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Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
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Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
Reportandome con la otra historia que les prometí, y para mi, el titulo de esta es bastante extraño, la mayoría de las veces, cuando uno se casa, es por amor ¿no?. Bueno, lo dejo a su juicio. Y sin más que decir, aquí esta el primer capítulo.
Capitulo 1
Una Boda por Amor
Capitulo 1
- Spoiler:
- Sorpresa y desconcierto. Esas eran las únicas emociones que Sakura podía sentir en el camino de la consulta a su coche.
Durante unos minutos interminables, permaneció sentada al volante con la mirada perdida. Mientras, las palabras del médico retumbaron en su cabeza:
«Embarazada de ocho semanas».
Por Dios Santo, ¿cómo iba a estar embarazada?
Una pequeña risa histérica escapó de sus labios. Sabía muy bien cómo... Lo que no entendía era el porqué. Llevaba un tiempo tomando la píldora y no la había olvidado ni en una sola ocasión.
El doctor le había dicho que no había nada infalible, sobre todo, cuando se daban ciertas circunstancias. Y parecía que ella había pasado por una de ellas: la gastroenteritis. Durante los días que le duró, no paró de vomitar y, por lo visto, también había de vuelto la píldora quedándose sin protección.
¡Dios Santo! El gemido fue inaudible al retumbar en su mente. ¿Qué iba a hacer?
Tenía veintisiete años y era una buena abogada. Tenía una carrera y un compañero y la vida bien planificada...
En su agenda no tenía previsto ningún embarazo.
Cerró los ojos y los volvió a abrir.
¡Naruto! El corazón le dio un vuelco. ¿Cómo reaccionaría?
De una cosa estaba segura: su sorpresa sería tan grande como la de ella.
¿Aceptaría él su paternidad?
Por su mente pasaron unas cuantas imágenes, desde el entusiasmo y el apoyo... hasta el otro extremo de la gama de emociones.
«No», gritó una voz en su interior. Desde luego, no pensaba abortar. Sin pensarlo, se llevó una mano protectora al vientre.
No le cabía la menor duda de que aquel niño era de Naruto, pero también era de ella. Y no le importaba lo que él dijera al respecto; pensaba quedárselo. La vida como madre soltera no sería un camino de rosas, pero se las arreglaría.
¿Y si Naruto le ofrecía que se casaran? Claro, como si los elefantes volaran, se respondió con ironía.
Estaba claro que su relación era algo serio, que había compromiso sin la bendición del matrimonio.
Hasta aquel momento, ella había estado de acuerdo con el pacto.
Pero, ahora, había una tercera vida que tener en cuenta. Tendrían que tomar decisiones. Solo entonces sabría qué dirección tomar.
Sin pensarlo mucho, agarró su bolso y sacó el teléfono móvil. Después de mirarlo un rato, lo volvió a guardar.
Naruto tenía un juicio y tendría su móvil desconectado. No podría hablar con él hasta por la tarde.
Además, ese tipo de noticias debían darse en persona, no por teléfono.
Podía preparar una cena especial, con velas, ponerse un vestido provocativo y seducirlo durante la cena. Después, soltaría la noticia durante el postre.
Pero esa noche no podía ser. De sus labios escapó una palabrota muy poco femenina al darse cuenta de que habían quedado para cenar fuera. Se trataba de una reunión organizada por el colegio de abogados, una de tantas.
Y, desde luego, no podía dejar caer la noticia mientras charlaban con sus colegas en el vestíbulo del hotel. Quizá podía susurrársela al oído entre el primer plato y el segundo. Aunque, pensándolo mejor, no era una buena idea; podía ahogarse del susto.
Lo mejor sería ser más cauto. Siempre podría ir a una boutique para bebés, comprar un par de patucos y ponérselos en la almohada. ¿No era aquello sutil?
Sin darse cuenta, la mente voló hacia el hombre que le estaba causando tantas preocupaciones... y no supo si reír o llorar.
Naruto Uzumaki era uno de los abogados más solicitados de Brisbane. Tenía treinta y siete años y era un hombre brillante en su campo. Con su habilidad podía hacer tartamudear al peor de los delincuentes y hacer trizas el argumento de cualquier abogado con el que se enfrentara.
Lo había conocido hacía tres años, en una cena del colegio de abogados. Su reputación lo precedía y, aunque lo había visto en foto en los periódicos, nada la había preparado para cuando lo vio en carne y hueso.
En cuanto lo divisó al otro lado de la habitación, sintió que se derretía por dentro. Su altura, sus hombros, su gallardía, cómo le sentaba el traje hecho a medida... Todo eso lo distinguía del resto de los hombres allí presentes. Tenía unas facciones perfectas. La naturaleza lo había dotado de una mandíbula cuadrada, unos pómulos marcados y una nariz griega. Era blanco con un tono bronceado y de ojos azules. Debajo de su fachada sofisticada, había una sensualidad innata y el asomo de una promesa. Y otra cosa... algo más difícil de explicar.
Aquella primera noche, tuvo la sensación de que todo, menos él, se desvanecía a su alrededor. Solo existían aquel hombre y ella y aquello le hacía hervir la sangre y le aceleraba el corazón.
El cruzó la habitación, caminando despacio, sin apartar en ningún momento los ojos de ella.
Sakura no recordaba muy bien lo que pasó después, ni de qué hablaron. Pero sí recordaba la impresión que le causó su voz profunda y aquella entonación que dejaba entrever una educación en el extranjero. La fascinó su boca, la curva sensual de su labio inferior, la calidez de su sonrisa...
Se trataba de hombre astuto, inteligente y peligroso, percibió ella inmediatamente, intuyendo desde aquel instante que jugaría un papel importante en su vida.
Después de tres meses saliendo juntos, Naruto le sugirió que se fuera a vivir con él. Sakura aceptó, pero decidió esperar un poco más, por miedo a comprometerse demasiado rápido en una relación donde la parte más importante era el deseo físico.
Ahora, dos años después, estaban compartiendo el lujoso piso que él poseía en uno de los barrios más prestigiosos de Brisbane.
La vida estaba bien. Mejor que bien.
Casi todo el tiempo lo dedicaban a sus carreras profesionales o a ellos mismos y rara vez salían con otras personas. Naruto tenía un apartamento en la Costa Dorada, a menos de una hora hacia el sur, y allí solían pasar muchos fines de semana, descansando y tomando el sol.
Nunca habían hablado de matrimonio.
Y, ahora, Sakura no quería hablar del tema a menos que fuera por la razón apropiada: amor. Ese del que dura para siempre.
El sonido de su teléfono interrumpió sus pensamientos. Tenía un mensaje para que llamara a la oficina.
A los pocos minutos, puso el BMW en marcha y tomó la carretera que llevaba a la ciudad.
Era un día precioso, el cielo estaba de un azul intenso y no había el menor rastro de nubes. El verdor del césped y las florcillas del final de la primavera coloreaban el campo y la calidez de la temperatura anunciaba el comienzo del verano.
En diez minutos, Sakura entró en el garaje de su empresa para dejar el coche en su reservado. Después, tomó el ascensor al piso decimoquinto.
La recepcionista parecía una modelo sacada de la revista Vogue. Para el despacho de abogados en el que trabajaba, la buena imagen importaba mucho.
Sora, por supuesto, contribuía a dar esa buena imagen.
—Tu cita de las dos y media va a llegar tarde; tienes algunos mensajes encima del escritorio.
—Gracias, Sora —dijo Sakura con una sonrisa mientras se dirigía a su oficina.
El trabajo le serviría de distracción, pensó mientras hojeaba la agenda y agarraba el teléfono para dar instrucciones a su secretaria y comprobar que tenía todos los documentos listos para echarles un vistazo.
Por la mañana, estuvo con dos clientes y una reunión por la tarde puso fin a su jornada de trabajo. Cuando acabó la reunión, se sintió aliviada porque hacía ya rato que su concentración parecía haberse largado a otro planeta. Al principio, estuvo completamente concentrada; pero, después de un rato, por su mente comenzaron a pasar las imágenes del feto que el médico le había enseñado en un libro.
Tan pequeño. Tan lleno de vida.
Durante un instante, se quedó quieta, invadida por una sensación de protección tan fuerte que rayaba en lo irracional.
Después, sacó su maletín y metió algunos documentos que tenía que examinar para preparar la reunión del día siguiente. Agarró el portátil y salió de la oficina para tomar el ascensor hacia el garaje.
Lo mejor que se podía decir del tráfico en la hora punta era que se movía... Esa tarde el indicador de velocidad registró una media de diez kilómetros por hora.
El teléfono móvil sonó indicando que tenía un mensaje. Lo activó mientras esperaba en un semáforo en rojo. Era de Naruto. Llegaría tarde.
Sakura no supo si sentir rabia o alivio. Una parte de ella quería ver la reacción de Naruto; la otra, la temía. Ninguna de las dos tenía mucho sentido, pensó mientras aparcaba el coche en el garaje y tomaba el ascensor.
Su piso estaba situado en la última planta. Era uno de los dos áticos de un edificio de lujo en el centro de la ciudad con preciosas vistas al río. Era espacioso y tenía el suelo de mármol color crema forrado con grandes alfombras persas. Unos grandes ventanales del suelo al techo le proporcionaban mucha luz y unas preciosas vistas de toda la ciudad. Los muebles de estilo moderno también eran de color crema y el toque de color lo daban los cuadros de arte moderno que colgaban de las paredes.
El salón y el comedor eran grandes, la cocina estaba equipada con todo tipo de electrodomésticos y la habitación principal, con su baño privado, era de ensueño. Naruto había equipado una habitación con estanterías repletas de libros, un escritorio y un ordenador para trabajar en casa. En otra habitación había una cama y un escritorio que Sakura utilizaba para ella. Después, había un dormitorio más para los invitados.
Sakura fue a la cocina, sacó un brick de zumo y se sirvió un vaso. Después, se hizo una tostada con queso. Hacía algunas semanas que se sentía tentada a picar todo el tiempo. ¿Sería otro síntoma del embarazo?
Tendría que comprar un libro para enterarse de todo, pensó mientras se dirigía a su habitación.
No tuvo ninguna dificultad para elegir lo que iba a ponerse esa noche. Ya había decidido que se pondría un vestido negro de noche, así que lo sacó del armario y lo dejó sobre la cama. Después, entró en el cuarto de baño para darse una ducha.
Pasó un buen rato bajo el agua y, después, se secó con una toalla. Se la enrolló alrededor de su estilizada figura y agarró el secador de mano para arreglarse el pelo. Una melena rosada que le llegaba por los hombros.
De maquillaje eligió una sombra de ojos suave que resaltaba el color de jade sus ojos y un brillo de labios.
Después, volvió al dormitorio. Se puso la ropa interior y el vestido y sacó unas sandalias con tacón de aguja que añadían diez centímetros a su figura menuda.
Ya había decidido qué joyas ponerse. Estaba intentando abrocharse un colgante, cuando Naruto entró en la habitación.
Sus miradas se encontraron y el estómago le dio un vuelco al descubrir la calidez de aquellos ojos azules.
Llevaba la chaqueta por los hombros y se había aflojado la corbata. En un hombre que necesitaba afeitarse dos veces al día y, a esas horas, tenía una sombra en el mentón que le confería cierto aire peligroso.
Sakura experimentó un ligero escalofrío al reconocer la atracción tan fuerte que sentía hacia él.
La pasión, incluso la más suave, tenía la habilidad de derretirla. Todo lo que tenía que hacer era mirarla y estaba perdida.
El se dirigió hacia donde ella estaba.
—Déjame ayudarte con eso.
Estaba cerca de ella, muy cerca.
Después, Sakura sintió un ligero estremecimiento cuando los dedos de él le rozaron la piel. Cerró los ojos y dejó escapar un gemido de placer al reconocer su aroma varonil mezclado con la colonia.
Sintió que le ponía las manos en los hombros y le daba un beso en el cuello.
—Preciosa —le susurró.
Ella percibió el tono aterciopelado de su voz y, de manera deliberada, se apartó de él.
—Si no te metes en la ducha ahora mismo, vamos a llegar tarde —dijo cortante.
Hubo un ligero silencio. Después, Naruto la tomó por los hombros y la volvió hacia sí.
— ¿Has tenido un mal día? —preguntó con un tono muy suave.
—Algo así.
_ ¿Quieres hablar del tema?
Sakura meneó la cabeza.
—No tenemos tiempo.
El la agarró por la barbilla.
—Podemos hablar un rato.
No, no podían. Ella necesitaba tiempo si quería hacerlo bien. Debían hablar sin distracciones ni restricciones de tiempo. Sabía que si decía algo en aquel momento, él retrasaría la salida el tiempo que fuera necesario. Por un lado, quería hacerlo, lo deseaba. Pero la presencia de él en la cena de aquella noche era muy importante.
—Puede esperar —dijo con una sonrisa un poco forzada.
Él la miró con el ceño fruncido.
—De verdad —le aseguró.
—De acuerdo, más tarde.
Era una capitulación y ella ahogó un suspiro de alivio cuando vio que él dejaba el tema.
Naruto se quitó la ropa y se metió en el baño.
Media hora más tarde, Sakura se metió en el asiento del copiloto del Jaguar de él y permaneció en silencio un rato. Después charlaron de temas de trabajo.
Había ganado tiempo; pero no mucho. Al final de la noche, se lo contaría todo y sabría cuáles eran sus opciones.
---------------------Fin del Capítulo 1---------------------
Última edición por Miketsukami-kun el Miér Oct 17, 2012 12:35 pm, editado 12 veces
Yukio834- Chunnin
- Mensajes : 379
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
Muy interesante...
¿Cómo reaccionará Naru-kun al saber que Saku-Chan está embarazada?
Espero que bien...
Espero la Conti Ansiosa
Saludos,besos y abrazos.
¿Cómo reaccionará Naru-kun al saber que Saku-Chan está embarazada?
Espero que bien...
Espero la Conti Ansiosa
Saludos,besos y abrazos.
NaruSaku-12- Sannin
- Mensajes : 811
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Uhm ~ Con Naru-kun en el inframundo visitando a Jiraiya y Mina&Kushi
4394
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
joder me gusto este fic
q dira naruto, espero la conti no demores mucho esta muy interesante
q dira naruto, espero la conti no demores mucho esta muy interesante
Kazuto-kun- Clan Byakko
- Mensajes : 463
Edad : 26
Venezuela
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
Ohh... ¡Dios mio! esta muy bueno el inicio me encanta enserio-ttebayo
¡Saku-chan embarazada, que bien! Espero que Naru-kun lo tome bien...
Ya quiero ver como desarollas la hisotria, espero muy pronto tu conti-ttebayo
¡Sayoo!
¡Saku-chan embarazada, que bien! Espero que Naru-kun lo tome bien...
Ya quiero ver como desarollas la hisotria, espero muy pronto tu conti-ttebayo
¡Sayoo!
Nati-chan- Novato
- Mensajes : 27
Edad : 30
En todaos lados y en ninguna parte
0
Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
Naruto es todo un Leonardo Dicaprio
OOOOO mi sakura-chan embarazada que pasara ahora?
Esta demasiado interesante
espero la continuacion lo mas pronto posible en 3 2 1 YAAAA
Saludos
OOOOO mi sakura-chan embarazada que pasara ahora?
Esta demasiado interesante
espero la continuacion lo mas pronto posible en 3 2 1 YAAAA
Saludos
Rikudou_Sennin- Aprendiz
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Edad : 29
Leer Mangas , FanFic, Aveces ver animes y ir a la univerdad
2500
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
Wow embarazada y en el primer cap wow!!
Q loco
Espero elsig para ver como lo toma naru ^-\
Q loco
Espero elsig para ver como lo toma naru ^-\
Mauro_- Aprendiz
- Mensajes : 69
Edad : 30
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
yo solo espero que racione bien y se haga responsable
moi-06yoyo- Sennin
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Edad : 32
cuarto de sakura en su cama con ella
102064
Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
sin palabras... contiiiii
que va hacer Naruto cuando se entere que va ser papá, es un tipo frío y calculador cuando se trata de trabajo pero para mi que aun que no lo demuestre se va derretir cuando Sakura le de la gran noticia.
que va hacer Naruto cuando se entere que va ser papá, es un tipo frío y calculador cuando se trata de trabajo pero para mi que aun que no lo demuestre se va derretir cuando Sakura le de la gran noticia.
Leon- Sennin
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45825
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
Guau el mundo de los abogados, ya quiero ver que pasa
¡Tambien quiero ver la reaccion de Naruto!
Ojala nose enoje, que no sea malito ¿sip?
¡Dios no puedo esperar ponla conti ya!
¡Vera-Adios!
¡Tambien quiero ver la reaccion de Naruto!
Ojala nose enoje, que no sea malito ¿sip?
¡Dios no puedo esperar ponla conti ya!
¡Vera-Adios!
Vera-chan- Clan Seiryuu
- Mensajes : 250
Comiendo galletas :3
0
Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
Ohhhh me gusto la entradaa del ficcc
supeer!!! espero que la reaccion de Naruto sea buena
y que acepte el baby, sino waaa mueroo!
que irá a pasar?? eso me intrigaaa
supeer!!! espero que la reaccion de Naruto sea buena
y que acepte el baby, sino waaa mueroo!
que irá a pasar?? eso me intrigaaa
sweet_cherry- Genin
- Mensajes : 163
Edad : 32
Comiendo un delicioso postre *o*
1600
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
Veo que tienen curiosidad por ver que pasa, la personalidad de Naruto en este fic es un poco distinta, pero eso lo hace interesante ¿no creen?, asi van a tener la intriga de no saber como va a reaccionar a las cosas. Pero bueno, eso lo tendran que juzgar ustedes mismos en el proximo capitulo, que por cierto lo estare subiendo esta tarde.
Mata Ne!
Mata Ne!
Yukio834- Chunnin
- Mensajes : 379
6020
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
Reportandome con la continuación de la historia, espero que les parezca interesante y que disfruten al leerlo.
Capitulo 2
Una Boda por Amor
Capitulo 2
- Spoiler:
- El evento no fue muy distinto de los otros que solía celebrar el colegio de abogados: el lugar resultó soberbio y la comida, exquisita.
Antes de la cena, un abanico de camareras uniformadas se paseó entre los invitados con bandejas de plata repletas de canapés variados y con copas de champaña y de zumo de naranja.
Todo era muy elegante, observó Sakura. Los hombres iban vestidos de esmoquin y las señoras con trajes de noche de diseño aportaban el toque de color.
Algunos colegas se pararon a saludarlos y pasaron un rato charlando con ellos. Eran personas importantes a los que Naruto siempre saludaba por sus nombres, sin olvidar en ningún momento en qué despacho trabajaban.
— ¿Cómo lo consigues? —le preguntó Sakura.
Él le dedicó una sonrisa que lo hacía aún más atractivo.
—Trucos mnemotécnicos —respondió con una chispa de humor en la mirada.
Durante los años que había pasado en la universidad, estudiando Derecho, había practicado mucho y, en la actualidad, su memoria era una baza a su favor; admirada y temida por todos sus colegas.
Sakura eligió un canapé de la bandeja que le estaban ofreciendo y se lo llevó a la boca, después, le dio un sorbo a su zumo de naranja; normalmente, habría elegido champaña.
La cena transcurrió alegremente. La comida estuvo soberbia y sus compañeros de mesa resultaron bastante simpáticos, por lo que no le costó demasiado disimular su estado de ánimo.
Naruto debió de notar algo porque, aunque no dijo nada, en más de una ocasión se lo encontró mirándola fijamente. Además, no se separó de ella en ningún momento y ella fue perfectamente consciente de él, del suave roce de su mano en la cintura, de la calidez de su sonrisa.
Solo tenía que mirarlo y sentía que el corazón se le aceleraba y las entrañas se le encogían. Era una especie de locura sensual que la consumía y la derretía.
Aquellas manos fuertes y grandes podían hacer magia en ella, y con la boca... ¡Dios Santo! Solo pensar en lo que esa boca podía hacerle le hacía perder el sentido.
Como si él lo supiera, le agarró la mano y entrelazó los dedos con los de ella. Después, con el dedo pulgar le acarició la muñeca, justo donde la sangre le palpitaba acelerada. Ella le clavó suavemente las uñas en la palma.
¿Sabría él lo que le hacía? No debía de tener la menor duda, admitió. Desde la primera vez que lo había visto, había sentido ese magnetismo masculino que solo él poseía.
Había una pregunta que necesitaba una respuesta, se dijo en silencio, y era cuál sería el efecto que ella causaba en él. Sexualmente, lo que compartían era bueno. Mejor que bueno: maravilloso. Ella habría podido jurar por su propia vida que lo que él sentía no era fingido.
Pero ¿era aquello amor, o solo deseo? Sakura tuvo que reconocer que no estaba segura.
—Vámonos ya —le dijo Naruto al oído—. Ya hemos cumplido.
Él entrecerró los ojos al ver la sombra de indecisión que cruzó por la cara de ella. Parecía que se encontraba mal, pensó él. ¿Sería que estaba cayendo enferma? Había admitido que había tenido un día difícil en el trabajo, lo cual no era muy propio de ella; normalmente, se crecía con cada reto.
Sakura no protestó, aunque solo de pensar en lo que iba a suceder a continuación, se le encogía el corazón.
Aún les llevó un tiempo escapar de allí porque tuvieron que despedirse de un par de colegas. Cuando por fin se montaron en el coche, permanecieron en silencio hasta que llegaron a casa al filo de la medianoche. La hora de las brujas, pensó Sakura con ironía.
— ¿Quieres un café?
—No, no me apetece.
Naruto se acercó a ella y miró preocupado la sombra de debilidad tan evidente en su mirada. La agarró por la barbilla y le levantó la cara.
—Llevas toda la noche con los nervios a flor de piel —dijo con voz aterciopelada—. ¿Por qué?
No le resultaba nada fácil decirle lo que le tenía que decir. Dudó un instante, pensando en las palabras que había ensayado mentalmente, en la oficina, al volver del trabajo, en el coche... y rechazó cada palabra.
— ¿Sakura-chan?—la interrogó él—. ¿Qué te ha pasado? ¿Te han puesto una multa? ¿Te has excedido con la tarjeta de crédito? —dijo intentando hacerla sonreír.
Ella miró al cielo y negó con la cabeza.
— ¿No?—dijo, pasándole el pulgar por el labio inferior—. ¿Es algo serio?
¡Dios Santo!, exclamó Sakura para sí. No te lo puedes ni imaginar.
— ¿Tengo que seguir haciéndote preguntas o vas a decírmelo tú sólita?
Ella descartó andarse por las ramas y fue directa al grano:
—Estoy embarazada.
¿Fueron los años de práctica en los juicios los que lograron que no se le moviera ni un músculo de la cara? No mostró ni sorpresa ni desconcierto y Sakura respondió a la pregunta que creía que él debía haberle preguntado.
—Esta mañana estuve en el médico y me lo confirmó -dijo extendiendo la mano en un gesto de desamparo; después le explicó el motivo por el que había fallado la píldora—. Pensé que seguía estando enferma.
Se había imaginado todo tipo de reacciones; pero nunca pensó que se quedaría en silencio. ¡Dios Santo! ¿Por qué no diría nada? ¿Por qué se quedaba callado?
—No pienso considerar el aborto.
«Este niño es mío», gritó para sus adentros. «Pero tanto como tuyo».
—Nunca te lo pediría —respondió él.
Había pasado toda la tarde y toda la noche en ascuas sobre su posible reacción, agonizando al pensar que la existencia de un bebé podría acabar con su relación.
—Nos casaremos -dijo él, de repente.
Ella se puso tensa.
— ¿Por qué? —preguntó en voz alta. « ¿Me amas?», añadió para su interior.
—Es lo más conveniente.
Ella sintió que el corazón se le hacía pedazos.
—No quiero un matrimonio basado en la obligación. Y estoy segura de que no quiero que mi hijo crezca en un matrimonio sin amor.
Naruto entrecerró los ojos.
— ¿Sin amor? —dijo con la mandíbula tensa—. ¿Cómo puedes decir eso?
— ¿Hemos pronunciado alguno de los dos la palabra «amor»? —él no lo había hecho nunca. Y como él no lo había hecho, ella tampoco—. Somos compatibles sexualmente —en una escala del uno al diez, ella le daba un veinte. Nunca había experimentado nada parecido y dudaba de que pudiera conseguirlo con nadie más—. Pero nunca hemos hablado de matrimonio y, mucho menos, de tener hijos.
Sakura hizo una pausa, sabiendo que se estaba muriendo por dentro.
—Pero ahora estás embarazada.
—Pero no por eso tenemos que casarnos.
—No tenemos que hacerlo, pero te lo estoy proponiendo.
Ella le sostuvo la mirada con firmeza.
—Respóndeme con sinceridad. ¿Si no estuviera embarazada habrías hablado de matrimonio?
«Por favor, dime que sí», le suplicó ella en silencio. «Acaba con mis dudas e incertidumbres; solo tienes que decir una palabra».
La expresión de su rostro no cambió.
—Me imagino que sí, algún día.
Ella sintió como si le hubieran clavado un puñal en el corazón.
—No quiero que te cases conmigo por obligación—dijo haciendo un gran esfuerzo para que su voz sonara normal.
— ¿Dos años juntos y aún me cuestionas?
—Dos años en los que los dos hemos sido libres para marcharnos —dijo ella con calma—. Mi definición del matrimonio implica amor y permanencia. Hasta que la muerte nos separe. Si hubieras querido algo así, lo habrías mencionado antes.
—Lo cual interpretas como que prefiero una relación sin ataduras.
—Sí.
— ¿Y no podrías estar equivocada?
«Sabes muy bien que me encantaría estar equivocada», le hubiera gustado decir. «Te quiero. Me gustaría pasar contigo el resto de mi vida, como tu esposa, la madre de tus hijos; pero no como la mujer con la que te sentiste obligado a casarte. Prefiero estar sola que obligarte a algo que sé que no quieres».
—No lo creo.
—Pero no estás segura.
—No utilices tus tácticas de abogado conmigo. Ahórratelas para los juicios.
Sin decir una palabra más, se giró y se dirigió hacia su habitación. Agarró su pijama, sacó algunas cosas del cuarto de baño y se marchó al cuarto de invitados. En el camino se encontró de cara con Naruto.
El llevaba la chaqueta en un hombro, se había aflojado la corbata y se había desabrochado un botón de la camisa. Tenía un aspecto desenfadado que la volvía loca.
— ¿Qué se supone que estás haciendo? —dijo con los ojos entrecerrados.
—Voy a la otra habitación.
Ella pudo notar cómo se le tensaban los músculos de la mandíbula en un esfuerzo por controlarse.
—De eso nada.
La suavidad de su voz escondía una advertencia que ella decidió ignorar.
—No quiero hacer el amor contigo.
La mirada de él se oscureció. Durante un instante, su expresión le recordó a una pantera en el instante antes de saltar sobre su presa.
—De acuerdo. Pero vamos a seguir compartiendo la misma cama.
¿Y arriesgarse a sucumbir? Era demasiado consciente de que solo tendría que ponerle una mano en la cadera, seguir el camino tan conocido hacia su vientre, buscar entre los suaves pliegues donde se juntan las caderas, y se rendiría a él.
Cuando se quisiera dar cuenta, ya sería demasiado tarde y estaría perdida.
—No.
—Sakura...
—No —levantó una mano, y después la dejó caer—. Por favor —añadió-, ahora mismo, quiero estar sola.
Fue ese «por favor» lo que le llegó al alma.
—Tenemos que hablar.
—Ya hemos hablado —dijo con una voz calmada, cuando en su interior se estaba haciendo pedazos. Le dolía tanto que, probablemente, llevaría las cicatrices el resto de su vida.
Los ojos de él permanecieron fijos en los de ella durante unos segundos inagotables. Después, se apartó y la dejó pasar.
La habitación de invitados tenía su propio armario con ropa de cama. Así que después de desnudarse y quitarse el maquillaje, hizo la cama, se metió dentro y apagó la lámpara de la mesilla de noche.
No le costó mucho quedarse dormida, pero, por la mañana, se despertó muy temprano.
Al principio, le costó recordar dónde estaba y por qué. La cama era cómoda, pero ella no estaba acurrucada junto al cuerpo musculoso de Naruto, como era su costumbre. Echaba de menos el firme latido de su corazón y la seguridad que le proporcionaba el calor de su cuerpo. También echaba de menos hacer el amor con él. A ella le encantaba el hecho de que él nunca pareciera tener suficiente.
Pero todo aquello se había acabado, le decía una vocecilla. «Tú lo has echado a perder».
Entonces, comenzó a llorar, mirando hacia el techo, hasta que la tenue luz del alba fue iluminando la habitación. Primero todo eran sombras, después la habitación se llenó de brillo y color.
Pero aún era muy temprano para levantarse y hacerle frente al día. Pero volverse a dormir era total mente imposible. Podía ir a la habitación de Naruto a por todo lo que necesitaba para ir a la oficina; pero, entonces, se encontraría con él... y eso era algo imposible. Prefería plantarle cara cuando los dos estuvieran vestidos. Pero eso significaba que tendría que esperar hasta las seis y media, cuando él bajaba al gimnasio de la planta baja.
Mientras tanto, decidió darse una buena ducha con la esperanza de que la ayudara a relajarse y a eliminar tensiones. Pero no lo logró.
Después, con mucho cuidado, agarró la ropa que había llevado la noche anterior y entró en la habitación.
La cama mostraba la ocupación de Naruto. Las sabanas y mantas estaban revueltas y los almohadones, mostraban que había dormido en más de una posición. Por lo visto, él tampoco había pasado una noche tranquila.
De alguna manera, aquel pensamiento la hizo sentirse mejor.
Se dirigió hacia el vestidor para elegir lo que se pondría ese día. La ropa era muy importante, por lo que eligió la ropa interior más sexy, se puso las medias más sedosas y agarró un traje que acababa de comprar la semana anterior y que aún no había es trenado. Finalmente, se colocó unos zapatos con tacón de aguja con una altura de vértigo. Cuando acabó de vestirse, agarró su bolsa de maquillaje y volvió a la habitación de invitados.
El maquillaje era a la vez una forma de arte y un arma, por lo que ese día se lo aplicó con esmero, resaltando los pómulos y el brillo de los ojos. Después, se recogió el pelo en un moño y se puso perfume.
Así, se encontró lista para afrontar lo que el día le pudiera deparar.
Si tenía alguna esperanza de salir del piso sin encontrarse con Naruto, esta se desvaneció cuando entró en la cocina y se lo encontró sentado a la mesa, con un periódico en una mano y una taza de café solo en la otra.
Su rutina al volver del gimnasio solía ser: ducharse, afeitarse, vestirse y, después, desayunar.
Esa mañana parecía que había invertido el orden y al verlo con la camiseta empapada de sudor y el pelo alborotado del ejercicio sintió que le temblaban las rodillas. Aquel aspecto tan mundano hacía que el corazón le latiera más deprisa.
El levantó la cabeza al oírla llegar y sus miradas se encontraron.
A él no le dio ningún placer ver en la cara de ella las huellas de que había pasado una noche tan mala como él.
—He hecho café.
Sakura se preparó un té, metió un par de rebanadas de pan en la tostadora y peló un plátano mientras esperaba a que se hicieran. Cuando las tostadas saltaron, las untó con miel y se las llevó a la mesa.
«Parece que vas a continuar así», le dijo él con la mirada.
—En cuanto pueda me marcharé a otro piso —dijo ella con tranquilidad. Tomó aliento y dio un mordisco a la tostada, que casi se le atraganta.
— ¿De verdad crees que voy a permitirlo? —dijo él con calma, con demasiada calma.
Ella habría estado dispuesta a jurar que se le había cortado la respiración durante unos segundos, dejándola incapaz de decir nada coherente.
—No es una decisión tuya —logró decir, por fin.
— ¿Ah no? -dijo él con un tono suave que ocultaba algo difícil de definir.
—Es mi hijo y mi cuerpo -dijo como si estuviera empeñada en seguir un camino hacia la autodestrucción.
—Es nuestro hijo —la corrigió él—. Y nuestra decisión —añadió, poniéndose de pie, consciente de la diferencia de altura, tamaño y peso.
Él se dio cuenta del brillo de alarma que apareció en los ojos de ella, y se alegró. ¡Caray! Pensaba utilizar todas las ventajas que tuviera a su alcance.
Ella siguió en sus trece.
—Ya he tomado una decisión.
—Cámbiala.
Ella miró la hora.
—Tengo que marcharme o llegaré tarde —agarró su maletín y se marchó.
En la oficina, intentó concentrarse en el trabajo para olvidarse de todo. Hasta que un compañero le señaló algo que ella había pasado por alto. Un error sin importancia, que, en circunstancias normales, nunca habría cometido y que la hizo pensar.
Para comer, encargó un sándwich que se tomó en el despacho, entre dos llamadas a agencias inmobiliarias. Cuanto antes encontrara un piso mejor. Quedó para ir a ver dos apartamentos al terminar el trabajo.
La tarde no discurrió mucho mejor que la mañana, por lo que fue un alivio cuando dieron las cinco y todos empezaron a marcharse.
El primer apartamento que visitó no le gustó nada. Podría haber ignorado al hombre petulante de la inmobiliaria si el piso le hubiera gustado; pero no fue así. Además, el alquiler era mucho más alto de lo que se merecía.
El segundo estaba mejor, pero no le gustó la zona.
—Puedo conseguirle lo que quiera si está dispuesta a pagar por ello —le dijo el hombre—. Los dos apartamentos que le he enseñado son del precio que me dijo.
—Tengo que ver más mañana. Ya lo llamaré—lo despidió ella con frialdad.
De vuelta a casa, empezó a pensar en la mudanza. El piso y los muebles eran de Naruto. Ella solo tenía ropa y algunas joyas. Cuando se mudó con él, dejó el apartamento que tenía y los muebles los guardó en un almacén.
En aquel momento, sonó el móvil, lo sacó del bolso y, al ver quién la llamaba, le dio un vuelco el corazón.
— ¿Dónde diablos estás?
—A tres bloques de distancia, parada en un semáforo —le dijo razonable.
—Son casi las siete. ¿No se te ocurrió llamar para decirme que llegarías tarde?
—No me di cuenta de la hora que era —el semáforo se puso en verde y los coches comenzaron a moverse—. Tengo que dejarte —cortó ella, sin darle la oportunidad de responder.
Cuando entró en casa, Naruto estaba esperándola en el vestíbulo, con las manos en los bolsillos del pantalón.
—Quizá no te importe mucho decirme dónde has estado.
Lo mejor era decirle la verdad.
—He estado viendo unos apartamentos —dijo mientras se empezaba a desabrochar la chaqueta. Después, se paró a mitad de camino al recordar que debajo solo llevaba el sujetador... Uno muy pequeño de encaje transparente.
Sakura vio que los ojos de él se incendiaban. Inmediatamente, volvió a abrocharse los botones.
—Es inútil. No vas a ir a ninguna parte.
Calma. Todo lo que necesitaba era permanecer en calma.
—No creo que tengas ningún derecho a decirme lo que puedo y lo que no puedo hacer.
Naruto levantó una mano y señaló hacia una habitación.
— ¿Por qué vas a mudarte si podemos compartir este piso?
«¿Y verte cada mañana y cada noche? ¿Habitaciones separadas, comidas separadas y conversación formal? ¿Y morir un poco cada día?».
—No me parece una buena idea —fue todo lo que dijo.
—Sakura… —su voz tenía una advertencia, velada que ella decidió ignorar.
—No tengo ninguna intención de negarte el acceso —dijo ella con un orgullo temerario.
— ¿A ti?
—Al niño —lo corrigió ella.
—Pero no puedo vivir con él.
—No quiero que el niño crezca con la sensación de que su padre es solo una figura temporal que puede marcharse de su vida en cualquier momento.
Él la miró con dureza.
—Sabes que nunca haría eso.
—Quizá no —esperó un segundo—. Sin embargo, puede que tu futura esposa no esté muy por la labor de aceptar a un niño de otra relación.
—Como tú serás mi esposa, eso no sucederá.
Ella levantó una ceja.
— ¿Acaso esperas que acepte esa propuesta? Sé muy bien que si no hubiera sido por el niño nunca me lo habrías pedido. Muchas gracias, pero no.
La mandíbula de él mostraba toda su tensión.
—No recuerdo haber dicho que no pensara casarme contigo.
Era bueno, muy bueno. Pero las palabras eran su profesión y sabía utilizarlas muy bien para confundir y persuadir.
—No hacía falta.
—Estás siendo realmente cabezota.
— ¿Ah, sí? —Preguntó ella después de tomar aliento—. Me imagino que esa es mi opción —añadió mirándolo desafiante—. Ahora, si me disculpas, voy a refrescarme —dijo mirando el reloj—. Ya se me está haciendo tarde.
— ¿Tarde para qué?
La voz de Naruto ocultaba una amenaza que ella decidió ignorar.
—Ino me llamó para decirme que Shikamaru va estar fuera unos días, así que le sugerí que quedáramos para cenar.
— ¿Una cena de chicas?
—Sí —le confirmó ella, pasando por su lado para entrar en la habitación donde había dormido la noche anterior No le llevó mucho tiempo refrescarse y retocarse el maquillaje.
Naruto la vio salir al vestíbulo preparada y sintió una punzada de deseo muy familiar. Ella era todo lo que quería, todo lo que necesitaba. ¡Caramba! Ella era suya.
Solo pensar que otro hombre podía acercársele o, peor aún, que tuviera el derecho de... No podía ni siquiera imaginárselo
—Sakura-chan...
Ella se volvió cuando alcanzaba la puerta y esperó mientras él se acercaba.
— ¿Sí?
— ¿No olvidas nada?
Ella entrecerró los ojos sorprendida «El bolso, las llaves...», repasó en silencio.
—No, creo que no...
—Esto —murmuró él y le agarró la cara con una mano para darle un beso en los labios. Un beso suave y delicado que, después, se convirtió en algo más profundo y evocador.
Al separarse de ella, sonrió débilmente, consciente de que ella le había respondido sin darse cuenta.
« ¡Dios!», pensó ella en el ascensor. ¿Por qué tendría que hacerle aquello? Todavía podía sentir la suave presión de sus labios, la suave caricia con la lengua. Eso por no mencionar la aceleración de su corazón.
Hizo una llamada rápida a su amiga Ino para decirle que iba a llegar un poco tarde y arrancó el coche. Había mucho tráfico por el centro; por eso, cuando llegó, ya eran casi las ocho.
—Lo siento muchísimo —se disculpó al entrar.
La rubia atractiva que le estaba sonriendo le señaló una copa que tenía en la mano.
—Un caballero muy amable le dijo al camarero que me trajera una copa de champaña y una nota en la que me invitaba a pasar la noche.
—Por supuesto, rechazaste la invitación.
—No creas que no era tentadora —dijo su amiga con solemnidad.
Sakura ahogó una carcajada. Conocía a su amiga desde el colegio cuando se desahogaban la una con la otra contándose las penas que les causaban las espinillas y los aparatos de los dientes y cuando las dos se enamoraban del cantante de moda.
Las dos habían tenido varias relaciones y siempre se habían apoyado cuando una de ellas rompía. Ahora, Ino estaba felizmente casada con Shikamaru, y Sakura estaba con Naruto... y embarazada.
Sakura agarró el menú.
— ¿Qué vamos a comer?
Cuando llegó el camarero para ver qué les apetecía beber, ella pidió agua fría.
—Es que tengo que conducir —adujo, consciente de que era una excusa muy pobre.
—Yo también, pero una copa no nos hará cometer locuras.
Eligieron unas ensaladas de primero, nada de segundo y, de postre, unas galletas con queso y fruta.
—Pensé que vendrías con Naruto.
— ¿Desilusionada?
—En absoluto. Pero reconoce que últimamente ya nunca nos vemos solas.
—Sin los hombres del momento...
—Venga, suéltalo ya.
Sakura agarró su copa de agua y le dio un trago.
— ¿Qué te hace pensar que hay algo?
—Sakura, nos conocemos desde hace muchos años. ¿Vas a contármelo o quieres que sigamos como si no pasara nada?
Ino lo descubriría tarde o temprano, así que lo mejor era decírselo.
—Estoy embarazada.
— ¿Estás de broma?
—Ojala.
— ¿Qué quieres decir con «ojala»? Quizá no lo tuvieras planeado, pero, Sakura, un bebé... Creo que es maravilloso —se inclinó hacia delante—. ¿Cuándo es la boda?
—No va a haber boda.
— ¿Qué?
—No me voy a casar con Naruto.
—Esto es muy serio —dijo, dejando los cubiertos en el plato—. ¿No te lo ha pedido?
—Sí.
— ¿Y tú lo has rechazado? ¿Estás loca?
Era bastante probable.
—No quiero casarme por obligación.
—Cabezota —la acusó Ino, con una sinceridad brutal—. Te estás portando como una cabezota ridícula y patética.
—Cabezota, ¿eh?
—Olvídate de los sueños y agarra la realidad: cásate con él, Sakura.
—Sí, ya. Y tener que preguntarme cada día cuánto va a durar o si se buscará alguna aventura.
—Así hay muchos matrimonios.
—Y más estúpidas son las mujeres que los consienten.
—Te sorprendería saber cuántas.
— ¿A cambio de la mansión, el nivel profesional y social, los viajes al extranjero...?
—Eso es mejor que ser la amante.
— ¿Lo dices por mí?
— ¿Qué cambiaría si te casaras? —Le preguntó Ino—. Lo adoras y él, obviamente, te adora a ti. Sakura, lleváis dos años viviendo juntos. De acuerdo, no planeasteis el embarazo, ¿y qué? Ha sucedido así y no puede cambiarse. Bueno sí, pero conociéndote como te conozco no creo que pienses en abortar.
—No.
— ¿Le negarías a tu hijo un padre y la estabilidad de una relación con sus padres...? ¿Solo por orgullo?
—No lo entiendes.
—Pon los pies en la tierra, Sakura.
—Tú te has casado por amor.
—Por si no te acuerdas, no fue un camino de rosas hasta el altar.
Sakura lo recordaba muy bien; sin embargo, al final, habían resuelto sus diferencias y estaban feliz mente casados.
— ¿Crees que soy una idiota?
—Sí.
No había nada como la honestidad.
—Sin embargo, voy a hacerlo a mi manera.
—No me cabe la menor duda.
Unos minutos después, llegó un camarero con una bandeja con fruta fresca, nueces, queso y galletas saladas.
—Yo quiero un té —le pidió Sakura después de rechazar el postre—. ¿Qué tal van los negocios?
—Muy bien. Sin embargo, Shikamaru y yo no nos vemos mucho.
—Me imagino que no se puede tener todo —le dijo Sakura.
Eran casi las once cuando se marcharon del restaurante. Hacía una noche preciosa y Sakura pensó que no debería castigarse a sí misma.
¿Qué le pasaba? ¿Por qué no aceptaba la propuesta de Naruto y se convertía en la señora Uzumaki? ¿Por qué no le daba a su hijo un padre legítimo y al diablo con sus ideales?
Necesitaba que la viera un médico. Cualquier otra se casaría encantada y aceptaría de muy buen grado lo que Naruto le había ofrecido. Sabía que ella le importaba. ¿Así que qué importaba si el deseo era un pobre sustituto del amor?
Cualquier otra mujer aceptaría mucho menos. Solo había que pensar en la fortuna de Naruto y su nivel social y profesional. Era un hombre generoso, en la cama y fuera de ella. ¿Acaso no era aquello suficiente?
¿Acaso era un tonta por desearlo todo?
La respuesta no podía ser otra: «sí».
---------------------------------------Fin del Capítulo 2--------------------------------
Yukio834- Chunnin
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
muy interesante q decidira sakura continualo pronto
Kazuto-kun- Clan Byakko
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
Me encanto el capitulo, si señor, si señor , Lo que mas me gusto fue la actitud de Naruto al impedirle que se fuera ¡y los celos tambien me encantaron!
Yo creo que Naruto si quiere a Sakura y a ese bebe, solo que no sabe como demostrarlo
¡Espero conti!
¡Vera-Adios!
Yo creo que Naruto si quiere a Sakura y a ese bebe, solo que no sabe como demostrarlo
¡Espero conti!
¡Vera-Adios!
Vera-chan- Clan Seiryuu
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Comiendo galletas :3
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
yo espero a que si y pos solo cambia el echo que están casado y lo que no sabe sakura es que naruto probablemente si la ama pero algo lo detiene, si no ya la vria dejado ase mucho tiempo por otra y si acepta al niño es por que se preocupa por ella y el pequeño
moi-06yoyo- Sennin
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cuarto de sakura en su cama con ella
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
NOOOOOOO
Demasiado Bueno . Genias . Explendido
No puedo esperar por el proximo Capitulo
Estan Bueno que no Puedo esperar el proximo capitulo
Saludos
Demasiado Bueno . Genias . Explendido
No puedo esperar por el proximo Capitulo
Estan Bueno que no Puedo esperar el proximo capitulo
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Rikudou_Sennin- Aprendiz
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Leer Mangas , FanFic, Aveces ver animes y ir a la univerdad
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
Muy bueno el fic muy interesante yo creo que ambos se aman pero que Sakura-chan es muy terca
Espero que puedan tener el bebé juntos !!!
Contiii!!!!
Espero que puedan tener el bebé juntos !!!
Contiii!!!!
Estefi chan- Sannin
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En el mundo shinigami....
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
estuvo genial, espero conti ansioso
Davidenko17- Jounin
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España, Galicia
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
Wow...Muy interesante
¿Qué le dirá Saku-Chan a Naru-kun?
Espero la Conti Ansiosa
Saludos,besos y abrazos.
¿Qué le dirá Saku-Chan a Naru-kun?
Espero la Conti Ansiosa
Saludos,besos y abrazos.
NaruSaku-12- Sannin
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Uhm ~ Con Naru-kun en el inframundo visitando a Jiraiya y Mina&Kushi
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
Me encanta la forma que tenes de narrar y el fic me parece muy prometedor, me ha encantado estos dos primeros episodios...
La duda de Sakura me parece viable, ella quiere una familia estable para su hijo, aunque con semejante bombón el hecho de decidir alejarse es de admirar.
No tengo dudas que Naruto tiene sentimientos profundos por Sakura y que mostrarlos con mayor facilidad sera cuestión de tiempo.
Continúalo pronto que me ha encantando. Bye!!
La duda de Sakura me parece viable, ella quiere una familia estable para su hijo, aunque con semejante bombón el hecho de decidir alejarse es de admirar.
No tengo dudas que Naruto tiene sentimientos profundos por Sakura y que mostrarlos con mayor facilidad sera cuestión de tiempo.
Continúalo pronto que me ha encantando. Bye!!
marifa- Sannin
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나는 코스타리카에 있어요.
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
Naruto ama a Sakura? yo creo que si, lo que no entiendo es porque no le dice que la ama, porque la verdad su reacción fue demasiado racional, debería haber brincado de felicidad
y Sakura ciertamente es muy orgullosa, pero creo que tiene razón, si Naruto se casa con ella solo por el bebe, tarde o temprano va a fracasar el matrimonio
en fin espero la conti
y Sakura ciertamente es muy orgullosa, pero creo que tiene razón, si Naruto se casa con ella solo por el bebe, tarde o temprano va a fracasar el matrimonio
en fin espero la conti
Leon- Sennin
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
Waooo me quede asii O_o
pense que seria diferente la reaccion de Naruto
porque no le dice y le desmuestra que la ama verdaderamentee!
Espero que Sakura se de cuenta del amor de Narutoo
y se casen y vivan feliceees siiiiii
pense que seria diferente la reaccion de Naruto
porque no le dice y le desmuestra que la ama verdaderamentee!
Espero que Sakura se de cuenta del amor de Narutoo
y se casen y vivan feliceees siiiiii
sweet_cherry- Genin
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Comiendo un delicioso postre *o*
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
muy bien!!
la verdad esta muy interesante!!
la verdad ya kiero ver ke mas pasa entre estos dos
ojala sakura deje su orgullo y todo eso
espero conti anciosa
la verdad esta muy interesante!!
la verdad ya kiero ver ke mas pasa entre estos dos
ojala sakura deje su orgullo y todo eso
espero conti anciosa
mayasorita- Chunnin
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donde sea que haya anime, videojuegos, musica y comida ;D
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
Chicos, aquí les traigo el próximo capitulo, espero que les guste, y también quería decirles, que he posteado el epilogo en mi otra historia Una Proposición Apasionada.
Capitulo 3
Capitulo 3
- Spoiler:
- El piso estaba en silencio cuando llegó a casa. Fue directa a la cocina, donde se sirvió un vaso de agua.
¿Estaría Naruto en casa?
No le gustó pensar que podía haber salido. En ese caso, la habría llamado o, al menos, le habría dejado algún mensaje en el móvil.
— ¿Te lo has pasado bien? —saludó él, desde la puerta de su estudio.
La habitación tenía las paredes forradas de estanterías repletas de libros y, junto a la ventana, había un escritorio del siglo XVIII donde tenía un ordenador y una pila de documentos legales.
Llevaba unos pantalones vaqueros negros, una camisa de algodón blanco con el cuello desabrochado. Tenía el pelo alborotado. Todo ello le confería un aspecto bastante salvaje, casi diabólico. El pelo rubio, los ojos azules, la piel bronceada y una expresión insondable mientras la miraba.
Sakura se sintió extraña. Normalmente, se habría acercado a él y lo habría besado, segura de que la recibiría con un abrazo y un beso más profundo.
Algunas veces, charlaban, pero, la mayoría de las veces, él le pasaba un brazo por debajo de las rodillas y se la llevaba a la habitación. Rápido y furioso, lento y amable, una cosa sucedía a la otra de manera interminable mientras le hacía el amor hasta bien entrada la noche. Muchas veces, no hablaban hasta por la mañana, mientras se daban una ducha junta, desayunaban o se vestían para ir al trabajo.
En aquel momento, Sakura permaneció quieta, sintiendo una inseguridad muy rara mezclada con la innegable atracción sexual.
—Sí.
Naruto no se movió y ella sintió la tentación de continuar su camino hacia la habitación de invitados donde había pasado la noche anterior.
Pero Naruto parecía estar al acecho y en su mirada había una advertencia velada que le hizo pensárselo mejor.
— ¿Tienes mucho trabajo? —preguntó ella con suavidad.
Era una pregunta innecesaria. Sakura sabía muy bien que él era del tipo de hombre que podía dormir cuatro o cinco horas y enfrentar el día siguiente con ánimo y energía.
—Con unas cuantas horas ya está.
Lo dijo arrastrando las palabras y el tono hizo que se le pusiera carne de gallina. Los dos se estaban portando de manera muy cordial. Demasiado cordial, pensó ella, consciente de que sus palabras ocultaban una cierta agresividad.
¿Con ella? Por supuesto que con ella. ¿Con quién si no? El embarazo había sido por su culpa. Aunque no por completo, claro, pero podría haberse dado cuenta... Mejor aún, debería haberse dado cuenta de lo que le estaba pasando y haber tomado precauciones extras.
Lo habría hecho, pero ni siquiera pensó en el embarazo.
¿Habría habido intervención divina? ¿Habría puesto Dios a prueba su relación? Porque la verdad era que estaba perdiéndolo todo. Lanzó una maldición en silencio.
—Buenas noches —dijo y dio un paso hacia su habitación, pero él la paró con un brazo. La agarró por los hombros y, con firmeza, le levantó la cara hacia él.
—No.
«Dios Santo, estaba cerca, muy cerca».
—Por favor —añadió con voz temblorosa.
Naruto le pasó un dedo por el labio inferior.
— ¿Tienes miedo, Sakura-chan?
— ¿De ti? No.
—Qué valiente —dijo él con un toque de ironía que ella decidió ignorar.
Aunque necesitaba valor para continuar fríamente tras su corazón parecía que se le iba a saltar del pecho.
— ¿Qué pretendes?
—Nada.
—No digas que nada —consiguió decir ella.
El cerró la boca sobre la de ella y con la lengua se abrió camino con un beso evocativo y provocador.
Durante un instante, ella empezó a responder, por instinto, de manera automática. Después, reaccionó y se puso tensa. Cuando él la beso no sabía si sentir pena o alivio.
—No juegas limpio —dijo ella sin aliento, intentando calmarse.
— ¿Pensabas que iba a hacerlo?
Ella lo miró, se dio cuenta de su mirada azul penetrante y reconoció que necesitaba actuar con la cabeza y no con el corazón.
—No.
Bajo una fachada de sofisticación, había un hombre primitivo con una fuerza despiadada y una voluntad indomable. Aquellas características hacían de él un hombre temido en los tribunales, y fuera de ellos.
Un hombre sensual, añadió ella para sus adentros. Experto en el arte de amar y de satisfacer a una mujer. Podía amar con pasión intensa y con gran ternura... una mezcla que dominaba a la perfección. En todo lo que hacía también había un toque de severidad, dulce y bien controlada, pero no por ello menos exigente.
Un escalofrío le recorrió la espina dorsal.
Naruto Uzumaki era una persona a la que nadie en su sano juicio le gustaría tener como enemigo.
—Me voy a la cama —dijo ella, alejándose lenta mente
—Que descanses.
Sakura ignoró el deje irónico de su voz y decidió no responderle. Entró en la habitación y encendió la luz, después cerró la puerta detrás de ella y se quedó apoyada en ella unos minutos. Necesitaba calmarse, recobrar la compostura.
Estaba cansada, mental, emocional y físicamente. Pero dudaba que fuera a descansar; tenía demasiadas preocupaciones en la cabeza.
Intentó no pensar en nada mientras se ponía el camisón y se quitaba el maquillaje antes de meterse en la cama.
Después, debió de quedarse dormida.
El sueño que tuvo fue muy realista, tanto que cuando sintió que le arrancaban a su hijo de sus brazos, gritó. Le gritó a la enfermera que se lo devolviera, pero de su garganta no salió ninguna voz. Volvió a intentarlo y esa vez puso más empeño en que le saliera la voz. A pesar de todo, la enfermera siguió caminado. Ella intentó salir de la cama para seguirla, pero se encontró atrapada en una serie de tubos imposibles de desconectar por mucho que tirara de ellos.
Después, escuchó una voz familiar y unas manos le aportaron calma y tranquilidad. Luego, el escenario cambió. El bebé había crecido y estaba riéndose mientras jugaba con unos juguetes en el jardín de una casa. Ella lo observaba con orgullo maternal.
Sueños, fantasías, deseos. Quizá un poco de cada cosa. Cuando se despertó tenía un recuerdo vivo de lo que había sucedido. La luz del amanecer se colaba por la ventanas; pero aquella no era la habitación de invitados, ni ella estaba sola.
¿Habría gritado durante la noche?
—Me llamaste —le dijo él.
Naruto había entrado corriendo en la habitación al percibir el primer grito y, cuando escuchó el segundo, la tomó en brazos. El grito tortuoso le había helado la sangre y necesitó apretarla con fuerza mientras la acariciaba para calmarla. Después, se la llevó a su habitación y durmió con ella entre sus brazos toda la noche.
¿Sería ella consciente de que se había aferrado a él con fuerza durante toda la noche? ¿Gimoteando de manera instintiva cada vez que él aflojaba el abrazo para dejarla dormir más cómoda?
Sakura sintió el latido fuerte y firme de su corazón en la mejilla, sintió el calor y la suavidad de su piel, y experimentó una sensación familiar que crecía en su interior. Después, el pulso acelerado, la sensibilidad de la piel, la consciencia que le electrificaba el cuerpo y se lo dejaba suelto, esperando con ansiedad la caricia de sus dedos y el roce de sus labios.
Solía suceder cada mañana antes de entregarse al amor. Eran los signos de una dulce seducción.
Después, solían saltar de la cama para compartir una ducha refrescante y placentera. A continuación, se vestían y tomaban desayuno junto antes de salir para el trabajo.
Pero aquella mañana era diferente.
En las últimas cuarenta y ocho horas, habían cambiado demasiadas cosas. Ya no existía la refrescante amistad y aquello no era el santuario de una unión lenta y placentera. Ahora había barreras, dudas, reservas.
Inseguridades y resentimientos sin aclarar, añadió ella en silencio, consciente de que cada segundo que permaneciera allí sería considerado como una invitación.
Después de dos años de hacer el amor sin restricciones, aún sentía los nervios del primer día.
—Tengo que levantarme.
Naruto deslizó la mano desde sus costillas hasta su estómago.
—Quédate.
Ella contuvo el aliento. Si se quedaba solo podía ser para una cosa y, aunque lo deseaba con todo su ser, no podía. Después, se despreciaría por haber cedido.
—No puedo —dijo con la voz rota. Con un deje que le hizo más daño que las palabras.
—Quédate —volvió a decir él—. Conmigo.
¿Sabría él lo difícil que era para ella negarse? ¿O lo fácil que sería ceder? Pero su amor no era correspondido ¿Podría sobrevivir así? No, no podría y solo aceptaría un compromiso total y completo. Un compromiso hecho por amor, no por obligación.
En aquel preciso instante necesitaba salir de su cama y poner distancia entre ellos, porque si llegaba a besarla estaría perdida.
—Hoy, tengo que llegar pronto a la oficina.
Mientras decía aquellas palabras, se escurría de sus brazos, con decisión. El no hizo nada para detenerla.
Si se duchaba en el cuarto de baño del dormitorio de él, podía interpretarlo como una invitación y la intimidad creada podría ser más de lo que podría soportar. Por eso, decidió volver a su cuarto.
Mientras se secaba el pelo, pensó que toda su ropa, incluida la ropa interior, estaba en la habitación de Naruto. Con las prisas por salir del cuarto, no se había parado a recoger nada y ahora tenía que volver.
Con un poco de suerte, Naruto estaría en la ducha y no la vería. Pero no. Cuando abrió la puerta, se encontró con Naruto, medio desnudo. Solo llevaba unos calzoncillos de seda que se le pegaban a los músculos de las piernas mientras se inclinaba para agarrar una camisa blanca.
No hubo manera de evitar la espiral que le recorrió la columna. Intentar pararla hubiera sido como intentar parar un maremoto, imposible.
Una parte de ella lloraba la pérdida de su relación, su amistad, su camaradería. Hacía una semana, se habría acercado a él, habría levantado la cara y lo habría besado, mientras le acariciaba la piel sedosa de su torso. Prolongando unos instantes más la delicia de su unión.
Le encantaba mirarlo y tocarlo, la suavidad masculina, el sutil aroma de la colonia mezclada con la piel... Le encantaba fundirse con él y sentir la seguridad de sus brazos... Su boca...
Dios Santo, solo pensarlo y el placer erótico despertaba todos sus sentidos calentándole la sangre.
«¡Ya está bien!», se amonestó en silencio.
Tomó aliento y recogió todo lo que necesitaba. Después, volvió en silencio a su habitación.
Cuando entró en la cocina, Naruto estaba sentado a la mesa.
— ¿Tienes algo especial hoy?
Ella lo miró con sorpresa.
—Como dijiste que tenias que ir temprano a la oficina...
El era un experto en interpretar el lenguaje corporal y ella era realmente transparente. Una mujer sincera y real, sin disfraces.
—Tengo unas cuantas cosas atrasadas —consiguió decir ella.
En parte era verdad. Tenía cosas que hacer pero no eran un motivo para ir a la oficina más temprano de lo habitual.
Acabó su café con tostadas y agarró su maletín.
—A lo mejor llego tarde esta noche.
Naruto la miró fijamente.
—Yo también, no me esperes para cenar —después extendió una mano hacia ella y le agarró el brazo—. ¿No te olvidas de algo?
Se aprovechó de que la había pillado por sorpresa y la acercó hacia él, sellando sus labios con un beso.
Sakura tenía los labios más dulces y más generosos que conocía y los saboreó lentamente, recreándose en ellos antes de que el beso se convirtiera en algo realmente sensual.
Sakura intentó hacerse la dura y, durante un par de segundos, lo consiguió. Después, sucumbió a la magia embriagadora de su caricia.
Cuando levantó la cabeza, ella hizo un esfuerzo para no atraerlo de nuevo hacia sí.
Con los ojos aún cerrados se pasó la lengua por los labios.
Tenía que buscarse un apartamento, decidió. Inmediatamente Cuanto más tiempo estuviera en el piso de Naruto, más difícil sería resistir la tentación.
Naruto era un verdadero seductor, reconoció ella con ironía. Aquel toque de calor y pasión de su mirada, la suavidad de sus caricias, la curva sensual de sus labios, todo hacía que sus sentidos se enervaran y que se encontrara perdida, atraída hacia él como una polilla hacia la llama.
Y ella no quería quemarse. Tenía que sobrevivir.
Sin decir ni una palabra, se dirigió hacia la puerta, salió sin hacer ruido y llamó al ascensor.
El día resultó un desastre; todo lo que podía salir mal, salió. Dos auxiliares llamaron diciendo que estaban enfermos, por lo que ese día hubo muchos documentos que no estuvieron listos para cuando los clientes llegaron.
Al superior inmediato de Sakura le dio una fuerte migraña a media mañana y tuvo que marcharse a casa, por lo que Sakura tuvo que reorganizar todas sus citas.
La comida la pidió por teléfono y se la tomó en el despacho mientras llamaba a varias agencias inmobiliarias con la esperanza de poder ver algún apartamento más después del trabajo.
Cuanto antes se mudara, mejor. Una cosa era que su subconsciente le jugara malas pasadas y tuviera pesadillas, y otra muy diferente que acabara llamando a Naruto en sueños.
Un escalofrío le recorrió todo el cuerpo. Al despertarse en sus brazos había corrido demasiado peligro.
¿Sabría él lo vulnerable que ella podía llegar a ser? ¿O lo difícil que le había resultado no tocarlo o no ceder a sus caricias?
Esa mañana, había logrado escaparse. ¿Pero cuánto tiempo tardaría en ceder, especialmente cuando Naruto estaba decidido a aprovecharse de cualquier situación? ¿Un día, dos, tres? Después, estaría pedida y eso significaba que no lograría su independencia y probablemente tendría que aceptar una boda en unos términos que no la satisfacían.
Entonces, sintió como si le clavaran un puñal en el corazón y una increíble tristeza hizo que sus ojos se anegaran de lágrimas. Casarse con Naruto sería lo mejor que le podía pasar en este mundo; él era su amor, el aire que respiraba. Pero ella no quería una boda conveniente basada en el deber.
Tampoco podía soportar pensar que él se sentía atrapado, obligado a hacer lo más honrado debido a la existencia de un bebé.
Algunas personas habían mantenido una relación de pareja y habían criado hijos sin casarse. Pero iba contra sus principios condenar a su hijo a una falta total de compromiso
Y si un matrimonio sin amor estaba fuera de su agenda, entonces, lo mejor era establecer unos límites sin falsas esperanzas o malos entendidos desde el principio.
Por fin, logró dar con un par de agentes que tenían algo que ofrecerle y quedó con ellos para después del trabajo.
Después de las cinco, salió de la oficina y se encontró con el primer agente en la dirección en la que iba a ver el primer apartamento.
Ella había sido muy clara con los requisitos y este no los cumplía: no tenía ni ascensor ni garaje. El segundo, le pareció un poco mejor. Sin embargo, aún le quedaban dos por ver, pensó Sakura mientras volvía a subirse al coche para ir a la dirección donde había quedado con el segundo agente.
El sitio estaba muy bien y el edificio era moderno. Mientras caminaba hacia la entrada pensó que aquello prometía.
Una media hora más tarde, estaba firmando el contrato de arrendamiento. Le entregó al agente un cheque y quedó en que recogería las llaves al día siguiente para mudarse el sábado.
Había sido, pensó mientras se unía al caudal de tráfico que cruzaba el puente, un decisión muy sensata.
Entonces, ¿por qué se sentía como si fueran a amputarle un brazo?
La vida estaba llena de cambios, se dijo para animarse. Y ella haría que ese fuera para bien.
Comenzó a hacer una lista mental de las cosas que tenía que hacer. Tenía que contratar un camión de mudanzas para que recogieran sus muebles del guardamuebles. Después tenía que llamar a las compañías de teléfono, luz y agua para darles sus datos. Tenía que hacer algunas compras...
Fue un alivio cuando vio que Naruto no tenía allí el coche. Entró en casa y fue a tomar algo ligero. Después, se quitó el traje de chaqueta, se dio una ducha y se sentó a la mesa del comedor con su ordenador portátil.
En su profesión el orden era muy importante y Sakura respetaba mucho su trabajo y a los clientes del despacho. Su salario era acorde con su experiencia y tenía la esperanza de que, con el tiempo, la hicieran asociada y, más tarde, socia.
El hecho de convertirse en una madre soltera no debía alterar aquellos objetivos. Un buen número de mujeres lograban criar a sus hijos y mantener su carrera. Y ella también lo lograría.
Había niñeras profesionales, guarderías... Enviar al niño a un internado era otra posibilidad, pero no antes de los doce años. Compartiría el niño con Naruto dos fines de semana al mes e intentaría tomar las vacaciones para que coincidieran con las del colegio.
Todo iba a funcionar, se dijo con decisión.
De manera instintiva se llevó una mano al vientre. Se preguntó qué tamaño tendría el feto en aquel momento y cómo iría su desarrollo y decidió que se compraría un libro sobre el embarazo.
Hasta entonces, tenía trabajo que hacer, por lo que volvió a concentrarse en la pantalla del ordenador.
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Allí la encontró Naruto. Con dos libros de leyes abiertos sobre la mesa, su agenda y una taza de café vacía en medio de unos papeles.
— ¿Todavía sigues trabajando?
Sakura levantó la cabeza un segundo para mirarlo y volvió a lo que estaba haciendo.
—Sí.
El fue a la cocina, sacó un brick de leche del frigorífico y se sirvió un vaso que se bebió de un trago.
— ¿Has tenido un día duro? —preguntó desde la puerta.
Estaba pálida y tenía una sobra oscura bajo los ojos. Tuvo que contenerse para no dirigirse hacia donde ella estaba, pulsar la tecla de guardar y cerrarle el ordenador.
Hacía solo dos noches eso era lo que habría hecho. Habría ahogado sus protestas con un beso y se la habría llevado a la habitación en brazos. Allí la habría desnudado y habría disfrutado con ella haciendo el amor de manera lenta y placentera.
—No te lo puedes ni imaginar —le contestó ella, sin mirarlo.
No hacía falta mirarlo para perder la concentración por completo. Para eso solo era necesaria su presencia.
—Deberías descansar.
Entonces sí levantó la cabeza.
— ¿En qué siglo vives… en el XIX?
Se acercó a donde ella estaba, consciente de que solo estaba cubierta por una bata de seda que revelaba la forma de sus pechos. Unos pechos duros que él conocía muy bien. Logró controlar la necesidad de desabrochar el cinturón de seda para acariciar sus pechos y sus sonrosados pezones.
En lugar de hacer lo que más deseaba, se contentó con quitarle las horquillas que ella se había puesto para recogerse el pelo mientras trabajaba.
Sakura sintió el peligro.
—No, por favor —suplicó con un suspiro, odiando la vulnerabilidad evidente de su voz.
Él dejó sus manos en la curva de sus hombros y, después, las deslizó sobre sus brazos.
—Es tarde, Sakura.chan —dijo con calma y un toque de caballerosidad—. Recoge ya y vamos a la cama.
Como si fuera a irse con él.
¿Debería decirle que quería trabajar hasta que estuviera tan exhausta que se quedara tan dormida que ningún sueño penetrara su subconsciente?
—En unos cinco o diez minutos acabo.
Naruto se quitó la chaqueta y se la echó por el hombro.
—Voy a darme una ducha.
¿Cuánto tiempo tardaría en volver a por ella si ella no aparecía? La verdad era que no tenía ni idea de lo que haría. Nunca un enfado les había durado hasta por la mañana. De hecho, aparte de las veces que salían de viaje, la noche anterior había sido la primera vez que dormían en camas separadas.
¿No pensaría él que lo había olvidado todo y había decidido no mudarse a otro sitio? ¿No creería que lo único que necesitaba era algo de tiempo y paciencia por su parte para que ella aceptara?
Si era así, se iba a llevar una sorpresa muy desagradable.
Sakura miró la hora y vio que eran casi las doce. Ya era bastante por un día, decidió, y se puso a recoger todo.
En unos minutos, había llevado los libros a la biblioteca y había ordenado sus documentos y se dirigía hacia su dormitorio.
Si iba a buscarla... Bueno, ya se las arreglaría cuando llegara, pensó mientras se acurrucaba bajo las sábanas.
Se quedó dormida rápidamente. Tan rápidamente que no oyó cuando la puerta se abrió y Naruto entró en la habitación.
Naruto se dirigió hacia la cama y se quedó un rato mirándola, observando sus facciones suaves en reposo, la manera en que su pelo se extendía sobre la almohada. Tenía la inocencia de una niña.
Sintió que el estómago se le encogía. Suya. Su mujer. Cabezota, independiente y orgullosa. No iba a perderla. Por nada del mundo la perdería.
Le hubiera gustado meterse en la cama con ella y abrazarla durante toda la noche. Despertarla al amanecer y ver cómo ella lo abrazaba.
Permaneció allí mucho rato, mirándola; después, dio media vuelta y salió de la habitación en silencio.
----------------------------------Fin del Capítulo 3----------------------------
Yukio834- Chunnin
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Re: Una Boda por Amor [+18] [T] Epilogo 15/10/12
que no ve sakura que naruto si esta enamorado y que lo que hizo al final la vio preocupado y no con ganas de perder la posiblemente naruto deba proponerle algo que la aga cambiar de opinión
moi-06yoyo- Sennin
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Edad : 32
cuarto de sakura en su cama con ella
102064
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