¿Como perder a un hombre en 10 días? (TP)(26/02/14)(Capitulo final.)

--¿Y después de eso no te termino?

Ino, sobre el escritorio de Sakura, cruzada de piernas con un plato de fruta sobre su mano y un tenedor, miró a Sakura, sonriendo con victoria y frustración.

--¡No!—exclamó Sakura, dejando caer su cuerpo a la madera del escritorio--. Es un hombre fuerte… ¿Lo puedes creer?, al final tire la soda de dieta… ¡Y él no se molesto en absoluto! ¿Qué clase de hombre me busque?
--Uno muy enamorado… O muy idiota—Dijo Hinata, entrando con un folder azul.
--Idiota—se burló Sakura, levantando su rostro--. Es el tercer día… ¡Y no ha terminado conmigo!, tendré que usar la fase dos.
--¿Fase dos?—Preguntó Ino.
--Si, la fase dos… ¡Amigas!—Contestó--. Necesito su ayuda, ¿Qué debo hacer? No soy bueno en esto…
--¡Córtaselo!—Dijo Ino muy animada--. Así te odiara…
--¿Estas de broma?—Preguntó Hinata.
--¡Claro que sí!—corrigió Ino con una risita--. Es juego, solo se dulce…
--Muy dulce—Concluyó Sakura con una risa traviesa.





--¡Te lo dije!
--Demasiado perfecta para ser verdad—Dijo Sasuke con una sonrisa interrumpiendo las burlas de Kiba.
--¡Sakura es de lo peor!—Contestó Naruto, tirando una pelota hacia el canasto vacio de basura de su oficina--. Pero no perderé… ¡Oh no!, desde el primer momento en que se cruzo en mi vida, Sakura Haruno perdió todo uso de la razón…
--Y por eso hoy saldrán ¿No es así?—Kiba soltó una risita y miró por la ventana--. Hoy serás el chef de la cita… Quien te viera, te han atado.
--¿Atado?—Naruto soltó una carcajada--. No olviden que todo esto lo hago por nuestro trabajo… Si la chica quiere un príncipe, tendrá un príncipe…
--Como quieras—Susurró Sasuke--. Solo no olvides que el domingo es día de chicos. Nos vemos.
--¡Nos vemos el domingo!—Contestó el rubio con una sonrisa picara.





Naruto, con un mandil blanco puesto, un sombrero alto de chef y una ligera canción en su estéreo, preparo la cena. ¡El horno puesto! La estufa encendida calentando una deliciosa salsa que había aprendido de su madre, y acomodando dos platos de cristal blanco, copas, vino sobre una cubeta plateada con hielos, cubiertos finos sobre servilletas elegantes. La cena perfecta.

Aquel miércoles, por la noche, pasaría un partido nacional de su equipo favorito contra los ganadores más recientes, Naruto había llamado a Sakura la mañana del mismo día, acordando una cena para ver juntos el partió y disfrutar de una deliciosa comida que él prepararía con amor para ella, como todo príncipe… Después de todo, eso tenía que ser.

El timbre sonó minutos después, Naruto zangoloteo su cabello y se quito todo indicio de chef, apagando la llama de la estufa y el horno, dio una vuelta juguetona y abrió con una sonrisa en sus labios. Sakura llevaba una blusa negra, elegante de ligero escote, con una falda del mismo y una chaqueta rosa claro, resaltando sus ojos y su cabello corto, suelto y rizado levemente de las puntas.

--Buenas noches, preciosa—Dijo él, tomando su mano y besando un poco sus labios.

Sakura contestó con una sonrisa radiante, miró a su alrededor… El sillón más grande estaba frente al televisor de Naruto, con dos mesitas pequeñas individuales para comer, los platos sobre esta. “Así que quieres ver el partido en una cena conmigo”, pensó Sakura, dejando su bolso sobre una mesita junto de la puerta.

Naruto sirvió las cosas sobre las mesitas, tomó asiento y prendió el televisor con una gran sonrisa, había esperado el partido dos largos días desde que vio el anuncio en su televisión, y ahora, con la compañía de Sakura, que a pesar de a verle jugado mal el día anterior, era bella y amigable, no podía evitar decir que no le gustaba… Disfrutaría.

--Naruto… --susurró Sakura, fingiendo malestar e incomodidad, con un esplendido plan en su mente--. ¿Qué preparaste?
--Es un delicioso platillo de bistec con…
--¿Carne?—Preguntó Sakura haciendo cara de asco--. Soy vegetariana…

“No me digas…” pensó Naruto, quedándose helado con la mirada abierta.

--¡Lo siento!—Agregó Sakura, fingiendo querer llorar a lo exagerado--. Odio la carne… Creo, creo que voy a vomitar… ¡Oh Naruto llévatelo de mi vista!, pobre animal indefenso que murió por esto…

Inmediatamente Naruto tomó los platos, un poco atónito y alarmado… ¿Cómo que no le gusta la carne? ¿Era posible? ¿O Dios lo odiaba y la convirtió vegetariana?

--No te preocupes por eso—Dijo Naruto tomando su chaqueta--. Mejor salgamos a comer…. ¿Qué quieres comer?

Sakura miró su rostro un poco molesto, más bien frustrado, y sonrió para decir el nombre de un restauran… “Este día terminaras conmigo”, pensó Sakura tomando su bolso y saliente de edificio de departamentos donde Naruto vive. En la motocicleta de Naruto, los dos viajaron hasta llegar a un restauran pequeño, color verde con el nombre de “Naturalice”.

“Tengo que ser un príncipe… Solo quedan siete días” pensó Naruto… Cerrando sus puños sobre su pantalón y metiendo un gran trozo de lechuga a su boca. ¡No lo soportaba!, aquel restauran, era uno de pura comida para vegetarianos, pura verdura con mas verduras con salsa de alguna verdura molida ¿Podía ser verdad?, a pesar de eso, él jamás soltó la sonrisa forzada en sus labios. Sakura por otro lado, fruncía los labios… “Me pierdo el partido, como pura verdura que no llena ¡Y este no me termina!”, pensó enrollando la lechuga en su tenedor “Tengo que hacer otra cosa”.

--Necesito ir al tocador—Dijo ella, levantándose.

Rápidamente, Sakura salió en dirección a la cocina del restauran, para salir a escondidas por la puerta de servicio y entrar al primer restauran pequeño, donde compró una aburguesa y junto con los chef de este, ver el partido, o al menos, un pedazo, como iba el marcador. Cuando creyó que era el tiempo suficiente, regreso al restauran vegetariano donde se encontraba Naruto, recargado sobre la silla y mirando su plato con tristeza… “Pobre sito”, pensó Sakura, con un poco de ternura… Después recordó que era su trabajo y tiro aquellos pensamientos para regresar, fingiendo una vez más.

--Tardaste mucho—Dijo Naruto, mirándola con una sonrisa--. ¿Te sientes bien? Tal vez, deberías pedir otra cosa porque puede que…
--¿Me estas diciendo gorda?—Pregunto Sakura, fingiendo estar ofendida--. No lo puedo creer…
--¿Sucede algo?—Preguntó la camarera del lugar muy amable.
--N-No… Nada—musitó Naruto.
--¿Cómo que nada?—Gritó molesta Sakura sobre su asiento--. Sucede… ¡Que mi novio me ha dicho gorda!
--P-Pero yo… --susurró Naruto, asustándose.
--¿Tú qué?—Gruñó Sakura, llenando sus ojos en lagrimas fingidas--. ¿Qué por tu culpa soy vegetariana? ¡Que no puedo comer nada sin sentirme una obesa!  ¡Estoy obesa!

Naruto entro en pánico, mas, cuando vio la mirada de los demás comensales y en especial, la mirada fastidiosa y destructiva de la camarera, quien, seguramente… Apoyaba a Sakura. Rápidamente, tomó a Sakura del hombro y se retiro con ella, mientras le susurraba palabras dulces, para calmar a la desesperada y triste Sakura, quien lloraba por sentirse gorda.





--Vaya Naruto, te vez fatal… --Susurró Kiba, entrando de lado--. Y apenas es viernes ¿Y qué ha sucedido ahora amigo?
--No puedo…--musitó el rubio sin levantar la mirada del escritorio--. ¿Sabes lo que ha sucedido? ¡Sakura me llama cuatro veces al día! ¡Sakura cambio sus cosas a mi departamento! Y pinto mi baño de color rosa… ¡No la soporto!
--¡Lo sé, lo sé!—Interrumpió Kiba, sentándose a su lado sobre sus rodillas--. ¡Pero no le des victoria a Shion! Tienes que enamorarla y llevarla a la fiesta de elegancia de este miércoles… ¡Solo cinco días más!  Además—agregó con una sonrisa--. ¿Enserio es tan mala Sakura?

De repente, las puertas del elevador de la oficina de Naruto se abrieron y Sakura, con un vestido color miel, y dos grandes bolsas en su muñeca, entró con una fuerte y chillona voz femenina dando los buenos días…

--Invocaste al diablo—Musitó Naruto al verla entrar.

Sakura alzó la mirada en busca de Naruto, al encontrarlo, tomó una gran ola de aire y camino a paso veloz y muy femenino.

--¡Oh mi amor!—Dijo ella en voz aguda y muy dulce--. Corazón mío, cariño… ¡Cosita linda!—musitó moviendo sus manos--. Te he venido a visitar ¿No te encanta?
--Si preciosa… --susurró helado Naruto, levantándose automáticamente-- ¿Ya te presente a mis amigos? Él es Kiba—Dijo señalando a Kiba--. Y él es Sasuke…
--¡Así que ustedes son los amigos de mi Osito precioso!—Interrumpió Sakura, extendiendo sus manos para saludarlos--. Espero que le den buenos consejos a mi caramelito.
--¿Caramelito?—Preguntó Kiba, con una mirada burlona y conteniendo lo risa en sus labios.
--Si—contestó Sakura, mirando a Naruto con ternura fingida--. Él es mi caramelito, lindo dulce y hermoso… ¡Cosita linda!—dijo presionando las mejillas de Naruto.
--Cosita linda… --Se burlo Sasuke girando la mirada para evitar soltar una carcajada--. Naruto… Un osito. Vaya…
--¡Por cierto!—Agregó Sakura, dejando sus bolsos sobre el escritorio de Naruto--. Te traje algunos regalos bombón mío.

Naruto respiro hondo y miró las bolsas de Sakura. Abrió los ojos, aterrorizado, cuando vio a un perro pequeño, de orejas caídas y ojos grandes.

--Es Bili—Dijo Sakura con una sonrisa--. Nuestro hijo… ¡Nosotros cuidaremos de él! ¿No es hermoso caramelito?

La voz desapareció en su garganta… Segundos después, Sakura saco una gran planta, con una flor en medio, de aroma tan dulce que embriagaba la nariz de Naruto.

--¡Este es nuestro helecho de amor!—Dijo ella soltando risitas tonta--. Lo cuidaremos como nuestro amor… ¿Verdad cosita linda? ¡Mi caramelito dulce! Pastelito de vainilla.

Naruto afirmó con las mejillas levemente rojas de pena, pues a sus espaldas estaban Kiba y Sasuke, burlándose en silencio igual que todos en la oficina. Aquello tenía que ser una gran y larga pesadilla…

--Me tengo que ir mi cielo—Masculló Sakura, tomándolo de las mejillas, para besarlo en los labios--. No vemos mañana, pastelito…
--Si preciosa… --susurró Naruto… ¡Cansado! ¡Irritado!, pero con una sonrisa fingida.
--¡Adiós chicos!—se despidió mientras la puerta del elevador se cerraba. Y una vez que desapareció de la vista de todo. Kiba y Sasuke soltaron una carcajada.
--Es terrible… --dijo Naruto dejando caer su cuerpo en la silla de su escritorio--. Esto es terrible…
--¡Pastelito de vainilla!—Dijo Kiba a carcajadas--. ¡No me lo creo!
--Recuerdo que una vez dijiste que era linda y que si no fuera una apuesta, si la hubiera invitado a una verdadera cita—se burlo Sasuke--. ¿Es enserio?
--No se que le paso… Cuando la conocí, parecía linda.

Ya habían pasado seis días y aquello tenía a Naruto por los vientos… ¡Llamadas interminables! ¡Palabras ridículas de amor! Esa mujer, por muy hermosa que le pareciera a Naruto ¡era el vil diablo! Un demonio que lo perseguía de día y noche con el fin de torturar sus días… Pero solo faltaban cuatro días… Cuatro días soportarla ¿No era tan malo, o si?

--¡Ya casi me termina!—Dice Sakura, acomodando su cabello sobre sus hombros--. Deberían darle un premio por ser el hombre con más valor… ¡Mira que me ha aguantado!
--Está enamorado… --Musito en melodía Hinata, mandando sus manos a su mentón con ternura--. Te aguanta todo…
--¡Que hermoso! Se ha enamorado de ti…--agrego Ino, soltando su cabello de un lado a otro.
--¿Enamorado?—preguntó Sakura, fingiendo una sonrisa--. Espero que no… --Observó su taza de café sobre el escritorio y repitió con la mirada pérdida--. Espero que no…
--¿Por qué lo dices? ¿A caso te hace sentir culpable?—Preguntó Ino, mirándola--. No lo puedo creer…
--¿Te gusta?—Interrumpió Hinata abriendo la boca de asombro.
--Es lindo… --susurró Sakura, encogiendo sus hombros--. Y si… ¿De verdad se enamora?
--¿A caso acabo de escuchar eso de ti?—Masculló Ino, negando con la cabeza--. Querida—agregó con dulzura--. A caso los hombres sienten feo cuando no engañan ¿A caso lo siente?
--O cuando se acuestan con nuestra mejor amiga ¿Sienten feo?—continuo Hinata--. Es uno más…y es tu trabajo, ¿lo dejaras por él?, piensa… Que solo te hace sentir única, porque no te ha llevado a la cama.
--¡Tienen razón chicas!—dijo Sakura, emboscando una sonrisa fingida--. Ese tipo, no sabe con qué chica que metió…

…

--¡Oh amorcito!—Dijo Sasuke con una sonrisa burlona y en un tono muy agudo y femenino--. ¿Me pasas a salsa? ¿Si cariñito de melón? ¿Amor mío?

Todos soltaron una carcajada burlona, mientras Naruto gruñía y aventaba la salsa hacia la cara de Sasuke. Ese domingo, por la noche, se llevaba a cabo la cena de “amigos”, un juego con cartas de reunión varonil que se llevaba a cabo cada tercer domingo.

--Enserio amigo—dijo Kiba, tomando un trozo de piza entre sus diente--. Todos los hombres del mundo deberían darte un premio por tu fuerza  ¡Eres fantástico!
--Mira que soportar todo eso… --susurró Shikamaru, soltando su cigarro--. Yo te compadezco.
--¡Cachito de cielo mío!—Dijo Sasuke una vez más, con voz femenina--. ¿Me pasa otro pedacito de pizza?
--¿No te cansas de burlarte?—Preguntó Naruto aventándole una pizza en el rostro y soltando una risa--. Es terrible… ¡Pero nada puede salir mal esta noche!, estoy tan tranquilo con ustedes ¡Y lo mejor! Sin ella…

De repente, el timbre retumbo en sus oídos. Naruto se levantó rápidamente para abrir la puerta con una sonrisa,  al abrir la puerta, su boca se abrió de golpe, su corazón se detuvo y los ojos le saltaron.

--¡Hola caramelito de vainilla!—Dijo Sakura, con una canasta entre sus manos, un vestido primaveral rojizo y un cabello suelto bien peinado.
--S-Sakura… --susurró él, atónito--. ¿Q-Qué haces aquí?
--Quería verte amorcito—Agrego, entrando al apartamento a paso firme y femenino--. ¡Hola chicos!

Todos, la miraron atónitos, con las bocas abiertas y las miradas de asombro, mientras soltaban sus cartas sobre la mesilla de juego. Junto de un “Hola” casi desanimados y asustados.

--Bien chicos…--musitó Naruto, volviendo a su asiento--. Creo… Que Sakura nos acompañara… Esta noche.
--¡¿No es fantástico?!—Dijo ella, mirándolos con una sonrisa.
--Si… Bueno—dijo Kiba bajando la mirada--. Mejor sigamos…

Por medio segundo, todo volvió a ser como antes, ellos jugando y echando bromas varoniles, hasta que Sakura le rebató la pizza a Sasuke de los dientes en un jaló, tomó una servilleta y le limpio el rostro para darle uno sándwiches de los que traía dentro de su canasta.

--¡La pizza es mala!—Dijo ella sonriendo--. Prepare este emparedado vegetariano ¡Anda cómelo!

Después, se giró, y miró a Naruto comiendo pizza e inmediatamente tomó toda la pizza y la tiró a la basura, ganándose las miradas de todos los amigos de él. Ella giro sobre sus talones y les repartió uno de esos horrorosos emparedados vegetarianos, tomó sus cigarrillos y los apago con esa fastidiosa sonrisa fingida que le lastimaba los pómulos.

--¡Oh esa reina de corazones es fantástica!—Dijo una vez más ella, mirando el juego de cartas de Kiba--. Seguro que con esa ganaras…

Kiba rodo los ojos pasando una mano sobre su cabello fastidiado, pues ella en un segundo había echado a la basura todo su movimiento y táctica para  ganar revelando una de sus cartas. Naruto, algo incomodo, le dedico una sonrisa a Sakura y dijo con toda tranquilidad fingida:

--Cariño…  ¿Podrías hacerme un café?

Ella, fastidiada de tanto actuar, afirmo con una sonrisa y se dirigió a la cocina. “¡Esto va mal!, aun no me termina…” pensó Sakura, recargando su cuerpo contra la mesa en la cocina, después, giró la mirada y vio su helecho del amor, muerto. Y una fantástica idea, se le ocurrió.

--¡Oh no!—Gritó Ella con rotunda tristeza--. ¡No puede ser!

Naruto, al escuchar su grito, se levanto de un golpe y corrió hacia ella para saber si algo le había pasado… Cuando llegó, la vio con las manos sobre sus mejillas  y la mirada irritada.

--¿Dejaste morir a nuestra planta?—Agregó Sakura, entrecerrando los ojos--. ¿Dejaste morir a nuestro amor? ¿Es eso, Naruto? ¡Eres un…!  ¡Eres un idiota desconsiderado!
--¿Qué?—Preguntó Naruto frustrado--. ¿Qué yo, que?
--¡Dejaste morir nuestro helecho de amor! ¡Mataste nuestro amor!
--Yo… --susurró apenado. Entonces explotó…-- ¡Sí! ¡Deje morir esa tonta planta!  Pero nuestro amor, querida… ¡Nuestro amor siempre estuvo muerto!
--¿Me estas terminando?
--¡Oh por dios que si!... ¡Tómalo como quieras!

Sakura lo miró, atónita y con tristeza sumamente fingida, tomó un cojín de la mesita de alado y se la aventó a Naruto para salir llorando de su departamento. Naruto, tras darse cuenta de lo que había hecho, salió corriendo tras de ella, para decirle que lo perdones... “Si pierdo, me humíllate ante Shion”, pensó, mientras se arrodillaba y le pedía que lo perdonara. Por otro lado, Sakura rodaba los ojos cansada “¿Qué no se cansa?”, pensó volviendo a fingir estar molesta…”Tengo que mejorar mi técnica”.

Finalmente, esa noche había pasado… ¡Sakura ya no sabía qué hacer! Y Naruto, no podía soportar más… Entonces, otra, estupenda y magnífica idea llegó a Sakura.

Suegros.

La mañana, del día siguiente, Sakura se levanto muy animada, busco entre sus contactos los números telefónicos de los padres de Naruto, y, al localizarlos, los llamó inmediatamente, para acordar una cita… Más bien, una visita.

…

--¿Qué? ¿Mis padres? ¡Qué te pasa!—dijo Naruto, caminando de un lado a otro--. ¿Es un juego?
--¡No!—contestó Sakura, cruzando sus brazos--. Tú y yo, no estamos bien en nuestra relación… ¡Y esto es serio! Quiero conocer a tus padres. Ya acorde una cita con ellos esta tarde…

Naruto, un poco frustrado, afirmó con la mirada, después de todo…  El tenía que ser un príncipe.

En la tarde, del mismo día, Naruto llevó a Sakura a casa de sus padres, en aquella motocicleta suya, hasta las orillas de la cuidad. Una pequeña casa, modesta, cómoda y muy hogareña llamó la atención de Sakura… Ella sonrió sinceramente, al entrar en ella, con fotografías de Naruto pequeño, juntó de otros niños, con sillones sumamente decorados con tejidos llamativos.

--Así que eres Sakura—Dijo una voz al fondo--. Qué bonita eres  ¡Mi hijo no escoge mal!, soy Kushina, querida.

Una mujer, de cabellera rojiza y larga, se acerco a ella, para abrazarla con fuerza. Sus ojos azules penetrantes le recordaba un poco a los de Naruto, sin duda hermosa, de vestido colorido y largo muy femenino. Naruto, al entrar, abrazo a la muer tras decir “Hola madre”, y sonrió, con un gesto que ella, jamás había visto antes… ¿Así sonreí Naruto al ver a su familia?

--Así que ella es la ganadora—dijo Minato, saliendo de una de las habitaciones--. ¿Qué le diste a nuestro hijo?—Se burlo--. Has atrapado su corazón si te trajo con nosotros.
--¡Eres la primera novia que trae! Y me alegra… Pareces ser muy linda.

Sakura se quedo atónita, pues aquel hombre era el fijo reflejo de Minato, su padre. Sus mejillas blancas se coloraron rojizas, ante la mirada de ellos dos.

--Que alago—susurró Sakura encogiéndose de hombros--. No sabía eso...
--¡Mira quien viene!—Gritó Naruto, echándose a correr, para abrazar a una niña pequeña, aun en pañales, de cabellos rojizos y pies pequeños. Naruto la tomó entre sus brazos y la elevó para llenarla de besos, aquello, llamó mucho la atención de Sakura, pues pocas veces veía eso.
--Este día se ha reunido la familia—Dijo Kushina--. Me alegra que hayan venido—Agregó mirando a Sakura--. Debes ser muy especial, si Naruto te ha traído… ¡Pero tranquila! Tienes que conocer al abuelo Jiraiya.

Kushina tomó el brazo de Sakura y a tirones suaves, se llevo a Sakura hacia la parte trasera de la casa, donde había un señor de cabellera blanca, sentado sobre una mesita con cartas en la mano, un hombre, muy parecido a Naruto, pero de cabellera rubia, a su lado y un niño de diez años al otro extremo.

--Él es Jiraiya—dijo Minato con una sonrisa--. Menma y Konohamaru, son hermanos de Naruto, excepto Jiraiya, él… Es su abuelo. Mi padre.
--¿Eh? ¿Quién es la hermosa?
--La novia de Naruto—contestó Kushina, entrando a la casa.
--¿Novia? –Repitió Konohamaru--. ¡Vaya! Después de todo, nii-chan no es gay.
--¡Hey Konohamaru!—Replico Naruto, frunciendo el ceño y mirándolo con fingida molestia--. ¡Vas a asustar a mi novia!

Todos soltaron una carcajada… Sakura, se limito a ver a todos, con una sonrisa en sus labios, con plena sinceridad y de repente, miró a Naruto… él platicaba entre risas con Menma, su hermano mayor, con sus ojos azules fijo en todos. También miro a dos niñas en pañales corriendo de un lado a otro, una rubia de ojos azules llamada Naruko y otra pelirroja llamada Karin… Kushina entraba con pastelillos y limonadas, mientras Minato se acercaba  Jiraiya para platicar.

“Toda una familia” pensó Sakura, sonriendo y sintiendo algo en su interior… Un extraño, dulce y hermosos sentimiento, de felicidad.

--¡No seas tímida, Sakura!—Dijo Kushina, tomándola del hombros--. Háblanos de ti.
--Bueno, soy Sakura, y escribo en una revista de moda, pero en realidad quiero trabajar como periodista—contestó, sentándose junto de Naruto.
--Ya veo, hermosa e inteligente—dijo Jiraiya mirando a Naruto--. ¡Muy bien, muchacho, has aprendido algo de mí!

Él se sonrojo ligeramente, mientras tomaba la mano de Sakura y sonreía.

--¿Y se van a casar?—Pregunto Konohamaru, tomando una galleta, cosa, que hizo sonrojar a Sakura de un momento a otro.
--Bueno—dijo Naruto con una sonrisa--. Sakura hizo una foto de lo que serian nuestros hijos—se burlo mirándola--. Y creo que sería una estupenda madre.
--Y tu un estupendo padre—contestó, mirándolo a los ojos con una sonrisa.
--¡Oh que hermoso!—Dijo Kushina, mirándolos, y entonces, agrego con dulzura--. ¡Pero no estamos en San Valentín!

Y entonces, Kushina soltó una risa mientras sacaba una manguera, junto con Sakura y Naruko. Las tres señalaron a uno entre todos y lo mojaron bruscamente… Eso, lo había planeado Kushina, le había pedido a Sakura que mojara a Naruto con la manguera mientras ella mojaba a Minato. Y ahora, ellos empapados, soltaron otra risita.

--¡Oh no!—Dijo Naruto, levantándose empapado--. ¿Me has traicionado por mi madre?

Sakura lo miró y soltó una risa más grande. Naruto corrió hacia ella y la tomó entre sus brazos, mientras Minato mojaba a Jiraiya con la manguera que Sakura había tirado, rápidamente, Naruto tomó a Sakura entre sus brazos y la puso frente a Minato, quien al verla, tomó la manguera y le echo agua junto con Naruto. Konohamaru, a carcajadas, se aventó hacia Minato con el fin de quitarle la manguera pero este lo mojo… Y así, pasaron algunos minutos.

Al final, Sakura quedo repleta de agua, su ropa de pegaba a su cuerpo y no tenía ningún cambio. Todos ya se habían cambiado excepto ellos dos. Kushina tuvo que darle algunas ropas a Sakura y esta se metió al baño.

Pero algo había cambiado… Ella se sentó sobre la taza cerrada, mirando hacia la tina, sus ojos caídos y su mirada perdida con la ropa entre sus manos. Algo, ese día, lo había cambiado todo, porque ahora, algo más le sucedía a ella, algo, que no quería admitir.

Naruto entró con una sonrisa y un cambio de ropa de su padre, cuando la vio, corrió hacia ella y soltó una carcajada mientras le repelaba por apoyar a su madre… Sakura, se sentía fatal, pues al final, sabían lo que Naruto representaba: Su trabajo. Así que, irremediablemente, sus ojos se llenaron de lágrimas en una pelea entre alegría y tristeza, amor y amargura.

--Tu familia es fantástica—Dijo, a duras penas.

Naruto, al verla, la abrazo, aun mojado y beso su frente con ternura, pues en su interior, algo más había cambiado…

--¿Por qué lloras?—le preguntó con ternura--. Les has caído bien a mi familia ¿Cal es el problema?
--Es que yo, Naruto yo…
--Tú eres hermosa—Dijo él, tomándola entre sus manos y mirándola a los ojos--. Cuando eres como hoy, dulce, divertida y honesta… Cuando eres así, me gustas.

Y sin decirle nada mas, la besó…

Y por primera vez los dos, sintieron que algo había cambiado en ellos, mas cuando Naruto sumergió a Sakura en la tina para “cambiarle la ropa mojarla y limpiarla”, pues desde ese día… Ya nada sería lo mismo.

Los rayos de luz, entraban por la ventana a su izquierda, iluminando sus parpados y molestando ligeramente su sueño. Ella movió la cabeza, girando su cuerpo y enrollándolo en su cuerpo desnudo, para acurrucarlo en la sombra de otro cuerpo desnudo a su lado, ocultando el rostro entre el pecho y las sabanas. Sakura se sentía, por primera vez, a salvo y cómoda, acurrucada en el cuerpo de Naruto. Tras a ver pasado su primera noche juntos…

--Buenas noches—Le susurró él, con una tentadora sonrisa a su oídos.
--Shhh… --le contestó Sakura, alzando la cabeza y atrapando sus labios en los suyos.  

Naruto sacó las manos entre las sabanas y las colocó en su espalda para apretarla a su cuerpo desnudo. Acarició su piel y besaba sus labios con ternura, suspiraba y disfrutaba cada segundo con ella. Y ella con él.

--A noche, fue fantástico—Dijo Naruto, separando los labios y mirándola con una sonrisa--. Hay que volver a hacer esta noche.
--¿Estás jugando? Mejor ahora… --bromeó Sakura con una sonrisa.
--No, mis padres estarán despiertos y eres muy ruidosa. Preciosa.
--Tus padres… --susurró. Entonces, Sakura abrió los ojos de golpe--. ¡Naruto estamos en casa de tus padres!  ¡Oh dios!  ¡Qué vergüenza! Y a noche tú y yo…
--Lo sé, lo sé… ¡Les costó dormir con tanto ruido!
--¡Naruto!—Le regañó ella, muy sonrojada--. ¡No digas eso! Espero que no hayan escuchado nada…
--¿Nada? Pero si eras muy ruidosa y más cuando te acosté y…
--¡Cállate!—le gritó, con los ojos abiertos y las mejillas rojas al tope.

Sakura se levantó ligeramente y golpeo a Naruto con una almohada para callarlo. Naruto soltó una risa maliciosa y se aventó con los brazos abiertos hacia Sakura para abrazarla y besarla. Una vez más.

A los pocos minutos, los dos decidieron tomar una ducha, con agua caliente y fresca para una mañana en un lunes. Naruto disfrutaba de cada momento, refrescando su cuerpo junto con Sakura, que a pesar de su sonrojo, disfrutaba de igual manera. Después de todo, nunca en su vida se había sentido más segura de convivir con un hombre de esa manera… ¿Pero que le estará pasando? ¿Desde cuándo eso estaba en su plan?

Simplemente ella ya no lo sabía.

-- Se ven muy felices esta mañana—Dijo Kushina. Estaba sobre la mesilla de desayuno, cortando naranjas por mitad y exprimiéndolas sobre una jarra y preparando un ligero desayuno, con un pijama rojizo y el cabello suelo, largo y rojo.

Sakura sonrió notoriamente, tenía una camisa de Naruto y unos short sueltos, su cabello en un peinado sencillo y fresco aun mojando sus hombros. Naruto también sonrió, con su bóxer largo en forma de pijama y su camisa blanca holgada y desgastada. La mesa estaba casi llena, con Menma, Minato y Konohamaru alrededor.

--Estamos felices—contestó Naruto--. Ayer, fue un buen día.
--¿Y como no lo iba a ser?—Dijo Menma, con una sonrisa picara--. Si bien que escuche como en la noche ustedes…
--¡Menma!—Lo regaño Kushina, golpeándolo con la cuchara de madera en su mano--. Konohamaru está presente… ¡Y deberías dejar a tu hermano  con su intimidad!
--¡Oh no!—Masculló Sakura, sonrojándose mirando a otro lado--. No, no, no… ¡Olviden eso! Es que yo... y Naruto… y A noche…
--Tranquila preciosa—Dijo Kushina--. El  hermano de Naruto es un pesado, realmente no escuchamos nada…
--Pero mi hijo  seguro estaba al tanto de todo—Bromeó Minato, bajando el periódico y sonriendo--. Mejor díganme… ¿Y ahora que sigue?
--¿Ahora que sigue?—Preguntó Sakura, tomando asiento y mirando a Minato.
--Si… ¿Hay una boda por preparar?

El silencio se hizo presente. ¿Qué era lo que seguía?  El plan de Sakura era simple: Solo diez días de noviazgo.  ¿Qué tan difícil puede ser eso?, pero ahora, aquello ya solo era una fecha cualquiera que intervenía en cada segundo emocionante que pasaba a lado de él, que disfrutaba de su voz y su mirada… ¿A caso se había enamorado?, desde el fondo, ella sabía perfectamente, que si él era capaz de aguantarla tanto, consentirla, era por una cosa: Amor. ¿Qué otra cosa puede ser?

Pero jamás se le paso por la mente, que para él también era una apuesta.

--No lo sé, papá—contestó Naruto, tomando la mano de Sakura--. Pero nada me haría más feliz… --susurró con cariño.

Y eso, le derritió el corazón a Sakura…





--¡Interesante! Deberíamos hacer un reportaje sobre ti—Dijo Hinata, cruzando sus piernas y mirando a Sakura--. ¿Y eso le dirás a Tsunade? ¿Qué dejaras el trabajo?
--¡No puedo hacerle eso a Naruto!, al menos… Ya no—contestó encogiendo sus hombros.
--Si, querida, ya caíste—Dijo Ino con una sonrisa--. ¡Estas enferma de amor! Y es grave…
--No es verdad, yo no estoy enamo…

De repente, el celular de Sakura sonó y ella, con una sonrisa tonta se levantó de golpe y tomó su celular para contestar inmediatamente.

--¿Naruto?, hola… --contestó en voz tierna--. Sí, claro… ¡Hey!  Si, estaré lista… ¿A las ocho?, estaré ansiosa…sí, yo… yo también te extraño. Nos vemos, adiós.  

E inmediatamente colgó con una sonrisa y unos ojos brillosos. Ino la observó y soltó una carcajada brillosa y sincera.

--¿Te extraño? ¿Le has dicho que lo extrañas? Querida, no hay duda alguna… ¿Qué fue lo que sucedió en casa de sus padres?
--Nos conocimos—Contestó Sakura un poco sonrojada--. Solo eso.
--¿Y él te llevara esta noche al evento de joyería de Tsunade?—preguntó Hinata--. Recuerda que quiere que estemos ahí, además, es elegante, pues se firmaran algunos contratos de belleza en publicidad, y creo que es la firma de Naruto  ¿No es así?
--Claro, ¿Pero saben qué? No tengo vestido… --dijo ella moviendo su melena rosa--. Y necesito estar lista.
--Eso déjalo a nosotras—Dijo Ino--. ¡De compras!





Las horas pasaron como de costumbre, aquel miércoles era el  decimo día desde que aquella apuesta comenzó. ¡También era la cena elegante! Donde Jiraiya firmaría el contrato con la compañía de publicidad ganada, ya sea Shion o Naruto según quien ganara la apuesta desde días atrás.

Era de los salones mas grandes y elegantes de Nueva York, compuesto como un domo, alfombrado y impecable. En la puerta principal se observaba el titulo primordial de publicidad “Glasea tu belleza”, con un estante lleno de joyas, diamantes brillos en collares y pulseras de prueba, para colocarlo en las mujeres durante toda la noche con el propicito de atracción.

Esa misma noche, Naruto alquiló un auto elegante, pues no pensaba llevar a Sakura en motocicleta a un evento como ese. Portaba su esmoquin negro, con la fragancia más suave y exquisita que tenia y su cabello rebelde al natural. Minutos después, llegó a su apartamento donde la esperó.

Dorado, lizo de pocos adornos en la tela brillosa que decoraba su cuerpo, la pedrería brillosa se posaba a un lado de su hombro, mientras que el otro quedaba descubierto y denudo, su cabello recogido y sus labios tenidos de brillo y un toque rosado, ojos delineados y perfume suave. Fresco aroma a cerezo. Naruto al verla, abrió los ojos… Era hermosa, delicada y traviesa, con solo verla un pulsante latido se asomaba y la emoción era inevitable de explicar. Sin notarlo, la tomó de la mano y la besó con dulzura. Para al final, llevarla a la cena.

El ambiente era elegante, suave y tranquilo, con mujeres con vestidos preciosos y joyería fina. Sakura no dejaba de sonreír, a un lado de Naruto, con una copa de vino tinto, a su alrededor, estaban los amigos de Naruto y su jefe, conversando cómodamente y disfrutando del ambiente.

--Oye Naruto—Dijo Jiraiya--. Me gustaría presentarte a unos amigos ¿Quieres?
--Es que yo…
--Ve—Le dijo Sakura con tranquilidad--. Solo será un momento y es importante para ti, te esperare.

Naruto sonrió, besó sus labios y se retiro junto de Jiraiya, hasta en medio de la sala para hablar con los contactos: gente rica de empresas a punto de contratar publicidad. Su publicidad.

Mientras tanto, sentada sobre la mesa a unos metros de Naruto, se encontraba Sakura con una sonrisa, probando algunos bocadillos deliciosos y tomando un poco de vino, con Kiba y Sasuke frente a ella. Debes en cuando, Sakura giraba y le echaba miraditas coquetas a Naruto, quien a lo lejos, le enviaba besos a escondidas, en sus ratos libres y ella solo soltaba risas inocentes.

--¿Te puedo preguntar algo, Sakura?—Dijo Kiba, serio y a la vez nervioso.
--Claro.
--¿Estas enamorada de nuestro amigo?

Sakura por un momento dudo, buscando alguna respuesta viable y razonable, sin embargo, la pregunta mas sencilla y tonta le alteraba y eso solo significaba una cosa ¿Qué importaría decir la verdad?, ya para esas alturas, debería ser normal y comprensible ¿A caso le tenía miedo a algo?, no, ya no.

--Si, la verdad, es que si…--Contestó sonrojándose.

Kiba la miró con tristeza, con desaprobación y culpabilidad, algo que, indudablemente, la asusto por completo ¿Por qué esa mirada? ¿Qué significaba?, aquello se había convertido en un silencio totalmente incomodo, Sakura, sentía la necesidad de preguntar, pero sus pensamientos fueron cortados por Sasuke, cuando dijo lentamente:

--No sería bueno que te lastimen, ya es la fiesta… Creo que es mejor que lo sepas.
--¿Saber qué?—Preguntó Sakura, hundiendo sus temores y pensamientos y demostrando su sonrisa.
--También creo que es mejor que lo sepas—interrumpió Kiba--. Ya es hora.
--No les entiendo nada—dijo Sakura con una sonrisa--. ¿Bebieron mucho? Porque si es así, juro que los gravare y…
--Naruto está contigo por una apuesta—Le interrumpió Sasuke.

Y la sonrisa de Sakura desapareció.

--Tenía que enamorarte en diez días para conseguir el contrato de publicidad con Jiraiya—agregó con tristeza--. Y hoy se cumple los diez días. Lo siento…

Sakura solo se levantó, los miró durante algunos segundos y se retiró hacia el lugar más lejano, más solo y silencioso.  

Porque aquello, no podía estarle pasando… ¿Por qué?