I hate you, don’t leave me [+18] [Capitulo seis] [Actualización: 11/08/14]

I hate you, don't leave me.
Capitulo tres.


Naruto no respondió. En cambio abrió la puerta de la parte trasera y la metió a mordidas y arañazos de parte de ella. Rápidamente se pasó al lugar del piloto y cerró todo con seguro.
― ¡Si no me dejas salir voy a gritar lo más que pueda!
― Grita, anda hazlo –Arrancó el coche con fuerza hacía un callejón –El cuál no fue difícil encontrar en una colonia como esa donde abundan las casas sin terminar-
― ¿Qué hacemos aquí? ¡No se te ocurra propasarte, idiota!
― Mmm, que mal. Ya tenía planeado hacer eso… –Dijo con una voz sensualmente ronca mientras pasaba a la parte trasera del auto mirándola con deseo y por ende, haciéndola que se le subiera la temperatura.
― M-Más vale que te alejes de mi… -Alcanzó a decir Sakura antes de que Naruto se acostara sobre ella. La pelirosa se puso tan nerviosa, que en un acto repentino, subió la rodilla con fuerza golpeándolo en su miembro.
Naruto soltó un fuerte grito de dolor y se tiró al piso del auto. Sakura rio con malicia y se cruzó de brazos.

― ¡No era necesario eso! –Gimió Naruto.
― Si lo era. Te dije que era mejor que pararás. Pero veo que tus hormonas te traicionan.
― ¡Aghhh! –Gimió.

Después de unos minutos, Naruto guardó la calma y arrancó el auto. Sakura suspiró y para su mala suerte, Naruto sabía dónde vivía, y la llevó a casa.

― ¿Cómo demonios supiste?
― Cuando me interesa una chica de verdad, hago lo posible por saber más de ella.
― Pareces un secuestrador. Conmigo no vengas con tus cuentitos de príncipe ¿Entendido?
― Auch. Eres un poco dura, ¿No crees? ¿Acaso nunca te has enamorado?
― Odio los hombres. Y más si son como tú. –Bajó del auto y cerró la puerta con fuerza.
― Puedo hacer que cambies de opinión… -Dijo en tono seductor.
― ¡ME DAS ASCO!
Soltó Sakura, abrió la puerta  y la cerró con fuerza para así ir corriendo a su habitación. Escucho algunos ruidos en habitación de Sora.
― ¿Sora, estas aquí?
― Ahh, s-si Sakura… -Soltó agitado.
― ¡LO QUE ME FALTABA! ¡Recuerda que si se les revienta el globo se les acabará la fiesta!
Sora no respondió, pero sin esfuerzo se oían los gemidos. Sakura, incómoda, salió de casa. Mala idea, Naruto estaba en la esquina estacionado.
― No voy a entrar a casa a escuchar a este par de idiotas… -Pensó Sakura. Se asomó por la ventana de su hogar y gritó- ¡Iré a casa de Ino, regreso en una hora!

Se fue, claramente sin esperar respuesta de su hermano. Las piernas le temblaban un poco al pensar en que si Naruto la había visto. Trató de no tomarle importancia pero era imposible. Afortunadamente Ino no vivía muy lejos.

― ¡La fiesta de Kiba fue la mejor! –Exclamó Ino mientras se tumbaba en su cama.
― Para ti… -Susurró Sakura.
― ¡eres una aburrida! Tú no sabes disfrutar.
― Ino… -Pensó Sakura fastidiada- Como a ti casi no te viola un guapísimo rubio musculoso…
― ¿Qué tanto piensas, eh? ¿Acaso tienes algo que contarme?

Sakura odiaba la suspicacia de Ino y lo astuta que era. Era como si pudiera leer su mente.

― Ah, no nada. –Respondió sin más volteando a la ventana. Tal vez así la despistaría un poco.
― Hmmm, te creeré. –Comentó con los hombros erguidos- Igual, después sabré qué pasó.
― Cállate, cerda. ¿Te acostaste de nuevo con Kiba?
― Eres una… -Susurró Ino enfadada y un poco indignada. Sonrió y con los ojos cerrados dijo- La verdad sí, es un R-E-Y en la cama.
― ¡ERES UNA CERDA! –Gritó Sakura con los ojos como platos.
― Tú guarda silencio –Río fuertemente- Cuando te vuelvas una rompe-corazones y estés de cama en cama, verás.
― Mejor cállate. Al menos yo soy virgen.
― Y morirás así –Bufó.

Después de una hora, más o menos, Sakura ni siquiera se preocupaba en tomar el tiempo, volvió a su casa. Para su buena suerte la novia de Sora ya no estaba, sólo el pelinegro en la cocina tirando cierto sobrecito.

― Más vale que lo enredes en una servilleta, o mamá lo verá. –Dijo Sakura.
― No te preocupes, no se ha dado cuenta antes, no lo hará ahora –Sakura frunció el ceño por la respuesta mediocre de su hermano.
― Eres un idiota, sin vergüenza.
― Al menos ya no soy virgen y tengo 15 años. Tú tienes casi 18 y eres virgen.
― ¡Mierda! –Exclamó Sakura mientras subía rápidamente las escaleras- ¿Por qué todos me discriminan por ser virgen?

En otro lugar, muy, muy lejos de casa de Sakura, yacía un rubio tirado en el piso de su habitación con su portátil encima de su marcado torso.

― Sakura, Sakura, Sakura, Sakura… -Decía mientras bajaba la página- Ninguna es ella. ¿Tendrá Facebook?
Siguió buscando por varios minutos. Hasta que una pequeña ventana de chat se abrió.

― Ah, es Kiba.
― ¡Hey, Naruto! ¿Qué haces? –Decía por el chat.
― Buscando a una guapa señorita… -Escribió. No le dejaría saber que, la que le gustaba, era su mejor amiga.
― ¡Vaya, vaya! ¡Picaron!
― Tú no te quedas atrás amigo mío. ¿Qué tal Ino? –Escribió, para luego pensar exaltado- ¡INO! Ella seguro tiene a Sakura en Facebook.
― Muuuy bien –Dijo, junto un emoticón con corazones en los ojos. Naruto lo ignoró, para comenzar su búsqueda.
Buscó a Ino. Y en sus amigos tecleo el nombre de Sakura, y se encontró con lo siguiente:
Sakura Hawn.
SaKuUrAa JanWaAa KaWaii
Sakura Haruno.

¡Sakura Haruno! Pensó él. Se metió a su perfil y contemplo la imagen.

― Tan inocente, como siempre… -Click derecho, guardar imagen como…- Me da demasiada ternura.
― ¡Hey amigo! ¡No me apliques el visto! –Insistió Kiba por el chat con un emoticón llorando.
― Espera, creo que la encontré.
Hizo click en ‘’Enviar solicitud de amistad’’ y cerró el portátil.

― Tan inocente, como siempre… -Click derecho, guardar imagen como…- Me da demasiada ternura.
― ¡Hey amigo! ¡No me apliques el visto! –Insistió Kiba por el chat con un emoticón llorando.
― Espera, creo que la encontré.
Hizo click en ‘’Enviar solicitud de amistad’’ y cerró el portátil.

Pasaron dos días. Sábado y Domingo. Supuestos días de descanso de la preparatoria. Aunque para los dedicados a ella, no tanto. En cambio, para Naruto, son sus días de gloria. Con un sistema educativo fácil de sobornar, lograba aprobar todas las materias.

Pero ahora su preocupación era que Sakura no había aceptado su solicitud de amistad en Facebook.

El domingo, a eso de las 8:00 de la noche, tomó su auto negro y lo arrancó a toda velocidad. Ignorando la orden de su madre jamás cumplida; ‘’Llega antes de la media noche’’.

― Hey, ¿Estás en casa? –Dijo Naruto al móvil mientras esperaba a que el semáforo cambiara.
― Por supuesto. Estaba a punto de salir al antro, vienes tarde –Respondió Kiba con aires de molesto.
― Lo siento, tenía hambre y pasé por ramen.
― Tú y tu ramen. ¡Apresúrate! Nos esperan allá.
― Hey, hey. No me des ordenes ¿Vale? Llego en un tris –Colgó el teléfono y aumento la velocidad considerablemente.

Al cabo de veinte minutos llegó a su destino, Kiba corrió al auto y entró rápidamente. Ambos, en el camino, iban bromeando, pero por dentro comían ansias por llegar. Kiba por ‘’ver’’ a Ino. Naruto era tan listo que sabía que tal vez Kiba allá invitado a Sakura. Sakura tan ingenua, no sabría que Naruto también iría para allá.

― Y bien –Dijo Kiba, después de una larga risa- ¿Quién era la chica que por fin habías encontrado?
― ¿Quieres robármela, amigo?
― Por supuesto que no, sólo es curiosidad –Dijo, guiñando el ojo derecho.
― Pues… No es como las demás.
― ¿Ah?
― Quiero decir…
― Oh no, ¡no amigo! Te pondrás de romántico, mejor no quiero saber –Dicho esto llegaron al luminoso antro y soltaron una risa. Se estacionaron y entraron al lugar.
― ¿Dónde están? –Preguntó Naruto un poco impaciente.
― ¡Mira, por allá! –Exclamó. Tanto ruido no dejaba escuchar nada.

En la pequeña mesa yacían Shikamaru, Temari, Ino, Hinata, Neji… y sólo ellos. Naruto no mostró mucho interés toda la noche. A excepción de algunos ratos en los que se animaba. No sabía por qué, pero moría por verla.

Amor… Deseo… Amor… Deseo…

Al día siguiente. Pfff, día de preparatoria. Todos caminaban por el paso peatonal como zombis. Naruto, como siempre, llego 5 minutos tarde.

― ¡Otra vez tarde, Naruto! –Gritó una mujer de cabello negro azabache. Shizune.
― Lo siento, tenía hambre y…
― Ya lo sé, pasa. –Dijo con tono de remordimiento al dejarle entrar tantas veces.
― ¿Dónde está la abuela Tsunade?
― No es tu abuela, muchachito. Ella y tu abuelo terminaron hace tiempo –Dijo cansada.
― ¡Pero volverán! ¡De verás!
― ¡Anda a tu clase, se te hará más tarde! –Dijo mientras le daba empujoncitos.


En otra aula…

― Bien muchachos. Otro día con ustedes, por desgracia… -Decía el desanimado profesor mientras escribía cosas varias en el pizarrón.

Sakura estaba sentada, tranquila, como siempre. A diferencia de todos los de su aula, que gritaban, se lanzaban borradores. Típico comportamiento de un niño aplicado en la preparatoria. ¿Qué si piensa en Naruto? ABSOLUTAMENTE NO.

― A la mierda todo –Bufó, mientras pegaba su frente en la mesa- Estoy muy cansada de vivir…
― ¡Frentona! –Gritó con voz chillona su amiga rubia.
― ¿QUÉ QUIERES INO? –Gritó molesta.
― Ven, amargada. –Dijo. Ella estaba sentada sobre la mesa, con la falda a una altura muy seductora, y no era para más, Kiba estaba allí, junto con Shikamaru y Hinata.
― Iré a con ella… -Dijo Kiba. Todos asintieron, pues era su mejor amigo. Pero cuando apenas iba a levantarse, vio a un pelinegro acercarse a ella.
― ¿Sasuke? –Susurró Ino con voz ahogada.
― Oye… tú. –Soltó misterioso el Uchiha.
― ¿Qué quieres? ¿No vez que voy a dormir…? –Exclamó, para después quedarse sorprendida. ¿¡Sasuke Uchiha estaba hablándole!?
― Oh, siento interrumpir tu sueño.
― N-No, ya se me quito –Dijo tratando de ser indiferente- ¿Qué quieres?
― Sólo venía a hablar contigo. –Dijo en tono seco. Típico de Sasuke Uchiha.
― Ok.
― ¿Ok? ¿Sólo eso dirás?
― Ah, hola –Dijo indiferente.
― Hola… ¿Cómo estás?
― Cansada.
― Que interesante –Dijo con sarcasmo.
― Si, lo es.
― ¿Por qué eres tan fría?
― Tú debes de saberlo, tú eres igual que yo –Dijo y se volvió a recostar en la mesa.

Eso. Había dado en donde Sasuke quería que diera. Ahora se entenderían mejor. Sasuke concluyó con una misteriosa sonrisa chueca.

Capítulo 5.

Eso. Había dado en donde Sasuke quería que diera. Ahora se entenderían mejor. Sasuke concluyó con una misteriosa sonrisa chueca.

El día había pasado con tranquilidad, Naruto no molesto a Sakura. De hecho, no la había molestado en toda la semana, tal vez decidió ya no intentar algo con ella.

La pelirosa salió de su casa, con unos jeans ajustados con unos vans negros, una blusa blanca y una chaqueta de mezclilla. El cabello le caía por los hombros un poco despeinado.

Todo el camino estuvo tranquilo. Sakura temía que Naruto apareciera de la nada, pero no fue así. Por supuesto que había visto su solicitud en Facebook, pero aceptarlo implicaría molestia en la escuela y en el hogar. Pero bueno, no era momento de pensar en él. Sasuke Uchiha la había invitado al centro comercial. ¿Qué por qué aceptó? Ino la obligo a ir, si no lo hacía ella contaría uno de sus tantos momentos penosos en la infancia.

― Ino, como siempre, obligándome a cosas que no quiero –Pensó Sakura un poco fastidiada. Siempre había sido así, ya que para su mala suerte estuvieron en primaria, secundaria y preparatoria juntas. Como si el destino quisiera que Sakura sufriera.

Ya casi llegando, se dio un último respiro. Sabía que esto iba a ser difícil y más cuando los dos tienen poco interés en cualquier cosa. Entro y el aire acondicionado le despeino un poco el cabello, camino por las tiendas hasta llegar al lugar donde venden todo tipo de comida.
Odiaba la gente. Y en sábado la gente abundaba. Camino sin rumbo por todas las mesas, sin muchas ganas de encontrárselo. Hasta que lo hizo, frio y serio como siempre. Con la cabeza apoyada en sus manos y cubriéndole la boca. Al verla, solo hizo un pequeño gesto y se levantó.

― Pensé que no vendrías –Soltó.
― No podía peinarme.
― Disculpa aceptada –Dijo con poca arrogancia, y le hizo un gesto con la mano para que Sakura se sentará.
― Ni siquiera te pedí disculpas –Soltó un bufido y se sentó. Acto seguido Sasuke se sentó enfrente de ella y la miró.
― Bien. Háblame sobre ti.
― ¿Qué quieres que te cuente?
― No lo sé, cualquier cosa. Con tal de matar el aburrimiento.
― ¿Para qué me citaste aquí?
― Ni yo lo sé realmente.
― Vaya, que lindo.
― ¿Esperas que sea romántico contigo?
― Fue sarcasmo.
―  Pues no pareció. Verás, todas están enamoradas de mí…
― Menos yo, que te quede claro. –Ambos se quedaron en silencio. Se supone que Sakura no diría eso, ya que sería un acto muy grosero.
― No te pregunté.
― No me interesa. Sólo para que no trates de pasarte conmigo.
― Yo no me le insinuó a una mujer –Dijo entre risas. Era raro ver a Sasuke reír. – Ellas lo hacen. No he tenido la necesidad de molestarme.
― Que buen hombre eres.
― Claro que soy buen hombre, pero no en ese sentido. Ya sabes de lo que hablo.
― Ah, así que le haces el amor a cualquiera que se te ofrezca –Soltó una pequeña risa burlona y de malos amigos. Para ser su primera vez que habla con él, no le caía para nada bien.
― Yo no hago el amor, yo tengo sexo. Muy buen sexo.
― Vaya, vaya.
― ¿No me crees?
― No tendría porque no creerte. La verdad me da igual.

Sasuke esbozo una sonrisa chueca, saco su billetera y se levantó.

― ¿Gustas algo? –Le pregunto a la pelirosa.
― ¿Tú vas a pagarlo? –Dijo burlona.
― Obviamente.
― Pensé que no eras caballeroso.
― Pide lo que quieras antes de que me arrepienta –Dijo sonriendo.
― Un capuchino. Y una magdalena.
― Vengo enseguida –Dijo y se marchó.

Sakura recargó su espalda en el asiento y cruzó los brazos. En verdad ya quería irse, pero a decir verdad quería saber más sobre Sasuke. Era tan misterioso.

― Es arrogante, frio, desinteresado, burlón y sarcástico –Pensó Sakura molesta- Es odioso.

Cerró los ojos por unos minutos. Hasta que sintió a alguien cerca de su oído, rápidamente abrió los ojos y miró al sujeto.

― Naruto –Pensó sorprendida.
― Hola preciosa. ¿Por qué tan sola?
― Lárgate, idiota. Dije que no quería volver a verte –Refunfuño molesta. No sabía por qué, pero no quería que supiera que estaba con Sasuke- Tal vez son amigos… Ambos están en el equipo de baloncesto.
― Pero yo a ti si quiero verte. No te vi en la preparatoria, he estado entrenado muy duro... Perdón.
― ¿Perdón por qué? Estaba mejor así, sin que me molestaras, ahora vete.
― ¿Qué haces aquí, Naruto? –Dijo Sasuke por detrás de él, con dos cafés y dos magdalenas en la mano.
― Así que vienes con Sasuke… -Susurró. Volteó a ver al pelinegro y sonrió- Sólo venía a saludarla.
― ¿Se conocen? –Pregunto sin mucha gracia.
― No –Dijo Sakura.
― Si. –Dijo Naruto al mismo tiempo, río y dijo- Nos conocimos en fiesta de Kiba.
― Oh. –Dijo sin mucho interés, se sentó y le dio el capuchino y la magdalena a Sakura, quien estaba sin expresión- Ven, siéntate.
― Muchas gracias –Dijo triunfante, y le guiño un ojo a Sakura.

Lo que faltaba, Naruto. De por si el día no había sido bueno, ahora con Naruto allí.
Sólo esperaba que Naruto no mencionara sobre sus desafortunados encuentros.

― Y bien… ¿De qué estábamos hablando? –Dijo Sasuke.
Sakura le dio una mordida a la magdalena, con un ingenioso plan en mente y dijo sonriendo.
― De que tan bueno eres en la cama.

Naruto frunció el ceño. Sasuke remojo sus labios con la lengua y respondió.

― Bien, soy muy bueno. Pero ninguna ha hecho que llegue al orgasmo, ¿Sabes?
― Tal vez sea porque ninguna ha sabido complacerte… -Dijo en un tono realmente seductor. Mierda, se sentía toda una perra. Todo sea por alejar a Naruto.
― Pues tal vez llegue pronto –Dijo en el mismo tono. Naruto estaba cabizbajo, con los puños cerrados con fuerza debajo de la mesa.
Sakura no sabía si Sasuke adivinó sus intenciones. Pero todo iba de acuerdo al plan.
― ¿Quieres ver películas en mi casa está noche, Sakura? Mi hermano se fue de viaje, estaré solo. –Soltó Sasuke. Naruto miro a Sakura sin expresión, está le sonrió arrogante y dijo.
― Encantada de ir.

Sakura no sabía si Sasuke adivinó sus intenciones. Pero todo iba de acuerdo al plan.
― ¿Quieres ver películas en mi casa está noche, Sakura? Mi hermano se fue de viaje, estaré solo. –Soltó Sasuke. Naruto miro a Sakura sin expresión, está le sonrió arrogante y dijo.
― Encantada de ir.

Naruto se levantó bruscamente y salió disparado del lugar. Sakura no pudo evitar reírse, cruzándose de brazos y cerrando los ojos.

― ¿Qué te motiva a darle celos a Naruto? –Pregunto Sasuke sin expresión.
― Bien, eso a ti no te interesa –Dijo en la misma posición. Abrió los ojos y lo miro profundamente.
― Igual tienes que ir a mi casa hoy.
― ¿Qué dices?
― Yo no estaba bromeando –Dijo guiñando un ojo y mordiendo la magdalena.
― No iré.
― No te estoy preguntando. Vas a ir.
― ¿Quién eres tú para darme ordenes?
― Por el momento nadie. Vale, vale, hagamos un trato.
― Habla.
― SI tú vas a mi casa hoy a ver películas, yo no le diré a Naruto de tu plan.
― ¿Y qué pasa si Naruto se entera? Me tiene sin cuidado.
― Soy el mejor amigo de Naruto.
― ¿¡QUÉ!? –Preguntó Sakura exaltada. ¿Cómo no lo había pensado? Ambos son mujeriegos, y están en el equipo de baloncesto. ¡POR DIOS ERA TAN OBVIO! Trato de guardar la calma y parecer desinteresada.
― Lo que dije. ¿Acaso quieres que le diga que lo amas en secreto y que quieres darle celos?
― Nada de eso es verdad.
― No me interesa. Naruto me creerá a mí. Somos como hermanos.
― No estés de niña llorona. Iré a tu casa.
― Bien, ésta es la dirección –Sacó un bolígrafo de su pantalón y escribió lentamente en una servilleta- Te quiero allí a las 7:00 de la tarde. ¿Vale?
― Pues ya qué. No me queda de otra. –Tomó la servilleta con desprecio y se levantó.
― Te espero, hermosa. –Soltó con voz espeluznantemente seductora. Sakura sintió su cuerpo estremecer por dentro y salió del lugar.

Las piernas le temblaban. Que planes tenía el Uchiha para esa noche. Su madre no le importaba en absoluto, igual a ella no le importaba a donde fuera.

― Con tal de que no esté en la casa…

Pero había algo que la ponía feliz. Raramente ella estaba feliz. Naruto por fin la dejaría de seguir, su plan salió a la perfección. Sólo esa noche en casa de Sasuke y todo sería tranquilo como antes. Se fue a la casa de Ino un rato, a saludarla y a matar el tiempo. Por fin, las 6:00 de la tarde.
Llego a su casa, y mamá estaba en la sala, viendo el televisor.

― ¿Por qué no la vez en tu habitación? –Pregunto Sakura al cerrar la puerta.
― Esperaba un ‘’Hola mamá’’ ó, ‘’Ya llegué mamá’’.
― Pues yo no me voy de esas cosas.
― Ya me di cuenta. ¿Sakura, eres virgen?
― Dejen de joder con eso, ¡Sí, soy virgen! ¿Es algún pecado? –Dijo furiosa.
― No lo tomes a mal. Yo a tu edad ya no lo era. Y pues últimamente estás saliendo mucho…
― Pues mejor para ti. Sé que no te gusta tenerme aquí en casa, así que no te quejes.
― Cállate. Siempre arruinando las pláticas familiares…
― ¡Ni siquiera te interesa! Estás sólo esperando a que cumpla 18 y me vaya a la universidad! ¡QUE POR CIERTO LA PAGUÉ YO!
― ¡YA CIERRA LA BOCA! ¡Si me entero que estás embarazada te largas de la casa! ¿ENTENDISTE?
― ¡Pues qué más quisiera yo, para ya largarme!
― Pues hazlo, ¡Anda hazlo! Veamos si puedes sobrevivir.
― Eso haré, por fin me iré de está maldita casa. –Corrió a las escaleras, entró a su habitación y tomó una maleta debajo de la cama y empezó a meter ropa. En otra maleta más pequeña guardo su portátil, accesorios; los pocos que tenía, y sus ahorros para la universidad.

Su pequeña hermanita entró a la habitación, llorando con su oso de peluche. Su pobre y remendado oso de peluche. Sakura la abrazo y se quedo callada.
― Cuídate mucho hermanita –Dijo entre sollozos- Sé que saldrás adelante sola

Sakura jamás entenderá porque su hermana pequeña era mejor para hablar que ella.

― Que te vaya bien, tonta. Visítanos cuando mamá no esté –Dijo Sora recargado en la puerta de la habitación.
― Gracias Sora. Cuídense tu novia y tú. No quiero que pasé nada indeseado.
― No te preocupes. Ni yo quiero. Estamos en contacto. –Caminó hacia ella y sorpresivamente le dio un abrazo.
― Por supuesto que si –Abrazo a ambos y les dijo en voz baja- cuando mamá se vaya, o les falte dinero me llaman, sin miedo ¿Ok?

Ambos asintieron. Sakura dio un suspiro y tomo sus maletas. Era hora de irse. Todo se había arruinado, la verdad no tenía ni idea de donde se quedaría. Con Ino, tal vez, pero no quería preocupar a la mamá de su amiga. Bajó las escaleras lentamente, fulmino con la mirada a su seria madre y salió de la casa, dando una gran bocanada de aire. Bien, ya mero era hora de ir con Sasuke, así que caminó directo hacía allá. Ya que traía bastante dinero extra, tomó un taxi.

Sin esperarlo había comenzado una vida nueva. No podía saber sí estaba feliz o triste, era confuso. Ya casi llegando a la dirección, notó que era una casa grande. Tal vez sus padres se la habían heredado. Como todos sabían, Sasuke y su hermano perdieron a sus padres hace más de 12 años. El padre de Sasuke era millonario, pero desgraciadamente en la mafia. Sí, por eso habían muerto, o más bien dicho, los asesinaron a ellos y a toda la familia, a excepción de Itachi, un tío y por supuesto Sasuke.

― Es aquí, muchas gracias –Dijo, entregándole el dinero al chofer. Sacó las maletas de la cajuela y toco el timbre en el enorme portón negro.

Sasuke salió casi al instante. Como si estuviese esperando su llegada, pulso un botón cerca de la puerta de la mansión y el portón se abrió. Sakura entró, muy lentamente y con cara de fastidio. Lo que le faltaba, su ‘’cita’’ con Sasuke.

― Vaya, te tomaste muy enserio lo de la cita –Dijo Sasuke mirando las maletas de la pelirosa- Sólo te diré que yo no quiero casarme.
― No seas imbécil. Me salí de mi casa.
― Vaya, vaya, chica mala. –Dijo, tan seco como siempre. Marca de Sasuke Uchiha.
― Vamos adentro y deja de meterte en lo que no te importa.
― Al menos te arreglaste, un poco. Bueno, te vez buena así.
― Tenían que ser amigos Naruto y él. Son igual de sucios –Pensó sumamente molesta. Un piropo más de mal gusto y no sabría responder.
― Deja las maletas en cualquier lugar, y ponte cómoda. Que esto será largo… -Dijo en voz baja y consideradamente perturbadora. Sakura tragó duro y cerró los ojos.