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Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Capitulo X
"Cuanto Vale un Rayo de Sol, Cuando te lo han Negado"
- Cuanto Vale un Rayo de Sol, Cuando te lo han Negado:
- Era siempre el mismo sueño, el que había estado teniendo desde el día en que nos conocimos. El que solía anticipar con impaciencia antes de llegar a mi almohada por la noche. No quería tenerlo, pero no tenía elección. Pienso que tal vez, mi subconsciente estaba determinado a volver y mirar los hechos, encontrar lo que me perdí la primera vez.Estoy corriendo por la acera, tratando de alejarme del hombre que ha tenido el accidente en el coche detrás de mí cuando miro arriba y lo veo. Tal vez sea ese fácil paso largo, o la forma en que su mirada me pasa en vez de mirarme, pero por cualquier razón, parece seguro. Echo mis manos alrededor de su cintura y susurró. —Solo juega, todo está bien.Más allá de la prisión de mi sueño, siento que realmente el sudor me corría por el cuello. Oscuramente, soy consciente de las vueltas en la cama, pero no puedo parar porque me siento tan incómoda.Él lo hace y me sorprendo cuando sus brazos se envuelven a mí alrededor. El momento de peligro parece pasar muy rápidamente, pero por alguna razón no me quiere dejar ir. Me siento segura en sus brazos, nunca me había sentido segura antes. Y huele bien, huele como me imagino que un hombre lo debe hacer, como el jabón fresco, limpio, la piel caliente, un ligero sudor. Creo que estoy tomando demasiado tiempo en irme, así me deshago de él como si me hubiera quemado. Entonces, miro hacia arriba y reconozco el ángel delante de mí. Mis rodillas casi se doblan.Fuera del sueño, puedo oírme gemir. Una parte de mí sabe por qué no quiero seguir mirando, pero no puedo evitar que suceda. Sueño en tercera persona, y aquí soy una espectadora.Él es la cosa más bonita que he visto, eso incluye cachorros, bebés, arco iris, atardeceres y amaneceres. Ni siquiera puedo llamarlo un hombre. Los hombres no se ven tan bien. Su piel está muy bronceada, como si el sol mismo se tomara su tiempo para besar su piel a la perfección. Sus antebrazos musculosos se espolvorean con el mismo pelo de oro de su cabeza. Sus ojos imitan el azul verdoso del mar Caribe que sólo he visto en carteles de cine.Sonríe, y no puedo evitar sonreír también. Soy una marioneta. Tira de mis hilos. Su sonrisa revela sus dientes blancos, pero también su diente canino en el lado izquierdo. Sus dientes no son perfectos, y esa pequeña imperfección lo hace más hermoso. Esta diciéndome algo, algo de otra chica, pero me niego a escuchar.A lo lejos, oigo una voz familiar, mi voz. ¿Dentro del sueño? ¿Fuera del sueño? No estoy segura. Todo lo que sé, es que estoy rogando para que el sueño no se acabe. No he encontrado lo que buscaba, la cosa que perdí. Debería parar, ahora, antes de la parte insoportable, la parte que no tienen nada que ver con la memoria, pero sí con la fantasía, con el deseo.Me apoyo e inclino la cabeza hacia arriba. Quiero poner esos labios carnosos en buen uso, no voy a aceptar un no por respuesta. Cuando su lengua se desliza por las comisuras de mis labios siento cosas entre mis piernas que nunca había sentido antes. Siento una especie de dolor de plenitud y de repente puedo sentir mi corazón latir no sólo en mi pecho, sino dentro de mis pliegues secretos. Sigo detrás del beso y poco después le oigo gemir a él también.Quiero tocarlo por todas partes. No me importa si me toma aquí en la acera, eso es lo mucho que lo deseo. No me importa lo que mi madre dirá. Por él, seré una puta. Me alegro de haber esperado. Me alegro de que sea él el que vaya a tenerme. Su mano ha encontrado su camino a mi pecho, y por alguna razón tengo una sensación de peligro, pero la sensación desaparece. El beso se ha convertido en hambre voraz, mis labios duelen un poco. Su mano se ha convertido en un puño en mi pelo. La sensación es familiar pero lejana. Quiero seguir besándole.¿Pruebo la cerveza? De pronto todo es familiar.El beso. Las caricias.—¿Es esto lo que haces cuando vas a la cama Sakura? ¿Te pones la ropa de puta y tratas de seducir a tu padre?—¡Él no es mi padre! —Es el único al que hay que culpar. No a mí.—Actúa como una puta y serás tratada como tal Sakura.Sin previo aviso, me golpea con una abrumadora sensación de dolor. Algo está muy mal. Termino el beso y mis ojos se amplían con horror. Es el mismo rostro joven que había encontrado hermoso más allá de toda explicación, me mira con una expresión amenazadora. Sus ojos todavía me recuerdan al mar, pero en lugar de soleadas playas del Caribe, ahora veo horribles criaturas de las profundidades que están al acecho en las profundidades de su mirada. Ya no es un ángel, es el diablo que siempre he temido.Mis ojos se abren de golpe y miro fijamente a la nada que me rodea. Mi corazón late con fuerza, mis lágrimas brotan, pero a pesar de todo está vergonzosamente húmedo entre mis piernas. Un antiguo temor amenaza con lanzarme a un nuevo infierno que luche para evitar que ocurriese. Caleb está durmiendo plácidamente a mi lado, su brazo a mí alrededor como un tornillo. Debería haber luchado por levantarme. Pero a decir verdad, la presa de su musculoso cuerpo contra mi espalda me dio una sensación de comodidad que había estado esperando durante semanas. Durante años. Y, además estaba realmente fresco en su habitación. Carecía de todo lo pegajoso y caliente que parecía impregnar mi habitación. Mi habitación —eso es gracioso.Pensé en lo que había ocurrido antes, apenas capaz de envolver mi mente en torno a los hechos ocurridos. Creo que si yo hubiera estado viendo una película o leyendo un libro, hubiera pensado que era sexy. Pero lo que se vive aquí en carne y hueso… sólo es miedo. La mayoría.Sólo de pensar en ello, mi corazón late más rápido contra mi pecho, pero era diferente a la anterior. Además, he tenido este pesado, hundimiento, una especie de hormigueo en el estómago. Me recordó la sensación que suele tener un niño jugando al escondite que va a esconderse en la oscuridad. No quiero ser encontrada, sólo quiero sentarme ahí, sin saber si va a ser excitante o aterrador. Yo había sabido que cuando era la prisa lo disfrutaba, sin ocultarse o la búsqueda.Estando al lado de Naruto se paraba el tiempo. Seguía viendo su cara, sus ojos cerrados, la cabeza inclinada en mis manos, cálida carne masculina bajo mis dedos. Todo esto se repetía en mi mente como una serie de flashes, flashes que me mantuvieron despierta en la oscuridad. Yo había soñado con el beso también, haciendo más que besarle. Él estaba duro contra mi culo, contra toda lógica quería tocarle ahí. Quería ver lo que era tenerle dentro de mí.Cuando me pidió que parara anoche, había sido un poco decepcionante. Quizás hiriente, pensé que quizás había hecho algo mal. Su voz áspera y distante al principio, pero luego se suavizó y me dijo que había sido buena, muy buena. Pero por alguna extraña razón, además de estar totalmente avergonzada, me sentí bien, no sé si alivio es la palabra correcta, o incluso orgullo, pero algo así.Naruto era una persona extraña, cruel e inhumana, un monstruo, y sin embargo, otras veces, parecía tan capaz de algo como el cariño. Me hizo llorar, gritar y temblar de miedo y casi una décima después, me hacía pensar que no era responsable de nada de eso. Podía sostenerme y hacerme sentir segura. ¿Cómo era posible? Creo que soy más crédula de lo que jamás había pensado.Poco a poco, mientras miraba las cortinas, fui testigo de un espectáculo que me había perdido durante mucho tiempo. La luz del día hizo su gran debut, convirtiendo las cortinas de un color ligeramente más claro. Mi corazón se aceleró y la ansiedad me recorrió. Se sentía como la mañana de Navidad.Tomé despacio la mano de Naruto, alejándola de mi pecho suavemente. Gruñó, por un momento me quedé completamente inmóvil, aterrorizada. Suspiró bruscamente, y luego, para mi alivio abrumador, se dio la vuelta. Estaba libre de él. Más sorprendentemente, estaba libre de la cuerda de oro que me había asegurado alrededor de la muñeca. Negándome a pensarlo demasiado y quizás demasiado rápido, me deslicé de la cama y me arrastré hacia la luz.Corrí las cortinas, sólo un poquito, pero cuando la luz del sol golpeó mis ojos, me dolió la cabeza. Cerré los ojos con fuerza. ¡Este tiempo había sido tan malditamente largo! Abrí mis ojos lentamente. Esta vez vi lo que mi alma había estado buscando por tanto tiempo. Vi la luz, hermosa, cálida, ligera, segura. Casi no podía dejar de lagrimear. Por un momento, sentí como si todo lo que había sucedido hasta ahora hubiera sido un sueño, y ahora que el sol estaba alto, podía despertar de él. Nunca me volvería a quedar dormida. Los monstruos nunca volverían. Abrí la cortina un poco más y pude ver una gran terraza. Había una mesa con un gran parasol, macetas y plantas y tumbonas, era irreal. Apreté la palma de la mano contra el cristal, sintiendo el calor del sol y el frío de la mañana contra mi piel, pero todo era irreal.Miré de nuevo a la forma de dormir de Naruto, su respiración era pesada. No se despertaría en un corto plazo. Mi corazón retumbaba en mi pecho. Este era mi oportunidad de escapar. Mi mente gritaba: ¡Si haces eso, y te encuentra estarás muerta! ¿Eres estúpida? Pero también decía: Si no lo haces ahora, puede que nunca tengas otra oportunidad. Me hice a la idea. Me iba a tener que tomar un descanso de eso.Cerré la cortina detrás de mí y en silencio miré a mí alrededor para buscar una manera de abrir la puerta. Analicé mi alrededor y no vi mucho, no había edificios, ni carreteras, ni gente. No dejé que eso me disuadiera. Mis dedos tocaron a lo largo del cristal buscando alguna manera de abrir la ventana, pero no vi ni sentí nada. Hice lo mismo a lo largo de la pared y no encontré nada. Nerviosa y agitada, eché un vistazo a la habitación. Naruto seguía durmiendo plácidamente. Empujé el cristal, pero eso no ayudo mucho, ¡maldita sea! No podía ver donde se abría la puerta, pero tenía que abrirla de alguna manera. Piensa, sólo piensa. La cerradura estaba en algún lugar que no podía ver. Me quedé en la parte superior de la puerta, aplastada por la comprensión de que definitivamente no podía hacerlo.Mi única oportunidad de abrir la puerta estaba en una de las esquinas, un sillón de cuero. Se veía pesado. Casi grité. Volví a mirar a Naruto. ¿Cómo diablos voy a moverlo sin despertarlo?Caminé silenciosamente hacia mi inanimado Némesis y le di un fuerte empujón. El sillón hizo un ruido de raspado suave en la alfombra y al instante miré hacia la cama. Él continuaba durmiendo. Pero no había jodida manera de moverlo sin despertarlo.Eché un vistazo alrededor de la habitación y traté de no desmayarme por el torrente de sangre que salía de mi cara. Colgada en la puerta de un armario, estaba la chaqueta de Naruto y asomando por debajo una funda de una pistola. ¿Podría ser? O Dios, ¿podría ser malditamente cierto? Tomé el tejido blando y lo levanté. Era la jodida arma más grande que había visto en la vida, la única en realidad, pero aun así sentí ganas de vomitar. Parte de mí quería olvidar toda la maldita cosa y volver a la cama. Como decía el refrán: «¿La cobardía en la mejor parte del valor?». ¡Joder! Cogí la pistola. La maldita cosa pesa una tonelada.El armario se abrió y por un momento estaba realmente sorprendida por la cantidad de dolor que infligían instrumentos ocultos en el interior. Fustas, látigos, cadenas, y otras cosas que no conocía de ver Real Sex en la HBO en casa de Hinata. ¿Esto era un consolador de punta? Casi me desmayo. ¿Había planeado usar esa cosa conmigo? Maldito enfermo. Y sin embargo…Vi un par de esposas, varias en realidad, sin pelo en ellas. Eso significaba que eran reales ¿verdad? Porque podría ser embarazoso lo contrario. Estaba dispuesta a correr el riesgo. Me puse la chaqueta de Naruto, inmediatamente abrumada por el tamaño de la misma. Puse la pistola en el asiento de la silla y comencé a enrollar las mangas.—¿Qué demonios estás haciendo? —La voz de Naruto enojada por un momento me había congelado en su lugar. Nuestros ojos se habían encontrado, los míos abiertos y aterrorizados, los suyos fríos y venenosos. Tomé la pistola y apunté a la cama. Yo era más rápida. Por una vez.—¡No te muevas! Ni un solo paso. —Mi voz era estridente, casi presa del pánico. Podría haberle disparado sólo por miedo y creo que él lo entendió porque al instante se detuvo. Mi corazón latía demasiado rápido, mi visión era borrosa. «Mantente tranquila Sakura. Mantente jodidamente tranquila».—Baja el arma, Cerezo —susurró, como si yo tuviera más miedo que él. Mierda, quizá así era. Esta probablemente no era la primera vez que había tenido un arma en su cara, pero era definitivamente la primera vez que yo atentaba contra la vida de alguien. Quería llorar. No quería tener que hacer esto. No quería herirlo. «No hay elección Sakura. Eres tú o él». Odiaba esto. Me sentía como una de esas estúpidas chicas de las películas, sosteniendo el arma sobre su aspirante a asesino, temblándole la mano y él sigue acercándose, pero ella no quiere matarlo. Luego muere. Luego yo muero.Tomo una respiración profunda y mantengo estable el arma, haciendo caso omiso de lo pesada que es, ignorando el temblor en mis brazos mientras trataba de mantenerlo nivelado. En especial, ignoro el sudor en mis manos, haciendo el mango resbaladizo.—Por favor Naruto —casi ruego—, no te muevas. Déjame ir y no hagas que te mate, porque lo haré. Juro por Dios que lo haré. —Estaba calmado, demasiado calmado.—Nadie va a matar a nadie Cerezo. Pero no puedo dejarte ir. Sólo bájala y prometo que no haré nada que te haga daño. —No podía dejar de reír. Yo sostenía el arma, pero era él quien me mantenía como rehén. Sin embargo todavía me reía histéricamente. Mi mente se fue a ese lugar especial para ella y tal vez inspirada por la jodida arma en mis manos.—Sé lo que estás pensando. —Medio ahogada—. ¿Le dispararé las seis balas o sólo cinco? Bueno si te digo la verdad, en todo este tipo de emoción he perdido el norte. Pero siendo como es una Magnum 44, el arma más poderosa del mundo, y puede volarte la cabeza, te tienes que preguntar una cosa: ¿Me siento afortunado? ¿Te sientes afortunada? —La expresión de Naruto era algo entre la preocupación profunda (por mi salud mental) y la furia (por mi idiotez).—Cerezo —comenzó. Incliné la pistola, con las dos manos porque no podía manejarla con una. En el proceso, mi dedo apretó contra el gatillo un poco y por primera vez vi el miedo deslizarse a través de sus rasgos. Tragó saliva, quité mi dedo del gatillo, evitando hacer algo estúpido, o en mi caso, muy estúpido. Llegué a las esposas y las tiré en su dirección, él las tomó sin romper el contacto visual—. El arma no está cargada, Cerezo.Mi corazón se agitó.—Mentira Naruto. No me hagas que averigüe cuál de los dos se está tirando un farol. —Sonrió sólo un poco. Si no lo conociera tan bien como lo hago, me habría perdido lo que era. No sé por qué, pero lo miro en pantalones cortos. El bastardo estaba caliente—. Espósate a la cama y no me hagas volver a pedirlo.Esta vez su sonrisa era amplia, incluso con aire satisfecho.—Cerezo, si eso es lo que querías, sólo necesitabas pedirlo. —¿De verdad iba a dejar que le esposara a la cama? ¡Sakura! Concéntrate.—Sólo cállate y haz lo que te dije. —Yo era mordaz. Frunció el ceño y por un momento olvidé que tenía la sartén por el mango. El metal pesado deslizándose en la palma sudada me lo recordó—. ¡Ahora! —Caminó al poste más cercano a mí, todavía a unos metros de distancia y esposó sus muñecas juntas. Estaba impaciente, nerviosa. Obedeció y dejó escapar un suspiro de alivio.Bajé la pistola, tomándome un momento para dejar que la ansiedad se asentara, para permitir que mi visión se aclarara y que la adrenalina se disipara.—Te sientes mejor, ¿cerezo? —susurró, todavía juguetón. Poseída, di dos pasos para acercarme a él y le di una bofetada tan fuerte que la mano me dolió. Al instante saltó hacia delante, con las manos aferradas a la cadera y los pies barriendo mis tobillos. Caí de espaldas, la pistola se fue detrás de mí. No podía alcanzarme con las manos atadas, pero trataba de agarrarme entre sus piernas. Me apresuré a ir hacia atrás con todas mis fuerzas, negándome a ser capturada. Me libero y me doy con el sillón de detrás.—Vas a pagar por esto —jadeó. En el lado derecho de su cara, lucía una huella de mi mano rojo carmesí.Sacudí mi mano.—Ya he pagado, este es mi cambio.Unos minutos después, finalmente tenía el sillón lo suficientemente cerca de la ventana. Me acerqué y me puse en el borde. Por favor déjame tener razón en esto. Mi corazón hizo un sonido rugiente en mis oídos, y cerré los ojos contra la duda. Por último, sentí un pequeño interruptor y mi corazón se detuvo por completo. Miré hacia atrás para ver a Naruto. La expresión de enojo había dejado su huella aunque la marca de mi mano se mantuvo.Dije una oración en silencio, di un paso hacia abajo, y abrí la puerta. La voz de Naruto vino de atrás, sonaba preocupado y triste.—No dejes que te encuentre. —¿Era eso una amenaza? No iba a quedarme para averiguarlo.No miré hacia atrás. Corrí con toda la fuerza que mis piernas eran capaces. Mis pulmones ardían y mis pies descalzos golpeaban fuertemente contra el polvo de la tierra. Todavía era temprano, la tierra caliente todavía. Quería gritar pidiendo ayuda, pero no estaba segura de si me encontraba lo suficiente lejos para que Naruto no me oyera, así que corrí. Más adelante, vi a un hombre con un delantal, empujando un carrito de cajas en un edificio.—¡Ayúdeme! —El hombre miró en mi dirección, con una expresión de confusión y angustia. Cuando lo alcancé, casi volé a sus brazos tratando de empujarnos al interior.—¿Qué pasa? ¿Qué te paso? —Me preguntó en español.Lo empujé más fuerte hasta que ambos casi caemos sobre la plataforma en nuestro camino al interior del edificio. Mi respiración se volvió entrecortada mientras trataba de reducir la velocidad y explicar en español que yo era una ciudadana estadounidense que había sido secuestrada y retenida en contra de mi voluntad. Le dije que escape pero que mi captor no estaba lejos y necesitaba a la policía de inmediato.—¿Quién es ese hombre? ¿Quién es el hombre que te llevó? —Parecía tan desesperada como lo estaba y abrí la puerta para mirar en la dirección en la que había venido.—Aléjate de la puerta —le grité—. Naruto su nombre es Naruto, por favor, llame a la policía. ¿Dónde diablos estoy? —Finalmente, el hombre rápidamente cerró la puerta y echó el cerrojo.—México—¿México?—Sí, México. —El hombre estaba exasperado. El jodido México, lo sabía.—Mierda tú eres… —Venía de un hombre que estaba en la esquina que tenía la voz ronca. El hombre que supuse que era el camarero, miré en su dirección. Parecía sucio, no la clase de sucio que venía de la pobreza o de la pereza, sino el tipo de sucio que venía de un estilo de vida desagradable. Era temprano por la mañana y ahí estaba ya en un bar, un ciclista estadounidense. Me miró fijamente, tomó un trago de cerveza y se lamió la espuma de su bigote. De repente, me di cuenta de mi ropa. Estaba casi desnuda bajo la chaqueta de Naruto. Crucé los brazos y di un paso atrás hacia el borde de la barra.—¿Puedes ayudarme por favor? Tengo que ir a la policía. —Tomó otro trago mientras negaba con la cabeza.—No quieres ir a la policía cariño, confía en mí en eso. Estos sucios mexicanos son deshonestos hasta el final. Sólo te venderían a quienquiera del que estés huyendo. Lo mejor que puedes hacer es ir hasta la frontera y dejar que nuestros chicos te ayuden. Mira al camarero.—Es la verdad —dijo—. Es la verdad.Exasperada, grité: —Bien, ¿puedes ayudarme a llegar a la jodida frontera entonces? —El camarero saltó ansiosamente a toda prisa a la habitación del fondo. El ciclista se levantó, agarró su cerveza y se la bebió antes de golpear el vaso sobre la mesa y limpiarse la boca con el dorso de la mano.—Maldita sea cariño, no tienes por qué ser grosera. —Caminó a mí alrededor, arrastrando la mano por la barra, me miraba inapropiadamente a propósito—. Estoy seguro de que podemos hacer algo.—Que te jodan. —Lo miré con disgusto.Él se rió entre dientes.—Yo estaba pensando en un trato de recompensa, tal vez un rescate. ¿Una comisión de intermediario? —Me miró de arriba abajo otra vez—. Por supuesto, siempre estoy deseoso de compromiso.Justo en ese momento, un gran estruendo provenía de la puerta y quien se encontraba en el otro lado no lucía contento. El ciclista me miró, viendo mi momento de pánico, y me puso detrás de la barra.—Estate ahí abajo callada y no respires si quieres vivir. —Actuando por puro instinto, me acurruqué en posición fetal debajo de la caja registradora. El ciclista corrió a la habitación de atrás y volvió rápidamente con unas cuantas cajas de alcohol. Antes de que supiera lo que estaba haciendo, las apiló en el suelo y las empujó debajo de la barra al lado. Mientras tanto, un estruendo atronador siguió a la puerta de la barra—. No te muevas —dijo por última vez. Tomó una copa del mostrador y la empezó a llenar con cerveza cuando una fuerte explosión astilló la madera de la puerta. Estuve a punto de mearme encima.—Guau –dijo el motociclista riendo a carcajadas. Mi corazón latía fuerte en el pecho, los ojos cerrados con fuerza mientras trataba de imaginarme en otro lugar.—¿Donde mierda está ella? —demandó Naruto, tranquilo e inhumano.—¿Donde está quién?—¡No te hagas el tonto ahora o te vuelo la maldita cabeza!—Bueno, eso no suena demasiado bien. Mira hombre, sólo estoy aquí vigilando el bar de Nawaki.—¿Dónde está Nawaki?—Ha tenido un problema en casa con su mujer, que me jodan si lo sé o me importa. Solamente estoy disfrutando de la cerveza gratis mientras no está.—¿Qué pasa con las cajas que cayeron fuera?—¿Nunca te has tenido que ir de un lugar con prisa? —Un silencio ensordecedor llenó la habitación. —Además si estás buscándole con una maldita escopeta, probablemente tenga una buena razón para irse con prisa —dijo con una risa desagradable.Más silencio. Los pasos de Naruto hacían un sonido lento y constante a medida que se acercaba a la barra. Me oriné un poco en ese punto. No fue mi mejor momento, te lo aseguro.—¿Cómo has dicho que te llamas? —preguntó Naruto.—No lo he dicho, pero puedes llamarme Kidomaru.Naruto dejó escapar una risa breve y severa.—Kidomaru ¿eh? Bueno, Kidomaru. —Oí el sonido característico de Naruto amartillando la escopeta.—Voy a preguntártelo una puta vez más y luego voy a hacer un agujero en tu pecho. ¿Dónde está la chica?Kidomaru se aclaró la garganta ruidosamente.—Mira hombre… me parece que has perdido a alguien importante para ti, y te juro que si yo tuviera alguna puta idea de donde está esa persona te lo diría, pero no la tengo. Yo estaba aquí tomando una cerveza y Nawaki tuvo que irse a toda prisa. Me imaginé que estaría por los alrededores. No sé nada sobre tu perra. — Amablemente. Le oí sacar un arma y cargarla—. Saca esa maldita arma fuera de mi cara antes de que redecoré el bar de Nawaki con la tuya.El silencio que siguió aplastó el aire a mí alrededor. El sudor resbalaba por mi cara, quemando mis ojos fuertemente cerrados. Mis uñas se hundieron en la piel de mis brazos. Estaba seguro de que alguien iba a morir mientras me escondía detrás de las cajas de cerveza caliente. De repente, Naruto estalló en carcajadas. Me mordí con fuerza el labio para no gritar. Kidomaru pronto se unió a la broma y me preocupaba que él me hubiera vendido.—Muy bien, Sr. Kidomaru, te diré algo. Tomaré tu palabra de que no sabes de lo que estoy hablando, y confío en que si ves a una chica correr medio desnuda contando historias salvajes, seré la primera persona con la que contactarás. Es la casa grande por esa carretera. Pegunta por Naruto. No hay nadie más.—Vale, hombre. ¿Podemos bajar estas ya? —Estaba tranquilo. Durante unos momentos no supe nada. Entonces oí los pies de Naruto moviéndose más y más lejos de la barra. Antes de que pudiera sentirme aliviada, la voz de Naruto gritó desde lejos a unos metros de distancia.—Pero si me entero de que me has mentido, te voy a encontrar. Y si me entero de que le has hecho algo a mi propiedad, te voy a matar. —Y entonces él se había ido.
mariland- Clan Suzaku
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
creo que narutito esta muy furioso con sakura por haberse escapado y kidomaru pagara todo y más si le hace algo a ella dios pon conti pronto ya quiero saber que pasara con sakura y naruto cazándola como loco además de que podría pasar si la encuentra.
aduzumaki- Sennin
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Capitulo XI
“Cuando Sales del Infierno que es lo Peor que Puede Pasar”
- “Cuando Sales del Infierno que es lo peor que puede pasar”:
- Dónde está, Naruto? —El tono de Pein era enojado, con furia contenida. Naruto lo conocía bien. Era el tono que Pein había adoptado al principio cada vez que le hablaba a Naruto, cuando había sido un niño difícil. No le gustaba, ni un poco.Era media tarde y la chica había desaparecido. Ella podía estar a cientos de kilómetros de distancia en este momento. ¿Por qué diablos la había dejado ir? No era propio de él ser tan impulsivo, o estúpido. Aunque últimamente, no estaba tan seguro. Primero que no había podido asegurar su arma. Luego, la dejó escapar en medio de la noche. Y ahora, había puesto factores desconocidos en juego.—No sé dónde está Pein. Si lo supiera, estaría buscándola en este momento.—¿Lo estarías? —La pregunta tenía fuertes implicaciones. ¿Cuándo había empezado a dudar Pein de él? ¿Cuándo le había dado Naruto motivos? La respuesta a ambas preguntas era, por supuesto, ahora.Entonces Naruto le respondió con la misma furia contenida:—Entiendo lo importante que es, Pein. Sé por qué estoy aquí.«Para destruir a Madara». Se sentía vagamente desligado. ¿Dónde y cuándo había perdido su objetivo? ¿Cuándo había flaqueado su enfoque? Extrañamente, no se sentía culpable. Ya estaba pensando, podría encontrar a Madara de otra manera. La necesidad era la madre de la invención. Sin embargo, no sabía por qué la había dejado ir. Había sabido que ella estaba cerca, tal vez escondiéndose con el camarero, el lenguaje corporal del motorista le había dicho lo mismo. Así que, ¿por qué? ¿Por qué de repente arriesgaba tanto cuando no tenía nada que ganar y sí mucho que perder?—Normalmente estaría de acuerdo contigo Naruto —dijo Pein suavemente—. Pero tú no tienes el hábito de cometer errores, y mucho menos de esta magnitud. ¿Has olvidado tan fácilmente lo que he hecho por ti? Yo te encontré. Te ayudé a convertirte en el hombre al cual tus enemigos temen. ¿Quieres que te recuerde dónde estarías sin mi intervención? — Naruto apretó la mandíbula fuertemente.—No, por supuesto que no. —Era imposible que Naruto lo olvidara ya que a Pein le gustaba tanto recordárselo—. También quiero recordarte que soy yo quien mata por ti. —Había querido que sonara como una amenaza, pero por algún extraño motivo le salió como una súplica. Como de un niño a un padre. Se hizo un largo silencio en el otro extremo de la línea y mientras más largo era más inquieto se sentía Naruto. —Te he fallado Pein. Voy a hacer lo correcto. —De alguna manera él iba a arreglarlo.—Lo siento, dude de ti kyuby —respondió Pein, suavizando la voz—. Sé lo mucho que has sacrificado. Es sólo que...—Entiendo Pein. —Hizo una breve pausa—. Voy a hacerte saber el momento en que la encuentre.Naruto colgó antes de que algo más pudiera ser dicho. Necesitaba pensar y cuanto más hablaba con Pein, más pensaba en las cosas equivocadas a pesar de que no tenía idea de que era lo correcto. Nunca había sido una persona que lidiara con ligeras diferencias.Naruto se apretó la frente con los dedos y trató de aliviar parte de la presión allí. ¿Estaba traicionando a la única persona en quien confiaba? La pesada realidad finalmente se hizo presente. ¿Quién era él de repente? Ciertamente no un hombre de palabra.La ira bulló como bilis en su pecho. Era ella. Desde que había puesto los ojos en ella no había más que confusión y conflicto en él. Se había dejado sentir... algo. Y ella le había pagado apuntándolo a la cara con su propia pistola. Sus dedos tocaron el lado izquierdo de su rostro. Aún herido, en más de un sentido. Empujó a su mejilla, con ganas de sentir la fuerte picazón, quemando justo bajo la superficie. Tenía que encontrarla. Traerla de vuelta. Tomar el control de ella y en el proceso, de él mismo. »¿Era esa la única razón por la que la quería de vuelta?». Pensó en su suave cuerpo apretado contra el suyo, su brazo alrededor de su cintura.La había dejado ir, lo había hecho a través de su propia estupidez, pero la dejó ir. Y en todo lo que podía pensar era que ella ni siquiera había mirado atrás. Sólo huyo... de él. Casi no quería encontrarla, pero no podía parar hasta que lo hiciera. No iba a fallar de nuevo. El enfoque y la objetividad sustituyeron a la inquietud y confusión. Era el momento de hacer una visita al camarero.***Después de que Naruto había dejado el bar, me había negado a dejar mi escondite bajo el mostrador durante más de una hora. Al menos yo pensaba que había pasado tanto tiempo, mi sentido del tiempo era probablemente mayor. Eso era lo que te hacía el pasar semanas secuestrada en una habitación oscura. Finalmente, el gigante que se hacía llamar Kimimaru me había levantado por el brazo y me sacudió hasta que detuvo la histeria.Cuando me calmé, le pregunté:—¿Por qué me estás ayudando?Él sólo me frunció el ceño.—Porque parece que te vendría bien un montón de ayuda. Y eres Americana.Me llevó afuera donde el camarero, Nawaki, esperaba en un viejo y oxidado camión azul bebé de origen indefinido. Tenía miedo de entrar al camión. No sabía a dónde planeaban llevarme, o lo que pensaban hacer conmigo una vez me tuvieran donde querían. Sólo sabía que Kimimaru me había dicho que estaría a salvo y él me ayudaría. Si hubiera habido más opciones, me habría mantenido lo más lejos posible del sucio motociclista. El hecho era este: no tenía mejores opciones, y él lo sabía. Así que me metí en el camión.Sólo nos llevó unos quince minutos llegar a una pequeña choza de cemento. Mierda. Mi miedo nunca disminuyó, incluso subió varios puntos al mirar alrededor, me forcé a mí misma a seguir mirando, atenta. Lista para correr. Una alambrada rodeaba la estructura y de hecho unos pocos pollos andaban picoteando sin rumbo en el suelo. El aire era pesado con el olor del calor y excrementos de animales. Sin embargo, había una sensación "acogedora" en el viejo y destartalado edificio. Había un triciclo de un niño tirado de lado junto a la casa, uno de los pollos picoteaba el asiento roto.—¿Qué hacemos aquí? —le pregunté. Me sentí estúpida, pero esperanzada. Esperanzada de que pronto iríamos hacia la frontera. Por un milagro o una intervención de Dios. Me conformaría con un teléfono. Esperaba demasiado, y de un extraño. Estaba cansada de conocer gente nueva.—Necesitamos cambiarnos de ropa. Además Nawaki tiene un teléfono que podemos usar para hacer nuestros arreglos.Me sentí triunfante al saber de la existencia de un teléfono, pero luego encaje el resto de sus palabras.—¿Qué arreglos? —La sensación de malestar que sentía se duplicó. El pánico rápidamente hundiéndome.Kimimaru bufó.—Como dicen cariño: culo, hierba, o efectivo, nadie se lo monta gratis. Y ya que no tienes hierba y prefiero efectivo a culo... creo que sabes a dónde voy con esto.Mi corazón saltó a toda marcha, golpeando fuertemente en latidos entrecortados en mis oídos: boom—boom—boom.—¿De cuánto dinero estamos hablando? —No quería confesar cuan jodidamente estaba mi familia. Ciertamente no quería tener que pagar con mi culo, pero según lo que Nartuo había estado hablando mi padre estaba involucrado en esto.—¿Una pequeña cosita linda como tú? Yo diría que vales al menos cien mil dólares para alguien. —Casi vomito con el vuelco que dio mi estómago ante sus palabras. Mi familia tenía más que esa cantidad de dinero, pero no quería involucrarlos. La única persona que sabía que podría tener esa cantidad de efectivo era Hinata, pero no era suyo para darlo ¿verdad? Pertenecía a sus padres y apenas sabía de ellos. Hinata siempre estaba sola en esa casa grande. La desesperación me atravesó. Por escapar, sólo por esto. Me quedé mirando a Kimimaru. Sentí una gran frustración desatándose dentro de mí, tratando de salir. Luchar o huir. Estaba por hacer ambas.—¿Y si no? —le susurré en voz baja, en realidad no quería saber la respuesta, pero tenía que hacer la pregunta porque era un resultado probable—. ¿Crees que valgo tanto para alguien?Él me miró y sonrió.—Oh, estoy seguro de que lo vales al menos para tu chico rubio. —Me miró de arriba abajo, despacio, lascivamente, y me sonríe ampliamente—. ¿No lo crees, cariño? —Me tragué la bilis en ese momento. ¿Dónde estaba el camarero? ¿Dónde había ido? ¿Acaso importaba?Agarró mi brazo envolviéndolo con su mano carnosa, sudorosa y me arrastró tras él. Mientras luchaba por soltarme. No se lo iba a poner fácil. Se rió de mí todo el camino y yo sabía que me hacía más daño a mí misma, que a él.La casa se conservaba mejor por dentro que por fuera. Incluso había fotos en las paredes de cemento, en su mayoría pinturas religiosas. Justo en frente de mí, a través de la pequeña sala había un sofá cubierto de plástico y sobre él una imagen de Cristo en la cruz, con su expresión de dolor, las lagrimas de sangre corriendo por su rostro mientras miraba hacia el cielo preguntándose por qué Dios lo había abandonado. Yo podría hacerme la misma pregunta. Había escapado del Diablo y aún no sabía porque, lo que sí sabía era que me iba a costar cien grandes, o tal vez mucho más.—¿Dónde está el teléfono? —pregunté con voz ronca, al borde de las lágrimas. Aspiré el aire caliente y la desesperación. Oré porque la familia de Hinata me ayudara. No estaba segura de que tan grandes eran las posibilidades de que eso pasara, si me creerían, y mucho menos si me ayudarían. ¿Llamarían a la policía? ¿Me colgarían? Kimimaru señaló el extremo del sofá donde había un viejo teléfono giratorio, mi salvavidas, esperando que hiciera la llamada más importante de mi vida.***No había sido muy difícil averiguar dónde vivía el camarero, sólo fue cuestión de esperar que los clientes habituales llegaran al bar y luego empezar a repartir muchos billetes americanos. Todos los ciudadanos de los países polvorientos entendían el valor del dólar. El dinero estadounidense representaba una vida americana, una oportunidad de perseguir un futuro mejor del que tenían destinado. Un futuro por el que valía la pena robar, matar y vender el alma de uno. Naruto no pudo evitar reírse de lo fácil que había sido encontrarla. Él le había dicho que la encontraría y lo decía en serio. Una vez más, no lo había escuchado.En lugar de eso, Naruto había logrado con éxito su objetivo. Había en él un sentimiento de victoria. Pero también había algo más. Conflicto. Siempre se encontraba en conflicto cuando se trataba de ella. ¿Qué haría cuando la volviera a ver? ¿Golpearla? ¿Gritarle? ¿Azotarla hasta que llorara y rogara misericordia o cubrirla de besos causaría el mismo efecto? Con ella nunca sabía, no hasta que el momento lo absorbía, controlándolo.Volvió a la plantación, sin ninguna prisa por recoger su premio. Victoria y rabia aparte, no iba a disfrutar de nada de lo que tendría que hacer a continuación. Esperaba que el camarero no tuviera familia. Esperaba recuperar a su Cerezo sin demasiada agitación. Esperaba no tener que matar a nadie. Sin embargo, dudaba de cada uno de estos escenarios. Así que siguió caminando. Sin prisa.Mientras escuchaba la tierra caliente crujir bajo sus botas, se quedó mirando el paisaje del pueblo. No mucho más allá, estaba la ciudad. Ahí estaba ella, en una de las muchas casas construidas en arena, arcilla y cal, sudando bajo un techo de lata oxidada. Había cientos de ellas, levantándose ante él en el horizonte, pero no importaba. La ciudad podía parecer grande, pero era muy pequeña para todo lo que importaba. La pobreza generaba desesperación, la desesperación daba paso a la corrupción y la corrupción le garantizaba un refugio seguro. No importaba lo que pasara esta noche, Naruto regresaría y no lo haría con las manos vacías.El talón de su bota golpeo fuertemente el suelo. Ella nunca miró atrás. Ni una sola vez. Simplemente había huido de él. Su ira se levantó.—¿Me siento con suerte? Sí Cerezo, me siento muy afortunado. —Siguió caminando. Era mejor golpear mientras su ira estaba caliente y su pasión fría como el hielo.***El sol caía sobre mis hombros, aunque era de tarde. El polvo cubría mi cuerpo de la cabeza a los pies y me llenaba la boca mientras íbamos por la carretera en la motocicleta de Kimimaru. Nawaki me había dado uno de los vestidos de su mujer. Por desgracia, era un poco más alta que la mujer y el vestido no le quedaba mejor que un camisón. Pero era negro y eso era bueno. Me había puesto la chaqueta de Naruto sobre el vestido. Era el único consuelo que tenía frente a lo que se avecinaba.Hinata venía por mí. O por lo menos había prometido que lo haría. En el momento que escuché su voz, había estallado en lágrimas de alivio y alegría pura. Ella también lloró. A través de la conexión granulada, escuche como me decía con voz tensa que nunca creyó que yo hubiera huido, no sin ella. También dejó en claro que mis padres no tenían tanta fe en mí.De hecho, hicieron a Hinata totalmente responsable de mi desaparición, exigiendole a la policía que la interrogaran y la obligaran a confesar mi paradero. Cuando eso no dio resultados, porque no había ninguna indicación de nada turbio y yo tenía dieciocho años, Mi madre le había gritado a Hinata, llamándola puta y egoísta. A mí me había dicho cosas peores. Mi corazón se hundió en mi estómago, extinguiendo un poco mi alegría. Tal vez Naruto había tenido razón. Sin embargo, Hinata me aseguró que todo estaría bien, que llamaría a mi madre y le explicaría. Le dije que no se moleste. Ella no había dado una mierda por mí. De alguna manera, en este momento, me importaba un carajo. Sólo quería vivir. Quería salir de este infierno.Lo que necesitaba era efectivo, mucho. Cien grandes para ser exactos.—¡Santa mierda Sakura! ¿Cómo se supone que obtendré esa cantidad de dinero? Mis padres están en un crucero en estos momentos. —Eso no era lo que necesitaba escuchar. Había mirado a Kimimaru y Nawaki, uno de ellos me miraba expectante, y el otro mantenía el ojo en la puerta. Me gustaría que en el bar hubiera estado sólo Nawaki, que parecía más influenciable, pero de nuevo, también él dejó que me capturaran.—Necesito ese dinero Hinata. Por favor —dije, con voz aguda y casi un chillido—. No sé lo que van a hacer conmigo. —Eso la silenció y estaba en medio de decirme algo cuando Kimimaru tomó el auricular y le hizo saber claramente lo que haría conmigo si no venía. Últimamente terminaba siendo propiedad de alguien a donde quiera que fuera.Me miró. «Debería haber llamado a la policía», pensé, mirándolo. Especialmente en un país pobre y con problemas de drogas como México. Tenía que elegir entre malo, peor e insoportable. No era una elección en absoluto.—Nos vamos, ahora.No me molesté en preguntar a dónde. Condujimos, demasiado rápido para considerar saltar pero aun tenía una pequeña esperanza de que este jodido plan funcionara, y me gustaría ser libre. Cuando la motocicleta de Kimimaru empezó a disminuir la velocidad, mi corazón se aceleró.Nos dirigíamos hacia Chihuahua. Hinata nos encontraría allí mañana por la noche con el dinero. Cómo lo haría, no tenía ni idea. Lo que era peor, no sabía si podría hacerlo. Sólo sabía que ella le había dicho a Kimimaru que estaría allí con el dinero. Si era un farol, no importaba, ganaba tiempo. Primero tuvimos que hacer una parada y recoger al resto de la «pandilla» de Kimimaru. No estaba nada emocionada de conocer a más gente como Kimimaru, pero como de costumbre no tenía otra opción. Tiré de la chaqueta de Naruto más cerca de mi cuerpo.Viajando más lentamente, su olor flotó hasta mi nariz llevando mis pensamientos hacia él. ¿Qué pasaría ahora? ¿Estaba buscándome? ¿Y por qué la idea me llenaba tanto de una sensación de temor como de esperanza? ¿Esperanza de qué? Por un momento, deseé estar en la cama junto a él, dándole la oportunidad de ser amable. Tal vez me hubiera dejado ir con el tiempo. Parpadeé con fuerza. «Hiciste lo correcto Sakura. Esto puede funcionar, puedes lograrlo».A medida que nos acercábamos a una casa en ruinas, escuché voces riendo, gritando, y charlando mientras la música rock a todo volumen llenaba el aire. Me tambaleé y casi caigo al bar de la moto. Kimimaru se echó a reír mientras se dirigía a la puerta.—Ten cuidado pequeña, no querrás tener la moto cayendo sobre ti. –No lo creí malditamente divertido.Abrió la puerta de la casa y dejó escapar algo más abrumador que la música, el olor de la marihuana. Me quedé fuera un momento, lamentando cada decisión que había tomado para llegar aquí, y luego entré por la puerta. Toda la conversación se detuvo. Nueve motociclistas, entre ellos una mujer joven, se volvieron a mirarme. Me tensé ante su descarado escrutinio, la mayoría de ellos confundidos, y algunos aparentemente curiosos.—Todo el mundo, esta es Saruka —me presento Kimimaru, sonando alegre y en su cabeza seguramente contando su dinero. Decidí usar un nombre falso, por la sencilla razón de que no quería que nadie supiera el verdadero. —Nadie joda con ella —me miró lascivamente—, a menos que ella quiera. —Se hizo un tenso silencio, a excepción de la versión larga de November Rain que salía a través de los altavoces de mierda del estéreo portátil. Me encogí más en la chaqueta de Naruto, aspirando nuevamente su reconfortante olor, otra decisión que lamento. Toda esta maldita cosa era una retorcida ironía. Kimimaru se volvió hacia mí, para terminar las presentaciones.—Saruka estos son Sakon, Ukon, Jirobo, Kidomaru, y su perra Tayuya.¿A quién mierda le importa? Estoy segura de que a mí no. Los miro fijamente con expresión vacía, sin ver a ninguno de ellos.Tayuya me da una mirada insidiosa, como si yo acabara de saludarla llamándola puta.No dije nada. Crecer en la pobreza y en LA me había enseñado algo. No mostrarse débil, pero no debía mirar demasiado desafiante o alguien podría tomárselo como un reto. Y joderme. Eché un vistazo alrededor, manteniendo la mirada por un instante antes de apartarla, sin responder y sólo asintiendo brevemente en reconocimiento. Deseé que Naruto me hubiera enseñado algo más valioso que el soportar una mano fuerte en mi culo. Casi me reí, sintiendo un momento de histeria, y me mordí la lengua. No iba a enloquecer, no cuando tenía que estar alerta.—Tayuya, ¿por qué no acompañas a Saruka y le consigues algo de comer antes de que empaquemos y salgamos? Quiero llegar a Chihuahua antes del anochecer.Tayuya le rodó los ojos a Kimimaru y luego me miró un momento antes de decir:—Bueno, vamos.Tayuya y yo nos dirigimos por un corto pasillo a otra pequeña habitación. Dentro, unos pocos colchones de aire sucios y pequeños montones de ropa que parecían hacer las veces de sabanas y almohadas, estaban alineados en el suelo. Ella enojada pateó la ropa fuera de su camino y se dirigió hacia un rincón de la habitación donde había una cama cubierta de ropa, maquillaje, laca para el cabello y envoltorios individuales de condones. Aparté la vista, sin decir nada.—Escúchame chica. Será mejor que me pagues por la comida o la sustituyas, porque no tengo dinero para andar tirándolo en nadie. —No dije nada, sólo la miré aturdida. Sería demasiado esperar que nos mantuviésemos unidas entre mujeres o que me mostrara un poco de simpatía. Me di cuenta de que pedía demasiado. Naruto me había enseñado a no esperar simpatía, aunque me había mostrado un poco de vez en cuando. O al menos eso había parecido teniendo en cuenta la fuente. Tenía que dejar de pensar en ese hijo de puta.Ella tomó un par pantalones cortos de jean y me los pasó junto con un ligero top de cuero atado al frente. No pude evitarlo, hice una mueca ante el atuendo de prostituta. De repente, sentí un golpe directo al pecho y una pequeña pila de bocadillos cayó a mis pies. Apreté los dientes. Ella respondió con una mueca de desprecio. Perra. Tomé la bolsa de papas fritas y dos barras de proteína. Sí, me aseguraría de que obtuviese el reembolso por estas delicias. Mantuvo los labios apretados mientras pateaba otro montón de ropa hacia la esquina.—Bueno, ¿te vas a quedar parada ahí o vas a sentarte a comer?La miré con incredulidad. Luego se escucharon gritos provenientes de la otra habitación.—¿¡¿Te has vuelto jodidamente loco?!?Surgió una erupción de muchas voces.—Traer a esa perra aquí fue un error hombre —dijo alguien.—Jesucristo, Kimimaru, debes deshacerte de ella mientras puedas —dijo otro.—¿Cuándo te convertiste en un marica? —dijo Kimimaru.—¿Qué está pasando? —preguntó Tayuya clavando sus ojos en mí como dagas. Miré hacia el suelo. Ella me agarró del codo, apretando y fácilmente me empujó fuera de la habitación antes de ir a unirse a la discusión. Cuando Kimimaru contó la verdadera historia, los gritos se intensificaron. Siguieron discutiendo por unos cuarenta y cinco minutos hasta que llegaron aun acuerdo.Tayuya volvió, furiosa. He encontrado un rincón para esconderme mientras llenan la habitación, no queriendo que ninguno me vea y comience a gritarme. Los miré, sin sentir nada, aprender sus nombres no era lo único que no me importaba. Me sentía tan cansada y asustada. Yo quería... no estaba segura de lo que quería. El miedo y el terror me habían drenado, consumiendo mi energía y mis esperanzas. Desesperación dentro, esperanzas fuera. Repetir. Repetir.—Vamos Kid, sólo larguémonos. —Escuché a Tayuya. Levanté la mirada hacia la pareja que peleaba. Por la forma en que se aferraba a él, asumí que era el novio.—Tú sabes que no puedo hacer eso, no puedo dejar a Kimimaru solo. Además, no le tengo miedo a ningún maldito pervertido. Déjalo que venga, pondremos a ese hijo de puta abajo para siempre.Siguieron discutiendo.—Bebé por favor, solo vámonos.Después de unos momentos de tensión Kidomaru respondió:—No.—Bien —dijo tranquilamente, furiosa. Y entonces salió de la habitación.Cuando todo estuvo dicho y hecho. Tuve que admitir que no parecían los tipos más agradables del mundo y ya sabía que Tayuya era una tremenda perra, pero al menos me dirigía a casa por la mañana. Decidieron pasar la noche.Era tarde, no sabía la hora, pero estaba oscuro. Me quedé en mi rincón por un largo tiempo mientras todos se sentaban a beber cerveza y a reír a carcajadas. Creo que me senté allí durante tanto tiempo que pueden haberse olvidado que estaba allí. Nadie durmió, y yo no podía soportar nada. Sólo esperaba que cayera la noche, sentada en mi rincón, escuchando el tiempo pasar. Pero esperando algo, no tenía idea.***Rescatada. Ella había sido rescatada. La familia de Nawaki estaba acurrucada en un rincón, Nawaki era sólo un cuerpo inerte, respiraba superficialmente, pero todavía estaba vivo. El hijo de puta iba a conseguir una parte rescate por ayudar a contrabandear lo que era suyo.Lanzó una mirada en su dirección y al instante reconoció la mirada de súplica lastimosa en el rostro de la mujer. Su Cerezo lo miraba de esa manera cuando tenía terror de lo que haría a continuación. De alguna manera, se imaginó que esa mirada lo había suavizado. Mientras seguía mirando a la esposa de Nawaki, algo dentro de él retorció y tuvo que apartar la mirada. Había hecho bien en venir solo. También fue bueno que la esposa de Nawaki y su hijo estuvieran en casa con él. Eran la razón por la que Nawaki seguía viviendo. Él nunca mataría a un hombre frente a su hijo, pero Deidara y el resto lo harían con mucho gusto.Naruto se acercó a una mesa de café y tomó un lápiz corto y un bloc de papel que descansaban junto al teléfono. Cerezo había usado ese teléfono, hoy. Había tocado todas estas cosas, pero allí no había ni rastro de ella. Pensó en su olor, todavía impregnado en la almohada de su cama, un poco de su cabello también. En el momento en que había sentido rabia, ahora...Dejó caer el lápiz y la libreta al lado de Nawaki.—Direcciones. ¡Ahora! —Nawaki balbuceo y lloró, baba sangrienta goteaba de su boca mientras obligaba a sus temblorosos dedos a escribir. Naruto lo miraba desapasionadamente. Rescatada. Si estaban reteniéndola mientras esperaban el rescate, y no se preocupaban por la ley, tratando de devolverla a los EE.UU. ¿Qué podían estar haciendo con ella en este momento? La furia rugió a través de él, y luchó contra el impulso de descargarla sobre Nawaki.Las emociones sólo eran útiles para controlar, sobrevivir y tener éxito. Al parecer, estaba reaprendiendo lecciones que creía ya tener dominadas. Naruto recogió el trozo de papel lleno de sangre. El motociclista no estaba muy lejos, pero también sabía que no podía ir solo. Tendría que volver a la casa y recoger a los chicos y a unos cuantos hombres más, junto con las armas. Los motociclistas estaban armados. Para su sorpresa, no era su propia seguridad lo que le preocupaba. Esa chica, esa maldita estúpida chica. Tenía que recuperarla.Naruto no podía esperar para encontrarse con los motociclistas.***Me levanté y corrí al baño a vomitar. Oí sus risas en el fondo y a Jirobo diciéndoles que eran unos gilipollas. Mis brazos se envolvieron alrededor de la tapa del inodoro, y probablemente tocando orina, pero sin comida en mi estómago y drogada por los vapores de la pipa, realmente no podía hacer mucho al respecto.Seguían riéndose de mí. Imbéciles. Nunca debí bajar la guardia. Nunca debí haber confiado en nadie. Debería haber huido de Kimimaru, y definitivamente no debería haber caído dormida en el cuarto de baño. Pero las nauseas y las arcadas secas me habían desgastado y estaba agotada. Y drogada.Al principio, simplemente comencé a sentirme salida, mi piel se sentía caliente y era agradable. Un pequeño hormigueo se extendió a través de mi cuerpo y me estiré. Mis pensamientos se sentían líquidos y surrealistas, como si nada fuera real, como si estuviera cayendo, pero se sentía bien caer, y así lo hice. Me sentía arropada. Entonces la suavidad se convirtió en calor caliente e incómodo. Alcé de golpe mi confundido cuerpo. «Mi cabeza zumbando». Mis ojos empezaron a parpadear, pero no pude abrirlos completamente y de repente sentí la extraña sensación de mis pezones siendo tironeados a través de mi vestido por algo contundente pero firme.Instintivamente, me empuje fuera de la presión de esas manos. Cuando me di cuenta de que era alguien, empujé con mis aletargados y débiles brazos y luego traté de protestar, de gritar fuertemente pero mi cabeza se sentía enorme y mi lengua se sentía como muerta en mi boca. Cuando sentí una boca en mi pecho, chupando, un grito escapó de mis labios. Y finalmente pude atravesar la bruma. Y me desperté.—Shhh, no quiero despertar a todo el mundo. —Era una voz femenina, Tayuya. ¿Qué... coño... pasaba? Traté de gritar, pero una mano me cubrió la boca. Era demasiado pesada y grande para pertenecerle a Tayuya. Traté de gritar más fuerte, más allá de la mano. Y aún así, oí otra voz. Eran tres. ¿Pero quiénes? Estaba demasiado oscuro para saberlo.—Apresúrate hombre, está despertando. —Agité mis brazos salvajemente, sorprendiéndome cuando unas manos femeninas los agarraron y los presionaron hacia abajo. La tela fue desgarrada y de repente mi pecho quedó al descubierto. El hombre encima de mí no perdió tiempo para tomar mi pecho en su boca, arañándome su barba incipiente. Con su mano libre, tiró de mi vestido, tratando de subirlo. Lo pateé salvajemente, pero se abrió paso entre mis piernas y su pecho desnudo se extendió sobre el mío.—No seas tímida bebé, sé lo que eres. Eres una puta ¿no? —Y luego dejó escapar la risa aguda que finalmente revelo su identidad. Sakon.—Dale la vuelta —dijo el otro hombre.—No puedo hombre, si muevo la mano va a empezar a gritar.—No seas tan malditamente maricón tío, te dejaré ir primero, tráela aquí.Con los ojos abiertos y algo adaptados a la oscuridad, vi con horror como Sakon agarraba su camisa que estaba cerca y la metía en mi boca mientras Ukon me empujaba hacia delante sobre el pecho de Sakon, haciéndome quedar a horcajadas sobre él. Mis brazos, fueron sujetados en mi espalda sin representar resistencia alguna. Yo lloraba y gritaba lastimeramente, pero mis gritos caían en oídos sordos.—¿Por qué los dejas hacer esto? —le grité a Tayuya que a pesar de la camisa que tenía en la boca seguramente me entendía. Se veía aterrada, pero su pánico parecía provenir de la rabia o la excitación. Sus ojos lucían salvajes, frenéticos. Disfrutaba tanto como los hombres.Sakon se tumbó de espaldas en el suelo con mis brazos sujetos en una posición insoportablemente incómoda. Mi mente despejada, destelló con horribles escenarios que no hicieron nada para ayudarme a encontrarle una salida a esta situación. Detrás de mí, Ukon se bajó los pantalones y presionó su pene contra mí, buscando una forma de entrar.—Oh dios te sientes bien nena. —Me empujé lo mas lejos de él que pude y tense tanto mis brazos que casi parecía que se me iban a desprender. Mi lucha sólo sirvió para curvarme más incómodamente.Finalmente, logré sacar la tela de mi boca y en un rápido movimiento mordí el hombro de Sakon con tanta fuerza que su sangre chorreó en mi boca. Rugió y me sacudió la cabeza. Al momento siguiente volé por el aire, aterricé golpeándome las costillas contra el inodoro.—¿Qué diablos? ¿Qué carajo? ¿Qué diablos? —gritó Ukon una y otra vez mientras Sakon seguía gritando y maldiciendo.—¡Maldita perra! —gritó Ukon. Me agarró del pelo y oí el horrible crujido de su puño conectando con mi rostro. Me atraganté con mi sangre y la suya.—Oh dios hombre, ¿qué demonios estás haciendo? —gritó Tayuya finalmente.Pero no pudo hacer nada para detener a su compañero de patearme repetidamente en las costillas. Expulsé mi aliento y todo lo que pude escuchar fue Crack. Crack. Crack.Los gritos y aullidos provenientes del cuarto de baño debían haber asustado a todos en la casa, porque la puerta se abrió de golpe.—¡Oh, Dios mío! —gritó Kidomaru.—Maldito idiota, ¿qué hiciste? —vocifero Kimimaru. Entonces no recuerdo nada más porque mi cuerpo empezó a estremecerse, y me dejé ir a la deriva.
mariland- Clan Suzaku
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En mi pequeño mundo feliz
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Gracias por los que siguen la historia, debo aceptar que me gustaria mas comentarios, ya sea Buenos o malos, la cuestion esta en que se que la historia puede ser algo fuerte pero todo se torna a mejorar
mariland- Clan Suzaku
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En mi pequeño mundo feliz
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
¡¡¡Me encanta como escribes mariland!!!
Ya quiero ver como Naruto y sus "aliados" destrozarán la sonrisa de esos tarados... pinches malandros como se atrevieron a tocar a Sakura Chan!!!
Describes esas escenas con mucha facilidad y logras hacer que tus lectores nos metamos en la historia
Me quedo la duda del como hará Hinata para conseguir ese dinero... yo creo que si fue una trampa para llamar a la policia pero bueno
Espero tu continuación
Ya quiero ver como Naruto y sus "aliados" destrozarán la sonrisa de esos tarados... pinches malandros como se atrevieron a tocar a Sakura Chan!!!
Describes esas escenas con mucha facilidad y logras hacer que tus lectores nos metamos en la historia
Me quedo la duda del como hará Hinata para conseguir ese dinero... yo creo que si fue una trampa para llamar a la policia pero bueno
Espero tu continuación
Kaoru Dono- Clan Genbu
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
pobre sakura esta pagando todos los pecados de su padre primero la secuestran, maltratan cuando logra escapar, la drogan e intentan violarla lo unico que me agrado fue que mordiera al maldito de sakon ahora que pasara con ella después de semejante golpiza además quiero saber que hará narutito con ellos cuando se entere espero pongas rápido la continuación va a ser muy emocionante la próxima por lo que veo.
aduzumaki- Sennin
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Omnipresente :D
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
OMG!!,ese desgraciado!!,como se atreve a tocar a Sakurita!?...Mariland!!,sorry,andaba perdida en el tiempo y en el espacio (?),pero de todas formas sabes que amo la historia xDDD,Sakura debe admitir,que extraña aunque sea un pizca a Naruto :3....estoy traumada,todo por lo que ha pasado la pobre,espero conti ansiosisisisisimaaa!!! *w*....no te tardes por fis T.T...cuidate mucho,Saludos!!bye^^
BlancaPHNS- Clan Genbu
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Edad : 24
En una luz tan oscura, que quema
3100
Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Cuando el Infierno Despierta
Capitulo XII
- Cuando el Infierno Despierta:
- Sangre. Montones de ella. Se mezclaba con el fino polvo del piso y creó una mezcla en la boca del muchacho. Él lloró. Nunca había sido golpeado con tanta fuerza. Encima de él el hombre extraño gritaba otra vez, pero él no entendía. Las palabras eran demasiado rápidas para encajarlas juntas y aún si no lo fueran, nunca había escuchado esa clase de palabras antes. Quería irse a casa.Cerró los ojos y durante un momento, estaba allí. Estaba en los brazos de su madre que lo acariciaba y besaba su cuello, haciéndolo reír tontamente. Él era su «Guapo Hombrecito». Sus pequeñas piernas se agitaban mientras chillaba de risa, pero su madre lo sostenía con fuerza, no lo dejaría caer. Las lágrimas quemaban sus ojos. Quemaban todo.—¡Kyuby —dijo el hombre. El muchacho conocía esa palabra, era lo que el hombre siempre decía cuando él lloraba o gritaba. El muchacho se forzó en cerrar la boca, tratando de respirar por la nariz y tragar la sangre que le escurría por la garganta debido a ello. Ya no estaba hambriento. Su barriga estaba llena de la sangre ahora.Su hambre lo había llevado a esto. Cada mañana Mizuki colocaba una cantidad escasa del pan sin levadura y agua en una pequeña mesa en el cuarto, observando a los muchachos maliciosamente mientras se marchaba. Había seis de ellos en total; dos ingleses, un español, dos árabes, y el muchacho.Al principio lo compartían en medidas iguales, pero cuando los días pasaron y el hambre aumentaba, se convirtió en una batalla que terminaba con la barriga llena de uno o dos, y la nariz sangrienta para aquellos que desafiaron. El muchacho era el vencedor de tales batallas a menudo, pero en más de una ocasión la fuerza colectiva de los demás era usada para robarle su botín. Tal había sido el caso ese día.Cuando olfateó la comida, no había sido capaz de controlarse. Habían sido dos días desde su última comida ganada. El agua había estado caliente y el pan frío, pero él había saboreado todo esto muy rápidamente. No lo suficiente. El plato en la mesa tenía muchas cosas, él creyó haber olido pollo. Todavía era lo bastante joven para creer que toda la carne «era pollo». Se sentó en la pequeña mesa y recogió la carne. Quemó su boca, pero no le importó, el hormigueo que infundía un cosquilleo a sus labios, lengua y garganta no era lo suficiente para reducir la delicia de su comida robada.El muchacho no había visto venir el golpe. Un momento tenía la boca llena del delicioso pollo y al siguiente, sangre y suciedad. No supo con qué había sido golpeado. No supo realmente por qué, solo que no lo haría otra vez.Algo caliente y mojado chocó con un lado de su cara. Sus ojos estaban realmente en llamas ahora. Sus pequeñas manos frotaron sus ojos pero eso solo empeoró las cosas. Él gritó, gorjeando los sonidos que burbujeaban de la sangre que llenaba su garganta. Aún, en la fuerza de su agonía, podía saborear la sabrosa comida que se deslizaba en su boca. Él tragó. Cerró los ojos fuertemente contra el dolor ardiente de las especias de la comida que caía de su pelo y a través de su cara en su boca. Quemaba dos veces más que antes porque había heridas abiertas en su boca. Pero, por lo visto, él estaba aún demasiado hambriento para preocuparse.Kyuby, el hombre seguía llamándole, luego lo agarró por la nuca y lo arrastró a través del suelo mientras se esforzaba por gatear con manos y rodillas.El muchacho lloró. Gritó. Rogando por su madre. Ella nunca vino. Él la odió.***El aire era espeso. Tangible. Lleno de un entusiasmo de toda consumación de las cosas por venir. Ella no estaba lejos. Sus dedos se enroscaron más fuerte alrededor del volante del SUV. Acariciarla, o ¿estrangularla? Todavía no sabía. Solo sabía que quería sus manos en ella. Agarró el volante más fuerte y pisó el acelerador. Deidara le dio una mirada perpleja desde el asiento del pasajero. Que se joda.—¿Cómo se escapó? —inculpó Deidara. Naruto le dio una mirada que esperaba pudiera asesinarlo donde estaba sentado. Deidara solo sonrió—. Ella debe ser buena. Tengo ganas de probarla después de que Pein se entere que esta arruinada.Naruto no dijo nada, se enfocaba en cambio en controlar la rabia que corría desenfrenada por sus venas. Este tiempo era crucial. Todavía no sabía el objetivo de Pein para Deidara y reaccionar solo iba a darle crédito a cosas que no eran verdad. La lealtad de Naruto permaneció intacta, aún si su determinación había vacilado por una fracción de tiempo.—Tócala y te cortaré las manos —crispó. Estúpido—. Ya llegamos.Naruto aparcó el SUV a una distancia de su objetivo. La casa no había sido difícil de localizar. Era la única con las luces encendidas y música estridente. Aún así, no quiso arriesgarse a perder el elemento sorpresa. «Atacarlo donde no está preparado, aparecer donde no es esperado». Una de las primeras lecciones del Sun Tzu, El Arte de la guerra.El segundo coche que contenía a los primos de Deidara se detuvo detrás de ellos y apagó el motor. Los tres hombres salieron del vehículo e inmediatamente caminaron a la parte trasera del SUV para recuperar sus armas.La mano de Naruto buscaba su revólver S&W Modelo 29 con sus poderosos cartuchos magnum 44; era suficiente para hacer estallar un agujero en la puerta. O un rostro. Lo que sea. Miró a Deidara, resistiendo el impulso de pegarle un tiro en la cabeza y terminar con esto, pero logró contenerse. Deidara todavía tenía algunos usos.Naruto miró el revólver. No lo había disparado en mucho tiempo, pero una familiar sensación ya le caminaba por los dedos, subía al brazo, extendiéndose por el pecho y obligaba al corazón a acelerarse. Su cabeza nadó en la adrenalina, y tres pies por debajo eso le crecía semi-erecto con la idea de matar y recuperar lo que por derecho era suyo.Deidara comprobó su AK-47 y Naruto observó como acariciaba el arma. Entendía a Deidara de una manera que raramente hacía. El deseo de sangre y ese entendimiento compartido, el que hubiera cualquier cosa en común entre ellos, le hizo sentir repugnancia. Deidara resopló y escupió en la tierra cerca de los pies de Naruto. Naruto trazó su arma, comprobando su funcionalidad y miró a Deidara. Ambos curvearon los dedos alrededor del gatillo de sus armas.—¿Bien? —desafió Deidara, cuando Naruto no dijo nada continuó—. Vamos a recuperar a tu pequeña puta.Él no tenía miedo. El miedo estaba reservado para aquellos que tenían algo por lo que vivir. Estaba muy por arriba del miedo. Mientras su mirada repasaba de Deidara a sus primos, se los hizo ver. Les dejó ver que no había nada dentro, y cada hombre esquivó la mirada, escondiendo su propio miedo. Deidara se mofó. Naruto les dio la espalda, su modo de dejarles saber quién tenía el control total, y que lo siguieran.El maletero fue cerrado con un suave clic, pero para Naruto había explotado, una sensación cortando a través de él. No miró hacia atrás. Al final Deidara y sus hombres le siguieron. Sus pasos crujiendo contra la tierra, el piso empedrado resonaba en la calma inhóspita del antes del amanecer. Más allá las luces aumentaban, la música más alta y finalmente Naruto escuchó voces. Voces fuertes, enojadas, histéricas.Algo iba mal. Algo iba muy mal y otra vez, la sensación extraña se agitaba y brotaba. Su corazón trastabilló. Sus pasos vacilaron e hizo una pausa para recobrar el control. Una respiración profunda, tranquila. Otra. Y otra. Un sonido, femenino y enojado se desplazó por la distancia. Antes de saberlo, corrió. Los hombres le siguieron silenciosamente detrás.Naruto se frenó en corto mientras se acercaba de modo que ninguno dentro se percatara siquiera de que ellos estaban allí. Se puso a cubierto bajo una pequeña ventana.—¡Eres tan idiota! ¿Qué demonios se supone que haremos con ella ahora? —gritó un hombre dentro. El corazón de Naruto golpeaba en su pecho y se volvió casi sordo por el sonido atronador en sus oídos. Luchó por controlar su respiración. ¿Qué le habían hecho?—¡La perra de mierda me mordió! ¿Qué querías que hiciera? —contestó otro hombre.Naruto con cuidado levantó la cabeza y miró por la ventana. Reconoció al motociclista del bar, el que se hacía llamar Kimimaru. Era un gran hijo de puta y se miraba más mientras se paseaba por la pequeña sala de estar en sus toscas botas de motociclista. Empujó la mano por su largo pelo grasiento y dijo:—¿Qué carajos estabais haciendo allí en primer lugar? Os dije que no os la follaráis.Una mujer pequeña apareció detrás de los dos hombres que discutían. «Basura de la calle», pensó Naruto, demasiado maquillaje y muy poca ropa, y hambrienta, siempre anhelando algo. E imprevisible.—Solo estábamos jugando Kimimaru. Ella fue la que se puso como loca.Kimimaru señaló, con nada más que amenaza en sus ojos.—Manténeos alejados de esa zorra. Yo sé lo que hacíais allí.Naruto trató de calcular cuántos combatientes estaban en la casa por lo que veía y escuchaba. No era una casa enorme, pero lo suficientemente grande y los sonidos eran llevados en un espacio vacío. ¿Y dónde estaba la chica? Le tomaba cada onza de autocontrol permanecer donde estaba. Tenía que saber contra qué se enfrentaba. Si la chica todavía estaba viva tenía que asegurarse que podría llegar a ella antes de que el tiroteo comenzara. «Si ella. Si ella está viva… si ella». Apretó el gatillo. De una cosa estaba seguro, si alguno de ellos la lastimó…El de cabello negro y larguirucho le había hecho algo. Él le había hecho daño, posiblemente la había violado… la mató. Naruto tragó la sequedad en su boca. Iba a matar a ese cabrón y a hacer a la rubia mirar, dándole un anticipo de las cosas a venir.—Vete a la mierda Kimimaru —replicó el rubio—, culpa a Akon y a Sukon, ellos eran los que no podían mantener la verga en sus pantalones. No. Yo.Naruto se mordió el interior de la boca hasta que probó sangre. Los hombres detrás de él cambiaron sus pies en el suelo mientras esperaban a que Naruto diera la señal.—Esta es la única entrada —susurró Deidara, interrumpiendo sus pensamientos asesinos—. ¿Cuántos hay dentro?—Dos hombres y una mujer en la sala de estar, al menos uno más en la parte trasera. Podría haber otros. —Era el momento. La chica podía estar muerta o agonizando y no tenía tiempo para esperar a que surgiera el resto de la pandilla.—Hay cinco motos aquí afuera —indicó Hidan.Naruto dio una cabezada.—Dos ausentes. Deidara, Hidan, los dos irrumpís en la puerta y el resto de nosotros entrará detrás de vosotros. Me dirigiré hacia la parte trasera, encontraré a la chica. —Echó un vistazo a Deidara y el hombre sonrió—. Cuando esto comience, que lo sientan. No quiero que sea rápido.—Por una vez, estamos de acuerdo. —La sonrisa se hizo aún más amplia—. Me gusta este lado de ti Naruto.***El inglés de Mizuki solo consistía en palabras simples y las frases: sí, no, come, duerme, ven, y sexo. Su forma principal de comunicación era usando un palo para golpear el entendimiento en los muchachos, aunque a veces, lo hacía mucho peor.Había otras cosas que continuaron, cosas en las cuales Kyuby se obligó a no pensar. Cuando él era dócil a menudo era premiado con comida, ropa, o regalos de hombres diferentes, y aunque aborrecía lo que hacía para conseguir tales recompensas, había hecho todo lo posible por aguantar. Cuando se negaba, las golpizas que acontecían eran más de lo que algunos hombres adultos podrían resistir.Finalmente, Kyuby creció en años, altura, y belleza. Armado con todo esto, su arrogancia y el ingenio rápido fueron rápidamente algo que seguir. Sabía más árabe que inglés, aunque los muchachos ingleses le ayudaban a mantener un conocimiento rudimentario. Pronto eligió a sus atormentadores, enfrentándolos el uno al otro con la promesa del verdadero afecto, aunque fuera incapaz de darlo. Todavía un niño a los ojos de muchos y tratado con un poco más que crueldad entendía sólo una cosa: supervivencia.Cada noche, cuando se acurrucaba cerca de sus compañeros de sufrimiento en el suelo sucio del burdel donde estaban metidos, recordaba menos y menos el muchacho que había sido. Peor, ya le daba igual. Él era el Perro. Era todo lo que había sido alguna vez. Instinto. Hambre.Siempre estaba hambriento. De comida, de protección, de poder, de más… constantemente más. Incluso aprendió a ansiar el dolor. Significaba que estaba vivo, todavía sobreviviendo. Si pudiera manejar el dolor, controlar su reacción, hacerlo trabajar para él en vez de en su contra, entonces sería libre. Y más que nada, Kyuby tenía hambre de libertad.Mizuki sabía esto. Siempre había sabido de alguna manera. Era la razón de que las otras muchachas y muchachos fueran llamados por nombres atrayentes para persuadir a los clientes mientras él era nombrado Perro. Fue hecho para degradarlo, para arrastrarlo a un lugar donde ya no era humano. Hacerle sentir menos que humano. No funcionó. Cuando Mizuki miraba en sus ojos, Kyuby rechazaba bajarlos. Y un día Mizuki había tenido suficiente.Kyuby sabía que estaba a punto de ser castigado. Se arrodilló en la tierra y estaba inmutable. A Mizuki le encantaba pegarle y él ya no luchaba contra ello. Tenía demasiado orgullo para eso.Apretó los dientes cuando le pidió desnudarse.—¿Va a ser violación entonces? —dijo en árabe perfecto—. Tus amigos saben cuánto te encantan los malditos perros.La cara de Kyuby palpitó con la bofetada que recibió, pero aguantaba en silencio, puños apretados a los costados. Él era libre, se recordaba a sí mismo.Elevó su calma y estabilizó la mirada para encontrarse con los ojos frenéticos de Mizuki , se quitó su thobe. La mirada de Mizuki permaneció maligna, pero ahora el deseo se arremolinó detrás de la rabia. Kyuby casi sonrió. Sí, él era un animal hermoso. Otra bofetada y Kyuby se obligó a alejar la mirada, pero no hacia la tierra, nunca eso.Había ruido detrás de él, quiso mirar, pero no le daría al hijo de puta la satisfacción de picar su curiosidad. No importó, el misterio fue revelado pronto. Un espejo. Mizuki colocó un espejo directamente frente a él. En él vio su porte flaquear. Esto ya era mucho, posiblemente no podría mirar esto. Y aún así, rechazó contemplar el suelo.—¿Qué pasa? —se burló Mizuki—. ¿No te gusta mirar lo hermoso que eres? Vanidad; es la plaga de tu raza entera. Es la razón de creer que mereces todo cuando no mereces nada, menos que nada. La muerte es todo lo que mereces.Kyuby tiró contra cada impulso que corría por su cuerpo. Se dispuso a permanecer de todos modos, podría manejar esto. Podría manejar cualquier cosa.Miz se arrodilló detrás de él y Kéleb dejó de respirar. Lo que sea menos esto. Por favor. Lo que sea. Él cerró los ojos.—Ciérralos y lo haré en serio así nunca podrás hacerlo otra vez.Por primera vez en mucho tiempo, Kyuby casi gimió. Quiso que Kyuby sintiera cada momento del impulso de contraatacar y el momento después de ello cuando se diera cuenta que no podría. Un sollozo finalmente abrió camino y fue obligado a alzar la vista al muchacho del espejo. Él estaba… roto.Kyuby odió al muchacho, odió su debilidad. Furioso arremetió contra el espejo, lo rompió y lo lanzó al suelo. Se lanzó sobre los fragmentos de cristal roto, desenredándose mientras se volvía contra su atormentador. Mizuki se rió, en voz alta. Kyuby voló hacia él, sus dedos sangrando mientras sujetaban el espejo roto.***Una urgencia como ninguna otra que hubiera sentido alguna vez aceleró por sus venas cuando los disparos sonaron y la madera astillada hizo erupción. Rat-tat-tattat. Crujido. Bum. La puerta fue pateada. Pasos acelerados, los suyos. Gañidos sorprendidos y gritos enojados, de adentro.Deidara fue el primero en entrar, su grito de guerrero impresionando a sus víctimas aún más. Para el momento en que Kimimaru pensó en actuar, fue rajado a través de la cara con la culata del arma de Deidara. La sangre rociada por la pared detrás mientras caía al suelo. Primero sangrado, pero no el último.La mujer gritó y corrió veloz hacia el pasillo, gritándole a alguien llamado Kidomaru. Naruto se lanzó después de ella. Detrás de él dos de los primos de Deidara golpeaban al otro motociclista en la sala de estar.La mujer le gritaba a alguien. Había dos puertas delante. Una a la derecha con luz, la otra al frente, la puerta cerrada. Naruto disparó dos tiros a la puerta delante de él. Esta se abrió de golpe y se tiró al piso. ¡Chuk-chuk-Bum! La ráfaga de escopeta resonó en el espacio estrecho del vestíbulo.—¡Ven por esto hijo de puta! —gritó el hombre al final de pasillo. Chuk-chuk.Naruto levantó la cabeza y apuntó el área pélvica del motociclista. Quiso evitar la masa del centro, pero no podía arriesgarse a apuntar la rodilla y fallar. Disparó. El motociclista lloró en la agonía cuando la bala golpeó. Dejó caer la escopeta amartillada y se agarró el abdomen inferior, la sangre ya cubriendo sus dedos temblorosos y el asombro deformó los rasgos del hombre. Detrás de Naruto, Hidan se rió a carcajadas mientras saltaba sobre sus las piernas extendidas para cubrir la segunda puerta. Naruto dejó salir un respiro. Necesitaba armarse de valor para lo que podría encontrar.Se levantó en cuclillas y abrazó la pared más cercana a la puerta.—Esto puede ser muy simple —dijo—. Tus amigos no pueden ayudarte. —Hizo una pausa, dejando que lo entendieran—. Solo queremos a la chica.—¡Vete a la mierda! —Era la mujer la que habló. Estaba histérica. Imprevisible—. Mataré esta maldita zorra, juro por dios que lo haré.El corazón de Naruto dio un salto. Está viva.—¡Hazle decir algo! —gritó en respuesta. Respiración pesada, resistencia. Chillidos de pánico.—Yo-Yo. —Una voz masculina ahora, titubeando—. Creo que está en shock o algo así. Mira hombre, nosotros no tenemos nada que ver con ello. Lo juro. —La voz del hombre se quebró con el pánico cuando habló—. Solo… iros y la dejaremos aquí para vosotros.Naruto miró a Hidan. Estaba preparado para dar el golpe, esperando a matar. En cualquier segundo, esto podría complicarse y a Hidan no le importaría si la chica estaba viva o muerta. Solo le importaba a Naruto. De hecho, para Deidara, sería mejor muerta. Pein culparía a Naruto y Deidara y sus primos saborearían la confrontación resultante.Pensó rápidamente cuáles eran sus opciones. ¿Qué posibilidades habría de que los dos estuvieran armados? La puerta al final de pasillo era un dormitorio y la casa no era muy grande. ¿Quién llevaría un arma al cuarto de baño? Naruto tomó la acción decisiva.Todo se movió en cámara lenta. Los pasos de Hidan mientras él iba por la escopeta que estaba tirada junto al motociclista sangrante. El grito cortado de la mujer cuando el arma de Naruto dobló sobre la esquina de la puerta. El joven gritó en pánico mientras agarró firmemente una masa sangrienta sobre su pecho y se lanzó hacia la esquina más apartada del pequeño cuarto de baño. La mujer se echó en Naruto, agarrándose del cabello y la ropa mientras gritaba como una banshee en su oído. Un duro empujón y ella fue tumbada sobre el retrete, respirando con dificultad ya que el impacto forzó el aire de sus pulmones.Naruto sabía que debía dispararle, solo la dejó abajo, pero estaba demasiado entumecido para hacer algo. La vista delante de él le llevó a sitios que había tratado hace mucho de olvidar. Teherán. Sangre. Fusta. Violación. Sangre. Fusta. Violación. Las visiones como flashes pasaban por su memoria. Sus puños apretados agarrando las sábanas. Sus gemidos. La sangre. Tanta sangre. Casi podía escuchar la fusta rajándose contra su carne, un sonido crujiente, mojado cuando aterrizaba en la sangre fresca. Sus gritos perforaron el aire y durante un momento creyó que finalmente moriría. Finalmente. Entonces la fusta cayó otra vez. Y otra vez.—Qué. Sucedió. —Su cuerpo tembló con una furia que no había sentido desde la noche que finalmente asesinó a Mizuki. Encontró los ojos del muchacho tembloroso que sostenía a Cerezo en su pecho, quien trataba de hablar pero no podía—. ¿Quién eres?—Kidomaru. —Logró decir el muchacho.Kidomaru hizo sonidos, pero ninguno de ellos coherentes. Naruto levantó el arma y esperó.—¿Qué… sucedió? —preguntó otra vez, con los dientes apretados.—Por favor —rogó Kidomaru y sus ojos azules daban demasiada emoción—, no fui yo, intenté pararlos… Ellos… —Tragó y sostuvo a Cerezo más cerca. El dedo de Naruto casi apretó el gatillo. No quiso mirarla. Si la miraba…—¡¿Ellos qué?!Kidomaru se estremeció. El arma todavía estaba apuntando directamente a la cabeza del muchacho.—¡Ellos trataron de violarla de acuerdo! Lo intentaron. Pero, p-p-p-pero no lo hicieron. Ella luchó y… y… —Lágrimas cayeron de sus ojos. Temor. Miedo de estar a punto de morir. Apartó la vista y extendió sus brazos hacia Naruto —. Por favor — susurró.Naruto observó al muchacho. Kidomaru. El nombre adecuado. Rostro suave como un bebé, labios un poco llenos, como los suyos. Algo perverso echó raíces dentro de él. Dejaría a este vivir, a la chica también. Aunque desearían pronto que no lo hubiera hecho. Finalmente miró a Cerezo. Su cara era un magullado y sangriento lío. Sus ojos estaban cerrados pero sus labios se movían, temblando violentamente como el resto de su cuerpo. Su cabeza colgaba torpemente a la izquierda, sus brazos directamente sobre los brazos de Kidomaru. Más abajo, sus piernas extendidas mostraban contusiones y señales de botas donde había sido obviamente pisada fuertemente. Naruto tragó.—Hidan. —Su voz era estable—. Consigue una manta y envuelve a la chica. Está en shock. Después sacas a los dos.Cuando se dio vuelta, Hidan estaba de pie en el pasillo. Los dos hombres entraron mientras él salía y ya podía escuchar a la rubia luchar contra ellos. Permitió que los viejos recuerdos lo inundaran mientras se acercaba a la sala de estar, ensamblándose junto con las imágenes de Cerezo golpeada y temblando en el piso del baño. Ellos eran todo el combustible que necesitaba para lo que estaba a punto de hacer.Cuando entró en la sala de estar vio a Deidara parado sobre Kimimaru que estaba tendido de cara en el suelo con los brazos atados a la espalda. Empujó a Deidara atrás, agarró al motociclista sosteniéndolo por el pelo grasiento y tiró de él. Por un momento pareció como si Deidara fuera a empujarlo atrás, pero una vez sus ojos se encontraron fue obvio que no era alguien con quien meterse y que Kimimaru estaba a punto de aprender lo mismo.—Deidara. Cuchillo.Kimimaru luchó y maldijo de modo que tuvo que sentarse a horcajadas sobre su espalda para mantener al hombre quieto. En el momento que el cuchillo estuvo en la palma de Naruto un subidón de endorfinas y rabia se vertió recorriendo su columna.—¡Te advertí, tú hijo de puta! —Estaba ciego. La sed de sangre consumió su visión. Levantó el cuchillo en un ángulo de cuarenta y cinco grados y lo sumergió directamente en la base del cuello de Kimimaru donde se encontraba con su hombro derecho. Kimimaru soltó un grito inhumano y más endorfinas se liberaron dentro de Naruto. Sacó el cuchillo y sangre fue rociada a su brazo, pecho, y cuello. Su cabeza daba vueltas y sus fosas nasales llamearon. Bajó el cuchillo de nuevo, esta vez hacia la parte trasera del cuello para separar la médula espinal.El cómplice de Kimimaru gritó y gritó y gritó, poniendo a Naruto borracho de poder y satisfacción masculina pura. Deidara y sus hombres vociferaron y aclamaron, esperando su turno. En el fondo la mujer hacía sonidos chillones incoherentes pidiendo a Naruto que parase. Levantó el cuchillo y otra vez lo sumergió profundamente. Kimimaru ya no hacía ningún sonido. Solo sangró destrozado bajo el cuchillo de Naruto.Mientras que el cuerpo de Kimimaru se arqueó en el agarre de Naruto, su cabeza se sostenía a su cuerpo por solo unas pulgadas de músculo, hueso y tendón, los pensamientos de v comenzaron a despejarse lentamente. Cuando asimiló la vista del cuarto cubierto de sangre y gritos de aquellos que estuvieron a punto de sufrir, sus pensamientos volvieron a Cerezo. Le hicieron daño. Ella le necesitaba. Dejó ir a Kimimaru y miró cuando cayó al suelo, un trozo de carne sin vida.Se puso de pie, empapado en sangre sosteniendo el cuchillo sangriento. Sus ojos encontraron los del muchacho que gemía al que llamaban Kidomaru y se acercó despacio.Kidomaru comenzó a lloriquear incluso antes de que se le aproximara. Presionó la punta del cuchillo bajo su barbilla lisa como bebé.—Kidomaru. Voy a llevaros a ti y a esa pequeña puta conmigo y cuando Cerezo se despierte me va a decir lo que pasó. Y si cualquiera de vosotros tuvo algo que ver con ello les voy a hacer algo peor. ¿Entendido?El niño cerró los ojos y las lágrimas se derramaron por su rostro. Casi dejó que el cuchillo atravesara al muchacho. Algo sobre sus rasgos, su juventud, y su lloriqueo hacía que quisiera golpearlo con una palmada hacia el suelo, entonces lo hizo.—Deidara. —La voz de Naruto era fría—. Llévate a este pequeño maricón y a la muchacha vivos. Mata el resto y quema la casa. —Dejó caer el cuchillo y no miró hacia atrás cuando caminó hacia el cuarto de baño.El hombre de antes todavía sangraba y se retorcía en el piso del pasillo, pero cuando lo vio acercarse se esforzó para permanecer quieto, hacerse invisible. La furia de Naruto se elevó otra vez. Este era uno de los hombres que la había lastimado. Quiso volver por el cuchillo y hacer un pequeño juego de clavar al violador, pero no tenía el tiempo. Cerezo necesitaba un hospital.Se acercó despacio a su cuerpo tembloroso, de repente lamentó estar cubierto de sangre. Ella gimió y lloró mientras la tomó en sus brazos. Su corazón dio tumbos y luchó con fuerza para no apretarla en su pecho. La levantó y caminó tan eficazmente como era posible fuera de la casa y hacia la luz. Bajó la mirada hacia ella, observando mientras el sol encendía su rostro ensangrentado. Ella permaneció temblando un poco y sus cejas se fruncieron ligeramente. Por un momento la vio como ese día, una chica joven, tímida, admirándolo con asombro. Su salvador. Te he fallado.Naruto besó su frente y le susurró al oído.—No te preocupes Cerezo, Prometo que voy a mejorarlo.
mariland- Clan Suzaku
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En mi pequeño mundo feliz
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
wow capitulo fantastico ya quiero el siguiente sigue asi
Ryukaru- Clan Seiryuu
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Estudiando,pensando y diseñando XD
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Waoo! Solo eso puede describir lo que siento por estos últimos episodios. Te ruego que lo sigas por favor, es una tortura tener que esperar tanto por cada episodio, por favor subelos mas seguidos. Excelente fic, de los mejores que he leido
susan_ale- Novato
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
oh por dios que rescate más asombroso y sangriento me encanto jajaja si lo se eso suena un poco raro pero fue genial y es muy triste los horrores que a tenido que vivir naruto violaciones, golpes y hambre ahora comprendo porque hace todo lo que hace es supervivencia como dice el y creo que el que probablemente sakura halla sufrido una violación fue el detonante espero pronto pongas la continuación.
aduzumaki- Sennin
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Omnipresente :D
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
OMG!!!Morí!!....pero que carajo....cuanta sangre *w*,disfruté tanto,leyendo como Naruto le arrancaba la cabeza a Kimimaru...ese desgraciado merecía algo peor,pensé que castraría al imbecil que intentó violar a Sakurita!!,pero bueh....llegó al rescate,me quedé como que:¿¡WTF!?...Naruto pasó muchas cosas espantosas....eso me deprimió tanto que para alegrarme tendré que ver Shingeki No Kiojin!!....buen cap,me encantó >w<....Saluditos Mari,besos y abrazos,bye^^
BlancaPHNS- Clan Genbu
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En una luz tan oscura, que quema
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Continualo....
Brutal e intenso como Naruto reacciono...
Si que tiene traumas encima.
Brutal e intenso como Naruto reacciono...
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alex666- Clan Genbu
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Entre lucidez y embriaguez
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Demonio Camuflado de Angél
Capitulo XIII
- Demonio Camuflado de Angél:
- Me estaba hundiendo, cayendo. Luché por abrir los ojos, pero mi mundo era una imagen borrosa, un espejismo. Irreal.¿Podría ser real?A mi alrededor había una luz cegadora y voces apagadas, pero no podía levantar la cabeza para ver de dónde venían. Un hombre vestido con una bata blanca apareció ante mi vista y habló. ¿Mulder? Estaba en un episodio de Expediente X No, eso no tenía sentido. ¿Un científico? ¿Un doctor? ¿Un loco con un bisturí? No podía descifrar lo que decía, pero su rostro parecía lleno de consuelo, falsas promesas, palabras vacías en un tono que pretendía apaciguarme. Luego me rodeó un túnel de suave luz azul. Quise decir algo, o levantarme, pero el dolor era demasiado intenso. Mis ojos se cerraron con pesadez, y me hundí de nuevo en mí misma.Hubo otros momentos en los que entré y salí de la inconsciencia, pero no podía recordarlo con claridad. El tiempo era irrelevante. No era ahora, o después, o más tarde.Sólo había dolor. Más dolor. Menos dolor. Era la única constante.Me estoy hundiendo.Hacia abajo. Hacia abajo. Hacia abajo.No hay fondo, sólo sigo bajando. Para siempre.¿Estoy llorando? No puedo estar segura.Debe ser porque estoy ardiendo.Me estoy hundiendo y estoy ardiendo.Mamá tenía razón. Estoy yendo al infierno.¿Puede una persona cometer un error tan enorme que no puede ser perdonada?Supongo que sí.No quiero arder. No quiero caer en la eternidad, arrastrada.Para siempre. Es inimaginable.Tiene que haber un fin al sufrimiento. No me merezco esto.«¡No fue culpa mía!».Yo también confiaba en él. Dijo que estaría bien. Un beso. Una caricia. Unos pocos besos más. Unas pocas caricias más. No sabía qué hacer. No sabía qué decir. ¡No fue todo culpa mía!Perdóname.Perdóname.Zorra... perdóname.Me estoy hundiendo. Sigo ardiendo.Para siempre.Abrí los ojos. Esta vez con certeza. Oscuridad. Sólo una lámpara de luz tenue en la esquina. Sobresaltada, traté de moverme de golpe y mi cuerpo entero se contrajo de dolor por el esfuerzo. Por un momento pensé que aún podría estar soñando. Mi cuerpo ardía. Coloqué una mano en mis costillas y sentí las vendas alrededor de mi torso. Dolía respirar. Seguía escuchando un zumbido débil en mis oídos y me di cuenta que venía de mi interior. Veía puntos punzantes cada vez que movía la cabeza y la luz me lastimaba. Mis dedos y mi mirada siguieron el patrón de los daños. Mi brazo izquierdo estaba en un cabestrillo que colgaba de mi cuello y mi nariz estaba cubierta de algún tipo de esparadrapo. Mis ojos estaban hinchados y parpadear era una tarea pesada, una pérdida de tiempo, aunque necesaria. Con suavidad, me toqué la cara de nuevo, retirando con cuidado una especie de crema alrededor de mis ojos.Había una sombra con forma de hombre, sentado en silencio e inmóvil en una esquina. Miré con los ojos entrecerrados y me incliné hacia delante. A la mierda el dolor. Naruto, siniestramente inmóvil y a oscuras conmigo.—Intenta no moverte, —dijo, en voz apenas más alta que un susurro. Se inclinó hacia la luz. El impulso inicial fue de moverme, pero el dolor me detuvo, y Naruto, con su presencia cautivadora. Su aspecto era rudo, como si hubiera estado en el infierno y hubiera regresado de él. Yo también. Los recuerdos flotaban hacia mí, unos claros, otros vagos. Cada segundo de ese momento se volvía a reproducir, en avance rápido, luego a cámara lenta, y luego otra vez rápido.Así que me había traído de vuelta.Esa realidad se hizo eco a través de mí. ¿Me sentía aliviada? ¿Aterrorizada? No podía reunir ninguna emoción, de una manera u otra. Estaba... paralizada. Vacía y confusa.Se levantó de la silla y se acercó a mí. —No tengas miedo. Ahora estarás bien. —No tenía miedo. No estaba bien y nunca lo estaría—. Tu cara está magullada, pero no hay nada roto. Tu hombro estaba dislocado y tienes algunas costillas fisuradas, no rotas. Te curarás, pero me temo que todo lo que tengo para ofrecerte es descanso y medicina para el dolor. —Sus palabras no supusieron ninguna diferencia para mí. Seguía viva. Y seguía con Naruto. Cuando se levantó, no me acobardé, tan sólo le miré mientras venía hacia mí. ¿Qué quedaba que pudiera temer? ¿Qué me quedaba por perder?—¿Dónde estoy? —Me costó reconocer mi propia voz. Era ronca y grave, de tan seca y frágil como sentía mi garganta.—En un lugar diferente, —dijo. Impreciso. Típico.Se sentó a mi lado en la cama. Buena cama, buen cuarto, pensé, enfocándome en las cosas sencillas que mi estúpido cerebro podía manejar. Realmente no me importa una mierda. Alcanzó mi mano. Mis dedos retrocedieron, sólo un ligero apretón y tensión. Asintió con la cabeza y se retiró.¿Tenía sangre en su pelo? Sangre. Por todas partes. Cerré los ojos y lo bloqueé. Quería permanecer indiferente. Terminar con esto. Estaba lista para cualesquiera que fueran las palabras maliciosas que hubiera preparado para mí. Lista para que me dijera lo estúpida que había sido al pensar que escaparía de él. Te salió el tiro por la culata, gilipollas, ya lo sé. Lista para que me amenazara con una violación o con la muerte. Acaba de una vez con esto. Por favor.—Lo siento Cerezo, —susurró. ¿Él lo sentía? Viniendo de Naruto, la culpa era altamente improbable y lo último que me hubiera esperado. Mi cara hizo una extraña mueca entre burla, risa y llanto, que causó dolor a mi sensible rostro. Casi me reí. Lo habría hecho, si no me doliera respirar—. Por lo que te hicieron.Bien, estaba arrepentido, pero no por llevarme lejos de mi hogar. —Bien. —Mi hogar. Mi familia. Todo esto porque yo había querido volver con mi despreciable familia. Incluso si ellos no me quieren allí.Caleb Naruto se aclaró la garganta y tragó saliva.—Les hice pagar.Un grupo que era, posiblemente, peor que Naruto. Me sentía débil otra vez, pero escuchar esas palabras de labios de Naruto fue algo satisfactorio.—Sí, bueno —dije, con voz apagada—. A ti te va eso. —Un atisbo de sonrisa apareció en sus labios y por alguna razón me atravesó de una manera esencial. Mi vida era una broma, para él, para mi padre, ¡para esos estúpidos moteros! Una broma cruel, desgarradora y estaba más que lista para la culminación. Preparada para que mi vida, la broma, terminara. En ese momento, yo sólo necesitaba a alguien. Necesitaba no sentirme tan sola y desecha. Contuve palabras que sabía que lamentaría más tarde, y sólo dije—: Naruto...—¿Qué?Le miré fijamente, insegura, preguntándome cuál sería el siguiente paso y más aterrorizada que nunca. Él continuó mirándome, curioso, su cara era una máscara retorcida de indecisión. Si la máscara fuera real, casi le compadecería. Era mejor que sentir lástima por mí misma, pero yo quería ser más fuerte, incluso cuando sólo quería meterme en un agujero. Acaba de una vez con esto.—No sé lo que has planeado para mí. Sé... sé qué... —Hice una pausa, tomando un momento para recomponerme a mí y a mis pensamientos pero las palabras debían ser dichas. Si no era ahora, entonces nunca. Dejé que las punzadas de dolor me dieran fuerza—. ...sé que no puede ser bueno. Sea lo que sea que estés planeando. ¿Pero si pudieras hacerme un favor?—¿Ah?Parpadeé una vez.—Si es ni de alguna manera tan malo como lo que esos cabrones me hicieron.... Estoy harta de soportar esta mierda sólo para entrar más en otra jodida mierda más profunda. Así que si todo lo que has planeado para mí es más tortura, creo que prefiero morir. Hazme un favor y no... No quiero morir despacio.Se echó hacia atrás como si le hubiera dado una bofetada. O no. Yo le había abofeteado dos veces antes y nunca le había visto como ahora. De repente no estaba tan curioso o indeciso, ¡parecía cabreado! Pero también… ofendido.—¿Es eso lo que piensas? —dijo, su voz tensa y firme—. ¿Crees que yo haría... —Se puso de pie y empezó a pasear. Yo no podía hacer nada más que mirar.—¿Qué quieres que piense Naruto? —dije con dureza. Mi cara estaba caliente y la nariz me dolía y la sentía la falta de aire. Respirar dolía—. Me secuestraste, me golpeaste, hiciste... cosas innombrables para mí. —El ardor que sentía en mi pecho se estaba extendiendo, era toda la rabia y desesperación que había estado enrollándose dentro mí, y que ahora rezumaba hacia la superficie—. ¿Qué voy a esperar de ti? —Hice una imitación mediocre de su acento anómalo—. No dejes que te encuentre. ¿No es eso lo que dijiste?Finalmente se detuvo en el centro de la habitación, sus ojos destellando frialdad.—Eres una estúpida, una chica estúpida, Cerezo. —Esta vez sí que me reí. En voz alta, histérica, riendo a pesar del dolor, incluso cuando me rasgaba cada fibra de mí ser. Nunca había dicho nada más cierto. Yo era una chica estúpida, ¡estúpida! Estúpida por pensar que mi padre me perdonaría. Estúpida por pensar que podía ser algo distinto a lo que era. ¿Qué era lo que me había llamado aquel motero? ¡Puta! La etiqueta me seguía a todas partes. ¿Y que había hecho para merecerlo? ¡No lo suficiente! Aún era territorio virgen. Una puta luchando contra su naturaleza. ¿Para qué? Sí, yo era una estúpida, una chica estúpida. Me reí y reí y reí hasta que finalmente… me quebré. Mi risa degeneró en gritos de pura pérdida, dolor y negra desesperación.Finalmente, lo encontré a mi lado, sus brazos envolviéndome. Se lo permití. Siempre estaba buscando refugio en la gente que más daño me hacía. Mi padre. Mi madre. Naruto. Como un perro maltratado rogando el amor de un amo mezquino. Era todo lo que sabía. Y aún así sus brazos se sentían seguros, cálidos, hechos que buscara refugio en su interior. El ciclo de daño no terminaría nunca porque no podía notar la diferencia hasta que fuera demasiado tarde.—Les hice pagar. —Susurró de nuevo, su tono frío y firme, pero sus palabras no significaban nada para mí, aunque sospechaba que significaban mucho para él. Sólo sus brazos importaban, sólo la sensación tangible de carne dura y fuerte que rodeaba la mía. Su abrazo decía todas las cosas que sus labios no podían o no querían decir. Decían: estás a salvo y yo te protegeré, tal vez incluso con una apariencia de preocupación por mí, como si estuviera jodido, pero todo estaba jodido. Durante todo el tiempo, sus labios sólo repetían: «les hice pagar», y sentí algo diferente que aún parecía curiosamente real para mí, más real que cualquier cosa.Le odiaba, y al mismo tiempo no lo hacía y no entendía más nada, y menos a mí misma.Lloré durante un rato, tomando consuelo en la reconfortante mentira de su abrazo. La ilusión, la fantasía, ayudaba. No quería marcharme. Quería quedarme allí para siempre, abrazada con fuerza contra su pecho, sus dedos acariciando mi pelo, su corazón latiendo contra mi oído: estás-a-salvo, créeme, te-amo. Amor. ¿Quería que él me amara? Sí. Quería que alguien que me amara. ¿Y qué era el amor sino alguien arriesgando su vida para salvarte? Naruto me había salvado. ¿Quería decir que me amaba? Una parte de mí quería pensar así. Creer en un ideal romántico que no existía. Quería creer la mentira. Pero más que eso, quería que no fuera una mentira.Después de un rato, me obligué a apartarme. Cuanto más tiempo permaneciera, más dudaba que pudiera mantener mi resolución de escapar, y eso era peligroso. Estaba dividida, constantemente, entre emociones que seguían luchando entre sí. Naruto era peligroso. Y no sólo porque fuera más grande, más fuerte y más sádico de lo que yo pudiera pensar.—¿Puedo ver un espejo? —le pregunté con cautela, sollozando. No se trataba de vanidad. Necesitaba ver lo cerca que había estado de perder la vida, y quería que fuera algo real para mí. Una dura dosis de realidad para sacudirme de todas mis estúpidas fantasías.Fue muy lento, me atrevería a decir que reacio, para liberarme. A pesar de que traté de poner distancia entre nosotros, sus dedos limpiaron suavemente las esquinas de mis ojos hinchados y la mirada en su cara decía que el daño, el dolor y la superficialidad no importaban. Sus palabras hicieron eco de los sentimientos que leí en su rostro.—No es necesario. El daño no es permanente.—Así de mal, ¿eh? —le pregunté, pero la mirada de sus ojos cambió, volviéndose más dura, más fría y me dijo todo lo que necesitaba saber. Esos hijos de puta habían abusado de mí. Mi brazo retorcido tras mi espalda. Dolor. Risa. Una polla empujando contra mí, buscando una manera de entrar.—No es necesario —repitió con firmeza—. El daño no es permanente. —Hizo una pausa, una extraña vacilación en su actitud, por otra parte, firme y segura—. Les hice pagar. — Naruto no era un hombre que dudara o se cuestionara nada. Y, sin embargo, sentí que lo hacía en ese momento. Había cosas que quería y que no quería decir—. Sé que has soportado más que suficiente. —Estiró la mano e inclinó mi barbilla suavemente, para mirarme a los ojos—. Pero prométeme que nunca más lo volverás a hacer. —Aparté ligeramente la cabeza. Me ordenaba, no me lo pedía, que nunca más huyera de él. Sin decirlo, me estaba castigando, haciéndome saber que al tomar el asunto en mis propias manos, me había metido en un problema mayor y todo por mi cuenta. Fue un trago amargo... porque él tenía razón.—Sí, Nar... —Hice una pausa—. Sí, Amo, —susurré débilmente, sintiéndome vacía de nuevo. Naruto frunció el ceño pero asintió. No sabía que era más aterrador, que en ese momento quisiera decirlo o que fuera lo que Naruto había esperado.Sus dedos siguieron jugando suavemente por mi mandíbula. Era indeciso, reflexivo y cuidadoso para no causarme ningún malestar o dolor. No podía soportarlo. Siempre había confusión cuando él estaba cerca. Un conflicto sobre lo que debería hacer y lo que yo quería hacer.Pensé en mi vida, la historia de mi existencia, un pasado que giraba alrededor de la madre que me trajo a este mundo. En la forma en que mis deseos me habían conducido a este momento. De la misma manera en que sus deseos la habían conducido al suyo. Por mucho que había intentado no ser como ella, me sentí como si me estuviera convirtiendo exactamente en ella. Era tan injusto, y mientras miraba a Naruto, y sus dedos bailaban sobre mis labios tan delicada e íntimamente, me reafirmé en que la vida era todo menos justa.Le aparté la mano, no con rudeza, pero firmemente, dejando claro mi rechazo a su contacto, y curiosamente, lo sabía, en un resquicio de mi mente, que ese también era mi rechazo.Hubo un destello de algo primitivo en sus ojos antes de que escondiera sus rasgos tras una máscara impasible. Se sentó con la espalda recta contra la cabecera de la cama. Los pocos centímetros de espacio entre nosotros bien podían haber sido un océano. Nuestro silencio, una calma incómoda antes de una tormenta inminente. Él tenía un plan para mí. Y todavía no me estaba diciendo lo que era.— Naruto…—No lo fue, lo sabes. —Debió haber leído la confusión en mi cara y la esperaba porque siguió adelante sin problemas—: En tu sueño. Dijiste que no todo fue culpa tuya, y no lo es, nada de esto es tu culpa. Es.... Simplemente no lo es.Había un nudo en mi garganta. No importaba cuánto lo intentara, no podía tragar. Me quedé allí clavada, ahogándome. Los dedos de Naruto se deslizaron por la colcha hacia mi pierna, luego vacilaron y volvieron a su propio espacio personal. ¿Por qué no podía seguir siendo un hijo de puta malvado y sin alma, así sabría cuál era su papel y cuál era el mío? ¿Por qué tenía que cambiar continuamente de frío e implacable, a reconfortante y cálido?—¿Qué te hicieron, cerezo? ¿Puedes decírmelo? —Sus ojos se cerraron y yo me preguntaba qué estaba escondiendo. ¿Esto iba acerca de mí? No tenía sentido. Él me había torturado, mantenido prisionera, golpeado, forzado a situaciones más allá de mi imaginación. Y ahora, ahora él sentía… ¿algo por mí?Una voz en mi cabeza me recordó que a pesar de todo lo que me había hecho, siempre hubo algo de piedad. Sí, yo estaba viva todavía, y él no había tratado de hacer lo que aquellos animales habían intentado. Yo no había sido una persona para ellos. Entendí la fina línea entre lo que Naruto hacía conmigo, y lo que podría haberme hecho tan fácilmente. Siempre tenía el control de sí mismo. Siempre había explicado por qué hacía una cosa u otra. Me besó y acarició, llevándome al éxtasis.Yo era tan real para él como él lo era para mí y me golpeó justo entonces el hecho de que significara algo para él. En cualquiera que fuera la capacidad que él tuviera para ello, yo significaba algo. La ironía de aquella epifanía hizo que mis tripas se retorcieran. Ahora que sabía a qué se parecía el verdadero horror sabía que nunca lo había sentido con Naruto. Incluso cuando me hacía daño, cuando me hacía sentir vergüenza, estaba allí para darme masajes, sostenerme, asumiendo la responsabilidad de mí. Nunca haría las cosas que aquellos hijos de puta habían hecho. Lo sabía. ¿Pero algo de eso importaba? No lo sabía. Quizás nada importara realmente.Había intentado tanto ser algo, alguien. Había tratado de hacer que mi vida significara algo. Pero, sentada aquí en este momento, desolada, vacía y aún cautiva, sabía que nunca iba a escribir un guión, o un libro, o dirigir una película. Sentía que nunca iba a ser nada más que lo que todos asumían que sería. Nada de lo que hacía importaba. Nunca lo hizo. Nunca lo haría. Y había sido completamente ingenua asumiendo que sería de otra manera, pero la esperanza y los sueños nunca habían parecido malos.Finalmente contesté a su pregunta.—Ya no importa, Naruto. —Sonaba frágil, cansada—. Nada importa.Se quedó callado unos pocos segundos pero noté que estaba enfadado. Pero también lo estaba yo. Incluso en mi estado de adormecimiento, estaba furiosa. Le miré. Los sutiles cambios que no había notado al principio, fueron completamente visibles para mí. ¿Qué ventana hacía su interior tenía ahora? ¿Sabía él que lo veía? Peor aún, ¿podía él ver dentro de mí en realidad?—Tú y yo sabemos la verdad. Lo que te hicieron sí que importa. —No había enfado en su voz, sólo certeza—. Todo importa. Todo es muy personal. Lo sabes tan bien como yo. No actúes como si estuvieras tan derrotada, ambos sabemos que tú no eres así.Me reí, pero la risa murió en mi garganta y salió como un grito estrangulado.—¿Cómo podrías saberlo? —Él nunca antes me había contestado completamente y sus palabras a menudo olían a verdades a medias, pero de algún modo extraño, sentí que era porque no sabía cómo contestar. En otras palabras, quería contestarme—. No me conoces. Ni las cosas más simples, ni siquiera mi nombre.Más silencio. Le miré fijamente, esperando su rabia, deseándola. Necesitaba provocar una pelea con alguien que sabía que realmente no me haría daño. Necesitaba discutir. En aquel momento supe que Naruto tenía razón, rendirme no era lo mío, no importaba cuánto quisiera hacerlo. Él permaneció tranquilo, manteniendo sus ojos cerrados. Su hermoso pelo dorado estaba teñido de castaño rojizo, había sangre seca en el nacimiento de su pelo. Me estremecí. «Les hice pagar». Deliciosas y hermosas palabras, algo que nunca podría escuchar de nadie más que de un hombre como Naruto.Hubo un cambio en su cuerpo, sus músculos estaban tensos pero él permanecía completamente inmóvil. Su expresión era fría, rígida, pero no estaba dirigida a mí.—Tienes razón. No sé tú verdadero nombre. Pero tampoco sé el mío y eso nunca me ha impedido saber quién soy o tomar lo que quiero.Sus palabras fueron lo último que esperaba. Me senté atónita y confusa. Me estaba diciendo algo importante pero no estaba segura de qué hacer con ello o si aliviaría mi dolor. Entendí que era algo que poca gente sabía y, por su expresión, le importaba mucho. Esto hizo que mi corazón se acelerara por saber que acababa de abrirse a mí de alguna manera. Me di cuenta de que quería saber cómo se había convertido en la persona que está sentada a mi lado. Naruto. No era su verdadero nombre. No sabía su verdadero nombre.«¿Qué te pasó, Naruto? ¿Quién te hizo esto? ¿Y por qué me estás haciendo esto ahora a mí?». Observé su rostro, las facciones duras, pero sin proyectar su comportamiento habitual. Lo sentí entonces.Hubo un momento, durante todo mi estudio de películas y guiones de cine, en que me di cuenta de algo elemental acerca de los seres humanos y de por qué me había sentido atraída por ese mundo imaginario. Cada obra intentaba describir la condición humana en toda su gloria: lo bueno, lo malo y lo feo. Al principio, había sido una extensión de mi propia vida, extrañamente reflejada en este mundo de "ficción".Cada historia quería, no —necesitaba— revelar la fragilidad humana, una esclavitud humana que ataba a la gente a las cosas que hacían y la persona que llevaban en sus mentes. Esas historias eran reales y a veces terribles, pero las personas eran las personas y las acciones no cuentan la historia completa. Yo había visto las acciones de este hombre, Naruto. ¿Quién era este hombre entero, sin barreras, y vulnerable? ¿Quién era este hombre que podía hacerme esto a mí, a cualquiera, y vivir consigo mismo? ¿Y qué clase de persona era yo, para ver un poco de luz en él que de alguna manera era redimible? ¿Por qué lo intentaba? Pero, lo más importante, ¿por qué lo hacía él?Esperó. Esperé. Yo quería presionarlo, para ahondar en busca de más, pero sabía que eso sólo lo alejaría. Me había tirado un guante. Él haría todo lo que estuviera en su mano y si yo quería saber más, entonces dependía de mí hacerle sentir en deuda conmigo. Tal vez cuanto más supiéramos el uno del otro, más cercanos nos volveríamos y, quizás, posiblemente, podría convencerle para que dejara de lastimarme.Ríndete, me había dicho en una ocasión. Había querido que me rindiera. No solamente mi cuerpo. Mi mente. Lo intentaría. Lo intentaría por él. No por el hombre sádico y confuso que se sentaba a mi lado, no por Caleb. Lo intentaría por el atractivo extraño que había debajo. El que había conocido en la calle aquel día fatídico, el hombre sin nombre. Estaba dispuesta a intentarlo y a entenderlo, de forma gradual, y lo que resultara de ello, dejaría que lo decidiera el destino. Hice el primer movimiento porque él no lo haría. Tal vez no podía.—Una parte de mí piensa que en realidad estoy contenta, por estar lejos de mi antigua vida. —Me di cuenta de que estaba sorprendido por el giro de la conversación y resultaba agradable sorprenderlo, para variar—. No es que esto sea mucho mejor, pero por lo menos tú me querías de vuelta... No creo que mi madre lo quisiera. —Lamí mis labios secos y me obligué a continuar—. Ella piensa que hice todo esto por mí misma. Que me escapé... que soy una puta. Pero ella siempre ha pensado eso. —El nudo en la garganta se movía hacia abajo en vez de hacia arriba. Sorprendentemente, mis músculos se relajaron. Me sentaba bien decir las cosas en voz alta. Le había contado cosas de mi pasado a Hinata, pero esto era diferente. Naruto era fuerte. Él no se estremecería.De alguna manera sabía que él podía soportar el peso y no sentiría la carga y el malestar incómodo asociado a él, como le había pasado a Hinata.—Se odia a sí misma, y yo soy una parte manifiesta de ella. —Los ojos de Naruto se abrieron lentamente, con el ceño fruncido, decidido a escuchar. Continué—: Cuando tenía trece años mi madre pilló a su actual esposo besándome. Mejor dicho, nos pilló besándonos. Mi madre buscaba un hombre que no pudiera abandonarla. Su nombre es Kizashi. Nunca quise causarle ningún problema a mi madre. Sólo quería ser como las otras chicas, vestir igual que ellas, hacer las cosas que hacían. Pero ella era demasiada estricta. En cierta manera... —Las lágrimas manaban de mis ojos—, en cierta manera… me gustaba la forma en que me miraba. Los chicos de la escuela realmente no me miraban, ya sabes. Yo siempre llevaba esos horribles vestidos largos. Pero Kizashi... me miraba como si fuera la cosa más hermosa que hubiese visto jamás.A través de la cama, los dedos de Naruto se desviaron lentamente hacia los míos. Antes de que pudiera retirarse, coloqué mi mano abierta con vacilación, con la palma hacia arriba sobre la cama. Sin decir una palabra, sus dedos se entrelazaron con los míos.—¿Qué pasó después? —Su voz era áspera, ribeteada con algún tipo de emoción que no podía distinguir.—Mi madre estaba durmiendo. Yo estaba viendo la televisión en la sala. Había una película en Cinemax protagonizada por Shannon Tweed. — Naruto no reconoció el nombre de la actriz de cine erótico más tristemente célebre de todos los tiempos. Casi me hizo sonreír. Había algo dulce e inocente en ello. Algo inocente bajo la fachada de Naruto.Me apretó la mano, animándome. Sentía que tenía alguien de mi lado y la ironía que había en ello no me pasó desapercibida. Mi madre no me había creído, pero sabía, lo sabía, que Naruto sí lo haría. Porque yo decía que era la verdad.—Había una... escena de sexo. Estaba sola, así que…. empecé a acariciarme los pechos. Sabía que estaba mal estar viéndola, pero... todo lo que hacía estaba mal. — Apreté la fuerte mano de Naruto mientras mi ansiedad crecía y la antigua vergüenza amenazó con desgarrar lo que quedaba de mí. Kizashi me pilló. Llevaba uno de esos calzoncillos tipo slip y podía ver que se le había puesto realmente dura. Nunca había visto eso antes. Nunca mostraban eso en las películas. —Más lágrimas corrían por mi cara, estaba cegada con ellas. Mi vista nadaba en una acuarela de recuerdos. Intenté levantarme e irme a la cama pero él me detuvo. Estaba borracho. Podía oler la cerveza en su aliento cuando me empujó de vuelta al sofá. Puso su mano sobre mi camiseta. Le dije que parara. Pero... dijo que si no le besaba le contaría a mi madre lo que había estado haciendo. —Sollocé sin querer.—Está bien, Cerezo, no hace falta que me cuentes más. —El cuerpo de Naruto estaba cerca del mío, su calor presionando mi costado, pero él sólo sostenía mi mano.—¡No! Tengo que decir lo que pasó... el por qué ella ya no me quiere. —Cerré los ojos con fuerza, destrozándome a mí misma con dolor tanto físico como emocional. Quería que supiera esto de mí. Quería que hiciera lo que siempre hacía cuando estaba hecha polvo. Quería que se llevara el dolor.—Me besó. Fue mi primer beso. Sabía a cerveza, pero eso no era tan malo. Por alguna razón, siempre me ha gustado el olor a licor. Me besó y mi cabeza flotó. Cuando me dijo que abriera la boca... lo hice. Después de eso fue diferente. Ya no me gustó. Su lengua era viscosa y no dejaba de moverse en mi boca como una serpiente, entrando y saliendo. Era asqueroso. Traté de apartarlo pero no me dejaba. Mi madre nos sorprendió. Kizashi se levantó de un salto. Su horrible erección de mierda presionando contra su ridícula ropa interior. Pero ella no estaba enfadada con él. Estaba enfadada conmigo. Miró hacia la televisión y de nuevo a nosotros. Intenté explicárselo pero sólo dijo: «¿Es esto lo que haces cuando me voy a la cama, Sakura? ¿Te pones ropa de puta y tratas de seducir a tu padre?». Él no es mi padre —le dije, pero esa no era la cuestión. Traté de explicar que él fue quién me besó primero. No se lo pedí. No quería que lo hiciera, no, de verdad. Kizashi no dijo nada. Era como si supiera que todo aquello iba sobre nosotras, sobre mí y sobre mi madre. Actúa como una puta y serás tratada como una, Sakura. Esto era todo lo que tenía que decirme. Lloré durante un rato después de repetir las palabras de mi madre. Fueron las palabras que resonaron en mi cabeza cada vez que pensé en rebelarme contra mi madre en los años siguientes a aquella noche. Naruto se sentó en silencio. Su mano sosteniendo la mía sin apretar. Quería mirarle pero no me atrevía. No podría soportar la mirada de repugnancia que podría mostrarme. O la mirada de compasión.»Durante unos días me escondía de mi madre y de kizashi, estaba enojada y confundida, una parte de mi creía haber provocado todo pero en el fondo sabía que no era mi culpa, cuando lo volví a ver Kizashi estaba muy golpeado, no me miraba y cuando debía hacerlo me trataba como una doncella jamás me hablaba si no era necesario. Pensé que era bueno he intente congraciarme con mi mama. Pero mi madre nunca me perdonó. Dejó de prestarme atención, enfocándose en mis otros hermanos y hermanas… especialmente en mis hermanos. Era como si yo fuera un fantasma en la casa de mi madre. Presente, pero no real. Por su jodido perdón me convertí en la hija que todos esperan, la perfección se transformó en mi emblema. No tenía citas, no salía. Sacaba buenas notas. Usaba la ropa más poco favorecedora que podría encontrar. Pero…La voz de Naruto se abrió camino entre mis recuerdo.—Pero ella te culpaba por arruinar su felicidad.Asentí. Mi adormecimiento finalmente había vuelto.
Sentí mi brazo siendo levantado lentamente y luego sentí los suaves labios de Naruto presionando el dorso de mi mano.—Por si sirve de algo, Sakura, yo nunca pensé en ti como una puta. Y eres… la cosa más hermosa que he visto jamás.Levanté mi cara hacia la suya. Dios, era hermoso. Muy hermoso porque, por primera vez, le estaba viendo a él y mientras durara este momento, me lo tomaría como lo que era. Sonrió con dulzura y yo sabía que él estaba disimulando muchas cosas. Mi cara era un espantoso desastre y aún así todavía pensaba que era hermosa.—Bueno… tal vez ese sea mi problema entonces… demasiado guapa. —Su risa se desvaneció y deseé haber mantenido mi boca cerrada. Me esforcé por corregirlo—. ¡Eh!, ahora sabes mi nombre.Apenas sonrió y retiró despacio su mano de la mía. La calidez entre nosotros se disipó rápidamente. Las lágrimas brotaron de mis ojos nuevamente cuando se levantó. —Siempre serás Cerezo para mí… Sakura.Era mi turno de sonreír débilmente. Sus palabras, como siempre, podrían tener un doble sentido.Rodeó la cama y se dirigió a mi lado izquierdo. Se inclinó en la mesilla de noche y abrió el cajón de arriba.—Esto es para el dolor. —Levantó una jeringa y retiró la tapa.—¿Qué es eso? —pregunté, sintiendo terror por la aguja.—Ya te lo he dicho.—¿Qué pasa si no lo quiero?Miró un poco divertido ahora. —En un momento, cuando se pase el efecto de la última dosis, lo querrás.—¿Me hará dormir? No quiero dormir.—No. —Tuve la clara impresión de que me estaba mintiendo—. Sólo hace que el dolor sea más fácil de soportar.—¿Y tú? —Estaba repentinamente ansiosa. Y tímida.—¿Qué pasa conmigo?—¿Vas a dejarme aquí sola?El largo silencio me hizo preguntarme hasta qué punto me había imaginado los últimos minutos.—Si quieres, me quedaré.Naruto me miraba fijamente, pero no dije nada. No podría soportar admitir lo vulnerable que me sentía. Mi madre me había dejado ir. Estaba libre de ella, pero no era libre.—¿Cerezo? —Su voz era tranquila, sus ojos azules estaban llenos de una emoción que no podría expresar con palabras, pero su mirada y su tono habían adquirido una expresión distante. Sacudió la cabeza bruscamente, despertando de su aturdimiento breve. ¿A dónde se había ido?Tras un momento de vacilación, dije con voz ronca:—No quiero estar sola.—Me quedaré —dijo en voz baja.Mi cara se sentía como si hubiera sido golpeada con una bolsa de martillos. Pero él aún estaba aquí. Cuidando de mí. Porque sabía que necesitaba que lo hiciera. Retiró la sábana con cuidado y me miró mientras me levantaba el camisón que llevaba puesto justo por encima de la cadera. Jadeé. Mis piernas estaban cubiertas de hematomas, algunos de ellos con forma de suela de bota.—Mírame, Cerezo. —Nuestros ojos se encontraron cuando sentí el pinchazo de la aguja.Momentos después, mis párpados se volvieron pesados, y estaba volando, cayendo en picado y luego volando otra vez. No soñé, sólo volaba hacia el horizonte que no era ni blanco ni negro.Naruto podía y me haría daño. No hoy, pero tal vez mañana o al día siguiente. Sin embargo, por primera vez, sabía que no podría destruirme. A él le importaría si yo no existiera. Y pasara lo que pasara, aterrizaría de pie, porque Naruto me había mostrado lo que tenía dentro de mí. Era un regalo extraño, de origen inesperado.
mariland- Clan Suzaku
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En mi pequeño mundo feliz
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Capitulazo....
Es increible como se desarrolla esta historia...
Es increible como se desarrolla esta historia...
alex666- Clan Genbu
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Entre lucidez y embriaguez
22855
Posesiones :
Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Siguiente, siguiente yaa!!! Dios ya quiero ver que pasa con naruto y sakura
susan_ale- Novato
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
OH MIER**!!!,pero que capitulo,enserio,uno de los mejores fics que he leído,al parecer Naruto se abrió un poco con Sakura,ella también tuvo un pasado obscuro,que triste,"Los hice pagar",wow! O.O,simplemente increible!!,a pesar de todo Sakura siente temor,después de todo lo que vivió es normal,nos diste una escena NS! xD,aunque se que aún falta para que su relación se profundice al máximo,se ve que la historia será larga,me gusta muchisimo Mariland^^,espero la conti ansiosa,no te tardes :p,saludos,besos y abrazos,bye!!
BlancaPHNS- Clan Genbu
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En una luz tan oscura, que quema
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
oh por dios que capitulo muchas cosas reveladas creo que sakura no es que halla tenido una infancia buena como pensaba naruto, esto hizo que sintiera un poco de compasión por ella sera esperar a que pongas el próximo cap haber si naruto sigue con el mismo trato que tenia hacia ella antes de la fuga.
aduzumaki- Sennin
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Edad : 29
Omnipresente :D
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Vender. Placer. Esclava
Mi futuro mi realidad
Capítulo XIV
- Vender. Placer. Esclava:
- Había una razón por la que no quería dormir. No quería soñar. No quería pensar acerca de mi madre, o Kizashi, ni en mis hermanos y hermanas. O todo lo que siguió entre Naruto y yo.Sobre todo no quería imaginar a Hinata, hermosa Hinata, perdida y vagando por México, buscándome. Nunca me perdonaría si algo le sucediera a ella. Sacudí mi cabeza y sentí como la ira, la tristeza y la preocupación volvían mi cabeza al revés. El dolor en mi hombro no ayudaba y el darle vueltas al asunto (lo que me preocupaba) había creado un dolor sordo que sentía como si fuera parte del hueso.Y luego estaba lo inevitable. Los susurros. El recuerdo de ser sostenida mientras tiraban de mi ropa. La forma en que ignoraron mis gritos a medida que arrastraban y tiraban de mí. Sentía todo de nuevo, que paliza horrible.Resistiendo en contra de la fuerza de las drogas me obligué a abrir los ojos y grité. Aspiré el aire que me quemaba los pulmones y traté de enfocar mis ojos.Naruto movió bruscamente su cuerpo, tiró de la silla en la que había estado sentado, y encendió la luz.La comprensión de haber sido golpeada. Estoy a salvo. Estoy aquí. Naruto está aquí. Él no va a hacerme daño. Di un grito ahogado. Mi voz estaba mezclada con lágrimas no derramadas y cargadas de emoción.—Fue tan real. Era como si ellos estuvieran allí. — Naruto se sentó junto a mí y yo fui hacia él, en busca de consuelo, solaz, algo. No necesitaba decir más.—Está bien. Ya no pueden hacerte daño. —Sus palabras fueron perfectas. Tan correctas y reconfortantes. Lo alcancé con mi brazo derecho y le tiré más cerca.Por un tiempo, segundos dichosos fue sólo el sentir sus brazos, el plano duro de su pecho, el latido de su corazón alejaba el horror de mi sueño. Inhalé.—Huele como a jabón. —Susurré débilmente en su camiseta. No me gusta el pensamiento de que me dejó sola. No quería estar sola en la oscuridad, nunca más. Sus dedos examinaron cuidadosamente mi pelo sudoroso.—Esperé hasta que te quedaste dormida. No pasó mucho tiempo. —Eso me sorprendió un poco. Estaba tan acostumbrada a los comentarios sarcásticos de Naruto. Yo esperaba algo más como «vaya, vaya Cerezo, qué nariz tan grande tienes».¿Eran las cosas tan diferentes ahora? ¿Éramos diferentes? De alguna manera, yo sabía la respuesta.—No tenías que dormir en la silla.—¿En serio? —La voz de Naruto era un poco burlona pero carente de dureza o condescendencia. Me di cuenta de que me estaba tomando el pelo.—Idiota.Me abrazó un poco más fuerte.—Siempre hay una réplica.Fue su tono lo que me pilló con la guardia baja. ¿Es esto de repente una cosa buena?—Esto significa que no estás rota.Se rio en voz baja y me dieron ganas de hacer lo mismo. Pero no tenía una sonrisa dentro mío, por ahora. Entonces suspiré con satisfacción. Había sido extraño ese humor, mórbido que sólo podía existir entre Naruto y yo en ese mismo instante en el tiempo. Ambos tratamos de aferrarnos a ello, pero se desvaneció con la misma rapidez con que había aparecido.Y entonces estábamos tranquilos. Sosteniéndonos el uno al otro y sabiendo que había un millón de cosas que necesitaban ser dichas, o preguntadas o explicadas y sabiendo que ninguno de nosotros estaba esperando por ello.—Tenemos que salir de aquí hoy —susurró Naruto las palabras, como si con ello pudiera disminuir su impacto. El sudor brotó de nuevo a través de mi cuerpo, pero aun así, no podía dejarle ir.Realmente debería levantarme. Ahora mismo, ¡joder!Pero no quería moverme. No mientras los labios de Naruto descansaban cerca de mi sien y no mientras la sensación de su cuerpo delgado y musculoso envuelto alrededor mío me daba una sensación de seguridad y pertenencia que había anhelado toda mi vida. Pero, al final, era demasiado peligroso permanecer.Yo, obviamente, sentía cosas por Naruto. Algunos sentimientos son claros, pero otros no lo eran. Si me permito confiar en él, mi seguridad, mi consuelo, mi vida, o... mi corazón, iba a terminar herida. ¡Otra vez!Hice una mueca al recordar interiormente. Siempre me había parecido como si estuviera dividida en dos personas, pero no igualmente. Una de nosotras, la menos dominante, era fuerte, confiada, irritable, y no jodían con ella. Ella fue quien dijo a Naruto vete al infierno, fue la que lanzó codazos y mordiscos hasta los hombros. Fue la que me obligó a seguir adelante. Yo era la otra. Era la que necesitaba amor y validación. Yo fui la que no quería dejar ir a Naruto porque estaba convencida de que era importante para mí en algún modo irracional e irrevocable. Estaba sintiendo cosas que nunca había sentido antes, y de otra forma, sentía que Naruto estaba más dañado que yo. No en un sentido trágico, pero de una manera fundamental, que llenó la vasta distancia que existía entre nosotros. Pero mi otra mitad no pensaba que nada de eso importase.«Él te secuestro por una razón, recordó ella. No confíes en él. No seas como tu madre, deja de caer por su estupidez. ¡Él no se preocupa por ti!».Me aparté, pero a diferencia de antes, sus brazos me soltaron con facilidad. Unos ojos azules, caribe profundo, me miraron. Al principio parecían querer expresar muchas cosas, pero luego... nada. Yo estaba cansada de nada. Quería algo. Necesitaba algo.—¿Qué es? —preguntó, en un tono cuidadosamente velado—. Cuéntame.—Pienso que he terminado de tratar de correr, pero también he terminado con el no saber qué cosa horrible es lo que va a sucederme próximamente. Prefiero saberlo Naruto. Por favor, solo dime y dame el tiempo...Sentada allí, no entendía lo que estaba diciendo, pero la parte de mí se estaba dando cuenta,Realmente lo hizo. Prepárate...El pelo rubio de Naruto, por lo general arreglado, ahora caía en sus ojos. Resistí el impulso repentino de peinarlo lejos de su cara. Cuando nos sentamos en un silencio embarazoso, le vi mirar su propio regazo. Su mandíbula estaba tensa, con los labios apretados, pero no tenía miedo. Me hicieron tener miedo de Naruto. Si él fuese a lastimarme, lo habría hecho ya.Él quería decírmelo. Yo sólo tenía que esperar.Permanecí en silencio, esperando sus palabras, anhelante, mi corazón atascado en mi garganta mientras deseaba que continuara. —Si nunca hubiese puesto los ojos en ti, nunca te hubiese conocido...Sus palabras melancólicas de pronto causaron un profundo dolor en mi pecho, aunque sabía que no debería.—Tengo obligaciones, Cerezo. —Tragó profundamente. Sus cejas se fruncían estrechamente dejándome saber que estaba sintiendo tristeza, ira y disgusto a la vez. El deseo de tocarlo era casi demasiado, pero entonces me di cuenta de que debería estar preocupada acerca del infierno que sus palabras significaban para mí y menos acerca de lo que le hicieron a él.—Hay un hombre que tiene que morir. Te necesitaba... necesito… —Él hizo una pausa—. Si no lo hacemos ahora, entonces nunca voy a ser libre. No puedes irte hasta que se realice. Hasta que él pague por lo que le hizo a la madre de Pein, a su hermana, hasta que pague por lo que me hizo a mí. — Naruto se levantó bruscamente, con el pecho agitado. Se pasó los dedos furiosamente por el pelo y sus manos empuñadas por la nuca—. Hasta que todo lo que ama haya desaparecido, hasta que él… lo sienta. Entonces puedo dejarte ir. Voy a tener pagada mi deuda. Entonces, tal vez... tal vez.—¿Pein? —Había oído el nombre antes, pero la importancia de ese nombre se me escapaba. ¿Por qué era tan importante? ¿Tenía él más que decir en lo que me pasó a mí que Naruto?Los ojos de Naruto volvieron hacia mí. Él había estado muy lejos nuevamente, como si sus palabras no tuvieran significado para mí. Estaba de nuevo en control ahora, la máscara impasible que llevaba tan fácilmente se deslizó por la cara. Mi guardia subió. Los últimos momentos cuando parecía casi humano, se evaporaron.—Voy a venderte como esclava de placer a un hombre que desprecio.Una oleada de náuseas cerró la boca del estómago y empujó la bilis hacia mi garganta. Sus palabras me golpearon en duros golpes entrecortados y cuando cada palabra hizo contacto me estremecí.Vender. Placer. Esclava. La realidad me golpeó con fuerza, golpeando el aire fuera de mí.Me sentí como si estuviera a punto de vomitar y sentí mi estómago agitado y carraspeando mi garganta.No hay más referencias cinematográficas. No hay más personajes de ficción para relacionarse. Esto fue real. Era destino. Yo era... una cosa, una mercancía. «Él ha hecho de ti una puta, Sakura, una jodida puta».Naruto seguía hablando, pero yo apenas lo escuché.Con dificultad, contuve las arcadas y me aclaré la garganta,—El placer significa sexo, ¿correcto? ¿No? ¿Una esclava sexual?Naruto se detuvo en medio de otra oración y asintió con la cabeza apretada. Su cabeza agachada, su cabello caía en sus ojos. Esta vez no tenía ganas de peinar su cabello, de sus ojos, de hecho, se sentía como una manipulación. Cada movimiento era calculado. Él sabía exactamente cómo fruncir el ceño para retratar la tristeza. Cómo dejar caer su cabello perfecto sobre sus ojos aún más hermosos y parecer vulnerable y de confianza. Bueno, no iba a caer en eso nunca más. Todo lo que podría haber estado sintiendo, se estaba muriendo y el entumecimiento fue lo que dejó en el despertar.—Y... ese día. El día que nos conocimos, por eso es que estabas allí. ¿Tú sabías del idiota en el coche? —Los ojos de Naruto centellearon de ira, y luego se enfriaron rápidamente. Era tan jodidamente bueno en ocultar sus emociones. «¿Por qué eres así? ¿Por qué carajo te importa, Sakura? Te ha hecho la única cosa que juró que nunca haría»—. ¿Realmente importa…?—No, supongo que no importa una mierda —me cortó bruscamente—. ¿Deseaste nunca haberme conocido? Pues bien, el sentimiento fue mutuo definitivamente, mierda. —Una vieja ira me atravesó.Mi vida solo seguía poniéndose mejor y mejor. Por fin iba a salir de una existencia sin valor, para probar a todos que no era nada y mi escolaridad había sido mi boleto de salida, y luego Naruto me sucedió.—Yo por fin.... Yo por fin iba a demostrarle que estaba equivocada acerca de mí...—No necesitas su aprobación —dijo él, adivinando a quién me refería. Levanté la mirada hacia él.—No sabes una mierda de lo que necesito. He estado tratando con tus juegos mentales por no sé por cuánto tiempo ahora, tratando de averiguar por qué alguien como tú me secuestra. A pesar de lo que me has hecho, he tenido estos pensamientos.—¿Pensamientos o fantasías?, Cerezo —Interrumpió él en voz baja, con una expresión aún solapada.—Ambos, supongo —admití. No importaba lo que dijera, en realidad no.—Me dije a mí misma que no podías ayudarte a ti mismo, de que algo te pasó para hacerte de esta manera, el lograr que tú fueses tan jodido conmigo, pero que estás aún más jodido que yo. Y en los más extraños rincones de mi mente pensé...—¿Qué podrías tú arreglarme? Lo que es más, ¿que yo podría arreglarme? Bueno, cerezo lo siento, no quiero ser arreglado. Cualquiera que sea lo que tu pequeño cerebro de colegiala te ha dicho de los hombres es absurdamente equivocado. Esto no es un romance. Tú no eres una damisela en apuros y yo no soy el apuesto príncipe que ha venido a salvarte. Tú corrías. Yo fui a recoger mi propiedad. Fin de la historia En dos años, tal vez menos, voy a tener lo que quiero: venganza. Después de eso, voy a hacer que te den tu libertad. Joder, incluso te enviaré en camino con el dinero suficiente para ir a donde tú quieras. Para hacer lo que quieras. Hasta entonces....Me entraron ganas de llorar. Pero el llanto no me había hecho bien antes y ciertamente no lo haría ahora.—¿Cuánto?—¿Perdón?—Después. Cuando he terminado de ser tu puta, ¿cuánto me vas a pagar? A las putas se les paga ¿no es así?Naruto me miró fijamente durante lo que pareció una eternidad, y entonces:—¿Qué te gustaría?—Mi libertad. Pero en lugar de eso... ¿un millón de dólares?Salió en forma de pregunta en lugar de una firme demanda. La realidad era que él no tenía nada que ofrecerme. Yo no tenía nada que negociar. Él podía tomar lo que quisiera.—¿Un millón de dólares? mucho ¿no te parece?—Vete a la mierda.Naruto sonrió, el autoindulgente pequeño pedazo de mierda.—Mis disculpas —se burló con una leve reverencia—. Lo que quise decir es: no, si eso es bueno. A pesar de todo se acerca lo suyo.Ahora volvía de nuevo a tratar de impresionarme y tal vez si yo fuera aun la niña de escuela todavía ingenua que había conocido esas semanas atrás podría haber funcionado. Pero no lo era ahora y me gustaba. Era poderosa. Quizás la calculadora, enojada, luchadora versión de mí se haría cargo completamente y yo nunca sería débil otra vez.—¿Qué tan cerca?Su sonrisa era irónica.—La mitad.Afuera yo era un lago plácido. Por dentro era un mar embravecido.—¿Qué es exactamente lo que tengo que hacer?—Obedecer.—¿A ti?—Sí. Pero también…—El hombre al que me estás vendiendo. —Mi estómago se revolvió pero le miré a los ojos. Yo sobreviviría a este hombre. Podía sobrevivir a cualquier cosa, esperaba—. ¿Quién es él?Cuando Naruto habló, su tono era más suave, pero ¿qué significa eso para mí? Nada.—Su nombre es Obito. Es un multimillonario que se ocupa en armas, drogas, diamantes… cualquier cosa que trafiques en la miseria y el dinero. —Y éste fue el hombre al cual tenía la intención de venderme, siempre tuvo la intención. Mi corazón se hundió más. No eres una dama en peligro y yo no soy el apuesto príncipe que ha venido a salvarte.No, no lo era. En la vida real tienes que salvarte a ti misma.—No va a tenerte para siempre, —dijo Naruto en voz baja—. Pero tú eres un medio para alcanzar un fin para otros mucho más poderosos que yo. En cierto modo, los dos somos piezas de ajedrez. Simplemente tengo un papel más importante a jugar y es un juego en el que he invertido toda mi vida. Si pudiera darte alguna esperanza, quiero hacer todo lo que esté en mi poder para garantizarte un fin donde tú y yo salgamos de esto con las cosas que necesitamos. —Su tono decía que no tenía dudas de sus palabras, y me di cuenta de que era importante para él que yo creyera en él también.—Dos años es mucho tiempo, Naruto. Cualquier cosa puede suceder. —Algo dentro de mí quería dar un camino y una tregua. Me negué a esa inclinación. Tenía que ser fuerte, no para nadie excepto para mí misma—. Entonces ¿qué?Se quedó en silencio por un largo tiempo—. Los esclavos —empezó a decir, y se detuvo al registrar mi conmoción sobre el uso de la palabra—. Tú podrías valer mucho para él. Siempre y cuando fueras obediente, no habría necesidad de hacerte daño. Tú serías conservada...Me dio una risa burlona.—Justo lo que toda chica sueña, un multimillonario. —Tragué saliva, emitiendo un sonido rígido de que no era yo misma—. Tal vez voy a ser ridículamente feliz y nunca vamos a tener que pensar de nuevo.—Tal vez.—¿Él es guapo?, este Obito. ¿Tan guapo como tú? —Dije débilmente, en voz baja y suavemente sintiendo aturdido todo el cuerpo.Naruto se estremeció visiblemente. Bueno. Eso se sintió bien, infligiendo dolor en él. Lo miré. Él era un ejemplo de lo que podría llegar a ser si me permitía a mí misma ser dura, implacable, consumida por la rabia y la venganza. No podía ser así. No quería ser como él.—¿Va a hacer que llegue al placer tan bien como tú? Dime Naruto, dime todo. Dime que sabes en qué me estoy metiendo, y luego me dices cómo no tengo ninguna salida posible. Será mejor de este modo. Limpia y puedo depender de mi misma, no hay necesidad del príncipe azul para rescatar a la damisela en apuros. —Naruto me dio la espalda, con los puños apretados a los lados. No me podía imaginar qué demonios lo hizo enojar en ese momento.—Hay que tratar de dormir un poco.Mis ojos ardían, pero este no era el momento de llorar, no aquí y no estando con él. Estaba cansada de llorar, de ser débil y sin control de mi propia vida.—Preferiría no dormir. No quiero soñar. —Me pasé la mano por el pelo apelmazado de sudor, algo en mí se volvió helada y decidida. —Me vendría bien una ducha sin embargo.Naruto se volvió y me di cuenta de inmediato de que su rostro había cambiado a un punto muerto. El asunto había terminado y creo que los dos estábamos aliviados de evitar lo inevitable por ahora. Él me había dicho lo que quería saber, y no tenía que hacerlo, pero no me dio ningún alivio, no del modo como pensaba que lo haría. Había pensado que si sabía qué esperar podría prepararme para el horror por venir. «Pero no es por eso que estás molesta. A él no le importa nada acerca de ti. Todo lo que ha hecho ha sido manipularte para que hagas lo que quiera. Cada toque, cada beso, diciéndote que eres hermosa, todo ha sido una mentira. Y tú te enamoraste».—Te voy a ayudar. —Alcé la vista de mis pensamientos y me quedé mirando la mano extendida de Naruto.Quería decirle que sonaban a broma sus palabras y no sólo eso, pero cada palabra que él había hablado y cualquier palabra que le siguiera, me temo que mi voz me fallaría, traicionaría todos los juveniles sentimientos dentro de mí. Poco a poco, usé mi brazo sano para despojarme de las mantas fuera de mi cuerpo y me levanté. Mi cabeza se desmayó y sentí que mi cuerpo le siguió. Por una fracción de segundo, mi pánico se reflejó en el rostro de Naruto, pero el alivio se extendió por su rostro mientras me atrapó.—Sakura —dijo en voz baja mientras sus manos me sujetaron los hombros temblorosos—, déjame ayudarte.Mis ojos seguían pegados a mi regazo mientras mi rostro se puso pálido y rojo al mismo tiempo. Naruto se quedó mirándome también y no pude evitar sentir como si hubiera perdido terreno con él. ¿Acababa de llamarme Sakura? Teniendo en cuenta todo lo que había ocurrido entre nosotros, no estaba segura de lo que sentía de un segundo para el otro. A continuación, cada momento mezclado con un diferente tipo de sospecha y desconfianza, pero debajo de todo eso, un anhelo profundo. Naruto no era mi príncipe azul, pero eso no quería decir que tenía que conformarme con nada menos.Me tendió una mano para que yo la tomase, y lo hice. Entramos en el baño juntos, y aunque esto no fue un hecho inusual ya, el hecho de que yo estaba partida, tanto dentro como por fuera lo hacía diferente, más humillante. Mi decisión se resquebrajaba bajo el peso de mis emociones tumultuosas.—¿Qué pasa? —preguntó Naruto, pero me limitó a sacudir la cabeza en respuesta y continué mirando el suelo. Se puso de pie delante de mí y simplemente me miró por un momento.—Si sobrevivo a esto, no puedo volver atrás. Voy a tener que seguir adelante y yo no sé lo que significa. —Hice una pausa, sintiéndome anestesiada. Lo daría porque debía hacerlo, pero tenía que encontrar una manera de evitar que se rompiese—. ¿En serio?Naruto no dijo nada, lo que no significaba nada.Puso sus brazos alrededor de mí, como lo había hecho tantas veces antes y me abrazó por un momento. Sabía que su abrazo no era más que una mentira reconfortante. No fue un fin próximo. El fin de estos momentos entre él y yo cuando la mentira se sentía como todo lo contrario. Era todo lo que tenía. Mi brazo colgaba suelto a mi lado y el otro en su honda, pero todavía se sentía bien, el ser abrazada, aunque yo no fuese una participante activa.Fue a alejarse, pero no estaba preparada para ver su cara todavía, así que me acerqué, pidiéndole a mi manera silenciosa que esperara un poco más. Me mantuvo un latido del corazón más y me dio un casto beso en la parte superior de mi cabeza.—¿Cuánto tiempo tengo Naruto? ¿Cuánto tiempo antes de que me vaya? —Se aclaró la garganta algunas veces antes de hablar y cuando lo hizo, su voz sonó agrietada.—Pocos meses. —Se apresuró a decir el resto antes de que pudiera entusiasmarme con la longitud de mi indulto—. Se suponía que sólo estarías conmigo durante seis semanas y un poco más de la mitad del tiempo ha pasado. No estaremos solos por mucho tiempo. —Se apretó contra mí y se lo permití.Él estaba hablando y quería que continuara. Pensé por un momento acerca de lo que todo esto significaba. Había estado fuera de casa cerca de tres semanas y media. Más de tres semanas. No podía ponerlo en palabras, la profunda soledad en darme cuenta de que había estado desaparecida durante casi un mes. Aislada con un ser humano. En realidad, nadie me busca… ya no.—¿Hay alguna manera…?—No.Hice una pausa. Su tono era absoluto. Pero me preguntaba si era porque lo había considerado, considerado preservarme de ese destino. Tenía que creer que lo hizo. Tenía la esperanza de que él se preocupase lo suficiente sobre mí para reflexionar. Tenía que hacerlo; porque era la única esperanza que tenía de verme fuera de esta situación, pero una parte de mí se reservó para la verdad.—¿Me extrañarás, Naruto? —Dejé mi brazo alrededor de la cintura.No sé lo que le solicité e inmediatamente traté de apartarme. Me mantuvo quieta.—Sí —dijo simplemente. En el momento en que traté de mirar hacia él, se apartó y se dio la vuelta.—Pero eso no cambia absolutamente nada. —Me di cuenta de que él creía lo que decía.Estaba cerrado a mí otra vez, me di cuenta por la forma en que sus hombros se enfrentaron cuando se volvió para enfrentarse a mí nuevamente.Naruto levantó el cabestrillo alrededor de mi cuello, y el hormigueo de dolor en el hombro y clavícula me trajo de vuelta a este momento, pero todavía estaba allí en trance. Después de que el cabestrillo salió, levantó el camisón por encima de mi cabeza, con cuidado de maniobrar alrededor de mi hombro. Lo tiró a la papelera. Me paré frente a él, vestida con vendas solamente. Esa noche no me miró del modo que lo hizo las otras noches. No había nada sexy en mí. Esa noche me miró y casi no había nada detrás de sus ojos. Se dirigió de nuevo a mí.—¿Qué pasa? —preguntó de nuevo, pero parecía distraído o desdeñoso, no sabía qué, tal vez ambas cosas.—Nada —le dije otra vez, solemnemente, pero dudaba de que me escuchase.Fue a deshacer las vendas alrededor de mi sección media, me decía que no necesitaba realmente las vendas para curar mis costillas, pero que tenerlas en su lugar me recordaba de no sentarme en ciertas posiciones o hacer ciertos movimientos. Las sustituiría cuando terminase de ducharme. Sí, pensé con amargura, lo último que quería era que mis costillas sanaran incorrectamente.Puso sus brazos alrededor de mí mientras desenrollaba las vendas, el hecho de que mis pechos estaban a sólo centímetros de su cara, no se registró en sus ojos, ni siquiera pareció darse cuenta, en una manera extraña, esto sumado a mi vergüenza. Al parecer, ahora que todo estaba a la intemperie entre nosotros no era necesario para él fingir sentir cosas por mí; no lo hizo. Pero dijo que me echaría de menos, tiene que significar algo. ¿No es así?Una vez que las vendas estaban fuera nos miramos el uno al otro por un momento, como si los dos tratásemos de entender lo que el otro estaba pensando.Él nunca preparaba la ducha, siempre la bañera, aunque era algo simple de comprender para mí. Tampoco quería sentarme en el agua de mi bañera por el momento precisamente. Lo que no entendía era cómo iba a ser él capaz de ayudarme a lavarme si yo estaba en la ducha.Realmente no podía levantar el brazo por encima de mi cabeza para lavar mi pelo, y lavarme alrededor era doloroso a causa de mis costillas. Si eso significaba que él iba a estar en la ducha conmigo, no me gustaba ese pensamiento. Probó el agua y pareció satisfecho. Sentí que sus ojos me miraban de arriba abajo y el calor se arrastró hasta mi cara, mi cuerpo se ruborizó.Se aclaró la garganta.—¿Por qué no sigues adelante y entras en el agua. Te voy a conseguir las cosas que necesitas. Si me necesitas llámame en voz alta. Voy a estar en la habitación.Asentí con la cabeza mientras caminaba delante de mí, y me quedé quieta hasta que salió de la habitación y cerró la puerta detrás de él.El agua estaba tibia y limpia, y tranquilizando mi piel. La ducha tenía varias cabezas a diferentes alturas para que ninguna parte de mi cuerpo fuese dejado abierto al aire, pero la presión no era tan difícil que me hiciera retroceder, era suave y gentil. La dejé correr por todo mi cuerpo, yo respiraba el vapor y parecía más fácil para tomar aire. Me quedé durante varios minutos antes de enjabonarme, o por lo menos las partes que podía alcanzar. Cuando me paré, me perdí en mis pensamientos sola en la ducha, por primera vez en más de tres semanas.Sabía que una vez que saliera de la ducha, comenzaría el más difícil viaje de toda mi vida. Tendría que salvarme. Tendría que ser fuerte, inteligente y valiente. Tendría que dejar que el otro lado de mí, el lado despiadado, se apoderara de mí... y este yo dejaría de existir. «—Haz que te ame —susurró mi yo despiadado e inexorable—. Que no pueda vivir sin ti. El demonio que conoces». Sentí su crecer dentro de mí, trayendo con ella la loca idea de que yo realmente ejercía poder sobre Naruto. Nunca había tratado de usar mis armas de mujer antes, pero ciertamente sería acusada de ello. ¿Qué pasaría si realmente probara?La idea de tratar de seducir a Naruto me asustaba, me aterrorizó hasta el punto de dolor físico, pero también... Me preguntaba si podría. Y eso me emocionaba de manera positiva. Me preguntaba si podía traer a ese hijo de puta de rodillas con deseo por mí. Ahora sabía por qué nunca me había jodido en cualquier manera convencional, necesitaba una virgen.Y si necesitaba una virgen, entonces tenía que ser algo más que eso.Antes de que pudiera detenerme, me apoyé en la pared de la ducha y lloraba y lloraba y lloraba. Solo por los viejos tiempos.
mariland- Clan Suzaku
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En mi pequeño mundo feliz
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
por fin continuación creo que ya sakura llego a un punto de no retorno en el cual pase lo que pase lo único que le queda es intentar salvarse, en este intento va a perder gran parte de su inocencia y se va a tener que volver más dura y fría creo que ese pensamiento hace que llore en la ducha el saberse perdiendo su vida normal, su personalidad todo como ella era por ser una persona que no es y añorando haber seguido su vida normalmente o como soñaba que fuera en cuanto a naruto aunque muchas situaciones nublen su mente el objetivo que tiene hace que las supere el problema es que esta ignorando sus sentimientos y los de sakura por lo cual cuando se de cuenta sera muy tarde en fin espero no demores en poner la continuación.
aduzumaki- Sennin
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Pliss continualo lo más pronto posible. Nos hiciste esperar demasiado por el cap 14, mínimo subelos semanalmente como lo estabas haciendo:)
susan_ale- Novato
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Me he quedado sin palabras,al parecer Sakura se dió cuenta de su cruel realidad,y por lo que vemos ya no será la misma de antes,Naruto tiene una guerra interna,y la causante de ella es la bella pelirrosa,siento que a pesar de lo lejos que a llegado el rubio,se encariñó con la Haruno,pero después de todo su lealtad a Pein es inquebrantable.
Sakura sólo piensa,calcula,ya que en su posición,no le queda más que esperar lo inevitable,una "Fiera",¿Intentará seducir a Naruto?,si es así,por favorsito Mariiii!!!,tráenos conti lo más rápido posible T_T,quiero ver que es lo que Sakura hará a continuación,sin más nada que decir (sólo que espero la conti ansiosisisisisimaaaa!!!!),saludos,besos y abrazos,bye^^
Sakura sólo piensa,calcula,ya que en su posición,no le queda más que esperar lo inevitable,una "Fiera",¿Intentará seducir a Naruto?,si es así,por favorsito Mariiii!!!,tráenos conti lo más rápido posible T_T,quiero ver que es lo que Sakura hará a continuación,sin más nada que decir (sólo que espero la conti ansiosisisisisimaaaa!!!!),saludos,besos y abrazos,bye^^
BlancaPHNS- Clan Genbu
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En una luz tan oscura, que quema
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Hola! Soy tu nueva lectora! Eh de decir que me gusta como escribes y vas desarrollando la historia en cada capitulo, me pregunto que seguira despues de todo lo que sucedio con naruto y sakura? Que plan tendra sakura? espero conti!! :33
Marisaku92- Clan Suzaku
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
Se Fuerte
capitulo XV
- Se Fuerte:
- Ella estaba ausente por ahora, la verdad. Nunca olvidaría la mirada de sus ojos mientras le decía el plan para venderla como esclava sexual. ¿Qué había esperado? ¿Que lo entendiera? La venganza era su propósito. Ella no podía entender esto, aún no.Le perseguiría para siempre. Un recuerdo más entre los cientos que siempre le atormentarían. Excepto, que siempre había sido la víctima en esos recuerdos. Siempre el niño y nunca el hombre. Ahora, la clase de hombre en el que se había convertido lo perseguiría siempre. Naruto se dejó caer contra la puerta del baño. Necesitaba un minuto, para respirar, para evitar las arcadas, y para hacer frente a la maraña de pensamientos que le desgarraban. Por primera vez en la historia reciente, Naruto quería algo más que venganza. Él quería a la chica. Él quería a Sakura.Sabía su nombre ahora, pero era lo más pequeño de lo que ya sabía. Sabía todo tipo de cosas sobre ella, tal vez demasiado. Llevaba ropa sin forma a la escuela porque quería que su madre la aceptara. Sus ojos estaban tristes porque sabía que su madre no lo hacía.Ella tenía hermanos y hermanas. Se sentía responsable y celosa de ellos. Era divertida y tímida, pero también feroz y valiente. Su primer beso había sido un desastre. Había crecido sin nadie que la protegiera. Y nadie más que Naruto le había dado placer físico.Sakura era una superviviente. Eso lo había sabido, pero lo que él no sabía era que había tenido que sobrevivir. Ella se merecía algo mejor. Mejor que ellos y sin duda mejor que él.Lo había visto en sus ojos, en su manera de ser, pero él había tratado de no saber porqué. La había querido sin nombre. Quería olvidar que tenía un pasado, una historia, sueños y esperanzas y todas esas otras cosas que la hacían a ella... a Sakura.Podía oír su llanto a través de la puerta del baño y casi le arranco el corazón del pecho. Él había hecho eso. Él había causado todas y cada una de sus lágrimas, pero para su completa consternación, eso no le provocaba rabia, lo hacia... profundamente triste. Tristeza era un emoción que no había sentido en un tiempo muy, muy largo. Y para entonces, sólo lo sentía para sí mismo, nunca tuvo compasión por nadie más, ni siquiera por los otros chicos.¿Por qué ahora? ¿Por qué ella?La imagen de su cuerpo ensangrentado y débil en los brazos del joven cruzó por su mente y le hizo doblarse. Ella podría haber muerto.Naruto sabía que nunca se perdonaría si eso hubiera pasado. Cualquiera que sea la razón, sentía algo por la chica, algo que nunca antes había sentido y que no podía poner en palabras. Sólo que no sabía si eso importaba. Le había dicho todo lo que importaba, que todo fue muy personal, pero ¿qué significaba en el gran esquema del todo?No podía perdonarlo más de lo que podía perdonarlo Mizuki. Nunca sería capaz de ver más allá de todo lo que le había hecho. Así que, al final, ¿qué importaba? Él nunca podía tener a la chica, así que ¿por qué no su venganza? ¿No se la merecía?«¡Mizuki ha muerto! Tú lo mataste. ¿Qué más se puede obtener mediante la destrucción de un hombre que nunca has visto?».Naruto se sacudió los pensamientos. Pein lo había rescatado. Había puesto un techo sobre su cabeza, comida en el estómago y mujeres en la cama. Naruto le debía todo, su propia vida. Si Pein quería a Madara muerto, entonces Naruto le debía la cabeza del hombre.Pein quería más que la vida de Madara. Él quería que sufriera lo indecible. Quería que todo lo que el hombre había amado se desintegrara como cenizas en sus manos. No podía traer de vuelta a su madre, o a su hermana, pero eso le parecía... bien. Siempre le había parecido lo correcto a Naruto. Realmente era un fiel discípulo de Pein y era lo único que le había dado sentido a su vida. Sin Pein, sin su búsqueda... ¿qué otra cosa le quedaba?Podía sacrificar casi doce años, y su deuda con Pein, por más de tres semanas y una chica que nunca podría... Casi había pensado en la palabra amar. Amor. ¿Qué demonios hacía con esa palabra aún sin decir? Permaneció frívolamente rechazándola por todas partes, por todo el mundo. ¿Qué significa realmente? Después de todo este tiempo y todo lo que había sucedido, ¿aún era capaz?«No. No lo creo».Su teléfono sonó. A esta hora de la noche, sólo podía ser una persona y no era esto también una prueba.— ¿Sí?— ¿Cómo está ella? —El tono de Pein era frío y distante.—Algunas costillas rotas y un hombro dislocado. — Naruto se paso la mano por el todavía húmedo cabello y apretó su puño. No quería tener esta conversación ahora—. No creo que tres semanas sean tiempo suficiente para que se cure lo suficiente. El viaje puede ser demasiado.Hubo una larga pausa, por un momento Naruto pensó que la línea había muerto.—Jair dice que has tomado rehenes. También dice que hiciste bastante espectáculo para recuperar a la chica... ¿qué piensas de eso?Los vellos del cuello de Naruto se levantaron. Esta conversación no estaba yendo a ningún lado bueno.—Habían un hombre y una mujer. Podrían tener las respuestas que necesito. No sé quién más sabe de la chica o de mí, no pueden haber testigos. No sé si ella fue capaz de ponerse en contacto con alguna persona. Estoy cubriendo nuestros traseros Pein. ¿Y desde cuando consigues información de Deidara en vez de conmigo?Naruto apenas se contuvo de gritar. No lo hizo, no quería asustar a Cerezo... a Sakura.—Obtengo mi información de quien me es útil y tú últimamente no lo has sido. — Pein habló con la mayor naturalidad, como si sus palabras no fueran profundamente insultantes—. Has hecho un lío Naruto. La chica se lastimo, hay testigos potenciales, y sin duda las autoridades se preguntarán sobre el maldito fuego que has hecho. Y ahora supongo que has tenido a la chica en un hospital, donde se encuentran los cabos sueltos aún más potenciales. Has sido descuidado Naruto.Naruto suspiró pesadamente, cansado de su propia alma. Sin embargo, su ira lo empujó hacia delante.—A pesar de lo que tú y tu nuevo amigo Deidara podéis pensar, no soy un tonto. Este territorio está administrado por los carteles, dudo que haya algún problema que no podamos comprar a nuestra salida. La casa está limpia por ahora y vamos a estar en camino a la casa de tu contacto por la mañana. La chica va a estar bien, dame un poco de tiempo y algo de crédito.— ¿Dónde estás ahora?—En ningún lugar que te preocupe.Naruto colgó antes de que pudiera contestar.¡Maldita sea! Él sólo quería que lo dejaran en paz. Sakura te necesita.Dejó escapar un lento suspiro y salió de la habitación. Podía oír al médico y a su esposa murmurando airadamente en la cocina. La mujer estaba culpando a su marido por la situación y trataba de convencerlo para que aflojara la cinta para que pudieran dejar todo y huir. Él le dijo que se callara y confiara en él. Idiota.Si el buen doctor fuera sensato, quizás escucharía a su esposa. Naruto era un asesino. Si quería, podría matarlos mientras estaban pegados a las sillas del comedor y se alejaría. Lo que ciertamente sería lo más inteligente y eficiente de hacer, pero a Naruto no le gustaba mucho matar a personas inocentes. Sobre todo después de que lo habían ayudado.Naruto entró en la cocina y toda la conversación terminó abruptamente. La mujer lo miró cautelosamente, mientras que su esposo simplemente lo miró con las cejas levantadas y una pregunta en sus ojos. Tal vez por eso era médico. Tal vez era uno de los pocos médicos verdaderamente altruistas en el mundo. Sería una pena matarlo.—¿Dónde guarda su ropa? —Se dirigió a la mujer y ella lo miró sin comprender. Obviamente no habla nada de inglés. El médico trato de hablar algo de inglés, pero todavía parecía extrañamente perplejo.Naruto negó con la cabeza y fue tirando a través de su español hasta que las cejas de la mujer se alzaron. Se volvió hacia su marido y le dijo dónde podía encontrar lo que necesitaba.—Te entiendo. Es que ha pasado un largo tiempo desde que he tenido que hablarlo.Ella lo miró fijamente con otra expresión en blanco. No, no entendía ni una palabra.Naruto se volvió y caminó por los pasillos de la pareja hacia su dormitorio. Aparentemente a los médicos les iba bien, incluso aquí en México. La habitación estaba muy bien decorada, con colores cálidos y muebles de color blanco, muy modernos. La foto de su boda estaba sobre el tocador en un marco de cristal. Parecían felices, presumiblemente... enamorados.«Estás pensando como una mujer».Naruto sonrió para sus adentros, allí un pensamiento que nunca había tenido. Pero por otro lado, nunca antes se había puesto a filosofar sobre el tema del amor.«Maté por ella. Secuestre a un médico a punta de pistola de un hospital por ella, y luego seguí a los pobres hijos de puta a su casa para mantenerla a salvo. Incluso ahora, estoy buscando cosas para tenerla más cómoda. ¿No es eso lo que es el amor?».«Más te vale que no».La sonrisa de Naruto se desvaneció. Esta línea de pensamiento sólo puede traer más tragedia. Incluso si él quería... más cosas, ¿qué se suponía que debía hacer? ¿Explicarle a Pein? Como si él lo fuera a entender. Como si le importara. Probablemente les metería una bala a ambos, o al menos a ella. Y entonces Naruto tendría que dispararle a él, porque no había forma de que le permitiera hacerle daño. Este pensamiento al instante le sorprendió. Había admitido que la echaría de menos, algo que no debería haber dicho nunca, y ahora... se atrevería a arriesgar su vida por ella contra Pein. Empujó la idea lejos con firmeza.Era mejor mantener las cosas en claro. La chica se curaría. Pein conseguiría lo que quería y Naruto estaría libre de sus obligaciones. Él dejaría a la chica libre y olvidaría su pérdida.Sí, asintió con la cabeza, era lo mejor para todos, incluso para la chica.Naruto encontró lo que estaba buscando, ropa para Cerezo. Mientras se dirigía hacia su dormitorio adquirido, pasó junto a sus rehenes en la cocina. Una vez más, la conversación se detuvo. La esposa había estado llorando, pero su actitud era serena. Era valiente.—Vamos a dejaros por la mañana. Prometo no haceros daño a ninguno de los dos, pero tengo que decir que mi misericordia es condicional si le dices a alguien que estuvimos aquí o lo que ha pasado.—Le doy mi palabra —dijo el médico firme.Él había visto a Naruto cubierto de sangre, sabía que fue una arteria, tal vez sabía lo que Naruto había hecho. No dudaba de la sinceridad de los médicos.Mientras el doctor miraba los ojos llenos de lágrimas de su esposa, Naruto vislumbro la profundidad del amor, del uno al otro. Ellos vivirían juntos o morirían juntos, pero de cualquier manera, harían cualquier cosa para protegerse el uno al otro. Era algo extraño de ver. Era una cosa aún más extraña sentir envidia de sus rehenes.Nunca nadie le había mirado de esa manera, como si la vida fuera insignificante sin él y nunca había apreciado de valioso a nadie más que a sí mismo. Cualquier cosa que sea el amor era un concepto que no podía entender.En su camino de regreso con Cerezo vio el armario y cogió un conjunto de sabanas frescas para la cama. El aire se sintió diferente una vez que entró en la habitación de nuevo. La puerta del baño estaba entreabierta, el vapor iba a la deriva por el dormitorio. Naruto colocó la ropa y las sábanas sobre la cama y entró.Había encontrado el espejo. Cada cuarto de baño tenía uno y no había pensado en cubrirlos en su prisa por alejarse de Sakura y sus preguntas cargadas de emoción. Se quedó mirándola, tratando de discernir su siguiente acción.—Realmente hicieron un buen número en mí, no crees. —Hizo una mueca mientras miraba la gran contusión cubriendo la mayor parte de la mejilla y los ojos.—Van a desaparecer —dijo Naruto, tratando de imitar su tono despreocupado. Los dos sabían que no había nada casual acerca de la situación, pero estaba dispuesto a fingir si ella lo hacía.—¿Aún soy lo suficientemente bonita para Obito? —dijo. Esta vez su voz era fría y dura como nunca la había escuchado. Había querido decir las palabras para lastimarlo y con gran sorpresa, Naruto aceptó que lo había hecho.—En un par de semanas —dijo duramente y se arrepintió al instante cuando vio brotar tristeza a través de su fachada de calma. Era extraño estar a su alrededor en este momento. Era una bomba a punto de explotar. No podría predecir cualquiera de sus acciones y los hizo a ambos erráticos.Se dio la vuelta, frente a él completamente desnuda. Su cuerpo podía haber sido desfigurado con moretones, pero todavía era hermosa. Sin embargo... la chica que él quería. Había algo en su actitud que le hizo querer dar un paso hacia atrás, pero luchó contra ese instinto. Él nunca se retractó ante nadie en especial, no lo haría con ella.Era ella... quien lo acechaba. Como una pantera o una leona y era extraño pensar en este momento que él le había dado ese apodo tan apropiado. Aunque no era realmente una gatita en estos momento. Las gatitas no se acercan con la mirada fija y la cabeza baja, de tal manera que evocan imágenes de una cazadora mirando a su comida.Ella se detuvo justo delante del pecho de Naruto y tan cerca que casi podía sentir rozando sus pezones contra él. No debería quererlo, no cuando estaba así. Pero lo hacía. Tal vez incluso lo deseaba aún más. Había sido golpeada y magullada, ¡pero había sobrevivido! Ella había mirado a los hijos de puta a sus ojos y había llegado primera a la sangre. Había una luchadora o una asesina allí en alguna parte. Y había algo sexy en eso. Había pensado eso aun cuando ella apuntó su arma contra él.— Naruto… —susurró. Naruto solo podía no hacer ningún sonido evasivo y mirarla—. Han pasado muchas cosas. He estado tan impotente.Mierda, pensó Naruto.—Si tan sólo pudiera... tener una cosa para mí.El deseo de Naruto de dar un paso hacia atrás era casi abrumador, pero se mantuvo firme y asintió.Sakura lo miró suplicante y con ojos hambrientos.—Hazme el amor, —dijo tan suavemente que Naruto pensó que sólo lo había oído en su mente. Entonces se dio cuenta de que su pequeña mano se había deslizado debajo de su camisa—. Quiero tener una cosa para mí. Haré lo que me pidas. No tratare de huir, pero quiero una cosa, que esta elección... sea mía.Naruto quería decir algo, cualquier cosa, pero todos sus pensamientos giraban en torno a estar dentro de ella. No había una respuesta fácil de porqué ella podría querer esto. «Si ella no es virgen...». A él no le importaba.Solo lo hacia el maldito cuidado. Podría tratar con ello más tarde. Así que en lugar de «no», se limitó a decir:—No quiero hacerte daño.—No lo harás. Sé que no lo harás.Él no pudo evitar inclinarse hacia abajo y poner sus labios sobre los suyos. Ella se sacudió ligeramente, más como la chica que recordaba. Su corazón se aceleró y su polla se hinchó y pulso. Su lengua salió como una flecha con timidez y el abrió la boca para ella, dejándola llevar las cosas a donde quisiera ir.No confiaba en sí mismo para tocarla todavía, tan fuerte era la urgencia que sentía, así que finalmente dio ese pasó hacia atrás y descanso sus manos contra el marco de la puerta, mientras ella se adelantó y lo besó más segura y agresiva.Su boca sabía a menta, pensó que era la pasta de dientes, y a sal que él sabía eran sus lágrimas. No quería que llorase. No, ahora no, por cualquier razón. Se alejó lentamente.—Para.Ella lo miró con una mirada de asombro y vulnerabilidad en su cara.—¿He hecho algo mal?Esas palabras desgarraron profundamente algo en su interior.—Dios, no. Eres perfecta. Es que... no quiero hacerte daño. Y lo que siento en este momento... —Si alguna vez se sonrojó en su vida, él podría haberse sonrojado en este momento—. Yo sé que voy a hacerte daño.Él casi gimió cuando ella se sonrojó, sonrió y miró hacia otro lado.—Así que, ¿entonces?—Entonces, ven conmigo.Él tomó su mano, teniendo cuidado de la mano que era y la llevó a la cama. Poco a poco, la guió hacia él. Ella era ahora mucho más tímida de lo que había sido un momento atrás, pero no lo dudó. La besó en los labios suavemente mientras yacía a su lado y coloco sus piernas un poco separadas. Era una maniobra que había practicado con ella muchas veces, besó el camino por su cuello, el pecho, los senos y el estómago.—¡Oh! —gimió ella tan pronto como sus labios tocaron el pelo suave, y húmedo, entre sus muslos. Él ni siquiera la había lamido aún pero podía sentir su tensión en espiral. Le besó la parte superior de su coño con la esperanza de aliviar algo de su miedo. Esto no iba a doler, ni un poco. Iba a hacer que se sintiera bien. Iba a hacer que sintiera como ella se merecía sentir.Cuando sintió que sus muslos se abrían lentamente, dándole espacio para moverse, bajó la cabeza y dejo que la punta de su lengua se deslizara desde el fondo de su coño hasta la piedra dura de su clítoris en un movimiento lento y constante que la tenía maullando y abriéndose para él aún más.—¿Quieres que pare? —susurró contra sus labios húmedos y sin la intención de hacer tal cosa.—Mierda, no. Te mataría —dijo con tanta sinceridad que Naruto no pudo evitar reírse contra su muslo.—¿Dónde aprendiste a hablar así? —se burló con suavidad. Ella respondió meciendo sus caderas lentamente. Se estremeció un poco y ambos recordaron cómo fue herida. No quería hacer la pregunta de nuevo. Le acarició la pierna y su lengua se adentró un poco más profundamente, explorando, succionando sus profundos pliegues de color rosa con la boca.Inconscientemente, ella trató de alejarse de su boca. No porque no estuviera disfrutando, lo sabía, era debido a la sensación de ser lamida y chupada simultáneamente, era casi una sensación demasiado difícil de soportar. Su mente se entretuvo con la fantasía de su polla siendo arrastrada hacia su boca, la punta lamida por su lengua suave y gimió contra ella. Sus caderas se sacudieron con fuerza en la cama, pero se mantuvo enfocado en su placer. La dejó un poco, lo que le permito acomodarla, luego tiro de ella suavemente, y lo hizo de nuevo.Ella jadeó, gimió y se sacudió, su pequeña en la punta de su lengua impaciente y en este momento no había ningún pensamiento de dolor. Sólo había placer. Sus dedos la encontraron excitándola, abriéndola. Dentro de sus pliegues húmedos se encontró con la pequeña abertura para su cuerpo. Él la lamió y se estremeció. Rozo la punta de su dedo contra su clítoris, amando la forma en que lloriqueo y se retorció. Ella gimió.— Naruto…Luego sus manos se encontraron en el camino, presionando sus dedos en su carne, en un alegato a favor de algo que no acababa de entender todavía. La mano de ella contra su clítoris y con su boca chupaba sus dedos.Sintió su coño pulsando bajo su mano y le gustaría poder verlo, esos pequeños músculos contrayéndose. Su coño goteando humedad en la cama. Lamería eso también. Pero esto no era para él. Por mucho tiempo, apoyó la mejilla contra su muslo, jadeando y sin aliento, incluso cuando ella estaba también jadeando y sin aliento. Su mano se movía lentamente y casi suspiró cuando ella pasó sus dedos por su pelo. Pese a que su polla se sentía como si le hubieran dado un puñetazo en el ojo, le hubiera gustado que este momento durara una eternidad. No podía estar seguro de sus motivos para tratar de tener relaciones sexuales con él, especialmente después de todo lo que había ocurrido entre ellos y en las horas antes de que pudiera llegar hasta ella, pero no podía negar que había cambiado algo en él, irrevocablemente. La había subestimado de algún modo y había encontrado una manera de afectarlo. En este momento, no se animó a preocuparse, pero pronto, le importaría muchísimo.—¿Qué hay de ti? —Las palabras eran lentas y sospechaba que ella sólo estaba siendo amable y no tenía la verdadera intención de moverse, y mucho menos ayudarlo a acabar.Él sonrió.—No te preocupes por mí. No soy propenso a actos de abnegación, así que ambos vamos a disfrutar de este momento.Él la miró a tiempo para verla sonreír para sus adentros y luego asintió suavemente en el sueño.Se levantó de la cama tan sigilosamente como le fue posible y agarró las sábanas limpias que había traído. El edredón estaba limpio, así que no se molestó en moverla, sólo la cubrió y subió junto a ella, con la ropa y todo. Se entretuvo por varios minutos, simplemente mirándola, más allá de las contusiones.Un molesto pitido le apartó de sus pensamientos. Quería besarla. Quería quitarse la ropa y frotar su pene a través de su suave piel. Él quería estar dentro de ella.Se sacudió y se levantó para recoger el teléfono del suelo. Había recibido un texto:R: ESTOY EN UN VUELO. NOS VEMOS PRONTO.Se sintió mareado, luego enojado, después queriendo gritar y tirar cosas por la habitación, y luego... una pérdida muy, muy profunda. Pensó en las tres semanas y media con Sakura y el tiempo que había perdido para ellos. Toda la deuda acumulada por encima de su cabeza. Se quedó mirando el texto, no sintiendo nada... en absoluto.Observó el sueño de Sakura y la rabia que siempre lo había envuelto y lo hacía bullir se alejó flotando.Pein, pensó, Pein. Las cosas habían pasado a ser más complicadas de lo que alguna vez hubo soñado. Mientras miraba a la mujer que dormía en la cama, sólo un pensamiento entró en su mente.Se fuerte.No sabía si el pensamiento era para sí mismo o para la mujer, no tenía la energía para adivinar. Sólo sabía que quería volver a la cama con ella y fingir que los últimos minutos nunca sucedieron.
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Re: Cautivo en la Oscuridad - +18 - Capitulo XVIII y XIX Actualizado - 19/04/15
gracias a todos por el apoyo y comentarios, lastimosamente no puedo actualizar tan seguido como antes, pero lo intentare.
mariland- Clan Suzaku
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