TANABATA version Narusaku (leyenda) (TP) 04-08-14

Había una vez un Rey, el Rey Celestial hizashi, que tenía una hija, sakura.

Ella era la mejor tejedora de todo el reino y sus telas eran espléndidas, cosa que siempre complacía a su padre.

El Rey hizashi, tenía el poder de controlar el clima, que siempre era limpio y despejado, mientras estuviera complacido, mientras que cuando se enfadaba, el cielo se encapotaba y llovía.

sakura siempre trabajaba duramente día tras día para tenerlas listas, siempre a orillas del río Amanogawa.

Pero la Princesa siempre estaba triste, ya que, como trabajaba tanto, nunca podría conocer a alguien de quien enamorarse. Preocupado por ella, el Rey kizashi, concretó un encuentro entre ella y naruto, un pastor que vivía al otro lado del Amanogawa.

Cuando los dos se conocieron, se enamoraron al instante y al poco tiempo se casaron.

Pero una vez casados, ambos empezaron a descuidar sus tareas para estar juntos, hasta que sakura dejó de tejer para el Rey kizashi y naruto  se olvidó de su rebaño, que se desperdigó por el campo.

El Rey kizashi , furioso, ordenó separarlos, cada uno a un lado del Amanogawa, prohibiéndoles volver a verse.

sakura lloraba desconsolada la pérdida de su marido y rogaba a su padre que les permitiera verse al menos una vez más.

Las lágrimas de su hija consiguieron ablandar el corazón del Rey kizashi y permitió que los amantes se vieran una vez al año, el séptimo día del séptimo mes, siempre y cuando ambos hubieran completado sus tareas.

Ambos esperaron el día señalado, trabajando duro para tener todo terminado; más, la primera vez que intentaron verse, se dieron cuenta de que no podían estar juntos, ya que no había puente por donde cruzar el río y el barquero mágico de la luna no podía ayudarles.

Nuevamente sakura lloró desconsolada por no poder estar cerca de su amado, entonces una bandada de urracas que pasaba cerca se apiadó de ellos y con sus alas formaron un puente para que pudieran abrazarse.

Las urracas prometieron volver cada año para formar el puente, siempre y cuando no lloviera.