensamente a su hermana y madre, que estaba dispuesto a matar para mantenerlas a salvo. Naruto sin embargo, después de esa pelea contra su hijo, pudo comprobar con cierta satisfacción que Boruto no lo odiaba. A pesar de todo, no podía odiarlo:

Flash back:


Ambos fueron trasportado al monte de los ermitaños. Naruto había llevado a su hijo bien lejos de miradas indiscretas. Bolt se mostró preocupado por estar incomunicado, pero enseguida encausó su concentración al combate por venir. Algunos minutos de palabras neutrales, donde el Hokage intentaba averiguar hasta qué punto debería elevar su nivel para lograr un combate igualado y esclarecedor. No quería ser demasiado superior a su hijo, solo lo suficiente para que fuera parejo. Solo de esta forma, lograría averiguar el nivel y las técnicas de alguien que a pesar de ser su hijo, parecía un completo desconocido como guerrero.

Finalmente, eligieron un claro entre los bosques, apartado de la montaña sagrada y con prudente distancia del habitad de los sapos. Fue el joven quien sugirió que necesitarían espacio, era lo mejor para no perjudicar a nadie.

-Bien hijo….-le sonrió amistosamente el Hokage de brazos cruzados- estoy listo cuando quieras…

Boruto sonrió apenas. Su padre no había entrado en modo ermitaño, y tampoco brillaba en dorado como cuando usaba el modo Rikudou. Estaba muy lejos de estar “listo”. Pero eso contrario a enfadarlo, le llenaba de satisfacción. Significaba que su padre lo subestimaba demasiado. Que había logrado engañar durante tantos años, a uno de los Shinobi más intuitivos del mundo.

-Pagaras este descuido….Hokage-sama….-susurró el joven quitándose el chaleco Chunnin y quedando solo con su remera negra y pantalón de igual color- estoy seguro de ello.

Naruto observó a su hijo abrir sus brazos ampliamente y cerrar los ojos. Sus manos abiertas en un principio, se cerraron dejando solo los dedos índices y mayores extendidos. Todo el cuerpo del joven se estremeció, como si una correntada fría lo recorriera. Estaba estirando su cuerpo y tensándolo gravemente.

-¿Qué pretende? –pensó Naruto sorprendido.

-(algo no me agrada de esto Naruto) –le dijo el Kyuubi desde su interior.

-bienvenido amigo, -sonrió el rubio divertido en un pensamiento- hacía años que no te escuchaba.

-(llegue a tiempo –apuntó la bestia- creo que Podrias necesitarme)


Bolt rápidamente reunió sus manos frente a sí mismo, y en posición tigre declaro rápidamente:

-BYAKUGAN

Luego, antes que siquiera Naruto empezara a preguntarse qué estaba pasando, se comenzó a golpear a sí mismo en el torso, los brazos, el vientre y las piernas dando piquetes en varios sectores que dejaron una estela de chakra celeste que podía apreciarse visualmente.

-¿Byakugan? –Se preguntó Naruto totalmente sorprendido- ¿pero cómo….? Se supone que no debe tenerlo. Sellaron a Hinata cuando…

-(¿Con sellos del remolino?-le indicó Kurama riendo- ¿A santo de qué supones que un Uzumaki, es vulnerable a sus propios sellos?)

Eso lo explicaba todo. Eso tenía como resumen que Hanabi Hyuuga se hubiese interesado tanto en su sobrino de un día para el otro. De alguna manera, había descubierto el Byakugan oculto en los ojos azules de Bolt. ¿Pero qué pasaba con Himawari-chan? ¿También ella….?

-LIBERACION DE SELLOS, ALMA FURIOSA….-gruño Boruto y todo su cuerpo se liberó de la contención.

-(¡ATENTO NARUTO!)- le grito Kurama al notar como Bolt había desaparecido frente a ellos y se movía rapidísimo.

El joven atacó por el flanco izquierdo, su velocidad era impresionante en comparación con cualquier Chunnin. Naruto eludió 15 golpes directo retrocediendo como pudo, pero el último iba directo a su corazón, hasta que el propio Boruto lo desvió para impactar con sus dos dedos extendidos en el brazo derecho de su padre.

Naruto recibió ese golpe de manera terrible, y fue impulsado por una fuerza devastadora que lo estrelló contra unos árboles lejanos. Bolt no se detuvo ahí, realizó sellos de manos a rápidamente y completando la secuencia declaró:

-KATON, GRAN DRAGON DE FUEGO –soplando profundo y soltando la bestia de flamas sobre la posición en la vino a caer el Hokage.

Naruto no estaba entre las llamas, al instante de golpear contra los arboles caídos, uso un sunshin de alta velocidad para rodear la posición de la técnica de su hijo. Quiso contraatacar rápido, pero su brazo derecho no le respondía para nada. Estaba completamente paralizado y el dolor se extendía desde el hombro hasta la muñeca. Tuvo que rasgar su propia chaqueta, para comprobar que su brazo aún continuaba pegado al cuerpo. ¿Qué clase de golpe había recibido? No se sentía como los ataques que le supo propinar Neji Hyuuga en los viejos exámenes Chunnin. Esto era muy diferente.

-(Tu brazo esta fracturado….-le indicó Kurama seriamente- de alguna manera ese niño ha conseguido lesionar el musculo, romper el hueso, y sellar tu canal de chakra en un mismo golpe. Me va a tomar tiempo recuperarlo)

Naruto se encontraba ahora oculto en otra parte de los árboles que rodeaban el claro. El fuego estaba arrasando la zona donde vino a caer antes, y Bolt parecía tomar un leve respiro admirando su ataque. Naruto rememoraba lo ocurrido antes. Pudo ver bien el último golpe, en cierta forma lo permitió al tratar de observarlo detalladamente. Los dedos índice y mayor de Boruto impactaron contra el brazo. Luego, en una fracción de segundo y aprovechando el mismo impulso, la mano se cerró formando un puño que fue a dar también contra la zona antes afectada. En resumen, una táctica del Junken para atacar el canal interno del brazo, complementada con un puñetazo letal del goken, dispuesto a romper un hueso de ser posible.

-¡sé que estás ahí Oto-sama! –Gritó Bolt dirigiendo su vista exactamente a la zona donde estaba escondido el Hokage- ¡¿Qué te ha parecido mi técnica?! ¡Aun no escojo un nombre apropiado! ¡¿Sientes como tu brazo ha quedado inútil?! ¡Imagina si hubiera dirigido ese mismo ataque a tu pecho!

-(Probablemente te hubiera asesinado –indicó el Kyuubi sin eufemismos- comienza a darle respeto, o acabará contigo)


Naruto se hallaba oculto por una razón. Primero para caer en la cuenta del ataque recibido, segundo para reunir chakra natural e ingresar al modo ermitaño. Este combate iba a estar lejano a las anteriores “practicas”. Boruto estaba usando su máximo poder. Era menester empezar a corresponderle. Luego de algunos segundos, el rubio Hokage abandonó la zona oculta para ubicarse a la vista. Después de todo, Bolt tenía el Byakugan y esconderse no era una opción.

-Veamos….-le dijo tratando de ganar tiempo para acumula chakra del ambiente- tienes el Byakugan a pesar del sello de nacimiento que debió impedírtelo. Tenías sellos en tus canales internos que impedían enseñar tu máximo poder. Y además, lograste combinar el arte del Junken que tienen los Hyuuga, con una expresión fuerte del Goken. –Sonrió apenas Naruto, y sus ojos cambiaron de color- supongo que no estaba listo para algo como esto.

El muchacho comenzó a caminar lento hacia su padre. Sus ojos tenían una ferocidad increíble con el Byakugan activado. El chakra de Bolt, ahora había incrementado exponencialmente su tamaño y a diferencia de lo que Naruto nunca pudo conseguir, fluía de manera perfectamente controlada y pacifica por todo su cuerpo. Aunque hablando de cantidad de poder en específico, el Hokage tenía una ventaja monumental.

-Me has prometido un combate serio Oto-sama…-añadió el joven parándose a menos de 20 metros y posicionándose al estilo Junken- y me lo vas a dar…..o estoy dispuesto a destrozarte para conseguirlo.


Fin del flash back:




Shizune acabó de acelerar las curaciones. Realizó algunos vendajes al torso del Hokage y hasta le ayudo a cubrirse nuevamente con la camiseta y chaqueta. Naruto estaba silencioso y preocupado. Era más que obvio que aquel “entrenamiento”, le había dejado demasiado que pensar.

Primeramente, sentía orgullo como padre. Su hijo mayor era tan fuerte como el mejor de sus Jounnin. Tenía una visión de batalla extraordinaria y capacidad para llevar un combate definitivo por buenos términos. Sabía defenderse, y además atacar con decisión. A Naruto había dejado de sorprenderle que Kiba Inuzuka terminara muerto. Ahora comprendía totalmente.

Pero sin embargo, a la buena noticia de un combate en alto nivel, sobrevinieron las malas. Boruto durante la pelea hablo con el corazón. Expuso sus sentimientos, su rabia al abandono. Naruto supo que salvando las distancias, su hijo había probado la soledad como el mismo supo hacerlo en sus tiempos de Gennin. Y también como él, se pudo levantar desde el fondo para ser de los mejores por propio esfuerzo. Pero lo malo del asunto era que en Konoha, así como la fuerza de sus hijos, se escondía mucha información que el Hokage desconocía.

Boruto e Himawari tenían el Byakugan.

Hinata intentó ocultarlos porque sabía que los Hyuuga intentarían alguna cosa grave. Hanabi quiso unir a Bolt con su clan, conociendo su habilidad secreta de alguna manera que aún estaba a determinar. En tanto Naruto acababa de volver a Konoha, solo para enterarse que su hija había sufrido un extraño ataque a traición durante su viaje. Y que solo la intervención de algunos ANBU oportunos, evitaron una tragedia.


¿Qué estaba pasando delante de sus ojos?

Evidentemente había movimientos extraños a su alrededor. Mientras que la mayor parte de su influencia y tiempo estuvo dedicado a mantener la paz con el resto del mundo ninja. El interior de la aldea tenia matices diferentes. Los clanes se comportaban bajo sus propias leyes en cuanto el Hokage miraba a otro lado. Era menester, encontrar la manera de estar al tanto de todos esos movimientos sombríos.

-Shizune-Nee….-le dijo a la morena que había terminado su trabajo y ya se retiraba- necesito que Sai venga a mi oficina. Ahora.

-Hai Hokage-sama…-dijeron ambas mujeres y haciendo una reverencia se retiraron del lugar.


El ANBU especial debía entrar al caso. Naruto necesitaba saber todo sobre los clanes de Konoha y cada movimiento que estuviera sucediendo por afuera de su mando. Su hija Himawari, había sido atacada y varios integrantes del clan Hyuuga estaban involucrados. Al mismo tiempo, Moegui había dicho hace rato, que Hinata había traído muy herida a su hermana menor de las afueras de Konoha. Algo muy extraño estaba sucediendo, y Naruto debía descubrirlo pronto. Las últimas palabras de su hijo, antes de terminar el entrenamiento, le dejaron una gran preocupación:

Flash back:

-Oto-sama….-dijo Boruto tirado en el suelo herido, y agotado completamente- has…. ¿has luchado con toda tu fuerza?

El Hokage estaba herido y bastante agitado. Había usado el modo Sennin, y también chakra del Kyuubi para determinados movimientos. Oficialmente no estaba sin energía, y tampoco había recurrido a su máximo poder para ganar. Pero había estado bastante difícil controlar a Boruto. En un combate real sin embargo, Naruto hubiese ganado.

-me has exigido mucho….-sonrió apenas el hombre- tanto así, que pretendo seguir entrenando contigo en lo futuro. Eres de temer.

Boruto sonrió de lado. Había entendido el mensaje aun cuando Naruto no quiso hacerle daño. Aún era joven. No tenía la resistencia, la experiencia o el caudal de chakra para estar en igualdad. Pero considerando la situación de clara desventaja. Boruto había demostrado ser fácilmente uno de los cinco mejores Shinobi de toda la aldea. Pero esa no era la pregunta real del joven. Lo que realmente quería saber, era si hubiera podido ganar en caso de no ser un entrenamiento. Y la respuesta era no.

-qué pena….-dijo de repente con cierta melancolía Bolt- esperaba ser más fuerte.

-ya eres muy fuerte.

-pero no lo suficiente, me temo.

-¿Lo suficiente para qué? –consultó Naruto sorprendido.

-Creo que pronto tendré una pelea muy difícil –declaro neutro el joven tratando de ponerse de pie, moviéndose sin mucho éxito- y tenía que comprobar si existía alguna posibilidad de ganar. Eso es todo.


Fin del flash back:




Luego de esas palabras, los sapos interrumpieron la conversación. Había recibido un mensaje de Konoha. La hija del Hokage estaba en el hospital. Fue cuando obviando las preguntas del padre, Bolt exigió regresar a Konoha. Su hermana estaba herida y el resto de mundo había dejado de importarle un pepino.

Naruto lo dejó pasar de momento, pero no permitiría quedar ciego a ese preocupante comentario. Si acaso Bolt no quería extenderse más sobre el asunto, el Hokage recurriría a Sai para saberlo todo. Después de todo, era la vida de su hijo la que estaba en juego. Si con el nivel superlativo que había mostrado Bolt no era suficiente para esa “pelea”, el asunto parecería teñirse de sangre en cualquier momento.


*************************************


Sarada Uchiha tuvo una tarde estremecedora.

Cercana al mediodía había visitado el hospital para hablar con su madre. Las últimas semanas había sido bastante crueles con su ánimo, pero ahora se sentía más recuperada. Sin embargo, su madre Sakura, parecía bastante nerviosa y triste. Desde hacía tiempo, el poco equilibrio en la casa Uchiha se había fracturado completamente.

Sarada se sentía un poco culpable.

Su madre siempre se había desvivido por ella. La había cuidado, la había entrenado en control de chakra, y también ayudado a que estudiara bien. Alimentarla, abrigarla, contenerla. Sakura Uchiha había sido una madre estupenda. Sin embargo, ahora mismo era una mujer nerviosa y triste.

¿Por qué razón? ¿Qué había cambiado específicamente?

Meses atrás, Sakura brillaba con una luz nueva. Sarada ahora mismo notaba cuan bien se había visto su madre en esos tiempos. Lamentablemente, tenía que señalar como motivo posible a esa felicidad, la intervención de ese hombre que había logrado hacerse amante de la pelirosa. Pero actualmente, ella había vuelto a ser silenciosa en la casa y nerviosa en el trato común. Sarada comenzaba a preguntarse, si había hecho bien en obligar a su madre a abandonar a ese hombre.

Mientras sus dudas la carcomían, se cruzó en el pasillo del hospital con Boruto Uzumaki. Ambos se detuvieron, hablaron sobre las heridas del joven, y se preguntaron mutuamente por el otro, unas tres veces. Ambos estaba nerviosos, y Sarada apenas si podía hacer otra cosa que sonrojarse.

-los ninjas que te seguían… -dijo sonriendo apenas- ya no lo hacen…. ¿cierto?

La pregunta tenía una clara intensión. Se suponía que no involucrarla en problemas, había sido el real motivo del rompimiento en ese noviazgo. Y aunque Sarada al principio no lo entendía, luego pudo estar más al tanto de la situación general. Se encontró siguiendo a Bolt, creyendo que podía estarse viendo con una mujer como le había dicho en su último encuentro. Pero se sorprendió al comprobar que un equipo de ninjas seguía al joven Uzumaki como perros de presa. Atando cabos, Sarada entendió que estaban investigando a su ex-novio por el asunto de Kiba Inuzuka. Pero ahora mismo, ya no había más dificultades en el camino.

-no tengo más perseguidores. –Sonrió el rubio- pero eso no significa gran cosa.

-¿podemos….nosotros…?

-¿acaso no has leído el pergamino que te di, aquel día que rompimos? –le preguntó el rubio evitándola y siguiendo su camino- aquel pergamino con los poemas que me alguna vez me escribiste. Creo que deberías repasarlo con cuidado.

Sarada se quedó parada viéndolo irse. Estaba bastante confundida en cómo había terminado esa relación. Bolt sonreía amable, pero sus palabras y acciones no dictaban que fuera un rompimiento ficticio para protegerla. ¿Acaso había otra mujer realmente? ¿Cómo y cuándo se veía con ella? Los celos de la joven Uchiha dieron rienda suelta a su ira. Si acaso llegaba descubrir alguna trampa en el asunto, alguien seria cadáver antes que terminara la semana.

No fue hasta la tarde-noche del mismo día, cuando la joven Sarada dando vueltas en su propia habitación encontró aquel pergamino cerrado. Le había tomado tanto tiempo entenderlo, el dolor no le había permitido pensar con claridad. Sarada, nunca le dio a Bolt un pergamino con poemas. Era cierto que alguna vez escribió versos, pero jamás había podido superar la vergüenza como para regalárselos al chico que amaba. ¿Qué podía tener ese pergamino?

Cualquier información…. menos poemas.



********************************


Habían pasado 24 horas desde que Himawari fue internada.


Boruto apenas si había abandonado el cuarto en escasos momentos y por necesidades básicas como bañarse o dormir un par de horas. La joven Uzumaki estaba estable, pero su hermano aun así no se confiaba que los Hyuuga hicieran algún último intento de matarla sigilosamente. Él estaba herido, pero con una simple vigilancia aplicada, evitaría que Hima estuviera al descubierto durante las noches.

Hinata repartió sus cuidados entre su hermana Hanabi, y su hija que yacía en otro cuarto.

Las pocas horas que compartió con Bolt durante esos cuidados, hablaron de todo y más. El muchacho estaba agotado, esa pelea con su padre y las heridas sufridas le pasaban factura. Muchas veces Hinata quiso que su hijo fuera a casa para descansar mejor. Pero el joven era terco como su padre, incapaz de separarse de su hermana.

-mi culpa….-decía el joven a su madre mientras miraban a Himawari dormir- ella está herida por mi culpa.

-gracias a tu intervención, aún está viva…-le indicó Hinata tratando de consolar el dolor que Bolt sentía.

-La he descuidado, la he desprotegido. –aseguró dolido el rubio- desde que nació, desde que la vi por primera vez cuando era un bebé. Jure que jamás sufriría daño alguno. Que la protegería de todo mal. Y no pude con todo esto.


Hinata veía a su hijo por primera vez a panorama completo. El joven tenía muchas más responsabilidades de las que su edad o rango proponían. Y se culpaba. Lo hacía con sinceridad y molestia. Le producía un inmenso dolor las heridas de su hermana. Al punto que hubiera preferido sufrirlas el mismo. Evitarle a la joven ese daño.

-no volverá a suceder…-aseguró Hinata tratando de sonreír optimista- entrenaremos mejor y…

-esto es solo el comienzo. –Añadió Bolt serio- estoy demasiado solo para protegerla. Esta guerra no se terminará así.

-No estás solo Bolt-kun…-le abrazó conmovida su madre, al ver como al muchacho se le escurrían algunas lágrimas de angustia- tu padre y yo….

-Oto-sama no puede hacer nada. –Dijo duramente el muchacho- él es el poder legal de esta aldea. No puede intervenir en los problemas entre clanes. Los Hyuuga no se detendrán hasta matarnos. Podrá ser en una misión, en una noche de hospital, en el veneno agregado a una comida. Hima-neechan y yo, estamos condenados.

-¡Eso nunca! –le dijo una Hinata asustada- no lo….permitiré.

-No puedo confiar en ti Oka-san…-le miró calmadamente Boruto, y logró que su madre se apartara levemente del abrazo- no puedo confiar en nadie. ¿Estas dispuesta a todo por ayudarme? ¿Estas dispuesta a matar? ¿Estas dispuesta a ser fiel únicamente a nuestra familia?....-sonrió de lado con decepción- no lo creo. Me lo has demostrado de sobra interviniendo en mis asuntos con tía Hanabi.

Hinata se puso de pie acobardada. A pocos cuartos un grupo de al menos 5 guardias Hyuuga cuidaban de la líder del clan. Una mujer que era hermana de sangre con Hinata, pero que ideológicamente estaban en estamentos opuestos. Bolt la miraba a su madre como a una persona extraña. Como si no confiara en ella para nada. Como a una mujer inútil.

-No permitiré que hagan daño a mis hijos. –se defendió Hinata tomando un poco de valor- Naruto-kun no me lo perdonaría jamás.

-Si claro….-le respondió el joven sarcástico- estoy seguro de ello.


Bolt la miraba bajar la vista, le era muy difícil sostener una conversación fuerte. La educación de las mujeres Hyuuga era una peste. Eran para Boruto, seres aburridos. Siempre suaves y livianas como plumas. Mujeres muy hermosas si, de cuerpos infernales. Pero en el rubro personalidad, la calificación era cero. Y paradójicamente, solo Hanabi destacaba del resto. Aunque claro, con una clara tendencia al sado-masoquismo. Quien pudiera ponerle una correa, la convertiría con el tiempo en una esclava ideal. Era una pena que su madre hubiera interrumpido los planes de Bolt. Porque Hanabi hubiera terminado por besar el suelo donde los Uzumaki pisaran, cuando terminara con ella.

-Piensa Boruto….-se dijo apenas dándose ánimos por dentro- piensa. Tía Hanabi está en una habitación totalmente protegida. No te dejaran acercarte para nada. Si acaso su educación ha hecho algún efecto, por el momento no dirá nada. Pero poco a poco recuperara la confianza. Y será un problema mayor.


Hinata no sabía que más decir. Miraba a su hijo y sentía toda la culpa de ser inútil. Usualmente, con Naruto también se contenía todo el tiempo. Desde aquel desafortunado incidente con Kiba Inuzuka, Hinata no pudo nunca disfrutar completamente el tiempo con su marido. Sexualmente hablando, las últimas semanas habían sido muy buenas. Como al comienzo de la pareja. Pero Hinata siempre se sentía en deuda con su esposo. ¡Le había traicionado! ¡Al único hombre que había amado en su vida! ¿Cómo pagarle tamaña traición? ¿Cómo compensarlo de alguna manera? Muchas veces quiso confesarle todo. Muchas veces lo miró, y estuvo a segundos de decirle lo ocurrido. ¿Pero qué pasaría si Naruto-kun la abandonaba? ¿Qué pasaría si usaba esa traición como excusa para abandonar la familia? Hinata sufrió mucho con la presencia de Sakura. No era tan ingenua como para no notar que algo entre ellos se encendía. ¿Cómo evitar que Naruto se vengara de ella, acostándose con la mujer que amó en la juventud?

De pronto, mientras ambos cavilaban en sus pensamientos, la joven Himawari despertó levemente:

-Onii…..chan….-sonrió suave ante la vista de su hermano- estás conmigo Onii-chan.

-Siempre Nee-chan…-le respondió tomándola de una mano- descansa pequeña, nadie jamás volverá a hacerte daño. No me voy a separar de tu lado, hasta que te recuperes.

-que….bueno…-dijo la joven, volviendo a quedarse dormida.


Apenas Himawari regresó a su sueño, Boruto Uzumaki cambio su gesto de ternura por una clara muestra de enfado. ¡Estaba furioso! ¡Completamente fuera de control! ¡¿COMO SE HABIAN ATREVIDO A TOCARLE UN SOLO CABELLO A SU HERMANA?! Quería hacerlos papilla a todos. Ir al barrio Hyuuga, para prenderlo fuego con todo y habitantes dentro.


Por un instante, consideró irse por el pasillo para hacerle una visita “amistosa” a su querida tía. Dispuesto a barrer con sus guardias, dispuesto a azotar a esa golfa hasta que llorara sangre. Que suplicara el perdón de Himawari entre lágrimas. Después de todo, la muy puta había disfrutado como una cerda cuando Bolt se la folló en la cabaña del bosque hace días. Seguramente podría domesticarla perfectamente, si acaso tuviera el tiempo necesario. Hacerla un mero juguete. Y luego de eso, la obligaría a ver como asesinaba a cada integrante de su clan. Uno a uno, bien personal. Para que todo el mundo supiera, que quien de nuevo intentara siquiera levantar la mano contra Himawari Uzumaki. Encontraría la muerte como una opción hermosa y reparadora. Antes que caer en las impiadosas manos de Boruto.


-Maldita sea Anko-sensei….-gruñó molesto para sí mismo Bolt- como desearía que no se hubiera retirado de la actividad. Me encantaría que torturara a esos idiotas hasta convertirlos en cascarones sin vida.


Pero tenía que pensar en otro método. La guerra directa no estaba entre sus posibilidades lógicas. Además, tenía el asunto de Sasuke Uchiha aún por resolver. Sarada por el momento no estaba en peligro, pero no sabía si ese concepto podía cambiar en cualquier instante. Después de todo, ¿Quién podía anticipar cuanto tiempo tardaría en regresar Sasuke Uchiha a la aldea? para entonces, Boruto debía tener un plan bien pensado. Era lo mejor que podía hacer.

-¿En qué…? –Balbuceó Hinata cada vez más nerviosa por ver el enojo de su hijo- ¿en qué estás pensando Bolt-kun?

El joven la volvió a mirar, como si una invocación mágica la hubiera hecho aparecer nuevamente. Había estudiando los informes de la pasada guerra sobre su madre. Como con todos los conocidos importantes de Konoha. Era increíble según los escritos, que esa mujer fuera una guerrera importante de la primera línea en la pasada batalla mundial. ¿Dónde estaba esa personalidad agresiva? ¿Dónde anidaba el fuego en su corazón? como madre y esposa, era la perfección misma. Nunca una queja, nunca algo sucio o fuera de lugar. ¿Pero dónde estaba la Kunoichi que supo ser? tal vez, lo que Hinata Uzumaki necesitaba realmente. Era un motivo poderoso para tomar la ofensiva. Necesitaba luchar por los que amaba. Solo así, surgía su verdadero poder. Su alma de Kunoichi.


-¿Qué estarías dispuesta hacer por nosotros, Ka-san? –Le dijo gravemente Bolt- ¿Qué estas dispuesta hacer, para salvar a nuestra familia?

-¿de qué hablas? –balbuceó preocupada. -¿Qué podría hacer para ayudar?

-sabes lo que tía Hanabi hará cuando se recupere mejor. –Le señaló brevemente- Me acusará seguramente, me alejara de Hima-chan. La mataran a ella, y luego en la cárcel me mataran a mí. Todo por el Byakugan. Oto-sama no puede hacer nada legalmente. ¿Qué estas dispuesta a hacer tú?


Mientras Hinata se hundía en sus propios pensamientos oscuros, Boruto rebuscó en un bolso con cosas que había traído en un viaje de su casa, para extraer determinado elemento que tintineó como un cascabel ante la mujer sorprendida.


-durante muchos años me enseñaste sobre el Byakugan Ka-san…-le dijo sonriendo perverso el rubio- si estas dispuesta a ayudarme. Si quieres salvar a tus hijos. –le mostró un collar de cuero, que tenía adherido una cadena lustrosa- te sugiero una idea…conviértete en la nueva líder del clan enemigo. Te enseñare, como puedes lograr la paz, entre los Hyuuga y los Uzumaki.


Fin del capítulo.
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